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EL CARAMBOLO; SUS COLGANTES: ¿EFODS, KARDIOPHYLAX O

FRONTILES? (Parte LXXXVIII de: "Los bueyes de Gerión en el


tesoro de El Carambolo")-.

Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé


en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (11/XI/2013)

ÍNDICE GENERAL: Pulsando la siguiente linea azul se llega a un índice general del blog. En el que se
contiene las más de cien entradas que hasta ahora hemos subido.
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/indice-de-entradas-con-algunas.html
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CON EL PRESENTE ARTÍCULO DAMOS COMIENZO A UNA NUEVA SERIE EN LA QUE
ESTUDIAREMOS LAS INFLUENCIAS ANATÓLICAS, DE ORIENTE MEDIO Y CRETOCHIPRIOTAS EN EL
TESORO DE EL CARAMBOLO. ENTRADAS QUE INTITULAREMOS "MUNDO NEOHITITA, CANAANEO Y
EGEO EN EL CARAMBOLO"; DE LAS QUE ESTA QUE LEEMOS, ES SU ENCABEZAMIENTO.

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SOBRE ESTAS LINEAS: Dibujo mío tomado desde modelos de un bajorrelieve de Sargón II (hacia el
700 a.C. y existente en el Louvre); con moda asiria coetánea al tesoro de el Carambolo. He pintado en
su centro, quien sería la reina (o princesa) luciendo el collar de sellos; joya de la que en otra ocasión
explicaremos los motivos que nos llevan a pensar es femenina. A nuestra derecha, figura
representado el rey (supuestamente Arganthonios) que lleva los brazaletes y el efod (pectoral sagrado
"Urim - Tummim" ), tanto como las placas ensambladas como diadema -o corona- en su cabeza. Las
piezas del rey se corresponderían con las adornadas con decoraciones solares -o masculinas-; y que
algunos denominan con "ornamentación de tipo Baal". Esas joyas masculinas a mi juicio son las
que llevan rosetas encapsuladas y no las medias esferas, como algunos consideran (hemos incluido en el
personaje pintado, las típicas arracadas y una pulsera "con crisantemo" asiria -ajenas a al ajuar sevillano-).
Finalmete, a nuestra izquierda he dibujado a quien sería el príncipe, llevando igualmente la diadema y
el efod del pecho; en este caso con orfebrería en forma lunar y cuyo pectoral tiene un extraño asa en
su centro (quizás para fijarlo a los ropajes o a una capa). En este personaje, igualmente le he añadido
pendientes, pulsera y hasta un pequeño brazalete (tipicamente asirios y fenicios, pero no incluidos entre las
piezas tesoro aparecido en Sevilla).
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ABAJO: Portada del libro EL CARAMBOLO 50 AÑOS DE UN TESORO, coordinado por los
profesores M.ª Luisa de La Bandera Romero y Eduardo Ferrer Albelda. En el presente artículo
analizaremos las joyas sevillanas, conforme a lo que expresa acerca de ellas la profesora de La
Bandera (junto a Gómez Tubío; Ontalba Salamanca; Respaldiza y Ortega Feliu) en la obra cuya
carátula vemos en imagen. Foto en la que de nuevo observamos uno de los pectorales del conjunto
áureo, llamados por Ma.Luisa de La Bandera "colgantes". En este caso se trata de la joya que partieron
los albañiles que descubrieron el ajuar, al comprobar si se trataba de piezas de oro. Este broche es el que
considero personalmente contiene decoraciones lunares (aunque la mayoría de autores piensan que
sus ornamentación es masculina y solar); porque se adorna con semiesferas rehundidas en su centro
que recuerdan al satélite de la Tierra. Mientras, de manera muy diferente, el otro juego de joyas lleva
en orfebrería las típicas "rosetas" (o bien "crisantemos"), que son claramente símbolos del Sol -
principalmente en el mundo semita y en el egeo-. Para estudiar los motivos que nos llevaron en su día a
concluir que unas piezas contenían símbolos del Sol y otras de la Luna; o para comprender cómo hemos
analizado años atrás su posible significado calendárico, númerico, y su utilización del ajuar como efods
sagrados: Ver -entre otros- nuestros artículos siguientes subidos en el presente blog.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-e-r.html

http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1.html

http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6.html

http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6_19.html
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Iniciamos esta nueva serie, en la que intentaremos no repetir aquellas ideas y teorías que ya
expusimos en estudios anteriores -especialmente en entradas de este "cuaderno" al que llamamos
"Tartessos y lo invisible en el arte"-. Aunque -de algún modo-, nos será imposible no referirnos a
ellas de nuevo en algunos casos, con el fin de explicar las teorías que razonamos, justificando o
analizando las de diferentes profesores, junto a las propias. De tal manera y siendo mi deseo exponer las
"últimas tendencias" acerca de la orfebrería del tesoro, tanto como algunos de los estudios más
novedosos que tratan sobre aquel. Iremos alternando lo antes escrito por nosotros, con algunas de
las conclusiones que podemos leer en los más recientes análisis (publicadas en estos últimos años,
y acerca de El Carambolo o de sus joyas). Refiriéndome más concretamente al trabajo ya citado de
Ma.Luisa de La Bandera, junto a otros muchos que ya fuimos analizando -debido a profesores como
J.L. Escacena, Amores, Belén y etc. Con este fin dividiremos nuestro primer estudio de la nueva serie
en varios epígrafes, comenzando por aquel que trata de los "colgantes". Presentando inicialmente
las teorías que los consideran "efods" (pectorales sagrados); frente a las que después veremos y que
afirman se trataban de frontiles para el enjaezamiento de toros (atalajes de sacrificio animal).

A.) LOS COLGANTES: ¿EFODS O FRONTILES?

En varios artículos anteriores hemos tratado sobre el significado del "efod" (o ephod) como peto
sagrado del rabino supremo; atributo del sacerdote máximo del templo de Salomón y que llevaba en su
centro una placa, portando engarzadas doce piedras semipreciosas -distribuidas en cuatro filas de
tres-. Joya del pectoral sacro hebreo, llamado "de doce gemas", comunmente denominado broche de Aarón
(y también "Racional", o "Real del Juicio", y "Urim - Tummim"). Un colgante que habíamos considerado
tenía un significado calendárico y social, debido a que se correspondería con las doce tribus de
Israel, tanto como con las cuatro estaciones divididas cada una en tres mensualidades.Todo ello
simbolizado en aquellas piedras semipreciosas alineadas en cuatro filas de tres órdenes y que como tal, el
sumo sacerdote salomónico portaba en su pecho; aludiendo al tiempo y a los hijos de Israel (conforme la
doctrina de Moisés dictaba) (1) .
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La idea de que ambas joyas de El Carambolo fueran una placa de "efod" deriva en cierto modo de la
visión que de ellas daba Juan de Mata Carriazo en su libro Tartessos (publicado hace unos cuarenta
años). Aunqueen la interpretación del profesor Carriazo este "colocaba" sobre un solo hombre todo el
ajuar; lo que obligaba a colgar ambos pectorales sobre el pecho de "Arganthonios" -visión de la que
cualquiera podía discrepar, aunque solo fuera para afirmar que al menos un "efod" (o broche de tórax), iría
al frente y otro a su espalda-. Por ello, su uso como pectoral atado con cadenas -o tiras- al pecho, la
pude ver plasmada por primera vez y de forma concreta hacia 1980, en el libro de J. C. Alonso (2) .
Donde -curiosamente- el autor coloca ambos colgantes sobre el pectoral de los hijos en una familia real
tartessia; cuyos padres (monarcas o sumos sacerdotes) llevarían el resto de las joyas (las placas como
coronas, el collar en la madre y cada uno, portaba un brazalete).
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Finalmente, varios estudios -principalmente los de la profesora de La Bandera-, han demostrado que
las múltiples placas (que se suponen por muchos eslabones de coronas) están fundidas con el fin de
ensamblarse a través de hilos y telas. Y que, de un modo similar, los "colgantes", contienen
pasadores en los laterales que permiten sujetarlos al pecho, con cadenas o finos cordeles, tal como se
portaba El Real del Juicio en los efods judíos -ver cita (1) que recoge pasajes del Éxodo en que se narra el
modo de colgar ese Racional del Juicio-. Por ello y considerando que estas dos piezas de orfebre en
forma de piel de buey halladas en El Carambolo eran pectorales muy similares a los de Aarón.
Expondremos primeramente algunos aspectos acerca de ellos; ideas con las que podemos ir
deduciendo en un amplio análisis: Su sentido ritual, su origen, su uso y sus posibles significados.

B) TÉCNICAS DEL ORO Y PROCEDENCIA DE LOS COLGANTES DE EL CARAMBOLO (Paralelos en


otras culturas en las que existen petos y broches semejantes):
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Acerca de la autoría de estos dos pectorales, Blanco Freijeiro y Kulkan -hace ya más de cincuenta
años-,identificaron las formas y el trabajo de ambos a un mismo orfebre; relacionándolos con la
labor de los brazaletes y situando su taller entre los de la joyería atlántica del Bajo Bronce (3) .
Sobre esta atribución a orfebres ibéricos nos cometará en los últimos tiempos la profesora de La
bandera textualmente: Que se trata de un "conjunto morfotécnico indígena que define por sí mismo
un nuevo ámbito tecnológico tartésico, cuyas formas son autóctonas, sin paralelos en la orfebrería
mediterránea" (4) .
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Partiendo desde esas premisas, y para intentar comprobar su atenticidad, tanto como su filiación
(mediterránea o tartessia); varios investigadores incorporaron a la arqueología las más avanzadas
técnicas de investigación metalográfica; realizando tras los años noventa numerosos análisis del oro en
aquellas piezas. El fin primero fue observar si se trataba de un trabajo mediterráneo o si realmente se
correspondía tan solo con el de talleres autóctonos; aunque otro de los problemas a descubrir
versaba sobre si el ajuar enteramente pertenecía a una misma época y a un solo joyero (5) . En
referencia a todo ello y siguiendo los estilos que observaron ya en el conjunto del tesoro, Alicia Perea
y Armbruster en 1998 (6) , se ha podido concluir que existen varios grupos de piezas (con "adornos" y
hasta etapas diferentes).
- Primero, uno formado por el pectoral (que numeran como 2º) con "igual" decoración a ocho de las
placas, que lucen circunferencias y esferas semihundidas (lo que yo he denominado como
decoraciones lunares -y por lo tanto, femeniles-)
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- Segundo, otro grupo de piezas que pertenecen al pectoral numerado como 1º (el que carece de
anilla) y que personalmente considero luce ornamentos solares (rosetas y esferas). Este broche-efod se
relaciona claramente con el trabajo de los brazaletes y de otras ocho placas; lo que obliga a suponer
que se trata del ajuar de una misma persona. La que en mi opinión sería el sacerdote-rey, al ir adornado
su ajuar con símbolos masculinos -como muestra el carácter solar de las decoraciones-.
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- Tercero: Finalmente, hay un último objeto del tesoro, en cierto modo "extraño" y sin tener conexión
con el resto de piezas. Este es el collar (del que penden algunos "sellos"). Gargantilla que, con muy
buen criterio, la profesora Ma. Luisa de La Bandera considera ajena al ámbito del Bajo Guadalquivir o
muy diferente a las joyas de El Carambolo ( lo que obliga a pensar, que pudo ser una pieza importada o
bien hecha en un taller lejano y muy diferente -teoría que con grandes argumentos expone en diferentes
publicaciones Ma.Luisa de La Bandera).
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SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: Arriba, dibujo mío simplificando las decoraciones que presenta el
llamado "grupo primero" del tesoro; formado por el pectoral 2º (con asa) y ocho placas, que lucen
semiesferas hundidas y círculos. Joyas que personalmente considero femeniles y que creo consistían en
un "broche-efod" y una diadema o corona (de príncipe o de reina). ABAJO: Otro dibujito similar -también de
mi mano- en donde podemos ver claramente las rosetas encapsuladas (en forma de crisantemos)
junto a esferas enteras, que adornan el segundo grupo (que comprende el pectoral 1º, los brazaletes
y ocho de las placas). Como ya hemos expuesto repetidamente, creo que los adornos de este grupo
tienen un sentido solar y por ello considero que se trataría del ajuar de un rey o de un sacerdote supremo
(siendo joyas masculinas). En opinión de la profesora Ma.Luisa de La Bandera, el grupo 1º sería
anterior al 2º, aunque ella no se atreve a afirmar que realmente haya una gran distancia temporal
entre uno y otro (tal como otros investigadores aseveran, quienes incluso creen que entre ambos ajuares
de joyas con distintas decoraciones, puede haber una separación de cientos de años) (7 a) .

Acerca de la inexistencia de paralelismos en esos pectorales con diseño "piel de buey" y otras joyas
mediterráneas -o autóctonas de la época-; recogemos algunas palabras que Ma. Luisa de La
bandera escribe. Diciendo la referida profesora textualmente que: " La forma y estilo de estos colgantes
no encuentran paralelos próximos en la Península ibérica. Desde la aparición del tesoro han sido los
elementos más problemáticos para definir el origen y función del tesoro. De difícil filiación, se consideran
de origen autóctono. Su forma ya se relacionó con algunas piezas de orfebrería castreña" (7) .
Anadiendo también que son esos "pectorales, componentes del ajuar de reyes y figuras semidivinas,
muy extendidos entre la producción de bronces de Urartu del siglo VII a.C." (8) . A continuación, la
misma profesora de La Bandera, menciona como un ejemplo de "efods" similares el "que luce el rey asirio
Asurbanipal en un relieve de Nimrud (Maxwell-Hyslop 1971: 218)"; una tipología de "broche de pecho"
que -tal como ella misma dice- se advierte repetidamente entre las estatuas de los reyes escitas y
asirios (especialmente en Urartu).

Estos pectorales escitas o asirios, los recogimos en algunos de nuestros estudios -años atras- (9) ;
donde divulgábamos varias estatuas en las que se representaban soberanos y clérigos luciéndolas. Entre
estas, destacamos la del rey (o sacerdote supremo) de Escitia, actualmente en propiedad del Museo
de Boston, hallada en Urartu y fechada en el siglo VIII a.C. -ver su imagen más abajo-. Escultura de
tamaño natural y en la que nos llamaba enormemente la atención que en aquel "broche-efod" del
monarca -o clérigo-, figurase un diseño casi igual a los de El Carambolo. Nos referimos al
"crisantemo" (roseta encapsulada, en el caso de Sevilla) símbolo indiscutible del Sol. Por ello ceíamos
y expusimos como aquel "babero" que luce el rey de Urartu, pudo tener un igual significado que el
pectoral del Real del Juico (judío); conteniendo una simbología calendárica. De lo que concluíamos
que los escitas habrían de tener un modo de medir el tiempo muy cercano al mesopotámico y no tan
indoeuropeo -basado en cliclos lunisolares- (10) .

