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HISTORIA DEL SABBAT

POR J.N. ANDREWS (1829-1883)


TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS.
COLABORACIÓN – (GABRIEL SALINAS)

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 17: NAT URAL EZ A DE L A O BS ERV ANCI A DEL PRI ME R DI A

La historia de la observancia del primer día comparado con aquel de los papas
Observancia del Primer día definido en las propias palabras de los primeros
Padres quienes lo mencionan
Las razones de cada uno para su observancia declaradas en sus propias palabras
El Domingo a su propio juicio no de mayor santidad que la Pascua o Domingo de
Ramos Easter, o aun que los cincuenta días entre aquellas fiestas
El Domingo no es un día de abstinencia de labores abstinence
Las razones ofrecidas por aquellos que rechazaron el Sabbat Sabbath declaradas
en sus propias palabras.

Una ilustración apropiada de la historia de la observancia del primer día en la iglesia Cristiana es aquella de los obispos
de Roma. El obispo Romano ahora reclama el supremo poder sobre todas las iglesias de Cristo. El afirma que este poder
fue dado a Pedro, y transmitido a los obispos de Roma; o más bien que Pedro fue el primer obispo Romano, y que una
sucesión de tales obispos desde su tiempo al presente ha ejercido este poder absoluto en la iglesia. Ellos son capaces de
rastrear su línea a los tiempos apostólicos, y afirman que el poder ahora reclamado por el papa fue reclamado y ejercido
por los primeros pastores de la iglesia de los Romanos. Aquellos que reconocen ahora la supremacía papal creen que
esta afirmación, es poseída por derecho divino de poder supremo. Pero la afirmación es absolutamente falsa. Los
primeros pastores, u obispos, o ancianos, de la iglesia de Roma eran modestos, ministros sencillos de Cristo, de entereza
no como el arrogante obispo de Roma, que ahora usurpa el lugar de Cristo como cabeza de la iglesia Cristiana.
El primer día de la semana ahora reclama ser el Sabbat Cristiano, y respalda su autoridad por medio del cuarto
mandamiento, habiendo hecho a un lado el séptimo día, que ese mandamiento encierra, y usurpado su
lugar. Sus partidarios afirman que esta posición y esta autoridad le fueron dadas por Cristo. Como no hay
registro de tal regalo en las Escrituras, el argumento principal que lo respalda se obtiene al rastrear la
observancia del primer día hasta los primeros Cristianos, quienes, se dice, no habrían santificado el día si no
hubieran sido instruidos a hacerlo por los apóstoles; y los apóstoles no les habrían enseñado, si Cristo no
hubiera, en su presencia, cambiado el Sabbat. Pero la observancia del primer día puede rastrearse no más
cercano a tiempos apostólicos que el año 140 D.C., mientras que los obispos de Roma pueden rastrear su línea a
los propios tiempos de los apóstoles. Aquí mismo está el reclamo papal a la autoridad apostólica mejor que para
el Sabbat del primer día. Pero con esta excepción, el argumento histórico a favor de cada uno es el mismo.
Ambos empezaron con pretensiones muy moderadas, y gradualmente ganaron poder y santidad, crecieron en
fuerza juntos.
VAMOS AHORA A AQUELLOS QUE FUERON LOS PRIMEROS OBSERVADORES DEL DOMINGO, Y APREN
DAMOS DE ELLOS LA NATURALEZA DE LA OBSERVANCIA EN SUS COMIENZOS. ENCONTRAREMOS,
1. Que nadie reclamaba la autoridad divina de la observancia del primer día;
Que ninguno de ellos había escuchado alguna vez del cambio del Sabbat, y ninguno creía que el primer día festivo fuera
la continuación de la institución Sabática;
Que el trabajo ese día nunca fue considerado pecado, y la abstinencia de trabajo nunca se menciona como característica
de su observancia, ni siquiera se implica, solo cuando fuera necesario con el fin de pasar una porción del día en
adoración;
Que si juntamos todos los datos respecto de la observancia del Domingo dispersos entre los Padres de los primeros tres
siglos (pues ninguno de ellos da más de dos de estos, y generalmente un solo dato es todo lo que se encuentra en un
escritor), solo encontramos cuatro puntos:
a) Una asamblea reunida ese día en el que la Biblia era leída y explicada, y celebrada la cena, y colecta de dinero;
b) El día debe ser de regocijo:
c) No debe ser un día de ayuno; y
d) La rodilla no debe doblarse en oración ese día .
Los siguientes son todos los datos respecto a la naturaleza de la observancia del primer día durante los primeros tres
siglos. La epístola falsamente adjudicada a Bernabé dice sencillamente: “Nosotros guardamos el octavo día con
gozo.” 1 Justino Mártir, en palabras ya citadas en su totalidad, describe la clase de reunión que tenían en Roma y en esa
vecindad ese día, y ésto es todo lo que conecta a su observancia. 2 Ireneo enseñó que para conmemorar la
resurrección la rodilla no debe doblarse ese día, y no menciona nada más esencial en su honor. Este acto de estar de
pie orando era un símbolo de la resurrección, que debía celebrarse solo ese día, como él lo hacia. 3 Bardesanes, el
Gnóstico, representa a los Cristianos reuniéndose en todas partes para la adoración ese día, pero no describe su
adoración, ni da ningún otro honor al día. 4 Tertuliano describe la observancia del Domingo así: “Nosotros dedicamos el
Domingo al gozo,” y añade, “Nosotros tenemos parecido con aquellos de ustedes que dedican el día de Saturno
al descanso y lujo.”5 En otra obra él da más idea del carácter del Domingo festivo. Hablando a sus hermanos, el dice: “Si
alguna indulgencia debe darse a la carne, ustedes tómenla. Yo no digo sus propios días, sino más también, pues para los
paganos cada día festivo ocurre solo anualmente; ustedes tienen un día festivo cada ocho días.” 6 el Dr. Heylyn habla la
vedad al decir:--
“Tertuliano nos dice que ellos dedicaban el Domingo en parte al deleite y recreación, no a la devoción; pero cien años
después del tiempo de Tertuliano no había ley o constitución que restringiera a los hombres del trabajo este día en la
iglesia Cristiana.” 7

La fiesta del Domingo en tiempo de Tertuliano no era como el Sabbat del primer día moderno, sino esencialmente la
festividad Alemana del Domingo, era un día de adoración y recreación, y uno en el que el trabajo no era pecado. Pero
Tertuliano habla más respecto de la observancia del Domingo, y el siguiente extracto ha sido utilizado como prueba de
que el trabajo ese día si era pecado. Este es el único registro que puede encontrarse antes de que la ley del Domingo de
Constantino existiera, y la prueba es decisiva que su significado no es el que reclama. Aquí están sus palabras:--
“Nosotros, sin embargo (así como lo recibimos), solo el día de la resurrección del Señor, debemos guardar, no solo en
contra de arrodillarse, sino cualquier postura y oficio de solicitud, suspendiendo aun nuestros negocios, para no dar lugar
al diablo. De manera similar, también en el periodo de Pentecostés : cuyo periodo nosotros distinguimos con la misma
solemnidad de exaltación.” 8

El habla de “suspender aun nuestros negocios,” pero esto no implica necesariamente algo más que su postergamiento
durante las horas dedicadas al servicio religioso. Queda muy lejos de decir que el trabajo el Domingo, es un pecado. Pero
citaremos a Tertuliano:
La observancia del Domingo antes de explicar a profundidad las palabras anteriores:--
“Nosotros consideramos ilícito el ayuno y arrodillarse en adoración en el día del Señor. Nos regocijamos en el mismo
privilegio también en la Pascua a Domingo de Ramos.” 9
Estas dos cosas, el ayuno y arrodillarse, son los únicos hechos que los Padres establecieron como ilícitos el Domingo, a
menos, ciertamente, que el Duelo pueda incluirse en la lista. Es seguro que el trabajo nunca se menciona. Y observe que
Tertuliano repite la declaración importante de la cita previa, que el honor del Domingo pertenece también al “periodo de
Pentecostés,” esto es, los cincuenta días entre Pascua, y el Domingo de Ramos. Sin embargo, si el trabajo del Domingo,
Tertuliano lo consideraba pecaminoso, lo mismo era cierto durante el periodo de Pentecostés, ¡un espacio de cincuenta
días! Pero esto no es posible. Podríamos concebir suspender negocios por un día de asamblea religiosa, no así cada día
por cincuenta día, y también que los hombres ni ayunaran ni se arrodillaran durante ese tiempo, lo que era
precisamente la celebración religiosa del Domingo. Pero decir que Tertuliano afirma que el trabajo el Domingo era
pecado, es hacerlo declarar lo mismo para los cincuenta días juntos, que nadie se atreve a decir que era la doctrina de
Tertuliano.
En otro trabajo, Tertuliano nos da más datos respecto a la naturaleza de la observancia del Domingo: “¿Nosotros
hacemos menos que esto?” 10 Su lenguaje es extraordinario cuando se considera que se dirige a los paganos. Parece ser
que el Domingo como festividad Cristiana era tan similar a la festividad que guardaban los paganos que los retó a
demostrar en donde los Cristianos iban más allá que estos paganos a quienes se dirigían.
El siguiente Padre que nos da la naturaleza de la observancia primitiva del Domingo es Pedro de Alejandría. Él dice:--
“Pero el día del Señor nosotros lo celebramos como día de gozo pues en él, él resucitó de Nuevo, en tal día recibimos
como costumbre ni siquiera doblar la rodilla.” 11
El subraya dos cosas como esenciales: debe ser un día de gozo; y los Cristianos, no deben arrodillarse ese día. Zonoras,
un comentador antiguo sobre estas palabras de Pedro, explica el día de gozo al decir, “No debemos ayunar; pues es un
día de gozo por la resurrección del Señor.” 12 El siguiente en orden, citamos las llamadas Constituciones Apostólicas.
Éstas ordenan que los Cristianos se reúnan para la adoración todos los días, “pero especialmente en el día Sabbat; y en
el día de la resurrección de nuestro Señor, el cual es el día del Señor, reunirse mas diligentemente, dando alabanza a
Dios,” etc. El objetivo de reunirse era “escuchar la palabra concerniente a la resurrección,” a “orar tres veces de pie,” leer
a los profetas, la enseñanza y también la cena. 13 Estas “Constituciones” no solo dan la naturaleza de la adoración en
Domingo tal y como lo mencionamos, sino también dan una idea del Domingo como un día festivo:--
“Ahora los exhortamos, hermanos y compañeros servidores, a evitar hablar en vano y palabras obscenas,
murmuraciones, borracherías, lascivia, lujuria, pasíones desenfrenadas, con discursos tontos ya que no permitimos esas
cosas en el día del Señor, que es un día de gozo, para hablar y actuar nada inapropiado. “ 14
Este lenguaje implica sencillamente que el llamado día del Señor era un día de gran envergadura mayor que otro día de
la semana. Aun en el día del Señor no debía hablar y actuar nada inapropiado, aunque es evidente que su licencia en
aquel día era mayor que en otros días.
Una vez más estas “Constituciones” nos dan la naturaleza de la observancia del Domingo: “Cada día Sabbat, excepto
uno, y cada día del Señor celebramos asambleas solemnes, y nos regocijamos; pues será culpable de pecado el que
ayune en el día del Señor.” 15 Pero nadie puede leer tanto que “sea culpable de pecado el que trabaje en este
día.”
En seguida, citamos de la epístola a los Magnesianos en su forma completa, aunque no escrita por Ignacio, fue escrita en
ese tiempo cuando las Constituciones Apostólicas fueron escritas. Aquí están las palabras de esta epístola:--
“Y después de guardar el Sabbat, dejen a cada amigo de Cristo guardar el día del Señor como una festividad, el día de
resurrección, la reina y principal de todos los días.” 16
Por último se presenta el escritor de los Documentos Siriacos concernientes a Edessa, él define los servicios del
Domingo así:
“En el primer día de la semana, que haya servicio, la lectura de las Escrituras Santas, y la comunión.” 17
Estos son todos los pasajes en los escritos de los primeros tres siglos que describen la observancia temprana del primer
día. Que el lector juzgue si hemos declarado correctamente la naturaleza de aquella observancia. En seguida pedimos su
atención a varias razones ofrecidas por estos Padres para celebrar la festividad del Domingo.
La rechazada epístola de Bernabé apoya la festividad del Domingo al decir que era el día “en el cual Jesús resucitó de los
muertos,” y relaciona que prefigura los ocho mil años, cuando Dios creará el mundo nuevo. 18

Justino Mártir tiene cuatro razones:--

1. “Es el primer día en el cual Dios, habiendo traído un cambio en la oscuridad y materia, hizo el mundo.” 19

2. “Jesús Cristo nuestro Salvador en ese mismo día resucitó de los muertos.” 20
3. “Es posible demostrar como el octavo día poseía un cierto misterio, que el séptimo día no poseía, y que fue
promulgado por Dios a través de estos rituales,” 21 ej., circuncisión.
4. “El mandato de la circuncisión, de nuevo uniéndolos, pidiendo siempre circuncidar a los niños al octavo día, era un tipo
de verdadera circuncisión, por la cual todos somos circuncidados del engaño e iniquidad por El que resucitó de los
muertos en el primer día después del Sabbat.” 22
Clemente de Alejandría, parece tratar únicamente el día octavo místico, o día del Señor. Es posible que tenga alguna
referencia al Domingo. Por lo tanto citamos lo que dice a favor de este día, llamando su atención al hecho de que produce
su testimonio, no de la Biblia, sino de un filósofo pagano:--
“Y el día del Señor, Platón proféticamente habla en el décimo libro de la República, en estas palabras: ‘Y cuando siete
días habían pasado para cada uno en la pradera, en el octavo día fueron liberados y llegaron en cuatro días.” 23
Las razones de Clemente para el Domingo se encuentran fuera de las Escrituras. El siguiente Padre nos dará una buena
razón para la acción de Clemente en este caso. Tertuliano es el siguiente escritor que da razones para el festival del
Domingo. El habla de “las ofrendas a los muertos,” la forma de observancia del Domingo, y el uso del signo de la
cruz sobre la frente. Aquí está la base sobre la que descansan estas observancias:--
“Si, por estas y otras reglas, ustedes insisten en tener respaldo positivo en la Escritura, no tendrán ninguno. La tradición
será presentada como su originador, la costumbre como su fuerza, y la fe como su observador. Que la razón apoyará la
tradición, y costumbre y fe, ustedes, ya sea lo percibirán, o aprenderán de alguien que lo haya hecho.” 24
La franqueza de Tertuliano es de admirarse. Él no tenía Escritura que ofrecer, y reconoció el hecho. Él dependía de la
tradición, y no tenia vergüenza de confesarlo. Después de Tertuliano sigue Origen, quien da evidencia de las Escrituras
en apoyo al festival Dominical. Aquí están sus palabras:--
“El maná cayó en el día del Señor, y no en el Sabbat, para demostrar a los Judíos que aun entonces el día del Señor era
preferido.” 25
Origen parece haber compartido el juicio de Tertuliano respecto de la inconclusividad de los argumentos aducidos por sus
predecesores. Por lo tanto el acuñó un argumento original, el cual parece haber sido muy concluyente a sus ojos, ya que
ofrece solo ésto. Pero debe haber olvidado que el maná cayó todos los seis días laborales, o debió haber visto que
mientras que su argumento no eleva el Domingo por encima de otros cinco días laborales, ¡hace al Sabbat el de menor
reputación de los siete! Y sin embargo el milagro del maná fue diseñado expresamente para presentar la santidad del
Sabbat, y para establecer su autoridad ante el pueblo.
Cipriano es el siguiente Padre que da un argumento para la festividad del Domingo. Él se conforma con uno de los viejos
argumentos de Justino, viz, el extraído de la circuncisión. Así dice él:--
“Respecto de la observancia del octavo día en la circuncisión Judía de la carne, se dio un sacramento de antemano como
sombra y en uso; pero cuando Cristo vino, fue cumplido en verdad. Pues el octavo día, ésto es, el primer día después del
Sabbat, era aquél en cual el Señor debía levantarse de nuevo, y animarnos, y darnos el espíritu de la circuncisión, el día
octavo, ésto es, el primer día después del Sabbat, y el día del Señor, fue por delante en figura; cuya figura cesó cuando
por la verdad vino, y la circuncisión espiritual nos fue dada.” 26
Tal es el único argumento aducido por Cipriano a favor de la festividad del primer día. La circuncisión de infantes de ocho
días de edad era, a su juicio, un tipo de bautismo infantil. Pero él no sostenía que esa circuncisión el octavo día de la vida
del infante, significara que el bautismo necesitara ser diferido al octavo día de la vida del infante, sino como está
establecido aquí, ¡sí significaba que el octavo día era el día del Señor! Sin embargo, el octavo día en el cual la
circuncisión se llevó a cabo, no fue el primer día de la semana, sino el octavo día de vida del niño, cualquier día de la
semana que fuera.
El siguiente Padre que da una razón para celebrar el Domingo como un día de gozo, y evitar arrodillarse, es Pedro de
Alejandría, que sencillamente dice, “Porque en éste, él se levantó de nuevo.”27
Entonces llegan las Constituciones Apostólicas, que afirman que la festividad Dominical es un memorial de la
resurrección’’
“Pero guarden el Sabbat, y la festividad del día del Señor pues la primera es un memorial de la creación, y la ultima de la
resurrección.” 28
El escritor, sin embargo no ofrece ninguna prueba de que el Domingo fuera separado por autoridad divina en memoria de
la resurrección. Pero la siguiente persona que da sus razones para guardar el Domingo “como un festival,” es el escritor
de la forma larga de la repudiada epístola de Ignatius a los Magnesios. ¡Él encuentra el octavo día proféticamente
presentado en el título del sexto y doceavo salmos! En el margen la palabra Sheminith se traduce “el octavo.” Aquí está
el argumento del escritor para el Domingo:--
“En espera de ésto, el profeta declaró, ‘al final del octavo día,’ en el cual nuestra vida surgió de nuevo, y la victoria sobre
la muerte fue obtenida en Cristo.” 29
Hay todavía otro de los Padres de los primeros tres siglos que da las razones en uso entonces en apoyo de la festividad
del Domingo, y ese es el escritor de los Documentos Siriacos concernientes a Edessa. Él sigue el orden, y cierra la lista.
Aquí cuatro razones:--
1. Porque en el primer día de la semana nuestro Señor se levantó del lugar de la muerte.
2. En el primer día de la semana se levantó sobre el mundo, ej., el nació el Domingo.
3. En el primer día de la semana Él ascendió al cielo.
4. En el primer día de la semana Él aparecerá finalmente con los ángeles del cielo.30
Ahora hemos presentado cada razón para la festividad del Domingo que puede encontrarse en todos los escritos de los
primeros tres siglos.
Aunque generalmente muy triviales, y algunas veces peor que triviales, sin embargo son dignas de estudio cuidadoso.
Ellas constituyen un testimonio decisivo de que el cambio del Sabbat por Cristo o por sus apóstoles, del séptimo al primer
día de la semana era absolutamente desconocido durante ese completo periodo.
Pero si fuera verdad que tal cambio hubiera sido hecho, ellos lo hubieran sabido. Si hubieran creído que Cristo había
cambiado el Sabbat para conmemorar su resurrección, que enfáticos habrían sido en establecer el hecho, en lugar de
ofrecer razones para el festival del Domingo que no tenían valor en sí mismas, a no ser por una o dos excepciones,
totalmente descartadas por los escritores modernos del primer día. O si hubieran creído que los apóstoles honraban el
Domingo como el Sabbat, o el día del Señor, ¡cómo habrían producido estos hechos en triunfantes!
Pero Tertuliano dijo que ellos no tenían respaldo de las Escrituras para el festival del Domingo; y los otros, al ofrecer
razones que solo eran maquinadas por sus propios corazones, corroboraban su testimonio, y todos juntos establecieron
el hecho que, aun bajo su propia convicción, el día solo era respaldado por la autoridad de la iglesia.
Ellos eran totalmente ajenos a la doctrina moderna de que el séptimo día del mandamiento significa sencillamente un día
en siete, y que el Salvador, para conmemorar su resurrección señaló el primer día de la semana para ser ese de los siete
al cual el mandamiento debía aplicarse.

La primera de estas razones es tan buena como un hombre puede instrumentar de su propio corazón para hacer lo que
Dios nunca ordenó; la segunda y cuarta son meras afirmaciones de las cuales el hombre no sabe nada; mientras que la
tercera es una positiva falsedad, pues la ascensión fue un Jueves.
Hemos presentado cada declaración de los Padres de los primeros tres siglos, en los cuales la manera de celebrar la
fiesta del Domingo es presentada. También hemos dado cada razón para esa observancia que debe encontrarse en
cualquiera de ellos. Estas dos clases de testimonios muestran claramente que el trabajo común no era una de las cosas
prohibidas en ese día. Ahora ofrecemos pruebas directas que otros días, que de cualquier forma son considerados como
festividades religiosas, fueron declarados expresamente por los Padres como iguales, si no superiores, en santidad al
Domingo.
Los “Escritos perdidos de Ireneo” nos muestran su pensamiento respecto a la santidad relativa del Domingo y de la
Pascua o Pentecostés. Esta es la declaración:--
“En esta [fiesta] no doblamos la rodilla, pues tiene igual significado al día del Señor, por la razón concerniente ya
citada.” 31
Tertuliano, en el pasaje citado, al omitir la frase que citaremos, ha sido utilizado como el testimonio más fuerte al Sabbat
un espacio de cincuenta días—igual
en santidad al festival que él llama “día del Señor.” Así dice él:--
“De manera similar, también en periodo de Pentecostés; el cual distinguimos por la misma solemnidad de exhaltacion.” 32
Él establece el mismo hecho en otro trabajo:--
“Nosotros consideramos ilícito el ayuno o arrodillarse en adoración, en el día del Señor. Nos regocijamos también en el
mismo privilegio de Pascua a Domingo de Ramos.” 33
Origen posiciona el llamado día del Señor con otras tres festividades religiosas:--
“Si se objeta sobre este particular que nosotros estamos acostumbrados a guardar ciertos días, por ejemplo el día del
Señor, la Preparación, la Pascua, o Pentecostés, yo respondo, que para el Cristiano perfecto, para quien siempre está en
su pensamiento, palabras y obras, servir al Señor, Dios de Palabra, todos sus días son del Señor, y él siempre guarda el
día del Señor.” 34
Ireneo y Tertuliano convierten el Domingo día del Señor en igual de santidad que el periodo desde la Pascua al
Pentecostés; pero Origen la clasifica junto con varias fiestas religiosas, virtualmente confiesa que ésta no tiene
preeminencia sobre otros días.
Commodianus, quien en una ocasión utiliza el término “día del Señor,” habla de la fiesta Católica de la Pascua como, “La
Pascua, ese día nuestro muy bendecido.” 35 Indicando que en su apreciación ningún otro día santo era superior en
santidad que la Pascua.
Las “Constituciones Apostólicas” consideran el día festivo Domingo en la misma forma que Ireneo y Tertuliano. Ellos lo
consideran en igualdad de santidad al periodo de Pascua a Pentecostés. Así lo dicen:--
“Sera culpable de pecado el que ayune en el día del Señor, siendo el día de resurrección, o durante el tiempo de
Pentecostés, o en general, quien se entristezca en el día del Señor.” 36
Estos testimonios son prueba concluyente que la fiesta del Domingo, a juicio de tales hombres como Ireneo, Tertuliano y
otros, estaba en el mismo rango que la Pascua o Domingo de Ramos. Ellos no tenían idea que uno fue ordenado por
Dios, mientras que los otros solo fueron ordenados por la iglesia. Ciertamente Tertuliano, como hemos visto, declara
expresamente que no hay respaldo para guardar el Domingo. 37
Además de estos hechos importantes, tenemos evidencia decisiva de que el Domingo no era un día de abstinencia de
labor, y nuestro primer testigo es Justino, el más temprano testigo del Domingo en la iglesia Cristiana. Trypho, el Judío,
dijo que Justino, reprimiendo, “Ustedes no guardan fiestas o Sabbats.” 38 Esto fue adaptado para poner en Justino la
declaración que, aunque el guardaba el día séptimo como Sabbat, sí descansaba el primer día de la semana, si eso fuera
cierto, ese día sería para él de abstinencia de labor. Pero él no da tal respuesta. Él se mofa ante la mera idea de
abstinencia de labor, declarando que “Dios no se complace en tales observancias.” Ni tampoco aclara que ésto sea
porque los Judíos no descansan en el día correcto; sino que condena la mera idea de dejar de trabajar por un día,
afirmando que “la nueva ley,” que ha tomado el lugar de los mandamientos dados en el Sinai, 39 requiere un Sabbat
Perpetuo, y ésto se guarda mediante el arrepentimiento del pecado, y abstenerse de comisión. Aquí están sus palabras:--
“La nueva ley requiere que guardes un Sabbat perpetuo, y tu, puesto que eres inactivo para un día, supones que eres
piadoso, sin discernir porque esto te ha sido ordenado; y si comer pan sin levadura, dices que la voluntad de Dios se ha
cumplido. El Señor nuestro Dios no se complace en tales observancias: si hay alguna persona perjuriosa o ladrón entre
ustedes, deje que llegue su fin; si un adultero, que se arrepienta ; entonces ha guardado los verdaderos Sabbats de
Dios.” 40
Este lenguaje implica sencillamente que Justino no creía que cualquier día debía guardarse como Sabbat con abstinencia
de labor, sino que todos los días debían guardarse como Sabbats con abstinencia de pecado. Este testimonio es
decisivo, y está en armonía con los hechos ya aducidos de los Padres, y con otros que se presentarán. Más aun, se
confirma con testimonio expreso de Tertuliano. Él dice:--
“Por nosotros (a quien los Sabbats son extraños, y las lunas nuevas, y fiestas antes amadas por Dios) la Saturnalia y
nuevo año y fiesta de medio invierno y Matronalia son frecuentadas.” 41
Y añade en el mismo párrafo, en palabras ya citadas:--
“Si alguna indulgencia haya que dar a la carne, désela. No diré sus propios días, sino más también, pues para los
paganos cada día festivo ocurre una vez al año; ustedes tienen un día festivo cada ocho días.” 42
Tertuliano le dice a sus hermanos en lenguaje común que ellos no guardan ningún Sabbat, pero sí guardaban muchas
fiestas paganas. Si el domingo, que era un día de “indulgencia” para la carne, y que aquí llama el “octavo día,” ellos lo
guardaban como el Sabbat Cristiano en lugar del antiguo día séptimo, entonces no podría haber afirmado que “los
Sabbats son extraños.” Pero Tertuliano tiene precisamente el mismo Sabbat que Justino Mártir. Él no guarda el primer día
en lugar del séptimo, sino guarda un “Sabbat perpetuo,” en el cual profesa refrenarse de pecado todos los días, y
abstenerse de labor en ninguno. Así, después de decir que los Judíos enseñan que “desde el principio Dios santificó el
séptimo día,” y por tanto guardan ese día, él dice:--
“Por tanto, nosotros [Cristianos] comprendemos que nosotros más aun debemos guardar un Sabbat de todo “trabajo
servil’ siempre, y no solo cada séptimo día, pero en todo tiempo.” 43
Tertuliano ciertamente no tenía idea de que el Domingo era el Sabbat en ninguna otra forma que fueran todos los siete
días de la semana. Encontraremos una confirmación decisiva de ésto cuando lleguemos a citar a Tertuliano respecto del
origen del Sabbat. También encontraremos que Clemente expresamente hace el Domingo un día de labor.
Varios de los primeros Padres escribieron oponiéndose a la observancia del séptimo día. Ahora damos las razones
asígnadas por cada uno para tal oposición. El escritor menciona que Bernabé no guardaba el séptimo día, no porque
fuera una ordenanza ceremonial no digna de ser guardada por un Cristiano, sino porque era una institución tan pura que
aun los Cristianos no podían santificarla verdaderamente hasta ser hechos inmortales. Aquí están sus palabras:--

“Escuchen, mis hijos, el significado de esta expresión, ‘El termino en seis días.’ implica que el Señor terminará todas las
cosas en seis mil años, pues un día es para Él cómo mil años. Y Él mismo testifico, diciendo, “He aquí, hoy será como mil
años.” Por tanto, mis hijos, en seis días, esto es, en seis mil años, todas las cosas serán terminados. ‘Y Él descansó en el
séptimo día.’ Esto significa: Cuando su Hijo, viniendo [otra vez], destruirá el tiempo del malvado, y juzgara al impío, y
cambiara el sol, y la luna, y las estrellas, y entonces será el verdadero descanso del séptimo día. Más aun, él dice, ‘Lo
santificas con manos puras, y corazón puro .’ Si alguien ahora puede santificar el día que Dios había santificado, a menos
que sea puro de corazón y en todas las cosas, estamos engañados. He aquí, por tanto: ciertamente uno que descansa
adecuadamente lo santifica, cuando nosotros mismos, habiendo recibido la promesa, y ya no habiendo maldad, y todas
las cosas hechas nuevas por el Señor, seremos capaces de hacer lo justo. Entonces seremos capaces de santificarlo,
habiendo sido nosotros primero santificados. Después les dice a ellos, ‘sus lunas nuevas y sus Sabbats no puedo tolerar.’
Entiende Usted como habla: Sus Sabbats presentes no son aceptables a mí, pero eso es lo que he hecho [a saber esto],
al dar descanso a todas las cosas, hare un principio del día octavo, esto es, un principio de otro mundo, en donde,
también, guardemos el día octavo con gozo, el día, también, en el cual Jesús se levantó otra vez de los muertos.” 44

Observe los puntos involucrados en esta declaración de doctrina:


1. Él afirma que en los seis días de la creación prefiguran los seis mil años que nuestro mundo
durará en el estado presente de maldad;
2. Él enseña que al final de ese periodo, Cristo vendrá de nuevo, y terminará con la maldad, y
‘entonces verdaderamente descansará en el día séptimo;”
3. Que nadie “puede ahora santificar el día que Dios había santificado, excepto que sea puro de
corazón en todas las cosas;”
4. Pero eso no puede ser el caso hasta que el mundo presente pase, ‘cuando nosotros mismos,
habiendo recibido la promesa, la maldad exterminada, y todas las cosas habiendo sido hechas
nuevas por el Señor, podrán hacer lo justo; entonces podremos santificarlo, habiéndonos
santificado nosotros primero;” por lo tanto el hombre no puede guardar el Sabbat mientras este
mundo de maldad dure;
5. Entonces, él dice, “Sus Sabbats presentes no son aceptables,” no porque ellos no sean
puros, sino porque ustedes no son capaces de guardarlos tan puros como su naturaleza lo
demanda;
6. Esto quiere decir, el guardar el día que Dios santificó no es posible en un mundo tan malvado
como este;
7. Pero aunque el séptimo día no puede guardarse ahora, el octavo día si puede, y debe
hacerse, pues cuando los siete mil años pasen, habrá al principio de los ocho mil años, la nueva
creación;
8. Por tanto, él no intentó guardar el séptimo día, que Dios santificó; pues es demasíado puro
para guardarse en el mundo malvado presente, y solo puede ser guardado después que el
Salvador venga, al principio de los siete mil años; pero él guardó el octavo día con gozo, en el
cual Jesús se levantó de los muertos;
9. De manera que parece que el octavo día, que Dios nunca santificó, es exactamente
adecuado para guardarse en nuestro mundo durante la presente época de maldad;
10. Pero cuando todas las cosas hayan sido hechas nuevas, y podamos hacer lo justo, y la
maldad ya no exista, entonces podremos santificar el séptimo día, habiéndonos primero
santificado nosotros mismos.

La razón que da Bernabé para no guardar el Sabbat del Señor no es que el mandamiento haya sido abolido, sino que la
institución es tan pura que el hombre en su presente estado imperfecto no puede santificarlo aceptablemente. Sin
embargo, ellos lo guardarán, en la nueva creación; pero mientras tanto ellos guardan con gozo el octavo día, el cual
nunca habiendo sido santificado por Dios, no es difícil guardar en el estado presente de maldad.

Las razones de Justino Mártir para no guardar el Sabbat no tienen parecido a las del supuesto Bernabé, pues Justino
parece haber detestado profundamente la institución Sabática. Él niega que sea obligatoria antes del tiempo de Moisés, y
declara que fue abolida por la venida de Cristo. Él enseña que fue dada a los Judíos por su maldad, y afirma
expresamente la abolición tanto del Sabbat como de la ley. Él está tan lejos de ensenar el cambio del Sabbat del séptimo
al primer día de la semana, o de convertir el Domingo en continuación de la antigua institución Sabática, que se burla solo
de la idea de los días de abstinencia de labor, o días sin trabajo; y aunque Dios da su razón para guardar el Sabbat, que
ese era el día en el cual Él descansó de todo su trabajo, Justino presenta como primera razón al Domingo que ese fue el
día en el que Dios inició su trabajo! Acerca de la abstinencia de labor como un acto de obediencia al Sabbat, Justino
dice:--
“El Señor nuestro Dios no se complace en tales observancias. 45
Una Segunda razón para no guardar el Sabbat la declara así:--
“Pues nosotros, también, guardaríamos la circuncisión carnal, y los Sabbats, y todas las fiestas, si no conociéramos la
razón por la que les fueron dadas; a saber, a cuenta de sus transgresiones y dureza de corazones.” 46
Como Justino nunca discrimina entre el Sabbat del Señor y los Sabbats anuales, sin duda aquí él lo incluye junto con los
demás también. ¡Pero qué falsedad es afirmar que el Sabbat fue dado a los Judíos por su maldad! La verdad es que fue
dado a los Judíos por la apostasía universal de los Gentiles. 47 Pero en el siguiente párrafo, Justino nos da tres razones
para no guardar el Sabbat:--
“Ven ustedes que los elementos no son inactivos, y no guardan los Sabbats. Manténganse como nacieron. Pues si no
había necesidad de circuncisión antes de Abraham, o de la observancia de Sabbats, de fiestas y sacrificios, antes de
Moisés, no hay más necesidad de ellos ahora, después de eso, de acuerdo a la voluntad de Dios, Jesús Cristo, el hijo de
Dios, ha nacido sin pecado, de una virgen descendiente de Abraham.” 48
Aquí hay tres razones:
5. “Que los elementos no están inactivos, y no guardan los Sabbats;” aunque esta razón no tiene validez como
argumento en contra del séptimo día, es un confirmación decisiva del hecho ya probado, que Justino no hizo el Domingo
un día de abstinencia de labor;
6. Su segunda razón es que no había observancia de Sabbats antes de Moisés; y sin embargo sabemos que Dios, en
el principio, si señaló el Sabbat para uso santo,--un hecho del cual, como veremos, varios de los Padres testifican, y
nosotros también reconocemos que en esa Era había hombres que guardaban todos los preceptos de Dios;
7. No hay necesidad de guardar el Sabbat desde Cristo. Aun cuando ésto es solo una declaración, para aquéllos que
representan a Justino guardando el Sabbat Cristiano no es fácil de ninguna forma cumplirlo literalmente.
Otro argumento de Justino en contra de la obligación del Sabbat es, que Dios “¡dirige el gobierno del universo en este
día igual que en los otros!” 49 como si esto fuera inconsistente con la presente santidad del Sabbat, cuando también es
verdad que Dios así gobernó el mundo en el periodo cuando Justino reconoció el Sabbat como obligatorio. Aunque esta
razón es trivial como argumento en contra del Sabbat, muestra que Justino no pudo haber adjudicado el carácter
Sabático al Domingo. Pero aun tiene un argumento más en contra del Sabbat.
La antigua ley ha sido abolida por la nueva y final ley, y el antiguo pacto ha sido supercedido por el nuevo. 50 Pero él
olvida que el diseño del nuevo pacto no fue para abolir la ley de Dios , sino para poner esa ley en el corazón de cada
Cristiano. Y muchos de los Padres, como veremos, repudian expresamente esta doctrina de la abrogación del Decálogo.
Tales fueron las razones de Justino para rechazar el antiguo Sabbat. Sin embargo como él estaba en pro de la
abrogación de la ley, y la institución Sabática en sí, y guardaba el Domingo solo como una festividad, los escritores
modernos del primer día lo citan como testigo en apoyo de la doctrina del primer día de la semana guardado como el
Sabbat Cristiano bajo la autoridad del cuarto mandamiento.
Ahora vamos a aprender que obstaculizó a Ireneo de guardar el Sabbat. No fue que los mandamientos estuvieran
abolidos, pues observaremos que el ensenaba su perpetuidad. Ni tampoco fue que el creyera en el cambio del Sabbat,
pues no hace mención de tal idea. El Domingo, según su apreciación, parece ser simplemente “de igual importancia” a
Pentecostes. 51 Ni tampoco fue que Cristo quebrantara el Sabbat; pues Ireneo dice que no lo hizo. 52 Sino porque el
Sabbat es llamado un signo, él lo consideraba significativo para el reino futuro, y parece haberlo considerado ya
obligatorio, aunque no lo dice expresamente. Así el presenta el significado del Sabbat:--
“Más aún, el Sabbat de Dios, esto es, el reino, fue, indicado por cosas creadas,” etc. 53
“Estas [promesas para el justo] serán [efectuadas] en el tiempo del reino, esto es, en el séptimo día, que ha sido
santificado, en el cual Dios descansó de todo sus trabajos que Él creo, que es el verdadero Sabbat de los justos,” 54 etc.
“Pues el día del Señor es como mil años; y en seis días las cosas creadas fueron terminadas; esto es evidente, ya que,
llegaran a su final en el año seis mil.” 55
Pero Ireneo no se percató que el Sabbat, como un signo, no señala al futuro a la restitución, sino atrás a la creación, para
significar que el verdadero Dios es el Creador. 56 Ni tampoco observó el hecho de que cuando el Reino de Dios sea
establecido bajo el cielo, toda carne santificará el Sabbat. 57
Pero él dice que todos aquéllos que vivieron antes de Moisés fueron justificados “sin guardar los Sabbats,” y presenta
como prueba que el pacto en Horeb no fue hecho con los Padres. Claro, si ésto prueba que los Patriarcas estaban libres
de obligación hacia el cuarto mandamiento, es igualmente bueno como prueba de que ellos podían violar cualquier otro.
Estas cosas indican que Ireneo se oponía a la observancia Sabática, aunque no expresó en palabras textuales su
abrogación, y sí en términos decisivos afirmó la continua obligación de los diez mandamientos.
Tertuliano ofrece numerosas razones para no observar el Sabbat, pero escasamente solo hay una de éstas que él no
contradice expresamente en otro lugar. Él afirma que los patriarcas antes de Moisés no guardaban el Sabbat. 58 Pero no
presenta pruebas, y en otra parte data el origen del Sabbat a la creación, como lo mostraremos más adelante. 59 En
varios lugares él enseña la abrogación de la ley, y parece hacer a un lado la ley moral así como la ceremonial. Pero en
otro lugar ofrece testimonio textual de que los diez mandamientos aun están vigentes como regla de la vida
Cristiana. 60 Él cita las palabras de Isaías, en las cuales Dios está representado como odiando las fiestas, las nuevas
lunas, y los Sabbats guardados por los Judios, 61 como prueba de que el Sabbat del séptimo día fue una institución
temporal abrogada por Cristo. Pero en otro lugar él dice: “Cristo bajo ninguna circunstancia rescindió el Sabbat: más bien
cumplió la ley.” 62 Y también explica este mismo texto al declarar que la aversión de Dios hacia los Sabbats observados
por los Judíos era “porque ellos los celebraban sin temor a Dios, personas llenas de iniquidad;” y añade que el profeta, en
un pasaje posterior, refiriéndose a la celebración de los Sabbats de acuerdo al mandamiento de Dios, “declara que son
verdad, delicia, e inviolables.” 63 Otra declaración es que Josué violó el Sabbat durante el sitio a Jericó. 64 Sin embargo en
otro lugar explica este preciso caso, demostrando que el mandamiento prohíbe que hagas tus propias cosas, no las de
Dios.
Aquéllos que actuaron en Jericó “No hicieron su propio trabajo, sino el de Dios, que ellos ejecutaron, y eso también,
viniendo de una orden expresa de Él.” 65 También afirma y niega que Cristo violó el Sabbat. 66 Tertuliano era un hombre
de doble pensamiento. Él escribió en contra de la ley y del Sabbat, pero se contradecía y expuso sus propios errores.
Origen intenta probar que el antiguo Sabbat debe comprenderse místicamente o espiritualmente, pero no literalmente:--
“‘Ustedes se sentarán, cada uno en sus quehaceres: nadie saldrá de su casa en el día Sabbat.’ Precepto que es
imposible guardar literalmente; pues ningún hombre puede sentarse durante todo un día y no moverse del solo lugar
donde se sentó.” 67
Los grandes hombres no siempre son sabios. No hay tal precepto en la Biblia. Origen se refería a aquéllo que prohibía al
pueblo salir a recoger maná el día Sabbat, pero que no entraba en conflicto con otro mandamiento o convocatoria santa,
o asamblea de adoración el día Sabbat. 68
Victorinus es el último de los Padres antes de Constantino, quien ofrece razones en contra de la observancia del Sabbat.
Su primera razón es que Cristo dijo a través de Isaías que su alma odiaba el Sabbat; el cual Sabbat él en su cuerpo
abolió; y hemos revisado las respuestas dadas por Tertuliano a estas afirmaciones. 69 Su segunda razón es que
“Jesús [Josué] el hijo de Nave [Nun], el sucesor de Moisés, él mismo quebranto el día Sabbat;” 70 lo cual es falso. Su
tercer razón es que “Matías [un Macabeo] también, príncipe de Judá, quebranto el Sabbat;” 71 lo cual sin duda es falso,
pero no tiene relevancia como autoridad. Su cuarto argumento es original, y muchos cierran aquí la lista de razones
adjudicadas a los Padres para no guardar el Sabbat. La presentamos en su totalidad sin respuesta:--
“Y en Mateo leemos, que está escrito Isaías también y el resto de sus colegas quebrantaron el Sabbat.” 72

Notas finales:
1
Epístola de Bernabé, cap. 15.
2
Primera Apología de Justin Mártir, cap. 67.
3
Escritos Perdidos de Ireneo, Fragmento 7 y 50.
4
Libro de las Leyes de los Países.
5
Apología de Tertuliano, sec. 16.
6
Sobre la Idolatría, cap.14.
7
Hist. Sab., part 2, cap. 8, sec. 13.
8
Sobre la Oración, cap. 23.
9
De Corona, sec. 3.
10
Ad Natione, libro 1, cap. 13.
11
Canon 15.
12
Ante-Niceno, vol. 14, p. 322.
13
Constitución Apostólica, libro 2, sec. 7, par. 59.
14
Id., libro 5, sec 2, par. 10.
15
Id., libro 5, sec. 3, par 20.
16
Epístola a los Magnesianos (forma larga), cap. 9.
17
Documentos Siriacos, p. 38.
18
Epístola de Bernabé, cap. 15.
19
Primera Apología de Justin, cap. 67.
20
Id.
21
Diálogo con Trypho, cap. 24.
22
Diálogo con Trypho, cap. 41.
23
Misceláneas de Clemente, libro 5, cap. 14.
24
De Corona, sec. 4.
25
Opera de Origen, Tomo 2, p. 158, Paris, año 1733 D.C., "Quod si ex Divinis Scripturis hoc constat, quod die Dominica
Deus pluit maná de caelo et in Sabbato non pluit, intelligent Judael jam tune praelatam esse Dominicam nostram Judaico
Sabbato."
26
Epístola de Cipriano, No. 58, sec. 45.
27
Canon de Pedro, No. 15.
28
Constituciones Apostólicas, libro 7, sec. 2, par. 23.
29
Epístola a los Magnesianos, cap. 9.
30
Documentos Siriacos, P. 38.
31
Fragmento 7.
32
Tertulian sobre la Oración, cap. 23.
33
De Corona, sec. 3.
34
Origen contra Celsus, libro 8, cap. 22.
35
Instrucciones de Comodíanus, sec. 75.
36
Constituciones Apostólicas, libro 5, sec. 3, par. 20.
37
De Corona, sec., 3 and 4.
38
Diálogo con Trypho, cap. 10.
39
Id., cap. 11.
40
Id., cap. 12.
41
Tertulian sobre la Idolatría, cap. 14.
42
Id.
43
Tertuliano en contra de los Judíos, cap. 4.
44
Epístola de Bernabé, cap. 15.
45
Diálogo con Trypho, cap. 12.
46
Id., cap. 18.
47
Ver el Capítulo 3 de esta Historia.
48
Diálogo con Trypho, cap. 23.
49
Id., cap. 29.
50
Diálogo con Trypho, cap. 11.
51
Escritos Perdidos de Ireneo, Fragmento 7.
52
En contra de las Herejías, libro 4, cap. 8, sec. 2.
53
Id., libro 4, cap. 16, sec. 1.
54
Ireneo en contra de las Herejías, libro 5, cap. 33, sec. 2.
55
Id., libro 5, cap. 28, sec. 3.
56
Exodus 31:17; Ezekiel 20:12, 20.
57
Isaiah 66:22, 23; Daniel 7:18, 27.
58
Respuesta a los Judíos, cap. 2.
59
Tertuliano en contra de Marcion, libro 4, cap. 12.
60
Compare sus trabajos como sigue: Respuesta a los Judíos, caps. 2, 3, 4, 6; En contra de Marcion, libro 1, cap. 20; libro
5, caps. 4, 19; con De Anima, cap. 37; sobre la Modestia, cap. 5.
61
Isaiah 1:13, 14.
62
Respuesta a los Judíos, cap. 4; Contra Marcion, libro 4, cap. 12.
63
Isaiah 56:2; 58:13.
64
Respuesta a los Judíos, cap. 4; Contra Marcion, libro 4, cap. 12
65
Contra Marcion, libro 2, cap. 21.
66
Id., libro 4, cap. 12.
67
De Principiis, libro 4, cap. 1, sec. 17.
68
Exodus 16:29; Leviticus 23:3.
69
Creación del Mundo. sec. 4.
70
Id., sec. 5.
71
Id.
72
Creación del Mundo, sec. 5

Indice | 1 En el principio: la Creacion | 2 La Institución del Sabbat | 3 El Sabbat dedicado a los Judíos | 4 El Cuarto
Mandamiento | 5 El Sabbat Escrito por el Dedo de Dios | 6 El Sabbat en el Día de la Tentación | 7 Fiestas, Lunas Nuevas
y Sabbats | 8 El Sabbat de David a Nehemias | 9 El Sabbat de Nehemias a Cristo | 10. El Sabbat en Tiempos de
Cristo | 10. El Sabbat en Tiempos de Cristo | 11 Sabbat y Ministerio de Apostoles | 12 Apostasia en la Iglesia
Primitiva | 13 El Domingo no rastreable | 14 Los Primeros Testigos del Domingo | 15 Análisis de una Mentira | 16 Origen
del Domingo | 17 Naturaleza del Primer Día | 18 El Registro de los Primeros Padres | 19 El Sabbat y el Primer Día | 20 El
Domingo en la Edad Media | 21 El Sabbat en la Edad media | 22 Reformadores y el Sabbat | 23 Lutero y Carlstadt | 24
Sabbat en el Siglo 16 | 25 Cuarto Mandamiento | 26 El Sabbat y los Ingleses |27 El Sabbat en América

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 18: EL REG I ST RO DE L O S P RI M ERO S P ADRES

Las primeras razones para despreciar el Sabbat Sabbath hoy son casí obsoletas
Algunos de los primeros Padres enseñaron la perpetuidad del Decálogo,
y lo constituyeron el estándar del carácter moral
¿Qué dicen ellos respecto de la perpetuidad y observancia del antiguo Sabbat?
Enumeración de los aspectos que causaron la supresión del Sabbat,
y la elevación del Domingo.

as razones ofrecidas por los primeros Padres para despreciar el Sabbat, muestran en conclusión
que ellos no tenían un criterio específico del tema por vivir en los primeros siglos, lo que nosotros
L en esta época tardía no tenemos. El hecho es que muchas de las razones ofrecidas por ellos son
tan manifiestamente falsas y absurdas que aquellos que hoy en día desechan el Sabbat de igual
forma desechan las razones de los primeros Padres sobre el mismo asunto. También hemos
aprendido de los primeros Padres que mencionan la observancia del primer día, la naturaleza exacta
del Domingo festivo, y todas las razones que en los primeros siglos se presentaron como respaldo.
Ciertamente muy pocas de estas razones son utilizadas por los escritores modernos del primer día.
I. AUTORIDAD Y PERPETUIDAD DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS - Opiniones de algunos
Padres

consideran su observancia una condición para la vida eterna.


rigen del Sabbat durante la creación.

n la observancia del Sabbat y del primer día.

Vamos ahora a escuchar el testimonio de aquellos que afirman la autoridad de los diez
mandamientos,

I. 1. Ireneo, afirma su perpetuidad, y los convierte en una prueba del carácter Cristiano, así
dice:
“Pues Dios en un principio, ciertamente, advirtiéndolos [los Judíos] a través de preceptos naturales,
los cuales desde el principio había implantado en el género humano, esto es, por medio del
Decálogo (el cual, si alguno no guarda, no tiene salvación), no demandaba nada más de ellos
entonces.” 1
Esta es una declaración muy seria. Él convierte los diez mandamientos en la ley de la naturaleza
implantada en el ser humano en el principio; y de esta forma heredado a toda la humanidad. Sin
duda esto es cierto. La presencia de la mente carnal o ley de pecado y muerte, implantada en el
hombre por la caída, ha obliterado parcialmente esta ley, y hecho necesario el trabajo del nuevo
pacto. 2 De nuevo él afirma la perpetuidad y
autoridad de los diez mandamientos en las siguientes palabras:--
“Al preparar al hombre para esta vida, el Señor mismo habló a todos sus semejantes las palabras
del Decálogo; y por lo tanto, de igual forma, así permanecen con nosotros, recibiendo, por medio de
su venida en carne, extensión e incremento, pero no abrogación.” 3
Por “extensión” del Decálogo, Ireneo sin duda se refiere a la exposición que el Salvador hizo del
significado de los mandamientos en su sermón del monte 4 sermón on the mount.
I. 2. Teófilo, habla de manera similar respecto del Decálogo:--
“Pues Dios nos ha dado una ley y santos mandamientos; y todo aquél que guarda estos puede ser
salvo, y obtener la resurrección resurrection, puede heredar incorrupción.” 5
“Hemos aprendido una ley santa; pero tenemos un dador de la Ley que realmente es Dios, que nos
enseña a actuar con rectitud, y a ser piadosos, y hacer el bien.” 6
“de esta gran y preciosa ley que lleva a toda rectitud, las DIEZ CABEZAS son aquellas que ya
repasamos.” 7
I. 3. Tertuliano llama a los diez mandamientos “las reglas de nuestra vida regenerada,” que
quiere decir, las reglas que gobiernan la vida de un hombre convertido:--
“Aquellos que estudian la numeralia, dan honor al número diez como el padre de todos los
demás, así como impartiendo perfección a la natividad humana nativity. En lo que a mí respecta,
prefiero entender esta medida de tiempo en referencia a Dios, como si implicara que los diez meses
más bien iniciaron al hombre en los diez mandamientos; de manera que el valor numérico del tiempo
necesario para consumar nuestro nacimiento natural corresponda a la clasíficación numérica de las
reglas de nuestra vida regenerada.” 8
Al demostrar la gran culpa involucrada al violar el séptimo mandamiento, Tertuliano habla de la
santidad de los mandamientos que los preceden, señalando varios específicamente, y entre ellos el
cuarto, entonces dice del precepto contra el adulterio:
“Se encuentra a la cabeza de la ley más santa, entre los conteos primarios del edicto celestial.” 9
I. 4. Clemente de Roma, o más bien el autor cuyos trabajos han sido adjudicados a este Padre,
habla del Decálogo como una prueba:--
“Con respecto a aquéllos, quienes, al desechar su propia salvación, agradan al maligno, y aquellos,
quienes, por razón su propio enriquecimiento, buscan agradar al Bueno, diez cosas han sido
prescritas como prueba en este tiempo presente, de acuerdo al número de plagas que fueron
enviadas sobre Egipto.” 10
I. 5. Novatian, quien escribió en el año 250 D.C. es considerado como el fundador de la secta
llamada Cathari, o puritanos. Él escribió un tratado sobre el Sabbat, el cual ya no existe. No hay
referencia al Domingo en ninguno de sus escritos. Él hace estos comentarios asombrosos respecto
de la ley moral:--
“La ley fue dada a los hijos de Israel con este propósito, que pudieran obtener ganancia por ella y
REGRESAR a aquel comportamiento virtuoso el cual, aunque ellos lo habían recibido de sus
padres, se habían corrompido en Egipto, a través de sus relaciones sexuales con la gente bárbara.
Finalmente, también aquellos diez mandamientos en las tablas enseñan nada nuevo, sino que les
recuerda aquéllo que ha sido obliterado—aquella rectitud en ellos, que había sido adormecida,
pudiera revivir de nuevo, como antes, por medio de la revelación de la ley, a la manera de un fuego
[casí extinguido].” 11
Es evidente que a juicio de Novatian, los diez mandamientos incluían nada que no fuera
considerado como santo por los patriarcas antes que Jacob llegara a Egipto. En consecuencia, en
su opinión el Sabbat fue hecho, no a la caída del maná, sino cuando Dios santificó el séptimo día; y
aquellos hombres santos de los primeros tiempos lo guardaban.
I. 6. Las Constituciones Apostólicas, escritas alrededor del siglo tercero, nos permiten
comprender lo que en el siglo tercero se consideraba generalmente como doctrina
apostólica doctrine. Así hablan de los diez mandamientos:--
“Tienen ante sus ojos el temor a Dios, y siempre recuerdan los diez mandamientos de Dios,-- para
amar love al único y solo Señor Dios con todas sus fuerzas; para no atender ídolos, u otros seres,
como dioses sin vida, o seres irracionales o demonios.” 12
Este escritor, como Ireneo creyó en la identidad del Decálogo con la ley de la naturaleza. Estos
testimonios muestran que en los escritos de los primeros Padres se encuentran las declaraciones
más fuertes a favor de la perpetuidad y autoridad de los diez mandamientos.

II. ORIGEN DEL SABBAT DURANTE LA CREACIÓN - escuchemos lo que dicen al respecto:
II. 1. Bernabé, epístola adjudicada a dice:--
“Y él dice en otro lugar, ‘si mis hijos guardan el Sabbat, entonces mi misericordia permanecerá sobre
ellos.’ El Sabbat se menciona al principio de la creación [por tanto]: ‘Y Dios hizo en seis días el
trabajo de sus manos, y terminó su obra en el séptimo día, y descansó en él, y lo santificó.’” 14
II. 2. Ireneo parece relacionar directamente el origen del Sabbat con la santificación del séptimo
día:--
“Estas [cosas prometidas] se [cumplirán] en el tiempo del reino, esto es, en el séptimo día, que ha
sido santificado, en el cual Dios descansó de toda su obra que Él creo, lo cual es el verdadero
Sabbat, en el cual ellos no llevaran a cabo ninguna ocupación mundana.” 15
II. 3. Tertuliano, de la misma forma, se refiere al origen del Sabbat como “la bendición del
Padre”:--
“Al igual que el nacimiento también se completa con el séptimo mes, yo reconozco preferentemente
en este número más que en el octavo el honor del acuerdo numérico con el periodo Sabático; de
manera que el mes en el cual la imagen de Dios algunas veces es producida en un nacimiento
humano, coincidirá en su número con el día en el cual la creación de Dios fue completada y
bendecida.” 16
“Pues aun en el caso anterior, Él [Cristo] cumplió la ley, mientras que interpretaba su condición;
[más aún] el presenta claramente las diferentes clases de trabajo, mientras que cumple con lo que la
ley demanda de la santidad del Sabbat, [e] imparte al día Sabbat mismo el cual desde el principio
había sido consagrado por la bendición del Padre, una santidad adicional por su propia acción
benefactora.” 17
II. 4. Origen, quien, como hemos visto, creía en un Sabbat místico, sin embargo fijo su origen en
la santificación del séptimo día:--
“Pues él [Celsus] no conoce nada del día Sabbat y descanso de Dios, que prosigue a la culminación
de la creación del mundo, y la cual perdura durante la permanencia del mundo, y en el cual todos
aquellos que guardan la festividad con Dios que ha hecho todo su obra en sus seis días.” 18
II. 5. El testimonio de Novatian, dado respecto a la santidad y autoridad del Decálogo, implica
sencillamente la existencia del Sabbat en tiempos patriarcales, y su observancia por aquellos
hombres santos antiguos. Fue dado a Israel para que ellos pudieran
“REGRESAR a aquellas formas virtuosas las cuales, a pesar de que ellos las habían recibido de sus
padres, las habían corrompido en Egipto.” Y añade, “Esos diez mandamientos sobre las tablas
enseñan nada nuevo, sino nos recuerdan aquéllo que había sido obliterado.” 19
Por lo tanto, él no creyó que el Sabbat fuese originado a la caída del maná, sino lo consideraba una
de aquellas cosas practicadas por sus padres antes que Jacob llegara a Egipto.
II. 6. Lantantius sitúa el origen del Sabbat en la creación:--
“Dios completo el mundo y su obra admirable de la naturaleza en el espacio de seis días (como esta
descrito en los secretos de la santa Escritura), y CONSAGRÓ el séptimo día, en el cual Él descansó
de su obra. Pero este el día Sabbat, el cual, en el lenguaje de los Hebreos, recibió su nombre del
número, donde el séptimo es el número legitimo y completo.” 20
En un poema sobre Génesis, escrito en el tiempo de Lactantius, pero por otro autor, tenemos un
testimonio explícito del mandamiento divino del séptimo día para uso santo mientras que el hombre
se encontraba aun en Edén, el jardín de Dios:--
“El séptimo llegó cuando Dios al final de su obra, descansó, DECRETÁNDOLO SAGRADO PARA
EL GOZO DEL TIEMPO POR VENIR.” 21
II. 7. Las Constituciones Apostólicas, mientras que enseñan la presente obligación del Sabbat
indican sencillamente su origen en la creación:--
“Oh Dios Todopoderoso, Tú has creado el mundo por Cristo, y has señalado el Sabbat en su
memoria, pues ese día tu lo hiciste para nuestro descanso de nuestro trabajo, para la meditación de
tus leyes.” 22
Tales son los testimonios de los primero Padres sobre el origen inicial del Sabbat, y de la santidad y
obligación perpetua de los diez mandamientos.

III. PERPETUIDAD DEL SABBAT Y SU OBSERVANCIA - su opinión al respecto en los siglos


que ellos vivieron.

III. 1. Tertuliano define la relación de Cristo con el Sabbat:--


“Él fue llamado ‘Señor del Sabbat’ pues guardo el Sabbat como su propia institución.” 23
Él afirma que Cristo no abolió el Sabbat:--
“Por ninguna razón Cristo rescindió el Sabbat; el guardó la ley, y realizó una obra benéfica para la
vida de sus discípulos (pues les proveyó el alimento cuando tenían hambre), y curo al de la mano
tullida; en cada caso respaldado por hechos, “Yo no vine a destruir la ley, sino a cumplirla.’” 24
Ni tampoco se puede decir que mientras que Tertuliano negaba que Cristo abolió el Sabbat, él creía
que había transferido la santidad del séptimo día de la semana al primero; pues continúa diciendo:--
“Él [Cristo] exhibe claramente las diferentes clases de trabajo, mientras que cumple lo que manda
respecto de la santidad del Sabbat, [e] imparte al propio día Sabbat, que desde el principio había
sido consagrado por la bendición del Padre, una santidad adicional por su propia acción
benefactora. Pues Él dio a este día PROTECCIONES DIVINAS—LAS CUALES SU ADVERSARIO
HABIA PERSEGUIDO POR DÍAS, PARA IMPEDIR HONRAR EL Sabbat del Creador, y restaurar al
Sabbat las obras que le son propias.” 25
Esta es una declaración asombrosa. La doctrina moderna del cambio del Sabbat era desconocida
en tiempo de Tertuliano. Si hubiera estado en existencia, no habría duda de que las últimas palabras
citadas habrían sido un golpe duro; pues el centro de su afirmación, Satanás Satan el adversario de
Cristo, habría provocado que hiciera, aquello que los escritores modernos del primer día afirman que
hizo, es decir consagrar otro día en lugar de sustentar la santidad del Sabbat de sus Padres.
III. 2. Achelaus, de Cascar en Mesopotamia, niega enfáticamente la abolición del Sabbat:--
“De nuevo, con respecto a la declaración de que el Sabbat ha sido abolido, nosotros negamos que
Él lo abolió; pues Él mismo fue Señor del Sabbat.” 26
III. 3. Justino Mártir, como hemos visto, fue un abierto oponente de la observancia Sabática, y
de la autoridad de la Ley de Dios law of God. Él, bajo ninguna circunstancia, fue cándido en lo que
dijo. Él tuvo ocasión de referirse a aquellos que guardaban el día Sabbat, y lo hizo con saña. Dice
así:--
“Pero si algunos, por ser débiles mentales, desean guardar tales instituciones como las que fueron
dadas por Moisés (de las cuales esperan alguna virtud, pero que nosotros creemos fueron
señaladas por razón de la dureza del corazón del pueblo), juntamente con su esperanza en este
Cristo, y [las cuales realizar] los hechos eternos y naturaleza de justicia y piedad, sin embargo
escogen vivir con los Cristianos y fervorosos como dije antes, sin inducirlos a ser circuncidados
como ellos mismos, o a guardar el Sabbat, o a guardar cualquier otra ceremonia, entonces yo
sostengo que debemos unirnos a tales, y asociarnos con ellos en todas las cosas como
conciudadanos y hermanos.” 27
Estás palabras fueron dichas en relación a los Cristianos que guardaban el Sabbat. Aquellos que
eran descendientes de Judíos sin duda retenían la circuncisión. Pero había muchos Cristianos
Gentiles que guardaban el Sabbat, como veremos; y no es verdad que retenían la circuncisión.
Justino habla de este grupo como actuando “debilidad mental;” sin embargo, inadvertidamente alude
a cumplir los mandamientos como la realización de “LOS ACTOS ETERNOS Y NATURALES DE
JUSTICIA,” ciertamente una designación muy apropiada. Justino tendría relación con aquellos que
así actuaban, bajo la condición de que ellos lo apoyaran en la causa contraria. Pero aunque Justino,
en este asunto, pudiera relacionarse con estos hermanos “débiles mentales”, dice que hay aquellos
quienes, “no tendrían ningún tipo de relación con, o extenderían hospitalidad a, tales personas; pero
yo no estoy de acuerdo con ellos.” 28 Esto muestra el amargo espíritu que prevalecía en algunas
comunidades hacia el Sabbat, tan temprano como el tiempo de Justino. Justino no condena a estos
maestros intolerantes; Él solo tiene consideración, no sea que aquellas personas que realizan “los
hechos eternos y naturaleza de justicia y piedad” condenen a aquellos que no los realizan.
III. 4. Clemente de Alejandría, a pesar de ser un escritor místico, proporciona un importante
testimonio a favor de la perpetuidad del antiguo Sabbat, y a la presente necesidad del hombre de
ello. Él comenta así sobre el cuarto mandamiento:--
“Y la cuarta palabra es aquella que se relaciona a la creación del mundo por Dios, y Él nos dio el
séptimo día como descanso, por las dificultades que hay en la vida. Pues Dios es incapaz de
cansarse, y sufrir, y desear. Pero nosotros que somos de carne necesitamos descanso. Él séptimo
día, por tanto, se proclama como descanso—abstracción de pesadumbre—preparación para el día
primero, nuestro verdadero descanso.” 29
Clemente reconocía la autoridad de la ley moral; pues considera los diez mandamientos uno por
uno, y muestra lo que cada uno encierra. Él enseña claramente que el Sabbat fue hecho para el
hombre, y que ahora él lo necesita como día de descanso, y su lenguaje implica que fue hecho
durante la creación. Pero en el siguiente párrafo hace algunas sugerencias curiosas, que merecen
atención:--
“Habiendo llegado a este punto, debemos mencionar lo siguiente; ya que la discusión se basa en el
séptimo y octavo. Pues el octavo puede posiblemente ser el séptimo, y el séptimo manifiestamente
el sexto, y el último el Sabbat real, y el séptimo un día de trabajo. Pues la creación del mundo fue
concluida en seis días.” 30
Este lenguaje ha sido aducido para mostrar que Clemente llamaba al octavo día, o Domingo, el
Sabbat. Pero los escritores del primer día en general no se atreven a comprometerse a tal
interpretación, y algunos de ellos la han desechado expresamente. Observemos esta declaración
cuidadosamente. Él habla de los ordinales séptimo y octavo en lo abstracto, pero probablemente
con referencia a los días de la semana. Observe entonces:--
a. Que él no relaciona el octavo día convertido en Sabbat en lugar del séptimo que fue alguna
vez tal. Pero dice que el octavo día posiblemente pueda convertirse en el adecuado séptimo.
b. Que en tiempo de Clemente año 194 D.C. no había ninguna confusión en la mente de los
hombres sobre cuál era el antiguo Sabbat, y cuál el primer día de la semana, first day of the weeku
octavo día, como comúnmente se le llamaba, ni tampoco indica que lo hubiera.,
c. Pero Clemente, por alguna razón, dice que posiblemente el octavo día debe contarse como
séptimo, y el séptimo día como sexto. Ahora, si esto fuera así, cambiaría la numeración de los días,
no solo tan atrás como la resurrección de Cristo, pero todo el tiempo hasta la creación.
d. Por lo tanto, si Clemente, en este lugar, planeo enseñar que el Domingo es el Sabbat, también
debía sostener que siempre lo fue así.
e. Pero observe eso, mientras que cambia la numeración de los días de la semana, Él no
cambia el Sabbat de un día para otro. Él dice que el octavo puede posiblemente ser el séptimo, y el
séptimo el sexto, y el último, o este [Griego *******], adecuadamente el Sabbat, y el séptimo un día
de trabajo.
f. Entiéndase al decir ‘último’ el último día mencionado, que él dice debería llamarse, no el
séptimo, sino sexto; y que el séptimo ciertamente debe ser ese día que él dice no es el octavo, sino
el séptimo, esto es, Domingo.
Ahora solo resta resolver una dificultad, y esa es la razón de que él sugiera el cambio en la
numeración de los días de la semana restando uno al conteo diario, haciendo así el Sabbat el sexto
día en lugar del séptimo; y convirtiendo el Domingo en el séptimo día en lugar del octavo. La
respuesta parece haber eludido la observación del primer día y los escritores anti-Sabáticos que han
buscado apropiársela. Pero hay un hecho que resuelve la dificultad. El comentario de Clemente
sobre el cuarto mandamiento fourth commandment, de donde proceden estas citas, básicamente
está conformado de curiosas observaciones sobre “el número perfecto seis,” “el número siete sin
madre ni hijo,” y el número ocho, que es “un cubo,” y asuntos similares, es tomado con algún cambio
de orden, casí palabra por palabra de Philo Judaeus, un maestro que floreció en Alejandría
alrededor de un siglo antes de Clemente. Quienquiera que se tome el trabajo de comparar a estos
dos escritores encontrará en Philo casí todas las ideas e ilustraciones que Clemente ha usado, y
también el mismo lenguaje en el que se expresó. 31 Philo fue un maestro místico a quien Clemente
consideraba Señor maestro. Una declaración que encontramos en Philo, en conexión inmediata con
varias ideas curiosas, que Clemente cita, sin duda no da el día que a sugerencia de Clemente el
octavo día debería llamarse séptimo, y el séptimo, sexto.
III. 5. Philo dijo que de acuerdo al propósito de Dios, el primer día del tiempo no debía ser
numerado con los otros días de la creación de la semana. Así dijo él:--
“Y él escogió cada uno de los seis días a una de las porciones del todo, QUITANDO EL PRIMER
DÍA, que ni siquiera llama primer día, para no ser enumerado con los otros, sino titularlo
UNO, lo nombra correctamente, percibiendo en él, y adjudicándole la naturaleza y apelación del
limite.” 32
Esto sencillamente cambiaria la numeración de los días, contados por Philo, y posteriormente
adoptado parcialmente por Clemente, y convertir el Sabbat, no el séptimo día, sino el sexto, y
Domingo, no el octavo día, sino el séptimo; pero aun dejaría el día Sabbat y el Domingo los mismos
idénticos días que antes. Sin embargo, daría al Sabbat el nombre de sexto día, pues el primero de
los seis días de la creación no cuenta; y provocaría que el octavo día, así fuera llamado en la iglesia
primitiva por venir después del Sabbat, ser llamado séptimo día. Así el Sabbat seria el sexto día, y el
séptimo día de trabajo, y aun el Sabbat seria el día idéntico que siempre ha sido, y el Domingo,
aunque llamado día séptimo, de todas formas como siempre, permanecería un día en el que las
labores ordinarias serian legales. Claro que la idea de Philo de que el Primer día del tiempo no debía
contarse, es totalmente falsa; pues no hay ni un solo hecho en la Biblia que la respalde, y si muchas
que la contradicen, y aun Clemente, a diferencia de Philo, solo la sugiere tímidamente. Pero cuando
el asunto se expone abiertamente, muestra que Clemente no pensaba llamar al Domingo el Sabbat,
y confirma expresamente lo que hemos comprobado de otros Padres, esto es, que el Domingo era
un día en el cual, a su juicio, el trabajo no era pecado.
Tertuliano, en diferentes momentos de su vida, mantuvo puntos de vista diferentes respecto del
Sabbat, y los puso por escrito. Por último citamos un testimonio decisivo sobre la perpetuidad del
Sabbat, aunado a otro testimonio igualmente decisivo en contra de la santificación del primer día de
la semana. En otro trabajo, del que citamos su declaración de que los Cristianos no deben
arrodillarse en Domingo, encontramos otra declaración de que “algunos pocos” se abstenían de
arrodillarse en Sabbat. Esto tiene probable referencia a Cartago, donde vivía Tertuliano. Así lo dice
él:--
“Con respecto a arrodillarse también, la oración es sujeto de diversidad de observancia, por el hecho
de que algunos se abstienen de arrodillarse en Sabbat; y ya que esta disensión esta en juicio ante
las iglesias, El Señor dará su gracia para que los disensores se calmen, o ofrezcan su opinión sin
ofender a otros.” 33
El acto de orar de pie fue uno de los principales honores conferidos al Domingo. Aquellos que se
refrenaban de arrodillarse en el séptimo día, sin duda lo hacían pues deseaban honrar ese día. Este
acto en especial no tiene consecuencias; pues fue adoptado a imitación de aquellos que por
tradición o costumbre, honraban el Domingo; pero en esto tenemos una referencia indudable de los
Cristianos que guardaban el Sabbat. Tertuliano habla de ellos, sin embargo, en forma diferente a
Justino referente a los que guardaban los mandamientos en su tiempo.
III. 6. Origen, como muchos otros Padres, estaba lejos de ser consistente consigo mismo.
Aunque habló en contra de la observancia Sabática, y honró aquel llamado día del Señor como algo
mejor que el antiguo Sabbat, sin embargo presentó un discurso diseñado expresamente para
enseñar a los Cristianos el método adecuado para guardar el Sabbat. Aquí esta una porción de este
sermón:--
“Pero que es la fiesta del Sabbat sino solo aquello que dice el apóstol, ‘Solo quedó entonces el
Sabatismo,’ ésto es, la observancia del Sabbat, por el pueblo de Dios. Dejando las observancias
Judías del Sabbat, veamos cómo debe un Cristiano guardar el Sabbat. En el día Sabbat se debe
abstener de toda labor mundana. Si dejamos toda labor secular, y solo ejecutamos la iglesia,
asístiendo a la sagrada lectura e instrucción, pensando en cosas celestiales, solícitos del futuro,
teniendo presente el juicio futuro, no viendo las cosas presentes y visibles, sino aquellas futuras e
invisibles, esta es la observancia del Sabbat Cristiano.” 34
De ninguna forma esta es una mala presentación de la correcta observancia del Sabbat. Tal
discurso dirigido a los Cristianos es fuerte evidencia de que muchos entonces santificaban ese día.
Ciertamente, algunos han dicho que estas palabras se referían al Domingo. Dicen que él está
haciendo un contraste entre el primer día y el séptimo. Pero el contraste no es entre los diferentes
métodos de guardar los dos días, sino entre los dos métodos de guardar un día. Los Judíos en
tiempo de Origen pasaban el día principalmente en total abstinencia de laborabstinence , y
comúnmente añadían sensualidad al asueto. Pero los Cristianos debían guardarlo en adoración
divina, así como en descanso sagrado. A qué día él se refiere no está en duda. Es DIES SABBATI,
un término que solo puede significar el séptimo día. Esta es la primera instancia del término Sabbat
Cristiano, Sabbati Christiani, y se aplica expresamente al séptimo día guardado por Cristianos.
La forma larga de la supuesta epístola de Ignacio a los Magnesios, no se escribió sino hasta
después del tiempo de Origen, pero aunque no fue escrita por Ignacio, es de valor por la información
que arroja respecto al estado existente de las cosas en el tiempo de su composición, y por marcar el
progreso que la apostasía había hecho respecto del Sabbat. Aquí está su referencia al Sabbat y al
primer día:--
“Por tanto ya no hay que guardar el Sabbat según la costumbre Judía, y regocijarnos en días de
asueto; pues ‘aquél que no trabaja, que no coma.’ Pues ellos citan oráculos [santos], ‘comerás el
pan con el sudor de tu frente.’ Pero todos ustedes guarden el Sabbat en forma espiritual,
regocijándose en la meditación de la ley, sin exaltar el cuerpo, admirando la obra de Dios, y no
comiendo cosas preparadas el día anterior, ni usando bebidas calientes, ni caminando solo cierta
distancia, sin tener placer en danzas y aplausos sin sentido. Y después de guardar el Sabbat, que
todo amigo de Cristo guarde el día del Señor como festividad, el día de la resurrección, la reina y
principal de todos los días [de la semana]. En espera de esto el profeta declaró, ‘Al final, por el
octavo día,’ en el cual nuestra vida surgió de nuevo, y la victoria sobre la muerte fue obtenida en
Cristo.” 35
Este escritor especifica las diferentes cosas que conformaban la observancia Judía del Sabbat.
Pueden clasíficarse en dos ramas: 1. Abstinencia total de labor; 2. Danzar y carrusel. Ahora ante lo
dicho por Origen, podemos comprender el contraste que este escritor hace entre la observancia del
Sabbat por Judíos y Cristianos. El error en la primera parte de esto fue que ellos se complacían a sí
mismos con la relajación corporal, sin elevar sus pensamientos a Dios, el Creador, y este ocio
pronto dio pie a placeres sensuales.
El Cristiano, de acuerdo al contraste de Origen, se abstiene de labores el Sabbat para elevar su
corazón en adoración de agradecimiento; o, como lo expresa este escritor, en gozo por la
meditación de la ley; pero para hacer esto, debe santificarlo en la forma que ordena la ley, esto es,
guardándolo en descanso sagrado que conmemora el descanso del Creador. El escritor
evidentemente creía en la observancia del Sabbat como un acto de obediencia a la ley en la cual
debían meditar ese día. Y la naturaleza de las epístolas indica que se guardaba, en todos los
eventos, en el país en que fueron escritas. Pero marcan el efecto de apostasía. El tal llamado día del
Señor sobre el cual el autor no ofrece nada más que un argumento extraído del título del salmo 6
(ver la lectura al margen), exaltado sobre el santo día del Señor, y ¡hecho la reina de todos los días!
III. 7. Las Constituciones Apostólicas, aunque no fueron escritas en tiempos apostólicos, ya
existían en el siglo tercero, y entonces se creía generalmente que expresaban la doctrina de los
apóstoles. Por lo tanto, aportan un importante testimonio histórico respecto de las prácticas de la
iglesia en ese tiempo, y también indican el gran progreso de la apostasía. Guiricke habla así de
ellos:--
“Esta es un conjunto de estatutos eclesiásticos que pretenden proceder de tiempo apostólico, pero
en realidad fueron elaborados durante el siglo segundo, tercero y cuarto, y es de gran valor en
referencia a la historia de comunidades y arqueología Cristiana en general.” 36
Mosheim dice de ellos:--
“El asunto de este trabajo es sin duda antiguo; ya que los modismos y disciplina que muestra son
aquellos que prevalecieron entre los Cristianos del siglo segundo y tercero, especialmente aquellos
residentes en Grecia y la región Oriental.” 37
Estas Constituciones indican que el Sabbat era observado ampliamente en el siglo tercero. También
muestran el estatus del Domingo festivo en ese siglo. Después de unirse solemnemente a la
sagrada observancia de los diez mandamientos, entonces promueven el Sabbat:--
“Consideren la diversidad de la obra de Dios, que recibió su principio por Cristo. Ustedes guardaran
el Sabbat, en memoria de aquel que termino su obra de la creación, mas no ceso su trabajo de
providencia; es un descanso para meditar en la ley, no para la ociosidad de las manos.” 38
Esta es verdadera doctrina Sabbatista. Demostrar la diferencia que estas Constituciones reconocen
en el Decálogo como la fundación de la autoridad Sabática, citamos las palabras que preceden las
anteriores, aunque ya fueron citadas previamente:--
“Tengan frente a sus ojos el temor a Dios, y siempre recuerden los diez mandamientos de Dios, --
para amar al único y solo Señor Dios con todas sus fuerzas; no aceptar ídolos, o cualquier otro ser,
como dioses sin vida, o seres irracionales o demonios.” 39
Pero aunque estas Constituciones reconocen la autoridad del Decálogo y la sagrada obligación del
séptimo día, ellos elevan el Domingo festivo en algunos aspectos a un mayor honor que el Sabbat,
aunque no reclaman para éste respaldo alguno de las Escrituras. Así dicen ellos:--
“Pero guarda el Sabbat, y la festividad del día del Señor; pues el primero es el memorial de la
creación, y el último de la resurrección.” 40
“Pues el Sabbat es el cese de la creación, la culminación del mundo, el análisis después de las
leyes, y la alabanza de agradecimiento a Dios por las bendiciones que ha puesto sobre el hombre.
Todas ellas rebasadas en excelencia por el día del Señor, y muestra al Mediador mismo, el
Proveedor, el dador de la ley, la Causa de la Resurrección, el Primer nacido de toda la creación.” 41
“De manera que el día del Señor nos ordena ofrecer a ti, Oh Señor, agradecimiento en todo. Pues
ésta es la gracia pagada por ti, la cual, a cuenta de su grandeza, ha oscurecido toda otra
bendición.” 42
Puesto a prueba por sus propios principios, el escritor de estas Constituciones estaba bien
avanzado en la apostasía; pues el guardaba una festividad, para la cual no reclamaba autoridad
divina, más honorable que una que él reconocía haber sido ordenada por Dios. Solo quedaba un
paso más en este curso, y eso sería hacer a un lado el mandamiento de Dios por la ordenanza del
hombre, y este paso, no tardó mucho en tomarse. Otro aspecto que debe observarse. Se dice que:--
“Permitan que el esclavo trabaje cinco días; pero en el día Sabbat y el día del Señor permitan que
descansen para ir a la iglesia y recibir instrucción en la piedad.” 43
El tema de si es pecado trabajar en estos dos días no se considera aquí; pues la razón asígnada es
que los esclavos pueden descansar para asístir a la alabanza pública. Pero mientras estas
Constituciones prohíben el trabajo el Sabbat bajo autoridad del Decálogo, no lo prohíben el primer
día de la semana. Tomen el siguiente ejemplo:--
“Oh Señor Poderoso, Tú has creado el mundo por Cristo, y has señalado el Sabbat en memoria de
esto, pues en ese día Tu nos has hecho descansar de nuestro trabajo, para la meditación de la
ley.” 44

Las Constituciones Apostólicas tienen valor para nosotros, no como autoridad respecto de la
enseñanza de los apóstoles, sino al darnos conocimientos de la visión y prácticas que prevalecían
en el siglo tercero.
Conforme estas Constituciones fueron consideradas como representantes de la doctrina de los
apóstoles, éstas aportan evidencia concluyente de que, al tiempo en que se escribieron, los diez
mandamientos eran muy reverenciados en general como la regla inmutable de rectitud, y el Sabbat
del Señor era Observado por muchos como acto de obediencia al cuarto mandamiento, y como el
memorial divino de la creación. También muestran que el primer día festivo tuvo, en el siglo tercero,
tal fuerza e influencia que claramente indica a mayor tiempo hubiese reclamado la totalidad. Pero
observen que el Sabbat y el tal llamado día del Señor entonces se consideraban instituciones
diferentes, no en ningún momento ni siquiera se propone el cambio del Sabbat del séptimo al primer
día.

Esto es todo lo proveniente de los Padres concerniente a la autoridad del Decálogo, y a la


perpetuidad y observancia del antiguo Sabbat. La supresión del Sabbat de la Biblia, y la elevación
del Domingo en su lugar, se ha demostrado no haber sido hecha por el Salvador. Pero tan grande
trabajo requería de una acción unificada con causas poderosas, y estas causas serán enumeradas
ahora:--

1. Odio hacia los Judíos.— Estas personas, que retenían el antiguo Sabbat, habían clavado a
Cristo. Era fácil que los hombres se olvidaran que Cristo, como Señor del Sabbat, lo había
reclamado como su propia institución, y llamar al Sabbat una institución Judía que los Cristianos no
debían considerar. 45
2. El odio de la iglesia de Roma hacia el Sabbat, y su determinación a elevar el Domingo al
lugar más alto. —Esta iglesia, como la principal cabeza en la obra de apostasía, tomó la delantera
en el primer esfuerzo para suprimir el Sabbat al convertirlo en ayuno. Y el primer acto de agresión
papal fue por un edicto a favor del Domingo. De ahí en adelante, y cada forma posible, esta iglesia
continuo su labor hasta que el papa anuncio que había recibido un mandato divino para la
observancia del Domingo [lo único que faltaba] en un rollo que cayó del cielo.
3. El cumplimiento voluntario de días memorables. — En la iglesia Cristiana, casí desde el
inicio, los hombres voluntariamente honraban el cuarto, el sexto, y el primer día de la semana, y
también el aniversario de la PascuaPassovery Pentecostés Pentecostpara conmemorar la traición
muerte, y resurrección de Cristo, y la venida del Espíritu Santo Holy Spiritque actúa en sí mismos,
no podía considerarse pecaminoso.
4. Convirtiendo la tradición de igual autoridad que las Escrituras .—Este fue el gravísimo
error de la iglesia primitiva, y aquél al cual esa iglesia estuvo especialmente expuesta, como
teniendo en ella a aquéllos que habían visto al apóstol, o que habían visto a aquéllos que los habían
visto. Fue esto lo que provocó que la observancia voluntaria de días memorables fuese cosa
peligrosa; pues lo que empezó como observancia voluntaria se convirtió en pocos años, una
costumbre de rango, establecida por tradición, que debe obedecerse pues vino de aquéllos que
vieron a los apóstoles, o de aquéllos que vieron a otros verlos. Este es el origen de los varios errores
de la gran apostasía
5. La entrada de la Herejía de no-ley. .—Esto se ve en Justino Mártir, el más antiguo testigo de
la festividad del Domingo, y en la iglesia de Roma, de la cual él era entonces miembro.
6. La observancia extensa del domingo como un festival pagano. .—El primer día de la
semana correspondía a la ampliamente observada festividad pagana del sol. Por lo tanto era fácil
unificar el honor a Cristo en la observancia del día de su resurrección, con la conveniencia y ventaja
mundana de su pueblo, al tener el mismo día festivo con sus vecinos paganos, y hacer un acto
especial de piedad en que la conversión de los paganos por ésto se facilitaba, mientras que negar el
antiguo Sabbat se justificaba al estigmatizar el memorial divino como una institución Judía con la
cual los Cristianos no debían tener nada que ver.

