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Venado cola blanca en Oaxaca

Potencial, conservación, manejo y monitoreo

Salvador Mandujano Rodríguez


Ed itor

EL INSTITUTO DE ECOLOGÍA

2016
Primera edición impresa, junio de 2016

D.R. © 2016 Instituto de Ecología, A. C.


Carretera antigua a Coatepec 351
El Haya, Xalapa 91070, Veracruz, México

ISBN: 978-607-7579-52-6

Forma sugerida para citar la versión impresa:


Mandujano, S. (ed.). 2016. Venado cola blanca en Oaxaca: potencial, conservación, manejo y monitoreo.
Instituto de Ecología, A. C., Comisión Nacional para el Conocimiento de la Biodiversidad. Xalapa, Ver.,
México. 288pp.

Diseño de portada: Tomás B. Bravo

Fotografías de portada y contraportada: “Proyecto monitoreo de venados en la RBTC”


(http://venadosrbtc.blogspot.com).

D.R. © Ninguna parte de este libro puede ser reproducida parcial o totalmente, y transmitida de
cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por
cualquier sistema de almacenamiento o recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

Editado e impreso en México


Capítulo 1

Venado cola blanca en Oaxaca:


potencial, conservación, manejo y monitoreo
Salvador Mandujano

Venado cola blanca en México

El venado cola blanca Odocoileus virginianus (Zimmermann 1780) es una especie


muy apreciada en todo el país para complementar el consumo de proteína ani-
mal, para el comercio, fabricación de artesanías, recreación, y ha formado parte
de la cosmogonía y ritos de diversas culturas indígenas (Mandujano y Rico-Gray
1991, Montiel-Ortega et al. 1999, González-Pérez y Briones 2000, González-
Marín et al. 2003, Naranjo et al. 2004, Villarreal-Espino 2006). El venado cola
blanca es una de las principales especies manejadas principalmente en el norte
de país, donde se ha demostrado que puede ser una forma de aprovechamiento
económicamente rentable (Villarreal 1999), y con amplias oportunidades en las
zonas tropicales del centro y sureste del país (Rojo-Curiel et al. 2007).

Esta especie de venado es una de las aprovechadas en las Unidades para la Con-
servación, Manejo y Uso
Sustentable de la Vida Sil-
vestre y estudiadas en las
Áreas Naturales Protegi-
das (Gallina et al. 2007). En
consecuencia, el potencial
de aprovechamiento que Gente
representa el manejo del
venado cola blanca es sig-
Conservar
nificativo y puede represen-
tar un complemento impor-
Aprovechar
tante en la economía rural y
con amplias oportunidades
productivas en el estado de Venado Hábitat
Oaxaca (Figura 1.1).

Figura 1.1. La gente, el venado y el hábitat forman una tríada de interacciones para la gestión y
administración en ANPs, UMAs y otras áreas.

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Venado cola blanca en Oaxaca

El venado cola blanca es el cérvido con mayor distribución geográfica y el más


estudiado en el continente Americano (Gallina et al. 2010). Se encuentra desde
los 60° de latitud Norte en Canadá, en casi todos los Estados Unidos excepto al-
gunas regiones del suroeste, en Centro América, hasta Sudamérica, en el norte
Brasil y Perú aproximadamente a los 15° de latitud Sur. En México esta especies
se encuentra en todo el país excepto en la península de Baja California y algu-
nas áreas del noreste de Chihuahua y Sonora. La relativa alta tasa reproduc-
tiva, plasticidad conductual y ecológica documentada para esta especie, son
factores que han permitido la expansión de su distribución geográfica (Ortega-
Santos et al. 2011). Como consecuencia, este cérvido habita en una variedad
amplia de tipos de vegetación. En México se encuentra en bosques templados
de pino, encino, matorrales xerófilos, bosques tropicales secos y subcaducifo-
lios, vegetación subacuática y secundaria, y otros (Mandujano et al. 2010).

Odocoileus virginianus ¿mexicanus u oaxacensis?

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Potencial, conservación, manejo y monitoreo

Este animal es el trofeo de caza más importante de México y todo el continente


Americano. Sin embargo, de las 14 subespecies de venado cola blanca en México,
solo cinco están consideradas como trofeos internacionales reconocidas en los
libros de records, tales como el Boone & Crockett Club y el Safari Club Interna-
tional. Estas subespecies son O. v. texanus, O. v. couesi, O. v. carminis, O. v. miqui-
huanensis y, recientemente O. v. mexicanus (Villarreal-Espino 2002). Las demás
subespecies no han sido reconocidas como trofeos en la caza deportiva debido a
sus astas pequeñas y la falta de categorías para incluirlas en los libros de trofeos
internacionales (Figura 1.2). Sin embargo, esta situación está cambiando para
otorgarle mayor valor regional a cada subespecie.

