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FACULTAD
ESCUELA PROFECIONAL
DERECHO
TÍTULO
NOMBRE Y APELLIDO
HUACHO – PERÚ
2018
DEDICATORIA
Es por ello que esperamos que el trabajo de investigación sea de agrado para los lectores,
ya que este tema es muy importante en la formación de un estudiante de derecho y muchos
más en el ámbito de poder interpretar el derecho en sus exactitudes.
Este trabajo terminara por resolver alguna duda que se tenga con respecto al tema. El
presente trabajo monográfico tiene como finalidad proporcionar información objetiva y
relevante basada en la ART. VI DEL TITULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL
PERUANO. Por ello, se ha recurrido a las fuentes más confiables y significativas que
permitirán proporcionar aportes objetivos y transcendentales para el estudio. Para concluir
espero pueda obtener nuevos conocimientos, y reforzar conocimientos anteriores.
INTRODUCCIÓN
El Articulo VI (Interés Para Obrar) es un tema que tiene una serie seleccionada de
capítulos o partes basadas en sus principios.
Toda persona como parte integrante de una sociedad donde imperan los conflictos de
intereses tienen derecho a la tutela jurisdiccional para el ejercicio o defensa de sus
derechos o intereses, por lo que al promover un proceso invocará su interés, interés que
tiene como fin ejercitar su acción y plantear su pretensión, es decir el interés para obrar.
En principio, se debe que ésta toma es de carácter procesal, motivo actual por el cual se
discute su permanencia respecto al TITULO PRELIMINAR DEL CODIGO CIVIL.
Éste articulo fija los presupuestos generales para constitución en parte de un proceso
judicial, señala los criterios generales de la regulación de la legitimidad en parte de un
proceso judicial.
Él articulo VI “Interés Para Obrar” del título preliminar dicta: Para ejercitar o
contestar una acción es necesario tener legítimo interés económico o moral. El interés
moral autoriza la acción solo cuando se refiere directamente al agente o a su familia salvo
disposición expresa de la ley.
El artículo VI del Título Preliminar de 1984 es el intacto, heredero del articulo IV del
Título Preliminar del abrogado del Código Civil de 1936. Este a su vez, tomo como fuente
inspiradora al artículo 76 del código Civil Brasileño de 1916.
Autorizada doctrina procesal nacional ha llegado a afirmar que el “Articulo VI del Título
Preliminar del Código Civil de 1984 es una norma y prescindible en nuestro sistema
jurídico”
La tesis del interés trata de explicar el denominado interés para obrar, así tenemos que en
circunstancias en que surge en una persona la necesidad o interés sobre un determinado
bien, es posible que exista otra persona que tenga interés o necesidad o interés sobre el
mismo, si esta contraposición de intereses se presenta, es necesario que este “conflicto de
intereses” sea resuelto por un tercero imparcial aceptados por ambos, pues está vedado que
cualquiera de ellos recurra a la vía directa, en razón de estar prohibida por el ordenamiento
jurídico, “la satisfacción o realización del interés no está encomendada al portador del
mismo interés insatisfecho”.
De ahí tenemos que el hombre se desarrolla en la vida de relación con sus semejantes en
una incesantemente cadena de necesidad y que estas solo se sacian con bienes, de lo que se
desprende la siguiente afirmación: en tanto las necesidades del hombre son ilimitadas los
bienes para satisfacerla son limitados.
El interés para obrar surge como una necesidad ante la prohibición de la acción directa,
pues en una sociedad organizada aquel que tiene un determinado interés y que se
contrapone a otro u otros, no puede solucionar el conflicto con sus propias manos y sus
propias decisiones, tiene la obligación de recurrir a un tercero imparcial reconocido a
ambos para que lo haga.
