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SMITHSONIAN DEPOSIT
LIBROS PARA EL MAESTRO
EDICIÓN HECHA POH EL MONITOR DE LA EDUCACIÓN COMÚN
J. J. ROUSSEAU
LA EDUCACIÓN DE LA NATURALEZA
( DE LA SERIE «LOS CHANDES EDUCADORES»
por
GABRIEL COMPAYRÉ
Rkctor dk la Academia dk I.yon
1905
L-3 í 11
FEB 29 1908
D.ota
PROLOGO
II
III
infancia.
La paradoja engendra la paradoja, y del principio
erróneo que sirve de punto de partida al Emilio ha sa-
lido toda la serie de falsedades pedagógicas, que tan
duramente, pero con mucha justicia se han reprochado
á Rousseau, lo que Nisard llamaba sus «enormidades»,
y el pedadogo inglés R. Hebert Quick «sus extrava-
gancias».
El primero de esos errores capitales, es que la edu-
cación, hasta los doce años á lo menos, debe ser rigurosa-
mente «negativa«. La educación «positiva» no comenzará
para Emiho sino después de una larga ociosidad inte-
lectual y una no menos larga inacción moral. Puesto que
la naturaleza tiende por sí misma á sus fines, no ha}^ más
cuerpo y el espíritu.
J. J, ROUSSEAU •
37
uno tentado
estaría de imaginar que la «Naturaleza»,
tomando la palabra, le diría más ó menos lo siguiente:
IV
•
hombres, es tímido, atrasado y conservador en ideas
sobre la educación de las mujeres. El apóstol del indi-
vidualismo va á renegar de su doctrina. Subordina la
dos los trabajos de aguja, no hay otro que «dé una acti-
ce sucia»
Sofía cultiva las artes de adorno, menos para su
ventaja personal que para contribuir más tarde á la
recreación de su marido. Tiene una voz hermosa, canta:
ama la música y toca. Sabe
bailar. Pero en todas las
nes?. . .
VI
aún, no es de Rousseau?
Sin que lo advirtamos, el espíritu pedagógico de
Rousseau se ha deslizado é infiltrado en los ejercicios
de enseñanza, y en las prácticas de educación, que nues-
tro tiempo se esfuerza en favorecer cada vez más. En-
trad en una de nuestras escuelas maternales; se dan allí
F I N
bibliografía
Págiu;i
LbFe 1)6
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