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Presencia de vasoconstrictores.
Biotransformación y eliminación.
Los anestésicos locales de tipo éster, como grupo, sufren una biotransformación más rápida en el
hígado y en la sangre que las amidas.
Todos los fármacos, administrados en exceso, son capaces de producir síntomas y signos de
sobredosis. Es imposible predecir la dosificación precisa en miligramos o los valores sanguíneos a
los que se notan los efectos clínicos.
La DMR de los fármacos administrados (inyectados) por vía parenteral se calcula habitualmente
tras la consideración de una serie de factores, entre los que se incluyen:
Edad del paciente. Las personas que se hallan en los extremos del espectro vital pueden ser
incapaces de tolerar dosis normales, por lo que éstas deberían reducirse de forma proporcional.
Situación física del paciente. En las personas con compromiso médico (ASA 3, 4 y 5) debería
disminuirse la DMR calculada.
Peso del paciente. Cuanto mayor sea el paciente (dentro de los límites), mayor será el volumen de
distribución del fármaco. Con una dosis normal, la concentración sanguínea del medicamento es
más baja en el paciente de mayor tamaño, por lo que puede administrarse con seguridad una
dosis mayor en miligramos.
En caso de sobredosis, los anestésicos tópicos de tipo amida, cuando se aplican sobre zonas
amplias de mucosas, presentan un riesgo aumentado de reacciones graves.
Inyección intravascular.
Puede producirse una inyección intravascular con cualquier tipo de bloqueo nervioso intraoral,
aunque es más frecuente con los siguientes:
Tanto las inyecciones i.v. como las intraarteriales son capaces de provocar una sobredosis. Aldrete
demostró que una inyección intraarterial administrada rápidamente puede producir un flujo
sanguíneo retrógrado a la arteria mientras se deposita el anestésico
Prevención.
Para prevenir una inyección intravascular se debe usar una jeringa de aspiración. En un estudio de
vigilancia no publicado que llevó a cabo el autor, un 23% de los odontólogos a los que se les
preguntó afirmaron que utilizaban de forma rutinaria jeringas sin aspiración para cualquier técnica
de inyección intraoral.
No se debe utilizar una jeringa menor del calibre 25G cuando el riesgo de aspiración sea alto.
Aunque es posible la aspiración de sangre a través de agujas de un calibre más fino, aumenta la
resistencia al retorno de sangre en el interior de la luz en las agujas de calibre menor, lo que
conlleva una mayor probabilidad de que la prueba de aspiración no sea fiable.
Por tanto, las técnicas de inyección en las que exista una mayor probabilidad de aspiración positiva
obligan al uso de una aguja de calibre 25G.
Hay que aspirar al menos en dos planos antes de la inyección. puede ser negativa una prueba de
aspiración, incluso aunque la punta de la aguja se sitúe en el interior de la luz de un vaso
sanguíneo. Este posible problema puede obviarse mediante la realización de múltiples pruebas de
aspiración antes de inyectar la solución.
El ritmo ideal de administración de un anestésico local es de 1,0 ml/min. Dado que muchos
odontólogos administran el anestésico local a un ritmo mayor que este ideal, el ritmo de
administración recomendado para un cartucho de 1,8 ml no debe ser menor de 60 segundos.