Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
DE MUJER
Y CEREBRO
DEVARON
CEREBRO
DE MUJER
Y CEREBRO ,
DE VARON
T�
INS IAS
_PARA LA EAMILIA_
UNIVERSIDAD DE NAVAJlRA
CEREBRO
DE MUJER
Y CEREB80
DE VARON
EDICIONES RIALP
© Copyright 2 0 0 7, Natalia López Moratalla
Instituto de Ciencias p ara la Familia. Universidad de Navarra.
Ediciones Rialp, S. A.
ISBN : 978-84-321-3663-4
Depósito legal: M . 46.763-2007
PRESENTACIÓN .............................................................................. 9
CAPÍTULO 1
GENES Y SEXO
CAPÍTULO 1 1
CEREBRO DE VARÓN Y CEREBRO
DE MUJER. DOS HEMISFERIOS
CAPÍTULO III
EL CEREBRO Y LOS AFECTOS LIGADOS
A LA TRANSMISIÓN DE LA VIDA
1 Cfr., por ejemplo, MEANEY, M. J., y SzYF, M. (200 5), «Maternal care as a modd for
experience-dependent chromatin plasticity?», Trends in Neurosciences, 28, pp. 456-463.
12 CEREBRO D E MUJER Y CEREBRO D E VARÓN
2 Las neuciencias dan buena cuenta de la regulación del flujo de los circuitos neuro
nales, mediante la acción de los neurotransmisores inhibidorcs.
3 GAZZANIGA, M . S. (2005), The Ethical Brain, Dana Pccss, New York. Citado por
MORA, F. (2007), Neuro-cultura, Alianza Editorial, S. A., Madrid.
14 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
lar, etc.- co mún para to dos los individuos de una especie, se utiliza
siempre el animal de laboratorio macho. Me sorprendió, cuando inicié el
trabajo de experimentación que me conduciría a la obtención del docto
rado, que en los experimentos era preciso usar solamente ratas machos.
Se trataba de obtener datos de las regularidades y las hembras dan mu
chos problemas en el laboratorio con sus ciclos vitales. Las hembras sólo
se utilizaban para estudios de reproducción y para que los estudiantes en
prácticas se familiarizaran con el aislamiento de sus órganos, células, mi
tocondrias o moléculas. Podía dar la impresión de que las hembras eran
más o menos un macho muy irregular. ¿No significan algo esas irregulari
dades?
La eterna alternativa acerca de cuánto, o en qué medida, nos hacen
humanos los genes heredados, el ambiente físico de la gestación y, más
adelante, el ambiente cultural, la educación, las relaciones interpersona
les, las decisiones propias, y en definitiva la forma de vida, ha ido reci
biendo en los últimos decenios valiosos datos de la biología del desarrollo
humano, de la psicología evolutiva, etc. En cierta medida han aportado
conocimientos acerca de aspectos de esencial interés: la constitución y
desarrollo del cuerpo del varón y del cuerpo de la mujer son procesos
temporales específicos, dirigidos por los genes de la masculinidad y la fe
minidad, que marcan tiempos y especialmente ritmos tan diferentes como
el lineal y el cíclico .
Pero los datos, abundantes y válidos, reclaman una síntesis que faci
lite su entendimiento .
Un tratamiento diferencial de la corporalidad sexuada humana, como
todo lo corporal humano, no consiste solamente en el estudio de la mas
culinidad o la feminidad en sus determinaciones materiales morfológicas,
hormonales, genéticas, o cromosómicas, sino que necesariamente ha de
incluir el asp ecto prop iamente humano, puesto que el cuerpo de cada
hombre es siempre un cuerpo humano con un titular perso nal al que
manifiesta. Y, por tanto, por tratarse de personas, un estudio biológico es
difícilmente separable de un análisis antropológico .
En el cuerpo de cada individuo, el cerebro, órgano ciertamente com
plejo, funciona básicamente para mantener al individuo vivo y en cons
tante contacto con el medio que le rodea. El cerebro no es independiente
del cuerpo, sino que cada viviente humano interactúa con el mundo a
través del cuerpo que está «representado» en el cerebro, constantemente
en activo. Cuerpo humano y mente humana no están separados; y cuer
po y cerebro tienen algo que decir acerca del hombre. El cerebro no sólo
tiene receptores a través de los cuales puede recibir información del mun
do exterior, sino que también los tiene para recibir información del pro-
GENES Y SEXO 17
apo rtar datos acerca del origen del material genético humano. Obvia
mente, corresponde a otras formas de conocimiento esclarecer el signifi
cado profundo de lo que la ciencia aporta ahora, y pueda seguir aportan
do, sobre el modo en que aparecen varón y mujer. Desde la confluencia
de disciplinas, se tratará aquí de alcanzar algo más acerca del sentido hu
mano de la corporalidad femenina y de la masculina, en sí mismas, en su
origen, iguales y diferentes.
Los gametos, las células que aportan padre y madre para la genera
ción del cigoto son siempre haploides; esto quiere decir que estas células
sólo son portadoras de una mitad de la dotación genética característica
del resto de las células del cuerpo, que son diploides. Cada ser humano es
uno, o es una, por la presencia del par de cromosomas XY o XX, pero no
sólo por eso; los gametos que produce cada uno de ellos tienen en los
cromosomas que forman los otros 22, una impronta paternal o una im
pronta maternal2• De esta forma, cada hijo hereda una dotación genética
diferencial en cada uno de los miembros de cada par de cromosomas. Se
distingue el estado de los cromosomas de herencia materna y de la pater
na; lo que hace que cada uno de los progenitores contribuya, con las pe
culiaridades informativas específicas, al desarrollo del embrión.
El fenómeno de la impronta parentaltiene un claro significado bioló
gico. En primer lugar, la impronta masculina y la impronta femenina de
la dotación genética que llevan consigo los cromosomas de los gametos,
óvulo y espermatozoide, reafirman la vinculación natural heterosexual en
Para que una fecundación tenga éxito, los gametos masculino y fe
menino deben poder establecer un didlogo molecular concreto , que les
permita activarse mutuamente y constituir el nuevo individuo. La fecun
dación sólo tiene lugar cuando ambas células se encuentran en unas con
diciones adecuadas de maduración4•
Los gametos paternos, espermatozoides, maduran en las vías eferen
tes del tracto genital masculino y tienen que ser cap acitados fuera del
cuerpo del varón: justamente en el tracto genital femenino . Una vez eya
culados desde el varón, los espermatozoides son aún incapaces de fecun
dar un óvulo; deben residir cierto tiempo en el tracto genital femenino,
para que se produzcan en ellos los cambios que reciben colectivamente el
nombre de capacitación, puesto que dan al espermatowide la capacidad
de fecundar. Sólo una pequeña fracción de los espermatowides iniciales
está capacitada y continúa su migración h aciael óvulo, y el camino está
orientado por moléculas del tracto femenino.
Los gametos maternos maduros, óvulos, son células inmóviles y de
mayor tamaño que los espermatowides; almacenan elementos nutritivos
y moléculas que van a ser usadas durante las primeras etapas del de
sarrollo embrionario. Durante el proceso de diferenciación del óvulo, se
produce un aumento considerable del número de mitocondrias y de la
acumulación de diversas sustancias, en previsión de una posible fecunda
ción e inicio del desarrollo del embrión.
3 Este hecho hace que la pertenencia de unas personas a un grupo humano -por
ejemplo, todos los hombres actuales al dan familiar que inicia el tipo humano Homo sa
piens- pueda ser determinado por el tipo del DNA mitocondrial que se transmite sólo por
vía femenina. En cierto sentido, ser hombre se puede definir como ser «nacido de mujer».
4 Cfr. LóPEZ MoRATALLA, N., e IRABURU, M. J. (2006) : Los quince primeros días de
una vida humana, 2.ª ed., Eunsa, Pamplona.
GENES Y SEXO 27
X y
PAR
3
M SV
2
N PX
N PX M SV PA R Xp X m o s a i co
1 XX 2 O 2 1 Sí
XV 1 1 2 o No
DXS214
5 " P C D HX
Re gione s pr o m oto ra s
5 " P C D HY
y
Los cromosomas sexuales tienen reg iones pseudoautosómicas ( PAR) especificas del X
(N PX) y específicas del cromosoma Y (M SY) , cuyos genes no se recombinan los de uno
con los del otro . Las diferencias sexuales entre organismos XX y XY se deben a la dife
rencia de dosis de los genes en N PX y los genes presentes en MSY. Y también a que las
m ujeres, pero no los varones, heredan la im pronta paterna en el cromosoma X (Xp) , he
redado del padre. Las d iferencias sexuales se crean además debido a que el organismo
femenino es un mosaico de cél ulas que expresan diferentes copias de los genes por un
uso preferencial de uno de los cromosomas X, m ientras que los varones no presentan
mosaicismo cel ular, ya que sólo tienen un cromosoma X, necesariamente materno, Xm.
