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ENFOQUE SOBRE LO PÚBLICO

Presentación

AUTOR:
DR. Jaime Mejía Gutierrez

EQUIPO UNIVERSIDAD VIRTUAL - ESAP

Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Curso Básico. Enfoque sobre lo público
Presentación

Justificación del Seminario Enfoques Sobre lo Público

La discusión sobre lo público, en tiempos de reconfiguración del Estado y del


predominio de los mecanismos de mercado como factor determinante de las
interacciones en la sociedad, se hace más apremiante que nunca. Esta discusión debe
realizarse sobre la naturaleza de lo público, su transformación, su concreción en lo
nacional, en lo local y en lo mundial. Los desafíos que las nuevas formas de lo público
plantean a la teoría política, a las ciencias sociales en general, a la acción colectiva y, por
supuesto, a la gestión pública, son temas de relevancia social que el escenario
académico debe contribuir con su entendimiento.

Un primer problema a plantear en relación con la administración pública, está dado,


tanto por los contenidos normativos como académicos, que fueron adelantados bajo el
paradigma de la centralidad del Estado en la vida social e individual, rasgos
característicos de la era moderna, sin desconocer los avances significativos en las formas
descentralizadas y desconcentradas tanto en la esfera de la administración pública
como en los desarrollos de la gestión privada y empresarial. De suerte que, para
entender la importancia y la emergencia de lo público en el contexto de la
administración pública; como categorías: filosófica, política, jurídica y científica, es
necesario entender una transformación que no ha terminado de concluir, como es el
cambio de lo estatal a lo privado, y de ahí a lo público.

Lo público, como ese escenario de encuentro simbólico de ciudadanos y ciudadanas en


sociedades fragmentadas y afectadas por diferentes vectores de desintegración (pero
también de integración) será el objeto fundamental de estudio de este módulo. La
intención de “administrar” o gestionar, como intencionalidad política, hace que desde
las ciencias sociales requiera correspondencia con las esferas de actuación de lo público,
que debe convocar la presencia de lo estatal, de la gestión empresarial y privada y de las
acciones del llamado tercer sector o de las ONG. Es decir, en ese universo de recursos
institucionales, simbólicos y materiales, que aún se explican en función de alguna
pretensión de acción colectiva ordenadora que no se agota en el mercado, ni en la
sociedad civil, ni el Estado. Todo indica que puede ser lo público, pero que lo sepamos,
no significa necesariamente, que lo podamos ver, al menos con facilidad.

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Curso Básico. Enfoque sobre lo público
Presentación

Objetivo General

El especialista reconocerá la evolución del concepto “lo público”, desde una perspectiva
histórico política, con el fin de comprender las categorías modernas de la democracia, la
participación, los derechos humanos y las interrelaciones básicas del Estado con la
sociedad y de éstos con las familias y los individuos.

Objetivos Específicos

1. Conocer por parte de los especialistas los periodos y ciclos en la historia humana
más significativa en la construcción de la ciudadanía, los derechos, las formas del
Estado y Gobierno, paralelamente con la conformación jurídica y legal de estos
conceptos.
2. Motivar a los especialistas en el conocimiento de las diferencias participativas y
representativas en los regimenes políticos parlamentarios y presidenciales que
han globalizado la democracia como esencia política.
3. Discernir “Lo Público” en los ambientes administrativos
políticos, culturales y de reracionamiento ciudadano como sustancia principal en
la contribución de la sociedad civil como expresión de opinión o formas
organizativas comunitarias y sociales.

Ideas principales

Filosofía

En la reflexión humana social sobre las formas de gobierno y las expresiones ha abocado
la monarquía, la esfera oligárquica, y la del poder, la democracia.

Le tocaría a la filosofía griega primitiva desarrollar el pensamiento especulativo en Jonia,


en la ciudad de Mileto. Se rompe el pensamiento mítico hacia el pensamiento racional, a
partir de Tales, padre de la filosofía griega (640 – 548 A.C.), de Anaximandro y
Anaxímenes. La gran pregunta: ¿de dónde procede tal diversidad?, es el tópico de la
ruptura. La especulación de los jonios se basa esencialmente en la observación de los
hechos y acontecimientos cotidianos. 1

Se entiende este pensamiento en el contexto de las perturbaciones físicas (terremotos,


tormentas) del Egeo y en las situaciones de inestabilidad social y de transformaciones

1
S.N. Kramer, Sumerian Literary Texts; History Begins at Sumer (1958) p. 37. Aynía – Barcelona.

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Curso Básico. Enfoque sobre lo público
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económicas durante el milenio de este aporte, en donde el término griego: Sophia


significaba habilidad y destreza, y sólo más tarde pasó a significar sabiduría o
conocimiento desde un punto de vista abstracto. Es explicable que los problemas
políticos debían ser abordados en su discusión, a un nivel de alusiones metafóricas y
cósmicas. El progreso cualitativo lo daría Pitágoras.

A Heródoto le debemos el aporte más valioso para entender la democracia con el


concepto de Isonomía: “igualdad de derechos políticos y civiles” y a Heráclito los
principios que rigen el eterno devenir y perecer. El principio básico es el cambio, al
reaccionar contra la idea de la “harmonía” de Pitágoras, elabora el más grande preludio
en la comprensión del conflicto constructivo: “Los opuestos son conciliables”. La
Cosmología, la metafísica y la epistemología existían ya como tantas otras áreas de
investigación y de debate. La Ética y la estética aparecerían más tarde, en el siglo IV A.C.,
en la obra de los dos mayores filósofos griegos de la era clásica: Platón y Aristóteles. La
democracia ateniense nace a raíz de las profundas divisiones internas en la aristocracia y
los terratenientes, que provoca graves conflictos, agitación constante y una gran lucha
por alcanzar estabilidad y seguridad en lo social y en lo económico. Solón el gran
reformador, combate la servidumbre económica, establece un tribunal popular (heliara)
para limitar la autoridad de la aristocracia y convoca la Asamblea o Consejo de los
cuatrocientos.

Aunque estas medidas no solucionaron el conflicto, son la base de la expansión cívica y


de las instituciones democráticas que atrajeron a los estudiosos como Anaxágoras,
invitado por Pericles el gran jefe popular Ateniense.

Desde el siglo II, en Alejandría se reunían los conocimientos, las ideas que ya expresaban
profundas transformaciones en la consideración de los roles de hombres y mujeres en la
sociedad. El derecho al divorcio para las mujeres, la libertad de empresa y las estructuras
capitalistas comerciales y financieras. La tierra es redonda y gira con los planetas
alrededor del sol; el año ya estaba calculado en 365 días con un error de solo 7 minutos
y 16 segundos. La trigonometría se inventa, Euclides edita los 8 volúmenes de la
geometría. La literatura abarca no solo lo histórico, también lo gastronómico, las artes,
las modas. En Pérgamo se expende el mejor papel para los contratos, cartas,
documentos y los libros. Las bibliotecas albergan escuelas de medicina, matemáticas,
filosofía y artes. El estoicismo enfrenta el escepticismo y consolida las ideas de la
Democracia, la solidaridad y el respeto humano a los derechos culturales y étnicos. Es la
globalización de la idolatría agraria y de los encuentros mediterráneos de los
colonizados helénicos, asiáticos y romanos. Los aportes egipcios, hindúes y Chinos con
sus inventos, instituciones y comercio cruzan el mediterráneo hasta los confines
atlánticos.

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Curso Básico. Enfoque sobre lo público
Presentación

Puntos de vista

El enfoque de lo “Público” como un saber institucional y organizativo en la modernidad entre


organización e institución.

La falsa similitud tiene su origen en la falta de uniformidad. De un lado, las instituciones


tienen dos acepciones: la inglesa y la española; para la primera, las instituciones son
normas formales e informales, reglas, patrones de comportamiento; para la segunda, las
instituciones son similares a las organizaciones (Posada, 1997).

Retomando a North (1990), uno de los más destacados de la economía neoinstitucional,


instituciones y organizaciones son diferentes conceptualmente. Las instituciones son
normas formales e informales que definen y limitan las elecciones de los individuos
(acepción inglesa) mientras que las organizaciones son grupos de individuos enlazados
por alguna identidad común hacia ciertos objetivos. Para North, el origen y la evolución
de las organizaciones dependen del marco institucional; así, las organizaciones son
creadas justamente, para aprovechar las oportunidades generadas por el marco
institucional. Así mismo, conforme las organizaciones evolucionan, van modificando a
las instituciones.

Instituciones y organizaciones siendo diferentes se retroalimentan mutuamente y


coinciden en proporcionar estructuras para la acción humana. Así, el punto de partida
del análisis de North plantea a las instituciones como las normas subyacentes del juego
y a las organizaciones como los agentes del cambio institucional. Según Rubio (1996, c)
las organizaciones exitosas bajo un marco institucional adquieren suficiente poder
económico y político para ir paulatinamente modificando a su acomodo las reglas del
juego, estableciendo así, un círculo vicioso o virtuoso bajo el cual la evolución de las
reglas del juego favorece a los más poderosos en detrimento del resto de la sociedad.
Esta interdependencia entre organizaciones e instituciones, según Rubio, determina el
nivel del capital social.

De igual modo, el concepto de capital social, pese a ser tan reciente, no es único. Los
tres conceptos más conocidos son los siguientes: Coleman (1988) señala que el capital
social “es la capacidad de los individuos de trabajar junto a otros, en grupos u
organizaciones, para alcanzar objetivos comunes”. Por su parte, Putnam (1993) define
capital social como un “conjunto de lineamientos de la organización social tales como: los
sistemas, las normas y la confianza que facilitan la coordinación y la cooperación para el
beneficio mutuo” Fukuyama (1995) anota que “es la capacidad que nace a partir del
predominio de la confianza en una sociedad o en determinados sectores de esta”. Estos

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Curso Básico. Enfoque sobre lo público
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conceptos tienen elementos en común, no obstante cada uno da pie a diferentes


interpretaciones.

El enfoque de lo público como una red de relaciones sociales, políticas, económicas,


culturales, que se expresan en las formas constitucionales de los estados – nación
modernos y en las expresiones de los gobiernos que los orientan, que en condiciones
democráticas permiten la presencia de organizaciones civiles privadas, organizaciones
no gubernamentales, unidades productivas empresariales y asistencias gremiales de su
formación política de influencia en la esfera pública. Esta óptica analítica establece que
la democracia participativa debe aclimatar los mecanismos de convocatoria de la
voluntad ciudadana, los espacios de presentación de las voces ciudadanas, los
instrumentos institucionales que hacen valer la igualdad de género, la promoción y
defensa de los derechos humanos, al opinión comunitaria sobre las prioridades de
inversión de los recursos públicos considerados “sagrados” y la intervención en el
control social y político a la gestión pública de los gobiernos.

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Curso Básico. Enfoque sobre lo público
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LO PÚBLICO EN LA ANTIGUEDAD

Autora:
Dra. Doris Marcela Hernández

EQUIPO UNIVERSIDAD VIRTUAL - ESAP

Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Lo Público en la antigüedad

IDEAS PRINCIPALES

La historia nos permite reconocer los periodos, ciclos, épocas y tiempos de la formación
política, económica, social y cultural que proveen ideas de gobierno, estado, ciudadanos
y formas participativas en la toma de decisiones. Así mismo, la perspectiva histórica
puede dar cuenta de las restricciones a los grupos de individuos, pueblos y etnias, en el
contrato productivo y la división del trabajo. Las ideas de ciudadano, democracia,
estado, derechos, dictadura, gobierno, crisis, cambios, desarrollo y participación
económica tienen características propias de cada escenario histórico y deben valorarse
frente a la concepción y evolución en la modernidad de lo público.

COMPETENCIAS

COGNITIVAS: Comprender desde la perspectiva histórica el surgimiento de los espacios


privados y públicos como esferas de actuación de individuos, familias y formas de
organización del gobierno y el Estado. Los modelos Griego y Romano son relevantes
para asimilar la construcción de los conceptos del "Ethos" griego: es decir, "los
interesados en" dentro de la "polis" y el "Mores" romano, con los principios del "civitas"
como presencia pública de los relacionamientos: Estado-Sociedad-Familia-Individuo.

AXIOLOGICAS: Dimensionar las categorías de los poderes públicos y su origen, las


restricciones de la participación política y los espacios de la toma de decisiones. La
“Eklesia” griega y el ágora pública en la democracia y los espacios "senado-civitas" de la
República romana, explican las regulaciones de la norma en las relaciones de la
propiedad, los derechos y los deberes de los asociados.

PROCEDIMENTALES: Establecen las diferencias y las semejanzas de la "polis griega" como


Ciudad Estado, las comparaciones institucionales y constitucionales con el "civitas"
romano, en procesos de globalización de los imperios y las culturas. La unión de los
conceptos: Mito y Técnica, ayudan a explicar los alcances de la formación política-
constitucional y los legados a la modernidad.

2
Lo Público en la antigüedad

1. Grecia

Una de las primeras nociones de lo público que se tiene en perspectiva histórica hace
referencia a la polis griega que se estructuró en Atenas, entre los siglos VIII a VI a. c. En la
vida política griega del período micénico no existía una diferenciación entre la esfera
pública y la esfera privada tal y como la entendemos en la actualidad. Si bien, el número
de personas que podían participar en la vida política era reducido, -estaban excluidos:
las mujeres, los menos de edad, los esclavos y los extranjeros y los ciudadanos libres no
propietarios de medios de producción-, cualquiera que adquiriera la condición de
hombre político – “zoon politikòn”- podía expresar sus opiniones y hacer valer su palabra
en la esfera pública 1.

