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Pero el Sol no se despertó. Todos los animales gritaron a la vez: “Sol, Sol, despiértate!”. Pero el Sol
no se despertó. Entonces el gallo se paró sobre el techo de una casa y gritó muy fuerte y largo rato:
- “¡Cocorocooo, quiquiriquii!”.
Y el Sol comenzó a despertarse y a subir muy alto en el cielo.
Y de allí en adelante, cada vez que el gallo canta, el Sol se levanta rápidamente, pues teme
enfermarse de los oídos con ese grito tan fuerte.
Así se pone sus ropas brillantes y parte de viaje por el cielo.
En un coche
Delante de la montaña Detrás de las montañas Detrás de una nube
Cerradas Abiertas
Frío Calor
III.- Lee, piensa y responde: Pinta el cuadrado si es verdadero, si no déjalo en blanco.
El Sol tuvo miedo que se le reventaran los oídos con el canto del gallo.