En la parte i nferior de la fig ura se muestra la posición del gen P C D H X presente en el cro
mosoma X y el gen PC D HY, presente en el cromosoma Y. Este gen codifica una proteína,
la cadherina, que estable en el cerebro conexiones entre las neuronas. Cada uno de es
tos genes está reg ulado a través de una región promotora diferente que liga hormonas
sexuales.
GENES Y SEXO 29
el embrión mujer por tener dos cromosomas X), dirigen la síntesis de los
factores de la feminización, y, por tanto, la formación de los gametos fe
meninos y del cuerpo femenino en sus determinaciones específicas.
Así pues, la biología humana no apoya las interpretaciones acerca del
significado de la feminidad como «ausencia pasiva de masculinidad» . Cier
tamente, los genes del cromosoma Y ponen en marcha el programa de la
masculinidad, y su ejecución impide que el programa basal de las prime
ras etapas del desarrollo embrionario continúe con una diferenciación fe
menina. Ahora bien, la diferenciación específica femenina exige las dosis
de expresión de genes propios de la feminidad.
Aunque la gónada sea estructuralmente indiferenciada al inicio del de
sarrollo fetal (en ambos sexos tiene conductos de Wolff y de Müller), existe
diferencia en las células que las constituyen, las llamadas células germinales,
que tienen, según sean de un organismo masculino o femenino, un patrón
de formación diferente. Desde estas células se formarán los gametos, cuya
maduración se realiza a partir de la pubertad, dirigidos por las hormonas.
Los gametos femeninos maduran siguiendo ciclos de cambios de
concentraciones hormonales; y los masculinos de forma continua. Esta
asimetría entre una fisiología cíclica en la hembra y la lineal del macho,
tiene significado biológico con relación al diferente papel que juegan am
bos en la transmisión de la vida. Y en el hombre constituye la base bioló
gica de un modo de ser, de percibir la realidad, de habitar el mundo, etc. ,
diverso y propio de la personalidad masculina o de la personalidad feme
nina, como se tratará después.
F i g u ra 2 : Los g e n e s d e la d ete rm i n a c i ó n s e x u a l d i ri g e n
la fo r m a c i ó n d e las g ó n ad a s m a sc u l i n a s o fe m e n i n a s ,
a p a rt i r d e u n a e s t ructu ra fetal i n d if e re n c ia d a
r��f:;��· -
(} ,,_
�;�����:::a:: ------,,.
31!-HSD Pseudohermafrod1t1smo fe m e n i n o (XX)
\
M••"
Cond '.'. � , ,. .
Wolff
Exceso
de androgenos
(46,XX)
Ad renal
t
No vlril (46, XY)
..
l
1 71!-HSD o
1 7-ketosterolde
�reductasa D i h i droxi- Tejidos
� _____,.... Testosterona ----.t. estosterona - di ana
Testículo " '
�:!���::::.::. ----- ·
De
�=�� cla
�������:.'(;) oditismo
-------->
i
3P-HSD
Los genes espec íficos de la ind ucción del programa de la masculin idad o la fem i n idad co
difican prote ínas reg u ladoras. Por la acción de estos factores reg uladores se i n icia, des
de una gónada ind iferenciada, la construcción de los testículos fetales o de los ovarios fe
tales, de acuerdo con el sexo cromosómico (XX o XY) del em brión . Cada gónada fetal es
capaz de sintetizar las hormonas masculi nas o femeninas correspondientes y con ello se
construye el tracto genital diferenciado del varón o la m ujer. Una m utación en los genes
de la determi nación sexual da lugar a la construcción anormal de gónadas con fenotipo
intersexo (mod ificada de MacLaug h l i n M. D . , 2004) .
rada por un buen cerebro 1 1 • Después, con la sep aración del linaje que
originaría el chimpancé 12, se fueron dando una serie de eventos de cam
bio en el contenido informativo, que condujeron a los rasgos morfológi
cos, anatómicos y funcionales específicos del género Horno, del que sólo
existimos los H omosapiens.
El cambio fenotípico más espectacular fue la modificación de la ex
presión de genes que regulan la construcción del cerebro, esencialmente
de aquellos que actúan durante el desarrollo embrionario. Esto permite
que se inicie la estructuración de áreas cerebrales capaces de procesar es
pecíficamente la información13• Los cambios en la expresión de los genes
están causados por cambios en la estructura de los cromosomas. La reor
denación de cromosomas es un proceso que ha jugado un papel esencial
en la evolución de los primates y, en particular, los cambios en la reorde
nación de los cromosomas sexuales constituyen un mecanismo universal
en la evolución biológica.
Pues bien, el acontecimiento crítico que condujo al establecimiento
de las mayores diferencias entre el cerebro del hombre y el de los prima
tes, y que constituyó el evento primario de la separación de H omoa par
tir de individuos A ustr alopith ecus, está asociado con los cambios en la re
organizació n de los cro mosomas sexuales, X e Y. Nos hemos referido
antes a que sólo en la especie humana existe una copia en cada cromoso
ma del gen PCDH. El análisis de la evolución de este gen ha permitido
conocer que en la línea Horno se produjo un paso de información gené
tica del X al Y. La región del X transferida al Y contiene genes candidatos
a ser la base molecular de la aparición de la lateralización de los hemisfe
rios cerebrales en que se apoyan los rasgos cognitivos14• Uno de ellos es
precisamente el PCDH que codifica una molécula de adhesión que está
implicada en las interacciones específicas entre neuronas y que se expresa
en el cerebro. Por tener las dos formas del gen, PCDHX y PCDHY1 5, en
su región reguladora una secuencia que es reconocida específicamente por
11 VARKI, A. (2004) : «How to make an ape brain», Nature Genetic, 36, pp. 1 .034 - 1 .036.
12 «The Chimpanzee Sequencing and Analysis Consorcium. Inicial sequence of che
chimpanzee genome and comparison with che human genome», Nature 437, pp. 69-87
(2005); «The Internacional Hap Map Consorcium. A haplotype map of che human geno
me», Nature, 437, pp. 1 .299- 1 .320 (2005).
13 Cfr. LóPEZ MoRATALLA, N. (2007) : La dindmica de la evolución humana. Mds con
menos, Eunsa, Pamplona.
1 4 STEELE, A. ( 1 998): «Cerebral asymmetry, cognicive lateralicy, and human evolu
cion», Current Psychology of cognition, 1 7, pp. 1 202- 1 2 1 4; CROW, T. J. (2000): Did Homo
sapiens speciate on the Y chomosome?, Psyc.00 . 1 1 .0 0 1 .language-sex-chromosomes. l .crow.
1 5 BLANCO, P., et al (2000) : «Conservacion of PCDHX in mammals; expression of
human X/Y genes predominancly in brain», Mammalian Genome, 1 1 , pp. 9 06-9 14.
GENES Y SEXO 35
tiempo de estudio, que osciló entre los 34 y los 98 meses; mientras que los
dos educados como varones continuaban declarándose como tales. Cuando
se les pidió que se clasificaran según su identidad sexual declarada, cinco
sujetos explicaron que estaban viviendo como mujeres; tres afirmaron que
vivían con una identidad sexual poco clara, aunque de ellos dos se habían
declarado varones en el cuestionario; y los otros ocho vivían como varo
nes, seis de los cuales se volvieron a asignar el sexo masculino . Los 1 6 su
jetos tenían o bien moderados o bien marcados intereses y actitudes de
las consideradas típicas del sexo masculino.
Otros estudios 1 8 se han centrado en chicas con la malformación in
tersexo, conocida como síndrome de hiperplasia adrenal congénita (CAH);
por esta causa en los comienzos del desarrollo fetal sufren exposición a
un exceso de andrógenos. Esto permite analizar el posible efecto sobre la
identidad sexual de las hormonas masculinas en la época prenatal, a la vez,
que analizar la influencia de la apariencia física de los genitales, que no
corresponde con el sexo genético. Las chicas con CAH fueron similares a
las chicas control; su identidad sexual no se relaciona con la virilización
de sus genitales, si son tratadas de pequeñas y educadas como niñas. No
obstante, la controversia acerca del tratamiento de estos niños de condi
ción intersexo, es decir con discordancia entre diferenciación sexuada y
apariencia física, deja mucho de estar resuelta. Y, por otra parte, se con
firma una vez más la complejidad del desarrollo personal de la identidad
sexual.
