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AÑO DEL DIÁLOGO Y RECONCILIACIÓN NACIONAL

UNIVERSIDAD SAN PEDRO - SEDE HUACHO - FILIAL LIMA

FACULTAD

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA PROFECIONAL

DERECHO

TÍTULO

EL ARTÍCULO VI DEL TÍTULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL


“INTERES PARA OBRAR”

MONOGRAFÍA PARA PREGADO

NOMBRE Y APELLIDO

1) Vásquez León, Alexis Daniel

2) Casalino Changana, Stipher Albert

HUACHO – PERÚ

2018
DEDICATORIA

Este presente trabajo, está dedicado a las enseñanzas que


nos brinda el docente con esmero y motivación para la
investigación y a dios y nuestros padres para poder lograr
mis metas.
PRESENTACIÓN

El presente trabajo monográfico ha sido elaborado con recopilación de páginas webs y


libras de la biblioteca de la universidad san pedro – huacho especializadas en el tema,
orientándonos a conocer el ART. VI DEL TITULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL
PERUANO, las causas de este tema es para dar a conocer sus antecedentes, definiciones,
elementos, clasificaciones, etc.

Es por ello que esperamos que el trabajo de investigación sea de agrado para los lectores,
ya que este tema es muy importante en la formación de un estudiante de derecho y muchos
más en el ámbito de poder interpretar el derecho en sus exactitudes.

El presente trabajo tiene de manera concisa y clara, toda la información y acontecimiento


que se debería tener estos temas y poder aclarar cualquier duda o inquietud de todos los
estudiantes.

Este trabajo terminara por resolver alguna duda que se tenga con respecto al tema. El
presente trabajo monográfico tiene como finalidad proporcionar información objetiva y
relevante basada en la ART. VI DEL TITULO PRELIMINAR DEL CÓDIGO CIVIL
PERUANO. Por ello, se ha recurrido a las fuentes más confiables y significativas que
permitirán proporcionar aportes objetivos y transcendentales para el estudio. Para concluir
espero pueda obtener nuevos conocimientos, y reforzar conocimientos anteriores.
INTRODUCCIÓN

El Articulo VI (Interés Para Obrar) es un tema que tiene una serie seleccionada de
capítulos o partes basadas en sus principios.

Toda persona como parte integrante de una sociedad donde imperan los conflictos de
intereses tienen derecho a la tutela jurisdiccional para el ejercicio o defensa de sus
derechos o intereses, por lo que al promover un proceso invocará su interés, interés que
tiene como fin ejercitar su acción y plantear su pretensión, es decir el interés para obrar.

En principio, se debe que ésta toma es de carácter procesal, motivo actual por el cual se
discute su permanencia respecto al TITULO PRELIMINAR DEL CODIGO CIVIL.

Éste articulo fija los presupuestos generales para constitución en parte de un proceso
judicial, señala los criterios generales de la regulación de la legitimidad en parte de un
proceso judicial.

Señala los criterios generales de la regulación de la legitimidad activa (titular de derecho


de acción) y la legitimidad pasiva del sujeto contra quien se dirige la acción (titular del
derecho de defensa).

El concepto jurídico de interés se refiere al derecho o potestad de la voluntad del


individuo, que es amparado por el ordenamiento jurídico y reconocido, como el derecho
subjetivo que le asiste a toda persona por regla general.
ANTECEDENTES

Él articulo VI “Interés Para Obrar” del título preliminar dicta: Para ejercitar o
contestar una acción es necesario tener legítimo interés económico o moral. El interés
moral autoriza la acción solo cuando se refiere directamente al agente o a su familia salvo
disposición expresa de la ley.

El artículo VI del Título Preliminar de 1984 es el intacto, heredero del articulo IV del
Título Preliminar del abrogado del Código Civil de 1936. Este a su vez, tomo como fuente
inspiradora al artículo 76 del código Civil Brasileño de 1916.

En el modelo jurídico importado del Brasil, se incurre en una confusión de categorías


materiales y procesales. En efecto, se pretende denominar como legítimo interés a una
categoría procesal distinta, que es el interés procesal o el interés para obrar, definido como;
el estado de necesidad de tutela jurídica en el que se encuentra un sujeto de derecho en un
determinado momento. Este interés se caracteriza por ser insustituible o irremplazable,
actual o inminente, egoísta y abstracto.

Autorizada doctrina procesal nacional ha llegado a afirmar que el “Articulo VI del Título
Preliminar del Código Civil de 1984 es una norma y prescindible en nuestro sistema
jurídico”

La tesis del interés trata de explicar el denominado interés para obrar, así tenemos que en
circunstancias en que surge en una persona la necesidad o interés sobre un determinado
bien, es posible que exista otra persona que tenga interés o necesidad o interés sobre el
mismo, si esta contraposición de intereses se presenta, es necesario que este “conflicto de
intereses” sea resuelto por un tercero imparcial aceptados por ambos, pues está vedado que
cualquiera de ellos recurra a la vía directa, en razón de estar prohibida por el ordenamiento
jurídico, “la satisfacción o realización del interés no está encomendada al portador del
mismo interés insatisfecho”.

De ahí tenemos que el hombre se desarrolla en la vida de relación con sus semejantes en
una incesantemente cadena de necesidad y que estas solo se sacian con bienes, de lo que se
desprende la siguiente afirmación: en tanto las necesidades del hombre son ilimitadas los
bienes para satisfacerla son limitados.

El interés es un fenómeno social con connotaciones jurídicas en muchísimos casos, que de


alguna manera hacen que el hombre en sociedad realice su actividad motivado por ellos,
estos intereses son la causa delos conflictos en la sociedad, los cuales se pueden arreglar
en el seno de la misma, sin utilizar otro mecanismo que el entendimiento y razonabilidad,
sin llegar al proceso, pero hay otras que no quedan satisfechos y por tanto para dar cuenta
de ellos, se debe recurrir al proceso, como mecanismo civilizado para arreglar un conflicto
entre sujetos de derecho.

En la confluencia de intereses que se contraponen encontramos el interés material, es decir


el interés de dos sujetos de derecho sobre un mismo bien y el interés para obrar o interés
procesal que implica la necesidad de recurrir al órgano jurisdiccional para la solución del
conflicto de intereses.

En la confluencia de intereses que se contraponen encontramos el interés material, es decir


el interés de dos sujetos de derecho sobre un mismo bien y el interés para obrar4 o interés
procesal que implica la necesidad de recurrir al órgano jurisdiccional para la solución del
conflicto de intereses.

