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FL LUGAR DE LA PUNCION ESTETICA ENTRE LAS DEMAS FUNCIONES Fl problema de] Jugar de Ja funcién estética entre las demas funciones 9 de su situacion en la estruciiya xeneral de (as functones, es realmente el pro- blema de lo estética fuera del ane. Mientras contemplames Jo cstético desde el punto de vista del arte (cl arte tal come Jo entendemos hoy}, la posicitn de Ja funcidn cstética no plantea problema alguno; aqui ta fun- sién estética siempre tiende a dominar (otra problemy es de que tipo de dominancia se trata, pero cata Cuestian esti fuera de nuestra interés en esta, conferencia). Sin embar2o, tan pronto como traspasamos los lmiics de la esfera del arte, cormienzan las dificultades. Por un luo. una y alta vez ros sentimos tentados a considerar la Tuncjén estética come algo secundatia, como algo que puede darse pero que no es necesaria, por oo lado, 14 funcién estétics precisamente (uera del arte Hama tanto la alercion, emerge en tantas itlanifestaciones diversas de la vida, c incluso se muestra coma un componente tan indispensable de dreas tales como la vivienda, el vestir o las relaciones sociales, que se hace necesaria wna reflexidu sobre su pa- pel en Ja organizacién global del mando. Una simple mirada a Ja historia de la estética nos enseflard, en efecto, que mucho antes de ocupurse de lo estético en el arte, la filnsofia comenzd a reflexionar sopre lo ballo (vale decir lo estético) come an principio meta- fisico y un factor del orden universal. Fn Platon, Io eslética extraartistica yal arte son dos dreas hasia tal punto separadas, que Wnestético extraurtistico es considerado como uno de los ires principios suprcmos del orden del tqunde, mientras qué ¢] arte es casi expulsado del Fstudo ideal platonico 6, cnands menos, sometido ain control casi policial en uras del servicio al orden estatal. Aun en la época moderna, que reconece ya lo estclice como un componente ¢sencial del arte, cl problema de Io estético fuera del atte conserva su importancia metafisica, por ejemplo, en la cancepcién de lo bello en la naturaleza segdin Herder, Todavia Ruskin sobreponia radical- mente lo hello natural a io bello artistico. Con la declinacién del pensa- Miento metalisico. cl problema de lo belle cn la natmeale7a se reduce a.una Dad IN El hamnfive err ef saccades ele acy flinciones, aurmas v valores cuestién secundaria, fa cua! sucle resolverse en el seutide de que lo hello natural se subordina a la belleza en el arte (come una prayceeidn de las convenciones arlisticas de la époea sobre la percepeion de las fengmenos naturales). Aqui el problema se vuelve estértil Sin embargo, no desaparece ta problematica de lo estétice fuera de! arte: igg todo Is contrario: en el presente ha adquirido una nueva actualidad, prin- cipaimente gracias al desarrollo reciente del arte y a sus consecuencias: J En un periode reciente, del cual hemos sido testigos, el arte otorgd impor- taneia exclusiva a la funcién estélica, y también la leoria considerd In estéricn y e] arte como casi idénticos, Asi bherado, lo estético era visin & ienda, la estecizacién de la cultura fisica (gimmasia ritmics 7 el arle percind el predominio exclusivo de la funcidén estélica como la : causa de su aislamiento y, desde hace varios ais. esd procurands dé diversas maneras superar este aislamiento, sin renunciar, 10 obstanle, a las conqguistus de] periodo anterior. A su vez lo ustético fuera del arte ha tomade concioncia de si misma y pide ser normalizada y regulado. ¥ asi vuelve a plantearse, con renovada urgencia, ¢l problema del lugar cle id 3 funcidén estética entre las demas funciones y Ja cuestion de Lu estéticn fu ra del arte. Nuestra conferencia es ana contribucién a fa soluciGn de los dos problemas o, mds bien, un breve esbozo de solucidn. ‘ Partiremos del problema de lo estética fuera del arte. Actualmente este problema no es candente por su aspecto metafisice - -hoy no se trata de} saber si existe o no una bellezu independiente del hombre (suprahistérica} : ong] universo