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El concepto del individuo sano

• Un individuo no puede ser evaluado sin tomar en consideración el lugar que


ocupa en la sociedad.
La madurez del individuo implica un movimiento hacia la independencia, que
siempre es relativa. No sería saludable que un individuo fuera tan retraído
como para sentirse independiente e invulnerable. Si hay alguien con esas
características sin duda es dependiente. Dependiente de una enfermera
psiquiátrica o de su familia.

Desde el punto de vista del desarrollo puede decirse que salud significa una
madurez acorde con la que corresponde a la edad del individuo. El
desarrollo, especialmente al comienzo, depende de una provisión ambiental
suficientemente buena. Esta provisión comienza con un alto grado de
adaptación a las necesidades individuales del bebé, y es la madre quien
generalmente puede proveer esa adaptación.

La adaptación está en consonancia con la creciente capacidad del bebé de


experimentar reacciones de frustración. Una madre sana es capaz de diferir/
diferenciar su función de fracasar en adaptarse hasta que el bebé ha
adquirido la capacidad de reaccionar con rabia a sus fracasos, en lugar de
ser traumatizados por ellos.

Un trauma representa la ruptura de la continuidad de la línea de la existencia del


individuo. Sólo en una continuidad de existir puede el sentido del self, de la
propia realidad, el sentido de ser, llegar a establecerse como un rasgo de la
personalidad individual.

En el comienzo, cuando el bebé esta viviendo en un mundo subjetivo, la salud


no puede describirse en relación con el individuo solamente; sí cuando el
niño se ha vuelto capaz de evaluar objetivamente la realidad, de distinguir
claramente el yo del no-yo.

Los temores, los sentimientos conflictivos, las dudas y las frustraciones están
presentes también en una persona sana, lo importante es que esa persona
sienta que está viviendo su propia vida, y sea capaz de atribuirse el mérito
cuando triunfa y la culpa cuando fracasa. Es así que el individuo pasa de la
dependencia a la independencia o autonomía.

En este punto es primordial el “sostén”, el cual se extiende desde el sostén


físico de la vida intrauterina, hasta la función de la familia y la asistencia
social. En un ambiente que lo sostiene suficientemente bien, el bebé puede
desarrollarse de acuerdo con las tendencias heredadas.

Vivir creativamente
Vivir creativamente es más importante para el individuo que tener éxito

La creatividad es el hacer que surge del ser. Indica que aquel que es, está vivo.
El impulso puede estar adormecido pero cuando la palabra hacer se torna
apropiada, entonces ya hay creatividad. Feliz es la persona que actúa
creativamente todo el tiempo, tanto en su vida personal como a través de su
pareja, sus hijos, amigos, etc.

La creatividad es la conservación durante toda la vida de algo que pertenece a la


experiencia infantil: la capacidad de crear el mundo. Para el bebé no es
difícil, ya que si la madre es capaz de adaptarse a sus necesidades, el bebé
no comprende al principio que el mundo ya estaba allí antes de que él fuera
concebido.

Cuando el bebé está preparado para descubrir un mundo de objetos e ideas, la


madre, ajustándose al ritmo con que se desarrolla esta capacidad del bebé,
le presenta el mundo. De esta manera, la madre le permite experimentar la
omnipotencia, crear y vincular lo creado con lo real. El resultado neto es que
todos los bebés vuelven a crear el mundo. Pero alguien tiene que estar allí
para que lo creado sea real.

A continuación puede introducirse gradualmente el principio de realidad, y el


niño, que ha conocido la omnipotencia, experimenta las limitaciones que
impone el mundo. Pero para entonces es capaz de emplear los mecanismos
de proyección e introyección, y por lo tanto de ceder la omnipotencia.

El valor de la depresión

La depresión encierra en sí el germen de la recuperación. Este es el punto que


vincula la depresión con el sentimiento de culpa (la capacidad de sentir culpa
es señal de un desarrollo saludable) y con el proceso de duelo. La tendencia
innata a la recuperación enlaza asimismo la depresión con el proceso
madurativo que se cumple durante la primera infancia y la niñez del individuo,
proceso que (en un ambiente facilitador) lleva a la madurez personal que
equivale a la salud.

Se llega así a una etapa en la que el niño es una unidad, puede expresar yo soy,
tiene un interior, es capaz de contener las expresiones y tensiones que
surgen en su realidad psíquica interna. El niño ha adquirido la capacidad de
sentirse deprimido. Se trata de un logro del desarrollo emocional. La
depresión por lo tanto está estrechamente relacionada con el concepto de
fortaleza yoica, el afianzamiento del self y el descubrimiento de la identidad
personal.

La causa principal de la depresión es una experiencia inédita de la destructividad


y de las ideas destructivas que acompañan al amor.
Estas experiencias requieren una reevaluación interna, y lo que percibimos como
depresión es esa reevaluación.

En cuanto a las cosas que pueden servir para aliviarla, esforzarse por levantar el
ánimo de la persona deprimida no es una de ellas.

Lo que da resultado es una buena persecución: en estos casos el fenómeno


malo externo puede utilizarse como lugar para una parte de la maldad interna
y producir alivio mediante la proyección de las tensiones internas. Pero sería
difícil prescribir el mal.

Pero podemos ayudar a una persona deprimida adoptando el principio de que


debe tolerarse la depresión hasta que ceda espontáneamente y
reconociendo el hecho de que solo la recuperación espontánea resulta
satisfactoria para el individuo. Ciertas condiciones apresuran o retardan el
proceso influyendo en los resultados. La más importante es el estado de la
economía interna del individuo. ¿Ese estado es precario?, ¿o hay una
reserva de elementos benignos?

Puede ocurrir que al salir de una depresión una persona sea más fuerte, más
sabia y más estable de lo que era anteriormente.

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