El interés para obrar surge como una necesidad ante la prohibición de la acción directa,
pues en una sociedad organizada aquel que tiene un determinado interés y que se
contrapone a otro u otros, no puede solucionar el conflicto con sus propias manos y sus
propias decisiones, tiene la obligación de recurrir a un tercero imparcial reconocido a
ambos para que lo haga.

Entendido así el fenómeno del interés, podemos señalar que el interés para obrar, es la
situación jurídica en la que se encuentra un sujeto de derecho, que no habilita para
acceder al proceso, situación que implica un estado de necesidad, hay un interés que lo
motiva a utilizar el proceso, está interesado justificablemente en que el órgano
jurisdiccional resuelve un conflicto de intereses que tiene con otro sujeto de derecho,
frente al cual ya agoto todos los mecanismos que le brinda el ordenamiento jurídico. La
necesidad propiamente es de tutela jurídica, que busca del Estado, esta tutela se la debe
otorgar a través del órgano jurisdiccional con el proceso, en el cual se debe emitir una
decisión con autoridad de cosa juzgada, los intereses para obrar están vinculado a una
necesidad de quien invoca ser titular del derecho que pone en movimiento el órgano
jurisdiccional en busca de una decisión definitiva, tratando de evitar un perjuicio o lesión
al interés que lo lleva a la Litis.

CONCORDANCIAS:

CC: ART. 28 ,49, 127, 178, 193, 253, 275, 278, 279, 351, 366, al 369, 399, 407, 414,
460, 508, 512, 559, 587, 598, 622, 656, 956, 979, 1219, 1222, 1461, 1984; CPC: ART. I,
IV, 62, 81, 82, 97,98, 101, 427, 827, 830; CNA: ART. 89; LGS: ART. 35; 140; 150;
LGSC: ART. VII; LEY 27444: ART. 51
Sostiene WERNER GOLDSCHMIDT de existir una verdadera necesidad o interés de
tutela judicial”.

En la sede Nacional GREGORIO TICONA prefiere llamarla “necesidad de tutela


jurisdiccional” y nos dice que “es el estado de necesidad de tutela jurisdiccional en que se
encuentra una persona en concreto y que lo determina a solicitar, por vía única y sin tener
alternativa eficaz, la intervención del respectivo órgano jurisdiccional con la finalidad de
que resuelva el conflicto de intereses en el cual es parte”.

También JUAN MONROY, sobre el tema que nos precisa que “hay interés para obrar
cuando una persona ha agotado todos los medios para satisfacer su pretensión material y
no tiene otra alternativa que recurrir al órgano jurisdiccional. Esta necesidad inmediata,
actual, irremplazable de tutela jurídica es el interés para obrar”.

En el primer pleno casatorio civil realizado a raíz de la casación nº.1475-2007-


Cajamarca, derivado del proceso seguido por GIOVANNA QUIROZ VILLATY contra
la empresa minera Yanacocha SRL y otros sobre indemnización por daños y perjuicios,
publicada en el diario oficial el Peruano el 21.04.08 se definió al interés para obrar como
“el estado de necesidad de tutela jurisdiccional, concreto y actual en que se encuentra una
persona luego de haber agotado los medios pertinentes para obtener la satisfacción de
su pretensión material o porque el ordenamiento jurídico le indica la vía judicial como la
única idea para obtener una sentencia favorable a su pretensión ; necesidad que determina
a aquella persona a recurrir ante el juez a fin de proponer su pretensión procesal, y
obtener, por obra de la jurisdicción, la tutela del bien de la vida que pretende. Por
consiguiente, el interés para obrar solamente puede ser satisfecho por el Estado a través
de los órganos jurisdiccionales”. En la casación Nº. 5003.2007- Lima, publicada el
03.09.08 se ha definido al interés para obrar “de acuerdo a la doctrina mayormente
aceptada sobre el tema, es la utilidad que para el titular de un derecho subjetivo emana
de la tutela jurisdiccional, y según Hugo Rocco se determina realizando un: “juicio de
utilidad, parangonando los efectos de la providencia jurisdiccional requerida con la
utilidad que de tal providencia puede seguirse para quien la requiere, respecto de una
determinada relación jurídica” existe interés para obrar procesalmente, cuando la parte
actora invoca una utilidad directa, manifiesta y legitima, de índole material o moral que
lo lleve a proteger un derecho mediante el ejercicio de la acción. El juicio de utilidad
debe referirse, en cada caso, a los efectos del acto jurisdiccional que se pide, o también en
sentido inverso, el perjuicio o daño que pueda causar al actor, la falta del
pronunciamiento requerido. En suma, el interés para obrar tiene contenido procesal al
significar de un presupuesto del derecho de acción y supone un estado de necesidad que
se busca sea atendido por el Estado a través del órgano jurisdiccional”.

Para LIEBMAN el interés para obrar o interés para accionar6“está dado por la relación
jurídica entre la situación antijurídica que se denuncia (lesión aparente o real del interés
sustancial) y la providencia que se pide para ponerle remedio mediante la aplicación del
derecho, y esta relación debe consistir en la utilidad de la providencia, como medio para
adquirir por parte del interés lesionado la protección acordado por el derecho”

El interés procesal en obra y contradecir surge precisamente cuando se verifica en


concreto aquella circunstancia que hace considerar que la satisfacción del interés sustancial
tutelado por el derecho no puede ser ya conseguida sin recurrir a la autoridad judicial: o
sea cuando se verifica en concreto las circunstancias que hace indispensable poner en
practica la garantía jurisdiccional.

Por su parte DEVIS ECHANDIA quien la denomina interés en la pretensión u oposición


para la sentencia de fondo la define como el interés sustancial, subjetivo, concreto, serio y
actual que deben tener el demandante y el demandado y los intervinientes para ser titular
del derecho procesal a exigir del juez una sentencia del fondo o merito que resuelva sobre
las pretensiones u oposiciones.

En realidad, para hablar de interés para obrar es referirse a la exigencia de

tutela jurídica que hace el justiciable al órgano jurisdiccional cuando de forma directa y
pacífica “habiendo agotado todos mecanismos otorgados por el ordenamiento jurídico” no
pudo resolver el conflicto de intereses que tiene con otro sujeto de derecho. Corresponderá
al juez al calificar la demanda verificar si el pedido de la tutela es oportuno o no lo es, si la
calificación es positiva, tendrá que admitir la tutela resolviendo la pretensión procesal
formulada con la demanda, de lo contrario tendrá que declararla improcedente, pues en
termino de oportunidad el pedido de tutela puede ser prematuro y por tanto innecesario.

