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RESUMEN 1. INTRODUCCIÓN
Se estudian las características específicas de los prin- Durante la pasada década hemos asistido a
cipales lugares de culto del área ibérica. haciendo hinca- una revisión y revitalización de los estudios so-
pié en su emplazamiento y en su relación con el territo- bre la cultura ibérica. Los nuevos planteamien-
rio. Se apunta una serie de rasgos comunes a algunos tos han incidido, de una manera particular, en el
santuarios como su función religiosa. económica y polí- estudio de los patrones de asentamiento y en la
tica. jerarquización del habitat y sus necrópolis.
Dentro de toda esta dinámica era necesario
buscar también nuevos enfoques en el estudio
de la religión ibérica en general. y de sus san-
ABSTRACT
tuarios en particular.
En primer lugar, falta una aproximación teó-
The key features of the main eult plaees in the iberiall
rica al campo de la religiosidad indígena (Cerri-
Culture are swdied. with a special foeus on their lo earion 110,1990; Chapa , 1990: 2). La "New Archaeo-
and relationship with the area. Several fealLlres shared by logy" incluía en sus pretensiones la posibilidad
sorne of the sanetuaries. sI/eh as their religious. eeollomie de penetrar en este campo, como en cualquier
and politieal role. are eommented 01/. otro (Binford, 1968: 21). No obstante, la investi-
gación suele adoptar ante este hecho las dos
posturas tradicionales a las que hace referencia
Palabras clave: Religión ibérica. Cuevas. Santuarios. Renfrew (1985: 1) en su libro sobre el santuario
Templos. Arqueología del culto. de Philakopi: rechazo metodológico a su estu-
dio, puesto que supone traspasar los límites de
Key words: Iberian religion. Caves. Sanetuaries. Temples. la pura inferencia arqueológica, o bien argu-
Cult Archaeology. mentar que toda aproximación es válida.
Estas mismas actitudes las encontramos con
frecuencia reflejadas en el estudio de la religio-
sidad en época ibérica. A pesar de la extensa bi-
(*) Departamento de Prehistoria y Arqueología. Facul-
tad de Filosofía y Letras. Universidad Autónoma de Madrid.
bliografía existente, el conocimiento que posee-
Cantoblanco. 28049 Madrid. mos del tema es parcial y fragmentario.
El artículo fue remitido en su versión final el 13-IV -94. Carecemos, por ejemplo, de una visión de con-
Junto tk l0" lu!!aTt.''' de ~:ult(l . ljue "1 exiqe. en cho . . de ellos han proporcionado un numeroso
(amolo. en otr<.I" úrea'" gC(lgr¡jfica~ y culturalt.: ... material "artístico" (de manera destacable ex-
afines. Ante esta situaCIón parece lógico plante· votos en bronce. piedra o terracota). con lo que
arse cuál pudo ser el papel de la actividad reli- durante años se ha ofrecido una visión bastante
giosa en la estructura de la sociedad ih~rica . Por parcial al despreciar el resto de la cultura mate-
ello. resulta necesario el desarrollo de una me- rial.
todología que pueda constituir el soporte ade- En la mayoría de los casos tenemos. además.
cuado para el estudio de los restos arqueológi- datos muy exiguos de sus restos arquitectónicos.
cos de la "actividad religiosa". Estos estudios Por último. tampoco hasta el momento se ha es-
deoen ser precedidos por la identificación de tablecido con claridad. cuál fué la relación exis-
criteri()~ claros para reconocer tales actividades. tente entre los pohlados y los santuarios y su te-
documentarlas y analizarlas (Pascucci. 1990: Ce- rritorio. Esto dificulta. a su vez. el estudio de las
rrillo el alii. 19X4). características proto-urbanas o rurales de los lu-
Entre los problemas de carácter general en gares de culto. de sus áreas de influencia. así
el estudio de los santuarios de época ibérica. como las causas que pudieran determinar la
cabe destacar el hecho de que se trata. en su in- elección de un lugar como centro sagrado. y si
mensa mayoría. de yacimientos excavados hace la ocupación del territorio se articulaba a través
ya muchos años. de los que hemos perdido irre- del carácter religioso del paisaje o si, por el con-
misiblemente información básica acerca de sus trario. surge como parte de la ordenación del
contextos arqueológicos. Por otra parte. mu- espacio de estas comunidades.
