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DAÑO INMATERIAL Y SUS

CATEGORIAS EN LA
REPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL
Caros Felipe Lobo Garrido

12 DE SEPTIEMBRE DE 2018
UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS
Bogotá D.C.
ÍNDICE GENERAL

Título 1
INTRODUCCIÓN

i. Estado del arte……………………………………………………………………


ii. Justificación………………………………………………………………………
iii. Planteamiento del problema…………………………………………………….
iv. Pregunta de investigación……………………………………………………….
v. Hipótesis…………………………………………………………………………….
vi. Objetivos……………………………………………………………………….
i. Objetivo general…………………………………………………………….
ii. Objetivos específicos…………………………………………………
vii. Marco teórico y conceptual………………………………………………………….
viii. Metodología………………………………………………………………………

Título 2
DESARROLLO TEÓRICO

ix. Responsabilidad extracontractual del Estado y el daño…………………………….


i. Capítulo 1 – Daño…………………………………….
ii. Capítulo 2 – Tipos de daño…………….
x. Tipos de daños inmateriales………………….
i. Capítulo 3 – Tipos de daños inmateriales según la doctrina………….
ii. Capítulo 4 – Comparación entre los tipos de daño inmaterial…………
xi. Conclusión……………………….
xii. Bibliografía……………………………….

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Título 1
INTRODUCCIÓN

ESTADO DEL ARTE

El autor Samuel Yong Serrano, en su libro “introducción a la responsabilidad pública y


privada” publicado en 2009, define a los daños inmateriales como un perjuicio el cual
sufre una persona en los bienes que no son evaluables en dinero por su misma naturaleza
pero que aun así se indemnizan de manera de compensación.
También nos habla sobre los tipos de daños inmateriales, que serían los siguientes:
perjuicio moral, perjuicio psicológico, perjuicio estético, perjuicio sexual y la alteración
de las condiciones de existencia.
El perjuicio moral, según el autor, puede ser entendido como el dolor o sufrimiento
causado a una persona injustamente. Por otro lado, el perjuicio psicológico hace
referencia a la perturbación del equilibrio espiritual por una causa ilícita. El perjuicio
estético es en el que se atenta contra la armonía física de un sujeto. El perjuicio sexual,
nos dice el autor, es en el cual se le genera a la víctima la imposibilidad de relacionarse
sexualmente, y finalmente, la alteración a las condiciones de existencia atañe a un cambio
en el curso normal de la vida de un sujeto, es decir, una modificación en sus ocupaciones,
hábitos, entre otros.
Por lo tanto, Samuel Serrano, nos habla sobre cinco tipos de daños inmateriales y nos
define cada uno, sin embargo, el autor hace énfasis de que pueden existir otros tipos pero
que lo más sobresalientes son los anteriormente mencionados.

El abogado y especialista en derecho admirativo Wilson Ruiz Orejuela, en su libro


“responsabilidad del Estado y sus regímenes” publicado en 2016, hace referencia a los
siguientes tipos de daño inmaterial: daño moral, daño a la vida relación, daño a la salud,
daño al proyecto de vida, daño a la honra, daño sexual, alteración de la condición normal

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de existencia y por último el autor añade otra categoría la cual es “otros daños
inmateriales”.
Orejuela, define al daño moral como el dolor espiritual, sufrimiento, pena; que afecta a
una víctima y/o a sus parientes o personas cercanas a él. Por otra parte, el autor define a
el daño a la vida relación como una disminución funcional u orgánica que genera que el
sujeto tenga una menor probabilidad de realizar las actividades que acostumbra a hacer
normalmente.
El daño a la salud hace referencia, según el autor, a un perjuicio inmaterial el cual
proviene de una lesión corporal y el cual esta en caminado a indemnizar económicamente
la lesión corporal sufrida por un sujeto. El daño proyecto de vida se refiere al daño el cual
afecta la esfera exterior del sujeto al modificar o suprimir las posibilidades de realizar las
actividades específicamente relacionadas con su vocación profesional o que determine su
estilo de vida.
El daño a la honra consiste en la afectación a la reputación y dignidad de la persona, que
se puede dar al acusarla injuriosamente o con calumnias las cuales dañen su imagen. El
daño sexual se trata de la pérdida o disminución en la función o uso de los órganos
sexuales. La alteración de la condición normal de existencia hace referencia a el daño el
cual causa que el sujeto no pueda realizar actividades que normalmente realzaba por
causa del daño sufrido, y, por último, el autor nos habla sobre “otros daños inmateriales”
y nos dice que todo daño inmaterial que se verifique de forma independiente deme
indemnizarse, es decir, cualquier otro bien inmaterial que no esté comprendido dentro de
las anteriores categorías.