Por ello Adolf Schönke afirma “el particular no puede pretender que los tribunales del
Estado les presten su trabajo si no en cuanto tenga necesidad de tutela en la medida de
esa necesidad”.
REQUISITOS

El interés para obrar tiene a su vez como requisito el ser concreto, tener actualidad y
debe ser legítimo:

 Es concreto

Porque cada interés material debe ejercitarse en el proceso en forma singular e individual,
de manera particular y con el objeto de conformar determinada relación jurídica procesal,
el interés debe ser evaluado para el caso concreto y especifico, es decir cuando es
ejercitada por determinado sujeto de derecho.

No se puede calificar el interés para obrar de manera genérica ni fuera del proceso, se
hace solo cuando se propone la necesidad de tutela del Estado ejercitando el derecho de
acción y proponiendo una pretensión procesal concreta.

Aunque este interés puede corresponder a un sujeto individual (proceso civil común), pero
también puede corresponder su titularidad a un grupo determinado entre los cuales no hay
vinculo jurídico directo (intereses difusos) y otro individualizado e identificado (intereses
colectivos).

Es decir, se trata de un interés particular, individual de quien lo ejerce. No un interés


general ni colectivo, el cual solo será admisible cuando se invoca un interés pro populo, es
decir en la defensa de intereses difusos o colectivos. La idea en este caso es que quien
busca tutela jurisdiccional lo haga por un interés propio. Por ello en la doctrina a este
requisito se le puede encontrar ubicado como directo y no como concreto.

 El interés debe ser actual

Es decir, debe tomarse en cuenta el interés exigente al momento de fomentar la relación


jurídica procesal así no será actual el interés vinculado o derecho futuros, los cuales
tendrán oportunidad en el futuro para recibir tutela, si el
interés no es actual se entiende que el sujeto carece de interés para obrar pues no ha
llegado el momento para que su interés reciba tutela jurídica en cuanto a la oportunidad el
pedido de tutela será prematuro.

La actualidad del interés para obrar, pone en evidencia el grado de urgencia con la que
se requiere tutela jurídica al Estado para solucionar un conflicto de intereses, así, no se
podrá otorgar dicha tutela cuando se evidencia una falta de agotamiento de la vía previa,
aquí el pedido de tutela resulta a todas luces prematuro, por tanto, no se presenta como
actual, y lo mismo ocurre si se quiere exigir el cumplimiento de obligación con plazo no
vencido. Pero existen casos en que el pedido de tutela no es actual, por el contrario, es
pretérito y por tanto no atendible, nos referimos a pretensiones que trasuntaron la cosa
juzgada o cuando la pretensión está afectada de caducidad.

La calificación de la actualidad del interés para obrar la realiza el juez, con esta
atribución definirá si quien hace la afirmación de dicho interés lo hace de manera
oportuna, es decir determinara si es actual y viable. Alessandri precisa que “si no tiene
interés actual no se puede litigar, los tribunales no existen para hacer declaraciones
platónicas”. Así, si el derecho se encuentra a plazo no vencido o condición no cumplida,
“no podría dar lugar al ejercicio de una acción”, por lo cual no se podría hablar de un
interés actual, aunque habrá situaciones en la que es posible encontrarse en esa posibilidad
y exigir tutela judicial para evitar perjuicios irreparables.

 El interés debe ser legítimo

Debe ser legítimo en término de licitud. Queda desterrado del proceso todo interés que
se encuentre enmarcado en la licitud. En general el ordenamiento jurídico repudia el
interés que linde con la licitud.

Ahora bien, son barias las situaciones jurídicas de ventajas y de desventajas que imputa el
ordenamiento jurídico a un sujeto de derecho. Entre las situaciones jurídicas de ventajas
se encuentran: el derecho subjetivo, la expectativa y el interés legítimo. Entre las
situaciones jurídicas de desventaja se encuentran: el deber, la obligación, la sujeción y la
carga. No es esta la sede para entrar al estudio de cada una de las situaciones jurídicas
anteriormente
descritas, solo queremos hacer notar que el interés legítimo (otros de los términos mal
usados por el artículo en comentario) es una situación jurídica de ventaja inactiva dirigida
a conseguir un resultado favorable consistente, según los casos, en la conservación o
modificación de una determinada realidad. Se dice que es una situación jurídica de
ventaja inactiva pues con el interés legítimo, la satisfacción del interés material que le
sirve de presupuesto no depende del comportamiento del agente titular del interés material
sino de un sujeto diverso, que normalmente resulta ser titular de una potestad (Bigliazzi,
Breccia, Busnelli y Natoli). Es decir, el interés legítimo tiene una noción y contenido
propio, los mismos que parecen haber sido olvidados o no tenidos en cuenta por el
legislador nacional, pues usando un término que corresponde a la teoría general del
derecho han intentado regular una institución procesal.

Debe destacarse además que el artículo bajo comentario hace referencia al legítimo interés
económico o moral, pero en realidad solo el interés material es el que puede ser
patrimonial o no patrimonial, más no el legítimo interés; pues este último es solo una
situación jurídica que sirve para satisfacer al interés material, sea este patrimonial o no
patrimonial.
JURISPRUDENCIA

 “Tiene legítimo interés quien vea afectado directa o indirectamente su derecho o el de la


persona o grupo de personas que represente, o exista un interés difuso”.

(Cas. Nº 2381-97. Explorador jurisprudencial. Gaceta jurídica).

 “El derecho subjetivo se halla constituido por un poder de actuar, atribuido a la voluntad
del sujeto y garantizado por el ordenamiento jurídico para satisfacer sus intereses
jurídicamente protegidos, de donde que resulta el titular del derecho se le reconoce una
razón de ser suficiente para poder accionar, que la fuerza del derecho subjetivo no
proviene de su titular, sino del ordenamiento jurídico y que el contenido del derecho
subjetivo está constituido por las facultades jurídicas reconocidas”.

(Cas. Nº 62-97. Explorador jurisprudencial. Gaceta jurídica).

 “Quien ejerce o conteste una acción debe tener legítimo interés económico y moral, por lo
tanto, a quienes no fueron citados no se les puede impedir el ejercicio de la acción
contradictoria”.

(Exp. Nº 596-96. Explorador jurisprudencial. Gaceta jurídica).

 “En las cuestiones sucesorias, todos los sujetos llamados a heredar tienen legítimo interés
en lo que respecta a la herencia. Por lo que sí es omitido uno a algunos de ellos, el proceso
deviene nulo”.

(Exp. Nº 224-95. Explorador jurisprudencial. Gaceta jurídica).

