Sunteți pe pagina 1din 35

7'

m@ E Pir@©E@s Sú ©éM

X
l '

' i

',.!.,,Ib "'..*1^^V¿"|
•¡•HTíiH'::r¡i'íi!iii::;:;::i\::3R::;!:!•• i'i\:2X^wu::;;:;:I:SÍJi;::::;!:;;í:ir!:i:!'i!!i¡:CTícsc3:i:;:íi:::r!:[::33]iiM ::^::;^r: •:•: -<"• {;íj-._.:i^'iia::ui:::::;:r":i!'Hiiiíí¡i.i!'ii;:áwi'iiiíinr;

Año I 1 de Febrero de Í9I4 Núm. 6

ii

ILUSTRACIÓN MUNDIAL
ífwr
X^::MÍ

D l a u í O lili ÜAMON.M.

j . -111 I | . rji- •-••.p-lltnil'i:


T ; ,;..;; -lij . .•;•! [,-,i¡¡' c i ü i m - . i n.i'L: —.-^•.•s.,iÉí!:«•¡!•..-\:•.^•,¿.1•^s linrifinni'iittl.nfilKrii;'-- i -\\ .íinnua

PAUL DEROULEDE
Iliif.tre IHerato, presídenle de ía Liga de Patriotas de Francia, qtíe ha faítecído en Niza el dia 30 de Enero pasado
LA ESFERA
XTTTXTTirrFTTTTTTTTTYTYi:TTTTTT7TTTTTTTTTTTTTTTT?TTXTTTT-rS-TTYTTTTXT:

Calle del bnrrlL> judío de Conslantlnopla Judiits pubrcs ele Salónica

LA V I D A QUE PASA
T

l. que Iti pasión religiosa nublara e] juicio de


lOIV
sino una arbitrariedad, determinada por el extra- forlunio conllevado con dignidad durante cuatro
E los Reyes Calólicos, precipiláiicloins en \¿\
iniuslicicj cotilra los liijos de Israel, que hti-
bian vislo la luz de Ici vida en España, no es un
vío emocional colectivo. ¿Qué sentimienlo ó qué
pasión podrían mover hoy á nuestro pueblo con
aquella fuerza? Probableinenle ninguno. Por eso.
siglos, los modernos fariseos. Ungiéndose alar-
mados, rompen á escupir lodo linaje de injurias
contra cl pueblo proscripto, ¿Es que se preten-
episodio liislóiico que haya ¿ifiadido nadn á la cuando se nos dá á elegir como programa cultu- de reprodueir la cuestión Dreyfus en España,
l^loritj de aquellos monarcas, pero es un licclio ral, entre la europeización ó la africaiiizaeion de aprovechando el deseo de los judíos de Salónica
para el que el comenlarisla írío hallará, sin es- las almas, no sabemos qué preferir. El ideal se- de lijar su residencia aquí?
fnerzo, excusa. Si la emoción calólica colecliva i'ía que los pueblos, sin mostrarse insensibles á En primer lugar, ese vocerío es prematuro,
había enardecido el alma casrellana. comunicán- ninguna de las ventajas de la civilización, y aun porque nada liasla ahora nos autoriza á suponer
dola el brío necesario para expulsar á los ái'a- acostumbrándose á las normas urbanas de la que los ¡udíos de origen español, mal hallados
bes de jiucslro lerrilorio ¿no ha de haber expli- \'ida, conservasen un rincón espiritual cargado con el nuevo régimen político de Salónica, hayan
cación y disculpa pai'a e! fanatismo nacional que de lava incandescenle. capaz, en un momenlo de- resuelto restituirse á la madre patria.
aplicó á los indios la misma iiihospiíalaria medi- terminado, de producir grandes inceudios. En Lo mas probable es que el gobierno griego
da? Tensas y vibraiiles las almas, propendían pocas palabras, que lo intelectual no se sobre- haga lo ijosible y lo imposible por retener allí á
cnlonces á lodos los dcsaluei'os, sobre iodo, si pusiera tan plenamente á lo pasional, que lo ce- un puñado de familias, que ai emigrar del terri-
aparecían le^iiimados i^or la voluntad del Cielo. gara. No hay nada lan enervante i?ara los pue- torio se llevarían consigo creencias religiosas,
No c¡\i menesler, poi' aquellos dfas heroicos, blos, como ese falso inteleetualisino. que es la hábilos de trabajo y recursos cn dinero, que dan
tjne el lilósofo buscase la huella de Dios cn la moda de ahora, por el que las gentes regulan su testimonio de la talla moral de esas gentes y de
historia. Niniíún precursor de Bunzen ó de Lau- vida, y en el que se aclimalan los cucos de todas su importancia social. No vendrán, por desgra-
i'enl se lomo ese Irabaio. El pueblo creía, por las edades, c o m o c l ambienlc más adecuado para cia, aquí. ¿A qué. pues, aparentar indignaciíin
¡nstinlo. que la divinidad yuiaba sus pasos y la defensa de! pan y la conquista de la posición ante un inverosímil itiovimienlo inmigratorio?
que hasla en frenesíes Irágicos, cn las horas social. En ese clima se dan, prolíficamenle. los ¿En nombre de que nos ofende la probabilidad
nuis rudas y crueles. Dios, como un caudillo in- egoístas y los pedantes, los fariseos de la diosa remola de que el gobierno español se muesire
visililc, jc acompañaba y scslenía. Por eso, sin Minerva, apóstatas despreciables de todo prin- hospitalario con los israelitas, que son. por con-
duda, realizó g-randcs cosas. Los pueblos no cipio religioso, transfugas de lodas las doctrinas sanguinidad, compatriotas nuestros? ¿Qué va á
han hecho nunca nada yrande niás que movidos morales y políticas, parásitos sin alientos para peligrar si vienen? Ese íariseisino, por ser una
por íini\ emoción capaz de fundir lodas las al- emprender otras ludias que la caza de la dote ó actitud hipócriía, es, sencillamente, despreciable.
mas en un solo deseo. El orf,'u!lo coieclivo dio ¿i el asalto a la nómina oficial. A vivirestas gentes El prejuicio antisemita, que era hace poco una
Eíoma el iriipeiio del mundo. .Arminio el germano cn torno de los Ueyes Caicjlicos. ni se hubiese moda eleganlc en Erancia. ha dejado de llevarse
venció á las legiones romanas jjorque sus huestes trabado la unidad nacional con las ataduras del en lodas penes. Aquí, dicho sea para honra de
se batían animadas por el sentimiento de la inde- heroísmo, ni Iciidríamos. apenas, como país, nuestro pueblo, no ha tenido aceplaeión nunca.
pendencia, que es una pasión colecliva. El auifc efectividad geográlica. May que favorecer. i>or el Si la pasión religiosa hubiese realizado ayei'
militar de España ha coincidido con cl apogeo de contrario, como una gimnasia de las almas, la grandes enijíresas. si hubiésemos rescatado las
la einoción religiosa en el pueblo. Cuando las expansión pasional. Es menesler decir á la ¡u- colonias, si invocando el Evangelio hubiéramos
muchedumbres pierden, por obra de la cultura, veniud, que no se avergUence de ser osada, in- abierto á nuestro pueblo las puertas de un ideal,
el calor impulsivo: cuando prelieren la razíín á trépida, violenta y destructora. Es preciso que lendríamos derecho á ser hoy severos, injustos
la pasión, deiaii de ser heroicos y grandes. En- las gentes se acostumbren á no esconder sus y aiin crueles, porque las i'csacas de ia pasión
tonces cl entendimiento enlibia los enlusiasinos. odios, sino á exhibirlos y defenderlos, con ries- suelen llevarse á lo mejor toda ia piedad de los H
flolan los egoísmos individuales, y la vaeilación. go de la vida. Es indispensable que la ¡uventud pueblos. Pero ¿qué hemos hecho de grande ayer
que es una forma hipócriía de la inercia, parali- sepa que la pasión es sania... para que se nos absuelva de la injusticia de hoy?
za las voluntades. No; por decoro naci<HiaI. cállense los detracto-
... La [jasión religiosa, que afirmó la existen- res de la raza judía ó guarden sus reservas de
La expulsión de los israclilas de España, fue. cia de España como nación. ech(> de nueslrt> indignación para causa más noble. Se puede s i -
no solamente una gran iniusiicia. sino un error terril<ii"io á los árabes y los judíos. ¿Injusti- mular todo, porque si no es lícito, tiene excusa
económico irreparable. Convenido; pero fué una cia? ¿Error económico? ¿Crueldad? Convenido. en la consideración de la necesidad imperio-
injusticia, para la cual siempre hallai'á excusa el Error, iiiitislicia y crueldad, lodo ¡unto, pero ex- sa. Podemos Ungir devociíín religiosa, apego al
historiador. La vitalidad espiritual del pueblo es- cusable. La mano que por la mañana había es- olicio, simpatía por el amigo y admiración íiaeia
pañol, era tan grande é impetuosa, que sobre- crito una página inmortal en ia Historia, bien po- la mediocridad decorativa de un charlatán polí-
pasti los límites de lo razonable. Nuestros ante- día tener por la tarde un movimicnlo de flaqueza tico cualquiera. Lo que no hay derecho á Ungir
pasados, enloquecidos por una serie de triunfos <j un gcstt) d¿ sevci'idad. Lo repugnante, lo in- ni simular es la pasión, porque la pasión es lo
logrados en horas de liebre religiosa, creyeron íligno. no fué aquéllo. Lo que subleva, lo que único sanio que arde en esta repugnante escom-
dar al cielo una reparaeitín. cxpalriando A los ju- asquea, es lo que ocurre ahora en España con brera de apetitos que es la criatura humana.
díos, tan inüeles como los árabes á la Iglesia de los israelitas. Apenas se insimía la posibilidad
Cristo. N'^ fue' aquélla una medida de gobierno. de su repatriación, lardi'o desquite á un gran i n - MANUIÍI. B U E N O

h r ^ m n f K B t Ü T T T T T a tt a B H if if ^ - T T T T T T X O : T X T T T X T " S ~ S ~ O " T T X T T T I íxxmroixs^ixícxzxxTxi


cxmxix]
LA HSFERA
"'•l|j!' "l|;)||i"' |||i¡' '' ''l!l||l" i|l|'li'''' 'iil,|||l'"' '•' i||j;ili'-"-'M ;j|Íi¡' '"i'i¡j|j¡ii'"-'^i'ijj¡i¡¡i'i'i';¡¡ii|¡||i"''''i |j||i|i< "• MÍ|ijji|i¡ii-:;¡¡j|j¡¡¡M-¡¡ii¡|-;i¡-in |¡|ji¡¡¡ •"•Mi|ij|;ti¡:'"i¡¡ijij¡i¡:"i-¡ii¡¡j|jf M;¡ ii;l,jj¡iÍM-"¡l¡jj¡iii'-:iiii|ijji "• "ih¡|jjiji¡-¡"i¡¡i|j¡¡¡^' I|Í

POR TIERRAS SEGOVIANAS:^ii^V^^''c?oo"1

V i s t a fferieral del C a s t i l l o de Coca

U N ííisiuDso milrado del sii,'-lo xv. nicnos otros tantos cubos más pequeños. El segundo fereníes para cárcel de reinas desgraciadas y de
¿líenlo ül cicrcicio duslcro de su minislcrio recinlo, obedece al mismo plan; y la poderosa y iTiagnales ambiciosos, el último de los cuales
sajjrddo que ti las infrit^as eorlcsíinas y esbelta torre, en la que se construyeron las ha- fue el mal aci>nsciado caballero D. Gaspar Alon-
á las empresas yucrrcríis, dejó en la villíi de bitaciones del señor Feudal, y que hoy no exis- so Pe'rez de Ciuzmán. duque de Medina-Sidonia,
Coca—nol)le por su hisioria y veiieralile por su ten, cuadrada, ahísima y coronada, eomo todo el quien permaneció preso en el castillo que nos
flntiiíLicddd.—Lili iiitig-nílico recuerdo de su cardc- conjunlo, por caprichoso y labrado almenaíe. ocupa, gran parte del arlo líy^ri. en castigo de
ler ciliivo y de su oficitin á la molieie y al lujo. presta á este castillo un aspecto de grandiosidad haber pretendido alzarse con la soberanía del
Nada perdió el Arle, cieriamente, eoii cslas afi- y severidad maiestuosas. que cncantñn al viaiero. reino andaluz, Y viniendo á los tiempos moder-
ciones del osleiiloso prelado D. Alonso de Fon- Al visitar otros cdilicios de esta índole, hemos nos, durante la g-ncrra de la Independencia, de
seca; las iglesias de Avila y Sevilla, cuyas dió- recibido casi siempre mía sensación penosa, y cuya fecfia arranca la decadencia de este bellísi-
cesis rigió, y ¿lün la de SanliaiíO de Compoalela. hciníis recordado, con cierta amargura, aquella mo palacio, hubieron de acogerse en su recinto,
silla que ocLipíí por pcrmula circunslancial con época medioeval, fecunda en hazañas gloriosas, ocupado jíOi'el francés, millares de pati'iotas pri-
un sülirino suyo, de i[,'Ufll nnmhrc, aeroeenlaroii pero también en crueldades Imri'ibles. La impre- sioneros en la batalla de Ocaña. quienes por una
su riqueza y cmlícliecimieiilo arlislicos. í^racias sión que se recibe al contemplar el exterior del ironía de la suerte, desfallecidos y harapientos,
á !a inaiíiiiliceucia de esle ol)ispü, lan liberal y castillo cauccnse es. por el contrario, una im- se vefan Forzados á pernoctar, por una noche al
pródiyo de sus reiikis. que. al decir de las cró- presión plácida y alegre, debida acaso al roüzo menos durante su marcha al cauii\'erio. en es-
nicas, luna noche liizo sala al Rey e a la Reyna tono del edificio y. más aún. á la gallardía de tancias lutosísimas, en salones de magnilicencia
con lodas sus damas, e después que muy es- sus líneas, que \'ariando constantemente de di- verdaderamente regia.
plendidciinenle obieron cenado, en luytir de la co- rcccii'in. ríHiipen la monotonía de los planos y Careciendo en absoluto de liistoria militar este
laeion majicki sacac dos píalos con muchos ani- atenúan la forzosa pesadez de aquellos fortísi- castillo, el más bello de los de toda España por
llos de oro. en cada uno diversas piedras engas- inos bastiones, su traza, estuvo á punto de ser arrasado por las
ladds, para que la Reyna y sus damas lomasen Sribe este castillo, sin embargo, mucho de pe- tropas comuneras en 1520, según había dispues-
el anillo con la piedra que mas les agradase». sadumbres y dolores. El sirvió en ocasiones d¡- to la Santa lunta para vengar así la bárbara
Era lógico, pues, que el que y cruel feioni'ci que el tercer
l>or puro traliinleo y coilesía señor de Coca, D. Amonio de
para con ¡as damas, gaslaba Funseca. sobrino del fundador
crecidas sumas, no las escati- de esta casa y fortaleza, come-
mase al iralar de construir llera incendiándola ciudad de
un palacio, que le sirviese de Medina del Campo. Salvóse
morada señorial. entonces dcladesttucción y de
Es el easlillo de Coca—pa- las iras de los Comuneros,
laciü-fortaleía que el buen don quienes se conformaron con
Alonso hizo ¡evanlar para su b a t i r el castillo de Alaejos,
regalo, y que no llegó á dis- lambie'n perteneciente á D. An-
frutar, pues íalleció el obispo lonio. Pero la fortaleza de C o -
en M75. varios años antes de ca no pudo salvarse en el si-
que Iti íábrica se terminase,— glo XJX de la rapiña del fran-
único en su ye'nero. Cons- cés, ni de la codicia de un ad-
¡ruído de ladrillo, y empezado ministrador poco escrupuloso,
y acabado por alarifes casíe- que hizo arrancar lodo cuanlo
llaiios y moriscos, conserva, en el palacio halló de valor y
dentro de ese estilo impropia- lo vendió al extranjero.
mente llamado gótico, cierto Hoy esle hermoso castillo,
carácter árabe, que se echa acabado de construir hacia el
bien de ver. en el doble cordón año de 1495. está abandonado
de almenas con que rematan totalmente y amenazando rui-
los dos cuerpos tiel edilicio. na. ¡Lástima grande que su
Flanquean su recinto exte- actual poseedor, el duque de
rior, circundado p o r ancho Alba y de Liria, no se decida A
foro, cuatro robustos y airo- emprender las obras de res-
sos cubos que, arrancando en tauración proyectadas, p a r a
forma de conos gigantescos, evitar que tan preciada ¡oya
quiebran luego su línea cir-, desaparezca para siempre, co-
cular. para abrirse, avanzan- modesapareció aquel buen don
do atrevidainenlG hacia afue- Alfonso de Fonseco, arzobis-
ra, en exógono. cada uno de po de Sevilla.,,
cuyos lados, es defendido por Pachada principal ¿el ("asillln ilc Coca * ME:IÍADIO S . VITOfJI