Entendido así el fenómeno del interés, podemos señalar que el interés para obrar, es la
situación jurídica en la que se encuentra un sujeto de derecho, que no habilita para
acceder al proceso, situación que implica un estado de necesidad, hay un interés que lo
motiva a utilizar el proceso, está interesado justificablemente en que el órgano
jurisdiccional resuelve un conflicto de intereses que tiene con otro sujeto de derecho,
frente al cual ya agoto todos los mecanismos que le brinda el ordenamiento jurídico. La
necesidad propiamente es de tutela jurídica, que busca del Estado, esta tutela se la debe
otorgar a través del órgano jurisdiccional con el proceso, en el cual se debe emitir una
decisión con autoridad de cosa juzgada, los intereses para obrar están vinculado a una
necesidad de quien invoca ser titular del derecho que pone en movimiento el órgano
jurisdiccional en busca de una decisión definitiva, tratando de evitar un perjuicio o lesión
al interés que lo lleva a la Litis.
CONCORDANCIAS:
CC: ART. 28 ,49, 127, 178, 193, 253, 275, 278, 279, 351, 366, al 369, 399, 407, 414,
460, 508, 512, 559, 587, 598, 622, 656, 956, 979, 1219, 1222, 1461, 1984; CPC: ART. I,
IV, 62, 81, 82, 97,98, 101, 427, 827, 830; CNA: ART. 89; LGS: ART. 35; 140; 150;
LGSC: ART. VII; LEY 27444: ART. 51
Sostiene WERNER GOLDSCHMIDT de existir una verdadera necesidad o interés de
tutela judicial”.
También JUAN MONROY, sobre el tema que nos precisa que “hay interés para obrar
cuando una persona ha agotado todos los medios para satisfacer su pretensión material y
no tiene otra alternativa que recurrir al órgano jurisdiccional. Esta necesidad inmediata,
actual, irremplazable de tutela jurídica es el interés para obrar”.
Para LIEBMAN el interés para obrar o interés para accionar6“está dado por la relación
jurídica entre la situación antijurídica que se denuncia (lesión aparente o real del interés
sustancial) y la providencia que se pide para ponerle remedio mediante la aplicación del
derecho, y esta relación debe consistir en la utilidad de la providencia, como medio para
adquirir por parte del interés lesionado la protección acordado por el derecho”
tutela jurídica que hace el justiciable al órgano jurisdiccional cuando de forma directa y
pacífica “habiendo agotado todos mecanismos otorgados por el ordenamiento jurídico” no
pudo resolver el conflicto de intereses que tiene con otro sujeto de derecho. Corresponderá
al juez al calificar la demanda verificar si el pedido de la tutela es oportuno o no lo es, si la
calificación es positiva, tendrá que admitir la tutela resolviendo la pretensión procesal
formulada con la demanda, de lo contrario tendrá que declararla improcedente, pues en
termino de oportunidad el pedido de tutela puede ser prematuro y por tanto innecesario.
Por ello Adolf Schönke afirma “el particular no puede pretender que los tribunales del
Estado les presten su trabajo si no en cuanto tenga necesidad de tutela en la medida de
esa necesidad”.
REQUISITOS
El interés para obrar tiene a su vez como requisito el ser concreto, tener actualidad y
debe ser legítimo:
Es concreto
Porque cada interés material debe ejercitarse en el proceso en forma singular e individual,
de manera particular y con el objeto de conformar determinada relación jurídica procesal,
el interés debe ser evaluado para el caso concreto y especifico, es decir cuando es
ejercitada por determinado sujeto de derecho.
No se puede calificar el interés para obrar de manera genérica ni fuera del proceso, se
hace solo cuando se propone la necesidad de tutela del Estado ejercitando el derecho de
acción y proponiendo una pretensión procesal concreta.
Aunque este interés puede corresponder a un sujeto individual (proceso civil común), pero
también puede corresponder su titularidad a un grupo determinado entre los cuales no hay
vinculo jurídico directo (intereses difusos) y otro individualizado e identificado (intereses
colectivos).
