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MECANISMOS DE
COMUNICACIÓN
CELULAR

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Figura 15.2 Revisión de las vías de señalización
por las cuales las moléculas mensajeras
extracelulares pueden inducir respuestas
intracelulares. Se muestran dos tipos diferentes
de vías de transducción de señal, una en la que
se activa la vía de señalización mediante un
segundo mensajero con capacidad de difusión y
otra vía que se activa mediante el reclutamiento
de proteínas a la membrana plasmática. La
mayor parte de las vías de transducción de
señales implica una combinación de estos
mecanismos. También se debe señalar que las
vías de señalización no siempre son trayectos
lineales como los que se muestran aquí, sino
que se ramifican y conectan para formar una
compleja red. Los pasos se describen en el
texto.

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Figura 15.3 Vía de transducción de señal
consistente en proteínas cinasas y proteínas
fosfatasas cuyas acciones catalíticas
cambian las conformaciones, y por lo tanto,
las actividades de las proteínas que
modifican. En el ejemplo que se muestra, la
proteína cinasa 2 se activa por acción de la
proteína cinasa 1. Una vez activada, la
enzima 2 fosforila a una tercera enzima 3, lo
que activa la misma. Después, la proteína
cinasa 3 fosforila a un factor de transcripción,
lo que aumenta su afinidad por un sitio en el
DNA. La unión de un factor de transcripción
con el DNA afecta la transcripción del gen en
cuestión. Cada uno de estos pasos de
activación de la vía se revierte con una
fosfatasa.

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Figura 15.1 Tipos de señalización intercelular autocrina (a), paracrina (b) y endocrina (c).

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Figura 15.5 La maquinaria unida a
la membrana para la transducción
de señales mediante un receptor
con siete hélices transmembrana y
una proteína G heterotrimérica. (a)
Los receptores de este tipo,
incluidos los que se unen con la
adrenalina y el glucagón, contienen
siete hélices que cruzan la
membrana. Cuando se unen con su
ligando, el receptor interactúa con
una proteína G trimérica, la cual
activa un efector, como la adenilil
ciclasa. Como se indica en la figura,
las subunidades α y γ de la proteína
G están unidas con la membrana
mediante grupos de lípidos que se
incrustan en la bicapa lipídica.
(Nota: muchos GPCR pueden
activarse como complejos de dos o
más moléculas receptoras.)

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Figura 15.7 Internalización de GPCR mediadas por arrestina. Los GPCR unidos a arrestina (paso 1) se internalizan cuando quedan
atrapados en las depresiones recubiertas de clatrina que penetran en el citoplasma (paso 2). Como se señala en la sección 8.8, las
esférulas recubiertas de clatrina son transformadas en vesículas con el mismo revestimiento que transportan su contenido, incluido
en GPCR en los endosomas. Al estar en los endosomas, las arrestinas actúan como “andamiajes” para el ensamblado de complejos
señalizadores, que incluyen los que activan la cascada de MAPK y el factor de transcripción ERK (paso 3). Otra posibilidad, es que los
GPCR sean transportados a los lisosomas, sitio en que los receptores son degradados (paso 4) o devueltos a la membrana plasmática
en un endosoma de reciclado (paso 5), sitio en que interactuarán con nuevos ligandos extracelulares (paso 6). (Con autorización de
S.L. Ritter y R.A. Hall, Nature Reviews Mcb 10:820, 2009, Box 1B. Nature Reviews Molecular Cell Biology by Nature Publishing Group.
Reproducida con autorización de Nature Publishing Group en el formato “Reutilizar en libro/ libro de texto” vía copyright Clearance
Center.)
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Figura 15.13 La formación de cAMP a
partir de ATP catalizado por acción de la
adenilil ciclasa, una proteína integral de
la membrana que se forma con dos
partes, cada una con seis hélices
transmembrana (mostradas en dos
dimensiones). El sitio activo de la enzima
se localiza en la superficie interna de la
membrana, en una hendidura situada
entre dos dominios citoplásmicos
similares. La degradación del cAMP (no
se muestra) se realiza mediante una
fosfodiesterasa, la cual convierte al
nucleótido cíclico en un 5’ monofosfato.