1
Advertencia metodológica. Es necesario ser cuidadoso con el uso de categorías modernas, tales como
ciudadano, Estado, democracia, concebidas en escenarios históricos distintos y que pueden servir para
observar realidades anteriores, en retrospectiva, con las debidas limitaciones.

3
Lo Público en la antigüedad

Lo público era un todo –si puede decirse- y en esa medida, el ciudadano ateniense no
precisaba de un representante para la defensa de sus intereses. La otra visión de lo
público se dio en Esparta, donde la democracia fue vivida de manera distinta a como se
vivió en Atenas.

Veamos un extracto de un texto de José Nun que nos ayuda a entender esta diferencia
entre la democracia ateniense y la espartana que de alguna manera prefigura dos
distintas nociones de lo público en la modernidad.

“importa diferenciar entre dos grandes interpretaciones de la participación de los


ciudadanos en el espacio público, ambas de larga prosapia. Una es precisamente la
de la democracia entendida como expresión efectiva de la voluntad general, es decir,
como gobierno del pueblo. La otra, en cambio concibe principalmente a la
participación popular como soporte del gobierno de los políticos”. 2

Hannah Arendt ha enriquecido la discusión sobre los orígenes de lo público en la Grecia


antigua, y su obra es considerada inevitable punto de partida de la discusión. Según la
pensadora de origen judío: para los griegos una cosa era el ser social y otra el ser
político.

El pensamiento político aristotélico recogió en la expresión zoon politikon dos de los


atributos fundamentales del hombre que ya prefiguraba el pensamiento presocrático:
su capacidad de acción en sociedad (praxis) y su capacidad de argumentar, de discurso
(lexis). La vida política (bios polítikos) que sólo era posible en la ciudad, en la polis, excluía
otras esferas de la vida humana, lo que podríamos llamar la esfera privada.

La esfera pública griega era entonces, el escenario para actuar en colectivo y


argumentar en colectivo, el universo de la acción y de la palabra, pero en función del
colectivo. Lo demás; los asuntos del pueblo o gobierno de los políticos? Fondo de Cultura
Económica, colección popular, p. 24 que no trascienden a lo público estaba reservado a
la familia. Según Arendt:

“El nacimiento de la ciudad-estado significó que el hombre recibía además


de su vida privada, una especie de segunda vida, su bios polítikos. Ahora
todo ciudadano pertenece a dos órdenes de existencia, y hay una tajante
distinción entre lo que es suyo (ilion) y lo que es comunal (koinon)”. 3

2
Nun, José, 2002. ¿Gobierno del pueblo o gobierno de los políticos? Fondo de Cultura Económica, colección
popular, p. 24
3
ARENDT, Hannah, 1993. La Condición Humana, Paidos, p. 39

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Lo Público en la antigüedad

Una primera puesta en escena de la tensión entre lo público y lo privado en el mundo


griego, se puede ver en la tragedia de Sófocles, Antígona.

Antígona, hija de Edipo, rey de Tebas, y de Yocasta, contra la voluntad de Creonte dio
sepultura a su hermano Polinices. Creonte ordenó enterrarla viva junto a su hermano
pero ella se suicidó antes de ser ejecutada. Hemón, hijo de Creonte quien estaba
enamorado de Antífona, también se suicidó junto a la tumba de su amada.

En Antígona queda evidenciada la disyuntiva en acatar el deber interno con su familia o


las leyes de la ciudad. Es decir, entre lo privado y lo público. Antífona fue sentenciada –
habría que agregar que sin fórmula de juicio- por desacatar las leyes de la ciudad, el
deber hacia lo público. Interesante destacar la reflexión de Arendt cuando señala que en
la esfera privada, la familia es la esfera de las necesidades, mientras que la esfera pública
la de las leyes, es la esfera de libertad. Uno de los rasgos que trascendió desde la
antigüedad hasta la modernidad; es, que el mundo de las leyes, el Estado –la esfera
pública, podemos decir provisionalmente- es la esfera necesaria para asegurar la
libertad de las personas.

Sin embargo, podemos preguntarnos, antes de revisar el aporte de la teoría política


liberal: ¿es en la esfera pública donde el ciudadano ateniense se sentía libre, en
oposición al ciudadano moderno donde es en la esfera privada –la que no puede ser
objeto de intervención por parte del Estado- dónde el ciudadano se siente libre? ¿Es lo
público moderno una negación de la libertad?

2. Roma

El concepto de lo público en Roma difiere del de Grecia, ya que allí se prefigura una
esfera distinta del individuo y del Estado (la res pública, la cosa pública), que es la esfera
social, la cual lograría su consolidación en la era moderna en el Estado- nación. La
republica, esa forma de organización política que sucedió a la monarquía etrusca en los
siglos VI y IV A.C. se caracterizó por ser la esfera de las acciones y de los intereses
públicos, una forma de entender lo que era opuesto a lo privado o familiar. Aspecto
central en el pensamiento romano; de ahí, la enorme construcción teórica en torno del
derecho privado y la pobre reflexión sobre lo público. Pero según la propia Arendt,
acaso derivada de una mala traducción al latín del término polis, los romanos
entendieron que por un lado existía la cosa pública (res pública) y, por otro, la civitas, un
espacio donde el individuo realiza transacciones comerciales –fundamentalmente
compra y venta de esclavos- que no es la esfera privada familiar y tampoco es la esfera
pública, según la entendieron los griegos. Este dato es interesante retomarlo más
adelante, cuando se discuta la evolución del concepto de lo público en la modernidad,

5
Lo Público en la antigüedad

porque una cuidadosa genealogía podría llevarnos a concluir que la forma de lo público
que trascendió al mundo occidental y, que hoy se encuentra en la mayor parte de las
constituciones estaba más cerca del concepto romano que del concepto griego. No en
vano la ciudad (la civitas), el espacio por excelencia de la decantación de lo público en el
mundo moderno, es una acepción de origen latino.

3. Edad Media

En la edad media –ese período histórico que va desde el siglo V hasta el siglo XV, y que
ha sido recogida por la literatura política contemporánea (de manera equivocada) como
una era oscura para el pensamiento político- surge un espacio distinto al de la polis
griega y al de la res pública romana: el espacio secular.

La Iglesia Católica compartió con los reyes el poder político, pero en el tránsito hacia la
modernidad –influido entre otros fenómenos por la Reforma Protestante- empezó a
evidenciar una fragmentación de ese poder. Por un lado, el poder de los reyes, el poder
terrenal, el poder temporal. Y, por otro, el poder divino, el poder de los Papas.
Expresiones tomadas del Cristianismo como “dar a Dios lo que es de Dios y a Cesar lo que
es del Cesar” o “mi Reino no es de este mundo”, ejemplifican la disputa que reyes y papas,
tenían sobre el ejercicio del poder político. Volvamos a Arendt:

“La desaparición de la zanja que los antiguos tenían que saltar para superar
la estrecha esfera doméstica y adentrarse en la política es esencialmente un
fenómeno moderno. Tal separación entre lo público y lo privado aún existía
de algún modo en la Edad Media, si bien había perdido gran parte de su
significado y cambiado por completo su emplazamiento. Se ha señalado con
exactitud, que, tras la caída del Imperio Romano, la Iglesia católica ofreció a
los hombres un sustituto a la ciudadanía que anteriormente había sido la
prerrogativa del gobierno municipal. La tensión medieval entre la oscuridad
de la vida cotidiana y el grandioso resplandor que esperaba todo lo sagrado,
con el concomitente ascenso de lo secular a lo religioso, corresponde en
muchos aspectos al ascenso de lo privado a lo público en la antigüedad.
Claro está que la diferencia es muy acusada ya que por muy mundana que
llegara a ser la Iglesia, en esencia siempre era otro interés mundano el que
mantenía unida a la comunidad de creyentes. Mientras que cabe identificar
con cierta dificultad lo público y lo religioso, la esfera secular bajo el
feudalismo fue por entero lo que había sido en la antigüedad la esfera

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Lo Público en la antigüedad

privada. Su característica fue la absorción, por la esfera doméstica, de todas


las actividades y, por tanto, la ausencia de una esfera pública”. 4

Preguntas de autoevaluación

1. Pregunta central: De acuerdo con el contenido de esta unidad, ¿Usted cree que
es en la esfera pública donde el ciudadano ateniense se sentía libre, en oposición
al ciudadano moderno donde es en la esfera privada –la que no puede ser objeto
de intervención por parte del Estado- dónde el ciudadano se siente libre? ¿Es lo
público moderno una negación de la libertad?
2. Pensando en esos tres períodos de la historia ¿Existe alguna diferencia entre lo
público y lo político?
3. ¿Cómo definiría la polis griega y cuáles sus características fundamentales?
4. ¿Cómo definiría la res pública y la civitas romana, y cuáles sus características
fundamentales?
5. ¿Cómo caracterizar lo público en la Edad Media?
6. ¿Qué rasgos de la esfera pública en la Antigüedad trascendieron a la Era
Moderna?

Foro:

Los alumnos discutirán sobre la diferenciación entre lo público, lo político y lo social.

Taller

El estudiante deberá leer la tragedia Antígona de Sófocles y redactar un escrito de dos


páginas reflexionando sobre lo público y lo privado en el mundo helénico.
El estudiante leerá completo el capítulo II de la Condición Humana de Hannah Arendt y
realizará una reseña sobre los aspectos más destacados de la discusión sobre el
surgimiento de la esfera pública.

4
ARENDT; O. Cit. p. 45-46

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Lo público en la modernidad

LO PÚBLICO EN LA MODERNIDAD

Autor:
Dr. Jaime Mejia Gutiérrez
Con base en el documento Dra. Doris Marcela Hernández

EQUIPO UNIVERSIDAD VIRTUAL - ESAP

Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Lo público en la modernidad

IDEAS PRINCIPALES

Para entender las condiciones presentes del pensamiento político frente a lo “público”,
debemos precisar lo siguiente:

Los contextos cambian, los entornos se modifican. En el siglo XIX, se retoman aspectos
como: las obras y postulados de Juan Jacobo Rousseau; las ideas del gobierno civil de
John locke, del Estado Hobbesiano y del utilitarismo liberal; el positivismo francés sobre
incorporar las ideas, los hechos y las consecuencias del seguimiento de las asambleas y
los parlamentos y la evolución del concepto de “Monarca” moderno; los bill of Rights
ingleses y los derechos del ciudadano en la Revolución Francesa; la globalización
producida por el descubrimiento de América y la revolución norteamericana y de las
colonias españolas; la formación de naciones constitucionales y las luchas por el
sufragio.

La expresión “opinión pública” se toma hoy como la última palabra, que ha de decidir
todas las cuestiones vitales de la democracia. La capacidad funcional de la opinión
pública depende de un elemento esencial: la auténtica publicidad, o el carácter público
de esta vida pública.

A la vida pública, pertenece todo lo atinente al interés general y al bien común. Nicolás
de Maquiavelo ya definía que el control básico de la tiranía no consistía tanto en un
conjunto de fórmulas legales sobre la distribución prescrita de ciertos controles o sea,
una constitución formal, como en una red de hábitos y actitudes inculcados en la
sociedad.

Norberto Bobbio al discutir las dicotomías de lo público y lo privado, la sociedad y la


familia, el Estado y la familia, aclara la publicidad como elemento constitutivo de las
relaciones entre las mediaciones que hace el Estado para dirimir, como árbitro, el
complejo mundo de los intereses de los miembros societales.

El uso del Estado moderno de la tríada aportada por Montesquieu del ejecutivo, el
legislativo y el judicial incluyendo todas las estructuras: burocrático – administrativas, que
le son necesarias, debe incorporar a la sociedad civil como contraparte que puede
volverse Estado (Ferguson, Hegel, Gramsci, Thoreau). Para el desarrollo de la
democracia como sistema válido de la presencia del saber de lo público, es de
importancia decisiva la generalidad pública de la opinión. Carl Schmitt ha sido el autor
que destaca la fe en la opinión pública como instrumento que se opone a la política
secreta de los reyes absolutos y de estados fascistas. El surgimiento del pensamiento
Lo público en la modernidad

de control social y político en la publicidad y la participación, se debe al parlamentarismo


moderno. Este sentimiento de libertad y de justicia del hombre, se rebela contra los
decretos misteriosos que pretenden conducir los destinos de los pueblos.1

COMPETENCIAS

COGNITIVAS: Profundizar en el desarrollo de los modelos de civilidad pública y política,


enfatizando las teorías contractualistas y de formación del gobierno civil. ¿Cómo
aparecen: el espacio público de los parlamentos, las asambleas y los congresos como
representación democrática de los ciudadanos, en el logro de este tema?

AXIOLÓGICAS: Las categorías de ciudadano fundamentadas en los pactos, acuerdos y


evoluciones de los poderes públicos, permite interpretar la heterogeneidad de respuestas
culturales a la construcción de los "Bills of Rigths" (derechos naturales del hombre), las
“Chartas Magnas” o constituciones, como reglas del juego en las relaciones: Estado-
Sociedad-Comunidades.

PROCEDIMENTALES: En la formación del Estado-Nación, las alianzas y representación


pública de intereses, permiten comprender los surgimientos de estamentos, clases y
nuevas formas de propiedad e institucionalidad. La ilustración como poder de ideas y
conocimientos, la reforma protestante y la aparición del absolutismo como separación de
poderes Estado e Iglesia; son los nuevos valores fundantes de las transformaciones y
revoluciones sociales, económicas y culturales.