La actualidad del interés para obrar, pone en evidencia el grado de urgencia con la que
se requiere tutela jurídica al Estado para solucionar un conflicto de intereses, así, no se
podrá otorgar dicha tutela cuando se evidencia una falta de agotamiento de la vía previa,
aquí el pedido de tutela resulta a todas luces prematuro, por tanto, no se presenta como
actual, y lo mismo ocurre si se quiere exigir el cumplimiento de obligación con plazo no
vencido. Pero existen casos en que el pedido de tutela no es actual, por el contrario, es
pretérito y por tanto no atendible, nos referimos a pretensiones que trasuntaron la cosa
juzgada o cuando la pretensión está afectada de caducidad.
La calificación de la actualidad del interés para obrar la realiza el juez, con esta
atribución definirá si quien hace la afirmación de dicho interés lo hace de manera
oportuna, es decir determinara si es actual y viable. Alessandri precisa que “si no tiene
interés actual no se puede litigar, los tribunales no existen para hacer declaraciones
platónicas”. Así, si el derecho se encuentra a plazo no vencido o condición no cumplida,
“no podría dar lugar al ejercicio de una acción”, por lo cual no se podría hablar de un
interés actual, aunque habrá situaciones en la que es posible encontrarse en esa posibilidad
y exigir tutela judicial para evitar perjuicios irreparables.
Debe ser legítimo en término de licitud. Queda desterrado del proceso todo interés que
se encuentre enmarcado en la licitud. En general el ordenamiento jurídico repudia el
interés que linde con la licitud.
Ahora bien, son barias las situaciones jurídicas de ventajas y de desventajas que imputa el
ordenamiento jurídico a un sujeto de derecho. Entre las situaciones jurídicas de ventajas
se encuentran: el derecho subjetivo, la expectativa y el interés legítimo. Entre las
situaciones jurídicas de desventaja se encuentran: el deber, la obligación, la sujeción y la
carga. No es esta la sede para entrar al estudio de cada una de las situaciones jurídicas
anteriormente
descritas, solo queremos hacer notar que el interés legítimo (otros de los términos mal
usados por el artículo en comentario) es una situación jurídica de ventaja inactiva dirigida
a conseguir un resultado favorable consistente, según los casos, en la conservación o
modificación de una determinada realidad. Se dice que es una situación jurídica de
ventaja inactiva pues con el interés legítimo, la satisfacción del interés material que le
sirve de presupuesto no depende del comportamiento del agente titular del interés material
sino de un sujeto diverso, que normalmente resulta ser titular de una potestad (Bigliazzi,
Breccia, Busnelli y Natoli). Es decir, el interés legítimo tiene una noción y contenido
propio, los mismos que parecen haber sido olvidados o no tenidos en cuenta por el
legislador nacional, pues usando un término que corresponde a la teoría general del
derecho han intentado regular una institución procesal.
Debe destacarse además que el artículo bajo comentario hace referencia al legítimo interés
económico o moral, pero en realidad solo el interés material es el que puede ser
patrimonial o no patrimonial, más no el legítimo interés; pues este último es solo una
situación jurídica que sirve para satisfacer al interés material, sea este patrimonial o no
patrimonial.
JURISPRUDENCIA
“El derecho subjetivo se halla constituido por un poder de actuar, atribuido a la voluntad
del sujeto y garantizado por el ordenamiento jurídico para satisfacer sus intereses
jurídicamente protegidos, de donde que resulta el titular del derecho se le reconoce una
razón de ser suficiente para poder accionar, que la fuerza del derecho subjetivo no
proviene de su titular, sino del ordenamiento jurídico y que el contenido del derecho
subjetivo está constituido por las facultades jurídicas reconocidas”.
“Quien ejerce o conteste una acción debe tener legítimo interés económico y moral, por lo
tanto, a quienes no fueron citados no se les puede impedir el ejercicio de la acción
contradictoria”.
“En las cuestiones sucesorias, todos los sujetos llamados a heredar tienen legítimo interés
en lo que respecta a la herencia. Por lo que sí es omitido uno a algunos de ellos, el proceso
deviene nulo”.
“La pretensión contenida en la demanda verse sobre la anulabilidad de acto jurídico; por lo
que en conformidad con lo que dispone el artículo 222, segunda parte del código
sustantivo, no puede ser alegada por atrás personas que aquellas en cuyo beneficio
establezca la ley, que no son sino las que participaron en el negocio jurídico”.
