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Lázaro González Rodríguez, autor invitado de este blog, reconocido especialista en organización
del trabajo y los salarios, expone sintéticamente una crítica al estado actual de la investigación
científica y la preparación de especialistas en materia de organización del trabajo y los salarios en
Cuba. Concluye con cinco recomendaciones para remediar la situación.
Poner la ciencia en lengua diaria:
he ahí un gran bien que pocos hacen.
José Martí
Durante los últimos decenios, la investigación científica del trabajo y la preparación de especialistas
en organización del trabajo y los salarios ha sido nula, al extremo que en el 2012 la Comisión de
Implantación de los Acuerdos del Partido y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social disuelven el
Instituto Nacional para la Investigación Científica del Trabajo con la indiferencia del CITMA;
decisión, en mi criterio, totalmente inaudita, errónea e insólita. Es incomprensible que en un país
socialista donde existen cientos de institutos y centros para investigar disímiles temas, el trabajo,
fundamento de toda sociedad, no merezca una institución sólida para investigarlo. Si a ello le
agregamos que el 99% de quienes dirigen los recursos humanos a todos los niveles carecen de los
conocimientos idóneos sobre la materia, no hay dudas que se le ha dado la espalda a la optimización
del trabajo.
Esta situación ha provocado, entre otros aspectos, lo siguiente:
A. Relacionados con la eficiencia del trabajo.
Algunas expresiones que aparecen en los documentos, leyes, decretos, resoluciones, etc., son
incompatibles con la teoría, marxista-leninista.
En los documentos mencionados se nota la superficialidad y el desconocimiento de las
técnicas de organización del trabajo y los salarios.
Se ha otorgado a las empresas facultades que no les corresponden, sino al Gobierno y al
Estado.
RECOMENDACIONES
1. Elaborar y aplicar con carácter paulatino la Reforma General de Salarios, la cual debe, por
una parte, elevar los salarios que actualmente no se corresponden con el costo de la vida, y
dotar al sistema de elementos que propugnen el crecimiento de la productividad y demás
indicadores de eficiencia a la vez que coadyuve a la formación del hombre en todos sus
aspectos.
2. Reconsiderar la decisión adoptada sobre el Instituto de Investigaciones Científicas del
Trabajo.
3. Implementar cursos en los diferentes grupos y empresas sobre organización del trabajo y los
salarios, así como lograr que se adopten las mismas medidas a nivel de la enseñanza
técnico-profesional y las universidades.
4. Evaluar los conocimientos que poseen los directores de Recursos Humanos a todos los
niveles sobre organización del trabajo y los salarios, en caso de resultar insuficiente dicha
evaluación, fijar los cursos que deben pasar para adquirir la preparación necesaria.
5. Revisar el Código de Trabajo y su Reglamento librándolo de incongruencias y
superficialidades en el tratamiento de algunas cuestiones.
Algunos círculos cubanos desconocen el hecho de que en todos los países existen
personas económicamente solventes, que por poseer negocios o desempeñar
profesiones lucrativas, disponen de riquezas superiores a la media, lo cual no les impide
asumir posiciones progresistas y patrióticas, militar en la izquierda, incluso apoyar a la
Revolución Cubana. El hecho de que los dueños de algún capital se apropien de ciertas
cuotas de plusvalía, no convierte a cada empresario o pequeño empresario en un
explotador al cual es preciso repudiar.
En realidad, más que de ideología, se trata de prejuicios que debieron haber sido
eliminados cuando el presidente Raúl Castro llamó a cambiar la mentalidad, cosa que no
se realizó o avanza lentamente.
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El presente artículo fue publicado por el diario ¡Por Esto! Al reproducirlo, indicar la fuente.
Reducción de plantillas estatales en Cuba: ¿misión cumplida?
Hace unos pocos días, la prensa oficial de Cuba ofreció nuevos datos parciales acerca del
importantísimo tema del empleo en el país. Se informó que “hoy están ocupados en la economía 4
474 800 personas, entre ellos poco más de tres millones en el sector estatal y alrededor de 1 300
000 en el no estatal”.
Adicionalmente se informó que “a causa del proceso de reordenamiento laboral emprendido en
Cuba desde el año 2009 se han reducido las plantillas infladas, tanto en el sistema presupuestado
como en el empresarial. Mientras, se ha incrementado la ocupación en el sector no estatal”. (1)
El nivel actual de empleo en el sector estatal (3 174 800 trabajadores) representaría 1 003 300
empleados estatales menos en relación con el año 2010. Es decir, la reducción de las plantillas
estatales habría sido aproximadamente de 1 millón de trabajadores, con lo cual el proceso se
acercaría a la reducción proyectada en 2010, cuando la Central de Trabajadores de Cuba (CTC)
emitió una resolución en la que se afirmaba que “es conocido que el exceso de plazas sobrepasa el
millón de personas en los sectores presupuestado y empresarial”. (2)
En aquel momento esperaba alcanzarse una reducción de plantillas estatales de 500 mil trabajadores
en un solo año (2011) pero, aunque la contracción real fue menor (305 100 empleados), la resultante
acumulada del proceso de plantillas estatales alcanzaba aproximadamente 1 millón de personas en
2018. (3)
Son buenas noticias, pero quizás conviene tratar de poner las cifras en una perspectiva amplia para
poder entender mejor sus posibles implicaciones para el actual proceso de reforma económica.
La primera cuestión que debe ser retenida es que el proceso de reducción de plantillas estatales se
produce en un contexto macroeconómico general en el que se ha contraído significativamente el
nivel de empleo total del país, el cual disminuyó en 509 700 trabajadores en relación con el año
2010. Desde esa fecha se ha producido una notable baja de la “tasa de actividad económica”
(relación existente entre la población económicamente activa y la población en edad laboral), la
cual se redujo de 76,1% en 2010 a 65,2% en 2016. (4)
La segunda cuestión que habría que entender es que la función de creación de empleo neto en la
economía cubana dejó de recaer, desde 2010, en el sector estatal y ha sido asumida por el sector “no
estatal”. El empleo neto en el sector “no estatal” aumentó en 493 600 trabajadores en relación con el
nivel del año 2010.
La tercera cuestión importante se refiere a que es en realidad el sector privado (campesinos
privados, los usufructuarios de la tierra, las Cooperativas de Créditos y Servicios, empresas mixtas
y los trabajadores por cuenta propia) el que funciona como el único creador de empleo neto de la
economía cubana, con una adición neta de 549 800 empleos entre 2010 y 2016 (no hay datos
publicados para 2017).
De hecho, en ese periodo, el sector privado no solamente fue capaz de crear un nivel de empleo neto
superior a la destrucción de empleo neto estatal, sino que ese mayor nivel de empleo neto privado
pudo también ayudar a compensar la reducción de empleo neto en el sector cooperativo, el cual se
ha reducido desde 2014.
Las implicaciones prácticas de lo anterior pudieran ser las siguientes:
Siendo una noticia importante, la reducción de las plantillas estatales –en aproximadamente
1 millón de trabajadores- debería ser entendida fundamentalmente como un punto de partida
más favorable para continuar reformando el sector estatal, el cual –de incrementarse la
productividad- posiblemente requiera reducciones adicionales de trabajadores. Por tanto, la
noticia no debería ser tomada como un indicador que pudiera sugerir que es factible “aflojar
la presión” respecto a las reformas para lograr empresas estatales rentables y entidades
presupuestadas eficientes, algo de lo cual todavía queda mucho por hacer. Esta es “ una
cara” de la moneda.
Notas
1 Leticia Martínez Hernández, “Examina Presidente cubano programas de empleo y de inversiones
en el país”, Granma, 26 de junio de 2018 http://www.granma.cu/cuba/2018-06-26/examina-
presidente-cubano-programas-de-empleo-y-de-inversiones-en-el-pais-26-06-2018-21-06-29
2 “Reducirá Cuba medio millón de plazas en el sector estatal”, Cubadebate, 13 de septiembre de
2010, http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/09/13/reducira-cuba-medio-millon-de-plazas-en-el-
sector-estatal/#.WzYV-mO-laQ
3 ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2016. Tabla 7.2 – Ocupados en la economía según situación
del empleo. http://www.one.cu/aec2016/07%20Empleo%20y%20Salarios.pdf , Anuario Estadístico
de Cuba 2015 http://www.one.cu/aec2015/07%20Empleo%20y%20Salarios.pdf, y Anuario
Estadístico de Cuba 2011 http://www.one.cu/aec2011/datos/07%20Empleo%20y%20Salarios.pdf
4 ONEI. Anuario Estadístico de Cuba 2016. Tabla 7.2 – Ocupados en la economía según situación
del empleo
5 “Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista”, julio de
2017, http://www.granma.cu/file/pdf/gaceta/Conceptualizaci%C3%B3n%20del%20modelo
%20economico%20social%20Version%20Final.pdf
UNEAC
Desde el preciso instante, en que hemos definido el momento actual de la economía cubana, como
el de la “aplicación del Nuevo Modelo Económico”, ya estamos cayendo dentro de un momento
conceptual y también práctico económico que considero, no se corresponde con la realidad
económica actual que vive el país.