Odocoileus virginianus sinaloae

Figura 1.2. Ejemplo del tamaño y forma de astas de venado cola blanca en Oaxaca (posiblemente de las
subespecies O. v. mexicanus y O. v. oaxacensis) y de O. v. sinaloae en el Bajo Balsas, Michoacán.

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Venado cola blanca en Oaxaca

Objetivos del manejo del venado

La conservación y el manejo de la fauna silvestre pueden ser definidos como “la


aplicación de conocimiento científico y técnico necesarios para la resolución de
problemas y objetivos humanos concretos donde se involucra a la fauna silvestre”
(Caughley y Sinclair 1994). De manera general, podemos englobar las principales
metas en el manejo de fauna en tres categorías: el aprovechamiento, la conser-
vación y el control (Figura 1.3). Es importante aclarar que el concepto moderno
de conservación involucra el uso sustentable. Mientras que el concepto anterior
de conservación es lo que ahora se entiende como preservación o protección. Es
decir, el manejo de fauna silvestre solo se justifica cuando se tiene una problemá-
tica concreta que resolver. Por ejemplo, si se tiene una UMA de venados con el
fin de obtener machos trofeos, cuando una plantación de algún árbol de interés
comercial está siendo dañada por la actividad de los animales o cuando en una
región ANP o UMA está disminuyendo la población de alguna especie rara. En es-
tos casos y más, será necesario establecer acciones de manejo para alcanzar los
objetivos humanos planteados.

Uno de los objetivos principa-


les en el manejo de fauna sil-
vestre es el aprovechamiento
para consumo humano. En las
Unidades de Conservación,
Conservación
Manejo y Aprovechamiento
Sustentable de la Vida Silves-
tre (UMAs) y en las Áreas Na-
turales Protegidas (ANPs) es-
Fauna
tamos interesados en conocer
qué especies animales existen,
Uso
cuál es el número de individuos Control
que conforman las poblaciones sustentable
de estas especies, y cuál es el
número de individuos que se
pueden aprovechar de deter-
minada especie, sin compro-
Figura 1.3. Triada para el manejo sustentable de la fauna sil-
meter su viabilidad en el largo vestre en la cual los principales objetivos son: conservación
plazo. Como gestores, es de- de especies y/o poblaciones amenazadas, uso sustentable de
especies con alto potencial, y control de poblaciones y/o indi-
seable aprovechar de manera
viduos de fauna problemáticos a intereses humanos.

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Potencial, conservación, manejo y monitoreo

razonable para no poner en riesgo a las poblaciones animales. Afortunadamente


ahora comienza a visualizarse a la fauna silvestre como un recurso, el cual hay que
aprovechar pero al mismo tiempo debemos proteger. Es decir, cada vez existe una
visión más clara de la sustentabilidad la cual tiene como principio el uso racional de
los recursos en el presente con miras a que las generaciones futuras sigan gozando
del beneficio y placer de tener animales en estado silvestre.

Para alcanzar estos tres objetivos (conservación, uso sustentable y control), la


teoría ecológica resulta una de las principales herramientas con la que cuenta un
manejador de fauna de vida silvestre (Figura 1.3). Indiscutiblemente el aporte de
disciplinas como la medicina veterinaria, agronomía, silvicultura, otras áreas de la
biología como la genética, fisiología, etología, la biogeografía, e incluso ciencias no
biológicas como la ingeniería, administración, diseño, publicidad, entre otras, todas
han aportado numerosos elementos y experiencias importantes para integrarse
a los planes de manejo. Por lo tanto, el manejo de la fauna silvestre es el resulta-
do de la integración de muchas disciplinas y personas con diferentes habilidades,
conocimientos y experiencias. En consecuencia, aunque central, la ecología de po-
blaciones debe verse como parte de este proceso de colaboración en el manejo.