 “La pretensión contenida en la demanda verse sobre la anulabilidad de acto jurídico; por lo
que en conformidad con lo que dispone el artículo 222, segunda parte del código
sustantivo, no puede ser alegada por atrás personas que aquellas en cuyo beneficio
establezca la ley, que no son sino las que participaron en el negocio jurídico”.
(Cas. Nº 1522-96. Explorador jurisprudencial. Gaceta jurídica).
 “La excepción de falta de legitimidad para obrar nació en la antigua Roma con el
nombre de, legitimario ad Causan”, señalando Alsina que la “La acción esta debe ser
intentada por el titular del derecho y contra la persona obligada”, la falla de legitimidad
para Obrar en el demandante o demandado es un presupuesto procesal que garantiza la
existencia de una relación jurídica procesal valida”.

Cas.Nº 2204-2001 –Lima, El peruano ,02-05-2002, p.8658.

 “La norma contenida en el Articulo VI del Título Preliminar del Código Civil, no
obstante, su ubicación en el citado Código, por su contenido se trata de una norma de
carácter procesal y no material, por tanto, no es susceptible de invocarse bajo una causal in
indicando”.

Cas.Nº1522-2000-ICA, El Peruano, 30-10-2000, p.6404.

 “El legitimario ad causan está ligado al legítimo interés económico y moral que
exige el Artículo sexto del Título Preliminar del Código Civil para poder ejercitar una
acción, la cual, a su vez, activa el derecho a la tutela judicial para que se resuelva al
conflicto jurídico generado entre las partes.

Cas.Nº492-06-La Libertad, El peruano, 04-01-2000, p.4496


COMENTARIO

GIOVANNI PRIORI POSADA

La norma en comentario es de naturaleza procesal, pues hace referencia a una


institución típicamente procesal, cual es la legitimidad para obrar (MONROY GALVES,
MONTERO AROCA, RUBIO CORREA, ZOLEZZI IBARCENA).

A pesar de ello, se encuentra en el Título Preliminar del código civil, lo que explica las
impresiones conceptuales que contiene.

La principal característica de la norma bajo comentarios es que, siendo una norma de


naturaleza procesal, tiene un manejo inadecuado de instituciones procesales
fundamentales como son:

1.-El derecho de acción

2.-El derecho de contradicción

3.-La legitimidad para obrar

4.-El interés para obrar

5.-De instituciones de la teoría general del derecho como:

 El interés material
 El interés legítimo; lo que ha sido ya denunciado por la doctrina nacional
reciente (ESPINOZA EZPINOZA, MONROY GÁLVEZ).

Es por ello que, en el presente comentario, intentaremos descubrir el verdadero


significado d la norma a pesar de sus imprecisiones conceptuales, a partir de algunas
instituciones propias de las teorías del Derecho, del Derecho procesal e incluso del
Derecho civil.
1.-EL derecho de acción

La evolución del derecho procesal se encuentra íntimamente ligada a la evolución del


concepto del derecho de acción. Durante su desarrollo, podemos decir que el concepto del
derecho de acción ha transitado por tres etapas:
1. Aquella en la cual no existía distinción alguna entre el derecho y el derecho subjetivo
material (identidad entre iusyactio), noción que va desde el Derecho romano hasta
mediado del siglo XIX.

2. Aquella en la cual se establece una clara distinción entre el derecho subjetivo material
y el derecho de acción, lo que se produce con la famosa polémica Windscheid - Muther
(1856) y se consolida con Giuseppe Chiovenda en su célebre prolusión de Bolonia (1903);
etapa en la cual si bien se establece que el derecho de acción y el derecho subjetivo
material son dos derechos distinto, aún se mantiene la idea que existe el primero solo en la
medida que exista el segundo y es lo que ha dado lugar a lo que se denomina la teoría
concreta del derecho de acción, para la cual el derecho de acción es el derecho de obtener
una sentencia favorable (CHIOVENDA).

3. Aquella en la cual se ratifica que el derecho de acción y el derecho subjetivo material


son dos derechos distintos, sin embargo, se llega a establecer que la existencia y titularidad
del derecho de acción en nada depende de la existencia y titularidad del derecho subjetivo
material; teoría abstracta cuya elaboración final y difusión se debe al gar maestro
italiano Francesco Carnelutti. A la primera teoría se le denomina la teoría modista y a las
otras dos se les conoce como las teorías dualistas.

El concepto del derecho de acción que maneja la doctrina procesal contemporánea es el


concepto que brinda la concepción dualista y abstracta. En ese sentido, se concibe que el
derecho de acción es el derecho (para algunos, poder) de naturaleza constitucional de
exigir el Estado tutela jurisdiccional para un caso concreta (MONROY). El derecho de
acción sea un derecho constitucional supone que es inherente a todo sujeto derecho, y por
otro lado el hecho que sea abstracto supone que un sujeto de derecho es titular del derecho
de acción independientemente de que sea o no titular del derecho subjetivo material del
cual se discute, e incluso un sujeto de derecho es titular del derecho de acción
independientemente de si está en un proceso o no.

Ahora bien, siendo ello así, el ejercicio del derecho de acción supone el inicio de un
proceso. El acto procesal con el cual se manifiesta el ejercicio del derecho de acción se
conoce como “demanda”. Por lo demás, la demanda
contiene una exigencia concreta de tutela del Estado para con esta lograr la satisfacción
del interés material cuya lesión o amenaza se reclama, y a dicha exigencia se le
denomina “pretensión”

Las precisiones conceptuales anteriormente hechas sirven para demostrar la confusión en


la que incurre el articulo bajo comentario, pues confunde los conceptos de derecho de
acción, demanda y pretensión; ya que siguiendo a la doctrina procesal lo que se contesta
en un proceso es la demanda y no la acción; y la legitimidad para obrar se exige para
poder plantear una pretensión, pero no para ejercer el derecho de acción.

Pero el Código Civil incurre en una confusión mucho más grave cuando señala que “para
ejercitar una acción es necesario tener legítimo interés económico o moral”. Si
consideramos el legítimo interés como una situación jurídica subjetiva, el título preliminar
del Código Civil está afirmando entonces que para poder ejercer el derecho de acción
hay que ser titular de la situación jurídica subjetiva (o en todo caso del interés material
que le sirve de presupuesto), lo que no hace sino evidenciar que el Código Civil recoge la
teoría concreta del derecho de acción. Es decir, nuestra legislación de fines del siglo XX
recoge un concepto de mediados del siglo XIX; y ello, que se aprecia el título preliminar
del Código Civil, es algo que se repetirá a lo largo de todo el texto del Código, el que
incluso llega muchas veces a hacer enunciados que corresponden a la noción del derecho
de acción que tenían los juristas romanos, dejando de lado con ello de más de dos mil
años de evolución del derecho.

Es incontrovertible que la presente norma es de naturaleza procesal, al regular la


legitimidad para obrar.
2.-El derecho de contradicción
Principio de Contradicción, significa que el juez no podrá definir una pretensión o
reclamo del actor, si la persona en contra de quien ha sido propuesto no ha tenido
Oportunidad de ser OÍDA.