;ñlii,,Mit .illlllllli,, ''l!''!!!'!lÍ!!!!!:.!!!Íl>!!i:ii!!!!!ll!!!:!:!!l^ lililí Ijl'llll' lililí' lÉln. íllllr. illl/l 4}


LA ESh^ERA
\ A 'A /" -JXX7-

CRÓNICA TEATRAL
./ T T N

os empresarios se quc¡dn de la falta de üliras pertorio, y éste, no se lialia formado exclusivamen- sin lavorecer con elementos eiicaces al buen propo-
L nuevas; los aulorcs. maldicen su sino, porque
no les depara empresarios cuidadosos del es-
plendor escénico, con preferencia á los proveclios
te por creaciones geniales.
En el repertorio, debieran buscar los autores,
que á la sazón trabaian, el espacio de reposo que
sito. ¿Se representa una comedia antigua, para lu-
cimiento de cualquier dama ó galán de campani-
llas? Pues reparten mal sus papeles, se ensaya de-
que puede reporltir el teatro; los cúmicos, dividen necesitan y los cómicos y empresarios, la variedad íicientemente y se presenta con trastos viejos y tra-
en partes iifuflles sus Itinientos. y una milad ]a de- que el público, con molivo, desea. En obras de ver- jes descuidados.
dican á los poelas, sobradamenle ociosos, y la otra. so, guarda nuestra historia literaria del siglo xix, Obras vistosas de antaño, se sacan á la luz oga-
á los conlratislas, que por avaros ó por lorpes. no varias, del duque de Rivas, liarlzcmbusch. Zorrilla, ño con telones sucios, desgastados, pobres, iinpro-
loptin con negocios de importancia. García Gutiérrez, Tamayo. Ayala, Eelicgaray, Ja- pios y con indumentaria ridicula y miserable. Si se
Todos lloran más de lo ¡uslo. pero no sin razón. vier de Burgos, Ricardo de la Vega, dignas de que trata de una vieja zarzuela, suelen encomendarse las
porque todos sufren efectivos contratiempos, aun- se las recuerde, sin contar con los millares de co- parles de canto, á quienes no tienen voz, y el públi-
que, á decir verdad, de tales daños, les corresponde rncdias «clásicas», entre las que Iiay muchas de mé- co, que acudió por curiosidod, por deseo de susci-
parle alícuota de su culpa, á cuantos los padecen. rito, aiin desconocidas, y las de cuantos, gozando tar en su ánimo recuerdos de cosas que fueron,
Los empresarios, suelen vivir al día, sin otros me- ahora de justa nombradfa, piden con motivo un rc- viendo que lo antiguo no está remozado, percibe la
dios que los acarreados por el espectáculo que repaso pijblico de sus aplaudidas labores pasadas. emoción de lo caduco, se desencanta y niega su
cxplolan. Los autores, duermen demasiado sobre En la Zarzuela. Gastambide, Barbieri. Oudrid, aphiuso al intento de resurrección.
sus laureles, ú sobre aiyo, que sin serlo, conside- Caballero, Chapí—cito sólo unos cuantos composi- í;l repertorio bueno guarda, sin duda, muchas
ran aute'nticú gloria conquistada i>or su genio, y los tores españoles famosos y ya desaparecidos —aún emociones artísticas, bellezas que por serlo, no
cómicos, más solicitados por sus propias vanida- conseguirían cautivar á los audilorios con melo- pudo desvanecer el tiempo, pero si el actor no
des, que por ct cariño al arte. sCilo sueñan con la tlías, un tiempo populares y ¡ioy del todo olvidadas. pone en la obra, que de nuevo se saca a la luz del
apoteosis de su individualidad, aunque se consiga El repertorio puede animar a nuestro teatro en la día, todo el entusiasmo dedicado á los estrenos y el
á coslcí de la indispensable perfección del conjunto... hora de escasez, darle alientos nuevos cuando su- empresario no emplea en lo pretérito cuantos me-
Hay quien, con unas cuantas pesetas, abre un lea- fre desmayos', refrescar la atmósfera que le envuel- dios considere indispensables para lo presente, na-
tro, soñando con que la apertura será el principio de ve enrarecida por la monotonía; pero el repertorio die espere la satisfacción del público, sin la cual
una dilatada serie de ganancias, base de su suerte: exige los mismos, cuando no mayores cuidados, han de volver á la tumba en que yacían, las obras
quien, después de haber estrenado con regular e'xito que las obras nuevas, pues no se ha de echar mano vetustas que de ella se sacaron.
un par de obriüas, se considera dueño de una mina, de lo antiguo para mostrarlo con los estragos de la Hay dramas, comedias y saínetes españoles, no
que le redime para siempre de la pena del trabajo; decrepitud. representados hace muchos años, que ahora agra-
quien, por haber sentido el grato rumor de unas pal- Cuando alguna empresa teatral acude á obras vie- darían; zarzuelas antiguas, que pudieran escuchar-
madas, está persuadido de poseer los méritos bastan- jas, deseando sacar provecho de la exhumación, lo se otra vez con gusto y aplauso, pero si la tarea de
tes para dejar satisfechas las naturales exigencias liace casi siempre—salvo honrosas excepciones— despertar á los que duermen sólo ha de consistir
díl público. en sacudirles ligeramente el
Este es, al íln, el que pa- polvo que los cubre, bien
ga los errores de cuantos están en los rincones obs-
debieran servirle; porque se curos donde s o p o r t a n el
aburre cuando el teatro es olvido.
malo, y se aburre también, Algunos teatros extranje-
cuando por ser malo, el tea- ros, no interrumpen jamás
tro cesa. De donde se inüc- la costumbre de ofrecer al
re, que autores, cómicos y público sus obras maestras.
empresarios, debieran pen- En los nuestros las come-
sar, no sólo en ellos, sino dias más celebradas, ape-
en la muchedumbre que ha nas si duran un lustro, y las
de darles la vida, la prospe- famosas, las e j e m p l a r e s ,
ridad y el brillo que apete- q u e d a n c o m o depósito,
cen. para regalo de los literatos,
Creer que cuantas obras sin que sus bellezas puedan
e s c é n i c a s se representan ser admiradas por la masa
han de ser cxcclenies, es vulgar. La obra escénica,
fiar las esperanzas á lo im- por sí sola, y aunque tenga
posible. No todas las tie- grandísimo mérito, no pue-
rras dan flores y la tierra, de triunfar. El teatro es es-
además, se cansa de pro- pectáculo, y por lo mismo,
ducirlas. El talento n e c e - la acción creadora del au-
sita regularizar sus esfuer- tor, i'cquierc p a r a vencer
zos; necesita reposo, pre- estar asistida por los intér-
paración previa para el tra- pretes y por los medios ma-
bajo. Por lo mismo, más teriales i m p r e s c i n d i b l e s ,
que exigir de los autores para que produzca la debi-
que escriban á destajo, con- da impresión.
vendría disponer las cosas y pues tanto se duelen al-
de modo que, las comedias, gunos señores, metidos en
se representasen s i e m p r e la industria de espectáculos
bien y con todos los ele- t e a t r a l e s , de la falta de
mentos precisos para dar abras inéditas, echen ma-
realce á sus méritos. no de las olvidadas, siem-
Nuestras comedias, por lo pre y cuando no tengan es-
general, no tienen otra vida tas bien ganado el olvido.
que la gozada al nacer; des- Acójanse á lo antiguo, pa-
pués, quedan muertas y se- ra alternarlo con lo moder-
pultadas en l o s archivos. no, pero presentándolo con
Cierto que la existencia de los atildamientos y com-
las obras teatrales es efíme- posturas capaces de con-
ra, pero la labor del ingenio trarrestar las terribles in-
positivo, puede vencer á la gratitudes del tiempo.
acción demoledora de los Si el repertorio no ha de
años. Aun admitiendo que merecer de los interpretes
las comedias se desgasten cuidadoso estudio y escru-
pronto, es indiscutible que pulosa ejecución, y de los
las producciones teatrales, empresarios cuantos sacri-
donde predomínala música, ficios requieran las circuns-
no se marchitan fácilmente. tancias, dejen tranquilas á
Cuando las situaciones dra- las comedias que en el ol-
máticas son harto conoci- vido están. No se trata de
das, y los c h i s t e s están pasear ante la vista del pú-
muy oidos. ni emocionan ni blico cadáveres q u e s(')lo
regocijan; pero la repetición sugieran desconsuelo, a¡iu>
de las ideas musicales, sólo de infundir nueva vidn á lo
después de dilatada persis- que debe volver al mundo,
tencia, pueden llegar á la para gozarle y darle gozo.
saciedad. La ó p e r a ^ivc,
gasi exclusivamente, del re- MLLR. LILLIAN G l í n N Z r :
Relia y n^iablc actriz del Ailicncc, <lc l'nri's roT. niiLiiuNn.u, I, TRANCOS RODRÍGUEZ
LA E S F E R A

Benlliiire trabajando en su estudio sobre una obra en mármol POT. CAMPÜA

E l gran arUsla espafiol Mariano Benlllure. es un h o m b r e de una v o l i i n l ñ ü lenEiz, firme y enrera, que si no lia influido irarcí nada en sus méritos e x l r a o r d i n a r i o s , iia servido de l i m i g n l o seguro
para su fama y prcsCijio universales. H i j o de una faniilia modesfií. iiació en L'I G r a o ( V a l e n c i a ) , en 1B6?, y destie su infantia la escasez que en s u d o m i c t l i o e r a doga) iuiplaca 1)1 e qui¿ L'nHoml:rL'-
cfa la vida familiar. !e ( bllgó á su mar s u L'sfucrzo al traíiñio de t o d o s , en la diu-Jiosa e d r d en que las ilusiones vuelan c o m o m a r i p o s a s en l o r n o de laa caberas infantiles. A su indomable vol u n -
tad, á s u a m o r a l t r a b a j o , se d e t e n las porlen.'osas creaciones con que s u genio fia enriquecido al m u n d o y á l á su propio m¿rllo, I i u é r f a n o d e toda clase de proteL-ciones.cI renombre v í a foriuiia,
LA ESFERA
lG|rrgMgiraiB;5][S.'5M[ajBlS;fglF:aiQ:.'a1^ÍB;alg^aiBl!3lEJa":g|[BJa^

UNA V I S I T A Á M A R I A N O BENLLIURE i M

EL E S T U D I O DEL I L U S T R E A R T I S T A

E N SU lióte] suntuoso y ri-


co, rietie Bcnlliure cí es-
tudio. Un esludio espe-
cial , carijcterfstico porque no
po lumular, donde duerme su
sueño de mármol, encuadrado
el rostro por las barbas hirsu-
tas, un encapucha do religioso,
se limitíi á las paredes que que en un salón, en el jardín,
circundan los distintos salo- en cualquier ángfulo, sobre un
nes que le dedicó el artista. pedestal, rie la cara radiosa
Rl estudio de Bcnlliure es de un niño de barro la felici-
la casa de Madrid, la linca dad infantil, ó admira el gran-
de Vilialba con inclusión de dioso monumento de los du-
sus ¡ardiiics, palios y alame- ques de Denia, ó asombra
das. Donde quiera que el es- por su composición genial, su
cultor eminente vive, queda Taclura v i g o r o s a y su rea-
estelando las señales de su lidad trágica y emocionante,
paso una obra mayislral. el grupo titulado E/ coleo,
Así es su vivienda, esludio que debiera ser gala y orna-
y museo. Próditro de los te- to de la gran avenida abierta
soros de su inspií'ación, dejó anJe la Plaza de Toros de Ma-
por doquier bellezas sobre drid. Por eso el estudio de
J a r d í n y factiada ílct cstíidEo de íScnIliiirc Kenlliure no puede limitarse á
maravillas. V lo mismo en
las espaciosas salas que llevan la denominación de estudio, se sobrecoge los gloriosos muros que lo cierran. Lo mismo se da en la severidad de los
el espíritu ante un asombroso Crisio cs|TÍraiilc en la Cruz, ó ante un gru- salones, que al aire libre, entre frondas, en la alegría luminosa del sol pleno.

I"I

ET i
m
m -a

i
m
i
.1
51
@

\ Visía de uno de los talleres del estudio de BenlMure itn;^ LW.I-ÚA


OirL3jaj?j3'.:;siaj^[mairvj.5ia;rajts'Lajcüsisjsji¿ie;a¿iij3^
LA ESFERA
NOTAS ARTÍSTICAS
ESCULTURA DE BENLLIURE

LA BAILAORA
Escultura en itiármol, policromada, que esíá terminando actualmente Benllitire FOT. CAMrifA
LA ESl^ERA
• | 1 ü ^|||| IIII jiiB|]i I iTi'i'ijpiiii NI ír|!liiii;¡n í|¡llip™iillHP'i™'li!p^i'¿ii.| [F™ii^]:i:pn™i!| ii¡ipr¡iiii||i i m i i'[piiiii ii]¡[| f iniii||||j mi i;|jpiiiii¿i i i'|i||||{iwi.i ||¡¡iiiiii.iiiiii¡| 11

Detalle de iina fuente lieclia por Benlliure para el j a r d í n de sii casa

E NTRE la varie-
dad de as-
pecios q u e
son caraclerísli-
css trabajo trilla-
do y vulyar de la
p o s t u r a liieráti-
ca. donde se ad-
cos de la inspira- vierte la dura ri-
ción asombrosa gidez de I a pie-
de] ilusli'c Ben- dra en el gesto
lliure, se deslaca adusto, en la ac-
singularmeiilc titud forzada y en
por su simpatía y las ciegas pupi-
por la predilec- las que miran por
ción que el insig- imos ojos etei'na-
ne tiriisia parece m::nlc sin Inz á
dedicarle el que las muertas eda-
se refiere á las des del pasado.
esculluras de ni- IZl brujo cincel
ños y á los Ira- de Mariano Bcn-
bajos en que es- lüure lia conse-
tos entran como guido apoderar-
factores esencia- as: del nioviniicn-
les y principalí- lo, esclavizándo-
simos, lo en la quietud.
De esta alirnia-
Nadie como ciún para^lógica
Benlliure lia sor- resjjoiideii mejor
prendido el ges- que nada todas
to vario, las acti- sus obras, di)nde
tudes traviesas y el moLvoes la vi-
la alegría infan- vacidad, la gra-
til, ni nadie ha cia, la alegría y
sabido csculpii'- la inquietud iii-
las con más so- Fanliles, que fre-
berana maestría, cuenta mucho el
ni más ajustadas maravilloso e s -
y ricas expresio- cultor y que por
nes. sus grandes in-
Persiguiendo convenientes le
la perfección en proporcionan
ladificullad,Ben- éxitos brillantes.
lliure se alejó de D c t n i l c [lc i i i i Frisi» p a r i i una iglusla F07S. CAMPII^

niji iiiriillllllllllilll llJlliillllllíílIl ll]Jlii'illl'íliilll!!^llUllll.l>iriil J l II M \ \ \ £ 11 illllllLllllll I llibíiilll [U !.iiluLÍil|Íil,l¿J,Íilllllllí Tii I I.IÍl¡i[:i ¡iiílJ],lil!!lillllÍllu,l¡l¡lilll!'l:r:i lJ:!:li¿UllillJ.lIlJII¡í!i;l.mi:lililll!!lllííl'l
LA ESFERA
DET^^^LLE: iLJiv ] V I O T V I : J I V I E : I V T O

ESTATUA ECUESTRE DEL GENERAL SAN MARTIN


Obra de Bciilliurc para el monuniciilo que se erigirá en inemorin de aquel ¡Iiislrc caiulillu en el Perú [-Or. CAMl'UA
LA ESFERA
• .1^1. « .'Hfi. ** U .lli (1 .11.. o ,:,,,,,i,!ii,::,;iiii,,:niilih.,':,,,iiiliii:,.i:f;.. ",111111:1.1111^

LA OBRA GIGANTESCA DE UN ARTISTA


1
-

-•

i
^l^t^'.J'
'••'.-h

• -

s ¿

B^
(•;;. • -. V#fl.

