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Edmund Burke – Reflexiones sobre la revolución francesa Araceli Jiménez

LOS ERRORES DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA

a) Ignorar tradición y ventajas de antiguas instituciones:

En la vieja constitución de los franceses había combinación y oposición y diversidad de intereses que, en virtud
de la lucha de poderes opuestos, otorgaban armonía. Esta oposición y diversas es vista como una ‘mancha en
dicha constitución’ por los franceses. Sin embargo, es esta oposición la que hace que la deliberación no sea
precipitada y que sea necesaria; y en definitiva esta diversidad es lo que hace que la libertad general tenga sus
garantías y que se mantenga cada interés dentro de sus límites.

Los franceses decidieron partir de cero y despreciar todo lo que les pertenecía por tradición; y como no respetan
dichos antepasados, tampoco se respetan a sí mismos. Se consideraron ellos mismos como una nación de serviles
y esclavos, con el derecho de ser perdonados de su violencia por no estar acostumbrados a la libertad recién
adquirida. Tal afirmación no es cierta, pues los franceses no eran un pueblo esclavo, sino que era una nación que
vivía engañada por sus propios ideales y romanticismo. Si los franceses se hubiesen dado cuenta de este hecho,
rápidamente habrían retomado sus viejos privilegios y su vieja lealtad, ya sea por tomar conciencia de su tradición
o por fijarse en los grandes ingleses que son perfectos y tienen el mejor modelo de la época en Europa (sarcasmo),
y que respetaron su tradición y antiguos modelos del derecho público, pero mejorándolos al estado actual 
ejemplo de prudencia y sabiduría.

Considerar todo lo anterior los habría transformado en un mejor régimen, en donde la libertad se reconcilia con la
ley e incluso es auxiliar de ésta, con un pueblo protegido, obediente y feliz en la virtud.

b) Distanciamiento de la virtud. Traición. Anarquía.

Cuando las naciones construyen un nuevo gobierno, reforman el antiguo o bien, establecen fundamentos de la
libertad en severos modos de conducta y moralidad austera, con una religión rigurosa. Francia por el contrario, dio
rienda suelta a la conducta, con una religión insolente, extendiéndose este mal a todos los planos de la vida.

La perfidia de los lideres franceses deshonra el poder real, de manera que el ultimo se ve completamente sometido
al pueblo, quien le ha enseñado al rey a desconfiar, de manera que el rey considerará ahora al pueblo como
posible destructor. El pueblo engatusa a su soberano, diciendo que no hay nada que temer de ellos, que siempre
guardaran con celo el trono del rey; así, el rey se aventura a peligrosas ‘aventuras políticas’. De esta forma, el
estado se corrompe. Pero luego, los franceses se relevan contra este monarca, que es bondadoso y legitimo con
una fuerza completamente desproporcionada; se rebelan contra quien los protegía, les otorgaba favores,
privilegios, etc.

Los franceses pagaron su traición con su propio triunfo, que es más bien un castigo, pues se vive en una completa
anarquía que ahora es la nueva constitución del estado, generando bancarrota nacional. Todo esto constituye el
testimonio de cuáles son las consecuencias de seguir un consejo precipitado e ignorante; los pioneros de esta
masacre no derramaron una gota de su sangre, quienes han destruido todo a su paso y cuya crueldad es el
resultado de su absoluta seguridad para autorizar traiciones, robos, asesinatos, etc.
Edmund Burke – Reflexiones sobre la revolución francesa Araceli Jiménez

c) Los hombres se atribuyen poderes que no tienen

Si la Asamblea Nacional tuviera un título y una función nos pararíamos a reflexionar antes de juzgar sus actos.
Sin embargo no hay título o función que pueda hacer que los hombres que componen un sistema de autoridad
sean distintos a lo que la naturaleza y Dios los ha hecho. El pueblo no tiene tales poderes.

