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Totalidad social:
¿Unidad conceptual
o unicidad real?
universidad nacional de colombia
seccional de medellín.

revista de extensión cultural
n" 20.
diciembre de 1985

Roland Anrup

La idea de "totalidad" domina la teoría social sión es posible y alimentada por el hecho de que
y las concepcionessobre el desarrollo de la socie- ciertos conceptos generales, que son supuestos de
dad. El esquema de la sociedad como totalidad la actividad investigativa -como el concepto de
impregna la gran variedad de bien conocidas di- la sociedad como unidad- han llegado a ser en
visiones arquitectónicas de la sociedad, tales como tal manera una "segunda naturaleza" para el in-
aquella entre base económica y superestructura vestigador que éste o bien no se da cuenta de que
político-ideológica, o aquella entre sociedad civil está haciendo uso de ellos o bien los cree atribu-
y Estado. La creencia en que la sociedad forma tos esenciales de las cosas en sí mismas. Querer
un solo sistema social, coherente y funcional, ha recurrir a los "hechos reales" para establecer la
imperado en la teoría social durante casi tanto validez de esta concepciónes una empresa sin fu-
tiempo como su contrapartida lógica ha dominado turo, porque son las teorías las que establecen cuá-
la filosofía de la ciencia. La frase de Hegel que les hechos son pertinentes y cuáles no. Nuestra
"SÓlO el todo es la verdad" hace eco en la tan fre- posibilidad de acercarnos en forma sistemática al
cuentemente repetida sentencia de que "la prima- conocimiento de algo ha consistido siempre en el
cía de la categoría de totalidad es el portador uso de un conjunto de conceptos y reglas pertene-
del principio revolucionario en la ciencia". cientes a un determinado lenguaje. Es mediante
Uno debería, sin embargo, estar siempre alerta tales reglas y conceptos que establecemos qué es
acerca del precio teórico que debe pagarse por lo que ha {le ser considerado hechos, coherencia
cualquier teoría de lo que- se llama "sociedad". factual y límites entre una cosa y otra, y con ello
Ella requiere una justificación mediante la refe- también los criterios de consistencia y pertinen-
rencia a una ontología y una epistemología defi- cia en nuestros estudios. El recurso a los "hechos
nidas. La sociedad debe ser -según tales crite- reales" supone este problema resuelto e implica
rios- un objeto particular de estudio, suscepti- el supuesto de una realidad dada inteligible en
ble de ser conocido por medios definidos. Una sí misma, independiente de la teoría, con la cual
teoría de la totalidad social, está, pues, siempre esta última es comparada.
en deuda con alguna definida posición filosófica. La noción tradicional de que la "totalidad" es
Ningún sistema de relaciones sociales puede el objeto de la teoría social surge, en efecto, de
ser estudiado si no es por medio de conceptos que una concepción epistemológica que concibe las
especifiquen lo que tal sistema es y cómo habría relaciones sociales en términos de una teoría ge-
que estudiarlo. Es una ilusión creer que al estu- neral de la así llamada "sociedad", su historia y su
diar ciertos tipos de relaciones o instituciones so- desarrollo. La sociedad es concebida como un ob-
ciales lo que hacemos es meramente describir o jeto que existe con anterioridad al discurso y fue-
dar cuenta de ciertos fenómenos dados. Esta ilu- ra de él, como perteneciendo a una realidad que,
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cado, escrito por la serie de dramas que nos cons- de las teorías d.e totalidad social, y de la idea que
tituyen, tal como ha sido inscrito en el lenguaje, las relaciones sociales conforman una unidad,
sometido a las normas, arrancado a la autonomía
de lo bio'ógíco y arrojado a la historia" (Teoría . Pienso pues que podemos buscar el origen de
de Freud al final de su vida, Bogotá, 1978, p. las ideas -tan difundidas- sobre una totalidad
8). La movilidad de la energía síquica permite social en el júbilo narcisista del niño al descubrir
que las pulsíones con su lógica propia, por ejem- la unidad orgánica de su cuerpo como totalidad.
plo la oralidad con su anhelo de totalidad se Ya Freud había señalado -en "El Yo y el Ello"-
conviertan en poderes del pensamiento lo {nis- que el yo es ante todo un yo corporal. :Eixiste una
mo que los mecanismos de defensa tS:' es como clara relación entre la génesis del yo y la estruc-
introyección y proyección. (Ibíd, p. 8). La ten- tura del organismo humano. La génesis del yo pue-
dencia a proyectar al exterior determinados pro- de verse como una operación psíquica consistente
cesos psíquicos queda acentuada cuando la pro- en la proyección del organismo en la psique. No
yección implica la ventaja de un alivio psíquico debiera pues sorprendernos el encontrar también
(Tótem und 'I'abu, ed. cit., p. 113). La proyección una proyección de este todo hacia afuera del yo
al exterior de percepciones interiores es un me- y el que las relaciones sociales sean entendidas
canismo primitivo que desempeña un papel capi- a. menudo como integrando una totalidad orgá-
tal en nuestro modo de representación del mundo mea, la totalidad social como organismo.
exterior. Estas percepciones interiores de proce- En las teorías de la totalidad social podemos
sos afectivos e intelectuales son proyectadas de encontrar los rasgos que caracterizan la repre-
adentro hacia afuera y utilizadas para la confir- sentación síquica del cuerpo corno una unidad,
mación del mundo exterior mientras deberían Imagen que juega un papel tan fundamental en
haber permanecido en nuestro mundo interior el narcisismo. El rechazo y la resistencia a toda
(Ibid, p. 81). forma, abierta o encubierta, directa o indirecta,
Lo dicho hasta aquí me permite afirmar que real o figurada, de disolución de la concepción
no debiera ser de ninguna manera sorprendente ,de totalidad, tienen sin duda una conexión incons-
el hecho de que no solamente el hombre primiti- ciente con aquella imagen, tan cargada libidinal-
vo, sino también el científico, transfiere al mun- mente, del cuerpo. Esta carga libidinal del cuer-
do exterior la estructura de su propia siquis. po erógeno se refiere también, por extensión, a
De este modo encontramos sus propios procesos lo que más de una vez ha recibido el nombre de
síquicos en su concepción acerca de una totalidad cuerpo social. Es como si la disolución de la con-
social. Baj o el concepto de totalidad social los cepcíón de la totalidad social amenazara con di-
cientistas sociales han importado a su teoría ge- solver y fragmentar el cuerpo, una amenaza siem-
neral estas vivencias arcaicas, en detrimento de pre presente en el inconsciente. Estos temores,
su empresa explicatoria. Mientras la técnica del estas amenazas, son reínterpretadas en el síquís-
animismo, la magia, nos muestra de un modo cla- mo en términos del complejo de castración -en
ro, preciso e inequívoco la intención de imponer el sentido lacaniano-, que como estructura sirve
a los objetos de la realidad exterior las leyes de para interpretar otras estructuras: Tiene una
la vida síquica, tal intención permanece oculta, prioridad estructural, es una estructura a cuya
inconsciente y reprimida en el caso de la teoría lógica se someten todas las amenazas a la totali-
científica o, mejor dicho, en el caso de las vesti- dad, a la unidad, a la integridad, y desde cuya
duras científicas con que se nos presenta la con- lógica es posible interpretar todas estas amena-
cepción de totalidad social. El acto "mágico" es zas.
pues "racional", en tanto que reconoce, asume y Para el hombre ha sido -y sigue siendo-
expresa su propia ilusión, con la cual se compor- dura y difícil de aceptar la disolución de sus con-
ta coherente y lógicamente; el acto "científico" cepciones sobre su lugar en el universo sobre su
es "irracional", en tanto que cree estar desentra- origen divino, y sobre la unidad de s~ 'Ser y de
ñando los secretos de la realidad externa, y no su sociedad. Mientras las ciencias naturales han
percibe que está proyectando una representación efectuado el derrumbre de las dos primeras ideas
síquica y que, lejos de ser una expresión de la y los descubrimientos del psicoanálisis disuelto
realidad, el yo proyecta en las cosas su propia la tercera, todavía predomina en las ciencias so-
ficción, su propio sentido de unidad, sustancia, ciales la idea de la unidad de la sociedad.
coherencia y permanencia, y "construye" así una
"realidad" y una concepción que sirve a sus pro-
pios mecanismos de defensa.
Bajo las invocaciones de una "unidad del IV
ser" y una "unidad de la sociedad", de una tota-
lidad de la psiquis y de una totalidad social, ope-
ra una de las funciones del yo, que Freud definió Rechazar la unidad de la sociedad. .. Tal vez
como la de pretender representar la totalidad no haya otra proposición que pueda acarreamos
de la persona. Como el psiconalista francés J. más oprobio por parte de toda clase de escuelas
B. Pontalis dice refiriéndose a esta función del diferentes e incompatibles de teoría social. Por-
yo: "Más que función de síntesis, es compulsión que, si el análisis de las relaciones sociales ha
a la síntesis" (J. B. Pontalis, Entre el sueño y el de tener alguna validez como conocimiento, ¿ no
dolor, Buenos Aires, 1978, p. 168) . debe acaso descansar sobre la premisa de alguna
concepción de la sociedad como estructura defi-
El yo es el origen del radical mal-conocimien- nida, como sistema, como totalidad cuyos elemen-
to (méconnaissance) que yace en la estructura tos e interconexión -requieren una forma de expli-
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cación que tenga como referente tal totalidad?


Escuelas. que en otras cosas difieren grandemen-
te insistirán por igual acerca de esto.
La concepción de que las distintas partes de
la sociedad tienen que ser entendidas como par-
tes que se encuentran en una relación integral y
funcional entre sí domina entonces en las cien-
cias sociales, y en especial en la antropología y
la sociología.
La sociología y la antropología entienden co-
múnmente la totalidad social como una organiza-
ción de los individuos en relaciones institucional-
mente definidas y reguladas. En otras palabras,
la totalidad social es teorizada como una serie
de relaciones entre agentes humanos. El objetivo
de la regulación de los lugares asignados a estos
individuos humanos es el asegurar la continui-
dad -yen muchas versiones de la teoría también
Ja estabilidad- de la sociedad entendida como
totalidad. En el funcionalismo, la adaptación de
los elementos a su entorno preexistente garanti-
za tanto su inmediata racionalidad como su re-
producción y mantenimiento.
Estas nociones hacen de lo social una entidad
autosuficiente, una totalidad esencíalísta que con-
tiene todas sus condiciones de existencia, y és-
tas no necesitan por ello ninguna explicación es-
pecífica. El hombre, así, ocupa el espacio que se
le ha dado por esta totalidad teleológíca y esen-
cíalista. El hombre se revela, en la antropología,
como una criatura de "posibilidades", como un
portador de culturas. Simultáneamente los ele-
mentos de lo social pueden ser "revelados" por
la antropología y la sociología únicamente en
una forma en la cual ellos pueden ser controla-
bles por el hombre, precisamente en la forma en
que lo social es representado en la ideología y la
religión, es decir, como una totalidad.
Para tomar un ejemplo de la concepción de
totalidad social en la antropología, podemos ci-
tar el credo clásico en Broníslaw Malinowski:
"El punto de vista funcional acerca de la cultura
insiste por eso en el principio de que en cada tipo
de civilización, cada costumbre, objeto material,
idea y creencia cumplen alguna función vital,
tienen alguna tarea que cumplir, representan una
parte indispensable dentro de un todo en acción"
(Antropology in Encyclopedía Brítanníca, First
Supplementary Volume, London, 19026). Uno de
de los actuales seguidores de Malínowski en esta
cuestión, escribe: " ... Estableciendo su compara-
ción con otros sectores del sistema total y su re-
lación con los principios articuladores dominan-
tes de ese sistema, nos daremos cuenta muchas ve-
ces de que los fines y propósitos abiertos y os-
tensibles de un ritual determinado, enmascaran
deseos y metas inconfesados e incluso incons-
cientes. También nos daremos cuenta de la com-
pleja relación que existe entre las pautas de síg- .
nificado abiertas y las ocultas, las manifiestas
y las latentes. Como antropólogos sociales, somos
potencialmente capaces de analizar el aspecto so-
cial de esta relación. Podemos examinar, por
ejemplo, las relaciones de dependencia e inde-
pendencia entre la sociedad total y sus partes, y
las relaciones entre los diferentes tipos de partes
y entre las diferentes partes del mismo tipo"

l'
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(Víctor Turner, La Selva de los Símbolos, Ma-