como un tuo, sino de averiguar cémo se manifiesta 16 estético en la actividad humana y en sus productos. Natemos bien ef carts bio de enfoque: hoy no investigamas si lo estéticn es mherente a las cosa! sino hasta qué punto estd arraigady cn la propia naturaleza del honibre. no huscamos lo estéticn como una cualidad estdtica de las cosas, sino come 3 un componente energético del cumportamiento humano. Por lo tanta, (2 ; poce sos interesa la relacién de lo estético con otros principios metafisi Siuto, funetan § eevee 235 8, come la verdad y el bien, sino su relacidn con otras motives ¥ objeti- yas de la actividad y la creatividud humanas. (rae Consiga un cambio importante en Jes métodos y el objeto de la reflexién tcdrica. Fl concepto de lo betlo come supuesto metodeldgico basico es sustituide por ¢l de funcién; los fenémenvs naturales son reem- Plazados, come objeto de estudio, por les actos que constituyen el com- portamiente humany y por sus resultartos—os productos humanos. Entre ja naturaleza y Ta actividad productiva del hombre, y particularmente en- ire Ta naturaleza y cl arte, existe una linea divisoria nitida y (salvo casos excepcionales) cast infranqueable; por consiguiente, mientras 56 com: taba el problema de lo estético exuraartistice sub specie de la belleza nate ral. podia parecer que se walaba de dos mundos separados. Para que estes mundos pudiesen conectarse de alguna manera, era necesariv subordinar uno de cligs al otro: o ol arte a la naturaleza, coma fo hize por ejemplo Platén, o la naturaleza al ante, como se imsinta ya en el neoplatgnismo. La subordinacién de! arle a la naturaleza significa, en ¢l fondo, la tmitacién de la naturaleza por el arte (y la imitacién es siempre menos pertecta que cf original). Si, por el contrarin, se subordina la natoraleza af are, el su- puesto Subyacente es que e] arte completa y perfecciona la naturaleza. ‘También es posible una tercera soiucidn: concebir la naturaleza vel arte cotuo dos dreas independienles ¢ inconexas. Propuestas en este sentido se han hecho en la época moderna, comenzanda porel simbalismo y su teo- sia en la poesia, y por el impresionisma en la pintuya. coriente que consj- dera los temas naturales come un mero pretexto, Para la literatura, esta concepcion fue expresada claramente por el eseritor checo Karésck xe Lvoviec: “Ne hay que olvidar que la verdad antistica y la verdad de la vida son dos cosas muy diferentes. Podria decirse que alli donde cl arte tiene Iq razén, ta vida casi nunca la tiene, y que él sentide de las cosas no nos es revelado por cl mundo real sing tan sélo por nnestros sueaios.” Algo si- milar dice Liebermann sobre la pintura: “Para una obra maestra basta un manojo de esparragos o un ramo de cosas, una muchacha fea 0 bella, Apolo Ou enano malformude; de todo se puede hacer una obra macsira si se lieng la fantasia nevesaria. ., el valorde ta Pinlura es absolutamenie inde. Jifi Rardeck ce) vole, Sademe (Praha [Praga 1921) 6. 26 ME. Ef hombee en of mundo de jay funcinnes, sermas x vaiores pendieni¢ del tema , en la realidad representada. ‘obra misma. Las tres soluciones mencionadas (la subordinacién del arie a Ja natucale-- “3 za, La subordinycién de Ja naturaleza al arte o 1a independencia de los dos! come mundos mutaménte ajenos) se uftecen cuando consideramos | esuiticn cxtraurtistico desde el dngulo de “Jo bello” come una propiedad lamos I esidtico extraartistico des. ¢ de Jas cosay, Sin embargo, si conten de el punto de vista de les funciones, la cuestiia se plantea de una manera: toralmente diferente, Si en ¢l caso anterior las dos dreas (Io estético: extraartistico ¥ el arte) estaban separadas por un abismo subre el cual ha-. bfa que tender un puente, ahora la relacida entre lo estético extraantistico y el arte se revela tan intima, qne las dos reas se interpenctran en innume- Tables puntos de transicidn, y Ta dificultad consistird ne tanw én hallar sus contxiones, cuante ¢n diferenciartas, Nos ocuparemos, no ya de fa rela cién entre la naturaleza y cl arte. sine de las relaviones