El contrato Social. _Jean Jacques Rousseau._1975


Lo público en la modernidad
Lo público en la modernidad

2.1 Lo público en la modernidad

Si para los griegos la vida privada (ilion) es la vida inútil, la de los necios, y para
los romanos el refugio temporal del ciudadano al margen de la res pública; en el
mundo moderno, la esfera privada, es el dato sobre el que se construye toda la
teoría política; según Arendt, no tanto para oponerla a la esfera pública – a la
sociedad política- sino para oponerla a la sociedad civil, a la esfera social.

El concepto de lo público es fundamentalmente una creación moderna. En


términos sencillos lo público es lo que está a la vista de todos y debe gozar de la
máxima publicidad posible, porque concierne a todos. En la antigüedad lo público
se obtenía por exclusión, mientras que en la modernidad por inclusión. Otra
característica esencial de lo público –acaso un legado insospechado del
pensamiento griego- es que lo público, la esfera pública, es aquel lugar – en
principio inmaterial- donde el hombre se hace libre y defiende su libertad por
medio de las palabras, donde está proscrita la violencia. Pero esto no fue siempre
así. Retomemos a Arendt:

“La esfera público-política cumplía con dos condiciones esenciales: a)


Permitía a todos los ciudadanos ser vistos y oídos por todos, es decir
la más amplia publicidad para un hecho visible desde todas las
perspectivas posibles. En este ámbito la presencia de los otros
asegura la realidad del mundo y la publicidad es lo que permite hacer
brillar a través de siglos cualquier cosa que los hombres quieran salvar
de la ruina natural del tiempo y b) Posibilitaba un mundo común
diferenciado del lugar que se poseía privadamente en él. El mundo de
los asuntos humanos comunes. Esta esfera era el lugar donde los
hombres podían mostrar su unicidad, su distinción y alteridad a través
del discurso y la acción. Aquí ellos encontraban el recinto donde
podían revelar quienes eran. La esfera pública era el sitio donde todo
individuo tenía que distinguirse constantemente de los demás,
demostrar con acciones únicas o logros que era el mejor (aien
aristevien). La esfera privada en cambio era regida por la necesidad.
Tenía un rasgo privativo primordial: en ella, los hombres estaban
privados de realizar algo más permanente que la vida misma. Estaban
privados de la presencia de los demás”.2

No podemos olvidar, que lo público en la modernidad tendió a confundirse con la


esfera estatal y, en esa medida, no necesariamente a que la prescindencia de la

2 ARENDT, Hannah; 1995. De la Historia a la Acción, Paidós, , pp.89-109


Lo público en la modernidad

violencia fuera un atributo de lo público. Esa fue una característica desarrollada


posteriormente. Más aún, lo público también tuvo cierta tendencia –especialmente
en la teoría liberal - a confundirse con la sociedad civil, como el ámbito de acción
del individuo ajena al Estado.

En la teoría hegeliana esta distinción se dio entre sociedad política y sociedad


civil, como conceptos antinómicos, donde cada uno se explica por la negación del
otro. Lo que no es sociedad política es sociedad civil y viceversa. Pero
propiamente, lo público, o se reducía a lo estatal o se diferenciaba, pero no habría
de alcanzar carta de naturaleza sino hasta bien entrado el siglo XX.

1. Las tesis contractualistas.

En Hobbes lo público quedaba subordinado al poder del soberano. La sociedad


civil debería entregar su soberanía al Estado para obtener seguridad y el individuo
debía, prácticamente, desaparecer de la esfera pública. En la medida en que los
hombres3 acordaban que el Estado se encargaría de la seguridad, la esfera
privada parecía diluirse. Sin embargo, en Hobbes hay una idea que nos puede
servir para seguir rastreando el concepto de lo público.

En efecto, Hobbes acepta que existe un dominio privado donde no puede tener
injerencia el Estado. Es un dominio privado donde se puede ejercer una serie de
libertades relacionadas con la economía, tales como compra y venta de productos,
la selección de la vivienda, de la alimentación, y el tipo de educación que se
considere más adecuada. Para Hobbbes estos espacios son denominados
“espacios privados”. Este punto es interesante porque prefigura lo que más
adelante, especialmente en las teorías liberales económicas del siglo XIX (Smith,
Ricardo), podría ser la esfera del mercado. Como una esfera que no debería estar
sometida al arbitrio del Estado.

3 Es curioso, pero siempre que se consulta los textos de teoría política, tanto de la Antigüedad como de la modernidad,
se refieren a los hombres, no a las mujeres como el sujeto político desde donde se construye el discurso. Lo que
supone una advertencia para el estudiante sobre que la esfera pública hasta antes de los movimientos feministas de
los años 60 del siglo 20, estaba pensada para los hombres, es decir en la misma lógica de los griegos, excluyendo a
las mujeres. Por lo tanto, no era una esfera pública incluyente.

Para ampliar esta discusión ver: Espacio público, espacio privado y definiciones ideológicas de lo masculino y
lo femenino. Cecilia Amorós. En: www.laneta.apc.org/cidhal/lectura/identidad/texto6.htm
Lo público en la modernidad

En esa medida, van surgiendo distintas categorías: Estado, sociedad civil,


mercado, esfera privada. Cuando surge el concepto de ciudadanía – que será
desarrollado en una unidad posterior - surge un escenario donde todas estas
categorías tratarán de conciliarse, precisamente en la esfera pública.

En Rousseau también hay una conquista importante para la definición de lo


público, más allá de lo estatal. La voluntad general sería la correspondencia entre
soberanía popular y opinión pública. Sólo, que en la obra del ginebrino, esta
opinión pública de manera indefectible se articula con la política y se considera
fundamento del Estado. Es decir, en Rousseau, lo público es lo estatal, con un
ingrediente señalado por Arendt: en su obra hay espacio para lo social, como una
esfera distinta de lo político donde el individuo puede dedicarse al cultivo de las
artes y de la reflexión en la intimidad de su hogar. Para este autor, lo social, más
que lo político, constituía una fuente de opresión de la que el individuo debería
escapar.

Lo cierto es, que la democracia directa que plantea Rousseau, sin intermediación
entre el Estado y el ciudadano, deja muy poco espacio para lo público. Lo público,
se reitera, deviene en político.

2. Las tesis liberales. Kant y Locke

Por oposición a Hobbes y su Estado de seguridad, surge el Estado constitucional


de Locke, justamente para reaccionar a los riesgos de excesos de poder que
supone la teoría hobbesiana.

En Locke, sí hay espacio para una esfera distinta del Estado y de la intimidad, que
es una primera expresión de lo que más adelante se conocería como opinión
pública; sin duda, un concepto emparentado con lo público y que de alguna
manera lo contiene y le da forma. Locke sostiene que los hombres deben
conservar para sí, ajeno a la intervención del soberano, una ley de la opinión o de
reputación, como ese ámbito que le permite al ciudadano juzgar si las acciones de
sus gobernantes son justas y legítimas. Es una manifestación de la llamada ley
moral, por oposición a la ley civil, que es producida por la Asamblea
representativa.

Para Locke, el Estado no es la antítesis de la sociedad civil sino el instrumento de


su consolidación y de su consumación. Surge un espacio dentro de esa sociedad
civil, que no se agota en el Estado, que es un espacio reservado al individuo pero
Lo público en la modernidad

con vocación de hacerse público por medio de la opinión pública, de la ley moral.
Este aporte de Locke es muy interesante porque permite subrayar uno de los
rasgos característicos de lo público en la actualidad, como es que surge de la
sociedad civil y trasciende el Estado.

En Locke, una cosa es el espacio político, el que se deriva de la delegación de


los ciudadanos a los representantes, y otra cosa el espacio público, el espacio de
deliberación de los ciudadanos que conservan una vez hecha la delegación, y que
es el ámbito que permite a los ciudadanos juzgar las acciones de los
representantes. La diferencia entre lo político y lo público es un aporte sustancial
de Locke, y que es necesario retomar cuando nos enfrentemos a la tarea de
resignificar lo público.

Esta diferenciación se deriva de la radical distinción que hay en la obra de Locke


entre Estado y sociedad civil.

Kant introduce otro elemento a la discusión sobre lo público se pregunta en su


texto ¿Qué es la ilustración? sobre la naturaleza de lo público responde que una
sociedad es ilustrada cuando sus miembros hacen uso público de la razón. Dice el
filósofo de Konisberg:

“…Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien hace de


ella, en cuanto docto, y ante la totalidad del público del mundo de
lectores. Llamo uso privado al empleo de la razón que se le permite al
hombre dentro de un puesto civil o de una función que se le confía.

Ahora bien, en muchas ocupaciones concernientes al interés de la


comunidad son necesarios ciertos mecanismos, por medio de los
cuales algunos de sus miembros se tienen que comportar de modo
meramente pasivo, para que, mediante cierta unanimidad artificial, el
gobierno los dirija hacia fines públicos, o al menos, para que se limite
la destrucción de los mismos. Como es natural, en este caso no es
permitido razonar, sino que se necesita obedecer. Pero en cuanto a
esta parte de la máquina, se la considera miembro de una comunidad
íntegra o, incluso, de la sociedad cosmopolita; en cuanto se la estima
en su calidad de docto que, mediante escritos, se dirige a un público
en sentido propio, puede razonar sobre todo, sin que por ello
padezcan las ocupaciones que en parte le son asignadas en cuanto
miembro pasivo…”
Lo público en la modernidad

Puede interpretarse legítimamente, que Kant atribuía a ciertos ciudadanos


ilustrados el poder de razonar públicamente y de debatir los asuntos que
concernía al Estado, en un esfuerzo por diferenciar la política de la moral, en la
misma línea de Locke. Es decir, en el pensamiento kantiano hay un espacio
reservado al individuo –más allá de su esfera íntima- que se hace público sin que
sea subsumido por el Estado.

3. La concepción hegeliano –marxista

En Hegel hay un espacio entre la familia y el Estado –entre el mundo patriarcal y


el mundo político- que es la sociedad civil- entendida como una esfera de vida
ética: “la manifestación de los juicios, de las opiniones y de los consejos de los
individuos particulares sobre asuntos generales”.4

Allí caben las actividades económicas, familiares, y está conformada por las
llamadas organizaciones o asociaciones intermedias; como: corporaciones
gremiales, asociaciones de voluntariado, sindicatos, encargadas de administrar el
llamado bienestar general. Las transacciones, en esta sociedad civil, están regidas
por la llamada ley civil y, por tanto, no están subordinadas al Estado. La opinión
pública se forma en el espacio de la sociedad civil.

En Marx hay una denuncia de ese escenario que se abre paso entre el Estado y la
sociedad civil, la opinión pública, en el sentido de llamarla falsa conciencia.
Veamos un pasaje de la “Cuestión Judía”::

“El Estado político acabado es, por su esencia, la vida genérica del
hombre por oposición a su vida material. Todas las premisas de esta
vida egoísta permanecen en pie al margen de la esfera del Estado, en
la sociedad civil, pero como cualidades de ésta. Allí donde el Estado
político ha alcanzado su verdadero desarrollo, lleva el hombre, no sólo
en el pensamiento, en la conciencia, sino en la realidad, en la vida,
una doble vida, una celestial y otra terrenal, la vida en la comunidad
política, en la que se considera como ser colectivo, y la vida en la
sociedad civil, en la que actúa cómo particular; considera a los otros
hombres como medios, se degrada a sí mismo como medio y se
convierte en juguete de poderes extraños.

4 Mateucci, Nicola. 1998. En Diccionario de Política. Fondo de Cultura Económica, undécima edición, página 1077,
tomo II. Méjico.
Lo público en la modernidad

El Estado político se comporta con respecto a la sociedad civil de un


modo tan espiritualista como el cielo con respecto a la tierra. Se halla
con respecto a ella en la misma contraposición y la supera del mismo
modo que la religión la limitación del mundo profano, es decir,
reconociéndola también de nuevo, restaurándola y dejándose
necesariamente dominar por ella. El hombre en su inmediata realidad,
en la sociedad civil, es un ser profano. Aquí, donde pasa ante sí
mismo y ante los otros por un individuo real, es una manifestación
carente de verdad. Por el contrario, en el Estado, donde el hombre es
considerado como un ser genérico, es el miembro imaginario de una
imaginaria soberanía, se halla despojado de su vida individual real y
dotado de una generalidad irreal”. (Negrillas nuestras).

Marx señala, que en la formación del Estado político se ha despolitizado a la


sociedad civil, y esa nueva condición del individuo, entre el Estado y su ser
colectivo, es una falsa conciencia porque se niega su condición de clase:

“El público no es el pueblo, la sociedad burguesa no es la sociedad


general, el burgués no es el ciudadano, el público de los particulares
no es la razón pública. La opinión pública no es más que la ideología
del Estado político burgués” . 5

Marx, es ambiguo en este punto, pero una posible interpretación indicaría que esta
falsa conciencia de la opinión pública culminará cuando la sociedad tenga
identidad ante la desaparición del Estado, que es también la desaparición de las
clases sociales, porque el interés de lo público trasciende a la propiedad, para
cuya garantía fue creado el Estado y el derecho burgués y, por lo tanto, para hacer
valer como justa – o natural- la dominación de una clase por otra. Podría pensarse
que en Marx lo público es la sociedad civil sin Estado. Es interesante esta
perspectiva para contraponerla a las nociones de lo público que incorporan el
mercado, porque en el marxismo lo público excluiría lo económico.

