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Los cuadros con insuficiente reorganización

retroactiva edípica (CIRRE)


SEGUNDA PARTE: Fundamentos metapsicológicos y clínicos

Víctor Korman

Resumen 2. La incidencia del entorno objetal


Esta segunda parte del texto —continuidad de Las reflexiones de esta segunda parte se
la publicada en el número anterior de Intercanvis— inscriben en la saga de aquellos que consideran
se centra en la temporalidad psicoanalítica y en fundamental la incidencia de la subjetividad
la teoría identificatoria. Se da cuenta de los otros en la conformación de un nuevo sujeto
del surgimiento de las diferentes estructuras psíquico. Este eje teórico, así sucintamente
clínicas y se dedica especial atención a señalado, hace que me aleje de determinismos
los fundamentos metapsicológicos de los CIRRE filogenéticos, biológicos e innatistas cuando pienso
y a sus manifestaciones sintomáticas, los orígenes de lo psíquico en el bebé y que,
diferenciándolas de sus homólogas en la neurosis en contrapartida, jerarquice el papel del psiquismo
y la psicosis. Por último, se destacan las formas y de los padres —mejor aún, del contexto objetal
movimientos de la transferencia en estos cuadros. en su conjunto— para esas mismas funciones.
Esta manera de pensar el determinismo en
la transmisión de lo psíquico de una generación
1. Premisas a otra, supone el reconocimiento de la multiplicidad
de mecanismos y factores que entran en acción
Interesa señalar, desde el comienzo mismo de en tales avatares. Tal complejidad nos obliga
esta segunda parte, los ejes fundamentales sobre los a soslayar el establecimiento de relaciones causa-
que giran mis consideraciones sobre los CIRRE. efecto lineales y directas en los procesos que hacen
Son los siguientes: a) la incidencia fundamental del a la conformación de una nueva subjetividad.
entorno objetal en la psiquización del recién nacido Ya más específicamente respecto del tema
humano; b) la reorganización retroactiva de lo central de este trabajo —las perturbaciones
psíquico; c) la relación indisociable entre del narcisismo y los CIRRE—, ese marco general
narcisismo y Edipo. Estas premisas nos conducen, me distancia, también, de las tesis freudianas que
a su vez, a otras tres cuestiones íntimamente sostienen la anobjetalidad del narcisismo primario.
engarzadas con cada uno de los ejes recién Opto, entonces, por un narcisismo objetal, en tanto
expuestos. Para el primero: la teoría identificatoria considero que el recién nacido se ve abocado
estructural; para el segundo: una concepción —desde su primer día de vida— a un mundo
retroactiva de la temporalidad psicoanalítica; y para relacional.1 Dentro de las circunstancias más
el tercero: la necesidad de descubrir la objetalidad habituales, después del parto, el bebé ingresa a una
en el narcisismo y el narcisismo en la objetalidad. red extrauterina conformada por los padres
También le dedicaremos un espacio a deshacer la ya y familiares más próximos, en la que recibe un baño
comentada sinonimia establecida en algunos medios narcisista y edípico —simultáneo—, dando así
psicoanalíticos entre primitivo (arcaico, temprano, comienzo a la estructuración identificatoria
etc.) y psicosis. del candidato a sujeto. No se trata aún —que quede
Abordaré, en primera instancia, estos temas; claro desde ya— de la economía narcisista y edípica
luego, ofreceré una visión de conjunto del infans sino de la perteneciente a sus
de las estructuras clínicas concebidas a partir de progenitores. A esa sopa primordial, donde bullen
los articuladores teóricos que a continuación los fantasmas y deseos inconscientes de los padres,
desarrollaré. Por último, consideraré con es arrojado el recién nacido desde los albores
más detalles los CIRRE. de su vida, sin que se le haya pedido
consentimiento. Y de ese cocido libidinal tendrá
que nutrirse para realizar el pasaje desde

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su calidad de organismo viviente a la condición del sujeto. La retroacción rompe con un
de sujeto. determinismo lineal: no sólo el pasado actúa sobre
Desde esta perspectiva, el bebé es, de hecho, el presente, sino que el presente va retroactuando
un ente social desde los momentos iniciales de su sobre el pasado; cada lapso de tiempo transcurrido
existencia. Si bien no media la subjetividad —con las nuevas experiencias que le han sido
del infans en estos primerísimos contactos —por la inherentes— posibilita el otorgamiento de nuevos
sencilla razón de que aún no está constituida—, sentidos a lo vivido anteriormente.
considero, a diferencia de quienes postulan un Un aspecto de la eficacia terapéutica
primer período de vida anobjetal, que a estos del psicoanálisis podría ser entendido como
vínculos cabe otorgarles —aunque precisando producto de novedosas resignificaciones
siempre los caracteres peculiares que les son del pasado del analizante, surgidas en el seno
inherentes— el rango de relaciones objetales. mismo del dispositivo analítico.
Caso contrario, el endogenetismo y el solipsismo
campearán a sus anchas.
3.2. La regresión

3. Reorganización retroactiva Sobre el telón de fondo configurado por


de lo psíquico las ideas freudianas expuestas en el apartado
que antecede, los aportes contemporáneos
En este apartado se considerarán diversos de Ilya Prigogine (1972-1982, 1983) sobre
aspectos que hacen a la temporalidad psicoanalítica; la irreversibilidad del tiempo, me fueron de gran
entre ellos, el concepto de retroacción y regresión. utilidad para pensar, una vez más, la temporalidad
Se estudiará además otro asunto clave: la constancia y la causalidad psicoanalíticas y, por esta vía,
de la relación objetal y su inscripción inconsciente cuestionar el uso que habitualmente se hace del
(atemporalidad), fundamento de la transferencia concepto clásico de regresión. De manera gradual se
analítica. Por último, a través de la célebre metáfora me fue haciendo más claro que, en sentido estricto,
freudiana de los pseudópodos, se analizarán la regresión temporal no existe; mejor dicho:
las consecuencias que produjo pensar el pasaje es imposible. Se trata de una ilusión basada en una
del narcisismo a las relaciones objetales edípicas concepción lineal y reversible del tiempo.
—y los posibles movimientos regresivos— con este Sólo sobre la base de ese contrasentido pueden
modelo, que incluye —implícitamente— la idea imaginarse vaivenes regresivos y progresivos,
de una temporalidad reversible. a la manera de caminos de ida y de vuelta en el eje
temporal. Al socaire de este modo cronolineal
de pensar, se construyeron modelos del desarrollo
3.1. La retroacción evolutivo concebidos como pasajes por etapas
sucesivas y predeterminadas, en las que pueden
Freud empleó ya desde sus primeros textos, acontecer fijaciones. Una vez transitadas, la acción
y continuó haciéndolo a lo largo de toda su obra, de factores traumáticos o de obstáculos en la
los vocablos nachträglich y nachträglichkeit evolución, determinaría regresiones a las etapas
(retroactivamente, retroactividad) para referirse en que hubo fijaciones.
al hecho de que las experiencias vividas, A este modelo se le articuló una teoría etiológica
los recuerdos e impresiones, como así también las de los cuadros clínicos, una nosografía y una
huellas mnémicas inconscientes, pueden adquirir, concepción de la cura consistente en deshacer
con el paso del tiempo, nuevas significaciones, por las fijaciones y recorrer el camino progresivo hacia
efecto de la resignificación de las mismas a partir la normalidad. Es fácil descubrir que buena parte
de vivencias posteriores o por el acceso a estadios de los estudios referidos a la patología borderline
evolutivos más avanzados. La organización se basaron —implícita o explícitamente— en estas
retroactiva de lo psíquico enriquece aún más la ya ideas.2
compleja temporalidad psicoanalítica, al añadir a Es también llamativo que los psicoanalistas
la atemporalidad del inconsciente fenómenos de que utilizaron de manera profusa el concepto
anticipación y retroacción. Esto invalida, o al menos de regresión para dar cuenta de la psicopatología de
relativiza, el clásico cliché que adjudica al un sujeto, soslayasen las implicancias de la
psicoanálisis una concepción de la historia personal articulación del mismo con la noción de fijación.
como determinada exclusivamente por la infancia El nexo entre estos dos articuladores es,