drid, 19080, p. 51).
El conjunto 'de las partes constituye así en
estas concepciones la totalidad de una sociedad
particular, y cada parte por separado expresa
algo de esa totalidad. El supuesto es que sería
tóricamente posible el designar una totalidad so-
cial y que el fin de la investigación teórica sería
el establecer la función de las diversas prácticas
sociales como efecto de su relación con todos los
demás elementos de esta totalidad.
E1 problema con una concepción de esta es-
pecie es la noción de totalidad expresiva que en
ella está implícita. Es decir, la idea de que en
cualquier punto de la sociedad puede realizarse un
corte, que muestre algo esencial de esa particular
sociedad: lo cual supone que existen ciertos prin-
cipios generales por los cuales-la sociedad se ar-
ticula. Cada aspecto de la sociedad expresaría así,
por sí misma, algo de las interrelaciones gene-
rales que constituyen la totalidad social.'
El atribuir, al concepto de sociedad un status
epistemológico de unicidad implica que el factor
unificante viene a ser su "ley" o "verdad" única
e indivisible. En la concepción acerca de la tota-
lidad social es, en efecto, común la afirmación
de una relación de tipo fenómeno-esencia en que
el fenómeno es considerado como realización o
expresión de un determinado principio unifican-
te interno, que constituiría su esencia. Este pos-
tulado en que a cada "totalidad" se le' asigna
una determinada esencia, supone también una
cierta jerarquización. La totalidad está, en efec-
to, reducida a su esencia interna, siendo sus par-
tes formas de expresión de ésta y estando tal
esencia presente en cada una de las partes. Cada
parte o forma es considerada como expresión o
realización de la esencia de la totalidad.
Tales concepciones postulan una totalidad so-
cial, un todo jerárquicamente ordenado en que
las relaciones sociales son explicadas por el lugar
que dentro de él se les asigna. En el marxismo,
por ejemplo, nos encontramos con que las rela-
ciones sociales están sujetas a principios de je-
rarquización formalizados en parejas conceptua-
les como base/superestructura y relaciones de
producción/fuerzas productivas. Las formas so-
ciales son comprendidas en función de una totali-
dad previamente dada, cuyo principio de ordena-
ción asume también a menudo el papel de princi-
pio de movimiento con el cual se quiere explicar
causalmente el desarrollo de la totalidad. La ma-
nera de funcionar de las formas sociales está en
este tipo de concepciones derivadas de su forma
discursiva, convirtiéndose las relaciones sociales
en simple medio por el cual una tendencia fun-
damental ya dada es realizada o contrarrestada:
su rol específico se desenvuelve dentro de los mar-
cos. de una ley de movimiento y desarrollo postu-
lada de antemano. .
El paso de una forma social a otra, empero,
no necesariamente tiene que entenderse como un
efecto inevitable de la forma de rango "inferior".
Lo fundamental en la concepción esencialista de
la totalidad 'social no es un determinado desarro-
llo temporal sino la concepción de las formas so-
ciales como realización de su posición en un sis-
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tema jerarquizado. Postular un principio de je- nómicas, la estabilidad social, los comportamien-
rarquización que ordena las diferentes formas tos políticos, están determinados por una y la
dentro del marco de la totalidad puede hacerse misma clase de historicidad, que la historia mis-
de muy diversos modos. ma puede comprenderse como constituida por
grandes unidades, estadios o fases, cada cual con
En todo caso, la concepción de totalidad so- su principio inherente que define su conexión in-
cial en todas sus variantes implica que cuando terna y la transición a otra unidad, estadio o
haya un cambio social éste consistiría en la tran- fase.
sición desde un principio general de articulación
a. otro, sea que tal principio se especifique me- Considérese por ejemplo la noción de "An-
diante una teoría general de determinación o no. tigüedad". Como objeto de análisis, ésta es una
forma de "individualidad histórica" que tiene su
En este terreno teórico de las llamadas tran- origen en determinadas concepciones teóricas y
siciones de un sistema a otro, el marxismo ha su- prácticas culturales. Pero, ¿ por qué habríamos
frido muy a menudo de evolucionismo y teleolo- de considerar como un objeto de análisis cohe-
gía. Estas concepciones reproducen las carac- rente el mundo del Mediterráneo entre la época
terísticas esencia'es de las filosofías de la histo- de la formación de las ciudades-estado y la caída
ria que representan el desarrollo histórico como del, Imperio Romano? ¿ Por qué habríamos de
un proceso de realización de un principio supra- aceptar que las formas de representación engen-
histórico. El cambio de un sistema a otro es con- dradas por la unificación política y cultural del
cebido como un resultado necesario del desarro- mundo del Mediterráneo -por griegos y roma-
llo de contradicciones internas dentro de la tota- nos- definiría un objeto unitario de investiga-
lidad. Así, por ejemplo, las relaciones feudales ción? Los clasicistas han aceptado esta concep-
son cencebidas como necesariamente conducen- ción de lo greco-romano, en que la "Antigüedad"
tes al capitalismo. aparece como un objeto unitario de análisis, pe-
Ahora bien, el desarrollo de las relaciones so- ro no existe más razón para ello que la que exis-
ciales que han sido llamadas "capitalistas" presu- tiría para considerar como tal a América Lati-
pone la destrucción efectiva de otras relaciones na desde Cristóbal Colón en adelante.
sociales que han sido llamadas "feudales". Pero
tal supuesto previo no puede ser previsto gentil- Este tipo de historiografía creyó poder des-
mente por ningunas "contradicciones internas" cribir una sociedad a través de reproducir com-
que hubiesen de llevar a la ruptura del "sistema pletamente su devenir. Es cierto que tal historia
feudal" y a la creación de las condiciones nece- consistía en un conjunto de historias distintas,
sarias al surgimiento y desarrollo del "capitalis- pero el historiador reestablecía la uniformidad
mo". Si así fuera, el fin de la historia estaría ya entre ellas, así como entre los diferentes tiempos
dado en su comienzo y la historia no sería más que las caracterizaban, mediante la relación co-
que el proceso de realización de tal fin. Semejan- mún de todas ellas con una evolución. Conecta-
te concepción teleológíca requiere siempre de una ba, pues, lo discontinuo mediante el procedimien-
necesidad o causalidad transhistórica. Las filo- to de presentar los diferentes elementos como co-
sofías de la historia hacen de la historia un sim- existentes o suc-esivosdentro de un contexto con
ple proceso de desarrollo de algo, un proceso con un sentido único. En la historiografía tradicional,
un sujeto, y una causa continuamente actuante la conexión de los "sucesos" o "hechos" del pasa-
en conexión con los atributos de ese sujeto que do en el transcurso histórico y la selección de los
dirige el proceso a través de sucesivas etapas de sucesos que son pertinentes sólo puede hacerse
desarrollo hasta un resultado final en un estado mediante el recurso a una consciente o incons-
de cosas. Un resultado final que no en todas las ciente filosofía de la historia, en el sentido de
variantes de esta concepción es esencialmente un esquema explicativo que intenta racionalizar
necesario como nuestro inmanente devenir, pero toda la historia como una historia necesaria.
que es de todos modos la conclusión de una ca- Para un nuevo tipo de historiografía se tra-
dena de acontecimientos sujeta a una motivación, ta, en cambio, de construir estructuras, de reem-
cadena que marcha en alguna dirección determi- plazar el estudio ,de un fenómeno "dado" por el
nada y que está ligada a un sujeto singular que estudio de un objeto determinado por su defini-
constituye la base de su unidad como proceso. ción, juzgando el valor científico de este objeto
Este tipo de análisis histórico se pregunta según la 'problemática dentro de la cual puede
por la conexión entre diferentes sucesos, por la ofrecer soluciones, y según las respuestas que
necesidad de un orden de sucesión determinado da a problemas determinados, y estableciendo
por la continuidad entre unos y otros, por el con: los límites dentro de los cuales tal estructura es
tenido común que en su conjunto tendrían. Tra- aplicable y tiene significado. Como señala Míchel
ta de dar cuenta '<lecada civilización en su carác- Foucault, la perspectiva larga, la aparición '<le
ter total, es decir, encontrar el contenido común períodos largos en la nueva ciencia histórica,
a todos los hechos de un determinado período, no es un signo de retomo a las filosofías de la
la ley que explicaría su conexión mutua. El inten- historia, a las grandes eras de la humanidad o
to de tal empresa está ligado a la concepción de a las fases prescritas por el ineluctable desarro-
que sería posible encontrar un sistema de ínter- 110 de la civilización, ·sino el resultado de una
re'aciones que uniría los "sucesos" de una de- sistemática elaboración metodológica de series.
terminada unidad espacial y temporalmente de- Las series que se describe, los límites que Se fi-
limitada, una red de relaciones causales que per- ja, las comparaciones y correlaciones que se esta-
~!tiría explicar cada una de ellas como expre- blece, ponen en cuestión la manera teleológica
sion de una y la misma matriz. El 'Supuestoimplí- de ver. Las diferentes series corren paralelamen-
cito en tal concepción es que las relaciones eco- te o se suceden, coinciden o se interceptan, pero
»r,

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no pueden reunirse en un desarrollo lineal úni- duciría empero a contradicciones, y con ello a
co, En vez de una cronología continua se tienen nuevas fases. Cada Gestalt revela un principio
escalas de tiempo distintas, mutuamente irreduc- unitario para todos los aspectos de la vida social.
tibles, que no pueden ser subordinadas a una ley El Espírittu hegeliano es la realidad total, omní-
única y común (Míchel Foucault, L'archéologie moda, a la vez causa final y eficiente de la histo-
du savoir, París 1969, p. 16). ria, causa formal y material. Comocausa formal,
el Espíritu constituye el origen de la estructura
Este cuestionamiento del tiempo cronológico racional o forma de la sociedad, como causa ma-
se refiere a la concepción del tiempo histórico terial, es la propia realidad de la historia. Para
como un continuo único y homogéneo. Lo pro- Hegel, la aparente multiplicidad caótica de los
blemático es la identificación de tal tiempo, así acontecimientos encubre un logos oculto, una
concebido, con un proceso histórico único en el unicidad argumental que guía el proceso histó-
que el conjunto del tiempo social forma parte rico: la de los modos en que el Espíritu realiza
del gran movimiento de conjunto en que se ha- su abstracta libertad en la concreción de las ins-
ce la historia, y que es identificado con el tiempo tituciones' humanas. En Hegel, la totalidad no
cronológico. Esta identificación hace de la histo- es un recurso de método, sino un "supuesto esen-
ria un relato a la vez que una teleología, el proce- cial". La totalidad hegeliana posee, tras la mul-
so del devenir y cumplimiento "de" algo. Tal tiplicidad de sus manifestaciones, una esencia
concepción de la historia como movimiento de que permanece incambiada a través del desarro-
la sociedad en su conjunto y como totalidad so- llo histórico. Los sucesivos "momentos" en que
cial es un historicismo. La alternativa a esta el sistema total se realiza en la historia no alte-
concepciónno es el producir otra filosofía de la ran la identidad esencial de éste. Para Hegel, el
historia sino el abandonar la empresa, el dejar desarrollo del sujeto (de la conciencia) es el pro-
de buscar una necesaria racionalización de un ceso de realización de una pontencialidad inma-
relato teleológico.La ausencia de una "historia" nente. Los chinos y otras naciones que carecen
única de la humanidad socava el papel de una del concepto occidental de sujeto unitario son
cierta historiografía identificada con una filoso- vistos por Hegel como momentos parciales en un
fía teleológíca de la historia. proceso aún no completado, detenido en un esta-
Tan dudoso como el supuesto de un tiempo dio particular de desarrollo que no es el de la sub-
histórico único es, por lo demás, el representar- jetividad a la que el hombre se halla predestina-
se la historia como una serie de tiempos parale- do.
los que, si bien desfasados, se superpondrían mu-
tuamente constituyendo un todo. La economía, En una forma similar Max Weber convierte
las ideologías, la política, no tienen cada cual su la sociedad occidental actual entendida como ca-
historia lineal que, agregada a las otras, daría pitalismo racional, moderno, en patrón 'de medi-
por resultado la historia pura y simple. da y principio ordenador de todas las demás so-
ciedades. Weber ve el desarrollo de Occidente co-
Por sus efectos teóricos, esta concepción de mo un procesode' realización de la esencia huma-
los modos de producción se sitúa en el terreno na, siempre hada grados más altos de raciona-
de aquellas filosofías de la historia que hacen lidad, y contrasta tal proceso con el estancamien-
posible concebir a esta última como una jerar- to ,de Oriente. Una jerarquía de formas sociales
quía de totalidades sociales (del feudalismo al ca- es así establecida y cada forma de cultura o so-
pitalismo al ... ). Esta concepción supone, por ciedad es vista como realización o expresión de
ejemplo, que existiría una tendencia histórica un lugar en esa jerarquía. La explicación de We-
inherente al "modo de producción capitalista" ber acerca del paso desde una forma social a otra
que conduciría inexorablemente al socialismo, en gira en torno a cómo un nuevo espíritu se impo-
un proceso lineal. Pero, como señala con razón ne al anterior. Weber no nos entrega una elabo-
Kalki Glauser: "Creer que el capitalismo lleva ración conceptual de las condiciones de existen-
en sus propias entrañas el germen de su supera- cia de las distintas formas sociales, sino que en-
ción comunista -tema frecuente en la obra de tiende tales condiciones más bien como expre-
Marx- y que puede ser 'negado' por uno de sus sión de un cierto espíritu, '<ledeterminado senti-
propios elementos constituyentes esenciales (el do y determinados valores. Según Weber, las
proletariado), es en el fondo tener una visión relaciones sociales, así como la actividad social
hegeliana del devenir histórico. Supone en efecto y los grupos sociales, han de considerarse siem-
una historia Jineal y homoqénea en que cada for- pre en último término desde la perspectiva de las
ma productiva particular escondería in ovo la acciones de los individuos. Estas acciones son
forma lógica siguiente. ¿ Qué es esto sino otra concebidas como realización de ideas (sentido
versión del 'espíritu del mundo' que se objetiva o valores) que operan al nivel del sujeto humano
en la historia, manifestándose en sucesivos 'mo- individual. Según Weber, lo que determina y cons-
dos de producción' ensamblados por una dinámi- tituye una acción es un sentido. La capacidad de
ca interna al estilo de la 'negación de la nega- realizar sentido y valores, la racionalidad, es
ción'?" (Kalki Glauser, Desarrollo, Democracia, presentada como lo específicamente humano. En
Marxismo-Crisis de la Izquierda latinoamerica- la obra de Weber, nos encontramos con un prin-
na. Instituto de Estudios Latinoamericanos, Es- cipio jerárquico de ordenación de las formas so-
tocolmo, 1981). ciales y culturales y con un postulado curso del
desarrollo histórico, el cual es considerado como
En la "Fenomenología del Espíritu", Hegel realización de la esencia racional del hombre.
presenta, en efecto, la historia a través de dife-
rentes Geetaiten, cada una de las cuales actua- Muchas teorías sociales después de Weber
ría sobre la base de su propio principio funda- nos ofrecen ejemplos de puntos de vista que mi-
mental. El intento de realizar este principio con- den el desarrollo y jerarquizan· totalidades so-
.1