d) No existen hombres notables en la arena política

Las personas elegidas para el estado Llano no tienen experiencia práctica en asuntos estado, y aunque existieran
unos pocos distinguidos, la masa los obligaría a ir en su dirección, a ajustar las proposiciones al gusto de a
aquellos a quienes quieren dirigir. Así, estos hombres de talento se convierten en instrumentos de la asamblea,
que normalmente está compuesta por gente débil e inhábil, y los líderes ceden a la ignorancia de sus
subordinados. Es por eso que estos hombres en vez de ser guiados a la virtud, se guían por una siniestra ambición,
así, a su vez, los subordinados se ponen al servicio de los peores designios de los líderes. Para evitar esto los
líderes deben respetar y temer a quienes dirigen y a su vez, los seguidores deben estar preparados para actuar
como jueces.

a) Poder ilimitado de la asamblea

La asamblea no se somete a una ley fundamental hay establecida, sino que tiene el poder de hacer una
constitución que se adapte a lo que ella quiera. Es un poder ilimitado con poderes indefinibles.

b) Distribución de los estados dentro de la asamblea y su composición

a. Tercer estado

El tercer estado tenía más representantes que los otros dos estados juntos. De manera que resulta obvio a quien le
pertenece el poder de la asamblea. Asimismo, gran parte de la asamblea estaba compuesta por abogados
practicantes, es decir, por los más ignorantes e inferiores de la profesión legal; a quienes no se les ha enseñado a
respetarse a sí mismos por la poca importancia de la profesión de la abogacía dentro del esquema del país y de
quienes no se puede esperar que sepan controlar el poder que jamás han tenido la oportunidad de tener, entonces
se intoxican con una grandeza para la que no están preparados.

Y como estos hombres son hombres de disposiciones litigiosas, era obvio que tenían por fuerza que dar apoyo un
proyecto que les diera una constitución litigiosa, que les da la posibilidad de alcanzar todo el lucro posible. Lo
mismo sucede con los médicos, agentes de bolsa, etc.

Con todo, los juristas son buenos como parte de un conjunto, pero perniciosos si se convierten en el todo.
Asimismo, cuando son demasiado especializados se concentran excesivamente en sus hábitos profesionales, los
que los vuelve incapaces de tener una visión más integral.

b. Clero

Eran simples curas de pueblo y que no sabían nada del mundo que estaba más allá de su propio pueblo. Además,
estaban hundidos en irremediable pobreza, por ello veian con envidia la propiedad. Así en vez de contrapesar al
tercer estado, solo son coadjutores e incluso instrumentos pasivos. Esto completa el impulso de ignorancia,
presunción y saqueo que nada ha podido parar.
Edmund Burke – Reflexiones sobre la revolución francesa Araceli Jiménez

c. Nobleza

El clero junto con la mayoría del tercer estado, se transformaron en la fuerza al servicio de los peores individuos
de la nobleza, quienes constituían un fondo seguro y no sentían sacrificio alguno por despilfarrar. Además la
nobleza siente desprecio por su propia clase, lo cual resulta negativo porque, el ser solidarios con nuestra propia
clase y amar ese grupo es el primer principio de los afectos públicos, es decir, es el primer paso para amar al país.

Cuando estos hombres de posición sacrifican toda idea de dignidad a una ambición sin objeto, y utilizan medios
despreciables para alcanzar fines mezquinos se vuelven vulgares y plebeyos. Es así como en Francia, existe una
tendencia a rebajar a todos los individuos y disminuir la dignidad del estado, pues los franceses no tuvieron una
visión de largo alcance y simplemente destruyeron su propio país, en vez de enaltecer al estado al satisfacer sus
ambiciones.

En Inglaterra durante la gloriosa revolución, los hombres iluminaron el estado con su revolución pues si tuvieron
una visión de largo alcance, tenían talento civil y militar encaminaron la revolución siempre por la virtud, la cual
no justifica los crimines de estos hombres, pero si compensa de cierta manera los defectos de éstos.

EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE

a) Igualdad. Abolición de los privilegios.

La igualdad no se consigue eliminando las diferencias, pues en toda sociedad siempre existirá una clase que es
superior, de manera que cuando se intentan nivelar las clases, se altera el orden natural de las cosas. Así mismo,
es cierto que ningún trabajo es deshonroso, sin embargo ello no implica que sean honorables (como indico el
Canciller de Francia en la inauguración de los estados) pues que sea honorable significa que conlleva alguna
distinción. Es así como no es motivo de honor, por ejemplo, ser peluquero.

