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TEORIA SOCIAL HABERMASS

Lecciones sobre una fundamentación de la sociología en términos de teoría del


lenguaje, un breve ensayo sobre Habermas

Lo primero que trata Habermas en estas conferencias es la noción de ““sentido”“ dentro de


la sociología; para él no existe una intención pura del hablante, sino que éstas deben
encontrar expresión en una forma simbólica (20), que en su estudio es principalmente el
lenguaje, y permitir, con ello, una distinción entre acción y comportamiento. Un
comportamiento puede decirse que viene dado desde la naturaleza como forma de
adaptación al entorno, y una acción está dada por la existencia de un comportamiento que
cumple con ciertas reglas y normas que “rigen en virtud de un significado
intersubjetivamente reconocido” (21), sólo las acciones son intencionales y a través de ellas
puede comprenderse una norma, que es otra distinción después de la realizada entre
comportamiento y acción: observar regularidades comportamentales y entender acciones;
“ver” o “percibir“ una acción implica siempre la comprensión de una norma (22-23).

Cada sujeto conoce, aun de manera inconsciente, oraciones correctamente formadas desde
un punto de vista sintáctico, “este saber (…) constituye la base experimental sobre las que
han de apoyarse las teorías de la acción” (24). Las hipótesis generadas deben basarse en
una realidad objetivada por la intersubjetividad, y ser además, operativamente eficaces
dentro de esta realidad y dentro del juicio implícito de cada sujeto, porque de esta forma
permiten su explicitación (manifestación observable-entendible).

Básicamente, lo que propone es llegar a una explicación de cómo se construye o cómo se


da la sociedad, pero para ello primero hace un análisis de las relaciones entre sujetos.
Distingue las acciones con arreglo a fines propuestas por Weber como determinadas por
fines instrumentalistas, racionales o de los dos tipos, y son realizadas por lo que podría
llamarse los valores, “la acción estratégica –la que fue distinguida como instrumental-
racional– (…) sólo resulta de una deducción efectuada con ayuda de valores y máximas”
(27). Habermas distingue una acción comunicativa, entendiéndola como “una interacción
simbólicamente mediada” (27), este tipo de relación forja una personalidad, que a
diferencia de las del tipo orientadas con arreglo a fines, permiten construir un
comportamiento y no sólo resolver problemas.

Existen diferentes teorías generativas de la sociedad, Habermas enuncia diversos modelos,


el primero expresa la construcción de una imagen del mundo a partir de las operaciones de
un sujeto, esta imagen orienta las acciones (31). Yo quise expresar esto de forma un tanto
más esquemática:

Operaciones del sujeto ------> Construcción de un referente (imagen) conductual----->


Generación de la Sociedad y sus normas
Los siguientes dos modelos son una explicación más bien de tipo estructuralista, que
sostienen la existencia de reglas exentas de toda actividad del sujeto, sin embargo, la
debilidad de este sistema, consiste en la necesidad de hablantes suficientemente
competentes para cumplir con la normativa impuesta (32). En este caso las reglas
constituyen a la sociedad y a los sujetos.

Por tanto, Habermas propone un modelo de la comunicación lingüística cotidiana que


corresponde a la generación de situaciones en base a la intersubjetividad del entendimiento
(32). Estas reglas van más allá de la constitución del juego de roles, pues dentro de ellas, a
pesar de que existen exentas del sujeto, permiten una creación de formas simbólicas que
permiten el surgimiento de sujetos capaces de lenguaje y acción (32). Los nombres que
Habermas da a estos modelos son, en el orden en que están expresados: Teorías de la
constitución de la sociedad, Teorías sistémicas de la sociedad (segundo y tercer modelo) y
Teorías de la sociedad planteadas en términos de comunicación.

La sociedad se conforma desde dentro por procesos de conciencia que han constituido
previamente desde el sujeto una naturaleza que posibilita ciertas experiencias, “el mundo
preconstituido que las ciencias sociales han de reconstruir para poder explicar los procesos
sociales es la esfera de la experiencia precientífica y de la práctica de la vida cotidiana” (36).
Vemos entonces que no sólo logran constituir al sujeto y a la sociedad, también sientan
ciertas bases o paradigmas de estudio de la misma. A partir de esto Husserl funda su
fenomenología.

La comprensión de los sujetos, su interacción y ubicación cognitiva-experiencial dentro de


la sociedad está ligada a la corporeidad y su percepción de espacio-tiempo, además, esta
experiencia se forma también “en conexión con actitudes afectivas, intenciones e
intervenciones prácticas en el mundo objetivo” (39). Pero, para hacer un paréntesis en tanta
explicación, es necesario mencionar que una perspectiva científica no puede entenderse
como una explicación también exenta de una regulación social, es, evidentemente, una
actividad de intenciones preconstituidas, y por tanto, resulta necesario más que una
comprensión fenomenológica particular, una teoría de la vida que incluye una teoría de la
constitución de la sociedad “como región o parte de lo que Husserl llama ontología del
mundo de la vida” (40).

Volviendo a la explicación habermasiana de la constitución de la sociedad y los sujetos,


habíamos dicho que plantea una comprensión desde los juegos lingüísticos, retomando a
Wittgenstein (pero esto lo trataré más adelante). Las acciones del sujeto están dadas
también por una proyección[1] de la actividad cumplida, pero la primera importancia que
radica en estas acciones no es la explicación de cómo se desempeña este acto reflexivo (a
la manera en que Schütz lo hace), sino el sustento para la teoría que fundamenta su
explicación en el lenguaje. Esta proyección está expresada en términos lingüísticos como
forma simbólica y como intención con pretensión de validez. Estos actos, dirigidos a hechos,
son llamados ““actos dóxicos”“ por Husserl, y no están dadas hacia un cumplimiento
individual, sino a uno colectivo: “la posibilidad de llegar a un consenso sin coacciones acerca
de la legitimidad de la pretensión de que se trate” (50).