Por su parte, en el mismo artículo recogíamos igualmente las fotografías de esculturas y objetos de
reyes asirios, quienes también portaban en sus pechos señales o petos semejantes. Entre las que
destacábamos la que representa a Salmansar III, propiedad del Museo de Estambul y fechada en el siglo IX
a. C.. Donde se observa al monarca asirio con su pectoral pleno de signos solares y lunares; luciendo bajo
el cuello dos señales del Sol (estrella de ocho puntas) y en zona muy cernana (a su izquierda) los de la
Luna -mientras en el lado derecho lleva la marca de Venus-. Todo lo que concuerda con los calendarios
por los que se regían en Babilonia y en Mesopotamia, que ajustaban los ciclos de la Luna a los
Solares (manteniendo la relación entre ambos y los periodos venusinos -ver cita 10-). Para terminar
las referencias a nuestros anteriores artículos concluimos añadiendo que de igual forma, en otra de
nuestras entradas hemos visto varias esculturas semejantes (como la Estela del siglo XI a.C., que
representa al rey asirio Asurbanipal del British Museum). En la que podemos observar claramente como
los monarcas lucen en su pecho los símbolos de los planetas y del Sol; un hecho común a toda la
moda asiria, aramea y fundamentalemnte unida a los diseños de Mesopotamia (11) .
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Estatua a tamaño natural de rey o sumo sacerdote de Urartu, fechada en los
siglos VIII al VII a.C. y propiedad del Museo de Boston (al que agradecemos nos permita divulgar la
imagen). Tal como antes comentábamos, su pectoral está pleno de símbolos que claramente parecen
solares (en forma de "crisantemos") y lunares (con diseño del creciente como "C" simplificada en dos
rectas: "<<<" ). Ratifica nuestra teoría las señales que forman en su parte baja un total de 13 de estas
"medias lunas" = ">>>>>>>>>>>>>" . Ello concuerda seguramente con los 13 meses lunares que se
corresponden a un año solar más 19 días (aproximadamente, y que generaba el periodo Saros
babilónico, medido en 19 años; ciclo en el que el Sol y la Luna "se reajustan"). Por su parte, sobre esta
cenefa de "cuartos lunares" y bajo ella, se encuentran dos franjas que portan cada una seis crisantemos; lo
que sin duda a mi juicio haría alusión a los doce meses (6x2) solares, que conforman el año trópico.
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Sobre ello, se observa una franja partida por la barba en dos y con cuatro cuartos lunares a cada lado en la
forma: <<<< "barba" <<<<. Estas simbolizarían 4 lunaciones cada una. Encima de aquellas, la última linea
superior luce dos grandes crisantemos (uno a cada lado); lo que significaría a mi entender un ciclo
planetario por cada flor -siendo su explicación la que damos en cita (10) -. Lo antes expuesto sobre el
pectoral del rey de Urartu se relacionaría plenamente y uniría con el significado las doce gemas del
Real del Juicio Salomónico (que figuraba las Doce Tribus de Israel, pero también los doce meses del
año). Todo lo que demostraría que estos efods sagrados tenían fundamentalmente un significado
calendárico. Algo que pudo originarse desde los símbolos y ropajes de astrónomos (o de los
sacerdotes del templo de los cielos -magos y astólogos-); quienes vestían prendas y sombreros
conteniendo dibujos con estrellas y constelaciones (en referencia al posible simbolismo astronómico
de los pectorales de El Carambolo, lo explicamos detenidamente en nuestro artículo de hace varios
años. VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6_19.html ).

ABAJO: Pectoral hallado en Arcóbriga; joya de plata, fechada hacia el siglo III a.C..Como hemos
visto, la profesora de la Bandera considera que los colgantes de El Carambolo tienen sus paralelos
más próximos en otras joyas de semejante diseño, pertenecientes a la cultura castreña. En
anteriores artículos hemos publicado alguno de estos modelos, entre los que destacan la pieza
ornamental bañada en oro del Instituto Valencia de Don Juan. Asimismo ya vimos en los estudios de
las profesoras Lucas y Ruano, como semencionan numerosos casos de objetos ibéricos con iguales
formas -imitando, según ellas, al "labrys" cretense-. Entre los que destacan estas investigadoras,
además de una fíbula del Instituto Valencia de Don Juan y varios colgantes del mismo museo (uno
ya referido); una Vasija de Numancia, o el detalle de la falcata de Almedinilla, tanto como el del
broche de La Osera. Siendo numerosas las conteras de puñales de tipo Miraveche -y otros-, que llevan en
su punta esa figura que bien parece un hacha doble. Todo lo que relacionan las referidas Ruano y
Lucas, con altares hititas, que en palabras propias de las autoras serían aras sacrifícales o mesas de
ofrenda (12) .

Sin entrar a valorar en este momento el paralelismo entre las múltiples figuras ibéricas con forma de "piel de
buey" y los colgantes de El Carambolo, nos ha llamado enormemente la atención el pectoral que
traemos a imagen, que fue encontrado en Arcóbriga. Estando fechado en época celtíbera, vemos
que por sus dibujos se asemeja más en sus adornos a los colgantes megalíticos o del Primer
Bronce Ibérico. Refiriéndonos sin lugar a dudas a los idolillos tallados en pìedra, pertenecientes al
calcolítico, datados entre el IV y el III milenio a.C. (y que tanto abundan en los yacimientos de la
península, especialmente en los meridionales). Pectorales en su mayoría labrados en pizarras -aunque
los hay en piezas de oro-, que presentan estos dibujos en forma de ojos con triángulos, como figuras
que se relacionan con la Luna y el Sol. Curiosamente la placa celtibérica de Arcóbriga que vemos en
imagen, conservó esos diseños tan similares a los de dos milenios antes. Un hecho seguramente
debido a lo que se denomina comunmente "recuerdo atávico", o de forma más culta, "plesimorfía" (es
decir repetición de un mismo modelo, debido al arraigo cultural de unos estilos y gustos -sin que
necesariamente aquellas formas contengan un igual valor simbólico-).

Sea como fuere, llama la atención que los pectorales de etapas celtíberas puedan ser tan cercanos en
sus lineas y representaciones a los que se hallan entre los megalitos. Quizás porque aquellos
colgantes mágicos del III y II milenio a.C., fueron el origen de estos otros talismanes semejantes, y
que lucían en el pecho los íberos hasta épocas romanas. Un amuleto normal en Iberia y que
posiblemente en la etapa tartessia pasa a representarse como una piel, al simbolizar aquel pellejo la
protección de la coraza (tal como antes se adornaban con el ojo protector). Dado que los petos de
guerrero se construían fundamentalmente con cuero, pese a que posteriormente los revistieron de metal.
Debido a lo que el nombre de "coraza" significa "pieza de cuero" y no armadura metálica (como
comunmente se piensa); pues aquellas defensas consistían en pellejos cocidos y endurecidos a los
que se daba forma de torso. Todo lo que concedería un carácter sagrado y mágico a estas piezas en
forma de curtudo y hasta provocaría que pudieran conceder poderes apotropaicos. al diseño de piel
bovina. Debido a que el cuero protegía en la guerra de las flechas y de los venablos del enemigo.
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Siendo así, el carácter sagrado de la forma "pellejo de buey" se explicaría principalmente por esta
función del curtido, utilizado para crear armazones defensivos. Petos que -tal como dijimos- se
recubrían por "los más pudientes" con trozos de metal (fundamentelmente de bronce o cobre). Discos
metálicos, llamados falerias por los romanos y muy semejantes a los umbos y kardiophylax de los
iberos. Unas piezas de bronce que de nuevo identificarían las corazas y la protección con el lingote
y la "piel de buey". Al unir la idea del cobre en la figura del talento, un lingote que guardaba el
diseño del bovino y su cuero; todo lo que se relacionaba con el ponderal numismático que la riqueza
se medía en cabezas o pellejos de ganado. Por lo que en las monedas y acuñacioñes de lingotes, ases,
obolos, talentos etc.; se representaba un toro -algo que siglos antes se hizo con enormes piezas de bronce
que tenían esa forma del curtido o del animal-.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Idolos de placa hallados en Valencina de la Concepción -provincia de


Sevilla-, fechados en el III milenio a.C. (tal como los exhibe el Museo Arqueológico de Sevilla -al que
agradecemos nos permita divulgar su imagen-). Estos talismanes grabados en pizarra fueron muy
comunes durante el periodo Calcolítico y Primer Bronce de la Península (IV y III milenio a.C.), y se
encuentran por centenares en los yacimientos próximos a megalitos. Muy posiblemente sus formas
pervivieron en la joyería atlántica hasta tiempos muy tardíos, tanto que en mi opinión los dibujos
que contienen son los mismos que veremos en los torques, lúnulas y piezas de orfebre (hasta el
Bajo Bronce). Unos diseños que igualmente se observan en la cerámica meridional de nuestras
tierras, donde tal como decía Juan de Mata Carriazo, se contienen las mismas lineas triangulares,
circulares o cuadrangulares que se ven en las piezas de oro atlánticas.
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Esos diseños claramente nos indican que aquella cerámica -sin apenas paralelos mediterráneos- y las
joyas del Bronce Bajo peninsular (también sin parangón en otras zonas del Mundo Antiguo); pertenecen
a una misma civilización. Una cultura heredera de estas formas calcolíticas ibéricas, como las que
vemos en el colgante fotografiado. Pues en los idolillos de pizarra como el de la imagen, se observan
claramente rasgos comunes mantenidos hasta en el pectoral de Arcóbriga; tanto como contiene
enorme relación con las cerámicas que aparecieron junto al tesoro de El Carambolo. Lineas
triangulares y cuadrangulares, que configuran un tipo de decoración común a toda la orfebrería atlántica,
anterior a la aparición de los colonizadores orientales; en modelos que son casi iguales a la ornamentación
gran parte de la cerámica hallada en los yacimientos megalíticos meridionales, y hasta época de los
tartessios.
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Por su parte, el hecho de que desde la más remota antigüedad existiera la costumbre en la Península
de portar estos "amuletos" o ídolos de piedra colgados, muestra quizás una forma de protegerse
con armaduras revestidas de lascas. Todo lo cual en el calcolítico y entre los pueblos de la Edad de
Piedra es común; dándose en esas épocas numerosos tipos de corazas hechas con "escamas" y formadas
por piedras, maderas o conchas (a modo de cuentas de collar, que ensambladas van formando verdaderos
revestimientos sobre el cuero o en el tejido duro -como el esparto-, impidiendo la penetración de puntas de
lanza o de objetos cortantes). Todo ello y el devenir de la Historoia quizás dió como origen
posteriormente el culto al "talisman del pecho", que primeramente se haría de piedra y finalmente
imitó el diseño del cuero (venerando la coraza). Como un símbolo protector en la guerra, dado que
aquella piel de animal era lo que defendía el pecho, salvando la vida.
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ABAJO: Grabado del siglo XVIII (lámina 49 del libro Constellatio) en la que se representa un rabino judío
idealizado sobre la constelación identificada con Aarón. Desde el siglo XV podremos ver en gran
parte de la iconografía europea -cuadros y esculturas-, a los sacerdotes judíos portando este "efod"
con delantal y "peto" (llamado Real del Juicio). Ya hemos expresado en diversos estudios, que aquel
colgante sagrado del sumo sacerdote del Templo de Salomón, hubo de tener sus más remotos
orígenes en los pectorales de los reyes y clérigos de la Mesopotamia del III milenio; tanto como en
los collares y amuletos áureos, que lucían desde época de las Pirámides (los faraones y las élites de
Egipto) (13) . Pese a todo, no hay que descartar que el sentido apotropaico de estos pectorales y
collares tan antiguos; se halle en parte, en esas las placas frontales que desde los tiempos más
remotos se pondrían para protegerse el pecho -o el corazón-, todos los guerreros. Unos pectorales
que posiblemente luego se idealizaron en los torques, lúnulas, menats, usej, efods y delantales sagrados; a
los que se concedían poderes sobrehumanos. Por cuanto expreso, creo que los dos colgantes de El
Carambolo se tratarían de pecheras con un uso y un valor religioso y social muy semejante al del
broche de Aarón -del Sumo Sacerdote del Templo de Salomón-; cuyo significado parte desde la placa
protectora del toráx (el Cardiofilax).
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Siguiendo con los paralelismos de civilizaciones coetáneas a El Carambolo, donde reyes o sacerdotes
lucieran joyas semejantes; la profesora de La Bandera comenta la existencia a láminas de oro
similares a las sevillanas en zonas como Tell al Hallaf. Un trabajo de orfebrería anatólica de época
neohitita, fechado hacia el siglo IX a.C. y muy semejantes a algunas piezas del cerro hispalense (en
sus formas y en sus posibles usos) (14) . Unaidea que concuerda plenamente con aquello que
personalmente pienso acerca del origen y procedencia del tesoro de El Carambolo; al que relaciono
con el mundo neohitita, tanto que en los llamados sellos de su collar he podido encontrar las
palabras frigias "dios" "diosa", "Kubaba" y "rey". Voces escritas en ideogramas luwios, y que
claramente lucen los dibujos del collar; especialmente las marcas de los llamados "sellos" que cuelgan
de la mencionada gargantilla. Una joya, que tal como dice la profesora de La Bandera, es ajena al
mundo ibérico y se relaciona plenamente con la orfebrería del Egeo o de Anatolia (perteneciente a la
época que hablamos) (15) .
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Estos hechos, históricamente los justificamos como consecuencia de repetidos asedios y la
destrucción de Frigia, llevada a cabo durante casi cien años y sucedidos entre los siglos VIII y VII
a.C.. Viéndose primero atacados los frigios por los asirios y más tarde invadidos por los cimmerios, que
derrotan a Midas hacia el 676 a.C.; aunque finalmente serán los helenos quienes se adueñen de esta
parte central de Anatolia, esclavizando y aniquilando a su población. Debido a ello, los habitantes de
ese antiguo reino neohitita se vieron obligados a huir hacia lugares lejanos en oleadas
sucesivas. Todo lo que se produce de forma masiva tras la caida de su último monarca, el famoso Midas;
conocido por sus riquezas en oro. Metales que de seguro levantaron la codicia de los pueblos colindantes al
frigio, arrebatándoles aquel reino tan célebre por comerciar con el oro y la plata de las tierras más
lejanas. Por lo que muchos de los súbtitos de Midas ciertamente pudieron llegar hasta Tartessos, al
conocer las rutas de los metales (en especial las del cobre y del estaño) que los frigios importaban
desde el occidente más remoto, para distribuirlo por Oriente Medio y en el Egeo.
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Ello explica que durante los siglos VIII y VII a.C. arribasen neohititas a tierras de Contestania (o a la
de Tartessos), donde finalmente buscarían refugio. Importando tras la destrucción de su nación sus
gentes y sus costumbres hasta Iberia, todo lo que crearía monumentos como la tumba de Pozo
Moro. Hechos estos que nos hacen entender por qué la estatuaria y la forma de este sepulcro es tan
similar a las de Ugarit y de Anatolia; y que también nos dan respuesta a la forma que tiene el suelo
de Pozo Moro. Cuya planta contiene el diseño "piel de buey" ; lo que a mi juicio procede de que en
idioma neohitita el ideograma con el dibujo de un cuero -o lingote-, significa "casa", "suelo" o
"tierra". Algo que igualmente puede relacionar los pectorales de El Carambolo con esta misma "piel
de toro" neohitita, ya que -como hemos dicho- en lengua frigia este es el símbolo del terreno o del hogar
(y por ende, del reino). Unos hechos que en parte también explicarían por qué los altares y las
plantas de los edificios sagrados tartessios contienen este mismo diseño -imitando al pellejo bovino-.
No solo por ser un símbolo de la pecunia, del ganado y del lingote; sino también porque entre los hititas
parece que existieron altares con esa forma, al igual que este símbolo era con el que los luwios
escribían la idea de "hogar" ("casa" o "tierra").
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Jinete del conjunto del Cerrillo Blanco (lanceando enemigo); grupo
escultórico turdetano fechado a principios del siglo V a.C. y perteneciente al Museo Arqueológico de
Jaén -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. En la estatua, vemos que el guerrero porta un
disco para la protección del pecho; un tipo de coraza pequeña que puede observarse en muchos de
los otros personajes ibéricos y en especial entre los del Cerrillo Blanco. Dicho peto es el que
posteriormente denominaron los romanos como Cardiofilax (también escrito Cardiophylax o
Kardiophilax) y que era utilizado por numerosos pueblos en la Antigüedad. Especialmente usaban
estos discos protectores las tribus itálicas prerromanas; lo que quizás hizo que Mario dispusiera que el
Cardiofilax debía ser prenda obligada (reformando el uniforme del legionaro, para la mejor defensa de sus
soldados). Aunque este peto, entre los latinos, se convierte en un pequeño "babero pectoral" con
forma alargada y que se colgaba del cuello. Así el Cardiofilax romano comunmente estaba
conformado por un tejido metálico (de malla o en tiras de acero), alargado y que cubría la tráquea y el
pecho del que lo llevaba -protegiendo zonas tan vitales como el corazón y los pulmones del guerrero-.
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Sin lugar a dudas, todos los ejércitos hubieron de llevar de un modo u otro estos protectores para
sus soldados, ya que de lo contrario al primer golpe en el torax quedarían fuera de combate.
Aunque fueron muy famosos los Cardiofilax que lucían los fenicios (el ejército de
Cartago) y especialmente otros pueblos como los Samnitas. Estos últimos se hicieron célebres como
merecenarios y por sus curiosas corazas donde portaban grandes discos de bronce similares a los
ibéricos, en los que grababan preciosas formas y figuras míticas. De aquel protector del torax, también
nacieron los Gorgoneión o las falerias griegas y latinas, que se sublimaban como la cabeza de
Medusa. Un símbolo colgado o fundido sobre el peto, que portaban en su pecho los soldados de
Grecia y Roma, con fines apotropaicos. Al igual que llevaban esos rostros de Medusa labrados sobre los
discos de bronce que ajustaban a la coraza, con el fin de que la Gorgona les protegiera de los
enemigos. Un carácter apotropaico que nace precisamente por la necesidad de que estas piezas de metal
(faleras o kardiophilax) les protegiesen en la guerra.
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Sin lugar a dudas y en mi opinión, los pectorales de El Carambolo mucho tienen que ver con estos
petos igualmente usados por los soldados celtíberos y turdetanos. Tanto es así, que este guerrero
que vemos en la escultura del Cerrillo Blanco lleva unas prendas muy similares a las que hay en el
ajuar tartessio. Pues en el caso del jinete esculpido, su cardiofliax de guerra colgado con tiras de
cuero desde los hombros, se correspondería con los colgantes encontrados en Sevilla (pectorales
de oro que simbolizarían esa protección para los personajes sagrados que los portasen). Pero a su vez,
si nos fijamos bien en la imagen, el militar de la estatua luce también dos brazaletes casi iguales a los
del tesoro de Sevilla. Ello, unido al casco que cubre a estos soldados del Cerrillo Blanco; podría
llevarnos identificar el atuendo del noble equestre turdetano, con las piezas de El Carambolo -pues el
yelmo comunmente se idealizaba en una corona (o en una diadema, que es el uso que comunmente se
cree tuvieron los eslabones del mencionado conjunto áureo)-.
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Todo ello nos explicaría que el ajuar del cerro sevillano fueran joyas reales o de sumo sacerdote,
nacidas como sublimación del uniforme de guerra tartessio. Un hecho que -por lo demás- es común
en todas las culturas; puesto que desde el atalaje que usaban los nobles en batalla, se idealizaron
los símbolos de poder y de religión en la Antigüedad. Así, del casco militar nacieron las coronas y tiaras,
en los tiempos más remotos; de igual forma que los cetros reales proceden de las varas de castigo, del
bastón de mando, o de las lanzas. De manera semejante, el torques o collar sagrado como atributo del
monarca, con toda seguridad se originaría desde esos petos que se colgaban como
cardiophilax. Protecciones que en su gran mayoría fueron un pequeño "babero" semirrígido e
imprescindible para la guerra, desde la más lejana antigüedad. Prenda bélica de la cual se originan en mi
opinión los collares sagrados y pectorales babilónicos. Aunque más concretamente este tipo de
protecciones darían lugar a los los "menhat" o al "aegys" egipcios; collares sin los que no salía de
su casa ningún súbdito del faraón importante. Puesto que en el Nilo era imprescindible lucir una enorme
gargantilla compuesta por piezas de oro o por cientos de cuentas, que cubriera el pecho y parte de la
espalda. No solo por el prestigio que aquella prenda otorgaba al que la portaba, sino principalmente
porque el gran collar contenía un enorme poder apotropaico.

