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Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte


Departamento de Arte

El proyecto de la modernidad y sus desencantos

Omar Emmanuel Rosas Flores


Matrícula: 99051

Teoría de la posmodernidad
Ensayo

Agosto 2010

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Cuando se habla de modernidad, puede llegarse hablarse de una gran variedad de
connotaciones “populares” que ha adquirido con el tiempo como: “que moderno” (al
hablar de cualquier manifestación cultural y/o tecnológica novedosa o inesperada,)
”¡que modernas!” (frase de una revista de chismes en alusión de unas modelos
besándose), un tipo de vida moderno: comprar, o mejor dicho, consumir lo que nos
venden, sin realmente necesitarlo (adquirir un objeto que se “adecue” o “exalte” tu
“personalidad”) etc., pero estas definiciones, aunque coloquiales y chuscas, no se
alejan tanto de lo que es ser “moderno”. Esa es la gran pregunta. ¿qué es ser
moderno? ¿qué conlleva vivir en la modernidad? Después retomaré los ejemplos para
tratar de descifrar ese enigma llamado modernidad.
Para Marshall Berman, la experiencia del tiempo y el espacio, de uno mismo y de los
demás, de las posibilidades y los peligros de la vida es lo que el llama modernidad, “ser
modernos es encontrarnos en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría,
crecimiento, transformación de nosotros, y el mundo y que, al mismo tiempo, amenaza
con destruir todo lo que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que somos”1(Marshall
Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire; la experiencia de la modernidad, siglo
21 eds, México D.F. 2000 pp 1). Da esperanza y condena al mismo tiempo. Este
paradójico argumento nos invita a reflexionar y a tratar de definir aún más este evasivo
concepto y no deja atraparse y tal vez nunca lo hará. El “problemático” termino lo
abordaré desde la concepción que Foucault entiende de Kant como ilustración: “Kant
define la Aufklärung [ilustración] de un modo casi totalmente negativo; la define como
una Ausgang, una “salida”, una `vía de escape´… Kant indica a continuación que esa
“salida” [Ausgang] que caracteriza a la Aufklärung es un proceso que nos libera del
“estado de tutela”. Por “estado de tutela” entiende un cierto estado de nuestra voluntad
que nos hace aceptar la autoridad de otros, para nuestra conducción en los dominios
donde conviene hacer uso de la razón… En todo caso, la Aufklärung está definida por
la modificación de la relación preexistente entre la voluntad, la autoridad y el uso de la
razón.” (Foucault, Michel, ¿que es la ilustración?, en http://www.catedras.fsoc.uba.ar
hipervínculo:
http://www.catedras.fsoc.uba.ar/mari/Archivos/HTML/Foucault_ilustracion.htm). Somos
modernos desde que comenzamos a pensar por nuestra cuenta, para ser “libres” y así

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madurar. Esto exige el uso de la razón para conocer lo conveniente. Antes quiero
preguntar ¿a que se refiere con escapar? ¿para poder ser “liberado” no significa que
debimos estar “encadenados”? ¿de que nos rescataron?. Podríamos hablar de escapar
de una tradición de pensamiento “tutorial” (como lo fue la iglesia en la Edad Media) que
conlleva negar lo tradicional, lo clásico, lo establecido. Pero ¿Descartes no lo planteo
primero?, si, pero éste confiaba en el pensamiento para llegar a Dios, por lo que no era
un desprendimiento del todo (véase Descartes, René, Discurso del método.
Meditaciones Metafísicas. Traducción Manuel García Morente, Editorial Espasa,
Madrid, 2004), sin embargo, significó un cambio de paradigma que confirió al hombre
un papel más importante dentro del pensamiento occidental, “pienso, luego existo,”
descartando el pensamiento religioso por uno “moderno”, de ahí el surgimiento de la
filosofía moderna. La expresión “¡que modernas!” mencionada anteriormente puede
resumirse como un rechazo a esta idea cristina sobre la sexualidad. Besarse solo
podría darse entre parejas del sexo opuesto, es lo “tradicional”, aunque eso se
desecha. Lo interesante en Kant es que su iluminismo ayudó a forjar el mundo
pensante como lo conocemos. Con la razón como herramienta y sin las cadenas
restrictivas de la religión, el hombre puede planear e imaginarse una vida mejor, por lo
tanto, progresar. El hombre tendrá la voluntad para hacerlo. Después de todo, había un
devenir, un futuro. Estados-nación se levantaron para velar por estos ideales. La
razón, voluntad y autoridad ¿no son los símbolos que representan los estados
modernos? (o por lo menos en los estados democráticos). En el caso de México, la
razón la ejerce el poder ejecutivo, al proclamar leyes que “necesita” su pueblo; la
voluntad cuando los legisladores deben aprobar las iniciativas mediante consenso en la
cámara baja y alta; y la autoridad que las aplica. Pero todo tiene un precio. La autoridad
que el estado-nación ejerce para salvaguardar la soberanía, hará (y hace) lo que sea
para que ésta sea vigente, incluso si tiene que violar sus mismos principios. Para ser
libre, no tienes que ser libre, según la visión del estado. Es una paradoja, porque
abandera los valores de la libertad y el progreso, sin embargo, estamos bajo un estado
lógico de dominación y control. Heidegger menciona que el “el pensamiento empieza
solo cuando hemos llegado a comprender que la razón es el adversario mas rígido del
pensamiento” ( p120. Es racional que el Estado se convierte en un tutor discreto, por

