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Profesor Luis Ávila Araya

Departamento de Historia
Liceo Jorge Alessandri Rodríguez de tierra amarilla
Objetivos:

• Conocer y describir la importancia de los plebiscitos para las decisiones u opiniones


políticas de las personas.

Definición de Plebiscito

En la esfera de la democracia los ciudadanos pueden expresar sus opiniones políticas de varias
maneras. Una de ellas es mediante un plebiscito, que consiste en una consulta al conjunto de la
ciudadanía con derecho a voto para que pueda pronunciarse sobre un asunto de interés general.
Esto quiere decir que un plebiscito es un instrumento democrático de tipo participativo. En cuanto
al origen del término, viene del latín plebiscitum, que quiere decir ley propuesta por la gente, pues
se trata de un scitum o decreto promulgado por la plebe, es decir, la gente corriente.

Tipos de plebiscito

En política se habla de la acción plebiscitaria, la cual puede realizarse por una iniciativa popular o
por la iniciativa de los gobernantes de una nación. Existen dos tipos de plebiscitos: el consultivo y el
vinculante. El primero es aquel en el que la ciudadanía emite su voto para dar a conocer su opinión,
es decir, para trasmitir su criterio en relación con una iniciativa política (en este caso el resultado de
la consulta popular no tiene que aplicarse necesariamente pues es una simple consulta). El
plebiscito vinculante va más allá, pues se trata de una consulta popular cuyo resultado en las urnas
deberá aplicarse de manera obligatoria Generalmente el plebiscito se realiza a través de una
pregunta o varias y con dos respuestas posibles, sí o no. Si bien en cada texto constitucional hay una
definición jurídica de lo que se entiende por plebiscito, por lo general la mayoría de consultas
plebiscitarias cumplen los siguientes requisitos: que la consulta sea una propuesta del presidente
de una nación, que la consulta sea aprobada por parte de los representantes del pueblo y,
finalmente, que la consulta sea aprobada por la mayoría de personas con derecho a voto. En
consecuencia, un plebiscito se realiza como una jornada electoral, de tal forma que los ciudadanos
señalan un sí o un no con respecto a la cuestión planteada.

Diferencia entre referéndum y plebiscito

Si bien ambos conceptos son similares, no son equivalentes. Un referéndum es una convocatoria en
la cual el pueblo expresa su voluntad a través de un voto y en relación con un tema que afecta a los
ciudadanos en su conjunto (por ejemplo, en España el 6 de diciembre de 1978 los españoles
expresaron en referéndum su apoyo mayoritario a la Constitución que habían consensuado los
representantes del pueblo). Por lo tanto, el referéndum es un mecanismo de participación en el que
se ratifica o no una propuesta. En cambio, en el plebiscito el pueblo o los gobernantes crean una
iniciativa (la propuesta de una norma jurídica) que posteriormente será sometida a votación.

Hasta dónde puedes llegar con marihuana en Chile: ¿Qué pasa con el uso recreacional, las recetas
de alimentos y la medicinal?

A propósito de la discusión nacida sobre el autocultivo, estos son los tópicos que tiene la Ley 20.000
y que podrían prestarse para interpretaciones.

En Chile es legal consumir marihuana, incluso para la recreación. Así al menos lo indica la Ley de
Drogas 20.000. Pero resulta paradójico que su tenencia, comercialización y transporte sea penado,
salvo para quienes la usan de forma medicinal. Ahí está permitida. ¿Pero cómo funciona la
legislación para todos los demás usos? En su artículo 1º, la ley dice que "los que elaboren, fabriquen,
transformen, preparen o extraigan sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas productoras
de dependencia física o síquica (…) serán castigados con presidio mayor en sus grados mínimo a
medio y multa de cuarenta a cuatrocientas Unidades Tributarias Mensuales (UTM)". Luego, en el 4º
señala que "el que, sin la competente autorización posea, transporte, guarde o porte consigo
pequeñas cantidades de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas (…) será castigado con
presidio menor en sus grados medio a máximo y multa de diez a cuarenta UTM, a menos que
justifique que están destinadas a la atención de un tratamiento médico o a su uso o consumo
personal exclusivo y próximo en el tiempo".

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Paradoja

Esa es la raíz de todo. Pero, ¿puedo autocultivar? Según Luis Bobadilla, abogado y secretario de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago, esa es una parte gris del texto. "Técnicamente
la producción está prohibida, pero como el artículo 4º permite el consumo próximo en el tiempo, si
usted tiene una planta en casa y la usa para consumo personal, sin venderla ni comercializarla y
tampoco da luces que la tiene, los aparatos de persecución penal no van a enterarse y, por lo tanto,
no lo van a perseguir", reconoce. Explica que para analizar el caso hay que echar mano al "espíritu"
de la ley. "Lo que la norma intenta es prohibir una parte de la conducta: la producción, comercio y
otras. Prohibir el consumo en sí mismo es absurdo porque es algo incontrolable", indica a
Publimetro. "Nadie está obligado a lo imposible", reflexiona.

