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Definición de la Parálisis Cerebral

La Parálisis Cerebral describe un grupo de trastornos permanentes del desarrollo del


movimiento y de la postura, que causan limitaciones en la actividad y que son atribuidos a
alteraciones no progresivas ocurridas en el desarrollo cerebral del feto o del lactante. Los
trastornos motores de la parálisis cerebral están a menudo acompañados por alteraciones de la
sensación, percepción, cognición, comunicación y conducta, por epilepsia.

 No incluye:
Lesiones Evolutivas del cerebro.
Lesiones en estructuras distintas del encéfalo, como la medula espinal.
Trastornos ocasionados por lesiones encefálicas después de la primera infancia.

ETIOLOGIA DE LA PARALISIS CEREBRAL

La parálisis cerebral para algunos autores no es considerada ni “parálisis” ni “cerebral”, ya que


no consiste exactamente en la paralización de ciertas partes del cuerpo ni mucho menos del
cerebro. Es una lesión acaedida durante la constitución, maduración y organización del sistema
nervioso central que deja secuelas por el daño al sistema neurológico.

La parálisis cerebral no es contagiosa pues no es una enfermedad y tampoco hereditaria, lo que


descarta así la posible existencia de una base genética y la posibilidad de transmisión de padres
a hijos.

Es una lesión irreversible pero con terapia es posible que la persona pueda conseguir acercarse
a un funcionamiento cada vez más normalizado.

 La lección al SNC puede ocurrir en el periodo prenatal por intoxicación, rubeola, etc.
 En la madre por exposición a radiactores.
 Perinatal, por parto distócico, anoxia, etc.
 posnatal, por traumatismos en el cráneo, infecciones como la meningitis, etc.
 Aunque la más frecuente siempre ha sido la falta de oxigeno en el parto.

Según investigaciones realizadas por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y


Apoplejía señala y atribuye a la patología congénita únicamente el 5% de los casos de parálisis
cerebral.

Características y tipos de parálisis cerebral

Dada esta diversidad etiológica, la sintomatología y el pronóstico también son


muy variables, englobando desde los niños con alteraciones motrices discretas
hasta otros cuya alteración motriz les impide realizar prácticamente cualquier
movimiento voluntario. A su vez, la parálisis cerebral puede implicar retraso
mental sumamente grave, trastornos sensoriales asociados, o, por el contrario,
ausencia de déficit sensoriales y una inteligencia normal. Algunas de las
características importantes que ayudan a la identificación de bebés con parálisis
cerebral.
Signos característicos de los bebés con parálisis cerebral
— Parece que no oye. No responde al ruido.
— Parece que no ve. No fija la mirada.
— Succiona de forma débil.
— Su llanto es débil.
— No balbucea a los seis meses.
— El niño es flojo, no se mueve. No sostiene la cabeza a los cuatro meses. No se
sienta solo al año. No camina solo al año y medio.
— Mueve mucho más una mano que otra. Tiene siempre la mano cerrada o
empuñada.
— Siempre tiene la cabeza hacia atrás. Sus piernas están extendidas o cruzadas

Los cuadros clínicos más frecuentes son la espasticidad, la atetosis y la ataxia,


y los menos frecuentes son la rigidez y los temblores. Raras veces se presenta
en un niño una tipología pura, ya que lo habitual es que se den cuadros mixtos.

— La espasticidad afecta al 70 u 80 % de los pacientes con parálisis cerebral,


cuyos músculos están rígidos y contraídos permanentemente. Consiste en un
incremento del tono muscular.
Las contracciones musculares son de dos tipos: las que se dan en reposo y las
que aparecen o aumentan con el esfuerzo y la emoción, es decir, cuando el niño
se sorprende con un ruido brusco, una amenaza, un susto, etc. La mímica de la
cara y la articulación se encuentran también alteradas, con lo cual el lenguaje
oral suele ser disártrico y, a veces, inexistente.

— La atetosis, o la parálisis cerebral discinética, consiste en una dificultad en el