Notas finales:
1
Ireneo contra las Herejías, libro 4, cap. 15, sec. 1.
2
Jeremiah 31:33; Romans 7:21-25; 8:1-7.
3
Ireneo contra las Herejías, libro 4, cap. 16. sec. 4.
4
Mateo, capítulos 5, 6, 7.
5
Teófilo a Autolycus, libro 2, cap. 27
6
Id., libro 3, cap. 9.
7
Id.
8
De Anima, cap. 37.
9
Sobre la Modestia, cap. 5.
10
Reconocimiento de Clemente, libro 3, cap. 55.
11
Novatian sobre las Carnes Judías, cap. 3.
12
Constituciones Apostólicas, libro 2, sec. 4, par. 36.
13
Id., libro 6, sec. 4, par. 19.
14
Epístola de Bernabé, cap. 15.
15
Ireneo contra las Herejías, libro 5, cap. 33, sec. 2.
16
De Anima, cap. 37.
17
Tertuliano contra Marcion, libro 4, cap. 12.
18
Origen contra Celsus, libro 6, cap. 61.
19
Novatian sobre las Carnes Judías, cap. 3.
20
Instituciones Divinas de Lactantius, libro 7, cap. 14.
21
Poema sobre Génesis, Líneas 51-53.
22
Constituciones Apostólicas, Libro 7, sec. 2, par. 36.
23
Tertuliano contra Marcion, libro 4, cap. 12.
24
Id.
25
Tertuliano contra Marcion, libro 4, cap. 12.
26
Disertación con Manes, sec. 42.
27
Diálogo con Trypho, cap. 47.
28
Diálogo con Trypho, cap. 47.
29
Misceláneas de Clemente, libro 6, cap. 16.
30
Id.
31
Comparación de Clemente de Alejandría, vol. 2, pp. 386-390, Biblioteca Anti-Nicena edición de
librería, o las Misceláneas de Clemente, libro 4, cap. 16, con la Edición de Bohn de Philo, vol. 1,
pp. 3, 4, 29, 30, 31, 32, 54, 55; vol. 3, p. 159; vol. 4, p. 452
32
Edición de Bohn de Philo Judaeus, vol. 1, p. 4.
33
Tertuliano sobre la Oración, cap. 23.
34
Origen?s Opera, Tome, p. 358, Paris, 1733, "Quae est autem festivitas Sabbati nisi illa dequa
Apostolus dicit, ?relinqueretur ergo Sabbatismus,? hoe, est, Sabbati observatio, ?populo Dei??
Relinquentes ergo Judaicas Sabbati observations, quails debeat esse Christiano Sabbati observatio,
videamus. Die Sabbati nihil ex omnibus mundi actibus oportet operari. Si ergo desinas ab omnibus
saecularibus operibus, it nihil mundaum geras, sed spiritalibus operibus vaces, ad ecclesiam
convenias, lectionibus divines et tractatibus aurem praeeas, et de caelestibus cogites, de futrua, spe
sollicitudenem geras, venturum judicium prae oculis habeas, non respicias ad prae sentia et visibilia,
sed ad invisibilia e futura, hace est observatio Sabbati Christiani."—Origenis in Numeras Homilia 23.
35
Epístola a los Magnesianos (forma larga), cap. 9.
36
Iglesia Primitiva, p. 212.
37
Comentarios Históricos, cont. 1, sec. 51.
38
Constituciones Apostólicas, libro 2, sec. 4, par. 36.
39
Id.
40
Constituciones Apostólicas, libro 7, sec. 2, par. 23.
41
Id., libro 7, sec. 2, par. 36.
42
Id., libro 2, sec. 4, par. 36.
43
Id., libro 8, sec. 4, par. 33.
44
Constituciones Apostólicas, libro 7, sec. 2, par. 36.
45
Victorinus dice, “Permítase que el sexto día sea un ayuno riguroso, no sea que aparezcamos
observando cualquier Sabbat con los Judíos.”— Sobre la Creación del Mundo, sec 4. Y
Constantino dice, “Nosotros debemos no tener nada en común con los Judíos pérfidos.” — Historia
Eclesiástica de Sócrates., libro 5, cap. 29

Indice | 1 En el principio: la Creacion | 2 La Institución del Sabbat | 3 El Sabbat dedicado a los Judíos | 4 El Cuarto
Mandamiento | 5 El Sabbat Escrito por el Dedo de Dios | 6 El Sabbat en el Día de la Tentación | 7 Fiestas, Lunas Nuevas
y Sabbats | 8 El Sabbat de David a Nehemias | 9 El Sabbat de Nehemias a Cristo | 10. El Sabbat en Tiempos de
Cristo | 10. El Sabbat en Tiempos de Cristo | 11 Sabbat y Ministerio de Apostoles | 12 Apostasia en la Iglesia
Primitiva | 13 El Domingo no rastreable | 14 Los Primeros Testigos del Domingo | 15 Análisis de una Mentira | 16 Origen
del Domingo | 17 Naturaleza del Primer Día | 18 El Registro de los Primeros Padres | 19 El Sabbat y el Primer Día | 20 El
Domingo en la Edad Media | 21 El Sabbat en la Edad media | 22 Reformadores y el Sabbat | 23 Lutero y Carlstadt | 24
Sabbat en el Siglo 16 | 25 Cuarto Mandamiento | 26 El Sabbat y los Ingleses |27 El Sabbat en América

http://www.apocalipsis18.com/index.asp?Modulo=0&Subseccion=24&Seccion=7

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 15: ANAL I SI S DE UN MENT I RA

En tiempo de Plinio y posteriormente, ¿se interrogaba a los mártires


preguntándoles si guardaban el Domingo o no?
Argumento a favor citado por Edwards
Su origen
No hay hechos que respalden tal argumento previo al siglo cuarto
Una única instancia al inicio de ese siglo es todo el respaldo para esa afirmación
El Domingo ni siquiera es mencionado en esa instancia
El testimonio de Mosheim relativo al documento donde esto se encuentra.

iertos doctores en divinidad han hecho un esfuerzo especial para demostrar que el “día
establecido” en la epístola de Plinio es el primer día de la semana first day of the week. Con este
C propósito ellos aducen una narrativa de ficción que los más renombrados historiadores de la
iglesia consideran sin ningún valor. El argumento es este:
Durante y después del tiempo de Plinio, esto es, desde fines del primer siglo en adelante, cuando
los Cristianos eran traídos delante de sus perseguidores para ser interrogados, se les preguntaba:
¿SI GUARDABAN EL DÍA DEL SEÑOR?,
término para designar el primer día de la semana. —
Y estos doctores en divinidad intentan establecer tres hechos:
1. Que cuando Plinio dice que los Cristianos que él interrogaba, acostumbraban reunirse un día
determinado, ese día sin duda era el primer día de la semana;
2. Que la observancia del primer día de la semana era la prueba máxima por la cual los Cristianos
eran reconocidos por sus perseguidores paganos;
3. Que el nombre ‘Día del Señor’ era el nombre por el cual se conocía el primer día de la semana
en tiempo de Plinio, unos pocos años después de la muerte de Juan.
Para probar estos puntos, el Dr. Edwards dice lo siguiente:--
“De ahí que sus perseguidores, cuando querían saber si los hombres eran Cristianos, los sometían a
esta pregunta; vis., ‘Dominicum servasti’ (¿Ha guardado el día del Señor)? Si lo hacían, eran
Cristianos. Esta era la insignia de su Cristiandad, a diferencia de Judíos y paganos. Y si lo habían
hecho, y no se arrepentían, debían ser ejecutados. Y entonces, cuando se mantenían, ¿qué
respondían? ‘Christianus sum; intermettere non possum´ (Yo soy un Cristiano no lo puedo
negar). Es una insignia de mi religión, y el hombre que la asume debe guardar el día del Señor, pues
es la voluntad de su Señor; y si lo abandona, sería un apóstata de su religión.” 1
El Sr. Gurney, un escritor Ingles del primer día, utiliza el mismo argumento y con el mismo
propósito.2 La importancia de esta declaración, y el valor dado por los partidarios de la santidad del
primer día, hace necesario el análisis de sus meritos. El Dr. Edwards no aporta ningún respaldo a su
declaración; pero el Sr. Gurney rastrea la historia al Dr. Andrews, obispo de Winchester, quien
reclama haberlo tomado del Acta Martyrum, una antigua colección de actas de los mártires. Fue a
principios del siglo diecisiete que el Obispo Andrews presentó esto por primera vez en su discurso
en la corte de Star Chamber, contra Thraske, quien fue acusado ante ese arbitrario tribunal de
mantener la postura hereje de que los Cristianos están obligados a guardar el séptimo día como el
Sabbat del Señor Sabbath. Por tanto, la historia se produjo primeramente, con el propósito de
confundir a un observador del Sabbat al ser enjuiciado por sus enemigos por guardar ese día. Sir.
Wm. Domville, un escritor anti-Sabático, dice así:--
“El obispo Andrews, como hemos visto, se refiere al Acta de los mártires como justificando su
afirmación respecto a la pregunta, ¿Dominicum servasti? Pero no cita una sola instancia en la que
esa pregunta haya sido hecha. Nos deja, por tanto, a buscar las instancias nosotros mismos, donde
quiera, si en algún lado, pueden encontrarse. La más completa colección de memorias existentes,
relativas a las vidas y sufrimientos de los mártires Cristianos, es la de Ruinart, titulada, ‘Acta
primorum Martyrum sincera et selecta.’ He consultado esa obra cuidadosamente, y me
responsabilizo en afirmar que entre las preguntas ahí establecidas hechas a los mártires en y
después del tiempo de Plinio, y por casí doscientos años después, la pregunta ¿Dominicum
servasti? no ocurre ni una vez; ni otra pregunta equivalente. 3
Esto demuestra llanamente que no es posible obtener pruebas de esta fuente, ya sea que el ‘día
establecido’ de Plinio fue el primer día de la semana, o que los mártires de la iglesia primitiva fueran
interrogados por la pregunta si lo habían guardado o no. También muestra que la declaración es
falsa respecto a que los mártires en el tiempo de Plinio llamaran Domingo al día del Señor, y que lo
guardaban como tal. Después de citar todas las preguntas hechas a los mártires en y después del
tiempo de Plinio, y así probar que la tal pregunta no les fue hecha, Domville dice:--
“Esto es suficiente para demostrar que ¿Dominicum servasti? No fue una pregunta en tiempos de
Plinio como el Sr. Gurney pretende que lo creamos. Sin embargo, yo tengo otra prueba de este mal
manejo del tema, pero no lo citaré aquí para proceder con la búsqueda, —En qué autoridad se
basaría el obispo Andrews al declarar ese ¿Dominicum servasti? ¿Era una pregunta común hecha
por los perseguidores paganos?— Con esto en mente, brincaremos a los mártires que
intervinieron en el tiempo de Plinio y el siglo cuarto, ya que no contienen nada al respecto, y
llegaremos hasta la narración del martirio que, no tengo duda, es la fuente de la cual el Obispo
Andrews obtuvo la pregunta, ‘¿Dominicum servasti’ (¿Guarda usted el día del Señor?) Este
martirio sucedió en el año 304 D.C. 4 Los martirizados fueron Saturnino y sus cuatro hijos, y
algunos más. Fueron llevados a Cártago, y presentados ante el procónsul Amulinus. En el recuento
de sus interrogatorios, las frases, ‘CELEBRARE Dominicum’ y AGERE Dominicum,’ ocurren
frecuentemente, pero en ninguna instancia ocurre el verbo ‘servare’ utilizado en referencia al
Dominicun. Menciono esto primordialmente para mostrar que cuando el Obispo Andrews alude,
como no hay duda que lo hace, a la narración de este martirio, dice que la pregunta fue,
¿Dominicum servasti? Es claro que no tenía a su autor enfrente, y que confiando en su memoria,
acuño la frase el mismo.” 5
Domville cita posteriormente la conversación entre el procónsul y los mártires, que es similar en
muchos aspectos a la citas de Gurney y Edwards a partir de Andrews. Él añade:--
“La narración del martirio de Saturninus siendo la única que parece apoyar la afirmación del Obispo
Andrews que, ‘¿Guarda usted el día del Señor? fuera la pregunta común a los mártires, ¿qué
pasaría si yo demuestró que aun esta narración no prueba aquella afirmación? Sin embargo no hay
nada más fácil de probar, ya que el Obispo Andrews ha equivocado el significado de la palabra
Dominicum al traducirla ‘día del Señor.’ En realidad, no tenía tal significado. Era un barbarismo
utilizado por algunos de los escritores eclesiásticos, y posteriores al siglo cuarto, para expresar
algunas veces una iglesia, y en otros tiempos la Cena del Señor, pero NUNCA ´el día del
Señor´. 6 Mis autoridades en este punto son—
“1. Ruinart, quien, ante la palabra Dominicum, en la narración del martirio de Saturninus, hace una
nota, en la cual él dice: es una palabra que significa la cena del Señor 7 (Dominicum vero desinat
sacra mysteria), y cita a Tertuliano y Cipriano en apoyo de esta interpretación.
“2. Los editores de la edición Benedictina de la obra de San Agustín, declaran que la palabra
Dominicum tiene doble significado, a)de una iglesia, y b)de la cena del Señor. Pues el primero,
citan ellos, entre las autoridades un canon del concilio de Neo Cesarea. Para el último significado
citan a Cipriano, y también se refieren al recuento de San Agustín en su conferencia a los
Donatistas, en la cual se hace alusión a la narración del martirio de Saturninus. 8
“3. Gesner, quien en su Tresaurus Latín, publicado en 1749, da ambos significados a la palabra
Dominicum. Para aquel de la cena del Señor, el cita a Cipriano; para el de la iglesia el cita a Cipriano
y también a Hillary. 9
Domeville establece otros hechos interesantes sobre este punto, y posteriormente rinde homenaje al
Sr. Gurney como sigue:--
“De esta manera, la referencia hecha por el Obispo Andrews a ‘Hechos de los Mártires’ fracasa
completamente en apoyar su dictum con respecto a la pregunta supuestamente hecha a los
mártires, así como también que existían razones fuertes y obvias para no confiar en ese dictum;
¿qué podemos pensar del Sr, Gurney con respecto a la verdad? truth, cuando nos damos cuenta
que él no tiene escrúpulos para decir a sus lectores que el ‘día establecido’ mencionado en la carta
de Plinio es aquel en el cual los Cristianos mantenían sus asambleas religiosas, era ‘claramente, el
primer día de la semana,’ como lo prueba la misma pregunta que era común a los perseguidores
Romanos hacer a sus mártires, ‘Dominicum servasti’ (¿Has guardado el día del Señor)? El Sr.
Gurney no tiene ninguna justificación para usar esta descalificada afirmación, y pero aun precedida
como está por la palabra ‘claramente,’ con el fin de hacerlo más contundente.” 10
La justicia del lenguaje de Domville no puede ser cuestionada, cuando él caracteriza este argumento
favorito del primer día como—
“Una de esas atrevidas falsificaciones de los hechos tan frecuentes en los escritos teológicos, y la
cual, por el tono confidente generalmente asumido por los escritores en tales ocasiones, usualmente
son recibidas sin analizarlas, y por lo tanto se permite que pasen fácilmente como verdad.” 11
El análisis al cual se sometió esta declaración, demuestra:
1. Que la pregunta, ¿Has guardado el día del Señor? no está en los registros, como se sugiere en
los mártires del tiempo de Plinio;
2. Que la pregunta no fue hecha a ninguno de los mártires antes de los inicios del siglo cuarto;
3. Que solo en una ocasión de los martirios se puede reclamar haber hecho una pregunta así;
4. Que solo en este caso, que es todo lo que parece apoyar la historia en cuestión, una traducción
correcta de las palabras latinas muestra que ¡la pregunta no tenía ninguna relación a la observancia
del Domingo!
Todo esto ha sido bajo la creencia de que el Acta Martyrum, en la cual se encuentra esta historia, es
un trabajo auténtico. Permitamos a Mosheim testificar en referencia al carácter de este trabajo y su
veracidad:--
“Con respecto a estos recuentos que han llegado a nuestras manos bajo el título de Acta Martyrum,
o los Hechos de los Mártires, su autoridad en su mayoría es de naturaleza muy cuestionable;
ciertamente, hablando en términos generales, pudiera acercarse a la verdad, quizás, si nosotros
dijéramos que estos recuentos no merecen ninguna clase de crédito.”12
Tal es la autoridad del trabajo del cual se desprende esta historia. No es extraño que los
historiadores del primer día dejaran esto en manos de los teólogos.
Tales son los hechos respecto de esta extraordinaria mentira. Constituyen una denuncia tan
completa de este famoso argumento histórico para el Domingo como para entregarlo al justo
desprecio de todos los hombres honestos. Pero este es un argumento demasíado valioso para ser
entregado a la ligera, y, más aun, es tan falso como ciertos otros argumentos históricos para el
Domingo. No es posible desechar este argumento por su deshonestidad; pues otros tendrán que ser
arrastrados con este por tener la misma naturaleza.
Desde la publicación del complejo trabajo de Domville, James Gilfillan, de Escocia, ha escrito un
abundante volumen titulado, “El Sabbat,” que ha circulado ampliamente tanto en Europa como en
América, y es considerado como una obra básica de la American Tract Society y por las
denominaciones del primer día en general. Gilfillan había leído a Domville, como lo demuestran sus
declaraciones en las páginas 10, 142, 143, 616, de su obra. Por lo tanto estaba familiarizado con su
opinión, él no aporta una sola palabra en respuesta. Por el contrario, repite la historia con tal
seguridad como si no se hubiera probado su falsedad. Pero como Domville había mostrado el punto
a partir del Acta Martyrum, era necesario que Gilfillan la rastreara a alguna otra autoridad, de
manera que lo adjudica al Cardenal Barnius. Aquí están las palabras de Gilfillan:--
“Desde los días de los apóstoles en adelante por muchos años, los seguidores de Cristo no tuvieron
enemigos más feroces y voraces que esas personas [los Judíos], quienes los maldecían en las
sinagogas, enviaban emisarios a todos los países para calumniar a su Maestro y a ellos, y eran
promotores, cuando fuera posible, del martirio de hombres, tales como Policarpio, de quien el
mundo no era digno. Entre las razones de esta fatal hostilidad estaba el cambio del día Sabático.
Aun cuando los Romanos no tenían objeción a este respecto, castigaban a los Cristianos por
guardar su día de descanso, una de las preguntas hechas a los mártires, ‘Dominicum servasti (¿Ha
guardado el día del Señor?)’ --- Baron. An.Eccles., A. D. 303, Numbers 35, etc." 13
Al reproducir Gilfillan esta declaración, y asígnarle como autoridad al analista Baronius, otros
escritores del primer día posteriores a él se apoyan en esto y repiten la historia. Ellos creen estar en
lo correcto. ¿Qué pasaría si el Acta Martyrumno los respalda? Domville debió haberse basado en
Baronius, quien a su juicio, es la verdadera fuente de la información en este asunto. Si hubiera
hecho esto, hubiera evitado mal guiar a sus lectores. Pero vamos a establecer que nefasto resultado
Domville provocó en este caso. Todo se basa en la afirmación de dos cosas extraídas del Acta
Martyrum.— 14
1. Que la tal pregunta “Dominicum servasti? “nunca fue hecha a ningún mártir hasta los inicios
del siglo cuarto, casí doscientos años después del tiempo de Plinio.
2. Que la pregunta aun entonces no se relacionaba con lo que se llama día del Señor, sino con
la cena del Señor.
Ahora bien, es un hecho asombroso que Gilfillan ha admitido la verdad de estas primeras
declaraciones, pues la más temprana instancia que él pudo encontrar en Baronius es del año 303
D.C., como su referencia lo muestra claramente. Solo difiere un año de la fecha asígnada en el Acta
Martyrum de Ruinart, ¡y se relaciona al propio caso que Domville citó de esa obra! Por lo tanto, la
primera y más importante declaración es reivindicada por el propio Gilfillan, aunque no tiene la
franqueza de decirlo exhaustivamente.
El segundo punto de Domville es que Dominicum, al usarse como sustantivo, como en el caso
presente, significa ya sea una iglesia o la cena del Señor, pero nunca significa el día del Señor. El
establece el hecho por evidencia irrefutable. Gilfillan sabía todo esto. Él no podía responder a
Domville, y sin embargo no estaba dispuesto a abandonar la mentira que Domville había expuesto.
De manera que el deja el Acta Martyrum, en la cual el compilador define directamente la palabra con
el significado exacto que Domville afirma, y presenta al gran analista Romano, el Cardenal Baronius.
Ahora, dicen nuestros amigos del primer día, vamos a tener la verdad de una autoridad de alto
rango. Gilfillan ha encontrado en Baronius una declaración expresa de que los mártires eran
interrogados con la pregunta, ‘¿Ha guardado el día del Señor?” Entonces, el Acta Martyrum de la
cual el Obispo Andrews inicialmente extrajo esta historia ya no sirve. Ciertamente, esa nos ha
defraudado, pero en su lugar tenemos un testimonio más poderoso, el del gran Baronius. Para
asegurarse, el arregla este interrogatorio no antes del siglo cuarto, lo cual no tiene ningún valor
como prueba de que el día estipulado por Plinio era Domingo; sin embargo es de gran peso que
Baronius testifique que ciertos mártires en el siglo cuarto fueron ejecutados por observar el Domingo
día del Señor.
Pero estos pensamientos jubilosos son en vano. Debo establecer un hecho grave en lenguaje
sencillo: ¡Gilfillan ha falsificado deliberadamente el testimonio de Baronius! Ese historiador registra
posteriormente el martirio de Saturninus y sus compañeros en el Norte de África en el año 303 D.C.
Es la misma historia que Domville ha citado del Acta Martyrum, y Baronius indica repetidamente que
el mismo lo copió de aquella obra. Él presenta las preguntas divulgadas por el procónsul, y las
varias respuestas dadas por cada uno de los mártires. Yo copié de Baronius las más importantes de
estas. Ellos fueron arrestados mientras celebraban el sacramento del Señor de acuerdo a la
costumbre. 15 Lo siguiente es el cargo por el cual fueron arrestados: Ellos habían celebrado
la Collectam Dominicum contra la orden del emperador. 16 El procónsul preguntó al primero si
había celebrado la Collectam, y él respondió que él era un Cristiano, y lo había hecho. 17 Otro dice,
“No solo he estado en la Collectam, sino también celebré el Dominicum con los hermanos, pues soy
un Cristiano.” 18 Otro dice, “Hemos celebrado el Dominicum pues el Dominicum no puede ser
ignorado. 19 Otro dijo que laCollecta fue hecha [observada] en su casa. 20 Al interrogar de nuevo a
uno de los ya examinados, el procónsul, recibió esta respuesta: “El Dominicum no puede ser
ignorado; la Ley lo manda” 21 Cuando uno fue cuestionado si la Collecta fue hecha [observada] en
su casa, el respondió, “En mi casa hemos celebrado el Dominicum.” Añadió, “Sin el Dominicum, no
podemos ser, o vivir” 22 A otro, el procónsul dijo que no quería saber si era Cristiano, sino si había
participado en laCollecta. Su respuesta fue: “Como si uno pudiera ser Cristiano sin el Dominicum, o
como si el Dominicum pudiera celebrarse sin el Cristiano.” 23 y añadió al procónsul: “Hemos
guardado la Collecta como lo más sagrado; siempre nos hemos reunido el Dominicum para leer la
palabra del Señor.” 24 Y otro dijo: “Yo he estado en [literalmente, he hecho] la Colecta con mis
hermanos, yo he celebrado el Dominicum” 25 Después de él, otro proclamó el Dominicum ser la
esperanza y seguridad del Cristiano; y cuando lo torturaron como a los otros, exclamó, “Yo he
celebrado el Dominicum con corazón devoto, y con mis hermanos he hecho la Collecta pues soy
Cristiano.” 26 Cuando el procónsul de nuevo interrogó a uno de ellos si había conducido
el Dominicum respondió que sí, pues Cristo era su Salvador. 27
De esta manera he presentado la esencia de este famoso interrogatorio, y expuesto ante el lector la
referencia hecha alDominicum. Debe considerarse que Collecta se utiliza como otro nombre para
el Dominicum. Ahora veamos si Baronius utiliza alguna de estas palabras para significar el día del
Señor. Sucede que él ha definido estas palabras con relación directa a este preciso caso no menos
de siete veces. Ahora leamos estas siete definiciones:--
Cuando Baronius registra la primera pregunta dirigida a estos mártires, ahí define estas palabras
como sigue:
“Por las palabras Collectam, Collectionem, y Dominicum, el autor siempre entiende el sacrificio de
la Misa.”28
Después de registrar las palabras de aquel mártir que dijo que la ley les ordenaba la observancia
del Dominicum, Baronius define su declaración así:
“Evidentemente, la ley Cristiana concerniente al Dominicum no hay duda de celebrar el sacrificio.” 29
Por las palabras Romanas sacrificio y Misa, Baronius se refiere a la celebración de la cena del
Señor por estos mártires. Al concluir el análisis, de nuevo define la celebración del Dominicum. Él
dice:
“Se ha demostrado por lo antes mencionado que los Cristianos eran movidos a celebrar el
Dominicum aun en tiempos de severa persecución persecution. Evidentemente como lo hemos
declarado antes en muchos lugares, era un sacrificio sin derramamiento de sangre, y por orden
divina.” 30
Al presente el define Dominicum, diciendo,
“Aun cuando es un hecho que la misma expresión fue utilizada en momentos con referencia al
templo de Dios, sin embargo, desde que todas las iglesias sobre la tierra se han unido en este
asunto, y para otras cosas mencionadas anteriormente, se ha demostrado exhaustivamente,
concerniente a la celebración del Dominicum, que solo puede entenderse el sacrificio de la Misa.” 31
Observe esta última declaración. Él dice AUN32 Bajo Missa: “La Misa es lo mismo que
la Collecta, o elDominicum [D.C.] 303, xxxix.” 33 Bajo Dominicum, “Para celebrar
el Dominicum es lo mismo que conducir la Misa, [D.C.] 303, xxxix; xlix; li.” 34 cuando la palabra
ha sido utilizada para designar el Templo de Dios, sin embargo en estas cosas aquí
mencionadas solo puede significar el sacrificio de la Misa. Estos testimonios son extremadamente
explícitos. Pero Baronius no ha terminado. En el índice al Tomo 3, el explica estas palabras de
nuevo con referencia directa a este mismo martirio. Bajo Collecta está esta declaración la Collecta,
el Dominicum, la Misa, son lo mismo [D.C.]303, xxxix.”
El “Dominicum” significa “La Misa” …
Dominicum significa “los sagrados misterios,”
No es posible equivocar el significado de Baronius. El dice que ¡el Dominicum significa la Misa! La
celebración de la cena que realizaban estos mártires sin duda era muy diferente a la ceremonia
pomposa que la iglesia de Roma observa ahora bajo el nombre de Misa. Pero fueron ejecutados
cruelmente por obaservar el sacramento de la cena del Señor. La palabraDominicum significa “los
sagrados misterios,” como lo define Ruinart; y Baronius, siete veces afirma esta definición, aunque
reconociendo que algunas veces ha sido usada para significar el Templo de Dios, claramente
declara en este registro, queno puede tener otro significado que aquel servicio que los Romanos
llaman el sacrificio de la Misa. Gilfillan había leído todo esto, sin embargo, se atreve a citar a
Baronius diciendo que estos mártires fueron interrogados por la pregunta “¿Ha guardado el día del
Señor?” El debía estar consciente que escribía una mentira directa; pero pensó que por el honor a
Dios, y el avance de la causa de la verdad, demandaba este acto de sus manos.
Antes que Gilfillan escribiera su obra, Domville había llamado la atención al hecho de que la frase,
“Dominicum servasti?” no aparece en el Acta Martyrum, siendo utilizado un verbo diferente cada
vez. Pero esta es la forma popular de la pregunta, y no debe ser abandonada. De manera que
Gilfillan declara que Baronius la utiliza en su registro de los martirios en el año 303 D.C. Pero
nosotros hemos citado las diferentes formas de la pregunta en los registros de Baronius, y hemos
encontrado que son exactamente iguales a aquellas del Acta Martyrum . “Dominicum servasti?” no
aparece en ese historiador, y Gilfillan, al declarar que si aparece, es culpable de mentir. Sin
embargo, esto, comparativamente es poco importante. Pero al asegurar que Baronius habla del “día
del Señor” bajo el nombre de Dominicum, Gilfillan se hace acreedor a una sentencia de mentira
inexcusable en asuntos de suma importancia.

Notas finales:
1
Manual del Sabbat, p. 120
2
Ver su "Historia, Autoridad, y Uso del Sabbat," cap. 4, pp. 87, 88.
3
Análisis de los Seis Textos, pp. 258-261.
4
La fecha en Baronius es el año 303 D.C.
5
Análisis de los Seis Textos, pp. 263-265.
6
Nota por Domville. "Dominicum no es, como al principio puede suponerse, un adjetivo, del
cual diem [día] es el sustantivo. En sí, es un sustantivo, neutro, como aparece en el párrafo, "Quia
non potest intermitti Dominicum,? en la narración respecto de Saturninus. El adjetivo en
Latín Dominicus, cuando se refiere al día del Señor, nunca, yo creo, se usa sin su
sustantivo dies [día] expresamente. En todas las narraciones contenidas en el Acta Martyrum de
Ruinart, encontramos solo dos instancias donde se menciona el día del Señor, y ambas instancias el
sustantivo dies [día] es expreso."
7
Este testimonio ciertamente es decisivo. Es la interpretación del mismo compilador del Acta
Martyrum, y se presenta con referencia directa a la instancia particular en discusión. Una
confirmación independiente de las autoridades de Domville pueden encontrarse en Hist., Eccl. De
Lucius., cent. 4, cap. 6: "Fit mentio aliquoties locorum istorum in quibus convenerint Christiani in
historia persecutionis sub Diocletiano et Maximino. Et apparet, ante Constantium etiam, locos eos
fuisse mediocriter exstructos atque exornatos: quos seu Templa appellarunt seu Dominica; ut apud
Eusebium (li. 9, c. 10) et Ruffinum (il. 1, c. 3)."
Ciertamente el Dominicum se utiliza aquí para designar un lugar de adoración divina. El Dr. Twisse,
en su "Moralidad del Cuarto Mandamiento," p.122, dice: "Los Antiguos Padres, ambos Griegos y
Latinos, llamaban templos por el nombre dedominica y kvoiaka."
8
Domville cita los trabajos de San. Agustin, vol. 5, pp. 116, 117, Antwerp ed. A. D. 1730.
9
Análisis de los Seis Textos, pp. 267, 268.
10
Id., pp. 270, 271.
11
Id., pp. 272, 273.
12
Comentarios Históricos, cent. 1, sec. 32.
13
El Sabbat, por James Gilfillan, p. 7.
14
Para quebrantar la fuerza de la declaración de Domville, en la que expone la historia
originalmente dicha por el Obispo Andrews como procedente del Acta Martyrum, se dice que
Domville utiliza el Acta Martyrum de Ruinart, y que Ruinart nació hasta treinta y un años después de
la muerte del Obispo Andrews, de manera que Domville no fue al mismo libro utilizado por el obispo,
y por lo tanto no encontró lo que dice que encontró. Aquellos que apoyan este punto traicionan su
ignorancia al exponer su deshonestidad. El Acta Martyrum es una colección de las memorias de los
mártires, escrita por sus amigos de época en época. Ruinart no escribió algo nuevo, sino
simplemente edito "la colección más valiosa" de estas memorias que ha aparecido (Ver McClintock y
Strong?s Cyclopedia, vol. 1, pp. 56,57.) Domville utilizó la edición de Ruinart, pues, como el mismo
lo expresa es "la más completa colección de las memorias y leyendas en existencia, relativa a las
vidas y sufrimientos de los Mártires Cristianos. El uso del trabajo de Ruinart por Domville fue por lo
tanto, en sumo grado justo y recto.
15
Ibeque celebrantes ex more Dominica Sacramenta.—Baronius, Tome 3, p. 848 A. D. 303, No. 36
Lucae, A. D. 1738.
16
Qui contra edictum Imperatorum, et Casesarum Collectam Dominicam celebrassent.—
Baronius, Tome 3, p. 348, A. D. 303, No. 39.
17
Utrum Collectam fecisset. Qui cum se Christianum, et in Collecta fuisse profiteretur.—Id.
18
Nam et in Collecta fui, et Dominicum cum fratribus celebravi, quia Christiana sum.—Id., No. 43, p.
344. Esto fue dicho por una martir mujer.
19
Dominicum celebravimus. Proconsul ait: Quare? Respondit: Quia non potest intermitti
Dominicum.—Id., No. 46, p. 350.
20
In cujus dome Collecta facta fuit.—Id., No. 47, p. 350.
21
Intermitti Dominicum non potest, ait. Lex sie jubet.—Id.
22
In tua, inquit proconsul, domo Collectae factae sunt, contra pracepta Imperatorum? Cui Emeritus
sancto Spiritu inundatus: In domo mea, inquit, egimus Dominnicum... .Quioniam sine Dominico esse
non possumus.—Id. No. 49. pp. 350, 351.
23
Non quaero an Christianum sis sed an Collectam feceris... Quast Christianus sine Dominico esse
posit. ---Id. No. 51. p. 351.
24
Collectam, inquit, religiosissime celebravimus; as scripturas Dominicus legendas in Dominicum
convenimus semper.—Id.
25
Cum fratribus feci Collectam, Dominicum celebravi.—Id. No. 52, p. 351.
26
Post quem junior Felix, spem salutemque Christianorum Dominicum esse proclamans... .Ego,
inquit, devota menta celebravi Dominicum; collectam cum fratribus feci, quia Christianus sum.—Id.
No. 53.
27
Utrum egeris Dominicum. Cui respondit Saturninus: Egi Dominicum, quia Salvator est Christus.—
Id., p. 352.
28
Per Collectam namque, et Collectionem, et Dominicum, intelleget semper auctor sacrificium
Missae.—Baronius,Tome 3, A. D. 303, No 39, p. 348.
29
Scilicet lex Dhristiana de Dominico, nempe sacrificio celebrando.—Id., No. 47. p. 350.
30
De celebratione Dominici; Quod autem superius in recitaltis actis sit demonstratum, flagrantis
persecutionis etiam tempore solicitos fuisse Christianos eclebrare Dominicum, nempo (ut alias
pluribus declararimus) ipsum sacrosanctum sacrificum incruentum.—Id., No. 83, p. 358.
31
Quod etsi sciamus camdem vocem pro Dei templo interdum accipe soiltam; tamen quyod
ecclesiae omnes solo aequatae fuissent; ex aliis superius recitatis de celeratione Dominici, nonisi
sacrificium missae posse intelligo, satis est declaratum.—Id., No. 84, p. 359.
32
Collecta, Dominicum, Missa, idem, 303, xxxix., p. 677.
33
Missa idem quod Collecta, sive Dominicum, 303, xxix., p. 702.
34
Dominicum celebrare idem quod Missas agere, 303, xxxix.; xlix.; li., p. 684.

Indice | 1 En el principio: la Creacion | 2 La Institución del Sabbat | 3 El Sabbat dedicado a los Judíos | 4 El Cuarto
Mandamiento | 5 El Sabbat Escrito por el Dedo de Dios | 6 El Sabbat en el Día de la Tentación | 7 Fiestas, Lunas Nuevas
y Sabbats | 8 El Sabbat de David a Nehemias | 9 El Sabbat de Nehemias a Cristo | 10. El Sabbat en Tiempos de
Cristo | 10. El Sabbat en Tiempos de Cristo | 11 Sabbat y Ministerio de Apostoles | 12 Apostasia en la Iglesia
Primitiva | 13 El Domingo no rastreable | 14 Los Primeros Testigos del Domingo | 15 Análisis de una Mentira | 16 Origen
del Domingo | 17 Naturaleza del Primer Día | 18 El Registro de los Primeros Padres | 19 El Sabbat y el Primer Día | 20 El
Domingo en la Edad Media | 21 El Sabbat en la Edad media | 22 Reformadores y el Sabbat | 23 Lutero y Carlstadt | 24
Sabbat en el Siglo 16 | 25 Cuarto Mandamiento | 26 El Sabbat y los Ingleses |27 El Sabbat en América

http://www.apocalipsis18.com/index.asp?Modulo=0&Subseccion=21&Seccion=7

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 12: APO ST ASI A T E MPR ANA E N L A I G L E SI A

Pureza general de las Iglesias apostólicas


Primer quebranto de su pureza
Falsos maestros aparecieron en la iglesia inmediatamente
después de los apóstoles
La gran apostasía Romana inicio antes de la muerte de Pablo
Un asunto malévolo no culmina bien al iniciar en la época apostólica
Como decidir entre la verdad y el error truth
El tiempo no puede cambiar los mitos del hombre en verdad de Dios
Testimonio histórico concerniente al desarrollo temprano de la
gran Apostasía
Tal tiempo no es un estándar por el cual se corrige la Biblia
El Testimonio de Bower concerniente a las tradiciones de esa época
Testimonio de Dowling
La opinión del Dr. Cumming sobre la autoridad de los Padres
Testimonio de Adam Clarke—La iglesia de Roma ha corrompido las
escrituras de los Padres
Ilustración de la Naturaleza de la tradición
Las dos reglas de Fe faith que dividen a la Cristiandad
El Sabbat del primer día Sabbath solo pude ser sustentado adoptando
la regla Romana.

l libro de los Hechos es una historia inspirada de la iglesia. Durante el periodo que encierra su
registro, los apóstoles y sus compañeros de trabajo se encontraban sobre el escenario de acción,
E y bajo su cuidado, las iglesias de Cristo preservaron, en su mayoría, su pureza de vida y
doctrina doctrine. Estas iglesias apostólicas se presentan como ejemplos para el tiempo por venir.
Este libro conecta adecuadamente las narraciones de los cuatro evangelistas con las epístolas
apostólicas y así unifica todo el Nuevo Testamento.
Pero cuando dejamos este periodo comprendido en esta inspirada historia y a las iglesias fundadas
y gobernadas por hombres inspirados, entramos a tiempos completamente diferentes.
Desafortunadamente, hay mucha verdad en las palabras de Gibbon:--
“El teólogo puede complacerse al describir la religión conforme descendió del cielo, ataviada en su
pureza original. Pero el historiador tiene un deber melancólico. El debe descubrir la mezcla
inevitable del error y corrupción que la religión contrajo a su largo paso por la tierra, entre una raza
de seres débiles y degenerados.” 1
¿Qué dice el libro de los Hechos respecto al tiempo inmediatamente posterior al trabajo de Pablo?
Al dirigirse a los ancianos de la iglesia de Éfeso, Pablo dice:--
“Pues yo sé esto, que después de mi partida lobos feroces aparecerán entre ustedes, atacando al
rebaño. Así también de entre ustedes mismos se levantarán hombres, hablandocosas perversas,
para atraer discípulos tras ellos.”2
De este testimonio se entiende que no estamos autorizados a recibir las enseñanzas de cualquier
hombre solo porque vivió inmediatamente después de la época apostólica, o aun en los días de los
apóstoles mismos. Lobos voraces entrarían en medio del pueblo de Dios, y de entre ellos mismos se
levantarían hombres, hablando cosas perversas. Si se pregunta cómo serían distinguidos de los
verdaderos siervos de Dios, la respuesta correcta es: Aquellos que hablaron y actuaron de acuerdo
a las enseñanzas de los apóstoles eran hombres de Dios; aquellos que enseñaron lo contrario eran
de aquella clase que hablarían cosas perversas para atraer a sí, discípulos.
¿Qué dicen las epístolas apostólicas respecto de esta apostasía? Pablo escribe a los
Tesalonicenses:--
“¡Nadie os engañe de ninguna manera!, pues ese día no llegará sin que antes venga la apostasía y
se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta a sí mismo
sobre todo lo que se llama Dios, o es objeto de alabanza; de manera que él como Dios se sienta en
el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. Ya está en acción el misterio de la
iniquidad; solo aquél quien permite, lo permitirá, hasta que él sea quitado de en medio. Y entonces
se manifestará aquel impío, a quien el Señor consumirá con el Espíritu de su boca y destruirá con el
resplandor de su venida.¨ 3
A Timoteo, le dice de manera similar:--
“Enseña la palabra; a tiempo y a destiempo; reprueba, amonesta, exhorta con todo largo sufrimiento
y doctrina. Porque llegará el tiempo cuando ellos no tendrán sana doctrina; sino tras sus propios
apetitos levantarán maestros, con oídos cerrados; y alejarán sus oídos de la verdad, y se volverán a
los mitos.”4
Estos textos son absolutamente predictores de una gran apostasía en la iglesia, y establecen el
hecho de que esa apostasía ya había iniciado. La iglesia Romana, la más antigua en apostatar, se
enorgullece de su carácter apostólico. En las palabras ya citadas de Pablo a los Tesalonicenses,
ese gran cuerpo anticristiano puede encontrar su origen en tiempos apostólicos, pero su caracter
apostólico es justificado enfáticamente. Y he aquí una asombrosa ilustración del hecho que un
asunto malévolo no se convierte en bueno por las circunstancias accidentales de haberse originado
en los días de los apóstoles. Todo, en su inicio es, o correcto o incorrecto. Si es correcto, puede
reconocerse por su conformidad con los estándares divinos; si incorrecto en su inicio, nunca dejará
de ser tal. El gran engaño de Satanás, que involucra nuestra raza en ruina, no se ha convertido en
verdad, aunque hayan pasado seis mil años desde su presentación. Piense en esto, aquél que alaba
en el santuario de error venerable. Dios fue deshonrado cuando los mitos de los hombres ocuparon
el lugar de la verdad de Dios. ¿Cómo entonces, se puede aceptar obediencia a ellos como parte de
la devoción pura que Él requiere de nuestras manos? Aquellos que adoran a Dios worship
God deben adorarlo en Espíritu y Verdad. ¿Cuánto tiempo debe transcurrir para que los mitos del
hombre sean cambiados por la verdad divina? Las páginas de la historia eclesiástica presentan
pruebas contundentes de que estas predicciones del Nuevo Testamento respecto de la gran
apostasía en la iglesia fueron totalmente cumplidas. El Sr. Dowling, en su “Historia del Romanismo”
presenta el siguiente testimonio:--
“No hay casi ninguna otra cosa que sorprenda más la mente de un cuidadoso estudiante de la
historia eclesiástica que el periodo temprano en el cual iniciaron muchas de las corrupciones de la
Cristiandad, encerradas en el sistema Romano; Sin embargo, quien iba a decir que cuando los
primeros iniciadores de muchas de estas ideas y prácticas antibíblicas sembraron esos gérmenes de
corrupción, anticiparon o imaginaron que se extenderían a tan vasto y repugnante sistema de
superstición y error como aquél del papismo… Cada una de las grandes corrupciones posteriores
afloró de forma que sería gravoso decir que merecía una fuerte reprimenda… La adoración de
imágenes, la invocación de santos, y la superstición de reliquias, no fueron sino extensión de
sentimientos naturales de veneración y afecto por la memoria de aquéllos que habían sufrido o
muerto por la verdad.” 5
Robinson, autor de la “Historia del Bautismo,” dice lo siguiente:--
“Hacia la última parte del siglo dos, la mayoría de las iglesias asumieron una nueva forma, y la
simplicidad inicial desapareció; e insensiblemente, conforme los viejos discípulos se retiraron a sus
tumbas, sus hijos, con nuevos convertidos, tanto Judíos como Gentiles, aparecieron y remodelaron
la causa.” 6
La labor del misterio de iniquidad en los primeros siglos de la iglesia cristiana es descrito por un
reciente autor:--
“Durante estos siglos, las principales corrupciones del papismo, o sus semillas, fueron introducidas
en forma hilvnada tan efectivamente para producir esos frutos nocivos que aparecieron vastamente
en un periodo posterior. En tiempos de Justino mártir, con cincuenta años de edad apostólica, la
copa se mezcló con agua, y una porción de los elementos fueron enviados al olvido. Al inicio, el pan
fue enviado sólo a los enfermos, pero en tiempos de Tertuliano y Cipriano, era llevado a casa por las
personas, y guardado bajo llave como un tesoro divino para su uso privado. También en este
tiempo, la ordenanza de la cena fue dada a infantes de la más pequeña edad, y era llamada el
sacrificio del cuerpo de Cristo. La costumbre de orar por los difuntos, dice Tertuliano, era común en
el siglo segundo, y se convirtió en práctica universal en las siguientes épocas; de manera que en el
siglo cuarto se reconoció como herejía negar su eficacia. En este momento la invocación de santos,
el uso supersticioso de imágenes, el signo de la cruz sign of the cross, y el aceite consagrado, eran
prácticas establecidas, y confidencialmente se pretendían milagros como prueba de su supuesta
eficacia. Así, el misterio de iniquidad, que había iniciado su labor en tiempo de los apóstoles,
después de su partida, rápidamente diseminó su corrupción entre los maestros de la Cristiandad.” 7
Neander dice lo siguiente respecto de la introducción de la adoración a imágenes:--
“Y aun, quizás, las imágenes religiosas se abrieron camino desde su vida doméstica a las iglesias
tan temprano como a finales del siglo tercero; y los muros de las iglesias fueron pintados de la
misma forma.” 8
La apostasía inicial de la llamada iglesia es un hecho que descansa tanto sobre autoridad o
inspiración, como sobre la historia eclesiástica. “El misterio de la iniquidad,” dice Pablo, “ya está
actuando.” Estamos obligados a asombrarnos de que tan grande porción del pueblo de Dios fue tan
rapidamente removida de la gracia de Dios a otro evangelio.
¿Qué se puede decir de aquéllos que recurren a este período de la historia de la iglesia, o aún a
tiempos posteriores, para corregir sus Biblias? Pablo dijo que hombres se levantarían en medio de
los ancianos de la iglesia apostólica, que hablarían cosas perversas, y que hombres alejarían sus
oídos de la verdad, y seguirían mitos. ¿Son las tradiciones de este periodo suficientemente
importantes para invalidar la palabra de Dios? El versado historiador de los papas, Archibaldo
Bower, usa el siguiente lenguaje enfático:--
“Para evitar la imposición, debemos considerar la tradición como lo haríamos a un conocido
mentiroso, a quien damos ningún crédito, a menos que lo que dice nos sea confirmado por alguna
persona de veracidad intachable. . . . Tradiciones falsas y mentirosas son de fechas tempranas, y
grandes hombres por credulidad religiosa, sufrieron la imposición sobre ellos.” 9
El Sr. Dowling presenta un testimonio similar:--
“¡La Biblia, yo digo, la Biblia únicamente, es la religión de los protestantes! Ni tampoco lo es, ningún
recuento de doctrina por más antiguamente originado, si no se encuentra en la Biblia.”
Él aprende del mismo Nuevo Testamento que había errores en el tiempo de los apóstoles, y que sus
plumas frecuentemente se encontraban combatiendo esos errores. Por tanto, si ha de pronunciarse
valida una doctrina para ser aceptada, él pregunta:
“¿Debe encontrarse en los trabajos inspirados? ¿Fue enseñada por el Señor Cristo Jesús y sus
apóstoles?... Aún más, añadiremos, que aunque Cipriano, o Jerónimo, o Agustín, o aun los Padres
de tiempos tempranos, Tertuliano, Ignacio, o Ireneo, podían demostrar claramente que enseñaban
doctrinas y dogmas de papismo no escriturales, lo cual por ningún motivo es admisible, aun el
Protestante consistente simplemente preguntaría, ¿Se encuentra esa doctrina en la Biblia? ¿Fue
enseñada por Cristo y sus apóstoles? Aquél que recibe una sola doctrina solo bajo la autoridad de la
tradición, que se llame por el nombre que sea, y al hacerlo, se baja de la roca Protestante (que es
Cristo), pasa sobre la línea que separa el Protestantismo del Papismo, y no podrá dar una razón
válida para no recibir todas las demás doctrinas tempranas y ceremonias del Romanismo bajo la
misma autoridad.” 10
El Dr. Cumming de Londres habla de la autoridad de los Padres de la iglesia primitiva:--
“Algunos de ellos se distinguían por su ingenio, algunos por su elocuencia, pocos por su santidad, y
demasíados por su fanatismo y superstición. El Dr. Delahogue (Profesor en el Colegio Católico
Romano de Maynooth), escribió sobre la autoridad de Eusebio, que los Padres más capacitados
para ser las luminarias de la época en la que vivían, estaban demasíado ocupados preparando a su
ovejas para el martirio como para dedicarse a escribir; y por lo tanto, por la aceptación de esta
divinidad Católica Romana, no contamos las ideas completas de todos los Padres de los siglos
tempranos, sino solo de aquellos que eran diestros en literatura, y por lo menos atentos a sus
cargos… Los más devotos y religiosos Padres estaban ocupados enseñando a sus ovejas; Los más
vanidosos y ambiciosos ocupaban su tiempo preparando tratados. Si todos los Padres que
reconocieron el tiempo hubiesen comprometido sus sentimientos a escribir, habríamos tenido una
representación más justa de la teología de la iglesia de los Padres; pero como solo unos pocos lo
hicieron (muchos de sus escritos han sido mutilados o extraviados), y éstos no son los más devotos
y espirituales; yo contiendo que es injusto juzgar la teología de los siglos tempranos a través de los
escritos de unos cuantos Padres quienes son los únicos representantes supervivientes, como sería
juzgar la teología del siglo diecinueve por los sermones del Sr. Newman, los discursos del Dr.
Candlish, o las varias producción del fallecido Edward Irving.” 11
[“LA IGLESIA DE ROMA HA TENIDO TODAS LAS OPORTUNIDADES DE TIEMPO, LUGAR, Y
PODER PARA ESTABLECER EL REINO DE LAS TINIEBLAS; Y ESO FALSIFICANDO,
REDUCIENDO, Y LAVANDO LOS REGISTROS PRIMITIVOS A SU PROPIA CONVENIENCIA,
AQUELLO QUE NO HAN QUERIDO PARA ELLOS MISMOS, ES EVIDENTEMENTE NOTORIO.”15]

El Dr. Adam Clarke presenta el siguiente testimonio decisivo sobre el mismo tema:--
“Pero respecto de ésto podemos asegurar que no hay una verdad en el credo más ortodoxo que no
pueda ser probada por su autoridad; ni una herejía que haya deshonrado a la iglesia Romana, que
no los exponga como los promotores. En puntos de doctrina, su autoridad para mí, nula. La
PALABRA de Dios únicamente contiene mi credo. En ciertos puntos puedo ir a los Padres de la
iglesia Griega y Latina para conocer lo que ellos creían, y lo que las personas de sus respectivas
comuniones creían; pero después de todo ésto, debo regresar a la Palabra de Dios para saber que
quiere EL que yo crea. 12
En su vida, el utiliza el siguiente lenguaje fuerte:--
“Debemos tener cuidado cuando citamos a los Padres como prueba de las doctrinas del
evangelio the gospel; pues aquél que los conoce a fondo, sabe que en muchos de estos temas ellos
fluctúan.” 13
Los siguientes testimonios explicarán en parte la naturaleza poco confiable de los Padres. Efraín
Paggti testifica así:--
“La iglesia de Roma, habiendo sido consciente de sus errores y corrupciones, tanto en la fe como en
la forma, varias veces ha pretendido reformas; sin embargo su gran orgullo e infinita riqueza,
procedente del purgatorio, perdones, y otros similares, ha obstaculizado tales reformas. Por tanto,
para mantener su grandeza, errores, y nuevos artículos de fe, 1. Ellos han corrompido a muchos de
los antiguos Padres, y reimprimido, haciéndolos decir lo que ellos quieren… 2. Ellos han escrito
muchos libros bajo el nombre de estos antiguos escritores, y falsificado muchos decretos, cánones,
y concilios, para dar falso testimonio de ellos.” 14
Wm. Reeves testifica el mismo hecho:--
“La iglesia de Roma ha tenido todas las oportunidades de tiempo, lugar, y poder para establecer el
Reino de las tinieblas; y eso falsificando, reduciendo, y lavando los registros primitivos a su propia
conveniencia, aquello que no han querido para ellos mismos, es evidentemente notorio.” 15
Las tradiciones de la iglesia primitiva son consideradas por muchos tan confiables como el lenguaje
de las Escrituras Santas. Una sola instancia extraída de la Biblia para ilustrar el carácter de la
tradición, y demostrar la confiabilidad que puede otorgársele:--
“Entonces Pedro, volteando, vio al discípulo que Jesús amaba, siguiéndolos (el que también se
recostó en su pecho durante la cena, y dijo, “Señor, ¿quién es él que te va a traicionar?; Pedro, al
verlo, dijo a Jesús, ¿Señor, y que con éste? Jesús le dijo, ¿Si yo quiero que el permanezca hasta
que yo venga, que contigo? Tú sígueme. Esto se supo entre los hermanos, que aquel discípulo no
moriría; sin embargo Jesús no dijo, el no morirá; sino, Si yo quiero que él permanezca hasta que yo
vuelva, ¿qué contigo?” 16
Éste es el relato de una tradición que se originó en el mismo seno de la iglesia apostólica, la cual,
sin embargo, pasó a las siguientes generaciones en completo error. Observe que cuidadosamente la
palabra de Dios ha corregido este error.
Dos reglas de fe abrazan realmente a todo el mundo Cristiano. Una de estas es la palabra de Dios
por sí sola; la otra es la palabra de Dios y las tradiciones de la iglesia:
I. LA REGLA DEL HOMBRE DE DIOS: LA BIBLIA UNICAMENTE.
“Toda Escritura es dada por inspiración de Dios, y útil para doctrina, para redargüir, para corregir,
para instruir en justicia; a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, y preparado para toda buena
obra.”17

II. LA REGLA DEL ROMANO: LA BIBLIA Y LA TRADICION


“Si tuviéramos todo el reglamento de la fe y práctica Cristiana, no debemos conformarnos con
aquellas escrituras que Timoteo conoció desde su infancia, ésto es, con el Antiguo Testamento
únicamente; ni tampoco con el Nuevo Testamento, sin acompañarlo de las tradiciones de los
apóstoles, y la interpretación de la iglesia, a la cual los apóstoles entregaron tanto el libro como el
verdadero significado de él.”18

Ciertamente el Sabbat del primer día no puede sustentarse por la primera de estas reglas; pues la
palabra de Dios no dice nada al respecto de tal institución. La segunda de estas reglas es
forzosamente adoptada por todos los promotores de la santidad del primer día de la semana first
day of the week, ya que los escritos de los Padres y las tradiciones de la iglesia proveen todo el
testimonio que puede aducirse en apoyo a ese día. Al adoptar la primera regla se condena el Sabbat
del primer día como una institución humana. Al adoptar la segunda, virtualmente se reconoce que
los Romanos están en lo correcto, ya que es por esta regla que ellos pueden sustentar sus dogmas
no Escriturales.
El Sr. W.B. Taylor, un escritor anti-Sabbatista, menciona este punto con gran claridad:--
“El triunfo de los Católicos Romanos consistentes sobre el resto de los observadores del Domingo,
llamándose éstos últimos a sí mismos Protestantes, es verdaderamente completo y sin
precedente… Debe presentar un tema de muy grave reflexión a los Cristianos de la reforma y/o
denominación evangélica, reconocer que el ofrecer cualquier argumento o sugerencia a favor de la
observancia del Domingo resplda y sustenta con igual fuerza y a su entera extensión los varios
otros ‘días festivos’ señalados por ‘la iglesia’”19
Escuchemos el argumento de un Católico Romano:--
“La palabra de Dios ordenó que el séptimo día sea el Sabbat de nuestro Señor, y deba ser guardado
santo: ustedes [Protestantes] sin ningún precepto Escritural, lo cambiaron al primer día de la
semana, solo autorizados por nuestras tradiciones. Varios Puritanos Ingleses se opusieron a este
punto, de que la observancia del primer día está probada por las Escrituras, donde se dice que ‘el
primer día de la semana.’ 20
Que no han sido hipocritas al citar estos versículos? ¿Si nosotros no podemos presentar un mejor
respaldo para el purgatorio y las oraciones por los muertos, invocación de santos, y similares,
entonces ellos tienen buenas razones para reírse y burlarse de nosotros; pues dónde está escrito
que éstos eran los días Sabbat en los cuales se realizaban aquellas reuniones? O ¿dónde está
ordenado que (el primer dia) deba guardarse para siempre? O ¿cuál es la suma de todo, en donde
se haya decretado que la observancia del primer día debe abrogar o anular la santificación del
séptimo día, que Dios ordenó guardar santo eternamente? Ni uno de éstos está expresamente
escrito en la palabra de Dios.”21

Por lo tanto, quien quiera sumarse a favor del Sabbat del primer día, necesariamente debe
hacerlo bajo la bandera de la iglesia de Roma.

Nota finales:
1
Deterioro y Caída del Imperio Romano, cap. 15
2
Acts 20:29, 30.
3
II Thessalonians 2:3, 4, 7, 8.
4
II Timothy 4:2-4; II Peter 2; Jude 4; I John 2:18.
5
Libro 2, cap. 1, sec. 1 Book 2, cap. 1, sec. 1
6
Investigaciones Eclesiásticas Eccl. Researches, cap. 6, p. 51, ed. 1792.
7
Análisis del Sabbat Moderno, pp. 123, 124.
8
Rose?s Neander, p. 184.
9
Historia de los Papas Hist. Of the Popes, vol. 1, p. 1, Phila. Ed. 1847.
10
Historia del Romanismo History of Romanism, book 2, cap. 1, secs. 3, 4.
11
Conferencias sobre Romanismo, Lectures on Romanism, p. 203.
12
Comentario sobre Proverbios 8 Commentary on Prov. 8.
13
Autobiografía de Adam Clark, Autobiography of Adam Clarke, LL. D., p. 134.
14
Cristianografía, parte 2, Christianography, part 2, p. 59, London, 1636.
15
Traducción de las Apologías de Justino Mártir, Tertuliano, y otros, Translation of the Apologies of
Justin Martyr, Tertullian, and others, vol. 2, p. 375.
16
John 21:20-23.
17
II Timothy 3:16, 17.
18
Notas de la Biblia Douay sobre Note of the Douay Bible on II Timothy 3:16, 17.
19
obligación del Sabbat obligation of the Sabbath, pp, 254, 255.
20
Acts 20:7; I Corinthians 16:2; Revelation 1:10.
21
Un tratado sobre Treinta Controversias A treatise of Thirty Controversies

Indice | 1 En el principio: la Creacion | 2 La Institución del Sabbat | 3 El Sabbat dedicado a los Judíos | 4 El Cuarto
Mandamiento | 5 El Sabbat Escrito por el Dedo de Dios | 6 El Sabbat en el Día de la Tentación | 7 Fiestas, Lunas Nuevas
y Sabbats | 8 El Sabbat de David a Nehemias | 9 El Sabbat de Nehemias a Cristo | 10. El Sabbat en Tiempos de
Cristo | 10. El Sabbat en Tiempos de Cristo | 11 Sabbat y Ministerio de Apostoles | 12 Apostasia en la Iglesia
Primitiva | 13 El Domingo no rastreable | 14 Los Primeros Testigos del Domingo | 15 Análisis de una Mentira | 16 Origen
del Domingo | 17 Naturaleza del Primer Día | 18 El Registro de los Primeros Padres | 19 El Sabbat y el Primer Día | 20 El
Domingo en la Edad Media | 21 El Sabbat en la Edad media | 22 Reformadores y el Sabbat | 23 Lutero y Carlstadt | 24
Sabbat en el Siglo 16 | 25 Cuarto Mandamiento | 26 El Sabbat y los Ingleses |27 El Sabbat en América

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 13: EL DO MI NG O NO RAST REA BL E

Declaración general respecto de los Padres Ante-Nicenos


El cambio del Sabbat Sabbath nunca es mencionado por ninguno de estos Padres
Examen del argumento histórico del Domingo como día del Señor
Comparación de este argumento con el argumento similar al día
festivo de la Pascua Católica.

os Padres Ante-Nicenos1 son aquellos escritores Cristianos que surgieron después del tiempo de
los apóstoles, y antes del concilio de Nicea, en el año 325 D.C. Aquéllos que gobiernan sus vidas
L por el volumen inspirado (Biblia) no reconocen ninguna autoridad en esos Padres para cambiar
cualquier precepto de ese libro, ni añadir nuevos preceptos a él. Pero aquéllos cuya regla de vida es
la Biblia modificada por la tradición, consideran a los primeros Padres de la iglesia cercanos o casi
iguales en autoridad a los escritores inspirados. Ellos declaran que los Padres conversaron con los
apóstoles, o en su defecto, conversaron con alguien que había visto a varios de los apóstoles, o, por
lo menos, vivieron dentro de las siguientes generaciones de los apóstoles, y así aprendieron por
tradición, lo cual involucró solo unas pocas trnsiciones de padre a hijo, de lo que fue la verdadera
doctrina doctrine de los apóstoles.
Así con perfecta seguridad ellos respaldaron la ausencia de testimonio inspirado a favor del llamado
Sabbat Cristiano con numerosas citas de los primeros Padres.

ningún mandamiento para descansar del trabajo en el primer día de la


semana first day of the week?
revelado en la Biblia por el cual el primer día de la semana
pueda respaldarse con el cuarto mandamiento?
Ellos apoyan estas serias omisiones en las Escrituras sobre testimonios que dicen fueron escritos
por hombres que vivieron durante los primeros trescientos años después que los apóstoles.
Sobre tal autoridad como ésta, la multitud se atreve a cambiar el Sabbat del cuarto
mandamiento fourth commandment. Pero además de la decepción en la cual caen los hombres
cuando son hechos a creer que la Biblia puede ser corregida por los Padres, está el engaño
colocado sobre ellos, en relación a lo que los Padres en verdad enseñaron. Se afirma que los Padres
dan testimonio explícito del cambio del Sabbat por Cristo como hecho histórico, y que ellos sabían
que ésto era así porque habían conversado con los apóstoles, o con alguien que había conversado
con ellos. También se afirma que los Padres llamaron al primer día de la semana el Sabbat
Cristiano, y que ellos dejaban de trabajar ese día como un acto de obediencia al cuarto
mandamiento. Ahora es un hecho asombroso que cada una de estas afirmación es falsa.

Cuadro # 19
1. Los Padres están lejos de testificar que los apóstoles dijeron que Cristo cambio el Sabbat; ni
siquiera uno de ellos siquiera alude a tal cambio.
2. Ni uno de ellos jamás llama al primer día el Sabbat Cristiano, ni tampoco, jamás lo llama
Sabbat de ninguna clase.
3. Nunca lo presentan como un día en el cual el trabajo ordinario sea pecado; ni tampoco
presentan la observancia del Domingo como un acto de obediencia al cuarto mandamiento.
4. La doctrina moderna del cambio del Sabbat fue por lo tanto absolutamente desconocida en
los primeros siglos de la iglesia Cristiana. 2

Pero aun cuando no puede producirse una declaración afirmando el cambio del Sabbat a partir de
los escritos de los Padres de los primeros trescientos años D.C., se reclama que su testimonio
aporta pruebas contundentes de que el primer día de la semana es el día del Señor de Apocalipsis
1:10 Revelation 1:10. El argumento Bíblico de que este término se refiere al séptimo día y no a otro,
pues solo ese día es en las Sagradas Escrituras reclamado por el Padre y el Hijo como de la
posesión de cada uno, se presenta en el capítulo once, y es absolutamente decisivo. Pero ésto se
deja a un lado sin respuesta, y el reclamo del primer día a esta honorable distinción es respaldado
por los Padres así:-
El término “día del Señor,” como nombre para el primer día de la semana, puede ser rastreado a
través de los primeros tres siglos, desde los Padres que vivieron a fines del siglo tercero quienes
mencionan el primer día, y así hacia atrás con pasos sucesivos, hasta llegar a alguien que vivió en
tiempos de Juan, y fue su discípulo; este discípulo de Juan llama al primer día de la semana el día
del Señor. Por lo tanto, se entiende que Juan debe haber destinado este título para el primer día de
la semana, pero no definió su significado pues era comúnmente conocido por ese nombre en su
tiempo.
Así por medio de la historia ellos dicen probar que el primer día de la semana es el día del Señor de
Apocalipsis 1:10, y posteriormente por medio de Apocalipsis 1:10, ellos intentan demostrar que el
primer día de la semana es el día sagrado de esta dispensación; pues el espíritu de inspiración por
el cual Juan escribió, no habría llamado al primer día por este nombre si fuera solo una institución
humana, y si el séptimo día era aún por señalamiento divino el día santo del Señor.
Esta es una declaración concreta del más fuerte argumento para la santidad del primer día que
puede ser extraído de la historia eclesiástica. Es el argumento por el cual los escritores del primer
día prueban que el Domingo es el día que Juan llama el día del Señor. Este argumento descansa
sobre la declaración de que el “Día del Señor,” es el nombre del Domingo, y puede ser rastreado
hasta los discípulos de Juan, y que es el nombre por el cual ese día era conocido comúnmente en
tiempos de Juan. Pero toda esta declaración es falsa. ¡La verdad truth es que ningún escritor del
siglo primero, ni del segundo, previo al año 194 D.C., jamás llamaron al Domingo día del Señor! Por
otra parte, los escritores sagrados mencionan el primer día siete veces antes de la visión de Juan en
Patmos, y Juan lo menciona dos veces en su Evangelio, que escribió después de regresar de
aquella isla, además es mencionado unas dieciséis veces por los escritores eclesiásticos del
segundo siglo, previo al año 194 D.C. y ¡ni una sola ocasión es llamado el día del Señor!
Aquí están todas las instancias en las cuales los escritores inspirados mencionan el día:
1. Moisés, año 1490 A.C.:“La tarde y la mañana del primer día.” Genesis 1:5
2. Mateo, año 41 D.C.: "Al finalizar el Sabbat, conforme amaneció el primer día de la
semana," Matthew 28:1.
3. Pablo, año 57 D.C.: "En el primer día de la semana." I Corinthians 16:2.
4. Lucas, año 60 D.C.: "Ahora en el primer día de la semana." Luke 24:1.
5. Lucas, año 63 D.C.: "Y en el primer día de la semana." Acts 20:7.
6. Marcos, año 64 D.C.: "Y muy temprano en la mañana, el primer día de la semana." Mark
16:2.
7. Marcos, año 64 D.C.: "Ahora cuando Jesús había resucitado el primer día de la semana." Mark
16:2, 9.

Presentamos todas las instancias de su mención en la Biblia. En el principio, Moisés, por inspiración
divina, dio al primer día su nombre; y aun cuando la resurrección de Cristo se dice haberlo
convertido en el día del Señor, sin embargo todos los escritores sagrados que mencionan el día
después de aquel evento aun se apegan al nombre simple de “primer día de la semana.”
Después de la resurrección de Cristo, y antes de la visión de Juan en el año 96 D.C., es mencionado
seis veces por los hombres inspirados, y cada vez sencillamente, “primer día de la semana.”
Ciertamente, antes del tiempo de la visión de Juan, en general no era conocido como el “día del
Señor”. Para decir la verdad exacta, no era llamado así para nada, ni por ningún otro nombre
equivalente a éste, ni hay ningún record de haber sido separado por autoridad divina como tal.
Pero en el año 96 DC, Juan dice, “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor.” Apocalipsis
1:10. Ahora es evidente que éste debe ser un día que el Señor haya apartado para sí, y que Él
reclama como suyo. Esto es totalmente verdadero del séptimo día, pero no así, de ninguna forma
verdad del primer día. Por lo tanto, él no podría haber llamado por este nombre al primer día, pues
no era tal. Pero si el Espíritu de Dios hubiera diseñado este instante para crear una nueva institución,
y llamar a cierto día, “día del Señor” que antes nunca había sido reclamado por Él, era necesario que
Él especificará ese nuevo día. Él no definió el término, lo cual prueba que él no estaba dando un
nombre sagrado a una nueva institución, sino hablando de un día bien conocido, establecido
divinamente. Pero después de su regreso de Patmos, él escribió su Evangelio,3 y en ese Evangelio
dos veces tiene ocasión de mencionar el primer día de la semana. Vamos a ver si se apega a la
manera de los otros escritores sagrados, o si, cuando nosotros sabemos que significa el primer día,
le da un nombre sagrado.
Juan, 97 D.C.: Juan 20:1. "El primer día de la semana temprano vino María Magdalena." Verso
19."Entonces el mismo día por la tarde, siendo el primer día de la semana."
Estos textos completan el record Bíblico del primer día de la semana. Ellos aportan evidencia
concluyente que Juan no recibió nueva revelación en visión en Patmos, invitándolo a llamar el primer
día de la semana el día del Señor; y al tomar todas las instancias precedentes, constituyen una
demostración completa de que el primer día no era comúnmente conocido como el día del Señor en
tiempo de Juan, ni conocido con ese nombre para nada. Ahora veamos si el “día del Señor,” como
título para el primer día, puede rastrearse hasta Juan a través de los escritos de los Padres.
Lo siguiente es una declaración concreta del testimonio por el cual los Padres son hechos a probar
que Juan utilizó el término “día del Señor” como el nombre para el primer día de la semana. Una
cadena de siete testigos sucesivos, iniciando con uno que era discípulo de Juan, y extendiéndose a
varias generaciones posteriores, se hace conectar e identificar el día del Señor de Juan como el día
del Señor Domingo de una época posterior. Así:

Cuadro # 20
1. Ignacio, el discípulo de Juan, es hecho hablar familiarmente del primer día como el día del
Señor. Esto implica conectar directamente a los Padres con los apóstoles. En seguida,
2. Plinio, en 104 D.C., en conexión con los Hechos de los Mártires, se aduce a probar que los
mártires en su tiempo y en adelante eran interrogados por su observancia del Domingo
mediante la pregunta, “¿Has guardado el día del Señor?” Siguiente,
3. Justino Mártir, 140 D.C., es hecho hablar del Domingo como el día del Señor. Después de
esto,
4. Teófilo de Antioquia, 168 D.C. es presentado a testificar poderosamente del día del Señor
Domingo. Luego
5. Dionisio de Corinto, 170 D.C., es hecho hablar de igual forma. Siguiente
6. Melito de Sardis, 177 D.C., es presentado para confirmar lo que el resto había dicho. Y
finalmente,
7. Ireneo, 178 D.C., quien había sido el discípulo de Policarpio, de los discípulos de Juan, es
presentado para dar testimonio a favor del Domingo como día del Señor o Sabbat Cristiano.

Estos son los primeros siete testigos citados para probar que el Domingo es el día del Señor. Nos
llevan casí al final del siglo segundo. Ellos constituyen la cadena de testimonios por la cual el día del
Señor del apóstol Juan es identificado como el Domingo día del Señor de tiempos posteriores. Los
escritores del primer día (Domingo) presentan a estos testigos como prueba positiva de que el
Domingo es el día del Señor de las Escrituras y la iglesia Cristiana acepta este testimonio, en
ausencia de respaldo en los escritores inspirados. Pero la estupidez del pueblo, y la maldad de sus
líderes, pueden resumirse en una frase:
on fraudes inexcusables,
mientras que el quinto y sexto no presentan evidencia decisiva al caso.
1. IGNACIO: Se dice que, el primero de estos testigos, debió haber conocido el Domingo como
el día del Señor, pues él así lo llama, y él había conversado con el apóstol Juan. Pero en la totalidad
de los escritos de este Padre, el término “día del Señor” no aparece ni una vez, ¡ni hay en todos sus
escritos una sola mención del primer día de la semana! El lector encontrará un análisis crítico de las
epístolas de Ignacio en el capítulo 14 de esta historia.
2. PLINIO: Es una completa falsificación que los mártires en tiempo de Plinio, 104 D.C., y en
adelante, fueran interrogados por la pregunta “¿si habían guardado el Domingo día del Señor?”.
Ninguna pregunta similar a ésta se encuentra en las palabras de los mártires, hasta que llegamos al
siglo cuarto, y entonces la referencia ya no es para nada al primer día de la semana. Ésto se ve en
detalle en el capítulo quince.
3. JUSTINO MÁRTIR: El diccionario Bíblico de la American Tract Society, pág. 379, presenta al
tercer testigo del Domingo día del Señor, en la persona de Justino Mártir, 140 D.C. Lo hacen llamar
el Domingo día del Señor citándolo a continuación:--
“Justino Mártir considera que: ‘en el día del Señor todos los Cristiano en la ciudad o campo se
reúnen, pues es el día de la resurrección de nuestro Señor.’”
Pero Justino nunca dio al Domingo el título de día del Señor, ni, pretendía, ningún otro título sagrado.
Aquí están sus palabras correctamente citadas:--
“Y sobre el día llamado Domingo, todos los que viven en ciudades o en el campo se reúnen en un
sitio, y las memorias de los apóstoles, o los escritos de los profetas son leídos, tanto como el tiempo
lo permita,” etc. 4
Justino habla del día llamado Domingo. Pero sus palabras fueron deliberadamente cambiadas con el
fin de establecer su título como “día del Señor”. Así el tercer testigo del Domingo como día del
Señor, tanto como el primero y segundo, son fraudulentos. Pero el cuarto fraude es peor que los tres
precedentes.
4. TEÓFILO OBISPO DE ANTIOQUIA. El cuarto testimonio del Domingo día del Señor es
presentado en el Manual del Sabbat del Dr. Justin Edwards, p114:--
“Teófilo obispo de Antioquía, circa 162 D.C., dice:‘Tanto la tradición y razón nos retan a honrar el día
del Señor, viendo que en ese día nuestro Señor Jesús completo su resurrección de los muertos.’ ”
El Dr. Edwards no pretende señalar el lugar donde estas palabras se encontrarían en los escritos de
Teófilo. Habiendo examinado cuidadosa y minuciosamente cada párrafo de los escritos de Teófilo
varias veces, Yo declaro enfáticamente que nada por el estilo se encuentra en ese escritor. Él nunca
usa el término “día del Señor,” y ni siquiera habla del primer día de la semana. Estas palabras, que
han sido tan bien adaptadas para crear la impresión que el Domingo día del Señor es una institución
apostólica, son puestas en su boca por la falsedad de alguien.
Aquí hay cuatro fraudes, constituyendo las primeras cuatro instancias del supuesto uso del nombre
“día del Señor’ para el Domingo. Sin embargo, es a través de estos mismos fraudes que el Domingo
día del Señor se identifica con el día del Señor Bíblico en tiempos posteriores. Alguien inventó estos
fraudes. El uso que se les da indica claramente el propósito por el cual se crearon. El título día del
Señor debe probar pertenecer al Domingo por autoridad apostólica. Con este propósito eran
necesarios estos fraudes. El caso del Domingo día del Señor puede ilustrarse a lo largo de la línea
papal. Su autoridad apostólica como cabeza de la iglesia Católica depende de su capacidad para
identificar al apóstol Pedro como el primero de su línea, y probar que su autoridad fue transmitida a
ellos. No hay dificultad en rastrear su línea a los primeros tiempos, aunque los primeros obispos
Romanos eran modestos, hombres no ambiciosos, totalmente diferentes a los papas de tiempos
posteriores. Pero cuando hacen a Pedro cabeza de su línea, e identifican su autoridad con la de
ellos, solo lo pueden hacer por testimonios fraudulentos. Y tal es el caso de la observancia del primer
día. Puede ser rastreado al tiempo de Justino Mártir 140 D.C., como un festival, pero entonces el día
no tenía nombre sagrado, ni reclamaba autoridad apostólica. Sin embargo, ellos deben asegurarlo, a
cualquier precio; de manera que su título “día del Señor” a través de una serie de testimonios
fraudulentos es trazado hasta el apóstol Juan, así como la autoridad de los papas es trazada al
apóstol Pedro.
5. DIONISIO DE CORINTO 170 D.C. es el quinto testigo de esta serie. A diferencia de los cuatro
que ya han sido examinados, Dionisio sí usa el término “día del Señor,” aunque no dice nada que lo
identifique con el primer día de la semana. Sus palabras:--
“Hoy hemos pasado el ‘día del Señor’, en el cual hemos leído su epístola; en esta lectura siempre
encontraremos nuestras mentes guardadas con exhortación, como también de los escritos de
Clemente a nosotros.” 5
La epístola de Dionisio a Soter, Obispo de Roma, de quien se toma esta frase, ha desaparecido.
Eusebio, quien escribió en el siglo cuarto, ha preservado esta frase, pero no tenemos conocimiento
de su conexión. Los escritores del primer día citan a Dionisio como su quinto testigo que respalda el
Domingo como el día del Señor. Ellos dicen que en el tiempo de Dionisio, el Domingo era tan
conocido, de tal forma, que él lo llama por ese nombre sin detenerse a decir que día pretendía.
Pero no es honesto presentar a Dionisio como testigo del Domingo día del Señor, ya que él no hace
ninguna aplicación del término. Pero se dice que seguramente quiso decir Domingo, pues ese era el
nombre familiar del día en su tiempo, como lo indica el hecho de que no definió el término.

Los cuatro testigos ya analizados aportan toda la evidencia como prueba de ello, pues no hay otro
autor anterior a Dionisio que llame Domingo al día del Señor hasta después de que esta generación
había transcurrido. Entonces Dionisio constituye el quinto testigo de la serie porque los cuatro
primeros testigos demuestran que en su tiempo, el “día del Señor” era supuestamente un nombre
común para el primer día de la semana. ¡Pero los primeros cuatro no testifican para nada de esto
hasta que las palabras por fraude son puestas en sus bocas! ¡Dionisio es un testigo del Domingo día
del Señor, porque los cuatro testimonios fraudulentos de las generaciones precedentes a él, arreglan
ésto como el significado de sus palabras! ¡Y el nombre “día del Señor” para el primer día de la
semana debe haber sido muy común, pues Dionisio no define el término! A pesar de ésto aquellos
que dicen ésto saben que solo esta frase de su epístola permanece, mientras la conexión, que sin
duda modificó su significado, ha desaparecido.
Pero Dionisio no solo usa el término “Día del Señor.” Él utiliza un término más fuerte que éste,--
“el santo día del Señor.” Aun por mucho tiempo después de Dionisio, ningún escritor le da al
Domingo algún título tan sagrado como “el santo día del Señor.” Sin embargo éste es el mismo título
dado al Sabbat en las Sagradas Escrituras, y es un hecho bien comprobado que en este preciso
tiempo era ampliamente observado, especialmente en Grecia, el país de Dionisio, y eso también,
como un acto de obediencia al cuarto mandamiento. 6
6. MELITO DE SARDIS, 177 D.C.Es el sexto testigo en esta asombrosa serie. Los cuatro
primeros, que nunca usaron el término “día del Señor,” son aducidos a llamarlo Domingo por fraude
directo; el quinto, habla del “santo día del Señor”, y ellos dicen haber significado Domingo en base a
estos otros fraudes; ¡mientras que el sexto no se puede comprobar con claridad haber dicho de
ningún día! Melito escribió varios libros que ahora están perdidos, pero sus títulos han sido
preservados por Eusebio. 7 Uno de éstos, dado en la versión en Ingles de Eusebio, es “Sobre el Día
del Señor.” Claro que, los escritores del primer día reclaman que éste era un tratado concerniente al
Domingo, aunque hasta este punto ningún escritor llama al Domingo por este nombre. Pero es un
hecho importante que la palabra día no forma parte en realidad del título del libro de Melito. Era un
discurso sobre algo perteneciente al Señor, — DPERI TES KURIAKES LOGOS —, pero la palabra
esencial, —EMERAS (día) —, está ausente. Pudo haber sido un tratado sobre la vida de Cristo, ya
que Ignacio usa estas palabras en esa conexión: —KURIAKEN XO EN (la vida del Señor). Al igual
que la frase de Dionisio, ni siquiera ayudaría a reclamar el Domingo al título del día del Señor, a no
ser por la serie de fraudes sobre los que se levanta.
7. IRENEO es el séptimo testigo convocado a probar que “el día del Señor” fue el título apostólico
del Domingo. El Dr. Justin Edwards profesa citarlo así:-- 8
“Entonces Ireneo, Obispo de Lyon, discípulo de Policarpo, quien había sido compañero de los
apóstoles, 167 D.C. [debiera ser 178 D.C.], dice que el día del Señor era el Sabbat Cristiano. Sus
palabras son, ‘En el día del Señor cada uno de nosotros Cristianos guarda el Sabbat, meditando en
la Ley, y gozándonos en las obras de Dios.”
Este testigo es presentado a manera de dar el mayor peso y autoridad a sus palabras. El fue el
discípulo de aquel eminente mártir Cristiano, Policarpo, y Policarpo era el compañero de los
apóstoles. Lo que Ireneo dice por lo tanto es, al entender de muchos, tan digno de nuestra confianza
como si lo pudiéramos leer en los escritos de los apóstoles.

“día del Señor” es el nombre apostólico del


Domingo?

¡Aquí hay uno que dice todo lo que puede preguntarse, y el obtuvo su doctrina de un hombre que
obtuvo la suya de los apóstoles!
o NO establece la autoridad del Domingo como día del Señor?
La primera razón es que ni Ireneo, ni ningún otro hombre, puede añadir o cambiar el
precepto de la palabra de Dios, bajo ninguna circunstancia. Nosotros nunca hemos sido
autorizados a dejar las palabras de los escritores inspirados por el testimonio de hombres
que conversaron con los apóstoles, o más aún, quienes conversaron con alguien que
conversó con ellos.
¡Y la segunda razón es que cada palabra de éste pretendido testimonio de Ireneo es un
fraude! ¡No hay una sola instancia en la que el término “día del Señor” se encuentre en
cualquiera de sus trabajos, ni en ningún fragmento de sus obras preservadas por otros
autores!9
163 años después de la resurrección de Cristo
el Domingo fue llamado “el día del Señor” , 98
años después de que Juan estuvo en Patmos!

¡Y ésto completa los siete testigos por quienes el día del Señor de la iglesia Católica se respalda, e
identifica el día del Señor de la Biblia! No es sino hasta el año 194 D.C. dieciséis años después del
último de estos testigos, que encontramos por primera vez al Domingo llamado el día del Señor.
¡En otras palabras, el Domingo no es llamado el día del Señor hasta 98 noventa y ocho años
después que Juan estuvo en Patmos, y 163 ciento sesenta y tres años después de la resurrección
de Cristo!
se deberá al hecho de que los registros de ese periodo han desaparecido?

el tiempo de la resurrección de Cristo, 31 D.C. y la visión de Juan en Patmos, 96 D.C (pagina


112).;
Es mencionado por:
Mateo, en el año 41 D.C.
Pablo, en el año 57 D.C.
Lucas, en el año 60 y 63 D.C.
Marcos, en el año 64 D.C.
y siempre designado como el primer día de la semana.
Juan, después de su regreso de Patmos, 97 D.C., menciona dos veces el día, aun llamándolo el
primer día de la semana.
Después del tiempo de Juan, el primer día se menciona en la llamada epístola de Bernabé, escrita
probablemente en el año 140 D.C., y ahí se le llama “el octavo día.”
Luego es mencionado por Justino Mártir en su Apología, (140 D.C.) :
- “el día en el cual todos nos reunimos en asamblea;”
- “el primer día en el cual Dios…. hizo la tierra;”
- “el mismo día [en el que Cristo] resucito de los muertos”;
- “el día después del de Saturno;” y
- “Domingo,” o “el día del sol.”

Una vez más él lo refiere en su dialogo con Trifo, 155 D.C., en el que
lo llama - “el octavo día;”
- “el primero de todos los días;”
- “el primero” “de todos los días del [semanal] ciclo;” y
- “el primer día después del Sabbat.”

Ireneo lo menciona una vez, en 178 D.C., y lo llama simplemente el “primer día de la semana.”
Y después es introducido una vez por Baresanes, quien a su vez lo llama sencillamente “el primero
de la semana .”

La variedad de nombres por los cuales se menciona el día Domingo durante este tiempo es
asombrosa; pero nunca es llamado “día del Señor,” ni nunca es designado con ningún nombre
sagrado.
Aunque el Domingo se menciona de tan diversas formas durante el siglo segundo, no es sino hasta
que llegamos casí al fin de ese siglo que encontramos la primera instancia en la cual es llamado “día
del Señor.”
Clemente de Alejandría, en 194 D.C. utiliza este título con referencia al “octavo día.” Si habla de un
día natural, sin duda él quiso decir Domingo. Sin embargo, no es seguro que él hable de un día
natural, pues su explicación da al término un sentido completamente diferente. Aquí sus palabras:--
“Y el día del Señor del cual habla Platón proféticamente, en su décimo libro de la República, en estas
palabras: —‘Y cuando habían pasado siete días, cada uno en la pradera, el octavo deben
apartarlo, y arribar en cuatro días.’ — Se debe entender por pradera la esfera fija, como un punto
ligero y genial, y la ubicación de los virtuosos; y por los siete días, cada movimiento de los siete
planetas, y todo el arte práctico que revoluciona al fin del descanso. Pero después de las órbitas
itinerantes, el viaje lleva al cielo, es decir, a la octava moción y día. Y él dice que las almas se van en
el cuarto día, señalando el pasaje a través de cuatro elementos. Pero el séptimo día es reconocido
como sagrado, no solo por los Hebreos, sino también por los Griegos, de acuerdo al que gira todo el
mundo animal y vegetal” 10
Originalmente Clemente fue un filósofo pagano, y estos extraños misticismos que él expone en estas
palabras de Platón son solo modificaciones de sus creencias paganas. Aunque Clemente dice que
Platón habla del día del Señor, es seguro que él no entiende que esté hablando de días literales ni
de una pradera real. Por el contrario, él interpreta la pradera representando — “la esfera fija, como
un punto ligero y genial, y la ubicación de los virtuosos;”— la cual debe referirse a su herencia
futura. Los siete días no son tantos días literales, sino representan — “cada movimiento de los siete
planetas, y todo el arte práctico que revoluciona al fin del descanso.”Ésto parece representar el
periodo presente de labor el cual terminará en el descanso de los santos; pues añade: — “Pero
después de itinerar orbitas [representadas por los siete días de Platón] el viaje lleva al cielo, esto es,
al octavo movimiento y día.”— ¡Los siete días, por tanto, aquí representan el periodo del peregrinaje
Cristiano, y el octavo día del cual habla Clemente no es el Domingo, sino el cielo mismo! ¡Aquí está
la primera instancia del “día del Señor” como un nombre para el octavo día, pero este octavo día es
uno místico, y significa cielo!
Pero Clemente utiliza el término “día del Señor” una vez más, y esta vez claramente, representando,
no un día literal, sino el periodo completo de nuestra vida regenerada. Pues él lo menciona en
relación al ayuno, y presenta ayunos consistentes de abstinencia de placeres pecaminosos, no solo
en actos, para usar su distinción, aquéllos prohibidos por la Ley, sino de pensamiento, aquellos
prohibidos por el evangelio the gospel. Tal ayuno concierne a toda la vida del Cristiano. Y por tanto
Clemente presenta lo que está involucrado al guardar esta obligación desde el punto de vista del
evangelio:--
“En cumplimiento al precepto, de acuerdo al evangelio, él guarda el día del Señor, cuando abandona
una disposición malévola, y asume aquella del Gnóstico, es decir: glorificar la resurrección del Señor
en sí mismo.”11
A partir de esta declaración entendemos, no solo su idea de ayuno, sino también la de celebrar el día
del Señor, y glorificar la resurrección de Cristo. De acuerdo a Clemente, esto no consiste en darle
honores especiales al Domingo, sino en abandonar una disposición malévola, y asumir la del
Gnóstico, una secta Cristiana a la cual él pertenecía. Hoy en día está claro que esta clase de
observancia del día del Señor no concernía a un día de la semana, sino que encerrba toda la vida
del Cristiano. El día del Señor según Clemente no era un día literal, sino uno místico, que abarcaba
según esto, el segundo uso del término, toda la vida regenerada del Cristiano; y según el primer uso
del término, abarcando también la vida futura en el cielo. Y esta idea se confirma por la declaración
de Clemente del contraste entre la secta Gnóstica a la cual el pertenecía y otros Cristianos. El
explica sobre su adoración que “NO ERA EN DÍAS ESPECIALES,” como la de otros, sino haciendo
esto continuamente, toda la vida.” Y añade al respecto de la adoración del Gnóstico, que era “no en
un lugar específico, o templo seleccionado, o en ciertas festividades, y en días señalados, sino
durante toda su vida.” 12
Ciertamente es un hecho sobresaliente que el primer escritor que habla del día del Señor como el
día octavo, utiliza el término, no en referencia a un día literal sino místico. ¡No es el Domingo, sino la
vida Cristiana, o el Cielo mismo! Esta doctrina del día del Señor perpetuo se encontrará en
Tertuliano, y la establece expresamente Origen; estos son los siguientes dos escritores en usar el
término “día del Señor”. Pero el día del Señor perpetuo o místico de Clemente muestra que él no
tenía idea de que Juan se hubiera referido al Domingo al escribir “día del Señor”; pues en ese caso
el debió haber reconocido ese día como el verdadero día del Señor, y el día especial de adoración
de los Gnósticos.
Tertuliano en el año 200 D.C. Es el siguiente escritor en usar el término “día del Señor.” Él define
su significado, y fija el nombre en el día de la resurrección de Cristo. Kitto 13 dice que ésta es “la
instancia auténtica más antigua” en la cual el nombre es aplicado así, y hemos comprobado que esto
es verdad analizando a cada escritor, a menos que el lector pueda descubrir algo en referencia al
Domingo en el octavo día místico de Clemente. Las palabras de Tertuliano son las siguientes:--
“Sin embargo, nosotros (así como lo recibimos), solo en el día de la resurrección del Señor [solo die
dominico resurrexionis] debemos guardar, no solo contra arrodillarse, sino toda postura y oficio de
solicitud; aun dejando nuestro negocio, para no dar pie al diablo. De manera similar, también en el
periodo de Pentecostés Pentecost; cuyo periodo distinguimos con la misma solemnidad de
exaltación.” 14
En dos ocasíones más Tertuliano utiliza el término el “día del Señor,” y una más lo define, esta vez
llamándolo el “octavo día.” Y en cada uno de estos dos casos él ubica el día que él llama “día del
Señor” en el mismo rango de la festividad Católica de Pentecostés, como lo hace en la instancia
previamente citada. En la segunda ocasión en que Tertuliano utiliza el “día del Señor,” citamos una
porción de la reprimenda que dirige a sus hermanos por mezclarse con los paganos en sus
festividades. Dice:--
“Oh ¡Mejor fidelidad de las naciones a sus propias sectas, las cuales no reclaman solemnidad del
cristiano para sí! No el día del Señor, ni Pentecostés, aun si las conocieran, ¿las habrían compartido
con nosotros?; pues por lo menos temerían parecer Cristianos. ¡Nosotros no nos preocupamos a
menos que parezcamos paganos! Si hay que dar alguna indulgencia a la carne, ustedes la tienen.
No voy a decir sus propios días, sino otras cosas también; para los paganos el día festivo sucede
anualmente; ustedes tienen un día festivo cada ocho días.” 15
La festividad que menciona Tertuliano de cada ocho días sin duda es la que acaba de llamar el día
del Señor. Aun cuando en otra ocasión 16 habla de la festividad del Domingo observada por lo
menos por algunos paganos, aquí él habla del día del Señor conocido entre aquellos a los que dirige
estas palabras. Esto indica firmemente que el festival del Domingo solo recientemente había sido
llamado por ese nombre de “día del Señor.” Una vez más él dice:--
“Tantas veces como llegue el aniversario, hacemos ofrendas a los muertos, como honores de
cumpleaños. Consideramos ilegal ayunar o arrodillarse en la adoración en el día del Señor. Nos
regocijamos en el mismo privilegio desde Pascua Easter a Domingo de Ramos o [Pentecostés]. Nos
sentimos agraviados si algo de vino o pan, aun siendo el nuestro, cae al suelo. En cada paso y
movimiento, en cada salir o entrar, al ponernos nuestra ropa y zapatos, al bañarnos, al sentarnos a
comer, y cuando encendemos nuestras lámparas, en el sillón, sentados, en toda acción ordinaria de
la vida diaria, hacemos la señal [de la cruz] sobre la frente.

“Si por estas y otras reglas parecidas,


insisten en tener respaldo positivo de las Escrituras, NO ENCONTRARÁN NADA.
LA TRADICIÓN será presentada como el origen de éstas,
LA COSTUMBRE como su refuerzo, y
LA FE faith como su guardián.
LA RAZÓN apoya la tradición,
la costumbre y la fe ustedes mismos percibirán, o aprenderán de aquellos que la tienen.” 1

Esto completa las instancias en las que Tertuliano utiliza el término “día del Señor,” excepto por una
mera alusión a éste en su discurso sobre el Ayuno. Es muy sorprendente que en cada uno de estos
tres casos, él lo establece en el mismo nivel a la festividad de Pentecostés, o Domingo de Ramos.
También lo asocia directamente con “ofrendas para los muertos” y con el uso de la “señal de la
cruz” sign of the cross. Cuando se le pide soporte Bíblico para estas cosas, él no responde, sino que
dice: “Tenemos la autoridad de Juan para el día del Señor, aunque no tenemos nada más que la
tradición para la señal de la cruz y las ofrendas para los muertos.”
Por el contrario, dijo que no había respaldo Escritural para ninguna de ellas.
l título de “día del Señor” basándose
unicamente en tradición derivada de los apóstoles? La respuesta regresará adecuadamente, ¿Cuál
fue el origen de las ofrendas para los muertos? Y, ¿cómo inicio el uso de la señal de la cruz entre los
Cristianos?
El título “día del Señor” como nombre para el Domingo no se acerca para nada a lo apostólico, ni la
señal de la cruz, o las ofrendas para los muertos, pues no pueden rastrearse al tiempo apostólico
más que estos errores tan palpables de la gran apostasía.
Clemente enseñó el día perpetuo del Señor; Tertuliano tenía una idea similar, afirmando que los
Cristianos deben celebrar un Sabbat perpetuo, no por abstinencia de trabajo, sino de pecado. 18 El
método de Tertuliano para guardar el Domingo se explica enseguida.
Origen en el 231 D.C. es el tercer escritor antiguo que llamó el octavo día el “día del Señor”. Él fue
discípulo de Clemente, el primer escritor que hace esta aplicación. Por lo tanto no es extraño, que él
enseñara la doctrina de Clemente sobre el día del Señor perpetuo, aún más él lo declaraba con
mayor énfasís que Clemente. Origen representaba a Pablo cuando enseñaba que todos los días son
iguales, continúa así:--
“Si se nos acusa sobre este particular, que estamos acostumbrados a guardar ciertos días, por
ejemplo el día del Señor, la Preparación, la Pascua Passover, o el Pentecostés, yo tengo la
respuesta, que para el Cristiano perfecto, que siempre en su pensamiento, palabra, y obra está el
servir a su Dios natural, Dios la Palabra, todos sus días son del Señor, y siempre está guardando el
día del Señor.” 19
Esto fue escrito unos cuarenta años después de que Clemente propusiera su doctrina del día del
Señor. El Cristiano imperfecto podría honrar un día del Señor que ocupará el mismo rango que el de
la Preparación, la Pascua, y Pentecostés. Pero el Cristiano perfecto guardaba el verdadero día del
Señor, que abarcaba todos los días de su vida regenerada. Origen utiliza el término “día del Señor”
para dos días diferentes:

1. Para un día natural, que a su juicio ocupaba el mismo rango que el día de Preparación, la
Pascua, y Pentecostés; y

2. Para un día místico, como lo hizo Clemente, que es todo el periodo de la vida Cristiana.
El día místico, según su criterio, era el verdadero “día del Señor.” De lo que se desprende que él no
creía que el Domingo fuese el día del Señor señalado apostólicamente. Pero, después del tiempo de
Origen, el día del Señor fue un nombre común para el llamado octavo día. Sin embargo estos tres
hombres—Clemente, Tertuliano, y Origen—quienes hicieron por primera vez esta aplicación, no solo
no reclaman que este nombre haya sido dado al día por los apóstoles, sino que sencillamente indica
que ellos no tenían tal idea. Las ofrendas a los muertos y el uso de la señal de la cruz no se
encuentran cerca del tiempo apostólico así como el uso del “día del Señor” como el nombre para el
Domingo. Los tres tienen un origen común, como lo demuestran las propias palabras de Tertuliano.
Posteriormente veremos el punto de vista de Origen sobre el Sabbat y la festividad del Domingo.
Tal es el caso del reclamo del Domingo al título de “día del Señor.” La primera instancia de este uso,
si se supone que Clemente se refería al Domingo, no sucede hasta casí un siglo después de que
Juan tuvo la visión en Patmos. Aquellos que primero lo llamaron por ese nombre no tenían idea de
que fuera así por mandato divino o apostólico, como claramente lo demuestran. En contraste con
ésto, está la festividad Católica de la Pascua. ¡Aun cuando nunca fue ordenada en el Nuevo
Testamento, puede rastrearse hasta los hombres que dicen les fue dada por los apóstoles!
Las iglesias en Asía Menor tenían la festividad de Policarpio, quien, como Eusebio declara el
reclamo de Policarpio, “quien lo guardaba con Juan, el discípulo de nuestro Señor, y el resto de los
apóstoles con quien el andaba.” 20 Sócrates dice que ellos mantenían esta observancia que “les fue
dada por el apóstol Juan.” 21 Anatolio dice de estos Cristianos Asíáticos que ellos recibieron “la regla
de una autoridad inamovible, a saber, Juan el evangelista.”22
Pero esto no fue todo. También las iglesias de occidente, con la iglesia de Roma como cabeza,
guardaban fervientemente la festividad de la Pascua. Ellos también señalaban la festividad hasta los
apóstoles. Sócrates dice así de ellos: “Los Romanos y aquellos en partes de occidente nos aseguran
que su uso se originó con los apóstoles Pedro y Pablo.”23 Pero él dice que estas partes no pueden
ser probadas por testimonio escrito. Sozomen dice de los Romanos, con respecto a la fiesta de
Pascua, que ellos “nunca se desviaron del uso original en este particular, la costumbre dada a ellos
por los santos apóstoles, Pedro y Pablo.”24
Si el Domingo día del Señor puede rastrearse a un hombre que reclama haberlo celebrado con Juan
y otros apóstoles, ¿con cuánta seguridad se puede citar esto como prueba positiva de que es una
institución apostólica? ¡y sin embargo esto se hace en el caso de la fiesta de Pascua!. Ahora bien, un
solo hecho en el caso de esta fiesta es suficiente para demostrarnos el engaño al confiar en la
tradición. Policarpio reclama que Juan y otros apóstoles le enseñaron a guardar la fiesta en el
catorceavo día del primer mes, sin importar en que día de la semana fuese; mientras que los
ancianos de la iglesia Romana afirmaban que Pedro y Pablo les enseñaron que debía ser observada
el Domingo después del Domingo de Resurrección. 25

Notas finales:
1
El escritor ha preparado un pequeño trabajo titulado, “El Testimonio Completo de los Padres de los
Primeros Tres Siglos Concerniente al Sabbat del Primer Día,” en el cual, con la sola excepción de
Origen, cuyos algunos trabajos no estaban disponibles al momento, se presenta cada pasaje de los
Padres que da su punto de vista del Sabbat del primer día. Este panfleto está a la venta por los
Editores del presente trabajo por quince centavos. Para ahorrar espacio en esta Historia, se presenta
un panorama general de la doctrina de los Padres, con breves citas de ellos. Pero en “El Testimonio
Completo de los Padres” se da cada pasaje en sus propias palabras, y se refiere al lector a este
pequeño trabajo. http://www.ccel.org/ http://www.ccel.org/fathers.html
2
Aquellos que se opongan a estas declaraciones se les invita a presentar las palabras de los Padres
que modifiquen o desaprueben éstas. El lector que no pueda tener acceso a los escritos de los
Padres es referido al panfleto ya mencionado, en el cual su testimonio completo es dado.
3
Ver el Testimonio en la página 189 de este trabajo.
4
Justino Mártir Primera Apología, cap. 67.
5
Historia Eclesiástica de Eusebio, libro 4, cap. 23.
6
Ver capítulo 18 de esta Historia.
7
Ver su Historia Eclesiástica, libro 4, cap. 26.
8
Manual del Sabbat, p. 114.
9
Ver el capítulo 16 de este trabajo; y también el "Testimonio de los Padres," pp. .44-52.
10
Las Misceláneas de Clemente, libro 5, cap. 14.
11
Las Misceláneas de Clemente, libro 7, cap. 12; Testimonio de los Padres, p. 61.
12
Las Misceláneas de Clemente, libro 7, cap. 7; Testimonio del los Padres, p. 62.
13
Ciclopedia de Literatura Bíblica de Kitto, edición original, artículo, día del Señor.
14
Sobre la oración, Tertuliano prayer, cap. 23; Testimonio de los Padres, p. 67.
15
Sobre Idolatría, cap. 14; Testimonio de los Padres, p. 66.
16
Ad Nationes, libro 1, cap. 13; Testimonio de los Padres, p. 70.
17
De Cornona, secs. 3 and 4; Testimonio de los Padres, pp. 68, 69.
18
Una Respuesta a los Judíos, cap. 4; Testimonio de los Padres, p. 73.
19
En Contra de Celso, libro 8, cap. 22; Testimonio de los Padres, p. 87.
20
Hist. Eclesi. De Eusebio., libro 5, cap. 24.
21
Histo. Ecles. De Sócrates., libro 5, cap. 22.
22
Décimo Fragmento, de Anatolio.
23
Hist, Ecls. De Sócrates, libro 5, cap. 22.
24
Hist. Ecles. De Sozomen., libro 7, cap. 18; ver también Mosheim, libro 1, cent. 2, part 2, cap. 4,
sec. 9.
25
Hist. Ecles. De Sócrates, libro 5, cap. 22; Ciclopedia de McClintock and Strong, vol. 3, p. 13;
Antigüedades de Bingham, p. 1149

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 14: L O S PRI MERO S T EST I G O S DEL DO MI NG O

El origen de la observancia del Domingo tema de la presente investigación


Declaraciones contradictorias de Mosheim y Neander
Establecida la pregunta entre ellos y los datos reales para decidir esa pregunta
El Nuevo Testamento no respalda las declaraciones de Mosheim
La epístola de Bernabé una falsificación
El testimonio de Plinio no determina nada en el caso
La epístola de Ignacio probablemente es falsa, y ciertamente interpolada
al grado de hacerla que sustente el Domingo
Decisión de la pregunta.
l Domingo, primer día de la semana first day of the week ahora se guarda casí universalmente como Sabbat
CristianoSabbat. El origen de esta institución permanece delante de nosotros como el centro de esta investigación. Éste
E es presentado por dos eminentes historiadores de la iglesia; pero se contradicen entre sí tan abruptamente, que se
torna una cuestión de interés curioso determinar cuál de ellos declara la verdad.
Mosheim Johann Lorenz von Mosheim(Octubre 9, 1693 – Septiembre 9, 1755),Alemán]escribe respecto del primer
siglo:-- 1“Todos los Cristianos unánimemente separaron el primer día de la semana, en el cual el Salvador triunfante se
levantó de los muertos, para la celebración solemne de adoración pública. Esta costumbre religiosa, que se derivó del
ejemplo de la iglesia de Jerusalén, se fundó sobre el mandato expreso de los apóstoles, quienes consagraron el día para
el mismo propósito sagrado, y fue observado universalmente por todas las iglesias Cristianas como aparece en los
testimonios unificados de la mayoría de los escritores confiables.”
Neander, [Johann August Wilhelm Neander (Enero 17, 1789 - Julio 14, 1850), Alemán] el historiador eclesiástico más
distinguido, dice respecto de la autoridad apostólica para la observancia del Domingo:-- “La festividad del Domingo, como
todas las otras festividades, fue siempre solo una ordenanza humana, y estaba lejos de las intenciones de los apóstoles
establecer una orden divina a este respecto, lejos de ellos, y de la iglesia apostólica primitiva, transferir las Leyes del
Sabbat al Domingo. Quizás al final del siglo segundo una falsa aplicación de esta clase empezó a suceder; pues
aparecieron hombres en ese tiempo que consideraron que trabajar el Domingo era un pecado.” 2
¿Cómo podemos determinar cuál de estos historiadores es el correcto? Ninguno de ellos vivió en la época apostólica de
la iglesia. Mosheim fue un escritor del siglo dieciocho, y Neander, del siglo diecinueve. Por lo tanto, necesariamente ellos
tuvieron que aprender los hechos del caso a partir de los escritos de ese periodo que se conservaron hasta nuestros días.
Dichos escritos contienen todo el testimonio admisible para decidir este caso. Estos escritos son:
A. los escritos inspirados del Nuevo Testamento
B. las cuestionadas producciones de ciertos escritores de aquel tiempo que supuestamente mencionaron el primer día;
ej.,
1. La epístola de Bernabé,
2. La carta de Plinio Gobernador Romano en Bitinia, al Emperador Trajan, y
3. La epístola de Ignacio.
Éstos son todos los escritos previos a la mitad del siglo segundo—y esto es demasíado posterior para cubrir ampliamente
el contexto de la declaración de Mosheim—que puede introducirse aun como refiriéndose al primer día de la semana.
Las preguntas que deben decidirse a través de este testimonio son estas:
I. ¿APARTARON LOS APÓSTOLES EL DOMINGO PARA ADORACIÓN DIVINA, COMO LO
AFIRMA MOSHEIM?
II. ¿LA EVIDENCIA DEL CASO MUESTRA QUE LA FESTIVIDAD DEL DOMINGO, COMO TODAS LAS
OTRAS FESTIVIDADES, FUE SIEMPRE, ÚNICAMENTE, UNA ORDENANZA HUMANA, COMO LO
AFIRMA NEANDER?