Los datos parecen indicar que, aún en el caso de malformaciones du
rante el desarrollo gonadal, el sexo viene determinado por los genes de la
feminidad o masculinidad. Son estos los que ponen en marcha la pro
ducción diferencial de las hormonas sexuales en la vida prenatal, a las do
sis que corresponden a cada sexo; y así la impregnación sexual del cerebro
se produce a consecuencia de las señales hormonales.
nes personales. También en este sentido, todo hombre puede ser definido
como nacido de mujer.
El cuerpo materno no solo concibe y gesta el hijo, sino que guarda
memoria de él después de su nacimiento. En ella ocurre que «cada hijo,
cuyo cuerpo la madre acoge y vive de ella, deja huella en ella: algunas cé
lulas jovencísimas del hijo . . . pasan al cuerpo de la madre a través de la
circulación sanguínea que comparten ambos. Dejan memoria de la vida
compartida con el hijo y, a través de él, también del padre»23.
Desde una descripción fenomenológica, aparece la diferencia perso
nal en la tarea de dar vida a un hombre. «El varón al darse sale de sí mis
mo. Saliendo de él se entrega a la mujer y se queda en ella. La mujer se da
pero sin salir de ella. Es apertura para poder acoger en ella. Su modo de
darse es distinto al del varón y a la vez complementario . . . La mujer acoge
el fruto de la aportación de los dos y lo guarda hasta que germine y se de
sarrolle. Todo este proceso, aunque él es también protagonista, se realiza
fuera del varón. Posteriormente la mujer es apertura para dar a luz un ser
que tendrá vida propia24.
Desde la intuición de los poetas, Karol Wojtyla ha descrito así la ma
ternidad, poniendo en boca de la madre unas palabras dirigidas al hijo:
«No te vayas. Y si te vas, recuerda que permaneces en mí. En mí perma
necen todos los que se van. Y todos los que van de paso, hallan en mí un
sitio suyo; no una fugaz parada, sino un lugar estable. En mí vive un
amor más fuerte que la soledad ( . . . ) No soy la luz de aquellos a quienes
ilumino; soy más bien la sombra en que reposan. Sombra debe ser una
madre para sus hijos. El padre sabe que está en ellos: quiere estar en ellos
y en ellos se realiza. Yo, en cambio, no sé si estoy en ellos; sólo les sien
to» 25. La relación de la madre con el hijo se extiende a la relación con to
das las demás personas.
La condición sexuada del cuerpo humano, a diferencia del organis
mo animal, contiene una especial capacidad de manifestar el ser personal
y de expresar su capacidad más excelente, que es amar. Varón y mujer sa-
26
El lenguaje simbólico que se usa en este texto es el único capaz de ilustrar las cues
tiones difíciles que carecen, al menos en esa época, de unos conceptos ontológicos satisfac
torios. La realidad, la existencia de los hombres como varones y como mujeres en este caso,
debe tener necesariamente una congruencia y una correlación con las manifestaciones a las
que se accede por el conocimiento biológico y por el ontológico, el cultural y el religioso. El
acceso a cada uno de dios presenta una cierta autonomía, y, a su vez una cierta dependencia
de cada nivel con respecto a los demás. No se pretende aquí buscar coincidencias, sino ilu
minar el conocimiento de cada nivel con el conocimiento que se aporta desde los otros ni
veles.
42 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
admitirlo. En cualquiera de los dos casos, ese texto abre una perspectiva
importante para nuestra autocomprensión como personas sexuadas.
En ese texto, Adán es un individuo humano solitario, cuyo nombre
es el nombre hebreo de la especie -Addm equivale a hombre-. Y por
que «no es bueno que el hombre esté solo», Dios hizo caer un sopor so
bre él y de él mismo sacó otro ser humano igual y lo colocó frente a él. Al
despertar, el que antes había estado solo, se encuentra acompañado y
exulta con un grito de admiración y de gozo por encontrar ayuda seme
jante a él, «carne de mi carne y hueso de mis huesos» . Y Eva le acoge sin
mediar palabra.
Varón y mujer tienen un modo distinto de abrirse y de darse: el va
rón se abre hacia fuera mientras que la mujer se abre hacia dentro, aco
giendo . En este sentido, el modo de procrear, aunque indudablemente
no es el único ni el más importante modo de amar, presenta de una ma
nera plástica esta realidad. Hay, por tanto, en el hombre un dimorfismo
esencial y por ello hay un modo, una forma femenina y otra masculina,
de realizar la tarea de vivir y habitar el mundo. Son dos subjetividades
idénticas cuya diferencia viene determinada tan solo por la relación de
origen. Ahí radicaría la principal diferencia entre varón y mujer, en ser
dos tipos de personas distintas, que se abren entre sí de un modo respec
tivo diferente y complementario.
Persona no significa lo mismo aplicado al varón que aplicado a la
mujer. Hay una diferencia entre ellos en el dar y en el recibir; en el modo
de saber de sí y de disponer de sí, que es distinto . Esto es: el carácter pro
pio de tal asimetría es de origen y no sólo función de la maternidad y pa
ternidad biológicas.
Todo ser humano está constituido por el cuerpo como «Él» o «Ella» .
Ellos en su igualdad y su diferencia son el origen de la humanidad, de la
historia y de la cultura. Se entiende el interés, prácticamente universal,
por conocer en qué consiste una diferencia que no rompe la igualdad; en
cómo es un cerebro de varón y cómo un cerebro de mujer, en la igualdad
de un órgano que es presupuesto para las manifestaciones de la inteligen
cia y la libre voluntad. Especialmente se entiende el interés por precisar
qué hay de permanente y qué de cultural en la condición sexuada.
Durante demasiado tiempo la herencia cultural ha transmitido el
lenguaje simbólico de este texto del Génesis como una descripción tem-
GENES Y SEXO 43
F i g u ra 3 : U n p o s i b l e e s c e n a rio de la a p a r i c i ó n
d e l o s p r i m e ro s h o m b re s , va ró n y m uj e r
C a m b i o s evo l u tivos e n e l
g e n o m a d u rante l a
fec u n d a ci ó n
i
G e n o m a en el i n icio de la fecundación de a n tecesores (46, XY)
A.
B.
Reorg a n iza l o s cromosomas
p roro 4
y\
�/¡ .. T ra n sfere
•o Y .
'+ ,_
..
Reo rg a n i za
D u p l i ca
!.
/
H o rn o X H o rn o X Horno Y
D u p l i ca · ',
l iiºI �
Fecu n d ación C I G OTO Bicelular Morula 1 Feto XY 1
v
0 t () () �9 � - - ·
v
ú EtEBff 9 crJ f
· - - -
Una ú n ica fecundación desde los gametos de los antecesores h u manos, acompañada de
un evento evolutivo de reordenación cromosómica y transposición de material genético
del cromosoma protohomo X al protohomo Y, genera el contenido genómico total de la
especie humana.
En la parte inferior, se muestran los primeros pasos del desarrollo de u n em brión varó n .
L o s primeros pasos de gemelos idénticos varones. Y cómo, si la fecundación v a acom pa
ñada de un evento evolutivo , una división celular asimétrica en el reparto de los cromoso
mas sexuales h umanos, aportaría el material de partida para la constitución simultánea
de un cigoto humano XX y otro XY.
GENES Y SEXO 45
30 El mecanismo por el que una región del DNA se duplica y la copia, o duplicado, se
inserta en un cromosoma distinto se conoce como transposición. Suele consistir en transcri
bir el fragmento de DNA a RNA de hebra simple, y a continuación una trascripción inver
sa de este RNA a DNA de doble hebra, que se inserta en otro lugar del genoma. Estos frag
mentos se denominan elementos móviles o transposones. Es una de las causas más frecuentes
de cambio de la información genética con consecuencias evolutivas.
3 1 Cfr. LóPEZ MoRATALLA, N., e lRABURU, M. J., o. c.
GENES Y SEXO 47
32 El Adám «dormido», al que Dios hace caer en el sopor, puede simbolizar que Adán
no causa a Eva, ni siquiera es concausa de la creación de Eva.
33 LóPEZ MoRATALLA, N. (2000} : «Origen monogenista y unidad del género huma
no: reconocimiento mutuo y aislamiento procreador», Scripta Theologica, XXXI I, p. 205.