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Fig. 1. * ;Templos.; Cuevas *; hallazgos aislados.
Principales lugares de culto. Santuarios
T. P .. 51, n° 1, 1994
Inlt.:ntaré analizar. a continuación. alguna~ más intere~antl: del hallazgo de la . . ca ... a~ fue la
de las características específicas de los principa - localización dI: restos de cri ... ole ... y de malcrial
les lugares de culto ibéricos. haciendo hincapié de fundición relacionados con la fahrlcación
en su emplazamiento y en su relación con el te- de los bronces. Su cronología es muy impre-
rritorio. cisa aunque. en mi opinión. la producción de
exvotos es anterior a la de Castellar (Prados,
1992)
11. PRINCIPALES SANTUARIOS
Castellar de Santisteban (Los Altos del Sotillo.
No pretendo hacer una clasificación o in- Jaén)
ventario exhaustivo de todos los centros religio- A fines de la década de los cincuenta Fer-
sos de época ibérica (Lucas. 1981: Ruano. nández Chicarro (1957) llevó a cabo una pros-
1988), sino intentar ofrecer un panorama gene- pección que no ofreció los resultados espera-
ral de los principales lugares de culto agrupados dos. En los últimos años un equipo dirigido por
por regiones geográficas (Fig. 1). G. Nicolini ha realizado distintas campañas de
excavación en el yacimiento. El santuario se
ANDALUCÍA
compone de un abrigo natural, del que en su
Santuarios momento debió manar agua, donde no se ad-
Tenemos que referirnos, en primer lugar, a vierten trazas de transformación antrópica, a no
los dos principales santuarios enclavados en la ser un sistema de escaleras y rampas excavadas
provincia de Jaén, Collado de los Jardines y en la roca para permitir el acceso al interior. El
Castellar de Santisteban. Conocidos sobre todo, santuario plantea problemas de interés, como
por haber proporcionado el mayor número de su origen que, en opinión de Nicolini, arranca
exvotos de bronce (Fig. 2: 3). Ambos santuarios por el estilo de algunos exvotos de fines del s.
fueron descubiertos y expoliados a comienzos VII y según mis propios estudios representa una
de siglo. Calvo y Cabré (1917,1918 Y 1919) ex- tradición tecnológica más evolucionada que la
cavaron el santuario de Collado de los Jardines de Collado, lo mismo que su producción (Nico-
y Lantier (1917), por su parte, publicó un estu- Iini, 1969; Prados 1987). Las secuencias estrati-
dio muy completo de los materiales que pudo gráficas obtenidas en las recientes excavaciones
recopilar procedentes de Castellar. Los dos san- parecen documentar una etapa que corres-
tuarios se caracterizan por estar enclavados en ponde a fines del IV o, sobre todo, al s. III a.e.
parajes abruptos, en cuevas y junto a fuentes o (Nicolini, 1983; Nicolini el a/ii, 1987). Creo que
manantiales.
estas fechas encajan muy bien con algunas ca-
racterísticas de sus exvotos en bronce, como el
CoUado de los Jardines (Sta. Elena, Jaén)
hecho de que más del 40% de los mismos sean
Se halla situado en el desfiladero de Despe-
ñaperros oculto entre imponentes riscos. La esquemáticos; el número mucho más limitado
cueva del santuario se encuentra en la pen- de "tipos" con respecto al santuario de Collado,
diente de la montaña y en sus proximidades etc. (Prados, en prensa a, b).