Es un hecho que el Nuevo Testamento no contiene ningún decreto dirigido al Domingo como día para la celebración
solemne de Adoración Publica. Y de igual forma es verdad que no hay ningún ejemplo de la iglesia en Jerusalén sobre la
cual se encuentre tal observancia. Por lo tanto el Nuevo Testamento no apoya 3 la declaración de Mosheim.
A continuación analizamos las tres epístolas que se han conservado hasta nuestros días, pretendiendo haber sido
escritas en el tiempo apostólico, o inmediatamente después. Estas tres epístolas son todo lo que subsiste de un periodo
más largo al que menciona Mosheim. Él habla del siglo primero únicamente; pero nosotros recopilamos a todos los
escritores de ese siglo, y del inmediato anterior al tiempo de Justino Mártir, 140 D.C., quienes se supone, mencionan el
primer día de la semana. Así el lector tiene todos los datos del caso.
1. La epístola de Bernabédice así:-- “Por último les dijo, ‘Sus lunas nuevas y sus sabbats no puedo soportar.
’ Consideren lo que él quiso decir con esto; los sabbats, dice él, que ustedes guardan ahora, no me son aceptables, sino
aquellos que yo hice; al descansar de todas las cosas, empezaré el día octavo, esto es, el inicio del otro mundo; por cuya
causa nosotros observamos el octavo día con regocijo, en el cual Jesús resucitó de los muertos, y habiéndose
manifestado a sus discípulos, ascendió al Cielo”. 4
Se puede concluir razonablemente que Mosheim dio gran importancia a este testimonio como procedente de un apóstol,
y al parecer como siendo mejor capacitado para respaldar la santidad del Domingo que cualquier otra cosa previamente
analizada por nosotros. Sin embargo, él reconoce abiertamente que esta epístola es espuria o falsa. Dice así:--
“La epístola de Bernabé fue producida por algún Judío, que seguramente, vivió en ese siglo, y cuyas habilidades y
costumbres supersticiosas según los mitos Judíos, muestran, que a pesar de su correcta intención, él debió haber sido
otra persona muy diferente al verdadero Bernabé, que fuera compañero de Pablo.” 5
En otro trabajo, Mosheimdice de esta epístola:--
“Con respecto a lo sugerido por algunos, de haber recibido escritos de Bernabé que fuera compañero y amigo de San
Pablo, la frivolidad de tal noción es evidente en la propia carta; varias de las opiniones e interpretaciones de las
Escrituras que encierra, contienen tan poca verdad, dignidad o fuerza que se hace imposible pensar que provienen de la
pluma de un hombre instruido por poder divino.”6
Neanderdice lo siguiente de esta epístola:--
“Es imposible que nosotros reconozcamos que esta epístola pertenezca a aquel Bernabé que fue digno de ser el
compañero de las labores apostólicas de San Pablo.” 7
El Prof. Stuart tiene un testimonio similar:--
“Que un hombre llamado Bernabé escribió esta epístola yo no lo dudo; que el compañero elegido de Pablo la
escribió, Yo, y muchos otros, debemos dudarlo.” 8
El DR. Killen, Profesor de Historia Eclesiástica, del General Assemble of the Presbyterian church of Ireland, utiliza el
siguiente lenguaje:--
“El documento conocido como la Epístola de Bernabé fue probablemente compuesta en el año 135 D.C. Es la
producción, aparentemente, de un convertido del Judaísmo que tomó especial satisfacción en interpretar la Escritura
alegóricamente.” 9
El Prof. Hackett da este testimonio:--
“La carta aun existente, conocida aun hasta el siglo segundo como de Bernabé, no puede ser defendida como
genuina.” 10
El Sr. Milner dice lo siguiente de la supuesta epístola de Bernabé:--
“Es una gran injuria a él, considerar la epístola, que lleva su nombre, como suya.” 11
Kitto dice de esta producción lo siguiente—
“La llamada epístola de Bernabé, probablemente es un fraude del siglo segundo.” 12
La enciclopedia del Conocimiento Religioso dice al hablar de Bernabé del Nuevo Testamento:--
“Él no puede ser el autor de un trabajo tan lleno de forzadas alegorías, extravagancias y explicaciones tan deplorables de
las Escrituras, juntamente con las historias relacionadas a las bestias, y tal arrogancia, como la encontrada en la primera
parte de esta epístola.” 13
Eusebio, el más antiguo historiador eclesiástico, coloca esta epístola en la clasíficación de los libros falsos. El dice así:--
“Entre los falsos debemos enumerar tanto los libros llamados ‘Los Hechos de Pablo,’ y aquel llamado, ‘Pastor,’ y ‘La
Revelación de Pedro.’ Además de estos, los libros llamados, ‘La epístola de Bernabé,’ y el llamado, ‘Las Instituciones de
los Apóstoles.’ “14
El Caballero WM. Domville dice así:--
“Pero la epístola no fue escrita por Bernabé; no era ni siquiera digna de él, sería una deshonra para él; y lo que es de
mayor consecuencia, sería una deshonra para la religión Cristiana, el ser la producción de uno de los maestros
autorizados de esa religión en tiempos de los apóstoles, circunstancia que dañaría seriamente la evidencia de su origen
divino. Al no ser propiedad d Bernabé dicha epístola, el documento es, en relación al asunto del Sabbat, nada más que el
testimonio de algún escritor desconocido con respecto a la observancia del Domingo por algunos Cristianos de alguna
comunidad desconocida, en algún periodo incierto de la era Cristiana, sin ningún fundamento suficiente para creer que
ese periodo haya sido el siglo primero.” 15
Coleman aporta el siguiente testimonio:--
“La epístola de Bernabé, llevando el honorable nombre del compañero de trabajos misioneros de Pablo, es
evidentemente falsa. Encierra una narrativa de ficción, mística, interpretaciones alegóricas del Antiguo
Testamento, arrogancia imaginaria, y generalmente hay consenso entre los eruditos de no tener autoridad.” 16
Como espécimen [ejemplo] de cosas irracionales y absurdas contenidas en esta epístola [de Bernabé], se cita el
siguiente pasaje:--
“Ni tampoco comerás la hiena; esto es, otra vez, no sean adúlteros; ni corruptores de otros; ni tampoco tengan gusto por
tales. ¿Y entonces qué? Pues esa criatura cada año cambia de género, y algunas veces es macho y algunas veces
hembra.” 17
Así los historiadores del primer día, al concedérsenos decidir el caso, estamos autorizados a considerar esta epístola
como fraude [falsa]. Y quien quiera que lea el capítulo noveno (pues no es digno de citarse) reconocerá la justicia de esta
conclusión. Esta epístola es el único escrito en el que se hace referencia al primer día, que profesa [se dice a sí misma]
proceder del siglo primero, a excepción del Nuevo Testamento. Aun Mosheim reconoce que ésto no respalda para nada
la observancia del Domingo.
El siguiente documento que reclama nuestra atención es:
2. Carta de Plinio, Gobernador Romano en Bitinia, al Emperador Trajan. Fue escrita alrededor del 104 D.C. Le dice
respecto de los Cristianos de su provincia:-- “ Ellos afirmaban que toda su culpa o error fue que ellos se reunían en un
cierto día, antes del amanecer, y se unían entre sí en una forma de oración prayer a Cristo, como a un dios, uniéndose
por un juramento solemne, no con propósito de diseño malévolo, sino para nunca cometer fraude, robo, o
adulterio adultery; para nunca falsificar sus palabras, ni negar la confianza cuando fueran llamados a entregarla; después
de lo cual era su costumbre separarse, y después reunirse a comer juntos un alimento
seguro.” 18 http://www.fordham.edu/halsall/source/pliny1.html
Esta epístola de Plinio ciertamente no provee apoyo a la observancia del Domingo. Se presenta el caso en forma cándida
por Coleman. Él dice de este extracto:--
“Esta declaración es evidencia que estos Cristianos guardaban un día como tiempo santo, pero si era el último o el primer
día de la semana, no aparece.” 19
Charles Buck, un eminente escritor, no observó ninguna evidencia de la observancia del primer día en esta epístola,
como lo manifiesta la traducción indefinida que él da. Así cita la epístola:--
“Estas personas declaran que todo su crimen, si fueran culpables, consiste en esto: que en ciertos días se reunían antes
del anochecer a cantar alabanzas alternadamente a Cristo como a Dios.” 20
Tertuliano, que escribió en el año 200 D.C., habla así de esta declaración de Plinio:--
“El encontró en sus servicios religiosos nada más que reuniones temprano por la mañana para cantar himnos a Cristo y
Dios, y el celo por su casa su forma de vida, unidos por una promesa de ser fieles a su religión, prohibiendo el asesinato,
adulterio, deshonestidad, y otros crímenes.” 21
En esto Tertuliano no encontró referencia alguna a la festividad del Domingo.
El Sr. W.B. Tayler dice de este día lo siguiente:--
“Como al parecer el día Sabbat era tan comúnmente observado como el día del sol en esos tiempos (si no aún más), es
tan probable que ‘este día’ referido por Plinio era el día séptimo, como que fuera el primer día; aun cuando se da por
hecho generalmente el último” 22
Dar por hecho precisamente el punto que debe probarse, no es algo nuevo en la evidencia analizada hasta el momento
en apoyo de la observancia del primer día. Aun cuando Mosheim se apoya en esta expresión de Plinio como respaldo
principal para el Domingo, sin embargo dice así de la opinión de otro hombre erudito:--
“B. Just. Hen. Boehmer se propone hacernos creer que este día es el mismo que el Sabbat Judio.” 23
Este testimonio de Plinio fue escrito después de algunos años del tiempo de los apóstoles. Se refiere a la iglesia que
probablemente fundó el apóstol Pedro. 24 Es mucho más probable que esta iglesia, cuarenta años después de la muerte
de Pedro, guardara el cuarto mandamiento, a que guardara un día nunca establecido por autoridad divina. Debe
concluirse que este testimonio de Plinio no es prueba de la observancia del Domingo, pues no designa cuál día de la
semana se observaba.
3. Las epístolas de Ignacio de Antioquia, tan frecuentemente citadas a favor de la observancia del primer día, llaman
nuestra atención en seguida. Él dice así:-- “Por lo tanto si los que fueron criados en estas antiguas Leyes de cualquier
forma vinieron a la esperanza nueva, ya no guardando sabbats, sino guardando el día del Señor, en el cual también su
vida es renovada por Él, y a través de su muerte, que aun algunos niegan (misterio por el cual nosotros hemos creído, y
por tanto esperamos ser encontrados discípulos de Jesucristo, nuestro único maestro): ¿cómo podremos vivir diferente a
él?; si los mismos profetas prophets siendo también discípulos, por el Espíritu lo esperaban como maestro.”25
Con respecto a esta cita es importante señalar dos puntos:
a. Que los escritores del primer día de alta autoridad consideraban como fraudulentas las epístolas de Ignacio; y
aquellas epístolas que algunos de ellos exceptúan como posiblemente genuinas, no incluyen la epístola a los Magnesios,
de donde se desprende la cita anterior, ni tampoco mencionan nada relativo a la observancia del primer día;
b. Que la epístola a los Magnesios no menciona nada de ningún día, si no fuera por que la palabra día fue insertada
fraudulentamente por el traductor!
Respaldando la primera de estas propuestas el Dr. Killen presenta el siguiente testimonio:--
“En el siglo dieciséis, quince cartas emergieron de debajo de una pieza antiquísima, ofreciendo al mundo la producción
de un pastor de Antioquia. Los eruditos rehusaron recibirlas bajo los términos requeridos, y en conclusión seis de ellas
fueron reconocidas como falsificaciones. En el siglo diecisiete, las siete cartas restantes, alteradas en cierta forma, de
nuevo emergen de la oscuridad, y reclaman ser los trabajos de Ignacio. De nuevo los críticos rehúsan reconocer sus
pretensiones; pero surge la curiosidad con esta nueva aparición, y muchos expresaron su profundo deseo de ver las
epístolas reales. Grecia, Siria, Palestina y Egipto fueron saqueados en su búsqueda, y finalmente se encontraron tres. El
descubrimiento creó un contento general; se confiesa que cuatro de las epístolas consideradas como genuinas, son
apócrifas; y se dice que las tres emergentes están fuera de discusión. Pero la verdad rehúsa comprometerse, y
abiertamente rechaza estos reclamos para su aprobación. La evidencia interna de estas tres epístolas respalda
abundantemente que, como los últimos tres libros de Sibyl, son solo los últimos intentos de una grave imposición.” 26
El mismo autor presenta la opinión de Calvino:--
“No es pequeña prueba de sagacidad del gran Calvino, que, después de trescientos años, haya pasado una sentencia
devastadora de condenación a estas epístolas de Ignacio.” 27
De las tres epístolas de Ignacio consideras como genuinas, el Prof. C.F. Hudson dice así:--
“Ignacio de Antioquia fue martirizado probablemente en el año 115 D.C. De las ocho epístolas adscritas a él, tres son
genuinas; ej., aquellas dirigidas a Policarpo, los Efesios, y los Romanos.” 28
Observaremos que en las tres epístolas que se mencionan aquí como genuinas no se incluye la epístola de la que
procede la cita a favor del Domingo, y es un hecho, también, que estas tres no contienen ninguna alusión al Domingo.
El Sr. Wm. Domville, un escritor anti-Sabático utiliza el siguiente lenguaje:--
“Cualquier persona que esté en lo más mínimo familiarizada con el tema, está consiente que los trabajos de Ignacio son
los más corrompidos e interpolados en comparación al resto de los primeros Padres; además de que se le han atribuido
algunos escritos que son totalmente falsos.” 29
Robinson, un eminente escritor Ingles, Bautista del siglo pasado, expresa la siguiente opinión sobre las epístolas
adscritas a Ignacio, Bernabé, y otros:--
“Si cualquiera de los escritos atribuidos a aquellos conocidos por el nombre de Padres apostólicos, como Ignacio maestro
en Antioquia, Policarpo en Esmirna, Bernabé quien era mitad Judío, y Hermas hermano de Pio, maestro en Roma, si
cualquiera de estas fuera genuina, de lo cual hay mucha duda, solo prueban el fervor e ignorancia de hombres buenos.
Algunos son peores, y los mejores no mas buenos, que las epístolas piadosas de la clase más baja de Bautistas y
Cuákeros del tiempo de la guerra civil en Inglaterra. Bernabé y Hermas ambos mencionan el bautismo; pero ambos libros
son sueños despreciables de genios salvajes y irregulares.” 30
El carácter dudoso de estas epístolas de Ignacio queda suficientemente confirmado. La cita a favor del Domingo no se
desprende de una de las tres epístolas aun consideradas como auténticas; y lo que más adelante deberá ser observado
es que no dice nada a favor de ningún día, de no ser por la extraordinaria licencia, por no decir fraude, que el traductor se
adjudicó para insertar la palabra día. Kitto demuestra este hecho con exactitud precisa cuya Ciclopedia tiene alta
reputación entre los estudiosos del primer día. Kitto presenta el original de Ignacio, con comentarios y traducción, como
sigue:--
“Aquí debemos señalar otro pasaje . . . relacionado al tema del día del Señor, aunque ciertamente no contiene ni una
mención de éste. Aparece en la epístola de Ignacio a los Magnesianos (aprox. En 100 D.C.) Todo el pasaje es
francamente considerado obscuro, y el texto puede ser corrupto . . . .El pasaje dice así:
? Ei oun oi en palaiois pragmasín anastraphentes eis kainoteta elpidos elthon-meketi sabbatixontes, alla kata kuriaken
xoen xontes-(en e kai e xoe emon aneteilen oi autou, etc.) ? 31
“Ahora, muchos comentaristas asumen (en qué base no aparece), que después de Kuriaken [del Señor] la
palabra emeran [día] debe entenderse. . . . Ahora veamos el pasaje sencillamente como aparece. El defecto en la frase
es la necesidad del sustantivo al cual autou puede referirse. Este defecto, más que ser remediado, se presenta aun más
sobsresaliente por la introducción de emera. Ahora si tomamos Kuriake xon simplemente como ‘la vida del Señor,’
teniendo un sentido más personal, ciertamente se acerca más a proveer el sustantivo para autou. . . . Así en contexto
global el significado puede ser:--
“Si aquellos que vivieron bajo la antigua dispensación han venido a la nueva esperanza, ya no guardando los sabbats,
sino viviendo de acuerdo a la vida de nuestro Señor (en la cual, como si fuera nuestra vida ha resucitado de nuevo por él,
etc.). . . .
Desde esta perspectiva el pasaje no se refiere para nada al día del Señor; sino al contrario, no puede ser considerado
como evidencia positiva para el uso primitivo del término día del Señor (por lo que es citado comúnmente), dado que la
palabra emera [día] es puramente figurada.” 32
El académico Morer, ministro de la iglesia Anglicana, confirma esta declaración de Kitto. Morer presenta a Ignacio así:--
“Por lo tanto, si aquellos bien versados en los trabajos de los tiempos antiguos vinieron a la nueva esperanza, no
sabatizando, sino viviendo de acuerdo a la vida dominical, etc. . . . El Manuscrito Mediciano, el mejor y seguramente de
Eusebio, no deja escrúpulo, pues xoen se expresa y determina la palabra dominical a la persona de Cristo, y no al día
de su resurrección.” 33 http://www.ccel.org/p/pearse/morefathers/pionius_life_of_polycarp_00_intro.htm
Sir Wm. Domville dice al respecto:--
“Analizando entonces, al tenor de la epístola misma, la traducción literal del pasaje en discusión, ‘no más guardando los
sabbats, sino viviendo de acuerdo a la vida del Señor,´ parece dar su verdadero y adecuado significado; y si esto es así,
Ignacio, quien el Sr. Gurney 34 presenta como testigo de la observancia del día del Señor al inicio del siglo segundo,
fracasa en probar tal hecho, al aparecer en un análisis exhaustivo de su testimonio en donde no hace mención alguna del
día del Señor ni alude a la observancia religiosa de éste, ya sea por nombre o de cualquier otra forma.” 35
Es manifiesto, por lo tanto, que esta famosa cita no tiene relación alguna al primer día de la semana, y que no aporta
evidencia de que el día fuera conocido en tiempos de Ignacio por el título de “día del Señor”. 36 La evidencia ahora está
frente al lector quien debe determinar si Mosheim o Neander hablaron de acuerdo a los hechos en el caso. Entonces
parece ser que en el Nuevo Testamento, y en los escritos no inspirados del periodo en cuestión, no hay absolutamente
nada que apoye la fuerte declaración del Domingo de Mosheim. Al llegar al siglo cuarto, encontraremos una
declaración que esencialmente modifica lo que él dijo aquí. De las epístolas adscritas a Bernabé, Plinio e Ignacio, hemos
encontrado que la primera es fraude; que la segunda habla de un día sin definir cuál; y que la tercera, que probablemente
es un documento falsificado, no dice nada relativo al Domingo, ¡De no ser porque los partidarios de la santidad del primer
día interpolaron la palabra día en el documento!
DIFÍCILMENTE PODEMOS EVITAR CONCLUIR QUE NOSOTROS HABLAMOS LA VERDAD, NOSOTROS
DECIMOS CON NEANDER,
“LA FESTIVIDAD DEL DOMINGO SIEMPRE FUE, SOLO UNA ORDENANZA HUMANA.”

Notas finales:
1
Mosheim de Maclaine, cent. 1, part 2, cap. 4, sec. 4. He proporcionado la traducción de Maclaine, no porque sea una
versión precisa de Mosheim, sino porque es mucho más usada en apoyo al Sabbat del primer día. Maclaine, en su
prefacio a Mosheim dice: “Algunas veces me he tomado libertades considerables con mi autor.” Y nos dice cuáles son
estas libertades al expresar que él “generalmente añade algunas frases para presentar una observación más impactante,
un hecho más claro, un panorama más completo.” La presente cita es una instancia de esas libertades.
El Dr. Murdock de New Haven, que ha dado “una versión cercana y literal” de Mosheim, presenta así la misma cita:-
“Los Cristianos de este siglo, se reunían para adorar a Dios, y para su crecimiento en piedad, en el primer día de la
semana, el día en el cual Cristo reasumió su vida; por eso este día fue separado para la adoración religiosa por los
apóstoles mismos, y eso siguiendo el ejemplo de la iglesia en Jerusalén, de lo cual tenemos testimonio inequívoco que se
guardaba.” Murdock?s Mosheim, cent. 1, part 2, cap. 4, sec. 4.
2
Historia de la Iglesia de Neander, traducido por H.J. Rose, p.186. Para romper la fuerza de esta potente declaración
deNeander, que “el festival del Domingo, como todos los otros festivales, era solo una ordenanza humana, y estaba lejos
de las intenciones de los apóstoles establecer una orden divina a este respecto, lejos de ellos y de la iglesia apostólica
primitiva, transferir las Leyes del Sabbat al Domingo,” dos cosas se han dicho:-
a. Que Neander, en una edición posterior de su trabajo, se retractó de esa declaración.
Es cierto que al reescribir su trabajo, el omitió esta frase. Pero no introdujo nada de carácter contrario, y el tenor general
de la edición revisada en este preciso segmento es exactamente igual en aquel de donde se tomó esta declaración
abierta.
Como prueba de esto, citamos la edición posterior de Neander su declaración en este mismo lugar de lo que constituía la
observancia del Domingo en la iglesia primitiva, dice:--
“El Domingo constituía un día de regocijo joy,, siendo exceptuado de ayunos, y por la circunstancia de que la oración se
realizaba en este día de pie y no de rodillas, como Cristo por su resurrección resurrection, había levantado al hombre
caído de nuevo al cielo."—Torrey?s Neander, vol. 1, p. 295, ed. 1852.
Éste es un recuento preciso de la observancia primitiva del Domingo, como lo demostraremos aquí más tarde; y que tal
observancia fue solo una ordenanza humana, de la cual ninguna característica fue ordenada por los apóstoles, será muy
manifiesto a toda persona que intente encontrar algún precepto para cualquier particular de éste en el Nuevo Testamento.
b. El otro método para eliminar este testimonio de Neander es afirmar que:
—‘ÉL NO QUISO NEGAR QUE LOS APÓSTOLES ESTABLECIERON UNA ORDEN DIVINA PARA EL DOMINGO
COMO EL SABBAT CRISTIANO, SINO QUISO AFIRMAR QUE ¡ELLOS NO ESTABLECIERON UNA ORDEN DIVINA
PARA EL DOMINGO COMO FESTIVIDAD CATÓLICA’—
Aquellos que afirman esto deben saber que es falso. Neander niega expresamente tanto que los apóstoles hayan
constituido o reconocido el Domingo como un Sabbat, y presenta el Domingo como una mera festividad desde el
principio de su observancia, establecida solo por autoridad humana.
3
Ver capítulo 10 y 11, en los cuales el Nuevo Testamento ha sido cuidadosamente examinado en este punto.
4
Epístola de Bernabé, 13:9, 10; o como otros dividen la epístola, capítulo 15.
5
Hist Eccl. , cent. 1, part 2, cap. 2, sec. 21.
6
Comentarios Históricos, cent. 1, sec. 53.
7
Neander de Rose, pl. 407.
8
Nota adicionada a la Historia de Gurney, Autoridad y Uso del Sabbat, p. 86.
9
La Iglesia Antigua, pp. 367, 368.
10
Comentario sobre Hechos. P. 251
11
Historia de la Iglesia, cent. 1, cap. 15.
12
Ciclopedia de Literatura Bíblica, art. Día del Señor, Décima Ed., 1858.
13
Enciclopedia de Conocimiento Religioso, art., Epístola de Bernabé.
14
Hist., Eccl. , libro 3, cap. 25.
15
El Sabbat, o un Análisis de los Seis Textos del Nuevo Testamento comúnmente aducidos como prueba del Sabbat
Cristiano, p. 233.
16
Cristiandad Antigua, cap. 1, sec. 2.
17
Epístola de Bernabé, 9:8. En algunas ediciones es el cap. 10.
18
Cristiandad Antigua de Coleman, p. 35, 36.
19
Cristiandad Antigua Ejemplificada, cap. 26, sec. 2.
20
Diccionario Teológico de Buck, artículo, Cristianos.
21
Apología de Tertuliano, sec. 2.
22
Obligación del Sabbat obligation p. 300.
23
Comentarios Históricos, cent. 1, sec. 47.
24
I Peter 1:1. Ver el Comentario de Clarke, prefacio a las epístolas de Pedro.
25
Ignacio a los Magnesios, 3:3-5; o como otros dividen la epístola, cap. 9.
26
Iglesia Antigua, pp. 413, 414.
27
Id., p. 427.
28
Vida Futura, p. 290.
29
Análisis de los Seis Textos. P. 237.
30
Investigaciones Eclesiásticas, cap. 6, pp. 50, 51, ed. 1792.
31
Ignacio a los Magnesios, sec. 9.
32
Ciclopedia de Literatura Bíblica, artículo Día del Señor.
33
Diálogos sobre el día del Señor, pp. 206, 207.
34
Un escritor del primer día, autor de la "Historia, Autoridad, y Uso del Sabbat."
35
Análisis de los Seis Textos, pp. 250, 251.
36
Para una declaración completa del caso de Ignacio, ver “Testimonio de los Padres,” pp. 26-30. La cita de
Ignacio analizada en este capítulo se presenta ahí, de acuerdo a la conexión, para relacionar, no a los Cristianos del
Nuevo Testamento, sino a los antiguos profetas.

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 16: O RI G EN DE L A O BSER VA NCI A DEL DO MI NG O

El Domingo una festividad pagana desde la lejana antigüedad


Origen del nombre-Razones que indujeron a los líderes de la iglesia a adoptar
esta festividad
Era el día observado por los gentiles en los primeros siglos de la era Cristiana
Tomar otro día habría sido extraordinariamente inconveniente
Ellos esperaban facilitar la conversión conversión de los Gentiles al mantener el
mismo día que estos guardaban
Tres festividades semanales voluntarias en la iglesia en memoria del Redentor
El Domingo rápidamente fue elevado por encima de las otras dos festividades
Justino Mártir
La observancia del Domingo encontrada por primera vez en la iglesia de Roma
Ireneo
El primer acto de usurpación Papal a favor del Domingo
Tertuliano
El más antiguo rastro de abstinencia abstinence de trabajo durante el Domingo
Declaración general de los hechos
La iglesia Romana dirigió su primer gran ataque en contra del Sabbat Sabbath al
convertirlo en un ayuno.

e mayor antigüedad que la religión Cristiana es la festividad del Domingo, su origen se pierde en la remota antigüedad.
No se originó, sin embargo, de ninguna orden divina, ni por fidelidad hacia Dios; por el contrario, fue un día santo del
D mundo pagano en honor de su principal dios, el sol. Es a partir de este hecho que el primer día de la semana obtiene el
nombre de Domingo, (Sunday), un nombre por el cual es conocido en muchos idiomas. Webster diccionario define así la
palabra:--
“El Domingo; llamado así pues este día antiguamente fue dedicado al sol o a su adoración. El primer día de la semana; el
Sabbat Cristiano; un día consagrado al descanso de trabajos seculares, y a la adoración religiosa; el día del Señor.”
Y Worchester, en su diccionario avanzado, utiliza el mismo lenguaje:--
“El Domingo; llamado así por su antigua dedicación al sol o a su adoración. El primer día de la semana; el Sabbat
Cristiano, consagrado al descanso de labor y a la adoración religiosa; el día del Señor.”
Estos lexicógrafos llaman al Domingo el Sabbat Cristiano, etc., porque en la literatura teológica general de nuestro idioma
así se ha designado, aun cuando en la Biblia nunca se asígna ese término. Los lexicógrafos no se dan a la tarea de
descifrar cuestiones teológicas, sino simplemente definen términos como son usados en un leguaje en particular. Aun
cuando todos los demás días de la semana tiene nombres paganos, el Domingo era una destacada festividad pagana en
los días de la iglesia primitiva. El North British Review, en un intento para justificar la observancia del Domingo en el
mundo Cristiano, estila ese día, “EL FESTIVAL SOLAR MUNDÍAL DE TODOS LOS TIEMPOS PAGANOS [ej., festival en
honor del sol].”1
Verstegan dice:--
“Los más antiguos Alemanes siendo paganos, y habiéndose apropiado del primer día de la semana para la adoración
peculiar del sol, de donde ese día mantiene en nuestro idioma Inglés el nombre de (Sunday) Domingo, y se apropiaron el
siguiente día, para la adoración especial de la luna, de donde retiene su nombre de Monday (Lunes) con nosotros; ellos
ordenaron el siguiente día a estos planetas celestiales a la adoración particular de su gran dios, Tuisco, de donde retiene
su nombre en nuestro idioma el Tuesday (martes).” 2
El mismo autor habla así concerniente a los ídolos de nuestros ancestros Sajones:--
“De estos (ídolos), aunque ellos tenían muchos, sin embargo se apropiaron de siete de entre el resto especialmente para
los siete días de la semana…. Al día dedicado a la adoración especial de su ídolo el sol, dieron el nombre de Sunday-
Domingo, como decir el día del sol. Este ídolo fue colocado en un templo, y allí fue adorado y ofrecido sacrificios, pues
ellos creían que el sol había creado el firmamento o correspondía y cooperaba con este ídolo.” 3
Jennings considera esta adoración al sol más antigua que la liberación de Israel de Egipto. Pues al hablar del tiempo de
la liberación de Israel de Egipto, dice de los Gentiles:
“Las naciones idolatras quienes, en honor a su dios principal, el sol, iniciaban su día a su salida.” 4
Él los describe guardando el Domingo en honor al mismo objeto de adoración:--
“El día que los paganos en general consagran a la adoración y honor de su principal dios, el sol, que de acuerdo a
nuestro conocimiento, era el primer día de la semana.” 5
El North British Review defiende así la introducción de esta Antigua festividad pagana en la iglesia Cristiana:--
“Precisamente ese día era el Domingo de sus vecinos paganos y conciudadanos: y el patriotismo aunado a la presteza de
convertirlo en su día del Señor y su Sabbat. . . Si la autoridad de la iglesia debe ser ignorada en general por los
Protestantes, no hay problema, pues la oportunidad y presteza son argumentos suficientes para tan ceremonioso cambio
de un mero día de la semana por la observancia del resto y santa convocación del Sabbat Judío. De hecho, esa iglesia
primitiva, fue acallada ante la adopción del Domingo, hasta que quedó establecido y supremo, entonces era demasíado
tarde para hacer otra alteración; y no fue irreverente ni desagradable adoptarlo. En tanto que el primer día de la semana
era su propio día alto a cualquier costo; de manera que su complacencia y civilidad fueron gratificadas por la doble
santidad de su silenciosa festividad.” 6
Parecería que algo mucho más poderoso que el “patriotismo” y la “presteza” fueran los requisitos para convertir esta
festividad pagana en el Sabbat Cristiano, o ni siquiera para justificar su introducción a la iglesia Cristiana. El resto del
capítulo estará dedicado a una declaración posterior de las razones que urgieron su introducción, y una breve nota de los
primeros pasos para convertirlo en una institución Cristiana. Chafie, un ministro de la Iglesia Anglicana, en 1652, publicó
un trabajo para justificar la observancia del primer día titulado, “El Sabbat del Séptimo día.” Después de demostrar la
observancia general del Domingo por el mundo pagano durante los primeros tiempos de la iglesia, Chafie establece las
razones que prohibieron a los Cristianos guardar cualquier otro día:--

Chafie establece las razones que prohibieron a los Cristianos guardar cualquier otro día:--
1. Por el desprecio, burla y escarnio del que eran objeto, entre todos los Gentiles con
los que vivían…. Qué tan severas eran las burlas y reproches en contra de los probres
Cristianos que vivían con ellos y bajo su mando…. Ante el establecimiento de su nuevo día
sagrado, que si los Cristianos hubiesen escogido cualquier otro día que el Domingo….
2. La mayoría de los Cristianos entonces eran o sus sirvientes de la más pobre clase de
personas; y los Gentiles, seguramente, no darían a sus sirvientes libertad para dejar de
trabajar otro día permanentemente, exceptó en su Domingo….
3. Pues si hubieran propuesto tal cambio, habría sido trabajo en balde,…. Nunca
habrían podido lograrlo.” 7

Así se ve que en aquel tiempo cuando la iglesia primitiva empezó a apóstatar de Dios y a admitir en su seno ordenanzas
humanas, el mundo pagano—como lo había hecho por largo tiempo—generalmente observaba el primer día de la
semana en honor al sol. Muchos de los primeros Padres de la iglesia habían sido filósofos paganos.
Desafortunadamente, trajeron con ellos sus antiguas nociones y principios. En especial pensaron que si se unían a los
paganos en el día de celebración semanal facilitarían grandemente su conversión. Las razones que indujeron a la iglesia
a adoptar la festividad antigua de los paganos como algo presto, son establecidas por Morer:--
“No se puede negar que tomamos prestado el nombre de este día de los antiguos Griegos y Romanos, y permitimos a los
viejos Egipcios que adoraran el sol, y como memorial aun de su veneración, dedicaron este día a él. Y encontramos que
por la influencia de sus ejemplos, otras naciones, entre ellas los Judíos mismos, le rindieron homenaje; 8 sin embargo
estos abusos no detuvieron a los Padres de la iglesia Cristiana simplemente a anular, o radicalmente abolir el día o su
nombre, sino solo a santificar y mejorar ambos, así como también hicieron con los templos paganos contaminados con
servicios idolatras, y otras instancias en donde aquellos buenos hombres siempre estaban dispuestos a hacer cualquier
concesión más allá de lo que era evidentemente necesario, y en tales cosas sencillamente inconsistentes con la religión
Cristiana; de manera que el Domingo siendo el día en el cual los Gentiles adoraban solemnemente ese planeta, y lo
llamaban (Sunday-día del sol) Domingo, en parte por su influencia en ese día en especial, y en parte por respeto a su
cuerpo divino (como ellos lo concebían), los Cristianos estimaron adecuado guardar el mismo día y el mismo nombre,
para no parecer gruñones, y por ende entorpecer la conversión de los Gentiles, y traer mayor prejuicio que de otra forma
caería contra el evangelio the gospel.” 9
En el tiempo de Justino Mártir, el Domingo era una festividad semanal, celebrada ampliamente por los paganos en honor
a su dios el sol. Y de esa manera, al presentar al emperador de Roma pagano una “Apología” para sus hermanos, Justino
toma el cuidado de decirle tres veces que los Cristianos realizaban sus asambleas en este día de observancia
general.10 La iglesia Cristiana como institución idéntica en tiempo con la festividad semanal de los paganos, y Justino,
que menciona por primera vez este festival, había sido un filosofo pagano. Sesenta años más tarde, Tertuliano reconoce
que fue con conocimiento de la verdad truth que los hombres declararon al sol como el Dios de los Cristianos. Pero dice
que aunque ellos adoraban hacia el Este, como los paganos, y consagraban el Domingo a regocijarse, era por una razón
diferente al culto al sol. 11 Y en otra ocasión, al defender a sus hermanos de adorar el sol, el reconoce que estos hechos
—prayer oración al Este, y el Domingo día festivo—dieron a los hombres pie para pensar que el sol era el Dios de los
Cristianos. 12 Por lo tanto Tertuliano es un testigo del hecho que el Domingo era una festividad pagana cuando obtuvo
un lugar en la iglesia Cristiana, y que los Cristianos, como resultado de guardarlo, fueron burlados de ser adoradores del
sol. Es admirable que en sus respuestas nunca apoya su observancia en ningún precepto divino o ejemplo apostólico Su
punto principal fue que ellos tenían tanto derecho a hacerlo como lo paganos. Ciento veinte años después de Tertuliano,
Constantino, aun siendo pagano, presentó su famoso edicto a favor de la festividad pagana del sol, cuyo día pronunció
“venerable”. Y esta ley pagana provocó que el día fuera observado a lo largo del Imperio Romano, y firmemente
establecido tanto en la iglesia como en el Estado. Por tanto, es seguro que en el tiempo de su entrada a la iglesia
Cristiana, el Domingo fuera ya una festividad semanal antigua del mundo pagano.
Que esta festividad pagana cayó en el día de la resurrección resurrection de Cristo, sin duda poderosamente contribuyó
al “patriotismo” y “expedito” de transformarlo en el día del Señor, o Sabbat Cristiano. Pues con falsos motivos, como
razonablemente concluimos, las personas profesantes de Dios de tiempo atrás prestaban consideración a varios días, en
memoria de la historia del Redentor. Mosheim, cuyo testimonio a favor del Domingo ya fue presentado, dice del día de la
Crucifixión:--
“Es probable que el Viernes, día de la Crucifixión de Cristo, haya sido distinguido desde tiempos tempranos con honores
especiales sobre los otros días de la semana.” 13
Del siglo segundo él dice:--
“Muchos también observaban el cuarto día de la semana, en el cual Cristo fue traicionado; y el sexto, que fue el día de la
crucifixión.” 14
El Dr. Peter Heylyn dice de aquellos que escogen el Domingo:--
“Ya que nuestro Salvador resucitó ese día de entre los muertos, así ellos escogen el Viernes sobre otro, por razón de la
pasíón de nuestro Salvador; y el Miércoles en el cual fue traicionado; El Sábado, o antiguo Sabbat, siendo retenido en
las iglesias del Este.” 15
Comparando la santidad de estas tres festividades voluntarias, el mismo autor dice:--
“Si consideramos ya sea la predilección del mundo, la misnistración de los sacramentos, o las oraciones públicas, el
Domingo en las iglesias de Este no tuvo mayor prerrogativa que los otros días, especialmente sobre el Miércoles y
Viernes, a reserva de que las reuniones eran más solemnes, y la asístencia de gente mayor que en otros días, como era
lo más probable.” 16
Y además de estas tres festividades semanales, había dos festivales anuales de gran santidad. Estas eran la Pascua y
Pentecostés Passover, Pentecost. Y es digna de especial mención que aunque la fiesta del Domingo puede ser rastreada
en la iglesia solo hasta Justino Mártir, 140 D.C., la Pascua puede ser rastreada a un hombre que reclama haberla recibido
de los apóstoles. (Ver capítulo trece.) Entre estas festividades, consideradas simplemente como memoriales voluntarios
del Redentor, el Domingo tenía muy poca preeminencia; pues está bien aclarado por Heylyn,-
“Tomen el que deseen, ya sea los Padres o los modernos, y no hallaremos ningún día del Señor instituido por ningún
mandato apostólico; ningún Sabbat establecido por ellos en el primer día de la semana.” 17
Domville da el siguiente testimonio, que merece ser recordado:--
“NINGÚN ESCRITOR ECLESIÁSTICO DE LOS PRIMEROS TRES SIGLOS ATRIBUYE EL ORIGEN DE LA
OBSERVANCIA DEL DOMINGO YA SEA A CRISTO O A SUS DISCÍPULOS.”18
“Patriotismo” y “expedito,” sin embargo, elevaron inmensurablemente por encima del resto, aquella de estas festividades
voluntarias que correspondía al “festival solar salvaje” del mundo pagano, convirtiendo ese día, por fin, en el “día del
Señor” de la iglesia Cristiana. El testimonio más temprano a favor de la observancia del primer día que
tiene algún reclamo de origen genuino es el de Justino Mártir en el 140 D.C. antes de su conversión, era un filósofo
pagano. El tiempo, lugar y ocasión de su primer Apología o Defensa de los Cristianos, dirigido al emperador Romano,
está establecido por un eminente historiador Católico Romano. Él dice que Justino Mártir—
“Se encontraba en Roma cuando inició la persecución persecution bajo el régimen de Antoninus Pius, sucesor de
Adriano, quien empezó a despuntar, cuando compuso una excelente apología a favor de los Cristianos.” 19
De los trabajos adscritos a Justino Mártir, Milner dice:--
“Como muchos de los antiguos Padres, se muestra a nosotros bajo la mayor desventaja. Los trabajos realmente suyos
están perdidos; y otros han sido adscritos a él, parte de los cuales no son suyos, y el resto, por lo menos, de autoridad
ambigua.”20
Si los escritos adscritos a él son genuinos, hay poca decencia en el uso de su nombre por los promotores del Sabbat del
primer día. Él enseñó la abrogación de la institución Sabática; y no hay ninguna sugerencia en sus palabras que la
festividad del Domingo que él menciona fuera solo de observancia voluntaria. Así se dirige al emperador Romano:--
“Y sobre el día llamado Domingo, todos los que viven en la ciudad o en el campo se reúnen en el mismo lugar, donde se
da lectura a los escritos de los apóstoles y profetas prophets tanto como el tiempo lo permita; cuando el lector termina, el
obispo da un sermón, en donde instruye a la gente, y los anima a practicar tales preciosos preceptos: para concluir su
discurso, todos nos ponemos de pie, y oramos; una vez terminadas las oraciones, como dije, hay pan y vino y agua
ofrecidos, y el obispo, como antes, ora y da gracias, con todo el fervor de que es capaz, y las personas concluyen
aclamando alegremente Amén. Entonces se distribuyen los elementos consagrados, entre todos los presentes, y se
manda a los ausentes por mano de los diáconos. Pero los ricos y dispuestos, pues todos tienen libertad, contribuyen
como lo consideren prudente; y esta colecta se deposita con el obispo, y de esto el reparte al huérfano y viuda, y a los
incapacitados por enfermedad o cualquier otra causa, y a los que están presos, y extranjeros que vienen de lejos; y en
una palabra, el es el guardián y aval de todos los indigentes. El Domingo todos nos reunimos, siendo el primer día en el
cual Dios se dispuso a trabajar en la oscuridad, con el fin de formar el mundo, y en el cual Jesús Cristo nuestro Salvador
resucitó de nuevo de los muertos; pues el día antes Sábado el fue crucificado, y el día después, que es Domingo, el
apareció a sus apóstoles y discípulos, y les enseñó lo que ahora propongo a su consideración.” 21
Este pasaje, si es autentico, presenta la más temprana referencia a la observancia del Domingo como una festividad
religiosa en la iglesia Cristiana. Debe recordarse que este lenguaje fue escrito en Roma, y dirigido directamente al
emperador. Demuestra, por lo tanto, lo que era la práctica de la iglesia en aquella ciudad y su vecindad, pero no
determina que tan extensa era esta observancia. Contiene prueba incidental de que la apostasía había progresado en
Roma, la institución de la cena del Señor siendo cambiada en parte ya a una ordenanza humana, siendo esencial el agua
para la cena del Señor como el vino o el pan. Y lo que es más peligroso, como pervirtiendo la institución de Cristo, los
elementos consagrados eran enviados a los ausentes,--un paso que rápidamente resultó en su convertirse en objetos de
veneración supersticiosa, y finalmente de adoración. Justino relata al emperador que Cristo lo ordenó; pero tal
declaración es una grave divergencia de la verdad del Nuevo Testamento.
Esta declaración como razón para la observancia del Domingo merece particular atención. El dice al emperador que ellos
se reunían el día llamado Domingo. Esto era equivalente a decirle, Nosotros observamos el día en el cual nuestros
conciudadanos ofrecen su adoración al sol. Su “patriotismo” y “expedito” se descubren a sí mismos en las palabras de
Justino, dirigidas a un emperador perseguidor de los Cristianos. Pero como si estuviera consciente de que la observancia
de una festividad pagana como el día de adoración Cristiana no era consistente con su profesión de adoradores del
Altísimo, Justino inventa razones en defensa de esta observancia. El no asígna ningún precepto divino ni ejemplo
apostólico para este festival; pues su referencia a lo que Cristo enseñó a sus discípulos, como aparece en la conexión,
era para el sistema general de la religión Cristiana, y no para la observancia del Domingo. Si pudiera decirse que Justino
pudo haber aprendido de la tradición lo que no se puede encontrar en el Nuevo Testamento relativo a la observancia del
Domingo, esto es que, el Domingo puede ser una festividad señalada divinamente, es respuesta suficiente:
Que esta súplica mostraría solo tradición a favor de la festividad del Domingo;
Que Justino Mártir es un guía muy inseguro, su testimonio relativo a la cena del Señor difiere de aquel del Nuevo
Testamento; y
Que the American Tract Society, en un trabajo publicado contra el Romanismo, da el siguiente testimonio relativo al punto
anterior:--
“Justino Mártir ciertamente parece inadecuado para ser tomado como autoridad. Es notorio que él supone un pilar erguido
en la isla de Tiber a Semo Sanchus, una antigua Deidad Sabina, ser un monumento erecto por los Romanos en honor del
impostor Simón Magus. Cuando escritor moderno comete un error tan grave hecho al relacionar un hecho histórico, su
exposición es inmediata, y de ahí en adelante su testimonio es sospechoso. Y seguramente la misma medida debe
aplicarse a Justino Mártir, quien deplorablemente erra al referirse a un hecho aludido por Livy, el historiador.” 22
Justino asígna las siguientes razones en apoyo a la observancia del Domingo:
“Que siendo el primer día en el cual Dios se dispuso a trabajar sobre la oscuridad vacía con el fin de hacer el mundo, y en
el cual Jesús Cristo nuestro Salvador resucitó de nuevo de los muertos.”
El Obispo Jeremy Taylor sabiamente responde a esto:--
“Las primeras de estas, parecen más una excusa que una razón justa; pues si algún punto de la creación fuese la
causa de un Sabbat, eso sería el final, y no el inicio; sería lo restante, y no la primera parte del trabajo; sería aquello
que Dios asignara, no aquello que el hombre dispusiera después de justificarse.” 23
Debe observarse, que el primer rastro del Domingo como festividad Cristiana se encuentra en la iglesia de Roma.
Inmediatamente después de este tiempo y en adelante, encontraremos “al obispo” de esa iglesia haciendo toda clase de
esfuerzos para anular el Sabbat del Señor, y elevar en su lugar la festividad del Domingo.
Es importante hacer notar el hecho de que Justino era un decidido oponente del antiguo Sabbat. En su “Díalogo con
Trypho el Judío,” se dirige a él así:
“Esta nueva ley te enseña a observar un Sabbat perpetuo; y tu cuando hayas pasado un día sin trabajo, piensas que has
depuesto las responsabilidades de la religión . . . si alguien es culpable de adulterio, que se arrepienta, entonces ha
guardado el verdadero y gozoso Sabbat del Señor . . . . Pues nosotros verdaderamente debemos observar esa
circuncisión que es en la carne, y el Sabbat, y todas las fiestas, si no conociéramos la razón por la que fueron impuestos
a ustedes, llámese, por la cuenta de sus iniquidades . . .. . . fue por sus iniquidades, y las iniquidades de sus padres, que
Dios mando que guardaran el Sabbat . . . . . Ustedes ven que los cielos no descansan, ni tampoco guardan el Sabbat.
Continúen como nacieron. Pues antes de Abraham no había necesidad para la circuncisión, ni para los Sabbats, ni las
fiestas, ni las ofrendas antes de Moisés; entonces ahora de manera similar no hay necesidad de ello, ya que Jesús Cristo,
el hijo de Dios, fue por el mandato de Dios, nacido de una virgen de la semilla de Abraham sin pecado.” 24
Este razonamiento de Justino no merece respuesta. Sin embargo, demuestra, la injusticia del Dr. Edwards, quien cita a
Justino Mártir como un testigo para el cambio del Sabbat; 25Mientras que Justino sostiene que Dios hizo el Sabbat a
cuenta de la maldad de los Judíos, y que Él lo abrogó por completo a consecuencia de la primera venida de Cristo, la
festividad del Domingo de los paganos siendo evidentemente adoptada por la iglesia en Roma a partir de los motivos de
‘expedito” y quizá de “patriotismo.” El testimonio de Justino, si fuera auténtico, es particularmente valioso en un sentido.
Este demuestra que, tan tarde como el año 140 D.C. el primer día de la semana, no había adquirido ningún título de
santidad; pues Justino menciona varias veces el día, tres veces como “el día llamado Domingo,” y dos veces como “el
octavo día,” y de otras formas también, pero nunca por ningún nombre sagrado. 26
El siguiente testigo importante a favor de la santidad del primer día es presentado por el Dr. Edwards”—
“Así Ireneo, obispo de Lyons, un discípulo de Policarpio, que había sido compañero de los apóstoles, en el 167 D.C. dice
que el día del Señor era el Sabbat Cristiano. Sus palabras son, ‘En el día del Señor cada uno de nosotros Cristianos
guarda el Sabbat, meditando en la ley, y regocijándonos en las obras de Dios.” 27
Este testimonio de gran valor para los escritores del primer día, y es común y prominentemente presentado en sus
publicaciones. Sir Wm. Domville, cuyo elaborado tratado sobre el Sabbat ha sido citado varias veces, establece el
siguiente hecho importante relativo a esta cita:--
“Yo he investigado cuidadosamente todas las obras existentes de Ireneo, y puedo con seguridad declarar que no existe
ningún pasaje así, o ninguno semejante, hay que se pueda encontrar. La edición que yo consulte fue la de Massuet
(Paris, 1710); pero para asegurarme más aun, he consultado las ediciones de Erasmo (Paris, 1563), y a Grabe (Oxford,
1702), y en ninguno encuentro el pasaje en cuestión.” 28
Es un hecho asombroso que aquellos que citan este como palabras de Ireneo, si dan alguna referencia, refieren a sus
lectores a la Teología de Dwight, en lugar de referirlos a las obras de Ireneo donde se encuentra. Fue el Dr. Dwight quien
por vez primera enriqueció el mundo teológico con esa cita invaluable. Entonces de donde obtuvo este testimonio, que
tantas veces ha sido concedido a Ireneo? A este respecto Domville dice:-
“El tuvo la desgracia de ser afligido con una enfermedad en sus ojos desde la temprana edad de los veintitrés, una
calamidad (dice el biógrafo) por la cual él estaba destituido de la capacidad de leer y estudiar . . . .El conocimiento que
obtuvo de libros después del periodo mencionado anteriormente [por lo cual el editor debe significar su edad de veintitrés]
fue casí exclusivamente de segunda mano, por la ayuda de otros.” 29
Domville declara otro hecho que nos da el origen incuestionable de esta cita:--
“Pero a pesar de no ser hallado en Ireneo, hay en los escritos adscritos a otro Padre, siendo, en las interpoladas epístolas
de Ignacio a los Magnesios, y en uno de sus interpolados pasajes, expresiones tan claras que parecen aquellas citadas
por Dr. Dwights como para no dejar duda de la fuente de la cual provienen.” 30
Entonces, ¡tal es el final de los famosos testimonios de Ireneo, quien lo obtuvo de Policarpo, quien lo obtuvo de los
apóstoles! Fue provisto por un hombre cuyos ojos se encontraban incapacitados; quien a consecuencia de esta
enfermedad, toma de segundas manos un pasaje interpolado de una epístola falsamente adscrita a Ignacio, y la pública
al mundo como un testimonio auténtico de Ireneo. Pérdida de la visión, como caritativamente lo creeríamos, dirigió la Dr.
Dwight a un serio error que ha cometido; pero por la publicación de este espurio testimonio, que parecía provenir de una
línea directa de los apóstoles, el ha sentenciado a multitudes como incapaces de leer correctamente el cuarto
mandamiento fourth commandment, que como él, por la pérdida de la visión natural, se encontraba incapacitado de leer a
Ireneo por sí mismo. Este impresionante caos ilustra la tradición como una guía religiosa; es el ciego guiando a otro ciego
hasta que ambos caen en el pozo.
Ni tampoco es esto todo lo que se debería de decir en el caso de Ireneo. ¡En todos sus escritos no hay una instancia en
la cual llame Domingo al Día del Señor! ¡Y lo que también es muy asombroso, no hay frase en existencia escrita por él,
en la cual ni siquiera mencione el primer día de la semana! 31 Sin embargo, a partir de varias declaraciones de escritores
antiguos, que él si mencionó el día, aun cuando ninguna de sus frases en las cuales lo menciona se conserva al
presente. El sostenía que el Sabbat era una institución típica, que señalaba los siete mil años como el gran día de reposo
de la iglesia; 32 el decía que Abraham “no tenia observancia de Sabbats:” 33 y sin embargo el sitúa el origen del Sabbat
correspondiendo a la santificación del séptimo día. 34 Pero expresamente afirma la perpetuidad y autoridad de los diez
mandamientos, declarando que son idénticos con la ley de la natura implantado desde el principio en la humanidad, para
que permanentemente estén con nosotros, y que si alguno no los guarda, no tiene salvación salvation..” 35

Es un hecho sobresaliente que la primera instancia registrada en la cual el obispo de Roma intentó gobernar la iglesia
Cristiana fue a través de UN EDICTO A FAVOR DEL DOMINGO. Había sido costumbre de todas las iglesias celebrar la
Pascua, pero con esta diferencia: que mientras las iglesias de Oriente guardaban el catorceavo día del primer mes, sin
importar que día de la semana fuera, las iglesias de Occidente lo guardaban el Domingo siguiente a ese día, o de otra
forma, el Domingo siguiente al Viernes Santo. Víctor, obispo de Roma en el año 196, 36 se propuso imponer la costumbre
Romana sobre todas las iglesias; esto es, requerir que guardaran la Pascua en Domingo. “Este atrevido intento,” dice
Bower, “Lo podemos llamar la primera instancia de usurpación papal.” 37 Dowling lo cataloga como “el caso más
temprano de inclusión Romanoide.” 38
Las iglesias de Asía Menor informaron a Víctor que ellos no podían acatar su mandato señoril. Entonces, dice Bower,--
“Al recibir esta carta, Víctor, dando rienda suelta a una impotente y ingobernable ira, publicó
amargos ataques en contra de todas las iglesias de Asía, declarándolas fuera de su comunión;
envió cartas de excomunión a sus obispos respectivos; y, al mismo tiempo, con el fin de
separarlas de la comunión de toda la iglesia, escribió a los otros obispos, exhortándolos a seguir
su ejemplo, cortando toda comunicación con sus hermanos refractarios de Asía.” 39

El historiador informa que “ni uno siguió su ejemplo o consejo; ni uno puso atención a ninguna de sus cartas, o mostró la
menor inclinación a secundarlo en tan irritable y cruel intento.” Prosigue diciendo:--
“Siendo Víctor ignorado en su intento, su sucesor puso cuidado en no revivir la controversia; de manera que los Asíáticos
pacíficamente siguieron sus antiguas prácticas hasta el concilio de Nicea, que, para complacer a Constantino el Grande,
ordenó la solemnidad de la Pascua Easter a ser observada por todos el mismo día, según la costumbre de Roma.” 40
La victoria para el Domingo no se obtuvo en este jaloneo, como testifica Heylyn,--
“Hasta el gran concilio de Nicea [325 D.C.], respaldado por la autoridad de tan gran emperador [Constantino], lo
estableció mejor que antes; nadie se opuso a la resolución de tan famoso sínodo, exceptuando algunos cismáticos aquí y
alla.” 41

Bajo la poderosa influencia de Constantino el concilio de Nicea fue inducido a


decidir esta cuestión a favor del obispo Romano, esto es, a fijar la Pascua el
Domingo, proponiendo la siguiente importante razón para tal medida :--
“Tengamos, nada en común con las masas más hostiles de Judios.” 42
Esta frase es notable. Una determinación a no tener nada en común con los Judíos, tenía mucho que ver con la
supresión del Sabbat en la iglesia Cristiana. Aquellos que rechazaban el Sabbat del Señor, y escogieron en su lugar la
festividad más popular y conveniente de los paganos el Domingo, estaban tan obsesionados con la idea de no tener nada
en común con los Judíos, que nunca cuestionaron la legalidad de una festividad en común con los paganos.
Esta festividad no era semanal, sino anual; pero su remoción del catorceavo día del primer mes al Domingo siguiente al
Viernes santo fue el primer intento de legislación en honor al Domingo como festividad Cristiana; y, como Heylyn
extraordinariamente lo expresa, “El día del Señor fue cosa pequeña para obtener la victoria.” 43 Durante un breve periodo
después del concilio de Nicea, por las leyes de Teodosio, la pena capital era infringida sobre aquellos que celebraran la
fiesta de la Pascua en cualquier otro día que no fuera Domingo. 44 Los Bretones de Gales fueron capaces de mantener su
postura en contra de este favorecido proyecto de la iglesia Romana, tanto como el siglo dieciséis
quienes “obstinadamente resistieron los mandatos imperiosos de los pontífices Romanos.” 45
Cuatro años después del inicio de la lucha antes mencionada, llega el testimonio de Tertuliano, el más antiguo de los
Padres Latinos, quien escribió en el año 200 D.C., nos dice el Dr. Clarke que los Padres “estaban enfurecidos.’ Tertuliano
es un ejemplo justo de esto. Él sitúa el origen del Sabbat en la Creación, pero en otros sitios dice que los patriarcas no lo
guardaban. Él dice que Josué quebrantó el Sabbat en Jericó, y después muestra que no lo quebranto. Dice que Cristo
quebranto el Sabbat, y en otro lugar prueba lo contrario. Él presenta el octavo día como más honorable que el séptimo, y
en otros lugares declara lo opuesto. Él establece que la ley está abolida, y en otro lugar enseña su perpetuidad y
autoridad. Él declara que el Sabbat fue abrogado por Cristo, y después afirma que “Cristo de ninguna manera rescindió el
Sabbat,” sino impartió “una santidad adicional” al “Día Sabbat mismo, que desde el principio había sido consagrado por la
bendición del Padre.” Y prosigue a decir que Cristo “dio a este día protectores divinos,-- un acto que su adversario había
perseguido para otros días, con el fin de evitar honrar el Sabbat del Creador.”
Esta última declaración es asombrosa. El Salvador dio protectores adicionales al Sabbat del Creador. Pero “su
adversario” habría hecho esto para otros días. ¡Ahora está claro, primero, que Tertuliano no creía que Cristo santificó
alguno otro para tomar el lugar del Sabbat; y segundo, que él creía que la consagración de otro día era la obra del
adversario de Dios! Cuando escribió estas palabras, ciertamente no creía en la santificación del Domingo hecha por
Cristo. Pero Tertuliano y sus hermanos se encontraron a sí mismos guardando como festividad aquel día señalado para
la adoración al sol, y en consecuencia, fueron ridiculizados por ser adoradores del sol. Tertuliano niega el cargo, aunque
reconoce que tenía cierta apariencia de verdad. Él dice:--
“De nuevo, otros con mas información y mayor realismo, creen que el sol es nuestro Dios. Seremos contados como
Persas, quizás, aunque no adoramos la órbita del día pintada sobre un trozo de lino colocándolo en todas partes en su
propio disco. La idea, sin duda, fue originada en nuestra posición al Este durante la oración. Pero ustedes, muchos de
ustedes, también, bajo pretexto de adorar los cuerpos celestes, mueven sus labios en dirección de la salida del sol. De la
misma forma, si nosotros dedicamos el Domingo a regocijarnos, muy diferente a adorar el sol, tenemos alguna
semejanza a aquellos de ustedes que dedican el día de Saturno al caso y lujos, aun cuando ellos también, van lejos de
las formas Judías, de las cuales son ignorantes.” 46
Tertuliano no propone una orden divina o ejemplo apostólico de esta práctica. De hecho, el no da razón alguna para esta
práctica, aunque sugiere que tuvo una que ofrecer. Pero cree necesario en otra obra repeler este mismo cargo de
adorador al sol, por la observancia del Domingo. En su segunda respuesta a este cargo el declara su defensa en forma
diferente, y aquí encontramos su mejor razón:--
“Otros, con mas consideración a los buenos modales, debe ser confesado, suponen que el sol es el Dios de los
Cristianos, pues es un hecho bien conocido que oramos hacia el Este, o porque hacemos el Domingo un día festivo.
¿Entonces qué? ¿Hacen ustedes menos que ésto? ¿Qué no muchos entre ustedes, con el gusto en ocasíones por adorar
los cuerpos celestes, mueven sus labios en dirección a la salida del sol? Son ustedes, de cualquier forma, quienes han
admitido al sol en el calendario semanal; y ustedes han seleccionado su día [Sunday-Domingo] prefiriéndolo al día
precedente, como el más aceptable en la semana ya sea para abstinencia total del baño, o posponiéndolo hasta la
noche, o para tomar descanso, y para tener banquetes. Al escoger estas costumbres, ustedes deliberadamente se
desvían de sus propios ritos religiosos hacia aquellos de extraños.” 47
El origen de la observancia del primer día ha sido sujeto de cuestionamiento en este capítulo. Hemos encontrado que el
Domingo desde la remota antigüedad era una festividad pagana en honor del sol, y que en los primeros siglos de la era
Cristiana esta festividad antigua era en general una veneración del mundo pagano. Hemos aprendido que el patriotismo y
expedito, y un ligera consideración por la conversión del mundo Gentil, provocó a los líderes de la iglesia a adoptar como
su festividad religiosa el día observado por los paganos, y retener el mismo nombre que los paganos le dieron.
Tertuliano, en este discurso, se dirige a las naciones aun en idolatría. En algunas de estas, el Domingo era una festividad
antigua; en otras era comparativamente reciente. Pero algunos de estos paganos reprochaban a los Cristianos del
Domingo de ser adoradores del sol. Y ahora observen la respuesta. Él no dice, “Nosotros Cristianos tenemos el
mandamiento de celebrar el primer día de la semana en honor de la resurrección de Cristo.” Su respuesta es sin duda la
mejor que podía respaldar. Es una mera retorica, y consiste en afirmar, primero, que los Cristianos no habían hecho más
que sus acusadores paganos; y segundo, que ¡ellos tenían tanto derecho a hacer del Domingo un día de fiesta como los
paganos!

encuentra en la iglesia de Roma alrededor del año 140 D.C.

de labor en ese día, se encuentran en los escritos de Tertuliano a fines del siglo segundo.
El origen de la festividad del Domingo se encuentra ante el lector; los pasos por medio de los cuales ha ascendido al
poder supremo serán señalados en su orden y lugar propios.
Un punto de profundo interés para concluir este capítulo.
El primer gran esfuerzo hecho para degradar el Sabbat fue un hecho de la iglesia de Roma al convertirlo en ayuno,
mientras que el Domingo fue hecho un festival alegre. Mientras que las iglesias de Oriente retuvieron el Sabbat, una
porción de las iglesias de Occidente, junto a la iglesia de Roma como cabeza, lo convirtieron en ayuno. Como una
fracción de las iglesias de Occidente rehusaron acceder a esta ordenanza, se desarrollo una larga lucha, cuyo resultado
declara así Heylyn:--
“En esta división se mantuvieron por largo tiempo, hasta que finalmente la iglesia Romana ganó la causa, el Sábado se
convirtió en ayuno a lo largo de todo el mundo Occidental. Yo digo el mundo Occidental, y solo eso, pues las iglesias de
Oriente se encontraban lejos de alterar sus costumbres antiguas; tanto que en el sexto concilio de Constantinopla en 692
D.C. ellos reprendieron a aquellos de Roma por imponer castigos dolorosos de censura sobre aquellos que no ayunaban
ese día” forbear. 48
Wm. James, en un sermón ante la Universidad de Oxford cita el momento en que se originó este ayuno:--
“La iglesia del Occidente empezó a ayunar el Sábado al inicio del siglo tercero.” 49
Así vemos como esta lucha inicio con el siglo tercero, esto es, inmediatamente después del año 200 D.C.. Neander
comenta el motivo de la iglesia Romana:--
“En las iglesias de Occidente, particularmente la Romana, donde la oposición al Judaísmo tenía una tendencia
prevalente, esta misma oposición produjo la costumbre de celebrar el Sábado particularmente como día de ayuno.” 50
Por Judaísmo, Neander entendía la observancia del Sabbat del séptimo día. El Dr. Charles Hase, de Alemania, establece
el propósito de la iglesia Romana explícitamente:--
“La iglesia Romana consideraba el Sábado como día de ayuno en oposición directa a aquellos que lo consideraban un
Sabbat. El Domingo permaneció como fiesta alegre en la cual todo ayuno y negocio mundano se evitaba en lo posible,
pero el mandamiento original del Decálogo respecto del Sabbat no fue aplicado entonces a ese día.” 51
Lord King testifica este hecho de la siguiente manera:--
“Algunas de las iglesias de Occidente, para no parecer Judaizantes, ayunaban el Sábado, como escribe Victorinus
Petavionensis: Nosotros acostumbrábamos ayunar el séptimo día y entonces es nuestra costumbre ayunar, para no
parecer, como los Judíos, que guardan el Sabbat.” 52

ENTONCES EL SABBAT DEL SEÑOR FUE CONVERTIDO EN AYUNO, CON EL FIN DE MOSTRARLO DETESTABLE
ANTE LOS HOMBRES. TAL FUE EL PRIMER GRAN ESFUERZO DE LA IGLESIA ROMANA HACIA LA SUPRESIÓN
DEL ANTIGUO SABBAT DE LA BIBLIA.

Notas finales:
1
Vol. 18, p. 409.
2
Antigüedades de Verstegans, p. 10, Londres, 1628.
3
Antigüedades, p. 68.
4
Antigüedades Judías, libro 3, cap. 1. Ver también McClintock and Strong?s Cyclopedia, 4, 472, art., Idolatría: Dr. A.
Clarke y Dr. Gill sobre Job 31:26; Webster bajo la palabra Sabatismo, y Worchester bajo Sabian.
5
Id., libro 3, cap. 3.
6
Vol. 18, p. 409.
7
Pp. 61, 62.
8
II Kings 23:5; II de Reyes 23.5; Jeremías 43:23, margen.
9
Diálogos sobre el día del Señor, pp. 22, 23.
10
Apología, cap. 67; Testimonio de los Padres, pp. 34, 35.
11
Apología, sec. 16; Testimonio de los Padres, pp. 64, 65.
12
Ad Nationes, libro 1, cap. 13; Testimonio de los Padres, p. 70.
13
Hist. Eccl. , cent. 1, part 2, cap. 4, nota ++ a sec. 4.
14
Hist. Eccl.., cent. 2, part 2, cap. 1 sec 12.
15
Historia del Sabbat, part 2, cap. 1, sec. 12.
16
Id., part 2, cap. 3, sec. 4.
17
Hist. del Sabbath, part 2, cap. 1, sec. 10.
18
Análisis de los Seis Textos, Suplemento, pp. 6, 7.
19
Hist Eccl Du Pin?s..,, vol 1, p. 50.
20
Hist. de la Iglesia, cent. 2, cap. 3.
21
Justino Mártir Primera Apología, traducida por Wm. Reeves, p. 127, secs. 87, 88, 89.
22
El Espíritu de Papismo, pp. 44, 45.
23
Ductor Dubitantium, part 1, libro 2, cap. 2, regla 6, sec 45.
24
Traducción de Brown, pp. 43, 44, 52, 59, 63, 64.
25
Manual Sabbat p. 121.
26
Díalogo con Trypho, p. 65.
27
Manual Sabbat, p. 114.
28
Análisis de los Seis Textos, pp. 131, 132.
29
Id., p. 128.
30
Id., p. 130.
31
Ver su declaración completa en el Testimonio de los Padres, pp. 44-52.
32
Contra las Herejías, libro 4, cap. 16, sec. 1,2; libro 5, cap. 28, sec. 3.
33
Id., libro 4, cap. 16, secs. 1, 2.
34
Id., libero 5, cap. 33, sec. 2.
35
Contra Herejías, libro 4, cap. 15, sec. 1; cap. 13, sec.4.
36
Historia de los Papas de Bower, vol. 1, pp. 18, 19; rosa de Neander, pp. 188-190; Historia del Romanismo de Dowling,
libro 1, cap. 2, sec. 9.
37
Historia de los Papas, vol. 1, p. 18.
38
Historia del Romanismo, encabezado de pagina 32.
39
Historia de los Papas, vol. 1, p. 18.
40
Id., pp. 18, 19; Hist. Eccl., de Gieseler., vol 1, p. 57.
41
Historia del Sabbat, part 2, cap. 2, sec. 4, 5.
42
Perspectiva Historia del Concilio de Nicea de Boyle, p. 52, ed. 1842.
43
Hist. de Sab., part 2, cap. 2, sec. 5.
44
Destrucción y caída del Imperio Romano, cap. 27.
45
Id., cap. 38.
46
Apología de Tertuliano, sec. 16.
47
Ad Nationes de Tertuliano, libro 1, cap. 13.
48
Historia del Sabbat, part 2, cap. 2, sec. 3.
49
sermons Sermones sobre los Sacramentos y el Sabbat, p. 166.
50
Neander, p. 186.
51
Antigua Historia de la Iglesia, part 1, div. 2, A. D. 100-312, sec. 69.
52
Investigación de la Constitución de la Iglesia Primitiva, part 2, cap. 7, sec. 11. Ver también Schaff?s "Historia de la
Iglesia Cristiana," vol. 1, p. 373.

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 19: EL SABB AT Y EL PRI M E R DI A

Contraste del origen del Sabbat Sabbath y del festival del sol
Entrada de ese festival en la iglesia
Los modernos con los antiguos
El Sabbat observado por los primeros Cristianos
Testimonio de Morer
Acerca de Twisse
De Giesler
De Mosheim
De Coleman
Del Obispo Taylor
El Sabbat pierde terreno frente al Domingo festivo
Varios cuerpos de Sabbatistas decididos
Testimonio de Brerewood
Ley del Domingo de Constantino
El Domingo un día de trabajo en la iglesia primitiva
El Edicto de Constantino una ley pagana, y él mismo en ese momento un pagano
El Obispo de Roma autoritariamente confiere el nombre de día del Señor al Domingo
Heylyn narra los pasos por los que el Domingo se elevó al poder
Un cambio marcado en la historia de esa institución
El paganismo introducido en la iglesia
El Sabbat debilitado por la influencia de Constantino
Hechos asombrosos referentes a Eusebio
El Sabbat recupera fuerza de nuevo
El concilio de Laodicea pronuncia una maldición sobre los que guarden el Sabbat
El marcado progreso de la apostasía
Autoridad de los concilios de la iglesia
Crisóstomo
Jerónimo
Agustino
Edictos del Domingo
Testimonio de Sócrates relativo al Sabbat alrededor de la mitad del siglo quinto
De Sozomen
Supresiones del Sabbat al finalizar el siglo quinto.

A
hora tenemos frente a nosotros distintivamente el origen del Sabbat y del Domingo festivo. En el principio, cuando Dios
hizo el mundo, el dio al hombre el Sabbat para que no se olvidara del Creador de todas las cosas. Cuando el hombre
apostató de Dios, Satanás Satan los voltió a adorar al sol, y para sellar el memorial de su veneración a esta luminaria, los
provocó a dedicar en su honor el primer día de la semana first day of the week. Cuando los elementos de la apostasía
habían madurado lo suficiente en la iglesia Cristiana, este antiguo festival encabezaba como rival del Sabbat del Señor.
Ya vimos la forma en cómo obtuvo un cimiento en la iglesia Cristiana, así como muchos de los hechos importantes en la
lucha entre estos dos rivales. En los capítulos anteriores, presentamos las declaraciones de los escritores Cristianos más
antiguos respecto al Sabbat y el primer día en la iglesia primitiva. Ahora vamos a trazar la historia de estos dos días
durante los primeros cinco siglos de la era Cristiana. Presentaremos declaración de los historiadores de la iglesia
moderna, cubriendo el mismo terreno con los primeros Padres, y también citaremos, en continuación a los antiguos
escritores, los testimonios de los primeros historiadores de la iglesia. Así el lector puede descubrir en que porcentaje
están de acuerdo los antiguos y modernos. Respecto de la observancia del Sabbat en la iglesia primitiva, Morer dice lo
siguiente:--

“Los Cristianos primitivos tenían una gran veneración por el Sabbat, y pasaban el día en devoción y sermones sermons.
Y no debe dudarse que ellos tomaban esta práctica de los apóstoles mismos, como aparece en varias escrituras al
respecto; quienes guardando ese día y el primero de la semana, dieron ocasión a los años sucesivos a universales, y
convertirlo en un festival, aunque no había la misma razón para continuar la costumbre como la había habido para
iniciar.” 1
Un erudito escritor Ingles del primer día del siglo diecisiete, William Twisse, D.D., establece la historia primitiva de estos
dos días:--
“Sin embargo, por aproximadamente cien años se observaron religiosamente no solo el día del Señor, pero también el
séptimo día, en la iglesia primitiva, y no solo por Ebion y Cerinthus, pero por Cristianos piadosos también, como escribió
Baronius y Gomarus confeso, y Rivet igual que estaban ligados en conciencia por el evangelio, para dar al servicio a Dios
una mejor proporción de tiempo que los Judíos dieron bajo la ley, y no peor.” 2
El erudito Gieseler testifica que el Sabbat no estaba confinado a los Judíos convertidos:--
“Mientras que los Judíos Cristianos de Palestina retuvieron la ley Mosaica completa, y en consecuencia las festividades
Judías, los Gentiles Cristianos observaron también el Sabbat y la Pascua 3Passover, en referencia a las últimas escenas
de la vida de Jesús, pero sin la superstición Judía. Además, de estas, el Domingo, como el día de la
resurrección resurrection de Cristo, fue dedicado a los servicios religiosos.” 4
La declaración de Mosheim puede contradecir la de Giesler. Él dice:--
“El séptimo día de la semana también fue observado como festivo, no por los Cristianos en general, pero solo por
aquellas iglesias compuestas principalmente por Judíos convertidos, y otros Cristianos no censuraban esta costumbre
como criminal o ilícita.” 5
Observaremos que Mosheim no niega que los Judíos convertidos observaban el Sabbat. Él niega que los Gentiles
Cristianos hicieran esto. La prueba de esto descansa como él dice:--
“Las iglesias de Bitinia, y las que habla Plinio, en su carta a Trajan, solo tenían un día de celebración para la adoración
pública; y ese sin duda era el primer día de la semana, o lo que ellos llamaban el día del Señor.” 6
La propuesta que debe probarse es esta: Los Gentiles Cristianos no guardaban el Sabbat. La prueba se encuentra en el
siguiente hecho: Las iglesias de Bitinia se reunían un día para la celebración de la adoración divina. Por lo tanto, vemos
que la conclusión es injustificada, y completamente ilegitima por el testimonio. 7 Pero esta instancia muestra la destreza
de Mosheim para extraer inferencias, y presentarnos perspectivas a la clase de evidencia que apoya algunas de estas
declaraciones a favor del Domingo. ¿Quién puede decir que este “día establecido” no era el mismo día ordenado por el
cuarto mandamiento?
Coleman habla así del Sabbat y el primer día en tiempos primitivos de la iglesia:--
“El último día de la semana se guardó sigilosamente en conjunción con el primer día por mucho después de la
destrucción del templo y su adoración. Aun hasta el siglo quinto la observancia del Sabbat Judío continuaba en la iglesia
Cristiana, pero con un rigor y solemnidad gradualmente decrecientes hasta ser totalmente descontinuado.” 8
Este es un reconocimiento muy explícito de que el Sabbat Bíblico fue observado por mucho tiempo por el cuerpo de la
iglesia Cristiana. Coleman es un escritor del primer día, y por lo tanto no presentaría una declaración sólida a favor del
séptimo día. Él es un escritor moderno, pero nosotros hemos comprobado que su declaración es veras. Es verdad
queColeman también habla del primer día de la semana, sin embargo su lenguaje subsecuente muestra que transcurrió
mucho tiempo hasta que éste se convirtiera en un día sagrado. Así lo expresa:--
“Durante los primeros tiempos de la iglesia, nunca fue titulado ‘el Sabbat,’ esta palabra estaba confinada al
séptimo día de la semana, el Sabbat Judío, el cual, como hemos dicho, continuó observándose por varios siglos
por los Cristianos convertidos.” 9
Este hecho se aclara aun más por el siguiente lenguaje, en el cual este historiador admite que el Domingo solo era una
ordenanza humana:--
“No parece haber ninguna ley o precepto dado por Cristo o los apóstoles, tanto para la abrogación del Sabbat
Judío, o la institución del día del Señor, o la substitución del primero por el día séptimo de la semana.”
Coleman parece no reconocer que al hacer esta declaración verdadera reconoce directamente que el antiguo Sabbat
está aun en total vigencia como institución divina, y que la observancia del primer día solo queda autorizada por
tradiciones de hombres. En seguida el relata la forma en cómo este Domingo festivo, que había sido alimentado en el
seno de la iglesia, usurpó el lugar del Sabbat del Señor,-- una advertencia a todos los Cristianos de la tendencia de las
instituciones humanas, si son abrazadas por el pueblo de Dios, para destruir aquellas que son divinas. Que estas
importantes palabras sean cuidadosamente meditadas. Sus palabras son,--
“La observancia del día del Señor fue ordenada aun cuando el Sabbat de los Judíos continuaba; ni este último fue
suprimido hasta que el primero había adquirido la misma solemnidad e importancia que pertenecía, en un inicio, a aquel
gran día que Dios originalmente ordenó y bendijo. . . . Pero con el tiempo, una vez establecido totalmente el día del
Señor, la observancia del Sabbat de los Judíos gradualmente fue descontinuada, y finalmente denunciado como
herejía.” 11
Así vemos el resultado de atesorar este inofensivo Domingo festivo en la iglesia. Primero solo solicitó tolerancia; pero al
ganar fuerza por grados, gradualmente socavó el Sabbat del Señor, y finalmente denunció su observancia como herejía.
Jeremías Taylor, un distinguido obispo de la iglesia de Inglaterra, y un hombre de gran erudición, pero decidido oponente
de la obligación Sabática obligation, confirma el testimonio de Coleman. El afirma que el Sabbat fue observado por los
Cristianos de los primeros tres cientos años, pero niega que ellos hicieron ésto por respeto a la autoridad de la Ley de
Dioslaw of God. Pero nosotros hemos demostrado a partir de los Padres que aquellos que santificaban el Sabbat lo
hacían como un acto de obediencia al cuarto mandamiento, y que el Decálogo era reconocido como una obligación
perpetua, y como la regla perfecta de rectitud. Como obispo Taylor niega que esta haya sido la razón de su observancia,
él debió haber mostrado alguna otra, lo cual no hizo. Él dice:--
“El día del Señor no sucedió al Sabbat, sino el Sabbat fue totalmente abrogado, y el día del Señor fue meramente una
institución eclesiástica. No fue introducido por virtud del cuarto mandamiento fourth commandment, pues ellos por casí
trescientos años juntos guardaban ese día que contemplaba el cuarto mandamiento; pero ellos lo hacían también sin
considerarlo obligación primaria, y por lo tanto ellos no lo suponían moral.” 12
Esta opinión respecto de la obligación al cuarto mandamiento ganó terreno entre los líderes de la iglesia por lo menos
desde el siglo cuarto, y probablemente en el tercero, cuestión comprobada por la acción del concilio de Laodicea en el
año 364 D.C., el cual consideraba anatema todo aquél que guardara el Sabbat, como se verá posteriormente. Esta idea
superficial de la moralidad del cuarto mandamiento fue resistida por muchos, lo cual se demuestra por la existencia de
varios cuerpos de Sabbatistas firmes de la época, cuya memoria ha llegado hasta nosotros; y también por el hecho de
que el concilio realizó tan vigoroso esfuerzo para derrocar el Sabbat. Coleman ha esquematizado claramente la depresión
gradual del Sabbat, conforme se elevó el primer día festivo, el Sabbat fue suprimido, y el Domingo festivo quedó
establecido enteramente como una nueva y diferente institución. La consecuencia natural de esto se ve en el surgimiento
de cuerpos, que se distinguían por la observancia del séptimo día. No es de sorprender que estos debieran ser
denunciados como herejes, y acusados falsamente de muchos errores, al considerar que su recuerdo ha sido presentado
a nosotros por sus oponentes, y que los cumplidores del Sabbat en nuestro tiempo son tratados frecuentemente de la
misma forma. El primero de estos antiguos cuerpos de Sabbatistas son los Nazarenos. De estos Morer testifica que:
El Dr. Francis White, Lord Obispo de Ely, menciona a los nazarenos como uno de los más antiguos grupos de
observadores del Sabbat condenados por los líderes de la iglesia por esa herejía; y los califica de herejes, como Morer lo
hizo.14 Sin embargo
LOS NAZARENOS TIENEN UNA PECULIARIDAD, SER EN REALIDAD LA IGLESIA APOSTOLICA DE JERUSALEN Y
SUS SUCESORES DIRECTOS.
Gibson testifica asi:-
“Los Judíos convertidos o, como fueron llamados después, los Nazarenos, quienes habían sentado los
fundamentos de la iglesia, pronto se encontraron sobresaturados por las multitudes, que de todas las religiónes
politeístas se enlistaban bajo la bandera de Cristo. . . Los Nazarenos se retiraron de las ruinas de Jerusalén a
un pequeño pueblo de Pella al otro lado del Jordán, en donde esa antigua iglesia decayó después de sesenta años en
aislamiento y obscuridad.” 15
No es extraño que la iglesia que huyó de Judea obedeciendo la palabra de Cristo 16 retuviera el Sabbat, como parece que
lo hicieron, aún hasta después del siglo cuarto. Morer menciona otra clase de observadores del Sabbat en estas
palabras:--
“Por la misma época fungían los Hipsistarii, quienes tenían relación con aquéllos en lo concerniente al Sabbat, más no
aceptaban la circuncisión ya que era un franco testimonio de la antigua esclavitud. Todos estos eran herejes, y así
juzgados por la iglesia Católica. Sin embargo su hipocresía e industria eran tales que les ganaron considerable terreno en
el mundo Cristiano.” 17
El Obispo de Ely los llama un cuerpo de observadores del Sabbat cuya herejía era condenada por la iglesia. 18
El erudito Joseph Bringham, M. A., da el siguiente recuento de ellos:--
“Había otra secta que se llamaba a si misma Hypsistarianos, esto es, adoradores del Dios Altísimo, a quien adoraban
como los Judíos solo en una persona. Y ellos guardaban el Sabbat, y hacían distinción de carnes, puras e impuras,
aunque no consideraban la circuncisión, como Gregorio Nazianzen, cuyo padre era de esta secta, y da testimonio de
ellos.” 19
Debemos recordar que estas personas, que fueron juzgadas por la iglesia Católica como herejes, no están hablando de
sí mismas: sus enemigos que los condenaron han transmitido a la posteridad todo lo que se conoce de su historia. Sería
bueno si los herejes, quienes se topan con muy poca misericordia a manos de los escritores eclesiásticos, pudieran por lo
menos asegurar la justicia imparcial de un registro verás.
Otra clase son aquéllos descritos por Cox en su elaborado trabajo titulado, “Leyes Sabáticas y Obligaciones Sabáticas”: -
-
“En este sentido [esto es, al presentar el testimonio Bíblico sobre el tema] surgen los antiguos Sabbatistas, un cuerp, bien
conocido por su considerable importancia respecto tanto en número e influencia, durante la mayor parte del siglo tercero
y parte del siguiente.” 20
El fin del siglo tercero fue testigo de un Sabbat muy debilitado en la iglesia en general, y el Domingo festivo, aun cuando
no poseía autoridad divina, firmemente ganaba fuerza y santidad. El siguiente testimonio histórico proviene de un
miembro de la Iglesia Anglicana, Edward Brerewood, profesor en el Gresham College de Londres, quien proporciona una
buena idea general sobre el tema, aun cuando las ideas anti-Sabbatistas del autor están mezcladas. Él dice:-
“El antiguo Sabbat permaneció y fue observado juntamente con la celebración del día del Señor por los Cristianos de la
iglesia del Oriente por más de trescientos años después de la muerte de nuestro Salvador; y aparte de ese, ningún otro
día fue conocido en la iglesia por más cientos de años de los que mencione antes por el nombre de Sabbat a excepción
de aquél; que el resumen y conclusión de todo esto sea esta: El Sabbat del séptimo día, siguiendo los argumentos de la
solemne adoración al tiempo de Dios, era ceremonial; ese Sabbat fue rigurosamente observado por la iglesia del Oriente
por más de trescientos años después de la pasíón de nuestro Salvador. Esa iglesia, siendo la gran parte de la
Cristiandad, y teniendo la doctrina doctrine de los apóstoles y ejemplo para instruirlos, lo habría suprimido si fuera
mortal.” 21
Tal era el caso de las iglesias del Oriente al finalizar el siglo tercero; pero en el caso de las iglesias de Occidentes
simpatizantes con la iglesia de Roma, el Sabbat había sido convertido en ayuno desde principios del siglo, para expresar
su oposición hacia aquellos que lo guardaban de acuerdo al mandamiento.
A principios del siglo cuarto, sucedió un evento que no podía preverse, pero que arrojó gran peso a favor del Domingo
sobre las balanzas ya tambaleantes entre las instituciones rivales, el Sabbat del Señor y el festival del sol. Ésto fue nada
menos que un edicto desde el trono del Imperio Romano a favor de “el venerable día del sol.”
Fue emitido por el emperador Constantino en el año 321 D.C. y así se expresa:--
“Permítase a todos los jueces y habitantes del pueblo, y a todos los comerciantes descansar en el venerable día del sol;
pero déjese a aquéllos situados en el campo, total libertad para atender sus negocios de agricultura; pues en ocasiones
sucede que no haya mejor día para cosechar maíz o plantar viñas; no sea que, el momento crítico se deje pasar, y los
hombres pierdan sus frutos venidos del Cielo. Emitido el séptimo día de Marzo; siendo Cónsules Crispus y Constantino,
cada uno de ellos por segunda vez.” 22
Respecto de esta ley, una alta autoridad habla de la siguiente forma:--
“Fue Constantino el Grande quien elaboró primero una ley para la adecuada observancia del Domingo; y quien, de
acuerdo a Eusebio, señaló que debía ser regularmente celebrado a lo largo del Imperio Romano. Antes que él, y aun en
su tiempo, ellos guardaban el Sabbat Judío, así como también el Domingo; tanto para satisfacer la ley de Moisés, e imitar
a los apóstoles quienes solían reunirse en el primer día. Con la ley de Constantino, promulgada en 321, se decretó que
en lo futuro el Domingo debía guardarse como un día de descanso en todas las ciudades y pueblos; pero el permitió que
las personas del campo continuaran con su trabajo.”23
Otra autoridad eminente declara la afirmación de esta ley:--
“Constantino el Grande elaboró una ley para todo el imperio en (321 D.C.) para que el Domingo se guardarse
como un día de descanso en todas las ciudades y pueblos; pero permitió que la gente del campo continuara su
trabajo ese día.” 24
Por lo tanto el hecho está fuera de toda disputa que este decreto otorga total permiso a todas las clases de labor agrícola.
El siguiente testimonio de Mosheim merece especial atención:--
“El primer día de la semana, que era el tiempo común y establecido de las asambleas públicas de los Cristianos,
fue una consecuencia de una peculiar ley emitida por Constantino, observada con mayor solemnidad de lo que
antes había sido.”25
¿Qué dirán a esto los promotores de la santidad del primer día? Ellos citan a Mosheim con respecto a la observancia del
Domingo durante el siglo primero,--cuyo testimonio ha sido cuidadosamente examinado en este trabajo, 26---y al parecer
ellos piensan que estas palabras respaldando la santidad del primer día son similares en autoridad a las palabras del
Nuevo Testamento; de hecho, ellos consideran que aportan una importante omisión a ese libro. Sin embargo Mosheim
establece respecto de la ley para el Domingo de Constantino, promulgada en el siglo cuarto,--que restringía a los
comerciantes y mecánicos, pero permitía toda clase de labores agrícolas ese día,--que causó que el día fuera observado
con mayor solemnidad de la que tuvo en un inicio.” Se concluye, por lo tanto, a partir de lo demostrado por el propio
Mosheim, que durante los primeros tres siglos
el Domingo no era un día de abstinencia de labores en la iglesia Cristiana.

El Obispo Taylor al respecto dice:--“Los Cristianos primitivos hacían toda clase de trabajos en el día del Señor, aun en
tiempos de la persecución persecution, cuando eran los más estrictos observadores de todos los mandamientos divinos;
pero en esto ellos sabían no había nada; y por lo tanto, cuando el emperador Constantino elaboró un edicto prohibiendo
el trabajo en el día del Señor, sin embargo exceptúa y aun permite toda labor agrícola del marido.” 27

Morer nos comenta respecto de los tres primeros siglos, esto es, el periodo antes de Constantino, que—
“El día del Señor no tenía una orden de ser santificado, pero se dejó al pueblo de Dios decidir sobre éste o aquél día para
la adoración pública. Y siendo adoptado y hecho un día de reunión para el ejercicio religioso, aun por trescientos años no
hubo ley que los obligara, por lo que en ausencia de tal ley, el día no se guardaba en abstención de negocios comunes; ni
tampoco ya descansaban de sus tareas ordinarias (tal era la necesidad de aquellos tiempos) como durante el servicio
divino.” 28
Y Sir WM. Domville dice:--
“Pasaron varios siglos de la era Cristiana antes de que el Domingo fuera observado por la
iglesia Cristiana como un Sabbat. La historia no nos proporciona ni una sola prueba o
indicación de que se observara así en ningún momento previo al edicto Sabático de
Constantino en el año 321 D.C.”29
Lo que estos capacitados escritores modernos presentan respecto del trabajo en Domingo antes de la promulgación del
edicto de Constantino, lo hemos probado en su totalidad en los capítulos precedentes a partir de los más antiguos
escritores eclesiásticos. Es indudable que tal edicto no podía dejar de fortalecer el ya establecido Domingo, y fuertemente
debilitar la influencia del Sabbat. Sobre ésto dice un escritor:--
“Poco tiempo después del periodo en el que Constantino lanzó su edicto proclamando la observancia general del
Domingo a lo largo del imperio Romano, el grupo que defendía la observancia del séptimo día se desvaneció a la
insignificancia. La observancia del Domingo como festival público, durante el cual todos los negocios, a
excepción de los empleos rurales, debían interrumpirse, llegó a establecerse más y más después de este tiempo,
tanto en las iglesias Griegas como las Latinas. Sin embargo no hay evidencia, ya sea de que en este u otro
periodo posterior, la observancia fuera vista como una derivación de alguna obligación al cuarto mandamiento;
parece haber sido considerado como una institución correspondiente en naturaleza a la Navidad, Viernes santo,
u otros festivales de la iglesia; y permaneció con ellos en base a la autoridad eclesiástica y a la tradición.”30
Este extraordinario edicto de Constantino provocó que el Domingo se observara con mayor solemnidad que antes. Sin
embargo tenemos la mayor prueba indubitable de que esta ley fue una promulgación pagana; que fue presentada a favor
del Domingo como institución pagana, y no como un festival Cristiano, sino que en ese tiempo era puramente pagana.
Debe observarse que Constantino no designó el día que ordenó a los hombres guardar, como el día del Señor, Sabbat
Cristiano, o el día de la resurrección de Cristo; ni tampoco el asígnó alguna razón para su observancia que pudiera
indicar que fuera una festividad Cristiana. Por el contrario, el designó el antiguo festival pagano del sol en un lenguaje que
no puede confundirse.El Dr. Hessey sostiene esta declaración:--
“Otros han visto la transacción en forma totalmente diferente, y rehúsan descubrir en el documento, o suponer
en la mente del ejecutor, algún reconocimiento al día del Señor como motivo de obligación divina. Ellos
destacan, y a la verdad, que Constantino lo designó por su título astrológico o pagano, Dies Solis, e insiste en
que su epíteto vererabilis, con el cual es introducido, tiene referencia a los ritos realizados en ese día en honor a
Hércules, Apolo y Mithras.31
Sobre este importante punto, Milman el estudiado editor de Gibbon, testifica así:--

“Lo prescrito ordenando la celebración del Sabbat Cristiano, no acepta ninguna alusión a su peculiar santidad
como Sabbat Cristiano, y no acepta ninguna alusión a su peculiar santidad como una institución Cristiano. Es el
día del sol el que debe ser guardado con veneración general; los patios debían cerrarse, y el ruido y tumulto de
los negocios públicos y la litigación legal no debían ya violar el reposo del día sagrado. Pero el creyente en el
nuevo paganismo, del cual la adoración solar era su característica, podía estar de acuerdo sin escrúpulos con la
santidad del primer día de la semana.”32

En un capítulo subsecuente el añade:--

El séptimo día de Marzo, Constantino publicó su edicto ordenando la observancia de aquel antiguo festival de los
paganos, el venerable día del sol. Al día siguiente, Marzo ocho, 34 expidió un segundo decreto digno en todo respecto de
su predecesor pagano. 35 El contexto de este era el siguiente: si algún edificio noble fuera golpeado por un rayo, debían
realizarse las antiguas ceremonias de propiciación de la deidad, y debían consultarse
los arúspices http://www.reference.com/search?q=haruspices con el fin de entender el significado del espantoso
suceso.36 Los arúspices eran adivinos que predecían eventos futuros al examinar los dentros de animales sacrificados a
los dioses! 37 El estatuto del siete de Marzo, comprendiendo la observancia del venerable día del sol, y del octavo del
mismo mes, ordenando la consulta de los arúspices constituyen un perfecto par de edictos paganos. Que Constantino
mismo era un pagano al tiempo de promulgar estos edictos, queda demostrado no solo por la naturaleza de los edictos
mismos, sino por el hecho de que su conversión nominal a la Cristiandad esta posicionada por Mosheim dos años más
tarde de su ley Dominical.

