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CAPÍTULO 3

El péndulo de Diamand.
Una actualización post-estructuralista

Patricio Narodowski1

I.- El aporte del Diamand del Péndulo y la


necesidad de una actualización

E
1) l planteo de Diamand (1973) surge y se construyó con el objetivo
de plantear un modelo de desarrollo posible. Por entonces aún
influenciado por el carácter funcionalista de la época. Este fin se
hace más evidente con la nueva oportunidad que nacía con la vuelta a la demo-
cracia (Diamand, 1983). Justamente el nuevo gobierno representaba la ilusión de
completar con las tareas pendientes, las que, supuestamente, se había interrumpido
debido al Plan Económico de la dictadura, a nivel de los problemas estructura-
les de la Argentina poco había cambiado. Sin embargo a nivel internacional se
estaba produciendo toda una gran transformación socio-tecno-productiva que
Diamand –como la gran mayoría de los economistas– no había visto en toda su
dimensión.
2) La problemática estructural de los países latinoamericanos y la supuesta
salida que encarnaba la ilusión de la industrialización estaba ya bastante discutida
cuando Diamand en ambos trabajos citados desarrolla su idea de la estructura
desequilibrada y del péndulo argentino, él lo actualiza y lo hace específico al
ciclo de nuestra economía, generando un paradigma difícil de superar hasta el día
de hoy. Sin embargo, como se ve en Diamand 1973, la cuestión del diferencial
de productividades se realiza en el diferencial entre agro e industria, para él, la

1 Doctor en Geografía del Desarrollo, Universita l’Orientale, Nápoli, Italia. Profesor de las Fa-
cultades de Ciencias Económicas Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad
Nacional de La Plata.

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industrialización generaba desarrollo. Este tema deberá ser discutido a la luz
del cambio tecno-productivo que estaba sucediendo en el mundo: por un lado,
los diferenciales de productividad parecen en la actualidad definidos por otras
variables, además, la industrialización no produjo los resultados esperados en
términos de desarrollo.
3) En su análisis, las características del ciclo, los problemas de la indus-
trialización y la demanda van juntos entre otras razones porque Diamand sabía
que las continuas rupturas del proceso de acumulación impedían alcanzar una
escala que diese masa crítica al modelo. Ver la cuestión del lado de la demanda
era normal en el contexto del desarrollo fordista.
Del lado de la oferta, él suponía –siempre en un clima fordista– que la pro-
ductividad industrial dependía de políticas adecuadas en el punto de partida y
que una vez alcanzado los niveles competitivos, se daría un proceso acumulativo
de inversión e incorporación de tecnología que haría mantener activa la industria
consolidada, por eso, las políticas propuestas giran en torno a la necesaria com-
pensación a la sobreelevación de los precios y costos industriales internos por
encima de los internacionales, lo que constituye la característica esencial de las
estructuras productivas desequilibradas.
Lo que habrá que definir es si hoy es posible –con la actual concepción de
desarrollo endógeno– lograr grandes ganancias de productividad con el expe-
diente del aumento sostenido de la demanda, o si el proceso de inversión es sufi-
ciente para sostener la competitividad. En este artículo se defenderá la hipótesis
de que muy pocos países –Corea y los BRICs– han sido capaces de lograrlo, en
el caso de los BRICs, con costos sociales altos.

4) En Diamand (1983) se desarrolla una economía política del ciclo econó-


mico argentino a partir de la idea de que hay una corriente popular y otra ortodoxa
que se alternan en el poder de acuerdo a la necesidad de la coyuntura. La primera,
tratando de sostener el mercado interno y una política industrialista, la segunda,
tratando de frenar la inflación a costa del deterioro del poder adquisitivo de los
trabajadores, con una política de fuerte restricción monetaria. Los industrialistas
planteando que el problema principal es que la devaluación con inflación y sin
ajuste de salarios genera un tipo de cambio sólo compatible con la competitividad
del agro, los ruralistas argumentando que luego de 1930 el ritmo de crecimiento
en Argentina cae notablemente debido a las políticas basadas en la transferencia
del agro a la industria. El siglo XX está signado por esa “batalla”, no hay ni ven-
cedores ni vencidos, el aporte de Diamand es central para entender este proceso
trunco, pero la aparición de nuevos actores han complejizado las alianzas.