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sin embargo, fácilmente detectable en los textos la insuficiente reorganización del aparato psíquico
freudianos. Estos autores, si bien reconocen que desde la triangularidad edípica. Esto conlleva, como
las fijaciones habidas condicionan la propia marcha consecuencia lógica, la puesta en evidencia
del proceso estructurante, son más parcos en la de lo arcaico y la aparición de síntomas y fantasías
aceptación de que las patologías podrían explicarse concordantes con esta situación.
sin el recurso al concepto de regresión: bastaría sólo
con verlas como formas sui generis
de estructuración; es decir, como maneras 3.3. Constancia de la relación objetal
progresivas de organizar (y retroorganizar)
el aparato psíquico. Lo que habitualmente se Asimismo, cuando se jerarquiza la noción de
considera conductas regresivas son, en realidad, regresión, los cuadros clínicos se explican
anacronismos, cuyas presencias pueden explicarse, predominantemente desde la teoría de las fases
justamente, por la insuficiente reorganización libidinales, sin referirlos a mecanismos específicos
retroactiva desde estadios evolutivos posteriores. o fundantes de las estructuras. Es habitual que a esto
Para dar cuenta de la presencia de tales actitudes, se añada la adjudicación de una supuesta fuerza
fantasías y conductas regresivas no es necesario atractiva de los estratos más profundos de la mente,
postular un supuesto retorno al pasado y a los modos que determinarían los movimientos regresivos
de funcionamiento pretéritos; si lo llamado arcaico y la aparición de conductas que son calificadas
se presenta de manera evidente, es porque no ha de arcaicas. Este modo de pensar la cuestión
sido reorganizado retroactivamente desde se continúa con el establecimiento de un continuum
lo edípico. La patología borderline, entre otras neurosis-psicosis. Y no es de extrañar que la franja
entidades, ilustra —de manera paradigmática— esta intermedia de dicho continuum sea otorgada
presencia de lo primitivo. a las llamadas patologías borderline o narcisistas.
La regresión en el análisis es siempre Dentro de esta concepción, se califica de psicóticas
metafórica. Es ingenuo creer que una regresión nos a las crisis en las que aparecen alucinaciones
muestre el pasado tal como éste ha sido. Ni siquiera y delirios —frecuentes, por otra parte, en estos
en el campo de la arqueología, disciplina de la que pacientes— y se las explica como consecuencia
proviene en última instancia esta idea, tiene validez de una regresión temporal. Coherentemente,
hoy en día la creencia de que los hallazgos la salida de dicha descompensación psicótica
excavatorios nos devuelven el pasado en su forma se entiende como consecuencia de haber
originaria, intacta. reemprendido la dirección progresiva en el mismo
La noción de regresión —y, más aún, una camino.3
concepción realista de la misma— es solidaria Considero que, cuánto menos, con el mismo
de un enfoque del tiempo en que éste es considerado énfasis con que se atribuye a los estratos profundos
reversible. Alejarse de tal óptica conduce, de la mente una supuesta fuerza succionadora,
inevitablemente, a relativizar el uso de dicho regresivógena, cabría otorgarle a los objetos una
concepto y a otorgarle mayor importancia al de capacidad de atracción y conservación de los
reorganización retroactiva de lo psíquico. El giro es, vínculos libidinales. No sólo la psicopatología sino
sin duda, significativo: obliga a abandonar también la vida cotidiana nos muestran que la mayoría
la concepción estratigráfica de la organización de los sujetos mantienen lo que se ha dado en llamar
psíquica: en lugar de una resignificación del pasado la constancia de la relación objetal. Se alude
se supone que, sobre un estrato psíquico con estos términos a la capacidad del sujeto
determinado, se construye el posterior, luego de establecer y mantener relaciones objetales;
el siguiente, el subsiguiente… y así de seguido es decir, de ligarse libidinalmente a los otros.
(modelo de las catáfilas de la cebolla). Luego, Esta noción no presupone que ha de tratarse siempre
lo profundo deviene lo más importante de los mismos objetos.
y determinante de la patología. Como es obvio, La constancia de la relación con el objeto
la reorganización retroactiva propone una manera supone haber construido, primero, y mantener
radicalmente diferente de pensar las mismas catectizada, después, la representación de dicho
cuestiones. objeto en el inconsciente, fenómeno éste que se
Entender la clínica sobre estas otras bases no logra de manera bastante permanente en las
excluye que, en momentos puntuales, puedan neurosis, de un modo poco estable, en los CIRRE,
producirse desorganizaciones de lo inestablemente y muy pobremente en las psicosis.
estructurado. Esta escasa estabilidad es debida a

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3.4. Pasaje del narcisismo primario 4. Narcisismo y Edipo; una relación
a la objetalidad edípica. indisociable
La cuestión de los pseudópodos
4.1. La destilación edípica del narcisismo
Tal vez el ejemplo de la ameba, propuesto
por Freud en su Introducción al narcisismo (1914), Como resultado del proceso de estructuración
ha colaborado en la producción de los impasses psíquica, queda establecida en la mente del niño/a
antes comentados: la retractilidad del pseudópodo una articulación fundamental entre el narcisismo
refuerza la ilusión del retorno a un tiempo anterior. y el Edipo. Todo abordaje de la organización
Según mi entender, el modelo del protozoario ilustra psíquica —sea clínico o teórico— debería
mejor la salida del narcisismo —emisión de considerar siempre la interpenetración de estas
pseudópodos, transformación de la libido yoica en vertientes fundamentales. Y esto, por dos razones
libido objetal— que la supuesta regresión desde la de peso:
objetalidad al narcisismo (movimiento de retracción
citoplasmática, retiro de la catexia libidinal de los —en primer lugar, porque el Edipo, además de ser
objetos). ¿Es que la libido narcisista es de igual un destino y transformación del narcisismo
naturaleza que la objetal? El narcisismo, ¿no sufre primario, realiza una tarea de destilación de
ninguna transformación cuando se produce el los remanentes narcisísticos que se incluyeron
trasvasamiento libidinal desde la representación en las relaciones triangulares. Este narcisismo
del sí mismo hacia los objetos? ¿No se estará edipizado es cuantitativa y cualitativamente
privilegiando los destinos de la libido distinto del narcisismo primario, coetáneo
—yo u objetos— sin considerar las modificaciones al de la formación del yo;
cualitativas de la misma, asociadas a tal —en segundo término, porque las diversas
desplazamiento? modalidades en que narcisismo y Edipo quedan
A mi modo de ver, estos cambios son, engarzados —y los corolarios metapsicológicos
justamente, los que otorgan una cierta adherencia que caracterizan a esta imbricación—
a los objetos y permiten, además, una son elementos claves para el diagnóstico
reorganización retroactiva de las representaciones psicoanalítico. Se volverá a esta cuestión
inconscientes de los mismos, base, a su vez, de dos en el apartado 12. «Una última cuestión»,
fenómenos de gran importancia: a) la ya nombrada con el que concluye el presente texto.
constancia de la relación objetal;
y b) la generación de transferencias neuróticas
(por proyección de las representaciones 4.2. Primitivo no es equivalente a psicosis
inconscientes de objetos sobre los otros; el analista
entre ellos). Se establecen así los falsos enlaces, Asimismo, es importantísimo deshacer la
como los llamaba Freud, fundamento del coalescencia —cuando no la sinonimia—
fenómeno transferencial. que algunos psicoanalistas, en especial los
Una vez que han acontecido estas de orientación kleiniana, han establecido entre
transmutaciones de la libido, difícilmente psicosis y arcaico (originario, primitivo).
se pierden; son irreversibles. Lo variable es el Tildar siempre de psicóticas a las defensas
cómo y cuánto se transforma el narcisismo primario, y ansiedades tempranas es ir a contracorriente,
por pasaje a la objetalidad. De ahí, las suficiencias justamente, de aquello que le llevó a Freud
e insuficiencias de la retroacción edípica a introducir el concepto de narcisismo en la teoría
a que pueden dar lugar. El carácter de la psicoanalítica. A mi modo de ver, las vivencias más
sintomatología dependerá de estos procesos. arcaicas —las de idealización o persecución,
Y, también, la estabilidad psíquica; o, lo que es por ejemplo— aun las muy intensas, no tienen por
lo mismo, la mayor o menor tendencia qué ser siempre e indefectiblemente de naturaleza
a la desorganización. Lo escasamente psicótica. Veremos luego los efectos clínicos
retroorganizado tal vez tenga mayor probabilidad y teóricos que engendraron tal solapamiento,
de desorganizarse. al punto tal de que podríamos afirmar que,
en la teoría kleiniana, la noción de núcleos
psicóticos vino a sustituir al concepto
de narcisismo.

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5. Un esquema como punto de partida de la pulsión —fundamento del autoerotismo—
tiene como correlato un aumento de la actividad
En la estructuración identificatoria del candidato psíquica con un objeto fantasmático.
a sujeto, podemos distinguir tres tiempos El narcisismo es un tiempo tercero de la
principales: el autoerótico, el narcisístico y el estructuración subjetiva, subsiguiente al de las
edípico. En el espacio de interacciones múltiples relaciones primigenias con el objeto (momento 1),
que caracterizan al entorno familiar, se configuran imprescindibles para la configuración del
efectos sobre la base del potencial identificante de autoerotismo (momento 2) que, a su vez, conforma
los objetos primarios y a una sed identificatoria el antecedente del tercer momento: narcisismo
del candidato a sujeto. Freud —sabemos— puso (amor a sí mismo). Éste se continúa con el
el acento sobre todo en esta segunda vertiente. establecimiento de una objetalidad más
En tanto pensó la identificación como una discriminada como es el caso de la edípica
ramificación de la actividad pulsional (momento 4). A lo largo de todos estos tiempos
—especialmente de la oral— y acabó concibiendo acontece la estructuración del sujeto mediante el
al sujeto como predominantemente activo, operativo identificación. Éste lleva a cabo una triple
aspirante, incorporador, introyector. tarea:
En la concepción freudiana, la identificación
tuvo al protosujeto como agente y motor: —Trasmuta el organismo viviente del recién nacido
el movimiento parte del infans y se dirige al objeto en biología humana; es decir, en un soma
para capturarle a éste un rasgo o detalle. Lacan atravesado por lo psíquico y social.
invirtió esa perspectiva: el sujeto —más pasivo— —Estructura al sujeto psíquico en todas sus
es identificado por el Otro. dimensiones.
Frente a la pregunta: ¿cómo surge un nuevo —Instituye simultáneamente al sujeto social.
sujeto a partir de un recién nacido?, la respuesta que
se podría dar es la siguiente: por identificación.
Es evidente que esta manera de caracterizarla es 6. Principales identificaciones
limitada y no abarca todo lo subsumible en tal estructurantes
concepto, pero subraya, al menos, lo que me
interesa remarcar en estos momentos: Si seguimos a Freud, y tomamos como punto de
la identificación es un concepto límite partida su teoría estructural de las identificaciones,
entre lo psíquico y lo social; la identificación nos veremos llevados a jerarquizar el papel del
conforma al sujeto. psiquismo de los objetos primarios en los procesos
El conjunto de ideas hasta aquí esbozadas que hacen a la constitución psíquica de un nuevo
aparecen de manera sintética en el siguiente sujeto. La psique de aquellos que conforman
diagrama: el contexto objetal debe ser elevada a la categoría
de determinante fundamental de la estructuración
entorno subjetiva del neonato humano.
objetal
S La identificación crea elementos estables
Narcisismo
operativo
U de la organización psíquica del sujeto. Su destino
J
Recién nacido identificación E es quedar plasmadas, transformadas, en aparato
T
Edipo O
psíquico del infans. Ejercieron su acción como
entorno
objetal
causa y consumaron sus efectos estructurantes:
engendraron los diversos sistemas e instancias
Por razones de espacio, el gráfico no incluye de la psique. Por lo tanto, quedaron integradas en
el autoerotismo, primer momento de la serie, la mente del niño o niña. Si una identificación se ha
que se continúa con el narcisismo y las relaciones hecho estructura psíquica es imposible desprenderse
objetales edípicas. Queda entendido que, incluso de ella. La mezcla e interpenetración de las mismas,
para la constitución del autoerotismo, son necesarias los efectos del après-coup y la labor
relaciones primigenias con los objetos: por más autoorganizativa por parte del infans —a la que haré
presente que esté la partícula auto en el vocablo referencia enseguida— impiden la reversibilidad de
autoerotismo, éste encierra un héteros; es decir, lo acontecido. Es imposible revertir el proceso.
un objeto que se internalizó, una fantasía que No se puede considerar al aparato psíquico como un
presentifica al otro en la psique del bebé. puzzle, en el que cada pieza —un rasgo implantado
Esta pérdida transitoria del objeto real externo por los objetos identificantes— sea de quita y pon.