surge un manantial. En este lugar realizaron
Calvo y Cabré tres campañas de excavaciones Cástulo (Linares, Jaén)
en la segunda década del siglo. Los resultados Se trata de un complejo, en el asentamiento
publicados en las memorias de excavación si- de la Muela, cerca de Cástula. La estructura,
guen siendo hoy en día nuestra principal, por no por el acabado de la construcción -con un mag-
decir única, fuente de información a la hora de nífico mosaico de guijarros en blanco y negro
estudiar este yacimiento. de fines del s. VII. comienzos del VI a. e.- así
Las exploraciones en el poblado, ubicado como por su ubicación en la orilla del río Gua-
en la cumbre del cerro y comunicado con el dalimar, ha llevado a que se interprete como un
santuario por distintos caminos, permitieron recinto de culto para la práctica de ritos de ban-
descubrir abundantes escorias de metal, así quetes, cuyos restos fueron con posterioridad
como diversas figuritas de bronce. Este po- recogidos en una "fosa de consagración" (Bláz-
blado se encontraba amurallado y el santuario quez y Valiente, 1981: 202)
quedaría, por consiguiente, extramuros. Lo
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Fig. 2. 1. El Cigarralejo (Mula. Murcia). Situación del Santuario (basado en E. Cuadrado). 2. Torreparedones (Castro del
Río-Baena. Córdoba). Delimitación del perímetro amurallado de la ciudad y la zona del santuario (según Morena).
3. IlIeta deis Banyets (El Campello. Alicante). Templo A: planta y reconstrucción (según L1obregat). 4. El templo
de San Miguel de L1iria: Departamentos 12. 13 Y 14 (según Bonet. 1992)
Torreparedones (Ca ... tro dd Río-Bacna. ('(¡r- tuario ~ tre . . nccr,·)poil .... La cronulogía del c ... ta-
dona) nlecimiento inerieu ¡¡harca de ... Je finales del s. V
El santuario se encuentra enclavado en un a.e. hasta princlpiu . . del" a.e.
paraje elevado con fuentes manantiales en sus En el santuario. dc ... cuoierto lk forma casual
proximidades. La zona estana densamente po- en )'J7Y . .,e han realizado unicamentc prospec-
nlada y bien comunicada. pues se situana junto a ciones superficiales {jUl' han dado como fruto la
la vía ObuJco-Ulia. El santuario de Torn:pare- localización de una amplia seric dc exvotos de
dones se halla exactamente en el extremo sur de terracota en forma de caoezas humanas (Page el
la ciudad, junto a la muralla, pero extramuros lllii. 1987: 12.54).
(Fig. 2: 2) . La topografía del terreno delata la
presencia de un edificio de dimensiones reduci- Recuesto (Cehegín)
das, aunque de cierta importancia si nos fijamos El yacimiento está situado en una colina ro-
en algunos fragmentos arquitectónicos. En este cosa de baja altura . Los restos de construcción
promontorio se han recogido superficialmente son casi imperceptibles y los materiales hallados
los exvotos, todos ellos hechos en piedra. El san- parecen indicar un centro de culto. La cronolo-
tuario se fecha en el s. 11 a. e. (Morena, 1989). gía, sobre la base de la cerámica ática, se sitúa a
fines del s. IV a.e. (Lillo, 1981: 25 y ss.).
Otros hallazgos
Cabe señalar la presencia de exvotos en Cigarralejo (M ula)
otros lugares, como el conjunto de relieves y Excavado por E. Cuadrado en los años 40,
grabados de équidos procedentes de se encuentra en las proximidades del pueblo de
Mesa de Luque en Córdoba. El hallazgo Mula. El santuario está en la cima del altozano
plantea la posible existencia de un nuevo san- que domina el poblado y la necrópolis, ésta úl-
tuario ibérico en las cercanías del lugar (Cua- tima con más de 400 tumbas excavadas (Fig. 2:
drado y Ruano, 1989). En el mismo caso, bien 1). Sobre el santuario se edificó una villa ro-
como mana con varias estancias. El empedrado de un
Depósito votivo, bien como santuario sin lo- pequeño patio cubría los restos de un muro y
calizar, se encontraría El Cerro de los Infantes una "favissae" que contenía los exvotos, consti-
(Pinos Puente, Granada), del que sólo tenemos tuídos, casi en su totalidad, por figuras de caba-
noticia de la aparición de un gran número de llos. Cuadrado fecha el santuario entre los ss.