“De hecho, como hemos observado anteriormente, el día del sol seria voluntariamente santificado por la mayoría del
mundo pagano, especialmente cualquier parte que hubiere admitido alguna tendencia hacia la teología Oriental,” 33
como se muestra:--
“Después de considerar cuidadosamente el tema, he llegado a la conclusión, de que subsecuente a la muerte de
Liciinius, en el año 323, cuando Constantino se encontró a sí mismo como emperador único, el se convirtió en
Cristiano absoluto, o uno que cree que solo la religión Cristiana es aceptable a Dios. Anteriormente él había
considerado la religión de un Dios más excelente que otras religiónes, y creyó que Cristo debía ser adorado
especialmente; sin embargo el suponía que también había deidades menores, y que se podía dar cierta adoración
a éstas, como el caso de los padres, sin falta o pecado. Y quien no sabe esto, en aquellos tiempos, muchos otros
combinaban la adoración a Cristo con la de dioses antiguos, que consideraban ministros del Dios supremo en el
gobierno de los asuntos humanos y mundanos.” 38
Como pagano, Constantino era adorador de Apolo, o el sol, un hecho que vierte claridad sobre su edicto
comprometiendo a los hombres a observar el venerable día del sol.
Gibbon testifica:
“La devoción de Constantino fue más peculiarmente dirigida al genio del sol, el Apolo de la mitología Griega y
Romana; y él se agradaba de ser representado con los símbolos del dios de luz y poesía. . . . Los altares a Apolo
estaban coronados con las ofrendas votivas http://www.reference.com/search?q=votive de Constantino; y la
multitud crédula era enseñada a creer que al emperador le era permitido ver con ojos mortales la visible majestad
de su deidad tutelar . . . . El sol era celebrado universalmente como el guía invencible y protector de
Constantino.”39
Su carácter como profesor de la Cristiandad se describe en estas palabras:--
“La sinceridad del hombre, quien, en un corto periodo, provocó tan asombrosos cambios en el mundo religioso,
es mejor conocida por Él que escudriña el corazón. Cierto es que su vida subsecuente no muestra evidencia de
conversión a Dios. El capoteaba por mares de sangre sin remordimiento, y fue un príncipe tirano a morir.” 40
Unas pocas palabras respecto de su carácter como hombre complementarán nuestra visión de su capacidad para legislar
a la iglesia. Este hombre, al ser elevado al más alto sitio de poder power mundano, fue el causante del asesinato secreto
de su hijo mayor, Crispus, no sea que la fama del hijo eclipsara la del padre. En la misma ruina cayó su sobrino Licinius,
“cuyo rango fue su único crimen,” y a esto siguió la ejecución “quizás de una esposa culpable.” 41
Tal fue el hombre que elevó el Domingo al trono del imperio Romano; y tal la naturaleza de la institución que el
promulgó. Un escritor Ingles reciente comenta sobre la ley Dominical de Constantino que “parecería que hubiera
sido hecha para promover la adoración pagana más que Cristiana.” Y él muestra, en el siguiente extracto, como
este emperador pagano se convirtió en Cristiano, y como este estatuto pagano se convirtió en ley Cristiana:-
“En un periodo posterior llevado por la opinión general, él se declaró a sí mismo un convertido a la iglesia. La Cristiandad
entonces, o lo que él llamaba por ese nombre, se convirtió en la ley de la tierra, y el edicto del año 321 D.C. siendo
irrevocable, fue ejecutado como una ordenanza Cristiana.”42
Así vemos que una ley, ratificada en apoyo a una institución pagana, después de unos años llegó a considerarse una
ordenanza Cristiana; y Constantino mismo, cuatro años después de su edicto dominical, fue capaz de controlar la iglesia
representada en el concilio general de Nicea, con el fin de ocasíonar que los miembros de ese concilio establecieran su
festividad anual de Pascua en Domingo.43
El Paganismo había preparado la institución desde tiempos antiguos, y ahora la elevaba al poder supremo, su objetivo se
había cumplido.
Hemos probado que el festival Dominical en la iglesia Cristiana no tenía carácter Sabático antes del tiempo de
Constantino. También hemos demostrado que el paganismo, en la persona de Constantino, por primera vez dio al
Domingo su carácter Sabático, y al hacerlo, lo promulgó como una festividad pagana y no Cristiana, dando lugar a un
Sabbat pagano.
Ahora restaba el autoritarismo papal para hacer efectiva su transformación en institución Cristiana,-- una labor que no
tomó mucho tiempo.
Silvestre era obispo de Roma al tiempo que Constantino era emperador. Que tan fielmente realizó su parte al transformar
el festival al sol en una institución Cristiana, que por su autoridad apostólica, cambio el nombre del día, imponiéndole el
título de DÍA DEL SEÑOR.”44 Por tanto, los promotores de la observancia del primer día están en gran deuda a
Constantino y Silvestre. Él primero lo elevó como festival pagano al trono del imperio, haciéndolo un día de descanso de
la mayoría de negocios; el otro lo convirtió en una institución Cristiana, otorgándole el dignificante apelativo de “Día del
Señor.” No podemos negar que el Papa Silvestre alrededor del año 325 D.C. autoritariamente confirió al Domingo el
nombre de “Día del Señor”, así como también uno de los Padres tan temprano como el año 200 D.C. lo llama por ese
nombre, y siete diferentes escritores entre los años 200 y 325 D.C. vis., Tertuliano, Origen, Cipriano, Anatolius,
Commodíanus, Victorinus y Pedro de Alejandría, se aduce que dieron este nombre al Domingo.
Ninguno de estos Padres confiere a este título autoridad apostólica; y ya se demostró que no podían creer que el día
fuera el día del Señor por asígnación divina. Por lo tanto hasta aquí, el uso que le dan estas personas al término como
nombre para el Domingo, no entra en conflicto con la declaración de Silvestre que por su autoridad apostólica, estableció
este nombre como el título correcto para ese día, lo cual muestra que el acto de Silvestre se adecuaba perfectamente a
las circunstancias del caso. Ciertamente, Nicéforo afirma que Constantino, quien se consideraba a sí mismo la cabeza de
la iglesia como lo hacia el papa, “estableció que el día que los Judíos consideraban el primer día de la semana, y que los
Griegos dedicaban al sol, debía ser llamado el día del Señor.” 45 Las circunstancias del caso muestran las declaraciones
de Lucius y Nicéforo en el más alto nivel. Ciertamente no indican que el papa consideraría tal acto de su parte
innecesario.
Tomemos un evento reciente de la historia papal como ilustración del caso. Solo unos pocos años después del decreto
de Pio IX de que la virgen María nació sin pecado. Por mucho tiempo esto había sido afirmado por muchos escritores
distinguidos en la iglesia papal, pero carecía de autoridad como dogma de esa iglesia hasta que el papa en 1854 D.C. le
dio su certificado oficial. 46
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Fue el trabajo de Constantino y Silvestre, en los primera parte del siglo cuarto que estableció el festival del sol para
ser un día de descanso por la autoridad del imperio, y para darlo como institución Cristiana por la autoridad de San
Pedro.
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El siguiente comentario del Dr. Heylyn, miembro distinguido de la Iglesia Anglicana, merece particular atención. Con un
lenguaje muy agresivo sigue los pasos por los cuales el Domingo festivo se elevó al poder, en contraste con el antiguo
Sabbat del Señor; y posteriormente, con igual verdad y candor, reconoce que como el Domingo festivo fue establecido
por el emperador y la iglesia, el mismo poder puede anularlo cuando lo considere conveniente:--
“Así vemos sobre qué base se sostiene el (Domingo) día del Señor: PRIMERO EN COSTUMBRE, y consagración
VOLUNTARIA de reuniones religiosas; la costumbre respaldada por la autoridad de la iglesia de Dios, the church
of God, que TACITAMENTE aprobó lo mismo; y FINALMENTE CONFIRMADO y RATIFICADO POR LOS PRINCIPES
CRISTIANOS a lo largo de sus imperios. Y como día de descanso de labores, y restricción de negocios, recibió su
mayor respaldo y autoridad del supremo magistrado. Posteriormente de cánones y decretos de concilios, los
decretos de papas y ordenes de prelados particulares, cuando el manejo de los asuntos eclesiásticos estaba solo
en sus manos.
“Espero que no haya sido así con el Sabbat anterior, que ni tomó original de costumbres, que la gente no
estuviera dispuesta a darle un día a Dios; ni requería respaldo o autoridad de los Reyes de Israel para confirmarlo
y ratificarlo. El Señor había hablado la palabra, de que el tendría un día de siete, precisamente el séptimo día de la
creación del mundo, para ser un día de descanso para todo su pueblo; lo cual dicho, no había más que hacer
sino someterse y obedecer con agrado a su deseo . . . . Pero ésto no se hizo así en los negocios presentes. El día
del Señor no tenía una orden de ser santificado, sino fue dejado al pueblo de Dios a elegir entre éste o cualquier
otro, para uso público. Y fue tomado de entre ellos, y hecho día de reunión en la congregación para ejercicios
religioso, sin embargo por trescientos años no hubo ley que los atara a él, ni descanso de labor o de negocios
mundanos como requisito en él.
“Y cuando pareció bien a los príncipes Cristianos, padres alimentadores de la iglesia de Dios, impusieron
restricciones sobre su pueblo, a pesar de no haberlo hecho así al inicio, que ciertos hombre en ciertos lugares
debían dejar sus trabajos ordinarios y diarios, para atender el servicio a Dios en la iglesia; aquellos cuyos
trabajos eran más extenuantes y más repugnantes a la verdadera naturaleza de un Sabbat, permitiéndoles
continuar y desarrollar sus labores por ser necesarios para el bien común.
“Y en el tiempo sucesivo, cuando príncipes o prelados en sus jurisdicciones se proponían restringirlos también
de eso, lo cual en principio habían permitido, prohibiendo toda clase de labor corporal en ese día, se logró con
muchísima lucha y oposición del pueblo; más de mil años transcurrieron desde la ascensión de Cristo, antes de
que el día del Señor ocupase el puesto que tiene ahora. . . . . Y siendo puesto en ese lugar, que ocupa ahora, no
se mantiene firmemente sobre terreno seguro, sino que aquellos poderes que lo elevaron pueden derrocarlo si lo
desean, si llevarlo tan lejos como el tiempo, o colocarlo en cualquier otro día como lo consideren mejor.”47
El edicto de Constantino marca una señal de cambio en la historia del Domingo festivo. El Dr. Heylyn testifica:--
“Hasta ahora hemos hablado del día del Señor siendo aceptado por consentimiento general de la iglesia; no instituido o
establecido por ningún texto de las Escrituras, o edicto de emperador, o decreto de concilio. . . . En lo subsecuente,
veremos tanto emperadores como concilios ordenando frecuentemente asuntos sobre este día y su servicio.” 48
Después de su conversión a la Cristiandad, Constantino ejerció su poder aún más a favor del venerable día del
sol, transformándolo ahora en el día del Señor, por autoridad apostólica del obispo Romano. Heylyn dice de
nuevo:--
“Es tan natural el poder en un príncipe Cristiano para ordenar cosas sobre religión, que no solo se permitió a sí mismo
ordenar el día, sino también prescribir el servicio.” 49
La influencia de Constantino contribuyo poderosamente a respaldar a aquellos líderes de la iglesia que pretendían traer a
la iglesia Cristiana las formas de adoración paganas. Gibbon cita en registro los motivos de estos hombres, y el resultado
de sus acciones:--
“Los obispos más respetables se habían persuadido a sí mismos que los campesinos ignorantes renunciarían
gustosamente la superstición pagana, si encontraban alguna similitud, alguna compensación, en el corazón de la
Cristiandad. La religión de Constantino logró, en menos de un siglo, la conquista final del imperio Romano; pero los
mismos victoriosos fueron callados restringidos por las artes de sus rivales vencidos.” 50
[El grupo de supuestos cristianos, que resulto de esta extraña unión de ritos paganos y adoración cristiana, se atribuyo el
titulo de iglesia católica]
El cuerpo de supuestos Cristianos, que resultó de esta extraña unión de ritos paganos y adoración Cristiana, se atribuyó
el título de iglesia Católica; mientras que el verdadero pueblo de Dios, que resistió estas peligrosas innovaciones, fue
etiquetado como hereje, y expulsado de la iglesia. No es extraño que el Sabbat perdiera terreno en tal cuerpo, al luchar
con su rival, el festival del sol. Ciertamente, después de un breve periodo, la historia del Sabbat se encontrará solo en los
más obliterados registros de aquellos a quienes la iglesia Católica arrojó y estigmatizó como herejes. Acerca del Sabbat
en tiempos de Constantino, Heylyn dice:--
“Y para el Sábado, que retuvo su acostumbrado crédito en las iglesias Orientales, poco menor que el día del Señor, sino
sencillamente igual; no como un Sabbat, ni lo piense; sino como un día designado a reuniones sagradas.” 51
No hay duda de que después del diluvio de mundanidad que entró a la iglesia en tiempo de la supuesta conversión de
Constantino, y después de todo lo que él y Silvestre hicieron a favor del Domingo, la observancia del Sabbat se convirtió,
para muchos solo en algo nominal. Pero el concilio de Laodicea, al cual nos referiremos ahora, prueba concluyentemente
que el Sabbat todavía se guardaba, no solo como festival, como lo presenta Heylyn, sino como un día de abstinencia de
labor, como lo indica el mandamiento.
El trabajo de Constantino, sin embargo, marca una época en la historia del Sabbat y del Domingo. Constantino era hostil
al Sabbat, y su influencia habló poderosamente en su contra a todos aquéllos que buscaban el avance mundano. El
historiador Eusebio era especial partidario de elogios a Constantino. Este hecho no debe pasarse por alto al
valorar su testimonio respecto del Sabbat. En su opinión:--
“Por lo tanto ellos [patriarcas] no consideraban la circuncisión, ni guardaban el Sabbat, ni nosotros tampoco; ni nos
abstenemos de ciertos alimentos, ni consideramos otros deberes que Moisés entregó subsecuentemente para ser
observados en tipos y símbolos, pues tales cosas no pertenecen a los Cristianos.” 52
Este testimonio muestra con precisión los puntos de vista de Constantino y el partido imperial concernientes al Sabbat.
Pero no da el punto de vista de los Cristianos en general; pues hemos visto que el Sabbat había sido extensamente
retenido hasta este momento, y pronto tendremos ocasión de citar a otros historiadores, los contemporáneos y sucesores
de Eusebio, quienes registran su observancia continua. Constantino ejerció una influencia controladora sobre la iglesia, y
decidió “no tener nada en común con aquella muchedumbre de hostiles Judíos.” Si hubiera estado contento con estos, su
aversión habría sido dirigida al festival de los paganos, en lugar de en contra del Sabbat del Señor.
Previo al tiempo de Constantino, no hay rastro en la doctrina de cambio del Sabbat. Por el contrario, tenemos evidencia
decisiva de que el Domingo era un día en el cual el trabajo común era considerado legal y adecuado. Pero Constantino,
cuando aún era pagano, ordenó que toda clase de negocio excepto la agricultura debiera suspenderse ese día. Su ley
designó el día como una festividad pagana, lo cual así era. Pero cuatro años después de su ratificación, Constantino se
convertió, no solo a la religión Cristiana, sino en muchos aspectos, prácticamente en cabeza de la iglesia, conforme los
sucesos en el concilio de Nicea lo demuestran. Su Ley Dominical pagana, siendo irrevocable, fue desde entonces
ejecutada a favor de aquel día como una festividad Cristiana. Esta ley dio al Domingo, por primera vez, algo semejante a
un carácter Sabático. Ahora era un día de descanso de casí toda clase de negocios, por ley del imperio Romano. De aquí
en adelante el día de descanso de Dios era cada vez más un obstáculo.
Pero ahora llegamos a un hecho muy interesante. Habiendo sido preparado el camino, como lo hemos visto, para la
doctrina del cambio de Sabbat, y las circunstancias del caso demandando su producción, en este momento fue
presentado por primera vez. Eusebio, el amigo especial y adulador de Constantino, fue el hombre que presentó esta
doctrina por primera vez. En su “Comentario a los Salmos” el hace el siguiente comentario al salmo 92, respecto al
cambio de Sabbat:--
“Por tanto, como ellos [los Judíos] rechazaron [la ley del Sabbat], la palabra [Cristo], por el nuevo pacto, TRADUCIDO Y
TRANSFERIDO la fiesta del Sabbat a la luz de la mañana, y dándonos un símbolo de verdadero descanso, ej., el día de
salvación del Señor, el primero [día] de la luz, en el cual el Salvador del mundo, después de todas sus obras entre los
hombres, obtuvo la victoria sobre la muerte, y atravesó los portales del cielo, habiendo logrado un trabajo superior a los
seis días de la creación.” 53
“En este día, que es el primero [día] de luz y de verdadero Sol, nos reunimos, después de un intervalo de seis días, y
celebramos Sabbats santos y espirituales, aun todas las naciones redimidas por Él en todo el mundo, y hacemos aquellas
cosas de acuerdo a la ley espiritual, que fueron decretos para los sacerdotes en el Sabbat.” 54
“Y absolutamente todas las cosas que fueran deberes en el Sabbat, éstas nosotros hemos transferido al día del Señor,
como pertenecientes en forma más adecuada a éste, pues tiene el precedente y es primero en rango, y más honorable
que el Sabbat Judio.” 55
Eusebio se encontraba bajo la fuerte tentación de agradar y aún adular a Constantino, ya que vivía bajo el resplandor
solar del favor imperial. ¡En una ocasión fue tan lejos como para decir que la ciudad de Jerusalén, que Constantino había
reedificado, podría ser la Nueva Jerusalén predicha en las profecías! 56 Pero quizás no hubo un acto de Eusebio que
pudiera dar a Constantino mayor gusto que su publicación de tal doctrina respecto del cambio del Sabbat. Por mandato
civil, el emperador había dado al Domingo el carácter Sabático. Aunque había hecho ésto mientras era pagano, reconoci ó
en su interés mantener esta ley una vez obtenida una posición directiva en la iglesia Católica. De esta forma, Eusebio
emergió y declaró que Cristo había transferido el Sabbat al Domingo, una doctrina jamás escuchada, cuyo respaldo
Bíblico no podía dar, por lo que Constantino no podía sentirse más halagado al saber que su propio edicto pertenecía al
mismo día que Cristo había ordenado ser el Sabbat en lugar del séptimo. Era la prueba fidedigna de que Constantino
había sido llamado divinamente a su alto cargo en la iglesia Católica, identificándose exactamente su trabajo con el de
Cristo, aun cuando en ese tiempo no tenía conocimiento de que Cristo había hecho ese tipo de trabajo.
Como ningún escritor previo a Eusebio ni siquiera había insinuado una doctrina de cambio del Sabbat, y ya que existe la
prueba más convincente, como hemos demostrado, de que previo a su tiempo el Domingo no poseía ningún carácter
Sabático, y como Eusebio no reclama que su doctrina sea confirmada en las Escrituras, ni en ningún escritor eclesiástico
previo, es definitivo que él es el padre de la doctrina. Esta nueva doctrina no fue presentada sin un motivo. Ese motivo no
pudo haber sido algún pasaje olvidado de las Escrituras, ya que no menciona ningún texto en su apoyo. Pero las
circunstancias del caso revelan sencillamente el motivo. La nueva doctrina fue adaptada con precisión al nuevo orden de
las cosas introducidas por Constantino. Además, peculiarmente confeccionada para halagar el orgullo de aquel
emperador,pride precisamente aquello que fuera la mayor tentación de Eusebio.
Es sorprendente, sin embargo, que Eusebio en la mera conexión en la cual anuncia esta nueva doctrina, sin
pensar expone su falsedad. Primero afirma que Cristo cambio el Sabbat, y después virtualmente se contradice
señalando a los verdaderos autores del cambio. Así dice él:--
“Y absolutamente todas las cosas que fueran deberes en el Sabbat, estas NOSOTROS hemos transferido al día del
Señor.” 57
Las personas mencionadas aquí como autores de este trabajo son el Emperador Constantino, y tales obispos como
Eusebio, a quien encantaba el favor de príncipes, y Silvestre, el supuesto sucesor de San Pedro. Dos hechos refutan la
afirmación de Eusebio de que Cristo cambio el Sabbat:
1. Eusebio, quien vivió tres cientos años después del supuesto cambio, es el primer hombre en mencionar tal
cambio;
Eusebio testifica que él mismo y otros hicieron este cambio, el cual ellos no podrían haber hecho si Cristo lo hubiera
hecho al principio. Pero aun cuando la doctrina del cambio del Sabbat fue anunciada así por Eusebio, no fue secundada
por ningún autor de ese tiempo. La doctrina nunca antes había sido escuchada, y Eusebio solo tenía su propia
afirmación, sin ningún pasaje de las Sagradas Escrituras que lo respaldara.
Pero después de Constantino, el Sabbat comenzó a recuperar terreno, por lo menos en las iglesias del Oriente. El Prof.
Stuart, hablando del periodo desde Constantino al Concilio de Laodicea, en 364 D.C. dice:--
“Su práctica [guardar el Sabbat] fue continuada por Cristianos celosos del honor de la ley Mosaica, y finalmente llegó a
ser predominante, como lo hemos visto, por toda la Cristiandad. Con el tiempo se comprendió que el cuarto mandamiento
requería la observancia del Sabbat del séptimo día (no solo una séptima parte del tiempo) y razonar como Cristianos del
presente tiempo deben hacer, ej., que todo lo perteneciente a los diez mandamientos era inmutable y perpetuo,
gradualmente las iglesias en general reconocieron que el Sabbat del séptimo día era sagrado.” 58
Sin embargo, el Prof. Stuart vincula a esta declaración con todas las partes que honraban el Domingo. Pero el concilio de
Laodicea dio un duro golpe a la observancia Sabática en las iglesias de Oriente. El Sr. James, al dirigirse a la Universidad
de Oxford, dice así:--
“Cuando la práctica de guardar el Sábado Sabático, que se había generalizado al término de este siglo, evidentemente
ganaba terreno en la iglesia del Oriente, el concilio realizado en Laodicea [364 D.C.] aprobó un decreto, ‘que los
miembros de la iglesia no debían descansar de labores el Sabbat, como los Judíos; sino debían laborar ese día, y como
Cristianos preferiblemente honrar el día del Señor, entonces debían descansar de labores, si estuviera en sus
posibilidades.” 59
En conclusión ésto muestra que en ese periodo la observancia del Sabbat de acuerdo al mandamiento era extensa en las
iglesias de Oriente. Pero el concilio de Laodicea Laodicean no solo prohibió la observancia del Sabbat, sino que
además pronunció una maldición sobre aquellos que obedecieran el cuarto mandamiento! Prynne dice:--
“Es indudable que Cristo mismo, sus apóstoles, y los Cristianos primitivos por bastante tiempo, constantemente
observaron el Sabbat del séptimo día . . . . . los evangelistas y San Lucas en los Hechos siempre presentaron el día
Sabbat, . . . . mencionando sus . . . solemnización por los apóstoles y otros Cristianos, . . . . siendo aun solemnizado por
muchos Cristianos después del tiempo de los apóstoles, aun hasta el concilio de Laodicea [364 D.C.], como lo testifican
los escritores eclesiásticos y el canon veintinueve de ese concilio, que establece lo siguiente 60: ‘Ya que los Cristianos no
deben Judaizar, y descansar el Sabbat, sino trabajar ese día (lo cual muchos rehusaban en ese tiempo). Sino prefiriendo
en honor el día del Señor (entonces habiendo una gran controversia entre los Cristianos por cuál de los dos días . .
. debía ser preferente), si deseaban descansar, debían hacerlo como Cristianos. Por lo tanto si eran descubiertos
Judaizando, que sean malditos por Cristo’ . . . . El Sabbat del séptimo día fue. . . . solemnizado por Cristo, los apóstoles, y
los Cristianos primitivos, hasta que el concilio de Laodicea de cierta forma abolió su observancia. . . El concilio de
Laodicea [364 D.C.]. . . estableció por vez primera la observancia del día del Señor, y prohibió . . . la observancia del
Sabbat Judío bajo anatema.”61
La acción de este concilio no extirpó el Sabbat de las iglesias de Oriente, aunque si debilitó su influencia, y provocó que
para muchos su observancia se convirtiera solo en un asunto nominal, al tiempo que engrandeció la santidad y autoridad
del Domingo festivo. El escritor inglés, John Ley certifica que la observancia Sabática no fue completamente abolida:--
“Desde tiempos apostólicos hasta el concilio de Laodicea, que se realizó en el año 364D.C. la observancia sagrada del
Sabbat de los Judíos continuó como puede comprobarse en muchos autores; Sí, no obstante el decreto de ese concilio
en su contra.” 62
Y Gregorio, obispo de Nyssa, en el año 372 D.C. utiliza este postulado:--
“¿Con qué ojos se puede santificar el día del Señor, cuando se desprecia el Sabbat? ¿No percibe usted que son
(festividades) hermanas, y que al menospreciar a una, afronta a la otra? 63
Este testimonio es de valor ya que marca el progreso de la apostasía concerniente al Sabbat. El Domingo festivo se
introdujo en la iglesia, no como una institución divina, sino como una observancia voluntaria. Aun hasta el año 200 D.C.,
Tertuliano dijo que solo tenía la tradición y costumbre en su respaldo. 64
Pero en el año 372 D.C. esta festividad humana se había convertido en hermana e igual que el día que Dios santificó en
el principio, y solemnemente ordenó en la ley moral. Cuál era el valor de la festividad Dominical para ser llamada
hermana del Sabbat, lo veremos a continuación. Cuando esta auto nombrada hermana había ganado una posición
reconocida en la familia, expulsó a la otra, y la enterró en el polvo. En nuestros días, el Domingo festivo reclama ser el
mero día señalado en el cuarto mandamiento.
Los siguientes testimonios exhiben la autoridad de los concilios de la iglesia en su contexto real. Cox cita a Jortin
diciendo:--
“En tales asambleas, los mejores y más moderados hombres rara vez son escuchados, y por lo regular son guiados o
dirigidos por otros muy inferiores a ellos en cuanto a buenas cualidades concierne.” 65
El mismo escritor nos presenta la opinión del Baxter sobre la famosa Asamblea de Westminster. Baxter dice:--
“He vivido para ver una asamblea de ministros, en la que tres o cuatro hombres líderes eran tan influyentes como para
elaborar una confesión a nombre de todo el grupo, el cual tenía aquéllo que los individuos carecían. Y cuando apareció
un artículo controvertido, un hombre me asedió fuertemente por cuestionar las palabras de la iglesia, otros, que
elaboraban el artículo, lo habían delegado todo en aquel mismo hombre, el resto siendo renuentes a luchar contra él; y de
esa manera fue, que él mismo era la iglesia cuya autoridad tanto impulsaba.” 66
Tal ha sido la naturaleza de los concilios en todas las épocas; sin embargo siempre han reclamado infalibilidad, y han
utilizado esa infalibilidad generalmente en la supresión del Sabbat y el establecimiento del Domingo festivo. Kitto testifica
acerca de la santidad del primer día antes y hasta el tiempo de Crisóstomo, lo siguiente:--
“A pesar de que en tiempos posteriores encontramos referencias considerables de cierta consagración del día, en ningún
periodo de la iglesia antigua hay evidencia de haber asumido tal observancia, como varias comunidades religiosas
modernas han pugnado. Ni estos escritores pretenden alegar alguna orden divina, o práctica apostólica respaldándolo . .
. Crisóstomo concluye en su Homilía (360 D.C.) despidiendo a su audiencia a sus ocupaciones respectivas ordinarias.” 67
Fue reservado a los teólogos modernos el descubrir la autoridad divina o apostólica para la observancia del Domingo. Los
antiguos doctores de la iglesia ignoraban que tal autoridad existía; ellos consideraron legal y apropiado dedicarse a sus
negocios mundanos en ese día, cuando concluían sus servicios religiosos. Heylyn testifica concerniente
a Crisóstomo que él—
“Confesaba que era legal para un hombre dedicarse a sus negocios mundanos en el día del Señor después que su
congregación había sido despedida.” 68
Jerónimo, unos años después de esto, al principio del siglo quinto, en su orden a Lady Paula, muestra su propia opinión
sobre el trabajo en Domingo. Dice así:--
“Paula, junto con las mujeres, tan pronto como regresaban a su casa en el día del Señor, se sentaban a sus labores, y
hacían vestidos para ellas mismas y otros.” 69
Morer justifica este trabajo el Domingo según los siguientes términos:--
“Si leemos que ellos realizaron trabajo en el día del Señor, debemos recordar que esta disposición a sus labores diarias
no era hasta haber terminado la adoración, cuando ellos con suficiente inocencia volvían a ellas, pues la cantidad de
tiempo o el número de horas asígnadas entonces no estaba bien explicado como en tiempos posteriores. La situación de
la iglesia es muy diferente de lo que era en aquellos primeros días. Entonces los Cristianos, por siglos, estuvieron bajo
persecución y pobreza; además de sus propios deseos, tenían los de sus muy severos amos, quienes los forzaban a
trabajar y dedicar menos tiempo en asuntos espirituales que de otra forma harían. En tiempos de San Jerónimo, su
situación era mejor, pues la Cristiandad se había introducido al trono así como al imperio. A pesar de todo esto, la
santificación total del día del Señor procedió lentamente; y fue con el paso del tiempo alcanzando su perfección, a través
de los varios pasos que la iglesia realizó para constituirlo, y a partir de los decretos de emperadores y otros príncipes, en
los cuales la prohibición de negocios serviles y civiles avanzó de una especie a otra, hasta que el día obtuvo una figura
considerable en el mundo. Por tanto, ahora, siendo el caso tan alterado, el uso más apropiado al citar aquellos viejos
ejemplos es solo, en punto de doctrina, para mostrar que el trabajo ordinario, siendo de acuerdo con la Providencia al
proveer el soporte de la vida natural, no es pecaminoso aun en el día del Señor, cuando la necesidad es fuerte, y las
leyes de esa iglesia y nación en donde habitamos no están en su contra. Ésto es lo que los primeros Cristianos tenían
que decir de sí mismos, respecto del trabajo que hacían ese día. Y si esos trabajos eran juzgados entonces como
profanación del día festivo, y me atrevo a creer, que ellos habrían sufrido martirio antes que ser culpables.” 70
El obispo de Ely testifica así:--
“En días de San Jerónimo, y en el mismo lugar en que residía, los Cristianos devotos realizaban trabajos ordinarios en el
día del Señor, cuando el servicio de la iglesia había terminado.” 71
San Agustín, contemporáneo de Jerónimo, presenta un resumen del argumento de aquel tiempo para la observancia del
Domingo, en las siguientes palabras:--
“A partir de las sagradas Escrituras, que este día era solemne; fue el primer día del tiempo, ésto es, de la existencia de
nuestro mundo; en él, los elementos del mundo fueron formados; en él los ángeles fueron creados; en él, Cristo resucitó
también de los muertos; en él, el Espíritu Santo Holy Spirit descendió del cielo sobre los apóstoles, como el maná en el
desierto. Por estas y otras circunstancias similares se distingue el día del Señor; y por tanto los santos doctores de la
iglesia han decretado que toda la gloria del Sabbat Judío le sea transferida. Nosotros guardemos el día del Señor
como se ordenó a los antiguos hacer con el Sabbat.” 72
Debe observarse que Agustín no señala entre sus razones para guardar el primer día, el cambio
del Sabbat por Cristo o sus apóstoles, o que los apóstoles guardaran ese día, o que Juan le
hubiera dado el nombre de “día del Señor.” San Agustín ignoraba estos argumentos modernos.
Él dio el crédito del trabajo, no a Cristo o sus inspirados apóstoles, sino a los santos doctores de
la iglesia, quienes, de su propia cuenta, habían transferido la gloria del antiguo Sabbat al
venerable día del sol.
En el siglo quinto, el primer día de la semana era considerado el día más apropiado para dar órdenes santas, ésto es,
para ordenaciones; a mediados de este siglo, Heylyn dice:--
“En aquel entonces Leo papa de Roma hizo una ley, y desde ese tiempo es aceptada por la iglesia Occidental en general,
que ellos no guardaran otro día.” 73
De acuerdo al Dr. Justin Edwards, este mismo papa también hizo este decreto a favor del Domingo:--
“NOSOTROS ORDENAMOS, de acuerdo al verdadero significado del Espíritu Santo, y de los apóstoles por Él dirigidos,
que en el día santo en el cual nuestra propia integridad fue restaurada, todos descansen y suspendan labores.” 74
Después de este edicto del papa, el Emperador Leo, en 469 D.C. presentó el siguiente decreto:--
“Es nuestra voluntad y placer, que los días santos dedicados al Dios Altísimo, no sean usados en recreación sensual, o
profanados por asuntos legales, especialmente el día del Señor, que nosotros decretamos ser un día venerable, y por
tanto libre de toda licitación, ejecución, solicitud, e intereses similares. No se permitirá abrir el circo ni en teatro, ni
presenciar combates con bestias salvajes en ese día . . . si alguien es descubierto en el sitio, si él es hombre militar, que
pierda su rango; o si algún otro, que sus bienes sean confiscados.” 75
Y este emperador se propuso enmendar la brecha en la ley de Constantino, y así prohibió la agricultura el Domingo; así
añade:--
“Por lo tanto, nosotros ordenamos a todos esposos y otros, dejar el trabajo en este día de nuestra restauración.” 76
Para este tiempo, los santos doctores de la iglesia habían deshonrado el Sabbat de su gloria eficazmente, transfiriéndola
al día del Señor del Papa Silvestre, como Agustín testifica; aun así la observancia Sabática no se extinguió por completo
aun dentro de la iglesia Católica. El historiador Sócrates, quien escribió a la mitad del siglo quinto, dice:--
“A pesar de que la mayoría de las iglesias en todo el mundo celebraban los sagrados misterios en el Sabbat cada
semana, sin embargo los Cristianos de Alejandría y de Roma, en base a cierta antigua tradición, rehusaban hacer ésto.
Los Egipcios en la vecindad de Alejandría, y los habitantes de Tebas, realizaban sus reuniones religiosas en el Sabbat,
pero no participaban de los misterios en la forma usual entre los Cristianos en general; ya que una vez habiendo comido y
estando satisfechos con alimentos de todas clases, en la noche, al hacer sus ofrendas, tomaban parte de los
misterios.” 77
Conforme la iglesia de Roma convirtió el Sabbat en un ayuno aproximadamente doscientos años antes de ésto, con el fin
de oponerse a su observancia, es probable que ésta sea la antigua tradición a la que se refería Sócrates. Y Sozomen, un
contemporáneo de Sócrates, habla del mismo punto así:--
“El pueblo de Constantinopla, y de varias otras ciudades, se reunían en el Sabbat, así como al día siguiente; dicha
costumbre nunca fue observada en Roma, o en Alejandría. Hay varios lugares y pueblos en Egipto, en donde, al contrario
de lo establecido en otras partes, las personas se reunían por la noche del Sabbat, aun cuando habían negado
previamente, tomar parte en los misterios.” 78
Cox comenta sobre estas declaraciones de estos historiadores:--
“Era su costumbre Sabatizar en Sábado, y celebrar el Domingo como un día de gozo y fiesta. Sin embargo, mientras que
en algunos lugares se guardaba respeto por ambos días, la practica Judaizante de observar el Sábado era condenada
por las iglesias líderes, y todas las doctrinas conectadas con ésta la resistían firmemente.” 79
El tiempo ha llegado, cuando lo declarado por Coleman, la observancia del Sabbat fue considerada herejía; y el fin del
siglo quinto fue testigo de su supresión efectiva en el gran cuerpo de la iglesia Católica.

Notas finales:
1
Diálogos sobre el Día del Señor, p. 180.
2
Moralidad del Cuarto Mandamiento, p. 9, Londres, 1641.
3
I Corinthians 5:6-8.
4
Hist Eccl.., vol. 1, cap. 2, sec. 30.
5
His Eccl.., libro 1, cent. 1, part 2, cap. 4, sec. 4. La Traducción del Dr. Murdock es más precisa que la de Maclaine. Él lo
menciona en estas palabras: “Más aun, aquellas congregación que Vivían mezcladas con Judíos, o se componían en
gran medida de Judíos, acostumbraban también observar el séptimo día de la semana como un día SAGRADO, por lo
cual los demás Cristianos no los condenaban para nada.”
6
Hist Eccl.., libro 1, cent. 1, part 2, cap. 4, sec. 4, márgen.
7
Ver capítulo 14 de esta Historia.
8
Ejemplos de la Antigua Cristiandad, cap. 26, sec. 2.
9
Ejemplos de la Antigua Cristiandad,, cap. 26, sec. 2.
10
Id.
11
Ejemplos de la Antigua Cristiandad,, cap. 26, sec. 2.
12
Ductor Dubitantium, part 1, libro 2, cap. 2, regla 6, sec. 51.
13
Diálogos sobre el Día del Señor, p. 66.
14
Un tratado sobre el Día Sabbat, conteniendo una “Defensa de la Doctrina Ortodoxa de la Iglesia Anglicana en contra de
la Novedad Sabatista,” p. 8. Fue escrito en 1635, por orden del rey, en respuesta a Brabourne, un ministro de la iglesia
establecida, cuyo trabajo se titulaba, “¡Una Defensa de la más Antigua y Sagrada Ordenanza de Dios, el día Sabbat,” fue
dedicado al rey, con una petición de restablecer el Sabbat Bíblico! Ver el prefacio al Tratado del Dr. White.
15
Deterioro y caída, cap. 15.
16
Ver capítulo 10.
17
Diálogos sobre el Día del Señor, p. 67.
18
Tratado del día Sabbat. p. 8.
19
Antigüedades de la Iglesia Cristiana, libro 16, cap. 6. sec. 2.
20
Pagina 280. Aquí Cox cita el trabajo titulado, "Examen del Sabbat Moderno."
21
Tratado Estudiado del Sabbat p. 77, Oxford, 1631.
22
Este edicto es el fundamento original de la autoridad del primer día, y en muchos aspectos responde a la festividad
Dominical a lo que es el cuarto mandamiento para el Sabbat del Señor. El original de este edicto puede verse en la
biblioteca de la Universidad de Harvard, y dice lo siguiente:---
IMP. CONTATNT. A. ELPIDIO.
Omnes Judices, urbaeque plebes, et cunctarum atrium official venerabili die solis quiescent. Ruri tamen positi agrorum
culturae libere licenterque inserviniant: quoniam frequenter evenit, ut non aptius alio die frumenta sulcis, aut vineae
scrobibus mandentur, ne occasíone momenti pereat commoditas coelesti provisione concessa. Dat. Nonis Mart. Crispo. 2
& Constantino 2. Coss. 321 Corpus Juris Civilis Codicis lib. iii tit. 12. 3.
23
Encic. Brit., art., Domingo, séptima edición, 1842.
24
Encic. Am., art., Sabat.
25
Hist Eccl.., cent. 4, part 2, cap. 4, sec. 5.
26
Cap. 14.
27
Duct. Dubitant., , libro 2, Cap. 2. regla 6, sec. 59.
28
Diálogos sobre el Día del Señor, p. 233.
29
Análisis de los Seis Textos, p. 291.
30
Leyes Sabáticas de Cox, etc., pp. 280, 281. Él cita el Análisis del Sabbat Moderno
31
Conferencias de Hessey Bamption , p. 60.
32
Historia de la Cristiandad, libro 3, cap. 1.
33
Id., libro 3, cap. 4.
34
Estas fechas son dignas de especial atención. Ver las Tablas Cronológicas de Blair, p. 193, ed. 1856; Rosse?s
Index of Dates, p. 830. http://www.revisedhistory.org/investigation-historical-dating.htm#
35
Imp. Constantinus A. Ad Maximum. Si quid de Platio Nostro, aut ceteris operibus publicis, degustatum fulgore esse
constiterit, retento more veteris observantiae. Quid portendat, ob Haruspieibus requiratur, et diligentissime scriptura
collecta ad Nostram Scientiam referatur. Ceteris etiam usurpandae huius consuctudinis licentia tribuenda: dummodo
sacrificiis domesticis abstineant, quae specialiter prohibita sunt. Eam autem denunciationem adque interpretationem, quae
de tactu Amphitheatri scriba est, de qua ad Heraclianum Tribunum, et Magistrum Officiorum scripseras, ad nos scias esse
perlatum. Dat. 16, Kal. Jan. Serdicae Aec. 8, Id. Mart. Crispo 2, et Constantino 2. C. C. Coss 321. Cod. Theodos. 16, 10,
1.—Library of Harvard College.
36
Ver Histo Eccl de Jortin, vol. 1, sec. 31; Historia de la Cristiandad de Milman, libro 3, cap. 1.
37
Ver Webster; antiguo record del hecho. Ver Ezekiel 21:19-22.
38
Comentarios Históricos, cent. 4, sec. 7.
39
Deterioro y Caída del Imperio Romano, cap. 20.
40
Hist Eccl de Marsh.., period 3, cap. 5.
41
Deterioro y Caída del Imperio Romano, cap. 18.
42
Domingo en el Sabbat Mosaico, p. 4, publicado por R. Groombridge & Sons, London.
43
Ver cap. 18.
44
Omnium vero dierum per septimanám appellations (ut Solis, Lunac, Martic, etc.), mutasse in ferias: ut Polydorus (li. 6, c.
5) indicat. Metaphrastes vero, monima dierum Hebraeis usitata retinuisse eum, tradit; SOLIUS PRIMI DIEI
APPELLATIONE MUTATA, QUEM DOMINICUM DIXIT. Historia Ecclesiastica per M. Ludovicum Lucium, cent. 4, cap. 10,
pp. 739, 740, Ed. Basílea, 1624.—Library of Andover Theological Seminary. The Ecclesiastical History of Lucius is simply
the second edition of the famous "Magdeburg Centuries," which was published under his supervision.
45
Citada en Horae Apocalypticae de Elliott, quinta edición, vol. 4, p. 603.
46
McClintock y Strong Encyclopedias, vol. 4, p. 506.
47
Hist. del Sab., part 2, cap. 3, sec. 12.
48
Id., sec. 1.
49
Hist. del Sab., part 2, cap. 3, sec. 1.
50
Deterioro y Caída, cap. 28.
51
Hist. Sab., part 2, cap. 3. sec. 5.
52
Hist Eccl.., book 1, cap. 4.
53
Eusebius?s Commentary on the Psalms, quoted in Cox?s Sabbath Literature, vol. 1, p. 361; also in Justin Edward?s
Sabbath Manual, pp. 125-127.
54
Id.
55
Id.
56
Vida de Constantino por Eusebio, 3, 33, citada en la Horae Apocalypticae, vol. 1, p. 256.
57
Literatura Sabática de Cox, vol. 1, 361.
58
Apéndice a la Historia del Sabbat de Gurney., pp. 115, 116.
59
Sermones sobre los Sacramentos y el Sabbat, pp. 122, 123.
60
Quod non oportet Christianos Judaizere et otiare in Sabbato, sed oprari in eodem die. Preferentes autem in veneratione
Dominicum diem si vacare volunerint, ut Christiani hoc faciat; quod si reperti fuerint Judaizare Anathema sint a Christo.
61
Disertación sobre el Sabbat día del Señor, pp. 33, 34, 44. 1633.
62
El Domingo un Sabbat, p. 163. 1640.
63
Diálogos sobre el Día del Señor, p. 188; Conferencias de Hessey Bampton, pp. 72, 304, 305.
64
De Corona de Tertuliano, secciones 3 y 4.
65
Leyes del Sabbat, etc., p. 138.
66
Leyes del Sabbat , etc., p. 138.
67
Enciclopedia de Literatura Bíblica, artículo, Día del Señor; Hist del Sab de Heylyn., part 2, sec. 7.
68
Hist. Sab., part 2, cap. 3, sec. 9.
69
Diálogos sobre el Día del Señor, P . 234; Hist. Sab., part, cap. 3, sec. 7.
70
Diálogos sobre el Día del Señor, pp. 236, 237.
71
Tratado sobre el Sabbat, p. 219.
72
Leyes del Sabbat, etc., p. 284.
73
Hist. Sab., part 2, cap. 4. sec. 8.
74
Manual del Sabbat, p. 123.
75
Diálogos sobre el Día del Señor, p. 259.
76
Id., p. 260.
77
Sócrates, libro 5, cap. 22.
78
Sozomen, libro 7, cap. 19; Lardner, vol. 4, cap. 85, p. 217.
79
Leyes del Sabbat, p. 280.

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 20: EL DO MI NG O EN L A EDA D ME DI A

El papa se convierte en cabeza de todas las iglesias


El pueblo de Dios se aparta al desiertos
Seguimiento del Domingo durante la Edad Media en la historia de la iglesia
Situación de esa festividad en el siglo sexto
No adquirió el título de Sabbat Sabbath hasta después de mucho tiempo
Momento en el que se convirtió en día de abstinencia de labores en el Oriente
Cuándo en el Occidente
Canon para el Domingo del primer concilio de Orleans
Del concilio de Aragón
Del tercer concilio de Orleans
Del concilio en Mascón
En Narbon
En Auxerre
Milagros que establecieron la santidad del Domingo
El papa recomienda a los hombres sacrificarse, guardando piadosamente el Domingo,
por los pecados de la semana previa
El Sabbat y Domingo ambos estrictamente observados por una clase en Roma, quienes
fueron anulados por el papa
De acuerdo a Twisse, estos fueron dos clases distintas
El Sabbat, como su Señor, crucificado entre dos ladrones
Concilio en Chalons
Concilio en Toledo, en el cual se prohibió a los Judíos guardar el Sabbat, y se
les ordenó guardar el Domingo
Primera ley Inglesa para el Domingo
Concilio en Constantinopla
En Inglaterra
En Bavaria
Canon del Arzobispo de York
Estatutos de Carlomagno, y cánones de los concilios que él convocó
El pueblo ayuda en la tarea
El concilio en Paris origina un famoso argumento del primer día
El concilio falla en establecer la santidad del Domingo
Súplica a los emperadores a enviar más edictos graves con el fin de hacer cumplir ese día
El papa resuelto tomar el asunto en sus manos, y establecer efectivamente el Domingo
Otros estatutos y cánones
El Domingo según el rey Noruego
El Domingo consagrado a la misa
Argumentos del primer día curiosos y obsoletos
El papa prohíbe comer carne el Sabbat
El papa Urbano II ordena el Sabbat del Señor como festividad para la adoración
a la Virgen María
Aparición de San Pedro
El papa envía a Eustacio a Inglaterra con un rollo caído del cielo, ordenando la
observancia del Domingo bajo espantosa pena
Milagros subsecuentes
El Domingo establecido en Escocia
Otras leyes Dominicales hasta la Reforma
El Domingo siempre solo una ordenanza humana.

l inicio del siglo sexto fue testigo del desarrollo de la gran apostasía, a tal grado que el hombre de pecado podía ser
visto claramente sentado en el templo de Dios. 1 El imperio Romano Occidental había sido dividido en diez reinos, y el
E camino estaba preparado para el trabajo del cuerno pequeño. 2
Al inicio de este siglo, el obispo de Roma fue hecho cabeza de toda la iglesia por el emperador de Oriente, Justiniano. 3 El
dragón dio a la bestia su poder y su trono y grande autoridad. A partir de este ascenso a la supremacía por el pontífice
Romano, data el “tiempo, tiempos, y división del tiempo,” o mil doscientos sesenta años, de las profecías de Daniel y
Juan. 4
El verdadero pueblo de Dios ahora se apartó por seguridad a lugares de obscuridad y reclusión, como lo muestra la
profecía: “Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil
doscientos sesenta días.” 5 Dejando su historia para el presente, sigamos aquello de la iglesia Católica, y busquemos en
su registro la historia del Domingo festivo a través del periodo de la Edad Media. Heylyn da el siguiente testimonio sobre
los siglos quintos y sextos:--
“Los fieles, estando unidos mejor que antes, se volvieron más uniformes en asuntos de devoción; y en esa uniformidad
acordaron dar al día del Señor todos los honores de una festividad santa. Sin embargo, ésto no se produjo de inmediato,
sino paulatinamente; los siglos quinto y sexto transcurrieron antes de alcanzar la posición que ha continuado desde
entonces. Los emperadores y prelados en estos tiempo tenían los mismos propósitos; tanto avanzar este día sobre todos
los demás; y a los edictos de uno, y constituciones eclesiásticas del otro, debe muchos de esos privilegios y excepciones
que aun goza.” 6
Pero el Domingo no había conquistado el título de Sabbat. Así Brerewood da este testimonio:--
“El nombre de Sabbat permaneció en propiedad del antiguo Sabbat; y nunca fue atribuido al día del Señor, no por
muchos cientos de años después del tiempo de nuestro Salvador.” 7
Y Heylyn comenta del término “Sabbat” en la iglesia primitiva:--
“Entre ellos el Sábado no recibe otro nombre sino aquél que siempre tuvo, el Sabbat. De manera que por mil años en
adelante, dondequiera que encontramos Sabbatum en cualquier escritor de cualquier nombre, debe entenderse ningún
otro día sino Sabado.” 8
El Dr. Francis White, obispo de Ely, también testifica:
“Cuando los antiguos padres diferenciaron y dieron nombres adecuados a los días de la semana siempre consideraron el
Sábado, Sabbatum, el Sabbath, y el Domingo, o primer dia de la semana, Dominicum, el dia del Señor.” 9
Sin embargo, debe señalarse, que la más temprana mención del Domingo como día del Señor, está en los escritos de
Tertuliano; Justino Mártir, sesenta años antes, perfilando “el día llamado Domingo;” mientras que la aplicación oficial de
ese término al Domingo fue por Silvestre, obispo de Roma, mas de cien años después del tiempo de Tertuliano. La más
temprana mención del Domingo como el Sabbat Cristiano la señala Heylyn:--
“El primero en usarlo para denotar el día del Señor (el primero que he encontrado en toda esta investigación) es uno
Petrus Alfonsus—el vivió en tiempos de Ruperto [o sea al inicio del siglo doce] —quien llama al día del Señor por el
nombre de Sabbat Cristiano.” 10
Del trabajo en Domingo en la iglesia de Oriente Heylyn dice,:--
“Fue casí novecientos años después del nacimiento de nuestro Salvador, si no es que más, antes de que se pensara en
la restricción de trabajo en este día en el Oriente; y probablemente al ser así restringido, no encontró mayor obediencia
de la que encontró antes en el Occidente.” 11
Del trabajo en Domingo en la iglesia de Occidente el Dr. Francis White dice,:--
“La iglesia Católica, por más de seiscientos años después de Cristo, permitió el trabajo, y dio licencia a muchos Cristianos
para trabajar en el día del Señor a tales horas que no fueran ordenadas para estar presentes en el servicio público por el
precepto de la iglesia.” 12
Pero busquemos los pasos por los que el Domingo festivo ganó terreno hasta alcanzar su desarrollo completo. Esto lo
encontraremos al presente en los edictos de emperadores, y los decretos de concilios. Morer dice de ello:--
“Bajo Clodoveus, rey de Francia, encontró a los obispos en los primeros concilios de Orleans [507 D.C.], en donde se
comprometían ellos mismos y sus sucesores a estar siempre en la iglesia en el día del Señor, excepto en caso de
enfermedades o alguna condición grave. Y ya que ellos, junto con algunos otros del clero en esos días, tenían
conocimiento de asuntos judiciales, por tanto por el concilio en Aragón, en el año 518, bajo el reinado de Teodorico, rey
de los Godos, se decretó que ‘Ningún obispo u otra persona en ordenes santas examinara o pasara juicio en ninguna
controversia civil en el día del Señor.” 13
Esto demuestra que en aquellos días las cortes civiles algunas veces se realizaban en Domingo por obispos; de otra
manera tal prohibición no se habría presentado. Hengstenberg, en su comunicado del tercer concilio de Orleans, presenta
un panorama del estado existente del Domingo festivo:--
“El tercer concilio de Orleans, en 538 D.C. dice en su canon 29: ‘La opinión se disemina entre el pueblo, de que es malo
pasear, o manejar, o cocinar alimentos, o hacer algo a la casa o a la persona en Domingo. Pero ya que tales opiniones
son más Judías que Cristianas, eso será oficial en el futuro que ha sido así al tiempo presente. Por otra parte, las labores
agrícolas deben dejarse de lado, con el fin de que el pueblo no sea impedido de ir a la iglesia.” 14
Observe la razón presentada. No es que no violen la ley del Sabbat, sino que ellos no sean impedidos de ir a la iglesia.
Otra autoridad establece el caso así:--
“El trabajo en el campo [en Domingo] no fue prohibido hasta el concilio de Orleans, en 538 D.C. Era así una institución
de la iglesia, como lo ha dicho el Dr. Paley. Los Cristianos anteriores se reunían en la mañana del día para orar y cantar
himnos, conmemorando la resurrección resurrection de Cristo, y volvían a sus deberes comunes.” 15
En el año 588 D.C. otro concilio se reunió, cuya ocasión es presentada en el siguiente extracto:--
“Y ya que, a pesar de todo este cuidado, el día no se guardaba adecuadamente, los obispos fueron reunidos una vez más
en Mascón, un pueblo en Borgoña, por el Rey Gunthrum, y ahí esbozaron este canon: ‘Se tiene noticia de que los
Cristianos han incumplido mucho y menospreciado el día del Señor, dedicándose, como en otros días, al trabajo comú;,
para resarcir tal irreverencia, para el futuro, advertimos a cada Cristiano que no tome el nombre en vano, prestar oído a
nuestro consejo, sabiendo que nuestra preocupación es por su bien, y un poder para evitar el mal sobre ustedes.
Entonces, guarden el día del Señor, el día de nuestro nuevo nacimiento.” 16
Al ser necesaria mayor legislación, encontramos que—
“Un año después, hubo un concilio en Narbon, que prohibió a las personas de cualquier país o clase, realizar cualquier
trabajo servil en el día del Señor. Pero si algún hombre presumía desobedecer este canon, debía ser multado si fuera un
hombre libre, o si un sirviente, severamente azotado. O como Surius presenta el castigo en el edicto del Rey Recaredus,
el cual el lanzo, casí al mismo tiempo, para reforzar los decretos del concilio, ‘Los hombres ricos debían ser castigados
con pérdida de una porción de sus tierras, y los más pobres con exilio perpetuo;’ en el año de gracia 590. Otro sínodo se
realizo en Auxerre, una ciudad en Champaña, en el reinado de Clotair, Rey de Francia, en donde se decreto. . . ‘que
ningún hombre debía ser permitido arar, ni llevar carretas, o hacer tales cosas en el día del Señor.’” 17
Tales fueron algunos de los esfuerzos realizados en el siglo sexto para promover la santidad del Domingo festivo. Y
Morer nos dice que:--
“Por temor de que la doctrina doctrine no se estableciera sin milagros que la respaldaran, Gregorio de Tours [en 590
D.C.] provee varios de ellos con tal propósito.” 18
El Sr. Francis West, un escritor del primer día, seriamente aduce uno de estos milagros en apoyo a la santidad del
primer día:--
“Gregorio de Tour reportó, ‘que un agricultor, quien en el día del Señor fue a arar su tierra, al limpiar su arado con un
fierro, el fierro se pegó tan rápido a su mano que por dos años no pudo ser liberado de él, sino que lo cargo
continuamente, para su gran dolor y vergüenza.” 19
[EN LA PRIMERA PARTE DEL SIGLO SÉPTIMO, APARECIÓ OTRO OPONENTE AL SABBAT
BÍBLICO EN LA PERSONA DE MAHOMA.PARA DISTINGUIR A SUS SEGUIDORES DE
AQUÉLLOS QUE GUARDABAN EL SABBAT Y AQUÉLLOS QUE GUARDABAN EL DOMINGO, ÉL
SELECCIONÓ EL VIERNES,]
Al concluir el siglo sexto, el papa Gregorio exhortó al pueblo de Roma a ‘expiar en el día de la resurrección del Señor lo
que fue hecho descuidadamente los seis días antes´.” 20 En la misma epístola, este papa condenó a cierta clase de
hombres en Roma quienes promovían la estricta observancia tanto del Sabbat como del Domingo, describiéndolos como
predicadores del Anticristo.21 Ésto muestra el sentimiento de intolerancia del papado hacia el Sabbat, aun al unirlo con la
estricta observancia del Domingo. También muestra que aun en Roma misma había observadores del Sabbat tan tarde
como en el siglo séptimo, aunque tan confundidos por el oscurantismo reinante que añadieron a su observancia una
abstinenciaabstinence estricta de labores el Domingo.
En la primera parte del siglo séptimo, apareció otro oponente al Sabbat Bíblico en la persona de Mahoma. Para distinguir
a sus seguidores de aquéllos que guardaban el Sabbat y aquéllos que guardaban el Domingo, él seleccionó el Viernes, el
sexto día de la semana, como su festival religioso. Y así “los Mahometanos y los Romanísticos crucificaron el Sabbat, así
como los Judíos y los Romanos hicieron con el Señor del Sabbat, entre dos ladrones, el sexto y el primer día de la
semana,” 22 pues el Mahometanismo y Romanismo cada uno suprimió el Sabbat sobre una amplia extensión de terreno.
Hacia la mitad del siglo séptimo, tenemos más cánones de la iglesia a favor del Domingo:--
“En Chalons, una ciudad en Borgoña, por el año 654, hubo un sínodo principal que confirmó lo que se había hecho en el
tercer concilio de Orleans, sobre la observancia del día del Señor, a saber, que nadie debía arar o cosechar, o hacer
cualquier cosas de agricultura, bajo pena de censura de la iglesia; que fue lo más inteligente, respaldado por el poder
secular, y por un edicto amenazando tal como ofensa; quien, si esclavo, debía ser azotado seriamente, pero si libre, tenía
tres advertencias, y entonces si culpable, perdía la tercera parte de su patrimonio, y si aun obstinado, era hecho esclavo
para siempre. Y en el primer año de Eringius, cerca del tiempo del Papa Agatho, se sostuvo el doceavo concilio de
Toledo en España, en 681 D.C. en donde se prohibía a los Judíos guardar sus propias festividades, pero por lo
menos guardar el día del Señor sin hacer ninguna clase de trabajo en él, y donde pudieran expresar su alegría de
Cristo o su adoracion.” 23
¡Ciertamente estas eran razones de peso para la observancia del Domingo! Ni tampoco se considera extraño que en
elOscurantismo una sucesión constante de tales cosas eventualmente llevara a la observancia universal de tal día. Aun
los Judíos eran provocados a desistir de guardar el Sabbat, y honrar el Domingo descansando ese día de sus labores. La
mención más temprana del Domingo en los estatutos Ingleses parece ser la siguiente:--
“En el año 692 D.C. “Ina, Rey de los Sajones del Oeste, por consejo de Cenred su padre, y Heddes y Erkenwald su
obispo, con todos sus concejales e intelectuales, en una gran asamblea de los sirvientes de Dios, por la salud de sus
almas, y preservación general del Reino, elaboraron varias constituciones, de las cuales ésta fue la tercera: ‘Si un
sirviente hace cualquier trabajo en Domingo por orden de su amo, será puesto en libertad, y el amo pagará treinta
chelines; pero si fue a trabajar de su propia decisión, será azotado con látigos, o pagará un rescate de sí mismo. Un
hombre libre, si trabaja en este día, perderá su libertad, o pagará sesenta chelines; si fuera sacerdote, el doble.” 24
El mismo año que esta ley entró en vigor en Inglaterra, el sexto concilio general convino en Constantinopla, y decreto
que:--
“Si algún obispo u otro clérigo, o parroquiano, se ausentaba de la iglesia por tres Domingos consecutivos, excepto en
casos de gran necesidad, si un clero, debía ser depuesto; si parroquiano, excomunicado.” 25
En el año 747 un concilio del clero Ingles fue convocado por Cutberto, arzobispo de Canterbury, en el reinado de
Egberto, Rey de Kent, y hecha esta constitución:--
“Se ordena que el día del Señor sea celebrado con suma veneración, y enteramente dedicado a la adoración de Dios. Y
que todos los párrocos y sacerdotes, en este día santísimo, permanezcan en sus respectivos monasterios e iglesias, y
ahí realicen su deber de acuerdo a su posición.” 26
Otro entró en vigor en Dingosolinum en Bavaria, donde un sínodo se reunió en el año 772, el cual decreto que:--
“Si algún hombre trabaja su carreta en este día, o hace algún negocio común, su equipo será decomisado para uso
público; y si el individuo persiste en su error, que sea vendido por esclavo.” 27
Los ingleses no se quedaron atrás de sus vecinos en la buena labor de establecer la santidad del Domingo. Así leemos:-
-
“En 784 D.C. Egberto, arzobispo de York, elaboró este canon con el fin de demostrar positivamente lo que debía hacerse
el Domingo, y lo que las leyes diseñaban al prohibir el trabajo ordinario en tales días: ‘Que nada más sea hecho en el día
del Señor, dijo, sino servir a Dios con himnos, salmos y canciones espirituales. Quienquiera que se case en Domingo,
que haga penitencia por siete días.” 28
Al concluir el siglo octavo, mayores esfuerzos se realizaron a favor de este favorecido día:--
“Carlos el Grande reunió a los obispos de Friuli, en Italia, donde . . . ellos decretaron [791 D.C.] que toda persona debía,
con toda reverencia y devoción, honrar el día del Señor. . . Bajo el mismo príncipe, otro concilio fue convocado tres años
más tarde en Frankfurt en Alemania, y ahí se determinaron los límites del día del Señor, del Sábado por la tarde al
Domingo por la tarde.” 29
Los cinco concilios de Mentz, Rheims, Tours, Chalons, y Arles fueron convocados en el año 813 por Carlomagno.
Sería un poco desgastante para el lector revisar los varios artículos de estos concilios a favor del Domingo. Son de la
misma ideología de los ya citados. El concilio de Chalons, sin embargo, merece ser mencionado, en que, de acuerdo a
Morer:--
“Ellos solicitaron la ayuda de la fuerza secular, y pidieron al emperador [Carlomagno] que vigilara estrictamente la
observancia de este [Domingo]. A lo cual él consintió, sin dejar cabos sueltos para asegurar la honra del día. Sus
acciones tuvieron éxito; y durante su reinado, el día del Señor sostuvo una figura considerable. Pero después de su
tiempo, el aspecto fue otro.” 30
El papa dio una mano para vigilar la profanación del Domingo:--
“Y he aquí bajo el Papa Eugenio, en un sínodo realizado en Toma en 826, . . . dio órdenes de que el párroco debía
amonestar a tales infractores, y animarlos a ir a la iglesia a decir sus oraciones, no sea que trajeran alguna gran
calamidad sobre sí mismos o sus vecinos.” 31
Todo esto sin embargo, no fue suficiente; de manera que se convocó otro concilio. En este se presentó—quizás por vez
primera—el famoso argumento del primer día ahora tan conocido de todos, que probaba que el Domingo era el verdadero
Sabbat pues los hombres que trabajaban ese día eran golpeados por relámpagos. Así leemos:--
“Pero estas advertencias paternales dieron poco resultado. Se realizó un concilio provincial en Paris tres años después, .
. . en 829, en el que los prelados se quejaban de que el día del Señor no era guardado con reverencia conforme se
convirtió en religión, . . . lo cual fue la razón de que Dios envira juicio severo sobre ellos, y en forma de especial castigo
sobre algunas personas por menospreciarlo y abusarlo. Pues, ellos dicen,´muchos de nosotros por nuestro propio
conocimiento, y otros de oídas, sabemos que varios campesinos, realizando sus labores en este día, han sido muertos
por relámpagos; otros, atacados por convulsiones en sus articulaciones, han perecido miserablemente. Por lo que es
obvio que grande fue el descontento de Dios al ellos despreciar este día.’ Y al final concluyen que ‘en primer lugar los
sacerdotes y ministros, luego reyes y príncipes, y todos los fieles, sean exhortados a utilizar todas sus herramientas y
cuidados para restaurar el honor del día, y para el crédito de la Cristiandad, de manera que sea observado con más
devoción en el tiempo por venir.” 32
Era necesario ampliar la legislación:--
“Se declaró siete años más tarde, en un concilio en Aken, bajo Lewis el Piadoso, que no se permitiera ni suplicas ni
bodas en el día del Señor.” 33
Pero la ley de Carlomagno, aunque respaldada por la autoridad de la iglesia, expresada en los cánones de los concilios
ya citados, se convirtió en frívola por la negligencia y descuido de Lewis, su sucesor. Es evidente que los cánones y
decretos de concilios, aunque respaldados por la mención de juicios terribles que caerían sobre los transgresores, no
eran aun suficientes para reforzar el sagrado día. Otro estatuto más terrible que cualquiera de los anteriores fue buscado
a manos del emperador, y expresa:--
“A partir de esto, se hizo un comunicado a los emperadores, Lewis y Lotharius, que ellos se alegrarían de atender a este,
y enviar algunos preceptos o propuestas más severas de las ya existentes, para provocar terror en sus súbditos, y
forzarlos a dejar su arado, suplica, y vendimia, entonces difundida en uso de nuevo; lo cual fue hecho en el año 853; y
con ese propósito, un sínodo se convocó en Roma bajo el papado de Leo IV.” 34
Los promotores del Sabbat del primer día en todos los tiempos han buscado una ley capaz de infundir terror en aquellos
que no santifiquen ese día. Aun continúan en esa tarea en vano. Pero si honraran el día que Dios aparto como Sabbat,
encontrarían en esa ley de fuego que proviene de su mano derecha un estatuto que hace innecesaria toda legislación
humana. 35
En este sínodo, el papa tomó el asunto en sus manos de buena gana. Heylyn testifica que bajo los emperadores Lewis y
Lotharius, se realizó un sínodo en Roma en 853 D.C. bajo el Papa Leo IV.,--
“Donde se ordenó con mayor precisión que antes, que ningún hombre debía de ahí en adelante atreverse a hacer
ninguna vendimia en el día del Señor, no, ni para alimentos; ni realizar ningún trabajo de campesinazgo. Dicho canon
elaborado en Roma, confirmado en Compeigne, y posteriormente incorporado, como estaba, al cuerpo de la ley del
canon, fue admitido, sin más preguntas, en la mayoría de lugares de la Cristiandad, especialmente cuando los papas
habían logrado su culminación, y traído a los príncipes Cristianos a su devoción. Pues entonces el pueblo, anteriormente
opuesto, podía justamente decir, ‘He aquí, dos reyes no se opusieron, ¿cómo lo haremos nosotros?’ Bajo cuya
consternación todos los hombres presentes obedecieron, comerciantes de todas clases dejaron sus trabajos; y entre
ellos, el molinero, a pesar de que su trabajo era el más fácil, y requería menos de su presencia.” 36
Este fue el establecimiento más efectivo de la santidad del primer día.
Cinco años después de esto leemos que:--
En 858 D.C. “Los Búlgaros enviaron preguntas al Papa Nicolás, para las que deseaban respuestas. Y esa [respuesta] que
concernía al día del Señor fue que ellos debían desistir de todo trabajo secular, etc.” 37
Morer nos informa respecto del poder civil, que:--
“En este siglo el Emperador [de Constantinopla] Leo, apodado el filosofo, restringió el trabajo de campesinazgo, el cual,
de acuerdo a la tolerancia de Constantino, era permitido en Oriente. Lo mismo hizo en Occidente Theodorius Rey de
Bavaria, quien elaboró esta orden, que ‘si cualquier persona en el día del Señor colocaba el yugo sobre su buey, movía
su carreta, su buey derecho sería confiscado en el acto; o si hace forraje y lo carga, debía ser advertido a desistir dos
veces, y si no, debía recibir cincuenta latigazos.” 38
De las leyes del Domingo en Inglaterra leemos lo siguiente:--
“En 876 D.C. Alfredo el grande fue el primero en unificar la heptarquía Saxon, y no fue la menor cosa a su cuidado hacer
una ley que, entre otras festividades, este día se guardara con especial solemnidad, pues era el día en que nuestro
Salvador Cristo derrotó al enemigo; significando el Domingo, el cual es el memorial semanal de la resurrección de nuestro
Señor, por la cual derrotó a la muerte, y a aquél que tenía el poder sobre la muerte, este es al diablo. Y mientras que
antes, solo un castigo para el sacrilegio cometido en cualquier otro día restauraba el valor de la cosa robada, y con eso
perdía una mano, el añadió que si cualquier persona era encontrada culpable de este crimen hecho en el día del Señor,
debía ser castigada doblemente.” 39
Diecinueve años más tarde, el papa y su concilio fortalecieron aún más el día sagrado. El concilio de Friburg en
Alemania, en 895 D.C. bajo el Papa Formosus, decreto que el día del Señor, los hombres “debían pasar orando, y
dedicados al santo servicio a Dios, quien si no sería provocado a la ira.” 40 El trabajo de establecer la santidad del
Domingo en Inglaterra se llevó a cabo con firmeza:--
“El Rey Athelston, . . . en el año 928, elaboró una ley prohibía el comercio y juicios civiles en el día del Señor, bajo pena
de confiscar sus bienes, además de una multa de treinta chelines por cada ofensa.” 41
En una convocatoria del clero Ingles en este tiempo, se decreto que toda clase de tráfico y los juzgados, etc., debían
suspenderse el Domingo. “Y quienquiera que transgrediera estas instancias, si fuera hombre libre, debía pagar doce
oraes; si sirviente, severamente azotado.”— Más adelante se nos informa que
“Cerca del año 943, Otho, arzobispo de Canterbury, decretó que sobre todas las cosas el día del Señor debía
guardarse con todo cuidado imaginable, de acuerdo al canon y antiguas costumbres.” 42
En 967 D.C. el Rey Edgar “ordenó que el festival debía guardarse desde las tres de la tarde del Sábado, hasta el
amanecer del Lunes.” 43
“El Rey Ethelred el joven, hijo de Edgar, asumiendo la corona en el año 1009, convocó un concilio general de todo el
clero Ingles, bajo Elfeagus, arzobispo de Canterbury, y Wolstan, arzobispo de York. Y en este se solicitaba a todas las
personas que de una manera más ferviente guardaran el Domingo, y lo que le pertenecía.” 44
En Noruega el Domingo no dejó de situarse sólidamente. Heylyn no dice del fervor de un Rey Noruego de nombre Olaus,
en 1028 D.C.:--
“Al estar concentrado en pensamientos profundos un Domingo, y teniendo en su mano un bastón, tomó su cuchillo y lo
afilo, como los hombres hacen en ocasíones, cuando sus mentes están abrumadas o enfocadas en negocios. Y cuando
se le dijo, por medio de broma, que había transgredido el Sabbat, reunió todos los trozos, los puso en su mano, y les
prendió fuego, de esa manera, dijo Crantziuz, pudiera vengar aquella distracción que había hecho en contra del
mandamiento de Dios.” 45
En España también el trabajo avanzó. Un concilio reunido en Coy en el año 1050, bajo Ferdinand, Rey de Castilla, en los
días del Papa Leo IX, en el que se decretó que el día del Señor “era para ser consagrado enteramente a escuchar la
misa.”46
Los doctores de la iglesia ansiaban fortalecer la santidad de este venerable día en la mente del pueblo. Heylyn dice lo
siguiente:--
“Petrus Damiani, quien vivió en el 1056 D.C. liberaba las almas del purgatorio, que cada día del Señor eran liberadas de
sus dolores, y elevadas arriba y abajo como del lago Averus en forma de aves.” 47
Los doctores de la iglesia ansiaban fortalecer la santidad de este venerable día en la mente del
pueblo. Heylyn dice lo siguiente:--
“Petrus Damiani, quien vivió en el 1056 D.C. liberaba las almas del purgatorio, que cada día del
Señor eran liberadas de sus dolores, y elevadas arriba y abajo como del lago Averus en forma de
aves.” 47
Al mismo tiempo, otro argumento similar fue presentado con el fin de dar a la observancia mayor rigidez. Morer informa
respecto de aquellos que en esta época eran los más fervientes promotores de la observancia del Domingo:--
“Aun así los otros seguían en sus caminos; y para inducir a sus prosélitos a dedicar el día con mayor precisión y cuidado,
presentaron el antiguo argumento de compasíón y caridad sobre aquéllos lanzados al infierno, quienes durante este día
tenían descanso de sus tormentos, siendo la benevolencia y libertad mayor o menor de acuerdo al celo y grado de
guardarlo bien (el día domingo).” 48
En la división Oriental de la iglesia Católica, durante el siglo once, el Sabbat aun se consideraba un día festivo, en
igualdad en santidad que el Domingo. Heylyn contrasta con esto la acción de la división Occidental de esa iglesia:--
Si por lo tanto, ¡ellos guardaban este sagrado festival, sus amigos en el infierno cosecharían el beneficio, en un descanso
de sus tormentos ese día! En un concilio en Roma en el año 1078, el Papa Gregorio VII, decretó que como el Sabbat por
mucho tiempo había sido considerado un día de fiesta, aquéllos que desearan ser Cristianos debían abstenerse de comer
carne ese día. 49
“Pero por otra parte, era una costumbre antigua en la iglesia de Roma, donde ellos sí laboraban y ayunaban. . . .Y ésto,
con poca oposición o interrupción, salvo aquélla que se efectuó en la ciudad de Roma al principio del siglo séptimo, y
pronto fue aplastada por Gregorio, entonces obispo ahí, como lo mencionamos anteriormente. Y como Urbano II, lo
consagró semanalmente para ser el servicio a la santísima virgen, e instituyó en el concilio realizado en Clermont, en
1095 D.C., que el servicio de nuestra señora fuera rezado en él, y que en aquel día todos los Cristianos debían adorarla
con toda su mejor devoción.” 50
Parecería que ésto fuera una indignante atrocidad al Altísimo. El memorial del gran Creador separado como un festival en
el cual adorar a María, bajo el título de “¡Madre de Dios”! A mediados del siglo doce, el Rey de Inglaterra fue advertido de
no traer sufrimiento sobre los hombres haciéndolos trabajar en Domingo. Enrique II inicio su gobierno en el año 1155.
“De él se reporta que tuvo una aparición en Cardiff (. . . al Sur de Gales), en la cual San Pedro le ordenó que en todos
sus dominios, los Domingos debía abstenerse de compras ni ventas, ni trabajo servil.” 51
La santidad del Domingo todavía no era suficiente, pues hacía falta una garantía divina para su
observancia.
La forma en cómo esta necesidad urgente fue proveída la relata Roger Hoveden, un historiador
de alta reputación, quién vivió en el propio tiempo cuando este precepto fuertemente necesitado
fue provisto por el papa.
Hoveden nos manifestó que Eustace, el Párroco de Flaye en Normandía, vino a Inglaterra en el
año 1200, a predicar la palabra de Dios, y esta predicación fue respaldada por muchos ‘milagros
maravillosos’. El estaba a favor del Domingo.
Hoveden dice:--
“En Londres, y también en muchos otros lugares por toda Inglaterra, tuvo éxito su predicación, pues de ese
tiempo en delante el pueblo no se atrevía a comerciar cosas en el día del Señor.” 52
Pero Hoveden nos dice que “el enemigo de la humanidad (satanás) levantó en contra de este hombre de Dios
ministros de iniquidad,” y al parecer, que no teniendo un mandamiento para el Domingo, se encontró en
situación comprometida.
El historiador continúa:--
“Sin embargo dicho párroco, siendo censurado por los ministros de Satanás Satan ya no estuvo dispuesto a
molestar más a los prelados de Inglaterra con su predicación, sino que regresó a Normandía, al sitio de donde
vino.” 53
Pero Eustace, aunque repudiado no pensó en abandonar el reto. Él no tenía un mandamiento del Señor cuando
vino a Inglaterra la primera vez. Pero después de un año de viaje por el continente fue suficiente para proveer lo
que carecía. Hoveden nos narra como él regresó el siguiente año con el precepto necesario:--
“En el mismo año [1201], Eustace, párroco de Flaye, regresó a Inglaterra, y predicando la
palabra de Dios de ciudad en ciudad, y de lugar en lugar, prohibía a toda persona comerciar
bienes de venta en el día del Señor. Pues decía que tenía un mandamiento escrito, para
observar el domingo día del Señor, que había caído del cielo:--
“EL SANTO MANDAMIENTO PARA EL DÍA DEL SEÑOR”
Que provino del cielo en Jerusalén, y fue encontrado en el altar de San Simeón, en el
Gólgota, donde Cristo fue crucificado por los pecados del mundo. El Señor envió su epístola,
que fue encontrada sobre el altar de San Simeón, y después de una larga observación three
days and three nights, de algunos hombres, se postraron a tierra, implorando la misericordia
de Dios. Y pasada la hora tercera, el patriarca se levantó, y Acharias, el arzobispo, y ellos
abrieron el rollo, y recibieron la santa epístola de Dios. Y cuando habían tomado la misma,
encontraron este escrito en él:--
“Yo soy el Señor quien les ordenó guardar el santo día del Señor, y ustedes no lo han
guardado, ni se han arrepentido de sus pecados, como he dicho en mi evangelio, “El cielo y la
tierra pasaran, pero mis palabras no pasaran.” Mientras que, yo hice que se les predicara el
arrepentimiento repentancey corrección de vida, ustedes no me creyeron, he enviado contra
ustedes a los paganos, quienes han derramado su sangre sobre la tierra; y aun así no han
creído; y puesto que ustedes no guardaron el día santo del Señor, por unos cuantos días
sufrirán hambre, pero pronto les daré llenura, y después de eso ustedes hicieron pero otra
vez. De nuevo, es mi voluntad, que ninguno desde la hora novena del Sábado hasta el
amanecer del Lunes, haga ninguna clase de trabajo excepto aquéllo que es bueno.
“Y si alguna persona lo hace así, ahora con penitencia expiará por lo mismo. Y si ustedes no
obedecen este mandamiento, ciertamente les digo, y les juro, por mi silla, y mi trono, y por el
querubín que vigila la silla santa, y que les daré mis mandamientos por ninguna otra epístola,
pero abriré los cielos, y en lugar de lluvia hare llover sobre ustedes piedras, y no agua en la
noche, que nadie pueda prevenirse contra lo mismo, que de esa manera yo pueda destruir a
todos los hombres malvados
“Esto les digo a ustedes; pues el día santo del Señor, morirán la muerte; y por los otros
festivales de mis santos que ustedes no ha guardado: enviaré a ustedes bestias con cabeza
de león, cabello de mujer, colas de camello, y ellos serán tan voraces que devorarán su
carnes, y ustedes ansiarán huir a las tumbas de los muertos, y esconderse por temor a las
bestias; y yo quitaré la luz del sol de sus ojos, y enviaré tinieblas a ustedes, que sin ver, se
destruyan unos a otros, y que yo pueda remover de ustedes mi cara, y no tenga misericordia
de ustedes. Pues quemaré los cuerpos y corazones de ustedes, y de todos aquellos que no
guarden como santo el día del Señor.
“Escucha mi voz, para que no mueras en la tierra por el día santo del Señor. Aléjate del mal,
y muestra arrepentimiento por tus pecados. Pues, si no lo haces, así como Sodoma y
Gomorra así perecerás tú. Ahora, conoce, que tu eres salvo por las oraciones de mi más
santísima madre, María, y de mis santísimos ángelesangels, quienes oran por ti diariamente.
Yo te he dado trigo y vino en abundancia, y por lo mismo tú no me has obedecido. Pues las
viudas y huérfanos claman a ti diariamente, y a ellos tú debes mostrar misericordia. Los
paganos muestran misericordia, pero tú no muestras nada. Los árboles que dan fruto, Yo
provocaré que se sequen por tus pecados; los ríos y las manantiales no darán agua.
“Yo te di una ley en el Monte Sinaí, que tú no has guardado. Yo di una ley con mis propias
manos, que ustedes no han guardado. Por ustedes yo nací al mundo, y mi día festivo ustedes
desconocieron. Siendo hombres malvados, ustedes no guardaron el día del Señor de mi
resurrección. Por mi mano derecha yo juro sobre ustedes, que si ustedes no guardan el día
del Señor, y las festividades de mis santos, yo les enviare a las naciones paganas, para que
los exterminen. ¿Y aun así ustedes atienden los asuntos de otros, y no toman en
consideración ésto? Pues esto enviaré contra ustedes peores bestias, que devorarán el señor
de sus mujeres. Yo maldeciré a quien procure el mal en el día del Señor.
“Aquéllos que actúan injustamente con sus hermanos, yo los maldeciré. Aquéllos que juzgan
injustamente al pobre y al huérfano sobre la tierra, yo los maldeciré. Pues a mi han olvidado,
y han seguido al príncipe de este mundo. Pongan atención a mi voz, y tendrán la bendición
de misericordia. Pero ustedes no han dejado sus malas obras, ni las obras del diablo. Pues
como ustedes son culpables de perjurio y adulterio, por lo tanto las naciones los sitiarán, y
como bestias los devorarán.” 54
Tal documento fue llevado a Inglaterra en este tiempo, y en la forma aquí descrita, ampliamente se afirma para no dejar
duda.55 Mathew Paris, como Hoveden, fue contemporáneo de Eustacio. Hoveden pertenece al siglo doce, pues murió
poco después de la llegada de Eustacio con su rollo. Pero Matthew Paris pertenece al siglo trece, ya que era solo joven
en el tiempo que el rollo (1210 D.C.) fue llevado a Inglaterra.
Ambos tienen alta reputación de veracidad. Al hablar de los escritores de ese siglo, Mosheim provee el siguiente
testimonio a la credibilidad de Mathew Paris:--
“Entre los historiadores, el primer lugar corresponde a Mathew Paris, un escritor del más alto mérito, tanto en punto de
conocimiento y prudencia.” 56
Y el Dr. Murdock dice de él:--
“Él es considerado como el mejor historiador de la Edad Media,-- estudioso, independiente, honesto y sensato.” 57
Mathew Paris relata el regreso del párroco Eustachius (como el deletrea el nombre) de Normandía, y nos da una copia
del rollo que trajo, y un resumen de cómo cayó del cielo, como lo narró el mismo párroco. También nos dice cómo el
párroco lo encontró al buscar la historia del rollo desde el punto cuando el patriarca reunió el coraje de tomarlo en sus
propias manos, hasta el tiempo cuando nuestro párroco fue comisionado para traerlo a Inglaterra. Así dice él:--
“Pero cuando el patriarca y el clero de toda la tierra santa habían examinado diligentemente el contenido de esta epístola,
se decretó en deliberación general que la epístola debía ser enviada para su análisis al pontífice Romano, viendo que
cual fuere su decisión, agradaría a todos. Y a la larga cuando la epístola llegó al conocimiento del señor papa,
inmediatamente ordenó heraldos, quienes, siendo enviados a diferentes partes del mundo, predicaban la doctrina de esta
epístola por todas partes, el Señor trabajaba con ellos y confirmaba sus palabras con señales. Entre ellos el párroco de
Flay, de nombre Eutachius, un hombre devoto y preparado, habiendo llegado al Reino de Inglaterra, tuvo gran auge con
muchos milagros.” 58
Ahora sabemos lo que el párroco estaba haciendo en el año que estuvo ausente de Inglaterra. Él no pudo establecer la
santidad del primer día en su primera misión a Inglaterra, pues no tenía respaldo divino para ello. Por lo tanto, se retiró de
la misión lo suficiente para dar a conocer sus necesidades al “señor papa.” Pero cuando llegó el segundo año, trajo
consigo el divino mandato para el Domingo, y con él la comisión del papa, autorizándolo a proclamar el mandato al
pueblo, e informándoles que fue enviado a Su Santidad holiness desde Jerusalén por aquellos que lo vieron caer del
cielo. Si Eustacio elaboró este documento él mismo, y después inventó una comisión del papa, en pocos meses se habría
descubierto el embuste. Pero su legitimidad nunca fue cuestionada, como lo demuestra la preservación de este rollo por
los mejores historiadores de ese tiempo. Entonces rastreamos la responsabilidad de este rollo directamente al papa de
Roma. La declaración del papa de que él lo había recibido de manos de aquellos que lo vieron caer del cielo, es la
garantía presentada por Su Santidad al pueblo de que el rollo provino de Dios. Los historiadores vivos en aquel entonces,
que registraron este acontecimiento, quedaron convencidos de que Eustacio había traído el rollo de parte del papa; y
creyeron la declaración del papa de que él lo había recibido del cielo. Fue Inocencio III, quien ocupaba el puesto de papa
en ese tiempo, de quien Bóer dice lo siguiente:--
“Inocencio estaba perfectamente calificado para ejercer el poder y autoridad papal en su más alto nivel, y lo veremos
perfeccionarse, con gran diligencia, en cada oportunidad que se presentó para alcanzar ese objetivo.” 59
“Las circunstancias externas de su tiempo impulsaron las ideas de Inocencio III, y lo habilitaron para hacer de su
pontificado el más prominente en los anales de Roma; el punto culminante de la supremacía secular y espiritual de la
iglesia Romana …”60
“Su pontificado puede justamente considerarse como el periodo de mayor poder de la iglesia Romana….” 61
Otra eminente autoridad dice lo siguiente:--
El denso oscurantismo de la Edad Media aun cubría la tierra, cuando el pontífice que elevó el papado a su máximo nivel
ocupó el trono papal. Dos hechos merecen una seria consideración en relación a ésto:-
1. El primer acto de usurpación papal se debió a un edicto a favor del Domingo. 62
2. El clímax de la usurpación papal fue manifiesta por el acto papal de manufacturar un precepto divino para la
observancia del Domingo.
La misión de Eustacio fue confirmada por milagros dignos de cuidadoso examen por aquellos creyentes en la santidad
del primer día ya que sus padres así lo creyeron. Aquí ellos podrían aprender lo que se hizo seis siglos atrás, para fijar
estas ideas en la mente de sus padres. Eustacio llegó a York, en el Norte de Inglaterra, y, encontrando una honorable
recepción,--
“Predicó la palabra del Señor, al abrir el día del Señor y los otros días festivos, impuso sobre el pueblo penitencia, y dio
absolución bajo la condición de que en el futuro ellos pagaran reverencia al día del Señor y los otros días festivos de los
santos, no haciendo trabajos serviles.” 63
“A esto, el pueblo obediente a Dios ante su predicación, prometió ante Dios que, en el futuro, no comprarían ni venderían
nada en el día del Señor, excepto a viajeros víveres y bebida.” 64
El párroco también estableció la colecta de limosnas para beneficio de los pobres, y prohibió el uso de las iglesias para
vendimia, y súplica de causas. Ante ésto, el Rey interfirió de la siguiente forma:--
“Con respecto a estas y otras advertencias hechas por este hombre santo, siendo el enemigo de la humanidad envidioso,
él ha puesto en el corazón del Rey y de la princesa de la oscuridad ordenar a todos aquellos que guarden las doctrinas
antes mencionadas, y más especialmente a aquellos que discontinúen los mercados en el día del Señor, sean traídos
ante la corte de justicia del Rey, para pagar por la observancia del día del Señor.” 65
Al parece los mercados en el día del Señor se realizaban en las iglesias, y Eustacio intentaba suprimirlos al prohibir la
venta de bienes en las iglesias. Y ahora para confirmar la autoridad del rollo, y neutralizar la oposición del Rey, se
reportaron algunos prodigios muy extraordinarios. El rollo prohibía el trabajo “desde la hora novena (esto es 3 P.M.) del
Sábado hasta el amanecer del Lunes.” Ahora lea lo que le sucedía al desobediente:--
“Un Sábado, cierto carpintero de Beverly, quien después de la hora novena del día, contrario a toda la advertencia de su
esposa, hacia una cuña de madera, cayó a tierra, siendo atacado por parálisis. También una mujer tejedora, quién
después de la hora novena del Sábado, en su ansiedad por terminar una parte del tejido, persistía en hacerlo, cayó a
tierra, atacada por parálisis, y perdió su voz. También en Rafferton, una villa perteneciente al Maestro Roger Arundel, un
hombre hizo para sí una hogaza de pan y la horneó bajo cenizas después de la hora novena del Sábado, y la comió, y
separó parte de ésta para la mañana, pero al partirla en el día del Señor brotó sangre de esta; y aquel que lo vio dio
testimonio, y su testimonio era verdadero.
“En Wakefield, también, un Sábado, mientras que un molinero molía su maíz, después de la hora novena,
repentinamente en lugar de harina emanó un torrente de sangre, y el recipiente casí se llenó de sangre, y la rueda del
molino se detuvo inmóvil, a pesar de un gran torrente de agua; y aquéllos que lo sostenían se admiraban diciendo,
‘¡Líbranos oh Señor, libra al pueblo!’
“Además en Lincolnshire una mujer había preparado suficiente masa, y llevándola al horno después de la hora novena
del Sábado, la colocó en el horno, que ya estaba a gran temperatura; pero cuando la sacó, la encontró cruda, a lo que la
volvió a meter al horno, que se encontraba muy caliente; y lo mismo al siguiente día y el Lunes, cuando supuso que
encontraría las hogaza horneada, encontró masa cruda.
“También en el mismo Condado, cuando cierta mujer había preparado su masa, pretendiendo llevarla al horno, su esposo
le dijo, ‘Es Sábado, y ya pasó la hora novena, guárdala hasta el Lunes;’ a lo que la mujer, obedeciendo a su esposo, hizo
como le indicó; y entonces habiendo cubierto la masa con un lienzo de lino, al llegar el siguiente día para ver la masa, si
había esponjado demasíado desbordándose del recipiente por la levadura, encontró las hogazas ya cocidas por la
Voluntad Divina, y bien cocidas sin fuego material de este mundo. Éste fue un cambio producido por la mano derecha de
El Altisimo.” 66
El historiador lamenta que estos milagros se perdieron entre la gente, y que ellos temieron más al Rey que a Dios, y así
“como el perro a su vomito, volvieron a realizar los mercados en el día del Señor.” 67 Tal fue el primer intento en Inglaterra
después de la aparición de San Pedro, en 1155 D.C. para proveer autoridad divina a la observancia del Domingo. “Ésto
muestra68 Y Gilfilan, quien tiene ocasión de mencionar la historia del rollo del cielo, no tiene ni una palabra de
condenación para el virtuoso fraude a favor del Domingo, sino simplemente habla de nuestro párroco como “Esta ardiente
persona.”69 ,”como extrañamente observa Morer, “que industriosa era la gente en ese tiempo al guardar este gran día tan
solemnemente.”
Dos años después del arribo de Eustacio en Inglaterra con su rollo, en 1203 D.C., se realizó un concilio en Escocia en
relación a la introducción y establecimiento del día del Señor en ese Reino. 70 El rollo que había caído del cielo para
proveer la falta de testimonio Escritural a favor de este día, fue admirablemente adaptado a los negocios de este concilio,
aun cuando el Dr. Heylyn nos informa que los Escoceses estaban dispuestos a obedecer los deseos del papa que el
paquete de la corte del cielo y los milagros propios no fueron necesarios. 71 Sin embargo Morer afirma que el paquete fue
en realidad fabricado en ese momento:--
“Con ese fin, de nuevo fue fabricado y leído en un concilio de Escocia, realizado bajo [papa] Inocencio III, . . . .1203 D.C.,
durante el reinado del Rey William, quien . . . lo promulgó como ley que el sábado desde las 12 del medio día contaría
como santo, y que ningún hombre trataría tales asuntos mundanos como en días festivos era prohibido. De igual forma, al
sonar las campanas, el pueblo debía dedicarse a las santas labores, asístiendo a sermones sermons y similares,
continuar así hasta el Lunes en la mañana, siendo establecida una multa para aquellos que hicieran lo contrario. Por el
año 1214, que fue once años después, de nuevo se promulgó en un parlamento en Scone, por Alejandro III, Rey de los
Escoceses, que nadie debía pescar en las aguas desde el Sábado después de las oraciones vespertinas hasta el
amanecer del Lunes, lo cual fue confirmado después por el Rey James I. 72
La santidad de este día del Señor papal parece haber sido establecida más fácilmente al añadir a éste una parte del
antiguo Sabbat. La labor de establecer esta institución se condujo avanzando progresivamente en todas partes.
De Inglaterraleemos:--
“En el año 1237, Enrique III, siendo Rey, y Edmundo de Abendon arzobispo de Canterbury, se promulgó una constitución,
que requería a cada ministro prohibir a sus parroquianos asístir a los mercados en el día del Señor, y ausentarse de la
iglesia, donde debían reunirse y pasar el día en oración y escuchando la palabra de Dios. Y esto bajo pena de
excomunión.” 73
De Francia se nos informa:--
“El concilio de Lyons se reunió en el año 1244, y restringió al pueblo de sus labores ordinarias en el día del Señor y en
otras festividades, bajo pena de censura eclesiástica. En 1282 D.C. el concilio de Angeirs en Francia “prohibió a los
molineros de agua u otro medio moler su trigo desde la tarde del Sábado hasta la noche del Domingo.” 74
Los españoles no se quedaron atrás en este trabajo:--
“En 1322 D.C. En este país se convocó un sínodo en Valladolid Castilla, que posteriormente se ratificó con formalidad lo
requerido, que ‘nadie realizara campesinazgo, o se ejercitara a sí mismo en tareas mecánicas, en el día del Señor u otros
días festivos, excepto por necesidad o caridad, lo cual juzgaría el ministro de la parroquia.’” 75
Las autoridades de la iglesia y de la monarquía Inglesa fueron diligentes en establecer la santidad de este día. Sin
embargo los siguientes estatutos muestran que ellos no reconocían ninguna autoridad Bíblica para respaldar esta
observancia:--
“En 1358 D.C. Isteppe, arzobispo de Canterbury, con gran preocupación y celo, se expresó así: “Tenemos de boca de
personas fidedignas, que en diversos sitios dentro de nuestra provincia, una costumbre muy vergonzosa, ha prevalecido,
de realizar ferias y mercados en el día del Señor . . . Por lo que, en virtud de obediencia Canónica, ordenamos y
consignamos estrictamente a los hermanos, si encuentran a estas personas erradas en los terrenos, amonestar y
provocar que sean amonestadas a dejar de asístir a mercados y ferias en el día del Señor . . . y para aquellos
obstinados, que hablan o actúan en contra de este particular, ustedes deberán esforzarse para restringirlo a través de
censura eclesiástica, y por todos lo medios legales poner alto a estas extravagancias.”
“El poder civil tampoco guardó silencio; pues en ese tiempo, el Rey Eduardo elaboró un artículo que la lana no debía ser
tejida en el telar los Domingos y otras fiestas solemnes del año. En el reinado del Rey Enrique VI, siendo arzobispo de
Canterbury el Dr. Stafford, en 1444 D.C., se decretó que no debían realizarse ferias y mercados en las iglesias y sus
patios en el día del Señor u otras festividades, excepto en el tiempo de la cosecha.” 76
¡Observe que las ferias y mercados se realizaban en las iglesias en Inglaterra los Domingos tan tarde como el año 1444!
Y aun después estas tales ferias se permitieron durante el tiempo de la cosecha. En el continente Europeo la santidad del
Domingo fue urgida persistentemente. El concilio de Bourges urge su observancia así:--
“En 1532 D.C., el día del Señor y otras festividades fueron instituidas con este propósito, que los Cristianos creyentes,
absteniéndose de trabajo externo, se dedicaran con mayor libertad y gran piedad a la adoración a Dios.” 77
Sin embargo, ellos parecían no reconocer el hecho de que cuando el temor a Dios es enseñado a través de preceptos de
hombres, tal adoración es en vano. 78 El concilio de Rheims, que tomo lugar al siguiente año, elaboró este decreto:--
“En 1533 D.C., Que todo el pueblo se reúna en las iglesias parroquiales en el día del Señor y otras festividades, y asístan
a la misa, sermones, y vísperas. Que ningún hombre en estos días se dé a juegos o danzas, especialmente durante el
servicio.” Y el historiador añade: “En el mismo año, otro sínodo en Tours ordenó que el día del Señor y otras festividades
fueran reverentemente observadas bajo pena de excomunión.” 79
Un concilio reunido al siguiente año confesó francamente, el origen divino del Sabbat, y el origen humano de aquella
festividad que lo subplantaba:--
Así hemos rastreado la observancia del Domingo en la iglesia Católica hasta el periodo
subsecuente a la Reforma. Que es una ordenanza humana que ha usurpado el lugar del
Sabbat Bíblico se confiesa literalmente por el último concilio citado. Sin embargo ellos se
aferran a elaborar enmiendas para la violación del Sabbat dedicando el Domingo a caridades,
oraciones y salmos,--un recurso comúnmente adoptado en el presente para excusar la
violación del cuarto mandamiento. ¿Quién puede leer esta larga lista de leyes para el Domingo,
no provenientes del “único dador de la Ley capaz de salvar y destruir,” sino de papas,
emperadores y concilios, sin adoptar el sentimiento de Neander?: “El festival Dominical, como
otras festividades, fue siempre solo una ordenanza humana.”
“En 1584 D.C. Que todos los Cristianos recuerden que el séptimo día fue consagrado por Dios y fue recibido y guardado,
no solo por los Judíos, sino por todos los otros que deseaban adorar a Dios; aun cuando nosotros los Cristiano hemos
cambiado su Sabbat en negocios mundanos, demandas, contratos, carruajes, etc., y santificando el resto de la mente y
cuerpo, en la contemplación de Dios y cosas divinas, no debemos hacer nada excepto obras de caridad, oraciones, y
cantar salmos.” 80

Notas finales:
1
II Tesalonicenses 2.
2
Daniel 7.
3
Cronología bíblica de Shimeall, part 2, cap. 9, sec. 5, pp.175, 176; Croly sobre el Apocalipsis, pp. 167-173.
4
Daniel 7:8, 24, 25; Apocalipsis Revelation 13:1-5.
5
Apocalipsis 12.
6
Sab Hist.., part 2, cap. 4, sec. 1.
7
Tratado comprehensivo del Sabbat, p. 73, ed. 1631.
8
Sab Hist.., part 2, cap. 2, sec. 12.
9
Tratado del día Sabbat, p. 202.
10
Hist Sab.., part 2, cap. 5, sec. 13.
11
Idem., part 2, cap. 5, sec. 6.
12
Tratado del día Sabbat pp. 217, 218.
13
Diálogos sobre el día del Señor, pp. 263, 264.
14
El día del Señor, p. 58.
15
Diccionario de Cronología, p. 813, art. Domingo.
16
Diálogos sobre el día del Señor, p. 265.
17
Idem., pp. 265, 266; Hist. Sab., part 2, cap. 4, sec. 7.
18
Diálogos sobre el día del Señor, p. 68.
19
Discurso Histórico y Práctico sobre el día del Señor, p. 174.
20
Diálogos sobre el día del Señor, p. 282.
21
Fleury, Hist. Eccl., Tomo 8, Libro 36, sec. 22; Hist. Sab. De Heylyn., part 2, cap. 5, sec. 1. Dr. Twisse, sin embargo,
afirma que el papa habla de dos clases. El presenta las palabras de Gregorio como sigue: "Se ha hecho de mi
conocimiento que ciertos hombres de espíritu perverso han mostrado entre ustedes algunas doctrinas corruptas
contrarias a nuestra sana fe faith; prohibiendo hacer cualquier trabajo en el día Sabbat; estos hombres bien pueden ser
llamados predicadores del Anticristo . . . .Otro reporte llegó hasta mi; y qué fue eso?—Que algunas personas perversas
predican entre ustedes, que en el día del Señor nada debe lavarse. Claramente este es otro punto mantenido por otras
personas, diferentes de las últimas."—Moralidad del Cuarto Mandamiento, pp. 19, 20. Si el Dr. Twisse está en lo correcto,
los observadores del Sabbat en Roma en el año 660 D.C. no pudieron haber sido imputados con la observancia del
Domingo antes mencionada.
22
El lenguaje sugiere la idea de un escritor anónimo del primer día del siglo diecisiete, Irenaeus Philalethes, en una obra
titulada, "Sabbato-Dominica," pref., p. 11, Londres, 1648.
23
Diálogos sobre el día del Señor, p. 267.
24
Diálogos, etc., p. 283.
25
Idem., p. 268.
26
Idem., pp. 283, 284.
27
Diálogos, etc., p. 268.
28
Idem., p. 284.
29
Idem., p. 269.
30
Diálogos, etc., p. 270.
31
Idem., p. 271.
32
Diálogos, etc., p. 271; Hist. Sab., part 2, cap. 5, sec. 7.
33
Diálogos. Etc., p. 272.
34
Idem., p. 261.
35
Exodus 20:8-11; Deuteronomy 33:2.
36
Hist. Sab., part, 2, cap. 5, sec. 7; Morer, p. 272.
37
Ib.
38
Diálogos, etc., pp. 261, 262.
39
Idem., pp. 284, 285.
40
Idem., p. 274.
41
Diálogos, etc., p. 285.
42
Idem., p. 286.
43
Idem.
44
Idem., p. 286.
45
Hist. Sab., part 2, cap. 5, sec. 2.
46
Diálogos, etc., p. 274.
47
Hist. Sab., part 2, cap. 5. sec. 2.
48
Diálogos, etc., p. 68.
49
Binius, vol. 3, p. 1285, ed. 1606.
50
Hist. Sab., part 2, cap. 5, sec. 13.
51
Morer, p. 288; Heylyn, part 2, cap. 7, sec. 6.
52
Anales de Bohn, de Roger de Hoveden ed., vol. 2, p. 487.
53
Idem.
54
Hoveden, vol. 2, pp. 526-528.
55
Historia Mayor de Matthew Paris, pp. 200, 201, ed. 1640; Concilio de Binius, ad ann. 1201, vol. 3, pp. 1448,
1449; Concilia Magae Britaniae et Hibernae, de Wilkin , vol. 1, pp. 510, 511, London, 1737; Memorias Históricas de Sir
David Dalrymple, pp. 7, 8, ed. 1769; Historia of the Sabbat, de Heylyn, part 2, cap. 7, sec, 5; El día del Señor de Morer,
pp. 288-290;Domingo de Hessey, pp. 90, 321; Sabbat de Gilfillan, p. 399.
56
Mosheim de Maclaine, cent. 13, part 2, cap. 1, sec. 5.
57
Mosheim de Murdock, cent. 13, part 2, cap. 1, sec. 5, nota 19.
58
Historia Mayor de Matthew Paris, p. 201. Sus palabras son: "Cum autem Patriarcha et clerus omnis Terrae sanctae,
hunc epístolae tenorem diligenter examinassent; communi omnium deliberatione decretum est, ut epístola ad judicium
Romani Pantificis transmittereur; quatenus, quiequid ipse agendum decrevit, placate universes. Cumque tandem epístola
ad domini Papae notitiam pervenisset, continuo praedicatores ordinavit; qui per diversas numdi partes profecti,
praedicaverunt ubique epistelae tenerem; Domino cooperante et sermonem corum confirmante, sequentibus signis. Inter
quos Abbos de Flai nominee Eustachius, vir religiousus et literali scientia cruditis, regnum Angliae aggressus: multis
ibidem miraculis corruscavit."—Biblioteca del Colegio de Harvard.
59
Historia de los Papas, vol. 2, p. 535.
60
Enciclopedia de M?Clintock y Strong vol. 4, p. 590.
61
Idem., vo. 4. p. 592.
62
Ver pag 274 de este trabajo.
63
Hoveden, vol. 2, p. 528.
64
Hoveden, vol. 2, p. 528.
65
Hoveden, vol. 2, p. 529.
66
Hoveden, vol. 2, pp. 529, 530.
67
Idem.
68
Diálogos, etc., p. 290.
69
Sabbat de Gilfillan, p. 399.
70
Concilios, de Binius, vol. 3, pp. 1448, 1449; Heylyn, part 2, cap. 7. sec. 7.
71
Heylyn, part 2, cap. 7, sec. 7.
72
Diálogos, etc., pp. 290, 291.
73
Diálogos, etc., p. 291.
74
Idem., p. 275.
75
Idem.
76
Diálogos, etc., pp. 293, 294.
77
Idem., p. 279.
78
Isaías Isaiah 29:13; Matthew 15:9. Mateo
79
Morer, p. 280.
80
Idem., pp. 281, 282.