reciprocas entre diferentes tipas de actividad o sélo entre aspectos de una misma actividad. Estas son las diferencias entre la manera como abordaba el problema de] estdticn extraartistico Ja estéGca radicional, ¥ como intentamogs hacerio hoy desde la porspectiva funcional. Este cambio de enfoque no carcce de antecedentes tedricus, Me reficro principalmente a J. M. Guyau, a quien a esiética debe la observacién de que nv exisic una diferencia insuperable entre Jas actividades practicas y Jas orientadas estéticamente. Dice Gayan, en su bbro Problemas de la estética comempordnea, que también lo til posee un encanto, debido en parte a Ja satisfaccién intelectual que senti- mos cuande hay concordancia entre ta creacida de fos objctos y su finali- dad. y en parte al hecho de que lo Giil Gene su sentido y as agradable.? Igualmente cabe recordar a Dessoir y sv escuela. En su obra capital, Dessoit dividié la filesofia de lo estético en dos partes igualmente importantes: ta estitica ¥ Ja cienc del arte. Con frecuencia se cita su afirmacidn de que la estclica podria eseribitse sin pronunciar tan siquicra La palabra “arte”, YM. Lieberniunn, Bue Paamesie in der Metevet (Bevin, 19L6) 242 iM. Gay Let Problémes de i eatherigice contersporaune Waris, (R84) 13 io Yue es una propiedad aurcdnoma de ly * Steno, funcicin y valor 237 Takes san los presupuestos histrives de la atencicia que dedicamus hoy a fo estétice extraartistico, y mas precisamente aio estético comma compo- nente de la actividad humana y de sus productos. En guint al concepto de fungidn, sus antecedentes seg bien conacidos: Ia arquiteciura funcional y Ja lingiistica funcional. Sm embarge, pronto veremos que el concepta de iunviée tndri que ser revisado antes de que provedamos a utilixarla des- preovupadamente, Por ultimo, si me es penmilide incluir mis propies wa- bajos entre los amtecedentes, quisicra mencienar particularments: el libro Funeidn, norma y valor esiéicos coma hechos sociales y e] estudio “El problema de las funciones en la arquitectura™* . as{ como “La estética del lenguaje”* Pasemos ahora al problenia de ld fincidn cstética en la esfera extraartistica, {Cime debemus empezar’ ; Deberiamos envmerar primero todos los ca- sos on que st presenta la function estética fuera del are? Si intentaramos, hacerlo, enseguida nos darfamos cuenta de Ja dificulead que ello gontleva, Veumos, por ejemplo, el lenguajy, {Donde se sidan aqui las limites de Jo estético? ,Existen formas lingiiisticas en las que to estético tenga partici- pacién y otras en las que ne la tenga nunca? S6bs ung respuesta afinnativa acsla pregunta nos peturitiria delimitar y enumerar los casos, Pero basta un vistaxo cipide para constatar que ninguna formacién lingiisica—apane del lenguaje puctico—estd acompafiada obliguloriamente por Ja funcién estética. y mds atin, que ninguna, incluyende el Lenguaje coluquial més colidiano. est en principie desprovista de tal funcidn. Igual suecde con todas las demas actividades humanas. Tomemos come ejemplo los ofi- cios. En en oficio come la orfebreria Ja funci6n estdtica es mas evidente que, digamos, en la pariaderia o Ja carniceria, Ja orfebreria suele incluso Higurar en la historia del arte. ,Podemos decir, sin embargo, que las otras dos ocupaciones mencionadas carezcan escncialmente de funcidn esteti- ca? Eso significaria olvidar las formas de los productos de panaderia: has- (a succolor y su olor aportan clermentas estéticos; y lo mismo succde en 1g camiceria. aunque en una medila algo diferente. En summa, nb cacontra- famos un dreaen la que la Funcidn cstética esté esencialmente ausente; en potuncia siempre esld presente y puede manifestarse en cualquier monicn- + tachndos en ese yvalumen. N. de bt "Slave on steve cues G11940y 1 27 rae iH - Et hombre om ef miuuda ele kaw famtciones. nurings y catares lo, La funcidn esidtica no canoce limites, y ne sc puede afirmar que algu- nas esleras del quehacer humano estén necesar tlla y gue ouas Ja poscan por principio. mente desprsvistas de Exisien ademis formaciones culturales (empleames ol termine “cultur; en cl sentido amplio de la palabra para designar también la cultura wate. 3 ual} en las cuales las funcienes, im’. casi no-estdn mutuarente diferenciadas, sing que emergen + ad como un has compacto, que es variable a lo mas en sus “2 rial, Ja civilizacién y ta cultura espi china la estétic: en cada activ aspectos parciales. Asics, por ejemplo. cl ambiante de la cultura folcidrica, en el cual ni siquiera una actividad con funcién estética dominante com esel arte puede ser diferenciada y delimitada frente a ovas actividades. Sien las esftras exiraanisiicas es smposible distinguir actividades que posean funcidn cstética por principio y olras que escncialmente carczcan de ella, también vale lo conuario: en el arte, donde la funcitin estttica predomina por principio. nv se puede negar la presencia y la participacion de fanciones extracsy refloxiones (por ejemplo toda la teoria del arte de Dessoir se basa en ob- servaciones de esta indole}, dc modo que mis por razunes histéricas que 4 titulo de prueba cite un solo pusaje de Guyau: La cmocsin estdtica mds viva, la mesos mezelada con tristoza, se encuentra alli donde sc realize ituediatamente on forma de accion y asi sc sauisface asi anisma. Los espartands scatian muis toda La belleza de los cantus de Tirteo, 0 Jos alemanes lus de Koerner o dc Uhland. cuando estas versos tos. iampulsa- ban al carsbate. Les voluntarios de fa Revolucitn quizds nugca se sintieron més cmocionados por fa Marsellesa que el dia en que ella los elev de up golpe a las colinas de Jemappes. Asi misma, des enamoradus que. inclinadas sabre un pucma de amor como los heroes de Dante, viven lo que estén leycn- do, experimentunin un goce mds profundo tambiéa desde ci punwo de vista | puramente csidticn > Los ejemplos de Guyau, aunque simples (padriaraos encontrar muchos ejemplos mis complejos), ilustran bien la correlacion y fa interpenetracidn de las diversas funcioncs con la funcidn estética en el arte. 1M. Guyau, Les Brublimen. MSE cas. Este hecho ya ha sido objeto de numerosas 3 wen, funcaiin y eakor 239 $i afirmiamys. pues. quc la fyuncién cstdlicg ex ommipresenle, We se tata de panesteticismo, ya que las otras funcioncs son igualment: omaipresentes y, una vez. mds, Io son no sdlo todas como conjunio frente a la funcién estética, sino también individualmente cada una frente a las demas, No exisi¢ drea de Ja actividad humana que esté reservada de manera escncial e imevocable a tal o cual funcidn: siempre pucde despertar cualquiera de Jas funciones y no slo aqueila que cl sujete actuante atribuye a su actoo aso preducte, En el acto o en el producto sucien estar presentes varias fenciones, no sélo putencialmente sino de hecho, y entre ellas puede ha- ber algunas que el sujeto actuante © creador no fave en menie a no desed, Ninguna estera de ia actividad y lu creatividad humanas esta limitada a una sola funcidn, Siempre existen varias funciones y entre ellas se produ- cen tensiones, conflictas y conciliacién; y si se trata de un praducto dura- dere, sus funciones pueden cambiar con el tiempo, Habiendo comenzado- nuestra exposicion por ena reficaion sobre la funcién estélica fuera del arte, pronto hemos legado a wn resaliado que se refiere & las funciones én general, Este resultado puede expresarse como la polfuncionalidad esen- cial de la activided humana y la omnipresencia de las funciones Ra este punto envamos en contradiccién con el funcioaalisina original, euyos principios se manifestaron con una mtidez de cristal en la arquitec- tura funcional y especialmente en su teoria. EE funcionalisme arquitects- ‘mice parte dc! supuesto de que un edificio posec waa sola funcién, ki cual estd exactamente determinada por ta finalidad con la que es consiniida ef edificio, de ahi ia conocida camparacién que hace Le Corbuster entre of edificie y la maquina como un preducte funcionalmente univoco, Come etapa evolutiva de la arquitectura. el funcionalismo asi concebido fue ex- traordinaniamente fructifere, y como polgmica con ¢] anterior