3.- Legitimidad para obrar

Cuando la doctrina nacional se ha encargado de estudiar el articulo bajo comentario ha


orientado la norma contenida del articulo VI del título preliminar del Código Civil al
instituto de la legitimidad para obrar, instituto que, junto con el interés para obrar, forman
parte de la denominada condición de la acción. Aunque por razones de espacio no
podemos detenernos en el estudio del interés para obrar este debe ser entendido como la
utilidad que tiene la providencia jurisdiccional solicitada con el inicio del proceso para la
tutela del interés lesionada o amenazado; siendo ello así interés para obrar, interés
material e interés legítimo son conceptos absolutamente distintos, pero, además, mientras
el primero es un instituto procesal, los otros dos son institutos de derecho material.

La doctrina procesal ha elaborado fundamentalmente dos teorías que tienden a explicar la


naturaleza de las condiciones de la acción. La primera de ellas entiende que las
condiciones de la acción son los elementos necesarios para que el demandante obtenga un
pronunciamiento jurisdiccional favorable, siendo esta teoría la que se elabora en base de
la teoría concreta del de acción. La segunda de las teorías entiende que las condiciones de
la acción son los elementos indispensables a fin de que el órgano jurisdiccional puede
emitir un pronunciamiento valido sobre el fondo, siendo esta teoría la que se elabora en
base a la teoría abstracta del derecho de acción. En ese sentido, mientras que para la
primera teoría las condiciones de la acción garantizarían un derecho a tener la razón,
cosas sustancialmente diferentes (MONROY). La doctrina procesal contemporánea, con
algunos matices, sea inclinado fundamentalmente por la segunda de esta teoría a la cual
adherimos.

Si consideramos que el derecho de acción es un derecho abstracto, la legitimidad para


obrar (al igual que el interés para obrar) no constituye un
presupuesto para su ejercicio, pues una persona puede ejercer el derecho de acción aun
cuando no se encuentre legitimada. La legitimidad para obrar se entiende más bien como
presupuesto para poder plantear una pretensión en un proceso, de forma tal que solo si la
pretensión es planteada por una persona legitimada, el juez puede pronunciarse
válidamente sobre el conflicto de intereses que le ha sido propuesto.

La legitimidad para obrar es entonces la posición habilitante para ser parte en el proceso;
en ese sentido, se habla de legitimidad para obrar activa para referirse a la posición
habilitante que se le exige al demandante para poder plantear determinada pretensión; y se
habla de legitimidad para obrar pasiva para referirse a la posición habilitante que se exige
al demandado para que la pretensión planteada en el proceso pueda plantearse
válidamente contra el (Montero Aroca). Esta posición habilitante puede estar determinada
por dos situaciones distintas:

1. por la simple afirmación que realiza el demandante de la titularidad de las situaciones


jurídicas que el lleva el proceso, en este caso estamos frente al supuesto de lo que la
doctrina conoce como legitimidad para obrar ordinaria.

2. Por la permisión legal expresa a determinadas personas a iniciar un proceso, a pesar de


no ser titulares de las situaciones jurídicas subjetivas que se llevan a él. En este caso
estamos frente a lo que la doctrina conoce como legitimidad para obrar extraordinaria.

a) La legitimidad para obrar ordinaria: La legitimidad para obrar ordinaria parte


del supuesto que la opción de acudir a los órganos jurisdiccionales para plantear
determinada pretensión corresponde al titular de la situación jurídica vulnerada o
amenazada. Es por ello que el instituto de la legitimidad para obrar garantiza al titular de
una situación sustancial, de la injerencia ajena.
De esta forma, quien inicia un proceso debe declararse titular de la situación
jurídica respecto de la cual solicita tutela y debe declarar al demandado titular de
la situación jurídica contrapuesta. Nótese que se trate solamente de declarar, es
decir, de afirmar la titularidad de las situaciones jurídicas controvertidas. Estas
afirmaciones son las que
constituyen la posición habilitante de la legitimidad para obrar ordinaria. En
consecuencia, la legitimidad para obrar ordinaria activa consiste en la correlación
entre la persona de quien demanda y la afirmada titularidad del derecho
controvertido; y la legitimidad para obrar pasiva consiste en la correlación entre el
sujeto demandado y la afirmada titularidad de este de la obligación, que sirve de
correlato al derecho controvertido. En otras palabras, la legitimidad para obrar
consiste en la verificación de la correlación entre los sujetos que conforman la
relación jurídica material y aquellos de la relación jurídica procesal.

b) La legitimidad para obrar extraordinaria: La legitimidad para obrar


extraordinaria se presenta en todos aquellos casos en los que la ley de forma expresa
permite que una persona que no es titulas de las situaciones jurídicas que se discuten en el
proceso, queda iniciar y proseguir válidamente un proceso. En estos casos entonces, no se
hace necesario que el demandante afirme ser titular de la situación jurídica controvertida, ya
que no es la calidad de titular del derecho o de la obligación lo que lo legitima, sino que
únicamente vasta que el demandante o el demandado se encuentren en la situación que la
norma legal le concede legitimidad exige a fin de que pueda iniciar válidamente un
proceso.

Algunos casos de legitimidad para obrar extraordinaria que contempla el


ordenamiento jurídico peruano son los contemplados en los artículos 1219 inciso
4 y 1987 del código civil, así como el artículo 82 del código procesal civil.

Nótese entonces que la legitimidad para obrar parte de una comparación entre el
sujeto que está planteando una pretensión en el proceso y la pretensión planteada,
sin que en nada tenga que ver el derecho de acción.

CONSAGRACIÓN LEGAL: DE LA LEGITIMACIÓN

La legitimación desde el punto de vista de la titularidad de un derecho se desarrolla a


partir de dos hipótesis la simple y la compuesta, dentro de la simple se entiende que la
legitimación radica en un solo sujeto, constituyéndose como parte para asumir una calidad
dentro del proceso, ya sea como pretendiente o resistente de la pretensión procesal. Dicha
calidad exige que dentro de la norma sustancial como de la procesal existan unos
supuestos lógicos que le den la calidad de parte en el proceso, un ejemplo de ello es el
caso de las obligaciones y derechos del contrato de arrendamiento, ya que las partes son
las que se discuten entre arrendador y arrendatario, mostrando así hecho natural para el
derecho.

La hipótesis compleja trata de una legitimación extraordinaria, es decir que


desplazamiento de la titularidad del derecho sustancial del titular a otro, caso aplicable a
la circunstancia de muerte, constituyendo imposibilidad de actuación procesal, La
consecución de la titularidad de la pretensión procesal obedece a un sujeto inicial titular
(titular de la relación sustancial), pero dadas las situaciones, llega a variar trasladándose
a otros de modo exclusivo o paralelo, es de notar que este traslado de la legitimación
debe estar consagrado explícitamente en la norma.