4. La concepción democrática de Tocqueville.

El Estado democrático de Tocqueville, es una reacción a las teorías del Estado


total- como en Hegel- donde la sociedad se disuelve en el Estado político.
Consideró el autor francés que un Estado que domina a la sociedad civil y no la
deja desarrollarse en nombre de la defensa del interés general, es el camino al

5 Mateucci, Nícola; O.p.Cit. p.1089.Tomo II.


Lo público en la modernidad

autoritarismo. Pensaba que era necesario dejar que la sociedad civil desarrollara
su autonomía

Tocqueville defendió la creación de instituciones sociales y de asociaciones civiles


que defendieran intereses por fuera del control estatal: Asociaciones científicas,
literarias, profesionales, religiosas y culturales, deberían servir de contrapeso al
Estado y darle una dimensión colectiva al individuo más allá de su condición
obrera. Sin duda lo del francés era una crítica tanto al estatismo como al
marxismo. Señalaba que estas asociaciones eran las únicas encargadas de
asegurar la democracia, puesto que el individuo tenía la posibilidad de mirar más
allá de sus intereses egoístas sin caer en la burocratización de la vida que supone
el Estado. Este espacio de opinión debería ser reforzado por medios de
comunicación independientes que impidiera la manipulación que de la opinión
pública pudiera hacer la clase dirigente en su favor. Es decir, advertía sobre los
riesgos de que los políticos hicieran público lo que era de su interés como
dirigentes. Sin duda para nuestro análisis, el aporte de este autor en la
reconstrucción histórica del concepto de lo público es fundamental.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

LO PÚBLICO Y LAS TRANSFORMACIONES DEL


ESTADO CONTEMPORÁNEO

Autor:
Dr. Jaime Mejia Gutiérrez
Con base en el documento Dra. Doris Marcela Hernández

EQUIPO UNIVERSIDAD VIRTUAL - ESAP

Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

LO PÚBLICO Y LAS TRANSFORMACIONES DEL ESTADO


CONTEMPORÁNEO

IDEAS PRINCIPALES

“Lo público” en la Modernidad implica una complejidad grande en las relaciones


Estado - Sociedad – Familia – Individuo.

En el campo de la democracia, de la presencia de la sociedad civil, de los partidos


de los gobiernos y sus políticas públicas, de las estructuras empresariales y la
educación es un panorama lleno de intereses, conceptualizaciones, visiones e
ideologizaciones. ¿Cómo abordar la resolución del conflicto? ¿De qué manera
conciliar las necesidades institucionales de cobertura en las políticas públicas
estatales y la calidad de la vida? En el campo de los derechos humanos: 1¿cómo
lograr la aceptación de la diferencia cultural, étnica, regional, socio económica y
política y cómo integrar los intereses comunitarios, individuales, de los partidos y
movimientos políticos, de los empresarios y los gremios? ¿En las acciones
público-estatales de qué manera se incorpora la cultura de la democracia para
aceptar la participación de la gente y la elegibilidad pública de los proyectos y las
políticas públicas?

En el campo de la Administración pública moderna y en la interiorización de la


participación ciudadana, el desarrollo del “public Choice”,2 involucra un desafío
constitucional y de eficiencia en la asignación de los recursos sociales, que obliga
a los ciudadanos a organizarse para poderle hacer oposición al gobierno, como
fuente de amenazas y riesgos a la autonomía individual. La comprensión de los
actores y los intereses en el área de la Influencia y el Influyente, se constituye en
la pieza angular del proceso de investigación. Harold Lasswell al desentrañar los
valores básicos en la democracia desde los intereses individuales, nos aporta el
marco de las variables: poder, ilustración, respeto, bienestar (incluye salud),

1
Cassese Antonio. Los derechos humanos en el mundo contemporáneo. Editorial Ariel S.A. 1993.
PAGS. 31, 37
2
Buchanan James, Tulock Gordon de cálculos of concent. 1988.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

equidad (incluye justicia), riqueza, participación, seguridad3.

El desarrollo humano y la sustentabilidad del crecimiento económico, indican una


ética de responsabilidades y valores que permiten construir los lazos de la
solidaridad y la confianza en el relacionamiento social, político, económico,
cultural. Los aportes del neoinstitucionalismo con la teoría del capital social,
provee unos filones interesantes para la investigación de los roles,
relacionamientos y eficiencia de las instituciones para lograr la confianza en la cual
deban descansar las relaciones y comportamientos de los ciudadanos.

Las percepciones de los individuos hombres y mujeres sobre las instituciones y su


funcionamiento, lo que algunos llaman imaginarios colectivos, son una fuente
importante de evaluación para mirar los efectos de la educación y el devenir de la
democracia como el mejor de los regímenes. El estudio de los megaproyectos
como el de la educación básica, es esencial para dirimir los postulados de la
elegibilidad de los menús de aprendizajes y saberes por parte de los ciudadanos
estudiantes, de los ciudadanos profesores y de la comunidad educativa en
general.

Los tópicos generadores para la investigación deben cubrir preguntas densas,


difíciles, teóricas y complejas. Los objetivos que persigue el Estado, son los de
formación utilitaria y diversificada de la economía, promotor de conocimientos que
ayuden a resolver problemas y a construir investigación aplicada y transferencia
de tecnología. El ciudadano debe progresar en el desarrollo de la imaginación, la
creatividad, el pensamiento autónomo.

En síntesis “lo público” en un contexto democrático debe ser un instrumento que


facilite la resolución de los conflictos. El conflicto no es bueno ni malo; debe ser
examinado sin prejuicios éticos o morales, debe pensarse como una manifestación
de diferencias, opiniones, creencias, intereses y no como una contienda donde
alguien debe vencer al otro.

COMPETENCIAS

COGNITIVAS: En la dimensión de la consolidación del estado-Nación en


occidente, debe entenderse como aparecen las instancias político- administrativas
de representación pública de intereses a partir de la conformación de los partidos
3
Deutsch, Karlw. Política y gobierno. Fondo de cultura económica. 1997. Pág. 23.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

políticos, los sindicatos y asociaciones obreras y las circunstancias del conflicto


entre estamentos, clases, ghetos y segmentos poblacionales emergentes en la
sociedad representativa democrática. Las revoluciones y las contrarevoluciones, el
nuevo orden y la defensa de antiguas estructuras de los regimimenes políticos es
el conflicto que debe comprenderse.

AXIOLOGICAS: Los conceptos del contrato social y la separación de los poderes,


debe interpretarse con la germinación de las nuevas estructuras productivas
basadas en la ciencia y la tecnología como movilizadores de nuevas instituciones
de trabajo y de solución de problemas sociales.

PROCEDIMENTALES: Las funciones del Estado-Nación como garante de los


procesos del mercantilismo como proceso de ampliación colonial y comercial,
permiten dimensionar las relaciones entre fabrica-banca-comercio y apliaciones
tecnológicas como el ferrocarril y el barco mercante con la incorporación de la
máquina de vapor y los procesos de la revolución industrial.

3.1 Lo público y las transformaciones del Estado contemporáneo

Empecemos esta unidad sobre la construcción de lo público, con apartes –


extensos pero enriquecedores- de un texto de Fernando Uricoechea sobre la
historia del concepto que ayudará al estudiante a desarrollar una perspectiva
histórica y analítica:.

“El concepto de lo público ha venido despertando un notorio interés en amplios


sectores de la opinión pública internacional de las últimas décadas. Este despertar
surge, de modo superficialmente curioso, justamente cuando la globalización
planetaria del mercado y sus instituciones –arena paradigmática de lo privado- ha
adquirido una presencia explosiva y sin precedentes en la historia de las
economías políticas. El predominio relativo del mercado y la economía frente al
Estado y la política, junto con el dinamismo creciente de lo privado, debido al
intercambio, ha generado así conciencia nerviosa de que lo público vive un
período teóricamente problemático y prácticamente crítico….”

“…Lo primero que hay que destacar es que el concepto de lo público no es una
realidad necesariamente constitutiva de los social, como por ejemplo, lo
sagrado…”.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

“…La cuna de lo público es, como quisiera proponer a continuación, Occidente.


Fueron unos accidentes históricos que se dieron y que se combinaron en
Occidente los que hicieron posible que la institución de lo público surgiera
originariamente allí”.

“…Tres elementos son cruciales. Un primer factor, decisivo para la Constitución de


lo público fue el cristianismo….” El carácter, sin hipérboles, revolucionario de la
doctrina cristiana del amor radica -junto con su devaluación del ritualismo y su
énfasis en la racionalización ética de la conducta-en sus consecuencias
universalizantes ya señaladas, con diferentes énfasis, por Hegel, Marx y Weber.
En esencia, el prójimo deja de ser el miembro de mi grupo particular, cualquiera
que éste sea etnia, tribu, clan, familia. El prójimo es el otro como ser genérico: el
ser humano sin demarcaciones particularistas de ninguna naturaleza. El prójimo
es el hombre, tout court.”

“El carácter universalizante de dicho mensaje fue, a su turno, sociológicamente


decisivo para el desarrollo histórico de lo público en la medida en que hizo posible
la formación de experiencias societarias fundadas en la dinámica teológica de la
interacción social, por oposición a las anteriores experiencias comunitarias
fundadas en la comunidad de origen. El paradigma histórico de ese nuevo modo
de experiencia vino a ofrecerlo la ciudad en Occidente”.

“…La ciudad en Occidente…tuvo otra identidad. No era un agregado de grupos


étnicos. No era un mero asentamiento. Tenía una identidad corporativa: una carta
de nacimiento institucional y un ayuntamiento municipal que le confería poder
político para gobernarse de modo autónomo. Die Stadtluf macht frei decía el
habitante de esas primeras ciudades. El aire de la ciudad libera. Nos emancipa del
particularismo patrimonial o feudal y nos hace ciudadanos: miembros de una
corporación política, construida sobre el consenso colectivo de voluntades. Fue en
ese espacio urbano, construido de modo político, donde surgió la institución de lo
público. La institución de lo público está, pues, íntimamente vinculada con el
surgimiento y el desarrollo de la noción de ciudadanía”.

“Existe, además del cristianismo y de la ciudad occidental, un tercer factor decisivo


para el desarrollo histórico de la institución de lo público, a saber: el nacimiento del
mercado como institución rectora del intercambio y del principio de asignación de
los recursos materiales y simbólicos” “…El mercado viene a completar la obra
iniciada por el cristianismo y la ciudad, a saber: la universalización de lo humano
como experiencia social, la eliminación de cualquier rezago de adscripción
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

privilegiada en nombre de la sangre, del sexo, del status o de cualquier otro


criterio diferenciador y, con ello, puso a todos los individuos en pie de igualad”.

“¿Cómo podemos, con esos antecedentes históricos, identificar con más precisión
la naturaleza de lo público? Una primera aclaración se impone: lo público no
significa lo mismo que lo colectivo. Todo lo público es colectivo, pero no todo lo
colectivo es público. Lo colectivo es todo aquello que asume un carácter
moralmente obligatorio. Lo colectivo no es una simple sumatoria contractual de
voluntades individuales. La vida colectiva es la vida compartida con carácter
consensual y, por tanto, de carácter obligante, porque surge de un pacto colectivo
silencioso, pero moralmente reconocido y no de un contrato social. Es la vida en la
que se viven los valores de la comunidad. No hay vida colectiva en manicomios o
penitenciarias. La vida pública, por otra parte, es aquel sector de la vida colectiva
que atiende las aspiraciones y anhelos ciudadanos que trascienden la esfera
privada, pero que afectan a ésta. Podría decirse, simplificando, que la vida pública
es la que atiende el destino de la comunidad mientras que la vida colectiva es la
que gravita en torno a un origen”.

“Desde luego que la vida pública y la vida colectiva hacen referencia primordial a
los valores- aquellos objetos ideal y virtualmente deseables para todos- antes que
a los intereses, aquellos objetos sobre los cuales no hay consenso en cuanto a su
deseabilidad o preferencia….””…Pero mientras que la vida colectiva da por
sentado y presupone el acuerdo consensual asociado al orden social, la vida
pública procura, dentro del espacio público, ya sea definir los valores prioritarios
que deben orientar la administración y gobierno de los social y/ o definir nuevos
valores para el mismo efecto…”4

Este importante texto pone en marcha la discusión sobre el origen de lo público.


Es necesario resaltar en el texto de Uricoechea: la confluencia de la ética cristina,
el surgimiento de la ciudad y del mercado, como mecanismo de integración social,
aspectos que hicieron posible el origen de un espacio distinto al del Estado y al de
la política; que sería lo público.

Debemos subrayar, que las nuevas concepciones de lo público, refuerzan esta


estructura; es: en la alteridad, en el reconocimiento del otro, en el espacio urbano,
en la ciudad, y en el mercado, que se constituye la esfera pública como una

4
URICOECHEA, Fernando. Lo público: historia y estructura. En: revista Trans # 1, Universidad Nacional,
sede Bogotá, Diciembre de 2001.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

instancia ética –Locke- que hace contrapeso al espacio político y al sistema


estatal.

Tenemos claro que lo público es un fenómeno moderno que surge históricamente


a la par con el Estado, de suerte que su desarrollo está íntimamente ligado con las
transformaciones de la esfera estatal. En el Estado liberal lo público se configura
como una instancia de refugio de la esfera privada para albergar un nuevo sujeto
político: el individuo que no se disolvía en la esfera política. Por eso la concepción
predominante de lo público durante el período histórico del Estado liberal sea la de
Locke, como una esfera de opinión civil de ciudadanos libres e informados que
hacen contrapeso al soberano para evitar abusos y para asegurar que la
administración de los bienes colectivos se haga con sentido público. No en vano la
idea de opinión pública que es central en la discusión de lo público en el siglo XX
(Habermas) deriva de esa noción liberal inglesa.