El abogado y autor Enrique Gil Botero en su libro “Responsabilidad extracontractual del


estado” publicado en el 2011 igual forma habla sobre unas clases de daños inmateriales.
El autor los clasifica en perjuicios morales, daño a la vida de relación, alteración de las
condiciones de existencia, perjuicio estético, daño psicológico y finalmente nos habla
sobre un daño moral en cual podría ser aplicable a personas jurídicas. El autor define al
daño inmaterial como el perjurio moral y fisiológicos de una o varias personas.
El perjuicio moral, según el autor, es en el que se busca resarcir una situación dolorosa
que afecta los sentimientos y deteriora la integridad afectiva o espiritual de una persona.

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El daño a la vida relación o perjuicio fisiológico se refiere a la pérdida de la capacidad
lúdica o placentera que brinda la integridad corporal y por lo tanto lo que busca es hacer
la existencia grata y más placentera de una persona que se le ha afectado su integridad
corporal.
La alteración de las condiciones de existencia es cuando un sujeto sufre un daño o una
circunstancia la cual modifica sus condiciones habituales y normales de vida.
Botero, nos habla del perjuicio estético partiendo de la concepción y criterios sobre la
estética en la cultura, toda cultura tiene esa concepción y al afectar esa regularidad en una
persona, dejándola en desventaja frente a la concepción estética de una determinada
cultura, se produce el daño estético como por ejemplo en perdida de ojos, cicatrices, entre
otros. El autor también habla sobre el daño psicológico el cual puede ser considerado
como una perturbación al equilibrio espiritual de una persona.

En la obra “El régimen de la responsabilidad objetiva” publicado en el 2013, el abogado


y sociólogo Hugo Andrés Arenas, cita a Gil Botero para definir el daño inmaterial
definiéndolo como la afectación de bienes que no son económicos pero que igualmente
son protegidos en el ordenamiento jurídico. Sin embargo, el autor Hugo hace una
clasificación distinta de este término, para el existen los siguientes tipos: daño moral,
daño a la salud, daño psicológico, daño a la honra, daño sexual, daño espiritual y perjuicio
estético.
El autor cita, de nuevo, a Botero para definir el daño moral, que es el que está destinado
a compensar la lesión de los sentimientos, y nos dice que este puede tanto afectar como
al sujeto que lo sufre como a los terceros que lo rodean, como la familia.
Al hablar del daño a la salud, el autor enfatiza en que el estado colombiano se demoró en
reconocerlo y hasta el 2011 fue que este tipo de daño se empezó a distinguir del daño
moral, y surge de la necesidad de ser más objetivo y que se garantice en mayor medida
las indemnizaciones frente a este tipo de daños que afectan la salud. El autor define al
daño psicológico como una alteración en la personalidad de una persona lo cual hace que
afecte su comportamiento normal.

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El daño sexual hace referencia, según el autor, a el daño que hace que se produzca
detrimento en las funciones reproductivas como sexuales. Es menester tener en cuenta
que el autor dice que tanto el daño sexual y el daño a la salud derivan de la alteración de
las condiciones normales.
El perjuicio estético es cuando un sujeto presenta variaciones en su exterior que generan
sentimientos negativos al modificar su apariencia física y se puede dar si el daño es
producido en cualquier parte del cuerpo. Al referirse al daño a la honra, el autor nos dice
que es un daño que se puede causar durante el desempeño de la actividad administrativa
o en atentados contra derechos o libertades fundamentales los cuales lastiman la imagen
de la persona.
El daño espiritual, dice el autor que se distingue del daño moral y que otros autores van
acorde a esta idea, y es en el cual una persona es desviada de la dirección adecuada para
unirse a una divinidad por las acciones de otro hombre.

El autor Héctor Darío Arévalo, en su obra “Responsabilidad del Estado y de sus


funcionarios” publicado en el 2009, nos habla sobre dos tipos de daños, el daño
patrimonial (material) y daño extrapatrimonial o moral. El autor, compila dentro del daño
moral la afectación psicológica, subjetiva, sentimental, espiritual y personal, los cuales
son objeto de compensación, es decir que todas las afectaciones mencionadas son
características de un tipo de daño el cual sería el daño moral.
El autor únicamente nos habla del daño fisiológico como otro tipo de daño que consiste
en que una persona no pueda gozar su vida relación. Este autor no reconoce al daño moral
como una categoría dentro daño material, sino que habla del daño moral como si fuera la
categoría principal y no como una subcategoría.

Gil Barragán Romero, en su obra “Elementos del daño moral” nos habla del daño moral
como categoría principal y no como subcategoría del daño inmaterial (no menciona al
daño inmaterial) y nos dice que el daño moral es una alteración en la homeostasis
(equilibrio y preservación del ser) adentrando en el daño moral: el dolor, sufrimiento,
lesión, cicatriz, deformidad, entre otros, y ese sufrimiento causado por esas u otros daños
son los que van a alterar la homeostasis de la persona que sufre el daño.

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En la obra “Violencia y vulnerabilidad” dirigida por Nora Lloveras y Olga Orlandi,
definen al daño moral como un padecimiento de un sujeto en la psiquis (se puede definir
como el alma humana o la mente) la cual se puede producir por la privación de la
satisfacción, felicidad, entre otros que afectan la calidad de vida de una o varias personas.
El daño moral se trata entonces como una categoría sobre el daño y no como una
subcategoría, y sus daños afectan principalmente la calidad de vida del ser humano quien
padece dicho daño.