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ciales a partir de una situación presente, por cambio. Corno quiera que sea, la construcción
ejemplo los tipos y variantes con los cuales las teórica de Parsons y Smelser se caracteriza por
sociedades se clasifican según su mayor o menor la doble determinación explicada anteriormente
diferencia respecto a los rasgos de la "sociedad y, en este sentido, por una te'eología parcial.
moderna", "sociedad industrial", "economía de
mercado", "sociedad estructuralmente diferencia- Este tipo de teleologías "parciales", se enfren-
da", etc. ta a un problema fundamental: se hace preciso
conciliar las dos maneras de determinación me-
El individualismo teórico weberiano tiene co- diante un nuevo supuesto que postule una corres-
mo consecuencia que no elabora ningún sistema pondencia mutua preestableci-da entre ambas.
conceptual riguroso acerca de las estructuras so- Tal postulado conduce, empero, a problemas epis-
ciales y sus condiciones de existencia, sino que temo'ógicos, ya que supone, o bien que las deter-
se contenta con postular la jerarquía de formas minaciones sociales y naturales tienen un senti-
sociales antes mencionada. Debido a que la do, una capacidad inmanente de corresponderse
cuestión de las condiciones de existencia de las con el modelo explicativo o realizarlo, o bien que
relaciones sociales prácticamente no es tocada, tal modelo manifiesta la esencia de los procesos
no se presenta en Weber en forma explícita un sociales y naturales.
problema de doble determinación, por el princi-
pio te'eológíco inmanente y por las condiciones Una teleología parcial implica que una parte
de exístencia ; pero ello no significa que este pro- al menos de la totalidad se halla sometida a una
blema no esté presente, implícitamente, en su doble determinación: por un lado, el principio
discurso teórico. o ley interna que fija a cada forma social un lu-
gar determinado en la jerarquía; por otro, con-
E.J probl ama de una doble determinación de diciones naturales y sociales de existencia sin las
las formas sociales aparece, en cambio, nítida- cuales tal forma social no podría subsistir. Las
mente, en 113,obra del sociólogo norteamericano formas sociales dependen así, en esta concepción,
Talcott Parsons. En su trabajo "Economy and por un lado de límites "teóricos" establecidos por
Society", T. Parsons y N. J. Smelser desarrollan el modelo explicativo, y por otro lado de límites
r.na teoría acerca de la sociedad como un conj un- reales y materiales más allá de ese modelo, no
to de sistemas de acción relativamente autóno- comprendidos por él. Los cambios en las formas
mos, cada uno con sus supuestos y requerimien- sociales son función, por un lado, de la ley de mo-
tos, vale decir, sus condiciones de existencia en vimiento y desarrollo inmanente al modelo expli-
tanto sistema. Los problemas que una sociedad cativo y, por otro, de cambios en sus condiciones
enfrenta son, en esta teoría, los de los diferentes de existencia. Las formas sociales se entienden
sistemas de acción, y su solución más o menos así de acuerdo a su grado de proximidad al mo-
adecuada es un requisito indispensable para la de'o o tipo ideal y a su realización, pero al mis-
reproducción de la totalidad, mo tiempo como dependientes de condiciones de
existencia determinadas.
Sin embargo, además de esta determinación
de los sistemas sociales por sus condiciones de Una te'eología universal, por otra parte, abar-
existencia. Parsons y Sme'ser afirman también ca la totalidad con todos sus componentes y su
que los sistemas sociales poseen una tendencia desarrollo. La historia es para ella un proceso re-
inmanente a desarrollarse en la dirección de una gido por la necesidad; su principio de jerarqui-
cada vez mayor racionalización y diferenciación zación es pues también un principio de movimien-
estructural. En consecuencia, cada sociedad esta- to y desarrollo. Ein una teleología universal las
ría doblemente determínada ; por un lado, por determinaciones no teleológicas no encuentran ca-
sus condiciones de existencia y, por otro, por su bida: cada estadio y situación dentro del sistema
tendencia inmanente a diferenciarse >estructural- jerárquico es expresión de su esencia, no de otras
mente. Los cambios sociales serían pues una determinaciones.
función de esta doble determinación, y las formas Una teleología universal concibe la sociedad
sociales habrían de entenderse, por un lado, co- como una totalidad, en sí misma completa, con
mo sistemas de acción determinados con rasgos todas sus determinaciones, condiciones y efectos.
y condiciones de existencia determinados, y por To-dadeterminación o condición que no fuese con"
otro lado en relación a su grado de semejanza cebida como necesaria a ella, como su propio efec-
con una sociedad estructuralmente diferenciada. to necesario, haría problemática la aspiración de
Esta segunda manera de ver prima cuando se la teoría a ser el conocimiento de este objeto -la
trata de sociedades con menor diferenciación es- sociedad y su desarrollo- ya que éste estaría
tructural que la moderna, ya que se las analiza sujeto entonces a condiciones y causas más allá
en función principalmente de cuán lejos han lle- del alcance de tal teoría. Si uno concibe condicio-
gado en el camino hacia una sociedad diferencia- nes y causas más allá de las especificadas en el
da estructuralmente. En cambio, tratá,ndoS¬ de concepto de la sociedad como totalidad, este con-
sociedades más diferenciadas, es el esquema teó- cepto se vuelve problemático.
rico de los diversos sistemas de acción el que
prima en el análisis. La tendencia inmanente del En las conceptualizaciones teleológicas del de-
desarrollo histórico que Parsons y Smelser pos- sarrollo de las relaciones sociales, estas últimas
tulan, tiene en estos autores un rango explicativo se convierten en medio o modo de realización de
superior al de las con-diciones de existencia de una tendencia o fin, o bien en el resultado de ha-
Jos sistemas de acción, puesto que a estas Últimas ber alcanzado un tal fin. Es común a ciertas co-
no se les reconoce ninguna efectividad real en lo rrientes del marxismo que la clasificación de las
que a la explicación del cambio social se refiere: relaciones sociales se halla condicionada por una
es la tendencia inmanente lo que da cuenta del concepción del proceso histórico como realización
-1

19

de una finalidad. Las distintas formas de rela- sentaciones empiristas del tiempo, de las cuales
ciones sociales representarían etapas diferen- el par sincronía/ diacronía constituye una varian-
tes de tal proceso de realización y la historia se- te. Tal concepción descansa sobre el supuesto de
ría así un sistema jerárquicamente ordenado, cu- un tiempo histórico continuo y homogéneo,en que
yo principio de ordenación estaría constituído por lo sincrónico es entendido como esencia y lo dia-
el grado en que tal fin fuese realizado. crónico como desarrollo o continuidad de ésta.
Expresión de tales supuestos es la idea de que
Rastros de la filosofía teleológica hegeliana sería posible realizar un "corte" de esencia, es
de la historia se pueden sin duda encontrar en decir, leer en la inmediatez de un instante deter-
Marx: pero ya en los "Manuscritos económico- minado todo el sistema de determinaciones de los
filosóficos" él criticó a Hegel porque éste consi- fenómenos históricos. Althusser niega la posibi-
deraba la naturaleza cambiante de los conceptos lidad de un semejante "corte" hegeliano, que per-
como una forma de autogénesis. Otro texto de mitiría revelar en cada Geetalt un principio uni-
Marx, la introducción a los Grumdrisee (1857), tario para todos los aspectos de la vida social.
nos ofrece el más minucioso planteamiento meto-
dológico y teórico que podemos encontrar en Althusser se preocupa por demostrar cómo
Marx. El método que propone en dicha introduc- el concepto de totalidad expresiva, en el cual ca-
ción no busca una esencia hegeliana en las dife- da parte refleja la esencia del todo, está relacio-
rentes formas históricas, sino, por el contrario, nado con la concepción de la historia como un
las numerosas determinaciones en que se presen- todo constituído por sucesivas totalidades expre-
tan las diferencias decisivas entre las formas his- sivas que se desarrollan teleológicamente, En tal
tóricas. El planteamiento de Marx en la introduc- concepción, el tiempo es un doble corte esencial:
ción parte de una crítica de Hegel y de la econo- cada parte reflej a la presencia del todo en la tem-
mía política clásica. Marx critica un método co- poralidad y la copresencia de las partes en el todo
mún: el de aislar y analizar una categoría me- es grafícada como tiempo cronológico,aquel tiem-
diante el proceso de abstraer los elementos que son po en el cual el proceso teleológico de la histo-
comunes a la categoría en todas las épocas y ti- ria se revela a sí mismo. El corte esencial es la
pos de formación social. El se vuelve contra el doble presencia del sujeto que hace la historia,
intento de identificar mediante la abstracción cada totalidad es la emanación de un sujeto y el
lógica el contenido inmutable del concepto a tra- proceso de desarrollo histórico en su conjunto
vés de la historia. La unidad que el método de es la pr-esenciaen devenir del sujeto que subyace
Marx quiere producir, es diferenciada y especí- a él y lo motiva. Althusser quiso probar que una
fica, no una identidad que se alcanza abstrayén- totalidad compleja no posee ningún tal corte esen-
dola 'de las diferentes formas históricas. No pue- cial, que es un complejo de temporalidades di-
de, por ejemplo, decirse que el concepto de pro- ferenciadas que no pueden ser reducidas a un
ducción, referido al modo de producción capita- instante de presencia. Althusser quiso negar tal
lista, tenga una identidad inmediata con el con- tiempo social total porque un todo del tiempo
cepto de producción referido al modo de produc- no es nada más que la copresencía de los mo-
ción feudal. Marx señalaría más tarde en El Ca- mentos de una totalidad.
pital cómo la existencia de "trabajadores libres
asalariados", que en la economía política es vista "Modo de producción" es, para la escuela
como una categoría naturalmente dada, tiene en althusseriana, algo perteneciente a la esfera de
realidad una historia muy específica, la ,de la lo formal-abstracto, por oposición a "formación
acumulación originaria, Aquí muestra Marx de social", que correspondería a lo real-concreto, a
qué manera interviene la política, lo cual cons- una sociedad determinada. Las formaciones so-
tituye un ejemplo de las muchas deterrninacío- ciáles son entendidas como totalidades concretas
nes que es preciso tomar en un análisis teórico. de la práctica económica, política e ideológica
En el método de Marx no desaparecen las dife- en un cierto lugar geográfico y en un cierto pe-
rencias entre las formas sociales. Ellas no son ríodo histórico, definidas como combinación o su-
aprisionadas en una síntesis "más alta" o "más perposición determinada de varios modos de pro-
esencial", lo cual implicaría una pérdida de in- ducción "puros", en que uno de estos modos es
formación concreta. El concepto de unidad de dominante respecto a los demás. Esta teoría se
Marx es el de una unidad compleja, una unidad convierte así en base de apropiación de la his-
diferenciada. toria en el pensamiento.
Es en crítica al marxismo hegelianizado, a las En un sentido más restringido, -el concepto
teleologías, al historícísmo y "humanismo teó- "modo de producción" es identificado por el al-
rico" que Louis Althusser y Etienne Balibar en thusseríanismo con la base o nivel económico.
su obra "Para leer El Capital", se fijan como Balibar distingue dentro de esta base un conjun-
objetivo el elaborar, sobre la base de Marx, una to de elementos -trabajadores, medios de pro-
teoría no teleológica de la historia, de los "mo- ducción, no trabajadores- que se relacionan en-
dos de producción". El problema central de la tre sí a través de dos tipos difer-entes de rela-
ciencia histórica sería, según Althusser, el de có- ción: por un lado, relaciones de propiedad, que
mo entender las relaciones entre diferentes par- se refieren a la apropiación del sobretrabajo (tra-
tes de una "totalidad social" y de qué manera dicionalmente denominadas "relaciones de pro-
el concepto de tiempo ha de concebirse y refe- ducción"); y por otro lado, relaciones de apro-
rirse a esas part-es. Althusser critica la repre- piación material o real, referidas al vínculo en-
sentación del tiempo histórico como homogéneo, tre trabajador y naturaleza (tradicionalmente de-
así como la posibilidad de un "corte" de esencia. nominadas "fuerzas productivas"). La lista de
La crítica de Althusser se dirige contra las repre- no-variables para el análisis es pues la siguiente:
20