La legitimación es concurrente a la titularidad, ya que pueden existir casos donde el titular


de la legitimación sea parte y también el que está legitimado extraordinariamente, como
en los casos donde se causa un daño a la vida de relación, no solo se ve afectado el titular
de la legitimación sino también el que está legitimado extraordinariamente.

La legitimación en la causa tiene dos manifestaciones la ordinaria y la extraordinaria, la


ordinaria se refiere a la función de las titularidades y respectiva correspondencia, como
hecho necesario, y la extraordinaria se encamina a la demostración ajena a la presentación
de la demanda.

Este se puede manifestar en: Litis consorcio necesario:

1. Litis consortes facultativos: propios-impropios: pluralidad de pretensiones y de partes;


total autonomía- la sentencia es quien define, perjuicio-beneficio.
2. Litis consorcio necesario: legitimación especial: estructura de la relación sustancial/
sujetos plurales.

3. Litis consortes cuasi necesarios: intervención de terceros.

4.- INTERES PARA OBRAR

En un primer momento se encuentra su debate respecto a este, que es un presupuesto


material, propio de la sentencia de fondo, es decir que este no se resuelve dentro de los
requisitos de forma sino se materializa en el pronunciamiento de un juez. DEVIS
ECHANDIA lo llama interés jurídico y da algunas características de este tales como:

 SUSTANCIAL: Este se refiere al derecho sustancial debatido, sin modificar el


sustento básico de la categoría jurídica objetiva, encaminando a efectos netamente
formales.
 CONCRETO: Es decir que debe existir un interés particular para cada caso en
concreto desencadenado de una relación jurídica sustancial
 SERIO: la utilidad y la realidad del interés
 ACTUAL: este se cumple en la medida que el interés jurídico tiene una directa
conexión con la pretensión procesal, dentro de una categorización impuesta por el derecho
positivo.
5.- DE INSTITUCIONES DE LA TEORÍA GENERAL DEL
DERECHO COMO:

DE INTERÉS MATERIAL.

 Un primer concepto que se hace necesario distinguir con la finalidad de


comprender el articulo bajo comentario es de “interés”. Para ello debemos partir del
hecho que es en la sociedad los hombres tienen un sin números de necesidades que deben
satisfacer. Para logar la satisfacción de dichas necesidades los hombres requieren de
bienes aptos para ello. De esta forma, cuando un hombre ha logrado identificar un bien con
el cual satisfacer su necesidad se produce una relación entre la necesidad del hombre y el
bien apto para satisfacerla; y es a esta relación a lo que la teoría general del Derecho
denomina “interés”. De esta forma, entonces, se entiende por interés, la relación de tensión
entre el sujeto que sufre una necesidad y el bien apto para satisfacerla (BIGLIAZZI,
BRECCIA, BUSNELLI Y NATOLI).
 Los bienes, sin embargo, no son de siempre suficientes para poder satisfacer las
necesidades de todos los hombres. Esta escasez de bienes es lo que produce que más de un
sujeto pueda tener una relación de tensión respecto de un mismo bien; y es esto lo que da
lugar al conflicto de intereses (CARNELUTTI). Dicho conflicto es resuelto de manera
abstracta y general por el Derecho objetivo, reconociendo los intereses en conflicto uno
que es prevalente: interés jurídicamente prevalente. En el caso el articulo bajo comentario
podemos apreciar que, de forma general, el código civil está reconociendo como
susceptible de tutela dos tipos de intereses: patrimoniales (a los que denomina
“económicos”) y no patrimoniales (a los que denomina “morales”); mientras los primeros
tienen una naturaleza de tipo económica, los segundos tienen una naturaleza más bien
existencial, intima, personal.
 Cabe señalar que parte de la norma en comentario que establece que nuestra
legislación tutela tanto intereses patrimoniales como no patrimoniales, si resulta ser una
norma de naturaleza material, mas no procesal, sin embargo, el error está en reconocer la
tutela de un interés no patrimonial conjuntamente con la legitimidad que se exige para
poder plantear una pretensión procesal mediante la cual se pretenda su
tutela. En ese sentido, debe entenderse que cuando el artículo VI del Título
Preliminar del código civil dice “el interés moral autoriza la acción solo cuando
se refiere directamente al agente o su familia(…)” está reconociendo que solo es
digno de tutela el interés moral respecto a situaciones relacionadas con la esfera
de una persona y las de su familia, y solo quien afirme ser tutelar de un interés
moral tutelado por el derecho objetivo estará legitimado para plantear una
pretensión procesal destinada a su tutela.

 Cuando el derecho objetivo ha realizado la calificación jurídica optando


por el interés que prevalecerá ante un determinado conflicto, imputa al tutelar del
interés jurídico prevalente una situación jurídica que no es el prevalente, una
situación jurídica de desventajas (la que puede ser activa e inactiva).

DE INTERÉS LEGÍTIMO

 Ahora bien, son varias las situaciones jurídicas de ventaja y de desventaja que
imputa el ordenamiento jurídico a un sujeto de derecho. Entre las situaciones jurídicas de
ventaja se encuentran: el derecho subjetivo, la expectativa y el interés legítimo. Entre las
situaciones jurídicas de desventajas se encuentran: el deber, la obligación, la sujeción y la
carga. No es esta la sede para entrar al estudio de cada una de las situaciones jurídicas
anteriormente descritas, solo queremos hacer notar que el interés legítimo (otro de los
términos mal usados por el artículo en comentario) es una situación jurídica de ventaja
inactiva dirigida a conseguir un resultado favorable c o n s i s t e , según los casos, en la
conservación o modificación de una determinada realidad. Se dice que es una situación
jurídica de ventaja inactiva pues con el interés legítimo, la satisfacción del interés material
que le sirve de presupuesto no depende del comportamiento del agente titular del interés
material, sino de un sujeto diverso que normalmente resulta ser titular de una potestad
(BIGLIAZZI, BRECCIA, BUSNELLI Y NATOLI). Es decir, el interés legítimo tiene una
noción y contenido propio, los mismos que parecen haber sido olvidados o no tenidos en
cuenta por el legislador nacional, pues usando un término que corresponde a la autoridad
general del derecho han intentado regular una institución procesal.
 Debe destacar además que el artículo bajo comentario hacia la referencia a legítimo
interés económico o moral, pero en realidad solo el inerte material es que puede ser
patrimonial o no patrimonial, más no el legítimo interés; pues este último es solo una
situación jurídica que sirve para satisfacer el interés material, que sea este patrimonial o
no patrimonial.

