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Intervención terapéutica con EMDR en pacientes con Trauma Simple y

Trauma Complejo

Hoja de Información para el cliente

El tratamiento se focaliza en la ansiedad y en los síntomas asociados con


el trauma y las dificultades de afrontamiento de las tareas de la vida diaria
tras el trauma sufrido.
Muchos de los que experimentan traumas (que llamamos “T”) sufren
síntomas que disminuye o incluso desaparecen con el transcurso del
tiempo. Sin embargo, algunas de las personas que han experimentado
situaciones traumáticas sufren síntomas que no disminuyen y continúan
causando gran malestar. Además de estos pacientes existen otros que
sufren pequeños traumas ( que llamamos con “t” pequeña) de forma
continua y durante varios años de su vida, y desarrollan diferentes
síntomas y conductas desadaptativas.
Hay cosas que le suceden al cuerpo cuando se sufre un trauma. La
personas, como los mamíferos y otros animales que se encuentran con
situaciones repentinas de mucha amenaza, reaccionan de tres maneras
posibles: lucha, evitación o bloqueo. Los síntomas postraumáticos hacen
que volvamos a experimentar las reacciones físicas que se han quedado
fijadas como “memorias corporales”. El miedo, el aumento de la tensión o
la parálisis e indefensión se quedan atrapadas en el cuerpo, incluso si no
recordamos claramente cuando y dónde las sentimos. Se puede decir que
la respuesta física al trauma se almacena en la memoria corporal y
continúa influyendo nuestro comportamiento sin darnos cuenta. En el
tratamiento trataremos de focalizar internamente, en las sensaciones
físicas y los mensajes variados que nuestro cuerpo nos transmite.
Aprenderemos a identificar y comprender nuestro lenguaje corporal, y
buscaremos el modo de descargar las energías atrapadas en él como
resultado del trauma. De hecho, trataremos de activar la “memoria
corporal” para producir la descarga de la energía. Al mismo tiempo,
traeremos al presente recuerdos corporales “seguros” y placenteros para
ayudarnos a afrontar las memorias corporales de malestar y de miedo. La
descarga nos liberará de las reacciones de bloqueo, indefensión, tensión y
activación desagradable y limpiará nuestro cuerpo de ellas.
Es interesante examinar cómo el cuerpo recuerda. Vamos a hacer un
ejercicio simple: trate de recordar una comida que le guste, un dulce. Si lo
recuerda, trate de imaginarlo. ¿Qué viene a la memoria? Ahora compruebe

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cómo sabe en su cuerpo que le gusta esa comida? Las sensaciones y el
conocimiento juntas son lo que llamamos “memoria corporal”.
Una de las habilidades más importantes que usaremos en la terapia para
ayudar al cuerpo y a los pensamientos a liberarse de las influencias del
trauma es la estimulación bilateral (su terapeuta le habrá explicado cómo
se libera la emoción y el recuerdo almacenado en su cerebro). Utilizaremos
su Lugar Seguro, La respiración y otras técnicas para poder relajarse y
fortalecer sus Recursos. Después focalizaremos en sus pensamientos,
emociones y sensaciones corporales para conectar con los aprendizajes
desadaptativos y sus “memorias corporales” y poco a poco con la
“exposición en vivo” su cerebro podrá ir haciendo otras conexiones
adaptativas y resolver el trauma.
Uno de los factores principales que hacen que los síntomas persistan
después del trauma es la evitación de situaciones, recuerdos,
pensamientos y sentimientos relacionados al evento. Es natural que
después de una situación traumática la personas quieran olvidar todo y
evitar los recuerdos, pensamientos y situaciones que causan dolor y
malestar. A corto plazo la evitación ayuda a disminuir el malestar, pero a la
larga te hace prisionera en tu propia vida, impidiéndote hacer cosas que te
hubieran gustado hacer, y no tomando decisiones que en otros casos
hubieras tomado. De hecho, sientes que el trauma te ha robado tu libertad.
El resultado de la evitación es que mantiene los síntomas e impide la
curación del trauma. ¿Puede pensar en cosas que ha evitado hacer desde
el trauma?
Cuando aceptamos experimentar las situaciones de la vida real que hemos
estado evitando como resultado de la experiencia traumática y los
recuerdos y sensaciones físicas dolorosas de ésta, entonces iremos
retomando el control paulatinamente de nuestra vida (pensamientos,
acciones y sentimientos). Esto es crucial para poder procesar la
experiencia traumática. Solo cuando abandonamos la evitación,
aprendemos que las memorias en sí mismas (incluso si son dolorosas y
producen mucho miedo como las que evitamos), no son tan peligrosas
como nos parecen. A través de la experiencia de la vida real (ej.
Exposición), la ansiedad que causan estas situaciones irá poco a poco
desapareciendo y los síntomas se debilitarán.
Para alcanzar estos objetivos emplearemos una serie de procedimientos,
estimulación bilateral durante la fase de narración, exposición en vivo (lo
que significa desarrollar tareas en la vida diaria de forma gradual,
procesamiento cognitivo de las ideas y sentimientos que han aparecido
durante la narración y llevar a cabo tareas de exposición (en otras
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palabras, cambiar lo que pensamos de nosotros mismos y sobre la
situación)