1. trabajadores ramente consecuente -y consecuente hasta el


fin- con estas premisas teóricas cuando usaba
2. medios <le producción una metáfora tomada de la formalización mate-
2.1. objeto de trabajo mática para presentar los modos como "conjun-
tos" formados por la combinación de las catego-
2.2. medios de trabajo. rías elemental_es,y la teoría general como la "ma-
3. no trabaj adores triz" generadora de todos los "conjuntos" posi-
bles (A. Badiou, Le (Re) Commencement du
A. relación de propiedad materialisme dialectique, Critique, vol. XXIII,
B. relación material o real de apropiación NQ 240, 1967). La teoría general contenía así
las bases para la derivación de todos los modos
Balibar subraya especialmente la nítida se- posibles. Ella generaba un tablero o un juego de
paración entre estos dos tipos de relaciones que, series de posibles existencias. Este tablero, a tra-
si bien en el modo de producción capitalista se vés <le la combinación diferencial de sus elemen-
superponen mutuamente, €n modos anteriores se tos, generaba una matriz de todas las formas po-
hallan claramente diferenciadas. sibles <le formaciones sociales, concebidas como
combinaciones de modos <le producción. La teo-
. En un sentido amplio, "modo de producción" ría general se presentaba así como la apropia-
es en cambio una totalidad que abarca tres nive- ción en el pensamiento de las posibilidades de
les -económico, político e ideológico- de los la historia.
cuales uno, el económico, es determinante en úl-
tima instancia, ya que es el que decide cuál de Las condiciones de existencia de las relacio-
los tres ha de ocupar un lugar dominante en la nes sociales no pueden, sin embargo, estar da-
totalidad, que es concebida así como una estruc- das en los conceptos acerca de esas relaciones.
tura a dominante. Cada modo de producción se La efectividad social -entendiéndose el término
caracteriza por el papel dominante que asume "efectividad" como el conjunto de las relaciones
uno u otro de los tres niveles, pero es siempre el de causalidad, de causa y efecto-- debe buscarse
nivel económico quien asigna este papel. Los tres en el análisis de los resultados de las correlacío-
niveles -l6conómico, político e ideológico- son nes de fuerzas sociales, resultados que constitu-
ordenados, en efecto, en una jerarquía en que yen condiciones de existencia de nuevas corre-
la economía desempeña e1 papel decisivo; pero laciones. La explicación social requiere siempre
se distingue explícitamente entre este papel de- la teorización de la "coyuntura", y los concep-
terminante que siempre corresponde al nivel eco- tos generales pueden servil' solamente como me-
nómico y el lugar dominante en la jerarquía, que dies de análisis d€ tales coyunturas. Los concep-
puede ser ocupado por niveles distintos en mo- tos generales nos proveen categorías acerca de
dos de producción distintos: el nivel ideológico las relaciones de la lucha social. Pero ellos no pue-
en el comunismo primitivo, el político en el mo- den darnos, por anticipado, los resultados de esa
do de producción antiguo, etc. La transición en- lucha. Ellos, por lo tanto, rio pueden constituir
tre modos de producción distintos es analizada explicaciones a priori sobre los conflictos socia-
en términos de un desplazamiento de dominan- les, ni estos conflictos pueden ser reducidos a ser
cia desde un nivel a otro. productos de una causalidad ya preestablecida
en el concepto. Por consiguiente es necesario re-
Del estudio del "modo de producción capita- chazar cualquier teoría general de modos de pro-
lista", Althusser infiere el concepto de estruc- ducción.
tura "a dominante", que después extiende a la
totalidad de los "modos de producción". La exis- Althusser y Balibar, por más que insisten en
tencia de un nivel dominante que unifica la sin- distinguir entre modo de producción y forma-
gularidad de cada "formación social" parec€ ser, ción social, no logran llevar esta diferenciación
en esta concepción, un requisito necesario para adelante con rigor. Una cosa es insistir formal-
todos los modos de producción posibles de cons- mente en que toda formación social es un com-
truir a partir de la matriz que combina los di- plejo articulado <le modos de producción en el
versos elementos básicos 'de la teoría general. Es- que uno de ellos es dominante y otra cosa muy
ta teoría da origen a una serie de formas posi- distinta es probar cómo esta combinación res-
bles de existencia. Mediante las distintas combi- ponde a las necesidades de la causalidad estruc-
naciones posibles de los mismos e'ementos se ge- tural y pasar desde las determinaciones abstrac-
nera una matriz que incluye todos los modos de tas de la estructura a la situación c-oncreta. Es
producción lógicamente posibles. Los modos de ilusorio suponer que dado suficiente tiempo y
producción son generados pues mediante los con- esfuerzo sería posible establecer un orden jerár-
ceptos que especifican los elementos constitu- quico de niveles de determinación que permitie-
yentes de un modo de producción en general, a se pasar sin contradicción al análisis de las con-
través de diferentes combinaciones. La matriz diciones específicas de cualquier coyuntura par-
de todas estas formas delimita así los tipos de ticular. El intento de Althusser de reestructurar
relaciones sociales que pueden existir, en virtud el marxismo y darle una base teórica coherente
<le las solas propiedades lógicas de sus cate- fue en realidad un dramático fracaso. Pero un
gorías. Quedan con esto fundidas en una misma fracaso en extremo importante. En verdad, Al.
cosa, por un lado la posibilidad lógica de una thusser hizo algo que es más progresivo teóri-
cierta construcción teórica y, por otro, las con- camente y más significativo que lo que ha hecho
diciones de existencia de las relaciones sociales. cualquier otro pensador marxista, al llevar cier-
Los conceptos relativos a cada modo de produc- tas formas de teorización marxista a los límites
ción específico son derivados directamente de los en que su naturaleza problemática se hace evi-
conceptos básicos de la teoría. Badiou era ente- dente.
21

A pesar de su explícito y decidido rechazo a vidad a sus conexiones en el orden conceptual,