Ahora surgiría una interrogante que podría partir de lo que parece una contradicción: una
intersubjetividad, la existencia necesaria de un consenso, pero la ausente explicación o
comprensión del otro; ¿cómo se integra o se ve al otro desde el yo?

Paradoja:
Por un lado, soy yo el que constituye al otro como elemento de mi mundo, pero, en tanto que otro,
no me puede estar dado originariamente en las operaciones constitutivas que él ejercita, como tendría que
ser en principio posible si el otro fuera en verdad algo constituido por mí (51).

La mutua comprensión se da por un mundo objetual común para el yo y el otro, y la


constitución del otro está dada por el mismo entorno, ya que uno como yo, infiere ciertos
elementos constitutivos para sí y que pueden aplicarse para el otro. También se supone
cierta interioridad para el otro a través de la observación de sus manifestaciones corporales,
esto se da en base a nuestra propia experiencia, más o menos en la misma forma en que se
adjudican las condiciones del entorno para la otra persona desde las que conocemos
nosotros por percibirlas directamente; y después de suponer su interioridad, por esa misma
transposición de elementos de nuestro entorno, podemos crear el mundo del otro por
analogía con mi mundo (53). Para mí, como un punto que también sería interesante tratar,
sugiero la existencia de prejuicios epistémicos (no de tipo moral) para la comprensión del
otro, aunque también se da por esa analogía con mi propio entorno.

Otro punto que también se pudo notar ausente en la explicación anterior es la


significatividad de la interacción comunicativa. Schütz dijo que esta interpretación del otro
no constituye una comunitarización trascendental, porque ignora la responsabilidad
constitutiva del yo para con el otro, “una experiencia comunitarizada intersubjetivamente
en sentido estricto no puede pensarse sin el concepto de un sentido comunicado,
““compartido”“ por diversos sujetos” (57).

También hay una complementación a lo que había sido explicado de acción como
seguimiento de normativas impuestas, también debe existir una conciencia que posibilite
el autoenjuiciamiento de si efectivamente el actuar se da de acuerdo a las reglas, porque
además no es posible seguir individualmente una regla; aquí Habermas recuerda a
Wittgenstein cuando expone la posibilidad de que en el cumplimiento (o pretensión de) de
la regla, un sujeto (A) pueda ser sometido a la crítica de otro (B). “El punto de esta
consideración es que yo mismo no puedo estar seguro de si sigo una regla si no se da una
situación en la que poder exponer mi comportamiento a la crítica del otro y llegar con ese
otro a un consenso” (63). Esta posibilidad de crítica recíproca es lo que genera en el sujeto
el concepto de ““regla”“.

La comunitarización mutua también se presenta a través de la proyección de los actos, su


cumplimiento genera una explicación en términos lingüísticos y una gramática intrínseca en
la conformación sintáctica. Sin embargo, ya como referente conductual y dentro de las
experiencias, el conocimiento, o las prenociones permiten una intuición para ordenar la
lógica de una secuencia, por ejemplo, sobre el comportamiento, o la manera de proceder
en ciertas situaciones; el autor hace una analogía con las matemáticas y la explicación que
se da de alguna regla, el alumno puede, observando y comprendiendo el funcionamiento
de la misma, inferir el orden que se sigue sin necesidad de que el profesor se lo muestre.

Los actos están pensados desde ciertas pretensiones de validez. Habermas menciona
cuatro: Inteligibilidad, Verdad, Veracidad y Rectitud. Básicamente recupera lo dicho
anteriormente acerca de una claridad semántica para establecer una comunicación
referente a una realidad objetivada, que debe mantener cierta coherencia con lo que se
intenta decir y lo que se entiende o incluso de logra decir.
A manera de conclusión, podemos decir que la interacción de los sujetos es de tipo lingüística, con
acciones orientadas a fines comunicativos recíprocos. La comprensión mutua se da por las
manifestaciones corporales del otro y una suposición de la interioridad del que vemos como otro
en base a nuestra propia experiencia, sin embargo, debemos además suponer que la constitución
es de igual forma mutua, del yo para con el otro, y que debe existir una comunitarización por tanto,
orientando nuestras acciones dentro de una normativa consensuada, aunque tenemos claro las
reglas existen por fuera del sujeto según el paradigma de Habermas, el consenso es más bien dentro
de los límites de si se cumple o no la regla, y no dentro de la construcción de la misma.

politica cientifizada y opinion publica.

Existe la necesidad de una forma nueva de democracia, basada en la participación plitica.


De aquí que plantea la idea del consenso, donde el ciudadano participa a través del discurso,
consensol dialogo, donde todos participemos con el mismo nivel de importancia y tengamos
las mismas oportunidades. Asi por lo tanto se plantea la necesidad de que los ciudadanos
nos comprometamos en la vida democrática y no solo conformarse con votar cada cierto
tiempo.
Con esto surgen 2 modelos de democracia incompatibles (democracia deliberativa y
participativa).
Con esto se plantea la idea de insertar elementos de democracia directa y no considerar
que la d. representatuva solo sea votar por un partido. Los ciudadanos tienen derecho a
participar. Ddebe existir un dialogo igualitario entre instituciones y ciudadanos.
Con todo lo anterior se plantea que todos los ciudadanos somos iguales y eso es la base de
una sociedad democrática.
El pubelo no debe ser un espectador de lo que hacen los políticos, y estos deben
estavlevceer contacto continuo con el ciudadano para saber que es lo que el pueblo
necesita.

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