44 ENSAYOS EN HONOR A MARCELO DIAMAND


II.- La necesaria actualización

II.1.- El enfoque del desarrollo económico hoy

Se supone un cambio de paradigma tecno-productivo (que definiremos como


el pasaje del fordismo al post-fordismo) y por lo tanto la presencia de otro modelo
de desarrollo dentro del captalismo. Sin embargo, también se asume que esas
transformaciones son asimétricas y entonces se plantea que no han desaparecido
las jerarquías internacionales. Sigue habiendo en el mundo centros y periferias,
pero las formas son otras.
Los principales cambios ocurridos en los últimos 30 años incluyen tanto el
modo de producir y el de significar (las relaciones sociales y la subjetividad):
1) En los espacios post-fordistas las ganancias de productividad no se dan
en función de la incorporación de tecnología y por la escala sino por un proceso
endógeno (innovación); la vuelta a la micro no es sólo publicitaria, pero la tec-
nología es endógena e importa la trayectoria de los sistemas empresariales (Dosi
y Cimoli, 1994).
2) El concepto de complejidad domina los diferenciales de productividad.
La resolución de la crisis del fordismo implicó fundamentalmente la búsqueda
de flexibilidad, pero también el aumento de la participación a los empleados
en los procesos innovativos, incluye un modelo de involucramiento que genera
nuevas formas organizativas: reaglomeración sin coordinación por la jerarquía,
socialización del “saber hacer” en las firmas y entre firmas (Lipietz, 1987). En
este contexto es central la producción de conocimiento y de capacidad de pro-
cesamiento (auto reflexividad). Se complejizan los procesos, aparecen múltiples
posibilidades de trabajo.
3) Como una consecuencia de la transición descripta, se produce un feno-
menal cambio tecnológico en el que las tecnologías de información y comunica-
ciones son fundamentales tanto en términos de oferta como de demanda (Amin,
1994).
Al mismo tiempo, los bienes y servicios que se producen, tienen, además del
contenido cognitivo mencionado, un alto contenido estético y escaso contenido
material. Hay una integración de diseño, producción y marketing (Amin, 1994).
Scott (2000) considera “formas simbólicas” o “productos culturales” a los bienes
y servicios que tienen algún significado emocional o intelectual (entretenimiento,
comunicación, cultivación propia, ornamentación, posición social), aunque es
obvio que una distinción profunda entre formas simbólicas y utilitarias es rara-
mente posible.
Y por ultimo, dentro del aumento de los servicios, merece una especial aten-
ción el mercado de las finanzas. Se observa un fuerte proceso de “financiariza-

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ción”, es decir, el mercado financiero se ha expandido como ningún otro. El fenó-
meno ha sido muy bien caracterizado por Sassen (1999) a partir de los procesos de
securitización, desregulación y electronificación. La transición al postfordismo es
la consecuencia de un proceso en el que capital financiero y productivo compiten,
negocian, se coordinan inestablemente.
4) Las innovaciones en estos procesos y en estos productos generan las
cuasi rentas que han permitido salir a las firmas de la crisis y al mismo tiempo,
les ha permitido administrar la flexibilidad y la colaboración. Estas cuasi-rentas
se ubican tanto en la industria como los servicios: en el primer caso, se pueden
encontrar estas situaciones en las innovaciones tecnológicas fundamentalmente
de productos y no en los procesos repetitivos posteriores (la producción en serie)
y fundamentalmente en los eslabones finales de las cadenas, es decir, en los bienes
de consumo final y en los bienes de capital (partes y piezas).
En los servicios para la industria sucede algo similar ya que en realidad, este
sector es el encargado de proveer innovaciones tecnológicas y relativas a “los
significantes” para la producción. Los servicios restantes están continuamente
sometidos a un fuerte stress innovativo y deben –para sobrevivir- proponer ofertas
novedosas para los consumidores de meros servicios estéticos. Los eslabones
descriptos son mencionados en este trabajo como: dinámicos.
Por otro lado, como surge del párrafo anterior, subsisten y siguen represen-
tando un porcentaje alto de la actividad económica, los eslabones relativos a
la explotación de los recursos naturales que son generalmente compradores de
innovaciones de otros encadenamientos (principalmente del metalmecánico) y
los bienes y servicios tradicionales, de producción repetitiva, que han mantenido
su sustrato original, pero han incorporado innovaciones tecnológicas y valor
estético (proveídas por los sectores dinámicos). Ambos tipos de eslabones deben
ser considerados menos dinámicos y se realizan en contextos neo-tayloristas,
fordista-periféricos o fordistas (Lipietz, 1987). En muchos casos en base a sala-
rios bajos y con grandes costos ambientales.
El concepto de desequilibrio estructural de Diamand es perfectamente com-
patible con estas definiciones pero debe ser readaptado considerando lo que es
dinámico en el postfordismo. Los diferenciales de renta estarán definidos en
la actualidad por los diferenciales de dinamismo descriptos. La resolución del
ciclo requiere de un aumento de productividad vía complejización, la inversión
exógena no es suficiente, se requiere de procesos endógenos amplios y política-
mente sostenidos.
5) El sujeto de ese modelo no es el obrero fordista sino el sujeto flexible-
involucrado (Lipietz, 1987). Se trata del tipo de actor reflexivo de Lash (1990),
por ejemplo, que representa un modo de hacer (relacionarse, producir, consu-
mir) y de significar (otorgar valor, preferir, comunicar actitudes) diverso al de
la modernidad. Lo que estamos diciendo es que en el lugar de los significados

