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ENSAYO

En el libro ¿Dónde está la franja amarilla? Del escritor Colombiano, William Ospina, una
persona extrajera, plantea una pregunta, un cuestionamiento que surge dentro sí misma,
al analizar la situación social, política, económica y porque no, moral de nuestro país.
Debo citar el fragmento para aclarar a que quiero referirme. "No entiendo -me decía-,
con el país que ustedes tienen, con el talento de sus gentes, por qué se ve Colombia tan
acorralada por la crisis social; por qué vive una situación de violencia creciente tan
dramática, por qué hay allí tanta injusticia, tanta inequidad, tanta impunidad. ¿Cuál es la
causa de todo eso?".

Es una pregunta, que realmente no logro comprender el por qué surge en una persona ajena
a la situación y no en una que vive en carne propia este tipo de maleficios en su sociedad,
desde mi punto de vista se supone que si nosotros somos los afectados, los directamente
involucrados en cada uno de los acontecimientos que han venido dándose lugar en nuestro
país, por obvias razones nosotros, como dueños del mismo, somos los que deberíamos
hacer ese tipo de preguntas, y no solo de hacerlas, sino de buscar la solución, la salida al
problema. Pero contrario a esto, apoyo mi opinión en la del autor de este libro. La pasividad,
el conformismo, el total abandono y la poca importancia que tenemos hacia nuestro país y
todo lo que en él se acoge, nos limitan, nos detiene e impide que nuestra voz se levante.

Para nadie es un secreto que nuestro país presenta muchas dificultades y falencias en el
ámbito social, y cuando digo social, me refiero a todo en general, problemas con el orden
público, con el desarrollo económico del país, con la democracia, los recientes escándalos
de corrupción dentro de los gabinetes ministeriales que han existido durante determinados
periodos presidenciales, problemas además con la salud, con el desarrollo moral y
espiritual de cada individuo que hace parte de la población colombiana. A pesar de que el
libro fue escrito ya hace más de una década, lamentablemente el contexto que se narra de
nuestro país en el mismo, no parece haber cambiado mucho, de hecho ni siquiera considero
que haya cambiado, ha empeorado. Nuestro país se encuentra cada día más y más lejos de
ese país justo, equitativo, pacifico, económicamente sostenible y agradable para sus
ciudadanos, pero por desgracia más y más cerca de un país menos libre, más manipulado
por sus dirigentes, más vendido y endeudado ante los grandes imperios económicos
globales que a través de la historia y con el pasar del tiempo directa o indirectamente han
intervenido en la formación del modelo económico y político de nuestra patria. No habría
problema si ese modelo económico y político generara en nuestra sociedad un mejor país
en todo el sentido de la palabra. Como lo es mencionado en la obra, no es así. Lo único que
han hecho estos países, y corporaciones es interrumpir el pleno desarrollo democrático y
participativo de todos los colectivos nacionales, para imponer los intereses particulares de
unos pocos traidores y violadores de la democracia justa e integra que debe existir en un
pueblo que desee mejorar sus condiciones de vida. Ahora bien, si todos nosotros somos
conscientes de la realidad del país, de la condición crítica que está viviendo nuestra
sociedad, viene la misma pregunta que hace la extranjera a su amigo. ¿Qué es lo que sucede
con nuestro país?
La respuesta es sencilla, tal como lo afirma William Ospina en este gran libro, nuestro
pensamiento ha sido desde hace ya bastante tiempo manipulado, entorpecido y
suciamente cegado para no protestar ante lo que sucede, para no levantar nuestra opinión
y nuestra inconformidad frente a las grandes y muy dicientes injusticias y atropellos por
parte del estado hacia el pueblo. Para mantenernos sumisos y con la cabeza siempre gacha.

Todo estos es evidente, sino fuera de ese modo, desde hace rato, nuestra Colombia estaría
en mejor estado, y no tendríamos la necesidad de realizar ensayos sobre temas que abarcan
la situación deplorable y paupérrima del país.

