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La critica de arte. RApidas respuestas subjetivas* 2Q0E SUORDE CON LA CRETIOA DE ARTE? Esta por doquier y, al mismo tiempo, atraviesa wna grave crisis; se torna inaudible y se disuelve eno efimero. Se produ- ce en forma masiva y se le ignora al mismo tiempo. No pretendo dar definiciones, 86lo expresar algunos puntos que se relacionan con tal actividad. |. La critica de arte no es una actividad monolitica. Denominamos con esos tér- minos a un conjunto de modalidades que, en varios casos, nada tienen que ver entre si. Cada texto que pudiera insertarse dentro de este género se encuentra gobernado por diferentes propésitos: prioridades, metas, deseo de “cubrir’, in- tenciones de evatuar o de situar en contexto, mociones comparativas, propési- tos de exaltar las filias o sefialar sitaciones adversas, etcétera No hay critica unanime para todos los tiempos ni para todas las latitudes. Menos atin debieran existir dogmas inamovibles. Por ejemplo, haber encabeza. Go en cierto momento un articulo con el titulo “Tamayo, el mejor pintor del mun. do* es una exaltacion explicable y también una barharidad, pero asi lo hizo una dama de la critica de arte, de voz mas bien apagada desde hace rato, que escri- bia en la revista Tiempo. En cambio, citar a Diego Rivera, quien hacia fines de la década de los veinte y aludiendo a Tamayo expres6: "Este muchacho tiene talen- to. Es pintor’, resulta ser una frase contundente que Monsivais rescaté en uno de sus ensayos.? * Estas observaciones fueron respuestas dadas ca una entrevista que tavo ligar durante un sitnpo- So sobre critica de arte que, convocado por Agustin Arteaga, director de] Musco Ponce, tuvo lugar en Puerto Rico en 2005. Después fueron sujetas a revision, respetando esa intencién de primera mano, * Carlos Monsivais, “Dadme un color y el mundo os sera dado, en A fas amigas: Olga y Rufino Tana. ‘yo, México, Galeria Arvil, 1995, 237 — 238 “TeATOS DISPARES. ENSAVOS SOBRE ARTE MEXICANO DEL SIGLO XK Igualmente declarar que algunos trabajos con pretensiones artisticas “no son arte” presupondria una afismacién que no viene al caso. ¢Qué es el arte para quienes la sustentan? ‘Me parece conveniente entresacar ahora otzo ejemplo, Humpty Dumpty, et personaje de Alice in Wonderland, declara: "es arte si yo digo que lo es". ¢Tiene esto algo de verdad? Aunque podemos reimos de la afirmacién, Lewis Carroll el pastor Dodgson—, maestro de l6gica, quiso con esa frase significar algo que va mucho mas allé de una supuesta broma, porque la palabra “arte” siempre ha presentado hartos problemas a lo largo de su historia. 2. There reallly is no such a thing as art. Con esta frase inicia uno de Jos libros sobre. arte que mas ediciones ha alcanzado en las tiltimas décadas. Su autor fue mi maestro: sir Ernst H. Gombrich. Luego afiade: “hay s6lo artistas y los trabajos que realizan"? “Tal vez, conviene recordar lo que sigue: a lo largo de la historia, muchas cul- turag no tienen en sus lenguas la palabra equivalente a “arte”. No la tienen las Jenguas nativas americanas, con todo y el rey Nezahualogyotl, mientras que para los griegos —que fandaron cénones y no s6lo a través de la Postica de Aris- totcles—, arte era techné (construir, hacer, tramar con un propésito). Los japo- neses empezaron a usar él término sélo cuando se pusieron en contacto con culturas occidentale. En él medievo tardio, “la mision del arte no es el arte mis- mo’, nos dice Johan Huizinga en Bl otofio de la Bdad Media, con todo y que. men- ciona a pintores de la escuela francoborgofiona, de la talla de Van der Weyden y Memling.’ 3, Lo que si entendemos y aceptamos, después de] Renacimiento y sobre todo a partir del siglo xvm, es que hay Fine Arts, Hay también produocion axtistica, creaci6n artistica y artisticidad, aunque los resultados de estas actividades no siempre lleguen al Musco de Bellas Artes, si bien, como lo comprobamios a dia- rio, si llegan a los museos, incluso a los de arte y a los centros oulturales. No sé si respecto al Art (con maytiscula) cupiera decir que el término se aplica ala creacién, 0 mejor dicho, a la elaboracién 0 concredi6n de acciones tu objetos bellos o significantes que trascienden la etapa de su ejecucién, Lo que s{ solemos exclamar con frecuencia esta referido, por ejemplo, a situaciones como la que ihustra la frase siguiente: “Esta pelicula de Tim Burton es una obra de arte”, Desde luego que el juicio es positivo, pero la cosa es que hay buen 2 umnst H, Gombrich, The Story of Art, 15° ad. corregida y aumentada, Londres, Phaidon Press, 1969. 