48 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
Programación
cognitiva
VENTRAL Frontal
. Área de
Wernicke
La corteza cerebral de los dos hem isferios está d ividida en cuatro lóbulos: frontal, parietal,
temporal y occipital. La parte anterior de los lóbulos frontales es el sustrato de n u merosas
funciones cognoscitivas que organizan y controlan la cond ucta. En los lóbu los parietal,
frontal y temporal , se localiza /a corteza asociativa que media las funciones cognitivas del
cerebro -la capacidad de actuar, ordenar, y decidir- en respuesta a estímulos externos
o a motivaciones internas. Las áreas de Broca y Wern icke procesan el lenguaje. Los dos
hemisferios d ifieren funcionalmente. El hemisferio izqu ierdo está motivado para la aten
ción y la acción enfocada hacia fuera, externamente, m ientras el derecho está motivado
para la acción y la atención enfocadas desde el interior.
54 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
tos tipos debido a que el dimorfismo del cerebro da cuenta de las dife
rencias según el sexo. La maduración de las diferentes estructuras tiene
ritmos naturales y unas son más dinámicas que otras; pero, son estructu
ras que sólo con el ejercicio de las funciones propias llegan a madurar.
Por otra parte, es preciso señalar que la capacidad intelectual contem
plativa no es predominio de ninguno de los sexos. Es una actitud de la
mente que se da espontáneamente, o se busca, y de la que todo cerebro
es capaz.
F i g u ra 5: La c a p a c i d a d in t e le c t u al
n o e stá r e l a c i o n a d a c o n e l d i m o rf i s m o s e x u al
8 9 10 11
16
13 14 15
La trayectoria de mad u ración de la corteza frontal del hemisferio izqu ierdo es especial
mente plástica en los niños y en las ni ñas con alto coeficiente i ntelectual. El espesor de
esa área cortical aumenta a gran velocidad entre los 7 y los 1 3 años y se detiene el in
cremento del espesor. Sin em bargo, el aumento de espesor, con la edad , de esas mis
mas zonas en el hem isferio derecho no guarda correlación con el nivel de inteligencia.
Modificada de Shaw, P. , 2006.
Medial
Corteza cingular
•t---1----1- Hipolilamo
Hipocampo
��?'IM..."-:'-'---..,T
TÁLAMO
Corteza prefrontal dorsolateral
Corteza orbltofrontal
El sistema lím bico consta de una serie de estructuras laminares , núcleos y vías nervio
sas, cuyos circu itos neuronales codifican la emoción y la motivació n . La ínsula procesa
los sentim ientos viscerales, el hipotálamo organiza las hormonas prod ucidas en las góna
das, el hipocampo guarda memoria de las emociones y se relaciona con el aprendizaje y
memoria. La amígdala es el núcleo de los i nstintos y está gobernada por la corteza pre
frontal. La glándula pituitaria participa en la reg ulación de la acción hormonal . La corteza
prefrontal controla las emociones y evita que se vuelvan desmedidas, frenando la activi
dad de la a m ígdala. La corteza cingulada anterior procesa el sopesar las opciones y la
toma de decisiones.
7 El proceso de inactivación de uno de los dos cromosomas X tiene lugar en cada cé
lula del cuerpo de la mujer, y está en función de igualar la dosis de expresión de genes en el
desarrollo y funcionamiento del organismo femenino o masculino. Se dice de los genes que
escapan a la inactivación de un X, de aquellos que se expresan las dos copias, o del gen
que está precisamente en el cromosoma inactivado; esto es, genes cuya expresión se activa
específicamente en las mujeres.
8 GooD, C. D . ; LAwRENCE, K.; TttoMAs, N. S . ; PRICE, C. J . ; AsHBURNER, J . ; FRIS
TON, K. J . ; FRACKOWIAK, R. S. J . ; ÜREIAND, L., y SKUSE, D. H. (2003) : «Dosage-sensitive
X-linked locus influences che dcvelopment of amigdala and orboitofrontal cortcx, ans fcar
recognition in humans», Brain, 126, pp. 2.43 1 -2 .446.
64 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
F i g u ra 7: En las re g i o n e s co rt i c a l e s y s u b c o rt i c a l e s
d e l c e r e b ro h u m an o e x i s t e d i m o rf i s m o , g e n e rado
por l a p re s e n c i a d e receptores d e este ro i d e s h o rm o n a l e s
/� �
�/> - r ·-y_� _- i
)· '- �
Reg iones con alto n ivel de rece pto res de estero i d es
Las áreas del cerebro humano que tienen una gran concentración de receptores hormona
les son las más dimórficas, gracias a ello las hormonas ejercen su función diferencial en el
cerebro del varón y de la mujer. En las mujeres es mayor la cantidad de receptores en la
corteza frontal y media del sistema l fmbico. En los varones es mayor en la corteza frontal
medial , la amígdala y el hipotálamo. Se marcan en gris oscuro o negro las áreas de concen
tración mayor en el cerebro femenino, en gris claro las áreas no dimórficas, y están rayadas
las áreas de mayor cantidad en cerebros masculinos. Modificado de Goldstein , J . , 2001 .
F i g u ra 8 : C a m b io s h o rm o n a l e s en e l c i c lo m e n st r u a l de la m uj e r
N
1
V Ovu l a c i ó n
E
L J,
E
s
H
o
R
M
o
N
A
L
E
s \
D \
E \
""-.
L \
A ""-.
--..... \
!N // Progesterona
/
�E _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ .....
De las estructu ras del sistema l ím b ico son mayo res e n las m uj e re s : a) la
ínsula, que p rocesa los sentimie ntos visce rales; b) el hipotálamo, que organiza
las hormonas ; c) el hipocampo, que guarda me moria de las emociones ; d) la
glándula pituitaria, que p roduce las ho rmonas de la fe rti l i dad y pone e n mar
cha el p rog rama del ce re b ro mate rnal mediante la p roducción de hormonas .
Por el contra rio en los varones es mayor la amígdala, q u e p rocesa los
i nsti ntos gobe rnada por la corteza p refrontal . La am ígdala contri buye a l as
re s p u e stas e m ocionales ráp i das y automáticas e i n d e p e n d i e ntes de cual
q u i e r contexto.
E n e l ce re b ro d e l varón los centros d e l hipotálamo re l acionados con la
sexual idad t i e n e n d o b l e tamaño q u e las est ructu ras corre s p o n d i e ntes d e l
ce re b ro fe m e n i n o .
1 5 HAIER, R. J.; ]UNG, R. E.; YEO, R. A. ; HEAD, K., y ALKIRED, M. T. (2005): «The
neuroanatomy of general intdligence: sex matters», Neurolmage, 25, pp. 320-327.
70 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
F i g u ra 9: Las m uj e re s i m p l ican p a ra la i n t e l i g e n c ia g lo b a l
d ife re n t e s á r e a s q u e l o s h o m b re s
VARO N ES M UJ ERES
M at e r i a g ri s M a t e r i a g ri s Materia b l a n ca
F ro n t a l
Sagital
d e re c h o
I zq u i e rd o
D e re c h o
Occi p i t a l
Las m ujeres uti lizan m á s áreas , i ncluso de materia blanca, para la inteligencia q u e
l o s varones. Los varones em plean áreas de materia gris de l o s lóbu los parietales y las
m ujeres de los tem porales.
F i g u ra 1 0 : E l c e re b ro se p u e d e p a rc e l a r a f i n de s it u a r
u n a n e u ro i m ag e n f u n c i o n a l
T T
Medial
F Dorsal
p
Oc
1 2 3 4 s •
::A��
4 • JW 6 •�:
La parte superior de la figura muestra secciones de cortes horizontales del cerebro desde
la reg ión ventral hacia la dorsal. En la parte inferior se muestran secciones coronales del
cerebro desde la región frontal (rostral) hacia la occipital (caudal) .
fMRI) permiten analizar qué zona del cerebro está funcionalmente acti
va, y en qué medida, mientras se realizan diferentes actividades. Las imá
genes funcionales han dado lugar en los últimos años a la posibilidad de
«ver» el cerebro en acción (figura 1 O) y por tanto poder conocer cómo
procesa los estímulos y como responde.
Gracias a esta tecnología, y al conocimiento de las áreas cerebrales
con mayor o menor número de receptores para las hormonas femeninas
y masculinas, actualmente la idea establecida acerca de que las diferencias
en las habilidades de mujeres y varones no responden sólo a los diferentes
CEREBRO DE VARÓN Y CEREBRO DE MUJER. DOS HEMISFERIOS 73
Mujer y varón no usan las mismas áreas del encéfalo para resolver
muchas de las tareas, incluso cuando lo hacen con idéntico rendimiento .