Hablamos del Nuevo Modelo Económico y de Socialismo, pero me parece a veces observar cierta
desconexión entre ambos. Aunque ambos en nuestra realidad no podrían estar desconectados.
Puedo estar equivocado, pero creo que el momento actual hay que definirlo como el del “Tránsito
hacia el Socialismo”. Y esto último es lo único que nos puede permitir conocer qué es lo que está
ocurriendo con la economía. Así como conceptual y prácticamente, donde estamos. En qué
momento nos encontramos, del camino que supuestamente queremos seguir y sobre todo ¿hacia
dónde vamos?
Pienso no es incorrecto priorizar la aplicación del Nuevo Modelo Económico, pero siempre que
entendamos, que tal proceso no es más que un subconjunto del más amplio, que es el del
“Tránsito hacia el Socialismo”. Lo cual nos permitiría ganar más claridad en cuáles son las
soluciones de los problemas que yo creo estamos enfrentando con nuestra política económica.
Han estado proliferando los pasos y contrapasos, los adelantes y atrás, las marchas y
contramarchas, de una de política económica que no acaba de ponernos en el camino del
crecimiento, ni de encontrar las claves de cómo superar algunos problemas que tenemos. De lo
contario, cómo explicar que se estén cometiendo lo que considero son errores, prácticos y
teóricos.
Nos asombra y preocupa sobremanera, que estemos escuchando decir a nuestros dirigentes de la
economía, que se concederá solo una licencia para ejercer el trabajo por cuenta propia. Y entonces
ante esa medida me pregunto ¿Queremos trabajo por cuenta propia, o no? Pero más que eso,
¿llegaremos a la pequeña y mediana empresa o no?
En realidad, creo no es difícil de responder la pregunta. Porqué si ni al trabajo por cuenta propia
queremos aun “aflojarle las riendas”, ¿cómo vamos a imaginar que algún día tendremos pequeña y
mediana empresa? Si hemos comenzado por atacar el primer escalón de un proceso como ese.
Ahora resulta, que hemos abierto un “suigeneris mercado al por mayor”, donde solo pueden
comprar las Cooperativas no Agropecuarias, y con unas regulaciones que se parecen mucho a las
de una libreta de abastecimiento. Pero, ¿Acaso es posible imaginar que los cuentapropistas no van
a comprar en ese mercado? La viceministra anunció que no se puede ampliar el mercado abierto
por falta de recursos para abastecerlo. Eso es bueno, porque abrir el otro mercado parece ser solo
una cuestión de recursos, Pero, ¿Nuestra viceministra no sabe que la escasez es la madre del
mercado negro y que este a su vez, es el padre de la corrupción? Creo que será esta otra forma en
que la corrupción se reforzará. Mientras no abramos el otro mercado.
Que los cuentapropistas no podrán comprar, se parece mucho a la ilusión de creer que estos
últimos no van a poder tener más que una licencia, o que no tendrán ningún contacto con el
mercado al por mayor que ahora se crea. Lo cual, todo junto, se parece mucho a querer solucionar
problemas económicos con medidas administrativas. En lo que ya hemos caído no pocas veces.
Solo que ahora se le agrega cierta posible “sordera”, o tal vez la presunción de no querer
escuchar.
No quiero decir que tenga la razón, pero lo cierto es que nuestro PIB no crece, sus proyecciones
son dudosas, ni tampoco vemos que avanzamos lo que necesitamos. Más bien, creo que
retrocedemos. Porque se observaba la intención de adoptar un conjunto de medidas, con las que
parecía que avanzaríamos. Pues por lo menos, nadie había dicho antes, que el trabajo por cuenta
propia se abriría con una sola licencia; ni que el mercado mayorista seria solo para las cooperativas
no agropecuarias o que aún no tendríamos un mercado al por mayor completo, sino una abierto y
otro en espera. Por lo que ahora, respecto a estas dos medidas, sin dudas, hemos retrocedido.
Pero tampoco imaginamos que íbamos a seguir gastando tanto dinero en importar alimentos, sin
darlo a la agricultura para producir. Tampoco que seguiríamos chocando con la ineficiencia de
Acopio.
También creímos que los precios del mercado agropecuario bajarían y que los del shopping, al
menos no subirían, como lo hacen continuamente.
Pensábamos que se había entendido ya, que no podemos seguir permitiendo que la fuerza joven y
calificada se nos vaya. Que podíamos liberar a esa fuerza calificada para que busque empleo en el
sector privado o el turismo, o funde sus propias empresas, no trabajar simplemente como
meseros, choferes, maleteros, sino haciendo otras actividades, un poco más dignas de los recursos
que nos hemos gastado en ella. Y no seguir, como hasta ahora, regalándosela a la emigración.
A pesar de los intentos de algunos por montar consultorías legales y económicas, las que, además,
podrían también beneficiar a la empresa estatal. Pero, si traemos fuerza de trabajo del exterior,
para construir nuestros hoteles, teniéndolas en Cuba, ¿a dónde iremos a parar?
En realidad, no es posible imaginar otra causa de todas estas dificultades, que no sea, que, en
principio, al confundir el momento en que económicamente estamos, no logramos tener claridad
en cuál es el lugar de los diferentes sectores socioeconómicos dentro de nuestra economía. Y lo
que es más grave aún, no sabemos el lugar que le vamos a dar a la propiedad privada, en medio de
ese proceso. Viéndola solo casi como un enemigo que nos va a empujar hacia el capitalismo
Por eso la reacción es la de cortarle el impulso al trabajo por cuenta propia; que mostró
claramente su efectividad para dar empleos, cuando el estado no podía hacerlo.
Y de ahí dimana todo lo demás. No podemos dejar que se conviertan los cuentapropistas, en lo
que de hecho son, en empresas, pequeñas y medianas; no podemos permitir que el ahorro interno
se convierta en actividad de inversión nacional y a estas, no podemos liberarles siquiera un
poquito del monopolio del comercio exterior. Hasta la empresa estatal socialista, en medio de
esas confusiones, también coge su “pescozón”. Y no termina de concretársele su papel salvador.
Porqué creo que no tenemos claro cuáles son las libertades y holguras que deben tener. Porqué no
las tenemos claras para los demás sectores de la economía. Y creo, que aquí está todo el “nudo
gordiano” que no hemos podido cortar. Y para agravar la situación, no hemos acabado de
solucionar las diferentes tasas de cambio existentes. En lo que 11 años después de haber
proclamado como indispensable su solución, no hemos ni siquiera comenzado.
Pero creo, el problema central es que no se quiere dejar a la propiedad privada jugar el papel que,
de hecho teóricamente, ya tiene asignado. Donde queda muy claro, que el tránsito hacia el
socialismo, marca el comienzo de la desaparición de la propiedad privada, pero no su eliminación
definitiva ni inmediata. Donde aún es muy necesaria, yo diría indispensable, para que la propiedad
estatal se concentre en el desarrollo de la gran propiedad socialista. ¿O es que vamos a entretener
a la gran empresa socialista en el pequeño comercio, la mediana y pequeña empresa, todas
dirigidas a la satisfacción de necesidades sociales de pequeño porte, mientras que el estado no
puede dedicarse a desplegar las potencialidades de la gran empresa socialista?
No es que no sean buenas personas las que están aplicando esas medidas; tal vez no sean muy
buenos economistas, porque aún no han logrado aprender que “la economía no cree en lágrimas”.
Pero malas personas no son.
Además, pienso creen que nos están salvando, aunque en la práctica lo que nos pueden estár
hundiendo. Porque de hecho nos empujan al capitalismo de la peor clase. Al capitalismo corrupto,
merca chiflero, que viola las reglas, que trae al capital sin control. Que nos hace sufrir todas sus
consecuencias negativas, sin lograr aprovechar ninguna de sus ventajas. No olvidemos que el
capitalismo que se nos tiene asignado no es el de Suecia.
Pues todas esas medidas de política económica, adoptadas con el temor y las incoherencias a que
los impulsa una realidad que no logran dominar, nos pueden traer siempre consecuencias políticas,
que son más graves, que aquellas de las que quisiéramos escapar.
