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Nuestras necesidades
insatisfechas
Cómo confiar en que Dios se encargará de ellas
1. Dios quiere dar respuesta a sus necesidades. A lo largo de la Biblia, Dios nos
invita a presentarle nuestras peticiones (Mt 7.7-10; Fil 4.6, 7;. 1 Jn 5.14, 15).
Como nuestro Padre celestial, Él quiere darnos lo que necesitamos, y la mayor
prueba de esto es el regalo de su Hijo. El Señor Jesús vino al mundo para
satisfacer las necesidades físicas, emocionales y espirituales al enseñar la
verdad, sanar a los enfermos, echar fuera demonios, y, finalmente, morir en la
cruz para salvarnos. Si Dios no evitó que su propio Hijo muriera a favor nuestro,
¿no nos dará también todas las cosas (Ro 8.32)?
2. El Señor conoce sus necesidades. Aunque debemos hacer conocidas nuestras
peticiones delante de Dios (Fil 4.6), el propósito de la oración no es informarle
nuestras necesidades. Él es omnisciente y ya sabe lo que estamos enfrentando.
La razón para buscar la ayuda del Señor, es que reconozcamos nuestra
dependencia de Él. El objetivo debe ser expresarle nuestras preocupaciones y
dejarle el modo y el momento de responder, confiando que en su sabiduría hará
lo que sea mejor Ya que el conocimiento de Dios llega más allá que el nuestro,
Él también sabe de qué necesidades no estamos conscientes. Desde su
perspectiva divina, Él mira lo que está en lo profundo de nuestro corazón, así
como en cada situación que enfrentamos. Aunque preferimos la ayuda
inmediata, Él se enfoca en nuestras necesidades espirituales y eternas. Es por
eso que puede parecer que Él no está cumpliendo su promesa, porque puede
estar actuando para satisfacer una necesidad aun más importante en nuestra
vida.
3. Dios tiene el poder de satisfacer sus necesidades. Nada puede frustrar los planes
del Dios Todopoderoso. Él planea la solución a su problema, ordena los
hechos, y produce la respuesta en el momento justo. La promesa de Jesús a sus
discípulos sigue siendo aún verdadera: “Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mt 7.7). No importa lo grande que pueda ser
el problema, Dios es más grande. Él “es poderoso para hacer todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder
que actúa en nosotros” (Ef 3.20).
PREGUNTAS DE ESTUDIO
La historia de Pablo en 2 Corintios 12.1-10 nos enseña cómo responder cuando Dios
no satisface nuestras necesidades como esperábamos.
Para comprender por qué Dios nos deja a veces en una situación difícil o confusa,
debemos entender sus prioridades. Desde nuestra perspectiva terrenal, Él puede
parecer insensible cuando no viene de inmediato a sacarnos a flote. Pero Él ve todo el
panorama desde su posición omnisciente, y está actuando para hacernos más
semejantes a Cristo.