El uso de diferentes vías es innato y viene determinado en última instan
cia por las diferencias de los genomas. Ahora bien, aunque las hormonas
dirigen algunos aspectos de la neurofisiología masculina y femenina, las
influencias hormonales sobre el cerebro no son nunca tan radicales como
las que se dan, por ejemplo, en el control de la aparición de las gónadas o
de los caracteres sexuales secundarios.
Recogemos a continuación algunos procesos analizados en la litera
tura científica. Excede aquí explicar las bases neuroanatómicas o neurofi
siológicas que subyacen a esos procesos. Destacaremos exclusivamente la
diferencia en cuanto a la activación de áreas cerebrales, cuando una de
terminada actividad la realizan varones o mujeres. Y en algunos casos nos
fijaremos en la activación de las áreas cerebrales cuando una determinada
tarea la realizan mujeres en diversas etapas del ciclo menstrual, a fin de
ver la influencia de los niveles circulantes de hormonas.
74 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
Las tareas de orientación espacial, guiadas por la vista, son más fáci
les, por término medio, para los varones que para el común de las muje
res, como se ha puesto de manifiesto en numerosos análisis. Ellos sacan
mejor puntuación en pruebas de memorización y detección de formas,
en geometría, en la lectura de mapas, en la puntería en el tiro, etc.
Se ha estudiado qué ocurre en el cerebro mientras se realiza la activi
dad de rotación mental de objetos en las tres dimensiones. Esta actividad
requiere imaginar la figura mirada desde distinta orientación. Cuando se
ha realizado un análisis comparativo entre hombres y mujeres, que pre
sentaban igual habilidad y similar puntuación, se ha podido conocer que,
aún entonces, usan diferentes estrategias para resolver mentalmente este
tipo de tarea 1 6 •
La figura 1 1 muestra la diferencia existente en el patrón de activa
ción de la corteza cerebral cuando varones y mujeres hacen girar mental
mente una figura geométrica en las tres dimensiones. Las mujeres para
resolver estos problemas realizan una activación bilateral en la zona supe
rior e inferior del lóbulo parietal, del giro temporal inferior y de las áreas
premotoras. Los varones muestran áreas de activación asimétricas: latera
lizadas a la derecha del área parietal-occipital, a la izquierda del lóbulo
parietal superior y de la corteza motora. Hay, por tanto, diferencias tanto
en las áreas que se activan como en la lateralización.
La realización de esta actividad requiere el uso de áreas del lóbulo
temporal y parietal del hemisferio derecho; estas áreas en el hemisferio iz
quierdo están ocupadas por la organización del lenguaje. La asimetría de
los hemisferios explica que los varones tengan más habilidad visuoespa
cial, dado que tienen libre de las tareas de lenguaje esta zona en el hemis
ferio de la derecha y emplean plenamente ese lóbulo parietal. Por el con
trario las muj eres, con menos lateralizació n de las funciones, tienen el
lenguaje repartido en los dos hemisferios y, co n ello, ocupan para esta
función zonas del hemisferio derecho que se encargan de la capacidad vi
suoespacial.
Las diferencias están, pues, en las estrategias cognitivas que requie
ren la intervención de diversas áreas cerebrales (parte inferior de la figura
1 1 ) . La estrategia femenina es predominantemente de «recuerdo y reco
nocimiento» (lóbulo temporal-occipital del hemisferio derecho) mientras
M U J ERES VA RO N ES
Las m ujeres muestran una activación (marcada en blanco) bilateral en el surco intra
parietal y en el lóbulo parietal superior e inferior, en el giro temporal i nferior y en el área
premotora . Los varones muestran activación del surco derecho parietal-occi pital, del sur
co intraparietal izqu ierdo y del lóbulo su perior parietal izqu ierdo.
La parte inferior de la fig u ra muestra un esq uema de la estrategia femenina, a dife
rencia de la masculina, para resolver una tarea de rotación espacial , en la que alcanzan
igual pu ntuación. Consiste en el mayor uso de am bos hem isferios y en incluir un tercer
paso entre las conexiones del área visual primaria ( 1 ) y la corteza del estriado (2) ; esta
blece conexiones con la zona inferior temporal y occipital (3) y la corteza del estriado. La
zona parietal (4) solapa tam bién el surco intraparietal en las m ujeres , y en am bos se al
canza finalmente la corteza premotora (5) . Mod ificada de Jordan, K . , 2002 .
76 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
Varo n e s M uj e res
Aunque l a pu ntuación de esta tarea mejora en las m ujeres e n situación d e bajo ni
vel de estrógenos, sin em bargo siguen activando las áreas con mayor concentración de
receptores de estrógenos , diferentes de las áreas empleadas por los varones. Mod ificada
de Gizewski , E . R . , 2006 .
2.2. Las mujeres tienen mayor fluidez verbal que los varones
Las mujeres son más vulnerables que los varones a la presión psico
lógica en relación con los demás que suponen los conflictos interperso
nales. También son más susceptibles a algunas alteraciones psiquiátricas,
tales como depresión, desordenes de ansiedad y trastornos de la alimen
tación.
Por ejemplo, existe diferencia de actividad cerebral, respecto a los va
rones, cuando ambos perciben estímulos lingüísticos desagradables24, y
sobre todo si conciernen a las relaciones interpersonales. En las mujeres,
las palabras desagradables activan significativamente más el núcleo cau
dado bilateral y el núcleo putamen izquierdo que las palabras neutras (fi
gura 1 3) . Sin embargo, en la mayoría de los hombres no hay diferencias
en el nivel de activación entre palabras desagradables y neutras. Los nú
cleos caudado y putamen constituyen el cuerpo estriado, que recibe in
formación de grandes áreas de la corteza y del sistema límbico y planifica
la respuesta motora.
Las diferencias entre los dos sexos en la actividad cerebral mientras
procesan estímulos no placenteros está en relación con los conflictos in
terpersonales. Estas áreas, que forman el cuerpo estriado, en la base del
cráneo, y reciben información de grandes áreas de la corteza cerebral y
del sistema límbico, desempeñan un papel esencial en las mujeres al re
gular la sensibilidad femenina a la información desagradable acerca de di
ficultades interpersonales. Esto es, el cerebro femenino, en las relaciones
personales, reacciona con una alarma mucho más negativa que el mascu
lino ante la idea de cualquier conflicto, y al estrés.
Se ha observado en ratas que la estructura del hipocampo, área impli
cada en el aprendizaje y la memoria, cambia en respuesta al estrés agudo
o crónico de manera diferente en machos y hembras25• El estrés a corto
plazo causa un cambio diferencial en las neuronas: aumenta la densidad
de espinas dendríticas en los machos mientras decrece en las hembras. Las
espinas son estructuras donde las dendritas reciben las señales excitadoras
de otras neuronas. En cambio, en los machos, la complejidad del ambien
te no afecta a las arborizaciones de las dendritas. Este tipo de cambios en
las neuronas del hipocampo, si se extrapolan a los humanos, supondrían
24 SHIRAO, N., ÜKAMOTO, Y., ÜKADA, G., UEDA, K, y YAMAWAKI, S. (2005) «Gender
differences in brain activiry toward unpleasant linguistic stimuli concerning interpersonal
rdationships: an fMRI study», Eur Arch Psychiatry Clin Neurosci, 2 5 5 , pp. 327-333.
25 Cfr. CAHILL, L. (2005) : «His brain, her brain», Scientific American, 292, pp. 40-47.
CEREBRO DE VARÓN Y CEREBRO DE MUJER. DOS HEMISFERIOS 81
VAR O N E S
M U J E R ES
E n los varones n o hay diferencias d e activación entre las palabras neutras y desag rada
bles. Modificada de S h i rao, N . , 2005.
F i g u ra 1 4 : Va ro n e s y m uj e re s us a n d ife re n t e s e s t rat e g i as
p a ra co m p re n d e r la e x p r e s i ó n fac i a l d e las e m o c i o n e s d e a l e g r ía y t risteza
Expresión feliz
D D
Expresión triste
11 1 1 1 111 1 1 D 1 D
Va ro n e s
M uj e res
Cuando se ven y procesan caras con expresión feliz, varones y m ujeres usan áreas de
los dos hem isferios . Para las emociones negativas las m ujeres usan el hem isferio izquier
do y los varones el derecho. Mod ificado de Lee, T. M . , 2002 .
nales para procesar las voces cuando el cambio del tono tiene valor emo
cional 2 6 .
