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Sin embargo, el desastre que se produce por la ocurrencia de estos fenómenos naturales, además
de aquellos que son producto de la actividad humana, no pueden ser analizados desde esta
perspectiva, que por lo general se restringe al conocimiento propiamente natural o tecnológico, ya
que el concepto desastre en sí es una categoría puramente social.
Muchos desastres son una mezcla compleja de amenazas naturales y acciones humanas.
El entorno social, político y económico es tanto una causa de desastres como lo es el medio
ambiente natural. Sin embargo, se da demasiado énfasis en la gestión de los desastres a las
amenazas naturales propiamente dichas y no suficiente al ambiente social y sus procesos.
Estos incluyen la forma como están distribuidos los activos y los ingresos entre
diferentes grupos sociales y varias formas de discriminación que se presentan en la
asignación de bienestar (que incluye el socorro). Son éstos los que sirven de eslabón a
nuestro análisis de desastres que se cree son causados principalmente por amenazas
naturales a grupos más amplios de la sociedad.
En los desastres “naturales” claramente está implicado un fenómeno geofísico o biológico
que de alguna manera los causa. Pero incluso donde tales amenazas naturales parecen estar
vinculadas directamente a la pérdida de vidas y daño a la propiedad, el origen político, social
y económico del desastre sigue siendo una causa fundamental. La vulnerabilidad de la
población se genera por procesos socioeconómicos y políticos que influyen en la forma
como las amenazas afectan a la gente de diversas maneras y con diferente intensidad.
Las actividades humanas pueden modificar fenómenos biológicos y físicos, a veces a
muchos kilómetros de distancia (por ejemplo, la deforestación que contribuye a las
inundaciones aguas abajo) o muchos años más tarde (por ejemplo, la introducción por
parte de la gente de una nueva semilla o animal o la sustitución de una forma de
arquitectura por otras menos seguras).
Por lo general, la vulnerabilidad está íntimamente correlacionada con la posición socioeconómica
(suponiendo que ésta incorpora raza, sexo, edad, etc.). Por lo general el pobre sufre más con los
desastres que el rico, si bien pobreza y vulnerabilidad no están uniforme e invariablemente
correlacionadas en todos los casos. El punto clave es la importancia que le damos a las formas
sociales para la explicación del desastre.
Por ejemplo, una nueva carretera puede vincular una comunidad rural antes aislada con
fuentes de alimento que tal vez reduzcan la vulnerabilidad en épocas de sequía. Esa
misma carretera puede inducir a jóvenes a buscar ingresos en otras poblaciones,
reduciendo la mano de obra disponible para mantener las obras tradicionales de tierra y
piedra construidas para evitar la erosión o construir o reparar casas adecuadamente. El resultado
puede ser la reducción del rendimiento de las cosechas durante los años de sequía debido a la
pérdida adicional de suelo o muertes por terremoto que de otra manera se hubieran podido
prevenir.
La misma carretera puede hacer llegar clínicas móviles que inmunicen a los niños contra
enfermedades que amenacen la vida o puede ser el canal por el cual llegan enfermedades urbanas
como la tuberculosis y sexualmente trasmisibles. El mismo artefacto tecnológico, la carretera, puede
provocar deslizamientos que maten a la gente o reduzcan la tierra arable disponible.
MODELO DE PRESIÓN - LIBERACIÓN
❑ CAUSAS DE FONDO
❑ PRESIONES DINÁMICAS
❑ CONDICIONES INSEGURAS
Las más distantes de éstas son causas de fondo (o causas subyacentes), un conjunto
de procesos extensos, bien establecidos dentro de una sociedad y la economía
mundial. Las causas de fondo más importantes que dan origen a la vulnerabilidad (y
que reproducen vulnerabilidad con el tiempo) son procesos económicos, demográficos y
políticos. Estos afectan la asignación y distribución de recursos entre diferentes grupos
de personas.
Las causas de fondo reflejan la distribución del poder en la
sociedad. La gente que es económicamente marginal (como los
invasores urbanos) o que vive en ambientes "marginales"
(aislados, áridos o semiáridos, costaneros o ecosistemas
forestales) tiende también a ser de importancia marginal para
aquellos que tienen poder económico y Político. Esto crea dos
fuentes de vulnerabilidad para esos grupos.