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Por ello planteo que la identificación —en su 6.1. La identificación primaria
acepción estructurante, al menos— debe usarse de 6.1.1. Identificación primaria incorporativa e
manera restringida: sólo dentro la teoría que da introyectiva.
cuenta del surgimiento de lo psíquico. Es ahí donde 6.1.2. Un nuevo rodeo sobre el tema
tiene su lugar más adecuado. La identificación 6.2. La identificación narcisista
estructural es una categoría metapsicológica; no 6.2.1. Una alternativa: duelo o identificación
hace referencia al comportamiento, a lo conductual. narcisista
Por otra parte, la estructuración del aparato 6.2.2. Clínica de las identificaciones narcisistas
psíquico no sobreviene como una simple resultante 6.3. Las identificaciones secundarias edípicas
de determinantes exteriores; también le cabe
al protosujeto un papel importante, tanto durante
su conformación infantil como —más aún— 6.1. La identificación primaria
en períodos posteriores. El nuevo sujeto no es una
tábula rasa en la que se implantan los rasgos Propongo la siguiente caracterización de la
identificatorios provenientes de los otros. misma: operación constitutiva del sujeto psíquico
Es necesario tomar también en consideración lo que —la más temprana de ellas— por medio de la cual
el protosujeto aporta y como entra en juego él en ese se inscriben en el bebé —al mismo tiempo—
entramado complejo de determinaciones que, a mi las primerísimas trazas que darán sostén
modo de ver, es a múltiples vías. El concepto de a lo narcisístico y lo edípico. El recién nacido
identificación debería incluir como uno más de sus es capturado como objeto por los adultos que
significados, el trabajo creativo que va realizando conforman su entorno. Éstos lo abordan desde todas
el candidato a sujeto en el proceso estructurante, las vertientes subjetivas que le son propias
con los rasgos aportados por los objetos (corporal, deseante, pulsional, fantasmática,
de identificación. Si se pierde de vista este aspecto narcisista, etc.), iniciándose así la estructuración
metabolizador, autoorganizativo, que el candidato subjetiva del infante. Incluir ambos aspectos
a sujeto realiza, se refuerza la idea de que la —el narcisístico y el edípico— desde los más
identificación es mera copia de un modelo. tempranos momentos de la vida, nos permite salir
Esta concepción no sólo es empobrecedora; del impasse que supone concebir los orígenes
es incorrecta. de lo psíquico como absolutamente solipsistas:
Este trabajo autoorganizativo4 introduce un si se empieza como puro Narciso no hay razón
corte, una separación respecto de los objetos ni posibilidad de salir de tal situación. Habría una
identificantes. Tan es así que una vez acontecidas infranqueable ipseidad del ser.
las identificaciones, no se puede retornar al statu Las identificaciones primarias dan origen a
quo anterior: es imposible disolver las nuevas las primeras trazas de psiquismo en el bebé.
inscripciones psíquicas ni devolver rasgos a quienes Conforman el zócalo o cimiento psíquico. Permiten,
los aportaron. No hay reversibilidad del proceso. por lo tanto, que las identificaciones posteriores
Tampoco, vasos comunicantes entre padres e hijos, (narcisistas, edípicas, etc.) operen sobre un
ya que la transubjetividad inicial va dejando lugar a rudimentario suelo mental y puedan continuar, así,
una incipiente intersubjetividad. Es simplificador la labor estructurante. La identificación primaria,
pensar la conexión intergeneracional como si se al tener como objeto al padre de la prehistoria
tratara de un fotocopiado o de una trasmisión personal (Freud, 1921, 1923), incluye dentro
de ADN psíquico. de su orla semántica un principio transgeneracional
Dentro de las múltiples variantes de —que conecta al protosujeto con la historia
identificación propuestas por Freud hay tres que son de la humanidad—.5 Las identificaciones primarias
decididamente estructurantes: la primaria, la trasmiten al niño/a el capital simbólico acumulado
narcisista y la secundaria edípica. Efectuaré una por la civilización a lo largo de milenios.
breve reseña de las mismas, haciendo especial Los procesos identificatorios primarios
hincapié en las dos primeras, puesto que son las que acontecen en un contexto relacional muy asimétrico:
más nos interesan respecto del tema central de este por un lado, los adultos que conforman el entorno
trabajo: como ya he anticipado, fundamento mis familiar y que actúan como sujetos ya constituidos;
consideraciones sobre los CIRRE en algunos por otro, el bebé, dotado tan sólo de pobrísimos
desarrollos personales de las ideas que Freud engramas psicofisiológicos innatos. La ausencia
planteó sobre estas dos modalidades identificatorias. —por el momento— de una actividad psíquica
Seguiré el siguiente orden expositivo: —en el sentido pleno del término— por parte

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del recién nacido hace que tales vínculos no sean constituye un aporte lacaniano al tema —que hago
sensu strictu intersubjetivos: el psiquismo elemental mío en este contexto—.
del neonato está literalmente transitado Dicho de otra manera: estas dos variedades
por el psiquismo de los padres. Atendiendo a estas —además de hacer patente el potencial identificante
condiciones —y estudiando el asunto desde el lugar de los padres respecto del vástago— subrayan que,
del bebé— calificaría a este tipo de relación como cuando las marcas que identifican al infante son
presubjetiva. realizadas desde la dimensión narcisística
de los padres, el mecanismo que opera sería
6.1.1. Identificación primaria incorporativa el de la incorporación y darían pie a la identificación
e introyectiva primaria homónima; cuando el implante psíquico se
hace desde los niveles edípicos presentes en la red
En trabajos previos (Korman, 1996) intersubjetiva que acogió al recién nacido, se trataría
he considerado conveniente introducir dos de la identificación primaria introyectiva.
variedades en la identificación primaria propuesta Mientras las primeras son engendrantes
por Freud: la incorporativa y la introyectiva. del narcisismo (primario) del infans, las segundas
La primera se refiere al marcaje narcisista del infans propenden a la estructuración de la textura
realizado por los objetos primarios operando desde triangular edípica, en la mente del niño/a.
sus respectivas dimensiones narcisistas Los siguientes cuadros sintetizan buena parte
(posicionados como pequeño otro). La segunda, de lo recién expresado:
se relaciona con las inscripciones simbólicas
(edípicas); son los efectos identificantes
Identificación Primaria Padres en posición Introducción de las primeras
de los padres colocados en posición de gran Otro. incorporativa de pequeño otro marcas narcisísticas en el hijo
Sobre las inscripciones introducidas por las (nivel narcisístico, imaginario)
primeras marcas narcisistas (nivel primario ligado
Identificación Primaria Padres en posición Introducción de las primeras
al registro imaginario) actuarán las identificaciones introyectiva de gran Otro marcas simbólicas en el hijo
fundantes del yo (narcisistas, en la teoría freudiana; (nivel edípico, simbólico)

especulares, en la de Lacan). En estas últimas


es la captación global, totalizante, la que ejerce Más allá de los posibles acuerdos o
su poder identificante. Hablan del poder fascinante, discrepancias con estas propuestas, mi formulación
cautivante que tiene la imagen de los congéneres intenta remarcar un aspecto que considero de
sobre el infans. especial importancia: la incidencia precoz
Sobre las inscripciones psíquicas producidas y conjunta de ambas dimensiones parentales
por el marcaje simbólico primario, actuarán las —narcisística y edípica— en la estructuración
identificaciones secundarias edípicas (a un rasgo subjetiva del niño/a. Este doble influjo se ejerce
altamente limitado, a un detalle circunscrito simultáneamente desde los primeros momentos de
del objeto resignado [Freud]); al significante que la vida del bebé. Si insisto en estas ideas, es por que
en calidad de rasgo unario identifica al sujeto creo que podrían ser de utilidad para minar dos
[Lacan]). Éstas muestran el potencial inscriptor esquematismos bastante difundidos: uno que quiere
significante de los padres ubicados en el lugar que todo lo arcaico se encuentre determinado por
del gran Otro. la relación con la madre; y otro, que sostiene
Freud no delimitó de manera explícita la parte que lo simbólico corre a cargo exclusivo
propiamente imaginaria de la simbólica en esta de la función paterna. Si en el primer caso, no se
relación identificante fundadora, aunque es cierto toma en consideración la presencia del tercero
que la insinuó al proponer dos variantes —padre de la criatura— en el inconsciente materno,
identificatorias disímiles: la narcisista en el segundo, se menosprecia el hecho de que
(que coincidiría en términos generales con la madre es, habitualmente, la primera representante
el rectángulo superior de la figura siguiente) de los Otros —terceridad— ante el niño. La función
y la edípica que, grosso modo, concordaría con materna no es sólo narcisizante; es también
el recuadro inferior. Esta discriminación básica simbólica. Luego, quedará por ver cómo cada madre
entre narcisismo y Edipo, fue retomada por Lacan concreta, singular, cumple con este aspecto
bajo el par imaginario-simbólico, aspecto éste que simbolizante de su función.
funcionó como base para la separación neta Muy tempranamente en su obra Freud (1914)
que él efectuó entre yo (moi) y el sujeto barrado ($). describió la puesta en juego —y los efectos en el
La discriminación entre simbólico e imaginario vástago— del narcisismo de los padres: su majestad