las concepciones teleológicas, "Para Leer El Ca- asignando una autoefectividad a las relaciones en-
pital" comparte con tales concepciones un discur- tre conceptos. Una vez que la existencia de una
so en lo fundamental esencialista. Althusser cri- forma es postulada, es su concepto quien especi-
tica la causalidad expresiva, pero la alternativa fica sus modalidades y es de sus formas concep-
que propone -una causalidad estructural-e- im- tuales que se derivan sus efectos. La existencia
plica problemas teóricos de un- carácter funda- se torna esencia. El no pensar las estructuras
mental similar. Este concepto de "causalidad es- sociales en función de sus condiciones de existen-
tructural" ocupa un lugar central en su teoría. cia, el no pensar estas condiciones como indepen-
Al explicar cómo una estructura dominante de- dientes de cualquier esencia postu'ada, genera
termina otras subordinadas, en el marco de una una tendencia al automatismo y a la autosufi-
estructura total "a dominante", es este concepto ciencia. En su novela "Los Pasos Perdidos", Ale-
el que da a la teoría coherencia lógica. Todos los jo Carpen ti el' invierte por boca de uno de sus
fenómenos de la totalidad se explican por su es- personajes el principio filosófico al decir: "modo
tructura, que es así autosuficiente e independien- automático' es esencia sin existencia". El esen-
te de condiciones externas de existencia. cia'Isrno supone, en efecto, un pensamiento auto-
mático, a priori, predeterminado, cerrado, estre-
E-n las conceptualizaciones racionalistas, cier- cho, en que todo está contenido y es reductible
tos conceptos y formas discursivas son consíde- a la esencia, a la "ley" y "verdad" de ésta. Pero
rados como especificando objetos capaces de una )0 que hace falta es, en cambio, un pensamiento
existencia autónoma, unidades determinadas de abierto, que en vez de reducir los fenómenos so-
ser. El concepto althusseríano de modo de produc- ciales a su "esencia" indague sus condiciones d'9
ción ofrece un excelente ejemplo de esta mane- existenc'a. Relaciones sociales determinadas no
ra de pensar. Este no es concebido, en efecto, co- pueden ser especificadas sin referencia a deter-
mo simple especificación de un determinado ob- minados efectos de otras prácticas sociales. Es-
jeto discursivo o como desempeñando un deter- tos efectos, necesarios para la especificación de
minado papel en la formación de otros conceptos las relaciones sociales, constituyen sus condicio-
u objetos del discurso, sino como cenceptua- nes de existencia. No se trata aquí, sin embargo,
lización de relaciones sociales en ta-nto formas de ningún modo, de entender las condiciones de
susceptibles de una existencia independiente del exist sncía como unidades perentorias y conclu-
discurso que las especifica. Lo que el concepto de yentes.
modo de producción quiere apropiar es una uni-
dad de ser con sus determinantes, en su totalidad Dicho esto cabe preguntarse, si es de verdad
y efectividad. Las condiciones de existencia de fructífero concebir cada una de las distintas for-
las relaciones sociales, así como la efectividad mas sociales como algo que 'posee una "unicidad
de estas últimas en tanto tales, estarían presen- estructural" que le sería característica. Es decir,
tes o podrían deducirse de su concepto, el cual concebir las "sociedades" o "formaciones socia-
habría de ser entendido, así, como existencia en la les" como constituídas formalmente, estructura-
abstracción (Barry Hindess y Paul Hirst, Mode das, como "unas". Para que tal construcción con-
of Production and Social Formation, London, ceptual fuese coherente, se requeriría que lo eco-
19'77, p. 27). nómico, lo político, y lo ideológico, o bien coin-
cidiesen totalmente en sus campos de acción, o
Dentro de las ciencias sociales el concepto de bien estuviesen jerarquizados de tal manera que
modo de producción ha sido desarrollado como una de estas esferas, por ejemplo, la economía,
una forma definida de totalidad social que es ca- unificase al conjunto de la "sociedad", desempe-
paz de existencia histórica como sociedad. El ñando así un rol de determinación de las otras.
concepto es entendido así como una apropiación El concepto de estructura "a dominante" viene
en el pensamiento de esa posibilidad/realidad con- a ser en este último caso, implícitamente o no,
creta: la natura"eza y límites del concepto son conscientemente o no, una condición necesaria
por eso la naturaleza y límites del ser del objeto. de existencia del concepto de "sociedad".
Ahora bien, la noción de apropiación de lo con-
creto en el orden de lo abstracto supone que el Semejantes concepciones teóricas han dificul-
objeto de tal apropiación existe tal cual es con- tado una teorización adecuada de las relaciones
cebido en el conocimiento. Dicho objeto es enten- sociales. La conceptualización de las estructuras
dido así como una totalidad social cuyas deter- sociales no ha de hacerse en términos de que és-
minaciones y efectos se supone son aprehendidos tas son unidades finitas de ser, internamente di-
abstractamente como generalidades. La forma de ferenciadas en niveles (económico, político, ideo-
causalidad que corresponde a tales entidades (to- lógico) y en subnidades (modos de producción
talidades-generalidades) consiste en efectos cuya dominantes y subordinados), con niveles de efec-
necesidad Se halla dada en el concepto, que están tividad dominantes y subordinados, gobernados
especificados en él y que en las condiciones con- "en última instancia" por 10 económico.
cretas de su aplicación, sufren cuando más modi-
ficaciones. Esto tiene que ser necesariamente así, La posición teórica aquí adoptada es la de
ya que si lo concreto ha de ser "apropiado" en el rechazar esta forma de conceptualización y ne-
pensamiento, entonces debe ser aprehendido en gar cualquier tipo de causalidad privilegiada. Lo
sus determinaciones y éstas, si han de ser suscep- cual significa rechazar toda forma general y ne-
tibles de expresión abstracta, deben ser en esen- cesaria de proceso histórico, ya sea la evolución
cia generales. y superación de un modo de producción/totali-
dad social, ya sea su autorreproducción. La forma
'.' '..El efecto de semejante concepción es reducir en que se concibe tal proceso histórico es un pro-
las condiciones de la práctica social y su éfecti- dueto del tipo de·causalidad que se asigne a las
22
totalidades sociales que se supone lo generan y Las relaciones sociales tienen una estructura
le sirven de apoyo. abierta: no constituyen un sistema, una totali-
dad, ni están unificadas por un propósito general.
Estas concepciones de totalidades sociales co- Las relaciones sociales deberían ser consideradas
rresponden a la noción ideológica de sociedad. como agregados de instituciones, formas de or-
El concepto de formación social es el equivalente ganización, prácticas y sujetos que no responden
marxista de la concepción empirista histórica y a ningún principio causal privilegiado, ni tienen
sociológica de "sociedad-objeto". La formación determinada coherencia lógica, sino que pueden
social es concebida -para usar un término apro- diferir y de hecho difieren en la forma, sin ser
piado de la terminología del idealismo- como un tampoco todos esenciales para el conjunto.
"individuo histórico", una unidad finita del ser,
en forma de un objeto de estudio actual o po- Es necesario rechazar la concepción queen-
tencial. tiende las relaciones sociales como totalidades,
Si existen buenas razones para rechazar con- como un todo gobernado por un singular princi-
cepciones tales como la de causalidad estructural pio determinativo. Tal totalidad tiene que ser
y similares, que se basan en la idea 'de algún prin- coherente consigo misma y todos los agentes y
cipio articulador o alguna esencia unificante de relaciones que se encuentran en su esfera de ac-
cada sociedad, "modo de producción" o "forma- ción tienen que estar sometidos a sus efectos.
ción social", entonces se hace necesario proponer Los seguidores de Durkheim, por ejemplo, defi-
otra manera de conceptualizar las estructuras nen lo "social" como una entidad unitaria y co-
sociales. ¿Por qué tendrían las relaciones socia- mo algo que se caracteriza por una particular na-
Ies que ser entendidas como un todo estructurado, turaleza y un particular proceso de evolución.
representable ante el conocimiento como una to- Todas las sociedades tienen, para ellos, los mis-
talidad? ¿Por qué no podrían las relaciones so- mos orígenes y las mismas características elemen-
ciales ser interpretadas sin recurso a un meca- tales básicas. Esto les hace cargar con e'. peso de
nismo aenera; de conexión o determinación? un concepto de "sociedad" como una entidad in-
dividual coherente. Léví-Strauss insiste en usar
Nos encontramos en las teorías sociales con la noción de "sociedad" o de "cultura" como una
una nostalgia del todo que da lugar a la tenden- entidad homogénea de una clase particular, y que
cia de buscar interpretaciones totalizantes, aca- puede ser puesta en oposición teórica a -si no
badas, concluyentes, a través de las cuales se cree empíricamente diferenciada de- la "naturaleza"
poder dar a toda forma -al cuerpo social- un (Léví-Strauss, C., The Elementary Structures of
sentido y un significado transparente. Tal cuer- Kinship, London 1969, p. 8). Continúa así siendo
po social se caracteriza, brevemente, por ser com- más durkheimiano de lo que él mismo podría
pleto, centralizado, geometrizable; porque sólo pensar.
conoce jerarquías, finalidades; por inscribirlo to-
do y buscar siempre su unidad, cerrándose ante Para analizar la efectividad de las relaciones
cualquier dispersión. En la medida en que se ha- sociales no es necesario convertirlas en un todo
ble de un principio unificador se hace intervenir homogenizado, unificado. interconectado y singu-
una dimensión que es, nuevamente, esta especie lar; la "sociedad". Una vez que las relaciones so-
de globalización o de reunión en torno a un tér- ciales han sido liberadas del esquema de la tota-
mino. Este tipo de teoría cada vez más engloban- lidad, desaparecen en cuanto tales muchos de los
te y homogénea fascina como bella totalidad que problemas que han venido preocupando a gran.
seduce por el fantasma de ver siempre más lejos des teóricos políticos y sociales, como por ejem-
y por la seguridad de un saber dominado. plo, el de qué mantiene unida a la sociedad, o el
de qué hace de las relaciones sociales una totali-
A mi parecer esta dimensión totalizante es, dad, otorgándoles un propósito central. Al mis-
sin embargo, por completo ajena a las relaciones mo tiempo, todo proyecto de trazar una gen-ea-
sociales, que no tienen ningún centro. El "cuer- logía de la sociedad en términos de un acto o
po social", el conjunto de las relaciones sociales contrato funcional, o su homólogo de establecer
no admite tal. "unidad", que implica siempre la una genealogía de las sociedades de clase en tér-
postulación de un cierto orden jerárquico, así minos de un acto de explotación fundacional, se
como tampoco admite lo que se acostumbra a vuelve ocioso. Nuestro rechazo a una tal teoría
considerar baj o la noción de "coherencia". Las social general se basa en nuestro rechazo a ver
relaciones sociales son más bien un conjunto inco- loasrelaciones sociales como una totalidad.
herente, pues no puede obtener coherencia de nin-
guna esencia unifícante. En el caso de la historia y la ciencia política,
la apariencia de unidad deriva frecuentemente
No existe base teórica para la concepción de de la realidad jurídica del Estado. Es la unidad
un "efecto social" unitario y completo con una formal del c-oncepto jurídico de Estado lo que
frontera exterior. e internamente diferenciado en hace postular una paralela unidad de la "socie-
niveles estructurales. Una vez que la concepción dad" correspondiente. El Estado no puede, sin
de totalidad social, como una determinada uni- embargo, comprenderse a partir de sus límites
dad del ser, como existencia que se corresponde formales, sino que ha de entenderse como un "he.
con su concepto, es abandonada, entonces los cho", como producto de un conjunto de condicio-
problemas relacionados con las formas de cone- nes. Tampoco el Estado constituye una "unidad",
xión entre los elementos constitutivos y su efecto ya que detrás de la apariencia unitaria formal
unitario, los problemas de contingencia empírica se esconden los diferentes aparatos de Estado
por un lado y de determinación en última instan- y la posibilidad de que entren en contraposición.
cia por el otro, deben necesariamente desvane- Los aparatos de Estado y el poder de Estado no
cerse. son homogéneos. El Estado no es una entidad
23
unitaria. No hay ninguna coherencia necesaria un carácter estructurado en el sentido de que
o unidad de acción entre los diferentes aparatos existen interconexiones entre las instituciones,
de Estado y ni siquiera al interior de cada uno las prácticas y sus condiciones de existencia, pe-
de los aparatos mismos. La unidad que poseen ro la manera en la cual tales núcleos están arti-
depende de medios de unificación bien determi- culados no es la de las determinaciones privile-
nados: la manera en que los aparatos son espe- giadas que postulan las teorías de la totalidad.
cificados en el discurso legal o administrativo, J:ill rechazo a la concepción de la totalidad social
los procedimientos particulares de regulación, co- no significa pues que no podamos considerar es-
mités ínterminísteriales, etc. Si bien estos me- tructuras específicas de relaciones socia.es y sus
canismos pueden afectar significativamente las consecuencias. Pero los objetos de análisis no son
condiciones de la acción y las fuerzas compro- objetos unitarios con una estructura única y ne-
metidas en determinadas arenas de conflicto, no cesaria, así como tampoco un montón de partes
pueden sin embargo, asegurar la unidad de ac- sueltas, sino que la conexión entre los componen-
ción. tes de la estructura social ha de entenderse como
una construcción hecha de elementos que carecen
La noción de la unidad del Estado y de la so- de una identidad preestructurada,
ciedad no toma en cuenta pues el hecho de que
las acciones y prácticas, las instituciones y reía- La articulación de los elementos es una cons-
clones, aunque surjan SÓlO bajo determinadas con- trucción, una interpretación que no puede hacer-
diciones sociales, no necesitan expresar un prin- se más que en función de cierta lógica. Se advier-
cipio general esencial. te, pues, la doble. exigencia que se nos impone
por una parte, la necesidad de disponer de un
Para tomar otro ejemplo: La pregunta por sistema de referencias, de una teoría que nos per-
los orígenes del capitalismo, es generada por mita ordenar la masa de material que recoge:
la concepción de una totalidad cuya estructura por otra parte debemos rechazar precisamente
históricamente dada sólo sería cognoscible a tra- toda teoría que le exija dar privilegio a cierto
vés del análisis de su génesis. La tan debatida tipo de causalidad y unidad. Tenemos que ate-
genealogía del capitalismo como medio para la nernos firmemente, no a algún privilegio causal
interpretación del presente es la genealogía de de oscuro origen, sino al principio mismo de una
una totalidad. Es por eso que la transición del lógica abierta. No debemos acomodarnos de nin-
feudalismo al capitalismo asume una importan- guna manera a una formalización cerrada, so pe-
cia tan central, ya que tal proceso de transición na, en la búsqueda de la singularidad extrema,
es al mismo tiempo el momento de génesis de de excluir ípso f'acto.de nuestro campo la posibi-
una totalidad: el capitalismo. Si se rechaza esta lidad misma del análisis. Lo que se necesita es
concepción esencialista de totalidad social no hay una teoría que pueda promover una formaliza-
ninguna necesidad inmanente de que las relacio- ción tal que mantenga, sin reducirlo, el domi-
nes sociales se combinen en una totalidad. Se ha- nio de la singularidad. Hay que respetar simul-
ce entonces imprescindible plantear el problema táneamente estas dos exigencias aparentemente
de la "transición" de unas relaciones sociales a contradictorias: el orden y la singularidad.
otras como una investigación de condiciones de
existencia específicas y de luchas sociales parti- ¿ Cómo se produce tal singularización, cómo
culares. se le puede explicar, ya que en la investigación
concreta estamos frente a un conjunto de rela-
No hay ninguna necesidad de construir las ciones sociales específicas, con sus caracteres es-
relaciones sociales como estando mutuamente co- pecíficos, con sus caracteres particulares muy
nectadas a través de una jerarquía de determina- definidos? ¿ Cómo explicar, pues, la singularidad
ciones dada de antemano y que nos compromete- de un conjunto? En un próximo trabajo voy a
ría con una doctrina general de causalidad. Lo abordar y tratar de responder a estos interro-
que más bien se necesita es examinar los efectos gantes.
particulares de prácticas específicas, analizán-
dolos sin imponer limitaciones previas a los ti- A 10 largo de este trabajo he argumentado que
pos y formas en que tales efectos pueden darse. el análisis de las relaciones sociales en su f'uncio-
namiento y efectos no necesita de la transforma-
No debe confundirse el concepto de estruc- ción de éstas en un todo homogéneo y unificado:
tura social con la aquí criticada concepción de "la sociedad". Las relaciones sociales pueden ser
totalidad social. Estructura social y totalidad so- tratadas como discontinuas, sin un tiempo .homo-
cial no son la misma cosa. Las totalidades po- géneo, sin necesidad de alguna esencia, sin que
seen ciertas formas generales de causalidad cuya tengan que constituir una totalidad. En verdad,
acción privilegiada asegura las condiciones de avanzar en el análisis de las relaciones sociales
existencia del todo, trayendo .consigo la necesi- requiere abandonar el concepto de totalidad so-
dad de ciertos estados de cosas. A mi parecer, el cial. El resultado teórico de la argumentación
conjunto de relaciones sociales escapa a esta di- desarrollada en este trabajo es que las concepcio-
mensión de la unidad totalízante, es decir, de la nes tradicionales acerca de "la sociedad" y "el
unidad concentradora en el sentido de una iden- sujeto" con su carácter unitario y totalízante,
tidad e individualidad. Criticar esta concepción son disueltas. La ruptura con esta pareja con-
no significa argumentar en favor de una simple ceptual sujeto/sociedad abre el camino a una nue-
superposición de fragmentos autónomos sin artí. . va manera da aná'isis.
culación entre sí. Las relaciones sociales tienen
1

