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Hablar de cáncer es delicado y la mayoría de la gente intenta no tocar el tema a no ser que sea

necesario. En relación con el cáncer infantil nos volvemos aun más sensibles y se tiende a
evitar el tema, la gente está muy desinformada. Por eso, hay muchos falsos mitos que una
gran mayoría dan por sentado. Al final son todo verdades a medias que solo perjudican a los
niños.

¿Se hereda el cáncer infantil?

Falso. El cáncer infantil se produce por errores genéticos y no está relacionado con que un
pariente cercano lo haya padecido en la adultez. Solo se ha visto una pequeña relación
hereditaria cuando algún familiar cercano ha sufrido también algún tipo de cáncer infantil,
pero es pequeña, solo 1 de cada 10 niños con cáncer tuvieron un familiar que en su niñez
también tuvo cáncer.

Los niños que sobreviven al cáncer tienen una esperanza de vida corta

Otra verdad a medias, más bien mentira. Lo único que tiene esto de cierto es que los niños una
vez que superan el cáncer tienen más posibilidades de padecer efectos secundarios al
tratamiento o la aparición de un cáncer secundario. Sin embargo, no es una regla de tres. Los
efectos sobre la salud tras superar el tumor dependerán de lo temprano que se haya
diagnosticado el cáncer, el tratamiento recibido y de como se adecuó el tratamiento al cuerpo
del niño, ya que no todos somos iguales y el tratamiento que le viene bien a uno no tiene
porque venirle bien a otro, cada cuerpo es único y tiene su propio ritmo. Por otro lado, lo que
puede "acortar" la esperanza de vida son los efectos secundarios una vez eliminado el tumor
pero en el caso de que no haya y no se desarrolle otro tumor secundario la esperanza de vida
es equiparable a la de otra persona.

Los niños con cáncer son portadores de la enfermedad y pueden contagiarlo

Aunque suene extraño hoy en día, hace unos años había personas que defendían
acérrimamente esta idea. El cáncer no es un virus que se contagia ni una enfermedad
infecciosa. La única verdad es que los niños tienen el sistema inmunitario más débil de lo
normal y son más vulnerables a enfermar. Es decir, a que le contagien enfermedades a él, pero
nunca al revés. Por eso muchos llevan mascarillas o tienden a ser aislados en épocas de
resfriados, pero nada más.

Los supervivientes del cáncer infantil tienen unas pobres habilidades sociales

Falso. Otro mito más. Dependerá del niño y la situación vivida. Cuando la enfermedad se
diagnostica desde pequeño a veces el niño no tiene la oportunidad de socializar con otros
niños de su edad, ya sea porque no llegó a escolarizarse o tuvo que dejar el colegio al poco. En
esas situaciones si podemos encontrar a niños tímidos e inseguros de sí mismos, además los
padres tienden a ser muy sobreprotectores (es comprensible) que dan como resultado niños
muy sensibles a las críticas y con poca tolerancia a la frustración. Sin embargo, hoy en día en
los países desarrollados la mayoría de los hospitales incluyen programas de apoyo, ocio y
socialización para que estos niños puedan seguir adelante, con unos resultados bastante
buenos.
Los terapias alternativas pueden curar la enfermedad

Actualmente no hay ningún tratamiento demostrado aparte de los tradicionales que curen el
cáncer, por eso no podemos confiar a nuestros hijos solo a la terapia alternativa. No se han
encontrado tratamientos alternativos que superen el criterio de placebo. ¿Qué significa esto?
Que en el caso de que se notase algo de mejoría es por el efecto placebo, los pacientes
mejoran los síntomas porque toman como verdadero ese tratamiento cuando en realidad no
lo es.

Por eso, es peligroso exponer a los hijos a terapias alternativas como opción principal. Hay
padres que optan por ellos por miedo a someter a su hijo a la quimioterapia y al final llegan al
hospital con un cáncer en estado avanzado en el que poco se puede hacer ya... Por otra parte,
hay terapias que han tenido efectos positivos sobre la salud del paciente cuando se realizan de
forma complementaria y nunca sustitutiva, como el yoga, homeopatía, musicoterapia, etc. La
explicación se basa en la relación entre el sistema inmunitario y su estado anímico. Es decir, si
ellos están más relajados y "animados" se potencia su sistema inmunitario.

Los niños que superan la enfermedad no podrán concebir en el futuro

La verdad es que algunos de los supervivientes pueden desarrollar problemas en su organismo


que los hagan estériles, sin embargo, la mayoría no. Depende del tipo de tumor, la zona en la
que se desarrolló y el tratamiento que se llevó a cabo. No podemos generalizar.

Una vez que el niño ha superado el cáncer ya no hay nada de lo que preocuparse

Ojalá fuese cierto. A pesar del éxito del tratamiento la verdad es que los pequeños necesitan
evaluaciones periódicas con el objetivo de comprobar que todo es correcto y que no se
desarrolla un cáncer secundario, ya que tienen más posibilidades de desarrollar uno. Es duro
tener que explicarles a los niños que a pesar del éxito aun tienen que someterse a revisiones
periódicas, algunos no acaban de entenderlo y se vuelven extremadamente sensibles a
cualquier síntoma de su cuerpo. Por eso hay que dejárselo claro desde el principio y nunca
ocultar ni maquillar la verdad.

Los supervivientes tienen peor rendimiento escolar y son menos exitosos en sus trabajos
futuros

Dos tercios de los niños sufren efectos secundarios pero no tienen por qué afectar a sus
capacidades cognitivas a no ser que sea un cáncer que haya afectado al sistema nervioso
central. Al contrario, el haber superado un cáncer suele convertir estos niños en personas más
persistentes y esperanzadoras. Hay muchos testimonios de adultos que en su momento
superaron un cáncer infantil y han logrado grandes cosas. Nos sirven como fuentes de
inspiración.

El uso del microondas y los móviles son un factor de riesgo

Otro mito es que el uso de estos dos aparatos afectan a los niños por ser más vulnerables que
los adultos. Es verdad que tanto el microondas como los móviles emiten radiaciones, pero son
no-ionizantes, de muy baja energía, y por lo tanto, no son peligrosas. No se ha demostrado que
ni uno ni otro acelere o produzca algún tipo de cáncer.

Finalmente, la mejor manera de luchar contra estos mitos y vencer los estigmas que la
sociedad impone a los niños es informarse y acudir a un especialista que pueda resolver todas
las dudas que tengamos.

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