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Figura 15.15 Ilustración de la variedad de
procesos que pueden afectarse por los
cambios de la concentración de cAMP. Se
cree que todos estos efectos están
mediados por la activación de la misma
enzima, la proteína cinasa A. En realidad, la
misma hormona puede inducir reacciones
muy diferentes en distintas células, incluso
cuando se une con el mismo receptor. Por
ejemplo, la adrenalina se une con un
receptor similar adrenérgico β en las
células hepáticas, células adiposas y en las
de músculo liso del intestino, lo que induce
la producción de cAMP en los tres tipos
celulares. Sin embargo, las respuestas son
muy distintas: en la célula hepática se
degrada glucógeno, en la célula adiposa se
degradan triacilgliceroles y las células de
músculo liso se someten a relajación. Se
sabe que además de la PKA, el cAMP
interactúa con conductos iónicos,
fosfodiesterasas y GEF (pág. 641).

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Figura 15.10 Generación de segundos mensajeros como resultado de la degradación inducida por ligando de los fosfoinosítidos (PI)
en la bicapa lipídica. En los pasos 1 y 2 se agregan grupos fosfato mediante las cinasas de lípidos al fosfatidilinositol (PI) para formar
PIP2. Cuando el receptor capta un estímulo, el receptor unido con ligando activa una proteína G heterotrimérica que tiene una subunidad
G_q (paso 3) que activa a la enzima fosfolipasa C específica para PI (paso 4), la cual cataliza la reacción en la que PI(4, 5)P2 se divide en
diacilglicerol (DAG) y 1,4,5-trifosfato de inositol (IP3) (paso 5). El DAG recluta la proteína cinasa PKC a la membrana y activa la enzima
(paso 6). IP3 se difunde hacia el citosol (paso 7), donde se une con un receptor IP3 y un conducto del calcio en la membrana del retículo
endoplásmico liso (SER) (paso 8). La unión de IP3 con su receptor produce la liberación de iones calcio hacia el citosol (paso 9).

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Perspectiva Humana Figura 1 Representación
bidimensional de un receptor transmembrana
“compuesto” que muestra los sitios
aproximados de varias mutaciones causantes de
enfermedades humanas. La mayor parte de las
mutaciones (números 1, 2, 5, 6, 7 y 8) produce
estimulación constitutiva del efector, pero otras
(3 y 4) bloquean la capacidad del receptor para
estimular al efector. Las mutaciones en los sitios 1
y 2 se encuentran en el receptor para la MSH
(hormona estimulante de los melanocitos); 3 en
el receptor para ACTH (hormona
adrenocorticotrópica); 4 en el receptor para
vasopresina; 5 y 6 en el receptor para TSH
(hormona estimulante de la tiroides); 7 en el
receptor para LH (hormona luteinizante), y 8 en la
rodopsina, el pigmento fotosensible de la retina.

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Figura 15.14 Respuesta de un hepatocito al glucagón o la adrenalina. Los pasos de la respuesta a la
estimulación hormonal que culmina en la movilización de glucosa se describen en el texto. Muchas de
las fases de la cascada reactiva se acompañan de una amplificación impresionante de la señal. Los
pasos que culminan en la amplificación están indicados por cúmulos de flechas azules. La activación
de la transcripción por CREB se produce conjuntamente con el grupo usual de coactivadores (p. ej.,
p300 y CBP) y complejos modificadores de cromatina (no se incluyen).

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Figura 15.24 Respuesta del receptor para insulina a la unión con ligando. (a) El receptor para insulina, mostrado aquí
de forma esquemática en su estado inactivo, es un tetrámero que consiste en dos subunidades α y dos α. (b) En este
modelo, la unión de una sola molécula de insulina con las subunidades β produce un cambio de conformación en las
subunidades β, lo cual induce la actividad de tirosinas cinasas de las subunidades β. (c) Las subunidades β activadas
fosforilan residuos de tirosina situados en el dominio citoplásmico del receptor, así como los residuos de tirosina en
varios sustratos del receptor para insulina (IRS) que se describen más adelante.

