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también se conoce con el

ADICTOS
nombre de ‘workaholism’.
es la alteración que
sufren aquellas
personas que realizan

AL TRABAJO
interminables jornadas
laborales y observan
este hecho como algo
normal. En el trabajo
se sienten mejor que en

el problema de quien ningún sitio, abandonan

sus ‘hobbies’, a su familia

no sabe decir ‘basta’ y sus amigos para vivir

en un mundo propio que
no va más allá de las
cuatro paredes de una
oficina. aunque ésta es
una adicción aceptada a
nivel social, los expertos
advierten de que puede
repercutir de forma muy
negativa sobre la salud.

T rabajar durante interminables jor-

nadas laborales, no desconectar ni durante
las vacaciones ni el fin de semana, sentir-
se culpable cuando se descansa algunas
horas o días seguidos, hacer varias cosas
al mismo y, pese a planificar todas las ta-
reas, tener la sensación de que nunca se da
abasto para cumplir con los cometidos que
se tienen entre manos son sólo algunos de
los síntomas que pueden hacernos pensar
Se trata de empleados o directivos que asocian
tanto el éxito personal al deseo de triunfar
en el trabajo que llegan a descuidar muchos
aspectos importantes de la vida privada
en que somos adictos al trabajo. Esta alte-
ración, que algunos psiquiatras enmarcan
dentro de los trastornos de personalidad
obsesivo-compulsivos, también se cono-
ce como “workaholism”, un concepto que
acuñó en 1971 el psicólogo norteameri-
cano Wayne Oates en su obra “Confesio-
nes de un ‘Workaholic’: las causas de la
adicción al trabajo”. Este término deriva
de las palabras inglesas “work” (“trabajo”)
y “alcoholism” (“alcoholismo”). Se trata,
pues, de una especie de embriagadez labo-
ral de la que, según los expertos, no logra
desengancharse un 8% de los trabajadores
de nuestro país. Es, precisamente, el mis-
mo porcentaje al que se refiere un estudio
realizado por la Organización Mundial del
‘Karoshi’
Japón es uno de los países del mundo
donde la cultura del trabajo está más
arraigada. Tanto es así que el vocabu-
lario nipón cuenta con una palabra que
designa el concepto de “morir por so-
bresfuerzo de trabajo”. Es “Karoshi”,
un término que se empezó a utilizar
en la década de los ochenta ligado al
“boom” de muertes que se produjo
en el país a consecuencia de infartos
fruto de los excesos en las obligacio-
nes laborales. El apego nipón al traba-
jo también se deja ver en expresiones
que han hecho fortuna en castellano
como “hacer una huelga a la japone-
sa” o realizar una protestar siendo
más productivos que nunca.