Los esquemas de conservación que se han desarrollado en México son principal-


mente las ANPs y las UMAs, se les suma otro esquema denominado pagos por
servicios ambientales, adicional a estos surgen dos más, derivados de acciones
realizadas por la sociedad civil como son la certificación forestal y las áreas de
conservación voluntaria, las cuales no fueron consideradas en esta investigación.
Cada uno de estos esquemas cubre ámbitos específicos de conservación de los
recursos naturales que pueden ser complementarios para protección de éstos
de una manera integral. Las políticas públicas que han marcado los esquemas de
conservación en México, presentan capacidades nacionales que de alguna manera
pueden impulsar la conservación in situ, expresada en la presencia de instituciones
e instrumentos de gestión, así como las características de la gestión que se ha
desarrollado y los alcances para lograr la efectiva protección de los ecosistemas
y las especies. Este análisis pretende plasmar los retos respecto a la eficacia y
necesidades, asociadas a la gestión de la política de conservación en ANP y UMA,
considerándose como un esfuerzo por sintetizar, analizar y resaltar los aportes
y limitaciones importantes en la implementación de estos esquemas de conser-
vación, así como realizar un diseño que permita la reflexión sobre los elementos
que deben ser considerados al trazar una estrategia de conservación in situ a nivel
local, regional o federal.

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Venado cola blanca en Oaxaca

Diversidad de Oaxaca

Oaxaca es uno de los estados con mayor diversidad cultural y biológica. Con una
extensión territorial de 9.3 millones de hectáreas, 3.3 están cubiertas por bosques
templados y 2.7 de selvas altas, medianas y bajas. Sin embargo, la tasa de trans-
formación es significativa (Velázquez et al. 2003). De acuerdo a la SEMARNAT
(2012), se han registrado aproximadamente 12,000 especies de flora y fauna, de
las cuales más de 800 son endémicas. Esto lo coloca como el estado que ocupa el
primer lugar a nivel nacional por su diversidad biológica. Se han registrado 1,431
especies de vertebrados terrestres, el equivalente al 50% de las especies regis-
tradas en nuestro país. De las 1,100 aves que viven o migran temporalmente a
México, 736 especies habitan territorio oaxaqueño, así como 148 de los 451 ma-
míferos presentes en el país (Briones-Salas y Sánchez-Cordero 2004). En cuanto
a reptiles de los 808 registrados a nivel nacional, 245 se encuentran en el Estado,
y de las 361 especies de anfibios, una tercera parte habita las montañas, bosques,
selvas y costas oaxaqueñas. Se estima que en el estado se encuentra el 23% del
total nacional de los peces de agua dulce.

De acuerdo a la clasificación de los principales tipos vegetacionales de México de


Rzedowski (2006), en el estado de Oaxaca se encuentran ocho tipos principales
de vegetación: bosque de conífera y encinos, bosque espinoso, bosque mesófilo de
montaña, bosque tropical caducifolio, bosque tropical perennifolio, bosque tropical
subcaducifolio, matorral xerófilo y pastizal (Figura 1.4a). Según la clasificación
de la CONABIO, para Oaxaca se reconocen 11 provincias: Cordillera Costera del
Sur, Costas del Sur, Costera Veracruzana, Llanuras del Istmo, Mixteca Alta, Sierras
Centrales de Oaxaca, Sierras del Norte de Chiapas, Sierras del Sur de Chiapas, Sie-
rras Orientales, Sierras y Valles de Oaxaca, y Sur de Puebla (Figura 1.4b).

Oaxaca tiene 570 municipios, casi una cuarta parte de todos los existentes en
el país. De acuerdo con los resultados del VIII Censo Ejidal 2001, existen 1,600
núcleos agrarios y éstos históricamente se dividen en 8 regiones: Cañada, Costa,
Mixteca, Sierra Norte, Sierra Sur, Papaloapan, Valles Centrales e Istmo (Figu-
ra 1.4c). Es un estado de alta heterogeneidad no sólo en el medio físico sino
también por su población, conformada por varios grupos étnicos con diferentes
culturas y nivel socioeconómico (Figura 1.4d). En Oaxaca se localizan 16 grupos,
destacan los chontales, mixes, zoques, mixtecos, chatinos, triquis, mazatecos
y zapotecos que conforman aproximadamente el 24% de los grupos indígenas
más importantes de México.