precisamente por ser anterior y exterior al discur- delo de la realidad (A. Wittgenstein, "Philoso-
so, asume una posición privilegiada y viene a ser phical Investigations", Oxford, 1963.
la presunta medida de Ja corrección o incorrec-
ción del discurso; ya que la sociedad se presenta La discusión en torno a este problema tiene
como algo dado, anterior a sus caracterizaciones una estrecha relación con el tema que aquí se dis-
discursivas, y estas últimas como una reproduc- cute. Si el lenguaje fuese un sistema de represen-
cion, adecuada o no, de esa realidad anterior a la taciones de la realidad externa, necesitaríamos en
cual intenta corresponder y pretende explicar. El efecto poseer algún mecanismo independiente de
que exista una correspondencia epistemológica en- acceso a dicha realidad para poder medir la ma-
tre la unidad del discurso y una unidad de la rea- yor o menor veracidad ne tales proposiciones lin-
lidad más allá de él no es, empero, en modo al- güísticamente formuladas, y su correspondencia
guno, algo evidente. con el mundo de los objetos. Si, en cambio, el len-
guaje es más bien una serie de conceptos signi-
Hasta las últimas décadas, la filosofía de la ficativos y no de símbolos de cosas, entonces no
ciencia en Occidente ha estado dominada por una tenemos ninguna necesidad de poseer tal acceso
manera de entender la ciencia y sus teorías que a la realidad. El intento de expresar una tal rela-
se funda y es atravesada por el empirismo y que, ción de representación y correspondencia entre
en este siglo, ha sido elaborada por las doctrinas el lenguaje y la realidad envuelve la idea de que
filosóficas del positivismo lógico. Según esta con- explicar es identificar orígenes. Pero el discurso
cepción existiría una correspondencia directa en- no tiene nada qué ver con la búsqueda de un ori-
tre una buena teoría y los acontecimientos y pro- gen que sería hogar de verdad y razón. No tiene
cesos del mundo real: los hechos serían irrefuta- origen en este sentido. Comprender cabalmente
blemente establecidos a través de la observación lo que constituye el discurso no requiere de tales
objetiva, las teorías ofrecerían diversas explica- indagaciones. Lo representado no tiene existencia
ciones de tales hechos sobre la base de las cuales más allá del proceso que lo representa, no es un
podrían hacerse predicciones sujetas a compro- "origen" al cual pueda retornarse para indagar
bación empírica, la ciencia avanzaría a través la verdad o falsedad de la representación, sino
de una gradual acumulación de observaciones neu- que es el efecto de un proceso de significación.
trales y de hipótesis confirmadas, el entendimien- Como nos dice bien J acques Lacan "La relación
to científico se modificaría a través de la absor- de lo real con lo pensado no es la del significado
ción de teorías más antiguas y limitadas por teo- con el significante, y la primacía que lo real tie-
rías cada vez más amplias y completas. ne sobre lo pensado se invierte del significante
al significado. Lo cual se superpone a lo que pasa
Esta manera de ver la filosofía e historia de en verdad en el lenguaje donde los efectos de sig-
la ciencia es objeto actualmente de creciente crí- nificado son creados por las permutaciones del
tica y una nueva concepción de las cosas se ha significante" (J. Lacan, "Escritos", 2, p. 315;
venido desarrollando. Según esta nueva concep- México 1975). El lenguaje no cesa de referirse
ción, la ciencia no es una serie lineal e ininterrum- a sí mismo. No hay nunca un ínterpretandum que
pida de ideas qua se van acercando más y más a no sea ya interpretans. Como nos señala Michel
la "verdad", sino que, de acuerdo a filósofos de la Foucault, no hay nada de absolutamente primario
ciencia contemporáneos, la relación entre ciencias que interpretar porque, en el fondo, todo es ya
y realidad "objetiva" debe ser reconsiderada. No interpretación: cada signo es, en sí mismo, no la
hay hechos que sean puramente objetivos ni ob- cosa que se ofrece a la interpretación, sino inter-
servaciones que sean independientes de la teoría. pretación de otros signos. La interpretación ha.
Es, por el contrario, la teoría, la manera de en- llegado a ser una tarea infinita, pues se encuen-
tender, la manera de pensar, lo que determina qué tra ante la obligación de interpretarse siempre
a sí misma ad ínfínitum, no pudiendo dejar de
es lo que ha de tomarse como hechos, qué es lo que volver sobre ella misma. No hay signos que exis-
se observa y cómo. La observación misma es así tan originariamente, primariamente, realmente,
concebida como teniendo una carga teórica. Se- no hay sino interpretaciones.
gún esta nueva concepción, la ciencia tiene lugar
necesariamente dentro de una cierta colectividad Referir un orden discursivo a otro no discur-
que emplea un lenguaje común y que da por sen- sivo para buscar allí principios de validación, es
tadas ciertas premisas básicas que en último tér- un procedimiento mal concebido. Un orden discur-
mino no pueden ser comprobadas empíricamente. sivo no puede ser la expresión de otro no discur-
La ciencia opera así dentro de una determinada sivo. El discurso no es una representación, en el
perspectiva conceptual. sentido de una simple transcripción o "reflejo"
de los elementos de la sociedad y su desarrollo.
Las últimas obras del filósofo austriaco Lud- No es la "sociedad", sino una cierta estructura
wig Wittgenstein y la obra del filósofo francés conceptual, lo que gobierna al discurso.
contemporáneo Jacques Derrida entregan persua-
sivos argumentos en el sentido de que el lenguaje Los argumentos expuestos aquí no niegan en
no es, en modo alguno, una serie de proposiciones manera alguna la existencia efectiva de un "mun-
acerca de un estado de cosas empírico. En su do real", de objetos no discursivos, sino advierten
última teoría acerca del significado, Wittgenstein contra las posiciones epistemológicas que apelan
niega sus propios puntos de vista anteriores de que a su existencia para establecer criterios discursi-
proposiciones con significado son las que se mol- vos de prioridad y validez. La teoría social no es
dean según un estado de cosas y argumenta que una forma discursiva cuyo objeto es "la sociedad"
el significado de una proposición depende del como una unidad dada de antemano y autodeter-
contexto en que es usada y de las reglas que es- minada. Este objeto, la "sociedad", es un objeto
. pecifícan su uso. El lenguaje no es pues un mo- concebido, un p",·odwottJ.-de determinados discursos
8

políticos, jurídicos, históricos, filosóficos, inscritos ser estimados válidos y cómo se ha de situar el
ellos mismos dentro de determinados marcos e cientista en relación a su objeto de estudio.
instituciones.
Uno de los aspectos más intrigantes de la obra
de Kuhn es el de cómo éste enfoca el paso de un
La validez de las proposiciones discursivas, paradigma a otro .. Si la ciencia consiste en una
por tanto, no puede derivarse de tal supuesto ob- serie de modelos sin continuidad entre sí, ¿cómo
jeto, sino que sólo puede establecerse con relación se pasa de un modelo al siguiente?, ¿cuáles son
a las reglas de formación del respectivo discurso. las características de una transición <le este tipo?
"Una ciencia no nace de la definición de un obje- La manera en que Kuhn presenta este proceso
to, ni de la imposición de un método" sino "de ilumina lo que puede considerarse como uno de
la constitución de un cuerpo de conceptos con sus los aspectos más políticos de la historia de las
correspondientes reglas de producción" (Fichant ideas científicas. Debido a que los paradigmas
y Pecheux M., "Sobre la historia de las ciencias", constituyen modelos de la realidad que son toma-
Siglo XXI Editores S. A., Argentina, 1971, p. dos como, "verdaderos", ellos crean también leal-
90). El objeto y la problemática de una ciencia tades. Durante el período de mayor influencia de
no es algo dado de antemano: el trabajo científico un paradigma, casi todos los que trabajan en el
consiste precisamente en construir los conceptos particular campo de estudio qU€ aquél cubre si-
que la ciencia requiere para moldear su objeto. guen su huella, compartiendo los supuestos epis-
Los conceptos mismos son los medios de produc- temológicos, los enfoques metodológicos y el pe-
ción de conocimiento dentro de la estructura de rímetro observacional que él ofrece. Pero cuando
una ciencia, estructura que, a su vez, ellos cons- ese período de apogeo es dejado atrás, comienzan
tituyen. a emerger nuevos datos e ideas fuera de los lími-
tes que el paradigma legitima, surgiendo un
Una ruptura teórica implica que ciertas repre- abanico de opciones estratégicas diferentes a se-
sentaciones e interrogantes, ciertos conceptos glo- guir. Algunos permanecen entonces leales al vie-
bales pierden toda significación y deben dejarse jo paradigma, descartando la validez de todo nue-
de lado, pasando a formar parte de lo que Gastan vo dato o concepto discordante con él. Otros bus-
Bachelard llama "la historia periférica de la cien- can acomodar el viejo paradigma extendiendo sus
cia". El progreso teórico se realiza, precisamente, conceptos y límites para abarcar los nuevos ele-
mediante el plantear las preguntas de una manera mentos; estrategia que puede funcionar durante
nueva, mediante la organización del proceso de un tiempo, dependiendo de la novedad de los nue-
conocimiento dentro de marcos diferentes a los vos datos, de la flexibilidad del antiguo paradig-
vigentes hasta entonces. De los distintos desarro- ma y de la habilidad casuística del intérprete.
llos teóricos que han contribuido a esta perspec- Sin embargo, dice Kuhn, llega un momento en que
tiva, los más influyentes y difundidos han sido una reestructuración de las herramientas teóri-
los de Thomas Kuhn. Según éste, la verdad es al- cas resulta inevitable y un cambio de paradigma
go incognoscible, el objeto de la ciencia es la re- se hace "económicamente" indispensable para el
solución de problemas y la historia de las ideas progreso ulterior. El viejo paradigma da paso así
científicas consiste en una sucesión de modelos a uno nuevo.
o "maneras de ver el mundo" que resultan útiles
en mayor o menor grado para tal objeto (Kuhn, Bachelard nos señala: "Para el espíritu pre-
T., 1962. "The Structure of Scientific Reso'u- científico la unidad es un principio siempre de-
tions", pág. 4, segunda edición, Chícago, Univer- seado, siempre realizado con poco esfuerzo. No
sity of Chicago Press), De estos modelos o para- hace falta más que una mayúscula. Las distintas
digmas, los de mayor alcance e influencia no ne- actividades naturales se convierten así en ma-
cesariamente presuponen ni incorporan a los pre- nifestaciones variables de una única y misma na-
cedentes, sino que representan un conjunto de so- turaleza. . . Esta exigencia de unidad plantea una
luciones alternativas que han sido cristalizadas a cantidad de falsos problemas" ("La formación
partir de ciertos datos y conceptos. Kuhn sugiere del Espíritu 'Científico", Buenos Aires, 1979, p.
que los esquemas teóricos que pueden ser consi- 103) .
derados paradigmáticos poseen dos característi- En vez de este concepto-obstáculo, lo que se
cas definitorias: primero, que "el llegar a ellos requiere es el reconocimiento de dimensiones y
se ha realizado en una forma suficientemente no- significados variados cuyos límites se traslapan,
vedosa como para captar el apoyo de un grupo de tal modo que estando en un punto cualquiera
estable de adherentes que los prefieren frente a no estamos dentro de un único conjunto unitario,
otros modos alternativos de actividad científica"; sino dentro de diversos conjuntos definidos de
y, segundo, "que ha dejado suficientes puertas diferentes maneras. Abogamos por la definición
abiertas a la resolución de toda clase de proble- de diferentes conjuntos, de dimensiones y signi-
mas por el nuevo grupo de usuarios del mode- ficados variados y complementarios. Las preten-
lo" (pág. 10). Todo paradigma de cierta impor- didas "unidades" no son otra cosa que productos
tancia establece el marco de referencia para la construidos por el observador a partir <le una
observación y la teorización durante un período materia prima heterogénea, procedente de proce-
de tiempo, hasta que termina por ser reemplaza- sos sociales diferentes. La ciencia teórico-empírica
do por una nueva cristalización, una nueva ima- moderna construye sus entidades, pero 1;10 por ello
gen de las cosas, que arroja nueva luz sobre ellos deja de usar controles. El quid es que no existe
al ser utilizada en la resolución de problemas. El un dominio de hechos extra-teóricos que hayan
paradigma dominante en cada período tiene una de ser la medida. deja teoría, ni un método común
enorme influencia sobre la actividad científica, a las diferentes ciencias con el cual pueda demos-
determinando cuáles datos han de ser considera- trarse la validez de un conocimiento. No hay nin-
dos significativos y reales, qué métodos han de guna ciencia unificada, que una a todas las cien-
9