Se ha realizado el estudio de la activación cerebral cuando se presen
tan a examen una serie de caras felices, otra serie de caras tristes y otra de
expresión neutra, a un grupo de mujeres y otro similar de varones27• El
reconocimiento y procesamiento de emociones positivas y negativas está
lateralizado en ambos hemisferios, pero su procesamiento está interco
nectado. En ambos sexos hay más activación con las caras felices del he
misferio izquierdo, en área frontal bilateral y parietal izquierda. Sin em
bargo , para las caras tristes las mujeres activan más el izquierdo y los
varones más el derecho (figura 1 4 ) .
Esto sugiere que la lateralidad del procesamiento de la emoción fa
cial es emocional y sexualmente específica: varones y mujeres usan corre-
diferencia estructural es respecto a las áreas neuronales con las que conec
tan. En los varones la amígdala tiene más conexión con el hipotálamo in
terviniendo en la conducta sexual, como se tratará más adelante. Estos
datos son coherentes con el papel que desempeña la izquierda y la dere
cha en los adultos, y con las diferencias en el estilo cognitivo que usan los
varones y las mujeres para codificar las experiencias emocionales.
La mayor memoria emocional no siempre es beneficiosa para las
mujeres, ya que puede llevar a desórdenes de la ansiedad. Por ejemplo, se
ha podido observar31 el efecto que tiene la memorización de palabras de
una lista, si se insertan palabras con contenido emotivo entre otras neu
tras. Se afecta la memorización de aquellas palabras neutras presentes jus
tamente antes de las que tienen contenido emotivo. Este deterioro, rela
cionado con la función de la amígdala, es mucho mayor en la mujer que
en el varón.
las hormonas sexuales. Las diferencias en tamaño se crean fundamentalmente durante el de
sarrollo temprano y dirigido por las hormonas sexuales.
31 STRANGE, B. A.; HURLEMANN, R., y DoLAN, R. J. (2003) : «An emotion-induced
retrograde amnesia in humans is amygdala- and beta-adrenergic dependent», Proc Natl Acad
Sci USA, 1 00, pp. 1 3.626- 1 3 .63 1 .
32 AzrM, E.; MoBBS, D . ; Jo, B . ; MENON, V. , y RErss, L . (2005) : «Sex differences in
brain activation dicited by human>, PNAS, 1 02, pp. 1 6.496- 1 6.50 1 .
CEREBRO DE VARÓN Y CEREBRO DE MUJER. DOS HEMISFERIOS 85
F i g u ra 1 5 : Va ro n e s y m uj e res p e rc i b e n i g u a l el s e n t i d o d e l h u m o r
u s a n d o d if e r e n t e s e s t rat e g ias
2
NA ce
Los varones y las mujeres para procesar el humor activan la corteza de la zona de unión
del lóbulo temporal con occipital ( 1 ) , giro frontal inferior (2) y la zona extrema del lóbulo
temporal (3) . Las m ujeres activan más que los varones la corteza prefrontal dorso-lateral
del hemisferio izqu ierdo (4) . Exh i ben además una activación de la zona su bcortical , gene
radora de dopamina que incluye el núcleo accumbens (Nace) , de forma proporcional con
la intensidad humorística , a diferencia de los varones. Mod ificado de Azi m , E . , 2005.
F i g u ra 1 6 : P e rf i l de co m p a rt i m e ntac i ó n a s i m étrica
e n t rasto rn o s d e la c a p a c i d a d d e e m p at fa
DLD
Las reg iones de los lóbu los frontales del hem isferio derecho son las más aumentadas
respecto a los controles en los pacientes de autismo y en niños con « Desordenes del len
guaje ligados al desarrollo» ( D L D ) , y las occi pitales las que menos. En negro se indican
las u nidades que tienen asimetría en el hem isferio izquierdo, en gris las asimetrías reg io
nales del derecho. Modificada de Herbert, M. R . , 2005.
3 6 SKUSE, D . : «X-lynked genes and che neural basis of social cognition», Novartis
Found Symp, 2 5 1 , pp. 84-98. Se han descrito dos regiones del cromosoma X implicadas en
88 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
3 . SfNDROME DE TURNER
dad intelectual del varón está hacia el polo de las actividades propias del
hemisferio izquierdo. La mujer armoniza mejor lo racional y emotivo por
poseer mayor simetría funcional de los hemisferios.
Ahora bien, aunque las diferencias entre varones y mujeres tengan
un sustrato biológico, las semejanzas son mucho mayores que las diferen
cias40. Todas ellas son habilidades humanas. Por eso, lo que en unos son
predisposiciones innatas, puede ser modelado en los otros, mediante deci
siones libres que generan actuaciones y modulan la configuración cerebral.
Todo ello es congruente con la relación natural de ambos en la trans
misión de la vida. Hunde las raíces en los circuitos propios del cerebro
animal que dicta los comportamientos que permiten la supervivencia de
la especie. Los cerebros animales macho y hembra empiezan desarrollán
dose de modo diferente en el útero materno, de forma que los impulsos
específicos están plasmados en los circuitos neuronales.
Se entiende que en las sociedades humanas culturalmente menos
tecnificadas, la mejor visión espacial del varón le capacitaría para la caza
de recursos fuera del ámbito reducido de la vida familiar. La mujer, con
un cerebro con las funciones más bilaterales, tiene un uso de lenguaje
que permite la comunicación de estados internos y facilidad con los mo
dos de comunicación no verbal, esencial para el cuidado de los hijos pe
queños. Intuir lo que les ocurre a otros, reconocerlo en la expresión facial,
es una habilidad natural que es fundamental en una madre, para enten
der a los bebés y saber lo que necesitan.
Tales diferencias marcan el sentido natural humano del diferente pa
pel de la madre y el padre en la educación temprana del niño. La confi
guración armónica del cerebro del niño requiere recibir los modos pro
pios de manifestación de los afectos de la masculinidad y feminidad. Se
ha descrito 41 que la comunicación temprana afectiva entre los padres, o
allegados, y el niño origina una alineación de los estados mentales, que pue
de entenderse como una coordinación mutuamente regulada entre los he
misferios derechos e izquierdos de padres e hijos; por el contrario, la falta
de cariño implica una grave pérdida de este modo de comunicación.
En las primeras fases del desarrollo del niño, el hemisferio derecho es
más activo y crece más rápidamente. La comunicación entre los hemisfe
rios derechos permite las comunicaciones afectivas que sitúan y asientan
los estados emocionales primarios a partir de señales no verbales. La na-
Corteza
Corteza cerebral
L i m b i co
El n úcleo central, de las tres capas concéntricas del cerebro , humano es el más antiguo
en la escala filogenética y es el primero en formarse en el desarrollo em brionario. Se co
noce como cerebro reptiliano por ser el ámbito del control de las funciones vegetativas,
de los deseos, e i nstintos inconscientes. Está cubierto por el conju nto de estructuras que
forman el sistema lfmbico, que procesa las emociones, y este , a su vez , puede ser con
trolado por la tercera capa, la corteza cerebral.
CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
l. l. Corteza cingulada
G i ro a n te rior d e l a co r t e z a c i n g u l ad a d e re c h a
' PUJOL, J.; LóPEZ, A. ; DEUs, J.; CARDONER, N.; VALLEJO, J.; CAPDEVILA, A., y PAus, T.
(2002) : «Anatomical Variability of the Anterior Cingulate Gyrus and Basic Dimensions of
Human Personality», Neurolmage, 1 5, pp. 847- 8 5 5 .
98 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
2 O. c. , p. 1 22 .
EL CEREBRO Y LOS AFECTOS LIGADOS A LA TRANSMISIÓN DE LA VIDA 99
1. AL COMPÁS D E LA OXITOCINA
3 Algo tan profundamente natural humano puede explicar los trastornos emocionales
que sufre la madre ante un aborto espontáneo. Con más motivo se dan en el caso de un
aborto provocado. Debería ser un motivo de reflexión los sistemas de anticoncepción, que
intentan que la mujer no sepa si estuvo o no embarazada y acostumbrarla así a erradicar la
señal de alerta de la emoción maternal. Las consecuencias deshumanizantes de cortar las raí
ces más profundas del ser del hombre engendran, necesariamente, una violencia desmedida
e incontrolable.
4 INSEL, T. R., y YouNG, L. J. (200 1 ) : «The neurobiology of attachment», Nat. Rev.
Neurosci., 2, pp. 1 29- 1 36; KENDRICK, K. M . (2000) : «Üxytocin, motherhood and bon
ding», Exp. Physiol., 85, pp. 1 1 1 S- 1 24S; PEDERSEN, C. A. ( 1 997) : «Üxytocin control of ma
ternal behavior. Regulation by scx steroids and offspring stimuli», Ann. N. Y. Acad. Sci., 807,
pp. 126- 1 4 5 .