^^^T^ _^^^*--^^-

M a r i a n o Berilllure clncelmitlo en Bcnllítire al lailii úc iiiin ele las h e r m o -


inúrmol el rctralo de \a martiiicsii s a s Gseulluras qiio tiene en el jardín
de su casa
de Ainbongc

N Benlliure, se dci el caso da con primorosos detalles de


E porlenloso, no muy fre-
cuenlc enire arlislas i^fcnid-
les como él. de que sea un \va-
filigrana, ó la línea vigorosa y
segura de! allivo cincel que en
las manos del genio bace surgir
baiador inííiliyflMe. de los arcanos de la piedra el
Su [tibor exirdordinaria, admi- alma y la carne, con poderes de
rable por el mérito y asombrosa creador.
por la cdtilidad, no da treguas á Diiérase que el correr de los
su inspiríición, siempre áyil y días le eslimulaba, despertando
lozana, que va deiando en los en sus Facultades el deseo insa-
bloques de mármol, en barros y ciado de producir t>íiras bellas,
bronces maravillosos, las hue- de Fama y vida ciernas, que á
llas de su espíritu reíiiiado y Iravés de los siglos y por lodos
cullo. los ámbitos del orbe hablasen de
Coníemplando la mag-na obra su nombre iluslre y del de su pa-
de esle español iluslre, esparci- tria 1,'loriosa y grande.
da por lodo el mundo en inonu- Gloriosa y grande en esle lap-
menlos y I r a b a j o s que son so de su vida, por haber simbo-
asombro de las gentes, no se lizado en el la más imperecedera
sabe qué admirar más. si la lina vicioria. ¡La vicloria del arle y
labor sulil del orfebre eni-iqueci- el irabajol

BuBlo del üiique de Veríigiia, licclia Bcnllíurc e n s e ñ a n d o ú n u e s t r o s r e d a c l o r c s el remate del mausoleo líetrato de niño, I]cc]:o en múrmol
por Benlliure p a r a los dni^nes de Uciila, que está leriniíiando I'OTS. CAMPIÍA por Mariana Benlliure

iiri|'!1||¡|i3:iíi|¡||i| l|||¡p¡!ir||:|!l¡iiiii:in!!'li!'!í!:ií i|!ll.i' iPi!<ii:i!ip:i'>i«iill||||¡iiíni|||||!{!iiii!¡];|;ii!iiiii||¡|||ií!íiii^^ i|¡|||li°iii'i^íK


u \} • Y • 'II' *> V * 'i V V "> 'il' « 'i*
LA ESFERA

= APUNTE DE UNA OBRA ESCULTÓRICA =

Dibujo al lápiz del insigne artista Mariano Benlliure


LA ESFERA
b^iDinTiii:[.i.;.i:[i:yiEii \ imw iJíiiEsi^iiüHaaimiiüiüiíiEiii:! U I Í I H I I \ m n m z i mwwm. ¡ ¡JIÍIÍIIIÍIÜIÍIIEIÜ I ÍII:IIIIIII^I¡ N I ÜÍÍHÜ^JI iiiiiiiiiiiíiaju LÜIÜIIIIIIIIII LI;I;II!IDID;I:I.I Uiiüiiiiiini 11 I:I¡ÍÍI[IQ¡I!:I I ÜIÜIIÍ^IIJ I I U Ü I I H H ÜÍIÜEIIII I iiii!i¡!«s^iiimií::Ki';:iiii9^^ ii[!9jjjiii;n;]iB¡jjm[!is;^2jr!n

i3ri: ÓTICOS ^jriE;i\ii?"os


MARCIA LUCINDA

X..

E N el camino de Madrid. conForme v a m o s para


ftdrcclniíii, ya cu l o s Icrniinos que sepíiríiii
á Calahuia de Aríit,'ón. Iiíiy uníi lucida ven-
ta de los nieiores de Físpana, asi c o m o p o r el
cía contra l a s «germanías» y en Barcelona c o n -
lra l o s setTcidores.
En l a s c r u d a s n o c h e s del invierno, mienlras
al amor de la lumbre s e r e p o s a un poco !a cena,
sido feliz 6 o p u e s í o á n u e s t r a s a r m a s ) , con un
profundo s a l u d o para Su Majeslad. Así coino
n o s o l r o s . h a b e m o s p o r coslumbre de decir, al
comenzar el S a n i o Rosario: Sea por siempre
buen Iralo que s e recibe en ella, c o m o por la y en las apacibles del eslío, f.i la puerla de la bcnditü y ajübeidü ¡a Pureza Inmaculada de
cortesanía y b u e n a s arles de su liiicsped. venia, e s p e r a s e el mismo aclo viial, Í/USIJ el buen Nuestra Señora.
Ditjo que esla venia e s muy a n i a ñ o n a y por e s o hombre de referir á l a s gfcnles que llene en su
la faina de q u e goza en lodo el reino e s bien c a s a , los h e c h o s noiables de s u s liempos béli- 11
consolidada. eus, y al c o n i a r l o s , ciei'lamenle que no parece
De padres á hijos parece que ha venido here- hombre zalio y villano que s ó l o á su neg-ocio L u c a s el Gordo, iienc una lindísima alhaja en
d á n d o s e , y h a y quien rcmonla s u s o r í g e n e s á la s a b e mirar, y fuera de c'l loda oira c o s a lie'nele su venia, á la que m á s quiere, que á las niñas
edad lejana de aquel Humúno monarca D. M a r - ran sin c u i d a d o c o m o las a r e n a s de la mar. de s u s ojos.
rín, que en el s a n i o reliro de Poblel. hizo v o l ó de Digo, que el empieza m e s u r a d a m e n l e , con g r a - Ella, e s una garrida moza, de diez y o c h o abri-
p a s a r s n vida, aunque la inqiiiclud de s u espíri- ve y acci'lada voz, p a r c o , a s í en l o s a d e m a n e s les, á quien el s o l , el cielo y l a s a g u a s limpias
Ui, los dislurhios de s u ü e m p o y las iniriíjas de c o m o en s u s g e s t o s , cual c o r r e s p o n d e m á s q u e de un cercano y m a n s o a r r o y o llenen en a m o -
s u s nobles no s e lo consinlieron. á un rúsiico venlero á un buen o r a d o r s a g r a d o . res, y siempre le d a n festejo c o m o g a l a n e s de
El ¡luésped de a h o r a , L u c a s el Gordo, anles Hace un exordio, q u e e s u n a s veces h o n r o s a rumbo.
de lomar el grobicrno de la venia, de m a n o s de apología del caudillo q u e dirigió el combale; T o d o s tres sírvenics primcramenle de azafa-
su oniecesor, iniliiO e n F l a n d e s c o n l r a l o s herejes, o i r á s , acerba c e n s u r a conlra una mala mani- tas, para luego rendírsela.
en l a s Alpujarras conlra los m o r i s c o s , en Valen- obra, y, siempre (lo mismo que el resultado haya Dórale el sol l o s finos cabellos, píntale el ciclo

Biiüiii'; Llll.1.1 UMÍ¿


LA ESFERA

los grandes oios, dale el rio su frescura y lim- jardín: «Hogaño hubo allá en los comienzos de dio del corazón sintió el estrépilo de los cuartos
pieza, y después, le vale por espejo, ellfl mírase Marzo un poco de nubes, pero llegó Abril con y salió por si aún hubiese lugar de socorro. Mas
en él muy á su sabor, y en seguida, cnlrétrase al alma y lo perdió de flores..,> ya era tarde. Sólo del enamoradizo sargento es-
arroyo que es el iralíín á quien más quiere. cuchó tan discretas como corteses razones:
ÍIÍ
Ld moza, que tiene par nombre el de Marcia —Sefior huésped, no sé si hice bien ó si hice
Lucindo, no se piensen que es hija del huésped. De Castilla para Cataluíía van casi de continuo inal. sólo puedo deciros, en mi descargo, que
Diez y oclio años habrá de que, recién nacida, tropas del Rey: unas, en el condado se quedan; no llevóme á ello el deseo sino el verdadero
dejáronla en la venta unos comediantes que en otras, embarcan para liaücT en los puertos de amor, quien como abeja picóme a! pasar y más
esla liicieron noche, partiéndose al siguiente día Barcelona ó Tarragona, y otras, continúan Iiacia hondo de lo que yo quisiera, Ved. pues, lo que
para Zaragfoza. la frontera. determinan hacer de mí, que á lodo me aconu)-
¡Crislo, Nuestro Señor, sabe los apuros que No es aqueste movimienlo bélico muy del g'us- do. Si manché la honra, ved si puede lavarla
pasó el hombre! to de los aldeanos ni de los huéspedes de los esta mano.
No había el ventero embocado en la numerosa paradores y de las venías, por donde tienen que Lucas llegó á Lucinda muy pausadamente y
orden del matrimonio, ni pensaba en llegar á ha- pasar, pues ya es sabido cómo la g:ente de ar- sin tomar la diesti'a que el soldado Jan genero-
cerlo por lodos Jos días de su vida, ateniéndose mas demuestra en todas parles su fuero de gue- sa y gallardamenle le ofrecía, respondió así:
sin duda á aquello de que «el buey sólo bien se rra; nada paga y lodo lo desgobierna. —Señor mío: nada me lleváis á mí. que no es
lame», y así. e'i de por sí, con ¡a ayuda de las Bajo el parral lucido que hay en la entrada de hija mía la moza, sino á ella. Lucinda acá se
mozas que había á su salario, apañóselas como la venia del Gordo, descansan un sai'genlo y has- queda... Si yo supiera que esto habíais hcclio
bien pudo para criar á Marcia. ta doce soldados que conducen moneda caste- lut más de por perderla, ¡vive Dios que no vos
Por su padre liene la tal á Lucas, y á él hace llana. valiese el mismo Rey! V'o fui soldado como vos.
asesor de sus actos y ^juardián de su buena El sargento daría la moneda del l?ey y el áni- la misma graduación tuve, y no pense'is que en
fama. ma suya por una sola mirada de los bravos ojos el humo de las cocinas, ni en el trato con los
Aún parece que Amor no ha llamado con gran- de l,ucinda. y por ver de conseguirlo, ha orde- arrieros fuéronseme los hábitos de pelea cuando
des priesas á su puerta, y á lo que se sabe, sólo nado á su gente que en aquella mansitJii hospi- es ley; pero paréecnme cieilas vueslras palabras
una vez delerniinrtse á pasar, como una sombra, talaria han de tnoslrar tan buen comportamiento y vos buena simiente de caballero, y así, os
en la escolla de un coche de camino que iba ha- y exquisita prudencia que no den que sentir, digo que miréis, que ¿}ú\\ es temprano, por In
cía Rarcelona. sino muy al conii'ario, que ha de pagarse todo pai'te de Marcia pavo aquesto del casorio, y aun
Los que ¡uran haberle vislo, dicen que iba en el gasto y sobre ello quedar agradecidos. por la vuestra, mientras no oslentáredes una
ícTz de arcabucero, que erase de aiyunoa más y c(ínienzc) luego ó poner cerco á la moza con banda á los pechos y una bengala en la mano.
anos que Marcia Lucinda, que aquella noche tan galanas y corteses i'azones, que sea porque Ki á buscadlas. Yo aquí vos tendré, en tanto, á
cant<)lc unas coplas al pie de la reja, y que an- fuera plaza nueva que ¡amas liabía sufrido á su la que ante Dios y ame mí. ya es vuesira espo-
Ics del alba vo\6 á su deslino, y á lo que pare- alrededor cstrépilos de ai'tillería, resquebrajó- sa. V'o seré acá como el guarda de una rica y
ce hubo de quedarse en Francia porque aún no se á los primeros disparos por donde sitiada y frondosa viña. Hasta que no sea tiempo, no vos
ha vuelto de i-eior;u)... sitiados pensaban que estaba más lirnie y entera. llevaréis el racimo de! que. i>or acaso, tomásleis
la primicia, .^gora, id con Dios, y ved cómo no
Los ojos de la y^enlil moí:a. enlcnebrccense un olvidáis cl camino.
tanto siempre que cl bueno de Lucas lo recuerda
como cosa de poca importancia, así como quien Lucas, que no dejaba de celar su Icsoro. así de DiRGo SAN JOSÉ
dice mirando b s prinia\'er¿:lcs galas de un bello como vino todo al suelo hecho calderilla, enme- DlIiUICiS HE líQUIlítíDO DíinÁN

r4

tti.liliiilil¡llli:|:ilil.!.ltl: ll.!,lillllllOI{i|^li niiTiriTiiiiiiiiniiiinr! yiiii]!ii:iííiiiiii!3iiimi![i[ii¡iíiraiii;ii3i:iiHi™5iicairji^^^^^^^^