Sin dudas, parece haber ignorancia o sordera, tal vez ambas, aunque sí es visible que se trata de un
aferramiento ideológico irracional, entre los que dirigen nuestra política económica, por no
haberse percatado aun de los errores que están cometiendo, a pesar de que economistas brillantes
del país y de afuera, les están llamando la atención de que no van por un camino correcto y
proponen no pocas soluciones para salir de la situación.
Pero más que todos esos economistas, que también pudieran estar equivocados, es la realidad
económica del país, en primer lugar, la que les está diciendo que no crecemos ni avanzamos lo
suficiente. Y que cada dia acumulamos más problemas. Con las consecuencias políticas negativas
que ya tienen sobre la población cubana. Problemas, que no son difíciles de observar cómo se
continúan acumulando.
UNEAC
Se sabe que mucha gente no se va a conformar con una sola licencia para
ejercer como cuentapropia y por tanto buscará la segunda y la tercera
también. Será la licencia del hermano, del primo, del cuñado y el
resultado va a ser que la gente le “tirará una trompetilla” a la medida.
Desprestigiando al gobierno.
La Viceministra del Trabajo anuncio que las medidas para arreglar las
distorsiones del trabajo por cuenta propia, no demorarían mucho. Para
tratar de tranquilizar a la gente. Pero ya llevamos más de nueve meses y
aun no se aclara que vamos a hacer.
Bajos salarios reales, los que crecen nominalmente alrededor de cinco veces mientras que
los precios lo hacen más de treinta veces.
Incremento de las ilegalidades, el robo y la corrupción.
Baja motivación hacia el trabajo con la consecuente disminución de la productividad.
Indisciplina laboral.
Fluctuación de la fuerza de trabajo calificada, etc.
¿Cómo disminuir las consecuencias de estos factores sin una reforma general de salarios? ¿Con el
teque?
Analizando la problemática actual somos del criterio de que es imprescindible realizar la reforma
general de salarios paulatinamente y no condicionarla al desarrollo económico ni a la dualidad
monetaria y cambiaria, la cual también puede realizarse paulatinamente. A continuación
proponemos las bases sobre las cuales debe de efectuarse la reforma así como las etapas para su
posible implantación.
BASES PARA LA REFORMA GENERAL DE SALARIOS
1 El principio sobre el cual se estructuraría el sistema sería que cada trabajador recibiría su salario
de acuerdo con al trabajo desarrollado medido en correspondencia con la calidad y cantidad de
trabajo aportado.
2 El sistema comprendería los siguientes elementos
a) En función de la calidad.
Escala de complejidad.
Escala de factores extracalificatorios.
Calificadores
Listado de puestos, empresas o ramas con condiciones extracalificatorias.
Tarifas por complejidad y por factores extracalificatorios.
b) En función de la cantidad.
Formas de pago.
Sistemas de premios.
Este sistema comprende todas las categorías ocupacionales y sectores de la producción y los
servicios, excepto los artistas, funcionarios, asesores y dirigentes del Gobierno y el Estado.
3. El ingreso (salarios, CUC, alimentación, etc.) sería respetado.
4. Para aquellos trabajadores que se hayan distinguido en el ámbito social se establecería el
salario personal no sujeto al sistema.
5. De acuerdo con el interés económico y social del país, las tarifas podrían de la escala por
complejidad podrían ser diferenciadas mediante un coeficiente en los puestos de trabajo,
empresas o ramas.
6. Se establecerían requisitos para la implantación del sistema, uno de los cuales sería la
organización del trabajo con vistas a fundamentar técnicamente las normas y plantillas de
personal.
7. La aplicación del sistema tendría un carácter escalonado con la más amplia participación de
los trabajadores, los sindicatos y las instituciones tanto en su elaboración como en su
aplicación.
Relación de cargos.
Metodología para evaluar las condiciones extracalificatorias.
5. Tarifas
Definición de los sistemas de pago a emplear de acuerdo con las características del trabajo.
Establecimiento del sistema de pago por cada rama, empresa y UEB.
Establecimiento del sistema de pago para las actividades de servicios.
7. Sistemas de premios.
14 de junio de 2018
Yaisel Roberto Pérez Romero. Ingeniero Industrial, especializado en la economía del trabajo y la
dirección de empresas. Ha trabajado como Especialista principal en la Empresa de la Goma. Como
coautor ha publicado el libro “La ciencia del trabajo en la actualización del modelo económico y
social cubano”. Ha publicado como coautor diversos artículos sobre el salario la organización del
trabajo y la dirección empresarial. Consultor. Se ha desempeñado como especialista en banca en la
Oficina Central del Banco de Crédito y Comercio.
El Dr. Oscar Fernández Estrada, colega economista invitado de este blog, comparte un breve
comentario a propósito del artículo de Luis Toledo Sande “¿Bombas de tiempo millonarias en
Cuba?, específicamente en relación con lo que se ha llamado el “economicismo”.
http://www.lajiribilla.cu/articulo/bombas-de-tiempo-millonarias-en-cuba
Estimado autor, partiendo de un inobjetable respeto a su trayectoria y solidez intelectual y
respetando aún más su opinión como individuo, deseo sumar al debate sobre su artículo algunos
breves elementos, tal vez discrepantes, que me he animado a escribirlos desde el móvil sin tiempo
para revisar y resumir (ruego se me perdone por ello).
1. Muchas veces cuando se enarbola al supuesto “ pragmatismo economicista” como peligrosa
tendencia que intenta imponerse en Cuba desde algunas esferas, se parte desde un profundo
desconocimiento o subestimación de la ciencia económica.
Podría decirse de igual forma (y no recuerdo haber leído esta alerta) de los peligros y las nefastas
consecuencias de un “ subjetivismo politicista” que hemos padecido durante muchos años que ha
borrado, desconocido y estereotipado muchas propuestas rigurosas y audaces desde la ciencia
económica realizada por nuestros académicos cubanos (por cierto, de una vocación socialista tan
indiscutible como la de los médicos que van al África o los linieros que se movilizan con los
huracanes).
Las opciones, por lo tanto, no pueden reducirse a una simplificación tan superficial: lo que existe
hoy en materia de sistema económico -como quiera que se le llame- vs la opción capitalista
privatizadora de las conquistas de nuestro socialismo que vendería el país a las trasnacionales y
dejaría desamparado a nuestro pueblo trabajador.
No es riguroso plantear el problema con esa simpleza. Hay muchos muchos espacios de
transformación de nuestra totalmente disfuncional concepción económica (disfuncional sobre todo
para desarrollar las conquistas socialistas), muchas opciones para transformar una muy mala forma
de administrar nuestra economía (y no me refiero a los funcionarios consagrados del MEP sino al
modelo en el que están entrampados) sin que a nadie se le ocurra entregar las riquezas del país a las
manos del gran capital.
2. El socialismo en la URSS no lo destruyeron los cuentapropistas devenidos en empresarios
millonarios, sino que fueron los funcionarios del Estado y el Partido -promovidos a sus
puestos durante años por un sistema muy parecido al nuestro y con opciones casi nulas de
escrutar su gestión muy parecidas a las nuestras- los que se empoderaron y de hecho
empujaron el socialismo por el caño.
Siguiendo esa comprobada experiencia diría que todas las alertas de nuestra intelectualidad
socialista deberían centrarse mucho más en denunciar peligros potenciales más tenebrosos como la
inverosímil y ascendente concentración de poder en el Grupo Empresarial GAESA, de la cual el
pueblo trabajador no tiene ni la más mínima idea, pues los medios no hacen la más mínima
referencia y sus máximos directivos, a diferencia de los de los restantes sectores, no figuran como
diputados en la Asamblea Nacional, y ni siquiera son nómina del Comité Central del Partido.
3. El sector privado en el socialismo cubano debe tener su espacio y el cooperativo más. Y el
Estado Socialista cubano tiene que transformarse para adaptarse a su existencia, aprender a
encaminarlos, a influir sobre ellos, y a establecer alianzas estratégicas de largo alcance.
El sector empresarial estatal tiene que mantener su espacio. No tiene por qué preocuparnos tanto la
amenaza de una eventual privatización en un contexto en el cual en 8 años de reforma económica
-que pasó ya su momento de mayor entusiasmo y audacia- absolutamente ninguna instalación
estatal ha pasado ni siquiera a la gestión privada -más allá de un puñado de restaurantes y barberías-
y mucho menos cambió de propiedad.