équidos en piedra, sin que existan restos cons- IV-II a .e. (Cuadrado, 1950; Blázquez, 1983).
tructivos (Rodríguez Oliva el alii, 1983). O To- La Luz (Sta. Catalina del Monte)
rre de Benzalá (Torredonjimeno) donde tam- El yacimiento se halla situado en las prime-
bién aparecieron exvotos (Ruano, 1987) y otros ras estribaciones de la Sierra de Carrascoy. El
posibles lugares de la provincia de Jaén, como plano general del santuario ha llegado en muy
sugieren los exvotos de procedencia incierta del mal estado. Los exvotos se hallaron en la expla-
Museo de Jaén (Marín Ceballos y Belén, 1987). nada en la que se supone que estaría emplazado
Cuevas el edificio de culto. Ruiz Bremón defiende la
Por último, el hallazgo en superficie de ma- existencia de una fuente, que hasta hace pocos
terial de época ibérica en la llamada cueva de la años manaba a unos metros del eremitorio de
Murcielaguina en el término municipal de La Luz y que hoy en día ha sido canalizada al
Priego de Córdoba -entre el que se encuentra interior del convento. La época de máximo apo-
una cabecita tallada de piedra caliza-, lleva a geo se situaría entre los ss. 111 Y 1 a. e. (Merge-
plantear la existencia en Andalucía de cuevas lina, 1924-25; Ruiz Bremón, 1988).
santuario similares a las constatadas en Levante La Encarnación (Caravaca).
(Vaquerizo, 1985). La actual ermita de la Encarnación se en-
cuentra en un altozano, y en sus alrededores
SUDESTE Y LEVANTE. apareció una serie de exvotos realizados en ca-
MURCIA
liza local, en su mayoría figuras masculinas, que
Santuarios se han paralelizado con las andaluzas de Torre-
Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla) paredones, Torre de Benzalá y de La Bobadilla
El conjunto ibérico de Coimbra del Ba- (Ramallo, 1993: 122-123). Los sondeos estrati-
rranco Ancho lo integran un poblado, un san- gráficos han permitido documentar un mo-
Fig. 3. L "La Diosa de los Lobos". Cueva de La Nariz de Salchite (Moratalla. Murcia) (según Lillo). 2. Grupo de terracota
de La Serreta de Alcoy (Alicante) (según B1ázquez). 3. Bronces procedentes de los santuarios de La Luz (Murcia);
Castellar de Santisteban y Collado de los Jardines (Jaén). 4. Vasos caliciformes (según Aranegui y Pla. 1979)
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mun . \In\l lk un kmplo. ;¡!t' .. tl!!uado ror la rre- una estructura doméstica , ya que en su interior
\enela lk un " hl'll!p" en L"I Derartamento 14 ~ "e documentó un área de ofrendas rituales de-
un deró .. ito \otl\O en el 12 De ésta forma. "e rosltadas en el pavimt:nto, así como un hogar
otorga un car;Íl"ter ritual a los conocido" \aso" (Sanmarll y Santacana, 1YH7) . Por último, refe-
cerámicos decorado" con figuras humanas. que rirnos al "acimiento de La Moleta del Remei
reprt:sentan danDIs. escenas héticas. etc (Bond en Tarra!!ona . donde se han localizado dos im-
I'lalil . 19l)(l). portélntes edificios en la zona central del po-
hlado . fechados a fint.:s del s. V a. C. (Gracia el
La Escuera (Alicante)
ali/. Il)XX; )994) .