ABAJO: Torso del llamado guerrero de La Alcudia, fechado hacia el siglo IV a.C. y propiedad de La
Fundación Universitaria para la Investigación de L´Alcudia, de Elche -a la que agradecemos nos
permita divulgar la imagen-. En la estatua vemos parte del torax de un noble ibérico luciendo un
pectoral de batalla, que en este caso contiene la figura de un lobo (o de un felino -para otros-). El
carácter totémico del pectoral explica su sentido apotropáico, encomendándose al "dios lobo" (o león)
la función de ayuda y guarda del que porta el cardiofilax como un disco con el animal.
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Todo lo que vemos, enlaza igualmente con las formas y simbolismo que tienen los colgantes de El
Carambolo, que llevan otro motivo apotropaico y totémico; aunque en este caso se trata del cuero
curtido. Una piel que en sí misma es el símbolo de la coraza (hecha de cuero) y por lo tanto de la
defensa o salvaguarda. Como podemos observar en la fotografía de la escultura de La Alcudia, el
cardiophilax es extremadamente llamativo, lo que lleva a pensar que se tratase de un noble o rey. Puesto
que de común los iberos simplemente llevaban dos placas discoideas como petos. Una de ellas se
ataba al pecho y la otra a la espalda, anudando ambas con cueros y conformando una pequeña
armadura que se colgaba desde los hombros, sobre los que también ponían dos tiras pequeñas y
redondas de metal o de piel (como protección).
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No hay que pensar mucho para darse cuenta de que la estructura de los cardiofilax que
describimos (como adornos o petos de guerra), es muy similar a la que tenía en broche del efod
sagrado judío y también se relaciona con los pectorales de los nobles y reyes asirios o escitas. Ello,
porque como hemos dicho, el origen de estos "efods" o de los "baberos" de monarcas y sumos sacerdotes,
en mi opinión estaría en aquellas prendas con que se protegían el esternón y el torax los soldados. De lo
que se desprendería el poder apotropaico que pudieron conceder a los collares, torques o broches
de pecho; como símbolo de la milagrosa guarda que concedían al que los portaba.
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Entre los griegos -tal como hemos dicho-, el recuerdo de aquellos petos se conservó en los famosos
gorgoneión; la cabeza de la Gorgona que colgaban (o labraban) en el centro de las armaduras los
nobles helenos -y más tarde los romanos-, como protector apotropiaco. Aunque en Italia la costumbre de
lucir en la coraza estos discos metálicos a los que llamaron luego "falerias", no nace directamente desde
Grecia, sino que se trata de una herencia prerromana. Ya que los etruscos eran un pueblo extremadamente
supersticioso y como tal daban un enorme valor a las láminas que se colocaban como salvaguarda. Tanto
que los primeros reyes romanos las otorgaban a sus soldados como condecoraciones en batalla,
seguramente augurando o esperando que gracias a aquellos discos, sus mejores guerreros
estuvieran protegidos. Unos cardiofilax que lucían labrados con esmero muchos de los soldados
descedientes o relacionados del pueblo etrusco, entre los que destacaban los soldados samnitas.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Tal como decimos, era costumbre común en Etruria y en la Italia Prerromana
el uso de estos círculos metálicos protectores, a los que se confiaba la mayor parte de la defensa del
guerrero. Ello quizás porque en la época no había capacidad económica ni tecnología para fabricar
armaduras de calidad en cuero, y menos para recubrirlas de bronce. Por lo que simplemente se
protegían los soldados con esos círculos de cobre, que a modo de "umbos" colocaban en las zonas
vitales del cuerpo (dependiendo tan solo de la suerte, que los venablos cayeran sobre el cardiofilax o en el
individuo). En la imagen vemos la escultura de un noble hallada en L´Aquila, en la necrópolis de
Campestrano, donde figura un guerrero fechado en el siglo VI a.C. (perteneciente a Chieti, Museo
Nacional; al que agradecemos nos permita divulgar la fotografía). Como podemos observar, el guerrero no
solo luce sus trinchas y el peto, sinó que lleva unos llamativos brazales y un ceñido collar
gargantila, todo lo que también nos recuerda al ajuar de El Carambolo.
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ABAJO: Tal como exponemos, los pectorales y "baberos" sagrados eran comunes entre los pueblos
prerromanos de Italia. Un ejemplo de ello es este encontrado en la tumba Regoloni-galasi, del
yacimiento de Caere; fechado en el siglo VII a.C. (perteneciente al Museo Gregoriano del Vaticano, al
que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Esta interesantísima pieza de oro puro tiene una
enorme influencia canaanea o escita, tanto que sus dibujos contienen los mismos seres mitológicos
y escenas que los pectorales de los reyes coetáneos de Asiria y de Escitia. Llevando labradas las
figuras de un dios alado que sin lugar a dudas podemos considerar es el "El" (il) de Canaan o Mesopotamia;
al igual que portan una "señora de las bestias" también con alas y que se trata de la precursora hitita o
canaanea de Artemisa.
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Junto a este matrimonio sagrado del panteón semita por antonomasia, en los pectorales de Oriente
Medio y de Mesopotamia, también se representan grifos y esfinges, tal como sucede en el que
vemos (una iconografía que incluso concuerda con la de Tartessos). Todo lo que demostraría que el
pectoral que vemos en imagen probablemente se trate de una importación o de una copia de los
modelos asirios u orientales; cuyo valor religioso y social igualmente habrían llevado hasta Italia quienes
trajeron este tipo de prendas religiosas o de prestigio. Un sentido y uso de los pectorales (reales o de sumo
sacerdote) que sin lugar a dudas debió de estar muy cercano al que tuvieron los colgantes de El
Carambolo; tan cercanos en significado también al efod judío.
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Para terminar este epígrafe añadiremos que es la profesora de La Bandera la que describe por primera
vez claramente el sistema de sujección de aquellos colgantes de El Carambolo, que permiten ser
fijados al pecho por medio de cadenillas y pasadores. Tanto como descubre que las placas
-posiblemente eslabones de corona- están también fundidas con un sistema que permite
ensamblarlas y unirlas a telas (cosiéndolas). Todo lo que expone la citada investigadora del siguiente
modo: "En el caso de los colgantes, cabe la posibilidad de interpretarlos como pectorales porque su
estructura permite colocarlos sobre el pecho bien mediante cadenillas sujetas a las vestimentas o al
cuerpo por un sistema de cordones" (...) "También por las mismas características pueden ser
interpretados como frontiles colocados sobre la testuz de un toro como proponen Amores y Escacena"
(...) "Con el conjunto de placas ocurre exactamente igual; su sistema de ensamblaje indica que iban
unidas unas a otras por cordones pasantes, en dos series de cuatro, y en una serie de ocho; por lo
tanto irían exentas y fuertemente ajustadas" (...) " como se observa en las marcas dejadas por los
cordones en todas ellas por el reverso. Por tanto su función pudo ser múltiple; tanto placas de
cinturones, como parte de diademas y coronas (...) e incluso pulseras-brazaletes, según podemos ver en la
serie de paralelos de la joyería oriental " (16) .