control y la coordinación de los movimientos voluntarios. Estos movimientos
atípicos afectan a las manos, los pies, los brazos o las piernas, y en algunos
casos, a los músculos de la cara y la lengua, causando muecas inapropiadas o
babeo. Los movimientos aumentan a menudo durante períodos de estrés
emocional y desaparecen mientras se duerme. Los pacientes pueden tener
problemas coordinando los movimientos musculares necesarios para el habla, lo
que se conoce como disartria. La parálisis cerebral atetoide afecta
aproximadamente a entre un 10 y un 20% de los pacientes.
— La ataxia es un síndrome cerebeloso en el que se encuentran alterados el
equilibrio y la precisión de movimientos. Se caracteriza por una dificultad para
medir la fuerza, la distancia y la dirección de los movimientos, que suelen ser
lentos y torpes y se desvían con facilidad del objetivo perseguido. Existe
descoordinación de la marcha, que es lenta, insegura y rígida, con caídas
frecuentes, e incapacidad de caminar siguiendo una línea recta. Raramente se
encuentra pura, y suele presentarse asociada a la atetosis. Se estima que la
forma atáctica afecta a entre un 5 y un 10% de los pacientes con parálisis
cerebral.
— La rigidez consiste en una marcada hipertonía, tanto en los músculos
agonistas como antagonistas, que pueden llegar a impedir todo movimiento,
dándose una resistencia a los movimientos pasivos.

— Los temblores consisten en movimientos breves, rápidos, oscilantes y


rítmicos que pueden ser constantes o producirse solamente en la ejecución de
movimientos voluntarios.
Trastornos asociados a la parálisis cerebral son el retraso mental, las
convulsiones o epilepsia, los problemas de crecimiento, la visión y audición
limitadas, las deficiencias para experimentar sensaciones simples como el tacto
o el dolor, la incontinencia urinaria, las dificultades para tragar, el babeo por falta
de control de los músculos de la garganta...

Puede verse una clasificación de la parálisis cerebral teniendo en cuenta la


etiología, los efectos funcionales y la topografía corporal afectada.

Criterios de clasificación de la parálisis cerebral


Según la etiología Según los efectos Según la topografía
funcionales corporal
Prenatales (embriopatías Espasticidad Tetraplejia
y fetopatías)
Perinatales (anoxia, Atetosis Diplejia
traumatismo
por fórceps)
Postnatales (infecciones, Ataxia Hemiplejia
deshidrataciones,
accidentes
vasculares)
Rigidez Monoplejia
Temblores Paraplejia

CARACTERÍSTICAS DEL DESARROLLO EN LOS NIÑOS CON PARÁLISIS CEREBRAL

La parálisis cerebral se asocia con alteraciones del lenguaje y del habla, trastornos sensoriales y
perceptivos, problemas atencionales, retrasos en el desarrollo intelectual y alteraciones
psicológicas.

Cada una de estas posibles alteraciones se producirá en mayor o menor medida dependiendo
del tipo de parálisis y del grado de afectación.

1.- ALTERACIONES DEL LENGUAJE Y DEL HABLA:

Al estar afectados los movimientos de los órganos de la articulación y de la fonación, se


producen diferentes alteraciones (pausas respiratorias indebidas).

Las alteraciones del lenguaje guardan relación con la carencia de la estimulación lingüística
necesaria para su desarrollo.

Pero, a nivel de desarrollo del lenguaje, hay que señalar que si el niño no puede articular
correctamente las palabras, tampoco el lenguaje se adquiere con la misma eficiencia, puesto
que la retroalimentación que el niño obtiene con la emisión propia de la palabra no estará
presente, y quizá esto suponga una limitación para el desarrollo del lenguaje inicial, al menos
una distorsión en la adquisición de las primeras palabras, que no se refuerzan igual, primero
porque falta retroalimentación propia, y segundo, porque el adulto, al no entenderlas por la
deficiente articulación, tampoco las reforzará, por lo que puede que el desarrollo inicial del
lenguaje se vea desfavorecido.
2.- TRASTORNOS SENSORIALES: los trastornos auditivos son frecuentes en los niños con
parálisis atetoide y suponen una pérdida de audición para los sonidos agudos (s, z, ch...) que
provoca omisiones, sustituciones o distorsiones.

3.- TRASTORNOS PERCEPTIVOS: dificultades para discriminar estímulos, distinguir la figura del
fondo, completar figuras, construcción con cubos, etc.

4.- PROBLEMAS ATENCIONALES: pueden darse con cierta frecuencia distracciones ante
estímulos leves que interfieren en los aprendizajes.

5.- DESARROLLO INTELECTUAL: se considera que entre el 40 y el 50% de los niños con parálisis
cerebral tienen un desarrollo intelectual inferior al normal debido al daño cerebral temprano, a
las limitaciones de las oportunidades de aprendizaje (Peñafiel, 1999). La limitación motriz
condiciona sensiblemente las oportunidades para un adecuado desarrollo intelectual, sabiendo
que la base del desarrollo cognitivo, especialmente en el período sensoriomotor, la configuran
las percepciones y el movimiento, de modo que si el niño no puede desarrollar una oportuna
exploración del entorno, la construcción inicial de esquemas mentales sobre el mismo también
se verá afectada. A ello se suman otros posibles trastornos asociados, con lo que el retraso
cognitivo-intelectual es frecuente en esta población (Navas y Castejón, 2009).