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 21: EL SABB AT EN L A EDAD MEDI A

Definición de la Edad Media (Oscurantismo)


Dificultad de rastrear al pueblo de Dios durante este periodo
El Sabbat Sabbath suprimido efectivamente en la iglesia Católica al finalizar
el siglo quinto
Observadores del Sabbat en Roma en el 600 D.C.
Los Culdees de Gran Bretaña
Columba probablemente un observador del Sabbat
Los Waldenses
Su antigüedad
Su diseminación
Sus peculiaridades
Carácter Sabático de una parte de este grupo
Datos importantes sobre los Waldenses y los Romanisticos
Otros grupos Sabáticos
Los Catarí
Los Arnoldistae
Los Pasaginianos
Los Petrobruysianos
Gregorio VII, en el año 1074 D.C., condena a los observadores del Sabbat
El Sabbat en Constantinopla en el siglo once
Una porción de los Anabastistas
Sabbatistas en Abisinia y Etiopia
Los Armenios de las Indias Orientales
El Sabbat retenido a lo largo de la Edad Media (Oscurantismo) por aquéllos que no
comulgaban con la iglesia Romana.

C on el acenso a la supremacía del obispo Romano se inicio la Edad Media u Ocurantismo,1 y conforme aumentaba su
fuerza, la sombra de la oscuridad se asentó con mayor intensidad sobre el mundo. La mayor elevación de poder papal
marca el último punto en la Edad Media antes del primer atardecer gris. 2 Ese poder se debilitó providencialmente en
preparación a la Reforma del siglo dieciséis, cuando la luz del día que llegaba empezó a manifiestamente disipar la densa
oscuridad que cubría la tierra. La dificultad de encontrar al verdadero pueblo de Dios a lo largo de este periodo es
evidente en las siguiente palabras de Benedicto:--
“Ya que ningún fragmento de su historia subsiste, todo lo que sabemos de ellos proviene de los relatos de sus enemigos,
que siempre fueron murmurados al estilo de censura y queja; y sin los cuales no habríamos tenido conocimiento de los
millones de ellos que existieron. La política establecida en Roma era obliterar cada vestigio de oposición a sus doctrinas y
decretos, lo herético, ya fuese personas o escritos, por lo que los creyentes pudieran ser contaminados y desviados. En
conformidad a ésto, su determinación fija, todos los libros y registros de sus oponentes fueron perseguidos, capturados, y
sentenciados al fuego. Antes del descubrimiento de la imprenta en el siglo quince, todos los libros eran hechos con la
pluma; las copias, por supuesto, eran tan escazas que encubrirlas era mucho más difícil que hoy en día; y si algunas de
ellas escaparon la vigilancia de los inquisidores, pronto se desgastarían y perecerían. Ninguna de ellas podría admitirse y
preservarse en las bibliotecas públicas de los Católicos, de las calamidades del tiempo y de las manos de los barbaros
con las cuales todas las partes de Europa en algún periodo fueron afligidas.” 3
Los primeros cinco siglos de la era Cristiana lograron la supresión del Sabbat en aquellas iglesias que se encontraban
bajo el control directo del pontífice Romano. De ahí en adelante debemos buscar a los observadores del Sabbat fuera de
la comunión de la iglesia de Roma. Fue predicho que el poder Romano aplastaría la verdad totalmente. 4 Las Escrituras
presentan la ley de Dios como su verdad. 5 La Edad Media fue el resultado de esta labor de la gran apostasía. Tan densa
y prevaleciente fue la oscuridad, que la verdad pura de Dios fue en cierta forma oscurecida, aun entre el verdadero
pueblo de Dios en sus lugares de reunión.
Alrededor del año 600D.C., como hemos visto, surgió en la ciudad de Roma un grupo de Cristianos observadores del
Sabbat quienes eran estrictos en su observancia del cuarto mandamiento fourth commandment. Se ha dicho de ellos que
además guardaban estricta abstinencia abstinence de labores el Domingo. Pero el Dr. Twisse, un escritor letrado del
primer día, quien ha examinado particularmente los registros referentes a ellos, afirma que esta observancia del Domingo
concernía a “otras personas distintas de las últimas.”6 Estos observadores del Sabbat no eran Romanisticos, y el papa los
denunció con lenguaje severo.
Los Cristianos de Gran Bretaña, antes de la misión de Agustín a ese país en 596 D.C. no estaban sujetos al obispo de
Roma, sino que eran en buen grado Cristianos Bíblicos. Ellos fueron descritos así:--
“La iglesia Escocesa, cuando se encuentra por primera vez con la civilización, no es Romanística, ni preláticia. Cuando el
monje Agustín con sus cuarenta misioneros, en el tiempo de la Heptarquía Sajona, llegó a Bretaña bajo los auspicios de
Gregorio, el obispo de Roma, para convertir a los barbaros Sajones, encontré la parte norte de la isla ya bien llena de
Cristianos e Instituciones Cristianas. Estos Cristianos eran los Culdees, cuya base era la pequeña isla de Hi, o Iona, en la
costa oeste de Escocia. Un presbítero Irlandés, Columba, sintiendo el celo misionero, y sin duda conociendo la condición
de los salvajes Escoceses y Picts, en el año 565 tomó consigo doce misioneros más, y cruzóPassover a Escocia. Ellos se
asentaron en la pequeña isla mencionada, y desde ese momento se convirtieron en misioneros de toda Escocia, y aun
penetraron a Inglaterra.7
“El pueblo del Sur de Inglaterra, convertidos por Agustín y sus asístentes, y aquéllos en el Norte ganados por Culdees,
pronto se reunieron, conforme la conquista Cristiana avanzó desde ambos frentes; y cuando se reunieron fue evidente
que el Cristianismo Romano y Culdee se diferenciaba en muchos aspectos. Los Culdee en su mayoría practicaban un
Cristianismo sencillo y primitivo; mientras que Roma presentaba una vasta acumulación de supersticiones, y estaba
ataviada de bien conocida pompa. 8
“Los Culdee fueron a Iona, de manera que en quietud y meditación, estudio y oración prayer pudieran preparase para
salir al mundo como misioneros. En verdad Iona fue un gran instituto misionero, en el cual se entrenaba predicadores que
evangelizaron las tribus rudas de Escocia en corto tiempo. Haber logrado tal trabajo en medio siglo, implica actividad
apostólica, pureza y éxito. 9
“Después del éxito de Agustín y sus monjes en Inglaterra, los Culdee (Céli Dé (lit. "Vassals of
God")http://en.wikipedia.org/wiki/Culdeese concentraron dentro de los límites de Escocia, y resistieron por siglos todos los
esfuerzos de Roma para ganarlos. Sin embargo, por fin, fueron depuestos por sus propias autoridades.” 10
Existe fuerte evidencia incidental que Columba, el líder ministro de su tiempo entre los Culdee, era un observador del
antiguo Sabbat Bíblico. Sobre este punto cito dos autores Católico Romanos. Ciertamente ellos no tienen ningún motivo
para ofrecer tales palabras como las que cito aquí, fraudulentamente en boca de Columba; pues ellos lo consideran un
santo, y no aprueban el Sabbat Bíblico. Ni tampoco podemos explicarnos como Columba podría haber usado estas
palabras con satisfacción, como evidentemente lo hizo, al morir, si no hubiera violado el antiguo día de descanso del
Señor toda su vida. Aquí las palabras del Dr. Alvan Butler:--
“Habiendo continuado sus labores en Escocia por treinta y cuatro años, él clara y abiertamente predijo su muerte, en un
Sábado, nueve de Junio, dijo a su discípulo Diermit: ‘Este día se llama Sabbat, esto es, el día de descanso, y así será
para mí; pues pondrá fin a mis labores.’” 11
Otro autor católico distinguido nos presenta sus últimas palabras antes de morir:--
“Hoy es Sábado, el día que las Santas Escrituras llaman Sabbat, o descanso. Y verdaderamente será mi día de
descanso, pues será el fin de mi vida laboral.”12
Estas palabras muestran,
1. Que Columba creía que el Sábado era el verdadero Sabbat Bíblico;
2. Que él no creía que el Sabbat había sido cambiado al Domingo;
3. Que esta confesión de fe respecto del Sabbat Bíblico fue hecha con satisfacción evidente, aunque en el lecho de
muerte. Alguna vez algún escritor del primer día reconoció con agrado en su lecho de muerte el punto de que el Sábado
es el Sabbat Bíblico?
Pero Gilfillan cita estas palabras de Columba a favor del Domingo! Al dar una lista de hombres eminentes que afirmaron
el cambio del Sabbat, o que han llamado al Domingo Sabbat, y han enseñado que debe guardarse como un día de
descanso sagrado, él presenta a Columba así:--
“El testimonio de Columba es especial, ya que expresa los sentimientos del corazón en un momento que pone a prueba
la fe sincera, y el valor de sus creencias: ‘Este día,’ el dijo a su sirviente, ‘en el libro sagrado es llamado el Sabbat, eso es,
descanso; y verdaderamente será un Sabbat para mi, ya que será para mí lo último de esta vida laboriosa, el día en el
cual descansaré (sabatizare), después de todas mis labores y problemas, pues en esta próxima noche sagrada del Señor
(Dominica nocte) a la media noche, seguiré el camino de mis padres, como habla la Escritura.’” 13
Pero este día que dice Columba “verdaderamente será un Sabbat para mi,” no era Domingo, sino Sábado.
Entre los desertores de la iglesia Romana en el periodo de la Edad Media (Oscurantismo), el primer lugar corresponde
seguramente a los Waldenses, tanto en antigüedad como en la vasta extensión de su influencia y doctrina doctrine.
Benedicto cita a partir de sus enemigos respecto de la antigüedad de su origen:--
“Hemos observado de Claudius Seyssel, el arzobispo papista, que un Leo fue acusado de originar la herejía Waldensiana
en los valles, en los días de Constantino el Grande. Cuando esas severas medidas emanaron del Emperador Honorious
contra los re-bautistas, los Bautistas dejaron la silla de opulencia y poder, y buscaron refugio en el campo, y en los valles
de Piedemonte; este último se convirtió en su lugar de retiro de la opresión imperial.”14
Dean Waddington cita lo siguiente de Rainer Saccho, un escritor papista, quien tenía el mejor acceso a información
referente a ellos:--
“No hay otra secta más peligrosa que los Leonesitas, por tres razones: Primera, es la más antigua, algunos dicen que tan
antigua como Silvestre [tiempo de Constantino], otros que como los apóstoles mismos. Segundo, la creencia general es
que: no hay un país en donde no hayan ganado terreno. Tercero, mientras que otras sectas han profanado y blasfemado,
ésta retiene la más alta práctica de piedad; ellos viven justamente frente a los hombres, y no creen absolutamente nada
de Dios que no sea bueno.”15
El Sr. Jones presenta la propia opinión de Sachos así:--
“Sus enemigos confirman su gran antigüedad. Reinerius Saccho, un inquisidor, y uno de los más crueles persecutores,
que vivió solo ocho años después de Waldo [1160 D.C.], admite que los Waldenses florecieron quinientos años antes que
ese predicador. Gretser, el Jesuita, quien también escribió en contra de los Waldenses, y habiendo examinado el tema a
fondo, no solo admite su gran antigüedad, sino que declara su firme creencia de que los Toulousianos y Albigensianos,
condenados en los años 1177 y 1178, no eran otros que los Waldensianos.” 16
Jortin fecha su retiro al desierto de los Alpes así:--
“En 601 D.C. del siglo séptimo, el Cristianismo se propagó en China por los Nestorianos; y los Waldensianos, quienes
aborrecían la usurpación papal, se supone que se asentaron en los valles de Piedemonte. Los Monjes florecieron
prodigiosamente y éstos y los papas estaban en firme unión.”17
El Presidente Edwards dice:--
“Algunos de los escritores papistas reconocen que estas personas nunca se sometieron a la iglesia de Roma. Uno de los
escritores papistas, hablando de los Waldensianos, dice, ‘La herejía de los Waldensianos es la más antigua herejía en el
mundo. Se supone que fueron los primeros en retirarse a estas montañas a esconderse por la severidad de la
persecución pagana que existió antes de Constantino el Grande. Y por lo tanto la mujer huyo al desierto escondiéndose
de la serpiente. Revelation 12:6, 14. ‘Y se le dio a la mujer dos alas de águila, para que pudiera volar al desierto, a su
lugar, donde sería nutrida por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo, de la cara de la serpiente.’ Habiéndose
establecido ahí el pueblo, su posteridad continuo [ahí] de era en era; y siendo así, por paredes naturales, así como por la
gracia de Dios, separados del resto del mundo, nunca tomaron parte en la sobreabundancia de corrupción.” 18
Benedicto hace otras citas relativas a su origen:--
“Teodoro Belvedre, un monje papista, dice que la herejía siempre había estado en valles. En el prefacio a la Biblia
Francesa, los traductores dicen que ellos [los Waldenses] tenían siempre la totalidad de la verdad celestial contenida en
las Sagradas Escrituras desde que fueron enriquecidos con la misma por los apóstoles, teniendo MSS auténticos
preservando la Biblia completa en su lengua nativa de generación a generación.”19
La extensión de su diseminación en Europa es descrita por Benedicto:--
“En el siglo trece, por los registros de historiadores Católicos, quienes en total hablan de los Waldenses en términos de
queja y reproche, habían fundado iglesias individuales, o se habían diseminados en colonias en Italia, España, Alemania
y Los Países Bajos, Bohemia, Polonia, Lituania, Albania, Lombardía, Milán, Romagna, Vicenza, Florencia, Veleponetine,
Constantinopla, Filadelfia, Sclavonia, Bulgaria, Diognitia, Livonia Sarmatia, Croacia, Dalmatia, Bretaña, y Piemont.” 20
Y el Dr. Edgar presenta las palabras de un viejo historiador así:--
“Los Waldensianos, dice Popliner, se diseminan no solo por Francia, sino también por casí todas las costas Europeas, y
aparecen en Francia, España, Inglaterra, Escocia, Italia, Alemania, Bohemia, Sajonia, Polonia y Lituania.” 21
De acuerdo al testimonio de sus enemigos, estaban divididos entre ellos en cierto grado. El Dr. Allix cita un viejo escritor
Romano, quien dice de esa porción de ellos llamados los Catarí:--
“Ellos también estaban divididos entre ellos; de manera que lo que dice de algunos, los otros lo niegan.” 22
Y Crosbu hace una declaración semejante:--
“Había varias sectas de Waldenses, o Albigenses, como hay de opositores en Inglaterra. Algunos de estos negaban el
bautismo, otros solo el bautismo de infantes. Muchos de ellos eran de esta última opinión, lo que afirman varias historias
de estas personas, tanto antiguas como modernas.” 23
Algunos de sus enemigos afirman que ellos rechazaban el Antiguo Testamento; pero otros, con mayor veracidad, poseen
un testimonio diferente.24 Así un inquisidor Romano, citado por Allix, ofrece un testimonio concerniente a aquéllos en
Bohemia:--
“Ellos pueden repetir de memoria una gran parte del Antiguo y Nuevo Testamento. Ellos aborrecen los decretos, y
disposiciones y exposiciones de hombres santos, y solo se apegan a las Escrituras . . . . [ellos dicen] que la doctrina de
Cristo y los apóstoles es suficiente para la salvación salvation, sin ningún estatuto u ordenanza de la iglesia. Que las
tradiciones de la iglesia no son mejores que las tradiciones de los fariseos; y ese mayor estrés se deposita en la
observación de tradiciones humanas más que sobre guardar la ley de Dios the gospel, como la observación de la Misa
del Cirio Pascual, el Domingo de Ramos, la reconciliación de los penitentes, la adoración de la Cruz el viernes Santo.
Ellos desprecian la fiesta de la Pascua, y todas las demás festividades de Cristo y los santos, por ser multiplicadas en
vasto número, y argumentar que un día es tan bueno como el otro, y el trabajo en los días santos, cuando lo pueden
hacer sin ser notados.”25 law of God.. Porque transgreden la ley de Dios con sus tradiciones? . . . . Ellos censuran todas
las costumbres aprobadas por la iglesia que no estén en los evangelios."

El Dr. Allix cita un documento Waldensiano de 1100 D.C., titulado “Noble lección,” y advierte:--
“El autor, ante la suposición de que el mundo se acercaba a su fin, exhorta a sus hermanos a orar, y estar alertas, a
renunciar a los bienes mundanos.* * *
“El sienta todos los juicios de Dios en el Antiguo Testamento como el resultado de un Dios justo y bueno; y en particular
el Decálogo como una ley dada por el Señor de todo el mundo. El repite los varios artículos de la ley, sin olvidar aquello
respecto de los ídolos.” 26
Posteriormente establece sus puntos de vista religiosos:--
“Ellos se consideran a sí mismos como los sucesores de los apóstoles, tener autoridad apostólica y las llaves para atar y
desatar. Ellos consideran a la iglesia de Roma como la prostituta de Babilonia, y todo aquél que la obedece está
condenado, especialmente el clero que está sujeto a ella desde el tiempo del Papa Silvestre. . . . Ellos consideran que
ninguna de las ordenanzas de la iglesia que haya sido introducida desde la ascensión de Cristo deben ser consideras de
ningún valor; las fiestas, ayunos, órdenes, bendiciones, oficios de la iglesia, y semejantes, los rechazan totalmente.”27
Una parte considerable de personas llamadas Waldenses sostenían la designación significativa de Sabbati o Sabbatati o
Insabbatati. El Sr. Jones alude este hecho así:--
“Ya que ellos no observaban los días de los santos, eran acusados falsamente de rechazar el Sabbat también, y los
llamaban Insabbatati o Insabbatistas.”28
El Sr. Benedicto hace la siguiente declaración:--
“Encontramos que los Waldenses algunas veces eran llamados Insabbatos esto es sin Sabbats. El Sr. Milner supone que
este nombre les fue dado porque ellos no observaban los festivales Romanos, y descansaban de sus ocupaciones
ordinarias solo los Domingos. Un Sabbatista supondría que era porque ellos se reunían para la adoración en el séptimo
día, y no consideraban el primer día como Sabbat.”29
El Señor Robinson proporciona información sobre tres tipos de escritores respecto del significado de estos nombres
originados por los Waldenses. Pero los rechaza a todos, alegando que estas personas fueron guiadas a sus conclusiones
por el significado aparente de las palabras, y no por los hechos. Aquí están sus palabras:--
“Algunos Cristianos eran llamados Sabbati, Sabbatati, Insabbatati, y con mayor frecuencia Inzabbatati. Desviados por el
sonido sin atender los hechos, uno dice que ellos fueron llamados así a partir de la palabra Hebrea Sabbat, ya que ellos
guardaban el Sábado como día del Señor. Otro dice que ellos fueron llamados así porque rechazaban todas las
festividades o Sabbats en el sentido más básico de la palabra, que la iglesia Católica religiosamente observaba. Un
tercero dice, y muchos con varias alteraciones y adiciones han dicho tras él, que eran llamados así por sabot o zabot, un
zapato, pues se distinguían de otras personas por el uso de zapatos marcados en la parte superior con alguna
peculiaridad. Sera posible que estas personas que no podían descender de sus montañas sin poner en peligro sus vidas
por la violencia de inquisidores, tentaran el peligro colocando una marca visible en sus zapatos? Por otra parte, los
zapatos de campesinos son famosos en este país; había una moda diferente, y se llamaba abarca.” 30
El Señor Robinson rechaza estas tres declaraciones, y luego presenta su propia opinión, de que eran llamados así por
vivir en las montañas. Estas cuatro perspectivas cubren todo lo presentado relativo al significado de estos nombres. Pero
la propia explicación de Robinson es meramente fantasíosa, y parece no haber sido adoptada por ningún otro escritor. Él
presenta, sin embargo, razones concluyentes para rechazar la afirmación de que tomaron ese nombre de sus zapatos.
Así, queda solo la primera y segunda de estas afirmaciones, que son que fueron llamados así por guardar el Sábado
como el día del Señor, y porque no guardaban el Sabbat papista. Estas dos afirmaciones no se contradicen. De hecho, si
una de ellas es verdadera, por consiguiente la otra debe también ser cierta. Habría en tales hechos algo especial para dar
un nombre distinguido al verdadero pueblo de Dios, rodeado por la gran apostasía; y la interpretación natural y obvia de
los nombres descubriría la característica más sorprendente de las personas que lo portaban.
Jones y Benedicto concuerdan con Robinson al rechazar la idea de que los Waldenses recibieron estos nombres por sus
zapatos. Por el contrario, el Sr. Jones sostuvo, que fueron dados porque ellos no guardaban las festividades
Romanas.31 Benedicto favorece la opinión de que era porque guardaban el séptimo día. 32
Pero veamos ahora quienes son los que proporcionan estas afirmaciones respecto de la observancia del Sabbat por los
Waldenses, que Robinson alude aquí. El cita a Gretser en las palabras del historiador Goldastus así:--
“Insabbatati [eran llamados] no porque estuvieran circuncidados, sino porque guardaban el Sabbat Judio.” 33
Goldastus era “un historiador y jurista estudioso, nacido cerca de Bischofszell, en Siuza en 1576.” El murió en 1635. 34 Él
era un escritor Calvinista renombrado. 35 Ciertamente no deseaba favorecer la causa del séptimo día. Gretser objeta este
argumento en base a que los Waldenses exterminaron todas las festividades; pero esta era la cosa más natural en el
mundo para los hombres que guardaban el día de descanso de Dios. Gretser objeta más aun, que los Waldenses
negaron totalmente el Antiguo Testamento; pero el cargo es una interpretación totalmente errónea, como se demostró en
este capítulo.
Robinson también cita al respecto el testimonio del Arzobispo Usher. Aunque ese prelado sostenía que los Waldenses
derivaban su nombre de sus zapatos, el reconocía abiertamente que MUCHOS entendían que se les había dado porque
adoraban en el Sabbat Judío. Este testimonio es valioso pues muestra que mucho de los escritores tempranos afirmaban
la observancia del “el Sábado para el día del Señor” por el pueblo llamado Sabbatati. 36
En consecuencia de la persecución que sufrieron, y por su celo misionero, las personas llamadas Waldenses se
dispersaron ampliamente por toda Europa. Sin embargo, ellos llevaron varios nombres en las diferentes épocas y países.
Tenemos testimonio contundente que algunos de estos grupos observaban el séptimo día. Otros guardaban el Domingo.
Eneas Sylvius dice que aquellos en Bohemia sostenían “que nosotros no debemos dejar de trabajar más que en el día del
Señor.” 37 Esta declaración, permítase señalar, se relaciona solo con Bohemia. Pero se ha afirmado que los Waldenses
eran tan distintos de la iglesia de Roma que no podrían haber recibido el Domingo como día del Señor desde entonces, y
por tanto, debían haberlo recibido de los apóstoles! Pero unas pocas palabras de D’Aubique serian suficientes para
mostrar que esta afirmación se basa en un error. El describe una reunión entre CEcolampadius y dos pastores
Waldensianos que habían sido enviados por sus hermanos desde la frontera de Francia y Piedemonte para abrir
comunicación con los reformistas. Fue en Bale en 1530. Muchas cosas dichas por ellos agradaron a CEcolampadius pero
otras el desaprobó. D’Aubioque comenta:--
“Los Barbes [pastores Waldensianos] en un principio estaban un poco confundidos al ver que los ancianos habían
aprendido de sus juniors; sin embargo, fueron hombres humildes y sinceros, y el doctor Bale habiéndolos cuestionado
sobre los sacramentos, ellos confesaron que a través de la debilidad y el temor ellos habían permitido el bautizo de sus
hijos por sacerdotes Romanos, y que ellos aun se comunicaban con ellos, y en ocasíones asístían misa. Esta inesperada
afirmación sorprendió al paciente CEcolampadius.”38
Cuando la delegación regresó respuesta a los Waldenses que los reformistas demandaban “una estricta
reforma,” D’Aubigne dice que fue “respaldada por algunos, y rechazado por otros.” También nos informa que la demanda
de que los Waldenses deben “separarse completamente de Roma” “causó división entre ellos.” 39
Esta es una afirmación muy sorprendente. La luz de muchos de estos antiguos testigos casí se apaga en oscuridad
cuando Dios levantó a los reformadores. Ellos habían sufrido la enseñanza de la mujer Jezabel entre ellos, y sedujeron a
los siervos de Dios. Ellos habían llegado hasta a practicar el bautismo de infantes, y los sacerdotes de Roma
administraban el rito! Y además de todo esto, en algunas ocasíones se unían con ellos para la misa! Si una porción de
Waldenses en el Sur de Europa en tiempo de la Reforma intercambio creencias ‘el bautismo por el bautismo de infantes
por sacerdotes Romanos, entonces no es difícil ver como ellos podrían aceptar también el Domingo como día de
descanso previniendo de la misma fuente en lugar del santo día de descanso del Señor. No todos hicieron esto, pero
algunos ciertamente fueron culpables.
D’Aubigne presenta una interesante afirmación respecto de los Waldenses Franceses en el siglo quince. Su lenguaje
implica que ellos tenían un Sabbat diferente del de los Católicos. Él narra algunas historias que los sacerdotes circulaban
en contra de los Waldenses. Estas palabras son:--
“Picardy en el Norte y Dauphiny en el Sur eran las dos provincias del Francia mejor preparadas [al inicio de la Reforma
Protestante] para recibir el evangelio. Durante el siglo quince, muchos Picardinos, como cuenta la historia, fueron a
Vaudery. Sentados alrededor del fuego durante las largas noches, los Católicos sencillos solían contar como los Vaudois
[Waldenses] se reunían en horribles asambleas en lugares solitarios, donde en mesas colocaban númerosas y exquisitas
viandas. A estos pobres Cristianos les encantaba seguramente reunirse con otros de distritos casí siempre muy lejanos.
Ellos iban a la reunión de noche, por calles. Los más educados de entre ellos acostumbraban recitar pasajes de las
Escrituras, después de lo cual conversaban y oraban. Pero dichas sencillas reuniones fueron ridículamente travestidas.
‘Saben lo que hacen ellos para llegar ahí,’ decía la gente, ‘de manera que los oficiales no los detengan? El díablo les ha
dado un ungüento especial, y cuando quieren ir a Vaudery , untan un poco en un palo. Tan pronto como se montan en él,
son llevados por el aire, y llegan a su Sabbat sin toparse con nadie. En medio de ellos se sienta un chivo con una cola de
burro: este es Satanás Satan que recibe su adoración.’ . . . . Estas absurdas historias no eran peculiares de las personas;
estas circulaban especialmente por medio de los monjes. Así fue como el inquisidor Jean de Broussart habló en 1460
desde el púlpito erguido en la gran plaza de Arras. Una inmensa multitud lo rodeaba; se irguió un andamio frente al
púlpito, y un número de hombres y mujeres, arrodilladas y utilizando gorras con la figura del díablo pintada sobre ellas,
esperaban su castigo. Quizás la fe de aquella pobre gente fue mezclada con error. Pero sea como sea, todos fueron
quemados vivos después del sermón.” 40
Parece ser que estos Waldenses tenían un peculiar Sabbat entre ellos. Y D’Aubigne mismo alude a algo especial en su fe
que él no puede confesar como la verdad, y decide no denunciar como error. Él dice, “Quizás la fe de estas pobres
personas fue mezclada con error.” Para hablar de la observancia del séptimo día como el Sabbat del Señor por Cristianos
del Nuevo Testamento, somete a un consiente historiador del primer día a este mismo dilema. Tenemos otro reportaje de
Waldenses en Francia, justo antes del inicio de la Reforma del siglo dieciséis:--
“Luis XII, Rey de Francia, siendo informado por los enemigos de los Waldenses habitando parte de la provincia de
Provence, que varios monstruosos crímenes les fueron imputados, envió al Maestro de Requerimientos, y un cierto doctor
de la Sorbona, quien era el confesor de su Majestad, para indagar sobre este particular. A su regreso, ellos reportaron
que habían visitado todas las parroquias donde ellos se reunían, habían inspeccionado sus lugares de adoración, pero no
encontraron ninguna imagen, ni signos de ornamentos pertenecientes a la misa, ni ninguna de las ceremonias de la
iglesia Romana; mucho menos pudieron descubrir rastros de aquellos crímenes que se les acusaba. Por el contrario,
ellos guardaban el día Sabbat, observaban la ordenanza del bautismo de acuerdo a la iglesia primitiva, instruían a sus
hijos en los artículos de la fe Cristiana y los mandamientos de Dios. El Rey habiendo escuchado el reporte de su
comisionado, dijo con juramento que ellos eran mejores personas que él mismo o su gente.” 41
Más adelante leemos respecto de Vaudois o Waldenses, así:--
“El respetable historiador Francés, De Thou, dice que los Voudois guardaban los mandamientos del Decálogo, y no
permitían maldades entre ellos, detestando el perjurio, imprecaciones, pleitos, sediciones, etc.”42
Puede ser apropiado agregar, que en 1686 los Waldenses fueron todos expulsados de los valles de Piedemonte, y que
aquellos que regresaron y se asentaron en aquellos valles después de tres años, y de quien desciende la presente
generación de Waldenses, pelearon su regreso, a espada en mano, persiguiendo en todo respecto un curso enteramente
diferente al de los antiguos Waldenses. 43
Otra clase de testigos de la verdad durante la Edad Media llevaba el nombre de Catarí, esto es, los Puritanos. Jones
habla de ellos así:--
“Ellos eran una raza de Cristianos sencillos, inofensivos, e industriosos, llevando pacientemente la cruz de Cristo, y, tanto
en su doctrina como en sus costumbres, condenando todo el sistema de idolatría y superstición que reinaba en la iglesia
Romana, colocando la verdadera religión en la fe, esperanza y obediencia del evangelio, manteniendo en suprema
consideración la autoridad de Dios en su palabra, y regulando sus sentimientos y prácticas por ese estándar divino. Aun
en el siglo doce su número se incrementó en la vecindad de Colonia, en Flanders, al Sur de Francia, Savoy y Milán. ‘Ellos
se multiplicaron,’ dice Egbert, ‘en grandes multitudes, por todos los países.’” 44
Que los Catarí retuvieron y observaron el antiguo Sabbat, esta certificado por sus adversarios Romanos. El Dr. Allix cita a
un autor Católico Romano del siglo doce respecto de tres tipos de herejías,-- los Catarí, los Passigii, y los Arnoldistae.
Allix dice de este escritor Romano que:--
“Él lo presenta también como una de sus opiniones, ‘que la ley de Moisés debe guardarse conforme a la letra, y que
guardar el Sabbat, circuncisión y otras observancias legales, deben llevarse a cabo. También creen que Cristo, el hijo de
Dios, no es igual que el Padre, y que el Padre, Hijo y Espíritu Santo, estas tres personas, son un Dios y una sustancia; y
como reserva de estos sus errores, ellos juzgan y condenan a todos los doctores de la iglesia, y universalmente a toda la
iglesia Romana. Ahora desde que ellos se disponen a defender este su error, por testimonio tomado del Nuevo
Testamento y los profetas, callaré, con la ayuda de la gracia de Cristo, su boca, como David a Goliat, con su propia
espada.”45
El Dr. Allix cita a otro autor Romano bajo el mismo tema:--
“Alanus atribuye a los Catarí casí las mismas opiniones [como aquellos recién enumeradas] en su primer libro contra la
herejía, que escribió por el año 1192.”46
El Sr. Elliot menciona un incidente concerniente a los Catarí, el cual armoniza con lo que estos historiadores afirman
respecto de su observancia del séptimo día, el dice:--
“En este año [1163 D.C.] ciertos herejes de la secta de los Catarí, provenientes de las partes de Flanders a Colonia,
tomaron sus pertenencias secretamente a un establo de la ciudad. Pero, como ellos no asístían a la iglesia en el día del
Señor, fueron detectados y emboscados por los vecinos. En cuanto a ser llevados frente a la iglesia Católica. Cuando,
después de mucho análisis respecto de su secta, serían convencidos por ninguna evidencia convincente, pero en forma
pertinente persistieron en su doctrina y resolución, fueron expulsados de la iglesia, y entregados en manos de Laicos.
Estos, guiándolos sin ciudad, los sentenciaron al fuego, siendo cuatro hombres y una pequeña niña.” 47
Estas afirmaciones fueron hechas con respecto de tres clases de personas Cristianas que vivieron en la Edad Media,--
los Catarí, o Puritanos, los Arnoldistae, y los Passaginianos. Sus puntos de vista son presentados en el cándido
lenguaje de sus enemigos. Pero el testimonio de los historiadores Católicos es decisivo: que ellos eran observadores del
séptimo día. El cargo de que guardaban la circuncisión, será presentado ahora. El Sr. Robinson comprende que los
Passaginianos eran aquella porción de los Waldenses que vivieron en los pasajes de las montañas. Él dice:--
“Es muy creíble que el nombre de Pasajeros, o Passagini. . . . les haya sido dado porque vivían en o cerca de los pases o
pasajes de las montañas, y subsistían en parte siendo guías de viajeros o viajando ellos mismos comerciando.” 48
El Sr. Elliott dice del nombre Passagini:--
“La explicación del término Peregrinos, tanto en el sentido espiritual como en el misionero, sería solo la traducción de su
apelativo Griego reconocido, ekonuoi, y un título tan distintivo como hermoso.”49
Mosheim proporciona el siguiente recuento de ellos:--
“En Lombardía, que era la principal residencia de los herejes Italianos, floreció ahí una secta singular, conocida, porque
razón no lo sé, por el nombre de Passaginianos, y también por el de circuncisos. Como las otras sectas ya mencionadas,
le tenían la mayor aversión al dominio y disciplina de la iglesia de Roma; pero al mismo tiempo se distinguían por dos
creencias religiosas peculiares a ellos. La primera fue la noción de que la observancia de la ley de Moisés en todo
excepto ofrecer sacrificios, era obligatoria para los Cristianos; en consecuencia ellos circuncidaban a sus seguidores, se
abstenían de aquellas carnes, cuyo uso estaba prohibido bajo la disciplina Mosaica, y celebraban el Sabbat Judío. La
segunda creencia que distinguió a esta secta fue expuesta en oposición a la doctrina de tres personas en la naturaleza
divina.”50
El Señor Benedicto habla así de ellos:--
“El recuento de su práctica de la circuncisión es sin duda una historia difamatoria, inventada por sus enemigos, y
probablemente surgió de esta forma: dado que ellos observaban el séptimo día eran llamados a manera de burla, Judíos,
como son los Sabatistas frecuentemente hoy en día; y si ellos eran Judíos, en consecuencia, por supuesto, ya sea que
circuncidaran o deberían haber circuncidado a sus seguidores. Probablemente esta era la razón de sus enemigos; pero
que ellos hayan practicado el sangriento rito es muy poco probable.”51
Michael Geddes un eminente historiador de la iglesia, testifica así:--
“Este [hecho] de adjudicar algo que es justamente abominable a los ojos de toda la humanidad sobre sus adversarios, ha
sido la práctica constante de la iglesia de Roma.”52
El Dr. Allix declara el mismo hecho, que necesita mantenerse en mente siempre que leamos del pueblo de Dios en los
registros de la Edad Media:--
“Debo pedir al lector que considere que no es un gran pecado en la iglesia de Roma dispersar mentiras concernientes a
aquellos que son enemigos de aquella fe.”53
“No hay nada más común con el partido Romano que utilizar las más horrendas calumnias para opacar y exponer a
aquéllos que han renunciado a su comunión.”54
Del origen de los Petrobrusianos, tenemos el siguiente recuento del Sr. Jones:--
“Pero los Catarí, o Puritanos, no eran la única secta que durante el siglo doce apareció en oposición a la superstición de
la iglesia de Roma. Cerca del año 1110, en el Sur de Francia, en la provincia de Languedoc y Provence, apareció Peter
de Bruys, predicando el evangelio del Reino de los Cielos, y ejecutando los esfuerzos más admirables para reformar los
abusos, y remover la superstición que desfiguraba la hermosa simplicidad de la adoración del evangelio. Su labor fue
coronada con abundante éxito. Él convirtió a un gran número de discípulos a la fe de Cristo, y después de un ministerio
infatigable de veinte años continuos, fue quemado en San Giles, una ciudad de Languedoc en Francia, en el año 1130
D.C., por una multitud enfurecida, instigados por el clero, quienes consideraron que este nuevo e intrépido reformista
ponía en peligro su caminar.”55
El Dr. Francis White, Señor Obispo de Ely, certifica que este cuerpo de Cristianos Franceses, en la profunda oscuridad de
la Edad Media (Oscurantismo) testificaba de la verdad guardando el antiguo Sabbat, en oposición a la iglesia Romana. El
Obispo fue nombrado por el Rey de Inglaterra para escribir en contra del Sabbat en oposición a Brabourne, quien había
apelado al Rey a su favor. Para demostrar que la observancia Sabática es contraria a la doctrina de la iglesia Católica,--
un argumento fundamentado en un Episcopado,--él enumera varias clases de herejes que habían sido condenados por la
iglesia Católica por santificar el séptimo día. Entre estos herejes están los Petrobrusianos:--
“En los días de San Bernardo, los Petrobrusianos fueron condenados.” 56
Hemos observado que, de acuerdo a los escritores Católicos, los Catarí sostuvieron la observancia del séptimo día. El Dr.
Allix confirma la declaración del Dr. White, de que los Petrobrusianos guardaban el antiguo Sabbat, al afirmar que las
doctrinas de esto dos cuerpos eran muy semejantes. Estas son sus palabras:--
“Petrus Cluniacensis ha preparado cinco preguntas en contra de los Petrobrusianos, que aceptan una gran semejanza
con las creencias de los Catarí de Italia.”57
Los observadores del Sabbat en el siglo once fueron tan importantes que el papa los declaró anatema. El Dr. Heylyn dice
al respecto—
“Gregorio, de ese nombre el séptimo [cerca del año 1074 D.C.] condenó a aquéllos que enseñaban que no era lícito
trabajar en el día Sabbat.”58
Este acto del papa corrobora los testimonios que hemos aducido como prueba de la existencia de los observadores del
Sabbat en la Edad Media. Gregorio Séptimo fue uno de los más grandes hombres que ocupara la silla papal. A quien el
anatemizara serí a de gran consecuencia. Gregorio no desperdiciaba nada en pequeñeces. 59
En el siglo once, había observadores del Sabbat también en Constantinopla y su vecindad. El papa, en el año 1054
D.C., envió tres delegados al emperador de Oriente, y al patriarca de Constantinopla, con el propósito de reunificar las
iglesias Griega y Latina. El Cardenal Humberto encabezó esta delegación. A su llegada, los delegados se dispusieron a
trabajar refutando las doctrinas que distinguían a la iglesia de Constantinopla de la de Roma. Después de haber atendido
las preguntas que separaban las dos iglesias, encontraron necesario también discutir la pregunta del Sabbat. Ya que uno
de los hombres más letrados de Oriente había establecido un tratado, en el que sostenía que el matrimonio debía
permitirse a los ministros; que el Sabbat debía guardarse como santo; y que el pan sin levadura debía usarse en la cena,-
- todo lo cual la iglesia de Roma consideraba herejía mortal. Citamos de el Sr. Bower una declaración concreta del trato
que recibió este escritor Sabbatista:--
“Así pues Humberto respondió con una porción que había sido publicada por un monje del monasterio de Studium, [cerca
de Constantinopla] llamados Nicetas, que era considerado uno de los más letrados hombres de Oriente. En esa porción
el monje decidió probar que el pan sin levadura solo debía usarse en la eucaristía, que el Sabbat debía guardarse como
santo, y que debía permitirse el matrimonio a los sacerdotes. Pero el emperador, que deseaba por todos los medios
ganarse al papa, por las razones antes mencionadas, estaba o más bien pretendía estar, totalmente convencido con los
argumentos del delegado, invalidando a aquellos mencionados por Nicetas, el obligó al monje a retractarse públicamente,
y anatemizar a todos aquéllos que sostenían la opinión que él había se había propuesto establecer, con respecto al pan
sin levadura, el Sabbat, y el matrimonio marriage de sacerdotes.
Este registro demuestra que, en la densa oscuridad del siglo once, “uno de los
hombres más letrados de ese tiempo en el Oriente” escribió un libro para probar que
“el Sabbat debía guardarse como santo’” y en oposición a la doctrina papal de
celibato clerical. También demuestra como la iglesia de Roma destruyó la verdad de
Dios por medio de la espada de emperadores y reyes.
“En ese momento Nicetas, de conformidad con la orden del emperador, declaró anatema a todos aquéllos que
cuestionaran la primacía de la iglesia Romana con respecto a todas las demás iglesias Cristianas, o que pretendiera
censurar su siempre ortodoxa fe. El monje se retractó de todo lo escrito en contra de la Santa Sede, su libro fue quemado
por orden del emperador, y absolvió a los delegados de la censura.” 60
Este registro demuestra que, en la densa oscuridad del siglo once, “uno de los hombres más letrados de ese tiempo en el
Oriente” escribió un libro para probar que “el Sabbat debía guardarse como santo’” y en oposición a la doctrina papal de
celibato clerical. También demuestra como la iglesia de Roma destruyó la verdad de Dios por medio de la espada de
emperadores y reyes. A pesar de que Nicetas se retractó, ante el temor al emperador y al papa, parece haber habido
otros que sostenían las mismas opiniones; pues él fue “obligado” a anatemizar a todos aquéllos, y no hay evidencia de
que ninguna de estas personas haya dejado la verdad por la caída de su líder. Ciertamente, si no hubiese habido un
cuerpo considerable de estos Sabbatistas, el delegado papal no habría visto la necesidad digna de su intervención al
replicar a Nicetas.
Los Anabaptistas son mencionados con frecuencia en los registros de la Edad Media. El término significa re-bautistas, y
les fue aplicado porque negaron la validez del bautismo de infantes. La designación no es precisa, sin embargo, ya que
estas personas a quienes ellos bautizaron, ellos consideraban nunca haber estado bautizados antes, aunque habían sido
rociados, o aun sumergidos en la infancia. Estas personas han sido extremadamente humilladas a consecuencia de la
insurrección fanática que irrumpió en su nombre en tiempo de Lutero. De los comprometidos en esta insurrección, Buck
dice:-
“Los primeros insurgentes gimieron bajo la severas opresiones, y tomaron las armas en defensa de su libertad civil; y de
estos disturbios los Anabaptistas parecen haber salido ganando más que haber sido los promotores. Parece irrefutable
que la mayoría eran Anabaptistas; al mismo tiempo sabemos por la historia que al parecer una gran parte eran Católicos
Romanos, y una aun mayor parte tenían escasos o nulos principios religiosos.” 61
Stebbing coloca este asunto bajo la verdadera luz:--
“El derrocamiento de la sociedad civil, y las lesiones fatales a la religión, fueron amenazadas por aquéllos que se
llamaban a sí mismos anabaptistas. Sin embargo un gran número disputaron la validez del bautismo de infantes, que no
tenía nada en común con ellos, sin embargo por esa sola circunstancia fueron acosados con la humillación y el castigo
causado en gran medida por el igualmente fraudulento y licencioso fanatismo.” 62
El antiguo Sabbat fue retenido y observado por una porción de los Anabaptistas, o, para usar un término más adecuado,
Bautistas. El Dr. Francis White testifica así:--
“Aquellos observadores del Sabbat - Sábado, concuerdan con algunos Anabautistas.”63
De acuerdo a la afirmación del Dr. White, está el testimonio de un escritor Francés del siglo dieciséis. Él enumera todas
las clases de personas que llevaron el nombre de Anabaptistas. Y de una de ellas dice así:--
“Algunos han soportado grandes tormentos, ya que ellos no guardarían el Domingo y días festivos, a pesar del Anticristo;
viendo que esos eran días señalados por el Anticristo, ellos no apoyarían nada que fuera para él. Otros guardan estos
días, pero por razones de caridad.”64
Ahora buscaremos el Sabbat entre aquellos que nunca fueron súbditos del pontífice Romano. En África Central, desde la
primera parte de la era Cristiana,-- posiblemente desde el tiempo de la conversión conversion del oficial Etíope de gran
autoridad, 65 pero seguramente tan temprano como el año 330 D.C., 66 —han existido las iglesias de Abisinia y
Etiopia. Cerca del tiempo del acenso del obispo Romano a la supremacía, ellos estaban fuera de la vista de los países
Europeos. “Rodeados por todos lados,” dice Gibbon, “por los enemigos de su religión, los Etíopes durmieron cerca de
cien años, olvidados del mundo, por el cual fueron olvidados.” 67
En la última parte del siglo quince, fueron de nuevo traídos a conocimiento del mundo por el descubrimiento de
navegantes Portugueses. Sin duda ellos habían sido fuertemente afectados por la densa oscuridad con los errores del
paganismo y Mahometanismo por los cuales estaban rodeados; y en varios aspectos habían perdido la religión pura y
espiritual de nuestro divino Redentor. Un viajero moderno dice de ellos: “Tienen diversos errores, y muchas antiguas
verdades.” 68 Michael Geddes dice de ellos:--
“Los Abisinios guardan las Escrituras como la regla perfecta de la fe Cristiana; de tal forma que ellos niegan que el poder
de un concilio general pueda obligar al pueblo a creer en algo como un artículo de fe sin un respaldo expreso de estas.” 69
Ellos practican la circuncisión, pero por otras razones fuera del deber religioso. 70 Geddes presenta sus puntos de vista:--
“La transubstanciación, y la adoración del pan consagrado en el sacramento, fue lo que los Abisinios aborrecían. . . . Ellos
negaban el purgatorio, y desconocen la confirmación y la extrema unción; ellos condenan las imágenes; y guardan
ambos, Sábado y Domingo.”71
El embajador del Rey de Etiopia relata su opinión del Sabbat, en la corte de Lisboa, de la siguiente forma, explicando su
abstención de toda labor ese día:--
“Ya que Dios, había terminado la creación del mundo, entonces descansó; tal día, como Dios lo llamó, el santo de
santos, de manera que no celebrarlo con gran honor y devoción parece sencillamente contrario a la voluntad y precepto
de Dios, quien provocara que el cielo y la tierra pasen antes que su palabra; y que especialmente, desde que Cristo vino
no para destruir la ley, sino para cumplirla. Por lo tanto, no es imitando a los Judíos, sino en obediencia a Cristo y sus
santos apóstoles, que guardamos ese día.”72
El embajador declara sus razones para guardar el primer día en estas palabras:--
“Nosotros guardamos el día del Señor según lo hacen todos los demás Cristianos en memoria de la resurrección de
Cristo.”73
El no tenía ninguna Escritura que presentar para respaldar esta festividad, y evidentemente descansaba su observancia
en la tradición. Este relato fue presentado por el embajador en 1534. En la primera parte del siguiente siglo, el emperador
de Abisinia fue inducido a someterse al papa en estas palabras:--
“Yo confieso que el papa es el vicario de Cristo, el sucesor de San Pedro, y el soberano del mundo. A él juro leal
obediencia, y a sus pies ofrezco mi persona y mi Reino.” 74 Tan pronto como el obispo Romano hizo someter al emperador a él, este potentado fue
llevado a gratificar el odio papista por el Sabbat ratificando un edicto que prohibía su observancia futura. En palabras de Geddes, el “presentó una proclamación
prohibiendo a todos sus súbditos, bajo penas severas, guardar más el Sábado;” 75 o, como lo expresa Gibbon, “Los Abisinios fueron instados a trabajar y jugar en
Sabbat.” Pero la tiranía de los Romanistas, después de una gran revuelta, causó su derrocamiento y desaparición, y la restauración a la antigua fe. Las iglesias resonaron
con una canción de triunfo, “que las ovejas de Etiopia ahora habían sido liberadas de las hienas del Occidente; y las puertas de aquel reino solitario se cerraron para
siempre en contra de las artes, ciencia, y el fanatismo de Europa.”76

Hemos probado en un capítulo anterior que el Sabbat era observado extensamente, tanto como a la mitad del siglo
quinto, en la llamada iglesia Católica, especialmente en aquella porción más conectada con los Abisinios; y que por varias
causas, el Domingo obtuvo ciertos honores Sabáticos, en consecuencia ambos días fueron llamados hermanas. También
hemos mostrado en otro capítulo que la supresión del Sabbat en Europa principalmente se debe a la influencia papal. Y
entonces por mil años hemos rastreado su historia en los registros de aquellos hombres que la iglesia de Roma ha
intentado matar.
Estos hechos son asombrosamente corroborados por el caso de los Abisinios. Como resultado de su ubicación en el
interior de África, los Abisinios dejaron de ser reconocidos por el resto de la Cristiandad en el siglo quinto. En este
momento, el Sabbat y el Domingo en la iglesia Católica eran considerados hermanas. Mil años más tarde estas iglesias
Africanas fueron visitadas, y a pesar de estar rodeadas por la densa oscuridad de superstición pagana y Mahometana, y
un tanto afectadas por ello, serian encontrados al final de este periodo observando el Sabbat y el primer día
sustancialmente como lo guardaban la iglesia Católica cuando se perdió vista de ellos. Los Católicos de Europa, por el
contrario, mientras tanto habían pisoteado al polvo el antiguo Sabbat. ¿Porqué fue este tan gran contraste?—
Simplemente porque el papa gobernaba en Europa; mientras que África Central, sufriendo por cualquier otra cosa, no fue
maldecida con su presencia ni su influencia. Pero tan pronto como el papa supo de la existencia de las iglesias de
Abisinia, buscó tener el control de ellas, y cuando lo obtuvo, uno de sus primeros actos fue el de suprimir el Sabbat! Al
final los Abisinios reconquistaron su independencia, y de ahí en adelante hasta el tiempo presente han guardado
firmemente el Sabbat del Señor.
Los Armenios de las Indías de Oriente son motivo de peculiar atención. J.W. Massie, M.R.I.A., dice de los Cristianos de
las Indías Orientales –
“Lejos del bullicio cazador del comercio, o de los populosos asientos de la industria manufacturera, ellos pueden ser
conocidos como los Peidmonteses Orientales, los Vallois de Hindustan, los testigos profesando en vestimenta de tela de
sacos a lo largo de los siglos revolventes, aun cuando ciertamente sus cuerpos yacen como muertos en las calles de la
ciudad que alguna vez ellos poblaron.”77
Geddes dice de aquellos en Malabar:--
“Las tres grandes doctrinas del papismo:

1. La supremacía papal,
2. La transubstanciación,
3. La adoración de imágenes,

Nunca fueron creídas o practicadas en ningún momento en esta antigua iglesia apostólica. . . .
Yo creo que uno puede aventurarse a decir que antes del tiempo de la Reforma, no había ninguna iglesia de la que
tengamos conocimiento, no, ni la de los Vaudois… que tuviera tan pocos errores de doctrina como la iglesia de
Malabar.” Él añade concerniente a aquellas iglesias que “nunca estuvieron dentro de los límites del Imperio
Romano,” “Es en esas iglesias que nos encontraremos con la menor levadura de poperia.” 78
El Sr. Massie más adelante describe a estos Cristianos:--
“El credo que estos representantes de la antigua línea de Cristianos honraban, no
estaba en conformidad con los decretos papales y con dificultad ha sido encuadrado
en los treinta y nueve artículos del episcopado Anglicano. Separados del mundo
Occidental por mil años, ignoraban las novedades introducidas por los concilios y
decretos de Lateran http://dictionary.reference.com/browse/lateran ; y su
conformidad con la fe y prácticas de tiempos primitivos, los colocaron abiertamente a
la culpa imperdonable de la herejía y cisma, como se creía en la iglesia de
Roma. ‘Nosotros somos Cristianos, no idolatras; fue su expresa respuesta cuando se
les pidió que rindieran homenaje a la imagen de la Virgen María. . . . La Croze los
describe en mil quinientas iglesias, igual número de pueblos y aldeas. Ellos
rehusaron reconocer al papa, y declararon nunca haber escuchado de él; ellos
afirmaban la pureza y verdad primitiva de su fe desde que llegaron y que sus obispos
durante mil trescientos años habían sido enviados desde el lugar en donde los
seguidores de Jesús fueron por primera vez llamados Cristianos.” 79

El Sr. Yeates describe el carácter Sabático de estos Cristianos. El dice que el Sábado “es un día festivo entre ellos, de
acuerdo a las prácticas de la iglesia primitiva.” 80

“Las prácticas de la iglesia primitiva.”


Como hemos visto, eran santificar el séptimo día en memoria del descanso del Creador. Esta práctica ha sido suprimida
dondequiera que la gran apostasía tuvo el poder de hacerlo. Pero los Cristianos de las Indías Orientales, como aquellos
en Abisinia, vivieron suficientemente alejados de Roma para ser preservados en cierto grado de su influencia
destructora.
El mismo autor sigue describiendo el hecho así:--
“La inquisición fue puesta en acción en Goa de las Indías,
a instancia de Franceis Xaverius [un famoso santo Romano],
quién indicó por carta al Papa Juan III, Nov. 10, 1545,
‘Que ‘LA MALDADJUDÍA’ se esparce más y más en las partes
de las Indías Orientales sujetas al Reino de Portugal,
y por tanto el debe suplicar con insistencia a dicho Rey,
que para curar tan granve mal debe enviar
el oficio de la inquisición a esos países.”81

“La maldad Judía” era sin duda la observancia del Sábado como “una día festivo de acuerdo a las practicas primitivas de
la iglesia,” de la cual este autor acaba de hablar. Como hemos visto, la historia pasada, muestra el odio de la iglesia papal
hacia el Sabbat. Y la lucha de esa iglesia para suprimir el Sabbat en Abisinia, y someter aquel pueblo al papa, lo cual en
ese momento recién iniciaba, muestra que los Jesuitas no estaban dispuestos a tolerar la observancia Sabática en las
Indías Orientales, aun cuando estuviera aunada a la observancia del Domingo también.
Por tanto, parece ser, que este misionero Jesuita deseaba que el papa y el Rey de Portugal establecieran la inquisición
en aquella parte de las Indías, súbditos a Portugal con el fin de aniquilar el Sabbat de las iglesias antiguas. La inquisición
se estableció en respuesta a esta oración, y Xavier subsecuentemente fue canonizado santo! Nada puede mostrar con
mayor facilidad la malignidad del pontífice Romano hacia el Sabbat del Señor; y nada puede ilustrar con mayor claridad la
clase de hombres que el canonizó como santos.
Desde tiempos de Xavier, las Indías Orientales cayeron bajo el dominio Británico. Un distinguido ministro de la iglesia
Anglicana, visitó el imperio Británico en Indía algunos años después, con el propósito de conocer esas iglesias. Él
presentó el siguiente resumen muy interesante de estos antiguos Cristianos, y en particular subraya su carácter
Sabático:--
“La historia de la iglesia Armenia es muy interesante. De todos los Cristianos de Asía Central, ellos se han preservado los
más libres de la corrupción Mahometana y papal. El papa los atacó con gran violencia durante un tiempo, pero con poco
éxito. Las iglesias en Armenia Menor, ciertamente consintieron a una unión, que no continuó por largo tiempo; pero
aquellos en Persia Armenia mantuvieron su independencia; y ellos retuvieron sus antiguas Escrituras, doctrinas, y
adoración hasta este día. ‘Es maravilloso,’ dice un viajero inteligente que estuvo entre ellos por largo tiempo, ‘cómo los
Cristianos Armenios han preservado su fe, en contra de las aflicción opresiva de los Mahometanos, sus soberanos, y en
contra de las persuasíones de la iglesia Romana, que por más de dos siglos se había propuesto, por medio de
misioneros, sacerdotes, y monjes, atacarlos y someterlos a su comunión. Es imposible describir los artífices y gastos que
la corte de Roma realizó para su efecto, pero todo fue en vano.’
“La Biblia fue traducida al lenguaje Armenio en el siglo quinto, bajo circunstancias muy favorables, cuya historia hemos
conocido. Varios jueces competentes en la lengua dictaminan que es una traducción extraordinariamente fiel. La Cruze la
llama ‘la Reina de las Versiones.’ Esta Biblia siempre ha permanecido en la posesión del pueblo de Armenia; y muchas
instancias ilustrativas de genuina y ungida santidad suceden en su historia. . . .Los Armenios de Indostán son estas
personas. Ellos reconocen su gobierno en Indía, tanto como el de Sofía en Persia; y merecen nuestro reconocimiento.
Ellos han preservado la Biblia es su pureza; y sus doctrinas son, en el conocimiento del autor, las doctrinas de la Biblia.
Por otra parte, ellos mantienen la observancia solemne de la adoración Cristiana a lo largo de todo nuestro imperio, EN
EL SEPTIMO DÍA, Y TIENEN TANTAS LANZAS APUNTANDO AL CIELO ENTRE LOS Hindúes como nosotros.
¿Entonces, tales personas no merecerán nuestro reconocimiento, como hermanos Cristianos?, ¿Serán siempre
considerados por nosotros como Judíos, Mahometanos, e Hindús?” 82
Sin embargo, se ha dicho que Buchanan habría querido decir Domingo al usar el término “séptimo día.” Esta es una
interpretación muy irracional de sus palabras. Los ministros Episcopales no están acostumbrados a llamar al Domingo el
séptimo día. Sin embargo, tenemos testimonio que no puede inocentemente desconocerse. Es el de Purchas, escrito en
el siglo diecisiete. El autor habla de varias sectas de los Cristianos Orientales “continuando desde tiempos antiguos,”
como los Sirios, Jacobinos, Nestorianos, Maronitas y Armenios. De los Sirios o Siriacos, como él variadamente deletrea el
nombre, quienes a partir de este registro, parecen ser idénticos a los Armenios, el dice:--
“Ellos guardan el Sábado santificándolo, consideran ilegal el ayuno del Sábado y la Pascua. Tienen un servicio solemne
los Sábados, comen carne, y lo festejan valientemente como los Judios.” 83
Este autor habla de esos Cristianos irrespetuosamente, pero utiliza las instigantes afirmaciones de sus adversarios, que
ciertamente no son perores que aquellas regularmente hechas en estos días con respecto a aquellos que santifican el
Sabbat Bíblico. Estos hechos testifican claramente la continua observancia del Sabbat durante todo el periodo de la Edad
Media. La iglesia de Roma ciertamente fue capaz de exterminar el Sabbat de su propia comunión, pero fue retenido por el
verdadero pueblo de Dios, quienes en gran medida fueron escondidos del papado en lo salvaje de Europa Central;
mientras que aquellas iglesias en África y las Indías Orientales, que nunca estuvieron dentro de los límites del dominio
papal, han retenido firmemente el Sabbat hasta el presente día.

Notas finales:
1
El Sr. Croly dice: "Con el título de ‘Obispo Universal,’ el poder del papado y la Edad Media [Oscurantismo] iniciaron."—
Croly sobre el Apocalipsis, p. 173
2
McClintock y la Enciclopedía Strong, vol. 4, p. 591
3
Historia de la Denominación Bautista, p. 50, ed. 1849
4
Daniel 8:12.
5
Psalm 119:142, 151.
6
Ver cap. 20 de este trabajo.
7
M?Clintock y la Enciclopedía Strong, vol. 2, pp. 600, 601; D?Aubigne, Historia de la Reforma, libro 17.
8
M?Clintock y la Enciclopedía Strong, vol. 2, p. 601.
9
Idem.
10
Idem.
11
Vida de los Padres, Mártires, y Santos Principales, de Butler, artículo, St. Columba, 597 D.C.
12
Los Monjes de Occidente, vol. 2, p. 104.
13
Sabbat de Gilfillan, p. 389.
14
Idem. pp. 32, 33.
15
Waddington, Historia de la Iglesia, parte 4, cap. 1.
16
Jones, Historia de la Iglesia, vol. 2, cap. 5, sec. 1.
17
Hist. Eccl. De Jortin, vol. 2, sec. 38.
18
Historia de la Redención, de Edward, período 3, parte 4, sec. 2.
19
Hist. de la Denominación Bautista, p. 33.
20
Ídem., p. 31.
21
Variaciones de Papismo, p. 52.
22
Hist Eccl. de las Antiguas Iglesias de Piedemonte. P. 167.
23
Historia de los Bautistas Ingleses, vol. 1, pref. P. 35.
24
El Sr. Jones, en su "Historia de la Iglesia," vol. 1, cap. 3, en una nota al final del capítulo, explica este cargo así: “Pero
esta calumnia fácilmente se descubre. Los promotores del papismo, para respaldar sus usurpaciones e innovaciones en
el reino de Cristo, fueron llevados al Antiguo Testamento por autoridad, aduciendo el Reino de David como ejemplo. Y
cuando sus adversarios refutaron el argumento, insistiendo que el paralelismo no podía sostenerse, pues el Reino de
Cristo, que no es de este mundo, es un estado de las cosas muy diferente al Reino de David, sus oponentes los acusaron
de quitar la autoridad divina del Antiguo Testamento.”
25
Hist. Eccl. Antiguas Iglesias de Piedemonte, pp. 231, 236, 237.
26
Idem., pp. 175-177.
27
Idem. p. 209.
28
Hist. de la Iglesia, cap. 5, sec. 1.
29
Historia General de la Denominación Bautista, vol. 2, p. 413, ed. 1813.
30
Investigaciones Eclesiásticas, cap. 10, pp. 303, 304.
31
Jones, Historia de la Iglesia, vol. 2, cap. 5, sec. 1.
32
Historia General de la Denominación Bautista, vol. 2, p. 413.
33
Circumcisi forsan illi fuerint, qui aliiss Insabbatati, non quod circumeiderentur, iquit Calvinista [Goldastus] sed quod in
Sabbato judaizarent. Investigaciones Eccl. Cap. 10, p. 303.
34
Dicción de Biografía y Mitología de Thomas, artículo, Goldast.
35
Reforma en el tiempo de Calvino, de D?Aubigne, vol. 3, p. 456.
36
Nee quod in Sabbato eolendo Judaizarent, ut MULTI PUTABANT, sed a Zapata.—Eccl. Researches, cap. 10, p.
304;Usher?s De Christianar. Eccl. Success et stat. Cap. 7.
37
Historia de la Iglesia de Jones, vol. 2, cap. 5, sec. 2.
38
Reforma en el Tiempo de Calvino, vol. 3, p. 249.
39
Reforma en el Tiempo de Calvino, pp. 250, 251.
40
Reforma en el Tiempo de Calvino, vol. 1, p. 349; D’Aubigne cita como su respaldo, "Histoire des Protestants de
Picardie," by l. Rossier, p. 2.
41
Historia de la Iglesia de Jones, vol. 2, cap. 5, sec. 4.
42
Hist. de los Vaudois, por Bresse, p. 126.
43
Historia Bautista, de Benedict., p. 41.
44
Hist. de la Iglesia, cap. 4, sec. 3.
45
Historia Eccl. De las Antiguas Iglesias de Piedemonte, pp. 168, 169, Biblioteca pública de Boston. El autor, Apocalipsis
de Peter Allix, D. D., fue un Protestante Francés, nacido en 1641, y se distinguió por su fidelidad y erudicion.—
Lempriere?s Universal Biography.
46
Ídem., p. 170
47
Horae Apocalypticae, vol. 2, p. 291.
48
Investigaciones Eccl., cap. 10, pp. 305, 306.
49
Horae Apocalypticae, vol, 2, p. 342.
50
Hist. Eccl. cent. 12, part 2, cap. 5, sec. 14.
51
Historia General de la Denominación Bautista, vol. 2, p. 414, ed. 1813.
52
Actas y Decretos del Sínodo de Díamper, p. 158, London, 1694.
53
Hist. Eccl. De las Antiguas Iglesias de Piedemonte, p. 224.
54
Idem., p. 225.
55
Hist. de la Iglesia, cap. 4, sec. 3.
56
Tratado del día Sabbat-day, p. 8.
57
Hist, Eccl. De las Antiguas Iglesias de Piedomont, p. 162.
58
Hist. del Sabbath, part 2, cap. 5, sec. 1.
59
Bower dice de Gregorio: "El era un hombre de las partes más extraordinarias, de ambición ilimitada, de temperamento
arrogante e imperioso, de resolución y coraje incapaz de detenerse ante grandes dificultades,perfectamente familiarizado
con el estado de las Iglesias Occidentales, así como con los diferentes intereses de los príncipes Cristianos."—Historia de
los Papas, vol. 2, p. 378.
60
Historia de los Papas, vol. 2, p. 358.
61
Diccionario Teológico, art., Anabaptistas.
62
Hist. de la Iglesia, vol. 1, pp. 183, 184.
63
Tratado del día Sabbath, p. 132. El cita la Historia de los Anabaptistas, lib. 6, p. 153.
64
El Florecimiento, Primavera y Fundación de los Anabaptistas o Rebautistas de nuestros Tiempos, por Guy de Brez, a.
D. 1565.
65
Acts 8:26-40.
66
Enciclopedía Strong y M?Clintock, vol, 1, p. 40.
67
Dec. and Fall, cap. 47.
68
Histo., del Sab. De Maxson., p. 33, ed. 1844.
69
Historia de la Iglesia de Etiopia, p. 31.
70
Idem., p. 96; Gibbon, cap. 15, nota 25; cap. 47, nota 160. Enciclopedía de M?Clintock y Stong, vol. 1, p. 40.
71
Historia de la Iglesia de Etiopia, pp. 34. 35; Peregrinaje de Purchas, libro 2, cap. 5.
72
Historia de la Iglesia de Etiopia, pp. 87.88.
73
Idem.
74
Gibbon, cap. 47.
75
Historia de la Iglesia de Etiopia, pp. 311, 312; Abisinia de Gobat, pp. 83, 93.
76
Gibbon, cap. 47.
77
Indía Continental, vol. 2, p. 120.
78
Actas y Decretos del Sínodo de Díamper, prefacio.
79
Indía Continental, vo.2, pp. 116, 117.
80
Historia de la Iglesia de las Indías Orientales, pp. 133, 134.
81
Idem., pp. 139, 140.
82
Investigaciones Cristianas en Asía de Buchanan, pp. 159, 160.
83
Purchas, Sus Peregrinos, parte 2, libro 8, cap. 6, sec 5, p. 1269, London, 1625. La "Enciclopedía Británica," vol. 8, p.
695, octava ed., habla de Purchas como "un admirable hombre Ingles versado en las artes de lenguaje, humanística y
divinidad, un gran filosofo, historiador y teólogo."

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS
PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 22: L O S REF O RMADO RE S Y E L SA BB AT

La Reforma surgió en la Iglesia Católica


El Sabbath había sido depuesto en esa iglesia, e innumerables festividades
establecidas en su lugar
El Domingo observado por Lutero, Melancthon, Zwingle, Beza, Bucer, Cranmer, y Tyndale
La posición de Calvino establecida e ilustrada a la larga
Knox concordó con Calvino
El Domingo en Escocia en 1601, D.C.
Cómo debemos interpretar a los Reformadores.

a Gran Reforma del siglo dieciséis surgió en el seno de la misma iglesia Católica. El Sabbat había sido extirpado de esa
iglesia desde hacia tiempo, y en lugar de esa misericordiosa merciful institución ordenada por el Divino Dador de la Ley
L para el descanso y refrigerio de la humanidad, y para que el hombre pudiera reconocer a Dios como su Creador, el
papado había ordenado innumerables festividades, las cuales, como una terrible carga aplastaban al pueblo. El Dr.
Heylyn enumera las festividades así:--
“Estos días santos como fueron llamados particularmente en el decreto del Papa Gregorio, están perfectamente
enlistados en el Sínodo de Lyon en 1244 D.C. Han sido celebrados por multitud de personas de todas partes de la
Cristiandad, los cánones y decretos de ahí emanádos cobraron aceptación general en adelante. Dichos días santos ahí
permitidos fueron los siguiente; viz.,
1. la fiesta de la natividad de Cristo, 2. Domingo de Pentecostés,
3. San Esteban, 4. con los dos días después,
5. San Juan el Evangelista, 6. San Juan el Bautista,
7. los Inocentes, 8. las fiestas de los doce apóstoles,
9. San Silvestre, 10. todas las festividades de nuestra
Señora,
11. la Circuncisión de Señor, 12. San Lorenzo,
13. la Epifanía, 14. TODOS LOS DÍAS DEL SEÑOR
EN EL AÑO,
15. Pascua, 16. San Miguel el Arcángel,
17. junto con la semana precedente, y 18. Todos Santos,
19. la semana subsecuente, 20. San Martin,
21. los tres días antes de la Ascensión, 22. Los Cuáqueros, o dedicación de
iglesias especiales,
23. El día de la Ascensión de Cristo, 24. Y las fiestas de tópicos o santos
locales que ciertas personas se
agradaban en honrar con algún día.
En estos y cada uno, al pueblo le era prohibido varias clases de trabajo, bajo pena de censura eclesiástica impuesta
sobre los ofensores, a excepción de alguna causa emergente, ya sea de caridad o necesidad, les era permitido hacerlo. .
. . Pedro de Aliaco, Cardenal de Cambray, en su discurso al concilio de Constanza [1416 D.C.] demando públicamente a
los Padres reunidos ahí, detener la amenaza; exceptuando los Domingos y grandes festivales podría ser licito al pueblo,
después del servicio divino, atender sus negocios; los pobres especialmente, disponiendo de poco tiempo en los días
laborales para sus quehaceres. Pero estas fueron solo las expresiones de hombres bien intencionados. Los papas
pensaban diferente, y no solo guardaban los días santos que encontraron establecidos en aquellos estados en donde los
encontraron, sino que añadieron otros según la ocasión. . . . De manera que permanecieron como dije antes, tanto para la
doctrina como la práctica, hasta que los hombres empezaron a ver los errores y abusos de la iglesia Romana con mayor
seriedad que antes...” 1
Tal era el estado de las cosas cuando los Reformadores iniciaron su trabajo. Que dejaran estos festivales y regresaran a
la observancia del antiguo Sabbat, sería esperar demasíado de los hombres educados en el seno de la iglesia Romana.
Ciertamente no debería sorprendernos que mientras que ellos fueron instigados a derribar la autoridad de estos
festivales, sin embargo deberían retener la observancia del más importante de ellos. Los reformadores hablaron así del
asunto: La Confesión de las iglesias Suizas declaran que—
“La observancia del día del Señor no está fundada en un mandamiento de Dios, sino en la autoridad de la iglesia;
y Que la iglesia puede alterar el día a su disposición.” 2
Más tarde aprendemos que,--
“En la Confesión de Augsburgo, que fue redactada por Melancthon [y aprobada por Lutero], a la pregunta, ‘Qué
debemos pensar sobre el día del Señor?’ La respuesta es que el día del Señor, Pascua, Domingo de Pentecostés, y otros
días santos, deben guardarse pues son dictados por la iglesia, para que todas las cosas sean hechas en orden; pero que
la observancia de estos días no es necesaria para la salvación, ni su violación, si fuera hecha sin ofensa a otros,
considerada como un pecado.”3
Zwingle declaró “que era licito para cualquier hombre, después del servicio divino en el día del Señor, ir a sus labores.”4
Beza enseñó que ”los Cristianos no tienen que dejar de laborar en el día del Señor.”5
Bucer va aun más allá, “y no solo sea llamado una superstición, sino apostasía de Cristo pensar que trabajar en el día
del Señor sea considerado en sí mismo, una cosa pecaminosa.”6
Y Cranmer, en su Catecismo, publicado en 1548, dice:--
“Ahora ya no guardamos el Sabbat en Sábado como los Judíos lo hacen; sino que observamos el Domingo, y algunos
otros días como los magistrados han juzgado conveniente, a quienes en esto debemos obedecer.” 7
Tyndale dice:--
“En cuanto al Sabbat, seamos señores sobre el Sabbat, y aun podamos cambiarlo al Lunes, o a cualquier otro día según
veamos la necesidad, o hagamos cada decimo día, día santo si vemos la causa para ello.” 8
Es evidente que tanto Cranmer y Tyndale creían que el antiguo Sabbat había sido abolido, y que el Domingo era solo una
ordenanza humana la cual estaba en poder power de los magistrados y la iglesia lícitamente cambiaba siempre y cuando
hubiera causa para ello. Y el Dr. Hessey presenta la opinión de Zwingle respecto al presente poder o cada iglesia
individual para transferir el llamado día del Señor a otro día, siempre y cuando la necesidad lo demandara, como por
ejemplo, en tiempo de cosecha. Así dice Zwingle:--
“Si nosotros tuviéramos el día del Señor tan ligado al tiempo que sería considerado maldad transferirlo a otro tiempo, en
el cual descansar de nuestras labores al igual que en aquél, para escuchar la palabra de Dios, si la necesidad felizmente
lo requiriera, este día tan solícitamente guardado, se impondría sobre nosotros como ceremonia. Pues ya no estamos
ligados al tiempo, sino el tiempo debe estar a nuestro servicio, esto es licito, y permitido en cada iglesia, cuando la
necesidad lo demanda (como sucede en tiempo de cosecha), para transferir la solemnidad y descanso del día del Señor,
o Sabbat, a otro día.”9
Por lo tanto, Zwingle no podría, haber considerado el Domingo como un memorial de la resurrección resurrection,
divinamente designado, o ciertamente, como cualquier cosa, menos una fiesta de la iglesia.
Juan Calvino dijo, respecto del origen de la festividad del Domingo:--
“Sin embargo, los antiguos sustituyeron no sin suficiente razón lo que nosotros llamamos el día del Señor en lugar del
Sabbat. Pues ya que la resurrección del Señor es el fin y consumación de la amenaza al verdadero descanso, que fuera
previsto por el antiguo Sabbat; el mismo día que puso fin a las sombras, advierte a los Cristianos a no adherirse a una
ceremonia sombría. Sin embargo yo no adjudico tanta importancia al número séptimo como para obligar a la iglesia a
adherirse a él invariablemente; ni tampoco condenaré a aquellas iglesias que tengan otros días solemnes para sus
asambleas, siempre y cuando se mantengan alejados de superstición.”10
Cabe mencionar que Calvino no señala a Cristo y a sus discípulos el establecimiento del Domingo en lugar del Sabbat. El
dice que esto fue hecho por los “antiguos,” 11 o como otro lo traduce “los antiguos padres.” Ni tampoco dice “el día
queJuan llamó el día del Señor,” sino “el día que nosotros llamamos el día del Señor.” Y lo que es digno de señalar
particularmente, es que él no insistió en que el día apropiado para la adoración debía ser uno de cada siete; ya que él no
estaba atado al “número séptimo.” El día puede ser cada seis días, o cada ocho. Y esto prueba concluyentemente que él
no consideraba el Domingo como una institución divina en el auténtico sentido de la palabra; pues si así fuera,
seguramente habría sabido que la festividad debía ser septenaria, esto es, semanalmente, y que debía urgir “la iglesia a
invariablemente adherirse a ello.” Pero Calvino no termina aquí. Él condena como “falsos profetas” false prophets a
aquellos que tratan de imponer la festividad Dominical por medio del cuarto mandamiento; y para lograrlo, dicen que la
parte ceremonial, que requiere la observancia del día séptimo definitivo, está abolida, mientras que la parte moral, que
sencillamente ordena la observancia de un día en siete aun permanece en efecto. Aquí están sus palabras:--
“Por tanto saquen todos los sueños de falsos profetas, quienes en tiempos pasados infectaron al pueblo con el
pensamiento Judío, afirmando que solo la parte ceremonial del mandamiento, que de acuerdo a ellos, es el señalamiento
del séptimo día, habiendo sido abolido, pero que la parte moral, esto es, la observancia de un día en siete, aun
permanece. Pero esto solo cambia el día de acuerdo a los Judíos, mientras que retiene la misma idea de la
santidad holiness de un día.” 12
Sin embargo estos mismos “sueños de falsos profetas,” para usar las palabras de Calvino, constituyen el fundamento de
la doctrina moderna del cambio del Sabbat; pues cual sea lo dicho sobre la santidad del primer día en el Nuevo
Testamento, el cuarto mandamiento fourth commandment solo puede reconocer ese día por medio de esta misma
doctrina de un día en siete que Calvino agudamente denuncia. Otro factor importante es que los comentarios de Calvino
sobre el Nuevo Testamento cubren todos los libros de donde han sido extraídas todas las citas que apoyan el Domingo,
excepto el libro de Apocalipsis. ¿Qué dice Calvino respecto al cambio del Sabbat en el registro de la resurrección de
Cristo? 13 --- Ni una palabra. Ni siquiera considera algún tipo de santidad para el día, ni algún tipo de conmemoración de
ese día. Acaso dice que la reunión “después de ocho días” fue un Domingo?---Él no dice que día era. 14 ¿Qué dice del
Domingo al tratar el día de Pentecostes? 15 ---Nada. Solo dice que el festival era el primer día de la semana. ¿Qué dice
respecto de la partición del pan en Troas?--- El piensa que se llevó a cabo en el antiguo Sabbat. Él dice:--
“Ya sea que quiera decir el primer día de la semana, que era el siguiente día después del Sabbat, o algún otro cierto
Sabbat. Lo cual es más probable; por esta razón, porque ese día era más adecuado para una asamblea, de acuerdo a la
costumbre.”16
Sin embargo, él dice, que este sitio puede “muy fácilmente” ser traducido “la mañana después del Sabbat;” pero se
adhiere a su propia traducción, “un día de Sabbats,” y no primer día de la semana.” El sigue diciendo:--
“Pues ¿con qué fin se menciona el Sabbat, de manera que él pudiera resaltar la oportunidad y elección del tiempo?
También, puede ser que Pablo espero el Sabbat, que el día antes de su partida el pudiera fácilmente reunir a todos los
discípulos en un solo lugar.” 17
“Por lo tanto creo así, que ellos habían señalado un día solemne para celebrar la santa cena del Señor entre ellos
mismos, que pudiera ser apropiado para todos ellos.” 18
En conclusión esto muestra que Calvino creía en el Sabbat, y no en el primer día de la semana, haber sido el día de
reunión en la iglesia apostólica. Pero ¿qué dice él sobre almacenar el primer día de la semana?— Que el precepto de
Pablo está relacionado no con el primer día de la semana, sino con el Sabbat! Y él marca el Sabbat como el día en el
cual se reunían las sagradas asambleas, y se celebraba la comunión, y dice que por razón de estas cosas este era el día
más conveniente para colectar su contribución: Así escribe:
“En uno de los Sabbats. El fin es este: que puedan tener sus donativos listos a tiempo. Por tanto él los exhorta a no
esperar hasta que él llegue, como algo que se hace repentinamente, y corriendo, no se hace bien, sino contribuyendo al
Sabbat lo que sea bueno, y de acuerdo a las posibilidades de cada quien; esto es, en el día que ellos sostuvieran sus
sagradas asambleas.” 19
“Pues él tiene un ojo, primero, para conveniencia, y más, que la sagrada asamblea, en la cual la comunión de los santos
se celebra, pueda ser de ánimo adicional a ellos. Tampoco me inclino a admitir contiendas de Crisóstomo, de que el
término Sabbat se usa aquí para significar el día del Señor (Apo. 1:10); pues la probabilidad es, que los apóstoles, al
principio, retuvieron el que ya estaba en uso, pero después, forzados por la superstición de los Judíos, apartaron ese día,
y lo sustituyeron por otro. Ahora el día del Señor fue escogido sencillamente porque la resurrección del Señor puso fin a
la sombra de la ley. Por tanto el día mismo nos hace pensar en nuestra libertad Cristiana.” 20
Estas palabras son asombrosas. Muestran primero, que al decir día Sabbat, Calvino no quiere decir el primer día, sino el
séptimo; segundo, que a su juicio, tan tarde como esta epístola, y el de la reunión en Troas [año 60 D.C.], el Sabbat era el
día de las sagradas asambleas de los Cristianos, y el de la celebración de la comunión; tercero, “pero que DESPUES,
forzados por LA SUPERSTICION DE LOS JUDIOS, ellos apartaron ese día, y lo sustituyeron por otro.”
Por lo tanto Calvino no creía que Cristo había cambiado el Sabbat al Domingo para conmemorar su resurrección; pues
dice que la resurrección abolió el Sabbat, 21 y sin embargo cree que el Sabbat era el día sagrado de los Cristianos hasta
la exclusión total del Domingo, tan tarde como el año 60. Él tampoco podía creer que los apóstoles apartaran el Domingo
para conmemorar la resurrección de Cristo; pues él piensa que ellos no escogieron ese día hasta el año 60, y aun
entonces ellos lo hicieron solo por verse forzados a ello por la superstición de los Judíos!
El Dr. Hessey ilustra las ideas de Calvino de la observancia del Domingo por el siguiente incidente:--
“Knox era amigo íntimo de Calvino—y se dice que, en una ocasión lo encontró disfrutando la distracción de bolos en
Domingo.”22
Sin duda, Calvino actuaba en total acuerdo a sus ideas sobre la naturaleza del Domingo festivo. Pero el famoso caso de
Michael Servetus aporta una ilustración más clara de sus ideas sobre la santidad de ese día. Servetus fue arrestado en
Ginebra bajo acción personal de Juan Calvino a los magistrados de esa ciudad. Tal es la declaración de Teodoro Beza, el
amigo de toda la vida de Calvino. 23 El traductor de Beza añade al hecho el siguiente comentario enfático:--
“Presteza lo indujo a arrestar al hereje en Domingo.”24
El mismo hecho es declarado por Robinson:--
“Mientras que esperaba un barco para cruzar el lago camino a Suiza, Calvino se enteró de su llegada por ciertos medios;
y a pesar de ser Domingo, convenció al sindico principal para arrestarlo y encarcelarlo. Ese día, por las leyes de Ginebra
ninguna persona podía ser arrestada a excepción de crimen capital; pero esta dificultad fue fácilmente removida, ya que
Juan Calvino pretendió que Servetus era un hereje, y que la herejía era un crimen capital.” 25
“El doctor fue arrestado y encarcelado el Domingo, 13 de Agosto [1553 D.C.]. Ese mismo día fue llevado a corte.” 26
Las propias palabras de Calvino respecto del arresto son estas:--
“No negaré que fue hecho prisionero bajo mi petición.”27
Los más fieles seguidores de la santidad del primer día dicen que la porción menos pecaminosa de este acto fue que
ocurrió en Domingo. Sin embargo, el hecho que Calvino causara el arresto de Servetus en ese día, muestra que él no
tenía convicción de que el día poseía una santidad inherente.
Juan Barclay, 28 un hombre instruido de ascendencia Escocesa, un Católico Romano moderado, que nació poco después
de la muerte de Calvino, y cuya vida inicial sucedió en el Este de Francia, no muy lejos de Ginebra, publicó la declaración
de Calvino y sus amigos en Ginebra—
“Debatían si los reformistas, con el propósito de alejarse completamente de la iglesia Romana, no debieran adoptar el
Jueves como el Sabbat Cristiano.”
Otra razón de Calvino para este propósito de cambio era,--
“Que sería una instancia adecuada de libertad Cristiana.”29
Esta declaración ha sido acreditada por muchos Protestantes estudiosos, 30 algunos de ellos debemos reconocer como
hombres de candor y juicio. Pero el Dr. Twisee 31 desacredita a Barclay, pues él no nombró a los individuos que Calvino
consultó, y quiénes fueron sus testigos; porque el Rey James I de Inglaterra en una ocasión sospechó que Barclay lo
traicionaba. Pero tal crimen nunca fue probado, ni aparece que el Rey continuara viéndolo bajo esa perspectiva. 32 Su
veracidad nunca ha sido juzgada. La declaración de Barclay puede ser incorrecta, pero no es inconsistente con la
doctrina de Calvino de que la iglesia no está ligada a un festival que debe efectuarse cada siete días, aun como Tyndale
dijo que ellos podían cambiar el Sabbat al Lunes o podían “hacer cada diez días un día santo, si solo vemos causa para
ello;” y está en perfecta armonía con las ideas de Calvino respecto a la santidad del Domingo, como lo muestra en sus
hechos ya mencionados. Como los otros reformadores, Calvino no siempre es consistente consigo mismo en sus
declaraciones. Sin embargo, tenemos su opinión respecto de los textos que se utilizan para probar el cambio del Sabbat,
y también respecto de la teoría de que el mandamiento puede ser utilizado para reforzar, no el séptimo día, sino un día en
siete, y esto es fatal para la doctrina moderna del primer día.
Juan Knox, el gran Escocés reformador, era el intimo amigo de Calvino, con quien el vivió en Ginebra durante una
porción de su exilio de Escocia. Aunque la fundación de la iglesia Presbiteriana de Escocia fue presentada por Knox, o
mejor aun por Calvino, pues Knox llevó a cabo el sistema de Calvino, y a pesar de que esa iglesia ahora es muy estricta
en la observancia del Domingo como Sabbat, sin embargo Knox mismo era de la opinión de Calvino con respecto a la
obligación obligation de ese día. La Confesión de Fe faith original de esa iglesia fue extraída por Knox en 1560 D.C. 33 En
ese documento, Knox declara las obligaciones de la primera tabla de la ley así:--
“Tener un Dios, adorarlo y honrarlo; clamar a él en todos nuestras angustias; reverenciar su santo nombre; escuchar su
palabra; creer la misma; comunicar sus santos sacramentos, son las labores de la primera tabla.” 34
Está claro que Knox creía que el mandamiento del Sabbat había sido arrancado de la primera tabla. El Dr. Hessey,
después de hablar de ciertas referencias al Domingo en un trabajo posterior suyo, hace esta declaración respecto a la
doctrina del Sabbat en la iglesia Presbiteriana:--
“En total, cualquiera que sea el idioma del presente en Escocia, ciertamente no se debe al gran hombre que los
Escoceses consideran el apóstol de la Reforma en su país.”35
Esa iglesia ahora sostiene que el Domingo es el memorial divinamente autorizado de la resurrección de Cristo,
respaldado por la autoridad del cuarto mandamiento. Pero así no lo sostenían Calvino y Knox. Un escritor Ingles declara
la condición de las cosas respecto al Domingo en Escocia en el año 1601:--
“Al inicio del siglo diecisiete, los sastres, zapateros, y pasteleros en Aberdeen acostumbraban trabajar hasta las ocho o
nueve cada mañana de Domingo. Mientras que la violación de la observancia del rito prescrito se castigaba con multa, la
consagración exclusiva del Domingo que subsecuentemente prevaleció, entonces era desconocida. Ciertamente, hubo
‘Domingos de juego’ regulares en Escocia hasta finales del siglo diecisiete.” 36
Pero la iglesia Presbiteriana, después de tiempo de Knox, efectuó cambios totales con respecto a la observancia del
Domingo. El mismo autor dice:--
“La iglesia Presbiteriana introdujo a Escocia la observancia Judaica del Sabbat, reteniendo con algunas inconsistencias el
Domingo festivo de la iglesia Católica, mientras que rechazaba todas las demás fiestas que su autoridad había
consagrado.” 37
El Dr. Hessey muestra el método para hacer esto:--
“Por supuesto que había que sortear algunas dificultades. El Sabbat era el séptimo día, El Domingo era el primer día de
la semana. Pero una ingeniosa teoría de que un día en siete era la esencia del cuarto mandamiento, rápidamente los
reconcilió con esto.” 38
Las circunstancias bajo las cuales esta nueva doctrina fue fraguada, el nombre de su autor, y la fecha de su publicación
serán presentadas en su momento. Que el cuerpo de los reformadores debió fracasar en reconocer la autoridad del
cuarto mandamiento, y que no sacaron al hombre de los festivales Romanos al Sabbat del Señor, es un asunto
lamentable más que sorpresivo. El improperio de convertirlas en el estándar de la verdad truth divina es presentada con
fuerza en el siguiente lenguaje:--
“Lutero y Calvino reformaron gran cantidad de abusos, especialmente en la disciplina de la iglesia, y también algunas
corrupciones grosas de doctrina; pero dejaron otras cosas de mucha mayor consecuencia exactamente como las
encontraron. . . . fue un gran merito el de ellos haber llegado hasta donde lo hicieron, y no es ellos, sino nosotros, a
quienes se debe culpar si su autoridad nos induce a no ir más allá. Más bien deberíamos imitarlos en su audacia y
espíritu con el cual ellos cuestionaron y rectificaron tantos y tan antiguos errores; y beneficiarnos con sus trabajos, lograr
un mayor progreso del que ellos pudieron hacer. Poca razón tenemos nosotros para culpar sus nombres, autoridad y
ejemplo, cuando ellos hicieron tanto y nosotros no hacemos nada. En esto, no los imitamos, sino imitamos a sus
oponentes y enemigos, deseosos de mantener las cosas tal y como están.” 39

Notas finales:
1
Hist.del Sab., part 2, cap. 6, sec. 3, 5.
2
Leyes del Sabbat de Cox, etc., p. 287.
3
Idem.
4
Idem., p. 287.
5
Idem., p. 286.
6
Idem.
7
Idem., p. 289.
8
Respuesta de Tyndale a More, libro 1, cap. 25.
9
Hessey, p. 352.
10
Instituto Calvinista de Religión Cristiana, libro 2, cap. 8, sec. 34, traducido por John Allen.
11
Quanquam non sine delectu Dominicum quem vocamus diem veteres in locum Sabbathi subrogarant.
12
Institutos Calvinistas, libro 2, cap. 8, sec. 34.
13
Armonía de los Evangelistas sobre Mateo 28; Marcos 16; y Lucas 24, de Calvino.
14
Comentario de Calvino sobre Juan 20.
15
Idem., sobre Acts 2:1
16
Comentario de Calvino sobre Acts 20:7.
17
Idem.
18
Idem., sobre acts 20:7.
19
Comentario de Calvino sobre I Corinthians 16:2.
20
Idem.
21
Institutos Calvinos , libro 2, cap. 8, sec. 34.
22
Hessey Bampton Discursos sobre el Domingo, p. 201, ed. 1866. En las notas añadidas, p. 366, el dice: "En Ginebra
existe una tradición, que cuando Juan Knox visitó a Calvino en Domingo encontró a su austero coadjutor jugando bolos
en lo verde." El Dr. Hessey evidentemente acreditaba esta tradición.
23
La vida de Calvino por Beza, Traducción de Sibson, p. 55, ed. 1836.
24
Idem., p. 115.
25
Investigación Eccl. cap. 10, p. 338.
26
Idem. P. 339.
27
La vida de Calvino por Beza, p. 168.
29
Hessey, p. 341, aporta un pista al título de la obra de Barclay, era un Paraenesis ad Sectarios hujus temporis, lib. 1,
cap. 13, p. 160, Rome, 1617.
30
Ver La Historia del Sabbat de Heylyn, part, 2, cap. 6, sec. 8; El día del Señor de Morer, pp. 216, 217, 228; Una
investigación del Origen de las Instituciones Septenarias, pl. 55; Examen del Sabbat Moderno, p. 26, Whitaker,
Treacher, and Arnot, London, 1832; Literatura del Sabbat de Cox, vol. 1, pp. 165, 166; Hessey, pp. 141, 142, 198,
341, y los autores ahí citados.
31
Moralidad del Cuarto Mandamiento pp. 31, 36, 39, 40.
32
De hecho, la historia contada por Twisse que Barclay declarara con respecto a Calvino no puede acreditarse ya que
era traidor al Rey James I., quién por tal razón no lo promovió a su corte, parece ser totalmente infundado. La
Enciclopedía Británica, vol. 4, p. 439, octava edición, asígna una razón muy diferente. Dice: “En aquellos días una
pensión asígnada a un papista Escocés habría sido contada entre los lamentos nacionales.” Esto quiere decir, que la
opinión pública no habría tolerado la promoción de un Romanista. Pero este escritor cree que el Rey favoreció a Barclay
en secreto, como aparecerá en su comentario en la pág. 440: “Aun cuando no parece que él haya obtenido una provisión
regular del Rey, podemos quizás suponer que por lo menos recibió favores ocasíonales.” Este escritor no sabía nada de
Barclay como espía en la corte del Rey. De su desempeño como hombre, él dice, en la pág. 441: “Si hubiera alguna
falta grave en la moral de Barclay, algunos de sus númerosos adversarios la habrían señalado.” Enciclopedía
de M?Clintock and Strong, vol., 1, p. 663, dice que él "sin duda habría sucedido en la corte de no haber sido Romanista."
Ver también Enciclopedía Biográfica de Knight, artículo, Barclay.
33
Leyes del Sabbat de Cox, etc., p. 123 Enciclopedía de M?Clintock and Strong, vol. 5, pp. 137-140.
34
Citado en los Discursos de Hessey Bampton, p. 200.
35
Discursos de Hessey Bampton, p. 201.
36
Reseña de Westminster, Julio, 1858, p. 37.
37
Idem.
38
Hessey, p. 203.
39
El Dr. Priestly, citado por Cox en Leyes del Sabbat, p. 260.

