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VIRGEN PURA Y LIMPIA

Vamos a tomar estos dos adjetivos por separado: la pureza y la limpieza.


¿Por qué María es una Virgen pura y limpia?
Es pura por su castidad, es decir, por la pulcritud del corazón o por la pureza interior.
El Señor dice: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a
1
Dios” y con esta bienaventuranza se refiere a la pureza exterior e interior. A la
simplicidad del corazón, al corazón sin mancha aunque también al cuerpo sin mancha.
A María le fue concedida la gracia de ser Madre y Virgen. Ella quería permanecer
virgen, consagrada a Dios, y Dios la llamó para ser su Madre.
Relata el evangelista ese hermoso dialogo, dice María: “¿Cómo será esto, puesto que no
conozco varón?” El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado
Hijo de Dios”2.
María concibió a Jesús y lo dio a luz permaneciendo virgen. En ella se cumplió el
oráculo del profeta Isaías:
“he aquí que una doncella está encinta
y va a dar a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel”3.
María después de dar a luz permaneció virgen hasta el momento de su tránsito al cielo
donde reina como la Virgen de las vírgenes, como la Reina de las vírgenes. Por eso es
llamada “la bienaventurada siempre Virgen María”.
La virginidad no sólo implica el no haber corrompido la carne con la unión sexual
sino que es más profunda, se extiende al corazón.
Es decir, el no haber apostatado de Dios, el haberle sido fiel sin contaminarse con ningún
ídolo. De estos dice el libro del Apocalipsis al describir el cortejo del Cordero:
“estos son los que no se mancharon con mujer,
pues son vírgenes […]
en su boca no se encontró mentira;
no tienen tacha”4.
“En sentido metafórico: la lujuria designa tradicionalmente la idolatría5, aquí el culto de
la Bestia6.
Los ciento cuarenta y cuatro mil han sido comprados 7 , son íntegros y fieles 8 , han
rechazado la idolatría y pueden ser desposados con el Cordero”9. El habernos buscado
a nosotros mismos o a las creaturas, en ves de a Dios es una especie de adulterio.

1
Mt 5, 8
2
Lc 1, 34-35
3
7, 14
4
14, 4-5
5
Cf. Os 1, 2ss.
6
Cf. Ap 17, 1
7
Cf. Ap 5, 9
8
v. 5
9
JSALÉN. a Ap 14, 4
María es la virgen fiel, la que siempre obedeció a la voluntad de Dios, la más
pariente de Jesús, la que estuvo más estrechamente unida a Jesús por la fe que por la
carne. La virginidad del corazón está en la perfecta fidelidad a la voluntad de Dios.

María también fue limpia, porque su corazón, su alma, jamás tuvo mancha
alguna. El pecado mancha el corazón. María tuvo su alma siempre limpia; porque nunca
peco. Por eso podemos decir de ella, lo que dice el libro del cantar de los cantares:
“Toda hermosa eres, no hay tacha en ti”10.

Fue limpia en sentido negativo, que nunca tuvo una mancha; pero también en el
sentido positivo de estar llena de Dios,
El alma de María sólo se ocupaba de una cosa, con simplicidad, de vivir en la
contemplación de Dios y ninguna otra cosa la distraía ni manchaba su corazón.
María es la Inmaculada Concepción. Concebida sin mancha de pecado. Pero su
vida toda, desde su concepción hasta su muerte, fue limpia con la limpieza de la Virgen
de las vírgenes y con la limpieza de la Madre de Dios.
La limpieza del corazón nos hace ver a Dios ya desde esta vida. Bienaventurados
los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. En la otra vida por la luz de la gloria,
en esta vida por la luz de la fe.
La luz de la fe iluminó el alma de María y esa luz purificó su corazón, “dichosa la
que ha creído”11. La pureza y la limpieza aquí se unen. La pureza de la fe y la limpieza del
corazón y ambas desembocan en la visión de Dios.
María contempló principalmente a Dios en su Hijo, en el Verbo Encarnado, en el
Emmanuel y vivió en esa contemplación un anticipo del cielo: “Esta es la vida eterna:
que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo” 12.
Dios te salve María…

10
Ct 4, 7
11
Lc 1, 45
12
Jn 17, 3

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