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Potencial, conservación, manejo y monitoreo

Tipos de vegetación
Bosque de coníferas y encinos

Bosque espinoso

Bosque mesófilo de montaña

Bosque tropical caducifolio

Bosque tropical perennifolio

Bosque tropical subcaducifolio


Matorral xerófilo

Pastizal
a

Regionalización Cordillera costera del sur

Costas del sur

Llanura costera veracruzana

Llanuras del Istmo

Mixteca alta

Sierras centrales de Oaxaca

Sierras y valles de Oaxaca

Sierras del norte de Chiapas

Sierras del sur de Chiapas

Sierras orientales
b Sur de Puebla

Etnias
Chinantecos Huaves

Chocos Ixcatecos

Triquis Mazatecos

Amuzgos Popolocas

Chatinos Zapotecos

Chontales Zoques
Cuicatecos Mixes

Nahuatl Mixtecos
c

Figura 1.4. (a) Vegetación potencial para el estado de Oaxaca de acuerdo a la clasificación Rzedowsky
(1981). (b) Regionalización de Oaxaca. En color se ven las regiones fisiográficas (CONABIO) y en líneas
punteadas se observa la regionalización “Sociocultural” de Oaxaca. (c) Mapa de las étnias de Oaxaca, México.

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Venado cola blanca en Oaxaca

Áreas de conservación en Oaxaca

En Oaxaca existen ocho ANPs con una superficie total de 318,977 ha (Cuadro
1.1). Sin embargo, considerando que 77% del territorio está bajo régimen ejidal o
comunal, y que la superficie del estado formalmente protegida en las áreas natu-
rales es muy pequeña (3.3%), las áreas comunitarias protegidas, junto con otros
instrumentos no convencionales de conservación biológica como las UMA y los
ordenamientos territoriales comunitarios son importantes para la conservación de
estos ecosistemas (Meave et al. 2012).

Cuadro 1.1. Áreas Naturales Protegidas en Oaxaca. (Fuente SEMARNAT 2012).

Nombre Superficie (ha) Año del decreto

Parque Nacional Lagunas de 14 922 9 de julio de 1937


Chacahua

Parque Nacional 2 732 el 30 de diciembre de


Benito Juárez 1937

Santuario de la Playa Escobilla 30 29 de octubre de 1986

Santuario de la Playa de la 32 29 de octubre de 1986


Bahía de Chacahua

Parque Nacional Huatulco 11 891 24 de julio de 1998

296 273 ha en 18 de septiembre de


Reserva de la Biosfera Oaxaca y 193 914 1998
Tehuacán-Cuicatlán ha en Puebla

Monumento Natural Yagul 1 076 24 de mayo de 1999

Área de Protección de Flora y 3 912 22 de septiembre de


Fauna Boquerón de Tonalá 2008

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Potencial, conservación, manejo y monitoreo

De acuerdo a Ortega del Valle et al. (2010), las comunidades y ejidos oaxaqueños
muestran desde hace tiempo disposición y necesidad de conservar sus ecosiste-
mas. Para ello se han valido de diferentes instrumentos normativos entre los que
destacan además de las ANPs y UMAs, las áreas comunitarias de conservación.
Actualmente Oaxaca tiene más de 74 de estas áreas de conservación certificadas
con una superficie de 931,21 km2 (75% pertenece a bienes comunales, 25% a
ejidos y 1% a propiedad privada); y de las 16 etnias indígenas en este estado, siete
(zapotecos, chinantecos, chontales, mazatecos, zoques, mixes y mixtecos) han
participado en este proceso. Asimismo, la CONANP trabaja también en las deno-
minas Regiones Prioritarias para la Conservación, espacios de singular riqueza bio-
lógica en lugares como Chimalapas, Mixteca, Sierra Juárez, Chinantla, Costa, entre
otras, a través de subsidios aterrizados mediante los Programas de Conservación
para el Desarrollo, Empleo Temporal, Maíz Criollo, Turismo Sustentable, Conserva-
ción de Especies Prioritarias (SEMARNAT 2012).

Adicionalmente, y de acuerdo a la SEMARNAT (2012), el Programa de Vigilan-


cia Comunitaria en Áreas Naturales Protegidas y sus Zonas de Influencia (PRO-
VICOM), tiene como objetivo promover la conservación de los ecosistemas y su
biodiversidad mediante la participación directa y efectiva de la población local en
acciones de vigilancia para preservar y proteger los recursos naturales dentro de
las ANPs, de forma tal que se generen al mismo tiempo oportunidades económicas
para sus habitantes. Por otra parte, en los últimos 10 años, Oaxaca ha contribuido
a la convención Ramsar con 4 sitios de humedales de importancia internacional
con una superficie total de 61,907 ha.

