El objetivo es completar una evaluación y comenzar el tratamiento fibrinolítico a
los 60 minutos de la llegada del paciente al Emergencia. Se recomienda un número limitado de pruebas hematológicas, de coagulación y de bioquímica durante la evaluación inicial de emergencia, y sólo la evaluación de la glucosa en sangre debe preceder al inicio de rtPA IV (> 400 o < 50 mg/dl) La valoración basal de ECG-troponinas se recomiendan en pacientes que presentan un accidente cerebrovascular isquémico agudo, pero no debe retrasar el inicio de IV rtPA TC sin contraste es excelente para discriminar la presencia de una hemorragia intracraneal que excluirá a los pacientes de trombolíticos Escala ASPECTS para evaluar cambios isquémicos tempranos en TAC La presencia de cambios isquémicos precoces extensos en TC no contrastada se correlaciona con un riesgo de 8 veces de hemorragia sintomática con fibrinólisis RM es sensible a la detección de hemorragia aguda y comparable a TCNC, y razonable de utilizar para la imagen temprana Se recomienda fuertemente un estudio vascular intracraneal no invasivo durante la evaluación inicial de imagen del paciente con ictus agudo si se contempla fibrinólisis IA o trombectomía mecánica para el tratamiento, pero no se debe retrasar la administración intravenosa de rtPA si está indicado La hipodensidad franca en TAC puede aumentar el riesgo de hemorragia con fibrinólisis y debe considerarse en las decisiones de tratamiento. Si involucra más de un tercio del territorio ACM, el tratamiento con IV rtPA debe ser retenido Los pacientes con TIA deben someterse a una evaluación de neuroimagen dentro de las 24 horas posteriores a la aparición de los síntomas o tan pronto como sea posible en pacientes con presentaciones tardías. La RM, incluyendo DWI, es la modalidad preferida de diagnóstico por imágenes. Si no está disponible, se debe realizar TC Evitar hipoxemia, hipertermia (> 38 °C), hiperglicemias, hipertensión, hipotensión o cambios bruscos de la PA Se recomienda la monitorización cardíaca (por lo menos durante las primeras 24 horas) para detectar la FA y otras arritmias cardiacas potencialmente graves que requerirían intervenciones de emergencia Para terapia fibrinolítica PA < 180/110 y mantener por debajo de 180/105 mmHg al menos en las primeras 24 horas post-fibrinólisis El soporte de las vías respiratorias y la asistencia ventilatoria en disminución de conciencia o disfunción bulbar Mantener SatO2> 94%, normoglicemia (140-180 mg/d; /tratar en glucosa < 60 mg/dl) Hasta que se disponga de otros datos, existe el consenso de que las recomendaciones de presión arterial descritas anteriormente deberían seguirse en pacientes sometidos a otras intervenciones agudas para recanalizar los vasos ocluidos, incluida la fibrinólisis IA Bajar la presión arterial en un 15% durante las primeras 24 horas después del inicio del accidente cerebrovascular cuando esta sea > 220/120 Mantener la volemia con SS IV y tratar arritmias que disminuyan el GC No se recomienda oxígeno suplementario en pacientes no hipóxicos Los resultados de ECASS III indicaron que rtPA puede mejorar los resultados para pacientes cuidadosamente seleccionados tratados 3-4.5 horas después del accidente cerebrovascular Un metaanálisis de 12 ensayos IV rtPA confirmó los beneficios de la rtPA intravenosa administrada dentro de las 6 horas desde el comienzo de los síntomas y reforzó la importancia del tratamiento oportuno porque el beneficio de IV rtPA es mayor en pacientes tratados dentro de las 3 horas desde el inicio de los síntomas. IV rtPA (0,9 mg / kg, dosis máxima de 90 mg) en bolo. Complicaciones hemorrágicas y angioedema que pueden causar obstrucción parcial de las vías respiratorias rtPA es razonable en pacientes con una convulsión al inicio del accidente cerebrovascular si la evidencia sugiere que las alteraciones residuales son secundarias al evento y no a un fenómeno postictal La utilidad de la administración intravenosa de tenecteplase, reteplase, desmoteplasa, uroquinasa u otros agentes fibrinolíticos, y la administración intravenosa de ancrod u otros agentes desfibrinogenantes, no está bien establecida y sólo debe utilizarse en el establecimiento de un ensayo clínico
Se puede considerar el uso de fibrinólisis IV en pacientes con apoplejía leve,
mejoría rápida de los síntomas, cirugía mayor en los 3 meses previos e infarto de miocardio reciente, y el potencial riesgo aumentado debe ponderarse frente a los beneficios previstos. Estas circunstancias requieren mayor estudio. No se recomienda la administración intravenosa de estreptoquinasa para el tratamiento de un accidente cerebrovascular El uso de rtPA IV en pacientes que toman inhibidores directos de trombina o inhibidores directos de factor Xa puede ser perjudicial y no es recomendable a menos que se hagan pruebas de laboratorio sensibles tales como TTPa, INR, recuento de plaquetas, ECT o TT, los cuales resulten normales o el paciente no ha recibido una dosis de estos agentes durante más de 2 días (suponiendo una función normal de metabolismo renal). Consideración similar debe ser dada a los pacientes que se consideran para IA rtPA. (Nueva recomendación) Es necesario realizar estudios adicionales. La recanalización por trombectomía mecánica puede ocurrir debido a una combinación de fragmentación del trombo, recuperación del trombo y aumento de la penetración fibrinolítica Los