Estos hombres, no deben gobernar, pues con ello no se combate el prejuicio o se garantiza la igualdad, sino que
se altera el orden natural de las cosas. Sin embargo, esto no significa que son los de alta alcurnia quienes deben
gobernar, sino que aquellos que son virtuosos y sabios, pues es lo único que los capacita para ello. Es decir, todo
debe estar abierto a todos pero no de manera indiferente. Así, el voto para todos no es bueno para un gobierno,
pues aquí no se tiende a elegir a las personas por su virtud o por el deber que deben cumplir.

En un gobierno debe confluir tanto el talento como la propiedad, la cual es desigual por esencia y sus defensas se
debilitan cuando se dispersa porque en dicha dispersión la parte que le toca a cada hombre es menos de lo que él
quiere obtener, lo que le reporta un beneficio pequeño. Es por ello que perpetuar la propiedad en las familias es un
bien valioso, y tiende tambien a la perpetuación de la sociedad misma. La cámara de los lores está construida en
torno a este principio pues, está compuesta de propiedad y distinción hereditarias. Algo parecido sucede tambien
con la cámara de los comunes.

Así, una preeminencia o preferencia que se conceda por nacimiento no es antinatural, ni injusta, ni impolítica. Lo
que es antinatural es creer que todos pueden tener los mismos intereses y las mismas voluntades, y que nos
pueden dirigir sin tener diferencias. De esta forma, los franceses se desvían de la naturaleza de las cosas y
destruyen la propiedad y la libertad racional.
Edmund Burke – Reflexiones sobre la revolución francesa Araceli Jiménez

b) Libertad

Los franceses construyeron su gobierno ‘democrático’ desmembrando su país, disolviendo su ejército y


perpetuando ilegalmente la Asamblea sin consultar a los electores, y constituye el centro de toda la propiedad y
quiere gobernar un país organizado por un sistema de municipalidades independientes desde una sola mente.

En efecto, la libertad es un tesoro que debe ser protegido, pero más que una posesión que debe ser asegurada es un
premio por el que hay que competir. Cabe preguntarse, ¿Qué es lo favorable en Francia para los esfuerzos por la
causa de libertad que hace que dicho país deba ser un ejemplo para los demás? Efectivamente, ellos consideran
que los ingleses se han conformado con su libertad imperfecta, y ha descubierto que la nación inglesa no es libre y
que el sistema representativo inglés es un error, pues un gobierno que se elige por una representación parcial
posee solo la libertad parcialmente, es una apariencia de libertad, una forma, una sombra.

Para los franceses la representación es la base de la libertad de un gobierno y sin ella el gobierno es una
usurpación. Y que si la representación se hace además de manera corrupta se produce un daño. Sin embargo, esta
‘representación inadecuada’ inglesa se adecua perfectamente a todos los propósitos para los que se pueda desear
una representación

Siguiendo la lógica francesa, como la representación parcial, el gobierno es ilegitimo y por ello es justificable una
revolución e incluso necesario. La elección sería necesaria para dar legitimidad a un gobierno, pero la revolución
a la cual se recurre para dar legitimidad al gobierno, carece en si misma de un título legítimo, por ello se construye
en una base no más sólida que el ‘formalismo inglés’ que tanto critican.

Los derechos humanos de los franceses no tienen prescripción alguna y no admiten moderaciones. Si la sociedad
civil se ha hecho a favor del hombre, todas las ventajas que ella procura, son un derecho del hombre los cuales se
somete a las normas y los hombres tienen derecho a usar estas normas. Con todo, en esta asociación todos los
hombres tienen iguales derechos, pero no tienen derecho a cosas iguales.

Lo que se acuerda en el contrato social, es la ley de la sociedad. Bajo esta lógica, un hombre no puede tener
derechos que no presuponen la existencia de la sociedad civil y que incluso son contrarios a ella. Asimismo, el
hombre al entrar al pacto social renuncia al derecho de ser juez de su propia causa, de auto defenderse y de
gobernarse a sí mismo. De manera que el gobierno no se crea por los derechos naturales, que existen con
independencia de este, sino que se hace para satisfacer necesidades humanas, entre ellas, aquella que supone que
los hombres refrenen sus pasiones. Esto solo puede hacerse por un poder que este fuera de ellos, que no se vea
afectado por las pasiones de los hombres. El control de los hombres no es solo una libertad, sino que tambien un
derecho.