5 FERGUSON, J., YouNG, L . J . ; HEARN, E.; INSEL, T. R . , y WINSLOW, J . T., (2000) :
«Social amnesia in micc lacking the oxytocin gene», Nat. Genet., 25, pp. 284-288.
100 CEREBRO D E MUJER Y CEREBRO D E VARÓN
6 LuND, l.; Yu, L. C.; UVNAS-MoBERG, K.; WANG, J . ; Yu, C.; KuROSAWA, M . ;
AGREN, G.; ROSEN, A . ; LEKMAN, M., y LUNDEBERG, T. (2002} : «Rcpcatcd massagc-likc sti
mulation induces long-tcrm cffccts on nociccption: contribution of oxytocincrgic mccha
nisms», Eur. J Neurosci., 16, pp. 330-338.
EL CEREBRO Y LOS AFECTOS LIGADOS A LA TRANSMISIÓN DE LA VIDA 101
F i g u ra 1 9 : R e g i o n e s activadas e n e l c e re b ro m at e rn a l
En la corteza se activan la ínsula medial (1), la zona ventral el giro de la corteza cingulada
anterior (Cea) ; la corteza orbito-frontal (0-F) y prefrontal lateral (pFL) ; una reg ión de la
corteza occipital (O) cercana al área visual y la corteza fusiforme lateral ( FL) . La actividad
subcortical es tam bién bilateral en el estriado, E. No se muestran en la fig ura la zona de
sustancia negra y de la sustancia gris de la reg ión paracentral y la parte ventral- posterior
del tálamo, que también se activan . Modificada de Bartels, A . , 2004.
7 Cavada, C., Company, T., Tejedor, J., Cruz-Rizzolo, R.J . , Reinoso-Suarez, F.,
(2000) . The anatomical connections of che macaque monkey orbicofrontal cortex. A review.
Cereb. Cortex 1 0, pp. 220-242 .
8 LORBERBAUM, J. P.; NEWMAN, J. D . ; HORWITZ, A. R. ; DUBNO, J. R.; LYDIARD, R. B . ;
HAMNER, M . B . ; BoHNING, D . E . , y GEORGE, M. S. (2002) : «A potencial role for chalamo
cingulace circuitry in human maternal behavior», Biol. Psychiatry, 5 1 , pp. 43 1 - 445 .
9 L10TTI, M . ; MAYBERG, H . S . ; BRANNAN, S. K. ; McGINNIS, S . ; }ERABEK, P., y Fox, P.
T. (2000) : «Differential limbic-cortical correlates of sadness and anxiery in healchy subjects:
implications for affective disorders», Biol. Psychiatry, 48, pp. 30-42.
1 02 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
F i g u ra 2 0 : R e g i o n e s d e sactivadas en el c e re b ro m ate rn a l
y e n e l c e re b ro ro m ánt ico
cCp
La corteza prefrontal media ( p F m ) , la corteza cingu lada posterior (cC p ) , la corteza tempo
ral media (cTm) , la zona de unión parieto-occipital (0- P) y los polos temporales ( PT) . Por
ú ltimo está tam bién implicada la am ígdala (A) . Mod ificada de Bartels, A . , 2004.
13 KlRSCH, P.; EsSLINGER, CH. ; CHEN, Q. ; MIER, D.; LIS, S.; SJDDHANTI, S.; GRUP
PE, H . ; MATTAY V. S . ; GALLHOFER, B . , y MEYER-LINDENBERG, A. (2005}: «Üxytocin Modu
lates Neural Circuitry for Social Cognition and Fear in Humans», The Journal of Neuros
cience, 25, pp. 1 1 .489- 1 1 .493.
14 BARTELS, A., y ZEKI ,S. (2004} : «The neural correlates of maternal and romantic
!ove», Neurolmage, 2 1 , pp. 1 . 1 5 5- 1 . 1 66.
1 04 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
18
Algunas estadísticas sustentan que las personas se enamoran de otras que tienen al
gún parecido a los padres naturales o adoptivos. Cfr. DICKS, L. (2003) : «Elección de pare
ja», Mente y cerebro, 4, pp. 84-89.
1 06 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
20
Toda persona se experimenta habitualmente a sí misma como varón o como mujer
coincidiendo con la condición genética y fenotipo masculino y femenino. En casos excep
cionales la identidad sexual está en conflicto con la anatomía y sexo biológico (transexuali
dad) y en otros casos la orientación sexual heterosexual típica que implica la atracción o el
deseo amoroso por las personas del sexo opuesto, se dirige hacia personas del mismo sexo
(homosexualidad) .
108 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
F i g u ra 2 1 : E s q u e m a d e d o s co rt e s c o ro n a l e s
d e l á r e a d i m ó rfica p reó ptica d e l h i p ó ta l a m o
21
SWAAB, D . F. , y FLIERS, E. (1 985): «A sexually dimorphic nucleus in the human
brain», Science, 228, pp. 1 . 1 1 2- 1 . 1 1 7.
22
SWAAB, D . F. ( 1 9 9 5 ) : «Development of the human hypothalamus», Neurochem
Res., 20, pp. 509-5 1 9 ; SWAAB, D . F., y HoFMAN, M. A. ( 1 995): «Sexual differentiation of
che human hypothalamus in relation to gender and sexual orientation», Trends Neurosci.,
1 8, pp. 264-270; BYN E, W. ; LAsco, L. B.; SHINWARI, A. ; EDGAR, M. A. ; MoRGELLO, S.; Jo
NES, L. B . , y ToBET, S. (2000) : «The intersticial nuclei of che human anterior hypothala
mus: an investigation of sexual variation in volume and cell size, number and density»,
Brain Res., pp. 2 54-258.
110 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
F i g u ra 22 : Los rece p t o re s n u c l e a r e s d e e s t ró g e n o s y a n d ró g e n o s
s e d is t ri b u y e n e n varo n e s y m uj e re s d e fo r m a d e s i g u a l
a lo l a r g o d e l e j e ro s t ro - ca u d a l d e l h i p o tá l a m o
Receptor d e a n d rógenos
En los tres cortes coronales, desde la región más rostral a la caudal del hipotálamo, se
señalan en negro las zonas de mayor concentración de los receptores en las m ujeres y
en punteado las zonas de mayor concentración de receptores en los varones. Las dife
rentes áreas se designan con las abreviatu ras : Fornix, Fx ; Comisura anterior, AC ; N úcleo
paraventricular, PVN ; N úcleo supraqu iasmico, S C N ; N úcleos sexualme nte dimórficos ,
S O N ; Núcleo supraóptico , S O N ; D iagonal área Broca, D B B ; Núcleo hipotálamo ventrome
dial, VM N ; Cuerpo mamilar, BM; Núcleo medial mami lar, M M N , Núcleo lateromamilar, LM N .
Modificada de Kruijver, F P M 2002 , y Fernandez-G uasti , A . , 2000.
. . . ,
25 KlMCHI, T.; Xu, J., y Duuc, C. (2007) : A functional circuit underlying male se
xual behaviour in the female mouse brain. Nature doi: 1 0 . 1 038/nature06089.
26 SHAH, N. M., y BREEDWVE, M. (2007) : «Females can also be from Mars», Nature
doi: 1 0 . 1 038/05892.
EL CEREBRO Y LOS AFECTOS LIGADOS A LA TRANSMISIÓN DE LA VIDA 113
2 7 GUILLAMóN, A., y SEGOVIA, S. (2007) : «El sexo del cerebro», Mente y Cerebro, 25,
pp. 68-77.
1 14 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
F i g u ra 23 : D i m o rf i s m o en e l s is te m a o lfat ivo h u m a n o
Va rones M ujeres
La percepción olfativa por m ujeres de sustancias tipo andrógenos, activa el núcleo preóp
tico y ventromedial. Y en los varones, la percepción olfativa de sustancias similares a los
estrógenos, activa los núcleos ventricular y dorsomedial. Mod ificada de Savic, l . , 2001 .
insular basal derecha. Los circuitos neuro nales d e las mujeres so n más
sensibles en el periodo pre-ovulació n; por ello, pueden detectar el casi
imperceptible olor de los andrógenos en el sudor. El sentido biológico
parece claro : la mayor sensibilidad a factores físico-químicos del varón en
la fase fértil de la mujer, estimula el impulso que facilita la procreación30•
En los varones los olores activan, más que en las mujeres, la corteza entorri
nal izquierda, la corteza insular dorsal izquierda y el globo pdlido ventral
derecho.