Recogemos la rosihilidad apuntada por
Nilrdstrom (1 % 7) de la existencia de un " edifi-
cio de culto" en esté lugar. ha\anJo"e en la es-
LA MESETA
pectacularidad de los re"to" anlui!t'ctúnicos Y en
Santuarios
la eXistencia de huesos y ceniza\. Ahad (llJXó) "El Cerro de los Santos" (Montealegre del Cas-
data este yacimiento entre los ss. IV-II a . C. tillo. Alhaccte)
Se trata del gran santuario del interior. Si -
Capillas domésticas tuado en la vía Heraklea, se encuentra aislado
Algunos investigadores apuntan la posibili- en una pequeña elevación, con restos construc-
dad de individualizar una serie de espacios cul- tivos muy perdidos . El yacimiento se conoce
tuales situados en el interior de los asentamien- desde el siglo pasado y a él pertenecen las fa-
tos, con una función claramente diferenciada de mosas esculturas en piedra representando figu-
los santuarios o templos. Podríamos mencionar ras masculinas y femeninas de oferentes, cabe-
los "departamentos I y 14" , de I Puntal deis zas , etc .. que han dado lugar a una extensa
LLops. con concentraci6n de cabezas votivas. hibliografía . Del santuario apenas queda algún
lucernas. etc: o el "()epartament 2" de Castellet resto constructivo. como sillares, cornisas, frag-
de Bernabé . con un hogar ritual cuadrado (Bo- mentos de un capitel, etc. Tampoco se conserva
net el alii. 1990), o el de la propia Alcudia de una estratigrafía arqueológica en el lugar, de-
Elche (Lucas, 1981 : 246-247: Ramos y Ramos. bido tanto a la erosión de los agentes naturales
1976: 20-24) como a la acción antrópica. Su cronología, por
tanto. es imprecisa, aunque parece advertirse
CATALUÑA una destrucción en torno al s. 1 a. e. (Fernández
Cu~vas de Avilés, 1949: Ruiz Bremón, 1985, 1989;
Son varias las cuevas localizadas en Cata- Ruano, 1987: Chapa, 1983).
luña que han podido ser utilizadas con fines ri-
tuales. Se diferencian de las valencianas en que Otros hallazgos
suelen estar constituídas por una sola sala, e n la El Cabezo de Azaila (Teruel)
que penetra la luz exterior sin dificultad. Asi- Existe la posibilidad defendida por Cabré ,
mismo se diferencian por su cultura material. ya de la existencia de un templo indígena extramu-
que en Cataluña encontramos vasos típica- ros del que procedería la conocida figura del
mente indígenas, como los "kalathos", y en muy toro de bronce con la roseta en la frente (Cabré,
poca proporción vasos pequeños de tipo calici- 1925: 4 y 8). Beltrán (1976: 427), sin embargo,
forme , y escasa cerámica de importación (de la duda seriamente de la entidad del supuesto
Vega, 1987: Ruano, 1988). templo ibérico. Marco Simón (1984: 77), por su
parte, apunta la posibilidad de que pudiera tra-
Templos tarse de un culto doméstico.
Se trata de importantes edificios, siempre
en el interior de los oppida, que han sido clasi- Cueva del Coscojar (Mora de Rubielos, Teruel)
ficados por sus excavadores como templos. Po- Las excavaciones realizadas en este yaci-
demos destacar, por ejemplo, los llamados miento han sacado a la luz, junto a enterramien-
"templos de UUastret", uno de los cuales m ues- tos eneolíticos, cerámica ibérica. Se trata de va-
tra dos columnas in antis en el pórtico: o el de sijas con ofrendas; de formas caliciformes
"Molí d'espigol" de Tornabous (Maluquer, pequeñas: y páteras, que podrían atestiguar un
1986). En Alorda Park" (Calafell), Barcelona, ritual de libaciones en una cueva-santuario simi-
se ha documentado un edificio fechado a fines lar a las características del Levante (Marco Si-
del S.V y durante el IV a.e., que no parece ser mon, 1984: 75-76).
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I.as capillas domésticas eX\(Jto ... y otras offl:nda ... depositaJas . tales
Por último. quiero referirme a los pequeños como los broche ... de cinturún. etc. En e ... tos lu -
recintos sagrados de ámbito doméstico. Su apa- gares podrían realizar ... e . entn: otros . "rito ... de
rición indica una función claramente dift:ren- iniciación" (Prados. en prensa b¡ , Con el
ciada de los santuarios o templos. representan- tiempo. se irían ··popularizando". y en ese sen-
tes de la religión oficial. Su utilización estaría tido debemos entender la pre"encia de los exvo-
vinculada a la práctica de ceremonias de carác- tos esquemáticos y anatómico.... Estos últimos
ter doméstico o familiar. irían vinculados al desarrollo de los santuarios
salutíferos . siendo tamhién una característica
tardía. posihlemente a partir de la Baja Época .