Pero el Estado Socialista cubano tiene que transformarse y de una vez entender que las empresas
tienen que ser empresas y no departamentos del nivel central, que tienen que tomar decisiones,
invertir, asumir riesgos, crecer, fracasar, pagar a sus empleados lo suficiente para garantizar su
sostenibilidad. Pero el Estado no sabe cómo lidiar con actores autónomos, cómo controlar e influir
en sus comportamientos porque siempre los ha dirigido directamente.
4. Por último, preferiría que evitáramos el superficial modo de referirnos al mercado como un
asesino de niños. El mercado es una institución objetivada hace muchos muchos años,
incluso previo a que el capitalismo lo acogiera y lo convirtiera en súmmum. Es la tecnología
conocida hasta el momento más eficaz para ordenar un mundo de mercancías del cual Cubita
la bella forma parte indiscutiblemente. El desprecio que nos han enseñado a profesarle nos
aleja del necesario estudio de sus leyes y de los modos en los que se le puede emplear para
fines nobles.
No son las leyes del mercado las que traen tanto desastre y desigualdad en este mundo. Son las
leyes del capitalismo aplicadas por los capitalistas.
Construir mercados justos que equilibren la balanza a favor de los consumidores en lugar de
entregar poder absoluto a los productores como ocurre en Cuba en la actualidad podría ser también
una fuente de equidad social y sobre todo el único camino para combatir al tan estructurado
mercado subterráneo, activista principal en la corrosión de valores a nivel social.
Hay mucho por donde aproximarnos a la compleja realidad cubana de hoy. Pero la intención tiene
que ser aglutinante y no descalificadora. Personalmente quisiera dejar claro, en resumen, que:
– Comparto los peligros que entraña para la sociedad cubana el desarrollo del sector privado, pero
aceptaría el reto. No veo otra opción que intentar el socialismo de este tiempo desde la
heterogeneidad. Por supuesto que implica rediseñar el Estado no solo en el ámbito de sus
mecanismos económicos. Pero no es posible dar marcha atrás ni desconectarnos totalmente de
procesos globales que estamos lejos de controlar.
– El peligro mayor de reversión sistémica radica en el poder incontestable que descansa en
empresas, grupos de empresas, supragrupos de empresas, megagrupos de empresas, así como en
organismos e instituciones, que al final termina en la mesa de un mortal con nombre y apellidos,
con virtudes y debilidades, con aspiraciones ideológicamente correctas o con ambiciones perversas,
que requieren urgentemente ser puestas bajo profundo escrutinio público.
Perdone la improvisación y la extensión. Muchas gracias por el interés y la paciencia.
Oscar Fernández Estrada
Doctor en Ciencias Económicas
Profesor Titular de La Universidad de La Habana
Asegurarle al feto a través de la madre las condiciones necesarias para un buen desarrollo y
parto
Alimentación asegurada durante su vida
Vivienda con los servicios básicos necesarios
Servicios de salud durante toda su vida
Educación gratuita hasta el nivel que pueda alcanzar
Trabajo en el campo para el cual se preparó y un retiro a cierta edad
Derecho a la entretención cultural y deportiva y a una vida segura y a su participación en la
vida política
Asistencia a toda su familia
Asegurar gratuitamente su sepelio al finalizar su vida
Lograr en la América Latina estos objetivos, con los cuales todos concuerdan en principio, es una
tarea gigantesca que demora tiempo, años, lustros y hasta décadas. Es establecer un nuevo tipo de
humanismo en comparación con el existente. Hasta ahora los gobiernos actuales de este continente
que forman la CELAC solamente han acordado un objetivo común mucho más modesto como es
erradicar la pobreza. Y de todos ellos, el único que ha logrado alcanzarlos en su casi totalidad es la
Cuba Revolucionaria a quien le tomó décadas, pese al cerco económico y a las agresiones de los
Gobiernos Norteamericanos durante más de los 58 años de su proceso.
Tratando de concretar lo que se entiende por racionalidad de un sistema económico en un país en el
cual las fuerzas populares han logrado el poder político, se puede decir que es la conducción de la
economía hacia el logro de los nueve objetivos indicados más arriba, más el décimo que es
desarrollar la capacidad de defender el proceso revolucionario en contra de fuerzas internas y
externas, toda vez que en la economía continuaran existiendo relaciones capitalistas de producción
que inevitablemente encontraran su expresión en el terreno político con el objetivo de tratar de
hacer regresar al sistema económico nacional a su racionalidad anterior.(5)
Mantener el rumbo señalado del desarrollo económico de un país durante largo tiempo a pesar de
las fuerzas que actúen en su contra, requiere que se cumplan dos condiciones políticas: ante todo,
la unidad cívica-militar de la mayoría del pueblo para respaldar a su Gobierno, y simultáneamente
la existencia de una entidad política que la represente en la conducción del Estado.
Dos casos extremos de lo dicho han sido el cubano y el venezolano.
Cuba, muy mal provista de recursos naturales y de capacidad transformadora para su exportación ,
soportando un bloqueo económico, financiero y comercial de los EE.UU. prácticamente desde el
momento del triunfo de los revolucionarios cubanos, no tuvo alternativa y procedió a estatizar las
empresas más importantes del país y la mayoría de las tierras agrícolas en un período de tiempo de
solo dos años, única forma de lograr tener los recursos económicos necesarios para emprender el
establecimiento de los derechos humanos en Cuba tal como se explicaba en el llamado Programa
del Moncada expuesto por Fidel Castro durante su defensa luego de ser derrotado en el Moncada
en 1953. La Segunda Ley de Reforma Agraria en 1964 y finalmente la estatización de todos los
comercios, servicios y actividades productivas aún en manos privados en 1968, culminó la casi total
estatización de toda la economía cubana a la par que el Estado asumía la responsabilidad de proveer
de todos los productos y servicios necesarios a la población del país, lo que se instrumentó mediante
el procedimiento del racionamiento. (6)
Venezuela en 1999 y cuarenta años después del triunfo de la Revolución Cubana, inició también un
proceso revolucionario con los mismos objetivos del cubano, satisfacer las necesidades de sus
habitantes para así permitirles alcanzar por primera vez los derechos humanos a los cuales eran
también acreedores. Pero en este caso lo peculiar del proceso ha sido precisamente el no expropiar
a los propietarios del capital en beneficio de la propiedad estatal, salvo el logro del total control de
los yacimientos y de la producción de hidrocarburos por el Estado en un país que es el cuarto
exportador mundial, con lo cual se ha logrado un enorme proceso de reasignación de los recursos
nacionales por intermedio de las acciones del Estado dirigiéndolas a satisfacer las necesidades más
urgentes de las capas más pobres de la nación. Durante los últimos dieciocho años la llamada ¨renta
petrolera¨ ha sido utilizada en un monto que se estima en los 600.000 millones de dólares, para el
logro de los fines del proceso revolucionario venezolano.
He aquí dos casos extremos de política económica revolucionaria en virtud de las condiciones
particulares de cada caso. En ambos las fuerzas revolucionarias han creado una nueva racionalidad
económica y para ello han debido introducir el método de la planificación para la asignación de los
recursos nacionales, expropiando a los capitalistas sí, pero en la medida de lo necesario para ello
en cada caso.
En Cuba, ya pagada la ¨deuda social¨ con su población, introducido el método de la planificación
económica por el Estado, se han creado en su economía y en la sociedad las condiciones que
permiten una aparente ¨marcha atrás¨ al reintroducir en su economía las relaciones capitalistas de
producción, toda vez que en lo político el control del Estado está en manos de una alianza cívico-
militar. Todos los ¨gatos¨ que actúen en Cuba para ¨cazar ratones¨, del color que sean, como decía
Deng Xiaoping, están y estarán bajo el control de su dirigencia política, que en Cuba es el Partido
Comunista de Cuba.
En Venezuela, la prosecución y desarrollo de su proceso revolucionario que ya lleva dieciocho años
descansa también sobre la alianza cívico-militar lograda por Chávez y en su manifestación mediante
el Polo Patriótico en el Gobierno, del cual el Partidos Socialista Unido de Venezuela es el elemento
aglutinante. Pero a diferencia del caso cubano que ya pasó por la etapa de estatizar todo lo
expropiable, y quizás más aún, queda en el país un 70% de la economía en manos privadas, lo que
constituye un enorme baluarte de las fuerzas opuestas al proceso revolucionario cuyo desenlace por
ello mismo aún no está definido, sea este el que sea, y que los propios revolucionarios venezolanos
deben definir.
La Habana, abril del 2017
Sobre el autor.