Queques y pisco de marihuana

CBD Weed es una microempresa dedicada a elaborar recetas y tragos de marihuana, todo de forma
legal. Opera en Santiago e indican que hay un "vacío" que les permite incluso comercializar desde
queques hasta pisco sour en base a esta yerba. Tania Adornos, una de los dueños, precisa que
"nosotros nos basamos en el artículo 4º que permite el consumo personal. Entonces dictamos
talleres sobre cómo las personas pueden fabricar su propia mantequilla, pisco sour u otras recetas
para que la misma persona la consuma". No es todo: también venden tales productos. "Hay un vacío
que queda abierto en términos de extracciones de la planta. Nuestros productos, queques, leche,
se hacen con extracciones, en frío o en caliente. De toda la planta usamos el CDB, que es la parte
que no produce efectos sicotrópicos. El THC es lo que 'te vuela'. Nosotros lo que vendemos es lo
otro", explica. ¿Se puede? El abogado Bodadilla indica que, a título personal, cree que eso no está
del todo permitido. Aun así no se cierra a que la práctica sea vista como legal. "Ocurre por un vacío
interpretativo de la norma. Estas personas técnicamente no están vendiendo drogas. Pero en una
interpretación más estricta, sí podrían verse envueltos en problemas", advierte.

¿Por qué fue posible legalizar la marihuana en Uruguay?

MONTEVIDEO , Uruguay se convertirá en el primer país de América Latina en el cual será posible
entrar a una farmacia para comprar de manera legal un sobre de marihuana de cinco gramos. Más
que eso, la marihuana es producida por el mismo Estado uruguayo, que igualmente le pone un sello
de garantía de calidad. Desde la aprobación de la llamada ley de la marihuana, en diciembre de
2013, mucha gente se pregunta cómo pudo ocurrir en este pequeño país de tan solo 3,4 millones
de habitantes —apenas 160.000 dicen consumirla al menos una vez al año y solo 5000 se han
registrado como consumidores regulares— y que está rodeado de otros países en los cuales la
tradición católica y el conservadurismo de las costumbres todavía traban el avance de legislaciones
relacionadas con los derechos civiles, como el aborto o el matrimonio homosexual, ambos también
legales en Uruguay. Muchos creen que la llamada ley de la marihuana (Ley 19.172), que legaliza
plenamente la venta y el cultivo del cannabis, se debe solamente a la progresista gestión del
exguerrillero tupamaro José “Pepe” Mujica. Pero esto es una verdad parcial. Un viaje fantástico,
lluvioso y algo solitario por Chile

La propuesta que fue aprobada por el congreso uruguayo surgió durante el gobierno de Mújica.
Pero su concreción dependió de una constelación de hechos históricos que tomó décadas en
formarse. Y el hecho principal es la excepcionalidad de la formación del Estado uruguayo, que
ofreció el contexto ideal para que la iniciativa prosperara. El territorio que hoy corresponde a ese
país fue considerado por mucho tiempo por los conquistadores españoles como una tierra de nadie
y fue ignorado por la Iglesia católica, que tardó en hundir sus raíces y predicar sus reglas en aquel
lugar remoto, entonces conocido como la Banda Oriental. Los uruguayos tuvieron la fortuna de
formar su identidad en ese relativo vacío. Y también la de contar con un puerto que, a pesar de ser
más pequeño que el de la poderosa Buenos Aires, les ofrecía el contacto con inmigrantes e ideas de
varias partes del mundo. Mientras hoy en toda América Latina se celebra la Semana Santa, en
Uruguay tales días de fiesta son conocidos como “semana del turismo”. Hace un siglo se oficializó
en Uruguay la separación entre Iglesia y Estado. Por eso, no se ven crucifijos en los edificios y
escuelas estatales y está prohibido mencionar a Dios o fragmentos de los Evangelios en los discursos
públicos. Ser laico, al menos en la esfera pública, es uno de los orgullos de la cultura uruguaya, junto
al hecho de haber ganado dos mundiales de fútbol y producido al menos tres artistas plásticos de
proyección internacional: Juan Manuel Blanes, Pedro Figari y Joaquín Torres García. Pero esa
excepcionalidad no se habría dado sin el empuje de una acción política de José Batlle y Ordóñez a
principios del siglo XX, quien hizo aprobar leyes bastante progresistas para la época, como la jornada
de ocho horas, la compensación por desempleo y el divorcio a petición de la mujer.

