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MITOLOGÍA AFRICANA

Hubo un tiempo en que el ser superior Mulukú, se propuso hacer brotar, de la tierra misma, a la primera pareja
de la que todos descendemos. Mulukú, que dominaba el oficio de la siembra o, por mejor decir, era el
sembrador por excelencia, hizo dos agujeros en el suelo. De uno surgió una mujer, del otro surgió un hombre.
Ambos gozaban de la simpatía y el cariño de su hacedor y, por lo mismo, decidió enseñarles todo lo relativo a
la tierra y su cultivo. Les proveyó, además, de herramientas para cavar y mullir el suelo y para cortar, o podar,
árboles secos, y para clavar estacas. Puso en sus manos semillas de mijo para sembrar en la tierra y, en fin,
les mostró la manera de vivir por sí mismos, sin dependencia alguna de cualesquiera otras criaturas.

MITOLOGÍA EGIPCIA

En el principio sólo existía un océano infinito, Nun, que contenía todos los elementos del Universo. No existían
ni el Cielo ni la Tierra, y los hombres aún no habían nacido. No había vida ni muerte. El espíritu del mundo se
hallaba disperso en el caos, hasta que tomando conciencia se llamó a sí mismo; así nació el dios Ra. Ra
estaba solo; creó de su aliento al aire, Shu, y de su saliva a la humedad, Tefnut, y los mandó a vivir al otro
lado de Nun. Después hizo emerger una isla donde poder descansar; la llamó Egipto. Y como surgió de las
aguas, viviría gracias al agua; así nació el Nilo. Ra fue creando a las plantas y los animales a partir de Nun.
Entretanto, Shu y Tefnut tuvieron dos hijos, a los que llamaron Geb (Tierra) y Nut (Cielo). Geb y Nut se
casaron; así, el cielo yacía sobre la tierra, copulando con ella. Shu, celoso, los maldijo y los separó
sosteniendo al cielo sobre su cabeza, y sujetando a la tierra con sus pies; aun así, no pudo evitar que Nun
tuviera hijas, las estrellas.

MITOLOGÍA AZTECA

Ometecuhtli quien es el dios absoluto y creador al principio estaba solo, por lo tanto decidió darle vida a un
hombre y a una mujer llamados Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl así que de la unión de esta pareja nacieron
cuatro hijos llamados de la siguiente manera: el mayor Tezcatlipoca rojo, el segundo Tezcatlipoca negro, el
siguiente fue Quetzalcóatl y finamente Huitzilopochtli. Fueron los cuatro hermanos quienes al asumirse como
dioses, crearon un hombre y una mujer para que poblaran la tierra con su descendencia y así lograran
rendirles tributo de forma más contundente. Asimismo, los cuatro dioses crearon elementos naturales como
los mares y dieron vida a los animales; posteriormente optaron por formar otros dioses a los cuales les
asignaron misiones distintas enfocándose en que fueran representaciones de algún aspecto natural.

MITOLOGÍA NÓRDICA

Aunque los dioses habían diseñado desde el principio Midgard o Manaheim, como la morada del hombre,
todavía no existían seres humanos que lo habitaran. Un día, Odín, Vili y Ve, según unas fuentes, o bien Odín,
Hoenir y Lodur, iban andando por la orilla del mar y se encontraron con, según fuentes, dos árboles, el fresno
(Ask) y el olmo (Embla) o con dos bloques de madera toscamente tallados con forma humana. Los dioses
contemplaron en silencio y totalmente asombrados la madera inerte. Odín, percatándose del uso que se le
podría dar, les dotó de almas. Vili o Hoenir les concedió el movimiento y los sentidos y Ve o Lodur contribuyó
con sangre y una complexión saludable. Dotados así de habla e intelecto, y con poder para amar, esperar y
trabajar, y con vida y con muerte, a los recién creados: hombre (Ask) y mujer (Embla) se les otorgó la libertad
para gobernar Midgard a su deseo.