Charles Romeo, economista franco-chileno, se incorporó a la Revolución Cubana en marzo de 1959
cuando trabajaba en la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Tiene una amplia y
diversa trayectoria que incluye la docencia en varias universidades y su desempeño como
funcionario de organismos estatales de Cuba: INRA, Ministerio de Industria, la Comisión de
Colaboración Científica y Económica, y el Ministerio de la Agricultura. Fue colaborador de Ernesto
Che Guevara y de Carlos Rafael Rodríguez. Posee una vasta experiencia empresarial, siendo
fundador de las corporaciones CIMEX y HAVANATUR, gerente de varias compañías propias,
administrador de una sociedad hotelera, gerente de una sociedad mixta en Cuba, y consultor de
empresas extranjeras. Es el autor de libros y artículos sobre temas de economía política, comercio
exterior, desarrollo, teoría socialista, educación y testimonio.
Notas
1 Durante mi vida he tenido la oportunidad de participar en al menos tres intentos de establecer un
régimen económico y social socialista en la América Latina. Primeramente, en Cuba a partir de
1959, y durante ese proceso que todavía continua, en el fallido intento chileno por la llamada vía
pacífica entre 1970 y 1973 y posteriormente en la experiencia venezolana iniciada en 1999 por
Hugo Chávez, también sin recurrir a la lucha armada y con posterioridad al intento de lograrlo en
ese país por medio de la guerra de guerrillas durante los años sesenta y principio de los setenta del
pasado siglo, en la cual tuve también la oportunidad de participar. Por consiguiente, más que por
comulgar intelectualmente con las ideas de pensadores revolucionarios, ha sido la experiencia
práctica la que me ha confirmado la vigencia de las concepciones de Marx y de Engels sobre la
historia y particularmente sobre el origen, desarrollo y eventual crisis del sistema económico y
social capitalista que da origen a uno más justo para todos. Para mí, lo sucedido me confirma que
los intentos de establecer el socialismo están basados en concepciones teóricas sobre la formación y
desarrollo de las sociedades humanas por lo cual es una exigencia el someter al análisis crítico lo
que ha efectivamente sucedido durante los intentos de establecer el socialismo sobre la base de la
interpretación que se dio a esas concepciones teóricas que sirvieron de guía para esos intentos.
2 En los policlínicos y hospitales cubanos hay carteles que dicen “Los servicios para la salud son
gratuitos, pero tienen un costo.”
3 Tecnología: Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del
conocimiento científico.
4 El programa de realizaciones de la Revolución Cubana está contenido en el documento “La
Historia me absolverá”, la defensa de Fidel Castro cuando fue enjuiciado después del fracaso del
intento de tomar el Cuartel Moncada de Santiago de Cuba el 26 de julo de 1953.
5 Según he leído, para los japoneses “Business is war”, o sea “Hacer negocios es hacer la guerra”.
De aceptarse esta definición, hacer una revolución que altera nada menos que la base de cómo se
hacen los negocios, es inevitablemente también la guerra, la guerra revolucionaria.
6 Los nuevos dirigentes cubanos rápidamente descubrieron en la práctica que la principal dificultad
para lograr cambiar las “ condiciones instrumentales que le permiten a la persona su realización“ ,
la expresión concreta del humanismo vigente era la propiedad privada de los medios de producción
y de los recursos naturales concentrada en una reducida minoría de la población, así como la
propiedad de las mercancías y servicios producidos. No había solamente que repartir la tierra, sino
que también las fábricas, los comercios, los medios de transporte, las comunicaciones, la
electricidad, así como todo lo que se producía, y poniendo mucho más énfasis que antes en los
servicios a todos necesarios, como son la educación y los de la salud del pueblo en general. Y para
que alcanzara para todos, la fórmula de la distribución fue “a todos por igual”.
Charles Romeo, economista y autor invitado de este blog, comparte con los lectores sus
consideraciones sobre la unificación monetaria en Cuba y los retos que plantea en cuanto a la
medición del valor, la contabilidad empresarial, el control, la información, los precios y los salarios.
I.- Introducción imprescindible al tema de la unificación monetaria en Cuba
Los números son objetivos y precisos en cuanto a su propia significación numérica. Dos más dos
son objetivamente cuatro y no tres ni cinco. Pero no prestan su rigor formal a lo que se está
midiendo con ellos. Esa es otra cuestión, la verosimilitud de lo que se supone que están midiendo
y de la cual no tienen responsabilidad alguna. Por ejemplo, cuando son utilizados para contar dinero
únicamente dan fe de la magnitud cuantitativa de sus unidades, pero de ninguna manera de lo que se
supone que miden. Por ello cinco CUP son únicamente 5 CUP de la misma manera que 10 CUC
son únicamente 10 CUC. Hasta ahí llega la utilidad de los números. Otra cosa muy distinta es que
es un CUP y que es un CUC.
Ambas son unidades monetarias, unidades de algo que se denomina dinero, con lo cual para
conocer su significado hay que, ante todo, tener claro que es el dinero, porque existe y para que
existe. En lo que todos concuerdan es que el dinero es una manera de cuantificar el valor de todo lo
que a su vez contiene valor. Por consiguiente, primeramente hay que esclarecer que es el valor. Pero
aquí aparece la primera gran dificultad: hay dos concepciones teóricas vigentes que lo explican,
pero que son diametralmente diferentes.
Ambas concepciones teóricas parten de lo registrado por la historia, de que el valor es una
propiedad exclusiva de lo que se produce en una sociedad en la cual existe una división social del
trabajo , etapa relativamente reciente de la historia del homo sapiens, inclusive más breve que la que
se inició cuando producto de la división del trabajo en la sociedad los productores tuvieron que
encontrar una manera de intercambiar productos elaborados para satisfacer objetivos diferente y
cada vez más elaborados, con el fin de intercambiarlos en la medida en que decurso la historia. La
moneda más antigua, encontrada en la antigua Turquía, data de entre los siglos VII y VI a.c. Hasta
ahí todos están de acuerdo, pero la divergencia empieza al plantearse que media esa moneda.
Para los economistas neoclásicos el dinero mide el valor de un producto elaborado para su venta,
una mercancía, devenido su precio, y que está constituido por la satisfacción subjetiva que le
produce al que lo utiliza o consume. La razón de esta concepción del valor es un intento de
justificar como natural y legitima la ganancia de quien lo ha producido, como una diferencia entre
el precio que le han pagado, su valor, y su costo de producción.
Para los economistas que reivindican la concepción de los economistas clásicos ingleses de finales
del siglo XVIII y principio del XIX, Adam Smith y David Ricardo, concepción también aceptada
por Carlos Marx, el valor de una mercancía está constituido, además de la satisfacción que produce
al consumirlo o usarlo , por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su elaboración y por
consiguiente la ganancia no es más que trabajo realizado por quienes la elaboran, no retribuido por
quien los ha contratado para ello.
Pero para nuestros propósitos bastará con aceptar que todos están de acuerdo en que el dinero mide
el valor de un producto elaborado para su venta, entendido como la suma de todos sus componentes,
la ganancia incluida, en términos de unidades monetarias cada una representando una determinada
magnitud de valor.
¿Cómo se determina la magnitud de valor de la unidad monetaria, el dinero? ¡Esa es la cuestión! Si
le hiciéramos la pregunta a Perogrullo nos contestaría diciendo que su valor está determinado por
todo lo que puede comprar con él y tendría razón, toda vez que su propiedad es ser una magnitud
equivalente de valor de cualquier mercancía o servicio que se encuentre en el mercado, “espacio
social” en el cual se venden y compran las mercancías y los servicios.
En Cuba el valor de un CUP, también denominado peso cubano, es todo lo que se puede comprar
con él y el valor de un CUC es equivalente a lo que se puede comprar con 25 CUP, con lo cual y al
margen del por qué la relación de intercambio entre el CUP y el CUC es de 25 por uno y no otra, la
cuestión es determinar el valor de un CUP que existe como unidad básica del valor en Cuba.
Hasta el 31 de diciembre de 1958 el peso cubano equivalía a un dólar norteamericano de la época,
que a su vez era equivalente al oro a razón de una relación de intercambio oficial y real garantizada
por parte del Banco de la Reserva Federal, el banco central norteamericano, de 35 dólares por una
onza de oro, el equivalente universal, con lo cual el peso cubano tenía un contenido de valor muy
preciso con cualquier otra moneda del mundo y desde luego con relación a todo lo que se vendía y
compraba en Cuba. Pero el 1 de enero de 1959 “Llego el Comandante y mando a parar” y nunca
más hubo un cambio “libre” único del peso con el dólar y se instauró un cambio oficial de 1 por 1
por el Banco Nacional, pero únicamente para quienes el banco decidía venderle dólares, pero ahora
por razones sociales y ya no individuales y privadas. A partir de la creación del Ministerio para el
Comercio Exterior, MINCEX, únicamente el Estado a través de sus organismos y empresas podía
acceder a dólares u otras divisas y todas las importaciones pasaron a ser exclusivas de ese nuevo
Ministerio en 1961.