Las presiones dinámicas canalizan las causas de fondo hacia formas particulares de
inseguridad que tienen que considerarse en relación con los tipos de amenazas que
afronta esta gente.
Estos incluyen reducido acceso a los recursos como un resultado de la forma en que
presiones regionales o globales tales como un crecimiento rápido de la población,
enfermedad epidémica, urbanización rápida, guerra, minería, desarrollo hidroenergético y
deforestación se manifiestan en localidades específicas.
Condiciones inseguras son las formas específicas en las cuales la vulnerabilidad de una
población se expresa en el tiempo y espacio junto con una amenaza. Son ejemplos la
población que tiene que vivir en lugares peligrosos, sin posibilidad de hacer construcciones
seguras, que carece de protección efectiva por parte del Estado.
Desastres informados en 1960-90
Este se concentra en la forma como surgen las condiciones inseguras en relación con los
procesos económicos y políticos que asignan activos, ingresos y otros recursos en una
sociedad.
Pero también nos permite integrar la naturaleza en la explicación de los impactos de las
amenazas, porque podemos incluir la propia naturaleza, incluso sus extremos, en las
operaciones de los procesos sociales.
En resumen, podemos mostrar cómo los sistemas crean las condiciones en las cuales
las amenazas tienen un impacto diferencial sobre diversas sociedades y diferentes
grupos dentro de la sociedad.
El hogar rico tiene seis miembros, con una casa de ladrillo, seis animales de tiro y 1.2 ha de
tierra excelente para arroz. El jefe del hogar posee un pequeño negocio de grano para el cual
maneja un camión.
La familia pobre tiene una casa de paja y palos, un buey de tiro y un ternero, 0.2 ha. de tierra
pobremente irrigada y derechos de aparcería para otra 0.1 Ha. La familia consta de marido y
mujer, los dos tienen que trabajar como agricultores durante parte del año y dos hijos de 5 y 2
años.
Se desata el ciclón, pero el agricultor rico ya había recibido advertencias en el radio y
abandona el área en el camión con sus objetos de valor y la familia. La tormenta destruye parte
de su casa y el viento se lleva el techo. Tres animales se ahogan y sus campos se inundan y se
destruyen las cosechas.
El niño menor de la familia pobre se ahoga y ellos pierden su casa completamente. Ambos
animales también se ahogan y sus campos se inundan y las cosechas se arruinan.
La familia rica regresa y emplea sus ahorros de la agricultura y comercio para
reconstruir la casa al cabo de una semana (un costo de 6000 rupias), remplazan el
ganado y pueden arar y volver a sembrar sus campos una vez terminada la inundación.
No tienen los medios para remplazar el ganado pero finalmente se las ingenian para
comprar un ternero. Entretanto tienen que alquilar bueyes para arar su campo, lo cual
hacen demasiado tarde, puesto que muchos otros están en las mismas condiciones y
los animales de tiro son escasos. Resultado, la familia padece hambre durante ocho
meses después del ciclón.
Esta anécdota explica cómo el acceso a recursos varía entre hogares y la importancia
que esas diferencias de acceso tienen para pérdida potencial y tasa de recuperación.
CONCLUSIONES
Necesitamos entender en detalle cómo se estructura esta distribución de la riqueza y el poder y cómo a
su vez convierte unos fenómenos naturales en desastres para algunas personas. La idea de acceso
(especialmente a recursos) es definitiva para esta tarea.
Los recursos requeridos para la subsistencia de la gente rara vez se extienden uniformemente en el
espacio geográfico. Por lo tanto, el acceso puede tener dimensiones tanto espaciales como político-
económicas. Puede ser demasiado costoso (en todos los sentidos de costo) para alguno escapar de una
casa o sitio de trabajo que tenga inadecuados recursos de subsistencia para pasar a recursos que sean
inamovibles y tengan localización específica.
Aquellos con mejor acceso a la información, dinero efectivo, derechos a los medios de producción,
herramientas y equipos y las redes sociales para movilizar recursos de fuera del hogar, son menos
vulnerables a las amenazas y pueden estar en condiciones de evitar el desastre. Sus pérdidas son
frecuentemente mayores en términos absolutos pero menores en términos relativos y son capaces
de recuperarse con mayor celeridad.