LA ESFERA

MONUMENTOS HISTÓRICOS ESPAÑOLES ípl

c
SAN JUAN DE LA PENA
m

E N un lugfcir s o b r a d a -
nicülc [Jiiiiorcsjo d e
losl'iriücosarciytine-
s c s , cilztinsc los rcsros del
t i n g u i m o s en ia pared
frontera un inicrsiicio en-
tre las piedras. |Jor donde
a p e n a s si puede i>asar el
Moiiflsicrio nuevo de S a n brazo. T a n t e a m o s deniro,
Juan de ]a Pcñct, ol)i-ti de y n u e s t r o s tleilos U'opie-
los s i g l o s XVII y xviii. Na- /tin con algo frío que n o s
da íiay en ellos incrcccdor c a u s a e s p a n t o . Del fondo
de subir á tan empinada del o s a r i o parece s u r g i r la
cima, á no ser iciemociün voz de Hamlel re[)iiiendo
de! escalar e s c a b r o s i d a d su eterno m o n ó l o g o im-
m o n l a n c s a donde la pen- víala g e n e r a l del Monasterio de S a n J n a n d e la P e ñ a , en Araerón placable.
diente que veneeii los nin- En el atrio e n c o n t r a m o s
los alcanza propoi'ciones d o s lulcras de s e p u l c r o s
de c s p a n l o y cuy<í íinal es atalaya maynííica tancia, parecen desprender s o b r e nueslro espíritu SLipcrpueslos, con escuílos de ai'inas ó animales
para otear las crestas pirináicas, á trechos co- algo de la rudeza característica de aquellos gue- beráldicos: los m á s tienen esculpido tan s ó l o el
r o n a d a s de nieve. r r e r o s que sostuvieron con Ramiro 1 las luchas lábaro. G u á r d a n s e allí cenizas de i'icos h o m b r e s ,
Hay que dcicir los mulos en la liospedería del de la indepejidencia a r a g o n e s a . A n d a m o s , y nues- de nubles d a m a s y de g'uerreros que cobraron
Monasterio nuevo, y sciíiiir á pie poi' cnlrc el pi- tros p a s o s resuenan c o m o en el inlerior de un faina en las luchas contra el infiel.
nar de la cumbre, htisia descubrir la peña enor- s e p u l c r o . Al a m p a r o d e la e s c a s a luz que peno- De la iglesia. sorpi'CJide s u bóveda de r o c a ,
me que tinicruiza al Monasterio viejo. Allí se en- Ira por u n a s a b e r l u r a s a m o d o de aspillei'as, dis- hasta la mitad de su tínica nave, y los U'cs a r c o s
cuentran recLieríios liisiói^icos y r o m á n i c o s p u r o s , a p o y a d o s en
bellezas arli'sticas, regios panteo- c o l u m n a s , con capileles ílel mis-
n e s y piedras talladas, epiltilicas, mo e s t i l o , que dan ingi-eso al
inseripciüncs en s e p u l c r o s de no- presbiterio. Dice Quadi'ado, que
bles y de a b a d e s , a r c o s mude'i'a- esta iglesia fué consag-rada p o r
j-cs y capiteles bizantinos. el o b i s p o inig-o en S49.
La füloyrafi'a n o s robó la im- Al lado del Evaní^fclio, está el
presión de) p e ñ a s e o inmenso, pe- panteón real, con veiitlisicle ur-
s a d u m b r e de roca sobi'e lo que n a s cinerarias de reyes a r a g o n e -
fué fefug-io de reyes en una cpoea s e s y nax'flrros, que C a r l o s [II
pi'imilivü, fuente liislórica d e d o n - m a n d ó rcformai'en 1770, por com-
de manaron r e c o n q u i s t a s y u c - pleto exiraño al pi'miitivo c a r á c -
rj-eras. ter del Monasterio, que lanío n o s
P a r a que la 5enician/.n del lu- enhechiza c u a n d o a t r a v e s a n d o
g a r n o sea s ó l o hisuJrica, el pa- una puerta mudejai', n o s e n c o n -
raje evoca la traza de C o v a d o n - í r a m o s anie la art|uci'i'a del c l a u s -
ga en l a s Aslui'ias d e P e l a y o ; sin iro, cobijada bajo la pcr'ia inmen-
e m b a r g o , aquí no se ve tanto la s a que le ofi'cce amjília techum-
m a n o del hombre. La naturaleza bre nalui'al.
reina por t o d a s |>artes, en el s o - D o s capillas hay en el claustro,
cavón que forma el itioliniío de la distintas en a b s o l u t o . F r e n l e á l a
peña, [ibi-ándose de la inclemen- puerta de entrada la de S a n Voto,
cia d e l a s a g u a s , se n o s ofrece el de 16.T1, que resulia tan pególe
viejo Moníisleriü, l o s c o , rudo, c o m o el panteón i'eal. Y en el án-
primilivo, m á s g r a n d e por s u s re- g u l o de la izquierda la de S a n
cuerdos históricos que por las Vicioi'ián. que óslenla t o d a s las
maravillas entre s u s m u r o s g u a r - p r i m o r o s a s bellezas del estilo oji-
d a d a s . Si ayer Tobaida para ce- val del siglo XV.
nobitas, corfe y asilo para r e y e s , Preciosa es la puerta de la c a -
hoy rinc<)n del luundo. en sole- pilla, y m á s aún lo sci'ía sin la ma-
dad absoluta, a p e n a s Im'bada por dei'a que cierra el hueco.
turistas cm-iusos, i'aslrcadores de S o l i m o s del viejo Monasierio
emociones a u s t e r a s . con la iitipresión, toda severida-
Salvada la puerta y antes de pi- des, de un cenobio que fué cuna
s a r la escalera que al atrio condu- de un reino. P o r enire b o s q u e s
ce, se desciende por la dercclia á de pinos loriianuis ¿i\ nuevo en
ima lóbrega estancia, la «Sala del b u s c a de los m u l o s que han de
Concilio»; allí la HisU)ria señala, devolvernos á la venta de E s c u -
en el siglo M. la reunicjit d o n d e l a b o l s a s . y de allí, en un c o j h e ,
se a c o r d ó que s ó l o monics de á Jaca, la genii] ciudad alto-ara-
S a n Juan d e la P e ñ a pudieran gonesa.
o c u p a r la süla episcopal de Ara-
g ó n . L o s a r c o s bajos de ia es Capilla de San Vlctoriiiii, en el iVloaasterio áe la Pena ror. rnGUDENTHAi. J. GARCÍA MERCADAL @
l
P[Sia/aJiSISI¡l.lSíEj'aJ[Siaíal|mÍáia;[G=íD]^[51EUcj.l^ia^ ¿!MllStIÍlílÍ5J2l[eía¡K!^^Ícrli|@leq^[HÍSE;:g^^ [5iarej[ZIE.'al^L2/aJSlE/BJln|
LA E S F E R A
."""'!hff;::'IFmn,!;:i'üii'ihff;':!üÍiiiÍ!''!
;?^^;i;;¡!^iii;ií^;;ií'||i!!iíi;;ii'|'iii!^i:''iii^¡;ii!"iim;:!i^iiij^¡;r''i| :ii£:i'iiii¡iiii7íii!i^niiiiffi;¡ii ¡iJí:!!"i€;;;iíiiiij;:ii;iwi!:^ii!iitj;;:^iiiiiij¡^i!i¡iiiiiii;i:^iii;¡i¡:^^^
llltir

I3E; r^^v EÍ»I^^VÍV.4L .^rvT^iGrU.^

DETALLES DE LOS CLAUSTROS DEL HISTÓRICO MON'ASTERIO DE SAN JUAN DE LA PEÑA 'OTS FümmuNTHAL M

^k£¡^ ;;i:^iiiiii;i;;!i'I!i:ii:ií¡;:'^iii:ii¡ií:^iiiiini;^ ii;;^':i;ii;¡;¡;::!¿iii! ;Í^IIIII¡I:;I^IIÍIII¡;;!:PI¡:ÍI¡II::^Í:I:I^¡;:^IIIIIIIÍ;;;:^IIIIII¡;I:Í1^II^^ ÍIÜIHIIÍEII íXl^tíO^ ¡I¡!I^IÍIIIÍI¡;:^IIJIÍI¡;;I!^IIIIIIII;::^!||IIII¡IIII^IIIIII,¡:I!^IHI^^


LA ESFERA
CUENTOS ESPAÑOLES * LA CA//TA DE PLATA LA ESFERA

EBESiTA acababa de hacer á las h o l a n d a s de su le- la traza de q u e d a r s e á dormir con la luz encendida. Así —¡Eh, eh, s e ñ o r ladrón! —Pues n o s a b e usted lo que la a g r a d e z c o que me lo —No. s e ñ o r ladrón. No se lo puedo decir á usted. —No es e s o Jo peor, s i n o que se podrían creer que
T cho, esluche para la preciosa ¡oya de su cuerpo.
Había e s t a d o en ci cine, viendo p a s a r anie s u s
o j o s terribles e s c e n a s de ladrotics. Luego, para tran-
aquellas \'írgcnes prudentes de la Escritura, que c o n s -
tantes y vigilantes con la perenne luminaria viva, e s p e -
raban la llegada del e s p o s o .
El aludido, sin decidirse á levantarse, c o n t e s t ó :
—¿Me llamaba usted, s e ñ o r i t a ?
—Sí que le llamaba. V usted no se habrá molestado.
'Ji&a; porque á lo mejor se lleva uno cada c h a s c o . . . Y
t^Lie v a s á una casa de postín, y que ¿ifiiníis lo que
i^uisrcs..
¿ P e r o , verdad, que la dejará usted encima de esa
mesa..., donde estaba?...
y cl ladrón:
entraba usled aquí con mi consenlimicnto. Y n o c o m o
ladrt')!! precisamente.
—Señorita, ¿quién se iba á creer e s o ?
quilidad de su espfrilu. o y ó referir m e d r o s a s historias Era una noche estival, plácida y s u a v e . El fulgor si- ¡Poi'que s u p o n g o que será usted ladrón! -¿Yo? —La dejaré, sí. señorita, la dejaré. Ya que es la pri- —Cualquiera. La gente e s muy mal p e n s a d a , y lo
que poni'an e s p a n t o en los á n i m o s m á s s e r e n o s y e s - deral, pom'a una gran claridad s o b r e el libio azul del —Para servir á usted. — B u e n o ; es un decir: afanamos, mera vez que entro en cata c a s a , aunque sea por cl b a l - peor es que, á veces, aunque piensa mal n o acierta.
forzados. cielo, y la luna extendía su raudal de plata. La luz ar- — Vaya, h o m b r e . P o r m u c h o s a ñ o s . —Tampoco. cíHi, n o quiero que g u a r d e usted mala memoria de mi -¿No?
Así al d e s p e d i r s e de las p e r s o n a s de su intimidad liilcial que iluminaba la habitación, era rojiza y fea. T e - —Y usted que lo vea. —Bueno; p u e s íifano y o . Y d e s p u é s de trabajar c o m o entrada. Algo debe haber dentro de la cajita que vale y el ladrón, que ya c a b a l g a b a s o b r e la barandilla del
para d a r s e al r e p o s o de la noche, parecíala comunicar resa se decidió á a p a g a r l a , contempló un instante el — V a m o s , quite usled allá. iQué voy á ver y o e s a s uti negro, resulta que lo que te llevas, digo, que l o q u e pai'a usted m á s que la caja para mí. y e s o que y o n o balcón, d i s p u e s t o a d e s c o l g a r s e , s u s p e n d i ó la mani-
su s a l u d o á Roque Guinail, |ainie el b a r b u d o ó cual- matiz de e n s u e ñ o que el lampo lunar daba á las c o s a s , cosas! 'i'c llevo, es ful. r o b o por g u s t o . P e r o qué le v a m o s á hacer, este es un obra. Ella le dijo con s o b r e s a l t o :
quiera de l o s h é r o e s a n t i g u o s y m o d e r n o s de la edad y de pronto, a h o g a n d o un grito, nielió la cabeza entre Y en tanto el ladrón, que consideraba que habi'a lar- —Muy bonito. negocio que se ha chafao, y y o no quiero verla á usted —¿No ha oído usted?
de liierro ó la de o r o , en la espléndida historia de c u a n - las s á b a n a s , y se cubrió muy bien. d a d o d e m a s i a d o tiempo en tomarse confianza en la ca- —No, s e ñ o r . Muy feo. Le d i g o á usted que hay veces lloi'ar. —¿El qué?
t o s dieron lustre y prez á la preclara estirpe del p a d r e ¿ E r a tai vez una visión originada por las impresio- s a , p ú s o s e en pie. T e r e s a , á su vez. e n c o n t r a n d o que cl Pue hasta se le quitan á uno las g a n a s de trabajar. —¡Ay, que b u e n o e s usted! Y muy simpático. No, si —Yo sí. Ruido en la c a s a . Alguien se ha l e v a n t a d o .
C a c o . C u a n d o por lin hubo de penetrar en su cslancta, nes de pesadilla que la preocupaban al a c o s t a r s e ? Ella visitante era un sujeto de buena compañía, i n c o r p o r ó s e —De lo que quiero y o que se le quiten á usled las el ser ladrón, á veces hasta viste. Yo también tengo un Y con la m a n o le indicaba que s e fuera p r o n t o , y le
aquel a p o s e n t o lan femenino y lan amable, tuvo por juraría que tras la vidriera del ventanal, había apareci- en la c a m a , y prosiguió así el d i á l o g o : Sünas, es de llevarse esa cajita. amigo Ladrón, pero ese es de G u e v a r a . decía a d i ó s .
aig-unos instantes para su imaginación s o b r e s a l t a d a , el do una s o m b r a . La silueta de un hombre. E r a induda- —Bueno, ¿y le parece á usted que e s t a s s o n h o r a s — ¿ P e r o e s que me va usté á negar un recuerdo tan —No c o n o z c o á ningún coinpañero que sea de ese S ó l o se veían ya de él la cabeza y las m a n o s , a s i d a s
a s p e c t o h o s c o y misterioso de la cueva de Ali-Babá. blemente un ladrón. E s decir, indudablemente no, por- de venir á robar á una c a s a decente? ^^^inifícante? pueblo. al barandal, c u a n d o la m a n d ó su despedida:
Aquella áurea cama de s u s s u e ñ o s de mujer, era que por el balcón, y de noche, también entran l o s ga- —Tiene usted razón, señorita. E s t a s h o r a s no son P u e s por e s o que es un recuerdo... para rnf. - B u e n o , v a y a s e ya... digo, y no se crea usted que —¡Adiós, g u a p a !
c o m o potro de martirio al que u n a s m a n o s invisibles lanes de los c u e n t o s y de los p o e m a s . las m á s o p o r t u n a s , s o b r e l o d o para u s t e d e s . P e r o no , —Vamos, sí, c o s a s de a m o r í o s . Bueno: pues la dejo e s echarle. P e r o es que de un momento a otro, empe- y ella:
liabt'ati de suiciarla con fuerza s o b r e h u m a n a . Ailf ama- ¿ P o r qué n o había de s e r un g a l á n ? Cierto que el he podido venir antes. 3 Usted lodo lo que haya deniro, si no es de valor. zará á amanecer... ¡Ahora las noches s o n lan cortas! —¡Adiós, s e ñ o r ladrón!
r r a d a quedaría c o m o Andrómeda en la r o c a , y sin la balcón de Teresa no d a b a s o b r e una calle de la vieja — E s que, ¡para la falta que hacía usted! —¡No, no la abra usted! —¡Dígamelo usted á mí! ¡En d o n d e este el invierno!_ Al cabo de un rato, i'ai<5 tremendo de inquietud, le-
esperanza de un P e r s e o vállenle y g e n e r o s o que acu- Verona, sino á un jardín de una calle recicnlísima, en —Sí; ya sé que n o s o t r o s n o h a c e m o s falta en las ca- —No la a b r o , porque no puedo. Está cerrada con La única ventaja que tiene el tiempo del c a l o r e s que casi v a n t ó s e á inquirir. No había r a s t r o del fugitivo, y ella
diese en s o n de libertador. lo m á s a p a r t a d o del barrio de S a l a m a n c a , ¡Si ella se s a s ricas, pero en cambio, s o n las c a s a s ricas las que lüvc, y la llave n o está aquí. Hacer sallar la tapa sería lodo el mundo está fuera de c a s a . Tiene usted razón, respiró con lalcs g a n a s c o m o debió hacerlo el otro al
Una doncelliía g r a c i o s a y sutil ayudábala á d e s n u d a r - atreviera á mirar! T a p á n d o s e siempre la cabeza c o m o n o s hacen falta á n o s o t r o s . •Jila lástima. señorita. E s l a s n o c h e s s o n la mar de c o r t a s . Para ^•crse en la calle libre,
s e , a d o r n a n d o su tarea con una charla continua, salpi- con un manto, a r r i e s g ó s e á descubrir s u s ojos y alis- —¿Y quién le ha dicho á usled que esla c a s a es rica? Teresita sollozó e n t o n c e s . todo, d e m a s i a d o c o r t a s . Teresa c o g i ó la cajita de plata, la acarició, y la p u s o
c a d a de a l g u n a s r i s a s s o n o r a s . T e r e s a n o hablaba ni bar con c u i d a d o . N o se trataba de una s o m b r a , y sí era —La c a s a no lo s e r á , aunque lo parece. P e r o , lo —iNo, romper la caja, no! — V a y a s e , h o m b r e . Yo sicnlo mucho decirle á usted junto á su pecho:
reía; dejábase despojar de s u s vestidos y de c u a n d o en un doncel e n a m o r a d o , poi' cierto que no se encontraba que e s . . . —Por Dios, señorHa. ¡Que la pueden oir! que se marche, pero no hay m á s remedio. —Vaya con cl hombre—se decía—si llego á contar-
c u a n d o inlerrumpi'a el parloteo de la criada: en muy gallarda p o s t u r a . C o m p r e n d i ó que iba á decir una grosería y sintió esc *" ella, m á s q u e d o , y mirándole dulcemente: - Y a me voy, señorita. A d i ó s . Que se conserve u s - le la verdad, que la caja n o tiene nada deniro, se la
— V a m o s , mujer, n o d i g a s lanía tontería. Y acaba El balcón, e n t o r n a d o confiadamente, había sido abier- respeto inslinlivo que los de abajo suelen sentir hacifl —¿^'erdad que no se la llevará usted? ted tan g u a p a . Y usted d i s p e n s e que haya cntrao sin lleva, y me quedo sin ella, y es muy bonita. S a b e Dios
pronto. to sin r u i d o , y el recién llegado, que había tenido tiem- las p e r s o n a s de una clase, ó por lo m e n o s , de una edu- l-l ladrón, que ya había d a d o la noche por perdida, avisar. lo que se habrá creído que había aquí g u a r d a d o . ¡Que
En esto c o n t r a d e c í a s e T e r e s a . Ella quisiera que la po de apodci'arse de una caja de plata que Teresa tenía cación s u p c i l o r . pensó en el misterio que podría encerrar la cajita de —Ay, por Dios, usled es el que tiene que dispensar- inlelices son l o s h o m b r e s , hasta los pillos de profe-
nujchflcha tardase en m a r c h a r s e para estar m á s tiempo en la mesita de s u s b a g a t e l a s , hallábase a g a z a p a d o en- —Ya iba usled á decir alguna impertinencia.,. I lata. ¿Guardai'ía j o y a s de valor? Agitóla su m a n o cer- me á mí, por haberlo recibido en la cama... de cualquier sión!
a c o m p a ñ a d a . Sin e m b a r g o , una inquietud especial ha- tre la mesita y el balcón. Dijo ella, lamentando probablemente en el fondo de '^^ de su o i d o . Nada s o n a b a en ella, t a l vez cslal)a gua- manera. C u a n d o Teresa se durmió ya entraba el sol en t o -
cíala también d e s e a r el q u e d a r s e s o l a . Aquellas p r u e b a s tan irrecusables, u n i é n d o s e al a s - su alma de mujer, que no se la a c a b a r a de decir, caua, y no se percibía cl entrechocar de las alhajas, - E s t á usled en su c a s a , y muy bien de t o d a s ma- rrentera de o r o . A la olra n o c h e a c o g i ó s e tarde al s a -
E r a la cierna curiosidad femenina. El capricho de ¿á pecto y al indumento del inlruso, hicieron p e n s a r á T e - — y no tiene n a d a de particular que la dijera. Pero r'^^^^ 'Contenía las ciernas c a r t a s , los retratos, frusle- neras. g r a d o de su estancia, y abrió el balcón de par en par.
ver qué p a s a ? El impulso que hizo á Eva morder la fru- resila que el príncipe e n c a n t a d o disimulaba su calidad siempre tiene uno que mirar que está en c a s a cxtraña- '''p,, .''' ' " ^ y o r impoUancia para los i n t e r e s a d o s . —¡Señor ladrón, hasta la vista! Desvelada, permaneció vigilante para no ser nueva-
ta del árbol prohibido y á P a n d o r a abrir la caja de l o s perfectamente, y si el disfraz que e s c o g i ó era el de ban- y yo, la verdad, s o y nmy inirao. Ella insistía en tono de súplica: —¿Ah, pero, hasta la vista? mente sorprendida. P e r o no volvió nadie á s o r p r e n d e r -
m a l e s que habían de s e r tribulación del género huma- dido, lo había realizado con lal éxito, que d a b a la im- —¿Me permitirá usled una o b s e r v a c i ó n ? j 1 ^^ puede abrir, ni se debe i'oinper. Lo que tiene —Hombre, no me h a g a usted c a s o . E s una c o s a que la, y al retornar del so!, c a n s a d a , y aun algún tanto
no. Teresila sentíase poseída por el demonio del terror presión misma de la realidad. —Usted me o b s e r v a á mí todo lo que la dé la gan¿i- eniro no vale gran cosa para usled, y, en cambio, á se dice. decepcionada, s e a b a n d o n ó a dormir.
y experimentaba una m o r b o s a delectación en su pro- P a s ó un momento, durante el cual, ni Teresita apar- — P u c s . q u c , distraidamenlc sin duda, ha cogido u s ' •nijiie importa mucho. —Sí, es verdad. ¡Que se dice!
pia zozobra. tó l o s ojos del visitante, ni éste realizó movimiento al- ted una cajita de plata que yo tenía ahí... ¿ P e r o , no puede s a b e r s e lo que tiene? - T e n g a usted c u i d a d o al bajar. No se vaya usted a
Icrcsa, con un aire de ijrofundo mialerio, le res- hacer d a ñ o . Y s o b r e lodo cuide que n o le vean. Pi;uno DE REPIDE
P a r t i ó s e del a|?osento la moza locuaz y q u e d ó la s e - g u n o . Al fin, ella, libertó su cabeza de la opresión de —;Ah! ¿De manera que e s de ¡ílala, v e r d a d ?
ñorita en el Icclio. C o m o un recurso pueril había u s a d o las s á b a n a s , y probó á hablar, diciendo qucdilo: —Sí, s e ñ o r ; de plata. PíJndió: — E n t o n c e s sí que me había caído. P0T0rii;.\rf,\ DI; CALVACME
LA ESFERA

