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Tramo de Formación Pedagógica: ISIP Chascomús.

Espacio: Teorías Sociopolíticas y Educación.


Prof. Lic. Mariano Lugo.

Estimados alumnos, bienvenidos a la Clase Virtual Nº 2 correspondiente a la materia Teorías


Sociopolíticas y Educación.

La clase pasada tuvimos una introducción más que aceptable y cargada de mucha información para
ir adentrándonos en los temas que siguen y por eso he decidido realizar un cambio respecto de los
textos que les voy enviando; había puesto en el programa un par de capítulos de Alicia Argumedo,
que son muy interesantes, pero que también son muy largos, y prefiero cambiar o, mejor, sacarlos.

Así es que voy a intentar realizar un resumen de algunos de los temas que trata la autora en esos
capítulos que sacamos así no perdemos la temática… y algunas cosas más también.

Además voy a intentar ser un poco menos “formal” en la escritura (¿se acuerdan que les dije en
clase que cuando comienzo a hablar no paro más?; bueno, escribiendo me pasa lo mismo y a veces
me extiendo demasiado y pongo mucha cuestión teórica que puede llegar a saturar un poco), así
que la idea es desarrollar los temas como si de una charla entre amigos fuera.

Ahí vamos.

En la clase anterior nos adentramos en muchas de las ideas que marcaron a la modernidad como
época histórica, desde lo político, lo ideológico, lo económico (un poco) y, por sobre todas las
cosas, desde lo filosófico.

Además, teniendo en cuenta de que seguramente ya leyeron el texto de Michael Foucault que les
envié para la otra materia (y que nos viene muy bien también para esta), seguir hablando acerca
de la concepción de la modernidad y qué significó esta para la historia y para la educación
específicamente, ya podemos considerarlo como un tema visto. (Recuerden que cualquiera que
tenga alguna duda o consulta no dude en escribirme!).

Pero nos viene bien aunque sea, un repaso a “vuelo de pájaro” sobre esa temática para
contextualizar lo que sigue.

Foucault nos plantea la idea de explicar la modernidad a través de la comparación con lo que
denomina el “régimen antiguo” y vemos que se basa en las ideas de muerte y vida; al respecto
plantea que el régimen antiguo posee la dinámica de “hacer morir y dejar vivir” y la modernidad se
caracteriza por lo opuesto: “hacer vivir y dejar morir”.

En alusión al régimen antiguo la idea es que el “soberano”, encarnado por el rey o por algún
miembro del clero, incluso por algún miembro de la nobleza, poseía el derecho de soberanía
justamente, que implicaba la posibilidad de matar; y en contraposición, dejar vivir: el soberano
dictaminaba la muerte y si no lo hacía, por omisión, dejaba vivir…

Y nos preguntábamos ¿Cómo es que dejaba vivir? Y nos respondíamos más o menos “Como salga”,
en relación a que el soberano no iba a implementar ningún tipo de plan o programa para asegurar
la supervivencia; y por eso la palabra “dejar” es importante, porque es distinta de “hacer”.
Una cosa es “dejar” y otra cosa muy distinta es “hacer”; el soberano “hacía” morir o “dejaba” vivir.

Con la modernidad pasa al contrario, comienza a gestarse y desarrollarse muy rápidamente, sobre
todo durante el siglo XIX y principios del XX, la idea de “hacer vivir y dejar morir”, una idea que se
encuentra en oposición con las configuraciones del régimen antiguo.

La idea general es que los estados occidentales “modernos” comienzan a intervenir sobre la
población, pero sobre la población como conjunto y no de forma particular, como podríamos
interpretar con el régimen anterior.

Esta intervención dio origen a lo que nosotros conocemos hoy como “políticas públicas”, donde el
estado, a través de las mencionadas políticas, intenta “hacer vivir” a la sociedad en su conjunto,
con esta idea, también moderna, de “asegurar el bienestar general” (¿Recuerdan el preámbulo de
la Constitución Nacional?). Vamos a ver que, en general, todos los estados modernos contienen
ideas similares, cuando no iguales, acerca del bienestar general.