En el Estado de Bienestar, se empieza a delinear a principios del siglo XX y logra


su consolidación luego de la segunda guerra mundial, lo público se amplía con el
surgimiento de otros actores políticos, tales como sindicatos, movimientos
sociales, y ya en la década de los 60 con el auge de otros movimientos sociales,
como el ecologista y el feminista.

La esfera pública se expande y tiende a confundirse con una especie de sociedad


civil ampliada, pero la desborda, porque no aspira a acceder al poder político. La
esfera pública en sus desarrollos recientes sería el espacio que logra conciliar lo
estatal y lo político, con los social y lo económico. En términos descriptivos, lo
público podría verse como lo muestra esta figura:
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

¿Cómo se construye este escenario de lo público no estatal?

Es necesario ser cuidadosos sobre el tipo de espacio público que se produce en la


conjunción de estas tres esferas de organización de la sociedad. No es un
producto puro, en el sentido de que allí cada esfera contribuye con una tercera
parte sobre el resultado general. Depende del grado de desarrollo y fortaleza del
Estado, de la sociedad y del mercado. Así, pueden resultar espacios públicos muy
influidos por el Estado (como las sociedades europeas) o espacios públicos muy
influidos por la sociedad (como Japón) o por el mercado (como Estados Unidos).
Pero también puede darse que en un momento dado predomine la conjunción de
dos de ellos sobre el otro.

Como lo señala Charles A. Reilly (1999):

“Evidentemente, ningún miembro aislado de la trinidad social Estado-


mercado-sociedad civil puede existir sin los otros; hay una tensión
permanente entre ellos, Uno espera que la tensión se perciba como
creativa y que la división tanto del trabajo como del poder resulte ser
factible y eficaz. En ausencia de mercados perfectamente
competitivos, el Estado debe intervenir con capacidad reguladora.
Pero como los Estados son imperfectos en sí mismos, necesitan
mecanismos de control de la sociedad civil. Y como la sociedad civil
también es imperfecta e incompleta, tanto el Estado como el mercado
deben jugar un papel para asegurar los derechos, canalizar los
intereses y generar empleo”. Reilly, Charles A., (1999). “El Equilibrio
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

entre el Estado, el mercado y la sociedad civil. Las ONG para un


nuevo consenso de desarrollo”.5

En esas discontinuidades y tensiones, surge lo público no estatal, el espacio


público señalado en el cruce de las tres esferas como EP, y que sigue estando
muy influenciado por el Estado, habida cuenta de que es la esfera que
tradicionalmente ha representado lo público, lo colectivo, pero donde el mercado y
la sociedad civil, cada vez juegan más un papel determinante en su configuración.

Lo público más allá de lo estatal, es ese ámbito de acción de corresponsabilidad


entre Estado, mercado y sociedad civil; producto de la transformación que ha
experimentado la acción estatal en las últimas dos décadas, caracterizada por una
pérdida de su centralidad en la acción política y la emergencia de otros actores
sociales, tales como: agentes de mercado, organizaciones de la sociedad civil y
movimientos sociales que aspiran a construir respuestas colectivas a problemas
colectivos.

En el paradigma donde el Estado proveía prácticamente todos los recursos y


todas las soluciones, y la política pública se entendía como el producto de la
perfecta sintonía del aparato burocrático con las sensibilidades y demandas
ciudadanas, se partía del supuesto de la complementariedad entre Estado y
sociedad civil. Sin embargo, cada vez hay mayor elaboración teórica acerca de la
debilidad de este supuesto y de su insuficiencia para desarrollar una teoría de la
gobernabilidad en América latina.
Es a partir de los trabajos de Jurgen Habermas que se abre un escenario de
discusión sobre la transformación de las articulaciones entre Estado y sociedad
civil, especialmente en la configuración de un espacio donde los actores privados
se reencuentran en la discusión de aquellos temas que atañe a la mayoría, es el
espacio público que viene a sustituir, o a reforzar en algunos casos, la esfera
pública tradicional de la sociedad moderna que se concreta en los parlamentos.

La política moderna ya no se agota en el Estado, la cosa pública se realiza en la


interacción del aparato institucional del Estado, el sistema político, la sociedad civil
mercantil – el mercado- y no mercantil – Tercer sector, movimientos sociales y
ciudadanos individualmente considerados. Como lo señala Cunill: (1997): “dicho
espacio corresponde a un nivel ubicado entre la esfera privada y el Estado, y

5
En: TOKMAN, Victor. E; O’DONELL, Guillermo; compiladores, (1999) Pobreza y desigualdades en
América Latina. Paidos, Buenos Aires, Argentina
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

actúa como la caja de resonancia de los problemas de la sociedad que deben ser
trabajados por el sistema político”.6

3.2 Lo público y la crisis del Estado7

Si lo público se forma a la sombra de la crisis del Estado, resulta pertinente


detenerse en algunos discursos filosófico – políticos contemporáneos sobre la
naturaleza de la crisis del Estado y de los posibles desarrollos de la concepción de
lo público.

2. Debates contemporáneos sobre lo público (Habermas, Arendt, Rawls,


Castoriadis, Levinas). ¿Lo público en sustitución del Estado?

3.2.1 Lo público en Jurgen Habermas.

En la extensa obra de Habermas nos interesa resaltar, para efectos de la


discusión sobre lo público, su concepción de la política republicana. Veamos:

“De acuerdo con la concepción republicana, la política no se agotaría


en dicha función de mediación, sino que representaría más bien un
actor constitutivo del proceso de socialización en su conjunto. La
política se concibe como una forma de reflexión de un entramado de
vida ético (Locke, siempre Locke). Constituye el medio con el que los
miembros de las comunidades en cierto sentido solidarias asumen su
recíproca dependencia y con el que en su calidad de ciudadanos,
prosiguen y configuran con voluntad y conciencia las relaciones de
reconocimiento recíproco con las que se encuentran convirtiéndolas
en una asociación de miembros libres e iguales. Con ellos la
arquitectónica liberal del Estado y de la sociedad experimenta una
importante transformación: junto a la instancia de regulación jerárquica
de la soberanía estatal y la instancia de regulación descentralizada del
mercado, esto es, junto al poder administrativo y a los intereses

6CUNILL GRAU, Nuria, (1997). “Repensando lo público a través de la sociedad.


Nuevas formas de gestión pública y representación social”. Centro
Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, CLAD, Nueva Sociedad.
Caracas, Venezuela.
7
Para profundizar sobre lo público y la crisis del Estado ver:
www.colombia2000.org/las_memorias/lo_publico/memorias_lo_publico1.htm
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

privados, surge la solidaridad como una tercera fuente de integración


social”. Es decir, en nuestra lógica, el surgimiento de lo público.

“…En la concepción republicana, el espacio público político y, como


infraestructura suya la sociedad civil cobran un significado estratégico:
conjuntamente deben asegurar su fuerza integradora y su autonomía a
la práctica del entendimiento mutuo entre los ciudadanos” 8.

Ahora bien, a esta formación de lo público, Habermas agrega el concepto de la


acción comunicativa como el medio para conseguir esos consensos de legitimidad
para la acción social y la acción estatal. En efecto:

“Según la concepción republicana, el proceso de formación de la


opinión y de la voluntad política en el espacio público y en el
parlamento no obedece a las estructuras de los procesos de mercado,
sino a las estructuras propias de una comunicación pública orientada
al entendimiento. El paradigma de la política, concebida en el sentido
de una práctica de autodeterminación ciudadana, no es el mecado,
sino el diálogo”.

Para lograr esto se precisa de ciudadanos libres e iguales; por eso el espacio
público sólo ha sido posible en esa ficción legal, creada por el Estado liberal,
Igualdad formal que, como diría Nieztche, se ha vuelto verdad en el discurso
político y en la reivindicación de identidad de los distintos actores sociales que
conforman la esfera pública.

- 3.2.2 Lo público en Hannah Arendt.

La esfera pública en Arendt adquiere claramente una identidad más allá de lo


estatal. Sigue siendo un espacio ético donde el ciudadano desarrolla su
autonomía, refuerza sus identidades y trasciende de lo individual a lo colectivo sin
desaparecer en lo político. Según la pensadora alemana:

“La palabra “público” significa dos fenómenos estrechamente


relacionados, si bien no idénticos por completo. En primer lugar significa
que todo lo que aparece en público puede verlo y oírlo todo el mundo y

8
”. HABERMAS, Jurgen, La Inclusión del Otro. Paidos, Barcelona, 2002.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

tiene la más amplia publicidad posible. Para nosotros, la apariencia –algo


que ven y oyen otros al igual que nosotros –constituye la realidad…”

“…En segundo lugar, el término público significa el propio mundo, en


cuanto es común a todos nosotros y diferenciado de nuestro lugar
poseído privadamente en él. Este mundo, sin embargo, no es idéntico a la
Tierra o a la naturaleza, como el limitado espacio para el movimiento de
los hombres y la condición general de la vida orgánica. Más bien está
relacionado con los objetos fabricados por las manos del hombre, así
como con los asuntos de quienes habitan juntos en el mundo hecho por el
hombre. Vivir juntos en el mundo significa en esencia que un mundo de
cosas está entre quienes lo tienen en común, al igual que la mesa está
localizada entre los que se sientan alrededor; el mundo, como todo lo que
está en medio, une y separa a los hombres al mismo tiempo”.

En Arendt, hay un claro llamado a entender la dimensión histórica y contingente de


lo público. Es decir, lo público no está dado de antemano, es algo que es
necesario construir por medio del diálogo, de la solidaridad, del compromiso ético
para la acción. De suerte que si se asocia la crisis del Estado como una forma de
la crisis de lo público, no necesariamente, será una relación de causa efecto en el
sentido mecánico. Lo público puede reconstituirse aún en tiempos del
desvanecimiento del Estado y de la esfera política. En últimas la lucha por la
reconstitución de lo público deviene en una forma de redemocratización de la vida
social.

3.3.3. Lo público en John Rawls.

Uno de los pensadores liberales más influyentes del siglo XX fue el


estadounidense John Rawls. Para él, lo público es una concepción política de la
vida colectiva que se caracteriza por ser un espacio que ocupan ciudadanos libres
que procuran una justa asignación de bienes públicos mediante la deliberación
democrática. Dice Rawls en su obra The idea of public reason revisited, citada por
Carlos Peña en su artículo “La Tesis del consenso superpuesto y el debate liberal
comunitario”, en Revista Estudios Públicos # 82 (www.cepchile.cl)

“Tal razón es pública en tres sentidos: como la razón de ciudadanos libres


e iguales, esto es, la razón del público; su tema es el bien público
concerniente a las cuestiones fundamentales de la justicia política [...]; y
su contenido y naturaleza son públicos, siendo expresados en un
razonamiento público”.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo

Es preciso destacar el énfasis puesto en la naturaleza ética de lo público, muy en


la tradición de pensamiento liberal, desde Locke y Kant hasta Rawls y Mouffe,
como un rasgo que puede oponerse al Estado, ya sea para corregir la asignación
que se sustenta en la legitimidad democrática y no satisface la exigencias de lo
público9 . Esta caracterización ética es fundamental para conservar ese rasgo no
estrictamente político de la lucha por lo público

3.2.4. Lo público en Emmanuel Levinas

De Emmanuel Levinas, nos interesa destacar para culminar esta reconstrucción


filosófica de lo público, su noción del otro, de la ética de la alteridad y de la
diferencia. Consideramos que es en la alteridad, en la aceptación del otro –en su
diferencia o en su excepcionalidad -, donde también se construye y toma forma lo
público. Lo público, podría decirse, es el otro, o mejor, el espacio que soy capaz
de construir con otros en cuanto diferentes – o excepcionales, según algunas
interpretaciones 10. Levinas sostiene que la única forma aceptable de la
subjetividad del ciudadano contemporáneo, agregamos nosotros- es el
reconocimiento del otro, como alguien a quien debo aceptar en la convivencia, no
sólo en la tolerancia pasiva sino en la interacción constructivo-destructiva, en la
transformación que supone una existencia libre.

9
Piense en la aprobación de los planes de desarrollo y en los presupuestos por parte de los gobiernos. Su
construcción no se discute porque es realizada desde la legitimidad democrática que concede el poder
delegado. Pero desde lo público puede cuestionarse esta elaboración si no cumple con ciertos requisitos de
exigencia moral, por ejemplo en términos del segundo principio de justicia de Rawls, cual es no satisfacer la
asignación de recursos en favor de los más desprotegidos de los ciudadanos. En últimas nuestra discusión de
lo público indica que puede ser una forma de enfrentar los déficit de democratización que caracteriza la toma
de decisiones en las democracias.
10
GUTIÉRREZ, Claudia; LEVINAS, Emmanuel; o lo excepcional como ética. Universidad de París 8,
Vincennes, Saint Denis, 2003.
Dimensiones de lo público

EQUIPO UNIVERSIDAD VIRTUAL - ESAP

Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Dimensiones de lo público

IDEAS PRINCIPALES

La democracia como concepto de vida libre o escogencia autónoma.