UMAs en Oaxaca

El Sistema de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Susten-


table de la Vida Silvestre (SUMA) se estableció en 1997 en el marco del Programa
de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural
1997-2000, con el objetivo de promover la implementación de las UMAs, como
una alternativa de desarrollo sustentable que permita favorecer la conservación
del hábitat de la vida silvestre, la reducción de las tasas de pérdida de estas espe-
cies y la recuperación de las poblaciones de aquellas en riesgo.

De acuerdo a SEMARNAP (1997) y basados en las metas o modalidades del apro-


vechamiento, se tienen dos tipos de UMAs: intensivas o extensivas. Para el caso de

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Venado cola blanca en Oaxaca

las UMAs intensivas, el aprovechamiento es en cautiverio y el manejo debe tener


todo un protocolo para atender a la especies bajo normas de seguridad que per-
mitan la integridad de los individuos. En el caso de las UMAs extensivas, el manejo
de los predios y de las especies es en vida libre sin limitaciones o restricciones de
espacio, realizando acciones de manejo del hábitat para que las poblaciones se
incrementen, mantengan, o disminuyan según sea el caso.

De acuerdo a la SEMARNAT (2012), las UMAs buscan promover esquemas alter-


nativos de producción compatibles con el cuidado del ambiente, a través del uso
racional, ordenado y planificado de los recursos naturales renovables, frenando o
revirtiendo los procesos de deterioro ambiental. No solo pretenden ser una pro-
puesta hacia una nueva alternativa de actividades de producción sustentable, si
no que sus aspiraciones van más allá, en el sentido de lograr en los propietarios y
legítimos poseedores de tierras, una nueva percepción en cuanto a los beneficios
derivados de la conservación de la biodiversidad.

Otros beneficios de la implementación de las UMAs es que han servido como un


instrumento de organización de las actividades productivas y de conservación de
vida silvestre, al planear áreas en los predios para el aprovechamiento y manejo sus-
tentable de las poblaciones, basada en la generación de información biológica con-
fiable, considerándose un esquema alternativo de uso de la vida silvestre de manera
organizada y creando responsabilidades de los productores (SEMARNAT 2008).
Cabe resaltar que su implementación ha tenido limitaciones, destacando la falta de
capacitación de profesionales técnicos, poco financiamiento de las dependencias
gubernamentales, poco apoyo de instituciones académicas, apoyo para la comer-
cialización y difusión de los productos, entre las más importantes. En este sentido,
las UMAs podrían visualizarse como agro-negocios (Retes-López et al. 2010).

La Delegación Federal en Oaxaca de la SEMARNAT y la Dirección General de Vida Sil-


vestre han impulsado la creación de unidades de manejo para la conservación de la
vida silvestre (UMA) en el estado, incorporándose 101,312 hectáreas entre 2007 y
2012 (Cuadro 1.2). Entre las especies animales registradas destacan el venado cola
blanca, iguana (verde y negra), tepezcuintle y pecarí de collar; en flora orquídeas, cíca-
das, bromelias, hongo blanco, cedro rojo y Pinus chiapensis. Desde 2010 a la fecha se
han otorgado apoyos económicos mediante el programa “Fomento a la Conservación
y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre en UMA o PIMVS en las comunida-
des rurales de la República Mexicana“ en donde se promueve la conservación del hábi-
tat y mediante la protección lograr el aprovechamiento sustentable de la vida silvestre.

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Potencial, conservación, manejo y monitoreo

Cuadro 1.2. Relación del número de UMAs extensivas e intensivas y superficie total por año. (Fuente
SEMARNAT 2012).

Tipo de UMA
Año Superficie (ha)
Intensivas Extensivas Total
2007 8 4 12 13 229
2008 3 6 9 18 324
2009 0 8 8 18 622
2010 7 10 17 23 199
2011 4 17 21 15 187
2012 3 8 11 12 752
Total 78 101 312

Las especies de mayor importancia manejadas a través de UMAs son el venado


cola blanca, iguana verde y negra, cocodrilos, jabalíes, cícadas, pinos, hongo blanco
y palma camedor. Ante la necesidad de realizar un intercambio de experiencias en
materia de Vida Silvestre, específicamente en UMAs e identificar opciones para
que estos manejos sean los adecuados, se han realizado reuniones como el “En-
cuentro Regional de UMA Sur Sureste”, en la ciudad de Oaxaca de Juárez, Oaxaca,
del 29 de junio al 1 de julio del 2010. Durante tres días se impartieron ponencias e
información para que los asistentes puedan contar con elementos a fin de diagnos-
ticar la problemática de las UMAs, definir las estrategias que permitan fomentar
su creación y fortalecer este sistema nacional como un organismo articulador que
pueda ser utilizado por los diversos actores en el logro de sus planes y objetivos.