MITOLOGÍA ROMANA

Marte, el dios de la guerra, engendró en Rea Silvia a los mellizos Rómulo y Remo. Cuando éstos nacieron y
para salvarlos fueron arrojados al Tíber dentro de una canasta que encalló en la zona de las siete colinas
situada cerca de la desembocadura del Tíber, en el mar. Una loba, llamada Luperca, se acercó a beber y les
recogió y amamantó en su guarida del MontePalatino hasta que, finalmente, les encontró y rescató un pastor
cuya mujer los crió. Ya adultos, los mellizos repusieron a Numitor en el trono de Alba Longa y fundaron, como
colonia de ésta, una ciudad en la ribera derecha del Tíber, en el lugar donde habían sido amamantados por la
loba, para ser sus Reyes. Nace Roma.
MITOLOGÍA GUARANÍ

En una remota mañana Tupâ y Arasy bajaron a la tierra. Instalados sobre una colina, de Areguá, de allí
crearon los mares y ríos, los bosques, las estrellas y todos los seres del universo. Allí Tupâ creó la primera
pareja humana. Tomó un poco de arcilla, la mezcló con zumo de Ka'á-ruvichá (la yerba fabulosa), sangre de
yvyja'ú (ave nocturna: Lurocalis semitorcuatus, Caprimúlgido), hojas de plantas sensitivas (entre ellas el jukeri:
Mimosa sepiaria. M. asperate L. Leguminosas Mimosáceas) y un ambu'á (cientopié, Miriápodo), hizo una
pasta remojando con agua de un manantial cercano. Tupâykuá (hoy Tupaikuá, lago Ypakaraí) y con ella dos
estatuas, a su semajanza, y las expuso al sol para secarse, y quedaron dotadas de vida.

MITOLOGÍA MAPUCHE

Hace infinidad de lluvias, en el mundo no había más que un espíritu que habitaba en el cielo. Solo él podía
hacer la vida. Así decidió comenzar su obra cualquier día. Aburrido un día de tanta quietud decidió crear a una
criatura vivaz e imaginativa, a la cual llamó “hijo”, porque mucho le quiso desde el comienzo. Luego muy
contento lo lanzó a la tierra. Tan entusiasmado estaba que el impulso fue tan fuerte que se golpeó duramente
al caer. Su madre desesperada quiso verlo y abrió una ventana en el cielo. Esa ventana es kuyén, la luna, y
desde entonces vigila el sueño de los hombres. El gran espíritu quiso también seguir los primeros pasos de su
hijo. Para mirarlo abrió un gran hueco redondo en el cielo. Esa ventana es antú, el sol y su misión es desde
entonces calentar a los hombres y alentar la vida cada día. Pero en la tierra el hijo del gran espíritu se sentía
terriblemente solo. Nada había, nadie con quién conversar. Cada vez más triste miró al cielo y dijo: ¿padre,
porqué he de estar solo? En realidad necesita una compañera -dijo ngnechén, el espíritu progenitor. Pronto le
enviaron desde lo alto una mujer de suave cuerpo y muy graciosa, la que cayó sin hacerse daño cerca del
primer hombre. Ella estaba desnuda y tuvo mucho frío. Para no morir helada echó a caminar y sucedió que a
cada paso suyo crecía la hierba, y cuando cantó, de su boca insectos y mariposas salían a raudales y pronto
llegó a lituche el armónico sonido de la fauna.

MITO TEHUELCHE

Tons (la oscuridad) engendró a tres espíritus que eran muy temidos por los tehuelches. Se dice que cuando la
luna y el sol se fundían tras el horizonte, la oscuridad invadía la tierra hasta el regreso de los amantes.Pero
sólo aparecía el sol. Entonces Tons se alejaba de la tierra para encontrarse con el Tiempo que era su
consorte y con él engendró a los tres malos espíritus llamados Axshem, Kélenken y Maip. Estos dos últimos
eran mellizos. Axshem era el que vivía en el fondo de un manantial sulfuroso. Kélenken en cambio,
deambulaba por la Patagonia derramando sus males por doquier mientras que Maip, espíritu dañino que
representaba el viento helado, acompañaba a su hermano mellizo, apagando los fogones, entumeciendo los
miembros de los seres, matando a los inocentes pajaritos sin guarida y helando los tiernos brotes de las
plantas.