LEGITIMIDAD E INTERÉS PARA OBRAR

1. El Interés Para Obrar

1.1 Punto de vista legislativo

Si tratamos de ubicar, los artículos pertinentes que den referencia al interés para obrar,
encontramos en primer lugar el art°. IV del Título Preliminar del Código Procesal Civil.
“el proceso se promueve por iniciativa de parte, la que invocará interés y legitimidad para
obrar…” de lo que se puede entender que el proceso inicia solamente con el accionar del
agente que se propuso poner en actividad al órgano jurisdiccional; y que emocionalmente
siente la necesidad de acudir ante un juez cuando se han agotado todas las posibilidades
de solucionar el conflicto o incertidumbre jurídica en vía o en forma prescrita.

Pero el juez también tiene la atribución declarar su improcedencia en caso de no tener


los requisitos de fondo así lo prescribe el art° 128 del CPC. Lo que nos demuestra que el
interés para obrar no es un requisito de una sentencia favorable sino más bien de una
sentencia de mérito.

2.2 Punto de vista doctrinario

(ANTERIORMENTE MENCIONADA DE FORMA MAS AMPLIA).

El interés para obrar según TICONA POSTIGO es “la necesidad de tutela


jurisdiccional” y nos dice que es “el estado de necesidad de tutela jurisdiccional en que se
encuentra una persona en concreto y que lo determina a solicitar, porvía única y sin tener
otra alternativa eficaz, la intervención del respectivo
órgano jurisdiccional con la finalidad de que resuelva el conflicto de intereses en el cual
es parte.

Juan MONROY, sobre el tema nos precisa que “hay interés para obrar cuando una
persona ha agotado todos los medios para satisfacer su pretensión material y no tiene otra
alternativa que recurrir al órgano jurisdiccional. Esta necesidad inmediata, actual,
irremplazable de tutela jurídica es el interés para obrar.

Para LIEMAN el interés para obrar o interés para accionar “está dado por la relación
jurídica entre la situación antijurídica que se denuncia (lesión aparente o real del interés
sustancial) y la providencia que se pide para ponerle remedio mediante la aplicación del
derecho, y esta relación de consistir en la titularidad de la providencia como medio para
adquirir por parte del interés lesionado la protección acordada por el derecho.

El maestro GUISEPPE CHIOVENDA lo consigna como “el interés en conseguir el


bien garantizado por la ley por obra de los órganos jurisdiccionales”, para luego agregar
que “sin la intervención del órgano jurisdiccional, el actor sufriría un daño injusto”.

Sin embargo, fue GIAN ANTONIO MICHELLE, quien, en una de las definiciones
más precisas, nos produjo la elucubración, materia de este comentario, cuando al “interés
para obrar” lo plasma como la “situación de insatisfacción en que un sujeto puede llegar a
encontrarse si no recurre al juez, en cuanto que solo la obra de este último puede satisfacer
dicho interés. Esto es, hacer desaparecer la insatisfacción misma”.

Para HERNANDO DEVIS ECHANDIA; lo desarrolla de este modo:

a) Que es un interés sustancial es decir particular o concreto que induce al demandante a


reclamar la intervención del órgano jurisdiccional del Estado, y en el caso del demandado,
a contradecir y en los terceros, a intervenir o coadyuvar es una causa privada y particular.

b) No es el interés para accionar, porque el derecho de acción es público y general, en


cambio el interés sustancial es un requisito de una sentencia de fondo, por lo que no se
requiere para iniciar el proceso.
c) Tampoco es el interés para contradecir en general, porque este también es público y
general, además se funda en el principio constitucional, de que nadie puede ser juzgado sin
haber sido oído en el proceso.

d) No es presupuesto procesal ni de la acción, sino sustancial de la sentencia de fondo; la


cual se refiere a la relación sustancial y a las pretensiones del demandante, para sostenerlas
o desvirtuarlas en el proceso y no a la relación procesal surgida del simple ejercicio de
acción y la contradicción.

e) No se confunde con la titularidad del derecho sustancial pretendido el demandante


puede tener interés sustancial legítimo, serio, actual, pero no tener el derecho material que
pretende, entonces, recibir hacia una sentencia de fondo, pero desfavorable. Así también el
demandado tiene el interés para oponerse a la pretensión del demandante y plantear
excepciones, pero no tener razón y recibir sentencia de fondo o de mérito en su contra.

f) Es un requisito de la sentencia de fondo o de mérito. Una sentencia inhibitoria es


desfavorable para el demandante, pero en sentido estricto una sentencia desfavorable es la
que decide el fondo del conflicto o incertidumbre jurídica. Es por eso que el interés para
obrar no es un requisito de sentencia favorable definitiva, apenas es requisito de mérito o
de fondo.

g) Debe ser sustancial, subjetivo, concreto, serio y actual. Se parte diciendo que el interés
para accionar es público y general. En cambio, el Interés Sustancial es subjetivo, privado,
particular, concreto y serio es por eso que este puede faltar, mientras que el interés para
obrar si existe.

 DEBE SER CONCRETO: Ya que debe existir en cada caso especial, respecto de
una determinada relación jurídica material, atinente (es decir que atine a las peticiones de
la demanda, por una o por varias personas individualizadas.
 DEBE SER SERIO: Dejara de ser serio si se trata de un interés simplemente
académico o dialectico, aun mas si es de carácter malévolo y se dirige a causar daño, sin
beneficio jurídico, moral o material para el actor.
 DEBE SER ACTUAL: Se refiere a que no es actual cuando se tienen simples
expectativas, eventuales y futuros derechos y perjuicios. Ejemplo: antes que muera un padre
e hijo demanda por herencia. Pero puede suceder también que el perjuicio sea incierto
pero posible ejemplo: el edificio de un vecino que está a punto de derrumbarse.

h) El interés para Obrar en los Tercero Intervinientes, Es suficiente el beneficio material o


moral que pueda recibir la prosperidad o frustración de la demanda en el caso del
interviniente coadyuvante, pero en el caso de intervención principal excluyente tiene que
tener interés jurídico ya que las pretensiones del demandante pueden lesionar un derecho
propio o beneficiarle.

i) Su falta no constituye una verdadera excepción y debe ser declarada de oficio.

Las diferencias entre los conceptos de legitimación en la causa e interés para obrar,
conceptos que durante mucho tiempo han sido manejados como similares, pero que a la
hora de su aplicación tienen diferencias marcadas; el desarrollo será simple, primero
hablare de la legitimación en la causa y sus características, luego desarrollare el concepto
de interés para obrar para finalmente mostrar sus diferencias.

