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Los suelos agrícolas españoles tienen diferente cantidad de materia orgánica, que varía desde
cantidades casi inapreciables hasta el 5 por 100, aunque hay suelos que sobrepasan esta última
cantidad.
Los microorganismos del suelo realizan la descomposición de la materia orgánica. Si hay muchos
microorganismos, la descomposición de la materia orgánica se hace con rapidez, mientras que si
hay pocos microorganismos, la descomposición se hace lentamente y la materia orgánica se
acumula en el suelo. Por tanto, las condiciones que favorecen la multiplicación de los
microorganismos son también favorables a la descomposición de la materia orgánica.
Temperatura elevada.
Buena aireación.
Los factores que más influyen en el contenido de materia orgánica del suelo son los siguientes:
El clima
En las regiones frías y lluviosas la descomposición de la materia orgánica es lenta, por cuyo motivo
esa materia orgánica se acumula en el suelo, alcanzando a veces niveles del 5 por 100 y mayores
aún. Por otra parte, en los climas lluviosos existe más vegetación, lo que incrementa la cantidad de
residuos. En cambio, en climas cálidos o templados con una pluviometría moderada, el contenido
de materia orgánica suele ser bastante menor (del 1 al 2 por 100 o menor)
La vegetación
Los microorganismos necesitan nitrógeno para formar su propio cuerpo. Por eso, los residuos de
las plantas ricas en nitrógeno, como ocurre en las leguminosas, se descomponen con mayor
rapidez que los residuos de aquellas otras que tienen menos riqueza en nitrógeno. Un abonado en
verde con una leguminosa se descompone con mayor rapidez que un rastrojo de cereales. En este
segundo caso, la materia orgánica se acumula en el suelo durante más tiempo. Las plantas de ciclo
anual, como ocurre en los cereales, dejan la superficie del suelo y hasta la profundidad que
alcanzan sus raíces. En cambio, en un bosque, la materia orgánica se encuentra en la zona
superficial, que es donde caen las hojas y demás residuos.
Las plantas leñosas se descomponen más lentamente que las plantas herbáceas. En el primer caso
la materia orgánica se acumula en el suelo durante más tiempo.
Por otro lado, si la cantidad de arcilla es excesiva, de tal forma que dificulte el desarrollo de las
plantas, habrá menos vegetación y, por consiguiente, menor cantidad de materia orgánica.
El calcio del suelo interviene en la cantidad de materia orgánica contenida en el suelo, ya que
acelera su descomposición. Por este motivo, los suelos ricos en calcio tienen menos cantidad de
materia orgánica que los suelos pobres en calcio.
En los terrenos situados en pendientes, las aguas de lluvia arrastran la materia orgánica hacia las
zonas más bajas. Es fácil que los terrenos de laderas tienen un color mucho más claro que los
terrenos de vaguada, consecuencia de que una buena parte de la materia orgánica de las laderas
ha sido arrastrada hacia las vaguadas.