Desde los albores de la civilización se ha discutido el modelo de la democracia como


una de las formas de gobierno, las otras son: la tiranía y el totalitarismo y las formas
oligárquicas de ejercicio del poder. Heródoto hablaba de la Isonomía como la forma más
bella de la democracia: “La igualdad de derechos políticos y civiles ante la ley”. John Stuart
Mill expresó las ideas sobre la necesidad de los límites al poder, aún cuando este poder
sea el de la mayoría, sobre la fecundidad del conflicto (pacífico), el elogio de la
diversidad, la condena del conformismo, la absoluta prioridad que en una sociedad bien
gobernada se da a la libertad de opinión. (On Liberty. J.S. Mill, Saggio Sulla Libertá, il
Sagiatore, Milán – 1981. – Norberto Bobbio. El futuro de la Democracia, p.122). “Se debe
reprimir la conducta dañina”. “El único objetivo por el que se puede legitimamente ejercer un
poder sobre algún miembro de la comunidad civilizada, contra su voluntad, es para evitar
daño a los demás”.

La Democracia está caracterizada por un conjunto de reglas (primarias o fundamentales)


que establecen quién está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo qué
procedimiento. Todo grupo social tiene necesidad de tomar decisiones, obligatorias
para todos los miembros del grupo, con el objeto de mirar por la propia sobrevivencia,
tanto en el interior como en el exterior.

Es cierto, que no siempre la democracia ha incluido a todos los habitantes, debido a la


aceptación de formas de esclavitud, servidumbre, exclusión de clases y segmentos
poblacionales. En la democracia moderna, se busca maximizar la participación política
en el mundo real, por parte de los ciudadanos y en muchos casos por porciones
poblacionales como la niñez, los jóvenes y aún segmentos considerados como
"extraños” como los homosexuales, los drogadictos, los hombres de la calle y en fin
múltiples expresiones del llamado pluralismo.

C. Wrigth Mills en su libro “Poder, política y pueblo” destaca que los observadores
liberales de todas partes fundan sus interpretaciones y sus esperanzas en la creencia de
la idea del público y la idea asociada a la opinión pública. Los pensadores
conservadores, desde la revolución francesa, han visto con alarma, por supuesto, el
surgimiento del público, al que han llamado generalmente las masas. “El populacho es
soberano, escribía Gustave LeBon y la ola de barbarie sube”. Pero no hay duda que quienes
han supuesto que las masas están en el camino del triunfo se equivocan. En nuestro
tiempo, la influencia del público o de las masas en la vida política está en realidad

2
Dimensiones de lo público

decreciendo y la influencia que pueden tener ocasionalmente, tiende, en un grado


desconocido pero creciente, a ser orientada por los medios de comunicación en masa.

COMPETENCIAS

COGNITIVAS: Profundizar los horizontes de la evolución de los derechos humanos y de


la incorporación de las mejoras en la vida económica, social y política, es el logro a
obtener en este tema. Los conflictos entre naciones por desarrollar espacios vitales y
preeminencias del poder militar, hacen brotar los valores de la preocupación por la paz,
la convivencia y el desarrollo económico en el Estado de bienestar.

AXIOLOGICAS: Las nuevas dimensiones del internacionalismo de los partidos socialistas,


la activación de las ideas sociales de la iglesia católica, la viabilidad de nuevas
expresiones culturales de los continentes llamados "no civilizados a la manera
occidental", determinan nuevas formas de globalización de los derechos humanos, de
las dimensiones históricas de los pueblos y la urgencia de distribuir los beneficios del
progreso y de la ciencia.

PROCEDIMENTALES: Comprender las relaciones entre sociedad civil-Estado, con la


independencia que tomarán los movimientos no solo políticos, sino culturales, de
género y de expresión pacifista y de recuperación de religiosidades y metafísicas en la
búsqueda humana de la salvación.

4.1 Dimensiones de lo público

Lo público tiene varias formas de presentación o de lectura. En cualquiera de ellas, el


ciudadano tiene distintas formas de acceder a lo público, bien sea a través de lo cultural,
lo jurídico e incluso lo político, por ejemplo a través de los espacios de participación
ciudadana o democracia directa que están diseñados para la toma de decisiones de
políticas públicas. Esto supone que lo público en la modernidad y la formación de
ciudadanía son las dos caras de una misma moneda. Para continuar con la
reconstrucción del concepto de lo público es necesario abordar el debate sobre la
ciudadanía, que es el escenario donde no sólo se reconfigura lo público sino dónde se
juega la vida la democracia, en tanto forma de organización social.

3
Dimensiones de lo público

4.1.1 Lo público y las nuevas formas de la ciudadanía (Lo público en la


globalización)

La globalización ha sido percibida inicialmente como un fenómeno económico, pero


necesariamente con consecuencias políticas, éticas, culturales. Uno de los escenarios
dónde se ha realizado el fenómeno de la globalización ha sido la ciudad. Podríamos
decir que la globalización es fundamentalmente un fenómeno de ciudades que tiene
consecuencias sobre los hábitat rurales, en cuanto se modifican los patrones de
consumo, de aglomeración en los países y los criterios de distribución de las cargas y de
las responsabilidades en una sociedad.

Hay quienes sostienen que la globalización es la verdadera revolución de las


telecomunicaciones iniciada en la década de los 60’ y que hoy estamos ad portas de
entrar en una llamada sociedad global, que supondría que todos los seres del planeta
estarían interconectados y comunicados, lo que supondría enormes beneficios para
todos;, pero también, enormes riesgos en la medida en que la globalización desafía las
identidades y acelera patrones de consumo y de comportamiento que causarían más
daño ecológico del que ya se produce. globalización, en tanto categoría en
construcción, hay que ser cautelosos. Anthony Giddens considera que hay dos
enfoques opuestos sobre la globalización. De un lado estarían los radicales quienes
afirman que la globalización está en todas partes y sus consecuencias son inmanejables
y a menudo impredecibles. De otro lado estarían los escépticos para quienes la
globalización es una ideología desarrollada por el pensamiento neoliberal para justificar
su apuesta de desmontar el Estado. Habría que encontrar el punto medio que nos
permita no negar la evidencia de la globalización económica pero tampoco hasta el
punto de volverla un nuevo credo político e ideológico.

Que este mundo global sólo sería posible en la ciudad, es una de las premisas más
radicales y sugerentes que se conoce en el debate político contemporáneo Por
supuesto que aquí no daremos una respuesta definitiva. Se darán los elementos teóricos
necesarios para que el estudiante por sí mismo pueda encontrar una respuesta
satisfactoria.

Hemos logrado establecer que cuando hablamos de ciudad en el mundo


contemporáneo, estamos más cerca de la civitas romana que de la polis griega. Y
estamos hablando de un espacio común en el que ese nuevo sujeto político, el
ciudadano, desarrolla su existencia. Pero ésta existencia no se desarrolla necesariamente
de una manera pacífica, es decir, la ciudad no es un espacio dado, no es un orden
establecido, la ciudad es un espacio de encuentros y de desencuentros, de diálogo y de
confrontaciones, de justicias y de injusticias, es un espacio por construir, donde se

4
Dimensiones de lo público

supone que sujetos autónomos pautan reglas de convivencia. Como lo señala Italo
Calvino:

“Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de miedos, aunque el
hilo de su discurso sea secreto, sus reglas absurdas, sus perspectivas engañosas, y
toda cosa esconda otra”.

Por eso cuando aterrizamos el debate sobre lo público, en tiempos de globalización,


necesariamente llegamos a la ciudad y al espacio público, como la caracterización más
concreta de lo público. La Agenda Habitat II de Naciones Unidas, o cumbre de Estambul,
posicionó el debate sobre lo urbano, la ciudad y la globalización a escala planetaria en
términos de espacio público, en la definición propuesta por Fernando Viviescas.

“Espacio público entendido como sustento jurídico y político de la expresión


autónoma, de la creatividad individual, para la socialización, la crítica, la
decantación y depuración colectiva de los planteamientos, de los criterios, de los
imaginarios. Y espacio público también como entidad física, como continente y
determinante de la calidad de lo que se dice, de lo que se piensa, de los que se juega –
y goza- y de lo que se diverge. Espacio público entonces como cualificador de la
existencia individual y colectiva, y del ejercicio, uso y disfrute de la ciudadanía”
(Viviescas, Fernando. La Agenda Habitat II en los fundamentos para la formulación
de una política de espacio público. 1

Ahora bien, la ciudad como fenómeno político y sociológico fue, fundamentalmente,


un fenómeno económico. Según Max Weber,

“Si se pretendiese definir la ciudad desde una perspectiva puramente económica


sería una aglomeración en la cual la mayor parte de sus habitantes viven de la
industria y del comercio y no de la agricultura…”.

Igualmente señala que:

“Otro factor que habría que tener en cuenta para poder hablar de ciudad es la
existencia de intercambios comerciales regulares, y no solo ocasionales en la
localidad, intercambios que constituyan un componente esencial en los modos de
vida de sus habitantes, es decir, que la localidad se caracterice por poseer un
mercado”

1
En Revista Ensayo y Error, # 1, Noviembre de 1996, Bogotá Colombia..

5
Dimensiones de lo público

Y de otro lado sostiene:

“Hablaremos de ciudad, en el sentido económico, cuando la población residente en


una localidad satisfaga una parte económicamente sustancial de sus necesidades en
el mercado local, gracias sobre todo a los productos que dicha población, y las de los
alrededores inmediatos, hayan fabricado o se hayan procurado para venderlos en le
mercado. Toda ciudad, en el sentido que le hemos conferido aquí a esta palabra, es
un lugar de mercado, es decir, toda ciudad tiene como centro económico del
asentamiento un mercado” 2 .

En la comprensión de lo público en la modernidad el componente económico es


fundamental. Por eso es necesario abordar la perspectiva de lo público en lo económico,
que no coincide con lo público jurídico pero que puede darle sustento.

4.1.2 Lo público económico (los bienes públicos)

Los bienes públicos económicos son bienes que benefician a toda la comunidad
independientemente de si cada individuo desea adquirirlo o no. El ejemplo clásico de
bien público es la seguridad nacional. Los bienes públicos tienen varias características:
no son excluyentes porque no es fácil -ni deseable- excluir a una persona del beneficio
de disfrutar el bien público, como por ejemplo el aire puro; no son rivales porque en
cualquier nivel de producción el costo marginal de suministrar el bien a una persona
más, es igual a cero –en un salón, si llega una persona más, la cuenta de la luz no se
aumentará- y; como es difícil determinar la disposición a pagar por el disfrute de los
bienes públicos, dado que los individuos no tienen los incentivos para pagar por algo,
que de todos modos será suministrado, los bienes públicos se consideran una falla de
mercado pues la producción de dichos bienes sería ineficiente. En esa medida, se
considera que la provisión de bienes públicos debería estar a cargo del Estado quien la
financiaría con los impuestos de todos.

La intervención del Estado en materia económica se justificaría para corregir las fallas
del mercado, una de las cuales son los bienes públicos. Esta concepción de lo público: lo
que favorece a todos, pero que no es dable financiarlo privadamente, está en el centro
de las discusiones sobre el papel del Estado en una economía globalizada y
necesariamente en la redefinición de lo público, como quiera que el espacio de lo
público también estaría conformado por aquellos bienes públicos que deberían seguir

2
”.WEBER, Max. La Ciudad. Ediciones de La Piqueta, Madrid, 1987)

6
Dimensiones de lo público

siendo proveídos en una perspectiva pública, es decir, con financiación vía impuestos.
Los procesos de privatización han contribuido a la erosión de lo público, entendidos
como procesos de vaciamiento de lo público por razones de eficiencia económica.

3. Lo público jurídico (el espacio público) (lo público en la Constitución Política)

Una de las dificultades para encontrar una definición inequívoca de lo público es que las
perspectivas económicas, jurídicas y sociológicas no siempre coinciden y, las políticas
públicas –que sería el modo de conciliar las distintas lec7turas sobre lo público- a
menudo privilegian una perspectiva sobre otra. Para simplificar diríamos que el espacio
público es la manifestación jurídica de lo público. Tal y como lo señala el urbanista
catalán Jordi Borja:

“El espacio público es un concepto jurídico: un espacio sometido a una regulación


específica por parte de la Administración Pública, propietaria o que posee la facultad
de dominio del suelo y que garantiza su accesibilidad a todos y fija las condiciones de
su utilización y de instalación de actividades. El espacio público moderno proviene de
la separación formal (legal) entre la propiedad privada urbana (expresada en el
catastro y vinculada normalmente al derecho de edificar) y la propiedad pública (o
dominio público por subrogación normativa o por adquisición de derecho mediante
cesión) que normalmente supone reservar este suelo libre de construcciones (excepto
equipamientos colectivos y servicios públicos) y cuyo destino son usos sociales
característicos de la vida urbana (esparcimiento, actos colectivos, movilidad,
actividades culturales y a veces comerciales, referentes simbólicos monumentales,
etc.)”. 3

El espacio público ha sido uno de los legados importantes de la conferencia Hábitat II


junto con el de calidad de vida. El primero como el escenario donde debe replantarse la
vida en sociedad y, el segundo, como el norte de la intervención estatal y ciudadana. Sin
embargo, es necesario advertir que la discusión sobre lo público no se agota en el
espacio público, simplemente se trata de una de sus manifestaciones más concretas.
Porque lo público trasciende el espacio físico para transformarse en un escenario de
producción de sentido, de identidad, de construcción de ciudadanos que apuestan
porque la vida en comunidad no se reduzca a la delegación ciudadana. 4

3
BORJA, Jordi. Ciudadanía y espacio público: En Revista Foro # 40, Ediciones Foro Nacional por
Colombia. Diciembre 2000- Enero 2001. Bogotá Colombia).
4
(Una interesante reflexión sobre la construcción de ciudadanía, lo público y la democracia directa aparece
en un texto publicado en los números 4,5 y 6 de la Revista Pretil de la Universidad Piloto de Colombia, La
Ciudad en la Era de la Globalización de Juan Luís Piñón).