)=LA RIQUEZA A R T Í S T I C A ESPAÑOLA =

La puerta del palacio de los duques de Osuna, en Marchena, que ha sido adquirida por el Rey y colocada en los jardines del Alcázar de Sevilla p
E! p í i l r i o l i s i n o ele S. M. D. A l f o n s o X l l l , SÜ ha iiianireslado nu^va y rec¡t;riliíinun[i> üt: müiiLTa [;alldrdcj con la adqLiiaiuión de ]a puerta que fué del iJülaciu de l o s duques d i ; O s u n a , en M a r - i^
chena obra de un mtírilo arifsllco Imponderable, nue 5 . M. lia destinado á loa iardines del A l c á z a r de büvílla , evitando que fuera llevado al extranjero eae l u a r a v i l l o s o lesoro na;;ional, f
l'OT. Í-ÉBIIZ ItOMLRO k
"i!,c;i u" "•!riBl''"^í|y;f''' mp'%S'"'%»" miy 'wa mw'»wr'"" yj.» '"• " " 1 1 1 •'• 'i iü ü: ^w" y|P"' ^p''- HU'^ IP'" l l i ' "-iW'" W' •'-W-'-'^'W' lii^'" W'^'" "^^'•'"'" W °'"%
LA ESFERA
ip'''iii,i|r-':ii:|ir-'"':ti¡:'ii^^

P a t i o á r a b e d e s c u b i e r t o en el A l c á z a r d e S e v i l l a

LAS OBQAS DEL ALCÁZAQ DE SEVILLA


I-
;l
E Nt:[:::¡iAno en el reciriK) de u n a íueric inura-
lki qiic enseña al piii'í) azul del ciclo sevi-
IliHii) s u s a l m e n a s piiiiliatíudas.comodien-
les de lobo, el Alcázai' de Sevilla vive, cidorme-
de la famosa cortesana doña María de Padilla.
P o r s u s palios e s p a c i o s o s a u m c n l a d o s hoy
con el descubrimicnlo de una nueva joya arqui-
Icclünica, s e p u i l a d p a o r la lorpeza en l o s n e g r o s
Hadas galerías a i r o s a s , s o s l e n i d a s por la firme-
za de s u s c o l u m n a s de ¡aspe que enseñan con
ufanía el l e s o r o de s u s íusles y capiíeles afili-
g r a n a d o s , parece a d v e n i r s e la disimulada c o n s -
If--^. cido poi'el ]>crfume eiiervador de s u s jardines días de la i^'norancia. mece la brisa los a r o m a s Irucción de una pneria seci'ela, que lo mismo
\^ imirmuríidores, la vida del recuerdo y de la poe- embriafjadores del a;;ahar y el muerlo espírilu servía pai'a beber el a m o r en el v a s o c a r m í n e o
11 si'a. L a s alFajins y larbeas. a d o r n a d a s con s u s di, l a s edades prclériías. de u n o s labios ardientes, que para preparar la
1^ ajimeces de c a l a d o s a l m o c á r a b e s , o r g u l l o s a s En Jos g r u e s o s m u r o s , á lo largo de .'as c a - venganza lerrible á cuyo conjur¿) ardían en lu-
\W~ de s u s fliicalados c e s sinieslras l a s
\\ chillones, que ful- espaílas reñ¡doras,
\%_ y u r a n al sol c o m o d a b a n s a n g r e ¡os
pechos y prorrum-
W planclias de oi'o y pía en el a m o r e s el s i -
II s e ufanan del labe- lencioconlurbado..-
I^_ r i n l o de s u s li'a- I3n el p a s a r d^I
;#^" cei'i'as b l a n c a s y tiempo s e eseuclia
j| de sLES inscr¡¡Jeio- el gemii' de l o s s-ar-
; ^ nes a r a l i e s c a s : d e [idores q u e quie-
)w losniármolesdesiis bran s u s crislc-:l:s
II s u e l o s y del marlil en los tazones de
;^ que incrusia las ri- a l a b a s t r o , y el a m -
IP"" caá m a d e r a s de l o s biente d o n d e floin la
;| tedios a r i e s o n a - leyenda, c o m o un
rieo legado, invita
Q^ d o s . s e envuelven al espíritu á r e c o -
[^ e n u n a penumbra gerse en la intiíni-
!i v o h i p l u o s a . rcspi- dad del r e c u e r d o .
.±-_ ranelIVescoambien-
!=• te de los palios y p a - Los m i s t e r i o s del
1= recen e s c u c h a r lo- jardín dicen p o r l a s
|r-,^ davía, el p a s o silen- v e r d e s frondas tier-
nos madrigales, y
^•tr' c i o s o de los caba- mientras, l a s a g u a s
il lleros á r a b e s , s e r - enbfllsadas en l a s
i^ vidorcs d e l caliTa, cistei'nas, s i e n t e n
i=^ q u e señalaba c o n noslalf^iji d e l a s
-il cauíela uua i'ula de cai'íie s nacarinas
ir^ a m o r e s ; l o s !anie:i- Que acariciaba con
W^ i o s de l o s inmola- efusiones de a m a n -
;Í d o s p o r l a s cruel- te el frendicü besar
1^ dcidcs de D. P e d r o 1 de s u s e s p u m a s . . .
if^ y los s u s p i r o s a p a - OetaUcB de los descubrimientos hechos rcclcnccrncnle en el AI cacar F O T S , PlÍTlEi ROMbiUO
R. P . OLlVAfíES
11 s i o n a d o s y ai'dien-
!=^ lemenle sensuales
Ííi]| <lll II Jillllill. Illllíl <\\\m lililí lllllllJi iillrí:
LA ESfERA
tííí'y^jiilií^illSIi liiílf^ill
. , |

L^V ^^ I^E:IVIE:IVIIV^V
&

i
i
I
i
i
I
3 5

i
i
3 f
i
^ i
i
&

I
i
1 i
3
i
1
i f
i
Troje de pasco Salida de teatro

I A L Iicihlaros cn números anlcriores


de la modci en los sombreros, alu-
dí á la de los peinados y adornos
En el resurg-imiento de esta mo-
da, un tiempo preocupación de da-
mas y lormento de peluqueros, no
&
de cabeza, que venía disputadora y hay una orientación definida ni una
i arrogante, á reñir descomunal balalla
con aquella.
paula á que aiuslarse. ¡De desear
es que no las haya nunca!
Libre la inspiración, sin trabas el
§
Eíeciivamcnlc, Tucra de la icnlaliva,
por forluna fracasada, de lefíirsé el ca- capricho, la variedad en las inicia-
bello con mixturas y colorines, atenla- ivas, prestará eslímulos mayores á
lorios al buen gusto estético, que debe la nueva tendencia.
2 ser la única i,'uía |?ara nuestras decisio-
nes cn asuntos de modas, las ÍICI pei-
Hasta ahora, domina la sencillez.
Partida la cabellera en dos mita- i
i nado soslicnen con lesón y gallardía
su puesto en este pugilato, y amenazan
des iguales, se recoge en bandos
sobre ambas sienes, y se anuda de-

1 con limitar el uso del sombrero, á un


círculo pequeño y reducidísimo.
Por lo pronlo, en c! teatro, ha venci-
trás con un estudiado abandono ar-
tístico, |ir(ícurando que cubra, üin
cubrir, coquctonamcnte la n u c a .
^^

1 do cn toda la línea. De aliora en ade-


lante, las que rendimos el debido cutio
Cintas á la manera griega, cruzan
la frente en aiyunos estilos y diade-

i á lo elegancia, no asislirenioscon som-


brero á ninguna localidad de Icairo, sea
Adornos de cubcj^a F O T S . MUGRI.MANN tnas de brillantes, mas o menos au-
ténticos, con sulilcs y vaptírosos
esprits abiertos en abanico, ostentan oíros. Pero sobre todos ellos, repi-
i
cualquiera el espectáculo que en el mismo se de. En jialcos y plateas, úlli-

I
mo baluarte del sombrero, lucirán cn lo sucesivo las cabecitas femeni-
nas, arlísiietimcnte adornadas.
]o, sobre la rica variedad de formas que la historia del peinado ofrece,
está la interpretación personal del arte, el gusto más ó menos depurado
de cada una de mis bellas lectoras. Ademas del indiscutible atractivo,
i
Sobre el R)nüo de terciopelo carmesí ó de claro moaré que decora los
palcos, destacarán allivas las bellezas, á loda luz, sin la penumbra en superior á todos, de una hermosa cabellera, la moda nos ofrece plumas,
4 que las envolvía el amplio sombrero, restando esplendor al caudal de cintas y ¡oyas. ¡Una íorluna para toda mujer de buen yusto! &
sus encantos. ROSALINDA
2 r!;?[ j:^ii.iiifí;;i:p™^|i
1:P ¥<m •t^ym^m v^ ;;jici W''^IIH:» "•;Í"I! nW¡:pW^VPV^^'mi".
• v"iii.iii'' \xy
LA ESFERA

'r---f^

.til . -. • •* *>-jTí k - - - . i . n-íiarv. :•:i;•ll:.:•.•yVi.-^'í.••;:'.i•;•^!;''-;^^

DIBUJO DEL CÉLEBRE PINTOR FRANCÉS INGRES


Reprodiiccíüii de un lielioRrabado de Sánchez Gerona, Iiecho para la colección Piazza, do París
LA E S F E R A