Esta idea de intervención a nivel general interpreta a la sociedad como un “todo”, que claramente
no podemos “salir a buscar” a la calle, pero que está allí y, a veces directa y a veces
indirectamente, termina definiendo muchas cuestiones de la realidad.

Esas políticas públicas van a intentar “disciplinar” a la sociedad, en su propio beneficio… o eso era
en la teoría.

Y ¿Cómo lo van a hacer? A través de las instituciones, que, según Althusser, son los “aparatos
ideológicos del estado”, los lugares a través de los cuales se transmite la ideología, la cultura, los
valores éticos y morales, las creencias, etc., que son parte integrante de esa “sociedad”.

Así es que la muerte (plantea Foucault) se convierte en algo de “lo privado” y es claro ver cómo, a
partir de la modernidad, vemos que aparecen, por ejemplo, los sepelios, la muerte como un
símbolo y una celebración (celebración en el sentido no de fiesta, claramente) del ámbito de lo
privado y cada vez más desaparecen los castigos y suplicios públicos. Aquello que podemos
observar en muchas de las películas que hemos visto (El hombre de la máscara de hierro, Corazón
valiente, etc.) donde la muerte es algo de “lo público”, con la modernidad se torna cada vez más a
lo privado.

Y aparece la cárcel…

La cárcel será una de las instituciones más importantes de la modernidad, porque será el lugar a
través del cual el estado controlará y “reacondicionará” a quienes no cumplan con las reglas
mínimas que se plantean para vivir en sociedad. En la cárcel se “castigará” a los sujetos y no ya en
celebraciones públicas, al contrario, se recluye a las personas que infrinjan la norma y se las priva
de la libertad con la idea de “reeducarlas”, pero no se las castigará (o poco a poco esto irá
desapareciendo, por lo menos en la teoría) a nivel físico, sino a nivel simbólico y social.

Y también aparece la escuela…


No es que la escuela no existiera en lo previo, claramente había escuelas antes de la modernidad,
pero la escuela moderna será muy, muy especial.

Hablábamos de la cárcel como el lugar de castigo, en forma privada, y ya no en forma física, sino
social, con esta manera de intentar reacondicionar los comportamientos de los sujetos que
infringían la norma, y la escuela será otro de los lugares en donde se impondrá un régimen de
“acondicionamiento” o “adoctrinamiento” si lo prefieren.

Algunos filósofos, sociólogos, políticos, etc., plantean que la escuela será la institución más
importante de la modernidad, idea con la que yo estoy totalmente de acuerdo, me explico.

La psicología nos habla acerca de los procesos de socialización y vemos que los divide en
“socialización primaria” y “socialización secundaria”.

Sin ánimos de entrar en otros temas de otras disciplinas podemos afirmar que la primera de las
socializaciones se produce (y reproduce) en un ámbito “extraescolar”; corresponde a los primeros
años de la vida de las personas, en donde son transmitidos los primeros valores, costumbres,
creencias, la diferencia entre el bien y el mal, etc., que corresponden, podríamos decir, con lo
“general” que una sociedad pretende y comparte respecto de las ideas y formas de actuar e
interactuar de los sujetos que la componen.

Pero llega un momento en donde el estado se hará cargo de los sujetos y los insertará en lo que
nosotros llamamos “el sistema”; no es que durante los procesos de socialización primaria no
estemos en el llamado sistema, sino que es de un estatus distinto; la familia o el entorno familiar
del niño también son una institución moderna y también adoctrinan, pero lo hace desde lugares
distintos, y más tendiente a lo general que a lo particular.

La escuela será el lugar por definición que utilizará el estado (quien representa a la sociedad) para
“educar” a los sujetos en la “norma”, con la idea de que la escuela será ese lugar que convertirá,
primero: a niños en alumnos y, después, a alumnos en ciudadanos.

Decíamos que la modernidad traerá la idea de lo institucional como lo más preponderante


respecto al régimen anterior y como lugares en donde se transmite ideología, social, política o de
cualquier otro tipo.