MITOLOGÍA CHILOTA

El Millalobo es el ser más poderoso de los mares luego de Caicai, quién lo eligió como representante de él
para que gobernara todo lo que habita en el mar. Es un ser tipo tritón, mitad inferior lobo marino y mitad
superior humano, y su rostro es una mezcla de ambos. Nació del apareamiento de una mujer con un lobo
marino que la salvó de morir ahogada, en los tiempos de la lucha mítica entre Tenten Vilu y Caicai Vilu. El
Millalobo presentaría un pelaje brillante de color oro, de ahí su nombre, y la capacidad de cambiar la forma de
su rostro. Este ser mitológico se dice que no puede hablar y sólo se comunica mediante una especie de balido
similar al del lobo marino; pero aun así, el significado de sus balidos es fácilmente comprensible para el ser
humano. Se cuenta que, al verlo Caicai, lo encontró un ser de su agrado; y como luego de su batalla con
Tenten deseaba delegar su poder a alguien, escogió al Millalobo para ese cargo.

MITOLOGÍA DIAGUITA

Cuentan que en tiempos muy antiguos la tribu diaguita, prevalida de su industrioso ingenio, incurrió en
abominables excesos, con abandono de los deberes para con Dios. En vez de servirse del maíz para su
alimento cotidiano, dieron en fermentarlo e inventaron la chicha y no pararon hasta embrutecerse con
tremendas y continuas borracheras. Queriendo Dios que el pueblo diaguita escarmentara de una vez para
siempre y recobrara su antigua distinción y nobleza, envió sobre sus campos ¡la más calamitosa sequía. Por
varios años arreo, cerró Dios los cielos y no envió lluvia sobre los campos. Se perdieron todas las siembras,
los ríos se secaron y hasta la hierba se agostó. Los animales y los hombres perecían de hambre y de sed.
Supremas angustias sufrieron los diaguitas. Los muertos llenaban todos los caminos. Todo era desolación y
pavor.
MITOLOGÍA ESCANDINAVA

El día de la venganza de Fenrir llegó por fin: el último día, el de la batalla entre las fuerzas del bien y las del
mal. Tras su expulsión de Asgard, Loki llevó la maldad a los humanos, haciendo que el mundo se convirtiera
en el lugar de todos los crímenes. Las divinidades sentían que había llegado su ocaso. El Sol y la Luna
dejaron de brillar al ser alcanzados y devorados por los lobos engendrados por Fenrir. La nieve y la ventisca lo
invadieron todo durante tres años, y luego otros tres años de pesar cayeron sobre el aterrado Universo. El
dragón Nidhogg devoró la raíz del fresno Yggdrasil y Heimdall dio el toque de alarma. El ejército del bien,
formado por los dioses y los Einheriar, se enfrentó con los gigantes y los monstruos del mal, presididos por la
diosa de la muerte, Hel, Loki y Fenrir. La lucha final se produjo en la llanura de Vigrid. Cada combatiente
seleccionó al enemigo de su talla: Odín se enfrentó al lobo Fenrir; Thor se abalanzó contra la serpiente
Jormungand; Heimdall eligió al traidor Loki; Tyr luchó contra el perro Garm. En medio de una feroz tormenta,
los enemigos se enfrentaron hasta la muerte. Mientras los dioses y los malvados se asesinaban, el cielo y la
tierra ardían con las centellas que arrojó el furioso Surt y, muy pronto, todo el Universo se consumió en un
fuego que lo purificaría para siempre.