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La mayor parte de ‘workahólicos’ son hombres
que tienen de 35 a 55 años y trabajan en
profesiones liberales
Trabajo (OIT) para señalar la proporción
de empleados españoles que dedican más
de 12 horas al día a su profesión para huir
de los problemas personales.
perfil del ‘workahÓlico’
Los expertos en psicología laboral coin-
ciden en señalar que la adicción al traba-
jo es más frecuente en hombres que en
mujeres (aunque algunas fuentes tam-
bién apuntan a que la progresiva incor-
poración femenina al mercado laboral
ha supuesto un incremento en el número
de trabajadoras que imitan este tipo de
patrones tradicionalmente masculinos).
Además son los profesionales que tienen
entre 35 y 55 años quienes resultan más
propensos a caer en las redes de una acti-
vidad de trabajo sin medida.
En cuanto a los profesionales que corren
un mayor riesgo de quedar atrapados
por una vida laboral incesante están los
empleados en carreras liberales, como
economistas, médicos, abogados, eje-
cutivos o periodistas. Un punto que los
psicólogos consideran muy remarcable
es que las personas afectadas por esta al-
teración no dedican horas desorbitadas a
sus quehaceres laborales por una cues-
tión de necesidad económica, sino que
se pasan un tiempo desproporcionado
en el trabajo sólo porque allí se sienten
mejor que en ningún otro sitio.
Según distintos expertos, el “workahóli-
co” sufre una adicción psicológica tal al
empleo que llega a crear un mundo pro-
pio alejado de su familia, de sus amigos
y de sus aficiones, mira el reloj de forma
constante, no consigue desengancharse
ni del móvil ni del ordenador personal y
tiene un afán por el trabajo condicionado
por diversos aspectos. Entre ellos está la
búsqueda de poder y de prestigio, o te-
ner una personalidad demasiado perfec-
cionista. Aunque los propios entendidos
también indican que la adicción laboral
puede relacionarse con la inadpatación
social, el miedo al fracaso o un senti-
miento de inferioridad que hace que el
“workahólico” sólo se valore en función
de los logros que consigue en su vida
profesional. Los psicólogos señalan que
otra característica común de la adicción
al trabajo es que las personas afectadas
por este transtorno sólo reconocen su es-
tado de estrés cuando sienten las conse-
cuencias físicas del mismo.
problemas de salud
Las consecuencias sobre el organismo
derivadas de llevar un ritmo laboral tan
alto son múltiples y, en algunos casos,
preocupantes. Los “workahólicos” acos-
tumbran a ser personas que viven en
un estado de irritabilidad permanente,
sufren de fatiga acumulada y tienden a
tener problemas de insomnio. Además, el
estado de nervios en que se encuentran
los adictos a trabajos estresantes hace
que la hipertensión arterial sea una pato-
logía frecuente en estos individuos.
Adicción laboral
8% Es el número de españoles que
se calcula que sufren “workahol -
ismo” o una adicción desmesurada
por el trabajo sin límites.
35-55 años. Entre estas edades es
cuando más se desarrolla esta alter-
ación en torno al empleo.
80% Se trata del porcentaje de em-
presas que premian el rendimiento
de sus empleados por encima de sus
límites y posibilidades, según seña-
lan estudios realizados por diversas
consultoras de Recursos Humanos.
En último extremo, los “workahólicos”
pueden sufrir úlceras de estómago o, in-
cluso, ataques al corazón.
el papel de las empresas
A nivel productivo, un adicto al trabajo
es una persona que tiene un alto grado
de competitividad profesional, está hi-
permotivado, dedica al empleo más horas
que nadie y resulta un ejemplo para los
demás compañeros. Todas estas caracte-
rísticas (que, a priori, son beneficiosas pa-
ra cualquier empresa) también tienen un
lado negativo ya que los expertos señalan
que, con el paso del tiempo, los “work-
ahólicos” acaban por caer en depresiones
y toman largas bajas laborales.
Otras voces indican que la cultura de
empleo que existe en España favorece
la aparición de individuos apegados al
trabajo patológico. Por ejemplo, desde la
Según los expertos, la adicción acaba cuando
se dedican ocho horas a trabajar, otras tantas
al ocio y las mismas a dormir
Asociación para la Racionalización de los
Horarios Españoles (ARHOE) se apunta
a que en nuestro país está muy extendida
la idea de que cuantas más horas se pasan
en el trabajo, mayor es la productividad
del empleado (un concepto que, según
ARHOE, es distinto en un gran número
de estados europeos, donde se conside-
ra que los trabajadores que extienden su
jornada laboral son poco eficientes, ya
que no han sido capaces de realizar sus
tareas en el tiempo estipulado).
Puede que tras leer este artículo usted se
haya sentido identificado con esta adic-
ción relacionada con los quehaceres pro-
fesionales. Si es así, todo tiene solución.
Según los especialistas, dejar de ser un
“workahólico” pasa por recibir una psi-
coterapia adecuada para lograr un equili-
brio entre las horas que se dedican al em-
pleo y a la vida personal. En este sentido,
Política de ‘luces apagadas’
Con el objetivo de concentrar la ac-
tividad profesional dentro del horario
establecido, algunas empresas han
puesto en marcha sistemas de “luces
apagadas”. Esto es, la oficina queda
a oscuras cada día a una hora deter-
minada (una vez que ya ha acabado
el tiempo estipulado de trabajo) para
obligar a que los empleados aban-
donden sus puestos laborales). Las
compañías que se deciden por aplicar
esta política pretenden que los traba-
jadores aprovechen mejor las horas
que pasan en la oficina.
los especialistas se rigen por el esquema
modélico que se basa en ocupar ocho ho-
ras al día a la actividad profesional, otras
tantas al ocio y el resto a descansar. Este
planteamiento idóneo queda en entre-
dicho por la realidad laboral que se vive
hoy en día, en que muchos empleados
son adictos al trabajo, más que por causas
patológicas, por la necesidad que tienen
de llegar a fin de mes. ¬

El apunte

Los expertos consideran que el lla-

mado “workaholism” es una adic-
ción bastante moderna, como puede
ser el hecho de engancharse a Inter-
net o, salvando las distancias, a las
drogas de diseño. Eso sí, el apego
sin límites al trabajo es una adicción
socialmente aceptada.

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