periods. historicista, que se complucia cn fingir para Jas edificaciones fines dife- rentes de aquellos para los que cram construidas, tuvo dambién justifica- sidn lodrica. No obstanic, pronto se mustrareu sus puctos débiles: um edi- ficio, especialmente ¢] destinado a la vivienda. no pucds Jinaitarse a una sola funcidn. porque es escenario de la wida humana y ta vida huraena es multiforme. La funcion de un edificio residencial y de cada uno de sus espacins eg milluple, ro porque el edificin o los espacios estén destinadas a varios propdsitos diferentes (aunque esto también es posible). sino por- que. aun cuando sirven aun sole fin, deben estar construidos de tal mane- 240 AL El twambre one! manda de dos inmes, norms ¥ veulores ra que puedan satisfacet detenvunadas necesicdades hutianas que no esiin > expresamente contenidas en la finslidadl det edificio o de la fabiaciGn, pero que son imprescindibles para el usuario, poryue esle es un ser hur: nocomplejo y polifacclicu, Los arguilectos ya han empezadn a tamar con- viencia de gue la concepcidn funcional ne consiste en una simple deduce : icio, sino en una reflexion cidn Idgica a partir de Ja destinacién del cdl compleja en la cual se cuenta inductiviamente con Jas multiples necesida- des concretas del usuario. Lo dicho sobre las fenciones en ta arquitectura vale también para las fun~ ciones en general: las funcianes no deben ser proyecladas unilateralmente en el objeto, sino que cs precise tener en cuenta al sujeto como su fuente * viva. Mientras proyectemos las funciones en cl objeto, siempre nos incli- naremes a ver sGlo una funcién, ya que el objeto, es decir um producto: humann, siempre Nevard mds claramente las marcas de su adapiacion a aguel propasiww dnico con el cual fue hecho. En cambio, si enfocamus las funciones desde ef punto de vista del sujeto, veremos que todo act con et cual el hombre se dirige a la realidad para influir de alptin modo en ella, corresponde de manera simultiaea e indivisible a varios objetivos, los ewales a veces mel propie autor del acto logra distinguir, De abt la incer- tidumbre acerea de la motivacidn de los actos. Aunque la convivencia social obliga al honsbre a veducir la mulliplicidad de las funcienes, james lo logrard cabalmente. a rienos que el ser humans sea convertide en una eriatura hasta bioldgicamente monofancional, come a wbeja o la horni- ga. Mientras el hombre sea Hombre, cada uno de sus actos incluird diver- sas funcioncs, cuyas tensiones reciprecas producidn diferentes eruces y desplazamientos jerdrquicos entre clas. {Qué consecuencia tiene esia concepeidn de las funciones para la funcién estética? La funcidn estérica deja de ser vista como algo fori y acceso- Tis, cotta suede cumado ex contemplada desde la perspectiva del objein {a menos que este objeto sea una obra artistical. Desde oh punty de vista del sujeto y de la tovalidad de su relacién con el mundo exterior. os claro que Ja funcidn esidica, como cualquier otra funcidn, forma parle accesa- Tia de la reacciin global del sujeto ante e] mundo circundante. Desde ta perspeelina del sujeto Jo que decide sobre esta neeesidad no es ef hecho de sila funcidn estética se dirige o no a algtin objetivo que trasciende cl Segna, faneidn y vader 241 acto dado o su producto, sing su capacidad para completar de alguna ma- ners (que ifentarcmes precisar mds adelante) Ja diversidad funcional del sujelo actuanice. Tan pronto come aseciamos jas funciones con el sujeto y descubrimos sus relaciones recipracas, la cuestién que nos inleresa—el lugar de Ja [uncién eslética entre otras [unciones—comienza a definirse no ya come un pros blema circunscrito a la funcidn estética sola, sino como un problema téla- vo a las funciones en general ya su fundamental correlacion, Esta corre- lacién no puede entenderse como una jetarguia, en el sentido de que algu- na funcién predomiae por principio sobre orras (unciones. lay cuales le sean subordinadas. Ia subordinacién y el predorrmo de lus funciones slo se produce en casos conerctys, durante actos particulares 0 