MITOLOGÍA GRIEGA

La historia cuenta que Zeus, deseoso de vengarse de Prometeo por haber robado el fuego y dárselo a los
humanos, presentó al hermano de este, Epimeteo, una mujer llamada Pandora, con quien este se casó. Como
regalo de bodas, Pandora recibió un misterioso pithos —una tinaja ovalada, aunque actualmente sea citada y
aceptada como una caja— con instrucciones de no abrirlo bajo ninguna circunstancia. Los dioses habían
otorgado a Pandora una gran curiosidad, por lo que decidió abrir la tinaja para ver qué había dentro. Al abrirlo,
escaparon de su interior todos los males del mundo. Cuando atinó a cerrarla, solo quedaba en el fondo Elpis,
el espíritu de la esperanza.1 De esta historia surgió la expresión «La esperanza es lo último que se pierde».}

MITOLOGÍA RAPANUI

Make-Make es el creador del mundo. Él siempre miraba la Tierra que había creado, pero sentía que algo le
faltaba. Un día, por casualidad, tomó una calabaza que estaba llena de agua, y al mirar dentro, vio con
asombro que su rostro se reflejaba en ella. Muy sorprendido por lo que había descubierto, saludó a su propia
imagen y en ese preciso instante un pájaro de posó sobre su hombro. Al ver que su imagen en el agua se
aparecía con un pico, alas y plumas, Make-Make tomó el reflejo y lo unió con el del pájaro, naciendo así su
primogénito.

MITOLOGÍA AFRICANA

Hubo un tiempo en que el ser superior Mulukú, se propuso hacer brotar, de la tierra misma, a la primera pareja
de la que todos descendemos. Mulukú, que dominaba el oficio de la siembra o, por mejor decir, era el
sembrador por excelencia, hizo dos agujeros en el suelo. De uno surgió una mujer, del otro surgió un hombre.
Ambos gozaban de la simpatía y el cariño de su hacedor y, por lo mismo, decidió enseñarles todo lo relativo a
la tierra y su cultivo. Les proveyó, además, de herramientas para cavar y mullir el suelo y para cortar, o podar,
árboles secos, y para clavar estacas. Puso en sus manos semillas de mijo para sembrar en la tierra y, en fin,
les mostró la manera de vivir por sí mismos, sin dependencia alguna de cualesquiera otras criaturas.

MITOLOGÍA EGIPCIA

En el principio sólo existía un océano infinito, Nun, que contenía todos los elementos del Universo. No existían
ni el Cielo ni la Tierra, y los hombres aún no habían nacido. No había vida ni muerte. El espíritu del mundo se
hallaba disperso en el caos, hasta que tomando conciencia se llamó a sí mismo; así nació el dios Ra. Ra
estaba solo; creó de su aliento al aire, Shu, y de su saliva a la humedad, Tefnut, y los mandó a vivir al otro
lado de Nun. Después hizo emerger una isla donde poder descansar; la llamó Egipto. Y como surgió de las
aguas, viviría gracias al agua; así nació el Nilo. Ra fue creando a las plantas y los animales a partir de Nun.
Entretanto, Shu y Tefnut tuvieron dos hijos, a los que llamaron Geb (Tierra) y Nut (Cielo). Geb y Nut se
casaron; así, el cielo yacía sobre la tierra, copulando con ella. Shu, celoso, los maldijo y los separó
sosteniendo al cielo sobre su cabeza, y sujetando a la tierra con sus pies; aun así, no pudo evitar que Nun
tuviera hijas, las estrellas.
MITOLOGÍA AZTECA

Ometecuhtli quien es el dios absoluto y creador al principio estaba solo, por lo tanto decidió darle vida a un
hombre y a una mujer llamados Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl así que de la unión de esta pareja nacieron
cuatro hijos llamados de la siguiente manera: el mayor Tezcatlipoca rojo, el segundo Tezcatlipoca negro, el
siguiente fue Quetzalcóatl y finamente Huitzilopochtli. Fueron los cuatro hermanos quienes al asumirse como
dioses, crearon un hombre y una mujer para que poblaran la tierra con su descendencia y así lograran
rendirles tributo de forma más contundente. Asimismo, los cuatro dioses crearon elementos naturales como
los mares y dieron vida a los animales; posteriormente optaron por formar otros dioses a los cuales les
asignaron misiones distintas enfocándose en que fueran representaciones de algún aspecto natural.