(Cas. Nº 1522-96. Explorador jurisprudencial. Gaceta jurídica).
“La excepción de falta de legitimidad para obrar nació en la antigua Roma con el
nombre de, legitimario ad Causan”, señalando Alsina que la “La acción esta debe ser
intentada por el titular del derecho y contra la persona obligada”, la falla de legitimidad
para Obrar en el demandante o demandado es un presupuesto procesal que garantiza la
existencia de una relación jurídica procesal valida”.
“La norma contenida en el Articulo VI del Título Preliminar del Código Civil, no
obstante, su ubicación en el citado Código, por su contenido se trata de una norma de
carácter procesal y no material, por tanto, no es susceptible de invocarse bajo una causal in
indicando”.
“El legitimario ad causan está ligado al legítimo interés económico y moral que
exige el Artículo sexto del Título Preliminar del Código Civil para poder ejercitar una
acción, la cual, a su vez, activa el derecho a la tutela judicial para que se resuelva al
conflicto jurídico generado entre las partes.
A pesar de ello, se encuentra en el Título Preliminar del código civil, lo que explica las
impresiones conceptuales que contiene.
El interés material
El interés legítimo; lo que ha sido ya denunciado por la doctrina nacional
reciente (ESPINOZA EZPINOZA, MONROY GÁLVEZ).
2. Aquella en la cual se establece una clara distinción entre el derecho subjetivo material
y el derecho de acción, lo que se produce con la famosa polémica Windscheid - Muther
(1856) y se consolida con Giuseppe Chiovenda en su célebre prolusión de Bolonia (1903);
etapa en la cual si bien se establece que el derecho de acción y el derecho subjetivo
material son dos derechos distinto, aún se mantiene la idea que existe el primero solo en la
medida que exista el segundo y es lo que ha dado lugar a lo que se denomina la teoría
concreta del derecho de acción, para la cual el derecho de acción es el derecho de obtener
una sentencia favorable (CHIOVENDA).
Ahora bien, siendo ello así, el ejercicio del derecho de acción supone el inicio de un
proceso. El acto procesal con el cual se manifiesta el ejercicio del derecho de acción se
conoce como “demanda”. Por lo demás, la demanda
contiene una exigencia concreta de tutela del Estado para con esta lograr la satisfacción
del interés material cuya lesión o amenaza se reclama, y a dicha exigencia se le
denomina “pretensión”
Pero el Código Civil incurre en una confusión mucho más grave cuando señala que “para
ejercitar una acción es necesario tener legítimo interés económico o moral”. Si
consideramos el legítimo interés como una situación jurídica subjetiva, el título preliminar
del Código Civil está afirmando entonces que para poder ejercer el derecho de acción
hay que ser titular de la situación jurídica subjetiva (o en todo caso del interés material
que le sirve de presupuesto), lo que no hace sino evidenciar que el Código Civil recoge la
teoría concreta del derecho de acción. Es decir, nuestra legislación de fines del siglo XX
recoge un concepto de mediados del siglo XIX; y ello, que se aprecia el título preliminar
del Código Civil, es algo que se repetirá a lo largo de todo el texto del Código, el que
incluso llega muchas veces a hacer enunciados que corresponden a la noción del derecho
de acción que tenían los juristas romanos, dejando de lado con ello de más de dos mil
años de evolución del derecho.
La legitimidad para obrar es entonces la posición habilitante para ser parte en el proceso;
en ese sentido, se habla de legitimidad para obrar activa para referirse a la posición
habilitante que se le exige al demandante para poder plantear determinada pretensión; y se
habla de legitimidad para obrar pasiva para referirse a la posición habilitante que se exige
al demandado para que la pretensión planteada en el proceso pueda plantearse
válidamente contra el (Montero Aroca). Esta posición habilitante puede estar determinada
por dos situaciones distintas:
Nótese entonces que la legitimidad para obrar parte de una comparación entre el
sujeto que está planteando una pretensión en el proceso y la pretensión planteada,
sin que en nada tenga que ver el derecho de acción.