DE: TVOFÍTE: JS. ^UY^ Í


Chamberlain se r e t i r a En Berlín—y nada menos que en Unter den
Linden—han abierto una Agenda de bodas de
Un periódico de Birnn¡ngh.iii luí díido lo noiicin. amor.
Lord Clidinlicrlüiii, que desde el año 1376 inter- La regenta un señor Weiss y en el muestrario
venía dirccrarTiciile en la polílica inyficsa. nu pré- de su lienda lia escrito lo siguiente:
senla su candidaiura en las próximas elecciones La más amplia industria continental en su
y se relira á la vida privada. No se seiilará este género. Discreción y iionradez absolutas.—Su-
año en la Cáinara de los Comunes. Traiiqui lamen- cursales en Viena, Munich y Bresláu, Horas de
te, plcicidamcnle, cu la melancolía gris de las lar- consuita: señoras, de 3 á 6; caballeros, de
des londinenses paseará su senectud denirodeun Sé 10.
cochecillo, que arraslra un criado, á lo largo de
los iardines pulcros y y:eomeiricos. Pero la novedad consiste en el escaparate. En
Porque Ltird Cliamlicrlaiii, no es ya aquel este escaparate (íguran los retratos de las y de
gcm/ewcn, e!eirantís;ni<i, cuyo retrato corrió los que desean contraer matrimonio. Debaio de
por todas las revistas del mundo cuando la true- cada fotografía se especifican las condiciones,
rra del Transvaal. Su orquídea, su monócula, exigencias y precios respectivos.
su levita intachable, la impasible yravcdad del El comprador—digo, el futuro conlrayente,^
rasurado roslro tuvieron la representativa sini- elige el retrato que mas le conviene; el comer-
plilicación de un símbolo. Era una de esas figu- ciante anota el encargo en el libro de pedidos y
ras que fiímei'soii eonsiílera como compendio y dentro de unos días i'eaüza el acto de poner fren-
resumen de una raza. te á frente la dama y el galán,
La ¡mpasil)¡lidad, la testarudez rcllexiví], el or- El señor Weiss no tardará en tener competi-
g-ullo nacional de los briláiiieos. tenía en el hom- dores. La industria lo merece. Y dentro de algu-
bre del !,'"e5lo duro y IVfo. de los episodios radi- nos años lo mismo el señor Weiss que sus eoin-
cales y enéi'íricos, un represcnianic exactísimo. petidores. tendrán que huir de Berlín y de las
Pai'a csie genilcincn de la orquídea, el monó- sucursales de Vicna, Munich, Bresiau, z\e. A no
culo y el roslro cniLiniálico, parecía habei'sc de- ser que añadan, en la muestra de la tienda, una
observaciíHi absolulamente necesaria, en esta
tenido el tiempo. Como de las grandes cortesa-
nas, las bellas aelriees y las poetisas sentimen- lUotiumentó crtgldo en P a r í s d la meritoria
de E d u a r d o Vil, ile I n g l a t e r r a
clase de negocios: No se admiten
nes una vez fuera del establecimiento.
reclamacio- a
tabs, era siempre el luisnio i'clralo el que apare-
cía en las revtsta.s y en ¡os pcriíjdicos.
Sin embargo. Lord Cliamberlain envejecía. Su Eulalia de Borbón. ha empezado á escribir sus Una Cenicienta
e'poea re hundía eji lo preiéj'ito. Süs contempo- memorias en la rcv\s]ajesaislouf. Las tilula/V?/ de hace dos mil años
ráneos desaparecían. Nombres nuevos, valores voulu vivre ma vie.
nuevos e ideales dislinliís conmovían la política Son páginas simpáticas, un poco tristes. Des- La fíevue Bleue zs una revista seria, afirtna-
inglesa. Ulan en esta primera parte figuras augustas que da en sólidos cimientos científicos. Sus colabo-
.Ahora son pvirncras 'iguras Asquiili, Grey. tan cerca del corazón espafiol estuvieron; D. A l - radores son hombres que tienen en el cabello el "¡
Carson. Law y sobre lodo Lloyd Ocorge. fonso XII, la Eieina Isahe! If y liay sobre lodo en polvo de los años y en las manos el polvo de las
. Cliamlícrlain I^enc setenta y ocho atlos. Nació ella una franca sinceridad sentimental. bibliotecas. Poi' sus páginas rai'a vez cruza la
en Caniberwell el cS de Julio de IS56. Inglaterra Se piensa en las princesitas de algunas obras sonrisa grácil del arle. Siempre encontramos en
le debe su poderío actual, después de deberle benavenlianas y también en ciertas novelas de ella á la Ciencia como una matrona pensativa y
aquellas inquietudes trágicas de los años [,S99 á Abel Hermant. No del Ab,:[ licrmant sarcástico, casta.
191)2. cuando la eliistera y la sotabarba del Pre- sin<i en el otro, en el rotnántico y soñador,.. Pero, por algo, su título sugiere una visión
sidente Kriíger rivalizaban eoii la ttrquídea y el azul al que todavía no conoce el secrclo de las
montículo cíe! ministro de las Colonias. Bazares matrimoniales sabidurías y de las verdades irrefutables escon-
Al oeiillarse en la sombra es como si esta didas delrás de la cubierta, azul también,
sombra se exlendiera momenláneamenle sobre Esos anuncios entre inmorales y candidos que y una de estas visiones azules, ha esti'erneci-
su nación. publican ciertos periódicos y donde se ofrecen do uno de los liltimos mimeros. La matrona
Solo momenláneainenle. Porque nadie es úni- müluanienle mujeres y hombres, son la infancia pensaliva y casia se ha coronado de rosas,
co e insustituible en la vida. Ni siquiera estos de la industria malrimüiiial. y como una madre á sus liiios les cuenta un
hombres-cumbres que envcie- c u e n l o de hechicería y de
cen como los demás y á quie- bondad.
nes la vida llega un momento en S j g ú n L^a í?evue Bleue, la
que no les necesita para nada. h i s t o r i a de Cenicienta — La
'i
Cendrilion de Perraidt. la .As-
P a u l Derotilede cijenpiittci de los hermanos
En Niza ha muerto Paul De- Griin—fue escrita en griego
roulede. hace dos mil años,
lín su vida tempestuosa y Me aquí la historia:
revuelta fulgió siempre con es- líodopis, la celebre cortesa-
plendores de ineendio. el ar- na egipcia, se bañaba im día
diente amor que sintió por su en el Nilo cuando vio que un
pairia. águila se apoderaba de uno de
Más que su personalidad de sus zapatos depositados en la
literato y de pcjlílíco destaca orilla. Desaparecii) el águila
vii^orosa y precisa su perso- con su presa y la dejó caer á
nalidad de patriota. los pies de un rey, que. rodea-
do de sus ministros, celebra-
ÍZn la vergüenza de Sedán, ba audiencia piiblica, El rey
vertió su sangre y las luchas vio en este episodio un aviso
de la política le hicieron sa- del cielo y durante un año hizo
ber del exotlo amargo de los buscaren Iodo su reino la mu-
tiestcrrados. de las peregrina- jer á cuyo pie sirviera el za-
ciones por t i e r r a s extrañas pato. Cuando la encontró, se
bajo el amparo de otros cielos casó con ella.
que siempre pai'cecn hostiles...
Diií al tcairo los dramas ti- Rodopis sobrevivió á su es-
tulados J¡i¿i!i S/hrcuncr. en un poso siete años y su cuerpo
¿i-Io. y /ic/n!¿m, en cinco; y reposa en una de las tres gran-
publicó las obi'as CJI:/05 si des pirámides.
Aoldíido que premió la Acade- Como veis, la inspiración
mia Francesa; Nuevos Ciin!o3 literaria se alimenta dtl recuer-
al sohf,!r/u. La educjcfón mi- do. La tradición va á lo largo
¡iíar. El libro de la Lio\i de los de los sigkjs y viste las ropas,
Pj¡riota;i. íícfrar.cs miUíares, se ajusta á las costumbres y
¡Desarme!, Hlslor/a de amor habla el lenguaje de las na-
y Cantos de aldeanos entre ciones y épocas por donde
los más notables. pasa.
Dentro de algiin tiempo el
Vivir s a v i d a zapato Cenicienta quizá v o l -
verá a caer de las imbcs. Pero
Desde Ibseti la frase ha que- no de un águila. Sino de un
dado hecha. Las mujeres mo- aeroplano.
dernas quieren «vivir su vida». tiitcrcsante fctografiu del ilustra escritor t r a n c e s \'aít\ Dcroulcdc, ticciia hace pocos días cu un jurdín
Lina Infanta de España, dofit] de Niza, donde lia fallecido el día 30 de lanero p a s a d o roTS, I|[[OI:I.MANN Josii FRANCÉS
T T ^ ' tf fl n n ? T T T r - r T T T l
LA ESFERA
i^iaíii¡tííi!iii,ií^iiffltifr,i ^lAJ!ffil:lArfhA^liA!ilAllilh^íliftdll!Ayíl;l•írílll]l!^^

L^V

I
1
I i
i
i
i

fl

^ . j
Vista general de Melilla desde el fuerte de Camellos

La plaza aFricana, codicia perenne de los bár- benéfico ¡nftuio de la paz y del frabajo, que son urbe medilerránea. Y así, la tierra regada con
baros rifeños, y fuerle baluarte, donde lograron las íueriícs bendilas del humano engratidecimien- sanyre joven y látírimas de duelos maternales,
g-lorias inmarcesibles los soldados españoles, lo. Millones de vidas inmoladas en sublimes epo- ha a^^radecido el sacrificio, floreciendo en las
se remoza hoy, se ensancha y prospera, por el peyas, precedieron á este adelantamiento de la blancas rosas del amor y de la fralernidad.

3
2
1
3
J
i
1

Vista del puerto de Mcliila desde la playa i=OTS. L50N:I.I A ^

r",i."'mii;:
'•'•'Sin* i r •!. J - V '
; ; Í ¡!I ii"!^i.i]¡i|ii!ii'!;;iii|iiii'i';;flipí^i^üiifir";;ÍI;|1IIV'I?«G:^'%^'Hfv '1^
LA ESFERA

UN H E R M O S O AMANECER EN SUIZA

>'

I"

•<

>'
>'
I"

M
w
w
w
"
•«
•«
•"

>•

L o s cnciintos concille la Naluralezñ ha dorado íi líi Famosa estaciún invernal de Sainl M o r i t z , en Suiza, alcanzan toda su liellcza cuando es nuís cruda esta época del año. N a d a , en efecto.
(le mayores í i l r a c t h o s para loa turlslas, que á d e n l o s acuden á aquellos parales, que la c o i i l c m p l a c i ó n de esle paisaje en que se juntan las mGiitañaa, el valls y el mar, y en que la nieve
culire de \giia\ manera las altas cumbres, que las rocas y los peñascos que lame el ajfua, coloreado l o d o por un débil sol que empicha iá a s o m a r sin que llegue: ¿ b r i l l a r en sil total explendor.
1"
XEXIJ TXTTgTTTTTTTT- aTa cT's'TTTrTE.a'B-a.TX.Ss.ss. a B aTTT-rrTTT^TTTT-ñ-n-T : : T 3 a s n l T c - T T : ; a a~g"rrTE t z i^ - i ¿
LA ü S F l i R A
^'^'^ii:imi:''iliii;:¡'''IJi;,l!!''i'!l!ñ::!^"ili;!";:^iC,¡^ !.fí::!'il:ii|:i!'i3ljffi::!'it,^ii'il:^!i''ilC^lt'i!il,^^íi::''!!^^^^ lili -^

DE LA VIDA DEPORTIVAn

J A Q U E S KE^SI-R (MOJ GRANCiER (I3>


Pc[ " R n d n e Chib ele l-rancJii", vcncetlor cti la ca Del "A. S. L y o n n a l s c " , íiiie llcffi) en s e g n n d ü
r r e r a petlestre c e l e b r a d a en Haris parji disputa latear en la c a r r e r a del p r e m i o Lemuitiiler
el premio Lcmonnior celebrada en Paria

ininAMf^NTi; yfi 110 sc Síihe pero eso ya lo sabíamos hace mu-


C cuándo ticabarán esuis exlii-
biciüiicsde corredores ciclis-
las. que más que pcirn olra cosa
cho tiempo...
Mientras lanto. la ÁcénJemia de
sports, que encierra en sí las no-
sirven |?dr¿i que los orcííinizcidürcs labilidades dcporlivas nitís céle-
litigan iieyocios muy hiiniros. Co- bres úc Francia, ha dislriI)uído sus
piando los pi-occdim¡cni()s íinieri- premios anuales.
cant>s, unos iri!ícnios(.)S induslrid- El Premio Deulscl] de la Meur-
Ics acdhcín de orgíinixiir on París, rhe (10.000 francos), reservado pa-
l>or segunda vez, una carrera ci- ra el autor de un hedn) deportivo
clisla tic seis días. La carrera se que pueda implicar un progreso
ha celebrado por equipos de dos lualci'iaL cienti'íico o inoralizador
corredores, hahieiido logrado la para la humanidad, ha sido conce-
viclorici cl idndcm francés Hour- dido al aviador Pegoud, cuyas re-
licr-CoiTies, sobre biciclela Peu- cientes hazañas aéreas, llenaban
geol, habiendo c u h i e r l o en las de manera exacta las condiciones
cíenlo cuarenia y cualro horas la del premio.
distancici de 4.28IÍ kilóinelros. El gran premio de Atletismo, que
Cuandí) se considera que la ma- la Academia de Sports concedía por
yor parle de los que han concurri- primera vez, ha sido para el corre-
do ti eslñ prueba han salido innie- dor Jean Bouiti. vencedor por ter-
diatamcnle para Bruseltis, donde cera vez del cross-counfry de las
va á celebrarse olra carrera, lam- cinco naciones, campeón cuatro
bíéu de seis di'as, sLiriiC el excep- veces de Prancia y rccordrian del
licismo sobre el «cspírilu» deporii- mundo de Ui ho!\i. en las carreras
vo de la orgaiiizciciiin de tales prue- a pie; este señor, ha cubierlo á pie,
bas. Un joven nionladr.) en una bi- HOUKIJI^K en una liora, diez y nueve kilóme-
ciclela buena, puede ir muy lejos... Vcncciíor en la CJirrcra ciclista de las s e i s diaa, celebrada rcclciitcmcnie en P a r í s tros y vciniiún metros.

Curiosas fotografías obtenidas durante la carrera ciclista de los seis días, celebrada on París. Dos de los corredores en sus tiendas
durante el descanso ,;OT.S. r¡oi.

'•ii:ii,itíii!i^!'iiiiii!3iiiiiii¡i:!^''iiiiiii:!i'li í^^^^^^ ^ ci:^iiiiiii!ii!!iiiii^;;!i^ii;,iüSii^ii)ii;ii¡ii.^iíiiitii;:!^':iii:¡;;iliiiii :i;::l'ih¡;i:'!iii'ii,ii.i^ii!iii;::!!tiiii,i:^i;ii[ii¡aiiiiiiiiiíi^


LA ESFERA

PÁGINAS A R T Í S T I C A S

AMOR SALVAJE
Cuadro úc Diiietj reproducido en licliograbado por Sánchez Gerona para la colección Piazza, de París
LA ESPERA
dl¡lÍU|<lllLBh.n^íÍh.ailll|lkHlll]ai:M>aÍVMdllÍll.<,,:^Íli)ili,tl¡ll|:h.u.WÍIl'MN^^^ .arllllll.n'>.^;Olll ílliaU..>lin¡líu l|1l!..„i'llllh,-.nd1¡]'tllK. lililí llu,Mil íl'' '.yllflllir lliíh.ii:Ulll|':llLr£llBlhiMi
^111 lillllllllll Milllinqni 11 i4i|iiii|i| 1111 [.i:iiiiiiii 11 M,|;ii|iiiii:|i| ijiíiiiiiinij M,|jiiini|:|: I |,|:iiiiiiuii!¡i ij p^

T.oís Tí x:I I o H i t^Tí . \ " r T ^ A T / Í Í SÍ


(i

I UNA ESCENA DE LA COMEDIA "EN FAMILIA


AUiiirtci liiMiíi V Alfoiií^o hÍLTniindi;/:-C<iI<'i, d o s novelislas CIL' primarii liTif.'!. hiiii t ' s l r í i i . i d n , con ¡irandioso é x i l n , su priniera i:ouied;a, qim lii LTIIÍCQ ha íicnsiiUi) f o i i itni'mime L'IOÍTÍO N
y el |'úliiic;o t o n vurdüLkro enlii^siüsmo. I^or Ui imporrancia lileriiria ü¿ los a i i l o r c s , el mérllo a r l í s i k o de la obra y la inler|}rcla;!ión irPL-prochahlií que o b l i i v o , p o r parle de loa U
arNslas íle l-ara. el csircrio de íí///rf/7f;7;<3 lia •.•rin.'Hlitiiido Lirio de los m a v o r c s aconteclinienlos de la ai;!iinl l¿rnpor¿da Icalral. L.\ lis¡-í:ríA se t o n i p l a e e en ofrecer á sus leclorea F
Iñ siguiente bellísima escena, que i n U r p r c l a n d maravilla Calalina Barcena y Mercedes P a r d o . m
mi IIIIUII^II inilllU 1111 l,|.[illllilíl I MiliyiiOí 11 Mj;|lliyUl{l i I M:[|llliyi|j 11 lilillilllllill IIMIIIIIIIIIII111 Miliiiiiii!! M

ACTO S E G U N D O E L O I . — y tú muy deslenguada.


