Trastornos de ansiedad

Ansiedad, temor y pánico

La ansiedad es un estado de ánimo negativo caracterizado por síntomas corporales de tensión

física y aprensión acerca del futuro. Es muy difícil de estudiar.

La ansiedad es buena para nosotros al menos en cantidades moderadas, una buena nota en un
examen es el reflejo de cierto grado de ansiedad que sentimos. Un exceso de ansiedad no nos
dejaría concentrarnos en las respuestas lo que originaría que desaprobemos.

El temor es una reacción de alarma inmediata ante el peligro, al igual que la ansiedad pude ser
bueno al activar una respuesta inmediata del sistema nervioso autónomo (aumento de la
frecuencia cardiaca y presión sanguínea) que junto a nuestra sensación de terror nos obliga a
huir y ponernos a salvo.

La ansiedad es un estado de ánimo orientado al futuro, no se puede controlar o predecir los

sucesos próximos.

El temor es una reacción emocional inmediata ante un peligro actual que se caracteriza por
fuertes tendencias escapistas.

Un ataque de pánico se define como una experiencia abrupta de temor intenso o de malestar
acentuado, acompañada de síntomas físicos que por lo general comprenden palpitaciones,
dolor de pecho, falta de alimento y posibles mareos.

Según el DSM IV se tienen 3 tipos de ataques de pánico: el ataque ligado a situaciones ( por
ejemplo temor a alturas), el inesperado ( ocurre en cualquier momento y lugar) y el de
predisposición situacional ( si no sabe si tiene un taque hoy pero lo tiene además tener más
probabilidades de tener un ataque si ya hubo un episodio previo).

Causas de los trastornos de ansiedad

Métodos complejos de estudio de la genética (locus de rasgo cuantitativo) permitieron que los
investigadores identificaran las áreas relevantes en un gran número de cromosomas de
animales (1, 12,15).

La ansiedad también está asociada con circuitos cerebrales específicos y con sistemas
neurotransmisores como la reducción de niveles AGAB

Resumen de criterios del trastorno: Ataque de Pánico

Involucra experimentar 4 o más síntomas durante un periodo de tiempo específico:

1. palpitaciones y latidos fuertes

2. Sudor

3. Temblor o sacudimiento

4. Falta de aliento

5. sensación de ahogo

6. Dolor de pecho

7. náuseas
8. mareo

9. Sentimiento de irrealidad

10. Temor de perder el control

11. Temor de morir

12. Sensación de aturdimiento u hormigueo

13. escalofríos o calores

El área del cerebro asociada con más frecuencia a la ansiedad es el sistema límbico.

Resaltan dos sistemas:

Sistema de inhibición conductual (SIC): Circuito cerebral en el sistema límbico que responde a
las señales amenazantes al inhibir la actividad y causando la ansiedad.

Sistema de huida y lucha (SHL): Circuito cerebral en los animales que cuando se estimula causa
una alarma inmediata y respuesta de huida que se asemeja al pánico de los humanos.

Estudios indican que los adolescentes que fumaban 20 cigarrillos o más diariamente era
probable que desarrollasen15 veces más el trastorno de pánico y 5 veces más el trastorno de
ansiedad generalizada que los adolescentes que fumaban menos o no fumaban.

Freud pensaba que la ansiedad era una reacción psíquica al peligro que rodea la reactivación
de una situación infantil atemorizante.

En cambio los psicólogos conductuales ven la ansiedad como producto del condicionamiento
clásico temprano, el moldeamiento u otras formas tempranas de aprendizaje.

El modelo integran indica que la ansiedad es la mezcla de una serie de factores como en la
niñez tal vez adquiramos una conciencia de que los sucesos no siempre están bajo nuestro
control.

Los padres sobreprotectores y que nunca dejan experimentar adversidad a sus hijos crean una
situación en que sus hijos nunca aprenderán a enfrentar las adversidades que se presentan.

Los padres que permiten a los hijos explorar su mundo y desarrollar sus capacidades
necesarias para enfrentar a los sucesos inesperados los capacitan a desarrollar un sano sentido
de control.

Un sentido de control que se desarrolla de estas experiencias tempranas es el factor

psicológico que nos hace más vulnerables a la ansiedad más adelante en nuestras vidas.

Las claves internas (frecuencia cardiaca o respiratoria) y externas (situaciones o lugares)

provocan la respuesta de temor y una suposición de peligro, este no realmente presente.