en pro ductos particulares. Existen tambicn algunas jerarquizaciones mas perma- nentes de Jas funcinnes como caracterislica de época, pero éstas también son variables y, por ende, no pertenecen a la csencia del asunto. El hecho de que todas Jas [unciones sean potencialmente oramipresentes v que cada. oto se acompate de todo un ciimule de funciones, nos Heva a la conclu. sién de que el problema de su correlacién fundamental no es un problema. de, jerarquia sino de una Gpologia que permita asignar a cada funcién on lugar, no por debajo o porencima de otras fonciones, sing con respect. ellas _Cémo se puede lcgar a lal Upologia? {Por induccién o por deduccidn? La inducei6n presupondnia una eoumeracién lo mas completa posible de las funcianes coneretas 4 bavds de las cuales el hombre puede contemplar la realidad y actuar sobre clla. Dado cl estado actual de la investigacion de las funciones, es claro de antermano que tal empresa seria im trabajo de Sisifo: y tambiéa cube pregumar si una enumeracién semejanie sea del todo posible sin una alteracién brusca de Ja fides del estady real de las cosas, Quizd podriamos enlonces alcanzar nuestra mela mediante la deduccidn; PeTo. £0 partir de qué? Hemos dicha que ba fucnte de das funcienes es cL hombre. el sujeto de Jas mismas. Deberfames enlonves deducir la tipalogia de las funciones a partir de Ja constitucién del hombre, y mas precisamen- te del hombre en general, node! iodivigue, pues solo el hombre en general se sitda en el plano transhistérico que nos interesa. Sin embargo, 7.65 Ja 242 Hl Bi hambre ea ef mundo de lus fimciones, rormas y valores constitecién del hombre yn general una nocion tan definida que se pueda deducir algo de ella de manera incquiveca? En tin, séla nos queda el ca- ming dé la Weseasschan fenomenoldgica, yuc tambicn se basa eo la de- duccidn, pero a partir de la cosa en si, no de algo exterior a la cos nuesite caso. a partir de fe esencia de la funcian. en Nuestra pregunta inicial serd la siguiente: jqué es Ja funciém considerada desde el punto de vista del sujeto? Las palabras “desde el punto de vista del sujet” las agregamos como un raseo esentcial basdndonos en nuesiras féeflaxiones anteriores, que mos mostraron que sélu desde este punto de visla podemos observar la funcién sin deformaciones y en su integridad, Cuando definitmos la funcién eu témninos del ebjeto, la percibimes como vinculada con determinado objetivo que debe ser alcanzade mediante el acto acl producie dados, y este provoca la lendencia a concebir las fun- ciones de manera monoluncional. Séio si considcramos las fonciones coma modos de aulorrealizacién del suyjeto frente al mundo exterior, podremas verlas sin deformaciones dentro de una concepcidn polifuncienal y de acuerdo con c] estado real de las cosas. Qué es, pues, la funcién desde el punto de vista del sujeto? Es ua mody de autorreatizaciin del sujeto frente al mundy exterior, Cautelosamente digo “autorrealizacién de] sujeto” y no “accidn sobre la tealidad”, ya que no toda funcidn tiende a una modifi- cacién inmediata de la realidad (véase la tuncidn tedrica), Particndo de esta defi: nm, seguimos indagande (con atenciés también, de acuerda con el andlisis fenomenolégica, a nucsita experiencia propia, “jntrospectiva™) si los “rmodos de aulorrealizacién de] hombre” frente a la reahdad pueden distinguirse de alguna manera sin residue. Tal distincidn si es posible: el hombre puede realizatse frente a la realidad bien sea di- reclamente, bien sea por medio de alguna oua realidad. Directamente se tealiza frente a la realidad, por ejemplo, cuando Ja ransferma con sus propias manos para aprovechar esta [ransformacidn inmediatamente en su beneficio (emma cuando parte ramas para encender cl fuege froldndotas); también puede emplear algua instrumente sin que su autorrealizacién irente ala realidad se vuclva indirecta (Jas ramas partidas que el hombre [rota para eucender el fuego son ya un instrumento). Pero si el hombre apunala una imagen de su coemigo tsperande herir a ia persona retratada, q si antes