8 Johan Huizinga, Bl otofio ds la Edad Media, 6° ed., traduccién de José Gaos, Madrid, Alianza Bdito. rial, 1984, LAGRITICA DE ARTE RAPIOAS RESPUFSTAS SUBIETAS 239 arte y mal arte y, sin embargo, al decir “obra de arte" sabemos bien lo que que- romos significar. Es una frase enaltecedora, La critica de arte se ocupa de las buenas, de las malas y de las intrascendentes obras desde un presente peren- (oro que abarca no s6lo el momento actual, sino que se remonta, por ejemplo, a los aztecas en una exposicién londinense o a la magna Grecia en el Museo de Antropologia de nuestra capital, 4. Hay quienos dicen que la practica de la critica de arte es detectivesca. El artis: {ao los artistas “tienen un secreto" que puede analizarse, interpretarse, eva- luarse mediante la reflexion y el andlisis de los sistemas artisticos que privan en las “familias de arte” Los contrastes tienen la misma importancia que las re- semblanzas. éQué se requeriria para ejercitar esa labor que encomié sir Arthur Conan Doyle segtin el ejemplo propuesto por Carlo Ginzburg? a) En primer término, capacidad de observar. Esta se. puede desarrollar y hasta perfeccionar a lo largo del tiempo y toma lapsos prolongados de entrena- “Miento, Siel aspirante a oritico de arte no ejercita “la mirada’, las posibilida- des de ejercer esta actividad se encontrarén en principio disminuidas, Nadie aprende a “diagnosticar” (es un decir) si se limita a aplicar criterios proexis- tentes b) La actitud analitica supone una actividad comparativa, pues ni siquiera dos caballos de la misma raza son iguales, Por ejemplo, si alguien se ocupa de artistas oaxaquefios actuales hace una diferencia entro Francisco Toledo y Sergio Hernandez, asi como entre las intenciones y métodos de ambos, ¢) Interpretar. Estoy contra la sobreinterpretacion, pero no contra la intexpreta- cion con base en conjeturas, Es un poco ponerse en el lugar del artista, oda interpretacién es personal; su validez depende de los consensos que aloan- Ce. Por eso la critica de arte no es objetiva ni puede serlo; es intersubjetiva y, desde mi punto de vista, debe abstenerse de las expresiones demasiado Contundentes, propias en ciertos casos. Pongamos, como ejemplo, la persona que en México ha alcanzado mayor antoridad en estos terrenos. Me reflero a Raquel Tibol, que por cierto, es mucho lo que me ha ensefiado aunque me refiera en este momento a su contundencia. 5. Los medios por los que se ejercita la critica de arte (voy a reforirme s6lo a la criti ca que queda escrita y publicada) son muchos y muy diferentes entre sf. Pido dis- culpas por no tomar en cuenta ejemplos tomados de la television, la radio o la red. Es muy distinto escribir la presentacién para un catdlogo que formular un texto académico sobre critica de arte. Incluso estoy por pensar que los textos 240 TrXTOS DISPARES, ENSAVOS SOBRE ARTE MEXICANO DEL SIGLO XX rigurosamente académicos avocados a esta disciplina son casi inexistentes, por- que no es cierto que la critica de arte se identifique con la historia del arte, si bien igual vale decir que —sin conocer los decursos fundamentales dela his- toria del arte— el critico cae en la posibilidad de descubrir todos los dias el Mar de Cortés. La oritica de arte de periédico y la de los semanarios se difunde mucho més que la expresada en catélogos, libros, revistas especializadas 0 comerciales, et- cétera. Puede dar o no en el clavo, esclarecer o confandir, estar expresada en forma intoligible o adornarse con términos que nada dicen; puede ser polémi- al ca o conciliadora, irreverente o tersa, enfocada o desenfocada. En todo caso, sucle hablar “desde el ronco pecho”, Es leida? $i, por unos cuantos. Es menos | leida que la critica cultural, y ésta menos que la oritica politica. ;Sirve la cri- tica de arte? Si, les sirve a algunos. Después de leer un articulo de Cuauhtémoc Medina sobre Helen Escobedo y Marta Palau que exhibieron en la Galeria Art & Idea de la colonia Condesa, me dirigi a dicha galeria teniendo en cuenta los horarios de exhibicion y los dias de inauguraci6n y clausura de la muestra. No pude verla por las siguientes razones: era su pentiltimo dia de vigencia, pero después de tocar la puerta varias veces, el individuo que finalmente me aten- dié me comunicé que “ya nada estaba" porque habia sido desmontada dos dias antes. Quise al menos ver el espacio; no fue posible porque “no estaba la ga- lerista’, Deseo expresar que eso no sucede en los muscos ni en las galerias se- rias, pero quiero acentuar que resulta frecuente que alguien se lance a ver una exposicién después de leer un articulo que la comenta. O bien, no pudo verla como fue mi caso, pero cuenta como un testimonio. YVuelvo al punto de las modalidades. Una de Jas mas socorridas es la creacion paralela, que ejercitan los escritores reconocidos. Pocos: Octavio Paz en primer término, Juan Garefa Ponce —quient siempre fue laudatorio respecto a los at tistas sobre quienes escribi6 sin por ello carecer de insights brillantes—, Cat los Monsivdis —que siempre situé lo que escribi6 en su contexto histérico, resal- tando las genealogias—, son ejemplos certezos de la buena escritura sobre arte. No asi otros que, en el mejor de los casos, emiten frases clegantes o incluso: poéticas, que para nada se refieren al objeto u objetos que supuestamente co- mentan. No quiero mencionar nombres, pero pululan. Algunos textos de tal in- dole pueden ser hermosos y valen por si mismos, pero no son eriticos. 6. No hay una carrera dedicada a la otitica de arte, aunque est cerca de existir una carrera para quienes deseen convertirse en curadores, actividad ésta que ha al- canzado insospechadas posibilidades desde hace décadas y que se encuentra, probablemente en el yértice més alto de su auge. Los curadores no sdlo suelen acercarse a los criticos de arte para lograr sus ohjetivos, sino que lo mas coman’

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