Toda organización de gobierno es una medida convencional, y no debe ser pensado como algo a priori.

Asimismo, el gobierno responde a fines prácticos, por lo cual se requiere de experiencia, y es preciso proceder con
extrema cautela al momento de derribar un gobierno y empezar otro desde la nada. Cuando los derechos
metafísicos entran en la vida ordinaria, se refractan y se desvían de su línea recta. Y estos pretendidos derechos
son excesivos, son morales y metafísicamente falsos, y son difíciles de definir.

Los hombres no tienen derecho a lo que no es razonable ni a lo que no es para su beneficio, pues hasta que el
poder y el derecho no sean iguales en conjunto con la prudencia, no se tiene dicho derecho. El hecho de utilizar
frecuentemente los recursos de la revolución hace que los hábitos sociales se debiliten. En dichas circunstancias
Edmund Burke – Reflexiones sobre la revolución francesa Araceli Jiménez

no hay término medio: o se hace una guerra o no se hace nada, pues los políticos franceses idean principios
absolutos que no son aplicables a la realidad, realidad que solo necesita una resistencia moderada y legal. Como
los planes políticos no se adaptan al mundo en que viven, desprecian todo principio público y dejan atrás lo
verdaderamente importante para seguir sus propios intereses, de manera que no ven en los hombres mérito alguno,
sino que en cuanto sirven o no a sus planes.

Así, los franceses están tan poseídos por sus teorías acerca de los derechos del hombre, que olvidaron por
completo la naturaleza de ellos, con un acaloramiento que penetra todo el discurso político, difundiéndose la
superstición y el error. Un ejemplo lo vemos en la Guerra Civil de Inglaterra. El reverendo Peters iba triunfante
encaminando al rey Carlos a su propio juicio en Londres. Este triunfo fue el propio castigo de Peters porque, una
vez que se dio la Restauración, fue ahorcado y descuartizado, aunque en su tiempo s sermones fueron muy
efectivos para ganar reclutas para el ejército parlamentario durante la guerra civil de Inglaterra1. Muchos ingleses
se sintieron indignados por este triunfo de Peters, que más que triunfo parecía una procesión de salvajes. Algo
similar ocurre con la Sociedad de la Revolución (políticos franceses – doctor Price – vieja judería)

ANALISIS CRÍTICO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA

a) Tiranía de la asamblea

La Asamblea tiene una dura necesidad, esta es, que es ajena a la republica que domina y cuyo poder es tan
inmenso que puede disolver a la asamblea misma. Sus miembros se ven amenazados por asesinos, sobre todo los
más moderados y conservadores y bajo el terror de las bayonetas se ven obligados a tomar las decisiones más
apresuradas y desesperadas, sugeridas por una mayoría compuesta por diversas clases, lenguas y naciones.

La asamblea, que es el órgano de estos grupos diversos, representa entonces la farsa de la deliberación, con poca
decencia y poca libertad. Y ni siquiera tiene la apariencia de un cuerpo legislativo serio: su poder es el de
subvertir y destruir, no el de construir. Así, todas las personas, ya sean amantes de la monarquía o de la república,
deben repudiar la asamblea por igual, por su evidente tiranía (incluso sus propios miembros deben de sentirse así
al ver en lo que su asamblea se ha convertido).

b) Indefensión del rey

Para los franceses es un cumplido decirle a una persona completamente humillada que grandes beneficios
públicos le llegaran por intentar asesinarlo a él y a toda su familia y por sufrir todas las desgracias personalmente.
Con una adulación así, puede decirse que el rey ha caído, pues además lo encierran y lo mantienen en un
permanente estado de vigilia. El rey hará todo lo posible por olvidar dichos sucesos. Éste fue obligado a
abandonar su palacio, y sus caballeros fueron pública y cruelmente arrastrados hacia el patíbulo del palacio y allí
los decapitaron.