46 ENSAYOS EN HONOR A MARCELO DIAMAND


otorgados por la identidad nacional, lo que hay es un aumento de la creación
de significantes, la vida cotidiana organizada a través de una realidad cada vez
más compuesta de representaciones, una manera de percibir imágenes, que se
constituyen en representaciones liberadas de la realidad supuestamente material,
un relato menos mediado por los discursos de la posguerra, basado no tanto en
la tradición sino más bien en las experiencias de vida (Ortiz, 1996).
Este sujeto es el productor de innovaciones económico-productivas, es el
sujeto del desarrollo de eslabones innovativos en la industria y en los servicios,
es el consumidor de dichos productos y servicios y también es el sujeto dinámico
de la política.
En este contexto y al mismo tiempo, se produce la crisis del Estado Benefac-
tor, el funcionalismo ha sido reemplazado por los enfoques sistémicos De ahí que
tanto Lumhann (1993) como Wallerstein (2000) desde posiciones tan divergentes,
asumen que el Estado no es más “el motor del desarrollo” y proponen una alter-
nativa sistémica. Esto explica porqué cambian las alianzas políticas progresistas
y quiénes las componen. En otras palabras, el desarrollo económico actual se
produce complejizando, generando productos y servicios dinámicos, esto puede
revertir los condicionantes externos.
El actor de ese proceso es el sujeto descripto y la alianza política que lo sos-
tiene son las instituciones que reflejan las nuevas formas de comportamiento,
representativas de esa autonomía y del sistema de identidades surgido de las
experiencias de la vida: empresas o instituciones dinámicas, con actividades
innovativas, originales, que reflejan la identidad cambiante de sus miembros;
las mismas pueden ser pro o anti-capitalista, según la posición relativa de los
sujetos y de su subjetividad. Además, hay que considerar que amplios espacios
territoriales en cada país ya no tienen en la meta el progreso capitalista sino que
existen otros elementos valorativos, entre ellos los del medio ambiente (Esco-
bar, XX). Las alianzas políticas de los espacios evolutivos parecen reflejar estas
nuevas fuerzas.
En este contexto, el Estado sigue siendo el instrumento regulatorio más impor-
tante de la sociedad. Por un lado, en el gobierno de la relación con el mundo
mediante la política internacional, por otro lado, en el gobierno de las transfe-
rencias internas entre sectores socio-económicos, fundamentalmente con fines
estratégicos y redistributivos, pero, como se ha dicho, debe reflejar otra lógica y
otras fuerzas, que las que reflejaba el Estado Benefactor. El péndulo político del
que hablaba Diamand es completamente coherente con este debate, pero debe
ser actualizado en función de este nuevo entramado de actores.

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II.2.- Lo sucedido con el desarrollo industrial y el desarrollo
en la práctica

