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En la coagulación de la sangre, el factor VIII, también llamado factor anti-hemofílico A, es

una glucoproteínacontenida en el plasma sanguíneo (aprox. 0.1 mg/dl) que actúa como uno de
los cofactores de la cascada de la coagulación. La deficiencia del factor VIII causa una condición
hereditaria, hemorrágica, conocida como hemofilia A.1 El factor VIII o factor antihemofílico es un
factor de la coagulación necesario para que se produzca una correcta coagulación pasando
por regulación y modulación de la cascada sanguínea tras una hemorragia.[cita requerida]
Las personas que nacen con déficit del factor VIII o que adquieren este déficit con el tiempo
mediante la formación de anticuerpos que lo inactivan necesitan la administración de factor VIII en
determinadas situaciones (antes de una cirugía, tras heridas o hemorragias graves). El factor VIII
que se utiliza en estos casos se extrae unas veces del plasma humano y otras veces se modifica
genéticamente a partir de proteínas bovinas, proteínas de ratón o proteínas de hámster.

Las hemofilias son trastornos hemorrágicos hereditarios frecuentes causados por deficiencias del factor
de coagulación VIII o IX. El grado de deficiencia del factor determina la probabilidad y la gravedad de la
hemorragia. La hemorragia en tejidos profundos o articulaciones suele aparecer pocas horasd después
del traumatismo.

Etiología

La hemofilia en un trastorno hereditario que se debe a mutaciones, deleciones o inversiones que


afectan al gen del factor VIII o del factor IX. Como estos genes se localizan en el cromosoma X, la
hemofilia afecta casi exclusivamente a varones. Las hijas de hombres hemofílicos son portadoras
obligadas, pero los hijos son normales. Cada hijo de una portadora tiene una probabilidad del 50% de
presentar hemofilia, y cada hija tiene una probabilidad del 50% de ser portadora.

Fisiopatología

La hemostasia normal (véase figura Vías de la coagulación de la sangre) requiere > 30% de las
concentraciones normales de factor VIII y IX. La mayoría de los pacientes con hemofilia tienen
concentraciones < 5%; algunos tienen concentraciones extremadamente bajas (< 1%). El nivel funcional
(actividad) de factor VIII o IX en la hemofilia A y B, y por lo tanto la gravedad de sangrado, varían
dependiendo de la mutación específica en el gen del factor VIII o IX.

Signos y síntomas
Los pacientes con hemofilia presentan hemorragias tisulares (hemartrosis, hematomas musculares,
hemorragia retroperitoneal). La hemorragia puede ser inmediata o producirse lentamente, lo que
depende del grado de traumatismo y de la concentración plasmática de factor VIII o IX. A menudo,
se percibe dolor cuando comienza la hemorragia, a veces antes de que aparezcan otros signos
hemorrágicos. Las hemartrosis crónicas o recurrentes pueden causar sinovitis y artropatía. Aun un
traumatismo de cráneo sin importancia puede provocar una hemorragia intracraneana. La
hemorragia en la base de la lengua puede causar compresión de la vía aérea.

TRATAMIENTO

 Reemplazo del factor deficiente


 En ocasiones, antifibrinolíticos
Prevención

Los pacientes deben evitar aspirina y AINE (ambos inhiben la función plaquetaria). Es esencial la
atención odontológica regular, de manera de poder evitar las extracciones dentales o la cirugía
odontológica. Deben administrarse fármacos por vía oral o IV; las inyecciones IM pueden causar
hematomas. Los pacientes con hemofilia deben vacunarse contra la hepatitis B.

ACCIONES DE ENFERMERIA:

 ORIENTAR AL PACIENTE SOBRE SU HIGIENE DENTAL


 EXPLICAR AL PACIENTE LA AFECCION POR USO DE AINES
 EVALUAR LA HERIDA QUIRURGICA EN BUSCA DE SIGNOS DE ALARMA
 VIGILANCIA DE LA HEMODINAMIA
 ADMINISTRACION DE ANALGESICOS
 ADMINISTRACION PLASMA FRESCO.
 ADMINISTRACION DE TX MEDICO

BIBLIOGRAFIA:

https://www.msdmanuals.com/es/professional/hematolog%C3%ADa-y-oncolog%C3%ADa/trastornos-
de-coagulaci%C3%B3n/hemofilia.
ADICCIONES EN LA UCI

El fenómeno de la adicción a sustancias de abuso ha alcanzado en los últimos 30 años una extraordinaria
importancia, por sus consecuencias sociales y sanitarias1. Las sustancias psicoactivas más utilizadas por
la población son el alcohol y el tabaco (entre las drogas legales) y el cannabis, la cocaína y el éxtasis
(entre las drogas ilegales). Este consumo puede inducir, por un lado, fenómenos de tolerancia y, por
otro, inducción enzimática hepática, que podrían repercutir en las necesidades de sedoanalgesia cuando
estos pacientes requieren ingreso en una unidad de cuidados intensivos (UCI).

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