CONSAGRACIÓN LEGAL: DE LA LEGITIMACIÓN

La legitimación desde el punto de vista de la titularidad de un derecho se desarrolla a


partir de dos hipótesis la simple y la compuesta, dentro de la simple se entiende que la
legitimación radica en un solo sujeto, constituyéndose como parte para asumir una
calidad dentro del proceso, ya sea como pretendiente o resistente de la pretensión
procesal. Dicha calidad exige que dentro de la norma sustancial como de la procesal
existan unos supuestos lógicos que le den la calidad de parte en el proceso, un ejemplo de
ello es el caso de las obligaciones y derechos del contrato de arrendamiento, ya que las
partes son las que se discuten entre arrendador y arrendatario, mostrando así hecho natural
para el derecho.

La hipótesis compleja trata de una legitimación extraordinaria, es decir que


desplazamiento de la titularidad del derecho sustancial del titular a otro, caso
aplicable a la circunstancia de muerte, constituyendo imposibilidad de actuación
procesal, La consecución de la titularidad de la pretensión procesal obedece a un sujeto
inicial titular (titular de la relación sustancial), pero dadas las situaciones, llega a variar
trasladándose a otros de modo exclusivo o paralelo, es de notar que este traslado de la
legitimación debe estar consagrado explícitamente en la norma.

La legitimación es concurrente a la titularidad, ya que pueden existir casos donde el titular


de la legitimación sea parte y también el que está legitimado extraordinariamente, como
en los casos donde se causa un daño a la vida de relación, no solo se ve afectado el titular
de la legitimación sino también el que está legitimado extraordinariamente.

La legitimación en la causa tiene dos manifestaciones la ordinaria y la extraordinaria, la


ordinaria se refiere a la función de las titularidades y respectiva correspondencia, como
hecho necesario, y la extraordinaria se encamina a la demostración ajena a la presentación
de la demanda.

Este se puede manifestar en: Litis consorcio necesario:

1. Litis consortes facultativos: propios-impropios: pluralidad de pretensiones y de partes;


total autonomía- la sentencia es quien define, perjuicio-beneficio.

2. Litis consorcio necesario: legitimación especial: estructura de la relación sustancial/


sujetos plurales.

3. Litis consortes cuasi necesarios: intervención de terceros.


NORMATIVIDAD INTERNACIONAL:

 LEGISLACIONES PROCESALES DE URUGUAY:

Ley 15.982

Se aprueba el Código General del Proceso

El Senado y la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay,


reunidos en Asamblea General.

Artículo 11

Derecho al proceso:

11.1 Cualquier persona tiene derecho a acudir ante los tribunales, a plantear un problema
jurídico concreto u oponerse a la solución reclamada y a ejercer todos los actos procesales
concernientes a la defensa de una u otra posición procesal y el Tribunal requerido tiene el
deber de proveer sobre sus peticiones.

11.2 Para proponer o controvertir útilmente las pretensiones, es necesario invocar interés
y legitimación en la causa.

11.3 El interés del demandante puede consistir en la simple declaración de la existencia o


inexistencia de un derecho, aun cuando éste no haya sido violado o desconocido, o de una
relación jurídica, o de la autenticidad o falsedad de un documento; también podrá
reclamarse el dictado de sentencia condicional o de futuro.

11.4 Todo sujeto de derecho tendrá acceso a un proceso de duración razonable que
resuelva sus pretensiones.
 CODIGO PROCESAL CIVI

BRASIL: LEI N. º 5.869, DE 11 DE JANEIRO DE 1973 CAPÍTULO II

ACCIÓN

Artículo 3 - Proponer o se oponen a la acción es necesario tener interés y legitimidad.

Artículo 4 – El interés del autor puede limitarse a la declaración:

 La existencia o inexistencia de relación jurídica

 La autenticidad o falsedad del documento. Párrafo único - Es admisible la acción


declarativa, si bien ha habido una violación de la ley.

Artículo 5 - Si, durante el proceso, se convierten en relación contenciosa jurídica cuya


existencia o inexistencia dependerá del criterio de la controversia, cualquiera de las partes
podrá solicitar al juez que declare una sentencia.

Artículo 6 - Nadie puede alegar, en sus derechos sobre el nombre propio de los demás,
salvo autorización expresa de la ley

 CODIGO PROCESAL CIVIL DE VENEZUELA

(Gaceta Nº 4.209 Extraordinaria 18 de septiembre de 1990)

EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA

Artículo 16

Para proponer la demanda el actor debe tener interés jurídico actual.

Además de los casos previstos en la Ley, el interés puede estar limitado a la mera
declaración de la existencia o inexistencia de un derecho o de una relación jurídica. No es
admisible la demanda de mera declaración cuando el demandante puede obtener la
satisfacción completa de su interés mediante una acción diferente.
CONCLUSIONES

A nuestro entender, entonces, el artículo VI del Título preliminar del Código Civil es que para
poder plantear una pretensión en el proceso o para poder oponerse a una pretensión, se hace
indispensable tener interés para obrar, sea esta ordinaria o extraordinaria; aunque no se hace
referencia expresa a esta última.

Además, la norma bajo comentario dispone que el proceso es un instrumento mediante el cual
los justiciables pueden solicitar tutela de intereses patrimoniales y no patrimoniales.

Para ejercitar o contestar una acción es necesario tener legítimo interés económico o moral.

Para hablar de interés para obrar es necesario primero determinar qué es interés. Por ejemplo,
cuando una persona tiene una necesidad, buscará identificar un bien a través del cual pueda
satisfacer su necesidad, a ello denominamos interés.

En ese sentido, el interés para obrar deberá ser identificado como la necesidad que tiene un
justiciable para acudir al órgano jurisdiccional y materializar su derecho de acción. No obstante,
ello, el artículo VI del Título Preliminar del Código Civil nos habla de legítimo interés y por el
debemos entender a aquellos intereses que son jurídicamente exigibles a su arbitrio por el
interesado.

Para que ese interés para obrar del que hablamos sea legítimo, la norma nos dice que este interés
puede ser económico o moral

Legítimo interés para obrar Interés económico Interés moral De contenido patrimonial, definido
como el interés que pudiera tener el recurrente por encontrarse afectado su patrimonio De
contenido extramatrimonial, entendido como el interés subjetivo que tiene el recurrente por
alguna afectación generada al interesado o a su familia.

La legitimación en la causa se refiere a la capacidad que se tiene para ser parte del proceso la cual
se la otorga la ley, mientras que el interés se refiere a lo que se busca en el proceso lo cual solo se
verá materializado en el pronunciamiento del juez, esta se reduce a un interés económico y tiene
características que no lo convierten en un sujeto legitimado en la causa, ya sea por activa o por
pasiva.

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