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An Orthodox Catechism

Foreword
James M. Renihan

Perhaps the best loved confessional statement of the Sixteenth century, the Heidelberg
Catechism has provided ‘comfort in life and in death’ to generations of godly Christians in the
Dutch churches. Though quite explicitly written from within the paedobaptist tradition, its’
beautiful devotional language and precise expressions of the deep things of Christian faith have
been loved in many different ecclesiastical communions. Few today realize that it has served an
important role in the lives of Baptists.

Hercules Collins, a leading pastor among the Seventeenth Century English Particular Baptists in
London, understood the potential benefits of the Heidelberg Catechism for the people under his
pastoral care. In order to provide them with an accessible version within his own system of
church practice, he edited the Catechism and published it in 1680 under the title An Orthodox
Catechism.

In the past two decades, Post-Reformation scholastic theology has been enjoying a period of re-
assessment from scholars, leading to growing appreciation for the quality and content of the
work produced during this era. The Heidelberg Catechism stands as a monument to the
excellence of theology in this period. Exact doctrinal statements’ couched in deeply devotional
language demonstrate the practical importance of theology for the lives of believers.
Recognizing this fact, Collins took these statements and adapted (or perhaps supplemented) them
to accord with his own convictions of believer’s baptism. The result is a wonderful, practical and
helpful statement for Baptist churches.

Many are familiar with its structure, summarized by the words, ‘Guilt, Grace and Gratitude.’ It
exposes our sinfulness, points us to the rich grace of God in Jesus Christ, and teaches us both the
motive and method of showing our thankfulness to our Lord. As every good catechism will, it
summarizes the most important aspects of the Christian life.

This Orthodox Catechism is really the second of three important late Seventeenth century works
which tie English Baptists to the Post-Reformation era. The first is the Second London
Confession first published in 1677, a revision of the Westminster Confession of Faith of 1648
and the Savoy Declaration of 1658. The third is the Baptist Catechism of 1693, an edited
version of the Shorter Catechism of the Westminster Assembly first published in 1647. Together
these three documents provide may something of ‘Three Forms of Unity’ for Baptist churches!

We must express our thanks to Stuart Villalobos Tapahuasco and ******* for their labors in
bringing this work back into public view. It ought to be used in churches, Bible classes, Christian
schools, home schools and in families. Children raised on the sound doctrine of the Orthodox
Catechism will have a basis for a godly life that will stay with them throughout their lives.
Churches that adopt this Catechism as a teaching tool will provide their people with a full system
of Christian theology, a solid foundation for both faith and godliness. Perhaps the Orthodox
Catechism will become one of the best loved confessional statements of the twenty-first century
in Baptist churches. What a blessing that would be!
Un Catecismo Ortodoxo
Prefacio
James M. Renihan

Tal vez la declaración confesional más querida del siglo XVI, el Catecismo de Heidelberg ha
proporcionado "consuelo en la vida y la muerte" a generaciones de cristianos piadosos en las
iglesias holandesas. Aunque escrito de manera bastante explícita dentro de la tradición
paidobautista, su "hermoso lenguaje devocional y expresiones precisas de las cosas profundas de
la fe cristiana han sido amadas en muchas diferentes comuniones eclesiásticas". Pocos hoy se
dieron cuenta de que ha sido un papel importante en la vida de los bautistas.

Hércules Collins, un pastor líder entre los bautistas particulares del siglo XVII en Londres,
entendió los beneficios potenciales del Catecismo de Heidelberg para las personas bajo su
cuidado pastoral. Con el fin de proporcionarles una versión accesible bajo su propio sistema de
práctica de la iglesia. El editó el Catecismo y lo publico en 1680 bajo el título de Catecismo
Ortodoxo.

En las últimas dos décadas, la teología escolástica posterior a la Reforma ha estado disfrutando
de un período de reevaluación por parte de los académicos, lo que ha llevado a una creciente
apreciación de la calidad y el contenido del trabajo producido durante esta época. El Catecismo
de Heidelberg se erige como un monumento a la excelencia de la teología en este período. Las
declaraciones doctrinales exactas expresadas en un lenguaje profundamente devocional
demuestran la importancia práctica de la teología para las vidas de los creyentes. Reconociendo
este hecho, Collins tomó estas declaraciones y las adaptó (o quizás las complementó) de acuerdo
con sus propias convicciones del bautismo del creyente. El resultado es una declaración
maravillosa, práctica y útil para las iglesias Bautistas.

Muchos están familiarizados con su estructura, resumida por las palabras "Culpa, Gracia y
Gratitud". Expone nuestra pecaminosidad, señala la rica gracia de Dios en Jesucristo, y nos
enseña a la vez el motivo y el método para mostrar nuestro agradecimiento a nuestro Señor.
Como todo buen catecismo hace, resume los aspectos más importantes de la vida cristiana.

Este Catecismo Ortodoxo es realmente el segundo de tres trabajos importantes de fines del siglo
XVII que vinculan a los Bautistas Ingleses con la era posterior a la Reforma. La primera es la
Segunda Confesión de Londres publicada por primera vez en 1677, una revisión de la Confesión
de Fe de Westminster de 1648 y la Declaración de Saboya de 1658. La tercera es el Catecismo
Bautista de 1693, una versión editada del Catecismo Menor de la Asamblea de Westminster
primero publicado en 1647. ¡Estos tres documentos juntos proporcionan algunas de las Tres
Formas de Unidad para las iglesias Bautistas!

Debemos expresar nuestro agradecimiento a Stuart Villalobos Tapahuasco y a la Editorial


Bíblica 1689 por su trabajo para devolver este trabajo a la vista del público. Se usa en iglesias,
clases de Biblia, escuelas cristianas, homeschools y en familias. Los niños criados en la sólida
doctrina del Catecismo Ortodoxo tendrán una base para una vida piadosa que permanecerá con
ellos durante toda su vida. Las iglesias que adoptaron este Catecismo como una herramienta de
enseñanza proporcionarán a su pueblo un sistema completo de teología cristiana, una base sólida
para la fe y la piedad. Quizás el Catecismo Ortodoxo se convertirá en una de las declaraciones
confesionales más queridas del siglo veintiuno en las iglesias Bautistas. ¡Qué bendición sería
eso!

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