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El imaginario de la maternidad

Desde prácticamente el inicio de la humanidad o de lo que conocemos de ella, el


papel de la mujer ha estado ligado al cumplimiento de ciertos roles impuestos por la
sociedad.

En la mayoría de culturas, la maternidad ha sido considerado como el rol más


importante de la mujer, y una forma de realización fundamental de su existencia.

“El concepto de maternidad a lo largo de la historia aparece como un conjunto de


creencias y significados en permanente evolución influidos por factores culturales y
sociales que han ido apoyándose en torno a la mujer, la procreación y a la crianza”
(Molina, 2006, p. 93). Por esta razón La maternidad es considerada como hecho
natural, pero este concepto es una construcción determinada, definida y organizada
por normas y circunstancias culturales.

La maternidad por tanto se ha considerado “pilar” de la feminidad y aspecto un


determinante para cumplir su rol en la sociedad. Según la historiadora francesa
Knibiehler la maternidad ha tenido cinco etapas importantes para el desarrollo del
concepto, la primera es la manera como las sociedades artesanales de la
antigüedad y principios de la edad media buscaban poblar sus grupos sociales a
raíz de la elevada mortalidad que impedían el desarrollo de esta.

Posteriormente en el siglo XII aparece el termino paternitas y con este maternitas,


el cual es creado por la iglesia para referirse a su rol en la expansión del culto
mariano y su necesidad de reconocer la maternidad por parte de María y dar a
conocer el papel carnal de la maternidad de Eva, a partir de este momento el rol de
la mujer como madre se ve determinado y altamente influenciado por la iglesia.

La tercera etapa se sitúa en la ilustración, en la cual el papel de la mujer es


trasformado por el concepto de maternidad absorbiendo completamente la
individualidad de esta.

Durante el siglo XX se polariza este concepto ya que el estado promueve y crea


políticas de natalidad dando como resultado el baby boom, esto contra los primeros
planteamientos feministas que separan a la mujer del ser madre, permitiendo a cada
una afirmarse como sujetos autónomos.

La última etapa la maternidad se empezó a vivir en el umbral del siglo XXI, donde
se busca que se hable de la mujer como sujeto y no como maternidad igual al deber
ser de las mujeres, y de paso que sea ella quien determine la fecundación y la
posterior maternidad como una opción de la que ella es dueña.

Ahora bien, esto se puede evidenciar en la realidad social colombiana, Virginia


Gutiérrez de Pineda afirma que la sociedad colombiana es una sociedad patriarcal,
donde evidentemente la dominación es ejercida por el sexo masculino, conllevando
por ende a la discriminación de la mujer a nivel religioso, político, social y legal.
Ideando entonces que la mujer se identifica casi que inmediata y únicamente como
ser maternal, y por tanto la maternidad su objetivo final.

Según estadísticas del DANE antes de los años 60, ser madre en Colombia era el
único rol de la mujer. La tasa de fecundidad para esos años era de 7 hijos.

Ya sobre los años 60 la estadística se redujo y se estabilizó entre en los años 1985
y 1995, con una media de tres hijos por mujer.

Hoy en día la mujer en Colombia tiene en promedio 2,35 hijos. La reducción en el


número de hijos es el resultado de la difusión y acceso a los métodos
anticonceptivos, las altas posibilidades y expectativas que la educación superior en
diversas ramas y ya no las exclusivas para su género, y esto derivando en la
incursión de la mujer al campo laboral y su desarrollo profesional.

Este nuevo paradigma permitió que la mujer tuviera nuevas y mejores herramientas
para ejercer su poder de decisión a nivel personal, educacional, profesional y
laboral. La idea de antaño es desplazada por uno nuevo, propio y particular poder
para decidir la prioridad de su existencia, y elegir la opción de fecundar y de paso
de ser o no ser madre, y en caso de desearlo elegir la etapa de su vida en que
quisiera hacerlo, es cierto que la edad biológica se manifiesta y determina algunas
posibilidades gestacionales, pero dado muchos adelantos científicos, esto ya ni
siquiera pasa a ser un limitante para la mujer.
El estado civil “aceptado y predeterminado por la sociedad” pasa a un último plano,
por consiguiente, el interés por generar un núcleo familiar estándar termina siendo
una elección personal y de pareja, por dos personas, sin importar su sexo.

Como ya insinué, la edad ya deja ser un elemento determinante de su vida y por


ende de sus decisiones.

La maternidad entonces es desmitificada, la libertad de elegirla e incluso de llevarla


a cabo y no ejercerla (vientres de alquiler), se convierte en un factor de libre albedrío.

Atrás quedaron los procesos de construcción social de la maternidad, los mandatos


relativos a la misma en la que influían otros sujetos, instituciones, y hasta discursos
socio-culturales pasaron al total olvido.

El imaginario de la maternidad se debe seguir derrocado y la mujer debe ser la


protagonista de su elección de vida y de realización personal a todo nivel.
BIBLIOGRAFIA

MOLINA, M. E. (2006). transformaciones historico culturales del concepto de


maternidad y sus repercusiones en la identidad de la mujer. psykhe 15, 2, 93-103.
GUTIERREZ DE PINEDA, Virginia (1998). Honor, familia y sociedad. Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia
KNIBIEHLER, Yvonne y Catherine FOUQUET. (2001), “La construcción social de
la maternidad”.
ANONIMO. (10 de mayo de 2015). Así es el panorama de la mamá en Colombia. El
Heraldo. Recuperado de https://www.elheraldo.co/local/asi-es-el-panorama-de-la-
mama-en-colombia-194772

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