Luego, la familia real fue puesta en vigilancia y encerrados en uno de los viejos palacios de París. Este supuesto
triunfo seguramente no despierta orgullo alguno en los franceses; no comparten este mismo entusiasmo de la
sociedad de la revolución. Todo lo que se ha hecho en pro de la ilustración ha hecho en todo caso que hay que
repugnar a todos excepto a aquellos que están hechos para la revolución.

1
fue un predicador inglés, consejero político y soldado que apoyó la causa parlamentaria durante la Guerra Civil inglesa, y se
hizo muy influyente. Empleó un estilo de predicación extravagante que se consideró altamente eficaz para promover los
intereses de la causa puritana.
Edmund Burke – Reflexiones sobre la revolución francesa Araceli Jiménez

Todo lo que ha sufrido el rey, no ha disminuido su fortaleza de ánimo, sino que aumenta su honorabilidad humana
y as mismo la reina ha soportado con entereza todas las adversidades y ha demostrado ser digna descendiente de
sus antepasados.

c) Perdida de la caballerosidad

Se perdió la generosa lealtad con la nobleza, la empresa heroica y la subordinación. Esto es lo que había en la
antigua caballería, cuyos principios influyeron a una larga sucesión de generaciones y es lo que en definitiva le
dio el carácter a la Europa moderna, en donde sin confundir los rangos se había producido una noble igualdad.,
aplicándose a todos los grados de la vida social. Es así como el rey se presentaba como un compañero, y la
subordinación como un acto liberal, lo cual con la revolución y el imperio de la luz y la razón cambió.

En este nuevo esquema, un rey no es nada más que un hombre y no es del orden más elevado. Así su asesinato y
el de su familia se consideran homicidios comunes, siendo una cuestión altamente perdonable. En este esquema
las leyes deben estar apoyadas únicamente por los propios terrores que conllevan y por la importancia que cada
individuo pueda encontrar en ellas por sus propias especulaciones o por sus propios intereses. Las instituciones no
pueden jamás encarnar o suscitar en nosotros un sentimiento de veneración admiración o apego, lo cual no resulta
conveniente porque, los afectos públicos se requieren como suplementos o incluso correctivos de la ley, como
auxiliares suyos. Debe haber un sistema de normas de cortesía que nos haga amar a nuestro país.

El poder, ya sin los modales, encontrara para sostenerse otros medios que son peores: usurpación, conspiraciones,
homicidios, confiscaciones y los reyes se transformaran en tiranos como medida política cuando los súbditos sean
rebeldes por principio. Sin duda, la revolución francesa no tiene brújula alguna que la guíe. La civilización
europea ha dependido de dos principios: el espíritu caballeresco y el espíritu de la religión, los cuales ya se han
perdido.

Con todo, este nuevo esquema moderno le debe mucho al estilo antiguo, bajo el alero de estos dos principios.

d) Conclusiones

 La libertad de la asamblea no es liberal, hay pobreza de ideas y tosquedad.


 Francia desde siempre ha influido en el globo, por ello es tan alta la preocupación de Europa por la
situación en la que se encuentra Francia, es decir, de su revolución de sus sentimientos, costumbres y
opiniones morales.
 Es normal sentirse alterado por tal situación, pues se está alterando el orden natural de las cosas, en el
orden moral, etc. No debe tolerarse en modo alguno la triunfal tragedia que ha ocurrido en Francia, pues
cuando los crímenes se toleran, es porque se prefieren y el beneficio publico pronto se convierte en un
pretexto, mientras que el asesinato y la perfidia en un fin. Se pierde todo el sentido natural de lo injusto y
de lo justo.
 No es un triunfo castigar a alguien por nacer ‘con la desgracia’ de ser rey y de tener privilegios. Si
hubiese evidencia de que los reyes franceses eran unos tiranos crueles, es razonable pensar que su castigo
era justo. Con todo, jamás debe perderse de vista la dignidad de su persona. asimismo, resulta
contradictorio el hecho de degradar e insultar a un hombre como un criminal y luego encomendarle
nuestras preocupaciones.
 Así los líderes políticos franceses no actúan de modo consistente, y son culpables del mayor crimen de
traición que se ha podido perpetrar contra el pueblo.

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