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En un lugar del Caribe

Hay una isla ubicada en el caribe, un lugar de grandes luchas, grandes esperanzas.
Desde su descubrimiento, hasta su surgimiento como pueblo y nación, se ha convertido
en un lugar de diversos escenarios de la historia tuya, la historia mía. Durante los
primeros años de su composición social y falta de Identidad, llega el momento de decir
¡ya basta!

La Quisqueya valiente, como la menciona un verso del himno más hermoso e sublime
que se ha escuchado. Empezamos a tener conciencia, cuando nos damos cuenta de
que, nacimos para ser libre, y que la libertad, depende del conocimiento que tengamos,
y la práctica que le damos. Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres, son las
palabras que ciñen nuestra bandera incrustadas en su escudo.

Todo toma forma el 27 de febrero de 1844, donde la Quisqueya indómita y brava da sus
primeros pinitos, este periodo de tiempo abarca hasta 1861donde se le conoce como, la
primera Republica Dominicana. Grandes hombres con un deseo de hacer una nación
libre e independiente de toda potencia extranjera se suman a una lucha por la
independencia que obtiene su triunfo en la puerta la misericordia de Santo Domingo.

Hay llegar el momento de seguir avanzando en la encrucijada de inestabilidad social, se


crea la junta gubernativa, y más tarde un 6 de noviembre se crea el acta magna, la
constitución dominicana, la cual, a la fecha, ha sido modifica 39 veces, por aquellos que,
jurando lealtad y legislación equitativa a la ciudadanía dominicana, han desvalorizado,
aquello que con sangre y esfuerzo se pudo construir en el ayer.

Durante su avanzar histórico, polémico y belicoso que ha atravesaba de nuevo la


hermosa Quisqueya, surge lo que hoy conocemos como, la anexión, disfrazada de un
término académico formal, pero desligada de todo sentido conceptual que encierra. Una
vez más se enciende la luz, y toman vida las palabras aquellas, si fueres esclavas, otras
tantas ser libre sabrá donde un grupo de hombres llenos de valor e imbuido de
patriotismo determinaron para siempre, que Quisqueya nació para ser libre e
independiente. Sánchez lo reconocía al decir yo soy la bandera dominicana, y como
adalid triúnfate, entrego su vida y su sangre, pero todo tomo un suspiro al final con el
grito de capotillo.

Tras el deseo de solidificar lo que con tanto sacrificio se logró, España quería tener el
mando otra vez en Quisqueya. Todo este relato que se elabora con entrega toca punto
toca fondo dominicano para que identifiques las etapas o evoluciones que han marcado
nuestra Quisqueya.

Una larga vereda ha transitado la Quisqueya, desde la independencia hasta la anexión,


desde la anexión hacia la restauración, desde la restauración ha una segunda república,
de una segunda República hacia la tercera, y finalmente se cumple lo dicho, sigue
siendo: indómita y brava.

Marcelino Lora Cabrera

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