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En 1927, Uruguay se convirtió en el primer país de Latinoamérica donde las mujeres pudieron votar
—y fue también el primero en legalizar y reglamentar la prostitución—. Los gobiernos de Batlle
también fueron nacionalistas, antimperialistas y aumentaron la participación del Estado en la
economía. Cuando hoy se pregunta a un entusiasta del “batllismo” sobre la Ley de la Marihuana, no
es raro oír la respuesta “pero eso no es novedad, ya estatizamos hasta el alcohol en el pasado”. Y
no es mentira. El presidente Batlle, preocupado por la calidad del alcohol que consumía la población,
hizo que el Estado monopolizara su producción. La idea, repetida décadas después por Mujica con
la marihuana, es que, al menos, consumiendo lo que era producido por el Estado, podría haber más
control y mejores garantías de que los ciudadanos no estaban consumiendo un veneno. Las
dificultades que surgen en este momento, sin embargo, están vinculadas al hecho de que, a pesar
de ser excepcional, Uruguay no es una sociedad homogénea. Así como en el interior del país hay
médicos que se oponen, por “objeción de conciencia”, a realizar los abortos permitidos por la ley,
obligando al gobierno a enviar médicos especializados desde Montevideo para realizar el
procedimiento, no todos los uruguayos favorecen la venta de la marihuana en las farmacias. Incluso
algunos farmaceutas se resistieron a la idea, argumentando que sus establecimientos podrían ser
atacados por pandillas de traficantes y exigieron que las tiendas que vendieran la droga tuvieran
cajas fuertes y un “botón de pánico”, que hará sonar una alarma en la comisaría más cercana.

El actual presidente, Tabaré Vázquez, médico oncólogo y socialista, pero conservador en materia de
drogas, nunca vio la legislación con buenos ojos, a pesar de formar parte de la alianza de Mujica, el
Frente Amplio. Sin embargo, también por tratarse de un político uruguayo, o sea, que respeta las
leyes (mucho más que un argentino o un brasileño), Vázquez se comprometió a aplicarla por el solo
hecho de haber sido aprobada por el congreso. Y lo está haciendo, a su manera: despacito y con
discreción. La marihuana en las farmacias llega al consumidor con advertencias como las que hay en
varios países en los paquetes de cigarrillos, mostrando los efectos dañinos que la adicción puede
causar. Las empresas contratadas por el Estado para producir la droga no pueden hacer publicidad
ni poner sus nombres en los paquetes. La marihuana uruguaya recoge la tradición batllista. No se
trata de producirla para el lucro de las empresas ni del Estado, sino de buscar el bienestar colectivo.
Y, en ese sentido, es un experimento positivo en un continente marcado por la guerra contra el
narcotráfico por la cual vemos desangrar a México y Colombia desde hace tantos años. Y esto le da
buena prensa a nuevas vías para debatir el tema de la adición y de la legalización de las drogas en
una región muy conservadora, que todavía las ve como un gran tabú. Si hoy la marihuana con fines
medicinales es legal en Chile, Colombia, México y Argentina, es en parte por el ejemplo uruguayo.
En un mundo como el de hoy, encontrar una solución pacífica para un tema tan conflictivo, ya es un
motivo de celebración. Y en este caso también un logro más de la excepcionalidad uruguaya.

El mapa de la cannabis en EE.UU.

En las elecciones del 8 de noviembre, Donald Trump no fue el único ganador. La legalización de la
marihuana recreativa y medicinal se impuso en ocho estados y así quedó el panorama de
consumo.El famoso cartel de Hollywood que adorna los cerros en la ciudad de Los Angeles, en
California, amaneció modificado el primer día de 2017. Sus últimas dos letras O fueron
reemplazadas por dos E, y la palabra Hollyweed sorprendió a los turistas que se acercaron a ese
cerro a fotografiarse con uno de los mayores símbolos de la “ciudad de las estrellas”.

El cambio de sus letras, que según la policía fue realizada


por “supuestos bromistas”, no fue al azar: Hollyweed es
una clara referencia a la marihuana. el uso recreativo de
esta sustancia es legal desde el 1 de enero en todos los
estados del oeste de Estados Unidos, incluyendo California
y Nevada, luego que la medida fuera aprobada en las
elecciones del 8 de noviembre. Además de elegir al
próximo inquilino de la Casa Blanca, los votantes de
esos estados se inclinaron por aprobar el uso de esta
sustancia por placer. Eso sí con algunas condiciones.

Tanto en California como Nevada, cualquier persona mayor de 21 años puede poseer legalmente
hasta 28,3 gramos de marihuana, fumarla en sus casas o en espacios privados. También se puede
cultivar hasta un total de seis plantas. Sin embargo, fumar en espacios públicos sigue estando
prohibido y en la práctica, la compraventa no estará permitida hasta que los legisladores locales
desarrollen en una serie de reglas y mecanismos para implementar el negocio, lo que no sucedería
antes de 2018.