C A R . — ¡ y o no la he ofendido a usled, Eloísa!
ELOI. — (Creyendo comprender.)
que usted?... Confiésese á mí. Carmina. Nos co-
¿Pero, es

ESCENA SEGUNDA Ei.oi.—¿Qué es eso de Eloísa?... Vo no autori- nocemos desde hace iniícho tiempo... Si ha pa-
zo ramiliaridades, sado algo irremediable, lodos ¡níluiremos para
CAIÍMIÑA, Sr¿i. BárccncT.—EíoisA, Ss-f^j. Pcirdo que su priiuo sea generoso y la dolé... Nadie sa-
CAR.—Tampoco le he dicho yo a usled que me
ELOISA_.—¿y el señorito Julio? luleara. brá nada. Hernienegildo aeeplará,,.
CARMIÍÑA,—Eslii en su CLiarío. Ei.ot.—Hija mía. desde que el mundo es mun- CMi.—(Er^uk/c/.) Pero, ¿qué dice usled? Soy
ELOI.—¡Ah! me liabía jJtTr-ecido desde ci!)c-iio oír tlo. el superior ha luteado a! inlerior. pobre, pero nadie puede haeernte tiajar la cabe-
su voz. CAÍ;.—Pero el superioi', por lo mismo, tiene el za... Soy tan honrada como usled, y más. por-
CAR.—Creo que esiíí caiubiándtísc de rup¿i. deber de ser ¡uslo. de no acorralar al inferior... que no pienso maí de los oíros, liemos conclui-
ELOI.—Voy ¡i consull¿ir con el mcdieo. Un perro ca un [íci'ro, y se dcliende... V hay ade- do... Yo no quiero su amisiad. no quiero nada
CAR.—¿Esló usled iiidlcí? más quien dice, que lo;los somos uno y que lo suyo... Lo único que quiero, es que me deje.
Ei.oi.~Si'; ya van dos veces que tne pasa; tiic que cambia no son las personas, sino los luija- ]zioi.—(De nuevo agresiva.) ¡Ah! ¿Otra vez?
parece oirns hablar d Jos dos. Ilcyo, y rcsufla res que ocupan. (Conduye casi sollozando.) y yo que la había creido una cordera,,. ¡Le digo
que estás liJ sola. ELOI.—No vayas á llorar; no \'alc la pena de á usled que la palurda,..
Cwi.—(Bd¡'¿indo ¡e cabeza.) Ah,.. llorar cuando se lienc lan Iniena memoria... (Vol- CAR.—Prefiero ser palurda á caluniniadora.
ELOI.—Eslás muy aplicada y te pones coJo- viéndose ¿¡/¡oro.) ¡líepile la leccicín, lorilo! ¡BasJa!
rada de irabajar lanío. CAR.—Si usled continúa, me veré ol)liyada a... Ei-Oi.^Sí... ahora soy yo la que dice ¡baslal
C A R . — E s un pañuelt) para mi pritiio. ELO[.—¿Me vas á peinar? Le abriré los ojos á sus líos, porque es mi de-
ELOI.—Para el señorilo. CAR.—Me iré simplemente ó mi cuarto. ber... Sabrán la vergüenza que está aquí pa-
CAU.—Para mi primo. ELOI. —Cuidado con equi\ocarle de puerta. sando...
ELOI.—Como quieras... Va se' que tcne'is mu- CAR.—J-e dejare' a usled libre el camino. C A R . — M i lía sabrá contestarle, cuando yo le
cha confianza... Esa flor que llevas se parece
mucho á la que el lleval)a ayer en el ojal.
ELOI.—¿Me insultas? No íaliaba más que esa
insolencia,.. Se lo diré á lus tios. Por caridad
diga la verdad.
ELOI.—La verdad es que eslás al borde de un
precipicio, si no hascaido ya en él; la verdades
I
C A K , — E s la misma. esiás aquí conio igual a ellos, calzada, vesiida.
ELOJ.—Creí que había sido una alucitiación de y miren cómo lo aL,'radece: insultando á las vi.si- que consientes á tu primo que le bese...
la visla. Como padezco ya de los oídos... No le las de la casa, y coqiielcando con un señorito CAR.—¿Que yo?,.,
incomodes por mí, ¿sabes? Puedes subir á ayu- que viene tie temporada, conu) ave de paso. Ei.oi.—Sí. ¿Creéis que soy lonta? Os oí des-
darle si quieres. C A R . — y a se' yo de quien querría cazarla, de abajo; no lo podéis negai',..
CAR.—V'o no voy donde no debo ir. E L O I . - ¡ E r e s una insolente! CM}.—(Avanzando confra ¿:1oisa. que re!ro-
ELOI.—¡Bah! CAIÍ.—Usled me busca. cede lia.'ita arrinconarse.) ¡Menlira, mala muier;
CAR.—Tambie'n debe usled eslar mala de la E L O I . — y o no se. ni me imporfa. hasla dón- dígamelo olra vez, calumniadora!
lengua. de llega lu coiilianza con Julio; pero no olvides ELOI.—¡Sí. sí, os besáis, os besáis!... ¡Péga-
ELOI.—Ahora que Ices tantos libros, podías que no cslamos en el mismo caso. Si el se quie- me, si le atreves!
aprender á ser menos desálenla. ¡Que' manera de re diverlir contiíío, allá tú. allá él, y allá Hermc- CMt.~(Con súbita idea.) ¡No. no me quiero
contestar! Te olvidas de quien soy. uej^'ildo... Sí, sí: no te hayas la nueva, que no manchar! Ahora verá usled... (Vendo á ¡a puer-
CAIJ.—Si usted no hubiera olvidado atites... nos cfiupamos los dedos... Y si Julio se diritíic- ta de ¡Ü izquierda.) ¡Julio!... ¡luüo!.,,
E i . o i . ^ j V a y a im modo de pro^'resar! Ya se ra á mí, no sería de ese modo, sino para santi- ELÍ)I.—(Acohardada y queriendo conienerla.)
ñola que hay un saciaiisla en la casa, como dice licar nuestro amor, de igual á igual... No seas loca... Oye... Me habré equivocado,,.
mi padre. CAR.—¡Vayase, vayase! No griles, oye...
C A I Í . - E l seilor Juez es muy íjracioso. ELOI,—/,Vcs cómo la verdad escuece? ¡Me das C A R . — N o , no.., ¡Julio! ¡Jubo! ¡Julio!
lastima!
CAH,—¡Y á mí usted, asco!
E1.01.—¡Carmina!
CAI!,—¡Sí. sí, asco, asco. asco!,.. Estoy can-
sada de iingir. y 110 quiero ser más liip(>crita.
como usled... Quiero á mi jjriino, pei'O sin inte-
re's; no para ícncr un marido i'ico, como usled
lo quiere.,. No. óigame, ahora lienc que oírme,..
Yo no sueño con bodas, sé que soy inlerior, y
cuando él se vaya me iré de esta casa, donde me
ahogo de tanta caridad como respiro.,,
ELOI.—¡Desagradecida!
CAR.—Esloy'eansada de inspirar lástima, de
comer en una mesila aparle y de arreglarme los
vestidos viejos de la lío. Me pondré mis zuecos
y sei'é pobre, eomo es debido, con orgullo.,. Si
yo estuviese en medio de mi viña ó guardando
mis vacas, usled no se atrevería á insuliarme.
Usled. señorita, y yo aldeana, cada una estaría
en su i>uesto y,..
ELOI.—Si no le salieras de él.,.
C A R , — y aquí se atreve usled, porque no soy
nada, ni señorita, ni aldeana, ni rica, ni pobre.
Me burlan los míos y me desprecian los de aquí.
Por eso abusa usled de ini situación.., (Llorcin-
do ¿igolmia por ct esfuerzo.) ¿Por qué dejé nii
casa. Virgenciñ-i mía?... ¡Oh!.,, ¡Oh!,,, (Peque-
ña pausa. Creyéndola vcncidti. ¡zloha se acer-
ca y comienza á hablarla con voz melosa.)
E1.01. — V a m o s . Así, ¡lumiíde. me desarní:]
usted.,. Le prometo no quciarnie (\ sus líos... Ol-
videmos esio, y seamos buenas amigas... Yo la
aconsejo con el corazón,,, No se dcie seducir
por frases y promesas. Comprenda en el lugar
que quedaría usled si se tratara de un pasatiem-
po, de ima diversión.
C A I ! , - ¿ P o r qué supone usled á todos capaces
de canalladas?
ELOI,—Usled no conoce á los hombres.
CAR.—¿Dónde aprendió usled á conocerlos?
E L O I . —Escúcheme, Carmina, eomo á una per-
sona que se interesa por usled, como á una ami-
ga,,. Usted dice canalladas y esas cosas, sólo
ía que sufre el engaño las llama así; los demás
se rien.
" E l o i s n " , Alerce Líos l ' p r d o CAR.—Se reirán los canallas,.. Vayase usted,
"Cprmii«a", CumUnn liúrccna
FOT, c.M.v.-.nuí se lo suplico... r o T . cAL.v,\(.Mi;

¡i:M «í Ji w "^:E Ij!^ '•':íipi"'"'.l|;U!P''''^|||lí'"-' ii li||.P«" ii;!ip.c '•» lijj.t'''«ww'"" Sii| &™ "•^'] \ \\l- "i-IIIl.ff'"M!||,li"' llffit"'"'«í|J;P"' '¡I ÜJli ^™^í'5P;íi" ":i!JpT Nii^ip .1 ^Ti|j|pi'i|p.i' JLpj "-SIpff^^^illlJF '"TÍP.^
LA ESFERA

FIGURAS DEL TEATRO

LEOCADIA ALBA
La emitiente actriz del Teatro de Lara, en la comedia de los Sres, [nsúa y Hernández Cata "En familia" POT. Cj-il.V.VCllE
V'''^i|fei!'¡iiiliii^"'ii,ií;;!i: i;,;i¡ii' ^i::!!'¡iiii;:;;i¡'ii.i;i;;:ii: Í^I!ÍÍ'^¡I!|I;IÍ^ÍÍJ^;^I^¡.Í;JÍ^IÍÍ:!''Í!IÍÍ;,;^Í':ÍJÍ:;^^ I^IIÍÍ''1LÍIÍ;J;:Í:^ÍIU¡II,."?

P;«

WS

i LA CANGI
L]cgü un loco ¡ugrlai' ccibc un casiillo, Mientras siJi'iaba,
que Fué en iicmpos lejíinos de un rey moi'u flébil cantaba
lle^^ando á quisa de modesto lialillo licrnas canciones
su viejo y dcseordtido pleciro de oro. que se perdían
TofiJe y ¡culo es su aiiílíic. y lan despacio en el espacio,
Ctiniiuíi que sus pies no nicirctin iiueliti... que á cslai-dcspicrio
—¿quien el duefio será de csle palacio, diera por cierto
y quiéu—luusila —líi feíiz düncella?— que en los salones
y conicniplando la mudejar lorre
de aquel caslillo de los oños vicios, repercutían
no se dá cuenla de que el tiempo corre de aquel palacio,
ni de tíue cslá la población muy lejos. y su débil acento se extiniíuía
—Vo canian'a—si Ccinlar pudiera, como un murmullo imperccptii)!;: y le\'e
vuelve á decir—mis trovas más fíalanas, cuando más denso, sin cesar, caía
y al eco de mi voz lal vez se abriera con sus lágrimas gélidas, la nieve.
iill^una de las árabes ventanas. Con su voz cada vez más laslimci'a
Rompería el silencio y á los sones entonaba sus tiernos madrigales
de mi triste laúd, dulce y sonoro, esperando, impaciente, que se abriera
sabría enternecer los corazones alfruno de los amplios ventanales,
de los que habitan el castillo moro. y á la par que la nieve, en un sudai'io
¡Mas no puedo cantar! ¡ni esa esperanza semeiaba envolver su cuerpo yerto,
me queda, que, á mi edad, se descnlonal... la esquila de un oculto santuario
¡Ay mísero de mí! la noche avanza parecía doblar por el á muerto.
y el reíleio de! sol ya me abandona! — |-u¿ de nuevo á cantar y de improviso
Viendo que nad-e á socori'crlc llciía_ sintió al toser en la garganta un nudo
de aquel caslillo. al parecer sin dueño, quiso llamar y levantarse quiso,
rendido, al cabo, el frovador se entrega y al intentarlo, el inreliz. no pudo.
á un intranquilo y agitado sueno. La cabeza apoyó sobre una piedra
AiTCcia el viento que las ramas mue\'e y, temiendo romper el pleciro de oro,
de una encina que erguida se levanta, murió abrazado á él, como la yedra
cae una lluvia que parece nieve, á las murallas del caslillo moro.
y el longevo juglar dormita y cantil.
rüTs. u^AK GONZALO CANTO

'''ii^iiiitoi:^iiiiiiiii:i^i¡iiíi:!!iiiiii;^iiiiiiiyi!!!yiiiiiiiii:i!|iyí;^^^ ;:ii:iM*' ;i¡i!iibi;ií^iri:i,!;i.ii!iji:i3iii¡:;i^i:¡ii,,,ilíf,ii,i,iiii^^ iri« nii:i!fiiiüiiii;i;í¡i'fliii,.^


LA E S F I í R A

MODERNIZANDO LA CIUDAD SANTA: ""•"ZTAZÍT "


l^

¿5]

MIF.VA TORRE ERIGIDA EN LA PUERTA DE j A F F A


];l I-mí¡rcbO lodo lo ¡iiv¿icie y en su oFán d¿ IIÍKGI- sciilir doquiurd K:Í influciiciii. no ru'sp^la ni aini ¿iqucllas ciiidfiüüs quL- dehicraii cüiis¿i\'£iray iniccras .1 Irav^s úv. los siglos, para que
asi iio (licrdíin la caracliTÍalk-j C|LIC les lia venido disüii^uk-ndo en el ciir^'o dt; los tit;ni|Jüs. ILTUSÍII^ÍII siifrü ahora aquel influio v al coniuro de la civilización, ha visto derribarse una porte
de sus iiinrallas cerca ú<i la l'ucrla de Jariü, paro dñi' Xwgav EÍ la aptirhira de esjíaciosa vía que pone en coniuiiiLMción Intramuros con exiramurns de la Sania Ciudad, Menos mal que no se I
^ ha perdido lodo, pues los díniokdoi'L's de catas piedras qiii; lanío nos hahlaban de las pasadas edades , han respetado la histórica entrada de JafTa . y como arrepcniidos de su osadía,
al l4!\anlar sobre nno de sus Inrreones un reloj, lo han lieclio ulili/ando piedra de las mismas canteras que facÜitarotí el maleria! conque fué erlpido el famoso Templo de Salomón,
lisio ralof marca al mismo tiempo la hora europea y la árabe, siendo ésla ia esfera que aparece en nuestra inlcrcaanlisinia folografia, tomada por la sociedad American Colony.
de Jcrii'iiílen, desde el comienzo de la calle de David, una de ¡as principales arlerlas de aquella ciudad.