1) LA INDUSTRIALIZACIÓN NO GENERÓ DESARROLLO

Tal vez porque se produjo este pasaje del fordismo al postfordismo en el


mundo es que el desarrollo no se produjo a pesar de que los PSD han tenido un
nivel mucho mayor de industrialización. A los efectos de sustentar nuestra posi-
ción, es preciso volver al problema del gap entre países. En un excelente trabajo,
Arrighi, Silver y Brewer (2003), demuestran con datos del Banco Mundial sus
hipótesis.
Los mencionados autores consideran el ratio yt = yi / yN para medir la per-
formance de un país particular; yi, es el PBN per cápita del país i en un año dado,
yN es el PBN per cápita promedio ponderado (por la población) de los países
del primer mundo, en un mismo año. Si yt se incrementa en el tiempo, la brecha
de ingreso entre el país i y los países del primer mundo está disminuyendo; si
decrece, el gap se está ensanchando. Se utiliza el PBN per capita y no el PBI per
capita, ya que la clave esta en la diferencia entre el ingreso nacional y la riqueza.
El PBN es la suma de los salarios, pagos de interés, rentas, ganancias, y combi-
naciones de aquellas, que generan los residentes de una jurisdicción política en
cualquier parte del mundo. Los indicadores se calculan para grupos de países2
(por ejemplo, para el primer mundo como un todo), ponderándose a cada país,
por el tamaño de su PBN.
Por otro lado, los autores miden la evolución del gap de industrialización
mediante el ratio: mt = mi/mN, mi es la proporción del PBN correspondiente a
manufacturas, por parte del país i, en un año dado; mN es la misma proporción
para el primer mundo, en el mismo año. Si mt aumenta en el tiempo, significa
que el gap de industrialización entre el país i y los países del primer mundo está
disminuyendo; si decrece, el gap se está ensanchando.

2 El “Primer mundo” está integrado por: América del Norte: EE.UU., Canadá. Europa occidental:
Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Luxemburgo, Países Bajos –no en 1970–,
Noruega, Suecia, Reino Unido. Sudoeste de Europa: Grecia, Italia, Portugal, España. Australia
y Nueva Zelanda –no en 1960 y 1970– y Japón. Los países clasificados como “Tercer mun-
do”, son: Sud-Sahara África: Benin, Botswana, Burkina Faso, Camerún, Republica central de
Africa, Chad, Congo, Rep. Dem. De Congo, Cote d’Ivoire, Gabon, Ghana, Kenya, Lesotho,
Malawi, Malí, Mauritania, Mauricio, Nigeria, Ruanda, Senegal, Africa del sur, Togo, Zambia,
Zimbawe.América Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Rep. Dominicana,
Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay,
Perú, Uruguay. Asia occidental y África del Norte: Algeria, Rep. Árabe de Egipto, Marruecos,
Oman, Arabia Saudita, Túnez, Turquía.Sur de Asia: Bangladesh, India, Pakistan, Sri Lanka. Asia
oriental: Hong Kong, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Sud Corea, Tailandia. Finalmente,
China.

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Operativamente realizan regresiones, que ayudan a comparar las posiciones
entre distintas regiones. Se trata de regresar las proporciones de mt para los dife-
rentes años, para cada país; las variables se transforman en logaritmo natural. Si,
por ejemplo, el indicador mt, para un país dado, es menor a 1 (es decir, el país no
alcanza al primer mundo) el log natural será negativo; cuanto mas pequeño es mt,
más negativo será el log natural. Si el mt es mayor a 1, (es decir, el país llega a
alcanzar al primer mundo o incluso lo sobrepasa) el log natural será positivo, y
permanecerá en los cuadrantes positivos de los ejes cartesianos.
La figura de abajo muestra el diagrama de dispersión del logaritmo natural
de mt para 1980 (eje y) y 1960 (eje x). La diagonal es la línea de igualdad (no
hay cambios entre el valor de mt de 1960 y 1980). Los puntos sobre la diagonal
denotan un acercamiento, y los puntos por debajo, una ampliación del gap de
industrialización.
Lo que surge es un achicamiento de la brecha, la mayor parte de los países
se encuentran por encima de la diagonal; sin embargo, según los autores, este
fenómeno es resultado más de una des-industrialización del primer mundo, que
de una industrialización de los países subdesarrollados. También se ve que existe
una tendencia a la convergencia en el grado de industrialización entre los mismos
países del tercer mundo; y que ésta se lleva cabo a un ritmo acelerado.
Los que quedan rezagados son África del Norte y América Latina. Si bien
en el trabajo no se aclara a que países corresponden los signos específicamente,
surge que dos países de América Latina han reducido el gap, en un tercer caso
la distancia no se había modificado y el resto de los casos ha visto aumentar la
diferencia.
La figura de la derecha muestra que entre 1980 y 1998 continua la misma
tendencia, tanto en la reducción de la brecha entre los países del tercer mundo y
los del primer mundo como entre países subdesarrollados. Los países latinoame-
ricanos mejoran sus posiciones hacia el final de la década del ’90, acercándose
a valores positivos.