C) ¿PECTORALES O FRONTILES?:

Habíamos recogido y analizado antes unas palabras de Ma. Luisa de La Bandera, con las que esta
profesora nos introducía en una nueva "problemática" surgida hace tan solo unos años al decirnos: "En
el caso de los colgantes, cabe la posibilidad de interpretarlos como pectorales"
(...) Aunque "También por las mismas características pueden ser interpretados como frontiles
colocados sobre la testuz de un toro como proponen Amores y Escacena". Esta última es una de las
teorías más recientes, por la que se considera a los dos colgantes de El Carambolo, enjaezamientos
para toros y no broches de pecho. La hipótesis fue lanzada y defendida hace menos de un
decenio principalmente por los profesores Jose Luis Escacena y Fernando Amores; y aunque no está
exenta de razones, tiene un problema fundamental (al menos en mi forma ver el tesoro). Ello es la
imposibilidad de considerarlas atalajes de animales debido a su valor y peso en oro, tanto como a la
calidad del trabajo de sus piezas. Un hecho que más bien obliga a pensar que se trata de un ajuar para
uso de los más distinguidos monarcas o clérigos de la época. Ya que la primorosa labor de orfebrería y las
increibles y elegantes formas de sus joyas, nos impiden pensar que fueran destinadas a la testud de un toro
(animal que con un simple golpe puede aplastarlas o destruirlas, tal como hicieron cuando las encontraron,
simplemente doblándolas con la mano, para comprobar si eran de oro puro).
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Por lo demás, acerca de todo ello en algunos artículos hemos calculado la tasación del tesoro en la
época, teniendo en cuenta el precio del oro por entonces y el de los talleres de orfebre. Llegando a la
coclusión de que su valor "traducido a nuestros días", equivaldría muchos millones de euros (todo
lo que hace muy improbable se usara para poner sobre animales tan torpes como los bóvidos). Pese a
ello y aunque no podemos admitir que los colgantes del tesoro sevillano fueran así usados; tal como dice la
profesora de La Bandera, es muy posible (sino seguro) que adornos muy semejantes a esos
pectorales se pusieran sobre la frente de los toros sagrados ibéricos (piezas de bronce o de metal con
esa forma del cuero-lingote). Enjaezándolos de ese modo para llevarlos a sacrificio, o simplemente para
venerarlos y vestir su frente durante las festividades -tal como actualmente siguen decorando las cabezas
de los bueyes y caballos en los dias de Ferias y romerías-.
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Pues la costumbre antigua de cubrir de atalajes elegantes al totem el día de su sacrificio -o en las fechas
sagradas-, estaba extendidísisma. Sabiéndose que entre los iberos era común de adornar la frente del
bóvido sacro con piezas similares a las de El Carambolo. Un tipo de enjaezamisnto de los toros que
se muestra en repetidas ocasiones en la estatuaria prerromana peninsular. Hechos que podemos
observar en las esculturas de numerosas cabezas de bóvidos, fechadas entre los siglos VI al III a.C.
y principalmente halladas en las cercanías del Mediterráneo. Unas estatuas aparecidas en la
Contestania (tierras de Valencia y Murcia) y que contienen labradas entre sus cuernos un vano con la
forma de un pequeño cuero o lingote. Una marca tallada en la frente del buey que es casi igual a la
de esos pectorales de El Carambolo; todo lo que hace pensar que allí introducían una pieza de metal con
ese diseño tan semejante al pellejo, o al hacha doble.
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Por cuanto decimos, los profesores Escacena y Carrasco, consideraron que los colgantes del tesoro
sevillano pudieron ser parte del atalaje de bovinos y se pronunciaron del siguiente modo acerca de El
Carambolo en su estudio intitulado "Revestidos como dios manda" : "podemos sugerir que nos
encontramos ante un ajuar litúrgico destinado por la comunidad fenicia a los sacrificios llevados a
cabo en honor de sus principales dioses. El conjunto incluiría el atuendo sacerdotal más los atalajes
de sendos bóvidos ofrecidos a Baal y a su compañera Astarté" (17) (...) "el tesoro dejaba de ser lujoso
atuendo de un monarca para convertirse en ropaje sagrado de unos bóvidos conducidos al
sacrificio y en vestimenta litúrgica del sacerdote oficiante" (18) .
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SOBRE ESTAS LINEAS: El famoso torito de Villajoyosa, encontrado junto a la ciudad grecoibérica de
Alonis y fechado hacia los siglos V al IV a.C. (Museo de Alicante, al que agradecemos nos premita
divulgar su imagen). En la fotografía observamos la cabeza del bóvido tallada en caliza y dispuesta para
ser venerada; enjaezada con unos cuernos, orejas y lengua en metal, luce también en su frente el
símbolo del lingote o del hacha doble (signo identificado con la piel de toro). Ha de suponerse que esta
escultura en la época estuviera decorada con metales preciosos (o semipreciosos), destacando
probablemente el hecho de que el ornamento de su frente fuera una pieza de oro -o bien de
bronce-. Se han encontrado otros ejemplares similares en las inmediaciones de Villajoyosa y Elche.
Destacando los toros descubiertos en Monforte del Cid, uno de ellos con la testud igualmente
vaciada de igual forma (para ponerle este signo del lingote o hacha en la frente) mientras un segundo
bóvido esculpido -que apareció no hace mucho- lleva la cabeza mitrada.
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ABAJO: De nuevo un dibujo mío en el que se muestra la teoría de Escacena y Amores, quienes
consideran los colgantes del tesoro de El Carambolo como dos frontiles de bóvidos. Viendo la
imagen anterior observaremos que esta idea no está exenta de motivos, aunque parece más lógico
pensar que los toros se decorasen con piezas de bronce o de metal sin trabajar por orfebres. Aún
pudiendo pensar que los iberos lucían adornos muy valiosos en el enjaezamiento de animales
vivos; creemos que se reservarían los metales preciosos tan solo para decorar a personas y en todo
caso, las cabezas de bueyes esculpidas en los templos. Del mismo modo, los pectorales de El
Carambolo deben ser la "imitación" o idealización de estos símbolos taurinos; unos símbolos que
llamamos en el presente blog: "Los bueyes de Gerión". Por cuanto esa vacada del rey mítico de
Tartessos simbolizaba la riqueza del monarca del Bajo Guadalquivir (en metales y en reses); pudiendo
ser este el significado de los colgantes que lucirían los nobles o sacerdotes de El Carambolo (y de los
altares en forma de cuero-lingote).
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Por su parte, el hecho de haber sido hallado el ajuar en la zona del "basurero" sagrado del templo,
para estos autores no contenía un sentido relacionado con una ocultación llevada a cabo en un lugar
donde no se buscara (al tratarse de un lecho de cenizas y restos), sino que demostraría que aquellas
piezas habían sido allí arrojadas al quedar ya en desuso en el recinto sagrado (19). Por lo que Escacena
y Amores tras añadir que: "De hecho, nuestra hipótesis defiende que el lote de joyas aparecido en 1958
supone el ajuar litúrgico utilizado para la procesión presacrificial de un toro y una vaca inmolados
respectivamente para Baal y Astarté" (20) . Explicarán que aquellas joyas habían sido depositadas en el
cenicero, como material amortizado.
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Asimismo, ambos explican que el altar taurodérmico pertenecía a la época de El Carambolo IV y III,
etapas en las que se supone el tesoro fue utilizado y enterrado, tras quedar en desuso (tal como
muestran los restos, ya que apareció en esos estratos y más concretamente en el nivel III). Fases que ya
hemos visto repetidamente, se numeraron en sentido inverso, pues se clasifican conforme las fueron
excavando -correspondiendo El Carambolo I con el templo más reciente, mientras El Carambolo IV fue el
último encontrado, aunque era el más antiguo de los edificios que allí hubo-. Debido a ello y sabiendo que
las fechas del nivel IV son entorno a los siglos IX y VIII a.C., mientras el estrato III se data antes de
mediados del siglo VII a.C.. Siguiendo lo expuesto por Escacena y Carrasco cuando nos dicen que
en El "Carambolo II existían aún diversas capillas en el recinto, pero algunas de ellas, antes más
amplias, habían sido subdivididas" . Y que: "el gran altar taurodérmico de la cella sur,
correspondiente a las fases IV y III, estaba en desuso y oculto bajo nuevas estructuras". (10) . Se hace
evidente que tanto el tesoro como el altar taurodérmico son anteriores al siglo VII a.C.. Todo lo cual
dificulta enormemente su filiación fenicia, habida cuenta que hasta bien entrada esta centuria sexta
antes de Cristo, los púnicos apenas tenían bases en el interior de Andalucía. Puesto que el
establecimiento púnico en la costas ibéricas se fecha entorno al 750 a.C., tanto como su avance
hacia zonas de tierra adentro, no se puede suponer anterior al 650 a.C.. Lo que nos obliga a pensar
que los templos de El Carambolo IV y el III no eran propiamente fenicios, sino mucho más
indígenas; por lo cual, tanto el tesoro como el altar en forma de piel de toro hubieran correspondido con
cultos y gentes autóctonas (o al menos no tan fenicias).
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Cabeza de toro en una lámina áurea votiva micénica; procedente de un
yacimiento minoico, fechada hacia el siglo XIII a.C.. En ella vemos el astado con el "labrys" o hacha
doble sobre su frente, un símbolo que en mucho se acerca al del buey ibérico con la pieza de metal
entre sus cuernos (observemos que lingote o cuero que portaba el torito de Villajoyosa tiene un diseño
muy cercano a la bipenna cretense). Como es sabido, estos toros minóicos se veneraban en el
Laberynto; el recinto sagrado de Minos donde vivía el monstruo que guardaba la isla: El
Minotauro. Allí se inmolaban humanos cada determinado número de años, coincidiendo con los ciclos
calendáricos; unos jóvenes que se entregaban al "bos salvaje de Minos" como ofrendas. En una ocasión,
entre los llevados a sacrificio se hallaba Teseo, siendo esta la última vez en que llevaron doncellas y
mancebos al Minotauro; ya el tesalio logró acabar con la fiera minóica, consiguiendo no solo matarla sino
también huir y salir del laberinto sagrado.
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Por cuanto decimos, este símbolo cretense del hacha doble entre las cuernas del bóvido, creemos
que está muy relacionado con el ibérico del lingote (o la piel de toro) en la testud y que antes vimos.
Considerando personalmente que se trataría de un culto al astado como fiera y cuidador del
territorio, una función para la que se sabe hubieron de utilizar las reses bravas. Ya que bastaría con
dejar manadas de fieros morlacos junto a las costas -o en los exteriores de las murallas-, para que los
enemigos o extraños al grupo, no pudieran ni desembarcar, ni acceder intramuros. Este uso de los toros
salvajes está documentado en España y Portugal hasta el siglo XVI, tiempo en que aún esos bóvidos
asilvestrados se usaban en la guerra, arrojándolos en estampida contra las tropas enemigas. De ello
a mi juicio, la identificación del hacha doble (Labrys) con las cuernas de este totem que sin duda fue
el dios de la guerra; tanto como la unión de estas con el bronce y el lingote, habida cuenta que con
el metal se hacían las armas -simbolizadas en esos pitones del animal más fiero de la naturaleza-.
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Por lo demás, el la identificación de formas en el cuero y la bipenna no solo se trataría de un hecho
casual, sino también procedería de la circunstancia de que tanto las hachas como las pieles de
animales fueron las primeras "monedas" o ponderales de mercado durante la Edad del Bronce (al
menos hasta la aparición de las acuñaciones en la Lidia del siglo VII a.C.). Ello, porque tanto las hachas
fabricadas en serie, como las pieles curtidas, son perfectamente mensurables y transportables.
Permitiendo a los comerciantes del II y comienzos del I milenio a.C., tasar con ellas mercancías, tierras y
objetos; que podrían intercambiar valoradas en un número de bipenas en bronce y de pieles curtidas (o
cabezas de ganado). Siendo de algún modo ambos "ponderales" los que iniciaron la economía de
mercado e "industria" durante la Edad del Bronce; ya que tanto el cuero como el cobre y el estaño
fueron las materias primas de gran parte de los objetos en uso por entonces. Desde las herramientas,
hasta las vestimentas, pasando por los aperos y las monturas de caballos se hacían con ellos. Tanto, que
hasta para los ejércitos el tener cuero les permitía ir calzados y protegidos por corazas, al igual que
posibilitaba las monturas y las bridas para dominar o atar el equino al carro. Por todo ello, el cuero y cobre
-con el estaño-, fueron los grandes tesoros de la Edad del Bronce (y gran parte de la del Hierro), ya
que disponiendo de aquellas materias primas una sociedad era rica y poderosa. Siendo así y
coincidiendo de algún modo la forma del curtido con la del hacha doble, no es extraño que los lingotes de
cobre se fundieran con la forma de pieles, como símbolo de las riquezas.
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ABAJO: Ritón micénico del siglo XII a.C., procedente de Santorini (Museo Nac. de Atenas, al que
agradecemos nos permita divulgar la imagen). En este vaso cerámico observamos los signos solares del
toro, uno de ellos situado claramente sobre la frente. Estos símbolos del Sol y la Luna en las vacadas
serán familiares para todo aquel que haya tenido contacto con el mundo del campo; pues sabrá que los
vaqueros conocen a sus reses principalmente por las manchas de la cabeza. Gustando a los
ganaderos que la vaca tenga luceros en la frente; manchas blancas en forma de estrellas que
consideran un presagio de buena suerte o de buen animal. Ello y la forma de media luna de los
cuernos, hicieron que desde los tiempos más antiguos de identificaran los bóvidos con la Luna y el Sol,
existiendo en la sabiduría popular infinidad de historias y leyendas que narran esta unión entre el toro y la
Luna (o entre la vaca y el Sol). Siendo así, no es de extrañar que ya Isis en Egipto (tanto como Hathor)
fueran diosas madres representadas con cuernos y como bovinos, al igual que Osiris era tenido como el
gran becerro.
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Como veníamos diciendo, entorno al uso y simbología de los colgantes de El Carambolo; Escacena y
Amores creen que correspondían a "frontiles". Explicando que la palabra "frontil" en Andalucía es "Una