de irse de cacerfa dispata a una imagen pintada de su. poesa creyenda Signo. fincidn y value 245 que con ello uleanze al animal antes de realmente verlo y alcanzarla, en- toners actia frente a Ja realidad indirectarnente, por medio de aa ccali- dad. La realidad que sirve de medig (la imagen pintadal no es cn este caso ui insicunento sino un signe y, para precisar. no un signg-insirumenta sine un signo auténemo, equivalent a la realidad que representa, De esta auionuinia hablaremos mids adelante, Aqui nos basta constatar que la aulorrealizacion de] hombre lrente ala dad puede efectuarse en prine cipio por dos vias, fuera de las cuales no hay olra; es decir que las funcio— nes se dividen bisicamente en immediaras y signicas Dentro de estos dos grupos exisic oma division necesaria, dada por la co— trelacidin sujeto-objeto: fa auterrealizacidn parte del sujeto y se dirige al objeto. Si aplicamos esta dualidad al grupo de Jas funciones inmediatas_ aparecerd una subdivision en autorrealizacién praclica y avtorrealizacion: tedrica. En las fanciones precticas estd en el primer plana el objeto, ya que la autorrealizacién del sujeto se oriewta en este caso hacia la transfor- mactén del objeto, es decir, de la realidad, En la funcién secrice sobresale el sujeta, pues el objetive general y ultimo de esta funcién es la ptoyec- cién de la realidad on Ja conciencia del sujeto come una imagen unificadar de acuerdo con la unidad de visidn del sujeto (sujeto supraindividual, uni- versalinente htimano), y también de acuerdo con la caracteristica basica, de Ja alencion humana, a saber, la de sdlo poder concentrarse en un punto. 1.a realidad en si, que es cl objeto de la Cuncién, permanece intacta ¢n la funcida Ieérica; cuanto mas puta és la postura leGrica, tanto mas escrupu- Joso- es ¢] esfuerzo por exciuir del praceso cognitive la mds leve posibili- dad de interferencia con Ja realidad estudiada (recordemas las gurantias de la pureza de los experimentos), Exa nemos ahora las funciones signicas. Estas también se subdividen de manera espontanea si les aplicamos la dualidad de orientactOn segun suje- wy objeto. La fimgion en la coal se destaca el objets es la funcidin simtbd- fica. La atencitn se contra cn la efeetividad de Ja relacion catre la cosa simbolizada y el signe simbdlica, O Dien se achia mediante el signe sobre la realidad, o bien ja realidad avtiia mediante el signo: y tanta cl signe: come Ja realidad por él designada son vistos come objeto. Esta efectivi- dad de la relacién entre e] signe y la cosa designada es la caracter(stica sica ¢ indispensable del signa simbdlica, cuando falta, el simbolo se zaq OD Ebhemibee en el manda de las funeiones, normas x valores convierte en alegoria, Vonsideremos un signe (por ejemplo un emblema 4 «de Estado). Mientras ] sine y la cosa desigaadla cstdn en una relacion de & efectividad (por cjemplo, si una ofensa al signe 5 j@uifica nfensa al Esta ca desaparece. el signa se convierte ep alegoria, similara Jos Wamados simbolos convencionales (co- razGn-amvor, anclaasperanza). Asi, la fuacion simbélica cestaca al objeto. deo), el signe es un simbolo: si esta caracteri: La funcién signica que pone de relieve al sejeto es la funeidn extética,” 4Por qué damos por supucsto que la funcién esitica pone en el primer plano al sujeta? No covemus quizd el riesgo de desviarnos hacia la teoria ‘ de la expresividud emotiva de lo estético, a la cual nos hemos opucsia mas, de una vez, y con sobradas razones? Pues bien, en primer lugar, el sujet que tenemos en mente nO cs un individua, sing el ser humane en general, mientras que las reaccinnes emotivas pertenecen 24s] por definicién a la esfera de lo individual. In sogundy Ingar, la realidad abarcada por ta (un- ¢ién estética es un signe y, por ende, un asunto de comunicacioa Suprapersonal. Esta circunstancia por sf sola no lendria que ser on obstd- culo para Ja expresividad, ya que, come lo ha demoustrado Ja lingiiistica, fas emociones también emplean signos para su expresiém, sd que en este caso los signos Son un