PRIMERA PARTE / El pensamiento de Marcelo Diamand... 49


Cambios en el gap de industrialización: 1960-1980

Africa Africa del Norte y Asia Occidental América Latina Asia Diagonal

1
0,5
0
-5 -4 -3 -2 -1 -0,5 0 1
ln (mi/mN) en 1980

-1
-1,5
-2
-2,5
-3
-3,5
-4
-4,5
ln (mi/mN) en 1960

Cambios en la brecha de industrialización: 1980-1998.

Africa Africa del Norte y Asia occidental América Latina Asia Diagonal

1 ,5

0,5

-4 -3 -2 -1 0 1 2

-0 , 5

-1

-1 , 5

-2

-2 , 5

l n ( m i / m n) en 1 9

Obtenido de: Arrighi, G., Silver, B. y Brewer, B. (2003), “Industrial convergence, globalization, and
the persistence of the North-South divide”, Studies in comparative international development,
vol 38, Nº 1, pp. 3-31.

Sin embargo, lo fuerte del planteo es que en contraste con este panorama, si
tomamos el nivel de ingreso nacional, se nota que no hay un achicamiento del
gap de similares proporciones. En la figura adjunta, se ve el log yt para 1980 y
1960. La gran mayoría de los puntos del diagrama permanecen por debajo de la
diagonal, sólo están por encima algunos países de Asia y muy pocos de África.
Latinoamérica permanece en su mayoría, por debajo de la línea divisoria. En este

50 ENSAYOS EN HONOR A MARCELO DIAMAND


caso, la pendiente de la recta de regresión es mayor a uno, lo que significa que
no existe convergencia tampoco en los niveles de ingreso dentro de los países
del tercer mundo.
La figura de la derecha muestra el mismo ejercicio para el período 1980-1998,
la cantidad de países que están por encima de la diagonal es menor. Además, el
coeficiente de la pendiente de la regresión es aún mayor a uno, hay menos con-
vergencia entre las economías del tercer mundo.

Cambios en el gap de ingresos: 1960-1980

Africa Africa del Norte y Asia Occidental


América Latina Asia
Diagonal
0
-7 -6 -5 -4 -3 -2 -1 0
-1

-2
ln (yi/yN) en 1980

-3

-4

-5

-6

-7
ln (yi/yN) en 1960

Cambios en la brecha de ingresos: 1980-1999

Africa Africa del Norte y Asia occidental America Latina Asia Diagonal

0
-7 -6 -5 -4 -3 -2 -1 0
-1

-2
ln (yi/yn) en 1999

-3

-4

-5

-6

-7
ln (yi/yn) en 1980

Obtenido de: Arrighi, G., Silver, B. y Brewer, B. (2003), “Industrial convergence, globalization, and
the persistence of the North-South divide”, Studies in comparative international development,
vol 38, Nº 1, pp. 3-31.

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Por eso, autores como Babones (2005), siguiendo la tradición wallersteniana,
y en línea con nuestra hipótesis, muestran con los datos de PBI del período que va
de 1975 al 2002 y utilizando rangos para diferenciar el centro de la semiperiferia
y la periferia, que la mayor parte de los países del mundo se han mantenido en sus
respectivas categorías a lo largo de todo el período considerado, son denominados
“orgánicos”. Las modificaciones han sido pocas, y generalmente se han dado
entre la periferia y la semiperiferia. El avance al centro ha sido raro, y sólo deja
al caso de Corea como el único ejemplo de un país pobre, que alcanza el estatus
de centro luego de 1975.