Oportunidad en Oaxaca

El venado cola blanca es sin duda una de las especies de fauna silvestre más impor-
tantes en México, tanto desde una perspectiva de su aprovechamiento para con-
sumo humano como de su papel ecológico. Por supuesto, en un país megadiverso
como el nuestro muchas otras especies son importantes desde este enfoque. Pero
considerando la amplia distribución geográfica, plasticidad ecológica, tamaño cor-
poral, atractivo y belleza física, además de otras características, el venado cola
blanca ha sido una especie aprovechada seguramente desde que los primeros po-
bladores humanos llegaron al continente. Durante la época prehispánica formó

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Venado cola blanca en Oaxaca

parte de la dieta y cultura de los pobladores de Mesoamérica pues en ese tiempo


no existía la fuente de proteína animal que actualmente se cubre con el ganado
doméstico. El venado cola blanca ha formado parte de manifestaciones culturales,
algunas de ellas todavía vigentes en las distintas etnias, como los huicholes, yaquis,
raramuris, mayas, mazatecos, mixtecos, zapotecos, por mencionar solo algunas.

En la actualidad el venado cola blanca es una especie muy apreciada pero tam-
bién lamentablemente muy perseguida indiscriminadamente en muchas regiones,
llegando incluso a la extirpación local. En algunos casos, su cacería forma parte
de los recursos de subsistencia en comunidades rurales de todo el país. Además,
desde una perspectiva de la cacería deportiva, anualmente es la especie de la cual
se solicita mayores permisos para su aprovechamiento cinegético, y de las que
mayor derrama económica origina producto de esta actividad. Todo esto hace
que el venado cola blanca sea sin duda, una de las principales especies de fauna
silvestre en nuestro país.

El venado cola blanca tiene una larga tradición de aprovechamiento como en el


resto de las comunidades étnicas y campesinas del país. Sin embargo, desde una
perspectiva de manejo para su uso sustentable y conservación, en el estado de
Oaxaca, es relativamente reciente este aspecto. Principalmente el referente a su
manejo en UMAs, tanto intensivas como extensivas. El número de estas unidades
ha ido en aumento en los últimos años, pero aún falta mucho trabajo sobre todo
en términos de conocimiento y la capacitación para el manejo de la vida silves-
tre en este esquema. Indudablemente, las particularidades culturales, ecológicas,
sociales, económicas y de otras índoles son aspectos importantes a considerar
para implementar exitosamente el modelo de UMA. En este sentido, es deseable
una estrategia en la que primero adopten el modelo pero, luego lo modifiquen y
adapten a las condiciones de esta región del país. Asimismo, el modelo de ANPs y
de áreas de conservación comunitaria deberá visualizar el manejo de esta especie
como parte de su estrategia de protección.

De acuerdo a González-Pérez y Briones-Salas (2000), la cacería de subsistencia es


practicada en todas las regiones de Oaxaca. Es claro que esta actividad no debe
eliminarse, ha sido y es una tradición social y cultural inherente a los pueblos in-
dígenas. Este es un recurso que debe ser regulado y respetado por las mismas
comunidades. En algunas comunidades de la región de la Sierra Norte (capítulo
4), de la Costa (capítulo 5), la Cañada (capítulo 6), Sierra de Sur (capítulo 7) y
otras regiones, se realizan acciones cuyo fin es transmitir el valor de este recurso

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Potencial, conservación, manejo y monitoreo

faunístico como parte integral de los bosques de los que estos grupos indígenas
son dueños y usuarios. Sin embargo, cada cultura refleja una interacción propia
con la naturaleza; es imprescindible entonces analizar la relación hombre-venado
en cada uno de los grupos indígenas, así como revalorar la condición que tiene la
especie como parte integral de los ecosistemas boscosos de Oaxaca.

Agradecimientos

Agradezco A. Sandoval-Comte la edición de los mapas. El capítulo forma parte del


proyecto CONACYT (CB-2009-01 No. 130702) y la Red de Biología y Conserva-
ción de Vertebrados del Instituto de Ecología A.C.

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