MITOLOGÍA CHILOTA

El Millalobo es el ser más poderoso de los mares luego de Caicai, quién lo eligió como representante de él
para que gobernara todo lo que habita en el mar. Es un ser tipo tritón, mitad inferior lobo marino y mitad
superior humano, y su rostro es una mezcla de ambos. Nació del apareamiento de una mujer con un lobo
marino que la salvó de morir ahogada, en los tiempos de la lucha mítica entre Tenten Vilu y Caicai Vilu. El
Millalobo presentaría un pelaje brillante de color oro, de ahí su nombre, y la capacidad de cambiar la forma de
su rostro. Este ser mitológico se dice que no puede hablar y sólo se comunica mediante una especie de balido
similar al del lobo marino; pero aun así, el significado de sus balidos es fácilmente comprensible para el ser
humano. Se cuenta que, al verlo Caicai, lo encontró un ser de su agrado; y como luego de su batalla con
Tenten deseaba delegar su poder a alguien, escogió al Millalobo para ese cargo.

MITOLOGÍA DIAGUITA

Cuentan que en tiempos muy antiguos la tribu diaguita, prevalida de su industrioso ingenio, incurrió en
abominables excesos, con abandono de los deberes para con Dios. En vez de servirse del maíz para su
alimento cotidiano, dieron en fermentarlo e inventaron la chicha y no pararon hasta embrutecerse con
tremendas y continuas borracheras. Queriendo Dios que el pueblo diaguita escarmentara de una vez para
siempre y recobrara su antigua distinción y nobleza, envió sobre sus campos ¡la más calamitosa sequía. Por
varios años arreo, cerró Dios los cielos y no envió lluvia sobre los campos. Se perdieron todas las siembras,
los ríos se secaron y hasta la hierba se agostó. Los animales y los hombres perecían de hambre y de sed.
Supremas angustias sufrieron los diaguitas. Los muertos llenaban todos los caminos. Todo era desolación y
pavor.

MITOLOGÍA ESCANDINAVA

El día de la venganza de Fenrir llegó por fin: el último día, el de la batalla entre las fuerzas del bien y las del
mal. Tras su expulsión de Asgard, Loki llevó la maldad a los humanos, haciendo que el mundo se convirtiera
en el lugar de todos los crímenes. Las divinidades sentían que había llegado su ocaso. El Sol y la Luna
dejaron de brillar al ser alcanzados y devorados por los lobos engendrados por Fenrir. La nieve y la ventisca lo
invadieron todo durante tres años, y luego otros tres años de pesar cayeron sobre el aterrado Universo. El
dragón Nidhogg devoró la raíz del fresno Yggdrasil y Heimdall dio el toque de alarma. El ejército del bien,
formado por los dioses y los Einheriar, se enfrentó con los gigantes y los monstruos del mal, presididos por la
diosa de la muerte, Hel, Loki y Fenrir. La lucha final se produjo en la llanura de Vigrid. Cada combatiente
seleccionó al enemigo de su talla: Odín se enfrentó al lobo Fenrir; Thor se abalanzó contra la serpiente
Jormungand; Heimdall eligió al traidor Loki; Tyr luchó contra el perro Garm. En medio de una feroz tormenta,
los enemigos se enfrentaron hasta la muerte. Mientras los dioses y los malvados se asesinaban, el cielo y la
tierra ardían con las centellas que arrojó el furioso Surt y, muy pronto, todo el Universo se consumió en un
fuego que lo purificaría para siempre.

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