No obstante lo sucedido, el Gobierno Revolucionario mantuvo y mantiene hasta el día de hoy, desde
hace ya 59 años, el tipo de cambio del peso por el dólar a razón de uno por uno y así se registra
oficialmente en la contabilidad de toda institución o empresa del Estado Cubano. Sin entrar a
analizar esta decisión, en verdad sus consecuencias fueron únicamente el registro en las
contabilidades de organismos y empresas de compras y servicios importados a ese tipo de cambio
de 1 peso por 1 dólar norteamericano, con lo cual la expresión de todas las magnitudes de valor en
el país eran medidas directa e indirectamente sobre la base de ese tipo de cambio.
Ya desde los años ochenta del siglo pasado el Estado Cubano estableció una cadena de tiendas en
las que se vendían artículos importados y nacionales sin restricción cuantitativa pero en monedas
convertibles extranjeras a quienes dispusieran de ellas, tanto turistas como residentes. Esto provocó
que el tipo de cambio no oficial que surgió en” el mercado libre de la calle”, llegara a ser hasta de
150 pesos cubanos por un dólar norteamericano a la par que todas las transacciones con el exterior
hechas por el Estado se realizaban al tipo de cambio de un peso por un dólar norteamericano.
Ya en los años noventa estas tiendas se generalizaron para toda la población, pero con un impuesto
a la venta del 100%. Pero en el año 2004 se suspendió la venta en monedas extranjeras y se creó
para ello una nueva moneda, el peso cubano convertible a un tipo de cambio de 1 peso convertible
denominado CUC por 1 dólar norteamericano, estableciéndose un tipo de cambio de 25 pesos
cubanos, denominados ahora CUP, por 1 CUC. Pero en ese mercado oficial se vendían CUC por
pesos CUP y viceversa y se cambiaban monedas extranjeras convertibles por CUC, pero no se
vendían monedas extranjeras a cambio de CUC ni de CUP.
Con la creación del CUC se creó en Cuba un área económica en que las transacciones por ventas de
bienes y servicios se realizaban en CUC y las compras necesarias para producirlos en CUP y en
CUC en paralelo, e interrelacionada con el área en que circulaba el CUP. Un ejemplo de lo que
empezó a suceder permite aclarar la situación creada.
En un mercado de venta de productos agropecuarios a la población , si estos eran acopiados y
traídos hasta el mercado por una empresa estatal sus costos eran enteramente en CUP, desde el valor
del camión contabilizado como un activo expresado en una suma de pesos cubanos CUP igual al
monto de los dólares pagado por él, con un combustible subsidiado valorado en CUP, salarios de
los transportistas en CUP y gastos de mantenimiento del vehículo en esa misma moneda, pero de
hacerlo un intermediario privado todos esos gastos debían ser sufragados en CUC y por
consiguiente el costo total de los productos llevados hasta el mercado debían ser calculados sobre la
base de multiplicarlos por 25, el tipo de cambio del CUC en CUP para llevarlo a esa moneda con la
cual compra el pueblo consumidor que cobra sueldos y salarios en CUP. Obviamente la función de
intermediario resulta “mucho más cara” en un caso que en el otro.
En una economía como la cubana que se acerca a poder recibir unos 5 millones de turistas al año,
uno por cada dos cubanos, los particulares que pueden hacerlo aprendieron a exportar servicios
convirtiendo el alquiler de sus casas y automóviles que venden en CUC así como servicios de
restauración.
Todo ello ha conducido a que en Cuba exista una economía que puede catalogarse de
”esquizofrénica” por poseer dos “personalidades distintas”, pero interconectadas y no por la
dualidad del CUC y del CUP toda vez que entre ambos hay una muy clara y definida relación
cuantitativa, si no que por mezclar productos importados valorados a dos tipos de cambio
diferentes, unos, la mayor parte de las importaciones al cambio de 1 CUP por dólar y en el interior
de Cuba otros al tipo de cambio de 1 dólar por 25 CUP, pasando por el CUC como simple
intermediario. Y lo que es más grave aún y es el centro del problema: ¿Cuál es el correcto tipo de
cambio que debe haber entre el CUP y el dólar norteamericano?
El día en que eso quede determinado también lo será el valor de todas las mercancías y servicios
que se venden y distribuyen en Cuba. Pero eso tomara el tiempo necesario para que hasta los
recursos productivos, edificios, equipos, maquinaria, inventarios de materias primas y de piezas de
repuesto, etc. existentes que se utilicen hayan ya sido contabilizados según el nuevo tipo de
cambio entre el CUP y el dólar norteamericano a los efectos de poder calcular costos y precios
reales y si estos últimos son subvencionados, conocer el verdadero valor del subsidio. Mientras
tanto, la economía cubana seguirá siendo esquizofrénica hasta que el tratamiento la logre curar.
II.- El problema cubano de lograr una unificación monetaria.
Resolver en Cuba el problema del uso de dos monedas diferentes es más difícil de lo que la gente
piensa. Es “un ajuste de cuentas” con el pasado. Y para decirlo en términos técnicos, es un momento
de la conjugación realista de lo macroeconómico con lo microeconómico.
Algunas definiciones necesarias.
El dinero es el módulo de valoración de todos los productos y servicios y su registro es la
contabilidad, que para toda persona natural o jurídica expresa que posee, como diferencia entre los
que se tiene y lo que se debe.
“La contabilidad es la técnica que se encarga de estudiar, medir y analizar el patrimonio, situación
económica y financiera de una empresa u organización, con el fin de facilitar la toma de decisiones
en el seno de la misma y el control externo de la misma , presentando la información, previamente
registrada, de manera sistemática y útil para las distintas partes interesadas”…… “La finalidad de la
contabilidad es suministrar información en un momento dado de los resultados obtenidos durante un
período de tiempo, que resulta de utilidad a la toma de decisiones, tanto para el control de la gestión
pasada, como para las estimaciones de los resultados futuros, dotando tales decisiones de
racionalidad y eficiencia.”(Wikipedia)
Pero poder medir un patrimonio, una corriente de insumos productivos o la resultante de una
actividad productiva, requiere que todos esos elementos dispares puedan ser convertidos a una
unidad de medida única de algo común en todos ellos, lo que se denomina valor, para lo cual el
módulo de medida es una unidad monetaria con una cierta magnitud de valor.
Este prolegómeno, evidentemente conceptual y teórico, es imprescindible para poder situar la
problemática de la definición de la unidad monetaria de un país como Cuba, en su correcta
perspectiva.
Tratemos de definir el problema correspondiente que se le presenta a las autoridades cubanas, que
ellas denominan la unificación monetaria de dos monedas legales diferentes que circulan
simultáneamente en el país, el peso cubano tradicional (CUP) y el peso cubano convertible (CUC),
con una relación oficial y practica de equivalencia de 25 CUP por 1 CUC.
Un poco de historia y el problema que se confronta
Hasta el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959, la moneda vigente en el país era el
peso, que en la práctica se cotizaba con el dólar norteamericano con una relación de cambio de 1 a
1. Este último hecho le concedía al peso cubano la imagen de una moneda fuerte, indirectamente a
su vez convertible en oro a la tasa de 1 onza de oro por 35 dólares. Por esas razones es
comprensible que desde sus inicios el Gobierno Revolucionario Cubano mantuviera al peso como
unidad monetaria, aunque ya desde ese mismo momento tanto en la práctica como en los bancos y
casas de cambio, dejó de regir la equivalencia de 1 a 1 con el dólar norteamericano, pero si se la
conservó a los efectos legales y contables. Vale decir, que un producto norteamericano importado
que hubiera costado 100 dólares era contabilizado por el comprador cubano a un valor nacional de
100 pesos.
También por razones políticas y para la defensa del poder de compra de la población cubana, en la
medida en que el Estado pasaba a ser dueño de una actividad comercial o productiva, se
conservaban los correspondientes precios de venta que regían al principio de la Revolución.
La congelación en el tiempo, tanto del tipo de cambio de 1 a 1 con el dólar norteamericano y por su
intermedio con otras divisas extranjeras, como de los precios nacionales, se mantuvo durante
décadas, al cabo de los cuales los valores de los registros contables de las empresas si bien
expresaban números, más o menos bien interrelacionados según fuera la calidad de la contabilidad
correspondiente, ya no tenían ninguna significación real en términos de medida objetiva de
valores. Inclusive ya estando vigente el CUC o peso convertible, un equipo o una mercancía
cualquiera importada por una entidad estatal a un costo equivalente a X dólares norteamericanos era
registrada contablemente como un valor de X antiguos pesos cubanos, denominados ahora como
CUP.
