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No incluye:
Lesiones Evolutivas del cerebro.
Lesiones en estructuras distintas del encéfalo, como la medula espinal.
Trastornos ocasionados por lesiones encefálicas después de la primera infancia.
Es una lesión irreversible pero con terapia es posible que la persona pueda conseguir acercarse
a un funcionamiento cada vez más normalizado.
La lección al SNC puede ocurrir en el periodo prenatal por intoxicación, rubeola, etc.
En la madre por exposición a radiactores.
Perinatal, por parto distócico, anoxia, etc.
posnatal, por traumatismos en el cráneo, infecciones como la meningitis, etc.
Aunque la más frecuente siempre ha sido la falta de oxigeno en el parto.
La parálisis cerebral se asocia con alteraciones del lenguaje y del habla, trastornos sensoriales y
perceptivos, problemas atencionales, retrasos en el desarrollo intelectual y alteraciones
psicológicas.
Cada una de estas posibles alteraciones se producirá en mayor o menor medida dependiendo
del tipo de parálisis y del grado de afectación.
Las alteraciones del lenguaje guardan relación con la carencia de la estimulación lingüística
necesaria para su desarrollo.
Pero, a nivel de desarrollo del lenguaje, hay que señalar que si el niño no puede articular
correctamente las palabras, tampoco el lenguaje se adquiere con la misma eficiencia, puesto
que la retroalimentación que el niño obtiene con la emisión propia de la palabra no estará
presente, y quizá esto suponga una limitación para el desarrollo del lenguaje inicial, al menos
una distorsión en la adquisición de las primeras palabras, que no se refuerzan igual, primero
porque falta retroalimentación propia, y segundo, porque el adulto, al no entenderlas por la
deficiente articulación, tampoco las reforzará, por lo que puede que el desarrollo inicial del
lenguaje se vea desfavorecido.
2.- TRASTORNOS SENSORIALES: los trastornos auditivos son frecuentes en los niños con
parálisis atetoide y suponen una pérdida de audición para los sonidos agudos (s, z, ch...) que
provoca omisiones, sustituciones o distorsiones.
3.- TRASTORNOS PERCEPTIVOS: dificultades para discriminar estímulos, distinguir la figura del
fondo, completar figuras, construcción con cubos, etc.
4.- PROBLEMAS ATENCIONALES: pueden darse con cierta frecuencia distracciones ante
estímulos leves que interfieren en los aprendizajes.
5.- DESARROLLO INTELECTUAL: se considera que entre el 40 y el 50% de los niños con parálisis
cerebral tienen un desarrollo intelectual inferior al normal debido al daño cerebral temprano, a
las limitaciones de las oportunidades de aprendizaje (Peñafiel, 1999). La limitación motriz
condiciona sensiblemente las oportunidades para un adecuado desarrollo intelectual, sabiendo
que la base del desarrollo cognitivo, especialmente en el período sensoriomotor, la configuran
las percepciones y el movimiento, de modo que si el niño no puede desarrollar una oportuna
exploración del entorno, la construcción inicial de esquemas mentales sobre el mismo también
se verá afectada. A ello se suman otros posibles trastornos asociados, con lo que el retraso
cognitivo-intelectual es frecuente en esta población (Navas y Castejón, 2009).
6.- ALTERACIONES PSICOLÓGICAS: los niños afectados de parálisis cerebral suelen presentar
una disminución en el desarrollo social y de la personalidad, con sentimientos de ansiedad, bajo
autoconcepto e inseguridad sobre si serán capaces o no de ofrecer una respuesta correcta a las
demandas de una tarea.
Terapia ocupacional: Se encarga en potenciar las funciones de tronco, mejorar la postura y sacar
mayor provecho de la movilidad del niño. Se le enseña al niño a aprender las actividades básicas
de la vida cotidiana, esto ayuda al niño a aumentar su autoconfianza.
• Terapias recreativas: En los niños con una parálisis leve para mejorar las habilidades
motoras. Mejora en el lenguaje, en la autoestima y en el bienestar emocional.
• Terapia del habla y del lenguaje: una gran parte de los niños afectado tienen graves
dificultades para producir el lenguaje, en hacer gestos manuales y expresiones faciales, y les
cuesta mucho mantener una conversación. Desarrollan ejercicios para ayudar a los niños a
sobrellevar las dificultades de la comunicación. Otras ejercidos desarrolladas en esta terapia,
ayudan a aprender habilidades sociales, enseñándoles a mantener la cabeza erguida, el contacto
visual, etc. También enseñan a utilizar dispositivos especiales de comunicación.
Cuando los niños con parálisis tienen dificultades para comer y beber, se les da un tratamiento
específico para problemas con la comida y el babeo, estas dificultades son debidas a que los
niños nos tienen control de los músculos de la boca, de la mandíbula y de la lengua.
Tratamientos farmacológicos
Existen varios tipos de medicamentos, denominados medicamentos orales, estos pueden ser
diazepam, baclofén, dantrolene sódico y tizanidina. Estos, se utilizan para relajar los músculos
rígidos o hiperactivos. Son bastantes adecuados para aquellos niños que necesitan una
reducción leve del tono muscular.
De vez en cuando se usan “lavados” con alcohol, estos son inyecciones de alcohol en los
músculos para reducir las espasticidad. Este tratamiento incluye dolor y entumecimiento.
La respuesta educativa hace referencia a las adaptaciones que debe realizar el medio educativo
para proporcionar la atención correcta a las necesidades que los alumnos puedan precisar a lo
largo de su etapa escolar.
• Centros ordinarios: indicados para alumnos que pueden seguir el currículo ordinario y el
que puede seguirlo con adaptaciones más o menos significativas y/o refuerzos educativos.
Deberá tener un equipo docente, un equipo de orientación educativa psicopedagógica (por
sector), un departamento de orientación, un psicoterapeuta (PT), un especialista en audición y
lenguaje, un auxiliar técnico educativo, un educador social (E.S.O) y u centro de apoyo al
profesorado.