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el bebé es la prolongación del mismo. También 6.2.1. Una alternativa:
intuyó la presencia de los aspectos edípicos duelo o identificación narcisista
parentales en Tótem y tabú (1913) y desarrolló tales
ideas en sus posteriores trabajos sobre el complejo Hago aquí un inciso para exponer una tesis
de Edipo (1923, 1925, 1931, 1933). personal: considero al narcisismo primario como
una forma de resolución del desamparo originario.
6.1.2. Un nuevo rodeo sobre el tema Frente a la angustia de separación, la identificación
narcisista, fundadora del yo, otorga al infans
La incorporación sería, pues, el mecanismo la continuidad intrapsíquica de la relación con el
princeps para la realización de las inscripciones objeto. Dado que la discontinuidad del vínculo con
narcisistas, imaginarias, tanto de los objetos primarios es inevitable, tal identificación
las correspondientes a las identificaciones deviene regla. Por esto, el narcisimo primario es
primarias incorporativas como de las universal. La incorporación fantasmática de este
identificaciones narcisistas, constitutivas del yo. objeto total, y la posterior identificación con el
La introyección es el mecanismo propio de las mismo, permiten poseerlo de manera incondicional,
inscripciones simbólicas, tanto de las pero una de las consecuencias para el infans es la
identificaciones primarias introyectivas como de dificultad de simbolizar su ausencia.
las secundarias edípicas (al rasgo o detalle En este y en los próximos apartados desarrollaré
del objeto: einziger Zug freudiano, rasgo unario de esta tesis desde diversas perspectivas. Comienzo
Lacan). Ambas dan pie a la constitución de explicándome un poco más: si se conserva
la textura triangular y de un sistema de relaciones (internamente) al objeto, no hay pérdida alguna y,
de objeto más discriminadas. por lo tanto, no hay duelo posible. Desde esta
Aún a riesgo de redundar: si en las primeras es perspectiva, la identificación narcisista no es ni
la captación global, totalizante, la que ejerce su compensatoria de una pérdida ni la respuesta
poder identificante, en las segundas, es un rasgo regresiva ante la misma. Más bien se trata de una
altamente limitado, un detalle del objeto resignado, no pérdida, evidenciable por la sobrevivencia
abandonado, lo que deviene marca. Si las primeras (psíquica) del objeto y por la perdurabilidad de la
dicen del poder fascinante, cautivante que tiene relación interna con el mismo. Justamente, por eso
la imagen de los congéneres sobre el infans, no hay duelo. Este último implica una elaboración
las segundas hablan de un potencial inscriptor simbólica de la pérdida, proceso que no ocurre
significante (simbólico) de los padres, ubicados cuando la misma se salda con una identificación
en el lugar de gran Otro. Volveré sobre estos narcisista (incorporación masiva del objeto). Si en la
aspectos, cuando realice una descripción identificación narcisista se privilegia la pérdida más
de los caracteres más sobresalientes de las neurosis, que la pervivencia del objeto, se confunde duelo con
las psicosis y los CIRRE. melancolía, cosa que ocurrió —en alguna medida—
en las teorizaciones de Abraham, M. Klein, y otros.
En las pérdidas objetales que acontecen en
6.2. La identificación narcisista terrenos abonados por el narcisismo, la injuria y la
virulencia con que fue vivido el desamparo ha
Es habitual que se considere a la identificación llevado a incorporar ese objeto y a aferrarse a él.
narcisista como una reacción o respuesta No se toleraron bien las ausencias temporales
a la pérdida de objeto.6 Sin menospreciar esta faceta, —no sólo inevitables sino necesarias— en los
me interesa poner de relieve la otra cara de la misma vínculos con los objetos primarios. Deshacerse
pero habitualmente soslayada en la literatura de esta identificación es —ahora— la verdadera
psicoanalítica. Me refiero a la pervivencia psíquica amenaza de pérdida, porque reactiva el desamparo
del objeto total incorporado y la relación que se y las angustias a él asociadas. Por eso el sujeto
establece con el mismo en la mente. A mi juicio, parece preferir el eterno combate sadomasoquista
la identificación narcisista habla más de la intrapsíquico con el objeto, antes que renunciar al
capacidad (fantasmática en las neurosis, mismo. Mantiene la ilusión de amamantarse de ese
alucinatoria en las psicosis) de mantener vivo dentro objeto perdido (a medias) y revivido en la mente.
de sí al objeto (supuestamente) perdido. Si esta Evita así la angustia de separación que este
hipótesis fuera cierta, convendrá entonces relacionar desprendimiento podría despertar. Por medio de este
esta identificación con la problemática del tipo de identificación, se establece una pseudo-
desamparo originario más que con la del duelo. solución de carácter incestuoso para la exacerbada

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angustia de separación: la soldadura psíquica propia. El proceso conlleva cierta recuperación de
al objeto primario. Si las vivencias de desamparo los fragmentos de historia que quedaron aplastados
son muy intensas —por los motivos que fueran— por la identificación.
mayor será la tendencia a identificarse Esta labor suele tener efectos desalienantes.
narcisísticamente con el objeto. Buscan neutralizar, Si tenemos éxito, lograremos reducir el goce
así, una angustia de separación particularmente inherente al apego masivo al objeto. Se abre así
intensa, pero pagan el precio de un narcisismo la posibilidad de atenuar las repeticiones
exacerbado y, habitualmente, deletéreo, de la conflictiva expuesta, cosa que permite ganar
que les condiciona el posterior tránsito edípico. para la dimensión del deseo, aquello que estaba más
La identificación narcisista es productora de una allá del principio del placer. Se le arrebata, así,
seguridad ilusoria, pero seguridad al fin: la que territorio al narcisismo fallido, engrosando
otorga el seguir portando el objeto dentro de sí. el narcisismo trófico y los procesos simbolizantes.
Aunque de esta manera se perpetúa la conflictividad Sin duda estos efectos supondrán un cambio
—agresividad enorme, ambivalencia hacia el objeto, positivo en el funcionamiento psíquico.
satisfacción de las tendencias sadomasoquistas— La soldadura al objeto, carácter específico
se siente que esto es más tolerable que la orfandad de las identificaciones narcisistas, podrá resolverse
que conllevaría el desprenderse del objeto. mejor o peor según el grado de simbolización de
Las vivencias de abandonar o de ser abandonado lo imaginario que pueda obtenerse en la tarea
suelen ser potentes. Igualmente, el sentimiento clínica. Cuantos más fallos simbólicos hubo, más
de que se traicionaría al objeto si se toma difícil será ésta. De todas formas, siempre se
las distancias —internas y externas— necesarias requerirá trabajar la problemática del desamparo
para diferenciarse del mismo. Lo mortífero y las idealizaciones arcaicas que están en juego.
del narcisismo está en no trascenderlo de manera Esta modalidad específica de angustia
suficiente y adecuada, mediante la apertura —la de separación, asociada a vivencias de
a las modalidades de relación objetal edípica. desamparo agudas— es particularmente intensa
Veremos a continuación las implicancias clínicas en los CIRRE y puede ser un elemento diferenciador
que tiene pensarlas de este modo. más de las estructuras neuróticas —en las que
predomina la angustia de castración— y de
6.2.2. Clínica de las identificaciones narcisistas las psicosis, en las que prevalece la angustia de
aniquilación.
Partiendo de estas premisas, mi trabajo clínico
con los CIRRE se dirige a la elaboración de
las vivencias de desamparo y al apaciguamiento 6.3. La identificación secundaria
de las idealizaciones (y/o denigraciones) muy edípica
arcaicas que están ahí en juego. En líneas generales
mis interpretaciones no insisten en aquellos aspectos Toman el relevo de las primarias y las
que remiten a las semejanzas entre el sujeto narcisistas en el proceso de estructuración subjetiva.
y el objeto incorporado, camino que toman Si la primaria es según Freud (1923) «directa,
habitualmente los que quieren concienciar inmediata {no mediadas} y más temprana que
la existencia de esta identificación. Por el contrario, cualquier investidura de objeto», las edípicas son
apunto más bien a las diferencias con el mismo secundarias a una investidura libidinal y acontecen
—¡que siempre existen!— porque creo que esto cuando ya existe la intermediación de una
facilita las separaciones puntuales respecto del organización psíquica en el infans.
objeto incorporado. Como casi nunca acontece una Estas identificaciones comienzan a consumarse tras
caída masiva de tal identificación —¡mejor!, dado la salida del narcisismo primario, en plena fase
los efectos que algo por el estilo acarrearía— fálica, cuando se plantean las elecciones de objeto
tendrán que reiterarse necesariamente estos propias del complejo de Edipo, etapa culminante
despegues parciales. Se van produciendo así de la construcción de la subjetividad, en la primera
—en las condiciones más favorables— infancia.
desoldaduras focales con el objeto, simultáneas Los objetos edípicos, obvio es decirlo, son
a la externalización progresiva del mismo. también objetos de identificación. Se inscriben en
En el mejor de los casos, el objeto se reconstruye los registros de la elección de objeto de amor
fuera —deja de ser una sombra incorporada— y deseante del niño/a. Las elecciones son dobles:
y comienza a adquirir volumen y consistencia narcisísticas y anaclíticas (Edipo completo) y las