DE INTERÉS MATERIAL.
DE INTERÉS LEGÍTIMO
Ahora bien, son varias las situaciones jurídicas de ventaja y de desventaja que
imputa el ordenamiento jurídico a un sujeto de derecho. Entre las situaciones jurídicas de
ventaja se encuentran: el derecho subjetivo, la expectativa y el interés legítimo. Entre las
situaciones jurídicas de desventajas se encuentran: el deber, la obligación, la sujeción y la
carga. No es esta la sede para entrar al estudio de cada una de las situaciones jurídicas
anteriormente descritas, solo queremos hacer notar que el interés legítimo (otro de los
términos mal usados por el artículo en comentario) es una situación jurídica de ventaja
inactiva dirigida a conseguir un resultado favorable c o n s i s t e , según los casos, en la
conservación o modificación de una determinada realidad. Se dice que es una situación
jurídica de ventaja inactiva pues con el interés legítimo, la satisfacción del interés material
que le sirve de presupuesto no depende del comportamiento del agente titular del interés
material, sino de un sujeto diverso que normalmente resulta ser titular de una potestad
(BIGLIAZZI, BRECCIA, BUSNELLI Y NATOLI). Es decir, el interés legítimo tiene una
noción y contenido propio, los mismos que parecen haber sido olvidados o no tenidos en
cuenta por el legislador nacional, pues usando un término que corresponde a la autoridad
general del derecho han intentado regular una institución procesal.
Debe destacar además que el artículo bajo comentario hacia la referencia a legítimo
interés económico o moral, pero en realidad solo el inerte material es que puede ser
patrimonial o no patrimonial, más no el legítimo interés; pues este último es solo una
situación jurídica que sirve para satisfacer el interés material, que sea este patrimonial o
no patrimonial.
Si tratamos de ubicar, los artículos pertinentes que den referencia al interés para obrar,
encontramos en primer lugar el art°. IV del Título Preliminar del Código Procesal Civil.
“el proceso se promueve por iniciativa de parte, la que invocará interés y legitimidad para
obrar…” de lo que se puede entender que el proceso inicia solamente con el accionar del
agente que se propuso poner en actividad al órgano jurisdiccional; y que emocionalmente
siente la necesidad de acudir ante un juez cuando se han agotado todas las posibilidades
de solucionar el conflicto o incertidumbre jurídica en vía o en forma prescrita.
Juan MONROY, sobre el tema nos precisa que “hay interés para obrar cuando una
persona ha agotado todos los medios para satisfacer su pretensión material y no tiene otra
alternativa que recurrir al órgano jurisdiccional. Esta necesidad inmediata, actual,
irremplazable de tutela jurídica es el interés para obrar.
Para LIEMAN el interés para obrar o interés para accionar “está dado por la relación
jurídica entre la situación antijurídica que se denuncia (lesión aparente o real del interés
sustancial) y la providencia que se pide para ponerle remedio mediante la aplicación del
derecho, y esta relación de consistir en la titularidad de la providencia como medio para
adquirir por parte del interés lesionado la protección acordada por el derecho.
Sin embargo, fue GIAN ANTONIO MICHELLE, quien, en una de las definiciones
más precisas, nos produjo la elucubración, materia de este comentario, cuando al “interés
para obrar” lo plasma como la “situación de insatisfacción en que un sujeto puede llegar a
encontrarse si no recurre al juez, en cuanto que solo la obra de este último puede satisfacer
dicho interés. Esto es, hacer desaparecer la insatisfacción misma”.
g) Debe ser sustancial, subjetivo, concreto, serio y actual. Se parte diciendo que el interés
para accionar es público y general. En cambio, el Interés Sustancial es subjetivo, privado,
particular, concreto y serio es por eso que este puede faltar, mientras que el interés para
obrar si existe.
DEBE SER CONCRETO: Ya que debe existir en cada caso especial, respecto de
una determinada relación jurídica material, atinente (es decir que atine a las peticiones de
la demanda, por una o por varias personas individualizadas.