2) LOS PAÍSES Y SUS DESEQUILIBRIOS ESTRUCTURALES PUEDEN SER VISTOS EN


TÉRMINOS DE COMPLEJIDAD

Debido a esas transformaciones analizadas, hoy es más útil diferenciar a


los países en función del grado de complejidad de su economía. Por un lado,
los países en los que son los espacios del postfordismo, los que sobresalen y
explican la lógica general, en sus economías se ha alcanzado un alto grado de
prosperidad económica, no hay ninguna amenaza inmediata y ha habido una
negociación pacífica, surge una “normalidad” siempre frágil pero estable, en los
centros hay más espacios complejo-reflexivos, aunque subsisten infinidad de
espacios periféricos.
En segundo lugar, los países del fordismo periférico: fundamentalmente los
BRICs, pero con sus diferencias. Se trata de fordismo en tanto dominado por
el proceso de mecanización de la producción, calificación de la mano de obra,
comando de la administración y el crecimiento de los mercados por el lado de los
bienes de consumo durables. Es periférico en el sentido de que el planeamiento
y las producciones calificadas y basadas en la ingeniería quedan fuera de éstos
países. Por otro lado, son modelos basados en el mercado externo; el consumo
de las clases medias locales es limitado, hay un acceso parcial al consumo de
los obreros del sector fordista pero con una parte importante de la población que
queda sin ser absorbida por este esquema. Es un modelo muy desigual y las reglas
del salario no existen con la rigidez del fordismo.
En tercer lugar, los países de la taylorización primitiva: que basan aun hoy
su proceso de industrialización en la flexibilidad total, con un nivel muy bajo
de salario, con producciones casi completamente para la exportación, que no
venden sus mercaderías a sus propios obreros ni a sus propias poblaciones, sino
principalmente a los países del fordismo y del postfordismo. Es un modelo com-
patible con el dislocamiento de las cadenas productivas del centro y hoy incluyen
a Filipinas, Indonesia, Malasia, etc.
Los países periféricos navegan ente los últimos dos modelos mencionados:
hay algo de fordismo periférico y mucho de trabajo taylorista, domina la escasa
reflexividad de los actores y la anomia. El desarrollo trunco, la incapacidad de

52 ENSAYOS EN HONOR A MARCELO DIAMAND


construir el fordismo y la modernidad, las escasas “islas post-fordistas” verifica-
das, explican la escasa presencia de sujetos autónomos. En estos lugares se exige
a los individuos que pospongan sus intereses personales por diversos motivos
(por ejemplo las sucesivas crisis) las reglas y normas heredadas ya no bastan, es
una situación “anormal”, todo eso atenta contra la conformación de un círculo
virtuoso para la organización económica. Es que la producción taylorista o el
fordismo incompleto en la que basan sus economías no requiere, ni produce,
esa clase de actores, ni de redes ni de instituciones: sus Estados reflejan alianzas
políticas tradicionales.

III.- Re-equilibrar en términos de complejidad:


un proyecto político y económico

El Péndulo de Diamnd, explicado a partir de los diferenciales de productividad


permanece, la dicotomía agro-industria también pero no es el elemento central, la
cuestión definitoria es la de los diferenciales de complejidad. El subdesarrollo se
explica porque las actividades complejas no logran dominar el Proyecto Político.
El objetivo no es la industrialización sino la construcción de un proceso político
y económico que le permita a los PSD salir de la periferia e ir a una estructura
compleja y competitiva, estable, social y espacialmente equilibrada.
Hemos explicado que esto sucede porque la lógica mundial, la de las áreas
centrales de los países centrales, está regida por el agotamiento del fordismo y el
desarrollo de procesos productivos post-industriales, con sistemas organizativos
flexibles pero relativamente más colaborativos, que generan bienes y servicios
post-industriales, financieros y post-modernos (de alto contenido estético). Los
actores capaces de sostener dicho modelo están dotados de mayor autonomía.
En los PSD las cosas fueron diversas, el fordismo no se completó, la indus-
trialización lograda finalmente fue consecuencia de una estrategia de las empresas
multinacionales para implementar en esos países formas de organización produc-
tiva que no pueden aplicar en los países centrales y así bajar costos, por eso las
políticas comerciales, las formas de intervención del Estado, etc le son impuestas.
Del mismo modo, en cuanto al mercado financiero, los países periféricos no sólo
no son el lugar central de las corporaciones, también sufren las consecuencias de
la debilidad de su macroeconomía, transformándose en sitios especulativos para
el capital financiero surgido y gestionado desde el Centro.
En los países periféricos –aun en sus “centros”– lo que predomina claramente
es el trabajo taylorista, concomitantemente, se verifica la escasa autonomía de
los actores y la pobre estructura institucional que los aglutina. Hay, es cierto
siempre más grupos de actores que logran aumentar su autonomía pero por sus
propias trayectorias personales. Se van constituyendo redes de acción y movi-
mientos sociales que valoran al mismo tiempo las particularidades individuales,

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los acuerdos colectivos y la capacidad competitiva, pero no son éstos, los fenó-
menos predominantes.
En cuanto a la estrategia a seguir, desde el punto de vista económico y en línea
con nuestro enfoque; se debe complejizar la producción y aumentar la población
implicada en actividades complejas. Así es posible equilibrar la distribución del
ingreso y ampliar el consumo interno sin graves problemas políticos internos.

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