6.- ALTERACIONES PSICOLÓGICAS: los niños afectados de parálisis cerebral suelen presentar
una disminución en el desarrollo social y de la personalidad, con sentimientos de ansiedad, bajo
autoconcepto e inseguridad sobre si serán capaces o no de ofrecer una respuesta correcta a las
demandas de una tarea.

TRATAMIENTOS UTILIZADOS EN LA PARÁLISIS CEREBRAL.

Terapia ocupacional: Se encarga en potenciar las funciones de tronco, mejorar la postura y sacar
mayor provecho de la movilidad del niño. Se le enseña al niño a aprender las actividades básicas
de la vida cotidiana, esto ayuda al niño a aumentar su autoconfianza.

• Terapias recreativas: En los niños con una parálisis leve para mejorar las habilidades
motoras. Mejora en el lenguaje, en la autoestima y en el bienestar emocional.

• Terapias físicas controvertidas: Fisioterapia donde los niños aprenden habilidades


motoras al mismo tiempo que lo hacen los niños sin parálisis. Se empieza por enseñar a gatear
sin tener en cuenta la edad, para luego avanzar y enseñar a caminar. Dentro de esta terapia, se
encuentra la técnica de Bobath y la Educación conductiva.

• Terapia del habla y del lenguaje: una gran parte de los niños afectado tienen graves
dificultades para producir el lenguaje, en hacer gestos manuales y expresiones faciales, y les
cuesta mucho mantener una conversación. Desarrollan ejercicios para ayudar a los niños a
sobrellevar las dificultades de la comunicación. Otras ejercidos desarrolladas en esta terapia,
ayudan a aprender habilidades sociales, enseñándoles a mantener la cabeza erguida, el contacto
visual, etc. También enseñan a utilizar dispositivos especiales de comunicación.

Cuando los niños con parálisis tienen dificultades para comer y beber, se les da un tratamiento
específico para problemas con la comida y el babeo, estas dificultades son debidas a que los
niños nos tienen control de los músculos de la boca, de la mandíbula y de la lengua.
Tratamientos farmacológicos

Existen varios tipos de medicamentos, denominados medicamentos orales, estos pueden ser
diazepam, baclofén, dantrolene sódico y tizanidina. Estos, se utilizan para relajar los músculos
rígidos o hiperactivos. Son bastantes adecuados para aquellos niños que necesitan una
reducción leve del tono muscular.

De vez en cuando se usan “lavados” con alcohol, estos son inyecciones de alcohol en los
músculos para reducir las espasticidad. Este tratamiento incluye dolor y entumecimiento.

NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES

La respuesta educativa hace referencia a las adaptaciones que debe realizar el medio educativo
para proporcionar la atención correcta a las necesidades que los alumnos puedan precisar a lo
largo de su etapa escolar.

Existen 4 modalidades de escolarización:

• Centros ordinarios: indicados para alumnos que pueden seguir el currículo ordinario y el
que puede seguirlo con adaptaciones más o menos significativas y/o refuerzos educativos.
Deberá tener un equipo docente, un equipo de orientación educativa psicopedagógica (por
sector), un departamento de orientación, un psicoterapeuta (PT), un especialista en audición y
lenguaje, un auxiliar técnico educativo, un educador social (E.S.O) y u centro de apoyo al
profesorado.

• Centro de integración preferente: indicados para alumnos con discapacidad sensorial,


motóricas y trastorno general del desarrollo (TGDS) cuando requieran recursos excepcionales.
Dispondrá de los mismos recursos humanos que un centro ordinario incluyendo un intérprete
de lengua de signos.

• Centro de educación especial: indicado para alumnos con NEAE´s extensas y


permanentes que requieran una reordenación global de las enseñanzas y una atención
específica especializada. Van a requerir un equipo docente en el cual los tutores van a ser PT, un
equipo de orientación educativa psicopedagógica, especialista en audición y lenguaje y un
logopeda, un auxiliar técnico educativo, un departamento de orientación, un intérprete de
lengua de signos, un fisioterapeuta, un médico o A.T.S. y un profesor técnico de servicios a la
comunidad.

• Centro de escolarización combinada: indicado para alumnos que pudiendo escolarizarse


en un centro ordinario también necesita recursos y medidas educativas que solo puede
proporcionarle el centro de educación especial. Los recursos humanos son todos los del centro
ordinario más los de educación especial.

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