voz que, estrictamente, se refiere a la ´pieza acolchada` de materia basta, regularmente de
esparto, que se pone a los bueyes entre la frente y la coyunda,a fin de que esta no les haga daño" (22) .
Pese a ello, y aunque sabemos que los iberos adornaban las testudes de las reses sagradas con esas
formas semejantes a la de los pectorales de El Carambolo. A mi juicio, nos cuesta creer que ese signo
del lingote o del cuero -ya conocido en Creta donde aparece igualmente unido al mundo del toro y del
metal-; no tuviera más significado que el del curtido, ni mayor uso que el de un enjaezamiento del
buey en nuestras tierras (tan aculturadas por gentes repetidamente venidas del Egeo).
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Siéndome muy difícil considerar que la aparición de tan iguales formas y de tan semejantes
símbolos -en el mundo cretochipriota y en el ibero- se deba tan solo a una repetición de diseños, sin
unión cultural alguna entre Chipre, Creta y la Península. Acerca de lo que expresan los profesores
Escacena y Amores que: "el análisis cladístico de ese símbolo y de sus réplicas en diversos tipos de
elementos ha demostrado que se trata de un calco fiel de las pieles de toros, que se recortaban con esta
forma en el proceso de curado (Escacena 2006: 131-132); y que, en todo caso, los lingotes también
imitaban a las pieles. No hay por tanto una deuda directa en esta ocasión con el lingote de cobre
chipriota. Como mucho, entre estas joyas, los altares y los lingotes existe una relación de parentesco
evolutivo basada en una plesiomorfía, es decir, en el hecho de compartir caracteres primitivos
sustentados en una inspiración ancestral común" (23) .
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Pese a ello, cuanto digo sobre el origen egeo de este motivo decorativo ibérico en forma de piel de
buey, creemos se sustenta en una base histórica. Tal como pude demostrar en algunos de mis
estudios sobre el origen del alfasilabario turdetano (e incluso del ibero); donde se observa claramente
la unión entre el Chipre, Creta y nuestras costas; en un contacto que en un momento debió de ser "cuasi
colonial" (en mi opinión, durante el final del Bronce y a comienzos del Hierro). Un tiempo que comprende
desde la caida de Troya hasta la aparición de los fenicios en el litoral hispano (entre los siglos XII al VIII
a.C.) y en el que se hallan repetidas muestras de la venida de gentes egeas, canaaneas o anatolias; hasta
Iberia. Tantas, que el alfabeto silábico que "inventaron" los turdetanos desde el siglo VII a.C., fue de
origen chipro-anatólico; conteniendo este modo de escribir, ideogramas cretenses, chipriotas,
jonios, e incluso neohititas (al igual que los posteriores alfasilabarios ibéricos) (24) . Por su parte, en
aquellos siglos del comienzo y desarrollo del Hierro, se producen tan numerosas convulsiones en el
Egeo y en Anatolia; que son innumerables las invasiones y ataques que sufren los antiguos
habitantes de la zona. Sustituyendo a las civilizaciones del Bronce -que hasta entonces dominaban el
área-, unos recientemente aculturados pueblos, armados con el nuevo metal y que en apenas doscientos
años arrasan a los viejos moradores. Desapareciendo así Micenas o el mundo hitita, que son
aniliquilados y sustituidos por las gentes dorias y por reinos que heredan de algún modo aquellos
mundos milenarios.
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Todo lo que exponemos, hubo de obligar a huir al extremo Occidente a quienes se vieron asediados y
expulsados de sus tierras (de Asia Menor o del Egeo); teniendo seguro como mejor medio de vida
aquellos "exiliados", comerciar los metales del lejano oeste con los nuevos dueños de su patria .
Dando comienzo en la Península y en aquellas circunstancias históricas, el final del Bronce y el
inicio del Hierro; un metal importado primeramente hasta Iberia por mar (y no tal como se piensa, por los
indoeuropeos llegados por via terrestre -siglos más tarde-). Siendo este el nexo que explicaría por qué
algunas formas o cultos micénios -y hasta minoicos- pudieron permanecer en el Sur Peninsular;
debido a una colonización cretochipriota o canaanea, venida hasta nuestro litoral tras el siglo X a.C.. En
especial emigrada a Iberia desde el Este Mediteráneo (entre el IX y el VII a.C.), en un tiempo en el que
que Asiria, Cimeria, Escitia y Grecia, golpearían terriblemente las tierras, costas e islas cercanas a
Anatolia y Oriente Medio. Un momento y unos motivos por los que creemos aparece el alfasilabario
cretoegeo y anatólico entre los iberos. Tal como pudo importarse desde allí el lingote
cretochipriota (piel de buey) como objeto de veneración y que llegaría hasta las tierras de Tartessos o de
la Contestania. Adorándose de un modo muy semejante al que se rendía culto en Creta, en Chipre o
en Canaan a ese modelo que copiada el pellejo o el "talento"; al toro del hacha doble, al smith god sobre el
lingote, o al Baal -como becerro de oro-.
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Para terminar este epígrafe en el que recogíamos la teoría que entiende como frontiles, los colgantes de El
Carambolo; exponemos algunas ideas más de los profesores Escacena y Amores, donde -valiéndose
de las palabras de Prudencio- explican el modo en que los animales eran llevados a sacrificio así
enjaezados. El texto expresa un "taurobolio" del siguiente modo: "Luego, es conducido hasta allí un
enorme toro bravo y sin domar en apariencia, con los flancos cubiertos entre guirnaldas entretejidas
y con los cuernos envainados,de forma que el testuz del animal brilla con reflejos dorados y el
pelambre se ve engalanado con el brillo de las placas metálica (Prudencio, Peristephanon 10, 1010-
1015)". Añadiendo los profesores Escacena y Amores la siguiente conclusión: "Para nosotros, este
texto suministra una buena prueba del posible papel que pudieron desempeñar las
placas rectangulares del tesoro del Carambolo dentro de nuestra hipótesis. Éstas se dispondrían sujetas
de alguna forma al dorsuale" (25).
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Sin lugar a dudas la anterior cita de Prudencio y la explicación que nos dan estos investigadores no
solo es de gran importancia, sino que demuestra cómo los toros iban engalanados al sacrificio (de
un modo muy semejante como podemos suponer eran decorados astados similares al de
Villajoyosa). Este enjaezamieto es algo perfectamente normal en muchos de los rituales semejantes de la
época; aunque también es común en todas las religiones en las que se venera a un animal (totem que antes
de ser llevado al tempo o a holocausto, se decora ricamente). Por lo demás, a mi juicio, Prudencio
describe un "taurobolio" mitráico; ceremonia romano-tardía en la que se había sustituido el cruento ritual
de los sacrificios humanos -común en las religones frigias-, por la ofrenda del animal, en cuya sangre se
bañaban también los oficiantes y neófitos. Por todo ello, es muy posible que ritos y ceremonias de
este tipo (mitráicas o anatólicas) hubieran llegado a la Península Ibérica ya en el siglo V a.C., habida
cuenta que esta religión frigia fue precisamente extendida por los calcidios y neohititas, cuando se
vieron repetidamente expulsados de sus tierras (ya desde el 756 a.C.). Siendo así y como en el
mitraismo, el toro tenía un valor astral relacionado con el nacimiento y muerte del Sol. Aquellos
símbolos de la frente que describe Prudencio, tendrían posiblemente también un significado
solar (de ello, que quizás fueran de oro). Todo lo que sin lugar a dudas, puede explicar el significado de
las placas y de los vanos en la frente de las esculturas de toros ibéricos (como el de Villajoyosa),
quizás relacionado estos adornos con símbolos estelares o con rituales de tipo mitráicos y frigios.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Figura egipcia del Buey Apis en bronce, perteneciente al British Museum (al
que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Otro de los orígenes de la adoración del bovino
ibérica se hallaría -en mi opinión personal-, en Egipto. Sobre todo en el culto a la testud del toro Apis
cuyas manchas y pelaje eran sagrados. Esos ritos parece que eran tan comunes en el Nilo como en el
Egeo, todo lo que se relaciona plenamente con la divinización del toro como dios fluvial (el Apefo
griego). Un buey sagrado, cuya característica más importante entre los del faraón fueron las marcas
que el animal contenía. Siendo primordial que en su frente guardara la figura de un triángulo
perfecto, tal como narra Heródoto. Historiador que nos transmite cómo se elegía el animal sagrado tras
su sacrificio llevado a cabo cada veintiocho años (si se trataba del gran Apis del templo, al cual ahogaban
en el Nilo). Aunque anualmente se inmolaba en los diversos cultos, un buey para venerar al toro de Egipto.
Tales ritos y sacrificios ya los explicábamos en algunos de nuestros artículos, en los que recogíamos las
palabras de Heródoto del siguiente modo:
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Sobre los rituales originariamante nilotas de Apis, sabido es que era de una enorme complejidad la
elección de aquel becerro faraónico, en el que se reencarnaba el buey. Debiendo hallarse un toro
perfectamenteblanco, pero con determinadas señales -manchas en el lomo, en la lengua y cabeza-
que simbolizaban las forma, los astros y presagios del curnúpeta sagrado. Tras ello, el animal ya tenido
por divino, era trasladado al templo donde se le trataba en calidad de dios renacido ; lavándole,
suministrándole los mejores manjares y las más elegida vacada de hembras.
Hasta allí se llegaban en procesión las mujeres egipcias, y en especial las embarazadas -o las que
no lograban ser fértiles. Lo que describe Heródoto con estas palabras: "encontrándose en el animal
un solo pelo negro, ya no pasa por ser puro y legítimo. Uno de los sacerdotes es el encargado y
nombrado particularmente para esta función, el cual hace revista de todo el animal: Bien en pie, ya
tendido boca arriba; observanso en su lengua y sacándola hacia fuera las señas que se recibieren en
una víctima pura, de las que hablaré más adelante" . "Encaso de asistir al buey todas las cualidades que de
puro y bueno le califican, márcanlo por tal enroscándole en las astas el biblo, y pegándole cierta greda a
manera de lacre, en la que imprimen en su sello". (Euterpe II, 37).
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Prosiguiendo con la explicación del sacrificio, de la que narra Heródoto: "dando fuego a la pira
y derramando vino sobre la víctima, al pie mismo del ara; invocan su dios al tiempo de
degollarla. Cargan de maldicionesa la cabeza ya dividida, y la sacan a la plaza, vendiéndola a
los negociantes griegos, si los hay allídomiciliados y si hay mercado en la ciudad. De otro modo (si
nadie la compra) la echan al rio como maldita)". Continúa el historiador griego comentando que el
ritual de esa cabeza del buey era de suma importancia y tenía propiedades mágicas para evitar
todo maleficio en Egipto. Siendo imprescindible esteculto con el cual se purificaban las tierras
faraónicas, evitando a la maldición con la exposición pública de la testa del toro; parte del animal que
se consideraba culpable de todos los hechizos y problemas (Euterpe II, 39).
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ABAJO: Sacrificio al Buey Apis (de un papiro egipcio). El ritual de muerte del animal mucho debió de
tener en común con otras inmolaciones de reses en la Antigüedad, siendo de seguro esta de Apis el
origen de tantas otras ceremonias en las que se ofrecían becerros o reses (tal como hicieron entre
los caananeos, fenicios y hebreos). Sin lugar a dudas, lo que describe Heródoto se corresponde con
el holocausto de un animal manso y de carne; sagrado como bestia, porque concede su cuero y sus
propiedades alimenticias. Pese a lo cual, en otras civilizaciones se le rindió homenaje al toro bravo de
manera muy distinta, como dios de la guerra y por su fiereza (tal como ocurría en Creta). El buey en
el Nilo era uno de los totems más importantes de aquella civilización; así la especialista en el mundo
arqueo-ganadero Cristina Delgado, describe que seequiparaba el becerro al faraón. Recogiendo un
texto en que se dice literalmente: "Pepi viene a ti, Oh padre suyo // Pepi viene a ti o Ra // Becerro de oro
nacido del cielo // el delicado de oro formado por la vaca-Hesat" divo protector del grupo y animal que
concedía su carne, sus crias, su piel y su leche. Idolatrándose en símbolo del gobernante perfecto al
ser el animal más preciado y el bien más importante y benéfico para la Sociedad(26) .
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En uno de nuestros artículos que intitutábamos "El toro dios fluvial..." hablábamos del significado de
Apis en la Antigüedad y su relación con otros cultos del toro. Ya que la importancia de este animal en
Egipto fue tal que hasta la diosa Isis era igualmente representada como una vaca, luciendo el
disco solar y los grandes cuernos lunares en la cabeza. Evidentemente, ello a nuestro juicio tiene
mucho que ver con estos toritos ibéricos decorados con una marca en la frente a modo de cuero, de
lingote, o bien mitrados. Todo lo que de algún modo puede relacionarse con las carácterísticas del
Apis, tanto como con los toros micénios y minoicos a los que en su testud se ponían símbolos
solares (que ya hemos analizado en otros trabajos dode tratábamos sobre Creta y la influencia en los ritos
ibéricos). Por lo demás, es importante destacar la figura del hacha doble entre los cuernos del animal
que ponían los minoicos, semejante al espejo de Apis; tanto como esa "especie" de lingote o
"cuero" íberico. Un símbolo que puede incluso aludir al arma o al instrumento con el que se daba
muerte al totem (tal como vemos en imagen). Ya que sabemos en Creta y Micenas, los bueyes eran
sacrificados con un golpe de estas bipennas en la cabeza.
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- para los interesados en leer este significado de Apis y de la veneración al rio y a las aguas relacionada con
los toros, consultar nuestro trabajo: EL TORO, DIOS FLUVIAL DE LA FERTILIDAD (desde Apis, a los
bueyes de Gerión) -de "El frigianismo en la Cultura Ibérica", capítulo 10º -.
PULSANDO: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/05/el-toro-dios-fluvial-de-la-fertilidad.html
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SOBRE ESTAS LINEAS: Detalle de un broche de oro micénico (hacia el siglo XIII a.C.) procedente de
Creta, con la cabeza de un toro. Sobre la testud luce un claro símbolo solar en forma de flor imitando
el pelo del animal.