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El 8 de noviembre los votantes también aprobaron el consumo recreativo de cannabis en Maine y
Massachusetts. Sin embargo, las leyes no han entrado en vigor por distintos motivos. En Maine, una
fuerte tormenta de nieve dificultó el recuento de las papeletas y los habitantes de este estado
esperan ahora que su gobernador, el republicano Paul LePage, proclame válidos los resultados
electorales, que entrarán en vigor 30 días después. En Massachusetts, en cambio, el gobernador
Charlie Baker firmó a fines de diciembre una ley para retrasar hasta 2018 la apertura de tiendas en
la que los ciudadanos puedan comprar cannabis. Desde el 15 de diciembre, sin embargo, la posesión
de marihuana ya es legal y también su consumo privado. Los primeros estados en legalizar el
consumo recreativo de la marihuana fueron Colorado y Washington, en 2012, aunque entró en vigor
en 2014. En noviembre de ese año se unieron Oregon, Alaska y el Distrito de Columbia, donde sólo
es legal la posesión de marihuana, pero no su venta, a diferencia de los otros cuatro estados, donde
las ventas -en distintos grados- están permitidas. Por otro lado, el uso medicinal de la marihuana
está aprobado en 28 de los 50 estados del país. Los últimos estados en aprobar la medida, el 8 de
noviembre, fueron Arkansas, Florida, Montana y Dakota del Norte. En 2016 una ola de legalizaciones
prácticamente se tomó Estados Unidos. Pero otros estados podrían sumarse a esta tendencia en los
próximos años. Según la organización Marijuana Policy Project, nueve estados podrían empezar a
discutir la posible legalización de la marihuana (en distintos niveles) en 2019: Connecticut,
Delaware, Illinois, Maryland, New Hampshire, Rhode Island, Texas, Vermont y Michigan. El mercado
de la marihuana legal en Estados Unidos alcanzó ganancias de US$ 9,3 mil millones en 2016, un
incremento de 30% en comparación con el año anterior, según un reporte de ArcView Market
Research. Para 2021, las ganancias podrían alcanzar US$ 20 mil millones. Para California, el estado
más rico del país, la legalización es una buena noticia en el ámbito económico. Se espera que las
ganancias por el mercado legal de la marihuana en California excedan las obtenidas en la actualidad
por los productores en Washington y Colorado. Sólo en ventas de cannabis para su uso medicinal,
el estado obtuvo ganancias de US$ 2.700 millones en 2015, lo que representa casi la mitad de las
ventas del país, según ArcView y Frontier. La aprobación de la venta y consumo para su uso
recreativo en noviembre podría duplicar el mercado para 2020.

La experiencia de Colorado

La consecuencia más evidente de la legalización de este estupefaciente en el estado de Colorado


fue una caída en los arrestos por delitos relacionados a la venta de marihuana. Según la revista
Forbes, los arrestos en este estado cayeron de 12.894 en 2012 a 7.004 en 2014, el primer año en
que entró en vigor la medida, es decir una caída del 46%. Los cargos por marihuana presentados en
los tribunales de Colorado cayeron 81% entre 2012 y 2015, desde 10.340 a 1.954. Lo positivo, según
las autoridades locales, es que los recursos estatales pueden enfocarse en problemas mucho
mayores de seguridad pública. La tasa de criminalidad tampoco aumentó -como se temía- en este
estado. Pero hay dudas sobre el impacto en la seguridad del tráfico. Las detenciones por conducir
bajo los efectos de la marihuana cayeron 1% entre 2014 y 2015. Pero según la Policía de Denver, las
citaciones de este tipo aumentaron el doble entre 2013 y 2014 y volvieron a subir en 2015, de 66 a
73. Estas cifras se ven alteradas no sólo por un aumento del consumo, sino que también por el
endurecimiento en las políticas de prevención del estado, que aumentaron tras la legalización.
Según la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud, el uso de esta droga ha aumentado
desde su legalización. El consumo en jóvenes entre 18 a 25 años aumentó de 26,8% en 2012 a 31,2%
en 2014. Durante el mismo período, el uso entre adultos mayores de 26 años, pasó de 7,6% a 12,4%.

Actividades.

Responde las siguientes preguntas.

1. ¿Qué es un plebiscito?
2. ¿cuál es la diferencia entre plebiscito consultivo y el vinculante?
3. Compara los tres textos acerca de la legalización de la marihuana.
4. Reflexiona. Que buscan las autoridades al legalizar la marihuana en sus respectivos países.
5. ¿es importante llevar la legalización de la marihuana a un plebiscito?
6. Comparte con tus compañeros tus reflexiones del tema analizado.

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