7
Dimensiones de lo público

4. Lo público cultural (homogeneidad, heterogeneidad, totalidad, fragmentación,


inclusión)

Ahora bien, el espacio público también tiene una dimensión cultural. Como lo señal el
propio Borja en el texto ya referido:

“El espacio público también tiene una dimensión socio-cultural. Es un lugar de


relación y de identificación, de contacto entre las gentes, de animación urbana, a
veces de expresión comunitaria. La dinámica propia de la ciudad y los
comportamientos de sus gentes pueden crear espacios públicos que jurídicamente
no lo son, o que no estaban previstos como tales, abiertos o cerrados, de paso o a los
que hay que ir. Puede ser una fábrica o un depósito abandonados, o un espacio
intersticial entre edificaciones. Lo son casi siempre los accesos a estaciones y puntos
intermodales de transporte y a veces reservas de suelo para una obra pública o de
protección ecológica. En todos estos casos lo que define la naturaleza del espacio
público es el uso y no el estatuto jurídico”.

Y lo cultural es un componente fundamental de la construcción de lo público, de los


enfoques sobre lo público. La cultura, entendida en sentido amplio como un sistema de
valores, de ideas, de tradiciones, de simbologías, de creencias, de comportamientos, de
patrones de consumo 5 es un componente fundamental de la construcción de lo
público. Lo jurídico es su sustento, lo político es su contraparte y lo cultural es la esencia
de lo público, de ahí la dificultad de una definición normativa de lo público, en la
medida que en que cada especificidad cultural denotaría el alcance de lo público en una
sociedad.

Por ejemplo, si hemos destacado que el concepto de lo público es de construcción


Occidental y su condición secular es una de sus características, ello no significa que en el
mundo musulmán no exista un escenario público, donde lo político, lo civil y lo religioso
están profundamente imbricados. En esa medida, es importante abrir el debate sobre la
globalización y la redefinición del espacio público a partir del desafío que supone incluir
dentro del espacio público nuevas cosmovisiones, la llamada cuestión del
multiculturalismo que está lejos de resolverse a favor de lecturas pluralistas y
democráticas. Especialmente llama la atención el debate actual que se está dando en
Europa y en Francia sobre la prohibición de portar en ciertos espacios públicos –
específicamente la escuela pública francesa- símbolos que denoten la pertenencia a un

5
KUPER, Adam. La Cultura. La versión de los antropólogos. Paidos, Barcelona, 2001

8
Dimensiones de lo público

credo religioso. Veamos una puesta en escena de ese debate en el texto de una
académica europea, Gema Martín Muñoz:
“Hemos pasado de un discurso políticamente correcto sobre la construcción de
sociedades multiculturales, en el que prácticamente todo el mundo se veía obligado
a decir que la diversidad cultural es una realidad inevitable y positiva, a
pronunciamientos categóricos sobre los males de la multiculturalidad y la amenaza
que supone para nuestros valores. En uno y otro caso ha faltado reflexión y debate
profundo al respecto. La cuestión está, como decía muy bien Iñaki Gabilondo
recientemente, en que nos lanzamos a hablar antes que a pensar, y, añado yo, esto
ocurre de manera sistemática cuando se cruza el Islam de por medio. Porque, seamos
sinceros, la cuestión cultural sólo emerge y ocupa la primera fila de nuestro debate
social cuando se trata de musulmanes. Entonces se abre la caja de Pandora, el
profundo rechazo que existe contra el universo islámico se desata y el proceso se
convierte en una satanización social de los musulmanes en el que todos opinan y
pocos piensan racionalmente y con conocimiento real.
Y esto ocurre cuando en realidad el debate es otro. Primero, plantearse seriamente
qué queremos decir con integración, porque muchas veces, cuando la cuestión
cultural emerge, es el instrumento para ocultar otras deficiencias sociales y laborales
mucho más importantes. Por eso, que nadie pretenda convencernos de que por ser
cristiano o católico se resuelve mejor la cuestión de la integración de los inmigrantes,
eso es un discurso ideológico al servicio de la islamofobia; o que sean los inmigrantes
los que amenazan nuestro laicismo, cuando éste, en realidad, en nuestro país es muy
imperfecto.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que la cuestión de la multiculturalidad
tiene múltiples vertientes que proceden de una variedad enorme de comunidades
nuevas procedentes de muchas geografías con universos culturales y mentales
diferentes que nos llevan inevitablemente a un proceso de transformación y
adecuación mutua, lo cual no es, en efecto, fácil. Pero no lo estamos pensando
globalmente, sólo improvisamos (¡y de qué manera!) cuando surge la visibilidad que
más nos molesta: la islámica, dando a entender de manera irresponsable que esos
complicados reajustes son exclusivos de los inmigrantes que proceden de ese mundo,
cuando sabemos perfectamente que no es así, que nuevos símbolos culturales,
concepciones patriarcales y problemas generacionales se dan también en las otras
comunidades instaladas en nuestro país (y, desde luego, también en las nuestras).
Pero sólo a los musulmanes les exigimos un visado de perfección. A los musulmanes
se les exige siempre presentar sus credenciales democráticas para probar que pueden
ser integrados en la sociedad, en vez de ser al contrario, como hacemos con los
demás: que su comportamiento muestre que no pueden serlo.

9
Dimensiones de lo público

Y en este sentido hay que decir que la cuestión del pañuelo que ha surgido
recientemente responde más a nuestros fetiches anti-islámicos que a un problema de
integración. La asociación marroquí ATIME, nada sospechosa de islamista, sino, por
el contrario, en una órbita muy secularizada, ha explicado insistentemente que el
pañuelo es un signo de identidad cultural, no de un proselitismo islámico partidario
de la discriminación de la mujer. No estamos ante el velo que cubre el rostro de la
mujer porque la quiere usurpar su individualidad en el espacio público. Nos negamos
a entender el carácter multidimensional del velo en el mundo musulmán porque sólo
aceptamos la interpretación inequívoca que nosotros hemos hecho de él. Mujeres
que a ojos de las sociedades europeas y occidentales en general son simplemente
'víctimas de la violencia machista del Islam, o del integrismo islámico', no quieren ser
vistas bajo otros prismas y menos aún como víctimas de la incomprensión occidental
que les impide usar ese símbolo de identidad musulmana.
Nadie pretende ocultar que existen desafíos y reestructuraciones complejas, pero hay
que afrontarlas conociendo bien nuestra realidad y la realidad de los que vienen de
fuera.
Con respecto a nuestra realidad, hay que comenzar diciendo que si no nos
desprendemos de nuestros prejuicios y atavismos anti-islámicos no vamos a ser
capaces de resolver positivamente dichos desafíos. Esto no es nuevo, pero desde el 11
de septiembre se han reforzado nuestros recelos hacia el mundo musulmán de
manera alarmante y los grandes perdedores de esta situación son los musulmanes
que viven en nuestro llamado mundo occidental (de ahí que se haya roto la frontera
y muchos se atrevan a defender que 'no queremos multiculturalismo', sin parecer
darse cuenta de la inadmisible traición a los principios democráticos que ello
supone).
La cuestión está en que tenemos que ser conscientes de que existe un arraigado y
perverso 'paradigma cultural consensuado' en las sociedades occidentales con
respecto a las sociedades árabes y musulmanas que se basa en falaces criterios
esencialistas: como una cultura cerrada, inmodificable en sus aspectos
fundamentales, lo que desemboca en una visión de cultura inferior o atrasada
(portadora de tradicionalismo inmutable, irracionalidad, agresividad) determinada
a ese destino sin solución. Y, por tanto, la diversidad cultural es siempre interpretada
en negativo. No obstante, no somos conscientes de las contradicciones en que
caemos, e incluso la responsabilidad compartida que tenemos con respecto a la
perpetuación de interpretaciones islámicas retrógradas, que, desde luego, existen en
el mundo musulmán.
¿Nos hemos parado a pensar que toda nuestra enorme preocupación y rechazo,
legítimos por supuesto, hacia quienes representan versiones culturales retrógradas
en el mundo musulmán nos limitamos a volcarlas injustamente en contra de los

10
Dimensiones de lo público

musulmanes que están en nuestro suelo cuando, sin embargo, no reaccionamos ni


nos movilizamos ante la inaceptable situación actual que consiste en tener como
aliados estratégicos en ese mundo musulmán a toda una serie de dictadores que
violan diariamente los derechos humanos y son los principales responsables de que
se impongan las versiones más ultratradicionalistas y patriarcales del Islam? Son
ellos, nuestros aliados protegidos desde Occidente, y ahora en esta 'lucha contra el
terrorismo' más que nunca, quienes están asfixiando y aniquilando a los actores y
grupos democráticos, tanto secularizados como reformistas islámicos capaces de
modernizar la interpretación del Islam. A nosotros nos repugna todo lo negativo que
hay en el mundo musulmán desde nuestras posiciones esencialistas, que no quieren
ver lo que realmente pasa allí y prefieren seguir pensando que es un mundo
monolítico, retrasado y sin capacidad de transformación, y etnocéntricas porque nos
permiten proclamarnos en los representantes universales de la civilización, cuando
en realidad estamos contribuyendo a que la democracia, la libertad y el Estado de
derecho no se desarrollen en esa parte del mundo.
Pero no sólo no ayudamos a poner las condiciones para que esa trágica situación
mejore allí, sino que aquí, donde existe el espacio y la libertad suficientes para que
esas transformaciones sociales puedan tener lugar entre los musulmanes, los
estigmatizamos y les exigimos a priori que sean perfectos. No, no sólo perfectos, sino
también que dejen de ser musulmanes.
Entendamos que lo realmente importante es la educación de las niñas, y que es la
educación lo que marca la divisoria y el futuro de esa mujer, no el que quieran llevar
un pañuelo en la cabeza. Y entendamos que para muchas mujeres musulmanas que
se visten así voluntariamente el significado pueda ser el de un signo de identidad
cultural y no su aceptación de la sumisión a los hombres. Los caminos de la
transformación social son múltiples y no tienen por qué seguir los pasos que nos
empecinamos en predestinar desde nuestra convicción de estar en la posesión de la
verdad civilizacional. No hagamos noticia de todo lo que se presenta con
denominación islámica, parémonos a pensar que, por el contrario, la consolidación
de las segundas y terceras generaciones de musulmanes en Europa está motivando
importantes transformaciones en la vivencia islámica de estos jóvenes (se sienten
europeos, se asocian, reorientan su formación religiosa, redefinen las modalidades
de sus actividades sociales...), pero que eso no significa que vayan a dejar de ser
musulmanes, sino que pueden ser los musulmanes con mayor capacidad de
modernizar el Islam. Por ello, conozcamos al otro, no le prejuzguemos y no tratemos
de interpretarlo siempre desde nuestros a priori, desde nuestra irresponsable

11
Dimensiones de lo público

ignorancia de la diversidad del mundo musulmán, porque podemos quebrar un


proceso cargado de futuro” 6 .
Otra de las precauciones que es necesario tener presente a la hora de enmarcar el
debate sobre lo público contemporáneo, en el espacio público, es la tendencia físico
arquitectónica que tiende a privilegiar el espacio público como un conjunto vacío para
la estética y la contemplación, donde el ciudadano se vacía de contenido y no puede
estar en el espacio público ni apropiárselo parcialmente con sus patrones de uso y de
consumo. El ciudadano en esta lógica es un ave de paso en el espacio público, porque
siempre terminan pesando más las definiciones jurídico -formales que estructuran los
poderes formalizados 7 .

Preguntas de Autoevaluación

- ¿Qué es el espacio público?


- ¿Cómo se articula la discusión sobre lo público, el espacio público y la
ciudadanía?
- ¿Cuáles son las claves del debate sobre lo público y multiculturalidad?
- ¿Cuales son los desafíos de la construcción de ciudadanía en un mundo
globalizado?
- ¿Cuál sería el estado del arte de la discusión en Colombia sobre lo público
y la diversidad étnica, cultural y regional que reconoce la Constitución de
1991?

Foro:

Con base en la sentencias de tutela de la Corte Constitucional SU 360 de 1999 y T-772 de


2003, el estudiante conocerá en profundidad la naturaleza del debate sobre espacio
público y vendedores ambulantes que viene dándose en Colombia. Deberá hacer una
reseña de los aspectos más destacados de dicho debate.

6
A partir de este texto, el debate sobre lo cultural en el espacio público, en lo público, queda como un tema de
reflexión personal para este los estudiantes de este curso, teniendo de presente que lo que está en juego en el
debate actual sobre lo público es la redefinición de la esfera colectiva que debe gobernarse con criterios
colectivos, pare decirlo en términos simples. Y que en esa apuesta el reconocimiento de la alteridad –del otro-
de la heterogeneidad y de la decisión de la inclusión, es fundamental. (Nota del tutor)
7
Salcedo Hansen, Rodrigo. El Espacio público en el debate actual. Una reflexión crítica sobre el urbanismo
posmoderno. En Revista Eure # 84, Santiago de Chile, 2002.
www.scielo.cl

12
Dimensiones de lo público

Taller

El estudiante se dirigirá en su ciudad o municipio a un sitio paradigmático definido


como espacio público –una plaza pública, un parque- y elaborará una especie de
bitácora de actividades relevantes que se desarrollan típicamente en un espacio público.
A partir de esa observación elaborará su propia definición de espacio público y de lo
público.

13
Formas de administración de lo público

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Formas de administración de lo público

I DEAS PRINCIPALES

El proceso de decisión y los actos racionales.