Si le sumamos el efecto del retraso con que los precios históricos fueron ajustándose a las nuevas
condiciones de producción al de contabilizar importaciones al tipo de cambio inamovible de 1
dólar por 1 peso CUP, el resultado es que en la actualidad los valores registrados en las
contabilidades de las empresas estatales no tienen absolutamente ninguna significación
económica real y no representan ninguna información adecuada para cualquier análisis
económico-financiero.
He aquí el problema fundamental que se confronta en Cuba para lograr la unificación
monetaria que permita valorar objetivamente la significación económica real de cualquier
bien o servicio en su economía mediante una sola moneda.
¿Qué hacer?
Por una parte, hay que definir cuál de las dos monedas actualmente vigentes, el CUP y el CUC,
devendrá la moneda única de circulación legal en Cuba. La generalización de la aceptación en todos
los comercios que venden productos valorados en CUC de su pago también en CUP al tipo de
cambio de 25 CUP por 1 CUC, parece indicar que este problema se resuelve conservando el CUP
con el cual en general se pagan sueldos y salarios, como moneda única.
Por otra parte, se debe definir el tipo de cambio del peso CUP con el dólar norteamericano y por
su intermedio con las demás divisas extranjeras según sus cotizaciones en el mercado financiero
mundial, sea este 25 a 1 u otra magnitud. Las importaciones que hace Cuba equivalen al 40% de su
PIB. Esta realidad hace que resulte determinante para la conformación de precios internos el tipo
de cambio al cual se deben convertir pesos cubanos en monedas extranjeras.
Y sobre la base de la definición de la moneda única cubana y de su tipo de cambio con las
divisas extranjeras, es que se podrá atacar al enorme problema de lograr dotar a la economía
cubana de registros de valor objetivos y por consiguiente confiables, para poder realizar los
cálculos y análisis económicos de todo tipo y finalmente determinar de la manera más realista
posible los precios internos y los salarios.
¿Cómo lograr registrar objetivamente el valor?
En otras palabras, de lo que se trata es de” medir y analizar el patrimonio, situación económica y
financiera de una empresa u organización”, lo que se aplica a toda entidad económica existente
en la sociedad cubana.
Básicamente, la contabilidad de una empresa se compone de dos conjuntos de registros,
supuestamente verdaderos en la medida en que reflejan hechos reales, basados en el principio
de equivalencia según el cual todo lo que la empresa posee (activos) también lo debe (pasivos). O
sea, diferencia:
entre lo que posee, que debe ser igual a lo que debe, más o menos su valor neto. Este último
puede ser positivo, reflejando la suma de las ganancias logradas durante todos los ejercicios
de su existencia hasta la fecha, vale decir su patrimonio, o bien negativo, lo que significa
que a esa fecha debe un valor mayor del que posee. Y ese patrimonio la empresa lo debe a
sus propietarios y si es negativo, a sus acreedores.
entre sus ingresos por ventas de bienes y servicios y los gastos ocasionados por los costos
incurridos para ello durante un ejercicio, siendo la diferencia la ganancia o la perdida
obtenida durante el periodo durante el cual fueron registrados.
Al finalizar cada ejercicio, la ganancia o la perdida se suma a su patrimonio,
incrementándolo en el primer caso y disminuyéndolo en el segundo. Así se integran los
registros de lo acontecido en el pasado con el nuevo ejercicio que acaba de terminar.
Empecemos por lo más fácil de corregir.
La contabilidad de ingresos y gastos
Previa definición de cuál es a partir de ese momento la unidad monetaria nacional y su tipo de
cambio con el dólar y demás divisas extranjeras, debe decidirse por quien puede hacerlo que, a
partir de una determinada fecha, toda empresa o entidad económica registrará tanto sus ingresos
como sus gastos a los nuevos precios vigentes resultantes en esa economía. Pero si los insumos
utilizados provienen de su propio inventario contabilizado a precios antiguos anteriores a los nuevos
en vigencia a raíz de la utilización de la nueva unidad monetaria y del nuevo tipo de cambio,
deberán también ser registrados como salidas de inventario en sus correspondientes cuentas a
los antiguos precios, hasta el total agotamiento de cada inventario.
Pero los salarios pagados serán contabilizados a sus nuevos niveles que eventualmente se
determinen, expresados en la nueva unidad monetaria, que será el mismo CUP pero ahora con
un nuevo tipo de cambio con las divisas extranjeras.
A los costos directos de producción se agregarán magnitudes, que deberán ser estimadas en la
nueva unidad monetaria, para la amortización de equipos e implementos, así como de las
construcciones, cuyos valores deberán ser calculados a partir de su costo de reposición verdadero o
en su defeco estimado, con la nueva moneda y el nuevo tipo de cambio.
Resumiendo, es factible lograr una contabilidad adecuada de ingresos y gatos desde el momento en
que se decida hacerlo, aunque hasta el agotamiento de los antiguos inventarios seguirán
conformándose los costos de manera imperfecta.
Corregir la contabilidad de lo que posee y de lo que debe cada empresa e institución es mucho más
difícil y tomara más tiempo.
La contabilidad de lo que posee y debe una empresa
Podría pensarse que lo que se altere o modifique en los registros del patrimonio de una empresa
concierne solamente a esa empresa y por tanto a sus responsables, mientras que lo que afecte a sus
deudas y obligaciones afecta a terceras personas y está basado en una documentación legal.
Digamos, como ejemplo, que la empresa en cuestión tiene una deuda con su banco por un préstamo
recibido para comprar un equipo importado que adquirió a un precio a su vez calculado sobre la
base de un tipo de cambio de 1 CUP por 1 dólar. Contractualmente la empresa deudora puede y
debe pagar su deuda al banco en pesos CUP y en principio revalorizar el registro contable del
equipo comprado según el nuevo tipo de cambio CUP por dólar, con lo cual habrá incrementado su
patrimonio en CUP. Pero ello alteraría el principio de equivalencia que rige en la contabilidad toda
vez que esa acción no afectaría la contraparte de sus obligaciones. Sería una operación que no
tendría ninguna justificación salvo la expresión de una acción unilateral de la empresa sin la
existencia de un documento legal que la respalde. Pero a su vez continuará pagando su deuda
al banco ahora en la nueva moneda, pero nueva únicamente en su relación de cambio con las
divisas extranjeras.
Como la contabilidad es intocable sin un documento que avale cualquier registro, a su vez basado
en un hecho real, el nuevo tipo de cambio del CUP por dólar no puede afectarla hasta tanto no
efectúe operaciones que lo conlleven, por ejemplo la compra de materias primas importadas
vendidas en CUP al nuevo tipo de cambio, o la compra de materias primas nacionales a un nuevo
precio derivado de esa devaluación .Por consiguiente, aunque se sepa que los valores reflejados
tanto en el patrimonio como en las obligaciones de las empresas ya no tienen ninguna significación
real, habrá que seguir contabilizando de ahora en adelante las nuevas operaciones a nuevos precios
a consecuencia del nuevo tipo de cambio del CUP, durante un muy largo periodo de tiempo
mientras se vayan “renovando” gradualmente activos y obligaciones de cada empresa y
adquiriendo poco a poco una significación real del valor registrado .
Control e información
Como se estableció al principio, la contabilidad es un método necesario para obtener control de lo
que sucede en una empresa y para lograr información necesaria a los efectos de evaluar su
comportamiento, sus resultados y su eventual futuro.
El análisis realizado de las consecuencias de la unificación monetaria y de la determinación de un
tipo de cambio realista de la unidad monetaria cubana con las divisas extranjeras, a pesar de sus
considerables efectos en una economía en que alrededor del 40% del PIB es de origen importado,
permite decir que ello no tendrá ninguna consecuencia negativa en el valor que la contabilidad tiene
como método de control de lo que sucede en una y en todas las empresas e instituciones del país. En
la medida en que todos los actos de una empresa que comprometen su patrimonio queden
fehacientemente registrados en el momento oportuno, el principio de la equivalencia o partida
doble de la contabilidad asegura el control de todo lo hecho.
Es como instrumento de información que pese al logro de la unificación monetaria y la definición
de un tipo de cambio realista, que la contabilidad en Cuba y durante bastante tiempo, tendrá
limitaciones de verosimilitud.