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identificaciones tienen lugar durante el Edipo La pregunta a la que deberíamos responder,
y en la declinación del mismo, cuando el infans entonces, desde la perspectiva que estoy
debe abandonar sus objetos eróticos infantiles. exponiendo, no es tanto ¿cómo se produce
Las principales características de estas la apertura a la objetalidad desde el narcisismo
identificaciones y las del terreno psíquico primario?,8 sino: ¿cómo puede estructurarse
en el que acontecen, son las siguientes: un sujeto diferenciado, discriminado, si se parte
Suponen un yo ya constituido, cosa que de relaciones narcisistas fusionales y alienantes?
posibilita establecer las diferencias entre yo y no yo. Plantearé dos extremos de un amplísimo abanico,
Se trata de relaciones más discriminadas que que apuntan a responder a este interrogante y,
aquéllas que dieron pie a las identificaciones por elevación, a mostrar los distintos grados en que
primarias y narcisistas. Esto posibilita la elección dicha discriminación puede ser lograda durante
de objetos de amor infantiles: objetos totales del yo el proceso de estructuración subjetiva en la infancia.
(objetos edípicos).7
El pasaje por el Edipo y la consumación de las — En un extremo: que el hijo haya sido fruto
identificaciones secundarias que le son inherentes, del amor y del deseo de una pareja y que sea
acaba modelando el conjunto de los sistemas concebido como alguien independiente a pesar
y estructuras psíquicas. Para decirlo sintéticamente, de su extrema dependencia. La presencia
cuando acontece la declinación de este complejo, del tercero en el inconsciente materno favorecerá
tendríamos constituido un aparato psíquico no sólo su función narcisizante sino y también
funcionando a pleno rendimiento; es decir, con las la simbolizante. Si, asimismo, el padre cumple su
instancias del inconsciente, preconsciente función, el rumbo hacia la objetalidad
y consciente ya conformadas y en interacción. discriminada (y la neurosis) será el más probable.
También estarían constituidas en calidad — En la otra punta del abanico: que el niño/a sea,
de instancias estables de la psique el yo, el superyó lamentablemente, la expresión de la potencia
y el ello. Si el mecanismo fundante y organizador engendrante de la madre o de la capacidad
del aparato psíquico durante este período sementífera del padre y que ambos se muestren
de la sexualidad infantil fue la represión, se estaría incapaces de sofrenar sus afanes pigmaliónicos
en presencia de una estructura neurótica; respecto del hijo, y persistan en las ansias
si ha operado la renegación, la predisposición de ver clonados sus propios valores e ideales en
resultante es hacia la perversión. Como tercera el vástago. Comienzan aquí, desde los primeros
alternativa, tendríamos la estructura psicótica, días de vida, los caminos (remarco el plural) que
en cuya formación ha operado el repudio perpetúan la fusión, la indiscriminación
(Verwerfung) o forclusión. Otra posibilidad, y que conducen a la psicosis y a los CIRRE.
tal como vengo sosteniendo, serían los CIRRE,
cuyos caracteres estructurales serán precisados Huelga decir que la clínica nos enfrenta con la
luego. complejidad real de estas situaciones —quiero
decir: no con los esquemas recién propuestos—
y con toda la gama de posiciones intermedias
7. Una relación asimétrica del abanico, singularizadas para cada progenitor
y generadoras de una constelación familiar
Me interesa subrayar que desde los primeros —en la que cabe incluir al hijo, puesto que no es una
vínculos extrauterinos entre el infans y sus tábula rasa— que determinará la constitución,
progenitores, se pone en juego la historia personal tránsito y resolución del narcisismo y del Edipo
de estos últimos. Dicho de una manera más en el infans.
psicoanalítica: el recién nacido es (y será) objeto
de transferencias por parte de sus padres y, por
medio de éstas, se psiquizará. Se trata de una 8. La misma pregunta,
relación radicalmente asimétrica: el desvalimiento pensada desde el vástago
del cachorro humano lo coloca en una situación de
enorme dependencia respecto de los adultos que Si volvemos al interrogante recién formulado
le rodean. Este desamparo genera y delimita —¿cómo diferenciarse en el seno de una relación
un espacio donde bulle el deseo inconsciente fusional?— pero ahora, planteándolo desde el lugar
y el narcisismo de los padres, que devienen causa del hijo, podríamos decir que la constitución del
de lo psíquico del infans. narcisismo es —ya— una respuesta. La formación

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de su yo supone, para él, la creación y posesión 9.1. Neurosis
de una identidad primigenia, que le posibilita
el pasaje de un tipo inicial de vínculo, muy La identificación primaria —prevalentemente
rudimentario (el que puede establecerse entre un introyectiva— promovió las inscripciones
lactante y la subjetividad ya constituida de los simbólicas iniciales, que fueron luego reprocesadas
adultos), a una segunda modalidad relacional: por las identificaciones secundarias edípicas,
la transubjetividad propia del narcisismo, paso constitutivas del sujeto del inconsciente y del ideal
intermedio para la incipiente intersubjetividad del yo. La escisión inaugural del aparato psíquico
edípica.9 —represión originaria— se vio reforzada por
No sin cierta ironía, acostumbro a considerar a el accionar de la represión secundaria y
este narcisismo (primario) como una mala solución los mecanismos a ella asociada. Se funda así un
de la angustia asociada al desamparo originario. sujeto dividido; la firmeza y estabilidad de este
Ironía, repito, puesto que ese desenlace inadecuado tabicamiento intersistémico hará que los síntomas
es el único posible en esos momentos y sean una formación de compromiso entre el Inc.
circunstancias. En otros términos: la identificación y el Prec.-Cc.
narcisista, fundacional del yo, provee al infans la La identificación primaria incorporativa,
continuidad intrapsíquica del vínculo con el objeto, que también acontece en las neurosis, constituye al
cuando éste se aleja. Como ya fue dicho, al ser yo de placer purificado, embrión que dará lugar
inevitable la discontinuidad de la relación, en tanto al yo (coetáneo del narcisismo) y a su relicario:
la madre en algún momento tuvo —y tendrá— que yo ideal. La identificación primaria incorporativa
ausentarse, la implementación de tal identificación instala el zócalo narcisista sobre el cual se
es generalizada, como su consecuencia: inscribirán las identificaciones constitutivas del yo
la constitución del narcisismo primario. [por ejemplo: las que Freud describe en Duelo
La incorporación fantasmática de este objeto total y melancolía (1915) o las que Lacan (1949) teoriza
y la identificación que le es correlativa, permite es su Estadio del Espejo].
poseerlo siempre (es portador continuo del mismo). Asimismo, hubo una buena experiencia dual,
Cuanto más aguda es la vivencia de desamparo especular, instituyente del yo y un posterior trabajo
—por los motivos que fueran, pongamos por caso, edípico sobre el narcisismo residual, que remodeló
la incapacidad de los padres para apaciguarla— al ideal del yo-superyó. Esto permitió establecer un
mayor será el recurso a la identificación narcisista. sistema regulador de la autoestima, destilado en su
Por esta vía se refuerza la dependencia objetal; pasaje por la castración. Sin dejar de generar
se incrementa el déficit simbólico y se ve conflictos ni de participar en la formación de
dificultada la reapertura (post-narcisística) síntomas, este narcisismo reciclado suele ser más
a una objetalidad más discriminada como es la trófico que deletéreo.
edípica. En otros términos: marcada presencia Las pulsiones se sometieron a la primacía fálica,
del narcisismo en la estructura psíquica aspecto éste que reduce la satisfacción autoerótica.
y tropiezos en el posterior tránsito por el Edipo, más El superyó modula el goce pulsional, reduciendo la
todos los corolarios que generan estos tendencia a las actuaciones y pasajes al acto.
condicionantes. La intrincación pulsional ha neutralizado de manera
muy significativa a la pulsión de muerte. Predomina
Eros.
9. Visión de conjunto El fantasma, cuyo guión quedó inscrito como
de las estructuras clínicas frase inconsciente, cumple con su función
estabilizadora del psiquismo.
Con las premisas y considerandos expuestos Las investiduras de objeto son persistentes y la
hasta aquí se hará una aproximación a la cartografía catexia de la representación objetal en el Inc. se
nosográfica psicoanalítica. Veremos sucesivamente, mantiene cargada de un modo estable. La represión
y de manera sintética, las principales características asegura tales avatares y, como consecuencia, todas
de las neurosis, las psicosis, las perversiones y las relaciones —la transferencial con el analista,
los CIRRE. En función del tema central de este incluida— estarán mediatizadas por la presencia de
trabajo, nuestra mirada se detendrá, especialmente, esta representación objetal inconsciente que, a su
en estos últimos. vez, funciona como soporte del deseo.
Estas presencias conjugadas aseguran una
respetable capacidad simbólica, muy necesaria para

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el trabajo analítico y aportan elementos suficientes 9.3. Perversiones
para establecer una neurosis transferencia; es decir,
sobre la base de rasgos, detalles o elementos Los principales elementos constitutivos
singulares del analista. de la estructura perversa son: a) la renegación de
Este neurótico de libro, cuya marcha la diferencia de los sexos; b) la escisión del yo;
estructurante no habría tropezado con grandísimos c) el narcisismo exacerbado; d) las insuficiencias
obstáculos, tampoco necesitó apelar a defensas y singularidades que se traslucen en el ejercicio de
forclusivas ni a la renegación, y tendrá, por lo tanto, la función materna y sobre todo la paterna;
una buena inmunidad ante las crisis psicóticas. y e) un peculiar modo de desafío a la ley. El inicio
de la estructuración de las perversiones puede
ubicarse en una relación intensa con la madre,
9.2. Psicosis asociada a un relegamiento del padre en la vida
infantil del sujeto (Freud, 1912). Lacan teoriza esta
El predominio de la identificación primaria vinculación a la madre, considerándola como el
incorporativa —o, lo que es lo mismo, los fracasos punto de anclaje de la estructura perversa:
introyectivos— determinó una rarefacción en el identificación fálica, en la que el niño cree
proceso mismo de estructuración del sujeto del constituirse en el único y absoluto objeto del deseo
inconsciente. El déficit simbólico es muy marcado. de la madre. La persistencia de esta identificación
A esto se sumó una inestabilidad yoica ocasionada fálica, su no caída por acción de la función paterna,
por un narcisismo muy fallido y escasamente genera una predisposición a la perversión.
reprocesado por lo edípico. Las tópicas del aparato Freud atribuyó esta temprana e intensa ligazón a
psíquico están trastocadas y prevalecen las defensas la madre a una actitud de hiperternura por parte de
psicóticas. El repudio, rechazo o forclusión ésta respecto de su hijo. Es habitual que la
sustituyen a la represión. sexualidad entre los padres esté seriamente
Predomina la oralidad y la analidad, en perturbada y que el vínculo madre-hijo sea una
detrimento de lo fálico. Esto conlleva un déficit fuente de goce para ambos. El carácter
enorme en el establecimiento de la triangularidad marcadamente narcisista de esta relación no cede
edípica, y la falta de reorganización retroactiva y reaparecerá después, en el momento de las
desde lo fálico. La problemática de la castración elecciones adultas de objeto, como rasgo
y de la diferencia de los sexos brilla por su ausencia. característico de la estructura perversa. Ésta tiene su
La función paterna deficitaria no produce la punto de partida y su pivote organizativo en la no
apertura de la relación fusional madre-hijo. Tánatos caída de la representación de la madre fálica.
predomina sobre Eros. Estos factores predisponentes se refuerzan
En las psicosis está descatectizada la durante el pasaje por la triangularidad edípica: el
representación de cosa en el inconsciente y futuro perverso reacciona con una angustia
se produce un borramiento de las diferencias entre exacerbada ante la castración y responde con el
la palabra y la cosa. Ambos fenómenos están mecanismo de la renegación: recusa la diferencia
ausentes en la neurosis y tienen escasa relevancia anatómica de los sexos. Tal renegación adquiere
en los CIRRE. todo su sentido por surgir —temporalmente
Los factores estructurales recién apuntados hablando— en el mismo momento en que debería
determinan que las transferencias sean sui generis: efectuarse para el sujeto esa transformación que es
no son sobre la base de un rasgo o detalle del designada con los términos de asunción de la
analista sino que lo implican masivamente. En dos castración. Con la renegación —o desmentida—
palabras: transferencia psicótica. las cosas suceden como si el sujeto tuviera éxito en
A partir de lo dicho, se hace evidente que el mantenimiento de una paradoja: la que consiste
neurosis y psicosis suponen caminos divergentes, en saber algo de la diferencia de los sexos y,
y que sus puntos de llegada distan entre sí. No se pasa al mismo tiempo, no querer saber nada de ella.
de la neurosis a la psicosis —ni viceversa— como se Tal situación genera una marcada escisión del yo.
cruzan los lindes entre Francia y Suiza, por ejemplo. Como muy bien señala Piera Aulagnier (1967):
Dicho en otros términos, discrepo con el continuum
neurosis-psicosis que parece desprenderse de la Esta Ichspaltung de ningún modo puede
teoría kleiniana, y que fuera retomado, luego, por comprenderse como la división entre el yo consciente
Otto Kernberg (y todos los que siguieron su línea de y el yo inconsciente. No se puede decir que en
pensamiento) en sus trabajos sobre los borderlines. el plano consciente el sujeto perverso conoce que la