Por otra parte, si queremos identificar a los culpables de que el país se encuentre en estas
condiciones, debemos mirar hacia el pasado, colocar la mirada en los partidos políticos que
han regido durante todo este periodo. Puede que sea ilógico, pero nosotros también
tenemos de cierta forma la culpa de que no haya habido un cambio en nuestro país, tuvimos
que haber reaccionado desde el principio, desde el inicio y el comienzo de todos estos
grandes males que agobian el país, de haber sido así, no se repetirían de nuevo los mismos
atropellos en nuestra sociedad.
En fin… el punto es que ya estamos enterados de la situación y el estado actual del país en
el que vivimos. Ahora tenemos nosotros la obligación de auto cuestionarnos, de auto
criticarnos y de empezar a despertar en nosotros ese espíritu noble, nacionalista y valiente
similar al de el gran caudillo Jorge Eliecer Gaitán, tal como lo describe la historia y el libro,
sus características e ideologías políticas se asemejaban lo bastante a la de la voluntad del
pueblo como para que hubiese logrado un cambio en la sociedad de aquella época, como
para darle un muy fortísimo golpe a aquellos cobardes de cuello blanco que lo único que les
interesaba e interesa era y sigue siendo su propio beneficio, y bienestar económico a
cambio de la desgracia, ruina, pobreza y miseria de un pueblo lleno de gente verraca y
esforzada que aun en ese contexto de desgracia e importunos sucesos en el país, solo nos
falta dar un paso, el más importante de todos desde mi punto de vista.
Me refiero a ese paso en cual dejamos de lado nuestros propios intereses, y comenzamos
a pensar en lo que es bueno, tanto para mí, como para las personas que me rodean, es decir
la sociedad. Me refiero a ese paso en cual no nos quedamos callados y quietos ante las
injusticias, violaciones del derecho fundamental de cada individuo, imposiciones
presupuestales innecesarios, corrupciones y demás. Debemos pensar en que es lo que nos
impide manifestarnos ante los hechos que consideramos injustos, y actuar.

En ocasiones escuchamos a las personas adultas, e incluso mayores, decir y expresar que
nosotros como jóvenes, somos los pilares de la próxima generación, somos la esperanza de
que un posible cambio y transformación de la sociedad llegue por fin, y termine de una vez
por todas tantas aflicciones que se han desarrollado en nuestro contexto histórico. Pero me
atrevo a decir que esas mismas esperanzas de que pueda llegar un cambio, y que tienen las
personas y que la depositan en la juventud de la sociedad, era la misma de muchas décadas
atrás. Siempre pienso cuando escucho que algo sucede en nuestro país y que por supuesto
no es nada agradable, el día o el momento en el cual se dará solución a esto, nada sucede,
todo sigue igual y de hecho se agrava la situación. Al preguntarme y cuestionarme a mí
mismo, del porque sucede esto, es fácil encontrar la respuesta. Sucede porque somos
dependientes. Esa dependencia nos hace creer que alguien más lo hará por nosotros, que
alguien más solucionara esos problemas que creemos confiadamente no nos afectan, es
posible que suceda, pero por desgracia unos pocos no pueden solucionar el problema de
todo un país. Es por eso, se hace importante y muy necesario la participación, e integración
de todos nosotros en la lucha por la libertad democrática, el bienestar social, la dignidad
humana y sobre todo la consolidación de un estado o país en cual gobiernen no la
corrupción, ni los intereses de unos pocos para su propio bienestar, sino personas integras,
que realmente representen la voz y las decisiones del pueblo ante las circunstancias que se
presentan con el pasar del tiempo. Un gobierno eficaz y justo, un país no prefecto porque
es imposible, pero por lo menos uno mejor.
IDEA PRINCIPAL PAGINAL 7

En esta página, el autor trata de explicar por qué Colombia es hoy en día uno de los países
con mayor exportación de materias primas, en vez de ser productor de materias primas y
al mismo tiempo transformador de las mismas. En otras palabras explicar la razón por la
cual nuestro país no es actualmente un país industrializado, ni independiente
económicamente hablando. Si de esa manera fuera, entonces los problemas existentes
tales como la pobreza entre otros no existirían, pues si nuestro país hubiese tenido la
capacidad de ser auto sustentador de sus propias necesidades el estilo de vida de cada uno
de nosotros sería mejor.

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