No parece, por tanto , que existan feromonas en humanos; y, por
tanto, no dirigen el comportamiento sexual. Al menos no existen con la
potencia ni el determinismo del animal; a su vez, el olor de las feromonas
no se procesa siguiendo la vía del órgano vomeronasal hacia los núcleos
dimórficos del hipotálamo . Lo que parece, más bien, es que existen sus
tancias derivadas de las hormonas sexuales que actúan como sensores quí
micos.
30 GRAHAM, C. A.; JANSEN, y cols. (2000) : «Effects of fragance on femde sexual arou
sal and moods across che menstrual cycle», Psychophysiology, 37, pp. 76-84; GRAMMER, K.
( 1 9 83) : «Androstadienone a male pheromone?, Ethol Socio/, 14, pp. 2 0 1 -207.
31 HAMANN, G . (2005): «Sex Differences in che Responses of che Human Amygdala»,
Neuroscientist, 1 1 , pp. 288-293.
1 16 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
ran representar una propensión de los varones a generar una mayor res
puesta del apetito sexual a los estímulos visuales.
Otra diferencia de la función de la amígdala entre varones y muje
res32 se ha observado en la conducta sexual consumatoria. En el varón, a
diferencia de la mujer, decrece la actividad de la amígdala izquierda.
V. CEREBRO EMPAREJADO
Parecen existir varias áreas que procesan el placer sexual 33; y varones
y mujeres elaboran las sensaciones de placer de forma parecida.
En estudios de neuroimagen 34, tomados mientras varones y mujeres
contemplaban fotos de la persona amada y se les animaba a pensar en ella
e imaginársela, se observó la activación de cuatro áreas del sistema límbi
co simétricamente situadas en los dos hemisferios. El hecho de que estas
áreas se activen con la euforia de la cocaína, sugiere que el amor sexuado
representa un ámbito parcial de estados de euforia, no sólo en el aspecto
psicológico, sino también desde el punto de vista neurológico.
El cerebro reparte la compleja tarea de la emoción placentera entre
diferentes ámbitos. Una primera área implicada en la vinculación -exa
minada en este experimento en que la emoción sexuada se provoca por la
visión de fotografías de la persona querida-, es la corteza visual. Cuan
do se compara la activación de esta zona con la activación ante la con
templación de fotos de amigos, no hubo diferencias. Esto confirma que
el cerebro visual se limita a transferir la información objetiva al cerebro
emocional.
En segundo lugar, se encontraron activados los centros que procesan
la excitación sexual y que son los que aportan el componente erótico al
amor romántico. El amor y el deseo sexual conjuntamente parecen des
pertar actividad del estriado (núcleo caudado y putamen) y de algunas
regiones del hipotálamo . El tercer módulo se encuentra en la corteza cin
gulada anterior, que reconoce los sentimientos, algo sin duda esencial
para la vivencia amorosa. El cuarto es un dominio parcial del lóbulo in
sular. Este lóbulo muestra más actividad cuanto más atractivos les pare-
F i g u ra 2 4 : Activac i ó n d e a m íg d a l a e h i p o tá l a m o en va ro n e s y m uj e re s
c u a n d o o b s e rvan foto g raf ías c o n c o n te n i d o e rótico
Va ro nes M ujeres
El análisis d e los datos científicos d e este estudio, tal vez pueda suge
rir al lector algún punto de reflexión acerca de cuestiones muy debatidas
en la cultura actual, y no siempre resueltas con rigor.
He buscado las diferencias del cuerpo humano, femenino y masculi
no, en los presupuestos biológicos genéticos y neuronales. En los últimos
años, hemos podido conocer algo más del cerebro y de cómo se construye
y elabora desde la herencia genética de cada uno, y con esto se ha progre
sado en el carácter dimórfíco que presenta el cerebro humano.
El término presupuesto tiene aquí un significado muy preciso. Presu
puesto es mucho más que un precedente temporal. Son las condiciones
necesarias que permiten, en cada tiempo y en cada momento, vivir hu
manamente. Porque los códigos cerebrales no son las causas de la con
ducta. Ni los innatos, ni los que elaboramos con la vida, que es tarea per
sonal de cada uno. Justamente la biología humana pone de manifiesto
que todo viviente humano, por serlo, es un viviente liberado del encierro
en el automatismo de los procesos biológicos. Cada persona es capaz de
liberación del enclaustramiento en el fin del mero vivir animal y de la re
producción, propio de los individuos del resto de las especies.
El cuerpo humano expresa y manifiesta siempre a la persona titular
de ese cuerpo. De ahí que la atención se haya centrado precisamente en
aquellos núcleos en los que el hombre afloja las ataduras del mero instin
to animal. Con esto, se afirma que esos presupuestos biológicos son na
turales en un doble sentido. Naturales en el sentido de que forman parte
de los ciclos por los que el animal elabora sus respuestas instintivas, ante
aquellos estímulos que para ellos significan algo en relación con su biolo
gía; y son, así, desencadenantes del comportamiento animal. Y naturales
en cuanto que los gestos específicamente humanos tienen un significado
122 CEREBRO DE MUJER Y CEREBRO DE VARÓN
básico propio, que excede con mucho las convecciones meramente cultu
rales y lo que se pueda enseñar educacionalmente. Dicho de otra manera,
los presupuestos naturales que aporta la ciencia no son opcionales; y las
personas individuales, y la sociedad, no se pueden distanciar de ellos sin
experimentar una perdida significativa de las referencias que necesitamos
para vivir humanamente. Lo que nos aporta la genética, el desarrollo em
brionario y las neurociencias, son los cimientos materiales sobre los que
construir la plenitud de la vida humana.
Si el cuerpo humano es así, y el cuerpo del varón y el de la mujer
son diferentes, y son diferentes en las estrategias de sus cerebros, estas di
ferencias nos proporcionan pistas del carácter personal de unos y de
otras. Varón y mujer, no son diferentes sólo en función de su distinta y
obvia relación de cada uno con la transmisión de la vida, y con la aten
ción a la vida humana naciente. Sólo para los animales la reproducción es
la única razón por la que son sexualmente diferentes. El cuerpo de la mu
jer y el cuerpo del varón son distintos, y muestran la diferencia funda
mental e incuestionable que hunde sus raíces en el mismo origen natural:
son varón y mujer «ontológicamente», si se me permite esta expresión.
En la Grecia clásica tenían muy clara la distinción radical entre natu
raleza (physis) -con un significado real, y no manipulable- y costum
bre (nomos) . Eso les permitía el diálogo fecundo que pretendía descubrir
lo más propio del ser humano. Así, podían afirmar que el nomos de la ti
ranía era contrario a la naturaleza del hombre, a la que correspondía ori
ginariamente vivir en libertad; la literatura griega está llena de ejemplos
en todos los ámbitos de la vida: basta leer la «Antígona» de Sófocles para
percibirlo. Hipócrates asumió este planteamiento para desarrollar su Me
dicina y definir la salud y la enfermedad al margen de cualquier plantea
miento subjetivo .
Esta herencia de los antiguos griegos ha llegado a nuestros días, mar
cando un camino que hunde sus raíces en la racionalidad. Sin embargo,
parece haber sufrido algunos «accidentes» graves durante el recorrido
que, al menos temporalmente, han difuminado en buena medida las re
ferencias más básicas de lo que constituye el vivir humano. Estos plante
amientos «accidentados» se pueden reducir a tres.
De una parte, la herencia que Freud nos dejó, más allá de las genia
les intuiciones que constituyen el fundamento del psicoanálisis. Pues sus
generalizaciones indebidas de carácter psicológico y filosófico carecen del
rigor científico, analítico y sintético, de sus aportaciones fundamentales.
Y así introduce, en nuestra visión del hombre y del mundo, el convenci
miento de que los males psíquicos tienen su origen en la represión de los
impulsos sexuales.
EPÍLOGO 123
Basta con estos botones de muestra, que no son los únicos; ni siquie
ra me atrevería a afirmar que sean los más importantes. Pero, al menos,
parecen ser relevantes. Se requiere un diálogo sereno y distendido, en
donde sea posible aportar luces nuevas desde el rigor científico y la racio
nalidad, sin presiones de ningún tipo. Estas páginas no pretenden ser
más que una pequeña aportación a esa tarea.
COLECCIÓN TEXTOS DEL INSTITUTO
DE CIENCIAS PARA LA FAMILIA.
UNIVERSIDAD DE NAVARRA