Discurso sobre el reconocimiento “Diploma a la investigación 2016”

Por: Citlali Jiménez

Al público presente:

Cuando se me dio la noticia de que podía dar un breve discurso en este evento, la
primer pregunta que se cruzó por mi mente fue: “¿Qué voy a decir?”. Considero que siempre
es complicado encontrar las palabras precisas para expresar lo que se piensa. Asimismo,
esa interrogante me hizo llegar a la conclusión de que las personas que tienen acceso a un
micrófono y a la libre expresión asumen una responsabilidad, porque nunca se sabe el
impacto que las palabras pueden ocasionar en la audiencia. Me digo a mi misma si eso no
es, de cierta forma, un privilegio, sobre todo en un contexto donde se rechaza y se silencia a
quienes enuncian palabras incómodas y se asesina a quienes buscan informar con
verdades.
Este discurso bien podría ser una lista de agradecimientos. Pero en vez de eso, hoy
quisiera hablar no sólo en nombre de Citlali, sino también a nombre de mi generación y de
mis compañeros y compañeras de esta institución, esperando que se sientan identificados
con alguna de las siguientes ideas.
Quisiera decir que este tipo de reconocimientos pueden ser incentivos hacia la
comunidad universitaria para que realice, con dedicación, pasión y esfuerzo, investigaciones
que procuren visibilizar problemáticas sociales urgentes, que a veces nos parecen lejanas
pero que día con día nos alcanzan. Sin embargo, me preocupa que esto se convierta en una
forma de competencia entre nosotros, que lejos de generar unión en la diversidad, nos
divida, nos aísle y nos vuelva seres individuales exacerbando los méritos propios, dejando
de lado los sentimientos de empatía y comunidad.
Así, pienso que es necesario generar espacios de diálogo con propuestas y acciones
fuera y dentro del ámbito universitario. Es decir, debemos comenzar a cuestionarnos las
formas en que hacemos investigación científica sin quedarnos estancados exclusivamente
en la academia, en las aulas o en los cubículos. Deberíamos retomar teorías científico-
sociales como herramientas de acercamiento y análisis de la realidad social en la que
estamos inmersos, en lugar de tratar de embonar con esas teorías, porque en los hechos, la
realidad siempre las desborda. Es necesario desmonopolizar las epistemes en las
universidades y reconocer que existen saberes otros fuera de los espacios académico-
universitarios, que no son considerados como legítimos por falta de rigurosidad
metodológica-científica. Además, tener un título o grado académico no debería tratarse
solamente de escribir libros y artículos en revistas de prestigio, tampoco se trata de dar
ponencias en coloquios o de recibir diplomas por los trabajos de investigación, sino más
bien, se trata de brindar elementos de transformación social.
 Hace falta desapegarnos de la herencia que nos han dejado las metodologías
científicas de corte positivista, por ejemplo, donde la constante es hacernos pensar de
manera objetiva y neutralmente valorativa todo cuanto nos rodea; en lugar de eso, debemos
sensibilizarnos frente a las realidades de aquellos y aquellas que percibimos como
otredades y con quienes nos mantenemos al margen cuando realizamos “trabajo de campo”.
En otras palabras, hace falta ver menos “objetos de estudio” y ver más seres humanos con
formas de pensar, sentir y actuar.
De igual manera, hace falta que los y las docentes den más apertura al interés crítico y
de investigación que los y las estudiantes tienen, así como fomentar ambientes recíprocos
de enseñanza-aprendizaje, porque las generaciones de jóvenes tenemos inquietudes y
propuestas relevantes, pero que muy pocas veces somos tomados en serio, por no tener
experiencia o simplemente por ser jóvenes.
En concreto, hace falta humanizar a las ciencias sin olvidar que, a pesar de que el
hacer y el saber científicos son sólo una forma de entender la realidad, no dejan de ser
herramientas útiles de pensamiento crítico. Por lo tanto debemos crear estrategias que
hagan colaborar en conjunto, y en equilibrio, a las múltiples disciplinas científicas, a los
saberes otros, a estudiantes, a docentes y a otros grupos sociales, para dar visibilidad,
entendimiento y posible solución a problemas de tipo social que nos aquejan hoy en nuestro
país.

Por su atención, gracias.