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 23: L UT ERO Y CARL ST ADT

El Caso de Carlstadt merece mencionarse


Su dificultad con Lutero respecto de la epístola de Santiago
Su audacia al unirse a Lutero en contra del papa
Qué hizo Carlstadt durante el encarcelamiento de Lutero
Qué tan lejos llegó bajo el fanatismo
Quién actuó con Carlstadt en la remosión de imágenes de las Iglesias, la suppresión de misas,
y la abolición de la ley del celibato
Al regresar Lutero restauró la misa y suspendió la ordenanza sencilla de la cena
Carlstadt se sometió a la corrección de Lutero
Después de dos años, Carlstadt se sintió coartado para oponerse a Lutero respecto a la cena
El fundamento de sus diferecias respecto de la Reforma
Lutero decía que la carne y sangre de Cristo estaban literalmente presentes EN el pan y el vino
Carlstadt dijo que simplemente estaban representados en ellos
La controversia que siguió
Carlstadt refutado por desaparición
Su cruel trato en exilio
Él no estaba conectado con la conducta desordenada de los Anabautistas
Porqué Carlstadt ha sido tan duramente juzgado
Punto de vista de D?Aubigne en esta controversia
El trabajo de Carlstadt en Suiza
Lutero escribe en su contra
Lutero y Carlstadt se reconcilian
D?Aubigne considera a Carlstadt como un estudioso y un Cristiano
Carlstadt un Sabbatista
En qué benefició Lutero a Carlstadt
En qué pudo haber beneficiado Carlstadt a Lutero.

abe mencionar que por lo menos uno de los reformadores es considerado prominente—
Carlstadt—era un Sabbatista. Es imposible leer los registros de la Reforma sin la convicción de
C que Carlstadt deseaba un trabajo más profundo de reforma que Lutero; y que mientras Lutero se
disponía a tolerar ciertos abusos no sea que la reforma quede amenazada, Carlstadt estuvo en
todos los riesgos, dispuesto a regresar de lleno a las Santas Escrituras.
Los principios Sabbatistas de Carlstadt, su íntima relación con Lutero, su prominencia en la historia
temprana de la Reforma, y el importante apoyo a la decisión de Lutero respecto del
Sabbat Sabbath sobre toda la historia de la iglesia Protestante, presenta al primero digno de
mención en la historia del Sabbat. Presentaremos su registro en palabras exactas de los mejores
historiadores, ninguno de los cuales simpatizaba con su observancia del séptimo día. La forma en
que ellos presentan sus fallas muestra que ellos no eran parciales a él. Poco después que Lutero
empezó a predicar en contra del merito de las buenas obras, su profundo interés en liberar hombres
de la esclavitud papista lo llevó a negar la inspiración de algunas porciones de aquellas escrituras
que eran citadas en su contra. El Dr. Sears establece el caso:--
“Lutero era tan celoso de mantener la doctrina doctrine de justificación por fe faith, que estaba
preparado aun a cuestionar la autoridad de algunas porciones de las Escrituras, que le parecían no
reconciliables con ello. A la epístola de Santiago, especialmente, sus expresiones indican la más
fuerte repugnancia.”1
Antes de la cautividad de Lutero en el castillo de Wartburg, surgió una disputa entre él y Carlstadt
sobre este tema. Se registro que Carlstadt en el año 1520—
“Él publicó un tratado ‘Respecto del Canon de las Escrituras,’ el cual, aunque desfigurado por
amargos ataques a Lutero, era sin embargo un trabajo capaz, presentando el gran principio del
Protestantismo, vis., la preponderante autoridad de las Escrituras. También en este tiempo
contendió por la autoridad de la epístola de San Santiago, contra Lutero. Al publicarse el tomo de
Leo X contra los reformadores, Carlstadt mostró un coraje real y honesto al apoyar firmemente a
Lutero. Su trabajo sobre la ‘Santidad Papal’ (1520) ataca la infalibilidad del papa en base a la
Biblia.”2
Como es bien sabido, Lutero, al regresar de la Dieta de Worms, fue detenido por los agentes del
Elector de Sajonia, y escondido de sus enemigos en el castillo de Wartburg. Leemos a Carlstadt en
este tiempo así:--
“En 1521, durante el confinamiento de Lutero en Wartburg, Carlstadt tuvo casí por completo el
control del movimiento de la reforma en Wittenberg, y era supremo en la universidad.
Él atacó el monjismo, y
el celibato en un tratado ‘Respecto del Celibato, Monjismo y Viudez.’
Su siguiente punto de asalto fue la Misa; y un tumulto de estudíantes y ciudadanos jóvenes
contra la Misa pronto lo siguieron.
En Navidad 1521, Él dio el sacramento en ambas clases a los laicos, en Alemania;
y en Enero 1522, se casó. Su impetuoso celo lo llevó a hacer cualquier cosa que creyera
correcta, inmediata y arbitrariamente.
Pero pronto dejó atrás a Lutero, y uno de sus grandes errores fue poner el Antiguo Testamento al
mismo nivel que el Nuevo. En Enero 24, 1522, Carlstadt obtuvo la adopción de nueva constitucion
de la iglesia en Wittenberg, que solo es de interés como la primera organización de la Reforma.” 3

Estaban presentes en este momento en Wittenberg ciertos maestros fanáticos, quienes del pueblo
que venían eran llamados “los profetas de Zwickau.” prophets. Colocaron a Carlstadt bajo su fuerte
influencia por un tiempo, que concluyó que los grados académicos eran pecaminosos, y que, como
la inspiración del Espiritu es suficiente, no había necesidad de aprendizaje humano. Por lo tanto,
sugirió a los estudíantes de la universidad regresar a sus hogares. 4 Esa institución estuvo en peligro
de disolución. Tal fue el curso de Calstadt en ausencia de Lutero. Con la excepción de este último
movimiento, sus actos fueron en sí correctos.
Los cambios hechos en Wittenberg durante la ausencia de Lutero son, a tiempo o fuera de tiempo,
generalmente adjudicados a Carlstadt, y se dice que fueron hechos por él bajo su sola
responsabilidad, y en forma fanática. Pero ciertamente es lo contrario. El Dr. Maclaine declara el
caso:--que fueron los cambios adjudicados por nuestro historiador como precipitados y superfluos,
fueron afectados por Carlstadt, en conjunción con Bugenhagius, Melancthon, Jonas Amsdorf, y
otros, y confirmados por la autoridad del Elector de Sajonia; de manera que hay razón para pensar
que la irritación de Lutero por los cambios, fue el haber sido introducidos en su ausencia; a menos
que supongamos que hasta ese momento no se había sacudido los rastros de la superstición, como
para ser sensible a las consecuencias absurdas y perniciosas del uso de imágenes.” 5
Carlstadt había dado la copa a los laicos, quienes habían sido privados por Roma por largo tiempo.
Habia dejado de lado la adoracion del pan consagrado. El Dr. Sears revisa este trabajo de Carlstadt,
y entonces nos dice lo que hizo Lutero al respecto a su regreso:--
“Hasta ese momento, Él [Carlstadt] había restaurado el sacramento de la cena del Señor en
forma de distribuir el vino así como el pan a los laicos. Lutero, ‘con el fin de no ofender
conciencias débiles,’ insistia en distribuir solo pan, y prevaleció. Él [Carlstadt] rechazó la
práctica de elevar y adorar la hostia. Lutero lo permitió e introdujo de nuevo.”6
En este momento Carlstadt estaba dispuesto a probar que él no había recibido “muchas cosas
enseñadas de los nuevos maestros” de Zwickau; pero había enseñado públicamente algunas de sus
fanáticas ideas respecto de la influencia del Espiritu de Dios supersediendo la necesidad de estudio.
Sin embargo, en la supresión de servicios idolatras de los Romanos, él estuvo esencialmente en lo
correcto. Tuvo el dolor de ver mucho de esto volver otra vez. Más aún, el Elector, no le permitía
predicar o escribir sobre los puntos en que difería con Lutero. D’Aubigne establece su curso así:--
“Sin embargo, sacrifico su amor a sí mismo en aras de la paz, restringió sus deseos de vindicar su
doctrina, se reconcilió, por lo menos en apariencia, con su colega [Lutero], y poco después reanudó
sus estudios en la universidad.”7
Conforme Lutero enseñó algunas doctrinas que Carlstadt no podía aprobar, sintió que era tiempo
por fin de hablar. El Dr. Sears escribe:--
“Despues de que Carlstadt había sido forzado a guardar silencio, de 1522 a 1524, y someterse a la
autoridad y poder superior de Lutero, no pudo contenerse más. Por tanto dejo Wittenberg, y
estableció una imprenta en Jena, por medio de la cual, en una serie de publicaciones, ventiló sus
convicciones, por tanto tiempo retenidas.”8

Los principios al fundar sus ideas de la Reforma eran estos:


· Carlstadt insistía en rechazar todo lo de la iglesia Católica que no estaba autorizado en la
Biblia;
Lutero determinó retener todo lo no prohibido expresamente.

“Carlstadt sostenía que:


‘no debemos, en cosas relacionadas a Dios, considerar lo que la multitud dice o piensa, sino
simplemente ver la Palabra de Dios.
Otros, ‘el añade, ‘ dicen que, respecto de la semana, no debemos limitarlos a guardar los
mandamientos de Dios, sino que debemos esperar a que se conviertan en sabios y fuertes.’
Con respecto a las ceremonias introducidas en la iglesia, él (Carlstadt) juzga como los
reformadores Suizos hicieron, que todo lo que no está garantizado por la Biblia debía
ser rechazado. ‘Es suficiente saber que es contra las
Escrituras si no encuentras base para ello en ellas.’

“Lutero afirmaba, lo contrario:


‘Todo lo que no esté en contra de las Escrituras, está a favor de las
Escrituras, y las Escrituras a su favor. Aunque Cristo no había ordenado
adorar la hostia, tampoco lo había prohibido.
‘Para nada,’ dice Carlstadt: ‘estamos ligados a la Biblia, y nadie puede
decidir según los pensamientos de su propio corazón.’”9
Es interesante saber cuál fue el sujeto que causó la controversia entre ellos, y cuál era la posición
de cada uno. El Dr. Maclaine establece la ocasión del conflicto que surgió:--
“Esta diferencia de opinión entre Carlstadt y Lutero respecto a la eucaristía, fue la verdadera causa
de la violenta ruptura entre estos dos hombres eminentes, y dejó poco honor sobre el último; pues,
cual fuese la explicación que el primero diera de las palabras de la institución de la cena del Señor,
podría aparecer forzada, sin embargo los sentimientos que sostenía de esa ordenanza como
conmemoración de la muerte de Cristo, y no como celebración de su presencia corpórea, en
consecuencia de una consubstanciación con el pan y el vino, son infinitamente más razonables que
la doctrina de Lutero, que esta cargada con algunas de los más palpables absurdos de
transubstanciación; y si se supusiera que Carlstadt estiró demasíado la regla de interpretación,
cuando afirmaba que Cristo pronunció el pronombre éste (en las palabras, -Este es mi cuerpo-
), señalando su cuerpo, y no el pan; ¿qué pensaremos de la explicación de Lutero respecto de la
doctrina nonsensical de consubstanciación por la similitud con una plancha al rojo vivo, en la cual
dos elementos son unidos, así como el cuerpo de Cristo es con el pan de la eucaristía?”10
El Dr. Sears también establece la ocasión de este conflicto en 1524:--
“La más importante diferencia entre él y Lutero, y aquello que amargo más a este último contra él, se
relacionaba con la cena del Señor. Él se opuso no solo a la transubstanciación, sino también a la
consubstanciación, la verdadera presencia, y la elevación y adoración de la hostia. Lutero rechazó la
primera, afirma la segunda y la tercera, y permitió las otras dos. Con respecto a la verdadera
presencia, él dice: ‘En el sacramento está el verdadero cuerpo de Cristo y la verdadera sangre de
Cristo, de manera que aún lo indigno e impuro, o impío toman parte de Él, y lo comparten
corporalmente,” también, y no espiritualmente, como Carlstadt lo dice’”11
Que Lutero fue el único errado en esta controversia será reconocido por casí todos en el presente
tiempo. D’Aubigne no puede dejar de censurarlo:--
“Al surgir la pregunta de la cena, Lutero hizo a un lado el elemento característico de la Reforma, y
sostuvo para él mismo y su iglesia un exclusivo Luteranismo.”12
La controversia es caracterizada por el Dr. Sears:--
“Surgió una furiosa controversia. Ambas partes excedieron los límites de la propiedad y moderación
Cristianas. Carlstadt se encontraba ahora en la vecindad del tumulto Anabautista, excitado por
Muntzer. Él simpatizaba con ellos en algunas cosas, pero desaprobaba en sus desordenes. Lutero
le sacó provecho a ésto.” 13
Es evidente que en esta competencia Lutero no ganó una ventaja significativa, aun en la estima de
sus amigos. El Elector de Sajonia interfirió, y desapareció a Carlstadt! D’Aubigne relata este evento
de la siguiente forma:--
“Él expidió ordenes para privar a Carlstadt de sus compromisos, y lo desapareció, no solo de
Orlamund, sino de todos los Estados del electorado.”
“Lutero no tuvo nada que ver con este movimiento de parte del príncipe; fue ajeno a su disposición,--
y él probó ésto posteriormente.” 14
Carlstadt, para mantener la doctrina ahora asumida por la mayoría de todos los Protestantes
respecto a la cena, y por negar la doctrina de Lutero que dice que Cristo está personalmente
presente en el pan, fue declarado vagabundo por años. Su desaparición fue en 1542. Lo que sigió
aquí se describe:--
“A partir de esta fecha hasta 1534 él vagó por toda Alemania, perseguido por las acusadoras
opiniones tanto de los Luteranos como de los papistas, y por momentos reducido a piltrafas por la
indigencia e impopularidad. Pero, aun cuando el siempre encontró simpatía y hospitalidad entre los
Anabautistas, evidentemente fue absuelto del cargo de complicidad por la rebelión de Muntzer. Se
le prohibió escribir, su vida estuvo en peligro en ocasíones, y muestra el espectáculo melancólico de
un gran hombre y correcto en muchos aspectos, pero cuya celeridad, ambicion y falso celo,
juntamente con muchas opiniones fanáticas, lo colocaron bajo censura bien fundada pero
inmoderada de sus amigos y compañeros.”15
Tales palabras parecen no ser garantizadas por los hechos. No hubo justicia en esta
persecusion persecution de Carlstadt. Él, por un breve tiempo, sostuvo algunas ideas fanáticas,
pero dejó de hacerlo después. El mismo autor habla así después:--
“No se puede negar que en muchos sentidos aparentemente él estaba por delante de Lutero, pero
su error descansó en su celeridad para descansar y abolir las formas y pompas externas en los
corazones de las personas, y sin duda en el suyo propio, antes de ser preparados para el cambio
interno. Sus biografías son númerosas, y la Reforma sin duda le debe mucho de lo bueno, de lo cual
él no tiene ningún crédito, ya que se sobrepuso la sombra del error que él produjo.”16
Una importante verdad relativa a los servicios de Carlstadt se establece aquí, pero está conectada
con vínculos con el mal que no tienen suficiente fundamento. El Dr. Sears dice del amargo lenguaje
concerniente a él:--
“Por tres siglos, el carácter moral de Carlstadt ha sido tratado en cierta forma como Lutero lo habría
hecho, si tan solo el testimonio Católico hubiera sido escuchado. El partido interesado había sido
tanto Juez y Parte. Que tal si tuviéramos que juzgar el carácter Cristiano de Zwingle por la
representación de Lutero? La verdad es que, Carlstadt difícilmente mostró un peor espíritu, o
empleo peores términos abusivos hacia Lutero, de los que Lutero uso hacia él. Carlstadt sabía que
en muchas cosas la verdad estaba de su lado; y sin embargo, en ésto, no menos que en otros, fue
aplastado por el poder civil, que estaba del lado de Lutero.”17
D’Aubigne habla así del conflicto entre estos dos hombres:--
“Éstos se vuelcan sobre el error, el cual según él, es de lo más venenoso, y al atacarlo, va—puede
ser—más alla de la verdad. Pero al admitir ésto, también es verdad que ambos están correctos en
sostener sus ideas, y a pesar de situarse en puntos opuestos, los dos grandes maestros yacen bajo
el mismo estandard—que Jesus Cristo, solo es la VERDAD en el sentido total de esa palabra.”18
D’Aubigne dice de ellos después de la desaparición de Carlstadt:--
“Es imposible no dolerse al contemplar a estos dos hombres, alguna vez amigos, y ambos dignos de
nuestra estima, así opuestos por el enojo.”19
Algun tiempo después de la desaparición de Carlstadt de Sajonia, visitó Suiza. D’Aubigne dice lo
siguiente del resultado de su trabajo en ese país, y lo que Lutero hizo:--
“Sus enseñanzas pronto atrajeronla atención casí igual a la provocada por las primeras tesis
presentadas por Lutero. Suiza parecía casi ganada a su doctrina. Bucer y Capito también adoptaron
sus ideas.
“Fue entonces que la indignación de Lutero llegó a la cima; y presentó uno de sus más poderosos,
pero más DESCABELLADO, de sus escritos,--su libro ‘Contra los Profetas Celestiales.” 20
El Dr. Sears también menciona los trabajos de Carlstadt en Suiza, y habla así del libro imprudente
de Lutero:--
“El libro que escribió en su contra lo título, ‘El libro en contra de los Profetas Celestiales.’ Ésto fue
imprudente; pues la controversia se relacionaba básicamente al sacramento de la cena. En el sur de
Alemania y Suiza, Carlstadt encontró más adherentes que Lutero. Desaparecido como Anabautista,
fue recibido como un Zwinglian.”21
El Dr. Maclaine relata un incidente posterior, que muestra la mejor parte de estos dos hombres
ilustres:--
“Carlstadt, después de desaparecer de Sajonia, compuso un tratado en contra del entusiasmo
general, y en contra de los extravagantes canones y violentos procedimientos de los Anabautistas
en particular. Este tratado lo dirigía a Lutero, quien resultó tan afectado por él que, arrepintiéndose
de su trato indigno hacia Carlstadt suplicó por su causa, y obtuvo permiso del Elector para su
regreso a Sajonia.” 22
“Despues de esta reconciliación con Lutero, el compuso un tratado sobre la eucaristía, que muestra
un espíritu afable de moderación y humildad; y habiendo examinado los escritos de Zwingle, en los
que vio sus propios sentimientos sobre el tema, expuestos con la mayor perspicacia y fuerza de
evidencia, el regresó por segunda vez a Suiza, y luego a Basílea, en donde fue admitido en las
oficinas de pastor y profesor de divinidad, y donde, después de haber vivido en la ejemplar y
constante práctica de toda virtud Cristiana, murió, en medio de la más calida misericordía y
resignación, el 25 de Diciembre de 1541.” 23
Acerca de la escolaridad de Carlstadt, y su escrupulosidad, D’Aubigne dice:--
“’Él estaba bien familiarizado,’ dice el Dr. Scheur, ‘con Latin, Griego, y Hebreo,’ y Lutero lo reconocía
como su superior en estudios. Provisto con grandes facultades mentales, sacrificó por sus
convicciones, la fama, el puesto, el país, y aún el alimento.”24
Su carácter Sabbatico es afirmado por el Dr. White, Señor Obispo de Ely:--
“La misma [obsevancia del séptimo día] siendo revivida en tiempos de Lutero por Carolastadius,
Sternebergius, y por algunas sectarias entre los Anabautistas, fueron entonces como hasta hoy
censurados como Judios y herejes.”25
El Dr. Sears alude a la observancia del séptimo día de Carlstadt, pero como es común con los
historiadores del primer día en tales casos, lo hace en tal forma como para dejar el hecho lo
suficientemente oscuro para ser pasado por alto sin ser observado por el lector general. Así
escribe:--
“Carlstadt difiere esencialmente de Lutero con respecto al uso que debe hacerse del Antiguo
Testamento. Con él, la ley de Moises aún estaba en efecto. Lutero por el contrario tenía
una aversión fuerte a lo que él llama una religión legal y Judaizante. Carlstadt sostuvo la autoridad
divina del Sabbar a partir del Antiguo Testamento; Lutero creyó que los Cristianos eran libres de
observar cualquier día como un Sabbat, siempre y cuando fueran consistentes en guardarlo.” 26
Los varios historiadores que hablaron de la dificultad entre Lutero y Carlstadt, exponen libremente
los motivos de cada uno. Pero de tales asuntos, es mejor hablar poco; el día del Juicio mostrará
los corazones de los hombres, y debemos esperar hasta entonces. Sin embargo, podemos hablar
libremente de sus actos, y podemos con propiedad nombrar las cosas en las que cada quien habria
beneficiado al otro. Los errores de Carlstadt en Wittenberg no sucedieron porque rechazó la ayuda
de Lutero, sino porque fue privado de ella por el cautiverio de Lutero. Los errores de Lutero en
aquellas cosas en las que Carlstadt tenía razón, sucedieron porque él consideró mejor rechazar la
doctrina de Carlstadt
Sin embargo, tenemos el propio testimonio de Lutero sobre de las ideas de Carlstadt respecto del
Sabbat. Son de este libro, “En Contra de Profetas Celestiales”:--
“Ciertamente si Carlstadt escribiera más sobre el Sabbat, El Domingo habria desaparecido, y el
Sabbat—esto es el Sabado—debe guardarse santo; el ciertamente nos habria hecho Judios en todo,
y habriamos tenido que circuncidarnos; pues esto es verdad y no puede negarse, que aquel que
cree necesario guardar una ley de Moises, y la guarda como la ley de Moises, debe creer necesaria
toda, y guardarlos todos.”27
El error de Carlstadt al remover las imágenes, la supresión de misas, la abolición de votos
monásticos, o votos de celibato, repartir el vino así como el pan en la cena, y realizar el
servicio en Aleman en lugar de Latin, si fueron errores, fueron de tiempo más que de
doctrina. Si Lutero hubiera estado con él, probablemente todo habria sido diferido por
algunos meses, o quizás años.
Carlstadt probablemente habría sido salvado por Lutero de ser influenciado por los profetas
Zwickau. Como sucedió, él aceptó por un corto tiempo, no sus enseñanzas en general, pero
sí su doctrina de que la inspiración del Espiritu Santo en los creyentes hace ver el
aprendizaje humano vano e inútil. Pero en ambas cosas, Carlstadt se sometió a la corrección
de Lutero. Si Lutero hubiera tenido en cuenta a Carlstadt, se habría beneficiado en los
siguientes puntos:--
En su celo por la doctrina de justificación por fe, se habría salvado de negar la inspiración de
la epístola de Santiago, y no la habría llamado “una epístola llena de paja y superficial.” 28
a) En lugar de cambiar transubstanciacion—que es la doctrina Romana en la que el pan y
el vino de la cena se convierten literalmente en el cuerpo y sangre de Cristo—por
consubtanciacion, la doctrina que impuso sobre la iglesia Luterana,-- que el cuerpo y sangre
de Cristo están realmente presentes en el pan y vino,--el habría dado a esa iglesia la doctrina
de que el pan y vino simplemente representan el cuerpo y sangre de Cristo, y son usados en
conmemoración de su sacrificio por nuestros pecados.
b) En lugar de sostener todo lo de la iglesia Romana no prohibido expresamente en la
Biblia, él habría hecho a un lado todo lo que no tuviera la aprobación de ese santo libro.
c) En lugar del Domingo festivo Católico, habría observado y transmitido a la iglesia
Protestante el antiguo Sabbat del Señor.
Carlstadt necesitaba la ayuda de Lutero, y la aceptó.
¿Qué no necesitaba Lutero la ayuda de Carlstadt?
¿No es tiempo de que Carlstadt sea vindicado de la gran humillación lanzada sobre él por
el partido prevalente?
¿Y si esto no hubiera sido hecho hace tanto tiempo, no habria sido Carlstadt un
Sabbatista decidido?

Notas finales:
1
La vida de Lutero por Barnas Scars, D. D., ed larga., pp. 400, 401
2
Enciclopedía de M?Clintock y Strong, vol. 2, p. 123.
3
Idem.
4
D?Aubigne?s, Historia de la Reforma, libro 9.
5
Mosheim, Historia de la Iglesia, libro 4, cent. 16, sec. 3, part 2, parrafo 22, note.
6
Vida de Lutero, p. 401.
7
D?Aubigne?s, Historia de la Reforma, libro 9, p. 282, Porter y Coates, edición un volumen.
8
Vida de Lutero, pp. 402, 403.
9
Vida de Lutero, pp. 401, 402.
10
Mosheim, Historia de la Iglesia, libro 4, cent. 16, sec. 3, part 2, parrafo 22, note.
11
Vida de Lutero, p. 402.
12
D?Aubigne, Historia de la Reforma, libro 10, p. 312.
13
Vida de Lutero, p. 403.
14
D?Aubigne, Historia de la Reforma, libro 10, pp. 314, 3.
15
Enciclopedía de M?Clintock y Strong , vol. 2, p. 123.
16
Enciclopedía de M?Clintock and Strong, vol. 2, p. 123.
17
Vida de Lutero, p. 400.
18
D?Aubigne, Historia de la Reforma, libro 10, p. 312.
19
Idem., book 10, p. 315.
20
Idem.
21
Vida de Lutero, p. 403.
22
Mosheim Historia de la Iglesia, libro 4, cent. 16. sec. 3, part 2, par. 22, nota.
23
Idem. Casí la misma declaración hecha por Du Pin, tomo 13, cap. 2, sec. 20, p. 103, A. D. 1703.
24
Hist. Ref., libro 10, p. 315.
25
Tratado del Día Sabbat, p. 8.
26
Vida de Lutero, p. 402.
27
Citado en la Vida de Martin Lutero en Fotografias, p. 147, J. W. Moore, 195 Chestnut street,
Philadelphia.
28
M?Clintock y Strong, vol. 2, p. 123.
“Probablemente el lector puede imaginar, a partir del recuento del Dr. Mosheim sobre el tema, que
Carlstadt introdujo estos cambios bajo su sola autoridad, pero ésto dista mucho de ser el caso;
“la supresión de misas privadas,
la remosión de imágenes fuera de las iglesias,
la abolición de la ley que imponía el celibato al clero;

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 24: SABB AT EN EL SI G L O 1 6

El Juicio del mártir Frith


La Reforma descubre a los observadores del Sabbat en varios países
En Transilvania
En Bohemia
En Rusia
En Alemania
En Holanda
En Francia
En Inglaterra.
ohn Frith un reformador Ingles de talla considerable, y mártir, fue convertido a través del trabajo de Tyndale cerca del
año 1525, y fue su asistente en la traducción de la Biblia. Él fue quemado en Smithfield, el 4 de Julio de 1533. Los
J historiadores de la Reforma Inglesa hablan de él en los más altos términos. 1 Sus ideas respecto del Sabbat Sabbathy
el primer día las establece él mismo así;--
“Los Judíos tiene la palabra de Dios para su Sábado, dado que es el séptimo día, y ellos fueron ordenados a guardar
solemnemente el séptimo día. Y nosotros no tenemos la palabra de Dios para nosotros, sino más bien contra nosotros; ya
que nosotros no guardamos el séptimo día, como lo hacen los Judíos, sino el primero, que no está ordenado por la ley de
Dios.” 2
Cuando la Reforma levantó el velo de la oscuridad que había cubierto las naciones de Europa, los observadores del
Sabbat de Transilvania, Bohemia, Rusia, Alemania, Holanda, Francia e Inglaterra fueron encontrados. No fue la Reforma
que dio existencia a estos Sabbatistas, ya que los líderes de la Reforma no eran partidarios de tales ideas. Por el
contrario, estos observadores del Sabbat son los remanentes de las antiguas iglesias guardadoras del Sabbat que fueron
testigos de la verdad truth durante la Edad Media.
Transilvania un país que no constituye una de las divisiones orientales del Imperio Austriaco, era, en el siglo dieciséis,
un principado independiente. A mediados del siglo, el país estuvo bajo el gobierno de Segismundo. Robinson, historiador
de los Bautistas, proporciona el siguiente registro interesante de eventos en ese tiempo y país:--
“El príncipe recibió sus primeras impresiones religiosas bajo su capellán, Alexius, quien era Luterano. Al ser removido,
eligió a Francis Davidis como sucesor, y a través de él fue informado de los principios de la Reforma. Davidis era nativo
de aquel pueblo extremadamente poblado y bien fortificado llamado por sus nativos Coloswar, por los Alemanes
Clausenberg, y por otros Caluiopolis. El fue un hombre estudioso, expedito, piadoso, y en este momento de su vida
razonaba más justamente los principios de la Reforma que muchos de sus contemporáneos. En 1563 su alteza invitó a
varios extranjeros letrados a Transilvania con el propósito de avanzar la Reforma. 3
“Varios otros extranjeros, que habían sido perseguidos persecuted en otros sitios, buscaron refugio en este país, donde la
persecución era desconocida. Estos refugiados eran Bautistas Unitarios, y a través de su infatigable labor y presteza, el
príncipe, gran parte del senado, un gran número de ministros, y una multitud de gente fueron de lleno a su plan de
Reforma. 4
“Al final los Bautistas se convirtieron por mucho en el grupo más númeroso, y fueron puestos en posesión de una oficina
de prensa y una academia, además se les dio la catedral como sitio de adoración. Ellos obtuvieron esto sin ninguna
violencia, y mientras formaban sus propias iglesias de acuerdo a la convicción de sus miembros, no persiguieron a nadie,
sino permitieron la misma libertad en otros, y gran número de Católicos, Luteranos, y Calvinistas residían en perfecta
libertad.” 5
El Sr. Robinson nos informa además que Davidis tomó una postura Unitaria extrema con respecto a la adoración a Cristo,
que parece ser el único error serio que se le puede imputar. Davidis era un ministro Unitario Bautista, asígnado por sus
hermanos con la superintendencia de las iglesias de Transilvania. Su influencia en ese país en algún momento fue muy
grande. Sus ideas sobre el Sabbat son estas:--
“Él creía que el Sabbat Judío no había sido abrogado, y por lo tanto guardaba santo el séptimo día. También creía la
doctrina del milenio, y como hombre honesto, lo que creía enseñaba. Era considerado por las iglesias en Transilvania
como un apóstol, y se había envejecido en su servicio; pero los católicos, Luteranos y los Calvinistas lo creían un Turco,
blasfemo, y ateo, y sus hermanos Bautistas Polacos decían que era mitad Judío. De haber sido completamente Judío, no
hubiera sido encarcelado por sus especulaciones.” 6
“Porqué medios solo el Supremo Investigador de corazones sabe, pero por algún método entonces desconocido en
Transilvania, el anciano fue arrestado, y condenado a muerte por el senado. Fue puesto en prisión en el castillo, pero la
providencia poniendo fin a su vida, salvo a sus perseguidores de la vergüenza por una ejecución publica.” 7
“El Sr. Robinson dice que “muchos han sido culpados” por la muerte de Davidis, “pero quizás los secretos de este evento
nunca puedan ser conocidos hasta que el Juez del mundo haga inquisición de sangre.” Había muchos Sabbatista en
Transilvania en este tiempo, ya que el Sr. Robinson enúmero a muchas personas distinguidas de las mismas ideas que
Davidis; el embajador Bequessius, general del ejército; la princesa, hermana del príncipe Juan; el consejero del Rey,
Chaquius, y los dos Quendi; el general Andrassi, y muchos otros de alto rango; Somer el rector de la academia en
Claudiopolis; Matias Glirius, Adam Neusner, y Cristian Francken, un profesor en la academia en Claudiopolis.
“Estos,” dice Robinson, “eran todos del mismo sentir que Davidis, como lo eran muchos más de diferentes rangos,
quienes, después de la muerte en prisión, defendieron su opinión en contra de Socinus. Palaicologus era de la misma
opinión; había huido a Moravia, pero fue capturado por el emperador, ante la petición del Papa Gregorio XIV, y llevado a
Roma, donde fue quemado como hereje. Era un anciano, y estaba horrorizado en un principio de claudicar, pero se
sostuvo, y se sometió a su suerte como Cristiano.” 8
Estas personas deben haber sido Sabbatistas. Mosheim después de decir que Davidis “dejo sus discípulos y amigos que
mantuvieron enfáticamente sus sentimientos,” añade:-
“El más eminente de estos era Jacob Palaeologus, de la isla de Chio, que fue quemado en Roma en 1585; Christian
Francken, que disputó en persona con Socinus; y John Somer, quien era director de la academia de Clausenberg. Esta
pequeña secta es catalogada por los escritores Socinianos con apelativos ignominiosos de SEMI-JUDAIZANTES.” 9
Tenemos un registro más de Sabbatistas en Transilvania para efectos de tiempos de Davidis:--
“John Gerendi [era] cabeza de los Sabbatista, personas que no guardaban el Domingo, sino el Sábado, y cuyos
discípulos tomaron el nombre de Genoldistas.” 10
También se encontraron observadores del Sabbat en Bohemia, un país de “Europa Central, en tiempo de la Reforma.
Dependemos de aquellos que repudíaban su fe y prácticas para el conocimiento de su existencia. Erasmus habla así de
ellos:--
“Ahora escuchamos que entre los Bohemios ha surgido una nueva clase de Judíos llamados Sabbatista, quienes
observan el Sabbat con mucha superstición, que si en ese día algo cae en sus ojos, no lo removerán; como si el día del
Señor no fuera suficiente para ellos en lugar del Sabbat, que para los apóstoles también era sagrado; o como si Cristo no
hubiera suficientemente expresado cuanto podía ser permitido el Sabbat.” 11
No necesitamos decir nada relativo a la califictivo ‘superstición’ de estos observadores de Sabbat. La declaración se
refuta a si misma lo suficiente, e indica el amargo prejuicio de aquellos que hablan así de ellos. Pero que había
observadores del Sabbat en Bohemia en este tiempo no cabe duda. Tenían cierta importancia, y también deben haber
publicado sus ideas al mundo, ya que Cos nos dice que—
“Hospinian, de Suiza, en su tratado ‘Concerniente a las Fiestas de los Judíos y de los Gentiles,’ capítulo 3 (Tiguri 1592),
responde a los argumentos de estos Sabbatistas.” 12
La existencia de este cuerpo de Sabbatista en Bohemia en el tiempo de la Reforma es fuerte prueba de que los
Waldenses de Bohemia, señalados en el capítulo precedente, aunque clasíficados como observadores del Domingo,
realmente eran observadores del antiguo Sabbat.
En Rusia, los observadores del séptimo día son númerosos en el tiempo presente. Su existencia puede rastrearse hasta
el año 1400. Por lo tanto son, por lo menos un año más antiguos que el trabajo de Lutero. El primer escritor que cito habla
de ellos como “habiendo dejado la fe Cristiana.” Pero aun en nuestro tiempo, es muy común que las personas hablen de
aqu’ellos que se alejan del primer día al séptimo, que han renunciado a Cristo por Moises. 13 También dice de ellos que
mantenían la circuncisión. Aun Carlstadt fue culpado de esto por Lutero como deducción necesaria del hecho que el
observaba el día citado en el cuarto mandamiento. Tal era un método común para caracterizar a los observadores del
Sabbat en nuestro tiempo, y tal también siendo el caso en tiempos pasados,-- ya que cuando le faltan argumentos al
hombre, utilizan términos oprobios, -- el historiador, que narra el registro de estas personas a partir de declaración del
partido popular, ciertamente los presenta como rechazando a Cristo y el evangelio, y aceptando en su lugar a Moisés la
ley ceremonial. Yo presento las declaraciones de los historiadores como son, y el lector debe juzgar. Roberto Pinkerton
nos presenta el siguiente recuento de ellos:--
“Seleznevtschini. Esta secta es, en tiempos modernos, precisamente lo que eran los Strigolniks originalmente. Ellos son
en principio Judíos; guardan la obligación divina de circuncisión; observan el Sabbat Judío, y la ley ceremonial. Hay
muchos de ellos cerca de Tula, sobre el rio Kuma, y en otras provincias, y son númerosos en Polonia y Turquía, donde,
habiendo dejado la fe Cristiana, se han unido a la simiente de Abraham, de acuerdo a la carne, rechazando al Mesías y el
Evangelio.” 14
El antiguo nombre Ruso de estas personas era Strigolniks. El Dr. Murdock dice de ellos:--
“Es común fechar el origen de sectas en la iglesia Rusa, cerca de mediados del siglo diecisiete, en el tiempo del Patriarca
Nikon. Pero de acuerdo a los anales Rusos, existían cismáticos en la iglesia Rusa doscientos años antes de los días de
Nikon; y los disturbios que sucedieron en su tiempo solo lograron aumentar su número, y traerlo a la luz pública. Los más
antiguos de estos cismáticos aparecieron primero en Nóvgorod, a principios del siglo quince bajo el nombre de
Strigolniks.
“Un Judío llamado Horie predicaba una mezcla de Judaísmo y Cristianismo; y prosélito a dos sacerdotes, Denis y Alexie,
quienes ganaron un gran número de seguidores. Esta secta era tan númerosa que se convocó un concilio nacional, a
finales del siglo quince, para oponerse a ellos. Poco después uno Karp, diácono excomunicado, se unió a los
Strigolniks, y acuso al más alto clero de vender el oficio de sacerdocio, además de corromper la iglesia, al punto de
contristar al Espíritu Santo. El fue un propagador exitoso de esta secta.” 15
Es muy usual que los historiadores hablen de los Cristianos que guardan el Sabbat en una de las siguientes formas:
1. Para mencionar su observancia diferente del séptimo día, presentándolos como rechazando a Cristo por Moisés y la
ley ceremonial; o,
2. Para hablar de sus principios Sabáticos en forma tan vaga que el lector no sospechara que ellos son observadores del
Sabbat.
Pinkerton habla de estos observadores del Sabbat Rusos, según la primera de estas dos opciones: Murdock, según la
segunda. Es evidente que Murdock no consideraba que estas personas rechazaran a Cristo, y de Pinkerton se deduce
que estos dos escritores hablan de las mismas personas.
¿Cuál fue el origen de estos observadores del Sabbat? Ciertamente no fue la Reforma del siglo dieciséis; ya que ellos
existían por lo menos un siglo antes de ese evento. Hemos visto que los Waldenses, durante la Edad Media, fueron
dispersos por todos los países de Europa. Y además fueron aquellas personas llamadas Catarí, sí, en efecto, los dos no
eran uno. En particular observamos que ambos fueron dispersos por Polonia, Lituania, Eslavonia, Bulgaria, Livonia,
Albania y Sarmatia. 16 Estos países ahora son parte del Imperio Ruso. Los observadores del Sabbat eran númerosos en
Rusia antes del tiempo de Lutero. El Sabbat del Señor ciertamente era mantenido por muchos de los antiguos Waldenses
y Catarí, como hemos visto. De hecho, las mismas cosas dichas por los observadores del Sabbat Rusos, que creían
respecto de la circuncisión y la ley ceremonial. También eran dichas de los Catarí, y de la rama de los Waldenses
llamada Passaginianos. 17
¿Existe suficiente duda que estos antiguos Cristianos son los ancestros de los observadores del Sabbat Rusos del siglo
quince?
El Sr. Maxson afirma lo siguiente:--
“Encontramos a los observadores del Sabbat surgiendo en Alemania a fines del siglo quince, y principios del dieciséis, de
acuerdo a la ‘Fotografía de Ross de todas las Religiónes.’
Según ésto debemos entender que cuatro miembros llevaron la organización, y llamaron la atención. Un número de
éstos formaron una iglesia y emigraron a América, al inicio de la colonización de este país.” 18
El Sr. Utter dice que los observadores del Sabbat en Alemania y en Holanda:--
“A principios del siglo dieciséis hay rastros de los observadores del Sabbat en Alemania. La Martirología de la Vieja
Holanda, aporta un recuento de un ministro Bautista llamado Esteban Benedicto, algo famoso por bautizar durante un
servicio de persecución en Holanda, quien se supone de buena fuente haber guardado el séptimo día como Sabbat. Una
de las personas bautizadas por él fue Barbary Von Thiers, esposa de Hanz Borzen quien fue ejecutado el 16 de
Septiembre de 1529. En su juicio ella declaró su rechazo al sacramento idolatra del sacerdote, además de la misa.” 19
Presentamos su declaración de fe respecto de los Domingos y días santos:--
“Dios nos ha ordenado descansar el séptimo día. Ella no dijo nada más: pero con la ayuda y gracia de Dios ella
perseveraría en ello, y permanecería en ello hasta la muerte; pues es la verdadera fe, y el camino correcto en Cristo.” 20
Otro mártir, Cristina Tolingerin, es mencionada así:--
“Respecto de los días santos y Domingos, ella dijo: ‘En seis días el Señor creo el mundo, y en el séptimo día Él
descansó. Los otros días santos han sido instituidos por papas, cardenales, y arzobispos.’” 21
En este tiempo ya había observadores del Sabbat en Francia:--
“En Francia también había Cristianos de esta clase, entre los que estaba M. de la Rouge, quien escribió en defensa del
Sabbat en contra de Bossuet, obispo Católico de Meaux.”22
M. de la Rouge es mencionado por el Dr. Wall en su famosa Historia del Bautismo de Infantes “como un hombre
estudioso en otros puntos,” pero en grave error al afirmar que “la iglesia primitiva no bautizo infantes.” 23 Cabe mencionar
que los observadores del Sabbat fueron siempre observadores del bautismo bíblico—el entierro de creyentes
arrepentidos en la tumba de agua. Nadie que retenga el bautismo de infantes o salpicar a los creyentes, ha observado el
séptimo día. 24
El origen de los Sabbatista de Inglaterra no puede ser definido con precisión. Su observancia del bautismo de creyentes,
y la observancia del séptimo día como Sabbat del Señor, confirma fuertemente su descendencia de los herejes
perseguidos de la Edad Media, más que de los reformadores del siglo dieciséis, que retuvieron el bautismo de infantes y
el Domingo festivo.
Que estos herejes desde mucho tiempo atrás habían sido númerosos en Inglaterra los certifica Crosby:--
“Pues en tiempos de Guillermo el Conquistador [1070 D.C.] y su hijo Guillermo Rufus, parece ser que los Waldenses y
sus discípulos de Francia, Alemania, y Holanda frecuentemente viajaban, y se asentaron en Inglaterra. . . . La herejía de
los Beringarianos, o Waldenses, como los llama el cronista, había corrompido todo Francia, Italia, e Inglaterra por el año
1080 D.C.” 25
El Sr. Maxson dice de los Ingleses Sabbatista:--
“En Inglaterra encontramos observadores del Sabbat muy temprano. El Dr. Chambers dice: ‘Ellos surgieron en Inglaterra
en el siglo dieciséis.’ De donde entendemos que ellos entonces se convirtieron en una denominación distinta en aquel
Reino.” 26
El Sr. Benedicto habla del origen de los Sabbatista Ingleses así:--
“No aparece en que tiempo los Bautistas del Séptimo día empezaron a formar iglesias en este Reino; pero probablemente
fue en un periodo más temprano; y aunque sus iglesias nunca han sido númerosas, sin embargo durante doscientos años
ha habido entre ellos hombres muy eminentes.” 27

Notas finales:
1
M?Clintock y Strong, vol. 3, p. 679; D’Aubigne, Historia de la Reforma, libro 18, pp. 672, 689, 706, 707; libro 20, pp.
765, 766; Fox, Actos y Monumentos, libro 8, pp. 524-527.
2
Trabajos de Frith, p. 69, citado en Hessey, p. 198.
3
Investigaciones Eccl. Cap. 16, p. 630.
4
Idem.
5
Investigaciones Eccl cap. 16, p. 631.
6
Idem., p. 636.
7
Idem., pp. 636,637.
8
Investigaciones Eccl, cap. 16, p. 640.
9
Mosheim, Hist. de la Iglesia, libro 4, cent. 16, sec. 3, part 2, cap. 4, par. 23.
10
Lamy, Historia del Socinianismo, p. 60.
11
"Nunc audimus apud Bohemos exoriri novum Judaeorum genus, Sabbatarios appellant, qui tanta superstitione servant
Sabbatum, ut si quid eo die inciderit in oculum, nolint eximere: quasí non sufficiat eis pro Sabbato Dies Dominicus, qui
Apostolis etiam erat sacer, aut quasí Christus non satis expresserit quantum tribune dum sit Sabbato." De Amabili
Ecclesiae Concordía; Opera, tome 5, p. 506, Lugd. Bat. 1704; citado en Literatura Sabática de Cox, vol. 2, pp. 201, 202;
Hessey, p. 374
12
Cox, vol. 2, p. 202.
13
Tales declaraciones respecto de los observadores del séptimo día son muy comunes Aun aquellos que iniciaron a
observar el Sabbat en Newport se decía que habían "dejado a Cristo y vuelto a Moisés al observar los días y tiempos y
estaciones y lo suyo."—Memorial del Bautista del séptimo día, vol. 1, p. 32. El pastor de la iglesia Bautista del primer día
de Newport les dijo a ellos: "Yo juzgo que ustedes han y aun niegan a Cristo." Id., p. 37.
14
El Estado Presente de la Iglesia Griega en Rusia, Apéndice, p. 273, New York, 1815.
15
Murdock, Mosheim, libro 4, cent. 17. sec. 2, part 1, cap. 2, nota 12.
16
Ver capítulo 21 de este trabajo.
17
Idem.
18
Maxson, Hist. Sab., p. 41.
19
Manual de los Bautistas de Séptimo día, p. 16.
20
Martirología de las Iglesias de Cristo, comúnmente llamadas Bautistas durante la era de la Reforma. Desde el
Holandés T. J. Van Braght, London, 1850, vol. 1, pp. 113, 114.
21
Idem. p. 113.
22
Manual de S. D. Bautistas, p. 16.
23
Wall, Historia del Bautismo de Infante, vol. 2, p. 379, Oxford, 1835
24
No conozco ninguna excepción a esta afirmación. Si hay alguna, debe encontrarse en los casos de aquellos que
observan ambos el séptimo y el primer día. Aun aquí, no hay nada parecido al bautismo salpicado, pero posiblemente
haya el bautismo de niños pequeños.
25
Hist. Bautistas Ingleses, vol.2, pre., pp. 43,44.
26
Maxson, Hist. Sab., p. 42.
27
Génesis, Hist. de la Denom. Baut., vol. 2, p. 414, ed. 1813.

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CÓ MO Y CUÁNDO EL DO M I NG O US URPO EL CUART O
CAPÍ T UL O 25: MAND AMI E NT O

La luz de la Reforma destruyó muchos de los mejores argumentos a favor


del Domingo de la Edad Media precedente
La controversia entre los Presbiterianos y los Episcopales de Inglaterra pone a prueba
la santidad del Domingo
Los primeros descubren los medios para fortalecer la observancia del Domingo
por medio del cuarto mandamiento
¿Cómo se puede hacer esto?
Efectos de este extraordinario descubrimiento
Historia concluyente del Domingo festivo

a luz de la Reforma forzosamente disipó totalmente los argumentos más importantes por medio de los cuales el
L Domingo festivo había sido edificado durante la Edad Media.

del purgatorio, y aun

Ninguno de estos argumentos, ni todos combinados, podían ya sostener la santidad del venerable día.
Cierto era que cuando estos argumentos fueron arrasados, el Domingo festivo se sostuvo únicamente en base a los
cánones de concilios, los edictos de Reyes y emperadores, los decretos de los santos doctores de la iglesia, y el más
importante de todos, los mandatos imperiosos del pontífice Romano. Sin embargo estos podían aducirse también a favor
de innumerables festivales ordenados por la misma gran iglesia apóstata.
Pero para aquellos que reconocen la Biblia como su única regla de fe faith, el caso era diferente.
En la última parte del siglo dieciséis, los Presbiterianos y Episcopales de Inglaterra estaban involucrados en tal
controversia que hicieron de este asunto una disputa.
Los Episcopales, aceptaban devotamente todos estos festivales, pues se lo ordenaba la iglesia.
Los Presbiterianos observaban el Domingo y rechazaban todo el resto.
Los Presbiterianos mostraron inconsistencia en esta discriminación, dado que la misma iglesia los había ordenado. Como
los Presbiterianos rechazaban la autoridad de la iglesia, no guardarían el Domingo keep Sunday bajo ese principio,
especialmente porque involucraba observar también todos los otros festivales. Ellos tenían que escoger, por lo tanto,
entre dejar el Domingo totalmente, y la defensa de su observancia por la Biblia. Ciertamente, había otra más noble
opción que ellos podían hacer, viz., adoptar el Sabbat del Señor Sabbath ; pero también era humillante para ellos unirse
a aquéllos que retenían tan antigua y sagrada institución. El punto de esta disputa lo describe el distinguido teólogo
Alemán Hengstenberg:--

“La opinión de que el Sabbat fuera transferido al Domingo fue por primera vez
introducida en su forma perfecta, y con todas sus consecuencias, en la controversia
que se llevó a cabo en Inglaterra entre los Episcopales y Presbiterianos.
Los Presbiterianos, que llevaron a extremos el principio de que cada institución de la iglesia debe tener su fundamento en
las Escrituras, y no aceptarían que Dios hubiera dado a este respecto, mayor libertad en la iglesia del Nuevo Testamento,
cuyo Espíritu había traído a madurez, que aquél del Antiguo, juzgaban los Episcopales con levadura papista, y
superstición, y sujeción a las ordenanzas de hombres, pues ellos retenían las fiestas Cristianas.
Los Episcopales, por otra parte, como prueba de que se había dado mayor libertad a la iglesia del Nuevo Testamento en
tales asuntos como estos, apelaron al hecho que aun la observancia del Domingo fue solo un arreglo de la iglesia.
Los Presbiterianos ahora estaban en una posición que los obligaba ya sea a dejar la observancia del Domingo, o a
sostener que una orden divina de Dios lo separó de los otros festivales. La primera ellos no podían hacer, pues su
experiencia Cristiana era demasíado profunda para ignorar que las grandes debilidades de la naturaleza humana human
nature necesita de periodos regulares dedicados al servicio de Dios. Por lo tanto se decidieron por la ultima.” 1
Baste esto por el momento de ese precioso descubrimiento por medio del cual las Escrituras son hechas el sustento de
la orden divina para el Domingo como el Sabbat Cristiano.
La fecha del descubrimiento, el nombre del descubridor, y la forma en la cual lo fabricó para implementar el primer día de
la semana por la autoridad del cuarto mandamiento fourth commandment, son presentadas por el espontaneo historiador
del primer día, Lyman Coleman:--
“La verdadera doctrina doctrine del Sabbat Cristiano fue promulgada primero por un disidente
Ingles, el Reverendo Nicholas Bound, D.D., de Norton, en el condado de Suffolk.
Por el año 1595, él publicó un famoso libro titulado, ‘Sabbatum Veteris et Novi Testamenti,’ o ‘la
Verdadera Doctrina del Sabbat’.
En este libro ‘el sostenía‘ que la séptima parte de nuestro tiempo debe ser dedicada a Dios—
que los Cristianos están obligados a descansar en el día del Señor tanto como los Judios estaban ante el
Sabbat
Mosaico, el mandamiento sobre el descanso siendo moral y perpetuo. Y que no era permitido a las
personas seguir sus estudios o negocios mundanos en ese día, ni usar tales placeres o recreaciones
permitidas los otros días.’
Este libro se divulgó con fascinante rapidez. La doctrina que promulgaba convocó a muchos corazones por
una rápida respuesta, y el resultado fue una muy placentera reforma en muchas partes del Reino. ‘Es casí
increíble,’ dice Fuller, ‘como adoptar esta doctrina era, en parte por su propia pureza, y en parte por la
eminente piedad de las personas que la mantenían; de manera que el día del Señor, especialmente en
corporaciones, empezó a guardarse fielmente; las personas se convirtieron en ley a ellos mismos, tolerando
las actividades que por estatuto eran permitidas; sí, muchos se regocijaban en su propia disciplina.’ La ley
del Sabbat era ciertamente un principio religioso, sobre el cual, la iglesia Cristiana por siglos había andado en
tinieblas. Hombres creyentes de todos los tiempos habían sentido la necesidad de una autoridad divina para
santificar el día. Su conciencia conscience se había adelantado a su razón. Prácticamente ellos habían
guardado el Sabbat mejor de lo que sus principios requerían.
“Sin embargo, el sentir público aun era incierto con respecto a esta nueva doctrina del Sabbat, a pesar de que
en un principio algunos pocos se opusieron con violencia. ‘Los hombre estudiosos estaban divididos en sus
juicios sobre estas doctrinas Sabbatistas;
1. Algunos las abrazaban como antiguas verdades fundamentales de la Escritura, por
mucho tiempo abandonadas e ignoradas, ahora revividas para cultivar la santidad
2. Otros las consideraban basadas en el fundamento equivocado; pero ya que ellos se inclinaban por el
manifiesto avance de la religión, sería un error oponerse al ver que nadie tenía razón justificada
para quejarse, siendo engañados por su propio bien.
3. Pero un tercer grupo cayo totalmente fuera de estas propuestas, como cuellos de hombres irritados con
un yugo Judío en contra de la libertad de Cristianos,
— Que Cristo, como Señor del Sabbat, había removido el rigor de ahí, y permitido la
lícita recreación del hombre:
— Que esta doctrina puso un brillo desigual sobre el Domingo, con el firme propósito de eclipsar a todos
los demás días de fiesta, hasta la derogación de la autoridad de la iglesia;
— Que esta estricta observancia fue establecida a partir de una facción, para ser un carácter diferencia
para etiquetar a todos los libertinos que no lo guardaran.’
Sin embargo, al principio no hubo oposición manifiesta en contra de las ideas del Dr. Bound. Por años no
hubo respuesta, y ‘ni siquiera una pluma impresa se enarboló en su contra.’
“Su trabajo fue seguido por varios otros tratados en defensa de la misma idea. ‘Todos los Puritanos cayeron
en esta doctrina, y se distinguieron a sí mismo por pasar parte de ese tiempo sagrado en devoción pública,
familiar y privada.’ Aun el Dr. Heylyn certifica que el triunfo esparció las ideas Puritanas respecto del Sabbat. .
..
“Esta Doctrina, él dice, ‘llevaba tal exhibición de piedad, por lo menos en la opinión de la gente común, y tal
que al ni siquiera examinar las bases de ello, muchos fueron inducidos a abrazarla y defenderla; y en muy
poco tiempo se convirtió en el más siniestro error y la obsesión más popular que jamás hubiera abrazado el
pueblo de Inglaterra.’” 2

El Dr. Bound no fue el inventor absoluto de la teoría de la séptima parte del tiempo; pero se puede decir que él recopiló y
combinó todos los datos de sus predecesores, y añadió a éstos algo de su propia producción. Su base para afirma que el
Domingo es el Sabbat del cuarto mandamiento es esta:
“Aquéllo que es natural, llámese, que cada séptimo día debe ser guardado santo al Señor, eso aún permanece: aquéllo
que es positivo, llámese, aquel día que fue el séptimo día de la creación, debe ser el Sabbat, o día de descanso, que
ahora se cambia en la iglesia de Dios the church of God..” 3
Él dice que el significado de la declaración, “El séptimo día es el Sabbat del Señor tú Dios,” es esta:--
“Debe haber uno [día] de siete y no [uno] de ocho.”4
Pero la llave especial de toda esta teoría, está en la afirmación de que el séptimo día en el mandamiento era “genus-
categoría”, esto quiere decir, era una clase de séptimo día que comprendía varias especies de séptimos días, por lo
menos dos. Así dice:-
“Entonces él hizo que el séptimo día fuera ‘genus-categoría’ en este mandamiento, y fuera perpetuo: y en vitud del
mandamiento, comprender estas dos especies o clases: el Sabbat de los Judíos y el de los Gentiles, de la ley y del
evangelio the gospel : de manera que ambos sean comprendidos en el mandamiento, aun como genus-categoría
comprende ambas sus especies.”5
Él respalda el primer día a través del cuarto mandamiento así:
“De manera que no tenemos en el evangelio un nuevo mandamiento para el Sabbat, diferente al de la ley; pero hay un
tiempo señalado diferente; a saber, no el séptimo día de la creación, sino el día de la resurrección resurrection de
Cristo, y el séptimo de ese: ambos en varios momentos siendo comprendidos en el cuarto mandamiento.”6
Él quiere decir que el cuarto mandamiento respalda el séptimo día de la creación hasta la resurrección de Cristo, y que
desde ese tiempo respalda un séptimo día diferente, llámese, el séptimo de la resurrección de Cristo.
TAL ES LA PERVERSA INGENUIDAD POR LA CUAL LOS HOMBRES PUEDEN EVADIR LA LEY DE DI
OS, Y SIN EMBARGO HACERLO PARECER COMO SI ELLOS FUERAN OBSERVADORES FIELES DE E
LLA.
[TAL FUE EL ORIGEN DE LA TEORÍA DE LA SÉPTIMA PARTE DEL TIEMPO, POR LA CUAL EL SÉPTIMO DÍA ES
EXTRAÍDO DEL CUARTO MANDAMIENTO, Y UN DÍA EN SIETE COLOCADO EN SU LUGAR,-- UNA DOCTRINA MUY
OPORTUNAMENTE FABRICADA EN EL PERIODO MISMO CUANDO NINGUNA OTRA COSA PODÍA SALVAR EL
VENERABLE DÍA DEL SOL.]

Con la ayuda de esta teoría, el Domingo del “papa y los paganos” fue capaz de fríamente envolverse a sí mismo
en el cuarto mandamiento, y entonces con el carácter de una institución divina, retar la obediencia de todos los
Cristianos Bíblicos. Ahora podía expulsar los otros fraudes sobre los que su misma existencia había dependido,
y respaldar su autoridad sobre esta base unicamente. En el tiempo de Constantino ascendió al trono del imperio
Romano, y durante el total del periodo de la Edad Media se mantuvo en supremacía desde la silla de San Pedro;
pero ahora había ascendido al trono del Altísimo. Y así un día que Dios “no ordenó, ni habló, ni habitó” su
“mente” fue impuesto sobre la humanidad con toda la autoridad de su santa ley.
El efecto inmediato del trabajo del Dr. Bound sobre la controversia existente se describe así por los testigos oculares
Episcopales, Dr. Heylyn:--
“Pues al inculcar en el pueblo estas nuevas especulaciones del Sabbat [respecto del Domingo], enseñando que
el día solo ‘era señalado por Dios, y todo lo demás observado en la iglesia de Inglaterra, un remanente de la
mala adoración en la iglesia de Roma; los otros días establecidos en esta iglesia, fueron tan rudamente
tambaleados que hasta este día no se han recuperado. Esto tampoco llegó por casualidad o alejado de sus
propósitos, sino como una cosa designada especialmente desde el principio.” 7
En un capítulo anterior llamamos la atención al hecho de que el Domingo puede sostenerse como una institución divina
solo por adoptar la regla de fe reconocida en la iglesia de Roma, que es la Biblia, con las tradiciones de la iglesia
añadidas. Hemos visto que en el siglo dieciséis los Presbiterianos de Inglaterra fueron forzados a decidir entre dejar el
Domingo como un festival de la iglesia, y mantenerlo como una institución divina por la Biblia. Ellos optaron por la última.
Sin embargo aunque aparentemente evitando el cargo de observar un festival Católico, al probar la institución del
Domingo a partir de la Biblia, la naturaleza completamente insatisfactoria de la varias inferencias aducidas a partir de las
Escrituras en apoyo a ese día, los obligó a elegir las tradiciones de la iglesia, y añadir estas a sus tan llamadas
evidencias Bíblicas a su favor. No sería peor guardar el Domingo reconociéndolo abiertamente como un festival de la
iglesia Católica, no ordenado en la Biblia, que profesar que se le observa como una institución Bíblica, y luego probarlo
adoptando la regla de fe de los Romanos.
Joaunes Perrone, un eminente teólogo italiano Católico, en un trabajo doctrinal importante titulado “Lecciones
Teológicas,” hace una declaración muy impresionante respecto al reconocimiento de la tradición por los observadores
del Domingo Protestantes. En su capítulo “Respecto de la Necesidad y Existencia de la Tradición,” él expone la
propuesta de que es necesario admitir las doctrinas que podemos probar solo por tradición, y no podemos sostener a
partir de las Santas Escrituras.
Luego dice:--
“Ciertamente no es posible, si las tradiciones de tal carácter son rechazadas, que varias doctrinas que los
Protestantes mantuvieron con nosotros desde que se separaron de la iglesia Católica, puedan, en cualquier
forma posible, ser de nuevo establecidas. El hecho está fuera de toda duda, pues ellos mismos sostienen con
nosotros la validez del bautismo administrados por herejes o infieles, la validez del bautismo de infantes, la
verdadera forma de bautismo [salpicado]; ellos también sostenían, que la ley de abstenerse de sangre y
cualquier cosa estrangulada ya no está en vigor; también respecto de la substitución del día del Señor por el
Sabbat; además de esas cosas que he mencionado, y no pocas más.” 8

La teoría del Dr. Bound sobre la séptima parte del tiempo ha encontrado aceptación general en todas aquellas
iglesias que surgieron de la iglesia de Roma.
Muy forzadamente observó el viejo Cotton Mather:--
“Las iglesias reformistas, al separarse de Roma, llevaron, algunas de ellas más, otras menos, todas ellas algo, de
Roma con ellas.”9

Un tesoro sagrado que todas ellas extrajeron de la madre venerable de prostitutas es el antiguo festival al sol.
Ella había exterminado de su comunión al Sabbat del Señor, y habiendo adoptado el venerable día del sol, lo convirtió
en el día del Señor de la iglesia Cristiana.
Los Reformados, al alejarse de su comunión, llevaron con ellos, este antiguo festival; ahora se encontraron a si mismos
capaces de justificar su observancia como el absoluto y verdadero Sabbat del Señor!
Como la capa sin costura de Jesús, Señor del Sabbat, fue rasgada de él antes de ser clavado en la cruz, así el cuarto
mandamiento ha sido rasgado del día del descanso del Señor, alrededor del cual fue colocado el gran dador de la Ley, y
dado a este día del Señor papal;
este Barrabas, el ladrón, fraguó el robo del cuarto mandamiento, y desde ese tiempo al presente día, y con asombroso
éxito, engañó la obediencia del mundo como si se tratará del Sabbat divinamente establecido por el Altísimo Dios.
Aquí cerramos la historia del Domingo festivo, ahora totalmente transformado en el Sabbat Cristiano. Un rápido recuento
de la historia de los observadores Ingleses y Americanos concluirá este trabajo.
Notas finales:
1
Hengstenberg, el Día del Señor, p. 66.
2
Coleman, Ejemplo de la Cristiandad Antigua, cap. 26, sec. 2; Heylyn, Hist. Sab., part 2, cap. 8, sec.
7; Neal, Hist. Purtianos, part 1, cap. 8.
3
Sabbathum Veteris et Novi Testamenti; o, La Verdadera Doctrina del Sabbat, por Nicholas Bound, D. D., sec. Ed.,
London, 1606, p. 51.
4
Idem., p. 66.
5
La Verdadera Doctrina del Sabbat, p. 71.
6
Idem., P. 72.
7
Hist. Sab., part 2, cap. 8, sec. 8.
8
Praelectiones Theologicae, vol. 1, part 2, sec. 2, cap. 1, p. 194. "Propsitio. Praeter sacram Scripturam admitti necessario
debent Traditiones divinae dogmaticae ab illa prorsus distinctae."
"Non posse practera, rejectis ejusmodi traditonibus, plura dogmata, quae nobiscum retinuerunt protestantes cum ab
Ecclesia catholica recesserunt, ullo modo adstruis, res est citra omnis dubitationis ateam posita. Etenim ipsi nobiscum
retinuerunt valorem baptismi ab haereticis aut infidelibus administrati, valorem item paedobaptismi, germanám baptismi
formam, cessationem legis de abstinentia a sanguine et soffocato, de die dominico Sabbatis suffecto, practer ea quae
superious commemoravimus aliaque haud pauca."
9
Backus, Hist. de los Bautistas en Nueva Inglaterra, P. 63, ed. 1777.

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O
26: EL SABB AT Y L O S I NG L ESES

Sabbatistas Ingleses en el siglo dieciséis


Su doctrina
John Trask, ridiculizado, azotado y encarcelado por estas doctrinas
Él se retracta
Carácter de la Sra. Trask
Su crimen
Su inquebrantable valentía
Sufre prisión durante quince años, y muere en prisión
Principios de los Traskites
Brabourne escribe a favor del séptimo día
Apelaciones al Rey Carlos I para restaurar el antiguo Sabbat
El Rey contrató al Dr. White para escribir en contra de Brabourne, y
al Dr. Heylyn para escribir la historia del Sabbat
El Rey intimida a Brabourne, y él se retracta
Él regresa de Nuevo al Sabbat
Philip Tandy
James Ockford escribe “La Doctrina del Cuarto Mandamiento”
"The doctrine of the Fourth Commandment"
Su libro es quemado
Edward Stennett
Wm. Sellers
Cruel trato a Francis Bampfield
Martirio de John James
Como se debilitó la causa del Sabbat Sabbath en Inglaterra.

Chambers habla así de los observadores del Sabbat en el siglo dieciséis:--


“Durante el reinado de Elizabeth, sucedió a muchos pensadores consientes e independientes (como antes le había
sucedido a algunos protestantes en Bohemia) que el cuarto mandamiento fourth commandment demandaba de ellos la
observancia, no del primero, sino del séptimo día de la semana, y en descanso estricto del cuerpo, como un servicio
debido a Dios; mientras que otros, aunque convencidos que el día había sido alterado por autoridad divina, tomaron la
misma opinión que la obligación obligation escritural para no laborar. El primer grupo llegó a ser suficientemente
númeroso para formar una figura considerable por más de un siglo en Inglaterra, bajo el título de ‘Sabbatistas’—una
palabra ahora intercambiada por el apelativo menos ambiguo de ‘Bautistas del Séptimo día.’” 1
Gilfillan cita a un escritor Ingles del año 1584, John Stockwood, quien dice que entonces había—
“Una gran diversidad de opiniones entre el vulgo y la clase sencilla, respecto al día Sabbat y su correcto uso.”
Y Gilfillan afirma en base a la controversia:--
“Algunos manteniendo la obligación original e incambiable del séptimo día Sabbat.” 2
“Ellos alegan razones extraídas,
1. De la primacía del Sabbat antes que la ley, y antes que la caída; las leyes cuya naturaleza es inmutable.
2. De la perpetuidad de la ley moral.
3. De la extensión perteneciente al [Sabbat antes mencionado] todos [los otros preceptos].
4. . . . .Y de la causa de [este precepto de] la ley que lo hace perpetuo, que es el memorial y meditación de la obra de
Dios, que pertenece a los Cristianos así como a los Judíos. 3
John Trask empezó a hablar y a escribir a favor del séptimo día como el Sabbat del Señor cerca del tiempo del Rey
James I. y el arzobispo de Canterbury publicó el famoso “Libro de Entretenimientos para el Domingo,” en 1618. Su área
de trabajo era Londres, y siendo un hombre muy celoso, rápidamente fue llamado a dar cuenta por la autoridad
persecutoria de la iglesia de Inglaterra. Él sostuvo con firmeza la suficiencia de las Escrituras para ser directriz de todos
los servicios religiosos, y que las autoridades civiles no debían restringir la conciencia de los hombres en asuntos de
religión. Él fue llevado delante del infame Star Chamber, en donde se sostuvo una larga discusión respecto del Sabbat.
Fue en esta ocasión que el obispo Andrews por primera vez presentó aquel argumento del primer día ahora famoso, que
los primeros mártires eran probados por la pregunta, “Ha guardado el día del Señor?” 4
Gilfillan, citando las palabras de escritores contemporáneos, dice del juicio de Trask que:
“Por, ‘realizar reuniones y facciones, por los medios que tienden a sedición y conmoción, y por escandalizar al rey, el
obispo, y el clero,’ ‘él fue censurado en la Star Chamber y sentenciado al cepo (picota) de Westminster, y de ahí azotado
hasta Fleet (cárcel en Londres), donde permanecería como prisionero.’” 5
Esta cruel sentencia fue ejecutada, y finalmente quebrantó su espíritu. Después de soportar la miseria de prisión por un
año, él se retractó de su doctrina. 6
El caso de su esposa es digno de mención especial.
Pagitt presenta su carácter así:--
“Ella fue una mujer provista de muchas virtudes especiales, digna de ser imitada por todos los buenos
Cristianos, y no tenía error en otras cosas, especialmente un extraño espíritu sin paralelo de opinar y obstinación
en sus pensamientos privados, era atractiva.” 7
Pagitt dice que ella era una maestra de escuela de excelencia superior. Ella era especialmente cuidadosa en su trato
con los pobres.Él da sus razones:--
“Ésto ella profesaba hacer de su propia conciencia, como creyendo que un día ella sería juzgada por todas las
cosas hechas en la carne. Por lo tanto ella decidió actuar bajo la regla más segura, más en contra que a favor de
sus intereses propios.”8
Pagitt presenta su crimen en las siguiente palabras:--
“Al final por enseñar solo cinco días en la semana, y descansar el Sábado, sabiendo sobre qué base ella lo
hacía, fue llevada a la nueva prisión en Maiden Lane, un lugar señalado para confinar a varias otras personas de
diferentes opiniones que la iglesia de Inglaterra.” 9
Observen el crimen: no fue lo que hizo, pues una persona del primer día podría haber hecho lo mismo, sino porque lo
hizo en obediencia al cuarto mandamiento. Su motivo la expuso a la venganza de las autoridades. Ella era una mujer de
valentía indómita, y no compraría su libertad por renunciar al Sabbat del Señor. Durante su largo encarcelamiento, Pagitt
dice que alguien le escribió así:--
“Tu sufrimiento constante sería loable, si fuera por la verdad; pero siendo por error, su retractación será tanto
más aceptable a Dios, y laudable ante los hombres.” 10
Pero su fe y paciencia se mantuvieron hasta ser liberada por la muerte.
“La Sra. Trask estuvo presa por quince o dieciséis años por su opinión acerca del Sábado; en todo ese tiempo no
recibió mitigación de nadie, a pesar de que ella deseaba afirmar que está escrito, ‘es más bendecido aquél que da
que el que recibe.’ Ni tampoco pediría prestado, porque está escrito, ‘Prestarás a muchas naciones, y no pedirás
prestado.’ De manera que consideraba un deshonor a su Cabeza, Cristo, tanto suplicar o pedir prestado. Durante
su encarcelamiento su dieta consistió principalmente de pan y agua raíces y hierbas, hasta poco tiempo antes de
su muerte; nada de carne ni vino, ni bebida fermentada. Todas sus pertenencias eran una pensión de cuarenta
chelines al año; lo que le faltaba para vivir lo obtenía de aquellos prisioneros que la empleaban algunas veces
para sus negocios.” 11
Pagitt, quien fue contemporáneo de Trask, establece así los principios de los Sabbatistas de aquel tiempo, a quienes
llama Traskites:--
“La postura que ellos guardaban con respecto del Sabbat era esta:--
“ 1. Que el cuarto mandamiento del Decálogo, ‘Recuerda el día Sabbat para guardarlo santo’ [Ex 20], es un
precepto divino, simple y completamente moral, conteniendo nada legalmente ceremonial parcial o total, y por lo
tanto la observancia semanal debe ser perpetua, y continuar en vigencia y virtud hasta el fin del mundo.
“ 2. Que el Sábado, o séptimo día en cada semana, debe ser un día santo para siempre en la iglesia Cristiana, y
la observación religiosa de este día obliga a los Cristianos bajo el evangelio, como lo hicieron los Judíos antes de la
venida de Cristo.
“ 3. Que el Domingo, o día del Señor, es un día de trabajo ordinario, y es superstición y rebeldía hacerlo igual al Sabbat
del cuarto mandamiento.” 12
Fue por esta nobel confesión de fe que la Sra. Trask fue encerrada en prisión hasta el día de su muerte. Por lo mismo, el
Sr. Trask fue obligado a pararse en el cepo, y fue azotado desde ahí hasta el Fleet, y después encerrado en una
horrenda prisión, de la cual escapó por retractarse después de soportar las miserias más de un año. 13
El Sr. Utter menciona al siguiente ministro Sabbatista así:--
“Theophilus Brabourne, un educado ministro del evangelio en la iglesia establecida, escribió un libro, que fue publicado
en Londres en 1628, en el que argumenta ‘que el día del Señor no es el día Sabbat de institución divina,’ sino ‘que el
séptimo día Sabbat es ahora vigente.’ El Sr. Brabourne publicó otro libro en 1632, titulado ‘Una defensa de la más
Antigua y sagrada ordenanza de Dios, el día Sabbat.’” 14
Brabourne dedicó su libro al Rey Carlos I., solicitándole el uso de su autoridad real para la restauración del antiguo
Sabbat. Pero aquellos que ponen su confianza en príncipes seguramente serán decepcionados. El Dr. F. White, Obispo
de Ely, establece así la ocasión de su propio trabajo en contra del Sabbat:--
“Ahora ya que este tratado del Sabbat de Brabourne fue dedicado a su Real Majestad, y los principios sobre los que basó
sus argumentos (siendo predicados comúnmente, publicados, y creídos por todo el reino), podrían haber envenenado e
infectado a muchos otros de la misma calidad; fue el Rey, nuestro gracioso maestro, y su deseo y placer, que un tratado
debiera presentarse para prevenir futuros malentendidos, y aclarar a sus súbditos (quienes habían sido distraídos por
mucho tiempo con preguntas Sabbatistas) en los viejos y buenos caminos de la antigua y ortodoxa iglesia Católica. Ahora
habiendo ordenado su sagrada Majestad, tengo por orden de su Alteza [Arzobispo Laud] obedientemente realizar.” 15
Con esta orden, el Rey no solo pretendía derrocar a aquellos que guardaban el día señalado en el mandamiento, sino
también a aquellos, que por medio de la nueva teoría del Dr. Bound, pretendían que el Domingo fuera aquel día. Por lo
tanto unió al Dr. Heylyn y al Obispo White en este trabajo:--
“Tal carga siendo demasíado pesada para cualquiera de soportar, y la necesidad del trabajo solicitando una rápida
entrega, se consideró adecuado dividir el empleo entre los dos. La parte argumentativa y escolástica fue referida al bien
estudíado D. White, entonces Obispo de Ely, quien había dado buena prueba de su habilidad en asuntos polémicos en
varios libros y disputas en contra de papistas. La parte práctica e histórica [debía ser escrita] por Heylyn de Westminster,
quien había ganado su reputación por sus estudios de antiguos escritores.” 16
Los trabajos de White y Heylyn fueron publicados simultáneamente en 1635. El Dr. White al dirigirse a aquellos
que guardan la observancia del Domingo por el cuarto mandamiento, dice así de los argumentos de Brabourne,
que no el Domingo, sino el antiguo día séptimo, es señalado ahí:--
“Manteniendo sus propios principios, que el cuarto mandamiento es pura y sencillamente moral y de la ley de la
naturaleza, si fuera imposible para usted, ya sea en Ingles o Latín resolver las objeciones de Theophilus Brabourne.” 17
Pero el Rey tenía algo más que argumento para Brabourne. Él fue traído ante el Arzobispo Laud y la corte de la Gran
Comisión, y movido para la suerte de la Sra. Trask, se sometió por el momento a la autoridad de la iglesia de Inglaterra,
pero algún tiempo después escribió otros libros a favor del séptimo día. 18 El libro del Dr. White tiene esta nota breve
sobre la teoría del tiempo indefinido:--
“Ya que un tiempo indefinido debe unirse a todos los momentos del tiempo, como una deuda, cuando el día de paga no
está expresamente señalado, es sujeto de pago en cada momento si no se une a ningún tiempo en absoluto.” 19
El Sr. Utter, después de la declaración del caso de Brabourne, continúa así:--
“Respecto de este tiempo, Philip Tandy empezó a promulgar en la parte norte de Inglaterra la misma doctrina
respecto del Sabbat. Él fue educado en la iglesia establecida, de la cual fue ministro. Habiendo cambiado su
opinión respecto al modo del bautismo y el día del Sabbat, él abandonó esa iglesia, y se ‘convirtió en un blanco
para muchos tiros.’ Él sostuvo varias disputas públicas sobre los sentimientos especiales, e hizo mucho para
propagarlos. James Ockford fue otro partidario temprano en Inglaterra del séptimo día como el Sabbat. Parece
haber estado bien relacionado con las discusiones en las cuales Trask y Brabourne se habían comprometido.
Estando insatisfecho con la pretendida convicción de Brabourne, escribió un libro en defensa de las opiniones
Sabbatistas titulado ‘La doctrina del cuarto mandamiento.’ Este libro, publicado en el año 1642, fue quemado
por orden de las autoridades en la iglesia establecida.” 20
La famosa familia Stennett proporcionó, por cuatro generaciones, una sucesión de ministros Sabbatistas capaces. El
Sr.Edward Stennett, el primero de ellos, nació al principio del siglo diecisiete. Su trabajo titulado, ‘La Ley Real
Disputada,’ fue publicado por primera vez en Londres en 1658. “Él fue un ministro capaz y devoto, pero disidente de la
iglesia establecida, fue depravado de los medios para vivir.” Él sufrió mucho la persecución que los Disidentes sufrieron
en ese tiempo, y más especialmente por su fiel adherencia a la causa del Sabbat. Por esta verdad el experimento
tribulación, no solo de aquéllos en poder, quiénes lo mantuvieron en prisión por mucho tiempo, pero también mucha
tensión de hermanos poco amigables, de opinión contraria, que lucharon para destruir su influencia y arruinar su
causa.” En 1664 publicó un trabajo titulado “El séptimo Día es el Sabbat del Señor.” 21 En 1671 Wm. Sellers escribió en
trabajo a favor del séptimo día, en respuesta al Dr. Owen. Cox establece sus motivos así:--
“En oposición a la opinión que un día en siete es todo lo que el cuarto mandamiento requiere para ser
consagrado, el escritor mantiene la obligación del Sábado en base a que ‘Dios mismo directamente en la letra del
texto llama al séptimo día el día Sabbat, dando ambos nombres al único y mismo día, como todos los hombres
que han leído los mandamientos lo saben.’”22
Uno de los ministros Sabbatistas más eminentes de la última mitad del siglo diecisiete fue Francis Bampfield.
Originalmente fue hombre del clero de la iglesia de Inglaterra. El historiador Bautista, Crosby, habla así de él:--
“Pero estando completamente insatisfecho en su conciencia con la condición de conformidad, tomó su descansó de su
triste y lamentable congregación en 1662, . . . y rápidamente después fue encarcelado por adorar a Dios en su propia
familia. Tan pronto como olvidó su inamovible lealtad a su Rey, . . . fue encarcelado con más frecuencia y expuesto a
mayores sufrimientos por su inconformidad que la mayoría de los disidentes.” 23
Neal dice sobre su encarcelamiento:--
“Después del acto de uniformidad, él continuo predicando en privado cuando tenía la oportunidad, hasta que fue
encarcelado por cinco días y noches, con veinticinco de sus oyentes, en una celda, . . . . en donde pasaban el tiempo en
ejercicios religiosos; pero después de algún tiempo fue liberado. Poco después fue aprehendido otra vez, y mantenido en
prisión por nueve años en la cárcel de Dorchester, aunque él era una persona de inamovible lealtad al Rey.” 24
Durante su encarcelamiento, él predicaba casí todos los días, y reunió una iglesia aun en su confinamiento. Y cuando
estaba en libertad, no dejó de predicar en el nombre de Jesús. Después de ser puesto en libertad, fue a Londres, donde
predicó con mucho éxito. 25 Dice Neal en su trabajo en esa ciudad:--
“Cuando residió en Londres, formó una iglesia sobre los principios de los Bautistas Sabbatistas, en el Salón Pinner, de
cuyos principios él hacía valer celosamente. Él fue un predicador celebrado, y un hombre de seria piedad.” 26
El 17 de Febrero de 1682, fue arrestado mientras predicaba, y el 28 de Marzo fue sentenciado a rendir todos sus bienes y
encarcelado en Newgate de por vida. A consecuencia de las aflicciones que él sufrió en esa prisión, murió el 16 de
Febrero de 1683. 27 “Bampfield,” dice Wood, “moribundo en la prisión de Newgate . . . . de setenta años de edad, su
cuerpo fue. . . . seguido por una gran multitud de personas facciosas y cismáticas hasta su tumba.” 28
Crosby dice de él:--
“Todos los que lo conocieron reconocen que él fue un hombre de gran piedad. Y bajo toda circunstancia él habría
preservado el mismo carácter, con respecto a su enseñanza y juicio, de no haber sido por su opinión en dos asuntos;
viz., que los infantes no deben ser bautizados, y que el Sabbat Judío aun debe guardarse.” 29
El Sr. Bampfield publicó dos obras a favor del séptimo día como el Sabbat, uno en 1672, y otra en 1677. En la primera de
estas él presenta la doctrina del Sabbat:--
“La ley del séptimo día Sabbat fue dada antes de la proclamación de la ley en Sinaí, aun desde la creación, dada a Adán,.
. . . y en él a todo el mundo. 30
La obediencia de Cristo a su cuarta palabra al guardar durante su vida el séptimo día como el día Sabbat semanal, . . . . y
ningún otro día de la semana como tal, es una parte de esa perfecta rectitud que todo fiel creyente debe aplicarse a sí
mismo con el fin de ser justificado ante Dios;
y tales personas deben ser conformadas a imagen de Cristo en todos sus actos de obediencia a las diez palabras.” 31
Su hermano, el Sr, Thomas Bampfield, quién había sido orador en uno de los parlamentos de Cromwell, escribió también
a favor de la observancia del séptimo día, y fue encarcelado por sus principios religiosos en la prisión de Ilchester. 32 Por
el tiempo del primer encarcelamiento del Sr. Bampfield, surgió una severa persecución en contra de los observadores del
Sabbat en Londres. Crosby presenta el siguiente testimonio:--
“”Fue por este tiempo [1661 D.C.] que una congregación de Bautistas, observadores del séptimo día como Sabbat,
estando reunidos en su casa de asamblea en el callejón Bull-stake, a puertas abiertas, alrededor de las tres PM [Oct 19}
al tiempo de el Sr. John James predicaba, un ministro de Justicia, con el Sr. Wood, mezquino, entraron en el lugar. Wood
le ordenó en nombre del Rey que se callara y fuera con ellos, habiendo hablado traición en contra del Rey. Pero el Sr.
James, haciendo caso omiso, procedió con su trabajo. El mezquino se le acercó en medio de la asamblea, y de nuevo le
ordenó en nombre del Rey acompañarlos sino lo arrastraría; entonces el disturbio creció a tal grado que él no pudo
proseguir.” 33
Cuando el oficial lo jaló del púlpito, lo llevó a la corte bajo fuerte custodía. El Sr. Utter continúa su narrativa diciendo:-
“El Sr. James fue examinado y sentenciado a Newgate, bajo el testimonio de varios testigos prolíficos, que lo acusaron de
hablar palabras de traición en contra del Rey. Su juicio se llevó a cabo un mes después, en el cual él se condujo de tal
manera que produjo gran simpatía. Sin embargo fue sentenciado a la horca, drawn and quartered. 34 Esta terrible
sentencia no lo desalentó en lo más mínimo. Calmadamente el dijo, ‘Bendito sea Dios; a quien el hombre condena, Dios
justifica.’ Mientras que estaba en prisión, bajo sentencia de muerte, muchas personas distinguidas los visitaron, quienes
estaban muy afectadas por su piedad y resignación, y ofrecían hacer algo para asegurar su perdón. Pero parece que él
creyó que habría poca esperanza en ello. La Sra. James, por sugerencia de sus amigos, presentó dos peticiones al Rey
[Carlos II], presentando la inocencia de su esposo, el carácter de los testigos en su contra, y suplicando a Su
Majestad concederle el perdón. En ambos casos fue repelida con burla y ridículo. En el cadalso, el día de su ejecución,
el Sr. James se dirigió a la asamblea en forma noble y afectuosa. Al terminar, y arrodillado, agradeció a Dios por la
misericordía de su pacto, y por la conciencia de su inocencia; el oró por los testigos en su contra, por el ejecutor, por el
pueblo de Dios, por la remoción de divisiones, por la venida de Cristo, por los espectadores, y por si mismo, que pudiera
regocijarse con el favor y presencia de Dios, y su entrada en gloria. Cuando hubo terminado, el ejecutor dijo, ‘El Señor
reciba su alma; a lo cual el Sr. James respondió, ‘Se lo agradezco.’ Un amigo que lo observaba, ‘Este es un día feliz,’
respondió, ‘Bendigo a Dios que así es.’ Entonces habiendo agradecido al sheriff su cortesía, dijo, ‘Padre en tus manos
encomiendo mi espíritu’ . . . . después de muerto, su corazón le fue extraído y quemado, sus restos fueron expuestos en
las puertas de la ciudad, y su cabeza fue puesta en la capilla Blanca en un pico opuesto al callejón en el que se
encontraba la casa donde se reunían.” 35
Tal fue la experiencia de los observadores del Sabbat Ingleses en el siglo diecisiete. Tenía un alto precio obedecer el
cuarto mandamiento en esos tiempos. Las leyes de Inglaterra durante ese siglo eran muy opresivas para todos los
Disidentes, y se imponían con sumo rigor sobre los observadores del Sabbat. Pero Dios levantó hombres capaces,
eminentes en piedad, para defender su verdad durante esos tortuosos tiempos, y, si fuera necesario, sellar su testimonio
con su propia sangre. En el siglo diecisiete, once iglesias de Sabbatistas florecieron en Inglaterra, mientras se
encontraron a muchos observadores del Sabbat en varias partes de ese Reino. Hoy solo hay tres de esas iglesias en
existencia; y solo remanentes, aun de esas, permanecen.
¿Cuál será la causa de este acto doloroso?
s de invalidar su doctrina;

diecisiete.