IV. RECAPITULACiÓN. Castellar. por su parle. representa un desarrollo
ASPECTOS GENERALES mús tardío y mucho mús "provincial" y pobre
que el santuario mayor. como demuestra la au-
Quiero esbozar algunas cuestiones generales sencia de figuras que representen jinetes; una
que pueden plantearse a partir del estudio de "tipología" mucho más reducida en los exvotos;
los santuarios ibéricos. y por el hecho de que casi la mitad de éstos sean
Parece lógico suponer que la sociedad ibé- esquemáticos (Prados. en prensa a). Por otra
rica desarrollara unos cultos colectivos que per- parte. la reanudación en los últimos años de las
mitieran explicar su concepción del mundo. su excavaciones en este yacimiento parecen confir-
relación con la naturaleza. sus deseos. esperan- mar esta posibilidad. con un desarrollo del san-
zas y angustias. Resulta. sin embargo. muy com- tuario a partir sobre todo del s, 111 a. C. (Nico-
plejo definir cuándo se producen los primeros lini el alii 19X7; Ruíz y Molinos. 1993: 250) .
indicios de "señalar" o "destacar" lo sagrado en Respecto a la cronología de los llamados
el mundo ibérico. Posiblemente algunos restos "templos" ya se ha señalado también la posibili-
exiguos podrían pertenecer a lugares de culto dad de que algunas de estas edificaciones anti-
del s. VI a. C. Los santuarios relacionados con guas. en realidad . pudieran ser residencias gen-
la naturaleza, cuevas. bosques, manantiales. etc. tilicias.
pudieron tener un origen anterior al desarrollo Algunas de las cronologías más precisas nos
de la propia cultura ibérica. Pensemos. por indican un desarrollo de los santuarios a partir
ejemplo, en las pinturas rupestres de la Edad del s. IV (Cigarralejo, La Encarnación, La Es-
del Bronce próximas a Collado de los Jardines; cuera), y sobre todo del s, 111 (Castellar; La
o en los materiales de diferentes épocas halla- Luz ... ) y del s. 11 a. C. (Torreparedones. La Se-
dos en las cuevas valencianas, etc. Sin embargo. rreta ... ). Por su parte las cuevas -y algunos de
el gran desarrollo de los santuarios tuvo que los grandes edificios o "templos" - presentan
producirse en un momento más avanzado. Re- cronologías más imprecisas. Muchos de estos lu-
sulta difícil, por no decir imposible, precisar las gares de culto perduran. además, en plena
cronologías sin tener datos fiables de las exca- época romana. Vemos, por tanto, cómo se per-
vaciones. Por tanto, voy a plantear sólo un hi- fila un desarrollo de los lugares de culto, en
potético desarrollo de los mismos. centrandome gran medida, a partir de la Plena Epoca y, sobre
en el caso de los dos santuarios oretanos que todo, de la última fase de la cultura ibérica.
conozco más a fondo a través del estudio de sus ¿ Qué funciones podríamos destacar de los
exvotos en bronce. santuarios? En primer lugar hemos de enten-
Algunos lugares sagrados de la naturaleza der algunos de estos lugares. junto con el evi-
pudieron evolucionar por circunstancias diver- dente significado religioso , como auténticos
sas y acabar convirtiéndose en santuarios rura- centros económicos. Es posible que ciertos san-
les o incluso extra urbanos, con un núcleo de tuarios jugaran un papel relevante en la circula-
población importante que, en parte, viviera de ción de la riqueza, como escenario de recono-
la riqueza generada por el propio santuario. cido prestigio privado, donde el donante
Este sería el caso de Collado de los Jardines. ofreciera objetos de lujo -aunque sólo una mí-
Posiblemente este santuario se desarrolló a par- nima parte haya llegado ,hasta nosotros-, como
tir del s. V a. c., en principio con un compo- substituto del ámbito funerario. Quizá en este
nente aristocrático importante, como demuestra sentido podría analizarse el dato de Quesada
la propia iconografía de un gran número de los (1989) de una menor jerarquización aparente
T. P .. 51, n° 1, 1994
dd ajuar dl' la., Ill'crllplll! ... en el s. 11 a . c., quc las razoncs por la ... qUt: los asentamientos se de-
para el rdk)3T1<l una ",oclcdad má ... igualitaria, sarrollan en dcterminados lugares . En muchos
mll'ntra ... lju e ( ·hapa ( 1440h: 412) argumenta casos los sant uarios se convierten -o se originan-
qUl' , puc ... to que en l' ... a ... fecha s l'I urbanismo de en una fuente con depósitos votivos. Ya hemos
los pohlado... e . . lá ya extraordinariamente desa- señalado su papel en los rituales de purificación
rrollado y que los santuarios se han consolidado antes de entrar al oppidum. Tamhién sería clave
desde el s. 111 a. c.. se trata. por tanto. de una su presencia en los santuarios terapeúticos. Los
sociedad mucho más compleja que en épocas aspectos rc\acionados con la fertilidad queda-
anteriores. En este sentido encajaría también la rían reflejados a través de la iconografía de mu-
hIpótesis de Santos (1491 : (, D) respecto a que chos de los exvotos y ofrendas depositadas en
un prnhahlc rcforzamicnto de las formas de los mismos (Prados. en prensa a) .