Pero con las instituciones no nos alcanza, debemos poner dentro un “discurso” que defina el
“¿Cómo?” de las instituciones; y allí vamos a encontrar a las disciplinas, que serán las portadoras
de los discursos justamente “disciplinadores” de la modernidad.

Entonces podemos afirmar ahora que será la pedagogía la disciplina de la escuela, y de la


modernidad en sí misma también.

La pedagogía será la disciplina más importante de la modernidad (por lo menos como yo lo veo)
porque será la que vendrá a imponer su discurso de cómo hacer las cosas, con quiénes hacerlas y
cuándo hacerlas.

Entonces se transformará en la “norma” a seguir y la que dará razón de ser a la institución escolar
moderna, dirá quiénes “sí” y quiénes “no”, dirá quiénes son “normales” y quiénes son
“anormales”, qué hay que estudiar, cómo hay que hacerlo, y hasta definirá el orden espacial y
temporal a cumplir; porque no se crean que cuando estamos dentro de un aula y se sientan como
lo suelen hacer, todos ordenados en filas bien diferenciadas y en donde el docente ocupa un lugar
muy específico dentro de la clase, esto es por casualidad, al contrario, es el discurso pedagógico el
que nos ha dado, a lo largo ya de mucho tiempo, la ubicación y el rol de cada actor dentro de la
institución.

Comparen cómo es la idea de control carcelario en donde la idea de “panóptico” es lo primordial


(un lugar desde el que todo se ve y se controla) con la idea de cátedra, en donde el docente
controla la dinámica, y todo lo demás.

Es nuestra intención poder definir y poder ver cómo es que, a nivel simbólico, los discursos se
“insertan” al interior de las prácticas y creencias de los sujetos, más allá, cómo definen, en última
instancia, quiénes somos, todos y cada uno de nosotros.

A eso nos referimos cuando hablamos del carácter “simbólico” de las disciplinas, porque no sólo
serán las portadoras del discurso, sino que nos “inculcarán” ese discurso de forma “violenta”, pero
no hablamos aquí, justamente, de violencia física, sino de violencia simbólica, una violencia diría
Pierre Bourdieu, doblemente violenta, porque entra en nosotros de forma tal que ni siquiera nos
damos cuenta, y cuando lo hacemos es demasiado tarde, incluso nos gusta, nos define como
sujetos y difícilmente podemos cuestionarla, problematizarla o cambiarla.

Las disciplinas funcionan en el nivel simbólico a la hora de pensar, diríamos, “condicionamientos”,


pero no en el nivel que un conductista podría plantear, sino en la creencia, en la “forma” de
pertenecer a la sociedad, porque es bien claro que no todos los comportamientos son válidos en
una sociedad organizada por lo institucional y lo jurídico, que adquiere su razón de ser a través de
los discursos disciplinares, claramente no se puede “hacer” cualquier cosa, sino lo “esperable” de
un miembro de esa sociedad.

Y lo “esperable” es producto de esa “microfísica del poder” que plantea Foucault en alguno de sus
escritos, un discurso que nos penetra sin darnos cuenta, que nos modifica y nos aplica para lograr
conseguir un comportamiento a nivel social, decente, coherente, etc.

Podríamos plantear un ejemplo para intentar entenderlo: si hago algo malo, lo que sea, mis
padres, la policía, o algún tercero afectado, podría castigarme a nivel físico, explícitamente, y el
castigo es probable que me duela, incluso bastante, que deje secuelas o no, no importa, lo que
importa es que el “dolor” es transitorio en general, y el miedo al castigo termina diluyéndose con
el tiempo; al contrario sucede con la violencia que ejercen las disciplinas, no es física, es implícita,
no se detecta en lo mínimo, pero nos “moldea” tanto que por eso mismo tiene este doble carácter
violento, porque es “duradera” y además terminamos creyendo y sintiendo que es lo correcto, y
nos marca, justamente para toda la vida; sería más o menos el concepto de “habitus” que plantea
Bourdieu en “La reproducción”… pero no nos adelantemos.