La postración de la causa del Sabbat en Inglaterra no se debe a ninguna de estas cosas.

El Sabbat fue herido en la casa de sus propios amigos.


Ellos tomaron sobre sí mismos la responsabilidad, después de un tiempo, de hacer del Sabbat una cosa sin importancia,
y atender su violación como una transgresión leve de la ley de Dios.
Sin duda esperaban ganar hombres para Cristo y su verdad así; pero, en lugar de esto, simplemente bajaron el
estándar de la verdad divina al polvo.
Los ministros observadores del Sabbat asumieron el cuidado pastoral de las iglesias del primer día, en algunos casos
como su único cargo; en otros, hacían esto en conexión con la vigilancia de iglesias Sabbatistas.
El resultado no debe sorprender a nadie; conforme estos ministros e iglesias observadores del Sabbat decían a todos los
hombres, al actuar así, que el cuarto mandamiento podía quebrantarse impunemente.
La gente creyó sus palabras.
El Sr. Crosby, un historiador del primer día, establece este asunto con claridad:--
“Si el séptimo día debe ser observado como el Sabbat Cristiano,
Entonces todas las congregaciones que observan el primer día como tal deben ser quebrantadores del S
abbat . . . .
Yo debo dejar a esos caballeros con sus propios sentimientos en el lado contrario;
Y para vindicar la práctica de convertirse en pastores de personas quiénes en sus conciencias deben sa
berse quebrantadores del Sabbat.”36
Sin duda han habido nobles excepciones a esto; pero el cuerpo de Sabbatistas Ingleses por muchos años ha
fallado el ejecutar fielmente la suma confianza depositada en ellos.

Notas finales:
1
Enciclopedía de Chambers, artículo, Sabbat, vol. I, p. 402, Londres, 1867.
2
Sabbat de Gilfillan, p. 60.
3
Observación del Sabbat Cristiano, p. 2.
4
Ver el capítulo quince de esta obra.
5
Sabbat de Gilfillan, p. 88.
6
Idem.
7
Heresiografia de Pagitt, p. 209, London, 1661.
8
Heresiografia de Pagitt, p. 209.
9
Idem., p. 210.
10
Idem., p. 164.
11
Heresiografia de Pagitt, pp. 196, 197.
12
Idem., p. 161.
13
Manual del los Bautistas del Séptimo día, pp. 17, 18; Heylyn Hist. of the Sab., part 2, cap. 8, sec. 10; Sabbat de
Gilfillan, pp. 88, 89; Cox, Literatura del Sabbat, vol. 1, pp. 152, 153.
14
Manual de los Bautistas S. D. p. 18.
15
Dr. Francis White, Tratado del día Sabbat, citado en Sabbat de Cox. Lit., vol. 1, p. 167.
16
Heylyn, Cyprianus Anglieus, citado en Cox, vol. 1, p. 173.
17
Tratado del día Sabbat, p. 110.
18
Hessey, Conferencias de Bampton, pp. 373, 374; Cox, Sab. Lit., vol.2, p. 6; A. H. Lewis Sabbat y Domingo, pp. 178-
184. Este trabajo contiene información muy valiosa respecto a los Sabbatistas Ingleses y Americanos.
19
Tratado del día Sabbat, p. 73.
20
Manual de los Bautistas S. D. pp. 19, 20.
21
Cox, vol. 1, p. 268; vol. 2, p. 10
22
Idem., vol. 2, p. 35.
23
Hist. de los Bautistas Ingleses, vol. 1, pp. 365, 366.
24
Hist. de los Puritanos, part 2, cap. 10
25
Crosby, Hist. de los Bautistas Ingleses vol. 1, pp. 7, 366, 36.
26
Hist de los Puritanos, part 2, cap. 10
27
Calamy, Ministros expulsados, vol. 2, pp. 258, 259; Lewis, Sabbat y Domingo, pp. 188-193.
28
Wood, Athenae Oxonienses, vol. 4, p. 128.
29
Crosby, vol. 1, p. 367.
30
Exodus 16:23; Genesis 2:3.
31
Juicio de la Observación del Séptimo día Sabbat Judío, pp. 6-8, 1672.
32
Calamy, vol. 2, p. 260.
33
Crosby, vol. 2, pp. 165-171.
34
Cuando se le pregunto que tenía que decir porque no se debía pronunciar sentencia, el dijo que los dejaría con estas
escrituras: Jeremiah 26:14, 15; Psalm 116:15.
35
Manual, etc., pp. 21-23.
36
Crosby, Hist. de los Bautistas Ingleses, vol. 3, pp. 138, 139.

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 27: EL SABB AT EN AM ÉRI CA

Los primeros observadores del Sabbat en América


Nombres de sus miembros
Origen del segundo
Organización de la Conferencia General de los Bautistas del Séptimo día
Estadísticas de la denominación en ese tiempo
Naturaleza de su organización
Estadísticas presentes
Facilidades Educacionales
Trabajo Misionero
La Sociedad Tract Americana del Sabbat Sabbath
Responsabilidad de la luz del Sabbat
Los Bautistas del Séptimo Día Alemanes en Pensilvania
Referencia a los observadores del Sabbat en Hungría
en Siberia
Los Adventistas del séptimo día
Su origen
Labores de Joseph Bates
De James White
La Sociedad Editorial
Benevolencia Sistemática
El trabajo de los predicadores principalmente en nuevos campos
Organización de los Adventistas del S. D.
Estadísticas
Peculiaridades de su fe
Su objetivo
Los Adventistas del S. D. de Suiza
Porqué el Sabbat es de valor incalculable para la humanidad
Las naciones de los salvos observan el Sabbat en la nueva tierra.

En Newport, R. I., se originó la primera iglesia Sabbatista en América. El primer observador del Sabbat en América fue
Stephen Mumford, quién dejó Londres tres años después del martirio de John James, y cuarenta y cuatro años después
de la llegada de los Padres Peregrino en Plymouth. El Sr. Mumford, parece ser, llegó como un misionero de los
observadores Sabáticos Ingleses. 1 El Sr. Isaac Backus, el historiador de los primeros Bautistas de Nueva Inglaterra, hace
el siguiente registro:--
“Stephen Mumford llegó desde Londres en 1664, y trajo la opinión con él que la totalidad de los diez mandamientos,
como fueron dados en el Monte Sinaí, eran morales e inmutables;
y que era el poder power del anti-Cristo que pensó cambiar tiempos y leyes, que cambio el Sabbat del séptimo al primer
día de la semana first day of the week

Varios miembros de la primera iglesia en Newport abrazaron este sentimiento, y aun continuaron con la iglesia por
algunos años, hasta que dos hombres y sus esposas, que lo habían hecho, regresaron al primer día de nuevo.” 2
El Sr. Mumford, a su llegada, se dispuso a trabajar arduamente para convertir hombres a la observancia del cuarto
mandamiento fourth commandment como se infiere en el siguiente registro:--
“Stephen Mumford, el primer observador del Sabbat en América, llego de Londres en 1664. Tacy Hubbard comenzó a
guardar el Sabbat el 11 de Marzo de 1666; Roger Baxter, el 15 de Abril de 1666, y William Hiscox el 28 de Abril de 1666.
Estos fueron los primeros observadores del Sabbat en América. Una controversia que duro varios años, surgió entre ellos
y los miembros de la iglesia. Ellos deseaban retener su conexión con la iglesia, pero finalmente fueron obligados a
retirarse, para poder pacíficamente disfrutar y guardar el día santo de Dios.” 3 [Baxter es Baster en el Memorial de
S.D.B..”]
Aun cuando el Sr. Mumford fielmente enseñaba la verdad truth, parece haber festejado las ideas de los Sabbatistas
Ingleses, de que era posible que los observadores del primer y séptimo día caminaran juntos en la iglesia. Si las personas
del primer día hubieran sido de la misma idea, la luz del Sabbat se habría extinguido en pocos años, como lo prueba
claramente la historia de los observadores del Sabbat Ingleses. Pero, por la providencia de Dios, el peligro fue evitado por
la oposición que estos observadores del mandamiento tuvieron que enfrentar.
Además de las personas antes mencionadas, otros cuatro abrazaron el Sabbat en 1666, pero en 1668 se retractaron.
Estos cuatro también eran miembros de la iglesia Bautista del Primer día de Newport. Aun que los observadores del
Sabbat que retuvieron su integridad pensaban que legalmente podían tener comunión con los miembros de la iglesia que
estaba totalmente persuadida de observar el primer día, sin embargo sentían lo opuesto con respecto de aquellos que
claramente veían el Sabbat, y lo habían observado por un tiempo, y luego apóstataron de él. Estas personas, “tanto
escribieron y hablaron en su contra, lo cual los entristeció de manera que no podían sentarse a la mesa del Señor con
ellos, ni con la iglesia por ellos. “Pero como eran miembros de la iglesia del primer día, y “no tenían poder para tratar con
ellos por si mismos sin la ayuda de la iglesia” ellos “se vieron obstaculizados para proceder con ellos, como siendo
hermanos privados. De manera que concluyeron no traer el caso a la iglesia para juzgar el hecho, viz., en convertirse de
observar el séptimo día, y oponerse a ello.” Por lo tanto enviaron a los observadores del Sabbat de Londres por
sugerencia, y mientras tanto evitaron la comunión con la iglesia.
El Dr. Edward Stennet escribió de ellos a favor de los observadores del Sabbat de Londres:
“Si la iglesia sostiene comunión con estos apóstatas de la verdad, entonces ustedes deben pedir a la iglesia que los
despida; si la iglesia rehúsa, deben hacerlo ustedes mismos,” 4 Sin embargo, ellos decidieron, no dejar la iglesia. Pero
dijeron “públicamente a la iglesia que no podían tener comunión agradable con aquellas cuatro personas que habían
pecado.” Y así por varios meses anduvieron un poco ofendidos por la iglesia; después de lo cual los hermanos líderes
empezaron a declarar respecto de los diez preceptos.” El Sr. Tory “declaró la ley abolida.” El Sr. Luker y el Sr. Clarke
hicieron su tarea predicar la no observación de la ley, día tras día.” Pero los observadores del Sabbat replicaron que “los
diez preceptos siguen siendo tan santos, justos, buenos y espirituales como siempre.” El Sr. Tory, “con palabras
desagradables, dijo que ‘su tono era solo el cuarto precepto,’ a lo cual ellos respondieron que ‘todos los diez preceptos
eran tan válidos para ellos, y que ellos no ruegan por uno sin el otro.’ Y por varios años ellos continuaron con la iglesia en
una relación a medias.” 5
El Sr. Bailey declara el resultado:--
“En el momento de su cambio de sentimiento y páactica, [respecto del Sabbat Bíblico], ellos no tenían intención
de establecer una iglesia con su característica distintiva. Dios evidentemente, tenía una misión diferente para
ellos, y los llevó a ella a través de un severo juicio de persecución persecution. Ellos fueron forzados a dejar la
relación con la iglesia Bautista, o abandonar el Sabbat del Señor su Dios.” 6
“Estos dejaron la iglesia Bautista el 7 de Diciembre de 1671.” 7
“El 23 de Diciembre, solo dieciséis días después de retirarse de la iglesia Bautista, se reunieron en una
organización eclesiástica.” 8
Tal fue el origen de la primera iglesia observadora del Sabbat en America. 9 La segunda de estas iglesias debe su
origen a esta circunstancia: Por el año 1700, Edmund Dunham, de Piscataway, N.J., reprendió a una persona por trabajar
el Domingo. Se le preguntó por su autoridad en las Escrituras. Buscando ésto, él fue satisfecho de que el séptimo día es
el único Sabbat semanal en la Biblia, e inicio a observarlo.
“Poco después, otros siguieron su ejemplo, y en 1707 se organiza una iglesia Bautista del Séptimo día, con diecisiete
miembros. Edmund Dunham fue elegido pastor, y enviado a Rhode Island par recibir ordenación.” 10
La Conferencia General Bautista S.D.(séptimo día) se organizó en 1802. En su primer sesión anual, incluyó en su
organización ocho iglesias, nueve ministros ordenados, y 1130 miembros. 11 La Conferencia se organizó solo con una
convocatoria, las iglesias individuales guardaban los asuntos de disciplina y gobierno en sus propias manos. 12 La
Conferencia ahora incluye cerca de ochenta iglesias, y ocho mil miembros. Estas iglesias se localizan en su mayoría en
los Estados del Norte y Oeste, y se dividen en cinco asociaciones, que sin embargo no tienen poder legislativo ni
disciplinario sobre las iglesias que las componen. Pertenecen a la denominación, cinco academias, un colegio, “y una
universidad con departamento académico, colegiado, mecánico, teológico. 13 La Sociedad Misionera Bautista del S.D.
sostiene varias casas misioneras, que trabajan principalmente en las fronteras oeste y sur de la denominación. En los
últimos años han tenido éxito en su trabajo. También tienen una estación misionera en Shangai, y una pequeña iglesia
ahí de Cristianos fieles.
La American Sabbath Tract Society es la agencia publicitaria de esa denominación. Su matriz esta en el Alfred Center,
N.Y. Publica el Sabbat Recorder, órgano de los Bautistas de S.D., y además publica una serie de trabajos valiosos
relativos al Sabbat y la ley de Dios.
Durante los doscientos años desde la organización de la primera iglesia Sabbatista en América, Dios ha levantado entre
su gente hombres de eminente talento y valor moral. Él también ha, en formas providenciales, llamado la atención a su
sagrado tesoro que desde hace tanto tiempo confió a los Bautistas del S.D., y el cual ellos han sido lentos en entender su
inmensa importancia.
Entre aquellos convertidos al Sabbat a través de la agencia de esta persona, el nombre de J. W. Morton es
particularmente digno de mención. Él fue enviado en 1847 como misionero a la isla de Haití por los Presbiterianos
Reformados. Aquí estuvo en contacto con publicaciones Sabáticas, y después de un serio examen, quedó satisfecho que
el séptimo día es el Sabbat del Señor. Como hombre honesto, lo que vio que era la verdad inmediatamente obedeció, y al
regresar fue juzgado por su herejía, por decisión mayoritaria fue expulsado de la iglesia Presbiteriana Reformada, sin
permitírsele establecer las razones que gobernaban su conducta. Él ha dado al mundo un trabajo invaluable
titulado, “Vindicación del Verdadero Sabbat,” en el cual relata su experiencia, y sus razones para observar el séptimo día
presentado con gran fuerza y claridad.
Los Bautistas del S. D. no carecen de hombres educados y talentosos, y tienen suficientes medios en su posesión para
sostener la causa de Dios. Si en tiempos pasados no han reconocidos totalmente que están en deuda con la humanidad
por la gran verdad que Dios les confió, hay razón para creer que ahora si están, hasta cierto grado, despertando a esta
gran deuda. 14
También en el Estado de Pensilvania hay un pequeño cuerpo de Bautistas S. D. Alemanes en el Condado de Lancaster,
York, Franklin y Bedford, y en la parte central y oeste del Estado, Ellos se originaron en 1728 de las enseñanzas de
Conrad Beissel, un nativo Alemán. Ellos practican la triple inmersión, y el lavamiento de pies, y observan la comunión
abierta. Ellos promueven el celibato, pero sin obligarlo a nadie. Aun aquéllos que han escogido esta forma de vida tienen
la libertad de casarse si en algún momento eligen hacerlo. Ellos establecieron y mantuvieron con éxito una escuela
Sabbat en Ephrata, su matriz, por cuarenta años antes de que Robert Raiker introdujera el sistema de escuela Dominical.
Estas personas han sufrido mucha persecución por su observancia del séptimo día, las leyes de Pensilvania siendo
especialmente opresivas hacia los Sabbatistas. 15 Los Bautistas S. D. Alemanes no pertenecen a la Conferencia General
Bautista S. D.
Ya señalamos el hecho de que los observadores del Sabbat son númerosos en Rusia, en Polonia, y en Turquía.
Encontramos la siguiente declaración respecto de los observadores del Sabbat en Hungría:--
“Una congregación de Cristianos del séptimo día en Hungría, siéndole rehusada tolerancia por las leyes, ha abrazado el
Judaísmo, con el fin de permitírsele existir en conexión con una de las ‘religiónes recibidas.’” 16
La probabilidad es que conforme las leyes del imperio Austriaco pesan sobremanera en los cuerpos religiosos no
pertenecientes a alguna de las sectas u órdenes toleradas, aquellos “Cristianos del séptimo día,” al “rehusárseles
tolerancia” bajo su propio nombre, aseguran el privilegio de observar el séptimo día permitiendo que su
doctrinadoctrine fuera clasíficada por las autoridades civiles bajo la clasíficación de Judaísmo, y así se acomodan bajo la
tolerancia acordada en las “religiónes recibidas.” No decimos que esto sea correcto, aun como tecnicismo, pero es
evidente la extensión de lo que hicieron. No hay razón para creer que ellos abjuraron a Cristo. También sabemos que hay
observadores del Sabbat en el Norte de Asía:--
“Hay una secta de Cristianos Griegos en Siberia que guardan el Sabbat Judío (Sábado). Tales sectas existen en los
Estados Unidos, en Alemania, y creemos que en Inglaterra.” 17
El Sabbat fue introducido por primera vez a la atención de los Adventistas en Washington, N. H. Una hermana Bautista
del Séptimo día, la Sra. Rachel D. Preston, 18 del Estado de Nueva York, siendo removida de este lugar, trajo con ella el
Sabbat del Señor. Aquí ella se interesó en la doctrina del glorioso adviento del Salvador a mano/ Siendo instruida en este
tema por el pueblo Adventista, ella a su vez los introdujo en los mandamientos de Dios, y tan pronto como 1844 casí la
totalidad de la iglesia en aquel lugar, consistente de casí cuarenta personas, se convirtieron en observadores del Sabbat
del Señor. El cuerpo más antiguo de observadores del Sabbat entre los Adventistas del Séptimo día es por tanto el de
Washington, N. H. Su número presente es pequeño pues ha sido disminuido por emigración y por oleadas de muerte;
pero aun permanece una pequeña compañía para dar testimonio de esta antigua verdad Bíblica.
Desde este lugar, varios ministros Adventistas recibieron la verdad del Sabbat durante el año 1844. Uno de estos fue el
anciano T. M. Preble, quien tiene el honor de ser el primero en traer esta gran verdad ante los Adventistas a través de la
prensa. Su tratado fue fechado al 13 de Febrero de 1845. Él presentó brevemente el reclamo del Sabbat Bíblico, y
demostró que no había sido cambiado por el Salvador, sino por la gran apostasía. Dijo:--
“Así vemos el cumplimiento de Daniel 7:25 Daniel 7:25, el pequeño cuerno cambiando ‘tiempos y leyes.’ Por lo tanto me
parece que todos los que guardan el primer día como Sabbat, son los observadores del Domingo del Papa y
quebrantadores del Sabbat de Dios.” 19
En pocos meses, muchas personas empezaron a observar el Sabbat como resultado de la luz vertida en su camino. El
anciano J. B. Cook, un hombre de talento decidido como predicador y escritor, fue uno de estos primeros convertidos al
Sabbat. Los ancianos Preble y Cook se encontraban en este momento en su máximo vigor de facultades mentales, y
poseían el talento y reputación de piedad que les dio gran influencia entre los Adventistas a favor del Sabbat. Estos
hombres llamados en la providencia de Dios para llenar un importante lugar en el trabajo de reforma del Sabbat.
Pero ambos, mientras predicaban y escribían a favor, cometieron el error fatal de no darle la importancia práctica.
Aparentemente tenían la misma aceptación por aquellos que rechazaban el Sabbat que por los que lo observaban. Tal
curso de acción produjo el resultado natural. Después de dos o tres años con esta clase de observancia Sabática, cada
uno de esto hombres apóstataron, y de ahí en adelante utilizaron la influencia que poseían en contra del cuarto
mandamiento. La gran parte de aquellos que abrazaron el Sabbat de su obra no fueron suficientemente impactados con
su importancia para establecerse y fundamentase en su gran evidencia, y después de un breve periodo ellos también
dejaron su observancia. Pero se había hecho suficiente para levantar una amarga oposición al Sabbat por parte de
muchos Adventistas y para sacar los ingeniosos y plausibles argumentos por los cuales los hombres intentan probar que
Dios ha abolido su propia ley sagrada.
Tal fue el resultado de su acción, y tal la condición de las cosas al momento de su deserción. Pero el resultado de su plan
de acción enseñó a los observadores del Sabbat Adventistas una lección de valor, que nunca han olvidado. Ellos
aprendieron que el cuarto mandamiento debe ser tratado como una parte de la ley moral, si los hombres alguna vez
deben ser guiados a su sagrada observancia.
El primer artículo del anciano Preble a favor del Sabbat fue la forma de llamar la atención de nuestro venerable
hermano Joseph Bates, a esta divina institución. Pronto se convenció de su obligación obligation, e inmediatamente
comenzó a observarlo. Él había ocupado un sitio prominente en el movimiento Adventista de 1834-44, y ahora, con celo
auto sacrificial, tomó la aborrecida verdad Sabática para presentarla frente a sus hermanos. No lo hizo a medias como el
anciano Preble y Cook, sino como un hombre en total conciencia, y totalmente convencido de la importancia del tema.
En este tiempo el tema del Santuario celestial empezó a interesar a muchos Adventistas, y especialmente al anciano
Bates. Él fue uno de los primeros en ver que el propósito central del Santuario es el Arca de Dios. Él también llamó la
atención a la proclamación del tercer ángel en relación a los mandamientos de Dios. Él de ceñir, la armadura para dejarla
solo cuando su tarea estuviera terminada. Él ha sido pieza clave en guiar a muchos a la observancia de los
mandamientos de Dios y la fe en Jesús faith, y pocos que han recibido el Sabbat de su enseñanza han apóstatado de
él. 20
Fue pocos meses después del anciano Bates, que nuestro estimado y eficiente hermano, el anciano James White,
también abrazo el Sabbat. Él había laborado con mucho éxito en el gran movimiento Adventista, y ahora se entregaba de
corazón a la obra de reforma del Sabbat. Junto con el anciano Bates en la proclamación de la doctrina del Advenimiento y
el Sabbat en conexión con el Santuario y el mensaje del tercer ángel, él ha logrado con la bendición de Dios grandes
resultados a favor del Sabbat.
Los intereses editoriales de los Adventistas del Séptimo día se originaron a través de su participación. Él inicio la labor de
publicación en 1849, sin recursos, y con pocos amigos, pero mucho trabajo, sacrificio y atención cuidadosa; y con la
bendición de Dios sobre sus esfuerzos, él ha sido el medio para establecer una oficina de publicación eficiente, y para
diseminar los muchos trabajos importantes por todo el país, y en cierta forma, a otros países. La publicación del Advent
Review and Sabbath Herald, órgano de los Adventistas del Séptimo día, fue iniciado por él en 1850. La mayor parte de su
existencia, él ha servido como uno de sus editores; y durante todos sus primeros años, él fue editor y publicista único.
Durante este tiempo también trabajó con energía como un ministro del evangelio the gospel de Cristo.
Las necesidades de la causa requiriendo un incremento de capital y operaciones más extensas, llevaron a la
incorporación de una Asociación en la ciudad de Battle Creek en Michigan, el 3 de Mayo de 1861, bajo el nombre de
Asociación Editorial Adventista del Séptimo día. Esta Asociación incluye tres casas editoriales completas, con motor,
prensas de poder, y todas las herramientas necesarias para sus extensos trabajos. Hay cuarenta personas empleadas
constantemente en esta editorial. La Asociación tiene un capital de $ 70,000. USD. 1 Bajo Dios, debe su prosperidad a la
prudente e incansable administración del anciano James White.
El Advent Review tiene al presente (Nov. 1873) una circulación de 5000 copias. El Youth?s Instructor periódico mensual
diseñado para los niños de los Adventistas observadores del Sabbat, empezó a ser publicado en 1852, y ahora ha
alcanzado una circulación de casí 5000 copias. 1
El Advent Tidende un mensual Danés, con circulación de 800 copias, es publicado para beneficio de aquellos que hablan
Danés o Noruego, quiénes en número considerable han tomado un fuerte interés en el tema de higiene y las leyes de la
salud, y han establecido un Instituto de Salud en Battle Creek, Mich., que publica el Health Reformer, una revista
mensual, circulando casí 5000 copias. 1
Númerosas publicaciones sobre profecía, los signos de los tiempos, la venida de Cristo, el Sabbat, la ley de Dios law of
God, el santuario, etc., han sido publicadas en los pasados veinte años, con una extensa circulación, sumando, muchos
millones de páginas.
Las necesidades financieras de la causa son sostenidas por un método de colecta conocida como Benevolencia
Sistemática. Por medio de este sistema, se pretende que cada amigo de la causa pagara cierta suma semanalmente
proporcionada a la propiedad que posee; pero no hay obligación en este asunto. De esta forma la carga es soportada por
todos, de manera que no es uno solo el que la lleva; y los medios necesarios para que la obra fluya consistentemente en
las arcas de las iglesias, y finalmente a las Conferencias Estatales. En estas Conferencias se instituye un fideicomiso en
el cual se consideran cuidadosamente las obras, recibos y gastos de cada ministro. Así nadie puede desperdiciar medios,
y nadie que se reconozca con llamado al ministerio sufrirá.
Las iglesias sostienen sus reuniones en su mayoría sin ayuda de predicaciones. Éstas reúnen fondos para sostener a los
siervos de Cristo, sino que los animan preferentemente a dedicar su tiempo y esfuerzo a salvar a aquéllos que no tienen
la luz de estas importantes verdades iluminando su camino. De manera que van a todas partes, predicando la palabra de
Dios, conforme la providencia guía sus pies. Durante los meses de verano, el trabajo en nuevos campos se lleva a cabo
principalmente por medio de campamentos, que permiten al predicador proveer un sitio de adoración adecuado
dondequiera que considere deseable laborar.
Los Adventistas del Séptimo día tienen tres Conferencias Estatales, que se reúnen anualmente en sus respectivos
Estados. Éstos llevan los nombres de Maine, Vermont, Nueva Inglaterra, Nueva York y Pensilvania, Ohio, Michigan,
Indíana, Illinois, Wisconsin, Minnesota, Iowa, Missouri y Kansas, y California.1 Estas Conferencias son diseñadas para
satisfacer las necesidades locales de la causa. También hay una Conferencia General, que se reúne anualmente
compuesta de delegados de las Conferencias Estatales. Esta Conferencia lleva la visión general de todas las
Conferencias Estatales, proveyendo a los más necesitados con trabajadores hasta donde sea posible, y reuniendo toda la
fuerza del cuerpo para la realización del trabajo. También toma el reto de la labor misionera en aquellos Estados que no
tienen organizada su Conferencia.
Hay cerca de cincuenta ministros que dedican todo su tiempo a la obra del evangelio. También hay un número
considerable que predican una porción del tiempo, y dedican el resto a labores seculares. Hay alrededor de 6000
miembros en la organización de la Conferencia; pero tal es la condición de estas personas (pues se encuentran en todos
los Estados del Norte y en varios del Sur), que una gran porción no tiene conexión con esta organización. Se encuentran
en familias, distribuidas desde Maine hasta California y Oregón. El Review y el Instructor constituyen, en su gran mayoría,
los únicos predicadores de su fe.
Los temas que más interesan a estas personas, son el cumplimiento de profecías, la segunda venida del Salvador como
un evento cercano ahora, inmortalidad solo por Cristo, un cambio de corazón por la operación del Espíritu Santo Holy
Spirit, la observancia del Sabbat del cuarto mandamiento, la divinidad y mediador trabajo de Cristo, y el desarrollo de un
carácter santo por la obediencia a la perfecta y santa ley de Dios. 21
Son muy estrictos con respecto a la ordenanza del bautismo, creyendo no solo que requiere que el hombre sea
sumergido en agua, sino que aun tal bautismo es errático si es administrado a aquéllos que quebrantan los diez
mandamientos. También creen que la dirección de nuestro Señor en Juan 13 debe observarse en conexión con la cena.
Ellos enseñan que los dones del Espíritu que son presentados en I Corintios 12 y Efesios 4, son diseñados para
permanecer en la iglesia hasta el fin del tiempo. Ellos creen que estos se perdieron a consecuencia de la misma
apostasía que cambio el Sabbat. También creen que en la restauración final de los mandamientos por el trabajo del tercer
ángel, los dones del Espíritu de Dios son restaurados con ellos. Así el remanente remnant de la iglesia, o la última
generación de sus miembros, se dice que “guardara los mandamientos de Dios, y tiene el testimonio de Jesús
Cristo.” 22 El espíritu de profecía23, por lo tanto, tiene un sitio distintivo asígnado en el trabajo final de la reforma Sabática.
Tal es su opinión de esta porción de la Escritura; y su historia desde el inicio ha sido marcada por la influencia de este
don sagrado.
Ante la fuerte oposición, las personas conocidas como Adventistas del Séptimo día se han levantado para dar testimonio
del Sabbat del Señor. Han tenido amenazas de enemigos declarados y de falsos hermanos; pero así han vencido las
dificultades del camino, y de cada una han reunido fortaleza para el conflicto frente a ellos. Tienen un trabajo definido que
realizar; es preparar a las personas para la venida del Señor. Debe mencionarse a los honorables Adventistas del
Séptimo día de Suiza. Ellos supieron por vez primera estas verdades del anciano M. B. Czechowski, quien hacía pocos
años los había instruido en los diez mandamientos de Dios y la fe en Jesús. Desde terminada su obra, Dios los ha
fortalecido para mantenerse firmes en su verdad, y ha añadido al número. Ellos tienen un corazón obediente a la verdad,
y para sacrificarse por este avance. Son casí sesenta personas. También hay unos pocos individuos de esta fe en Italia,
Alemania y Dinamarca.
La observancia del Sabbat algunas veces es adoptada en base a que el hombre necesita un día de descanso, y se
envejecerá prematuramente si trabaja siete días de la semana, que sin duda es verdad; y también se ha adoptado en
base a que Dios bendecirá en canasta y almacén a aquéllos que santifican su Sabbat, que puede ser cierto en muchos
casos; pero la Biblia no asígna motivos de esta clase con respecto a esta sagrada institución. Sin duda hay grandes
ventajas incidentales en la observancia del Sabbat.
Pero estas no son las razones que Dios presenta para su observancia. La verdadera razón es infinitamente más alta que
todas las consideraciones de esta clase, y deben llevar al hombre a obedecer aun cuando cueste todo lo que es querido
para ellos en la vida presente.
El Sabbat ha sido adoptado en base a que asegura al hombre un día de adoración divina, en el cual, por consenso
común, se presentan ante Dios. Ésta es una consideración muy importante, y sin embargo la Biblia dice poco al respecto.
Es una de las bendiciones incidentales del Sabbat, y no la más importante.

EL SABBAT FUE ORDENADO PARA CONMEMORAR LA CREACIÓN DE LOS CIELOS Y LA TIERRA.

► La importancia del Sabbat como EL MEMORIAL DE LA CREACIÓN es el de


guardar siempre presente la verdadera razón de la adoración a Dios;
► pues la adoración a Dios se basa en el hecho de que Él es el Creador, y que todos las otros seres fueron
creados por Él.
Por lo tanto el Sabbat, descansa en la misma base de la adoración divina, pues enseña esta gran verdad en la
forma más impresionante, y ninguna otra institución hace ésto.
La verdadera razón de adoración divina, no que sea solo el séptimo día, sino de toda adoración, se encuentra en
la distinción entre el Creador y sus criaturas.
Este gran hecho nunca puede ser obsoleto, y nunca debe ser olvidado.
Para que permanezca en la mente del hombre, Dios le dio el Sabbat.
Lo recibió en su inocencia, y a pesar de la perversidad de su pueblo, Dios ha preservado esta sagrada institución
durante todo el tiempo de su caída.
Los cuatro y veinte ancianos 1 , en el mismo acto de alabanza a Él que se sienta en el trono, presentan la razón
de la adoración a Dios:--
“Tu eres digno, Oh Señor, de recibir la gloria y honor y poder; pues tú has creado las cosas, y para tu placer
son y fueron creadas.”24
Esta gran verdad merece ser recordada aun en el estado glorificado. Y en el presente aprenderemos que lo que
Dios dio al hombre en el Paraíso, que guardara esta gran verdad en su mente, será honrado por Él en el Paraíso
restaurado.
El futuro nos es presentado en las Escrituras proféticas. De ellas aprendemos que nuestra tierra está reservada
al fuego, y que de sus cenizas surgirán los cielos y la tierra nuevos, y la eternidad. 25
Sobre esta herencia glorificada, el segundo Adán, el Señor del Sabbat, gobernará, y bajo su preciosa protección
las naciones de aquéllos que son salvos heredaran la tierra para siempre. 26 Cuando la gloria del Señor llene la
tierra como las aguas cubren la mar, el Sabbat del Altísimo es de nuevo y por última vez, presentado:--
“Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que YO HAGO, permanecerán delante de mí, dice Jehová,
así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Y acontecerá que de luna nueva a otra, y de un
sábado a otro, vendrá toda carne a adorar delante de mí, dice el Señor.” 27
¿Que no Pablo hace referencia a este mismo hecho presentado por Isaías cuando dice, “Por lo tanto resta un
descanso [Griego, Sabbatismos, literalmente “UN GUARDAR EL SABBAT” al pueblo de Dios? 28 La razón de
esta reunión mensual en la nueva Jerusalén, de todas las huestes de los redimidos de todas partes de la nueva
tierra, puede encontrarse en el lenguaje de Apocalipsis:--
“Después me mostró un río limpio, de agua de vida, resplandeciente como cristal, que fluía del trono de Dios y
del Cordero. En medio de la calle de la ciudad y a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida, que produce
doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad [literalmente, el servicio] 29 de las
naciones. “30 Apo 22. 1,2
La reunión de las naciones que son salvadas a la presencia del Creador, de toda la faz de la nueva tierra, en cada
Sabbat sucesivo, afirman la santidad del Sabbat aún en aquel santo estado, y dispone el sello del Altísimo a la
perpetuidad de esta Antigua institución.

Notas finales:
1
“ Los cuatro y veinte ancianos” Texto tomado de Apocalipsis 4.10 Versión King James en Ingles. Las versiones en
Español dicen “los veinticuatro ancianos” Apo 4.10Versión Nueva Versión Internacional.
1
"En 1664, cuando los Bautistas del Séptimo día de Londres, enviaron a Stephen Mumford a América, y en 1675
enviaron al Anciano William Gibson, hicieron tanto proporcionalmente dentro de sus posibilidades, como había sido hecho
por cualquier sociedad para propagar el evangelio en el extranjero.” ."—Seventh-day Baptist Memorial, vol. 1, p. 434.
2
Historia de la Iglesia de Nueva Inglaterra de 1783 a 1796, cap. 11, sec. 10.
3
Historia de la Conferencia General de los Bautistas del S. D. por James Bailey, pp. 237, 238.
4
Memorial de los Bautistas del S. D. , vol. 1, pp. 27, 28, 29.
5
Registros de la Primera Iglesia Bautista en Newport, citada en el Memorial de los Bautistas del S. D. vol. 1, pp. 28-39.
6
Bailey, Historia, pp. 9, 10.
7
Idem., p. 237.
8
Idem., p. 238.
9
Manual de los Bautistas del S. D. pp. 39, 40; Backus, cap. 11, sec. 10.
10
Historia de la Conferencia General de los Bautistas del S. D. pp. 15, 238.
11
Idem., pp. 46-55.
12
Idem., pp. 57, 58, 62, 74, 82.
13
Sabbath y Domingo, p. 232.
14
Asuntos muy interesantes respecto de los Bautistas del Séptimo día en América pueden encontrarse en el Manual de
Utter de los Bautistas del S. D.; Bailey, Historia de la Conferencia General de los Bautistas del S. D.; Lewis, Sabbat y
Domingo; y en el Memorial de los Bautistas del S. D.
15
Rupp, Historia de todas las Denominaciones Religiosas en los Estados Unidos, pp. 109-123, segunda edición;
Bailey, Historia General de la Conferencia, pp. 255-258.
16
Nueva York Independent, Marzo 18, 1869.
17
Semi-Weekly Tribune, Mayo 4, 1869.
18
Esta hermana nació en Vernon, Vt. Su nombre de soltera era Rachel D. Harris. A los diecisiete años se convirtió, y poco
después se unió a la iglesia Metodista. Después de su matrimonio marriage se mudo con su esposo a Nueva York
Central. Ahí a los veintiocho años se convirtió en observadora del Sabbat Bíblico. El ministro Metodista, su pastor, hizo lo
posible porque dejara el Sabbat, pero finalmente le dijo que podía quedárselo si no los dejaba. Pero ella era fiel a sus
convicciones de deber, y se unió a la iglesia Bautista del Séptimo día de Verona, Oneida Co., N.Y. Su primer esposo
llevaba el nombre de Oaks; su segundo, el de Preston. Ella y su hija Delight Oaks, eran miembros de la primera iglesia
Verona en tiempos de su mudanza a Washington, N.H. La madre murió el 1º. De Febrero de 1868; la hija varios años
antes.
19
Anciano Preble, artículo apareció en la Hope of Israel de Feb. 28, 1845, publicado en Portland, Maine. Este artículo se
volvió a imprimir en el Advent Review de Ago. 23, 1870. El artículo, fue reescrito por el anciano Preble y publicado en
forma de tract, y también publicado en el Review de Dic. 21, 1869.
20
Se quedo dormido Marzo 19, 1872, a los dieciocho años.
21
Para mayor información de sus opiniones, ver el semanario, el Advent Review and Sabbath Herald, publicado en Battle
Creek, Michigan, a $2.00 por año, y la lista de publicaciones anunciadas al cierre de este volumen.
22
Revelation 12:17; 14:12.
23
Revelation 19:10.
24
Revelation 4:10, 11. Versión King James
25
II Pedro 3; Isaías 65; Apocalipsis 21; 22. Milton declara así de esta doctrina:--
"El mundo arderá, y de sus cenizas surgirá
El Nuevo cielo y tierra, en donde el justo morará,
Y después de todas sus largas tribulaciones
Verá días de oro, fruto de obras de oro,
Con gozo joy y love amor triunfando, y justa verdad."
Paradise Lost, libro 3, líneas 334-338.
"Así continuará el mundo,
Beneficiando al malvado, haciendo mal al benigno,
Bajo su propio peso gimiendo, hasta el día
Aparecerá respiro al justo,
Y venganza al malvado, al regreso
El tan prometido a su ayuda,
La Simiente de la mujer predicha,
Ahora bien conocida Salvador y Señor,
Por último revelado en las nubes del cielo
En la Gloria del Padre, deshará
Satanás Satan con su mundo pervertido, entonces surgirá
Desde la conflagrante masa, purificados y refinados,
Nuevo cielo, nueva tierra, tiempos sin fin
Cimentados en justicia y paz y amor peace ,
Para traer frutos, gozo y felicidad eterna."
--Idem., libro, 12, lines 537-551
26
Daniel 7:9, 10, 13, 14, 17-27; Psalm 2:7-9; 37:9-11, 18-22, 34; Malachi 4:1-3.
27
Isaiah 66:22, 23.
27
Hebrews 4:9. El margen dice “guardar un Sabbat.” Liddell y Scott definen Sabbatismos "guardando un Sabbat." Ellos
no dan otra definición, sino la derivan del verbo Sabbatizo, que ellos definen solo con las palabras, "para guardar
el Sabbat." Schrevelius define Sabbatismos con esta única frase, "observancia del Sabbat." También la deriva
de Sabbatizo. Sabbatismos por lo tanto es un sustantivo Griego que significa el acto de guardar el Sabbat, mientras
que Sabbatizo, de donde se deriva es el verbo que expresa el acto.
29
Ver el Lexicón de Liddell y Scott, Schrevelius, y Greenfield.
30
Revelation 22:1, 2.

HISTORIA DEL SABBAT

POR J.N. ANDREWS (1829-1883)


TRADUCCION AL ESPAÑOL: MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 1: EN EL PRI NCI PI O : L A CREA CI Ó N

Tiempo y eternidad
El Creador y su trabajo
Eventos del primer día del tiempo
Del segundo
Del tercer
Del cuarto
Del quinto
Del sexto

tiempo, a diferencia de la eternidad, puede ser definido como aquella parte de duración que es medida por la Biblia.
Desde la fecha más temprana en el libro de Génesis hasta la resurrección de los injustos al final del milenio, se mide
un periodo de 7000 años aprox.1 Antes del inicio de esta gran semana de tiempo, la duración sin inicio, llena el pasado;
El
y al término de este periodo, la duración sin fin se abre ante el pueblo de Dios. La eternidad es aquella palabra que
abarca la duración sin inicio ni fin; y aquel Ser cuya existencia comprende la eternidad es aquél quien únicamente tuvo
inmortalidad, el Rey eterno, inmortal, invisible, el único sabio Dios. 2
Cuando plació a este Ser infinito, Él dio existencia a nuestra tierra. De la nada, Dios creó todas las cosas, 3
“de manera que las cosas visibles no fueron creadas de cosas visibles.”
Este acto de creación es aquel evento que marca el inicio de la primera semana del tiempo. El que podía completar la
totalidad del trabajo con una palabra, decidió mejor utilizar seis días, y lograr el resultado en seis pasos sucesivos. Vamos
a seguir los pasos del Creador, desde el momento que estableció los fundamentos de la tierra hasta el cierre del sexto
día, cuando los cielos y la tierra fueron terminados,
“y Dios vio que todo lo que había hecho, y he aquí, que era bueno en gran manera.” 4
En el primer día del tiempo, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra llamada a la existencia no tenía forma, y estaba
vacía; y la oscuridad cubría la obra del Creador. Entonces,
“Dios dijo, Que sea la luz, y fue la luz.” “Y Dios dividió la luz de la oscuridad,” y llamó al uno día y al otro noche. 5
En el segundo día del tiempo,
“Dios dijo, Que sea el firmamento [margen, Hebreo expansión] en medio de las aguas, y que divida las aguas de las
aguas.”
La tierra seca no había aparecido, por lo tanto la tierra estaba cubierta con agua. Como no existía la atmósfera, densos
vapores descansaban sobre la faz de las aguas, pero la atmósfera siendo llamada a la existencia por la palabra del
Creador, causando la unificación de aquellos elementos que componen el aire que respiramos, la neblina y los vapores
que habían descansado en el seno de las aguas, surgieron de ella. Esta atmósfera, o expansión, es llamada cielo. 6
En el tercer día del tiempo, Dios reunió las aguas, e hizo que apareciera la tierra seca. Dios llamó a la reunión de las
aguas mares; entonces a la tierra seca rescatada de las aguas, Él llamó tierra. “Y Dios dijo, que de la tierra brote hierba
verde, hierba que produzca semilla, y árboles que produzcan fruto de su especie, cuya semilla está en la tierra; y así fue.”
“Y Dios vio que era bueno.” 7
En el cuarto día del tiempo,
“Dios dijo, que haya luces en el firmamento de los cielos para dividir el día de la noche; y que sean por señal, y por
estaciones, y por días, y por años.” “Y Dios creó dos grandes lumbreras; La lumbrera mayor para gobernar el día, y la
menor para la noche; también creó las estrellas.”
La luz había sido creada en el primer día de la semana; y ahora, en el cuarto día, Él causo la aparición del sol y la luna
como señales de luz, y colocó la luz bajo su gobierno. Y así continúan hasta este día, de acuerdo a sus mandatos; pues
todos son sus sirvientes. Tal fue el trabajo del cuarto día. Y el Gran Arquitecto, contemplando aquello que
cuidadosamente había formado, lo consideró bueno. 8
En el quinto día del tiempo,
“Dios creó los grandes peces y toda criatura viviente que se mueve que habitó abundantemente en el agua, según su
especie, y cada ave según su especie; y Dios vio que era bueno.” 9
En el sexto día del tiempo,
“Dios creó las bestias de la tierra según su especie, y el ganado según su especie, y todo lo que se arrastra sobre la
tierra según su especie y Dios vio que era bueno.”
Entonces la tierra, habiendo sido preparada para este propósito, fue llena con toda clase de criaturas vivientes, mientras
que el aire y las aguas lo fueron con existencia animal. Para completar esta noble tarea de creación, Dios entonces
proveyó un gobernante, su representante, y colocó todo bajo su mando.
“Y Dios dijo, Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; y que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre
las aves del cielo, y sobre el ganado, y sobre toda la tierra, y sobre cada cosa que se arrastra sobre la faz de la tierra.” “Y
el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida; Y el hombre fue un ser viviente. Y
el Señor Dios plantó un jardín al Este del Edén; y allí puso al hombre a quien había formado. Y de la tierra Dios hizo que
creciera todo árbol agradable a la vista, y bueno para comer; también estaba allí en medio del jardín el árbol de la vida y
el árbol del conocimiento del bien y del mal.” Finalmente, Dios creó a Eva, la madre de todo lo viviente. El trabajo del
Creador estaba completo. “Los cielos y la tierra fueron terminados, y todos los ejércitos de ellos.” “Y Dios vio que todo lo
que había hecho, y, he aquí, era my bueno.”
CONCLUSIONES.-
Adán y Eva estaban en el paraíso; El árbol de la vida florecía sobre la tierra; el pecado no había entrado al mundo, y la
muerte no se encontraba aquí, pues no había pecado. “Las estrellas de la mañana cantaban al unísono, y todos los hijos
de Dios gritaban de alegría10.” Así finalizó el sexto día.

Notas finales:
1
Para la evidencia bíblica y tradicional sobre este punto, ver Cronología Bíblica de Shemeall, parte 1 cap. 6; Taylor´s
Voice of the Church, pp. 25-30; and Bliss?s Sacred Chronology, pp. 199-203.
2
Isaiah 57:15; I Samuel 15:29, margen; Jeremiah 10:10, margen; Micah 5:2, margen; I Timothy 6:16; 1:17; Psalm 90:2.
3
En su Comentario sobre Génesis 1:1, el Dr. Adam Clarke, dice lo siguiente: "[Creado] Causar la existencia de aquello
que previamente a ese momento no era. Los rabinos, quienes son jueces legítimos en el caso de la crítica verbal de su
propia lengua, están de acuerdo en establecer que la palabra bara expresa el inicio de la existencia de algo, o su
egresión de la nada al ser… Estas palabras deben traducirse, “Dios en el inicio creo la sustancia de los cielos y la
sustancia de la tierra; eje. La prima materia, o primeros elementos, de los cuales los cielos y la tierra sucesivamente
fueron formados?"
Purchase?s Pilgrimage, b. 1, cap. 2, habla sobre la creación así: "Nada pero nada tuvo el Señor Todopoderoso, en
donde, con lo cual, por medio de lo cual construir la ciudad" [esto es, el mundo].
El Dr. Gill dice: "Esto se dice haber sido creado, esto es, hecho de la nada; pues ¿qué materia preexistente pudo haber
en este caos del [versículo 2] de la cual pudieran formarse?"
"La Creación debe ser la obra de Dios work of God; pues nadie sino un poder power todopoderoso podría producir algo
de la nada."—Comentario sobre Génesis 1:1.
John Calvin, en su Comentario sobre este capítulo, expande el acto creativo: "Su significado es que el mundo fue hecho
de la nada. Por lo cual la locura de aquellos es refutada, quienes imaginan que la materia informe existía desde la
eternidad."
Así el trabajo de la creación se define en 2 Macabeos 7:28: "Observa los cielos y la tierra, y todas las cosas ahí
encontradas, y considera que Dios las hizo de la nada; y de la misma forma fue hecho el hombre."
Que este hecho creativo marcará el inicio del primer día en lugar de haber sido precedido por tiempos infinitos, está
establecido en 2 Esdras 6:38: "Y yo dije, Oh Dios, tu hablaste desde el inicio de la creación, aun el primer día, y dijiste
así: Sea hecho el cielo y la tierra; y tu palabra fue una obra perfecta.”
La traducción de Wycliffe, la versión más Antigua en ingles, dice así Génesis 1:1 : "En lo primero, hizo Dios de la nada el
cielo y la tierra."
4
Hebrews 11:3; Genesis 1:31
5
Genesis 1:1-5; Hebrews 1:10.
6
Genesis 1:6-8; Job 37:18.
7
Genesis 1:9-13; Psalm 136:6; II Peter 3:5
8
Genesis 1:14-19; Psalm 119:91; Jeremiah 33:25
9
Genesis 1:20-23.
10
Genesis 1:24-31; 2:7-9, 18-22; 3:20; Job 38:7

HISTORIA DEL SABBAT


POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL: MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 2: L A I NST I T UCI O N DEL S ABBAT

Evento del séptimo día


¿Por qué descansó el Creador?
Hechos por los cuales el Sabbat fue hecho
Tiempo y orden de aparición
Significado de la palabra Santificado
El cuarto mandamiento se refiere al origen de este hecho
El testimonio del Salvador
¿Cuándo santificó Dios el séptimo día?
Propósito del Autor del Sabbat
Testimonio de Josefo y de Filo
Argumento negativo considerado en el libro de Génesis
El conocimiento de Adán acerca del Sabbat no fue difícil que lo tuvieran los patriarcas

ún cuando la obra del Creador fue terminada, la primera semana del tiempo todavía no se completaba. Cada uno de los
seis días había sido distinguido por la obra del Creador en él; pero el séptimo fue considerado memorable en forma
A muy diferente.
“Y en el séptimo 1 día, Dios finalizó su obra la cual Él había hecho; y Él descansó en el séptimo día de todo su trabajo que
había hecho.”
Aún en palabras más fuertes está escrito:
“En el séptimo día Él descansó y fue REFRESCADO.” 2
Por lo que el séptimo día de la semana se convirtió en el día del descanso del Señor. ¡Que sobresaliente es este
hecho! “El Dios eterno, El Señor, el Creador de los confines de la tierra, no desmaya, ni se cansa. 3 Él no necesitaba
descanso; sin embargo está escrito, “En el séptimo día Él descansó, y fue refrescado.” ¿Por qué será que el registro no
establece simplemente el cese de la obra del Creador? ¿Porqué Él, al finalizar su obra utilizó un día para descansar? La
respuesta será conocida en el siguiente verso. Él estaba asentando el fundamento de una institución divina, el memorial
de su gran obra (LA CREACIÓN).
►[”Primer propósito, el EJEMPLO. No solo lo estableció en la primera semana de la Creación, sino que además lo
ratificó colocándolo en la primera sección de los Diez Mandamientos, aquella Ley Eterna, Perpetua, Infinita, de la cual
nadie, ni siquiera Jesús Nuestro Salvador, se atrevió a decir, este mandamiento ya no está en vigor.
“Y Dios bendijo el día séptimo, y lo santificó; porque en él, Él había descansado de todo su trabajo que Dios había creado
y hecho.” El cuarto mandamiento establece el mismo hecho: “Él descansó el séptimo día; Por lo que el Señor bendijo el
día Sabbat, y lo santificó.” 4
La bendición y santificación del séptimo día sucedieron porque Dios había descansado en ellos. Su descanso en él,
entonces, fue para cimentar el fundamento para bendecir y santificar ese día. Haber sido refrescado con el descanso
implica que Él se deleitó en el hecho que fundamento el memorial de su gran obra.
►El segundo propósito del Creador al instituir este memorial fue el de colocar su BENDICIÓN sobre el día de su
descanso. En lo sucesivo fue el día bendecido del descanso del Señor.
►Un tercer propósito completa la sagrada institución: Por último, el día ya bendecido por Dios, ahora
esSANTIFICADO, o apartado, por él. Santificar significa “hacerlo sagrado o santo; separarlo para uso santo o religioso,
consagrarlo.” 5
El momento en el que estos tres hechos fueron desarrollados requiere una mención especial. El primer propósito fue el
de descanso. Ésto tomó lugar en el séptimo día; ya que el día fue usado para el descanso. El segundo y tercer propósitos
se desarrollaron cuando el séptimo día había finalizado. “Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó; porque en él, Él había
descansado (verbo en tiempo pasado) de toda su obra.” Por lo tanto fue en el primer día de la segunda semana del
tiempo que Dios bendijo el séptimo día, y lo separó para uso santo. La bendición y santificación del séptimo día, por lo
tanto se relacionan, no al primer día séptimo del tiempo, sino al séptimo día de la semana del tiempo por venir, en
memoria del descanso de la obra de la creación que el Señor tuvo ese día.
Con el inicio del tiempo, Dios empezó a contar días, dándole por nombre a cada uno un número ordinal. Los
sietediferentes días recibieron respectivamente nombres diferentes. En memoria de aquello que hizo, separó el último de
estos días por nombre para uso santo. Este hecho dio existencia a las semanas, o periodos de siete días; ya que con el
séptimo día Él cesó de contar, y por designio divino de aquel día para uso santo en memoria de su descanso en él,
provocó que el hombre empezara a contar una nueva semana tan pronto como el primer día séptimo había transcurrido.
Y como a Dios le ha placido dar al hombre, en todo, excepto siete diferentes días, y le ha dado a cada uno de estos días
un nombre que indica su lugar exacto en la semana, su acto de separar uno de estos por nombre, lo cual creo semanas y
dio al hombre el Sabbat, nunca puede—excepto por sofisma, espurio—ser relacionado a un día indefinido o incierto.
Los días de la semana son medidos por la circunrevolución de nuestra tierra sobre su eje; y por lo tanto nuestro séptimo
día, como tal, solo puede venir a los habitantes de esta tierra. Por lo tanto, los días de la semana fueron dados a Adán y
Eva, como habitantes de esta tierra y no para los habitantes de algún otro mundo. En consecuencia, cuando Dios separó
uno de estos días para uso santo en memoria de su propio descanso en aquel día de la semana, la propia esencia del
hecho consistió en decirle a Adán que ese día debía ser utilizado únicamente con propósitos sagrados. Entonces, Adán
se encontraba en el Jardín de Dios, colocado allí por el Creador para labrarlo y cuidarlo. También fue comisionado por
Dios para sojuzgar la tierra.6 Por lo tanto, cuando este día de descanso del Señor regresare de semana en semana, toda
esta tarea secular, ciertamente honrosa por sí misma, debía ser puesta de lado, y el día ser observado en memoria del
descanso del Creador.
El Dr. Twisse cita a Martín Lutero de la siguiente manera:--
“Y Marín Lutero lo profesaba tanto así (tomo 6, en Génesis 2:37 ).`Y continúa así,’ dijo él, `que si Adán hubiese
permanecido en su inocencia, no obstante el debió haber guardado el séptimo día santo; esto es, en ese día él debíó
haber enseñado a sus hijos, e hijos de sus hijos cuál era la voluntad de Dios, y en qué consistía su adoración; él debió
haber alabado a Dios, dado gracias, y presentado ofrendas. Los otros días él debió haber arado su tierra, y cuidado su
ganado.’ “
El verbo Hebreo qadash, que aquí (Génesis 2:3) se tradujo. santificado, y en el cuarto mandamiento (Exodus 20:11) se
tradujo sagrado, es definido por Gesenius, “Pronunciar sagrado, santificar; instituir una cosa sagrada, establecer.”8 Se
utiliza repetidamente en el Antiguo Testamento para establecer o proclamar públicamente. De manera que, cuando las
ciudades de refugio fueron designadas en Israel, está escrito: “Ellos establecieron [margen, Hebreo, santificaron] Kadesh
en Galilea en el Monte Neftalí, y Siquem en el Monte Efraím,” etc. Esta santificación, o establecimiento, de las ciudades
de refugio fue por decreto público a Israel que estas ciudades fueran apartadas para este propósito. Este verbo también
es utilizado para decretar un ayuno público, y para la reunión de una asamblea solemne. Así está escrito:
“Santifiquen [ej., Decreten] un ayuno, convoquen una asamblea solemne, reúnan a los ancianos y a todos los habitantes
de la tierra en la casa del Señor su Dios.” ”Suenen la trompeta en Sión, santifiquen [ej., establezcan] un ayuno,
convoquen una asamblea solemne.” “Y Jehú dijo, Proclamen [margen, Hebreo, santifiquen] una asamblea solemne para
Baal.” 9
Esta convocatoria para Baal era tan pública que todos los adoradores de Baal en todo Israel fueron reunidos. Estos
ayunos y asambleas solemnes eran santificados o apartados por convocatoria pública o por proclamación del hecho. Por
lo tanto, cuando Dios apartó el día séptimo para uso santo, era necesario que Él estableciera el hecho ante aquellos que
utilizarían los días de la semana. Sin tal anuncio, el día no podía ser apartado del resto.

Pero la ilustración más sorprendente del significado de esta palabra se encuentra en el registro de la santificación del
Monte Sinaí.10 Cuando Dios estaba a punto de dar los diez mandamientos a todo Israel, mando a Moisés descender
desde la cima del Monte Sinaí para evitar que las personas tocaran el monte. “Y Moisés le dijo al Señor, el pueblo no
puede subir al Monte Sinaí; ya que tu nos has advertido, diciendo, Establece límites alrededor del monte, y
santifícalo.” Regresando al verso donde Dios dio esta indicación a Moisés leemos: “Y establecerás límites alrededor
para el pueblo, diciendo, Asegúrense, de no subir al monte, o tocar su borde.” De manera que santificar el monte
significaba ordenar al pueblo ni siquiera tocar el borde; ya que Dios estaba por descender en majestad sobre él. En otras
palabras, santificar o separa el Monte Sinaí para uso santo, implicaba decir al pueblo que Dios quería que trataran la
montaña como sagrada para Él. Y así, también santificar el día de reposo del Señor implicaba decir a Adán que debía
tratar el día como santo al Señor.
La declaración, “Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó 11 Pues ¿cómo podría el Creador “separar para uso santo” el
día de su descanso, si aquellos que usarían el día no sabían nada acerca del asunto? Que respondan aquellos que
puedan..” Ciertamente no es un mandamiento para guardar ese día; sino el registro de que tal precepto fue dado a Adán.
Esta perspectiva del registro en Génesis quedará sustentada por todo el testimonio en la Biblia relativo al día del
descanso del Señor. Los hechos que hemos examinado son la base del cuarto mandamiento. Así habló el Gran Dador de
la Ley desde la cima del monte en llamas: “Recuerden el día Sabbat, para guardarlo santo.” “El séptimo día es el Sabbat
del Señor su Dios.” “Pues en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que hay en él, y descansó el
día séptimo; Por lo tanto el Señor bendijo el día Sabbat, y lo santificó. 12 ”
El término Sabbat proviene del idioma Hebreo, y significa descanso. 13 La orden, “Recuerda el día Sabbat, para
santificarlo,”es exactamente equivalente a decir, “Recuerda el día del descanso del Señor para santificarlo.” La siguiente
explicación apoya ésto: “El séptimo día es el Sabbat [o día de descanso] del Señor su Dios.” El origen de este día de
descanso está en estas palabras: “Pues en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en él hay, y
descansó el séptimo día; por lo que el Señor bendijo el día Sabbat, y lo santificó.” Lo que encierra el cuarto
mandamiento es guardar en santidad el día del descanso del Señor. Y por definición ésto es el día en el cual Él descansó
de la obra de la creación. Más aún, el cuarto mandamiento llama al séptimo día el día Sabbat al momento que Dios
bendijo y santificó ese día; por lo tanto el Sabbat es una institución que data desde la fundación del mundo. El cuarto
mandamiento señala la creación como el origen de esta institución; y cuando nos remontamos a ese punto, encontramos
la esencia del cuarto mandamiento dado a Adán; “Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó.” Ej., lo destinó para uso
santo. Y en el mandamiento en sí, se establece el mismo hecho, “El Señor bendijo el día Sabbat, y lo santificó”, ej.,
establecido para uso santo. La primera declaración afirma que “Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó,” la otra, que “el
Señor bendijo el día Sabbat, y lo santificó.” Estas dos declaraciones se refieren a los mismos hechos. Por razón de que
la palabra Sabbat no aparece en la primera declaración, se ha discutido que el Sabbat no se origina en la creación,
siendo el séptimo día el santificado. De la segunda aseveración se ha discutido que Dios no bendijo el séptimo día en
absoluto, sino simplemente la institución Sabática. Pero ambas aseveraciones encierran toda la verdad truth. Dios bendijo
el séptimo día, y lo santificó; y por tanto ese día bendito y santificado era su Santo Sabbat, o día de descanso. Por lo cual
el cuarto mandamiento establece el origen del Sabbat durante la Creación.
La segunda mención del Sabbat en la Biblia aporta una confirmación decisiva de los testimonios ya presentados. En el
sexto día de la semana, durante el desierto de Sin, Moisés dijo a Israel, “Mañana es el descanso del Sabbat santo al
Señor14 ¿Qué se le había hecho al séptimo día desde que Dios lo bendijo y santificó como su día de descanso en el
paraíso?..... Nada. ¿Qué le hizo Moisés al séptimo día para convertirlo en el descanso del Sabbat santo al Señor?.....
Nada. En el sexto día, Moisés simplemente declara que mañana es el descanso del Sabbat santo al Señor. El séptimo
día había sido tal siempre desde que Dios bendijo y santificó el día de su descanso..”
El testimonio de nuestro divino Señor con respecto al origen y diseño del Sabbat es de peculiar importancia. Él tiene
autoridad para testificar; ya que Él estaba con el Padre en el principio de la creación. 15 “El Sabbat fue hecho para el
hombre,” Él dijo, “no el hombre para el Sabbat.”16 La siguiente regla gramatical tiene especial importancia: “Un sustantivo
sin adjetivo invariablemente es considerado en su más amplia expresión; como se entiende, hombre.”17 Los siguientes
textos ilustran esta regla, además de esta afirmación de nuestro Señor:
►“El hombre se acuesta y no se levanta; hasta que los cielos dejen de existir, no se levantarán, ni serán levantados de
su sueño.”
►“Ninguna tentación les ha llegado tal que no sea común al hombre.”
►“Está escrito que el hombre debe morir.”18
En estos textos, ‘hombre’ es utilizado sin especificación, de manera que toda la humanidad queda comprendida. Por lo
tanto el Sabbat fue hecho para toda la familia humana, y consecuentemente originado con la humanidad. Pero el lenguaje
del Salvador es aun más enfático en el original: “El Sabbat fue hecho para EL hombre no EL hombre para el
Sabbat.”(Marcos 2:27) Este lenguaje fija el pensamiento en el hombre Adán, quien fue formado del polvo de la tierra justo
antes de que el Sabbat se hiciera para él, del séptimo día.
ESTA ES UNA CONFIRMACIÓN CONTUNDENTE DEL HECHO ANTES MENCIONADO,--
QUE EL SABBAT FUE DADO A ADÁN, LA CABEZA DE LA FAMILIA HUMANA.
“El séptimo día es el Sabbat del Señor tu Dios;” (Éxodo 20:10)
SIN EMBARGO, ÉL HIZO EL SABBAT PARA EL HOMBRE. DIOS HIZO EL SABBAT SUYO POR
APROPIACIÓN SOLEMNE, DE MANERA QUE PUDIERA REGRESARLO A NOSOTROS BAJO LA GARAN
TÍA DE CARÁCTER DIVINO, CON EL FIN DE QUE NADIE LO PUEDA USURPAR DE NOSOTROS
IMPUNEMENTE.”
Pero,

 ¿sería posible que la bendición y santificación del séptimo día por Dios no sucediera al finalizar la semana dla
creación?
 ¿Podría no haberse dicho entonces, que Dios diseñó que el día de su descanso debía guardarse después? O
mejor aún, como Moisés escribió el libro de Génesis mucho después de la creación,
 ¿podría él haber insertado este acontecimiento de la santificación del séptimo día con el registro de la primera
semana, aun cuando el día mismo fuese santificado en su propio tiempo?
Es muy cierto que tal malinterpretación del registro no puede admitirse, a menos que los hechos del caso lo demanden;
pues, para decir lo menos, es una explicación forzada del lenguaje. El record en Génesis, a menos que ésta sea una
excepción, es una narración simple de los eventos. Lo que Dios hizo en cada día se registro en su orden hasta el
séptimo. Sin lugar a dudas violentaría la narración, afirmar que el registro del séptimo día es de carácter diferente al de
los otros seis. Él descansó el séptimo día; Él santificó el séptimo día, porque había descansado en él. La razón por la que
Él santificó el séptimo día existió cuando su descanso llegó al final. Por lo tanto, decir que Dios no santificó el día en ese
momento, sino que lo hizo en los días de Moisés, no solo es distorsionar la narración, sino afirmar que él Moises,
descuidó hacer aquello cuya razón de ser existió desde la creación hasta 2500 años después. 19
Pero nosotros pedimos que se presenten a la luz los hechos que prueban que el Sabbat fue santificado en el Desierto de
Sin, y no durante la creación. Y ¿cuáles son los hechos que demuestran esto? Se confiesa que tales hechos no están
registrados. Se asume su existencia a fin de respaldar la teoría de que el Sabbat se originó a la caída del maná, y no en
el paraíso.
¿Santificó Dios el Sabbat en el Desierto de Sin?—
¿Si el Sabbat no fue santificado en la creación, sino fue santificado en el Desierto de Sin,
porqué se registra la santificación del Sabbat durante la creación en cada instancia 23 de la
narración, y omite la mención de este hecho en el Desierto de Sin?

No hay nada que sugiera tal hecho. Por el contrario, en este momento se menciona como algo ya apartado por Dios. En
el Sexto día, Moisés dijo, “Mañana es el descanso del Sabbat santo al Señor.”20 Con seguridad éste no fue el acto de
institución del Sabbat, sino la mención de un hecho familiar existente. Pasemos ahora al Monte Sinaí. ¿Santificó Dios el
Sabbat cuando dio los diez mandamientos?—Nadie pretende que así fue. Todos admiten que Moisés habló de él
familiarmente el mes previo.21 ¿Habló el Señor en el Sinaí sobre santificar el Sabbat?--- Sí lo hizo; pero en el mismo
lenguaje de Génesis vuelve a la santificación del Sabbat, no en el Desierto de Sin, sino en la creación del mundo. 22 Les
preguntamos a aquellos que sostienen la teoría bajo investigación, esta pregunta: ¿Si el Sabbat no fue santificado en la
creación, sino fue santificado en el Desierto de Sin, porqué se registra la santificación del Sabbat durante la creación en
cada instancia 23 de la narración, y omite la mención de este hecho en el Desierto de Sin? No, porque el registro de los
eventos en el Desierto de Sin muestra que el santo Sabbat ya se encontraba en existencia en ese momento. En una
palabra, ¿Cómo puede una teoría subversiva a todos los hechos registrados, mantenerse como la verdad de Dios?
Hemos visto el Sabbat ordenado por Dios al cierre de la semana de la creación. El propósito de su Autor merece una
mención especial. ¿Por qué el Creador estableció este memorial en el paraíso? ¿Porqué lo colocó aparte del resto de los
días de la semana aquél que había utilizado para descansar?—“Porque en él,”power y Dios cabeza, y como el hecho
principal que lo distingue de todos los dioses falsos. Así, está escrito: --- dice el registro, “Él descansó de toda la obra que
Dios había creado y hecho.” Un descanso necesariamente implica un trabajo realizado; así el Sabbat fue ordenado por
Dios como memorial del trabajo de la creación. Por lo tanto ese precepto de la Ley Moral que se relaciona a su memorial,
a diferencia de cualquier otro precepto de la Ley, inicia con la palabra, “Recuerda”. La importancia de este memorial será
apreciada cuando aprendamos en las Escrituras que la obra de la creación es reclamada por su Autor como la gran
evidencia de su eterno poder
“Aquél que construyó todas las cosas es Dios.” “Los dioses que no han hecho los cielos y la tierra, aun ellos perecerán de
la tierra y debajo los cielos.” ”Pero el Señor es el verdadero Dios, Él es el Dios viviente, y el Rey Eterno.” “Él hizo la tierra
con su poder, Él estableció al mundo bajo su sabiduría, y desplegó los cielos según su voluntad.” “Pues las cosas
invisibles de Él, desde la creación del mundo son claramente evidentes, siendo comprendidas por todas las cosas que
son hechas, aun su poder eterno y Dios Cabeza.” “Pues Él habló y fue hecho, Él ordenó y permaneció.” Por lo tanto “el
mundo fue hecho por la palabra de Dios, de manera que las cosas visibles fueron no hechas de aquellas visibles.” 24
Tal es el caso presentado por las Escrituras sobre la obra de la creación evidenciando el eterno poder y Dios Cabeza, el
Creador. El Sabbat se yergue como memorial de su gran obra. Su observancia es un acto de reconocimiento agradecido
por parte de sus criaturas inteligentes de que Él es su Creador, y que ellos deben todo a Él y que por su placer ellos son y
fueron creados. ¡Que precisa esta observancia para Adán! Y cuando el hombre cayó, que importante para su bienestar
que él “recordara el día Sabbat, para mantenerlo santo.” A través de ésto él habría sido preservado del ateísmo e idolatría
pues él nunca hubiese olvidado que había un Dios de quien procedía la existencia de todas las cosas ni tampoco podría
adorar como Dios a ningún otro ser más que al Creador.
El séptimo día, santificado por Dios en el Edén, no pertenecía a los Judíos, sino a la divinidad; no era el memorial de un
vuelo de Israel sobre Egipto, sino el descanso del Creador. Ni tampoco es verdad que los escritores Judíos más
distinguidos niegan el origen primario del Sabbat, o reclaman ese memorial como judío. Citamos al historiador Josefo,
cuya obra “Antigüedades de los Judíos” corre paralela con la Biblia desde su principio, al mencionar el Desierto de Sin, no
hace ninguna alusión al Sabbat, --una prueba contundente de que él no tenía idea que se hubiera originado en aquel
desierto. Pero cuando relata el momento de la creación, él presenta el siguiente testimonio: ---
“Moisés dice que en solo seis días el mundo y todo lo que hay en él fue hecho. Y que el séptimo día fue un descanso y
liberación de la obra de tal operación; POR LO TANTO nosotros celebramos un descanso de nuestra labor en ese día, y
lo llamamos Sabbat, palabra que denota descanso en el idioma Hebreo.”25
Y Philo presenta un testimonio contundente relativo al carácter del Sabbat como memorial. Él dice’.---
“Pero después que todo el mundo había sido terminado, de acuerdo a la naturaleza perfecta del número seis, el Padre
santificó el día, el séptimo, enalteciéndolo, y llamándolo sagrado. Pues ese día es el festivo, no para una ciudad o un
país, sino para toda la tierra; un día, que por derecho puede llamarse el día festivo de todos los vivientes, y el día del
nacimiento del mundo.”26
El día del descanso del Señor tampoco fue una sombra del descanso del hombre después de su recuperación de la
caída. Dios siempre será adorado en forma razonada por sus criaturas inteligentes. Por lo tanto, cuando Él apartó el día
del descanso para uso sagrado, si no hubiese sido como memorial de su trabajo, sino como sombra de la redención de la
caída del hombre, el verdadero diseño de la institución debía especificarse; y en consecuencia, el hombre en su estado
no caído nunca hubiera podido observar el Sabbat como una delicia, sino siempre con profunda tristeza, como
recordándole que pronto apóstataría de Dios. Ni tampoco fue el santo del Señor y honorable de las “ordenanzas carnales
impuesto sobre ellos hasta el tiempo de la Reforma;”27 pues no podría haber reforma sin seres caídos.
Pero el hombre no continuó en rectitud. Se perdió el Paraíso, y Adán fue excluido del árbol de la vida. La maldición de
Dios cayó sobre la tierra, y la muerte entró por el pecado, y pasó a todos los hombres. 28 Después de esta triste apostasía,
no se vuelve a mencionar el Sabbat hasta Moisés, en el sexto día, dijo, “Mañana es el descanso del Sabbat Santo del
Señor.”
Se objeta que no hay ningún precepto en el libro de Génesis para la observancia del Sabbat, y por consiguiente ninguna
obligación por parte de los patriarcas a observarlo. Hay un error en este argumento aun no percibido por aquellos que lo
usan. El libro de Génesis no fue un reglamento a seguir dado a los patriarcas. Por lo tanto el libro no ordena a los
hombres a amar a Dios con todo su corazón, y a su vecino como a sí mismo; ni tampoco prohíbe la idolatría, blasfemia,
desobediencia a los padres, adulterio, robo, falso testimonio, avaricia. ¿Quién puede afirmar, a partir de esto, que los
patriarcas no tenían restricción alguna sobre estas cosas? Como mero registro de eventos, escrito mucho después de su
realización, no era necesario que el libro incluyera un código moral. Pero si el libro hubiese sido dado a los patriarcas
como regla de vida, necesariamente hubiera contenido tal código. Un hecho digno de mención especial es que al
momento que Moisés llega a su propio tiempo, al escribir el libro de Éxodo, se da toda la Ley moral. Entonces el registro y
el pueblo eran contemporáneos, y de aquí en adelante, la Ley escrita se encuentra en las manos del pueblo de Dios
como regla de vida, y preceptos de código moral completos, para siempre.

El argumento bajo consideración es falso,

Por basarse en el supuesto que el libro de Génesis fue la regla de vida para los patriarcas;
Pues, si llevado a efecto, liberaría a los patriarcas de cada precepto de la Ley moral excepto de el sexto
mandamiento;29
Porque el acto de Dios de apartar su día de descanso para uso santo, como lo hemos visto, necesariamente
involucra el hecho de que Él dio un precepto concerniente a Adán, en cuyo tiempo así se guardaba
Y así, aun cuando el libro de Génesis no contiene un precepto concerniente al Sabbat, si contiene evidencia directa de
que tal precepto fue dado a la cabeza y representante de la familia humana.
Después de establecer la institución del Sabbat, el libro de Génesis, en su breve registro que abarca los primeros 2370
años del tiempo, no lo vuelve a mencionar. Esto ha sido presentado como prueba de que aquellos hombres santos,
quienes durante este periodo, eran perfectos, y caminaron con Dios en el cumplimiento de sus mandamientos, estatutos y
leyes30 todos vivieron en profanación abierta de aquel día que Dios había bendecido y apartado para uso santo. Pero el
libro de Génesis también omite cualquier referencia específica a la doctrina del castigo futuro doctrine, la resurrección del
cuerporesurrection, la revelación del Señor en fuego ardiente, y el juicio del gran día. ¿Probará este silencio que los
patriarcas no creían estas grandes doctrinas? ¿Las hacen menos sagradas?
Pero el Sabbat no se menciona desde Moisés hasta David; un periodo de 500 años, durante el cual se hacía cumplir bajo
pena de muerte. ¿Prueba ésto que no fue observado durante este periodo? 31 El jubileo ocupó un lugar prominente en el
sistema típico, sin embargo, ni una sola vez se registra su observación en toda la Biblia. Algo todavía más asombroso, es
que no hay una sola instancia en el registro de la observancia del gran Día de la Expiación Day of Atonement, a pesar de
que la labor en el lugar santísimo ese día era el servicio más importante relacionado con el santuario terrenal. Sin
embargo, la observancia de las demás festividades de menor importancia que la del séptimo mes, las cuales están tan
íntimamente ligadas al día de Expiación, el que lo precede por diez días, el que lo sigue por cinco días, se registran
específica y repetidamente.32 Sería un error argumentar que ese día nunca se observó en base a este silencio respecto
del día de expiación, cuando hubo tantas instancias en las cuales su mención casí fue exigida,; y por tanto, ciertamente
es un mejor argumento que el similar utilizado en contra del Sabbat en el libro de Génesis.
La clasíficación del tiempo en semanas no se deriva de nada relacionado a la naturaleza, sino que debe su existencia al
señalamiento divino del día séptimo para uso santo, en memoria del descanso del Señor después de los seis días de la
obra de la creación. 33 Este periodo de tiempo solo se marca por la recurrencia del día de descanso santificado por el
Creador. Que los patriarcas clasíficaban el tiempo por semanas de siete días, se evidencia en varios textos. 34 No es
conclusión probable que ellos mantuvieran la semana y olvidaran el Sabbat, por el cual específicamente se marca la
semana. Que la designación de la semana se guardó correctamente, se evidencia por el hecho de que en el desierto de
Sin el pueblo de iniciativa propia recogió una doble porción de maná el sexto día. Y Moisés les dijo, “Mañana es el
descanso del Sabbat santo del Señor35 .”
El conocimiento de Dios fue preservado en la familia de Abraham; y en el siguiente capítulo encontraremos la familiaridad
con la que mencionaba el Sabbat entre sus descendientes como una institución existente.
ADÁN VIVIÓ 930 AÑOS.
La brevedad del registro de Génesis facilita que pasemos por alto hechos importantísimos. Adán vivió 930 años. ¡Qué
profundo y absorbente habrá sido el interés que la familia humana haya tenido al ver al primer hombre! ¡Conversar con
uno que había hablado con Dios! ¡Escuchar de su boca la descripción del paraíso en el cual vivió! ¡Aprender de uno
creado en el sexto día, los maravillosos eventos de la semana de la creación! ¡Escuchar de sus labios, y aprender las
palabras exactas del Creador cuando Él separó su día de descanso para uso santo, ¡wao! ¡La triste historia de la pérdida
del paraíso y el árbol de la vida! 36
Por lo tanto, no fue difícil que los hechos referentes a los seis días de la creación y la santificación del día de descanso se
difundieran entre la humanidad en tiempos de los patriarcas. NO. Era imposible que fuese de otra forma especialmente
entre los santos, desde Adán a Abraham, una sucesión de hombres—probablemente inspirados por Dios—preservaron el
conocimiento de Dios sobre la tierra; Pues Adán vivió hasta que Lamec, el padre de Noé, tenía 56 años de edad; Lamec
vivió hasta que Sem, hijo de Noé tuvo 93 años; Sem vivió hasta que Abraham tuvo 150 años de edad. Por lo tanto
llegamos hasta Abraham el padre de la fe. De él está registrado que obedeció la voz de Dios, y mantuvo sus ordenanzas,
sus mandamientos, sus estatutos y sus leyes. Y de él, el Altísimo da el siguiente testimonio:
“Yo lo conozco, se que él ordenará a sus hijos y su casa después de él, y ellos guardarán los caminos del Señor, para
hacer justicia y juicio.”37

Notas finales:
1
"En el sexto día, Dios terminó su obra que había hecho; y Él descansó en el séptimo día,” etc., es la lectura de
la Septuaquinta, el Siriaco, y la Samaritana; “y esto debe considerarse la lectura auténtica,” dice el Dr. AClarke. —
Comentario al Génesis 2.
2
Génesis 2:2; Exodus 31:17.
3
Isaías 40:28.
4
Génesis 2:3; Exodus 20:11. En una obra anónima, titulada, "Morality of the Fourth Commandment," London, 1652 pero
el mismo que aquel del Dr. Twisse con el mismo título el siguiente párrafo sorprendente:---
"La raíz Hebrea de siete significa totalidad, perfección, y los Judíos mantuvieron muchos misterios en el número siete:
de manera que Juan en su Apocalipsis utilizó mucho ese número; como siete iglesias, siete estrellas, siete espíritus, siete
candelabros, siete ángeles angels, siete sellos, siete trompetas: y nosotros pronto nos encontramos con un séptimo día,
pero este es bendito; pronto con un séptimo hombre [Genesis 5:24; Jude 14], pero él está traducido." Página 7
5
El Webster?s Unabridged Dictionary en las palabras santificado y consagrado. Ed. 1882. “Dios bendijo el séptimo día, y
lo santificó. Génesis 2:3. Moisés....santificó a Aarón y sus vestiduras. Leviticus 8:30. "Worchester lo define así: "Ordenar o
separa con fines sagrados; consagrar; santificar. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró. Génesis 2:3."
6
Génesis 2:15; 1:28.
7
Morality of the Fourth Commandment, pp. 56, 57, London, 1641.
8
Hebrew Lexicon, p. 914. Ed. 1854.
9
Joshua 20:7; Joel 1:14; 2:15; II Kings 10:20, 21; Zephaniah 1:7, margen.
10
Exodus 19:12, 23.
11
El Comentario del Dr. Lange habla sobre este punto así, en el vol. 1, p. 197: "Si no tuviésemos otro pasaje más que
este de Génesis 2:3, no habría dificultad para deducir a partir de él un precepto para la observación universal del Sabbat,
o séptimo día, para ofrecerlo a Dios como tiempo santo por toda aquella raza para quien la tierra y su naturaleza fueron
especialmente preparados. Los primeros hombres deben haberlo sabido. Las palabras, “Él lo santificó”, no pueden tener
otro significado. Serían vacías sino tuvieran relación a quienes se les requería que lo mantuvieran santo.”
El Dr. Nicholas Bound, en su "True Doctrine of the Sabbath," London, 1606 pagina, así establece la antigüedad del
precepto del Sabbat:--
"Este primer mandamiento first commandment del Sabbath fue en verdad dado por primera vez cuando Dios lo
pronunció desde el cielo, más que cualquiera de los otros preceptos morales, no, este tenía tanta antigüedad como el
séptimo día de existir; pues tan pronto el día fue, tan pronto como fue santificado, de manera que supiéramos que, así
como entró con el primer hombre, así debe salir con el último hombre; y como fue en el principio del mundo, así debe
continuar hasta el fin del mismo; y como fue santificado el primer día séptimo, así debe ser el último. Y este es aquello
que uno dijo, que el Sabbat fue ordenado por Dios, y el séptimo día fue santificado por Él desde el principio del mundo;
Donde (las últimas palabras expanden las primeras) él mostró que, cuando Dios lo santificó, también ordenó mantenerlo
santo: y entonces observe que antigua es la santificación del día, la misma antigüedad también como el mandamiento de
mantenerlo santo; pues los dos son uno solo.”
12
Exodus 20:8-11.
13
Buck?s Theological Dictionary, article, Sabbath; Calmet?s Dictionary, article, Sabbath.
14
Exodus 16:22,23.
15
John 1:1-3; Genesis 1:1,26; Colossians 1:13-16.
16
Mark 2:27.
17
Barrett?s Principles of English Grammar, p. 29.
18
Job 14:12; I Corinthians 10:13; Hebrews 9:27.
19
Dr. Twisse ilustra lo absurdo de tal perspectiva que pretende establecer la primera observancia en memoria del Sabbat
de la creación 2500 años después del evento: “Leemos que cuando los Ilienses, habitantes de Ilión, llamados
antiguamente por el nombre de Troya, enviaron un mensaje a Tiberio, condoliéndose por la muerte de su padre Augusto,
él, considerando la falta de razón, pues había pasado mucho tiempo de su muerte, respondió de igual forma, diciendo
que él también se apenaba por su pesadumbre, habiendo perdido tan reconocido caballero como lo era Héctor, a saber,
1000 años antes, en las guerras de Troya.”—Morality of the Fourth commandment, p. 198.
20
Exodus 16:23.
21
Exodus 16.
22
Exodus 20:8-11.
23
Compare Genesis 2:1-8 and Exodus 20:8-11.
24
Hebrews 3:4; Jeremiah 10:10-12; Romans 1:20; Psalm 33:9; Hebrews 11:3.
25
Antiquities of the Jew, b. 1, cap. 1, sec 1.
26
Works, vol. 1, The Creation of the World, sec. 30.
27
Isaiah 58:13,14; Hebrews 9:10.
28
Genesis 3; Romans 5:12.
29
Genesis 9:5,6.
30
Genesis 5:24; 6:9; 26:5.
31
See the beginning of cap. 8 of this work.
32
Ezra 3:1-6; Nehemiah 8:2, 9-12, 14-18; I Kings 8:2, 65; II Chronicles 5:3; 7:8,9; John 7:2-14, 37.
33
"La semana, otra medida primitiva, no es una medida natural del tiempo, como algunos astrónomos y cronólogos han
supuesto, indicado por las fases de los cuartos de la luna. Se origina por disposición divina durante la creación, seis días
de labor y uno de descanso siendo sabiamente señalado para el bienestar físico y espiritual del hombre.” ---Bliss?s
Sacred Chronology, p. 6; Hales? Chronology, vol. 1, p. 19.
"Siete ha sido el número antiguo y honrado de las naciones de la tierra. Estas han medido su tiempo en
semanas desde el principio. El original de esta fue el Sabbat de Dios, como Moisés ha dado las razones de ello en sus
escritos.” Brief Dissertation on the First Three Capters of Genesis, by Dr. Coleman, p. 26.
34
Génesis 29:27, 28; 8:10, 12; 7:4, 10; 50:10; Éxodos 7:25; Job 2:13.
35
Exodus 16:22, 23.
36
El interés de ver al primer hombre se establece así; “Sem y Set eran muy honrados entre los hombres, y también lo era
Adán, más que cualquier cosa viviente en la creación.” Ecclesiasticus 49:16.
37
Genesis 26:5; 18:19.
HISTORIA DEL SABBAT
POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL: MARCELA OCHOA-LIONS
PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 3: EL SABB AT DEDI CADO A L O S JUDÍ O S

Total apostasía de la familia humana en la era antediluviana


Destrucción de la raza humana
La familia de Noé excluida
Segunda apostasía de la humanidad en la era patriarcal
Las naciones apóstatas dejadas a sus propios caminos.
La familia de Abraham escogida
Separados del resto de la humanidad
Su historia
Su relación con Dios
El Sabbat en existencia cuando llegaron a Egipto
Análisis de Éxodo 16
El Sabbat dirigido a los Hebreos.

hora vamos a rastrear la historia de la verdad divina truth a través de una larga época en conexión casí exclusiva a la
familia de Abraham. De manera que podremos reivindicar la verdad, por la acusación de que pertenece sólo a los
A Hebreos,--- una acusación generalmente imputada en contra del Sabbat,--- y justificar los tratos de Dios con la
humanidad, al dejar a sus propios caminos a las naciones apóstatas; vamos a examinar la Biblia cuidadosamente
buscando las razones que dirigen a la Providencia divina a la elección de la familia de Abraham para ser depositaria de la
verdad divina.
El mundo antediluviano había sido fuertemente favorecido por Dios. El periodo de vida otorgado a cada generación del
hombre era doce veces mayor al del presente. Adán, quien había conversado con Dios en el paraíso había estado con
ellos casí durante mil años. Antes de la muerte de Adán, Enoc inició su caminata santa de 300 años, y entonces fue
transferido de manera que no viera la muerte. Este testimonio de piedad de Enoc fue una poderosa evidencia a los
antediluvianos a favor de la verdad y la rectitud. Más aun, el Espíritu de Dios se movía con la humanidad; pero la
perversidad del hombre triunfó sobre todos los actos de gracia del Espíritu Santo Holy Spirit. “Y Dios vio que la maldad
del hombre era grande sobre la tierra, y que cada pensamiento de su corazón era sólo maldad.”1 Aun los hijos de Dios se
unieron a la apostasía general. Por fin, una sola familia fue todo lo que quedó de los adoradores del Altísimo.
Entonces vino el diluvio, arrasando al mundo de sus culpables habitantes con la tremenda destrucción. 2 Tan terrible fue
el despliegue de la justicia divina que podría pensarse suficiente para frenar la maldad por siempre. Seguramente la
familia de Noé no olvidaría rápidamente esta horrible lección. ¡Pero caray! La rebeldía y apostasía rápidamente
continuaron y el hombre se volvió de Dios a la idolatría. Contra el mandato divino, dividiendo la familia humana en
naciones,3 la humanidad se reunió en un gran acto de rebelión en la planicie de Shinar. “Y ellos dijeron, ‘Vamos, hay que
construirnos una ciudad, y una torre cuyo pico pueda alcanzar los cielos y vamos a ponernos un nombre, no sea que
seamos dispersados al extranjero sobre la faz de toda la tierra’. Entonces Dios los confundió en su rebeldía, y los
dispersó de ahí sobre la faz de toda la tierra.”4 Al hombre no le gustaba retener a Dios en su conocimiento; de manera
que Dios los entregó a su mente reprobada, y los consignó a sufrir el cambio de la verdad de Dios por la mentira, y a la
adoración y servicio de criaturas más que a su Creador. Tal fue el origen de la idolatría y de la apostasía de los Gentiles. 5
En medio de tan diseminada apostasía, se encontró un hombre cuyo corazón era fiel a Dios. Abraham fue escogido de
entre una familia idolatra, como depositario de la verdad divina, el padre de la fe, el heredero del mundo, y el amigo de
Dios.6 Cuando los adoradores de Dios se encontraron únicamente en la familia de Noé, Dios se desentendió del resto de
la humanidad dejándolos morir en el diluvio; y ahora que se encontraban reducidos casí a una sola familia, Dios dejó las
naciones idolatras a sus propios caminos, y tomó la familia de Abraham como su especial herencia. “Porque yo lo
conozco’, dijo Dios, ‘que él mandará a sus hijos y su casa después de él, y ellos guardarán el camino del Señor, para
hacer justicia y juicio.”7 Para perseverar en la tierra el conocimiento de la verdad divina y la memoria y adoración del
Altísimo, debían ser personas resguardadas del resto de la humanidad, y habitar en su propia tierra. De manera que
pudieran estar separados de los impíos alrededor, Dios le dio a Abraham el rito de la circuncisión, y después a sus
descendientes la ley ceremonial completa. 8 Pero ellos no podían poseer la tierra designada a ellos hasta que la iniquidad
de los Amorreos, sus habitantes, fuera completa, que ellos pudieran ser echados fuera. El horror de la gran oscuridad, y
el horno de humo visto por Abraham en visión, era la sombra del horno de hierro y la amarga servidumbre en Egipto.
La familia de Abraham debía ir allá. Siguieron una breve prosperidad y una larga y terrible opresión. 9
Al tiempo, el poder power del opresor fue quebrantado y el pueblo de Dios rescatado. El término de 430 años desde la
promesa a Abraham, marca la hora de liberación hacia su posteridad. 10 La nación de Israel es extraída de Egipto como el
tesoro especial de Dios, con el fin de que Él pudiera darles su Sabbat y su Ley y Él mismo. El salmista testifica que
Dios “extrajo a su pueblo con alegría joy, y a sus escogidos con regocijo, y les dio las tierras de los impíos y heredaron
la labor de la gente; para que guardaran sus estatutos y obedecieran sus leyes 11 No que los mandamientos de Dios, su
Sabbat, y Él mismo no existieran previamente, ni tampoco las personas ignoraban al verdadero Dios y su Ley; pues el
Sabbat había sido establecido para uso santo antes de la caída del hombre; y los mandamientos de Dios, sus estatutos, y
su Ley fueron guardados por Abraham; y los mismos israelitas cuando algunos de ellos violaron el Sabbat, fueron
reprobados con la pregunta, “¿Cuánto tiempo has rehusado guardar mis mandamientos y mi Ley?”12 Y en cuanto al
Altísimo el salmista exclama, “Antes que las montañas fueran creadas, o antes de que formaras la tierra y el mundo, aun
desde la eternidad hasta la eternidad, tu eres Dios.”13 Pero debe haber una unión matrimonial formal pública de las
personas con Dios, y de su Ley y Sabbat y Él mismo con las personas.14 Pero ni el Sabbat, ni la Ley, ni el dador de la
Ley, por su conexión con los Hebreos, se convirtieron en judíos. El Dador de la Ley, ciertamente se convirtió en el Dios de
Israel,15 ¿y qué gentil podría rehusarle adoración por tal razón? Pero el Sabbat aun permaneció siendo el Sabbat del
Señor,16 y la Ley continúa siendo la Ley del Altísimo..” Y el Altísimo dijo, “Yo soy el Señor que los santifico, que los saque
de la tierra de Egipto, para ser su Dios.”
Un mes después de su paso por el Mar Rojo, los Hebreos llegaron al desierto de Sin. Es en este punto de su narración
que Moisés por segunda vez menciona el día santificado del descanso del Creador. La gente murmuró por pan:---
“Entonces el Señor le dijo a Moisés, He aquí, yo haré llover pan del cielo para ustedes; y el pueblo saldrá y colectará una
cierta porción cada día, para que yo los pruebe, si caminarán en mi Ley, o no. Y sucederá, que el sexto día prepararán
aquello que recojan; y será el doble de lo que recojan diariamente… . He escuchado las murmuraciones de los hijos de
Israel: Habla y diles, “Por la tarde comerán carne, y por la mañana serán saciados con pan; y sabrán que yo soy el Señor
su Dios.” Y sucedió, que por la tarde aparecieron codornices, y cubrieron el campamento; y por la mañana, la neblina
descansaba a su alrededor. Y cuando ésta se elevaba, he aquí, sobre la superficie del desierto descansaba una cosa
pequeña redonda, tan pequeña como un copo de nieve sobre el suelo. Y cuando los hijos de Israel lo vieron, dijeron unos
a otros, es maná; pues no podían entender lo que era. Y Moisés les dijo, este es el pan que nuestro Señor nos da para
comer. Ésto es lo que ordenó el Señor, “Recojan de ello cada hombre de acuerdo a su comer, un omer para cada
hombre, de acuerdo al número de sus personas; cada hombre recoja para aquellos que están en su tienda.” Y los hijos
de Israel lo hicieron así, y recolectaron, unos más, otros menos. Y cuando lo midieron con el omer, aquellos que
recolectaron de más no tuvieron de sobra, y aquel que recolectó menos, no le faltó; todos los hombres recogieron de
acuerdo a su medida. Y Moisés dijo, que nadie guarde de ésto para la mañana siguiente. Sin embargo no escucharon
atentamente a Moisés; sino que algunos de ellos guardaron algo hasta la mañana, y crió gusanos y se pudrió; y Moisés
estaba furioso con ellos. Y ellos lo recolectaban cada mañana, cada hombre de acuerdo a su propia medida; y cuando el
sol calentaba, se derretía. Y sucedió, que en el sexto día ellos recolectaron el doble del pan,17 dos omers para cada
hombre; y todos los ancianos de la congregación vinieron y dijeron a Moisés. Y él les dijo, Ésto es lo que el Señor ha
dicho,18 Mañana es el descanso del Sabbat santo al Señor; horneen aquello que se hornea hoy, y cuezan aquello que
quieran cocer; y lo que sobre guárdenlo hasta mañana. Y así lo guardaron hasta la mañana como Moisés había dicho; y
no se pudrió ni crió gusanos. Y Moisés dijo, Coman eso hoy; pues hoy es un Sabbat al Señor,19 hoy no encontrarán nada
en el campo. Seis días ustedes recolectaran; pero en el séptimo día, que es el Sabbat, en él no habrá nada. Y sucedió
que algunos salieron a recolectar en el séptimo día, y no encontraron nada. Y el Señor dijo a Moisés, ¿Cuánto tiempo
rehusarán guardar mis mandamientos y mis leyes? Vean, así como el Señor les dio el Sabbat, por lo tanto en el sexto día
Él les da el pan para dos días; para que cada hombre permanezca en su lugar; no permitas que ningún hombre salga de
su lugar en el séptimo día. Así el pueblo descansó en el séptimo día.”20

Cuadro # 1
Esta narración muestra que:

1) Que Dios tenía una Ley y mandamientos previos al dar el mana.