ABAJO: As iberromano de Gracurris, acuñado en el siglo I. En su anverso vemos la figura de toro con
mitra o triángulo. El carácter sagrado de estos símbolos unidos a las astas o a la frente del bóvido,
lo podemos analizar claramente en este tipo de imágenes; donde el triángulo como figura iniciática y
religiosa, aparece sobre aquel animal (recordemos que el buey Apis debía tener esta marca de
nacimiento en el pelaje, entre los cuernos). Por lo demás, en zonas como Contestania se han hallado
esculturas con toritos mitrados, que mucho recuerdan a este modelo que se observa en el As de
Gracurris.

D) ¿JOYAS REALES O ATALAJES PARA LA INMOLACIÓN ANIMAL?:


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En este último epígrafe expondremos algunas conclusiones como las de Ma. Luisa de La Bandera,
quienargumenta con gran criterio que la investigación de Escacena y Amores (entre otros) tiene un
gran valor para conocer el uso y significado de las marcas y vanos de toritos como el de Villajoyosa.
Pero no puede llevarnos a concluir que los pectorales de El Carambolo sean joyas para colocar
sobre la testud de un animal al llevarlo a sacrificio. Pese a ello, los profesores Amores y Escacena,
consiguieron demostrar (o al menos mostrar) la forma en que los iberos debieron enjaezar a los
toros, con placas diseñadas cual cueros -o lingotes- y colocadas sobre la frente. Lo que explica la
aparición de vanos así, entre las astas en algunas esculturas taurinas contestanas. Aunque ello no nos
debiera hacer pensar que todo adorno que encontremos con aquel mismo símbolo ha de servir para
enjaezar bueyes o estar relacionado con toros. Un hecho que podríamos demostrar por la existencia
de multitud de placas, joyas, fíbulas broches y hasta armas; que contienen esa linea del lingote (y
que eran de uso personal). Tanto que las conteras de infinidad de espadas y puñales del tipo Miraveche o
Monte Bernorio, o de las tribus como los vacceos; llevan este mismo diseño (igual a un curtido). Al igual que
encontraremos adornos usados por guerreros ibéricos, pasadores y enganches, que lucen un símbolo
idéntico (imitando la piel o el hacha doble). Llegando incluso a existir capiteles, como los del Cortijo del
Ahorcado, que también repiten esta curiosa y antiquísima marca -que muchos identifican directamente con
la bipenna minoica-.
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Siendo así y del mismo modo que no podemos decir que sean atalajes para enjaezar animales, una fíbula,
un capitel o una placa de armadura... . Parece lógico pensar que los colgantes del tesoro de El Carambolo
tampoco lo fueran. Al respecto, Ma. Luisa de la Bandera nos dice que su carácter ritual y de prestigio
personal se demuestra en la calidad de su trabajo, en el modo en que fueron escondidas y en el
valor del oro que contienen. Por lo que considera que: "las del El Carambolo eran joyas de rango
distintivo de poder vinculado a lo sagrado, La naturaleza de la ocultación del tesoro nos ayuda
igualmente a descubrir ese rango distintivo de poder. Así, por el estado de conservación y tipos de
piezas, se observa que no responde a fines económicos, ni a un material de orfebre, sino a una
ocultación de joyas patrimoniales bien de un individuo o de una colectividad con el fin de protegerlas en
un momento de probable desestabilización social (...) la ubicación del lugar de su enterramiento se
localiza dentro del recinto del ámbito 4 del Santuario III (...) lo cual apoya la tesis de la pertenencia de las
joyas al santuario. Pero tampoco se puede desestimar la posibilidad que el lote de piezas fuera parte
de un robo o saqueo de las propiedades del santuario, hecho que explicaría que solamente se ocultaron
piezas de oro, sin vajilla ni otros objetos de bronce propios de un servicio ritual " (27) .
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Acerca del último punto y de las hipótesis sobre su ocultación tan solo añadiremos que en otros muchos
casos -como el de Guarrazar, el de Villena, e incluso en los tesoros del Temoplo de Salomón-, siempre se
observa queaquel que los entierra o los esconde, tiene normalmente una triple intención: La primera,
es que el ajuar no caiga en poder del enemigo. La segunda, es pretender que se conserven, por si
lograsen regresar y volver para recogerlas o aprovecharlas (incluso, lucirlas de nuevo al recuperar el
territorio). La tercera, es que quienes prefirieren ocultarlas, a fundirlas y llevarse el oro, es porque
conceden un valor tan sagrado a las piezas, que les es imposible destruir un bien preciado (todo lo
que demuestra que el ajuar que entierran representa una importante muestra de su cultura y de su
religión). Todo ello además explicaría, que quienes esconden unas piezas así dentro de un templo
como El Carambolo, en mi opinión debieron ser los mismos que lo usaban o lo custodiaban. Ya que
un simple saqueador hubiera enterrado las joyas en lugar ajeno al sagrado (incluso en un emplazamiento
lejano y deshabitado). Por lo demás, la carencia de más restos cerámicos junto a las piezas de
orfebrería, seguramente se deba a la intención de no levantar sospechas sobre el enterramiento de
las joyas. Ya que de introducir más objetos en la fosa, se podría tener que remover gran cantidad de tierra,
provocando que quienes llegasen luego buscando restos, los encontrasen (pues como la arqueología ha
demostrado, tras el asedio al templo hubo quienes vinieron para recuperar y robar los enseres del recinto de
El Carambolo).
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Dibujo mío tomado desde un grabado egipcio en el que vemos
esquematizada una ceremonia de adoración a Apis. En el centro se observa al buey sagrado
enjaezado con unos frontiles entre los que porta las plumas del trono y de los dioses del Nilo. En su
frente, una placa-espejo que claramente indicaría el Sol y que entre los cuernos supone el signo de
los cuartos lunares (como sabemos). Los atalajes que luce sobre la cabeza este Apis se identifican con los
símbolos comunes a las divinidades de Egipto identificadas con toros; y por ello, con la fertilidad y el río
(únicas aguas que existen en aquellas tierras desérticas). Si seguimos viendo el atuendo del buey, destaca
su cuello cubierto con una vitela de la que cuelga un enorme cencerro. Finalmente, sobre sus lomos lleva
una montura o manto, todo lo que identifica este atuendo con las formas de enjaezar a los caballos y a los
toros divinos desde los tiempos más antiguos. Muchos de estos adornos se han conservado hasta
nuestros días, como podremos observar en las formas de decorar a los animales en las fiestas y
pueblos de España.
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ABAJO: Frontiles de los bueyes de la Hermandad de Utrera, camino de El Rocío en el 2011. Como
podremos observar, la decoración sobre la testud del toro de arrastre, en mucho se parece a las
formas de aderezar otros animales desde la más remota antigüedad. Según los profesdores
Escacena y Amores (entre otros), este sería el origen de aquellos frontiles que vemos en los toros
ibéricos como el de Villajoyosa; considerando incluso que los pectorales de El Carambolo tuvieron una
misma utilización.
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Finalizamos el presente artículo refiriendo algunos aspectos más que advierten los investigadores
estudiados en esta entrada. Afirmando los profesores Escacena y Amores que la hipótesis lanzada ya
desde los años sesenta, donde se afirma que los referidos colgantes de El Carambolo, son pectorales;
ha paralizado de algún modo los estudios sobre aquellas piezas. Por lo que creen que considerar
broches de pecho a estos dos "lingotes áureos", ha dejando de algún modo sin mayores consecuencias -ni
explicaciones- los estudios acerca del uso y significado de esas joyas. Algo que en cierto modo se
entiende, dado que la aportación de Escacena y Amores a las teorías que relacionan aquellos
"pectorales", con los frontiles -o adornos de los toritos iberos- y con los altares o plantas de los
edificios tartessios; han supuesto un gran empuje en el entendimiento del significado de ellas. Pese
a todo, los estudios e ideas de estos profesores (que han sido de gran importancia) no implican
considerar como hipótesis deshechable que los colgantes de El Carambolo fueron adornos de
pecho. Ya que en la Antigüedad, los más importantes atributos se lucían sobre el tórax -o en el
cuello-; tanto que en la corte del faraón o en la de los reyes de zonas canaaneas y fenicias, el collar (como
el Aegys, la Menat y el Usej) era un imprescindible ornamento sagrado (28).
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Más importante es si cabe el significado del "efod" hebráico, que en su estructura y en su posible
uso, mucho más nos recuerda a estos pectorales de El Carambolo. Sobre todo cuando los observamos
junto a la "placa de las doce gemas" (que como sabemos también se llama: "Urim - Tummim", "Real del
Juicio" o "Broche de Aarón"). Todo lo que afirmamos por el carácter de estos colgantes hallados en
Sevilla, que tienen algo muy cercano a un uso sacerdotal (o sacro); no pareciéndonos simplemente
joyas reales, civiles, o de poder. Todo lo que nos atrevemos a aseverar no solo por su delicadeza
y refinamiento, sino también por lo ajeno a la orfebrería de su tiempo y entorno (careciendo de
paralelismos practicamente). Siendo el valor de sus extraños colgantes en forma de piel, con certeza
muy semejante al que tuvieron los pectorales escitas, neohititas o de Urartu (que ya hemos citado); y
que como decimos, fueron símbolo de la divinidad real o sacerdotal. Aunque en verdad, lo más
cercano a estas dos piezas del ajuar sevillano sería el Real del Juicio del sacerdote supremo del
Templo de Salomón. Un broche que identicamente se cuelga con cadenas sobre el pecho, cargado de
simbología calendárica y suyo significado es la esencia misma de la civilización que representa: Las doce
gemas, como las doce Tribus de Israel.
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Por todo ello, podemos una vez más afirmar la enorme influencia que tuvo el mundo canaaneo y el
israelita en nuestra Península, durante el Primer Hierro -los pueblos semitas que habitaban Canaan;
coetáneos al fenicio, colindantes y hasta hermanados con este-. De lo que seguramente los pectorales
hallados en Sevilla pudieron cumplir una función muy cercana a la del Efod y a la "placa de las doce
gemas", en tierras judías. Es decir, ser el atributo sacro y real -o del sacerdote supremo-, algo que
quizás nos permitiría deducir que este cerro de El Carambolo fue el santuario central de Tartessos.
Todo que nos posibilita pensar incluso que la "basilea" -la capital de aquel reino mítico del Bajo
Guadalquivir-, pudo estar en la misma ciudad Sevilla, junto al templo más importante. Allí donde
fundarían Spal posteriormente los fenicios, en una zona cercana al santuario principal de los
Tartessios y donde se ubicaría la perdida "urbe real" turdetana. Todo lo que nos hemos atrevido a
afirmar porque los primeros recintos sagrados de El Carambolo (IV y III) son muy anteriores a la
aparición de los púnicos en tierras andaluzas (fechándose en los siglos IX al VIII); de lo que se deduciría
unas primeras construcciones indígenas. Pese a ello, desde comienzos del siglo VII a.C. comienza a
haber allí un "nuevo" templo. Un edificio que se reconoce como diferente a las dos anteriores y que
todos consideran de culto a Baal o a Astarté (es decir, un santuario propiamente fenicio). Ello puede
hacer deducir que la Basilea antigua estuviera junto a este templo principal antes de la llegada de los
fenicios; momento en que esa capital de Tartessos fue destruida y sustituida por otra urbe púnica,
llamada Spal (tal como hicieron con el santuario del Cerro, que igualmente lo transformaron en un templo
de Astarté Baal).
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ARRIBA: Cabeza de caballo ibérica fechada hacia el siglo III a.V., procedente de la zona meridional y
propiedad del Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Como
podemos ver, el modo de proteger el cráneo del equino se basaba en poner rodeles -de metal o de
cuero- sobre la frente con la finalidad segura de que los venablos y golpes de los enemigos no le
dañaran. Algo que relaciona las armaduras de los iberos (reforzadas con discos de metal) con los
protectores de sus caballos. Unas falerias o "umbos" a los que muy probablemente se les diera un
significado planetario. Identificándo estas placas discoideas con el Sol o la Luna y concediéndoles
un sentido apotropaico relacionado con los astros (que les protegerían del enemigo).
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ABAJO: Enjaezamiento de un caballo real, durante la caza del león en Asiria. Parte de un fresco de Tir
Barsib, fechado entre los siglos VIII al VII a.C. y en el que podemos analizar como se aderezan la
pareja de equinos que tiran del carro -que van con cascabeles y penachos, quizás con el fin de ahuyentar
o alejar a los felinos-. Por su parte, llevan una especie de "peto" (seguramente para evitar las garras del
león); destacando en el fresco el curioso mecanismo que portan en la grupa, para equilibrar y manejejar las
bridas y del que también cuelga un precioso atalaje. Esta imagen, tanto como las anteriores,
demuestran que los animales sagrados y de uso bélico (o real) iban ricamente enjaezados.
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Estas costumbres pervivieron hasta nuestros días, ya que no hace tanto se decoraban en España
los caballos (mulas y burros) durante las fiestas, con ricas telas y con collares plenos de cascabeles,
junto a preciosos adornos (entre los que destacaban monturas y cabezales riquísimos). Por su parte, la
"vestimenta" para los toros sagrados era también muy parecida entre los íberos (hace
dosmilquinientos años) a algunas de las que hoy en día se utilizan en muchas fiestas. Los
profesores Escacena y Amores -en varios de sus estudios- muestran esculturas de bueyes iberos
adornados con atalajes y frontiles, muy semejantes a los que actualmente se usan para los
festejos en las múltiples tradiciones hispanas -Estas fotos de toros enjaezados de nuestros tiempos en una
forma casi igual a la ibérica, igualmente podemos verlas en su estudio REVESTIDOS COMO DIOS
MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS ESCACENA
CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO SPAL 20 (2011): 107-14 (pag 2)-.
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Expuesto lo anteriormente dicho y creyendo una hipótesis plausible pensar que estas joyas de El
Carambolo fueron las del sacerdote o monarca supremo de Tartessos; todo ello indicaría (a mi
juicio) que la capital del reino mítico quizás estuviera junto al cerro donde enterraron el tesoro. Ya
que debiéramos pensar que sería este el templo más importante y por ello hemos de situarlo muy
próximo a la Basilea desaparecida (posteriormente convertida en Spal=Hispalis). Habrá quienes nos
digan que tal afirmación no tiene fundamento, puesto que pudieron haber ocultado el ajuar allí tras un
saqueo, o después de huir; tanto como que aquellas piezas quizás sería de cualquier otro recinto, o palacio.
Aunque no es una idea común esconder un tesoro en un lugar tan destacado como un templo sobre un
monte, habida cuenta que será el primer emplazamiento en el que buscarán joyas los enemigos (tal como
hicieron, al remover y destruir todo cuanto encontraron en el cerro, sin lograr dar con ellas). De todo lo que
decimos, las apariencias muestran que hubieron de enterrar allí el ajuar, sin más remedio y al verse
obligados a huir. Por lo que lo más seguro es que ese tesoro fuera el del templo, pues sinó lo
hubiesen ocultado en lugar más discreto. Por lo demás, aquel que huye con unas joyas y con la
posibilidad de enterrarlas en cualquier emplazamiento, antes se deshace de un botín arrojándolo en un
pozo, poníendolo en una cueva, o abriendo una zanja en un lugar deshabitado (para poder volver a
recuperarlo). Más nunca escondería aquellas en un punto tan destacado como el santuario de la
colina más alte, en medio de una imensa llanura. Porque jamás podrá regresar a por este, ya que
todos podrán verle y saber que regresa; de lo que le va a ser casi imposible recuperar unas joyas asi
ocultadas (a menos que recuperemos el dominio sobre esas tierras).
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Terminando ya, añadiremos que tal como afirma la profesora de La Bandera, el considerar esas dos
piezas con forma de piel de buey como broches para el torax, no para las investigaciones acerca de
ellas; ni menos quita creatividad a las teorías sobre la utilización del ajuar. Puesto que tal como ella
expresa, se hace evidente este uso ya que: "en el caso de los colgantes, cabe la posibilidad de
interpretarlos como pectorales porque su estructura permite colocarlos sobre el pecho bien
mediante cadenillas sujetas a las vestimentas, o al cuerpo por un sistema de cordones" (29) . Aunque
esta profesora comparte "la interpretación de simbología religiosa que atribuyen a todas estas piezas
y su asociación a dos divinidades del panteón fenicio, por las rosetas con Astarté y por las esferas con el
dios solar Baal" (...) "Pero no estamos de acuerdo en admitir que estas piezas de oro fueran para un
animal que se ofrece en holocausto a la divinidad. " (30) .
.Por su parte, la consideración de ambas joyas como "broches-efods" y al suponerles un uso
semejante al "Urim - Tummim" del templo de Salomón; ello uniría las famosas citas bíblicas de
Tratessos con el hallazgo sevillano. Ya que si las Naves de Tarshis llegaban hasta nuestras tierras en los
tiempos en que Hiram de Fenicia se asociaba con el mismo rey de Israel y Judá. Esta aparición de
elementos como unos pectorales (semejantes a los de "las doce gemas"), podría demostrar una amplia
influencia canaanea en el Sur peninsular. Un influjo que habría llegado a nuestras tierras
seguramente antes al establecimiento de los fenicios en ellas, y durante el siglo VIII a.C.; momento
en el que diversos pueblos de Oriente Medio (y principalmente de Frigia) se vieron obligados a huir de
sus tierras. Un tiempo en el que no solo los neohititas son expulsados de sus reinos, sino en el que
también lo fueron de Asia Menor muchos habitantes de los reinos micenios que hasta entonces allí
se asentaban (tras lograr escapar de la invasión doria). Gentes procedentes de Creta y de Chipre, de
origen egeo-micenio y que se habían establecido en Canaan o en el mismo a Israel (gracias a la ayuda
neohitita o con el advenimiento de fenicios y judíos). Quienes compartían enormes lazos con Frigia y con los
reinos neohititas, pero que tras la caida de Anatolia en manos asirias y helenas, fueron expulsados
igualmente de los reinos que pocos siglos antes les acogieron (lo que sucede hacia el VIII a.C.).
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Algunos de estos micenios establecidos en "el creciente fértil", sabemos que se integraron
completamente entre pueblos como los fenicios o los israelitas; tanto que llegaron a formar parte de
algunas de las tribus judías (así sucedió con los cretochipriotas asentados en Golán). Aunque muchos de
esos huidos de Micenas, parece que fueron expulsados de Oriente Medio y de Canaan al mismo
tiempo en el que Frigia iba siendo exterminada (quizás por caracer desde entonces de protección o de
utilidad social y comercial). Todo lo cual explicaría no solo la aparición de gentes neohititas en la
Penísula, sino también la de canaaneos, aún un siglo antes de la llegada de los fenicios. Pueblos que
sin lugar a dudas pudieron llegar a nuestras costas buscando refugio al perder la protección de los reinos
anatólicos. Lo que influiría enormemente en las gentes de Iberia durante esos siglos IX y VIII a.C.; al
unir sus aportaciones culturales traidas desde Asia Menor, con las constumbres y estilos indígenas.
Generádose así -en gran parte- civilizaciones como la del Bajo Guadalquivir. Cuyas joyas como las de
El Carambolo quizás son el fruto de la unión de esos "gustos y diseños" micenios, sincretizados con los
frigios e ibéricos; todo ello mezclado con las costumbres y creencias del Canaán de principios del I milenio
a.C..
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-para más información acerca de los micenios establecidos en Israel y en las costas de Fenicia
ver: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_19.html -.
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Para finalizar la entrada diremos que a mi juicio personal los pectorales de El Carambolo tendrían un
sentido apotropaico relacionado con el "cardiophylax" (protector del torax) y con la coraza (el
"curtido"; cuero con el que se hacían las armaduras). Simbolismo que uniría su diseño con el del peto
que cubría las partes vitales, fabricado con piel animal y gracias al que se salvaban las vidas en
combate. Aunque a su vez, en la forma del lingote de bronce y en el recuerdo de esos talentos a modo de
"pellejo de buey", se contendría el significado se su uso como una placa de cobre. Ello es lo que se
denominó "cardiofilax" y que como vimos, los iberos y turdetanos, colocaban sobre su tórax;
formando piezas metálicas -normalmente circulares- para salvar el centro del peho. Todo lo que en sí
mismo creemos se idealizó en esos dos colgantes de El Carambolo, como sublimación del peto de
cuero y de las placas de cobre, cuyo sentido apotropáico se relacionaba plenamente con la
necesidad de que estas defensas protegieran el cuerpo del guerrero.