Así como la pedagogía será una disciplina que ejerza violencia simbólica, la política, y las teorías
sociopolíticas asociadas a la educación harán lo propio.

Y podemos intentar analizar esto desde varios lugares.


Por ejemplo desde el texto de Horton, el cual va anexo a esta clase, que nos habla de las teorías del
orden y el conflicto; ustedes se preguntarán ¿Qué tiene esto que ver con lo previo?... veamos.

La idea del autor es analizar el discurso del orden y el discurso del conflicto, dos teorías que se
desarrollaron dentro de la sociología y que intentaron explicar cómo es que se interpreta la
realidad.

Horton nos dirá que su intención es intentar desarrollar un método para clasificar las teorías de la
conducta desviada y de los problemas sociales, discutir las corrientes liberales y sociológicas en
relación al problema racial y poner eso como ejemplo y, por último, mostrarnos algunas cuestiones
inherentes a lo normativo.

A través del texto irá desarrollando estas ideas y partiendo de supuestos nos planteará los
discursos del orden y del conflicto como (igual que antes) una forma de explicar la interpretación
de la realidad desde diversos puntos de vista.

Es sumamente interesante el texto porque nos pone en posición de poder comprender, aunque
sea en los preliminares, cómo es que las disciplinas, en nuestro caso la sociología, desarrolla
teorías y cómo las explica, siempre a través de discursos, que serán los encargados (como también
les plantee antes) de definir cómo hacer las cosas, cuándo y dónde.

Y no me quiero extender más acerca del texto, los dejo que lo disfruten (¿disfruten? Jejeje ojalá
que sí!) ustedes.

Fíjense aquí cómo es que las disciplinas y los discursos se relacionan fuertemente con los
proyectos de país de occidente. Podemos ver una incidencia muy marcada en todos los países
modernos de occidente de las disciplinas, sobre todo las relacionadas con las ciencias sociales y las
humanísticas, las que, como dijimos antes, funcionarán como una especie de “reglamento” que
nos dirán qué hacer y cómo hacerlo, con quiénes y cuándo.

Cada proyecto de país, específicamente, cada proyecto político e ideológico hará uso de las
disciplinas emparentadas con lo social y lo humano para pensarse a sí mismo, para pensar qué es
lo que quiere lograr con los sujetos que componen la sociedad, para organizar las formas o la
forma de vida de los mismos, para dar razón de ser a lo institucional y, dirán más adelante los
sociólogos críticos, para poner a “cada uno en su lugar”.

Debemos plantearnos estas matrices analíticas a la hora de intentar comprender los cómo y los
porqué de los proyectos político-ideológicos de la modernidad y, en especial el caso argentino. No
es casual entonces que la escuela, tal cual la conocemos hoy, aunque esté en crisis y en discusión
su modelo, haya durado y perdurado tantos años casi sin cambios, y que haya comenzado
justamente hacia finales del siglo XIX con la sanción de la Ley 1420.

La ley 1420 responde a una necesidad, una necesidad bien definida:

1º) terminar con el analfabetismo: la población de finales del siglo XIX argentina era casi en su
totalidad analfabeta.
2º) aplicar pedagogía: con el surgimiento del “Calendario Escolar” y la idea de transmitir esas
configuraciones político-ideológicas-sociales que todo estado intenta en la modernidad, en nuestro
caso con la idea de “homogeneización” de la población.

Podríamos plantear que la Ley 1420 sólo tuvo esta impronta y no estaríamos muy alejados de la
realidad.

Pero hasta aquí llegamos con esta segunda clase virtual.

En estas primeras dos clases hemos visto cuestiones teóricas, históricas y prácticas que definen a
las teorías sociopolíticas respecto de sí mismas y respecto de su actuación en la organización de los
estados. También hemos visto la idea de disciplina, de modernidad, de sistema educativo como
producto del disciplinamiento , y cómo esas disciplinas asociadas a las instituciones van a ser la
herramienta que los diferentes estados modernos van a utilizar para intentar moldear a la
sociedad, respecto de quiénes son los sujetos que la componen y el lugar que deberán ocupar en
ella.