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mujer está castrada y que en el plano inconsciente parte, y siguiendo a Juan David Nasio, prefiero
niega esa idea. Se trata en realidad de una doble denominarlas forclusiones locales. Evito de este
afirmación que se realiza de manera conjunta tanto modo el uso del adjetivo psicóticas para referirme al
en el tiempo como en el lugar tópico de su tipo de defensas que operan en la producción de
enunciación y por lo cual el sujeto repite y pone en delirios y alucinaciones en los CIRRE. Como ya
escena en su actuar las dos implicaciones
adelanté,10 estas formaciones sintomáticas pueden
antinómicas que logran la proeza, no de desconocer
presentarse no sólo en la psicosis; suelen aparecer,
la contradicción, sino de hacer de esta contradicción
una suerte de verdad acerca del goce. también, en cuadros borderlines y en algunos
Por este camino llega a una nueva síntesis, frágil momentos de descompensación de una neurosis.
síntesis, de la que siempre tendrá que asegurarse, Razón por la cual, conviene no hacerlos sinónimo
reconsolidándola mediante esa perpetua puesta a de psicosis. Por otra parte, la implementación de
prueba que es la vivencia de la sexualidad perversa. este tipo de defensas forclusivas en los CIRRE,
no son ni tan masivas ni tan extendidas como en las
psicosis. De ahí el aditamento de focal o local, con
Este modo de relación con la castración, en que que se adjetiva a la forclusión que opera en estos
es aceptada su incidencia a condición de trasgredirla cuadros. Los CIRRE, si llegan a emplear tal
constantemente, sienta las bases de otro elemento mecanismo, lo hacen en momentos de desborde de
constitutivo de esta estructura: el desafío a la ley. ansiedad, en respuesta a ciertos eventos traumáticos
En las perversiones, la representación o ante la agudización de los conflictos psíquicos.
inconsciente de objeto está catectizada como así En tales circunstancias alucinan y deliran, pero se
también la representación de palabra en el trata casi siempre, de episodios transitorios, de corta
preconsciente. La elección de objeto es narcisista. duración, que suelen desaparecer sin dejar como
En el caso específico de la homosexualidad, es a secuela el denominado defecto psicótico.
imagen y semejanza. En los CIRRE ha habido identificaciones
Una última consideración, que nos será de primarias tanto introyectivas como incorporativas;
utilidad para el abordaje de los CIRRE: la escisión la presencia significativa de estas últimas, asociadas
del yo, que se pone de manifiesto a la intensa angustia de separación, condujeron a la
paradigmáticamente en las perversiones, fue luego conformación de un narcisismo exacerbado. De ahí
generalizada por Freud (1938, 1939) para todos los que tiendan a establecer reiteradamente vínculos
sujetos, de manera tal que nadie sería ajeno, aunque con un marcado tinte narcisista, acompañados de
siempre en dosis diferentes, a este mecanismo de todos sus correlatos y consecuencias: omnipotencia,
desmentida de la realidad y, en particular, de la indiscriminación yo no-yo, sentimientos de
realidad de la castración. humillación y agravio, tendencia a la frustración,
conductas agresivas como respuesta al sentirse
injuriados (cosa que ocurre con gran frecuencia),
9.4. Los CIRRE idealizaciones y denigraciones intensas, etc.
El fantasma ya no se manifiesta en estos casos
Por razones obvias se prestará mayor atención como un epitafio inscrito en lo inconsciente; tiene
a esta categoría diagnóstica que propongo. tendencia a ser actuado dentro o fuera de la sesión.
Se analizarán sus múltiples facetas a través Las relaciones objetales quedan mediatizadas por
del siguiente orden: fantasías en las que priman los pares antitéticos
devorar-ser devorado, comer-ser comido, rechazar-
9.4.1. Estructuración y funcionamiento ser rechazado. El analista no escapa a tales
9.4.2. Insuficiencia de la función paterna proyecciones, que adquieren carácter masivo.
y de la castración. La función fálica está instalada, aunque no de
9.4.3. Algunas especificidades de los síntomas manera firme. La intrincación pulsional es capaz
en los CIRRE. de neutralizar, pero no de manera muy significativa,
a la pulsión de muerte. Tienen alteraciones
9.4.1. Estructuración y funcionamiento marcadas del yo; tendencia a los derrumbes
narcisistas e inhibiciones severas. No son raras las
El psiquismo de estos sujetos es el resultante de somatizaciones, como efecto de mecanismos
un proceso estructurante tórpido, muy conflictivo, disociativos que tienden a preservar la mente,
durante el cual llegaron a usar defensas que, mediante la descarga —en el cuerpo— de las
habitualmente, son calificadas de psicóticas. Por mi tensiones propias de los conflictos que les embargan.

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Testimonian, con frecuencia, sobre la presencia pulsional. La castración atenta contra el
casi alucinatoria del objeto incorporado (no autoerotismo imponiendo el predominio del goce
introyectado), y de los poderes mágico- fálico: la síntesis pulsional fálica —prerrequisito
omnipotentes que le atribuyen a los mismos. para el establecimiento de la triangularidad edípica
El déficit simbólico es evidente, pero nunca alcanza y del complejo de castración— supone el viraje de
las cotas observables en la psicosis. La capacidad la pulsión desde el auto al heteroerotismo. Este giro
sublimatoria suele ser baja. es coetáneo a la emergencia de elecciones de objeto
El sentimiento de identidad es un tanto infantiles —las propias del Edipo— que se
desfalleciente a consecuencia del tipo de resuelven mediante la renuncia a los mismos,
identificaciones que han operado. La patología cuando este complejo declina, previa identificación
yoica y el narcisismo exacerbado, que en el período con rasgos o detalles de los mismos. El superyó se
de estructuración infantil supusieron obstáculos que remodela en su paso por el Edipo: el abandono de
dificultaron el posterior tránsito edípico, se hacen los objetos edípicos concluye con la interiorización
ahora patentes en la vida cotidiana del sujeto adulto. de la ley. El conjunto de estos avatares implica el
A partir de este conjunto de factores, se surgimiento de una moderación del goce pulsional.
sobreentiende que las relaciones que estos sujetos Cabe pensar que estas importantes
tienen con la realidad sean muy peculiares: transformaciones de la dinámica psíquica en general
la proyección sobre el mundo externo de la propia —y la pulsional en particular— no se realizan
fantasmática y las modalidades narcisistas de adecuadamente en los casos que estamos
relación determinan vínculos muy friccionados comentando, dado que el tránsito edípico estuvo
y tensos con el entorno. entorpecido. La estructura subjetiva queda marcada
Por otra parte, la catexis de la representación por la presencia de importantes remanentes
inconsciente del objeto es vacilante, cosa que a su autoeróticos en la vida pulsional y en el circuito
vez repercute en el mantenimiento de la constancia narcisista. Tal predisposición —que empuja a las
libidinal en las relaciones objetales y, actuaciones y a formas primarias de idealización—
específicamente, en la transferencial. Los vínculos podrá manifestarse abiertamente o quedar velada
quedan también afectados por los ataques de rabia gracias a la compensación —siempre vacilante—
y cólera que se les despiertan con frecuencia, dada realizada por la red de relaciones objetales que el
la facilidad con que se sienten ultrajados. sujeto haya podido establecer. De todas formas,
En tanto tienen una trama edípica constituida y a pesar del enmascaramiento de esta situación,
—débil, pero existente— no están ausentes las siempre habrá indicadores de la presencia de tales
formaciones del inconsciente; es decir, las componentes en la organización psíquica. En todo
producciones transaccionales intersistémicas.11 caso quedará abierta la posibilidad de ruptura
En ese plano es donde se generan los componentes de estos equilibrios, con la consiguiente
neuróticos de la transferencia (los menos reactivación y pasaje a primer plano —a veces
narcisistas). Pero, por las razones estructurales ya de modo exclusivo— de las formas autoeróticas de
adelantadas, estos sujetos presentan una satisfacción pulsional.
fenomenología compleja, en los que se combinan la Que tales fenómenos ocurran, nos habla de una
presencia de elementos autoeróticos —que empujan insuficiencia marcada de la función paterna.
a la creación de relaciones adictivas—, déficit Son sujetos que están atenazados entre una angustia
deseante —que explica la frecuente apatía de desamparo exacerbada y una función paterna
y las dificultades para la realización de actividades desfalleciente.12
que les entusiasmen— y, por último, todas
las manifestaciones propias del narcisismo fallido. 9.4.3. Algunas especificidades de los síntomas
No es raro encontrar en estos casos que algunos en los CIRRE.
rasgos perversos formando parte del cuadro clínico.
Es imprescindible la realización de una
9.4.2. Insuficiencia de la función paterna semiología fina que permita apreciar matices
y de la castración diferenciales entre los síntomas típicamente
neuróticos y aquellos que suelen presentarse en
La emergencia, frecuente por otra parte, los CIRRE. Veamos un par de viñetas. Partiremos
de tendencias impulsivas en los CIRRE se deben de un síntoma fóbico; por ejemplo: el temor a
al deficitario cumplimiento de los efectos de la perderse en la calle. Generalmente está asociado
castración sobre los modos de satisfacción a una gran angustia, producto de una proyección