SOBRE ESTAS LINEAS: Pectoral ibérico hallado en Aguilar de Anguita, fechado en siglo IV a.C. (tal
como lo conserva en nuestros días, restaurado el Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos
permita divulgar la imagen). Como podremos ver, este "aderezo" que comprende un peto, unas
hombreras y un protector de espalda, tiene más un carácter suntuario que bélico. No pareciendo en
sí mismo unas piezas para engarzarse a la coraza, sino más bien un adorno que -a modo de
medallas-, algún reyezuelo o noble portaría sobre el pecho. Algo que me atrevo a afirmar al ser sus asideros
cadenas para colgar del cuello. Este hecho y su aspecto a modo de "delantal", nos hace a pensar que
no se trataba de unos discos protectores del peto (falerias), ya que más bien parece un "efod" o un
"pectoral sagrado". Ello, porque las placas para refuerzo de armaduras iberas, no tenían este carácter
suntuario, siendo discos de bronce mucho más gruesos y toscos en su elaboración, que se clavaban al
escudo o al cardiofilax. De cuanto considero personalmente que el pectoral de Aguilar de Anguita que
vemos en imagen, se trata seguramente del ajuar de un reyezuelo o de un noble; que vestiría estos
discos sobre el traje talar ("sago") o sobre la armadura, como símbolo de su realeza.
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Venimos diciendo que esos adornos pectorales eran muy comunes entre los celtíberos y algunos
incluso conservaron la misma forma de piel de toro, casi igual a la de los pectorales de El
Carambolo -como sucede con el del Instituto Valencia de Don Juan-. Sobre su uso y significado, nada
sabemos, pero hemos de considerar que tenían un carácter apotropáico, para evitar venablos y
proteger al que lo llevaba; un simbolismo muy relacionado con los "umbos", "caetras" y "falerias" o
los "cardiofilax". Por todo ello, consideramos que esas joyas como las de El Carambolo, y las placas
celtibéricas, o los cardiofilax rituales; tenían un carácter sagrado cuya finalidad era la de proteger
magicamente al que lo lucía. Concretamente, los de El Carambolo cotienen la forma del cuero y a su vez
la del pecho, todo lo que simbolizaría la coraza como "el curtido" que evitaba los venablos y salvaba la vida,
a la vez que el metal (como era el lingote).
.
ABAJO: Tesoro británico-romano de Hoxne Hoard (en colección particular, Inglaterra -a quienes
agradecemos nos permitan divulgar la imagen-). Observando el modo de sujetar estas joyas sobre el
pecho, podemos imaginal un modelo semejante con el que se suspendería de los hombros los
pectorales de El Carambolo(Ma. Luisa de La Bandera en libro cita 3, explica claramente cómo serían los
pasadores y el modo de colgar los pectorales del ajuar sevillano).
................................................................................
.

CITAS:
.
(1): Para quienes no lo hayan leido, recomendamos consultar los artículos ya citados y en especial del que a continuación damos link;
que trata acerca del significado calendárico de los pectorales de El Carambolo, tanto como el de los efods judíos:
VERhttp://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6.html
.
.En este recogíamos las siguientes citas acerca del llamado "Racional del Juicio":
...- Éxodo, XVIII, 15 y ss. (Traducción de La Vulgata sobre textos hebreo y griego de Jose Ma. Bover y Francisco Cantera, Biblioteca de
autores cristianos, Madrid, 1947).
.
- Éxodo XVIII, 2 y ss. Resumimos algunos fragmentos poniendo paréntesis con puntos suspensivos, y se marcarán los números de
Versículos, entre los paréntesis [ ]:
.
Vers.: "[2] (..) harás vestidos sagrados á Aarón tu hermano (..) [3] (..) á fin que hagan los vestidos de Aarón, para consagrarle á que me
sirva de sacerdote. [4] (...) que son estos: El Racional del Juicio, y el "ephod", el manto, la túnica labrada, la mitra, y el cinturón (...)
para que sean mis sacerdote. [5] Tomarán oro, cárdeno, púrpura, carmesí y lino torcido. [6] Harán el "ephod" de oro y cárdeno;
púrpura, y carmesí con lino torcido en obra de bordador. [7] Tendrá dos hombreras que se junten á sus dos lados (...) [8] El artificio de
su cinto que está sobre él, será de su misma obra, hecho con lo mismo: De oro, cárdeno, púrpura, carmesí y lino torcido. [9] Y tomarás
dos piedras oniquinas y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel: [10] Seis de sus nombres en la una piedra y los otros seis
en la otro entalle, conforme al órden de nacimiento en ellos. [11] De obra de escultor en pedrería á modo de grabaduras de sello, harás
tallar aquellas dos caras con los nombres de los hijos de Israel alrededor engastes de oro. [12] Y pondrás aquellas dos piedras sobre
los hombros del "ephod", para petreas memorias de los hijos de Israel. Así Aarón llevará los nombres de ellos delante de Jehová en
sus dos hombros por memoria. [13] Harás pues, engastes de oro, [14] Junto a dos cadenillas de oro fino; las cuales harás como
de trenzas en filigrana; y fijarás las cadenas con hechura de trenzas de oro en los engastes. [15] Harás asimismo el Racional
del Juicio de primorosa obra, le has de hacer conforme á la obra del "ephod", de oro, cárdeno, púrpura, carmesí y lino
torcido. [16] Será cuadrado y doble, de un palmo de largo y un palmo de ancho: [17] Lo llenarás de pedrería con tres filas de
cuatro órdenes de piedras: Una primera linea será de una piedra sárdica, un topacio, y un carbunclo. [18] El segundo orden
llevará: Una esmeralda, un zafiro, y un diamante. [19] La tercera linea: Un rubí, un ágata y un amatista [20] El cuarto orden: Un
berilo, un onix, y un jaspe. Estarán engastadas en oro en sus encajes. [21] Así serán aquellas piedras según sosn los
nombres de los hijos de Israel (doce y conforme a sus denominaciones); como grabaduras de un sello cada una con su
nombre, vendrán á significar según las doce tribus. [22] Harás también en el Racional cadenetas de hechura de trenzas de oro
fino. [23] Y en ese mismo habrá dos anillos de oro, los cuales pondrás á las dos puntas del Racional. [24] Tanto como
pondrás las dos trenzas hechas en filigrana de oro en los dos anillos y á los dos extremos de aquel (pectoral) [25] Al igual que
sujetarás los dos cabos de las dos trenzas, sobre los dos engastes, situándolas á los lados del "ephod", en la parte delantera
(del pecho). [26] Además, harás también otros dos anillos de oro, que situarás á las dos puntas del Racional, en su orilla que
está al lado del "ephod" (de la parte de dentro). [27] Y asimismo dos argollas (anillos) más en oro, los cuales pondrás á los
dos lados del "ephod", abajo y en la parte delantera, frente a su juntura sobre el cinto de aquel ephod. [28] Así se unirán ese
Racional con sus anillos, á los del "ephod" con un cordón de jacinto, para que esté sobre el cinto de este y nunca se aparte el
Racional del "ephod". [29] de tal modo, llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el Racional del Juicio sobre su corazón,
cuando entrare en el santuario, para memoria delante de Jehová continua".
.
Vers.: "[30] También pondrás en el Racional del Juicio "Urim y Thummim", para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entrase
delante de Jehová para que lleve siempre Aarón el Juicio de los hijos de Israel, sobre su corazón delante de Jehová. [31] Harás el
manto del "ephod" todo de jacinto [32] Y en medio de él, por arriba, habrá una abertura, la cual tendrá un borde alrededor de obra de
tejedor (como el cuello de un coselete, para que no se rompa). [33] Abajo en sus orillas harás granadas de jacinto, púrpura y carmesí
(por sus bordes de alrededor); y entre ellas, campanillas de oro alrededor. [34] Una campanilla de oro y una granada, continuas
pondrás por las orillas del manto alrededor. [35] Y estarán sobre Aarón cuando ministrare; así se oirá su sonido cuando él entrare en el
santuario, delante de Jehová y cuando saliere, porque no muera. [36] Harás además una plancha de oro fino, y grabarás en ella
grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVA. [37] La pondrás con un cordón de jacinto, y estará sobre la mitra; por el frente anterior de
esta mitra. [38] De ese modo, sobre la frente de Aarón, se llevará el pecado de las cosas santas, que los hijos de Israel hubieren
consagrado en todas sus santas ofrendas; y sobre su frente estará continuamente para que hayan gracia delante de Jehová. [39]
Luego bordarás una túnica de lino y harás una mitra de lino; tanto como también un cinto de obra de recamador. [40] Y para los hijos
de Aarón harás túnicas, les harás cintos y les formarás chapeos (tiaras) para honra y hermosura. [41] Con todo ello, vestirás á Aarón tu
hermano; á sus hijos y los ungirás, los consagrarás y santificarás, para que sean mis sacerdotes. [42] También les harás pañetes de
lino para cubrir la carne vergonzosa; serán desde los lomos hasta los muslos [43] De tal modo estas vestiduras estarán sobre Aarón y
sobre sus hijos cuando entraren en el tabernáculo de testimonio, ó cuando se llegaren al altar para servir en el santuario; porque no
lleven pecado,y mueran. Estatuto perpetuo para él y para su simiente después de él".
.
.
(2): Juan de Mata Carriazo, en TARTESSOS Y EL CARAMBOLO (Madrid 1973, pag 202) Contiene el famoso cuadro en el que
vemos a Arganthonios luciendo los dos pectorales a la vez y uno en cada pecho. No pareciendo un modo usual de llevarlos,
comunmente se pensó, eran para colgar sobre el torax, como todo efod o pectoral.
. TARTESSOS (OCASO DE UN DÍA Y UNA NOCHE); Juan Carlos Alonso, Madrid 1980 (edita As. Ind.), contiene en su página 130 una
lámina explicativa (que ya hemos incluido en nuestro estudio http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-e-r.html ) en la que
curiosamente coloca los pectorales como "efods" de niños. Más tarde y hablando con varios arqueólogos (en especial con el director
de la magnífica revista que fue Arqueología -J. A. García Castro) me confirmaron la idea de que los colgantes de El Carambolo, fueran
"ephods" muy semejantes a los hebreos. Finalmente, la profesora de La Bandera, ha podido demostrar que el diseño de aquellos dos
pectorales permiten introducir por sus "tubos de ensamble" algunos hilos o cuerdas -metálicos o de tela-, con los que se fijarían al
pecho del rey-sacerdote (o de la reina-sacertodisa).
.
(3): Maria Luisa de La Bandera (junto a B.GómezTubío,M.A.Ontalba Salamanca,M.A.
.Respaldiza y I.Ortega Feliu) en la página 301 del libro EL CARAMBOLO 50 AÑOS DE UN TESORO Sevilla 2010 (El Tesoro de El
Carambolo: Técnica, simbología y poder ; 297 y ss) nos dice textualmente: "Así entre esas formas originales, destacaron la de los
pectorales que atribuyeron a un mismo orfebre (Kukhan y Blanco 1959: 42); y la forma de los brazaletes, que relacionaron con piezas
de oro de la fachada atlántica del Bronce Final"
.
(4): Ma. Luisa de La Bandera y otros, en su libro ya citado en (3) pag 303, recogiendo las tesis de Kulkhan y Blanco
Freijeiro (ibidem pag. 133) expone: "En su interpretación afirman que brazaletes, pectorales y placas forman un conjunto morfotécnico
indígena que define por sí mismo un nuevo ámbito tecnológico tartésico (ibíd., 133), cuyas formas son autóctonas, sin paralelos en la
orfebrería mediterránea"
.
(5): Op. cit (3) pags. 303 y 304: "una continuidad de este trabajo, siguiendo la misma perspectiva tecnológica, ha sido el estudio que
se hizo del tesoro de El Carambolo en el año 2000 con la técnica XrF (Ontalba et alii. 2002)".
.
.
(6): Op. cit (3). pags. 304 "En una contrastación de las unidades morfo-estilísticas con los procesos técnicos de elaboración (Perea y
Armbruster 1998:131) los datos emanados de la composición de los elementos del oro de las joyas, se determinan cuatro unidades
morfotécnicas en el tesoro. Una unidad a la que corresponden al pectoral 2 y a las ocho placas de polo rehundido, con unas mismas
técnicas de elaboración y disposición de la decoración (semiesferas, circulillos, doble hilera de arcos), soldadas a la lámina de base
(Fig. 1, grupo 1). El grupo 2, formado por los brazaletes, el pectoral 1 y las ocho placas (Fig.1), comparte la misma decoración de
guirnaldas alternas de semiesferas separadas por tiras de cintillas con púas entre hilo, pero con procesos y técnicas de elaboración
distintos, que determinan dos unidades técnicas: una con los dos brazaletes, de estructura fundida a la cera perdida" (...) " y otra con el
pectoral 1 y las ocho placas, en los cuales las cápsulas están soldadas a la base laminar" .
.(7a): Op, cit (3), pag.317: "Pero aunque es arriesgado señalar una distancia cronológica tan concreta, no es menos científico justificar
la propuesta de una elaboración más temprana para el grupo 1.º que para el grupo 2.º"