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que te manipula de manera “natural”; tienes que trabajar para el Estado, vender para el
Estado, comprar para el Estado, ayudar al Estado, porque el Estado te ha ayudado a ti
a ser libre y ha alcanzar la felicidad. Para lograrlo necesitas consumir, por eso uno
trabaja, para comprar objetos que le “permiten” a uno “ser feliz”. En El club de la pelea
se nos muestra el lado “inconciente” de la sociedad moderna, del que la mayoría está
acostumbrado y que nadie toma importancia, la rutina. El es un hombre moderno,
consumista, obsesionado con la idea de que para alcanzar la felicidad debe comprar
muebles y objetos de Ikea. Pero sufre de insomnio. Cuando su apartamento explota,
éste menciona que era “su vida”; un trabajador sin querer serlo, con un oficio que
maneja a las vidas humanas por medio de estadísticas; una vida donde todo lo
consumible viene en paquetes de uno, incluso los hombres, ergo, los hombres son
consumibles. Se vive un estado, una sociedad de consumo que te consume. En un
mundo feliz de Aldous Huxley, se nos presenta una modernidad que enajena al
hombre, lo manipula, lo hace consumible. Desde el Alpha al Epsilon, que desde que se
conciben, los orientan para distinguir su papel dentro del sistema “es mejor ser Alpha
porque eres el más inteligente, no como los Epsilones que son torpes”, “que bueno es
ser Epsilon porque ser Alpha sufre una gran responsabilidad”, disimulando el poder que
el Estado ejerce sobre ellos. Es un Estado fascista dichosamente inducido y felizmente
aceptado. No como en 1984, de George Orwell, donde es un Estado que reprime, y
abusa del poder para sus propios fines. Un punto interesante es el ingenioso Double-
think, “la guerra es la paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza”, que,
usando ideas contradictorias puedes obtener el efecto de manipulación sin tanto
esfuerzo y así manipular la historia para crear un nacionalismo arrogante y siniestro (“el
ministerio de la verdad que se encarga de las mentiras”). Podría considerarse como
una analogía del Estado a cómo cuenta su historia. Esta historia positivista es
sumamente controladora y discriminatoria. como dirían Norbert Elías y Walter
Benjamin. Critican esta postura y los lleva ha uno de los postulados posmodernistas: la
aceptación de la otredad, de lo no contado y a la reimplementación de lo clásico o
tradicional a un nuevo contexto. Esto abre un abanico de posibilidades que me permite
hablar de Kant y de la frase de una revista amarillista con tintes eróticos en un mismo
ensayo.

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En general, el proyecto de la modernidad con sus seductores ideales convencen al
que está cómodo, pero con sus actos, sublevan al disconforme. Su incapacidad de
resolver los problemas humanos ha llevado a reflexionar sobre si realmente el proyecto
conviene a la humanidad, si hay que replantearlo o descartarlo. Hay que tomar en
cuenta que ésta ayudó a desarrollar la ciencia y tecnología como hoy la conocemos
para facilitarnos la vida, pero ¿no ha sido la misma tecnología la herramienta que nos
destruye, no solo como instrumentos de guerra, sino como adicciones que nos
mantienen atada a una vida hypersedentaria? ¿no nos alienta a ser más consumistas?.
Sin embargo lo que se puede rescatar es su (inocente) visión de progreso. Quien no
anhela un progreso, no es humano, ¿quién quisiera vivir en un mundo sin devenir?

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- Appleby, J., Hunt, L., Jacob, M. El posmodernismo y la crisis de la modernidad,

-Berman, Marshall. Todo lo sólido se desvanece en el aire; la experiencia de la


modernidad, siglo 21 eds, México D.F. 2000
-Foucault, Michel. ¿que es la ilustración?, en http://www.catedras.fsoc.uba.ar
hipervínculo:
http://www.catedras.fsoc.uba.ar/mari/Archivos/HTML/Foucault_ilustracion.htm

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