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Figura 15.26 Regulación de la captación de glucosa en las células musculares y adiposas por efecto
de la insulina. Los transportadores de glucosa se almacenan en las paredes de vesículas citoplásmicas
que se forman por gemación de la membrana plasmática (endocitosis). Cuando el nivel de insulina
aumenta, se transmite una señal por la vía IRS-PI3K-PKB, lo cual inicia la translocación de vesículas
citoplásmicas a la periferia celular. Las vesículas se fusionan con la membrana plasmática (exocitosis),
lo que lleva a los transportadores a la superficie celular, donde pueden mediar la captación de
glucosa. No se muestra una segunda vía que lleva del receptor de insulina a la transposición de GLUT4
(véase Trends Biochem. Sci. 31:215, 2006). (Según D. Voet y J.G. Voet, Biochemistry, 2nd ed. © 1995
John Wiley & Sons, Inc. Reimpresa con autorización de John Wiley & Sons, Inc.) 15
Figura 15.36 Una vía de transducción de
señal que opera mediante el NO y el GMP
cíclico y produce dilatación de los vasos
sanguíneos. Los pasos ilustrados en la
figura se describen en el texto. (Tomada de
R.G. Knowles y S. Moncada, Trends
Biochem Sci 17:401, 1992. Trends in
biochemical sciences de International
Union of Biochemistry. Reproducido con
autorización de Elsevier Ltd. en el formato
“Reutilizar en libro/libro de texto” vía
Copyright Clearance Center.)

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Figura 15.37 Comparación de una célula normal y células
apoptóticas. (a,b) Micrografías electrónicas de barrido de
una célula normal (a) y una célula apoptótica (b) de un
hibridoma de linfocitos T. La célula que se somete a
apoptosis tiene muchas vesículas superficiales que se
desprenden de la célula. La barra equivale a 4 m. (c)
Micrografía electrónica de transmisión de una célula
apoptótica tratada con un inhibidor que detiene la
apoptosis en la etapa de vesículas de membrana. (a y b:
tomadas de S. J. Martin et al. Trends Biochem Sci 19:28,
1994. Reimpresa con autorización de Elsevier; c, cortesía de
Nicola J. McCarthy.)

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Figura 15.38 La apoptosis “modela” la estructura de los dedos de mamíferos. Tres etapas del proceso en un embrión
de ratón. En el ratón particular, llamado MacBlue, todo los macrófagos embrionarios expresan la proteína fluorescente
cian. Los macrófagos fluorescentes han infiltrado las regiones de la almohadilla de la pata en que se produjo la
apoptosis y han “despejado” el espacio interdigital. (Con autorización de David A. Hume, Nature Immunol. 9:13, 2008;
© 2008, reimpresa con autorización de Macmillan Publishers Limited.)

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Figura 15.39 Modelo simplificado de la vía extrínseca
(mediada por receptor) de la apoptosis. Cuando TNF se
une con un receptor para TNF (TNFR1), el receptor
activado se une con dos proteínas adaptadoras
citoplásmicas diferentes (TRADD y FADD) y a la
procaspasa 8 para formar un complejo multiproteínico
en la superficie interna de la membrana plasmática. Los
dominios citoplásmicos del receptor TNF, FADD y TRADD
interactúan entre sí mediante regiones homólogas
llamadas dominios de muerte que se encuentran en
cada proteína (indicados como cuadros verdes). La
procaspasa 8 y FADD interactúan mediante regiones
homólogas llamadas dominios efectores de muerte
(indicadas como cuadros cafés). Una vez ensambladas
en el complejo, las dos moléculas de procaspasa se
dividen una a la otra para generar una molécula activa
de caspasa 8 que contiene cuatro segmentos
polipeptídicos. La caspasa 8 es un complejo iniciador
que divide a las caspasas corriente abajo (ejecutoras)
que perpetran la sentencia de muerte. Puede notarse
que la interacción entre TNF y TNFR1 también activa
otras vías de señalización, una de las cuales conduce a
la supervivencia celular en lugar de la autodestrucción
(pág. 660).

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Figura 15.41 La eliminación de las células apoptóticas se lleva a cabo por fagocitosis. Esta micrografía electrónica
muestra el “cadáver” de una célula apoptótica dentro del citoplasma de un fagocito. Observe la naturaleza compacta
de la célula englobada y el estado denso de su cromatina. (Reimpresa con autorización de Peter M. Henson, Donna L.
Bratton y Valerie A. Fadok, Curr Biol 11:R796, 2001, Fig. 1a, Copyright 2001, con autorización de Elsevier.)

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