(7): Op, cit (3), pag. 312 : " La forma y estilo de estos colgantes no encuentran paralelos próximos en la Península ibérica. desde la
aparición del tesoro han sido los elementos más problemáticos para definir el origen y función del tesoro. de difícil filiación, se
consideran de origen autóctono. Su forma ya se relacionó con algunas piezas de orfebrería castreña como los colgantes de oro de
periodos posteriores del museo de Valencia de don Juan (Blanco Frejeiro 1957: láms. Vb, Vi, Vii); y posteriormente con las cuentas-
plaquitas de la diadema de oro del tesoro de ébora (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz), e incluso con la peana de una figurita del extremo
de las placas de oro de Pajares, en Villanueva de la Vera (Cáceres), ambas de dimensiones muy pequeñas y elementos de joyas con
funcionalidad muy distinta (Celestino 1994: 305-305). igualmente se ha querido ver un paralelo de su forma en los lingotes de cobre del
Mediterráneo oriental y Central desde el s. XVi a.C. (Almagro-Gorbea 1983: 283) y con algunos exvotos de ambientes sagrado de
Scyme, Creta (Perea y Armbruster 1998:134) "
.
.
(8): Op. cit. (3) pag 312: son "los pectorales, componentes del ajuar de reyes y figuras semidivinas; muy extendidos entre la
producción de bronces de Urartu del siglo VII a.C., y aunque no se conocen con la misma morfología, sin embargo el esquema de
decoración en guirnaldas de esferas lineales en su perímetro y con rosetas aparece en un pectoral cuadrangular que luce el rey asirio
Asurbanipal en un relieve de Nimrud (Maxwell-Hyslop 1971: 218)"
.(9): Ver como ejemplo claro la estatua del rey de Urartu que recogemos en la
entrada http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6.html
.
.(10): Decíamos más o menos lo siguiente, al analizar el efod de este rey que más abajo vemos en la imagen siguiente:
."guarda una numerologia semito-hitita y un significado calendárico. Así, por muy indoeuropeos que pensemos eran los escitas, en este
caso podríamos afirmar que tenían un calendario de tipo mesopotámico cercano al que manejaba Minos (como los griegos, que
igualmente eran idoeurpoeos pero se regulaban con ciclos lunisolares; calendario que habían tomado de los Caldeos).
Consecuentemente la interpretación de los dibujos que lleva el pectoral del rey de Urartu son: Las tres ultimas lineas, compuestas de
dos filas de tres flores y en su medio trece "c" repetidas:

***
<<<<<<<<<<<<<
***
Cada una de las 6 flores solares, significarían los ciclos del Astro rey, divididos en estaciones de 3 meses (como hacian los egipcios).
En su centro 13 "C" o crecientes lunares, cuyo significado es sin duda los 13 meses de la luna que suponen los 12 meses solares.
Puesto que 28 dias x 13 meses = 364 dias. Siendo 28 dias cuatro semanas de 7; un ciclo de mareas, que a la vez es muy cercano al
femenino y al lunisolar ( aunque realmente la luz del sol en la Luna dura 29,54 dias). Por su parte, las dos siguientes lineas del pectoral
llevan cuatro "C" a cada lado y dos grandes estrellas. Con lo que se deduce que puede ser seguramente el resto del calendario
lunisolar expresado del siguiente modo:
**
<<<< <<<<
Lo que unido a los anteriores números hacen deducir que se trata todo de la explicación de como "dos ciclos solares son igual a ocho
lunares". O lo que es lo mismo, partiendo de lo que antes hemos dicho:
.
13 meses de 28 dias = 364 dias.
.
(364 x 4) + (364 x 4) = 2912 dias.
.
Sumemos a esta cantidad la misma que hay de "C" en esta parte alta del pectoral y veremos que salen 2920. Es decir: 2912dias + 4
dias + 4 dias = 2920 dias.
.
Ahora veamos el significado de ello en los ciclos solares, que como manejamos la cifra 4+4 y junto a dos grandes estrellas, ello puede
decirnos que 2920 = 4+4 años solares. Así es, porque 365 dias x 8 años = 2920 dias. Por su parte si a estos 2920 dias sumamos las
dos grandes estrellas que culminan el pectoral, pesando que se refiere a dos dias más, para los grandes ciclos del Sol. Ello nos dará
2922; que es ocho años solares y sus dos dias bisiestos.
.
Este es un calendario nacido del lunisolar pero que se supone manejaba el imperio Minoico, por cuanto sus ciclos eran de ocho años,
a los que debían añadir dos días de más (dos bisiestos cada ocho años de sol, o bien trece meses de lunas multiplicados por ocho, a
los que se le sumaban ocho días). De ello que el resultado sean los números que aparecen claramente marcados en este pectoral que
consideramos es un calendario. Ciclo que igualmente usarían los hititas (herederos del imoerio y costumbres de Minos) quienes
igualmente simbolizaban el astro rey por una rueda o una flor de ocho puntas. Ocho extremos que significa sin lugar a dudas aquellas
fiestas minoicas del Minotauro, citadas por la mitologñia cretense; donde se ajustaría el calendario, añadiéndose dos dias cada ocho
años. Coincidiendo que 8 años de Sol, son iguales a 8 años de lunas y 8 dias (ciclo lunar anual de 13 meses de 28 dias, tal como
marcan las mareas) . Pero para que comprendamos mejor los valores del pectoral escita que hemos analizado y su relación
numerológica con el calendario de tiopo hitita y minoico, lo explicaremos simplificadamente:
.
TRES BANDAS DE ABAJO (bajo la barba del rey):
.
3 meses de 60 dias Sol // 3 meses de 60 dias Sol = 13 meses 28 dias Luna
.
Lo anterior, indicaría que la mensualidad sería de 60 dias, en dos ciclos de 28 lunas a los que se le sumarían 4 dias (28+28+4).
.
ARRIBA, CERCANO A LOS HOMBROS:
.
4 años Luna (364 x 4) // 4 años Luna (364x4) = 2912 dias
.
8 símbolos de Luna = 8 dias añadir, total = 2920
.
Siendo 2920 : 8 = 365 = 8 años solares (sin bisiestos)
.
Dos símbolos de gran Estrella = dos ciclos completos solares.
.
Ahora añádase las dos dias al ciclo (de la gran estrella) y veremos que Luna y Sol concuerdan en la forma de que cada 8 años hay que
añadir dos dias en un caso y ocho en el otro"
(11): Para los interesados en esta escultura, ver: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6_19.html
.
(12): M. ROSARIO LUCAS PELLICER ENCARNACIÓN RUANO RUIZ "El Cortijo del Ahorcado (Baeza, Jaén) estudio de los restos
arquitectónicos de época ibérica" en Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, H.Antigua; t. I 1988 págs. 79 a103 .
.
(13): Para más información sobre collares y pectorales en la antigüedad, ver entre otros nuestros artículos:

.El "collar pectoral" y su significado entre los pueblos: Egipcio-arameos, neohititas y escitas). -SIGNIFICADO RELIGIOSO DEL
PECTORAL, EN LAS CULTURAS CONTEMPORÁNEAS AL TESORO DE EL CARAMBOLO-
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-9.html
.
Misticismo y curación a través las joyas en La Antigüedad. Escapularios, medallas sagradas y pectorales). -SIGNIFICADO
APOTROPAICO DE LA JOYERÍA SAGRADA Y PERVIVENCIA DE ELLO HASTA NUESTROS DÍAS-VER:
..http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-7.html
.
El collar-pectoral como protector del alma).-DESDE EGIPTO HASTA HOY, LAS JOYAS TOMARON UNAS FORMAS MÁGICAS;
MUCHAS SE CONSERVARON Y SIRVEN PARA PROTEGER A QUIENES LAS LLEVAN (TALISMANES, ABALORIOS, DIJES O
MEDALLAS)- VER:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-9-8.html
.
Joyas y guardianes del espíritu. Del collar y el pectoral, a las Lúnulas). -MÁS SOBRE EL SENTIDO APOTROPAICO DE LOS
COLLARES, VEMOS EL VALOR RELIGIOSO Y MÍSTICO QUE TENÍA UN TESORO; ALGO QUE HOY CALIFICAMOS COMO UN
OBJETO DE PODER O DECORATIVO- VER:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-y-7.html
.
(14): Op. cit (3), pags. 312 y 313, dice: "Es de gran interés una lámina de oro de Tell Halaf, producto de la orfebrería del ámbito
neohitita del siglo IX a. C. (Bittel 1997, 270, fig. 308; Bandera 2000: fig. 5), un claro prototipo de la iconografía de unas placas-cuentas
de la diadema articulada orientalizante de Giribaile (Vilches, Jaén) (Lám. 5), fechada desde mediados del siglo Vii a.C. al Vi a.C.
(Bandera 2000: 412, fig 5)"
.
.(15): Ver los diferentes estudios míos acerca de la aparición de las palabras hititas "diosa Kubaba" (la Cibeles frigia) en las
marcas de estos sellos. Algunos de estos artículos los hemos resumido en diversas entradas del presente blog.
.
(16): Op. cit (3), pag. 324
.
.(17): REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS
ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO SPAL 20 (2011): 107-14 (pag 2).
.
.(18): Op. cit (17) pag 4.
..(19): Escriben sobre ello Escacena y Amores: "En esta etapa, la fosa-basurero donde se enterraron las joyas estaba prácticamente
saturada de residuos, porque se había excavado y usado como vertedero sagrado en momentos anteriores del santuario (Carambolo
III). En esta etapa del Carambolo II existían aún diversas capillas en el recinto, pero algunas de ellas, antes más amplias, habían sido
subdivididas. De hecho, el gran altar taurodérmico de la cella sur, correspondiente a las fases IV y III, estaba en desuso y oculto bajo
nuevas estructuras. (Op. cit. 17; pag. 10)
.
(20): Op. cit (17) pag 15
..
(21): Op. cit (17) pag 10.
.
(22): Op. cit (17) pag 25
.
(23): Op. cit (17) pag 11
...
(24): Para todo aquel que estuviera interesado en conocer mi teoría sobre la procedencioa de los signos ibéricos, le
recomendamos leer los siguientes artículos en los que podrá comprobar que gran parte del alfasilabario turdetano y el ibero
es de origen cretochipriota. Un idioma y un modo de escritura que muy por el contrario de lo que se piensa, se mantuvo en
uso al menos hasta el siglo V a.C. en Chipre:
.
VER
..- Capítulo Anexo (continuación II). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Análisis de los caracteres
silábicos.http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-9-8-9-9.html
.
- Capítulo Anexo (continuación III). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Análisis comparativo de las vocales y
consonantes -por silabarios y por alfabetos-. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-9-0-9-9-8-9-9-0-8.html
.
- Capítulo Anexo (continuación IV). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Resumen de las entradas anteriores y primeras
conclusiones.http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/05/capitulo-anexo-continuacion-iv-signos.html
.
- Capítulo Anexo (continuación V). CONCLUSIONES Y DISERTACIÓN SOBRE EL ORIGEN DE LOS SIGNOS QUE ESCRIBIERON
IDIOMA IBERO -alfabéticos y alfasilábicos-. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/05/1-9-9-8-9-0.html
.
(25): REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS
ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO SPAL 20 (2011): pagina 20. En la 24 dicen al respecto: "El texto
antes citado de Prudencio señala claramente, además, la colocación de algún otro ornamento metálico en la frente del toro –"el testuz
del animal brilla con reflejos dorados"–. Esta alusión nos permitirá entrar a fondo en el punto final de nuestra hipótesis, que tiene que
ver con las piezas denominadas tradicionalmente «pectorales». TRAS ELLO ANALIZAN LOS TOROS DE MONFORTE DEL CID Y
VILLAJOYOSA.
.
(26): Pag 51 de la obra mencionada en EL TORO EN EL MEDITERRÁNEO; Cristina Delgado Linacero; Madrid 1996, Univ. Autónoma
(hablando de la pag 166. pag 274 y ss textos antiguos de las Pirámides, Oxford 2820, 1969).

(27): El párrafo completo expresado en Op cit. (3) pag.321: "al ser de oro, metal de los dioses, "Así tenemos claramente definido
que las joyas de El Carambolo eran joyas de rango distintivo de poder vinculado a lo sagrado, La naturaleza de la ocultación del tesoro
nos ayuda igualmente a descubrir ese rango distintivo de poder. Así, por el estado de conservación y tipos de piezas, se observa que
no responde a fines económicos, ni a un material de orfebre, sino a una ocultación de joyas patrimoniales bien de un individuo o de
una colectividad con el fin de protegerlas en un momento de probable desestabilización social. Por el contexto arqueológico la
ubicación del lugar de su enterramiento se localiza dentro del recinto del ámbito 4 del Santuario iii, en un momento próximo al
abandono del lugar (Fernández Flores y rodríguez Azogue 2007: 31-32), lo cual apoya la tesis de la pertenencia de las joyas al
santuario. Pero tampoco se puede desestimar la posibilidad que el lote de piezas fuera parte de un robo o saqueo de las propiedades
del santuario, hecho que explicaría que solamente se ocultaron piezas de oro, sin vajilla ni otros objetos de bronce propios de un
servicio ritual "
.
(28): Acerca del significado del Collar en la antigüedad y de los pectorales en La Edad del Bronce y la del Hierro; ver nuestros
artículos:
...-Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XIII: El "collar pectoral" y su significado entre los pueblos: Egipcio-
arameos, neohititas y escitas).
.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-9.html
.
-Misticismo y curación a través las joyas en La Antigüedad. Escapularios, medallas sagradas y pectorales). -SIGNIFICADO
APOTROPAICO DE LA JOYERÍA SAGRADA Y PERVIVENCIA DE ELLO HASTA NUESTROS DÍAS-
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-7.html
.
-El collar-pectoral como protector del alma). http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-9-8.html
.
(29): Ma.Luisa de La Bandera en su página 324 (Op, cit 3) textualmente expresa: "La primera interpretación de los colgantes de piel de
toro como pectorales se ha criticado por haber empantanado durante años la interpretación funcional del tesoro (Amores y Escacena
2003: 49), crítica que no entendemos"
.
-Idem 324: " En el caso de los colgantes, cabe la posibilidad de interpretarlos como pectorales porque su estructura permite colocarlos
sobre el pecho bien mediante cadenillas sujetas a las vestimentas o al cuerpo por un sistema de cordones".
.
(30): Idem (3) Pag. 325.

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