DEBE SER SERIO: Dejara de ser serio si se trata de un interés simplemente
académico o dialectico, aun mas si es de carácter malévolo y se dirige a causar daño, sin
beneficio jurídico, moral o material para el actor.
DEBE SER ACTUAL: Se refiere a que no es actual cuando se tienen simples
expectativas, eventuales y futuros derechos y perjuicios. Ejemplo: antes que muera un padre
e hijo demanda por herencia. Pero puede suceder también que el perjuicio sea incierto
pero posible ejemplo: el edificio de un vecino que está a punto de derrumbarse.
Las diferencias entre los conceptos de legitimación en la causa e interés para obrar,
conceptos que durante mucho tiempo han sido manejados como similares, pero que a la
hora de su aplicación tienen diferencias marcadas; el desarrollo será simple, primero
hablare de la legitimación en la causa y sus características, luego desarrollare el concepto
de interés para obrar para finalmente mostrar sus diferencias.
Ley 15.982
Artículo 11
Derecho al proceso:
11.1 Cualquier persona tiene derecho a acudir ante los tribunales, a plantear un problema
jurídico concreto u oponerse a la solución reclamada y a ejercer todos los actos procesales
concernientes a la defensa de una u otra posición procesal y el Tribunal requerido tiene el
deber de proveer sobre sus peticiones.
11.2 Para proponer o controvertir útilmente las pretensiones, es necesario invocar interés
y legitimación en la causa.
11.4 Todo sujeto de derecho tendrá acceso a un proceso de duración razonable que
resuelva sus pretensiones.
CODIGO PROCESAL CIVI
ACCIÓN
Artículo 6 - Nadie puede alegar, en sus derechos sobre el nombre propio de los demás,
salvo autorización expresa de la ley
Artículo 16
Además de los casos previstos en la Ley, el interés puede estar limitado a la mera
declaración de la existencia o inexistencia de un derecho o de una relación jurídica. No es
admisible la demanda de mera declaración cuando el demandante puede obtener la
satisfacción completa de su interés mediante una acción diferente.
CONCLUSIONES
A nuestro entender, entonces, el artículo VI del Título preliminar del Código Civil es que para
poder plantear una pretensión en el proceso o para poder oponerse a una pretensión, se hace
indispensable tener interés para obrar, sea esta ordinaria o extraordinaria; aunque no se hace
referencia expresa a esta última.
Además, la norma bajo comentario dispone que el proceso es un instrumento mediante el cual
los justiciables pueden solicitar tutela de intereses patrimoniales y no patrimoniales.
Para ejercitar o contestar una acción es necesario tener legítimo interés económico o moral.
Para hablar de interés para obrar es necesario primero determinar qué es interés. Por ejemplo,
cuando una persona tiene una necesidad, buscará identificar un bien a través del cual pueda
satisfacer su necesidad, a ello denominamos interés.
En ese sentido, el interés para obrar deberá ser identificado como la necesidad que tiene un
justiciable para acudir al órgano jurisdiccional y materializar su derecho de acción. No obstante,
ello, el artículo VI del Título Preliminar del Código Civil nos habla de legítimo interés y por el
debemos entender a aquellos intereses que son jurídicamente exigibles a su arbitrio por el
interesado.
Para que ese interés para obrar del que hablamos sea legítimo, la norma nos dice que este interés
puede ser económico o moral
Legítimo interés para obrar Interés económico Interés moral De contenido patrimonial, definido
como el interés que pudiera tener el recurrente por encontrarse afectado su patrimonio De
contenido extramatrimonial, entendido como el interés subjetivo que tiene el recurrente por
alguna afectación generada al interesado o a su familia.
La legitimación en la causa se refiere a la capacidad que se tiene para ser parte del proceso la cual
se la otorga la ley, mientras que el interés se refiere a lo que se busca en el proceso lo cual solo se
verá materializado en el pronunciamiento del juez, esta se reduce a un interés económico y tiene
características que no lo convierten en un sujeto legitimado en la causa, ya sea por activa o por
pasiva.