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y desplazamiento del temor a la castración y de la También merecen diferenciarse las conversiones
propia agresividad sobre los objetos mundanos. histéricas de las somatosis por estasis libidinal
No están ausentes los miedos a lo desconocido, y los elementos de corte hipocondríaco que suelen
y la vivencia subjetiva de que el mundo externo es presentar los CIRRE: acaticias, cenestopatías,
peligroso. En los CIRRE puede presentarse una hormigueos, formas atípicas de migrañas, etc.
sintomatología que, en lo manifiesto, parece similar Con frecuencia estos sujetos realizan actos
a lo recién descrito. Pero, si estamos alerta e impulsivos o presentan conductas compulsivas
indagamos adecuadamente descubrimos que no es mediante las cuales obtienen una satisfacción
tanto la angustia de castración procesada por los pulsional directa e intensa, sin el atemperamiento
mecanismos de defensa la que se manifiesta; se trata que caracteriza al goce del síntoma. Estas
más bien de problemas con la espacialidad. Si en el impulsiones suponen el desvanecimiento del sujeto
primer caso el temor está puesto en el futuro y es y la puesta en escena de los objetos —de muy
la perspectiva de estar en esa situación la que les diverso tipo— que pueden estar implicados
asusta, cuando llevan a la práctica el acto que temen, en las impulsiones. No hay en tales conductas
no se pierden. En el segundo caso se extravían un contenido inconsciente a descifrar ni una verdad
—literalmente— ya que son muy frecuentes las subjetiva a revelar, como sería el caso
desorientaciones espaciales. Fallan los procesos de de los síntomas neuróticos típicos. Tampoco hay
simbolización, que permiten construir los referentes transacción ni formación de compromiso sino acto
que, habitualmente, funcionan como brújula puro, motorizado por la pulsión. Si el síntoma
orientativa. No necesitan de un objeto acompañante neurótico involucra al sujeto del deseo y aboca
para aplacar la angustia (situación prototípica de las a la transferencia, gracias al enigma que conlleva,
fobias), sino para organizar el espacio y para ser el predominio de las impulsiones en los CIRRE,
ayudados —concretamente— para llegar a destino. dificulta el establecimiento de la misma. Priman la
En las fobias, estas dispraxias se deben al satisfacción autoerótica y cierta ruptura de los lazos
desbordamiento de angustia; en los CIRRE, a un con el Otro. Estos fenómenos, que las adicciones
déficit de simbolización. muestran de manera paradigmática, suelen
Los síntomas obsesivos clásicos deben presentarse en los CIRRE a baja potencia. Ponen
diferenciarse también de las acciones estereotipadas de relieve una organización pulsional del sujeto
que suelen observarse en los CIRRE. Mediante las escasamente reciclada en su pasaje por la castración.
estereotipias, estos pacientes intentan organizar
—con muchas dificultades— sus acciones en la vida
cotidiana. Por los impedimentos para pensar 10. La transferencia en los CIRRE
y prever la secuencia de actos necesarios para
alcanzar un fin, por los escollos para imaginar o La importancia de este tema le hace merecedor
crear maneras alternativas que permitan concretar de un parágrafo especial, en tanto que las formas
un mismo objetivo, implementan un accionar y transformaciones de la transferencia son de
repetitivo, casi ritualizado. Reiteran siempre, indudable importancia, no sólo por el rol
de manera mecánica, los pasos aprendidos fundamental que ésta tiene en todo abordaje
y memorizados con dificultad. psicoanalítico, sino porque, en estos casos, ella nos
Es habitual, por ejemplo, que utilicen siempre ayuda a aclarar el diagnóstico, que muchas veces
un único camino para llegar a un destino continúa siendo dudoso, aun cuando hayamos
determinado, obviando otras rutas que igualmente realizado numerosas entrevistas preliminares.
les conducirían al mismo sitio. Y lo hacen no porque
se trate del camino más corto o del más adecuado
sino, lisa y llanamente, porque se han aferrado 10.1. Oscilaciones transferenciales marcadas
al que apenas pudieron aprender. En los CIRRE,
las conductas reiterativas, casi ritualizadas, no son La puesta en juego de la estructura psíquica
la manifestación de la lucha que los obsesivos de estos pacientes en la relación con el analista,
mantienen con sus pulsiones, con sus deseos o, más evidenciará, desde los comienzos mismos del
en general, con el retorno de lo reprimido (mundo análisis, algunos rasgos y matices peculiares de sus
interno); en estos casos, se trata de una forma transferencias. Éstas son, a mi modo de ver, distintas
limitadísima de montar pequeños encadenamientos de las que generan las neurosis y psicosis típicas.
de actos en el mundo externo. Constituyen otras Por ejemplo: es frecuente en los CIRRE la presencia
manifestaciones del déficit simbólico. de cambios significativos de las modalidades

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transferenciales, aun en períodos cortos e, incluso, de persecución y, también, las opuestas: las de
en una misma sesión. Al tratarse de configuraciones abandono, las de no sentirse entendido, aceptado,
edípico-narcisistas sui generis (es difícil precisar etc. El conjunto de estas sensaciones puede
cual de estas dos dimensiones es la prevalente) comprenderse sobre el telón de fondo de la gran
habrá momentos en que se hacen más ostensibles las idealización del objeto.
manifestaciones edípicas; y otros instantes, en los No siempre, en medio de las manifestaciones
que lo predominante es lo narcisístico. Sin embargo, recién descritas, puede responderse con facilidad a
estas prevalencias no deben pensarse como la pregunta clave: ¿es la represión o el mecanismo
absolutas; lo prototípico es, según mi experiencia, psicótico el que funda la estructura psíquica
una presencia combinada de ambas dimensiones del analizante? Muchas veces será la evolución
subjetivas, mezcladas, fusionadas, con cierto clínica la que resuelva el dilema.
sobrepeso —relativo— de una de ellas. Ésto,
a su vez, tendrá sus reflejos en las cualidades de los
síntomas y de las transferencias, según si prevalecen 10.2. El péndulo fusión-desintegración
los componentes edípicos o narcisistas. Ambos
aspectos adquieren también valores determinantes Tampoco es sencillo conservar con estos
diferentes según se trate de momentos de crisis o pacientes la posición y las funciones analíticas,
de períodos de estabilidad. entendidas a la manera clásica. De un modo casi
El establecimiento del sujeto supuesto saber permanente nos vemos sometidos a los vaivenes del
(Lacan) suele ser difícil, ya que esta operación analizante entre sus necesidades de fusión, para las
requiere, como paso previo, la constitución del cuales nos toma con frecuencia como objeto
complejo fantasmático y de la representación Inc. (necesariamente idealizado) y sus vivencias de
del objeto. Por otra parte, la fuerte problemática desintegración ante nuestra presencia, sentida como
narcisista determina que la ambivalencia respecto penetrante e invasora de su mundo psíquico.
del analista sea intensa. Si a esto le sumamos que el No pocos síntomas del tipo robo de pensamiento
amor-odio no se ha constituido como par antitético, o microdelirios de influencia tienen sus orígenes
se hace comprensible la dificultad que tienen estos en estas sensaciones de intrusión (sienten que
pacientes para que surja el amor de transferencia. se les dirige la vida o que se les manipula).
Éste es fácilmente sustituido por las pasiones: Sea desde la vertiente idealizada o desde la
erotomanía, delirios amorosos con el analista, o bien persecutoria, en tanto analistas, quedaremos
sus contrapartidas: persecuciones intensas y/o inmersos en una atmósfera psíquica capturante,
denigraciones. envolvente, en la que se nos exigirá una presencia
La transferencia es, por momentos, masiva; sin desmayos. Va de suyo que esta dinámica
reposa generalmente sobre la creencia de que el psíquica —preexistente a su repetición
analista es omnisciente y omnipotente. Pero estas transferencial— ha tenido repercusiones en la esfera
atribuciones pueden virar fácilmente hacia la de los procesos de pensamiento: al estar el objeto
vertiente persecutoria y aniquilante. Cuando omnipresente se hace imposible simbolizar su
predomina esta modalidad de transferencia tan ausencia; en situaciones extremas, hasta les resulta
masiva (no es sobre la base de un rasgo o detalle del difícil pensarlo. Los mecanismos incorporativos
analista, sino que lo involucran completamente), al uso impiden el duelo por un objeto imperdible
la dependencia es extraordinaria y la sensibilidad en tanto es conservado en la mente para evitar toda
frente a los actos o palabras del analista se separación del mismo.
acrecienta. Las demandas del paciente son Sumémosle a esto el importante déficit
permanentes y nuestra involucración suele ir más simbólico y se hará patente que, si de alguna
allá de la —relativamente— cómoda posición frontera están cerca estos pacientes, es de aquélla
interpretante en las neurosis. Con frecuencia nuestra que señala los límites a partir de los cuales los
propia actividad psíquica es solicitada como efectos simbolizantes de la palabra se hacen
suplemento protésico para la del analizante. imposibles. De ahí que las respuestas de estos
El desamparo hace oscilar a estos sujetos entre pacientes al tratamiento psicoanalítico sean
cierta euforia maníaca —cuando consiguen la diferentes, en términos generales, a los de la
presencia del objeto— y una helación depresiva, neurosis, aunque siempre cabrá evaluarlos caso por
cuando el otro no está cerca las veinticuatro horas caso.
del día. En este contexto psíquico, son muy
frecuentes las vivencias de invasión, de intrusión,