VIda urhanas en el Sudcsle \" Lcvantc también Los santuarios situados junto -o próximos- a
lleva consigo cl desplazamiento de la amortiza- las entradas de los oppida tendrían una función
ción de los bienes suntuarios de las necrópolis a protectora. El significado de los ritos de paso,
los santuarios en forma de exvotos. como ocu- entendidos de forma glohal -de la muerte a la
rre en otras culturas mediterráneas (Colonna. vida: de la infancia a la edad adulta , etc.- queda-
1985: Torelli y Gros. 1988), Bajo el prisma del ría patente en muchos de estos santuarios. Y en
poder económico podría entenderse también la este sentido, quizá, habría también que ver los
posibilidad apuntada por Olmos (1991) de una santuarios situados en los cruces de los caminos
ruta comercial griega relacionada con los san- o en las vías de comunicación . Los "ritos de
tuarios, defendida por Maluquer (1985) y mati- paso" se celebrarían por la necesidad de ser
zada por Domínguez Monedero (1985: 327- "cruzados" por hombres y ganado, por lo que se
328) , Es decir, la función económica quedaría exigiría la protección de los mismos y, por tanto,
reflejada también al tratarse de ccntros de desa- tamhién un ceremonial de "purificación".
rrollo del comercio o de otra actividad econó- Son muchos, y muy sugerentes, los aspectos
mica importante, que atrajeran mercaderes y que se derivan del estudio de los lugares de
con la celebración, incluso. de grandes ferias y culto de época ibérica. Sin embargo, nuestro co-
mercados. Por otra parte. tampoco debe desde- nocimiento de los mismos es tan exiguo que
ñarse la posibilidad de que los santuarios admi- apenas podemos esbozar algunas características
nistrasen sus propiedades o actuasen como ga- generales.
rantes de cambios y transacciones comerciales Afortunadamente, pasó ya la época en que
(Chaves y García Vargas, 1991: 157). los santuarios se veían sólo como lugares que
Otro aspecto que cabría destacar respecto a ofrecían "objetos de arte". Por ello, creo que ha
los santuarios sería su dimensión cultural. Se llegado el momento en que también en la cul-
trataría de centros del saber donde pudiera, tura ibérica pueda desarrollarse un estudio de
quizá , desarrollarse la escritura -posibilidad "los restos arqueológicos de la actividad reli-
apuntada hace años por Maluquer (1968) ; o giosa" (Pascucci, 1990: 18; Cerrillo el alii, 1984)
como caja de resonancia de la actividad artística y, en definitiva, que pueda desarrollarse una ar-
de artesanos que, en algunos casos, se harían queología del culto, como preconizaba hace po-
venir de lejos. cos años Renfrew (1985), si bien en relación con
Tampoco podemos olvidar su dimensión po- todos los aspectos que permitan una mayor
lítica -señalada ya al hablar del Cerro de los comprensión de la sociedad ibérica.
Santos- como lugar cuya principal función fuera
permitir a las diferentes comunidades o a sus re-
presentantes reunirse con fines políticos y reli- BIBLIOGRAFÍA
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sanción de los dioses (como sabemos que ocu- ABAD. L. (1986)a: " Castillo de Guardamar". Arqueología
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