2) Que Dios al darle a su pueblo el pan del cielo, diseñó esto con el fin de probar si respetarían su Ley.
3) Que en esta Ley se incluía el santo Sabbat; y cuando Dios dijo, “¿Cuánto tiempo rehusarán guardar mis
mandamientos y mis leyes?” Era el Sabbat lo que ellos habían violado.
4) Que al probar que el pueblo guardaba esta Ley existente, Moisés no dio ningún precepto nuevo referente al
Sabbat, sino permaneció en silencio en relación a la preparación del Sabbat hasta después que el pueblo de su propia
iniciativa recoletó una doble porción en el sexto día.
5) Que por este hecho el pueblo probó, no solo que ellos no ignoraban el Sabbat, sino que ellos estaban dispuestos a
observarlo. 21
6) Que el establecimiento de la semana, cuyos rastros aparecen a lo largo de la era patriarcal, 22 habia sido fielmente
guardada, ya que el pueblo lo sabía cuando llegó el sexto día.
7) Que no había ninguna duda en ese punto, la caída del maná durante seis días, su ausencia en el séptimo, y su
preservación hasta el día siguiente cuando era necesario para el Sabbat, debieron asentar ese punto
incontrovertidamente.23
8) Que no hubo ningún acto de institución del Sabbat en el desierto de Sin; pues Dios no lo hizo su día de descanso
ni tampoco lo santificó y bendijo ahí. Por el contrario el registro muestra que el séptimo día ya era el día santificado del
descanso del Señor.24
9) Que la obligación obligation de observar el Sabbat existía y era conocida desde antes de la caída del maná, ya que
el lenguaje utilizado implicaba la existencia de tal obligación, pero no contiene un nuevo dictamen hasta después de que
algunos habían violado el Sabbat. Dios le dijo a Moisés “En el sexto día ellos prepararan aquello que recolecten, “ perono
habla del séptimo. Y en el sexto día, Moisés dijo, “Mañana es el día del descanso del santo Sabbat del Señor,” pero él no
les ordena observarlo. En el séptimo día él dice que es el Sabbat y ellos no encontrarán maná en el campo. “Seis días
ustedes recolectarán; pero en el séptimo día, que es el Sabbat, no habrá nada” Pero en todo esto no hay un precepto
dado, sin embargo la existencia de tal precepto querda claramente impícita.
10) Que cuando algunas personas violaron el Sabbat, fueron reprobados en un lenguaje que claramente indica una
transgresión a un precepto previo. “¿Cuánto tiempo rehusarán mantener mis preceptos y mis leyes?”
11) Y que esta reprimenda del Dador de la Ley, castigó por un tiempo la transgresión del pueblo.
“Ved, que como el Señor les dio el Sabbat, por tanto, Él les dio el pan para dos días en el sexto día, 25 de manera que
cada hombre permanezca en su lugar, no permitas que nadie salga de su lugar en el séptimo día.”26 Como un acto de
confianza especial, Dios encomendó el Sabbat a los Hebreos. Ahora les era DADO a ellos, no HECHO para ellos. Fue
hecho para el hombre al término de la primera semana del tiempo; pero como todas las demás naciones habían
rechazado al Creador y adoraban ídolos, le fue encomendado al pueblo Hebreo. Tampoco prueba que los Hebreos hasta
este momento lo hubiesen corrompido; pues Cristo utiliza el mismo lenguaje con respecto a la circuncisión. Así dice
ÉL “Entonces Moisés les dio la circuncisión; no porque sea de Moisés, sino de los padres.”27 Sin embargo Dios había
depositado esa ordenanza sobre Abraham y su familia 400 años antes de este acto dador por Moisés, y ellos lo habían
guardado.28
El lenguaje, “El Señor les dio el Sabbat.” Implica un acto solemne de encomendar un tesoro a su cuidado. ¿Cómo se hizo
esto? Aquí, no tuvo lugar ningún acto de institución del Sabbat. No se había dado ningún precepto que involucrara su
observancia hasta que algunos lo violaron, entonces se dio en forma de reprimenda; lo cual evidenciaba una obligación
previa, y que ellos estaban transgrediendo una Ley existente. Y esta perspectiva ciertamente es respaldada por el hecho
de que no se le da al pueblo una explicación de su institución, - hecho que indica que ellos ya tenían algún conocimiento
del Sabbat.
Pero entonces, ¿cómo les dio Dios el Sabbat? Él hizo esto, primero, sacándolos de la esclavitud de Egipto, en donde
eran una nación de esclavos; al proveerles alimento en tal manera que les imponía la más sólida obligación de guardar el
Sabbat. Durante 40 años les dio pan del cielo, mandándolo por seis días, y reteniéndolo el séptimo, y preservando el
alimento para ellos hasta el Sabbat. Así el Sabbat fue especialmente confiado a ellos.
Como un regalo a los Hebreos, el gran memorial del Creador se convirtió en un signo entre Dios y ellos. “Les di mis
Sabbats, para ser un signo entre yo y ellos, para que ellos supieran que yo soy el Señor que los santifico 29 La institución
misma significaba que Dios creó los cielos y la tierra en seis días y descansó en el séptimo. Que el pueblo lo guardara
significaba que el Creador era su Dios. ¡Que lleno de significado estaba este signo!.” El objeto de su existencia se
establece como un signo, para ser conocido como el verdadero Dios; y se nos dice porqué fue tal signo. “Es un signo
entre yo y los hijos de Israel para siempre; pues en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo descansó
y fue refrescado.”
El Sabbat fue un signo entre Dios y los hijos de Israel, ya que solo ellos eran adoradores del Creador. Todas las demás
naciones lo habían rechazado por, “dioses que no hicieron los cielos y la tierra30 Por esta razón el memorial del gran
Creador fue entregado a los Hebreos, y se convirtió en signo entre el Altísimo y ellos. Así fue el Sabbat un vínculo de oro
uniendo al Creador con sus adoradores..”

Notas finales:
1
Génesis 2 to 6; Hebrews 11:4-7; I Peter 3:20; II Peter 2:5
2
Génesis 7; Matthew 24:37-39; Luke 17:26, 27; II Peter 3:5,6
3
Deuteronomy 32:7, 8; Acts 17:26
4
Genesis 11:1-9Ésto sucedió en los días de Peleg, quien nació casí cien años después del diluvio. ; Josephus?s Ant.,
b.1 cap. 4. Genesis 10:25 comparado con 11:10-16; Ant., b. 1, cap. 6, sec. 4.
5
Romans 1:18-23; Acts 14:16, 17; 17:29, 30
6
Genesis 12:1-3; Joshua 24:2, 3, 14; Nehemiah 9:7, 8; Romans 4:13-17; II Chronicles 20:7; Isaiah 41:8; James 2:23.
7
Genesis 18:19
8
Genesis 17:9-14; 34:14; Acts 10:28; 11:2,3; Ephesians 2:12-19; Numbers 23:9; Deuteronomy 33:27, 28.
9
Genesis 15; Exodus 1 to 5; Deuteronomy 4:20
10
Exodus 12:29-42; Galatians 3:17.
11
Psalm 105:43-45; Leviticus 22:32, 33; Numbers 15:41
12
Genesis 2:2,3; 26:5; Exodus 16:4, 27, 28; 18:16.
13
Psalm 90:2
14
Exodus 19:3-8; 24:3-8; Jeremiah 3:14 comparado con la última frase de Jeremiah 31:32.
15
Exodus 20:2; 24:10.
16
Exodus 20:10; Deuteronomy 5:14; Nehemiah 9:14.
17
En este verso el Dr. A Clarke comenta lo siguiente: En el sexto día ellos recogían doble porción. Ésto lo hacían con el
fin de tener provisión para el Sabbat."
18
La Biblia Douay lee: "Mañana es el descanso del Sabbat santificado al Señor." El Dr. Clarke comenta el texto así:
"Mañana es el descanso del Sabbat santo) No hay nada ya sea en el texto o en el contexto que indique que el Sabbat era
dado por vez primera a los Israelitas como algunos lo han supuesto; por el contrario, aquí se habla como si fuese
perfectamente bien conocido, dado su cumplimiento general. El mandamiento, en verdad, puede considerarse como
renovado en este momento; pues ellos podrían haber supuesto que en su estado nómada en el desierto ellos podrían
haber sido exceptuados de su observación. Entonces encontramos, 1. Que cuando Dios terminó su creación, Él instituyó
el Sabbat; 2. Cuando sacó al pueblo de Egipto, Él insistió en la observancia estricta .3. Cuando Él dio la LEY, Él lo hizo
una Décima parte del todo: ¡tal es la importancia de esta institución a los ojos del Ser Supremo!
Richard Baxter, un famoso escritor del siglo XVII, y un decidido partidario de la abrogación del fourth commandment, en
su, "Establecimiento divino del día del Señor,” establece claramente el origen del Sabbat: “¿Porqué Dios empezaría 2000
años después (de la creación del mundo) a darle al hombre un Sabbat por razón de su descanso después de la creación
del mismo, si nunca antes había convocado al hombre a conmemorarlo? Y es seguro que el Sabbat era observado
durante la caída del maná antes de que la Ley fuera dada; y que cualquier Cristiano consistente juzgue. .

¿Cuál fue la razón original del Sabbat?


1. La no caída del maná, o,
2. El descanso de Dios después de la Creación,

Y si fue la primera, entonces se habría dicho: “Recuerda mantener Santo el día Sabbat, pues en seis días cayó el maná,
y no así en el séptimo;”
En lugar de:
“Pues en seis días Dios creó el cielo y la tierra, etc., y descansó el séptimo día.” Y casualmente se añade, “por lo tanto
el Señor bendijo el día Sabbat y lo santificó."
Entonces considere, que esta razón anexada indica que el día fue santificado antes, por lo tanto Dios no mando maná en
ese día, y prohibió a la gente recogerlo.” Practical Works, vol. 3, p. 784. Ed. 1707.
19
The Dousey Bible reads: "Porque es el Sabbat del Señor."
20
Exodus 16.
21
Ciertamente se ha dicho que Dios igualó la porción de cada individuo en los cinco días, y duplicó la porción de cada
uno en el sexto día, de manera que ningún acto de las personas tuviera influencia en el Sabbat. Pero Pablo no entendió
así la porción igualada de cada uno en los cinco días. Él dice: 14 “sino para que en este momento, con igualdad, la
abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para
que haya igualdad, 15 como está escrito: «El que recogió mucho no tuvo más y el que poco, no tuvo menos». II
Corinthians 8:14, 15. Y que la doble porción en el sexto día fue el acto del pueblo, queda asentado por Moisés. Él dice
que en el sexto día ellos recogieron el doble de pan.” Verso 22
22
Génesis 7:4, 10; 8:10, 12; 29:27, 28; 50:10; Exodus 7:25; Job 2:13.
23
Por este triple milagro, que sucedió cada semana durante 40 años, el gran Dador de la Ley diferenció su día santo. Por
lo tanto el pueblo admirablemente se preparó para escuchar el cuarto mandamiento, uniéndose para guardar el día
preciso en el cual él había descansado. Exodus; Joshua 5:12; Exodus 20:8-11.
24
El capítulo 12 del Éxodo relaciona el origen de la Pascua. Tiene un contraste asombroso con Éxodo 16, el cual se
supone que aporta el origen del Sabbat. Si el lector compara los dos capítulos, vera la diferencia entre el origen de una
institución como es dada en Éxodo 12, y una referencia relacionada a una institución ya existente en Éxodo 16. Si
además se compara Génesis 2 con Éxodo 12, observará que la una da el origen del Sabbat en la misma forma que la
otra da el origen de la Pascua.
25
Esto implica, Primero la caída de una cantidad mayor en ese día, y Segundo, su preservación para las necesidades del
Sabbat.
26
Esto debe referirse a salir a recoger el maná. Como lo implica la conexión; pues era un mandato observar el Sabbat
para las congregaciones religiosas.
. Leviticus 23:3; Mark 1:21; Luke 4:16; Acts 1:12; 15:21.
27
John 7:22
28
Génesis 17:34; Exodus 4. Se dice que Moisés dio la circuncisión a los Hebreos; sin embargo es un hecho singular que
su primera mención de esa ordenanza es puramente incidental, e implica sencillamente un conocimiento existente de ello
por su parte. Por tanto está escrito: “Esta es la ordenanza de la Pascua: Ningún extranjero comerá con ustedes; sino que
todo siervo de hombre comprado con dinero, cuando lo hayan circuncidado, entonces podrá comer con ustedes.”Exodus
12:43, 44. Y de igual manera, cuando se dio el Sabbat a Israel, que el pueblo no era ignorante de esa sagrada institución.
29
Ezekiel 20:12; Exodus 31:17.
30
Jeremiah 10:10-12.
HISTORIA DEL SABBAT
POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL: MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 4: EL CUART O MAND AMI E NT O

El Santo sobre el Monte Sinaí


Tres grandes regalos dados a los Hebreos
El Sabbat proclamado por la voz de Dios
Posición asígnada dentro del la Ley moral
Origen del Sabbat
Carácter definitivo del mandamiento
Revolución de la tierra sobre su eje
Nombre de la institución Sabática
El Séptimo día del mandamiento, idéntico al séptimo día de la semana del Nuevo Testamento
Testimonio de Nehemías
Obligación moral del cuarto mandamiento.

ahora nos acercamos al registro de ese sublime evento, el descenso personal del Señor sobre el Monte Sinaí. 1 El
capítulo 16 de Éxodo, como hemos visto, es extraordinario por el hecho que Dios dio el Sabbat a Israel; el capítulo 19,
Y por el hecho que Dios se dio a sí mismo a aquellas personas, en solemne matrimonio como nación santa para sí; en
tanto que el capítulo 20 será extraordinario el hecho de que el Altísimo da su Ley a Israel.
Es costumbre argumentar en contra del Sabbat y la Ley, de ser judíos, por haber sido dadas a Israel. Así también se
podría hablar en contra del Creador, quien los sacó de Egipto para ser su Dios, y quien se perfila a sí mismo como el
Dios de Israel.2Los Hebreos fueron honrados al encomendárseles el Sabbat y la Ley; y no por eso el Sabbat, la Ley y el
Creador se hayan vuelto judíos por esta conexión. Los escritores sagrados hablan de la alta exaltación de Israel al ser
confiada a ellos la Ley de Dios.
“Él mostró su palabra a Jacob, sus estatutos y sus juicios a Israel. Él no había tratado así a ninguna nación; y en lo que
respecta a sus juicios, ellos no los han conocido. ¡Alabado sea el Señor!” “¿Qué ventaja tendría entonces el Judío? ¿O
cuál sería el beneficio de la circuncisión? Mucho, en todos sentidos; principalmente, porque sobre ellos se encomendaron
los oráculos de Dios oracles of God.” “¿Quiénes son Israelitas; a quién perteneció la adopción, y la gloria y los pactos, y
la dadiva de la Ley, y el servicio de Dios, y las promesas; De ellos son los patriarcas, y de ellos, según la *naturaleza
humana, nació Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre. Amén.” 3
“Recuerda el día Sabbat, para mantenerlo santo.
Seis días trabajarás y harás todas tus faenas;
pero el séptimo día es el Sabbat del Señor tu Dios."

Una vez que el Altísimo había unido solemnemente a su pueblo a Él como su particular tesoro en la tierra, 4 fueron
llevados fuera del campamento para encontrarse con Dios. “Y el Monte Sinaí se encontraba todo en fuego, pues el Señor
descendió sobre él en fuego: y el fuego ascendía como un horno, y todo el monte temblaba sobre manera 5 .” En medio
del fuego Dios proclamó las diez palabras de su Ley.
El cuarto de estos preceptos es la gran Ley del Sabbat. Así habló el Gran Dador de la Ley:
“Recuerda el día Sabbat, para mantenerlo santo. Seis días trabajarás, y harás todas tus faenas; pero el séptimo día es el
Sabbat del Señor tu Dios: en él no trabajarás para nada, tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu sirviente hombre, ni tu sirviente
mujer, ni tu ganado, ni el extranjero que está en tus puertas; pues en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, el mar y
todo lo que en él hay, y descansó en el séptimo día; por lo tanto, el Señor bendijo el día Sabbat, y lo santificó.”
El valor que el Dador de la Ley le dio al Sabbat es evidente desde el momento en que Él le dio un lugar en su código de
diez mandamientos, provocando que se yerga en el centro de nueve preceptos morales inmutables. Tampoco se le
atribuye menor honor, ya que el Altísimo fue nombrando uno por uno los grandes Principios Morales hasta haberlos dado
todos, y no añadió ni uno mas,6incluyendo en este número la observancia de su día de descanso santificado. Este
precepto es dado expresamente para fortalecer la observancia del gran memorial del Creador; y a diferencia del resto, la
obligatoriedad de éste se remonta a la creación en donde se ordenó este memorial.
El Sabbat debe recordarse y santificarse, porque Dios lo santificó, ej., lo estableció para uso santo, al fin de la primera
semana. Cuando el primer séptimo día de tiempo aconteció, esta santificación o consagración del día de descanso, fue el
acto solemne de separar el séptimo día del tiempo por venir, en memoria del descanso del Creador. Así el cuarto
mandamiento fourth commandment data y engloba la institución del Sabbat en el paraíso mientras que la santificación del
Sabbat en el paraíso se extiende a todo el tiempo por venir. El recuento referente al desierto de Sin cimenta
admirablemente la unión de ambos, pues es aquí, antes de darse el cuarto mandamiento, que el Sabbat ya existía, santo
al Señor, con una obligación existente a observarse, aun cuando ningún mandamiento en el registro creara la obligación.
Esta obligación se deriva de la misma fuente que la del cuarto mandamiento, a saber, la santificación del Sabbat en el
paraíso, mostrando que era un deber existente, y no un nuevo precepto. No debe olvidarse que el cuarto mandamiento
no data su obligación al desierto de Sin, sino a la creación,-- una prueba contundente de que el Sabbat no se originó en el
desierto de Sin.
El cuarto mandamiento es significativamente preciso:
1. Primero, encierra un precepto previo, “Recuerda el día Sabbat, para guardarlo santo,”
2. Segundo, una explicación de este precepto:
“Seis días trabajarás, y harás todas tus labores; pero el séptimo día es el Sabbat del Señor tu Dios: en él no harás ningún
trabajo, tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu sirviente, ni tu sirvienta, ni tu ganado, ni el extranjero que está en tus puertas,”
3. Tercero, las razones en las cuales se basa este precepto, englobando el origen de la institución, y los propios hechos
por los cuales fue hecho, además de respaldar todo con el ejemplo 7 del mismísimo Dador de la Ley:
“pues en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en él hay, y descansó el séptimo día; de ahí
que el Señor bendijo el Día Sabbat, y lo santificó.”
No es meramente un dia de siete, sino aquel dia de los siete en el cual el Creador descanso, y sobre el cual ÉL
colocó su bendición; para ser exactos el séptimo día.
El día del descanso del Señor por lo tanto se distingue del resto de los seis días en los cuales Él trabajó. La bendición y
santificación pertenece al día del descanso del Señor. No puede haber, por lo tanto, indefinición en el precepto. No es
meramente un día de siete, sino aquel día de los siete en el cual el Creador descansó, y sobre el cual Él colocó su
bendición, para ser exactos, el séptimo día. 8Y este día definitivamente es establecido con el nombre dado por Dios: “El
séptimo día es el Sabbat [ej., el día del descanso] del Señor tu Dios.”[Ex 20.10]
Que el séptimo día en el cuarto mandamiento es el séptimo día de la semana del Nuevo Testamento puede probarse
claramente. En el registro de la sepultura del Señor, Lucas narra lo siguiente:--
“Y aquel día fue el día de preparación, y el Sabbat se acercaba. Y las mujeres que vinieron con Él de Galilea, lo siguieron,
y vieron el sepulcro y cómo su cuerpo fue puesto. Y ellas regresaron y prepararon especies y aceites aromáticos y
descansaron el Sabbat de acuerdo al mandamiento, Ahora en el primer día de la semana first day of the week, muy
temprano en la mañana, ellas vinieron al sepulcro, trayendo especies que habían preparado, y ciertos otros con ellas.” 9
Lucas testifica que estas mujeres guardaban “el día Sabbat de acuerdo al mandamiento.”10 era el primer día de la
semana. Entonces el día séptimo del mandamiento es el día séptimo de la semana del Nuevo Testamento. El
mandamiento dice, “El séptimo día es el Sabbat del Señor tu Dios.” Este día guardado así era el último o séptimo día de
la semana, ya que el día siguiente
El testimonio de Nehemías es profundamente interesante. “Tu descendiste sobre el Monte Sinaí, y hablaste con
ellos desde el cielo, y les diste tus justos juicios, y verdaderas leyes, buenos estatutos y mandamientos: y les
hiciste conocer tu santo Sabbat, y les mandaste tus preceptos, estatutos, y leyes, por la mano de Moisés tu
siervo.”11 Es sorprendente que se diga que Dios les hizo conocer el Sabbat cuando descendió sobre el monte;
pues los hijos de Israel tenían el Sabbat en posesión cuando entraron al Sinaí. Este lenguaje, por lo tanto, debe
referirse al despliegue total de la institución Sabática la cual es dada en el cuarto mandamiento. Y remarca la
expresión, “Les hiciste conocer 12 tu santo Sabbat,” no dice hiciste el Sabbat para ellos,--lenguaje que claramente
implica la existencia previa, y posiciona el pensamiento con respecto al descanso del Creador en el origen de la
institución.13
La obligación moral del cuarto mandamiento, tan comúnmente negado, puede demostrarse claramente haciendo
referencia al origen de todas las cosas. Dios creó el mundo, y dio existencia alhombre sobre él. Le dio la vida, el
aliento, y todas las cosas. Por lo tanto el hombre debe todo a Dios. Cada capacidad de su mente, cada poder de
su ser, toda su fuerza, y todo su tiempo, pertenecen al Creador; de ahí que por la benevolencia del Creador, dio al
hombre seis días para su propios quehaceres. Y al establecer el séptimo día para uso santo, en memoria de su
descanso, el Altísimo se reservó para sí uno de los siete días, el que Él pudiera reclamar por entero. Los seis días
son un regalo de Dios al hombre, para utilizarlos con fines seculares, mas no así el séptimo día, regalo del
hombre a Dios. El cuarto mandamiento, por lo tanto, no requiere que el hombre se apropie de aquello que Dios ha
reservado para su propia adoración. Guardar este día, significa rendir a Dios aquello que es suyo; apropiarlo para
nosotros mismos es robar a Dios.

Notas finales:
1
Que el Señor estaba ahí en persona con sus ángeles, ver adicionalmente la narración de Éxodo, capítulos 19, 20, y 32 al
34, los siguientes testimonios: Deuteronomy 33:2; Judges 5:5; Nehemiah 9:6-13; Psalm 68:17.
2
Exodus 24:10; Leviticus 22:32, 33; Numbers 15:41; Isaiah 41:17.
3
Psalm 147:19, 20; Romans 3:1Lo siguiente de la pluma del Wm. Miller presenta el punto bajo clara perspectiva: "Yo digo,
y creo estar respaldado por la Biblia, que la Ley moral nunca fue dada a los Judíos como pueblo exclusivamente; sino
que ellos durante una época fueron los encargados de guardarla. Y a través de ellos, la Ley, los oráculos y el testimonio
han sido transmitidos a nosotros. Ver el claro razonamiento de Pablo en Romanos, capítulos 2, 3, y 4, en ese punto.” —
Miller?s Life and Views, p. 161., 2; 9:4, 5.
4
Exodus 19; Deuteronomy 7:6; 14:2; II Samuel 7:23; I Kings 8:53; Amos 3:1,2.
5
Exodus 20:1-17; 34:28, margen; Deuteronomy 5:4:22; 10:4, margen.
6
Deuteronomy 5:22.
7
Aquél que creó el mundo en el primer día de la semana, y completó su organización en seis días, descansó en el
séptimo día, y fue refrescado. Génesis 1 and 2; Exodus 31:17.
8
A ésto se objeta que como consecuencia de la revolución de la tierra sobre su eje, el día inicia antes en el Este que con
nosotros; y entonces no hay un séptimo día definitivo para la humanidad en el mundo. Para satisfacer a tales objetores, la
tierra no debiera revolucionar. Pero en ese caso, además de remover el problema, no existiría el séptimo día en absoluto,
o que un lado del globo tendría día perpetuamente, y el otro lado noche perpetua. La verdad truth es que todo depende
de la revolución de la tierra. Dios hizo el Sabbat para el hombre [Mark 2:27]; Él hizo al hombre habitar la faz de la tierra
[Acts 17; 26] [hechos 17;26] Él provocó que la tierra revolucionara sobre su eje de manera que pudiera medir los días de
la semana; y así el día va alrededor del mundo de Este a Oeste. Siete de estas revoluciones constituyen una semana; la
séptima trae el Sabbat a todo el mundo.
9
Luke 23:54-56; 24:1.
10
Ver también Matthew 28:1; Mark 16:1,2.
11
Nehemiah 9:13,14.
12
Esta expresión está extraordinariamente ilustrada por Ezekiel 20:5, donde se dice que Dios se hizo conocer a Israel en
Egipto. Este lenguaje no puede significar que las personas ignoraban al verdadero Dios, a pesar de la maldad de algunos
de ellos, pues habían sido el pueblo escogido por Dios desde los días de Abraham. Exodus 2:23-25; 3:6,7; 4:31. El
lenguaje implica la existencia previa tanto del Dador de la Ley como de su Sabbat, cuando se dice que “le fue dado a
conocer” a su pueblo.
13
No debe olvidarse que el término Sabbat significa día de descanso; que el Sabbat del Señor es el día del descanso del
Señor; y entonces la expresión, “Tu santo Sabbat,” en la mente del Creador se refiere a su día de descanso, y a su acto
de bendecirlo y santificarlo.
HISTORIA DEL SABBAT
POR J.N. ANDREWS (1829-1883)
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 5: EL SABB AT ESCRI T O PO R EL DEDO DE DI O S

Clasíficación de los preceptos dados a través de Moisés


El Sabbat Sabbat renovado
Ratificación solemne del pacto entre Dios e Israel
Moisés llamado a recibir la Ley que Dios había escrito sobre piedra
Los diez mandamientos probablemente proclamados durante un Sabbat
Eventos de los cuarenta días
El Sabbat se convierte en un signo entre Dios e Israel
La pena de muerte
Las tablas del testimonio dadas a Moisés, y rotas al ver la idolatría del pueblo
El castigo para los idolatras
Moisés sube a renovar las tablas
El Sabbat de nuevo unificado
Las tablas dadas de nuevo
Los diez mandamientos eran el testimonio de Dios
¿Quién los escribió?
Tres honores distintivos pertenecientes al Sabbat
Los diez mandamientos, un código completo
Relación del cuarto mandamiento fourth commandment con la expiación
Razón válida por la que Dios mismo debía escribir la Ley colocada bajo el Propiciatorio.

uando la voz del Santo había cesado, “el pueblo se encontraba de pie a distancia, y Moisés se acercó a la densa
oscuridad donde se encontraba Dios.1cuando Dios dio a Moisés una serie de preceptos, los cuales como ejemplo de
C los estatutos dados a través de él pueden clasíficarse en: ” Hubo una breve entrevista,

 Leyes o preceptos ceremoniales, señalando las cosas buenas por venir;


 Leyes o preceptos judiciales, destinados al gobierno civil de la nación; y
 Leyes o preceptos morales, ampliando de diversas formas los diez mandamientos.

En esta breve entrevista el Sabbat no es olvidado:--


“Seis días trabajarás, y en el séptimo día descansarás; que tu buey y mula descansen, y el hijo de tu sirviente y el
extranjero, de manera que puedan ser refrescados.”2
Esta escritura aporta evidencia suplementaria de que el Sabbat fue hecho para el hombre, y para aquellas criaturas que
comparten las labores del hombre. El extranjero y el forastero deben guardarlo, y era para su refrescamiento. 3 Pero las
mismas personas no podían tomar parte de la Pascua Passover hasta haber sido hechos miembros de la iglesia Judía
por la circuncisión.4
Cuando Moisés hubo regresado al pueblo, él repitió todas las palabras del Señor. A una voz todo el pueblo exclamó,
“Todas las palabras que el Señor ha dicho, nosotros lo haremos.” Entonces Moisés escribió todas las palabras del Señor.
“Y tomó el libro del pacto, y leyó para el pueblo; y ellos dijeron, Todo aquello que el Señor dijo nosotros lo haremos, y
seremos obedientes.” Entonces Moisés “salpicó ambos el libro y al pueblo, diciendo, esta es la sangre del pacto con la
cual Dios se ha unido a ustedes.”5
Así fue preparado el camino para que Dios impartiera una segunda señal de honor sobre su Ley.
“Y el Señor dijo a Moisés, ‘Sube a la montaña, y quédate ahí; y te daré tablas de piedra, y una Ley, y mandamientos que
yo he escrito, para que tú puedas enseñárselos…’ Y Moisés subió a la montaña, y una nube cubrió la montaña. Y la gloria
del Señor reposó sobre el Monte Sinaí, y la nube lo cubrió seis días; y al séptimo día él llamó a Moisés de entre la
nube.6 Y la visión de la gloria del Señor era como fuego devorador sobre la cima del monte a los ojos de los hijos de
Israel. Y Moisés permaneció en la montaña cuarenta días y cuarenta noches.”7
Durante estos cuarenta días, Dios le dio a Moisés un diseño del Arca en la cual colocaría la Ley que había escrito en
piedra, y el propiciatorio que se colocaría sobre la Ley, y el Santuario en el cual se depositaría el Arca. 8 Al ser ordenado el
sacerdocio, y el Dador de la Ley a punto de comprometer su Ley escrita por sí mismo, en las manos de Moisés, una vez
más agrega el Sabbat:-- Exodus 31:12-18.
“Y el Señor habló a Moisés diciendo, ´Habla ahora a los hijos de Israel, diciendo, Guardarán mis Sabbats; pues es una
señal entre Yo y ustedes por todas sus generaciones; para que ustedes sepan que Yo soy el Señor que los santifico a
ustedes. Ustedes guardarán el Sabbat; pues es santo para ustedes: aquel que lo viole ciertamente será llevado a la
muerte; porque todo aquel que trabaje en él, esa alma será cortada de entre su pueblo. Seis días pueden trabajar; pero el
séptimo es el Sabbat del descanso, santo al Señor: aquel que trabaje en el día Sabbat, seguramente morirá. Por lo tanto
los hijos de Israel guardarán el Sabbat, por todas sus generaciones, como un pacto perpetuo. Es una señal entre yo y los
hijos de Israel para siempre; ya que en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo día descansó, y se
refrescó, Y le dio a Moisés, cuando había terminado de hablar con él, dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas
con el dedo de Dios.”9
Esto debe compararse con el testimonio de Ezequiel, hablando por parte de Dios,-- 10Ezekiel 20:11,12,19,20.
“Yo les di mis estatutos, y les mostré mis juicios, los cuales si un hombre hiciere, ciertamente vivirá en ellos. Más aun,
también les di mis Sabbats, como señal entre yo y ellos. Que pudieran conocer que yo soy el Señor que los santifico… Yo
soy el Señor su Dios: camina en mis estatutos, y guarda mis juicios, y hazlos; y santifica mi Sabbats’ y ellos serán por
señal entre yo y tu, que puedas conocer que yo soy el Señor tu Dios.”10
Se observa que ninguna de estas escrituras enseña que el Sabbat fue hecho para Israel, ni tampoco enseñan que fue
hecho después de que los Hebreos salieran de Egipto. En ninguno de estos particulares ni siquiera parecen contradecir
aquellos textos que ubican la institución del Sabbat en la creación. Pero sí aprendemos,
1. Que fue el acto por el cual Dios dio a los Hebreos su Sabbat, que lo hizo una señal entre Él mismo y ellos. “Yo les di
mis Sabbats, como señal entre yo y ellos.” Este acto de confiarles el Sabbat ya fue mencionado. 11
2. Que debía ser una señal entre Dios y los Hebreos, “de manera que ellos sepan que Yo soy el Señor que los santifico.”
En cualquier lugar donde aparece la palabra SEÑOR en el Antiguo Testamento en pequeñas mayúsculas, como en los
textos bajo consideración, en el Hebreo es Jehová. Entonces, el Sabbat como señal, significaba que era Jehová, ej., el
infinito, el auto-existente Dios, quien los santificó. Santificar es separar, apartar, señalar para uso santo, sagrado o
religioso..12 Era muy evidente, que la nación Hebrea había sido separada en la forma más extraordinaria del resto de la
humanidad. Pero ¿quién fue quien los separó de todo el resto de las personas? Una respuesta agraciada a esta pregunta
importante, Dios dio a los Hebreos su propio día de descanso santificado. Pero ¿cómo el gran memorial del Creador
determinaría tal pregunta? Escuche las palabras del Altísimo: “Ciertamente mi Sabbat,” ej., mi día de descanso, “ustedes
guardarán; pues es una señal entre yo y ustedes. . . . Es una señal entre yo y los hijos de Israel para siempre; pues en
seis días el Señor hizo el cielo y la tierra, y en el séptimo día Él descansó y fue refrescado.” El Sabbat como señal entre
Dios e Israel, fue un testimonio perpetuo de que aquél que los había separado de la humanidad como su particular tesoro
sobre la tierra, era aquel Ser que había creado los cielos y la tierra en seis días, y descansado en el séptimo. Era por lo
tanto, la más fuerte seguridad posible de que aquél que los santificó era verdaderamente Jehová.
Desde los días de Abraham, Dios había separado a los Hebreos. Aquél que previamente no tenía preferencias locales,
nacionales, o nombres familiares, desde aquel tiempo hasta el fin de su relación de pacto con la raza Hebrea, tomó para
sí tales títulos que demostrarán que Él era su único Dios. A partir de la elección de Abraham y su familia Él se designa a
sí mismo como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; El Dios de los Hebreos y el Dios de Israel. 13 Él sacó a Israel
fuera de Egipto para ser su Dios,14y en el Sinaí se unió a ellos en matrimonio solemne. De esta forma Él separó o
santificó para sí mismo a los Hebreos, ya que todas las demás naciones se habían entregado a la idolatría. Así el Dios de
los cielos y la tierra condescendió para darse a sí mismo a una sola raza, y separarlos del resto de la humanidad. Debe
observarse que no fue el Sabbat el que causó la separación de los Hebreos; y que Dios dio a Israel el Sabbat el cual Él
había santificado para la humanidad durante la creación como la señal más evidente que Él que los santifica era
verdaderamente el Dios Viviente.
Al Dios dar el Sabbat a los Israelitas producía una señal entre Él mismo y ellos. Pero el Sabbat no derivó su existencia del
ser dado a los Hebreos como tal; pues fue el antiguo Sabbat del Señor dado a ellos, y hemos visto 15 que no fue dado
como un nuevo mandamiento. Por el contrario, se mantenía en aquel tiempo como obligación obligation existente. Pero
fue la providencia de Dios a favor de los Hebreos, primero al rescatarlos de la deplorable esclavitud, y segundo, al
mandarles pan del cielo por seis días, y preservando el alimento para el Sabbat, lo que constituyó el Sabbat como un
regalo para el pueblo. Además marca el significado de la forma en la cual este regalo fue otorgado, demostrando quién
era el que los santificaba. Se convirtió en un regalo para los Hebreos por la maravillosa providencia del maná: un milagro
que no dejo de declarar abiertamente el Sabbat cada semana por un espacio de cuarenta años; comprobando sin lugar a
dudas, que el que los guió era el autor del Sabbat, y por lo tanto el Creador de los cielos y la tierra. Que el Sabbat, el cual
fue hecho para el hombre, debía así ser dado a los Hebreos, sin duda no es más sorprendente que el Dios de toda la
tierra diera sus oráculos y a sí mismo a ese pueblo. El Altísimo, su Ley y el Sabbat no se convirtieron en Judíos; sino que
los Hebreos fueron hechos los honorables depositarios de la verdad truth divina; así el conocimiento de Dios y de sus
mandamientos fue preservado sobre la tierra.
La razón sobre la cual está basada esta señal apunta sin duda al origen verdadero del Sabbat. Éste no se originó de la
caída del maná durante seis días, y su ausencia en el séptimo; ya que el maná fue dado en esta forma por la existencia
previa del Sabbat; si no ¿porqué? “en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo día Él descansó y fue
refrescado.”16 entre Dios e Israel, declaró que aquel que los había separado era en efecto Jehová. Así se demuestra
que el Sabbat se originó con el descanso y refrescamiento del Creador, y no con la caída del maná. Como INSTITUCION,
el Sabbat declaró que su Autor es el Creador de los cielos y la tierra; como señal
El último acto por parte del Dador de la Ley durante el encuentro memorable fue el de colocar en las manos de Moisés
"las dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas con el dedo de Dios.” Luego reveló a Moisés la triste apostasía de
Israel, y lo instó a descender a ellos.
“Y Moisés regresó, y descendió del monte, y las dos tablas del testimonio estaban en su mano; las tablas estaban
escritas en ambos lados; por un lado y por el otro estaban escritas. Y las tablas eran el trabajo de Dios, y la escritura era
la escritura de Dios, grabada sobre las tablas… . Y aconteció, que tan pronto como arribó al campamento vio el becerro y
la danza; y Moisés se enfureció, y aventó las tablas de sus manos, y las rompió a los pies del monte.”
Entonces Moisés reprendió a los idolatras, “y entonces cayeron de entre el pueblo cerca de 3000 hombres.” 17 Entonces
Moisés presentó una sincera suplica al Altísimo que le permitiera ver su gloria. Esta petición fue concedida, con tal que la
cara de Dios no se viese.18 Moisés regresó ante Dios, e intercedió por el pueblo; y Dios prometió que su ángel iría con
ellos, pero que Él no estaría entre ellos, no sea que los consumiera.
Pero antes que Moisés ascendiera, para contemplar la majestad del infinito Dador de la Ley, el Señor le dijo,--
‘Toma tu dos tablas de piedra como las primeras; y escribiré sobre estas tablas las palabras que estaban en las primeras
tablas, que tu rompiste… Y él tomó dos tablas de piedra como las primeras; y Moisés se levantó temprano en la mañana,
y subió al Monte Sinaí, como el Señor le había ordenado, y tomó en su mano las dos tablas de piedra, Y el Señor
descendió en la nube, y permaneció ahí con él, y proclamó el nombre del Señor. Y el Señor pasó por enfrente de
él.”Entonces Moisés contempló la gloria de Dios, y se apresuró, e inclinó su rostro a tierra, y lo adoró.” 19
Este encuentro duró cuarenta días y cuarenta noches, al igual que el primero, y al parecer pudo haber sido utilizado por
Moisés para interceder ante Dios de manera que no destruyera al pueblo por su pecado. El registro de este periodo es
muy breve, pero en dicho registro se menciona el Sabbat. “Seis días trabajarás, pero en el séptimo día descansarás:
tanto en la siembra como en la cosecha descansarás,”20 alertándolos a no olvidar el Sabbat del Señor en sus temporadas
más ocupadas.
Este segundo periodo de cuarenta días termina como el primero, con el acto por parte de Dios colocando las tablas de
piedra en las manos de Moisés. “Y él estuvo ahí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió
agua. Y Él 21escribió sobre las tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.” De ésto se desprende que las
tablas del testimonio eran dos tablas de piedra con los diez mandamientos escritos sobre ellas por el dedo de Dios, lo
cual prueba que el testimonio de Dios, es en verdad, los diez mandamientos. La escritura en la segunda tabla fue una
copia exacta de las primeras. ¨Toma dos tablas de piedra como las primeras; y yo escribiré,¨ dijo Dios, ¨sobre estas tablas
las palabras que estaban en las primeras tablas, que tu rompiste.¨ 22 Y de las primeras tablas, Moisés dice: “Él les declaró
su pacto, el cual les ordenó cumplir, aun los diez mandamientos; y los escribió sobre dos tablas de piedra.”
Así fue como Dios otorgó a su pueblo los diez mandamientos. Sin intermediarios humanos o angelicales, Él mismo los
proclamó; y no confiando en su más honorable siervo, Moisés, ni aun en un ángel de su presencia, Él mismo los escribió
con su propio dedo. “Recuerda el Sabbat para guardarlo santo,”law of God; el supremo amor love a Dios, y el amor a
nuestros semejantes como a nosotros mismos. El mandamiento del Sabbat, colocado al final de la primera tabla, forma el
eslabón de oro que une ambas divisiones de la ley moral. Resguarda y refuerza aquel día que Dios reclama para sí; le da
pauta al hombre durante seis días, los cuales Dios dio al hombre para utilizarlos adecuadamente en sus diversas
relaciones de la vida, extendiéndose a toda la vida humana, y abarcando en su entrega de seis días al hombre, todos los
deberes de la segunda tabla, en tanto que en sí misma pertenece a la primera. es una de las palabras honradas por el
Altísimo. Ni tampoco son estos dos altos honores los únicos conferidos sobre este precepto. En tanto que comparte
similitudes con los otros nueve mandamientos, se mantiene frente a ellos por el hecho de haber sido establecido por el
EJEMPLO mismo del Dador de la Ley. Estos preceptos fueron dados sobre DOS tablas con referencia evidente a la doble
división de la Ley de Dios
Se comprueba que estos diez mandamientos forman un código completo de Ley moral a través del lenguaje del Dador de
la Ley, cuando llamó a Moisés a subir y recibirlos, “Sube a mi por la montaña, y permanece ahí; Y yo te daré tablas de
piedra, y una ley, y mandamientos que yo he escrito.”23 Esta Ley y mandamientos fue el testimonio de Dios grabado
sobre piedra. El mismo gran hecho es presentado por Moisés en su bendición pronunciada sobre Israel: “Y él dijo, Él
Señor vino del Sinaí y se levantó de Seir a ellos; Él manifestó su resplandor en el Monte Parán, y vino con diez mil
santos; de su mano derecha salió una Ley de fuego para ellos.”24 Indiscutiblemente, en estas palabras el Altísimo está
representado personalmente presente con diez mil de sus santos, o ángeles angels. Y aquéllo que Él escribió con su
propia mano derecha, Moisés lo llama “una Ley de fuego,” o como lo pone el margen, “un fuego de Ley.” Y ahora el
hombre de Dios termina su comisión sagrada. Él pone en práctica lo que Dios hizo al otorgar su Ley a él, y lo que él
mismo hizo en su disposición final: “Y Él escribió sobre las tablas, de acuerdo a su primera escritura, los diez
mandamientos, los cuales el Señor habló a ustedes en el monte en medio del fuego en el día de la asamblea; y el Señor
los dio a mí. Y yo regresé y descendí del monte, y coloqué las tablas en el Arca que yo había hecho; y ahí permanecerán,
como me lo ordenó el Señor.”
Así fue como se depositó la Ley de Dios en el Arca bajo el propiciatorio. 25 No se debe dar fin a este capítulo sin señalar
la importante relación del cuarto mandamiento con el pacto.
La cubierta del Arca fue llamada el propiciatorio, pues todos aquéllos que habían quebrantado la Ley contenida en el Arca
bajo el propiciatorio podrían encontrar el perdón salpicándolo con la sangre de la expiación.
La Ley dentro del Arca era lo que requería una expiación; la ley ceremonial, que ordenó el sacerdocio Levítico y los
sacrificios por el pecado, fue aquéllo que enseñó al hombre como podía hacerse la expiación. La Ley quebrantada estaba
bajo el propiciatorio, la sangre de la ofrenda por el pecado era salpicada sobre la cubierta, y el perdón se extendía al
pecador penitente. Había pecado real, y por tanto una Ley real que el hombre había quebrantado; pero no había una
expiación real, y por tanto la necesidad del gran antitipo para los sacrificios Levíticos. Cuando se realiza la verdadera
expiación, debe relacionarse a aquella Ley para la cual se presenta la expiación. En otras palabras, la expiación sombría
relacionada a la Ley resguardada en el Arca, indicando que aquella Ley demandaba una verdadera expiación. Es
necesario que la Ley que demanda expiación de manera que su transgresor sea absuelto, sea en sí misma perfecta, de
otra forma la falta descansaría, por lo menos en parte, sobre el Dador de la Ley, y no enteramente sobre el
pecador. Entonces, cuando se realiza la expiación, no se remueve la Ley quebrantada, pues esta es perfecta, sino que ha
sido diseñada expresamente para quitar la culpa del transgresor.26 Hay que recordar, entonces, que el cuarto
mandamiento es uno de los diez preceptos de la Ley de Dios quebrantada; uno de los principios santos inmutables, que
hizo necesaria la muerte del Único Hijo de Dios, antes que el perdón pudiera extenderse al hombre culpable.
Manteniendo estos hechos en mente, no es extraño pensar que el Dador de la Ley se reservara para sí la proclamación
de tal Ley; y que no confiara a ningún ser creado la escritura de esa Ley la cual demandaría como expiación la muerte del
Hijo de Dios.

Notas finales:
1
Éxodo 20 - 24.
2
Exodus 23:12.
3
Ver también Exodus 20:10; Deuteronomy 5:14; Isaías 56.
4
Exodus 12:43-48.
5
Exodus 24:3-8; Hebreos 9:18-20.
6
El Dr. Clarke tiene la siguiente nota sobre el versículo: “Es muy probable que Moisés subió al Monte en el primer día de
la semana first day of the week; y habiendo permanecido con Josué en la región de la nube por seis días, en el séptimo,
que era el Sabbat Dios habló a él.” —Commentary on Exodus 24:16Exodus 20:18-21. Cuando el encuentro fianlizó,
Moisés descendió al pueblo, y escribió todas las palabras del Señor. En la mañana se levantó temprano, y habiendo
ratificado el pacto, subió para recibir la Ley que Dios había escrito. Exodus 24:3-
13..http://www.godrules.net/library/clarke/clarkeexo24.htm Marcar así una semana en los cuarenta días de esta
asombrosa forma va más allá de establecer el punto de vista del Dr. Clarke. Y si ésto es correcto, indicaría firmemente
que los diez mandamientos fueron dados un Sabbat; pues parece haber buena evidencia de que fueron dados el día
antes de que Moisés subiera para recibir las tablas de piedra, ya que el lapso entre los capítulos 21-23 requiere de un
espacio breve, y ciertamente continuó inmediatamente después de dar los diez mandamientos.
7
Exodus 24:12-18.
8
Éxodo 25-31.
9
Exodus 31:12-18.
10
Ezekiel 20:11,12,19,20.
11Ver el capítulo 3 de este trabajo.
12
Santificar, kadash, significa consagrar, separar, apartar una cosa o persona de todo propósito secular para algún uso
religioso.” —Clark?s Commentary on Exodus 13:2. El mismo escritor dice, en Exodus 19:23, "Aquí la palabra kadash es
interpretada en su sentido literal estricto, significando la separación de una cosa, persona o lugar de todo lo
profano profaneo de uso común, y dedicado a propósitos sagrados.
13
Genesis 17:7,8; 26:24; 28:13; Exodus 3:6, 13-16, 18; 5:3; Isaiah 45:3.
14
Leviticus 11:45.
15
Ver capítulo tres.
16
Al ser una (signo) señal, no por ello se convirtió en sombra y ceremonia; pues el Señor del Sabbat era en sí mismo un
señal. “He aquí, yo y los hijos que el Señor me ha dado somos por señales y prodigios en Israel, de parte del Señor de
los ejércitos que mora en el Monte Sion.”Isaiah 8:18. En Hebreos 2:13 Hebrews 2:13 este lenguaje se refiere a Cristo. Y
Lucas 2:34 Luke 2:34 dice "Y Simeón los bendijo, y dijo a María su madre, He aquí este niño está destinado para la caída
y ascenso de muchos en Israel; y como señal contra la cual se hablará.”Leviticus 3:17; Génesis 9:1-4; Acts 15. Que el
Sabbat fue una señal entre Dios e Israel por todas sus generaciones, ésto es, por el tiempo que fueron su pueblo
escogido, no es prueba de que hoy en dia (el Sabbat) ha sido abolido, así como tampoco el hecho de que hoy en dia
Jesus es una señal de la cual se habla en contra, no prueba que Él dejará de existir cuando ya no sea dicha señal. Así
como tampoco estas palabras argumentan que el Sabbat fue hecho para ellos, o que su obligación ceso cuando ellos
cesaron de ser el pueblo de Dios; ya que la prohibición de comer sangre fue un estatuto perpetuo por todas sus
generaciones; sin embargo este fue dado a Noe cuando Dios por primera vez permitió el uso de alimento animal, y aun
fue obligatorio para los Gentiles cuando los apostoles fueron a ellos
A T E N C I O N
La pena de muerte a manos de un magistrado civil se impone por violación del Sabbat. La misma penalización se impone
sobre la mayoría de los preceptos de la Ley moral. Leviticus 20:9, 10; 24:15-17; Deuteronomy 13:6-18; 17:2-7. Debemos
recordar que la Ley moral que abarca el Sabbat formaba parte de un código CIVIL para la nación Hebrea. Como tal, el
gran Dador de la Ley, anexo penas para ser impuestas por los magistrados, sin duda como sombra de la retribución final
para los malvados. Tales penas fueron suspendidas por la asombrosa decisión del Salvador que aquéllos sin pecado
tirasen la primera piedra. Pero tal Ser se levantará para castigar a los hombres, cuando los granizos de su ira desolen la
tierra. Nuestro Señor no quitó la verdadera pena de la Ley, la paga del pecado es muerte, ni tampoco debilitó el precepto
que había sido violado. John 8:1-9; Job 38:22, 23; Isaiah 28:17; Revelation 16:17-21; Romans 6:23.
17
Este hecho aclarará estos textos que introducen el ministerio de los ángeles dando la Ley. Acts 7:38, 53; Galatians
3:19; Hebrews 2:2.
18
Exodus 32 y 33.
19
Exodus 34: Deuteronomy 9; 10:1, 2.
20
Exodus 34:21.
21
En base a este versículo algunos han sugerido, la idea de que fue Moisés y no Dios quien escribió las segundas tablas.
Esta idea parece ser respaldada por el versículo previo: “Escribe tú estas palabras; pues bajo el tenor de estas palabras
Yo he hecho un pacto contigo y con Israel.” Pero debe observarse que las palabras sobre las tablas de piedra eran los
diez mandamientos; mientras que las palabras aquí referidas eran aquellas que Dios había hablado a Moisés durante su
encuentro de cuarenta días, empezando con el versículo 10 y extendiéndose al versículo 27. Que el pronombre él en el
versículo 28 puede ciertamente referirse a Moisés, si un testimonio positivo no prohíbe tal referencia, rara vez se admite.
EnII Samuel 24:1 se ilustra en forma sobresaliente que al decidir los pronombres es necesario tomar en cuenta la
conexión con antecedentes, en donde el pronombre él naturalmente se referiría al Señor, haciendo entonces a Dios quien
movió a David para cuantificar a Israel. Sin embargo la conexión demuestra que éste no fue el caso; pues la ira de Dios
fue encendida por el hecho; y I Crónicas 21:1 I Chronicles 21:1 positivamente declara que él que movió a David fue
SatanásSatan. Para un testimonio positivo de que fue Dios y no Moisés quien escribió sobre las segundas tablas,
ver Deuteronomy 10:1-5. Estos textos discriminan cuidadosamente entre el trabajo de Moisés y el trabajo de Dios work of
God, asígnando a Moisés la preparación de la tablas, cargar con ellas a la montaña, y traerlas abajo desde la
montaña, pero expresamente asígnando la escritura sobre las tablas a Dios mismo.
22
Exodus 34:1, 28; Deuteronomy 4:12, 13; 5:22.
23
Exodus 24:12.
24
Deuteronomy 33:2. Que los ángeles algunas veces son llamados santos ver Daniel 8:13-16. Que los ángeles estaban
presentes con Dios en el Sinaí, ver Psalm 68:17.
25
Deuteronomy 10:4, 5; Exodus 25:10-22.
26
I John 3:4, 5.
HISTORIA DEL SABBAT
TRADUCCION AL ESPAÑOL- MARCELA OCHOA-LIONS
POR J.N. ANDREWS (1829-1883)

PART E I HI ST O RI A BÍ BL I CA
CAPÍ T UL O 6: EL SABB AT EN EL DÍ A DE L A T ENT A CI Ó N

w Historia general del Sabbat en el desierto


w Su violación, una causa de la exclusión de la tierra prometida a esa generación
w Su violación, por sus hijos, en el desierto una de las causas de su dispersión final
de su propia tierra
w El estatuto respecto de los fuegos durante el Sabbat
w Varios preceptos relativos al Sabbat
w El Sabbat no es una fiesta Judía
w El hombre que recogió leña durante el Sabbat
w Apelación de Moisés a favor del Decálogo
w El Sabbat no se deriva del pacto en Horeb
w Apelación final de Moisés a favor del Sabbat
w El cuarto mandamiento original
w El Sabbat no es un memorial de la salida de Egipto
w ¿Qué palabras fueron grabadas sobre la piedra?
w Resumen general de los libros de Moisés.

a historia del Sabbat durante la provocación, en el día de la tentación en el desierto, cuando Dios fue entristecido
durante cuarenta años por su pueblo, puede describirse en pocas palabras. Aun bajo el ojo de Moisés, y con los más
L estupendos milagros en su memoria y ante sus ojos, ellos fueron idolatras, 1negligentes de los sacrificios, negligentes de
la circuncisión,2 murmuradores contra Dios, desdeñadores de su ley,3 y violadores de su Sabbat. Con respecto a su
forma de guardar el Sabbat durante el tiempo en el desierto, Ezequiel nos da una descripción gráfica:--
“Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto: ellos no caminaron en mis estatutos, y desecharon mis
decretos, por los cuales si un hombre guarda, aun vivirá por ello. Y mis Sabbats profanaron en gran medida: entonces yo
dije voy a derramar mi furia sobre ellos en el desierto, para consumirlos. Pero no lo hice por honor a mi nombre, que no
fuese manchado ante los impíos, frente a quienes los liberé.”4
Este lenguaje muestra una violación general del Sabbat, y evidentemente la apostasía de Israel durante los primeros
cuarenta días que Moisés estuvo ausente de ellos. Entonces Dios se propuso su destrucción; pero ante la intercesión de
Moisés los disculpó por la misma razón señalada por el profeta. 5Se les dio libertad condicional, la cual por segunda vez
fallaron, entonces Dios levantó su mano contra ellos para que no entraran en la tierra prometida. El profeta Ezequiel
continúa,--
“Aún también, levanté mi mano sobre ellos en el desierto, para no llevarlos a la tierra que les había sido dada, donde
fluye la leche y la miel, que es la gloria de todas las tierras; PORQUE ellos desecharon mis decretos, no anduvieron en
mis estatutos, y corrompieron mis Sabbats; pues su corazón fue tras sus ídolos. Aun así mi ojo los libró de destruirlos, ni
tampoco los fulminé en el desierto.”6
Lo anterior es una referencia precisa a la exclusión de entrar en la tierra prometida, 7 que Dios hizo a todos los que
estaban por encima de los veinte años.Se debe subrayar que la violación del Sabbat se estipula específicamente como
una de las razones por las cuales aquella generación fue excluida de la tierra prometida. Dios absolvió al pueblo de
manera que la nación no fue totalmente exterminada; pues Él extendió a la porción más joven, una oportunidad más.
Continuando en los versículos 18-24, Él dice:--
“Pero dije a sus hijos en el desierto, no anden en los estatutos de sus padres, ni guarden sus juicios, ni se contaminen
con sus ídolos: Yo soy el Señor su Dios; guarden por obra mis estatutos y mis juicios; santifiquen mis Sabbats; y ellos
serán una señal entre yo y ustedes, que ustedes conozcan que yo soy el Señor su Dios. Aun así, los hijos se rebelaron
en contra mía; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos, los cuales si un hombre guardare, aun vivirá
por ellos; ellos contaminaron mis Sabbats: Entonces dije que derramaría mi ira sobre ellos, para saciar mi furia contra
ellos en el desierto. Pero retire mi mano, por honor de mi nombre, que no fuera contaminado a la vista de los impíos, ante
quienes los liberé. También levanté mi mano sobre ellos en el desierto, para esparcirlos entre los impíos, y dispersarlos
entre las naciones; pues ellos no guardaron mi decretos, sino que desecharon mis estatutos, y contaminaron mis
Sabbats, y sus ojos fueron tras los ídolos de sus padres.”
Por tanto, al parecer la generación joven que Dios absolvió al excluir a sus padres de la tierra prometida, obró igual que
sus padres; transgredió la ley de Dios, profanó sus Sabbats y cayó en idolatría. Dios no consideró excluirlos de la tierra
de Canaán, pero si levantó su mano sobre ellos en el desierto, para soltarlos a la dispersión entre sus enemigos después
de que entraron a la tierra prometida. Por esto, se ve que los Hebreos, mientras que se encontraban en el desierto
pusieron los cimientos para la posterior dispersión de su propia tierra; y uno de los hechos que los llevó a su ruina final
como nación fue la violación del Sabbat antes de entrar a la tierra prometida. Bien les dijo Moisés en el último mes de su
vida: “Ustedes se han rebelado contra Dios desde que yo los conozco.”8En Caleb y Josué había otro espíritu, pues ellos
obedecían al Señor completamente.9
Tal es la historia de la observancia Sabática en el desierto. Aun el milagro del maná, que sucedía cada semana durante
cuarenta años y daba testimonio público del Sabbat, 10llegó a ser para la mayoría de los Hebreos solo un evento ordinario,
de manera que se atrevieron a murmurar en contra del pan enviado desde el cielo; 11 y bien podríamos nosotros pensar
que aquellos que habían sido endurecidos por el engaño del pecado, tenían en menor valía el testimonio del maná a
favor del Sabbat.12 En el registro Mosaico leemos lo siguiente sobre el Sabbat:--
“Y Moisés reunió a toda la congregación de los hijos de Israel, y les dijo, Éstas son las palabras que el Señor ha
ordenado, que ustedes deben obedecer. Seis días trabajarán, pero el séptimo día será para ustedes un día santo, un
Sabbat de descanso dedicado al Señor; Aquél que trabaje en él, será muerto. 13 No encenderán fuego en sus
habitaciones el día Sabbat.”14
El punto de interés principal en este texto se relaciona a la prohibición de fuegos durante el Sabbat. Como ésta es la
única prohibición de este tipo en toda la Biblia, y como generalmente se utiliza como razón para no guardar el Sabbat,
una breve revisión del problema no está fuera de lugar. Debe considerarse que:
Cuadro # 2
1. Este lenguaje no forma parte del cuarto mandamiento fourth commandment, el gran mandamiento del Sabbat;
2. Que así como había leyes vinculadas al Sabbat las cuales no formaban parte de la institución Sabática, sino
que emergían de ésta por haber sido confiada a los Hebreos,-- como la ley relacionada a la presentación del pan
sin levadura durante el Sabbat, y aquélla relacionada con las ofrendas quemadas para el Sabbat,-- 15 de igual
forma es posible, por lo menos, que éste sea un precepto pertinente solo a esa nación, y no parte de la institución
original;
3. Que así como había leyes particulares solo a los Hebreos, también había muchas que les pertenecieron a ellos
solo en el desierto (tales como todos aquellos preceptos relacionados con el maná, la construcción e instalación del
tabernáculo, la organización del campamento a su alrededor, etc.);
4. Que de este tipo fueron todos los estatutos dados desde el tiempo que Moisés descendió con las segundas
tablas, hasta los eventos narrados al cierre del libro de Éxodo; a menos que las palabras bajo consideración sean
una excepción;
5. Que la prohibición de fuegos fue un decreto de este tipo, ej., un decreto diseñado solo para el desierto; y ésto
es evidente por varios hechos decisivos:--
a. Que la tierra de Palestina durante una parte del año es tan fría que los fuegos son necesarios para prevenir el
sufrimiento. 16
b. Que el Sabbat no fue diseñado con el propósito de ser una causa de angustia o sufrimiento, sino de
refrescamiento, de delicia y de bendición.
c. Que en el desierto de Sinaí, donde fue dada la prohibición de los fuegos, dicha prohibición no fue causa de
sufrimiento, ya que ellos se encontraban a 200 millas al sur de Jerusalén, en el clima cálido de Arabia.
d. Se confirma posteriormente que este precepto fue de carácter temporal, ya que mientras que otras leyes son
llamadas estatutos y preceptos perpetuos a guardarse después de haber entrado a la tierra, 18 no hay evidencia de
ello aquí. Por el contrario, éste, parece ser de carácter similar al precepto concerniente al maná, 19 y ser co-
existente con y adaptado a él.
e. Si la prohibición concerniente a los fuegos realmente perteneciera a la tierra prometida, y no solo al desierto,
cada cierto número de años entraría en conflicto directo con la Pascua Passover; pues la Pascua debía ser
preparada por cada familia de los hijos de Israel en la tarde siguiente al día 14 del primer mes, 20 la cual caería
ocasionalmente en un Sabbat. La prohibición de fuegos durante el Sabat no se contraponía con la Pascua mientras
los Hebreos estaban en el desierto ya que la Pascua no debía observarse hasta que entraran en la tierra
prometida21 . Pero si tal prohibición se entendiera a la tierra prometida, en donde la Pascua debía observarse con
regularidad, estos dos estatutos entrarían en conflicto directo frecuentemente. Ciertamente esto, es una poderosa
confirmación de que la prohibición de fuegos durante el Sabbat fue un estatuto temporal solo relacionado al
desierto.22

Por lo tanto, a partir de estos datos se debe abandonar el argumento favorito derivado de la prohibición de fuegos, a
saber que el Sabbat fue una institución confinada, y sólo adaptada a la tierra de Canaán; pues es evidente que la
prohibición fue un estatuto temporal, ni siquiera adaptado a la tierra prometida. A continuación leemos del Sabbat lo
siguiente;--
“Y el Señor habló a Moisés, diciendo, Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles, Ustedes serán santos,
pues Yo el Señor su Dios soy Santo. Ustedes temerán cada hombre a su madre, y a su padre, y guardarán mis Sabbats;
Yo soy el Señor su Dios.” “Ustedes guardarán mis Sabbats, y tendrán reverencia por mi santuario; Yo soy el Señor.” 23
Estas constantes referencias al Sabbat contrastan sorprendentemente con la desobediencia general del pueblo. De
nuevo Dios dice:--
“Seis días trabajarás; pero el séptimo día es el descanso del Sabbat, una convocatoria santa; no harás ningún trabajo ese
día; Es el Sabbat del Señor dondequiera que habites.”24
De esta forma Dios solemnemente designó su día de descanso como un tiempo santo de adoración, y el día semanal
para las asambleas religiosas. De nuevo el gran Dador de la ley presentó su Sabbat:--
“No te harás ídolos, ni imágenes grabadas, ni estatuas, ni colocarás imágenes de piedra en tu tierra, para inclinarte a
ellas; pues Yo soy el Señor tu Dios. Tu guardarás mis Sabbats, y tendrás reverencia por mi santuario; Yo soy el Señor.” 25
El pueblo de Dios habría sido feliz si se hubiesen retraído de la idolatría, y considerado como sagrado el día del descanso
del Creador. Sin embargo la idolatría y la profanación del Sabbat fueron tan comunes en el desierto que la generación
que salió de Egipto fue excluida de la tierra prometida.26 Después que Dios eliminó y dejó sin la herencia de la tierra a los
hombres que se habían rebelado contra Él, 27 leemos sobre el Sabbat lo siguiente:--
“Y mientras que los hijos de Israel estaban en el desierto, encontraron a un hombre que recolectaba leña en el día
Sabbat. Y aquéllos que lo encontraron recolectando leña lo trajeron delante de Moisés y Arón, y toda la congregación. Y
lo pusieron bajo custodia, pues no se había decretado que hacer con él. Y el Señor dijo a Moisés, El hombre ciertamente
debe morir; toda la congregación lo apedreara con piedras fuera del campamento. Y toda la congregación salió del
campamento y lo apedreo con piedras hasta que murió; como el Señor ordenó a Moisés.” 28
Al explicar este texto deben considerarse los siguientes puntos:
1. Que éste era un caso de culpa especial; pues toda la congregación ante quien este hombre fue juzgado, y por quien
fue puesto a muerte, eran en sí mismos culpables de violar el Sabbat, y acababan de ser excluidos de la tierra prometida
por éste y otros pecados.29
2. Que éste no fue un caso que se clasíficaba bajo la pena de muerte por trabajar durante el Sabbat; pues el hombre
fue confinado de manera que la mente del Señor respecto a su culpa pudiera conocerse. La peculiaridad de su
transgresión puede entenderse en el contexto. El versículo precedente al caso en cuestión dice:-
“Pero el alma que se conduce con soberbia, haya nacido en la tierra, o extranjero, lo mismo reprocha el Señor; y esa
alma debe ser eliminada de entre su pueblo. Pues ha despreciado la palabra de Dios, y ha quebrantado sus
mandamientos; esa alma debe ser eliminada; su iniquidad será sobre él.”30
Estas palabras, seguidas de este sorprendente caso, evidentemente fueron diseñadas para ser ilustradas por él. Es
manifiesto, por lo tanto, que éste era un caso de pecado de soberbia, en el cual el transgresor insultó deliberadamente al
Espíritu de gracia y a los estatutos del Altísimo; de manera que este caso no puede ser citado como evidencia de rigidez
extraordinaria por parte de los Hebreos al observar el Sabbat; pues tenemos evidencia directa de que ellos se habían
contaminado en gran medida durante los cuarenta años de su andar por el desierto. 31 De manera que aparece como una
instancia de transgresión en la cual el pecador pretendía demostrar su desprecio por el Dador de la Ley, y en ésto
consistió su peculiar culpa.32
Durante el último mes de su copiosa vida, Moisés resumió todos los grandes actos de Dios a favor de su pueblo, con los
estatutos y preceptos que Él les había dado. Este resumen está contenido en el libro de Deuteronomio, un nombre que
significa la segunda ley, y se aplica a tal libro, porque es la segunda escritura de la ley. Es la despedida de Moisés a un
pueblo desobediente y rebelde; y él se afana en ceñir sobre ellos el más alto sentido de responsabilidad personal de la
obligación obligation a obedecer. Cuando está a punto de resumir los diez mandamientos, utiliza un lenguaje
evidentemente diseñado para impactar la mente de los Hebreos con un sentido de obligación individual hacia aquéllo que
Dios había ordenado. Él dice:--
“Escucha, ¡Oh Israel!, los estatutos y decretos que yo he hablado a tus oídos hoy, para que puedas aprender de ellos, y
guardarlos y cumplirlos. El Señor Nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeb. El Señor no hizo este pacto con
nuestros padres, sino con nosotros, aun nosotros, los que estamos vivos hoy aquí.” 33
No fueron los hechos de sus padres los que colocaron esta responsabilidad sobre ustedes, sino sus propios actos
individuales que los enlazaron a este pacto. Ustedes se han comprometido personalmente con el Altísimo a guardar estos
preceptos.34 Tal es el peso de este lenguaje; sin embargo ha sido gravemente aducido como prueba de que el Sabbat del
Señor fue hecho para los Hebreos, y que no era obligatorio para los patriarcas. La singularidad de esta deducción
aparece cuando es presentada como evidencia en contra del cuarto mandamiento únicamente; por lo que, si sólo fuere
un argumento lógico, mostraría que los antiguos patriarcas no estaban bajo obligación de ningún tipo ante ningún
precepto de la Ley Moral. Pero es seguro que el pacto en Horeb fue simplemente una enmienda de la Ley moral, con
promesas mutuas entre Dios y su pueblo, y que aquel pacto no dio origen a ninguno de los diez mandamientos. En todos
los eventos, encontramos que el Sabbat fue ordenado por Dios al cierre de la creación, 35 y obligatorio para los Hebreos
en el desierto antes que Dios les haya dado un nuevo precepto a este respecto. 36 Como esto fue antes del pacto en
Horeb, es prueba concluyente de que el Sabbat no se originó de ese pacto como tampoco lo hizo la prohibición de la
idolatría, robo, o asesinato.
El hombre de Dios entonces repitió los diez mandamientos, dando el cuarto así:--
“Guarda el día Sabbat, para santificarlo, como el Señor tu Dios te ha ordenado. Seis días trabajarás, y harás todo tu
trabajo; pero el séptimo día es el Sabbat del Señor tu Dios: en él no harás ningún trabajo, tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu
sirviente hombre, ni tu sirvienta mujer, ni tu buey, ni tu mula, ni ningún ganado, ni el extranjero que está en tus puertas;
que tu sirviente hombre y tu sirviente mujer pueda descansar así como tú. Y recuerda que tú fuiste sirviente en la tierra de
Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de ahí con mano poderosa y con el brazo extendido; por lo tanto el Señor tu Dios te
ordena que guardes el día Sabbat.”37.
Es un hecho singular que esta escritura Deuteronomy 5:12-15 es inocentemente citada por aquellos que escriben en
contra del Sabbat, como el original del cuarto mandamiento, en tanto que el precepto original Exodus 20:8-11. es
cuidadosamente excluido. Sin embargo, hay fuerte evidencia de que éste Deuteronomy 5:12-15 no es el precepto
original; ya que Moisés resumió estas palabras al final del viaje de cuarenta años, mientras que el mandamiento
original Exodus 20:8-11 fue dado al tercer mes después de la salida de Egipto. 38 El mandamiento en sí, como se expresa
aquí, contiene prueba directa de este punto. Lee así:
“Guarda el día Sabbat, para santificarlo, COMO el Señor tu Dios TE ORDENÓ,”
Citando otro lugar para el estatuto original. Por otra parte, el precepto como se presenta aquí, evidentemente está
incompleto. No contiene ninguna información sobre el origen del Sabbat del Señor, ni muestra los hechos por los cuales
el Sabbat entró en existencia. Ésta es la razón por la que aquéllos que dicen que el Sabbat se originó en el desierto y no
en la creación citan éste como el cuarto mandamiento, y omiten el precepto original, que Dios mismo proclamó, donde
todos estos datos quedan establecidos específicamente. 39
Pero mientras que Moisés en este resumen omite gran parte del cuarto mandamiento, él hace referencia al precepto
original en su totalidad, y luego añade a este resumen una poderosa súplica de obligación por parte de los Hebreos a
guardar el Sabbat. Debe recordarse que muchos del pueblo habían violado persistentemente el Sabbat, y que ésta era la
última vez que Moisés hablaba al respecto. Él dijo:--
Cuadro # 3
Por lo general estas palabras son citadas como prueba de que el Sabbat se originó a la
salida de Egipto, y que fue ordenado en ese momento como memorial de su liberación.
Pero se observará,
1. Que este texto no dice una sola palabra respecto al origen del Sabbat, o al día del
descanso del Señor;
2. Que todos los hechos en este punto son dados en el cuarto mandamiento original, y
ahí se refieren a la creación;
3. Que no hay razón para creer que Dios descansó en el séptimo día durante la salida de
Egipto, ni tampoco que en ese momento bendijo y santificó el día;
4. Que el Sabbat no contiene nada en sí mismo que conmemore la liberación de Egipto,
ya que eso era una salida, y éste es un descanso; y aquella salida fue el día quince del
primer mes, y este descanso es el día séptimo de cada semana, uno sucediendo
anualmente, el otro semanalmente;
5. Pero que Dios ordenó un memorial correspondiente a aquella liberación, para ser
observado por los Hebreos, -- La Pascua, en el catorceavo día del primer mes, en
memoria de Dios pasando sobre ellos cuandocastigó a los Egipcios; y la Fiesta del Pan
sin Levadura Feast of Unleavened Bread,, en memoria de que comieron este pan cuando
huyeron de Egipto.40
“Y recuerden que ustedes fueron sirvientes en la tierra de Egipto, y que el Señor su Dios los sacó con mano
poderosa y por un brazo extendido; por lo tanto, el Señor su Dios les ordenó guardar el día Sabbat.”
Pero entonces ¿qué implican esas palabras? Quizás su significado puede ser mejor percibido comparándolo con un
paralelo exacto encontrado en el mismo libro, y de la pluma del mismo escritor:--
“No pervertirás el juicio del extranjero, ni del huérfano, ni tomarás prenda de la viuda, pero recordarás que fuiste
sirviente en Egipto, y el Señor tu Dios te redimió. Por tanto te ordenó que hagas ésto.”41
Queda claro que este precepto no fue dado para conmemorar la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto; ni esa
liberación podría dar origen a la obligación moral expresada en él. Si el lenguaje en ese caso prueba que los hombres no
estaban bajo obligación de guardar el Sabbat antes de la liberación de Israel de Egipto, entonces también prueba con
igualdad de conclusividad que antes de la liberación ellos no estaban bajo obligación de tratar con justicia y misericordia
al extranjero, al huérfano, y a la viuda. Y si se demuestra en un caso que el Sabbat es Judío, en el otro, el estatuto del
gran Dador de la Ley a favor del necesitado y desvalido debe tener el mismo final. Es obvio que este lenguaje es en cada
caso un llamado a su sentido de gratitud. Ustedes fueron esclavos en Egipto, y Dios los rescató; por lo tanto santifiquen al
Señor el día que Él mismo reservó para sí mismo,-- el más poderoso llamado para aquéllos que hasta ese momento
habían persistido en profanarlo. La liberación de la miserable esclavitud era verdaderamente necesaria en cada caso, con
el fin de que aquellas cosas involucradas fueran totalmente observadas; pero esa liberación no dio origen a ninguno de
estos deberes. Ciertamente, fue uno de los actos por el cual el Sabbat del Señor fue dado a la nación, pero no fue uno de
los actos por el cual Dios hizo el Sabbat, ni tampoco convirtió el día de descanso del Señor en una institución Judía.
Es evidente que las palabras grabadas sobre la piedra eran simplemente los diez mandamientos.
1. Se dice de las primeras tablas:
“Y el Señor habló a ustedes en medio del fuego: ustedes escucharon la voz de las palabras, pero no vieron ninguna
figura; sólo escucharon una voz. Y Él les declaró su pacto, que les ordenó cumplir, aun diez mandamientos; y Él los
escribió sobre dos tablas de piedra.”42
2. Lo anterior muestra que las primeras tablas de piedra contenían solo los diez mandamientos. Que las segundas
tablas eran copia exacta de lo que fue escrito en las primeras, queda claro en los siguientes versículos:--
“Y el Señor dijo a Moisés, corta dos tablas de piedra como las primeras; y Yo escribiré sobre estas tablas las palabras
que estaban en las primeras tablas, que tu rompiste.” “Y yo escribiré en las tablas las palabras que estaban en las
primeras tablas que tu rompiste y tu las pondrás en el Arca.”43
3. Ésto queda confirmado por el testimonio decisivo encontrado en los siguiente versos:
“Y Él escribió sobre las tablas estas palabras del pacto, los diez mandamientos [margen, Hebreos, palabras] las cuales el
Señor habló a ustedes en la montaña, de en medio del fuego en el día de la asamblea y el Señor me las dio.”44
Estos textos explicarán el siguiente lenguaje: “Y el Señor me entregó dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios; y
en ellas estaba escrito de acuerdo a todas las palabras que el Señor había hablado a ustedes en la montaña, de en
medio del fuego en el día de la asamblea.” 45
Se dice que Dios escribió en las tablas de acuerdo a las palabras que Él habló en el día de la asamblea; y estas palabras
que luego Él escribió, se dice que fueron DIEZ PALABRAS. Pero el prefacio del Decálogo no era una de estas diez
palabras, y por lo tanto no estaba escrito por el dedo de Dios sobre la piedra. Al examinar el siguiente texto y su conexión
vemos que esta diferencia no debe ser ignorada:
“ESTAS PALABRAS habló el Señor ante toda la asamblea en la montaña, de en medio del fuego, y la nube, y la densa
oscuridad, con gran voz; y no añadió más. Y Él las escribió en dos tablas de piedra, y me las entregó.” 46
Si interpretamos ESTAS PALABRAS como escritas por el dedo de Dios después de haber sido expresadas por Él para
que escuchara todo el pueblo, se podrá entender una de dos cosas:
1. Son únicamente las diez palabras de la Ley de Dios; o
2. Son todas las palabras utilizadas por Moisés en este resumen del Decálogo.
Pero no pueden referirse a las palabras utilizadas en esta preparación ya que:

 Moisés omite una parte importante del cuarto precepto dado por Dios en su proclamación desde la montaña;
 En este resumen de aquel precepto él hace mención al original en aquella sección que omitió; 47
 Él añade a este precepto una apelación a favor de su gratitud, que Dios no hizo al darlo;
 Este lenguaje sólo demuestra ser un resumen, y no el original; y ésto se comprueba por las múltiples variantes
verbales del decálogo original.48 Estos hechos son decisivos para establecer qué fue escrito sobre las tablas de
piedra. No fue una copia incompleta, citando el original en otro lugar, sino el código original mismo. Y entonces,
cuando Moisés habla de ESTAS PALABRAS como grabadas sobre las tablas, se refiere no a las palabras usadas
por él mismo en este resumen, sino a las DIEZ PALABRAS de la Ley de Dios, y excluye todo lo demás.

CONCLUSIONES.-
Así hemos seguido el Sabbat a lo largo de los libros de Moisés. Hemos encontrado su origen en el paraíso, cuando el
hombre era justo; hemos visto a los Hebreos separados del resto de la humanidad como depositarios de la
verdad truthdivina; hemos visto el Sabbat y toda la Ley moral otorgada a ellos como un tesoro sagrado; hemos visto el
Sabbat proclamado por Dios como uno de los diez mandamientos; lo hemos visto escrito por el dedo de Dios sobre la
piedra en el centro de la Ley moral; hemos visto esa Ley, poseyendo simplemente características morales y divinas, nada
Judías, colocadas bajo el propiciatorio del Arca de Pacto de Dios; hemos visto que varios preceptos pertenecientes al
Sabbat fueron dados a los Hebreos, y fueron diseñados solo para ellos; hemos visto que los Hebreos profanaron sobre
manera el Sabbat durante su peregrinaje en el desierto; y hemos escuchado la apelación final de Moisés a favor de aquel
pueblo rebelde.
Asentamos la fundación de la Institución Sabática sobre su santificación antes de la caída del hombre; el cuarto
mandamiento es su mayor fortaleza como defensa; y su lugar en medio de la Ley moral bajo el propiciatorio muestra su
relación a la expiación y su obligación inmutable.

Notas finales:
1
Exodus 32; Joshua 24:2, 14, 23; Ezekiel 20:7, 8, 16, 18, 24.
2
Amos 5:25-27; Acts 7:41-43; Joshua 5:2-8
3
Numbers 14; Psalm 95; Ezekiel 20:13
4
Ezekiel 20:13, 14.
5
Exodus 32
6
Ezekiel 20:15-17.
7
Numbers 14.
8
Deuteronomy 9:24.
9
Numbers 14; Hebrews 3:16.
10
Exodus 16; Joshua 5:12.
11
Numbers 11 and 21.
12
Una comparación de Éxodo 19; 20:18-21; 24:3-8, con el capítulo 32, mostrará la tremenda transición de los Hebreos de
la Fe faith y obediencia a la rebelión e idolatría. Ver una historia general de los hechos en el Salmo 78 y 106.
13
Para la advertencia de esta pena, ver el capítulo 5 de este trabajo.
14
Exodus 35:1-3.
15
Leviticus 24:5-9; Numbers 28:9, 10.
16
La Biblia abunda en hechos que establecen esta proposición. El salmista, dirigiéndose a Jerusalén, utiliza el siguiente
lenguaje: "Él dio nieve como lana; Él dispersó la escarcha como cenizas. Él envió su hielo como granizo, ¿quién puede
soportar su frio? Él envió su palabra, y los derritió; Él causo su viento a soplar, y las aguas a fluir. Él mostró su palabra a
Jacob, sus estatutos y juicios a Israel.” Psalm 147:16-19. El Dr. Clarke tiene la siguiente nota sobre este texto: “En ciertas
épocas el frio del Este es tan intenso que puede matar al hombre y a la bestia. Jacobus de Vitriaco, uno de los
escritoresGesta Dei per Francos, dice que en una expedición al Monte Tabor en la cual participaba, el 24de Diciembre, el
frio era tan intenso que muchas de las personas pobres y sus bestias de carga murieron a consecuencia del frio. Y
Albertus Aquensis, otro escritor, hablando del frio en Judea, dice que 30 de las personas que asístieron a Baldwin I. en
los distritos montañosos cerca del Mar Muerto, murieron por ello; y que en la expedición ellos tuvieron que afrontar una
horrible neblina y hielo, con nieve sin precedente y lluvia. De aquí encontramos que el invierno regularmente es severo en
Judea; y que en tales casos como el antes mencionado bien se puede decir, ?¿Quién puede soportar su frio??" Ver su
comentario al Salmo 147. Ver también Jeremiah 36:22; John 18:18; Matthew 24:20; Mark 13:18. 1 Macabeos 13:22
menciona una muy fuerte tormenta de nieve en Palestina, tal que los jinetes no podían marchar.
17
El testimonio de la Biblia sobre este punto es muy explícito. Así leemos: "Seis días trabajarás, y en el séptimo día
descansarás; que tu buey y tu mula descansen, y el hijo de tu sirviente y el extranjero puedan refrescarse.” Exodus 23:12.
Estar sin fuego en la severidad del invierno provocaría que el Sabbat fuera una maldición y no un refrescamiento.
Arruinaría la salud de aquellos que se expusieran, y convertiría el Sabbat en todo menos en fuente de refrescamiento. El
profeta uso el siguiente lenguaje: “Si retraes tu pie el Sabbat, de hacer tu placer en mi día santo; y lo llamas Sabbat una
delicia, el santo del Señor, honorable,” etc. El Sabbat, entonces, fue diseñado por Dios para ser una fuente de delicia a su
pueblo, y no causa de sufrimiento. El carácter misericordioso y beneplácito del Sabbat se observa en los siguientes
textos:Matthew 12:10-13; Mark 2:27, 28; Luke 14:3-6. De ellos aprendemos que Dios considera los sufrimientos de la
creación, y quiere aliviarlos en el Sabbat; cuanto más la angustia y necesidades de su pueblo, para quienes el
refrescamiento y delicia del Sabbat fueron hechos.
18
Exodus 29:9; 31:16; Leviticus 3:17; 24:9; Numbers 19:21; Deuteronomy 5:31; 6:1; 7. El número y variedad de estas
alusiones sorprenderá al investigador.
19
Exodus 16:23.
20
Exodus 12; Deuteronomy 16.
21
La ley de la Pascua ciertamente contemplaba la llegada de los Hebreos a la tierra prometida antes de su observancia
regular. Exodus 12:25. Por cierto, solo en una ocasión fue observado en el desierto; siendo ésta, en el año siguiente a la
salida de Egipto; y después de eso, fue omitido hasta que entraron a la tierra de Canaán. Números 9; Josué 5. Esto se
comprueba, no propiamente por el hecho de que no haya otro registro, sino por la omisión de la circuncisión durante el
total del periodo de su peregrinaje en el desierto; y sin esta ordenanza los hijos habrían sido excluidos de la
Pascua. Exodus 12; Joshua 5.
22
El Dr. Gill, quien consideraba el Sabbat del séptimo día como una institución Judía, empezando con Moisés y
terminando con Cristo, y una con la que los Gentiles no tienen ninguna relación, ha dado su opinión en relación a esta
cuestión del fuego en el Sabbat. Ciertamente él no tenía ningún motivo para responder a esta objeción popular, solo de
establecer la verdad. Él dice:--
“Esta ley parece ser de carácter temporal, y no para ser continuada; tampoco dice ser para todas sus generaciones,
como en otros lugares, en donde la Ley del Sabbat es dada o repetida; queda limitada a la construcción del tabernáculo,
y mientras que se anticipa; y está diseñada para prevenir cualquier tipo de trabajo público o privado durante el día del
Sabbat en lo que se le relaciona,” etc.—Commentary on Exodus 35:3.
El Dr. Bound da la idea de San Agustín a este precepto: “Él no los amonestó al respecto sin razón; pues él había hablado
de la hechura del tabernáculo, y todas las cosas concernientes a ello, y mostró que a pesar de ello, ellos debían
descansar el día Sabbat, y no bajo ese pretexto (como lo dice el texto) ni siquiera encender un fuego.”—True doctrine of
the Sabbat, p. 140. La Verdadera doctrina del Sabbat.
23
Leviticus 19:1-3, 30.
24
Leviticus 23:3 Se ha afirmado a partir del verso 2 que el Sabbat es una de las fiestas del Señor. Pero una comparación
de los versos 2 y 4 muestra que hay una diferencia en la narración, pues el propósito de introducir el Sabbat como
convocatoria santa, y aquel en el verso 4 inicia el tema de nuevo en el mismo lenguaje del verso 2; y debe ser observado
que el resto del capítulo presenta las verdaderas fiestas Judías; viz., la del pan sin levadura, el Pentecostés Pentecost, y
la Fiesta de los Tabernáculos Feast of Tabernacles. Lo que más adelante aclara este punto de toda oscuridad es el
hecho de que los versos 37 y 38 cuidadosamente discriminan entre las fiestas del Señor y los Sabbats del Señor.
PeroExodus 23:14establece el punto fuera de controversia: “Tres veces guardarán una fiesta para mí al año.” Y luego los
versos 15-17 enumeran estas fiestas como en Leviticus 23:4-44. Ver. también II Chronicles 8:13.
25
Leviticus 26:1,2.
26
Ezekiel 20:15,16
27
Numbers 13 and 14.
28
Numbers 15:32-36
29
Ezekiel 20:15, 16 comparar con Numbers 14:35.
30
Numbers 15:30.
31
Ezekiel 20.
32
Hengstenberg, un distinguido Alemán anti-Sabático comenta cándidamente este texto: “Un hombre que había
recolectado leña en el Sabbat es traído al frente por orden del Señor, y apedreado por toda la congregación fuera del
campamento. Calvino dice correctamente, ‘El hombre culpable no cayó por error, sino por grave incumplimiento de la Ley,
pues él consideró el asunto a la ligera haciendo a un lado y desechando todo lo que es santo.’ Es evidente por la
introducción que el relato no es presentado con referencia a su posición cronológica; se lee, ‘Y mientras que los hijos de
Israel se encontraban en el desierto, encontraron a un hombre que recolectaba leña en el día Sabbat.’ Se presenta solo
como un ejemplo de la soberbia violación de la Ley, de la cual los versículos anteriores hablan. Él fue uno de los que
despreciaron la palabra de Dios, y quebrantaron sus mandamientos [verso 31]; uno que con mano dura pecaba y
reprochaba al Señor. Verso 30.” The Lord?s Day, pp. 31, 32.
33
Deuteronomy 5:1-3.
34
Ver las promesas de este pueblo en Exodus 19 y 24.
35
Ver el capítulo 2 de este trabajo.
36
Ver el capítulo 3.
37
Deuteronomy 5:12-15.
38
Comparar Exodus 19; 20 y Deuteronomio 1.
39
Exodus 20:8-11.
40
Éxodo 12 and 13.
41
Deuteronomy 24:17, 18.
42
Deuteronomy 4:12, 13.
43
Exodus 34:1; Deuteronomy 10:2.
44
Exodus 34:28; Deuteronomy 10:4.
45
Deuteronomy 9:10.
46
Deuteronomy 5:22.
47
Deuteronomy 5:12-15 comparado con Exodus 20:8-11.
48
Deuteronomio 5 comparado con Éxodo 20

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