dispositivos pueden ser útiles para lograr la recanalización sola o en combinación con fibrinólisis farmacológica en pacientes cuidadosamente seleccionados. Fibrinólisis IA o trombectomía mecánica son razonables en pacientes que tienen contraindicaciones para el uso de fibrinolisis IV o con oclusión de arterias grandes que no han respondido a este último Los resultados de varios ensayos clínicos demuestran un mayor riesgo de complicaciones hemorrágicas con la administración temprana de HNF o HBPM La administración temprana de HNF o HBPM no disminuye el riesgo de accidente cerebrovascular recurrente temprano, incluso entre personas con fuentes cardioembólicas. No se ha establecido el papel de los anticoagulantes como complemento además de la fibrinólisis mecánica o farmacológica. El estudio PREVAIL da la evidencia más fuerte de la superioridad de la HBPM en la prevención del tromboembolismo venoso después del accidente cerebrovascular isquémico La utilidad de la anticoagulación urgente en pacientes con estenosis severa de la carótida interna ipsilateral a un accidente cerebrovascular isquémico no está bien establecida La anticoagulación urgente, con el objetivo de prevenir un accidente cerebrovascular recurrente precoz, detener el empeoramiento neurológico o mejorar los resultados después del accidente cerebrovascular isquémico agudo, no se recomienda para el tratamiento de pacientes con accidente cerebrovascular isquémico agudo. No se recomienda la anticoagulación urgente para el tratamiento de las afecciones no vasculares en pacientes con accidentes cerebrovasculares moderados a graves debido a un mayor riesgo de complicaciones hemorrágicas intracraneales graves. No se recomienda el inicio de la terapia anticoagulante dentro de las 24 horas del tratamiento con rtPA IV Los datos actualmente disponibles demuestran una disminución pequeña pero estadísticamente significativa en la mortalidad y resultados desfavorables con la administración de aspirina dentro de las 48 horas posteriores al accidente cerebrovascular Los datos relativos a la utilidad de otros agentes antiplaquetarios, incluido clopidogrel solo o en combinación con aspirina, para el tratamiento del ictus isquémico agudo son limitados La administración oral de aspirina (dosis inicial es de 325 mg) dentro de las 24 a 48 horas posteriores al inicio del accidente cerebrovascular se recomienda para el tratamiento de la mayoría de los pacientes La aspirina no se recomienda como sustituto de otras intervenciones agudas para el tratamiento del ictus, incluyendo IV rtPA En casos excepcionales con hipotensión sistémica que produce secuelas neurológicas, un médico puede recetar vasopresores para mejorar el flujo sanguíneo cerebral. Si se utiliza la hipertensión inducida por fármacos, se recomienda una monitorización neurológica y cardíaca cercana. La hemodilución por expansión volumétrica no se recomienda para el tratamiento de pacientes con ictus isquémico agudo. La neuroprotección se refiere al concepto de aplicar una terapia que afecta directamente al tejido cerebral para salvar o retrasar el infarto de la penumbra isquémica todavía viable Entre los pacientes que ya están tomando estatinas en el momento del inicio del accidente cerebrovascular isquémico, la continuación del tratamiento con estatinas durante el período agudo es razonable. La utilidad del CEA (endartectomía carotídea) emergente o urgente cuando los indicadores clínicos o las imágenes cerebrales sugieren un núcleo de infarto pequeño con gran territorio en riesgo (zona de penumbra), comprometido por flujo inadecuado de una estenosis u oclusión carotídea crítica, o en caso de déficit neurológico agudo después de CEA, donde se sospecha trombosis aguda del sitio quirúrgico, no está bien establecida. Se recomienda la administración subcutánea de anticoagulantes para el tratamiento de pacientes inmovilizados para prevenir la trombosis venosa profunda Se recomienda evaluar la deglución antes de comenzar a comer, beber o recibir medicamentos orales Los pacientes que no pueden tomar alimentos sólidos y líquidos por vía oral deben recibir alimentación con NG, nasoduodenal o tubo de PEG (gastrostomía endoscópica percutánea) para mantener la hidratación y la nutrición mientras se están realizando esfuerzos para restablecer la deglución. Se prefiere la SNG hasta 2 a 3 semanas después del evento Se recomienda la movilización temprana de los pacientes menos gravemente afectados y las medidas para prevenir las complicaciones subagudas del accidente cerebrovascular Se recomienda el tratamiento de enfermedades médicas concomitantes El uso de aspirina es razonable para el tratamiento de pacientes que no pueden recibir anticoagulantes para profilaxis de TVP La colocación rutinaria de los catéteres de vejiga permanente no es recomendable debido al riesgo asociado de infecciones del tracto urinario asociadas al catéter La colocación de un drenaje ventricular es útil en pacientes con hidrocefalia aguda secundaria a un accidente cerebrovascular isquémico. Debido a la falta de evidencia de eficacia y la posibilidad de aumentar el riesgo de complicaciones infecciosas, los corticosteroides (en dosis convencionales o grandes) no se recomiendan para el tratamiento del edema cerebral y aumento de la presión intracraneal que complica el accidente cerebrovascular isquémico No se recomienda el uso profiláctico de anticonvulsivos