Con esto vamos adentrándonos en la siguiente unidad de la materia que abordará contextos más
específicos en donde podamos interpretar y ver cómo lo anterior se plasma en la realidad, y
utilizaremos al estado argentino en varias de sus facetas históricas para hacerlo.

Si revisan el programa podrán notar que muchos de los temas que abordamos y abordaremos se
“pisan” a veces entre sí, la idea es que podamos ver algunas cosas desde distintos lugares
analíticos y desde diferentes concepciones para poder desarrollar un análisis más integral acerca
de las temáticas planteadas aquí.

Espero no haberlos aburrido demasiado!

Vamos a realizar la primera actividad de la materia a partir de lo visto en estas primeras 2 clases.

Luego de haber leído los textos correspondientes vamos a:

1º) Realizar un resumen acerca de las ideas principales que trata cada texto enviado, tanto en la
clase 1 como en esta clase 2.

2º) Identificar un hecho de la vida cotidiana (una anécdota, una historia, o lo que gusten) que se
relacione con alguna o algunas de las cosas planteadas en las clases, sea propio o de un tercero, e
intentar identificar dónde es que aparecen las mismas en lo práctico. Por ejemplo: podríamos
intentar explicar algún suceso escolar que nos haya marcado en lo personal y analizarlo desde las
cuestiones teóricas relacionadas con lo disciplinar.

Veamos qué sale!

Instrucciones para realizar la actividad:

a) La actividad debe realizarse en grupos, los cuales tendrán un mínimo de 2 alumnos y un


máximo de 5 alumnos, sin excepción.
b) El punto Nº 1 debe contener un mínimo de 1 carilla y un máximo de 4 carillas.
c) El punto Nº 2 debe contener un mínimo de 1 carilla y un máximo de 4 carillas.
d) El trabajo será enviado por e-mail en formato “Word”, letra Calibri Nº 11 para el desarrollo
y Calibri Nº 12 para los títulos o subtítulos que pudiera contener. SIN ESPACIADO,
INTERLINEADO SENCILLO.
e) Cada trabajo deberá contener una carilla aparte que funcionará como carátula, en donde
pondrán el nombre de la materia, instituto, profesor y, por sobre todas las cosas, los
nombres y apellidos de todos los integrantes del grupo.
f) Además, de ser necesario, deberá contener un apartado con la bibliografía utilizada y
enmarcada dentro de las Normas APA 2018.
g) Cada trabajo debe ser enviado por un miembro del grupo en representación de todos los
demás (así evitamos envíos de trabajos repetidos)

Criterios de evaluación del trabajo:

a) La idea es que puedan realizar un muy buen resumen o recuento de conceptos para ir
dando forma a sus propias ideas y ver cómo relacionan lo que conocen con la teoría.
b) El discurso debe ser coherente y cohesivo.
c) La presentación, compaginación y entrega debe ser correcta.
d) Prestar atención a las faltas de ortografía, sintaxis, semántica, morfología, género y
número, así como también la utilización correcta de los signos de puntuación.
e) Tener mucho cuidado con el plagio, el “CTRL-C / CTRL-V” o “cortar y pegar”. Deben intentar
explicar con sus propias ideas y palabras.
f) Cualquiera de los puntos planteados que no sea respetado devendrá en una calificación
menor para el grupo en cuestión.

FECHA DE ENTREGA:

El trabajo podrá ser entregado hasta el día 12/04/18 inclusive, sin excepción. Cualquier trabajo
entregado por fuera de esa fecha será considerado como “no entregado”.

Materiales de esta clase:

1º) La clase misma.


2º) Texto de Bonal
3º) Texto de Horton.

Bueno, más que suficiente, vamos bastante bien con los tiempos así que a no dejarse estar!.
Les envío un saludo cordial.
Atte. Lic. Prof. Mariano Lugo.

PD1: La semana que viene les estoy enviando el material que sigue de las materias presenciales
que cursamos con una guía para todas ellas.
PD2: Recuerden que cualquier duda, consulta, comentario o lo que les surja no duden en
escribirme.

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