fistrumnesto que sirve para te expresidn de ja emo- cidn, de moda que la funcidn omoliva pertenece a la esfera de las funcie- nes préctiaas, El signo estética no ¢s instrumental, sing que pertencce al objeto, de mancra semejante al signe simbélica, Mas ath: es el Gnico ob- jeto evidemte, pues congliluye un fin en si, lo misme st la funcidn estétiva se apnderd de él ya hecho o si ella misma Jo ha creado. Por esta razén, Mientras sea percibido como signe estélicn y en la medida en que sea percibido asi, no puede ser un medio para Ta expresién de la emacién. La “subjetividad” del signo estético frente a la “objetividad” del signe sim- bélico radica en otra caractetistica: cl signo estétice no acuia sobre ningu- na realidad particular, come lo hace eb signa simbélica, sino que refleja la reahdad en su (otalidad (de abl 1a llamada tipicidad de la obra de arte, un * Si quiere extewrerme hee cL beche dy gue la funcidn estéica conwisrte todo io que toca eR sgho. Remili a mi pomencia “Lan comme fair sémiologique'’, yresentaca gn e] VIN Congre- so (atericional de Vikwafia | 1934], come tambign a la poncncia que Jlevé al Congreso te Lin rustica en La Quya y que for publicadia ee checa en mi libra Capinulas de ta orcticer chece bajo el tule “a denaminacidn poghea y la funvién estiica del lenguaje", CAmbos irebujer estin includes eel presemte velomnen, N. de Ly Signo. funeién » valor 245 goncepte que dice nada més ni nada menos que la obra de ante, que és el signo estética mas puro. presenta a Lraveés de un hecho particular todos fas demas hechos purticulares y el conjunte de éstos — la realidad). La Tealidad reflejada como totalidad se balla unificada en el signe estético segtin la unidad de visién del sujeto. Con esta uniticacion de la realidad, la funeidn estética recuerda la funcidn tedrica, per) con ona diferencia: la funcidn tedrica busca establecer una fmagen global e unificadora de la realidad, mientras que la foncidn esidlica grea una actiind unificadora ha- cia la realidad. El objeto inmediaco de la funcida teérica-—-lo mismo que dela préctica—os la realidad examinada y e] signe sdlo sirve come instru mento de la copnicién (asi como la funcién prictica prefiere inscrumentas enlo posible monofuncionales, también la funcidn teérica procura que les siptios por ella cmpleados stan inequivocos). Para la funcién estética, Ja realidad no es un objeto inmediato, sino mediady, cf objeto inmediate (es decir, de ninguna manera instrumento) es el signe estético. cl cual proyec- (a la postura del sujeto, rcalizada a través de la configuracién del signo, sobre la realidad como una ley general de la misma, sin perder por ello la autonomia. Su autonomia la manificsta el signo estétuico mediante 13 refe- vencia a la realidad como un todo. no a un sector particular de la realidad. Por consiguiente, su validez no puede ser limitada por otry signo; dnica- inente puede ser uceptado 0 rechazado como un Todo. Por cl contrarig, ¢] signo que sitve a la funcién teérica {cl concepio) siempre desigaa sdle un determinado sector o un aspecto parcial de la reulidad y coexiste con atas signos (conceptos), que limitan su validez. Recapitulemos: ¢1 signe cstéti- co, al igual que el simbélico, es un signo-objeto; pero, a diferencia det Sigag situbOlico, no aelva sobre la alidad, sino que se proyecta sobre cila, Esta es, a nuestro parecer, fa tipologia de las funciones. Dos grupos, a saber, las funciones inmedialas y las signicas, que a su vez s¢ subdividen: las functones inmediatas, en funciones practicas y la funcidn tedrica, y las fgnicas, en la fancidn simbdlica y la estética. Puede amar Ja atencidn ¢] hecho de que hablemos en plural de las “funciones practicas” y cn singu- lar de la funcidn teérica, la simbélica ¥ la estétnica. Esto comesponde al estado coal de Jas cusas. Hxisten numerosas matices de la funcidn prdctica; algunos tienen un nombre convencional, para olros seria necesario crear un nombre ad Ane y otros, aunque discernibles, pasiblemente eludan cual-

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