Exposición en vivo es una exposición a cosas que ha estado evitando


desde el evento porque le recuerdan el trauma de forma directa o indirecta,
por ejemplo, pasar tiempo en lugares con mucha gente y ruidosos,
conducir su coche después de un accidente, o no llevar un color porque le
recuerda que pasó algo. Es importante que se de cuenta que estas
exposiciones se llevarán a cabo de forma gradual y sólo cuando esté
preparado para ello.

Narración utilizan la estimulación bilateral. El objetivo de este protocolo


es ayudarle a procesar una historia muy amenazante que se conserva
“congelada e intacta” en su cerebro ya sea de forma completa o
fragmentada. En este método nuestro objetivo es que vuelva a narrar la
historia de la situación traumática mientras se hace la estimulación. Ud.
contará lo ocurrido como si fuera en un “tren de pasajeros viendo cómo el
paisaje se desarrolla por su ventana”

El Procesamiento cognitivo trabaja con los pensamientos y creencias


negativas. Después de un trauma, muchas personas concluyen que el
mundo es impredecible. Sienten que no tienen control o se sienten
incapaces de afrontar los hechos que han tenido lugar y por ello ven el
mundo como un sitio totalmente peligroso. Otra consecuencia del trauma
es que la víctima desarrolla un auto-concepto muy negativo de sí misma.
Esto son los pensamientos que causan ansiedad, evitación y depresión y
que aumentan los síntomas del Síndrome de Estrés Postraumático. Como
resultado de estas creencias, puede sentirse constantemente estresado y
con tensión y en consecuencia sentirse menos capacitado de afrontar las
situaciones que requieren responsabilidad en el día a día. En esta terapia,
aprenderemos a identificar las creencias o cogniciones negativas, de
autobloqueo, o autocrítica que resultan del trauma. Las volveremos a
examinar y explorar para ver si es posible cambiarlas.

En los primeros momentos de la terapia, puede sentir que sus síntomas se


han agravado. Puede haber un aumento de los sentimientos de miedo e
incluso un incremento en la frecuencia de recuerdos incontrolados sobre el
evento. Es importante recordar que esto no significa un fracaso de la
terapia. Al contrario, es una señal de que la terapia está progresando en la
dirección correcta y el material que estaba guardado en la “caja metálica”
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de una manera desorganizada y disfuncional se ha accedido a ella para
poder procesarlo de manera adecuada y adaptativa. Cuánto más avance el
tratamiento y las memorias se organicen y se procesen, mayor será el
debilitamiento de los síntomas y sentimientos hasta que se vuelvan más
tolerables o desaparezcan completamente. En otros momentos puede
sentir que la terapia es aburrida, opresiva o muy cansada y le gustaría
abandonarla. Estos sentimientos son muy comunes y son signos inefables
de un avance en el tratamiento. Es una evidencia indirecta que hay cosas
importantes cambiando en el cerebro. El hecho de seguir en terapia es, por
supuesto, si ud. quiere pero tenga en cuenta que estos sentimientos no
son necesariamente señal de fracaso o una razón para terminar el
tratamiento. La terapia es un proceso largo, duro y gradual que requiere
mucha paciencia. De alguna manera, ud. es una persona muy valiente por
trabajar estos componentes tan amenazantes y bloqueantes que produjo el
incidente traumático. Si se despiertan estos pensamientos de abandonar
esta iniciativa valerosa para desembarazarse de las memorias que le
atormentan y dejar la terapia, comuníqueselo a su terapeuta. Recuerde
que el objetivo es aliviar el sufrimiento de forma considerable y mejorar su
calidad de vida. Para alcanzar este objetivo uno debe afrontar sentimientos
desagradables durante un tiempo. Esta vez es con la ayuda de un
terapeuta experimentado y un método que ha sido efectivo para muchas,
muchas personas.

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María Cervera Goizueta

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