Pero no lo será en la contabilización de ingresos y gastos de cada ejercicio toda vez que ambos
registros se irán modificando en la medida en que cobros y pagos se vean afectados por las
consecuencias de la reforma monetaria, dejando constancia de las modificaciones reales que
provocara para cada empresa, y su seguimiento permanente brindara informaciones necesarias para
que la administración de cada empresa tome las medidas del caso y proceda a efectuar los ajustes
consecuentes de sus precios de venta. Por consiguiente, habrá información sobre el resultado del
ejercicio que permita determinar un margen de ganancia o de perdida y de que magnitud, tanto
absoluta como relativa y sobre esa base hacer proyecciones futuras.
Diferente será el caso en lo que se refiera a sacar conclusiones de los montos de los activos, de lo
que posee, y de los pasivos, las obligaciones de la empresa, toda vez que los números
correspondientes arrojarán magnitudes de valores totales irreales. Por consiguiente, la utilidad de
esas informaciones no rebasará durante mucho tiempo el alcance de sus variaciones porcentuales de
periodo en periodo, positivas o negativas, y las proporciones de los diferentes grupos significativos
de cuentas dentro del balance de situación de cada empresa, tales como la relación entre sus activos
líquidos y sus compromisos de pago de deudas. El valor que arroje el balance de situación de los
activos fijos, construcciones, maquinaria y equipos, no tendrá por mucho tiempo ningún sentido
real.
Modificaciones en los precios conllevará modificaciones de los salarios
Para quienes reciben sus ingresos bajo la forma de salario, el irreversible aumento de los precios de
lo que compra para vivir en los nuevos CUP reducirá su poder de compra y como en Cuba no se
conciben “tratamientos de shock” para resolver desproporciones económicas, el aumento de los
precios expresados en CUP deberá ser continua y diariamente monitoreado por el Gobierno a los
efectos de ir reajustando obligatoriamente esos salarios en las proporciones compensatorias
mientras duren las consecuencias de ese proceso de eliminación de la dualidad monetaria y de
determinación de un nuevo tipo de cambio del CUP con las divisas extranjeras. El proceso llevara
un tiempo de duración difícil de predecir a priori, aparentemente inflacionario pero realmente de
reajuste de las magnitudes de los valores vigentes en Cuba expresados en la nuevamente definida
unidad monetaria.
¡Pobres CUP y CUC a quienes se les echa la culpa de las confusiones existentes y de tener que ir a
la CADECA para cambiar una en otra moneda! Quien iba a pensar que el problema era un ajuste de
cuentas con el pasado.
Charles Romeo
La Habana, 24 de abril del 2018
Notas sobre el autor.
Charles Romeo, economista franco-chileno, se incorporó a la Revolución Cubana en marzo de 1959
cuando trabajaba en la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Tiene una amplia y
diversa trayectoria que incluye la docencia en varias universidades y su desempeño como
funcionario de organismos estatales de Cuba: INRA, Ministerio de Industria, la Comisión de
Colaboración Científica y Económica, y el Ministerio de la Agricultura. Fue colaborador de Ernesto
Che Guevara y de Carlos Rafael Rodríguez. Posee una vasta experiencia empresarial, siendo
fundador de las corporaciones CIMEX y HAVANATUR, gerente de varias compañías propias,
administrador de una sociedad hotelera, gerente de una sociedad mixta en Cuba, y consultor de
empresas extranjeras. Es el autor de libros y artículos sobre temas de economía política, comercio
exterior, desarrollo, teoría socialista, educación y testimonio.
La escala de complejidad.
Los calificadores.
La escala de pagos extracalificatorios.
El listado de puestos y actividades con condiciones extracalificatorias.
Las tarifas.
La cantidad en el sistema salarial está dada por:
Debe ser única para todos los sectores y ramas del país.
Debe contemplar todos los grados de complejidad existentes.
Los incrementos entre grupos y de la escala en general deben ser exponenciales.
Calificadores
Se debe elaborar un calificador común por cada categoría ocupacional donde se encuentren
aquellos cargos que se repitan en más de una rama de la economía.
Elaborar tantos calificadores propios como sean necesarios para las distintas ramas.
Debe lograrse que en las familias de cargos exista una clara diferencia entre un cargo y otro.
Debe de eliminarse el nivel escolar general así como la habilitación en cursos de cada uno de
los cargos en evitación que un graduado pueda optar por diversos cargos. La titulación debe
ser específica y jugar con el contenido de trabajo.
Debe de elaborarse la metodología de evaluación del trabajo sobre bases científicas así como
las metodologías para evaluar las uniones, las empresas y las UEB enfatizando en el número
de trabajadores ya que la función primordial de un directivo recae en lograr que los
trabajadores cumplan cabalmente sus obligaciones.
Los requisitos de cada puesto de trabajo o cargo deben corresponder al contenido de trabajo.
Escala de pagos extracalificatorios
La misma comprende aquellos trabajos que requieren un esfuerzo físico y/o mental sin que se altere
su calificación, dentro de ellos el esfuerzo físico, los trabajos que conllevan suciedad y pestilencia,
ruido, vibraciones, nocturnidad, turnos partidos, albergamiento, etc., sobre los cuales debemos
accionar para su eliminación, pero si esto no fuera posible, debemos de considerarlo en el pago.
Listado de puestos y actividades con condiciones extracalificatorias
Comprende la denominación del cargo o actividad, la entidad para la cual se aprueba y el grupo de
la escala extracalificatoria. La metodología para la evaluación de las mismas debe ser única.
Tarifas
Las tarifas pueden ser por complejidad y por factores extracalificatorios.
Formas de pago
Las formas de pago son dos: a tiempo y por rendimiento en correspondencia con el principio de
pagar por la calidad y cantidad (la cantidad de trabajo se mide por el tiempo laborado o por la
cantidad der productos elaborados).
Las formas de pago tienen diversos sistemas de acuerdo con las características del proceso
productivo o de servicios.
En la aplicación de los diferentes sistemas de pago hay que tener presente:
Para quienes están preocupados por el respaldo productivo, quiero señalar que durante los
últimos cuatro años (2014-2017) en que se implementaron las resoluciones 17 y 6 del
MTSS, según estimados, el PIB (valor agregado bruto a nivel nacional) solamente ha
aumentado en un 6%, mientras que el salario lo hace en un 60%; por cada por ciento de
crecimiento del PIB se ha pagado el 10% de salario
Los trabajadores conocen su salario cuando van a cobrar.
En el caso de que el coeficiente de distribución salarial sea alto, todos los trabajadores de la
empresa cobran el mismo salario excepto el director.
Los trabajadores de las UEB pueden devengar un salario superior al de la empresa y la
unión.
No contribuye a que la pirámide salarial sea correcta.
Una empresa que planifica pérdidas cobra todo el salario y, sin embargo, las que están dentro
del sistema, frente a pérdidas, cobran el salario escala de complejidad.
En las UEB, las empresas y la uniones hay personal que no incide en la producción.
Las OSDE o uniones no producen valor agregado bruto.
Este sistema es único en el mundo, no hay antecedentes sobre el mismo, estimulando tanto
al que hizo un buen trabajo como a quien no lo hizo.
Reflexiones sobre el pago a destajo
Es inconcebible que se adopten medidas relativas a pagar a destajo cuando no existen normas, y si
existen, son generalmente elementales diseñadas burocráticamente, pues la casi totalidad de las
empresas y UEB carecen de organizadores del trabajo debidamente calificados para estos
menesteres, y los directores de Recursos Humanos, por regla general, no saben nada de la
organización del trabajo y los salarios
Reflexiones sobre los lineamientos salariales
Opinamos que no ofrecen una esperanza a los trabajadores, al decir que el sector de servicios
recibirá incrementos cuando la economía lo permita y mantendrá el pago por resultado en el sistema
empresarial.
Pensamos que las resoluciones 17 y 6 del MTSS referidas fundamentalmente al pago por resultado,
se parecen mucho a las medidas neoliberales adoptadas en otros países, y decimos esto porque en
55 años de revolución anteriores a la promulgación de las mismas, jamás se ha reducido el salario
de los trabajadores por incumplimiento de los indicadores planificados. En estas resoluciones se
disminuye el salario por causas no imputables a los trabajadores, como pueden ser: aumento de los
precios de las materia primas y materiales, roturas, lluvia, entrada tardía de las materias primas, etc.
Esperamos el análisis y la toma de medidas por la dirección superior del país, ya que tal y como
señaló el General de Ejército Raúl Castro, los salarios actuales no satisfacen el costo de la vida con
su secuela de inconformidad, violación de los principios éticos, incumplimiento de las leyes,
soporte adverso al desarrollo económico y social, y, sobre todo, laceran a la Revolución.
Reflexiones sobre el Plan Técnico Económico