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Attila Laura
Rivara Samantha
Sessa Candela
López Boffadossi Yanel
Vazquez Luisina
El golpe del 24 de marzo de 1976 había sido esperado por un gran sector de la sociedad,
por lo que nadie se sorprendió demasiado cuando se produjo. Para esta época la idea de industria
nacional era sinónimo de decadencia, conflicto social e inflación. Quienes tomaron el poder se
auto denominaron como “Proceso de reorganización nacional”, prohibiendo el accionar de los
partidos políticos y reprimiendo a la sociedad generando un clima de terrorismo de estado que
evidenciaba el abuso de poder, la sumisión de la justicia y el apoyo de ciertas agrupaciones
privadas. Esto se acompañó de una nueva organización financiera, que establecía un libre
mercado favoreciendo la entrada de empresas internacionales, que disolvieron a las pequeñas y
medianas empresas del país. Este modelo económico se aplicó de manera semejante a la
educación, donde se favoreció la enseñanza privada y las cooperadoras escolares, por ejemplo,
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en la escuela pública se tomaba al alumno como una especie de cliente o consumidor. Además el
discurso pedagógico se copó de términos económicos como “tasa de retorno” “capital humano”
“eficacia” “eficiencia” y la noción de “currículum” nace con la dictadura, reemplazando la idea
de “programa”. Además la igualdad fue sinónimo de “igualdad de resultados”. Toda esta
tecnocracia construyó un sujeto pedagógico asocial, individualista, racional y planificador.
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patriarcado, propiedad privada, buen gusto, lenguaje correcto). Además se crea una escuela de
capacitación docente el PROCAD que otorgaba puntaje a los docentes que lo aprobaran,
pudiendo así controlar y adoctrinarlos para que respondan al nuevo modelo pedagógico. Se
prohíbe, por ejemplo, a pedagogos como Paulo Freire y se utiliza en su lugar a Robert Gagné
Jean Piaget y Jerome Bruner. Se crea el diseño curricular en 1981 que tuvo la capacidad de
establecer las reglas del debate pedagógico y didáctico. Este documento sería llamado “El libro
gordo de petete” por sus 1383 páginas. El docente no podía participar de decisiones pedagógicas
ni sugerir bibliografía ni dar opiniones y además debía cuidar su aspecto físico. La higiene
personal y la corrección, el cabello corto y la barba afeitada eran símbolos que una persona tenía
“un mínimo de respeto por el ser humano” también el control constante se evidencia en la
arquitectura de las nuevas escuelas construidas en los sectores de clase media y alta. Estas
presentaban pasillos convertibles en patios y talleres, pocos espacios verdes, desniveles, mesadas
para trabajos de ciencias, aulas intercomunicadas por puertas corredizas, pizarrones articulables,
pantallas de proyección, paredes vidriadas; en concordancia con la noción de enemigo interno.
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contrario) y formaba personas fácil de controlar. El profesor se convierte en un ejecutor de la
política dictatorial que daba el contenido como si fuera una receta de cocina, ahora usted mezcla
huevos con harina, y se convertirá en un ser creativo. El estadounidense Henry Giroux habla
hace una crítica sobre esta función docente predominante en su país cuando dice que el profesor
es una especie de ejecutor que piensa a la enseñanza como una ciencia aplicada donde interesa la
producción. En esta época, muy poco podía pensar el profesor, ya que el libro gordo de petete
ponía las reglas y las pautas de cómo debían actuar y ser. Ni hablar de métodos de evaluación
consensuados, ninguna alternativa de las que habla Anijovich era posible. El profesor se
convertía al momento de evaluar en una especie de juez y verdugo. El conocido “Saquen una
hoja” podía significar un castigo que obliga a los alumnos a estudiar siempre. Esta modelo de
docente se rige por notas numéricas donde el alumno se preocupa mas por llegar a una buena
calificacion que en el aprender, y para edith litwin esto lleva a esfuerzos cognitivos ilegítimos,
porque el alumno cree que entiende y es sometido entonces a un interrogatorio humillante sin
considerar una diferenciación entre lo memoristicamente almacenado y lo comprendido. Pero es
muy difícil sostener una educación donde el docente busque posibilitar el diez, si desde el estado
hay una bajada de línea con corrientes darwinistas sociales que determinan que hay talentos
innatos y personas más evolucionadas intelectualmente. Porque dentro del proyecto pedagógico
no se pensaba incluir al que no llega o no comprende, sino hacer más profundas las diferencias
sociales y cognitivas que presentasen los alumnos.
Los contenidos del currículo nos hablan de la visión que se tiene del alumno y de la
función social de la escuela, expresado a través de valores y funciones específicas delimitadas
por un contexto cultural e histórico concreto; dentro de él hay contenido implícito (curriculum
oculto) y por medio del contenido se transmite ideologías funcionales al poder político, como
expone el autor Gimeno Sacristán. Asimismo como postula Eisner el currículo tiene poder en el
proceso de formación de las mentes y en los modos de enseñanza misma; por tanto el currículo
puede convertirse en un mecanismo modificador de mentes y en consecuencia de control. Estos
saberes fueron utilizados al confeccionar el currículo de la última dictadura. Durante el proceso
los contenidos y los objetivos del currículum en el área artística se alineaban con un arte
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tradicional europeo, figurativo y de carácter histórico, y omitían el arte latinoamericano
precolombino y contemporáneo de vanguardia; a través de los contenidos se valorizaba un
sentimiento nacionalista, occidental y cristiano. Se trasluce así la clara intención de industrializar
el arte y de construir un individuo específico. Como por ejemplo en el área del curriculum
“Iniciación al arte” las temáticas abordadas son eurocentristas y con connotaciones católicas ya
que se analizaban catedrales y artistas renacentistas, el arte era visto únicamente como una
asignatura con funcionalidad técnica.
Existía una interrelación entre cultura, arte y subversión. En esta época la subsecretaría
de cultura y enseñanza artística se fusiona con el Ministerio de Educación, esto permitía el
control de la cultura a través de la educación. Como ya mencionamos en la escuela existía un
control ideológico sobre docentes y alumnos, a través de identificación y espionaje de personas
del ámbito no sólo educativo sino también cultural y artístico. Como lo expresaba el mismo
ministro de educación Carcavallo que la cultura era “el medio más apto de infiltración de
ideologías extremistas” dejando en claro el peligro que representaba la permeabilidad de la
cultura vigente.
Bibliografía
- “La educación artística y la política cultural durante la última dictadura militar en
argentina” ( 1976-1983) Laura Rodriguez
- “En torno a la noción de curriculum” Alicia De Alba
- “Los profesores como intelectuales transformativos” Henry A. Giroux Artículo
periodístico en revista “Docencia”
- “La celebración del pensamiento” Eisner.
- “El oficio del docente y la evaluación” Edith litwin. Cap, 8 en “El oficio de
enseñar”
- “¿Qué son los contenidos de la enseñanza?” en Comprender y transformar la
educación. Gimeno Sacristán.
- “El principio del fin” Pineau, Mariño y otros.