cias a través de métodos comunes. No hay una ca- una ignorancia o una disposición negativa a tra-
tegoría única, sino diferentes formas de prueba. bajar en otros campos. Las ciencias sociales sólo
Los hechos no son algo dado, no son una realidad pueden salir ganando con el abandono de las con-
extra-teórica; pero no por ello deja de ser posible cepciones positivistas de la ciencia y la adopción
la prueba de una teoría. Los hechos son siempre de un punto de vista relativista y pluralista. Lo
un producto, una construcción del conocimiento, que diferencia a la ciencia de la religión es jus-
a pesar de que este último no siempre pueda ma- tamente la voluntad de permitir a la situación es-
nejar lo que construye. Probar no es comparar pecífica el dictar la interpretación y la manera
la teoría con una realidad exterior a ella, sino de interpretar. La idea de que los conocimientos
que es un proceso interno al conocimiento. Los o las ciencias configuran en último término un
controles no prueban la correspondencia del pen- orden racional único, correspondiente a la unici-
samiento con la realidad, no validan o declaran dad de la "realidad", es utópica. Si rechazamos
falsos los esquemas explicativos, sino que más esta concepción epistemológica del discurso, desa-
bien presuponen a estos últimos para su propia parece la necesidad de concebir sus objetos como
validez. totalidades. Nos liberamos de la exigencia de pen-
Jan Hacking argumenta persuasivamente que sar todos los objetos sociales como si su desarro-
la verdad o falsedad de una proposición depende llo estuviese regido por la ley general de un todo.
del modo de razonar adecuado a tal proposición.
Hacking insiste en que "aquellas proposiciones
que con necesidad requieren del razonamiento pa-
ra ser sostenidas poseen positividad -el ser o no II
verdaderas- SÓlO como consecuencia del modo de
razonar en el que tienen ocurrencia" (Hacking,
1. "Language, Truth and Reason" en Hollis M. La tradición filosófica occidental colocaba un
y Lukes, S., "Rationality and Relativism", Ox- ego soberano y consciente en el centro de una rea-
ford, 1982, pág. 64). Esta "positividad" de las lidad que se suponía susceptible de ser objeto
proposiciones es resultado del desarrollo y diver- de proposiciones discursivas. La concepción epis-
gencia de diversos esquemas conceptuales, por temológica de una relación de correspondencia
lo cual las condiciones de posibilidad de un cono- entre lo teórico y una forma de existencia no teó-
cimiento han de ser investigadas en términos de rica, independiente con respecto a la teoría es
argumentos, afirmaciones, proposiciones, que son en efecto central en todas las formas de empi-
dependientes de un esquema conceptual. Con ello, rismo. La relación entre lo teórico y lo no-teó-
cada esquema y conocimiento específico ofrece rico es, en el empirismo, provista por el sujeto,
criterios de validez; pero lo que no existe es una que posee los atributos de "experiencia" y "jui-
justificación metaconceptual de las formas de va- cio", a través de los cuales la mediación entre lo
lidez que tales esquemas proponen. teórico y 10 no-teórico es establecida. La expe-
Diferentes estructuras conceptuales pueden ha- riencia es concebida como el medio primordial
llarse en frontal contradicción mutua y envolver por el cual el sujeto se representa un objeto,
supuestos recíprocamente incompatibles, sin que mientras que el JUIcio establece, con la ayuda de
por ello dejen de producir conocimiento útil. Tal reglas, la correspondencia última entre catego-
contradicción no tiene por qué contener, obliga- rías y experiencia. El empirismo descansa sobre
toriamente, la posibilidad de ser resuelta en una la capacidad de la experiencia de funcionar como
síntesis superior. Ningún orden teóricamente con- representación. De esta manera nos entrega una
sistente, "ningún progreso del conocimiento" en justificación extra-teórica para una posición que,
el análisis de las relaciones 'sociales, tiene nece- en realidad requeriría problematizar la categoría
sariamente que conducir a un tal tipo de solución. de sujeto tomando en cuenta sus condiciones de
Hay que ser suspicaz con respecto a la categoría existencia. El empirismo ha ido en este respecto
"teoría social" y a la pretensión que implica de de la mano del llamado idealismo. Este último
ofrecernos la promesa de una teoría unificada realiza, en efecto, una crítica de la "experiencia",
acerca de un objeto singular, la "sociedad". Los pero comparte con el empirismo el concepto no
objetos de diversos campos teóricos no son tro- problematízado de "sujeto". No pretendo, al de-
zos, piezas parciales, de un objeto más grande, cir esto, negar la categoría de sujeto ni los pro-
la "soci-edad". Lo que hay que cuestionar es pre- blemas de las diversas formas ·de subjetividad,
cisamente este propósito de alcanzar un "conoci- sino más bien señalar que esta categoría y estos
miento unitario", cuyo objeto es una totalidad, problemas deberían ser el punto de partida de
correspondiente a un esquema explicativo general una investigación teórica. El concepto moderno
que identifica determinadas causas como defini- de sujeto es una construcción, si bien esto tien-
torias del todo, como aquello que lo constituye de a borrarse en sus pretensiones de hacer de
como todo. No puede haber tal conocimiento uni- "el sujeto" una realidad inherente, unitaria, da-
tario. Lo que hay es una serie de conocimientos da y constitutiva. Existe una fuerte tendencia a
distintos, pertinentes a la explicación de relacio- identificar las modernas concepciones sociales del
nes sociales, pero que no tienen un objeto común. sujeto con "el hombre" en sí. 'Coherencia en la
La historia, el psicoanálisis, la antropología, al- conducta, actividad .auto originada y unidad de
gunos aspectos de la sociología, son todos enfo- memoria y experiencia, son todos criterios con
ques de importancia vital. Hay que adoptar una que se identifica a tal sujeto como origen cons-
estrategia de aceptación de las diferencias y di- ciente de sí mismo.
vergencias teóricas, utilizando seriamente distin- Esta noción del sujeto como un ente dado, due-
tos métodos de trabajo y viviendo con la tal vez ño de sus actos y con centro en una conciencia
productiva incompatibilidad. 'EI trabajo riguroso unitaria, reflexiva y directiva debe ser cuestio-
dentro de un campo no implica necesariamente nada. Es necesario rechazar tal concepción de un
10
sujeto dueño de sí mismo, de su propia conducta, las capacidades biológicas activadas por "repre-
experiencia y pensamientos, los que fluirían des- sentaciones psíquicas", a través de símbolos y
de un origen simple y continuo. procesos mentales que no se hallan contenidos
"en" el individuo sino que tienen una dimensión
Esta concepción de un sujeto unificado y uní- social.
ficante, de un sujeto que puede reconocerse como
sí-mismo, como sí y mismo, es decir, como uni- Uno de los problemas presentes, en muchas
dad y continuidad, susceptible de escapar en su de las concepciones, sobre la totalidad social es
ser a la alteridad del inconsciente, a lo inconci- la idea de que una estructura es un ordenamien-
liable de las representaciones, a la parcialidad to de personas definidas institucionalmente. La
de las pulsiones, a la multiplicidad dispar de las definición de la sociedad como un conjunto de
identificaciones, es una concepción pre-analítica. relaciones entre seres humanos tiene el problema
Como nos señala J. B. Pontalis : "Del descubri- de que permite absolutizar la distinción teórica
miento de la 'personalidad múltiple' que signa entre individuo y sociedad, ya que el individuo
el advenimiento del psicoanálisis a la noción de puede entonces ser abstraído de la sociedad y teo-
Ichspaltung (escisión del yo) que cierra la obra rizado como una unidad substantiva. Tal división
freudiana, se puede sostener que tres cuartos entre individuo y sociedad abre un espado teóri-
de siglo de experiencia analítica minan la ilu- co en el que elementos tales como conducta, deseo,
sión de un sujeto monádíco, de una persona total fantasía, pueden ser pensados como separados
segura de pertenecerse" (J. B. Pontalis, "Entre de la sociedad, dado que el individuo puede ser
el sueño y el dolor", Buenos Aires, 1978, p. 159). pensado como exterior a ella. Ciertos elementos
Es evidente que si se comienza dando como hi- de la conducta humana y social pueden ser com-
póstasis del sujeto un "sí natural primario", prendidos a través de explicaciones que parten
resulta en última instancia" nulo todo el aporte de tal individuo hipotético, pues en tanto tal se-
psicoanalítico sobre la formación y la diferen- paración es mantenida puede proseguir la inter-
ciación de las instancias de la personalidad; el minable discusión acerca del papel relativo de la
"sí" natural no tiene más que alcanzar efectiva- naturaleza y del medio social.
mente su totalidad para consumarse. Las opera- El hecho de que algunos intentos recientes de
ciones psíquicas particulares- que constituyen al explicar toda la cultura por referencia a la biolo-
sujeto humano, la dialéctica compleja de las iden- gía -la sociobiología- hayan encontrado cierto
tificaciones, son borradas en beneficio de un cre- eco muestra elocuentemente que las ciencias socia-
cimiento cuasi orgánico que no sufriría sino las les, a pesar de ser defensoras de la determinación
detenciones, faltas o retrasos del crecimiento social, han dejado abierto un espacio en el cual
(ibid, pp. 167-168). han podido introducirse modelos explicativos uní-
Como Míchel Foucault ha señalado (en "Las versalístas y reduccionistas.
palabras y las cosas" 1966, Cap. 10, Sección V) Tanto la concepción del individuo como tabla
ninguna ciencia humana puede estar segura de rasa -cuya conducta, emociones y deseos están
no ser deudora del psicoanálisis o enteramente condicionados por las formas sociales- como la
independiente de sus descubrimientos. El psico- noción de que las formas sociales expresarían ins-
análisis no es tanto una ciencia humana entre tintos y necesidades individuales descansan sobre
otras, sino más bien una disciplina que abarca el mismo supuesto básico: el de un individuo ho-
todo el dominio de tales ciencias, anima toda su mogéneo, es decir, la idea de que el individuo se-
superficie, difunde sus conceptos a través de ría algo coherente de que puede darse cuenta, ya
ellas, y es capaz de proponer sus métodos de des- sea en términos de identidad de suma de conduc-
ciframiento y sus interpretaciones por doquier. tas o de predisposición instintiva. Si algo nos
Al mismo tiempo el psicoanálisis es, en relación ha enseñado la teoría psicoanalítíca es precisa-
con las "ciencias humanas", una especie de "con- mente que tal supuesto no resiste el análisis y que
traciencia": él fluye en la dirección opuesta, pro- un suj eto coherente no existe más que en la ima-
blematiza y cuestiona sus bases epistemológicas, ginación.
incesantemente "deshace" el concepto de hombre
que prevalece en las "ciencias humanas". 'Pero una concepción del sujeto y de sus capa-
cidades y competencias no tiene por qué ser de
El psicoanálisis freudiano desafía la visión este tipo, sino que puede referirse en cambio a
de un sujeto autoposeído por la conciencia. En determinadas prácticas y a sus efectos en la for-
efecto, 10 inconsciente divide y fractura al sujeto ma de sujetos como agentes sociales. Una teoría
de la conciencia. La conducta debe ser examina- de los agentes sociales no puede concebir a los
da siempre en relación al efecto complejo y a individuos como sujetos unitarios, centrados en
menudo indeterminable de aquel otro sitio de de- una conciencia determinativa. Los resultados de
terminación psíquica. La psique humana no pue- la etnografía y el análisis cultural han revelado
de ser concebida como un sujeto integral coinci- otros modos de concebir y especificar los agen-
dente con la conciencia. La conciencia y el yo se tes sociales. Las concepciones acerca de cuáles
fundan en el fraccionamiento causado por la re- unidades existen y acerca de las formas de sujeto
presión de deseos, anhelos y fantasías prohibi- varían socialmente; no existe "lo humano" como
dos por el orden social. entidad cultural unificada y básica. Las catego-
rías acerca del sujeto varían ampliamente en su
El psicoanálisis freudiano considera a la psi- carácter de una cultura a otra y de una época
que humana como algo más que lo que está con- a otra. La metafísica de la conciencia no es me-
tenido en las instituciones y códigos sociales ma- nos metafísica ni más. cercana a la "realidad ori-
nifiestos; pero no la considera como algo innato. ginal" de la experiencia humana que la metafí-
Los impulsos biológicos son operativos, siendo sica del taoísmo. Antes que algún dato filosó-
11