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11. Efecto bola de nieve es la que comanda el cuadro, regulando aunque más
no sea a tientas al narcisismo fallido, o si tales
Por lo afirmado hasta aquí, se hace evidente que riendas no existen, ya sea porque se han roto o
en los CIRRE no se trata sólo de fallos puntuales en porque nunca existieron. La segunda situación
la estructuración del yo: los desórdenes son más coloca la problemática de manera definida dentro
extensos y previos a la instauración del narcisismo. del campo de la psicosis. En cambio, si al menos
Esto determina que la propia experiencia especular, existe una cierta subsunción del narcisismo a lo
constitutiva del yo, sea también fallida, cosa que, a edípico, puede pensarse en un CIRRE.
su vez, dificulta el pasaje por el Edipo y La denominación personalidad narcisista o
la castración. La función materna ya fue anómala perturbaciones del narcisismo, con que algunos
antes del narcisismo y la paterna no corta bien: analistas diagnostican a estos pacientes, me resulta
los excesos (o los déficit) del narcisismo del infans insatisfactoria, puesto que no se trata sólo de resaltar
—producto sobredeterminado de las relaciones la exacerbación narcisista, cosa que, por otra parte,
intersubjetivas familiares precoces— hacen que el es indiscutible, sino de percibir que lo definitorio en
hijo/a quede aferrado al cuerpo de la madre, cosa estos casos es la relación que el narcisismo guarda
que entorpece —pero no bloquea totalmente— con la trama edípica. Por lo tanto, insisto,
la salida de esta psicodependencia inicial. caracterizar estos cuadros como trastornos del
La función paterna opera parcialmente por no narcisismo, es reduccionista. La descripción
haber representación intrapsíquica solvente del detallada que hice de estas configuraciones estuvo
tercero. Se establecen pseudotriangularidades: encaminada a demostrar que todas y cada una de las
relaciones duales con la madre, por un lado y con el dimensiones psíquicas (pulsional, yoica, superyoica,
padre, por otro. Son falsos triángulos que reflejan lo edípica, deseante, fantasmática, transferente, etc.)
difícil que les resulta a estos sujetos establecer una están perturbadas. Por otra parte, el narcisismo
representación mental del trío endogámico. trastornado es una consecuencia; las causas hay que
El vínculo con el padre reitera y amplifica las buscarlas en el conjunto de las relaciones
falencias habidas en la relación con la madre. Queda intersubjetivas, que determinaron la conformación
abierta así, para más adelante, la vía de reemplazos de una organización psíquica como la que he
con objetos sobre los que recaerán los aspectos muy perfilado a lo largo de este trabajo.
idealizados o denigrados de estos vínculos: ya sean
personas, actividades, drogas, alcohol, etc.13
Como vemos, hay rarefacciones severas Víctor Korman
del mundo representacional intrapsíquico; Paseo San Gervasio, 10, 5º 4ª
sus gradaciones si bien no son fáciles de medir, 08022 Barcelona
resultan, en cambio, clínicamente evaluables. Estas 12610vkd@comb.es
situaciones no desembocan obligadamente en
cuadros psicóticos, pero el analista se encontrará
con un sujeto que presenta, con frecuencia, Notas
trastornos del pensamiento, ocasionados —entre
1. Me ha sido especialmente esclarecedor el análisis que,
otros motivos— por el déficit de simbolización
sobre los textos de Freud referidos al narcisismo, realizó Jean
antes aludido, con alguien que es extremadamente Laplanche (1970), especialmente en el capítulo 4. «El yo y el
dependiente y, a la vez, temeroso de la dependencia narcisismo». Allí puso en evidencia las dos corrientes que,
que establece. En la transferencia se repiten sobre el narcisismo primario, existen en los textos freudianos.
las dificultades que tuvo el paciente para superar, en Una, que podríamos denominar objetal, presente a lo largo de
su infancia, las relaciones fusionales tempranas. toda su obra, pero especialmente manifiesta en Introducción al
narcisismo. En la segunda, que fue adquiriendo preponderancia
con el correr de los años, el narcisismo primario fue concebido
12. Una última cuestión como un estado cerrado sobre sí mismo —una especie de
mónada biológica catectizada libidinalmente— y sin apertura al
Como ya fue anticipado en la primera parte de mundo objetal. Esta última línea encontró especial expresión en
Los dos principios del suceder psíquico (1911), El yo y el ello
este artículo, es clave poder precisar en estos casos
(1923) y Esquema de psicoanálisis (1938). Laplanche señala
las relaciones que existen entre la dimensión
brillantemente los impasses a los que condujo esta segunda
narcisista y la edípica; quiero decir, que es muy corriente.
importante —y difícil a la vez— poder establecer, a 2. Como ya fue señalado en la primera parte de este trabajo,
efectos diagnósticos, si la textura triangular edípica en el número anterior de Intercanvis, Abraham fue el principal

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exponente de esta manera de pensar; su progenie ha sido puesto que sólo a partir de entonces queda establecida una
prolífica. Para más detalles sobre su vida y obra, véase Korman, diferenciación más o menos clara entre yo y no yo.
V. (1993): «Abraham o un retrato en collage». Revista Tres al 10. Véase el primer punto del apartado 3. «Una brújula para
cuarto, nº 2. Barcelona. estas tinieblas», primera parte de este trabajo, en el número
3. Los motivos por los cuales estos autores hablan de crisis anterior de Intercanvis.
psicóticas en vez de episodios delirantes o alucinatorios, fueron 11. En la estructura neurótica estas formaciones
expuestos en el parágrafo 3. «Una brújula para esas tinieblas», transaccionales se manifiestan de manera paradigmática. En las
de la primera parte de este trabajo. psicosis, dada la rarefacción de la tópica psíquica, cabe
4. Debo a Ilya Prigogine y sus escritos sobre las estructuras cuestionar seriamente su existencia, al menos bajo sus formas
disipativas, la autoorganización, los fenómenos de adaptación e más clásicas: producto transaccional entre Inc. y Prec.-Cc.
invención, etc., la puerta fecunda que me permitió pensar al En los CIRRE puede detectarse su presencia, pero los síntomas
sujeto en vías de estructuración como una estructura disipativa, adquieren características especiales dado el narcisismo
centro metabolizador de las influencias externas, capaz de exacerbado y la frecuente irrupción de la dimensión pulsional
reaccionar con respuestas originales a las imposiciones del (más que la propiamente deseante).
entorno. Esto hizo que dejara de concebir al protosujeto como 12. La función paterna se sustenta desde varios estamentos:
pasivo —a la manera de Lacan—, aunque con un tipo de el deseo de la madre respecto de su hombre (padre de la criatura);
actividad diferente a la que le adjudica Freud, basada en lo el reconocimiento del padre como representante de la ley por
pulsional. Estos conceptos de Prigogine —véase especialmente: parte de la madre; la propia capacidad del padre para la
¿Tan sólo una ilusión?— me permitieron pensar la trasmisión de la castración y de la ley; su aptitud para devenir
identificación como mecanismo más complejo, alejándola de objeto de identificación. El desfallecimiento del padre en el
determinismos lineales. cumplimiento de su función dificulta al varón la captura
5. Sobre las marchas y contramarchas de Freud respecto a de los emblemas identificatorios y a la niña le obstaculiza la
cual es el objeto de identificación de las primarias, véase marcha hacia la búsqueda del falo, motivo principal
Korman V. (1996), pp. 180 y siguientes. del desprendimiento de la madre.
6. Abraham insistió especialmente en este aspecto que, de 13. Buena parte de los pacientes drogodependientes muestran
alguna manera, Freud hizo suyo. La escuela inglesa en su muchos de estos rasgos y caracteres que se están describiendo
conjunto también la adoptó. Una de sus consecuencias fue el en este apartado.
privilegio que acabó otorgando a la problemática del duelo.
7. Me permito citar mi libro, El oficio de analista (1996),
p. 130, en el que planteo una visión panorámica de las Bibliografía
identificaciones secundarias edípicas.
8. Tal interrogante es un verdadero quebradero de cabeza para AULAGNIER, P. (1967). «La perversión como estructura».
aquellos que sostienen un narcisismo primario absoluto, La perversión, p. 33-34. Buenos Aires: Editorial Trieb, 1978.
anobjetal. En cambio, para los que se enrolan en una PRIGOGINE, I. (1972-1982). ¿Tan solo una ilusión? Barcelona:
concepción objetal del narcisismo, la pregunta sobra: Tusquets Editores, 1983.
la apertura a la objetalidad está asegurada desde el inicio, ya que — y STENGERS, I. (1983). Entre el tiempo y la eternidad,
el comienzo es relacional. Es impensable la psiquización fuera Madrid: Alianza Editorial.
del contexto objetal. FREUD, S. (1921). Psicología de las masas y análisis del yo.
9. A riesgo de repetir, señalo una secuencia posible Obras Completas (OC), Vol. XVIII, p. 63. Buenos Aires:
—ni rígida ni estancamente compartimentada— de modalidades Amorrortu.
relacionales que el niño/a establece durante el periodo — (1923). El yo y el ello. OC. Vol. XIX, p. 1.
de la sexualidad infantil, en el que va conformando su — (1912).Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. OC.
psiquismo: 1º) relaciones presubjetivas → 2º) transubjetividad Vol. XI, p. 92-93.
narcisista → 3º) intersubjetividad edípica. Las primeras — (1925). Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia
—precocísimas— son así designadas por no mediar la anatómica de los sexos. OC. Vol. XIX, p. 259.
subjetividad del infans, que por entonces es inexistente. — (1931). Sobre la sexualidad femenina. OC. Vol. XXI, p. 223.
Por estos motivos algunos autores prefieren considerar tal — (1933). «La femeinidad». Nuevas conferencias de
modalidad como anobjetal, posición de la que me distancio; introducción al psicoanálisis. OC. Vol. XXII, p.104.
para mí son objetales aunque presubjetivas. De todas formas — (1914). Introducción al narcisismo. OC. Vol. XIV, p. 65.
son las únicas relaciones que pueden establecerse desde (y con) — (1913). Tótem y tabú. OC. Vol. XII, p. 1.
un protosujeto en estado de indefensión, como es un bebé. — (1938). La escisión del yo en el proceso de defensa. OC.
Las segundas suponen un yo ya constituido y, por lo tanto, la Vol. XXIII, p. 271.
presencia de modalidades vinculares transitivas propias del — (1939). Esquema de psicoanálisis. OC. Vol. XXIII, p. 123.
narcisismo. Las conocidas fórmulas de yo soy otro; el otro es yo KORMAN, V. (1996). El oficio de analista. pp. 187 y siguientes.
reflejan, de un modo lacónico, este tipo de ligamen: Buenos Aires: Paidós.
transubjetividad narcisista. Por último, recién en la etapa fálica LAPLANCHE, J. (1970). Vida y muerte en psicoanálisis. Buenos
puede hablarse de inter-subjetividad (en sentido estricto), Aires: Amorrortu editores, 1973.

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