La democracia en América debe entenderse con base en la teoría Madisoniana y la


populista. El método de la maximización consiste en especificar un conjunto de metas
que han de maximizarse, entonces se puede definir la democracia en términos de los
procesos gubernamentales específicos que son necesarios para maximizar estas metas y
otras entre ellas. La teoría madisoniana postula una república no tirana como la meta; la
teoría populista postula la soberanía popular y la igualdad política. Otra manera, más
descriptiva, toma en consideración como una sola clase de fenómeno a todos los
estados, naciones y organizaciones sociales llamadas democráticas y examina a sus
miembros para descubrir las características diferenciales que tienen entre sí y en común.
Esto nos permite hablar de los espacios que forman el contexto de una participación
democrática a través del voto en consultas o referendos. Antes de la votación, durante
el periodo de la votación y las interrelaciones posteriores.

En el periodo anterior a la votación los actores (los parlamentarios, los jefes de partidos
políticos, los medios de comunicación, los sindicatos, ONG, el gobierno) han formulado
sus planteamientos y críticas. Se han hecho análisis y se han cambiado postulados.
Hecha la ley de acuerdo a los delineamientos constitucionales y la ley 134 del 92 sobre
mecanismos de participación, se ha puesto en la mesa de la tramitación jurídico-política
de la corte constitucional.

Así las cosas, la campaña se avecina con fuerzas de apoyo y contradictores políticos. Si
aceptamos que los contradictores son realmente demócratas, preferirían un llamado a la
participación masiva por un NO en la papeleta de votación. Esta es la soberanía del
pueblo, la presencia en la urna, no su ausencia.

El argumento de que la mayoría de las proposiciones se arreglan con leyes ordinarias, lo


confrontamos con un hecho que ha acelerado la decadencia del Congreso, ya que los
políticos allí presentes forman una élite de poder que relega sus decisiones a intereses
no necesariamente nacionales.

En cuanto a lo regional y local, la amenaza a la gobernabilidad de alcaldes y mandatarios


departamentales, impide una soberana discusión y función legislativa, en la ausencia de
una administración neutral pero políticamente importante, depositaria de capacidad
mental y capacidad ejecutiva; y, descansa en el creciente secreto oficial, tras el cual se
toman las grandes decisiones sin someterlas a debate público ni siquiera a debate en el
Congreso. De allí la importancia del “Referendo” como instrumento político de

2
Formas de administración de lo público

participación libre y autónoma del ciudadano para confeccionar normas, códigos y leyes
que son necesarias para la modernización de las estructuras políticas, gubernamentales
y de toma de decisiones en la esfera de lo público.

Por supuesto que la participación política implica que en el periodo de votación:

1. Cada miembro de la organización nacional colombiana realiza los actos que


supone constituyen una expresión de su preferencia entre las alternativas
programadas, o sea, cada miembro vota.
2.
Al tabular estas expresiones (votos), el valor asignado a la elección de cada
individuo es válida como voto.
3.
La alternativa con mayor número de votos se declara elección triunfadora.

4. Todos los individuos poseen información idéntica sobre la alternativa.

¿Es la participación directa de la comunidad el futuro de la democracia en Colombia? Por


supuesto que no, pero es un inicio constructivo de participación efectiva en una
democracia que ha sufrido de exclusiones y discriminaciones odiosas.

Aprendamos de la discusión que la iglesia católica ha hecho desde 1959 cuando Juan
XXIII anunció la convocatoria del concilio Vaticano II, sobre el código de derecho
canónico promulgado por Benedicto XV en 1917. El cual, es considerado un código lleno
de irregularidades e injusticias. El canonista brasileño, monseñor Moss Tapajos, escribió
al respecto:

“Durante toda nuestra historia, hemos ofrecido en América latina, por


habérsenos impuesto: leyes europeas, leyes hechas con una mentalidad europea
para condiciones europeas, pero totalmente inapropiadas para nuestras
condiciones y nuestra mentalidad. No estamos dispuestos a que este proceso se
repita una vez más; y si se repite, las leyes no serán observadas, porque nuestras
necesidades y situaciones culturales y sociales, totalmente distintas,
imposibilitan el cumplimiento de leyes europeas. Consecuentemente, nunca más
aceptaremos una ley si no hemos colaborado vitalmente en su formulación. Y la
ley misma debería ser una ley fundamental o constitucional, que cubra principios
generales, dejándoles todo lo demás a las iglesias locales”. 1

1
WEST, Morris y FRANCIS, Robert; (1971) Escándalo en la asamblea. Círculo de Lectores, p. 194 y 195

3
Formas de administración de lo público

¿El futuro? Dejemos lo particular para que se legisle en la localidad. Los ciudadanos,
nosotros el pueblo, no podemos marcharnos creyendo que la corrupción no tiene
remedio. Debemos quedarnos para limpiar la casa y mantenerla limpia, un hogar
adecuado para los hijos e hijas del único padre.

El gobierno de las leyes celebra hoy su triunfo en la democracia. ¿Qué cosa es la


democracia sino un conjunto de reglas para solucionar los conflictos sin derramamiento
de sangre? ¿En qué consiste el buen gobierno democrático, sino, y sobre todo en el
respeto riguroso de estas reglas?. El referendo es un postulado de participación política
en una democracia que prevé las formas directas de la decisión colectiva. La afectación
de intereses hace que los ecos de la discusión se multipliquen. En Colombia necesitamos
hoy el referendo como base de construcción democrática y de expresión pluralista,
pacífica y civilizada.

COMPETENCIAS

COGNITIVAS: En la participación activa de la sociedad civil, tanto en los Estados


capitalistas y los llamados socialistas, surgen nuevas expresiones institucionales y
organizativas para hacer valer los derechos y generar la capacidad de autogestión.
Paralelo al Estado y la administración pública, surgen las organizaciones no
gubernamentales y las posibilidades de visibilidad de estratos sociales. Comprender
entonces el marco de las políticas públicas como consenso de presencia civil activa y
autónoma y las negociaciones con lo Estatal-político es el logro a obtener en este tema.

AXIOLOGICAS: Las políticas públicas como instrumento de interpretación de los


requerimientos sociales y políticos, deben ser comprendidas como mecanismos
sustanciales de la efectividad del Estado y la sociedad con su consecuencia de
gobernabilidad y estabilidad de la sociedad como un todo.

PROCEDIMENTALES: Conocer las relaciones múltiples. heterogéneas y multidisciplinares


de las políticas públicas, su diseño, ejecución, evaluación y control en el objetivo de
incorporar democráticamente a todos los miembros de la sociedad en contextos
políticos de tolerancia, pluriculturalidad y diferencias en la participación democrática.

4
Formas de administración de lo público

5.1 Formas de administración de lo público

No podríamos hablar de lo público sin hablar de administración de lo público en un


programa de posgrado en una Escuela de administración Pública. De hecho, podría
pensarse que el debate sobre los enfoques de lo público, en una escuela como la ESAP
debe conducir necesariamente a cómo administrar lo público. 2

Ahora bien, la forma como el debate sobre lo público ha ingresado a la administración


pública es a través del discurso de políticas públicas.

Genéricamente se entiende por políticas públicas al programa de acción gubernamental


necesario para resolver problemas públicos. Esta definición, un tanto tautológica, ha
venido siendo cuestionada pues le atribuye una centralidad especial a la acción del
Estado y tiende a confundir cualquier acción estatal y gubernamental con una política
pública. (Lahera, Eugenio. Introducción a las políticas públicas. Fondo de Cultura
Económica, Santiago de Chile, 2002.)

Para hablar de políticas públicas hay que ir más allá del Estado, justamente a lo público,
y para conformar esa esfera pública es necesario incorporar en el discurso y en la

2
Se recomienda especialmente para este debate la página Web del Centro latinoamericano de administración
para el Desarrollo, Clad www.clad.org.ve

5
Formas de administración de lo público

práctica, además del Estado, a la sociedad civil y a la esfera del mercado. Así tendremos
que:

Política pública es un flujo de acción y de información gubernamental que se


define democráticamente con la participación de la sociedad civil y del sector
privado para enfrentar problemas públicos. Según Pierre Muller, una política
pública “es un proceso de mediación social, en la medida en que el objeto de
cada política pública es tomar a cargo los desajustes que pueden ocurrir entre
un sector y otros sectores, o aún entre un sector y la sociedad en general”. 3

Las políticas públicas, constituyen la forma de darle contenido a la discusión de lo


público. En cada política pública se juega la definición de lo público que debe ser objeto
de intervención. Así por ejemplo, una política pública de espacio público que privilegie
el aspecto de seguridad ciudadana apostará por espacios públicos restringidos, mientras
que una política que opte por el espacio público como un espacio para la convivencia, lo
hará por espacios públicos abiertos.

Un elemento importante de conjunción entre lo público y las políticas públicas tiene


que ver con los actores que participan en las distintas fases de elaboración de una
política pública. Por supuesto, que los gobiernos que han sido elegidos
democráticamente tienen un sello de legitimidad para definir políticas públicas, pero
para que estas se orienten efectivamente a lo público deben incorporar, tanto en la fase
de definición del problema, como en la de toma de decisiones, en la implementación y
en la evaluación: a los actores sociales y políticos que sufren y entienden el problema. En
esa medida, la participación de la sociedad civil, del Tercer Sector –que no es otra cosa
que la sociedad civil organizada- y del sector privado, resulta fundamental.

Esta forma de gestión de lo público ha sido recibida en el discurso y en la práctica de los


organismos financieros internacionales, como: el Banco Mundial y el Banco
Interamericano de Desarrollo, bajo la fórmula de buen gobierno (governanza) o good
governance.

Según Andre-Noel Roth Deubel:

“El enfoque del bien gobierno consiste en un marco amplio de propuestas


teóricas y prácticas para determinar y crear las condiciones necesarias para
3
MULLER, Pierre (2002) Las Políticas Públicas. Universidad Externado de Colombia, serie Estudios
de Caso en políticas públicas, Bogotá.

6
Formas de administración de lo público

que un gobierno logre sus objetivos. Parte del supuesto de que tanto todo el
gobierno como todo el mercado han fracasado. A pesar de que el concepto
tenga en la literatura especializada varios sentidos, todos concuerdan en
considerar que el buen gobierno hace referencia a estilos de gobernar que
otorgan una importancia primordial a aquellos mecanismos de gobierno que
no se basan exclusivamente en los mecanismos tradicionales de la autoridad y
de la sanción, sino que más bien crean estructuras que son resultado de la
interacción de una multitud de actores sociales y políticos dotados de cierta
autoridad y que se influyen mutuamente. Es decir, que se trata de crear
escenarios, estrategias y mecanismos de participación o de inclusión de
organizaciones no estatales para aumentar las posibilidades de éxito de su
gestión” 4

5.1.1. Para una reconstrucción del concepto de lo público

El concepto de lo público es inasible, no tiene un estatuto definido ni en la ciencia


política ni en la sociología, sin embargo ha adquirido cierto prestigio académico para
denotar un espacio en el que el individuo no sólo se siente parte de un conglomerado, y
en esa medida resigna parte de su libertad y de su autonomía, sino como un espacio de
posibilidades para construir y reconstruir su identidad y su sentido. Lo público podemos
verlo como un espacio en permanente construcción para resolver esa tensión central de
la modernidad condensada en la expresión kantiana de la insociable sociabilidad.

El prestigio de lo público se explica por el declive del Estado que fue la forma como los
seres humanos modernos nos hemos sentido vinculados a lo colectivo mediante el
mecanismo de la representación. En la medida en que el Estado se ha desdibujado, ya
sea porque los políticos se han apoderado de él, o porque en su nombre se subvierte lo
social, o porque el ser individual ya no se reconoce en una esfera cuyas pautas
normativas no le conciernen, entre otras cosas porque no ha contribuido con su
deliberación a su formación (Habermas), aparece la esfera pública, una suerte de reserva
moral colectiva que no se subordina al Estado pero que de todos modos le da sentido
social a la existencia. Lo público es el mundo de la política pero también el de la
solidaridad, es el mundo de los intercambios económicos pero también el de la
formación de las identidades.

4
ROYH DEUBEL, Andre N. (2002) Políticas Públicas. Formulación, implementación y evaluación.
Ediciones Aurora, Bogotá. p, 111 y 112

7
Formas de administración de lo público

Autoevaluación:
- ¿Qué son las políticas públicas y cómo se asocian con la discusión sobre lo
público?
- ¿Cuál es la importancia del Tercer Sector en la construcción de lo público?
- ¿Cómo se articula la participación ciudadana y la construcción de lo
público?
- ¿Sigue siendo relevante la expresión la gestión de lo público más allá de
lo estatal para caracterizar el debate sobre la reconstrucción de lo
público?
- ¿Qué es el Buen Gobierno y cómo se articula con la discusión sobre lo
público

Taller.

Lo público en la historia de Colombia


El estudiante deberá hacer una investigación para determinar cómo fue recogido –o no,-
el concepto de lo público en períodos históricos y constitucionales. En relación con la
Constitución de 1991, la investigación deberá estar acompañada de pronunciamientos
de la Corte Constitucional

Se sugiere tomar como base la reforma constitucional de 1968, gobierno de Carlos Lleras
Restrepo, en desarrollo de la institucionalidad conocida como la tecnocracia desde los
institutos descentralizados como política pública para la resolución de conflictos en
servicios públicos esenciales.
El trabajo tendrá como máxima extensión 10 paginas y deberá tener en cuenta los hitos
históricos de lo Público hasta el contexto de la reelección presidencial.

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Formas de administración de lo público

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