Í)!MÍJE; Síifi]í§TÍ/fiEIJ^!líIíS[slif5: !si£i'^ p¡ME]i5Íé^S'^IBlHl51EJ5H'i3lEl=ii3JSlSfi?:i
LA liSrtlRA
LA ESFE[?A

D E OTRO TI E M PO

I.A PENURIA DE EOS CÓMICOS


P
Lii^Di; decirse que desde la rundaciün del lealro, [ler gastado más de lo que podían, en vestir la csce- que se cobren cuatro reales más de lo acostumbra-
haslcí l)icn ciilríicio el siglo \\\. los cómicos Uíi. Lina de las actrices que más frecuentemente pe- clo hasta aquí por cada uno de los aposentos prin-
liíin \'ivido ccjsi de iiiiÍaE,'ro y en pcrpeluo día ¿lyudií de costa, era la genial c incomparable c¡|>alcs que se ocupan en las comedias de teatros,
apuro. I?ila Luna. Y. excusado es decir, que era la que más y dos por cada imo de los segundos y terceros, así
En el. con líinlíi iuslicia. llamado sig/o de oro de atendía la [unta. en la temporada regular como en las funciones de
rmcslrtí liierciiurii. casi excUisivarnenic poi-cl subido C<in fecha 15 de Marzo de 1787, María del Rosa- noche de los tres meses de Julio. Agosto y Setiem-
inci'iio de copiosa [?roducci()it escénica, aquellos rio L'ei'nándcz (La Tizana), una de las más famosas bre, á fin de poder con este produelo atender y so-
L,'enialcs poetas dramálicos. desde Lope de Ver,'ci ú comedianfas de su e'poen, dirigió á la Junta un apre- cori'ci' á los cómicos que más 5C distingan, se ha
Tirso de Molina y desde Caldcrííii á Vélez de Que- miante y plañidero memorial, en el cual, después de servido cl f3ey conceder dicho aumento, mandan
\aTci. leníaii que abrazar el oslado eclesiáslico ó que t|ue¡arse amargamente de su extraña pobreza, que do...» etc.. etc.—El Pardo, 21 de Marzo de 1787. -
enlrar al servicio de aliíún noble, ijran señor, partí pintaba con los mas vivos colores, pedía la primera E! Conde de F!orÍdabianca.~^T. D. José Antonio
poder vivir, porque de las lelras les era coniplelci- |)laza de cobi'ador de lunetas (así se llamaban en- de Azmona.»
inenle imposible, no obslanie cl esplendor del lealro lonees las butacas) que vacase, y mientras tanto la No se podían queiar los cómicos del celo pater-
y \a protección decidida del Rey Pelipe IV, también gratificación que se estimase procedente.—Parece- nal del líey. de la pi'olección del Conde de Florida-
poeta y autor de comedias, rá extraño que una actriz pidiese una plaza de co- blanca y del interés del corregidor Azmona y de la
y sí los autores, los creadores. ine¡or dicho; los brador de ¡uñetas, que. desde luego, no había des- Junta de teatros. Por aquella vea todo salió á pedir
que eran base y fundamento del especláculo teatral empeñar personalmente. Así era, en efecto; pci'o la de boca...
no podían vivir del mismo ¿qué sucedería con los actriz poiu'a un individuo por su cuenta y no dc¡aba Pero en aquella ocasión —como en todas, tratán-
pobres cómicos, liislriones 6 faranduleros, comii de sacaí' produelo de dicha plaza. Rita [,una la ob- dose de! espectáculo teatral—el público pag<) los
se llamaban enlonees? Pues lo que sucedía, que tuvo algunas veces, y la deseinpeiiaba su padre, ya vidrios rotos y de él Iiubieron de salir las misas,
arrastraban una existencia miserable, practicando relirado de la escena. como vulgarmente se dice.
al ayuno y la abstinencia en todo tiempo, por lo Al margen del quejumbroso memorial úzLa Tiza- El borracho del cuento decía: «Todo esto vendrá
cual, puede decirse, que para ellos era siempre Cua- ría, se decretó lo siguiente: (i parar en que se suba el vino.» Lo mismo puede
resma ó Scniabfl Santa... «La Junta eslá muy hecha cargo del mérito de esta decir el público en toda ocasión y momento, porque
Además de \'ivir tan rematadamente inal. eran parte y desearía tener proporción de atenderla; pero todo viene á parar siempre en que se aumenta el
constanienienie objelo de humillaciones y de perse- ahora no liay proporción de hacerlo.» precio de las localidades.
cuciones crueles y safiudas. llegando las primeras Pronto hubo la proporción que deseaba la Junta, Actualmente, aún sigue pagando el público el im-
hasta un extremo inverosímil, pues es sabido que no sólo para atender á La Tizana. sino á muchos de puesto transitorio de la guerra carlista... y ha llo-
no podían alterjiar en sociedad con las clases ele- sus compañeros. Tantos y tales fueron los clamo- vido desde que se concluyó.
vadas y que ni siquiera se les enterraban en sa- res, que á los pocos días se expidió una Real orden En aquel año, cómico de 1787, produio el impueslo
grado... imponiendo un sobreprecio á los aposentos (así se sobre los aposentos la suma de 51.596 reales, que
Durante cl siglo xviii, conlinuai'on lo mismo, en lo llamaban los palcos) para socori'o de los cóiuicos. se repartieron bonitamente La Tizana y demás cómi-
que se refiere á la parle moral, si bien mcioró en He aquí la parte principal de aquel documento: cos notables.
algo su situación en la esfera económica; la Junta de fEl Excmo. Sr. Conde de i'loridablanca. con fe- De los que escribían para cl teatro nadie se acor-
teatros atendía en lo posible, dentro de sus recur- cha 21 de este mes, me ha comunicado la orden del dó. ¿Para qué? Ellos, por su parte, se conformaban
sos, sus peticiones de dinero. Sobre dicha Junta tenor siguiente: «En vista tic los |japelcs de V. S. de con cobrar—por una sola vez—trescientos ó quinien-
llovían memoriales de cómicos pidiendo unas ve- H de Marzo de ]7f>'3 y de este mes. en que. confor- tos realilos por aclo...
ces aumento úz parísdo ú de ración, y otras aynda mándose con lo propuesl'.> por el Contador de! pro-
de costa, siempi'c con el motivo, ó prele.vto. de lia- pio de comedias, D. Juan i,a\'Í. es V. S. de parecer FRANCISCO FLORES GARCÍA

\> • 'iiiiji 'iiii;ii" -iiiiir ••m ,| M • "iii,i 'iií i • • 'i:;:i" "'iii v' • iiin,|i'" ''iipn • • i|i¡ii" "'iiiiii'' 'W' 'M i^'" ''IIIIP" ' ' i l !•' "'iillii'"''! ] i ' ''Hjl'*' ''ii IP'' ' Mi I' ••'•i|p" "'iil I' • '•i,|,||"""i|| :i • Mi|.i"""il|p:'- • i,|,|ii'"if .|||,i"""i||||i'- • i,|ii "Hini <.|j|ii 1.111 • • i,|¡iii-N!|| I' ••i||iiii"i| |,r' Ni||pi. -11111111' -11111:1 • NI, pr-üi] i.. -ni
Ii....itil %...á 11. á\k. i^y. .,illlllli,...rlÍ[!N. A , .lllk: i l ' ! I, ,.illlllli,..,illl:i'i. ,illlLJlllr,.,ij||||,,.,il|lk..ilÍli< Iíl:iv,:lll |l|.,.,lilll....i 111,. illl[líi,...i< It I. ,'!':illi 1 \h, ¡jl f:'íéx.,•!I!I..,I|!I|6N.ÍÍ;'|...iillCt '!'li...IIIIIIN.ilii.' llllL.íni,.jiÍi, il.liü|;i„.,iillit,.,^i;|h.,.lail-,,rllliii,..,Ílí..,illlu.. £i..ák.A. ¿\h i|l N. ..H
I II ,1 I,

II

r'i;i
k..'l EDUARDO BOX \..A
I", .ii
ii-ii
II

\rH.
''ij|

ILUSTRACIÓN MUNDIAL
I •!
ROPA BLANCA |ii.,...i

w\ EDITADA POR "PRENSA GRÁFICA S. A." [ ^ CZ]


lili, ,i'i¡
'' II La Casa m á s económica en bltisas de
KJ
señora, ropa blanca, encajes, bordados M • ••'•-,
h.J
I'.j lili Director: Gerente: jii'-iill
V'iiil
'h,,,l!ll
y toda clase de prendas para niños I ,!il
V'X
y bebés \ .'i
|.ii""'i;|

IViiiiiei''o s v i e l t o : *^0 oóiitiiiios ©MMMEM. MñBMm I


I
I" ]
ii
I

'll|
!?^e i>til3liofv t o c i o s l o s s¿i,l:>ficlos ii;." f ^ 'Il I '•• "iip''"'iip' "M|;if'-'ii|i"-'i.i,M • "iiiP'" ''iiiii' •"iiiji" •liiniin'- •i¡|iiii'-ii|i|i- •w| HBJP"I|I I -^^rm' -mv-'w- NiQir-'iji í'-'l'l!
|:-l:||
'^^'"•••"'Ii'i -. 1.1 .iiiliíii. ..I ii'i n'ii 'I i'i. .1:1 ipi:ii'.. I li! il'iii.. iJtiJ'h.. .iiiíiiii ri'i, .,,:iliii„„„ilii,,. ,.iitiiL.,iNi!ii,. iiíi h^., i'ii,.. M. ., li.i u
I •,..•11

T"''W ' ' I'' W"''V' W W • M !•' • '''IfP'' ""•! '.I' ''iljllf"'! i n í' -'W <ry 'Wr "1:1 i r 'U r mr • r,ír -m • •; 1 ;,i 'Niii pi' ••!» un
lililí
i<,„.i;l 'li"-JI••• -I.!''•..Nillllif-i'l''
r " PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN :• ^ -, ll.,.ll
iillílii- .•!I'l 1..iili'lir....'!!'i,..r|l!i|i,..„i'|pi|..„iill!l:iii„,jfll!i|.,,ili'ii„,„iilii-,..,.|||| lili,, J-\, J:\ \'\,,,;:||N,, JÍ'Í', ||| ,,1
ii-Nii
l.;i,.,i;Ú
I PENÍNSULA EXTRANJERO ( ir '<, |.I'-N,|
1 ''
ú I Un año 25 pesetas ün año . . . . 40 francos |
h, .,i1
II' N|
!•' •';
Se admiten suscripciones y anun-
h I
i Seis meses.,. 15 Seis m e s e s . . 25 „ i V
],,lí
!• '.|
cios á este periódico en ¡a
:i.,.jí
lii..;iii{
ii"^'i|| r*AGOS AOELAIVT'ADOS lii""'l
íi.L^'l IV.'I
IP'•••!

LIBRERÍA DE SAN MARTÍN


[,i"^'ii,| II, ,:
Ili<,..:l
IIII.;Í1 CE3 1^1
Diríjanse pedidos al Sr. Administrador de "Prensa ^'•\\
íi II
i¡i'-ii|| |li"''i|
Gráfica", Hcrmosilla, 57, Madrid o Aparrado de
lii,,„iil
ii"''ii||
ll|,l!ll h,.ilí
PUERTA DEL SOL, 6, MADRID KA
\ iI
K..'l
Correos, 571 o Dirección lelegráfica, Telefónica V-\
H 'I 'I
: : ; y de cable, Grafimun o Teléfono, 968 : : :
.1'I...|N[
.|.|.. ..1:
Venta de números sueltos !.•'•••'I

I :l
|i,l'-N|¡
II d -
\\r '•i;|:|ii'"'H||S'''-M,|.i'''''il||ii""''i||lli'' ''''iW'' W"W'''% i''"'''llf7|í'' ''ill|l "llfi'' '-ili'' ''W '•'•¡I'' ''iiL'i'' 'Hlllli'" ''i; ' i ' ' !.|,|,1'' ••'¡]v' í'- •,:.Í'''.Í;:,II' jt ipp|''"H|,|i I|jlii''"i.|i''''ilir^il,li'"ii||[¡"'"' I'l-' • " H y P ' ^ ' i,| I • '"ilÜP" • i|'l' • "ti,;:"' ' ' l i r -11111111' -w, > • --vr Ni|ri' i,| I i|[;|i;;-
\;. ,:!Í;i:,„.,,|lllll i l'j., .,il|lilli, .,rlÍl„. ,l!11. ,'l!lll!l,...|t k. (ík.JU'.:. .éh.M.. I !.!,!i, Jh , lÍ'l l]lll,„i.Í.tl,..,ül)';^ . ••"!, „,r:l K •'Il',..i L,.,:;.l:,.,.i;::..„i,ll i1'l'i,..i;l!liii,..,rtl!!i.,i:lilii, „"1'i,.,,1'!'!.,,.:'" !..'!';!h. .,i|'L!J!l,.,i'l!l!!„ ,'!Í'!,,,',:;ii, iTi. i:!|i:, ,ii:l¡', ,iil,|i.,JÍ'i. r!Í!.,.,iii:ily,.,iiÍ .
LA ESrERA

Fábrica de Relojes de CARLOS COPP! «Ld

MADRID: CALLE DE FUENCARRAL, Í\J.° ^T


© ©9 © © O O©© ©
La casa Coppel . ^
garantiza la bue- ri"l.:i cLis-:; d ? rolnjcjs

na mancha de r;sl_iJn fMljr¡c.icln3 p o r


iin ncA'í'íírro proccdí-
todos los nelüjcs
mienlo, m c r r o : l al
dn su fa brica-
cunl 30 adaplan p s r -
c i ó n , acompa- l:c!r-imGni(; ;'i 1¿] m u -
ñando á cada ñ i T . i . 5 ¡ n nf?cr?5¡dacl
uno un Cfiniiricn- ríe broche?; ni Suje-

do de Garantía larl'-^rcü

© © © 0 © :.....,. ....„..' ., .,,... ; OOO O


G r a n Sísiríido e n Relojes-pulsera e n p l a t i n o , o r o , p2iata y oroxsl (imiíacáón o r o )

T-n C c i s n C O F ' P E L e s p r o v e e d o r a d e leí C o o p e r a t i v a d e l . M i n i s t e r i o cíe l a O t i e r r c í , d e l o a C u e r p t j s


d e lEi Gn£ircli£i C i v i l y C a r a b i n e r o s , d e \íx A t i o c i a c i ó n O e n e r a l e l e E n i i : ) l e a c! o s y O b r e r o s d e l o a
F^errocarrilee d e E s p a ñ a , y d e n-iucliaa otrtia e i i t i d a d e s i [importantes.

C/i.-r/\L.OGO GRATIS
v;zi\n-/\ A i _ 1=01=? [ V i A v o i = ; Y I V I E Z M O R CARLOS COFPEL,—FEHe2T.carm!, 27, Madrid

m@€€i 3;@ge8€Se4ií=;í5í'^€€6@^^^i^^S<S^S&Í«©íí^lSg!aé!e@eS@€í:; ^

ELIXIR ESTOMACAL SEVILLA

DE SAIZ DE CARLOS
^^o>:IC:o I"-";

OIOÍ3ST:^I\'0

^^.>. r i © I í F * T l O O
Ti
.t'í
c
•f-l

-.ri

'<»
>iÍ.!

\Í!
Estimulante, Nutritivo y Eficacísimo
•lí
para curar todas las afecciones del csíómago,
; de los adultos y de los niños. . . .-

%^
'•Sí

'Sí

a:'
• * '

f
De venta en todas las Farmacias Jel mundo, y Serrano, 30
•'£'

Se remite folleto á Quien lo pida


Perfumes marca "ÁNFORA"
= = LOS MÁS SELECTOS =
LA E S F E R A

II #

1914
DE DIGN BOUTON

AUTOMÓVIL DE DION BOUTON.—Q/IS HP.. Tipo E K, -f cilindros. 66/120, 1914

PUÍÍSa^OS KN MADRID
ToíTx^*^"^*^^**^ con c a p o t a a m e r i c a n a .
l=*£vi-el3i''isfL cristal delantero.
D o s faros, un generador, t r e s linternas.
Una bocina, un porta-neumátícos, chapa policía.
^-Vn.-ticior'ívxjaxa'tis a t r á s , p l a n o s delante.

DE CUATRO ASIENTOS
7/11 HP. E. J.' 4 cyl. 56/120 3 velcc F»esetas 8.800
9/13 ») D. X. 4 )» 66/120 3 » . )» lO.SOO
9/13 )) E . K. 4 )> 66/120 4 )> . . . . , _ . . ^. )) ll.OOO
12/16 » E. L. 4 » 75/130 4 ) ) . . . . . . Í ^ » 1^3.000

DE SEIS ASIENTOS
12/16 HP. E. M. 4 cyl. 75/130 4 veJoc r^esetas 13,000
14/20 » E. N. 4 )> 80/140 4 n .». . J4,000

DE DION BOUTON
>.
i!iniiiE!ifliiii:i:i;i:i:i:!:t't[i|iBBDwauiii!i;iiLieBiasii!i!iiiui¡^

• = EXPOSICIÓN = ^ TI T ^ "pv F ) T T ^ • TALLERES ^ i =


^ 47, Paseo de la Castellana, 47 i V l x A LJ J t v A J L ' , Paseo de Ronda (Hipódromo)

#i«illll|||||Nllll||||Nll|||ÍiHl|| li|||||i'^ill||||li''ÍI4||¡|li'il;|Í|J|i^^
* I M l ' K í i S T A DE *PRI^NSA G K A H I C A » , lirLltMÜSIl.LA, 5 7 , MAUHIU <> I'ROI llülOA LA I(l:i>BoL.-„i;CliJS [Jl; r i í X I Ü , lJ.;¡UJOi V rüTÜ.iH-'i l'ÍAS tj=cií

^ 11

S-ar putea să vă placă și