fico o psicológico dado, el sujeto es una catego- Nueva, Madrid, 1973, p. 3191 s.). En lugar de
ría social y un aspecto de las relaciones sociales, una teoría social llena de preguntas abiertas, se
un producto y un medio de organización de rela- busca una doctrina global, capaz de dar cuenta
ciones sociales muy específicas. El sujeto es pues de todo. Nos encontramos con el miedo al caos,
efecto y soporte de las colecciones de conductas con el sentir de la necesidad profunda de dar un
utilizadas en determinados conjuntos de relacio- orden y una razón a la sociedad y a la historia.
nes sociales. El sujeto es una construcción social Corno nos dice bien Estanislao Zuleta "en alguna
y en manera alguna producto inmediato de algu- medida está en todos nosotros de que todos tene-
na experiencia de conciencia esencialmente "hu- rnos la añoranza de una unidad perdida y hace-
mana". Esta construcción social, el sujeto, no es rnos nuestra oferta de idealización a una palabra
en ningún modo una unidad a la manera en que que nos designe al fin el sentido del mundo y nues-
lo es la "conciencia" en la filosofía cartesiana, tra situación en él" (Revista de Extensión Cultu-
sino que está construido sobre la base del tejido ral, NQ 13 y 14, p. 26, Universidad Nacional de
de las re'aciones sociales, con todas sus incon- Colombia, Sede Medel1ín)..
gruencias y contradicciones. El sujeto es un com-
plejo de capacidades y requerimientos sociales. Es corno si siempre nos pareciera necesario
Los atributos del sujeto dependen de técnicas, reunir bajo un concepto unitario todo ]0 que se
prácticas, competencias adquiridas y formas de ofrece a nuestra consideración. Siempre que tra-
asociación socialmente construidas entre las cua- tarnos de construir, ya sea una teoría de la "so-
les se destaca el lenguaje. ciedad", ya sea un sistema conceptual para ana-
lizar el conjunto de las relaciones sociales, y no
En la ilusión de una unidad del suj eto, de obstante nuestra insistencia en que tal sistema
una unidad del yo, podernos, sin embargo, tam- no ha de ser cerrado, cedernos a la compulsión
bién encontrar el origen de la concepción de una de buscar una unidad totalízante y concentrado-
unidad de la sociedad, la idea de la totalidad so- ra, de construir una individualidad, una totali-
cial. dad.
Freud nos explica esta nuestra tendencia así:
"Una función intelectual que nos es inherente
exige de todos aquellos objetos de nuestra percep-
111 ción o nuestro pensamiento, de los que llega a
apoderarse, un minimum de unidad, de coheren-
cia y de inteligibilidad, y no terne establecer rela-
¿ Qué es lo que motiva el afán de abarcarlo ciones inexactas cuando, por circunstancias espe-
todo, el deseo de englobar bajo un conocimiento ciales, no consigue aprehender las verdaderas.
sistemático y exhaustivo la "totalidad" de la so- Esta formación de sistemas se nos muestra no
ciedad y su desarrollo? ¿ Hasta qué punto es esta sólo en los sueños, sino también en las fobias y
idea la consecuencia de una concepción de oríge- las ideas obsesivas y en determinadas formas de
nes no conscientes? ¿ Qué significa el afán de al- la demencia. En la paranoia, constituye el ras-
canzar la totalidad, la globalidad, de buscar am- go más evidente y dominante del cuadro patoló-
paro bajo la autoridad de una visión unitaria? gico. Tampoco en las demás formas de neuropsi-
cosis puede quedar desatendido. En todos estos
Hay en este afán, en esta preocupación de casos nos es fácil demostrar que ha tenido efecto
globalización o de totalización cierta fantasía, una nueva ordenación de los materiales psíqui-
fantasía de cuerpo global, de cuerpo unitario, de cos, correspondiente a un nuevo fin, y a veces
ilusión de unidad ya que. tal-.unidad no tiene por forzada, aunque comprensible si nos colocamos
qué tener ningún privilegio. ¿ Por qué nos pare- en el punto de vista del sistema. Lo que mejor
ce siempre t.an necesario reunir bajo un concepto caracteriza entonces a este último es que cada
unitario todo lo que tenernos que considerar? Nos uno de sus elementos deja transparentar por lo
encontramos aquí con la necesidad de que todo menos dos motivaciones, una de las cuales reposa
tenga su lugar y nombre: el cuidado por lo es- en los principios que constituyen la base del sis-
tablecido e indentificable que hizo a Horkheimer tema y otra, oculta, que debe ser considerada co-
y Adorno caracterizar el pensamiento ilustrado rno la única eficaz y real" (Tótem y Tabu, Ma-
moderno corno forma profundizada de aquella drid, 1981, p. 127). Ahora bien, no se nos debe
angustia por lo desconocido que en el salvaje da escapar que Freud opina que las neurosis pre-
origen al mito. De la angustia surge la ilusión, sentan sorprendentes y profundas analogías con
como Freud ha demostrado tan alocuentemente. las grandes producciones sociales de la filosofía,
La filosofía sustenta según Freud "la ilusión de y que la paranoia es una caricatura (es decir,
poder procurar una imagen completa y coheren- algo que revela lo característico) de un sistema
te del Universo, cuando lo cierto es que tal ima- filosófico (Totem und Tabu, Frankfurt 1973, p.
gen queda forzosamente rota a cada nuevo pro- 91). Como señaló Freud en otro trabajo de la
greso de nuestro saber". El conocimiento cientí- misma época ("Das Interesse an del' Psychoana-
fico es opuesto a la visión totalizante del mundo lyse"), el psicoanálisis puede revelar la motiva-
que se caracteriza por ser "una construcción in- ción subjetiva e individual de una doctrina filo-
telectual que resuelve unitariamente sobre la ba- sófica que aparentemente es el resultado de un
se de una hipótesis superior, todos los problemas trabajo lógico imparcial, apuntando así hacia
(de nuestro ser), y en la cual no queda por lo los puntos débiles, aun cuando la crítica misma
tanto, abierta interrogación ninguna, y encuentra de ella en términos de su corrección científica o
su lugar determinado todo lo que requiere nues- no, quede fuera del campo del psicoanálisis, ya
tro interés" (Freud, S. "Una concepción del Uni- que la determinación psicológica de una doctrina
verso" en Obras Completas. Torno 111, Biblioteca no excluye en absoluto el que pueda ser válida
12
(Gesammelte Werke, Achter Band, Frankfurt es la primera identificación, y constituye la base
1973, p. 407). para las formas más evolucionadas de la identi-
ficación. En síntesis, Lacan nos dice que en esta
Al establecer diferencias entre tres sistemas identificación narcisista yace el origen del yo
intelectuales, a saber, el animista (mitológico), (Escritos 1, pp, 6-8, 11-17).
el religioso y el científico, Freud presenta al ani-
mismo como el sistema más "completo" y "lógi- En todo esto, que Lacan recoge como "Esta-
co", porque no pretende explicar solamente cier- dio del Espejo", se expresa una actitud de júbilo
tos fenómenos particulares y determinados, sino al sentirse como un objeto integrado en una uni-
que concibe el mundo como una totalidad. Freud dad espacial, y por consiguiente un temor de frag-
señala que algunos rasgos de esta concepción ani- mentación (porque lo espacial es divisible) ; esta
mista subsisten aún en la filosofía actual (To- identificación es, pues, depositaria de la unidad
tem und Tabu, Frankfurt 1973, p. 96). La con- más primitiva del yo así como de los temores
fianza en la magia se deriva de la sobreestima- más primitivos ante Íos peligros de fragmenta-
ción de las propias operaciones intelectuales, de ción. El fondo último del super-yo es esa repro-
la fe en la "omnipotencia del pensamiento". La ducción especular a partir de una figura parental
filosofía ha conservado rasgos esenciales del pen- arcaica que desencadena el jubiloso reconocimien-
samiento animista, tales como la sobreestímacíón to narcisista, y al mismo tiempo los sentimientos
del poder de las palabras, a las que confiere una de pérdida y fragmentación (Estanlislao Zule-
potencia inmanente -una fuerza mágica-, o ta, Teoría de Freud al final de su vida, Bogotá,
como la creencia de que los procesos rea es del 1978, p. 41). El terror de la fragmentación es
mundo siguen los caminos, "se rigen por las le- contemporáneo del descubrimiento de la imagen
yes" que nuestro pensamiento quiere señalarles propia, de la identificación con la imagen de sí.
(véase Freud, Neue Folge ... G. W. XV, p. 178).
En la fe animista, el hombre se atribuye a sí mis- La .tesis del estadio del espejo, derivada de
mo la omnipotencia de las ideas. Pero aún en la la observación del niño confrontado a la visión
actual fase científica encontramos rastros de la de su propia imagen en un espejo, condujo a La-
antigua fe en esta omnipotencia de las ideas, en can al descubrimiento de que el "yo" antes que
la confianza en el poder de la inteligencia cientí- algo preexistente es algo construido. :En el "es-
fica y de sus leyes sobre la realidad externa (To- tadio del espejo" el niño llega a formarse una
tem und Tabu, pp. 108-109). Freud argumenta imagen unitaria separada de la fragmentaria mo-
que si aceptamos que la fe en la omnipotencia de vílidad de las pulsíones. La imagen reflejada cons-
las ideas es un testimonio en favor del narcisis- tituye el prototipo del mundo de los obj-etos.
mo, entonces podemos intentar establecer un pa-
ralelo entre el desarrollo de la concepción huma- El estadio del espejo se caracteriza por lo ima-
na del mundo y el de la libido individual. Halla- ginario en el sentido de que el yo del niño se cons-
remos, así, que tanto temporalmente, como por su tituys sobre la base de su imagen reflejada. Lo
contenido, la fase animista corresponde al nar- imaginario es básicamente la relación narcisista
cisismo (Ibid, p. 111). del sujeto con su propio yo. En otras palabras,
el yo es en esto un yo ideal, estando su unidad
En el narcisismo intelectual, con su fe en la caracterizada por la identificación imaginaria de
omnipotencia de las ideas, encontramos efectos una posición unificada. El yo ideal es una pro-
síquicos de aquella fase narcisista del niño en la yección, en cuya aparente unidad el sujeto se des-
que el propio cuerpo es tomado como objeto y conoce.
cargado libidinalmente. En esta fase hay por vez
primera una representación mental del propio El ideal del yo es una función a través de la
cuerpo como una unidad y totalidad, la que cons- cual la imagen de unidad ideal retorna al sujeto
tituye una fuente de inmensa satisfacción y or- después de haber sido incorporada al lenguaje
gullo. El resultado, dice Jaoques Lacan, es una e investida de nuevas propiedades tales como "el
actitud de júbilo, y en su origen puede recono- despertar de su propio juicio crítico" esto es,
cerse una relación bipolar. Por una parte, el ni- propiedades provenientes del sujeto socialmente
ño tiene una experiencia propia de descoordina- consciente. Dicho de otra manera, el ideal del yo
ción motriz, fragmentación corporal y 'dispersión asegura la subsistencia del ideal narcisista ori-
que es el resultado del carácter específicamente ginario (Escritos 1, pp. 320-1, Escritos n, pp.
prematuro del nacimiento, propio de la gestación 289-305) _
humana. Por otra parte, en abierto contraste con La organización narcisista no habrá de desa-
esta experiencia, la imagen del espejo ofrece al parecer ya nunca por completo. El hombre per-
niño, del mismo modo que la imagen de cualquier manece hasta cierto punto narcisista, aún des-
otra persona, la visión de una totalidad. La fi- pués de haber hallado para su libido objetos ex-
gura de la madre, lo que más común y frecuente- teriores; pero los revestimientos de objeto que
mente se aparece a los ojos del infante, sugiere lleva a cabo son como emanaciones de la libido
una unidad, coherencia, grandeza y dominio que que reviste su yo (Tótem und Tabu, ed. cit., p.
es, a los ojos del niño, una forma idealizada, un 110) .
Geeialt con el cual se identifica porque encierra
la promesa de una anticipada totalidad y domi- Este desarrollo puede asumir la forma de una
nio que en el presente se siente como una caren- sublimación de la libido a objetos de producción
cia. Es ésta la identificación que el niño estable- científica. Corno señala Estanislao Zuleta, "El
ce en el orden de las imágenes -es decir, el or- pensamiento, no es la luz del alma, ni el ejer-
den "imaginario" corno diferente del orden "real", cicio de alguna mirada neutral; es un trabajo
ya dado, preexistente- y el orden "simbólico" que se lleva a cabo con todas las dificultades y
que se logra con y en el lenguaje. Esta reflexión posibilidades del cuerpo, tal como ha sido mar-

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