El autor Andrés Ricardo Mancipe González en su obra “Los perjuicios inmateriales en


la responsabilidad extracontractual del estado en Colombia” (2005) nos habla del daño
moral separado del inmaterial y lo define como cualquier perjuicio que sufre una persona
el cual no es patrimonial o material.

JUSTIFICACIÓN:

El presente trabajo e investigación tiene como objetivo analizar los tipos de daños que
tanto la doctrina como la jurisprudencia han reconocido, con el fin de llegar a la
conclusión de cuales deben gozar de una propia autonomía e identidad para así hacer un
intento de universalizar estas categorías y no tener contradicciones o discordancias entre
algunas doctrinas.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

Analizando la doctrina teórica sobre los tipos de daños inmateriales, encontramos varias
discordancias entre algunos autores. Algunos doctrinantes reconocen entre cinco o cuatro
tipos de daños inmateriales, otros reconocen siete u ocho. De igual forma, algunos

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denominan al daño moral como una subcategoría de los daños inmateriales mientras que
otros lo ven como la categoría principal u otra forma de decir daño inmaterial. Por lo
tanto, estas discordancias pueden generar un debate doctrinal, pero a la vez confusiones
sobre el daño inmaterial y sus categorías, confusiones las cuales en este trabajo trataremos
de resolver.

PREGUNTA PROBLEMA:

¿Qué tipos de daños inmateriales deben ser considerados por fuera de la categoría de
daños morales, es decir, que tengan una propia autonomía e identidad?

HIPÓTESIS:

El daño moral, siendo una subcategoría principal del daño inmaterial, el cual se define
como el dolor y pena que sufre una persona, puede abarcar varios tipos de daños como el
daño proyecto a la vida, sexual, espiritual, honra, entre otros. Por ende, los daños
anteriormente mencionados no deben gozar de una propia autonomía e identidad, sino
que deben ser vistos como un daño moral por sus características de sufrimiento que llega
a sufrir una persona, cosa que no ocurre con el daño a la salud ya que este aparte de
sufrimiento, se caracteriza por un daño tanto interno (sufrimiento) como externo (lesión,
enfermedad).

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OBJETIVOS:

Objetivo general:

El presente trabajo tiene como objetivo general analizar las categorías de daño inmaterial
para así determinar cuáles deben gozar de independencia y autonomía con el fin de tratar
de universalizar estas categorías y así evitar controversias futuras en la doctrina del
derecho.

Objetivos específicos:

1. Estudiaremos cada categoría del daño inmaterial, consideradas para los autores
anteriormente mencionados en el estado del arte, determinando sus componentes, sus
consecuencias y sus características.

2. Después de dicho estudio, haremos un estudio comparativo de todas las categorías y


así determinaremos cuales si deben gozar de la independencia frente a otras que no.

MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL:

El marco teórico es el siguiente.

METODOLOGÍA:

La metodología a usar en el presente trabajo es doctrinal y comparativa ya que


analizaremos conceptos de distintos autores que son reconocidos e importantes en la
doctrina del derecho e igualmente compararemos dichos conceptos para así detallar cada
uno para determinar si se debe individualizar.

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Título 2
DESARROLLO TEÓRICO

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACUAL DEL ESTADO Y EL DAÑO

La responsabilidad extracontractual es entendida como una obligación de reparar a una


persona por un daño, el cual, no proviene de un contrato o de un vínculo jurídico (Boada,
2000).

En la legislación colombiana, el Estado Colombiano responderá por los daños


antijuridicos que sean causados, por la acción u omisión de las autoridades públicas, a
una persona según lo establece el artículo 90 de la constitución política de Colombia.

La definición anteriormente formulada se puede dividir en varios componentes o partes,


pero lo que nos interesa en este trabajo es la noción del daño, y siendo más aun
específicos, el concepto y divisiones sobre el daño inmaterial. Pero, antes de llegar a eso
es menester conocer el concepto general del daño y sus tipos para así poder llegar a la
controversia que posteriormente plantearemos y estudiaremos.

Capítulo 1
EL DAÑO

El daño es entendido como una disminución o reducción al patrimonio de una persona


ya sea de forma inmaterial, material o inclusive en ambas formas (Serrano, 2009).
Teniendo claro que es el daño, es importante definir cada uno de sus tipos, los cuales,
como se dijo anteriormente, pueden ser inmateriales o materiales para efectos de su
reparación económica.

Para que exista responsabilidad, sea contractual o extracontractual, debe existir un daño
ya que este va a ser la base en la cual se buscará una indemnización o una reparación
por un hecho u acto el cual es el generador de dicho daño. Esta reparación dependerá de
la magnitud del daño, la forma en que se produce y el tipo de daño y por lo tanto es

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menester saber cuáles son los tipos de daños, sus características y sus categorías las
cuales estudiaremos en el siguiente capítulo.

Capítulo 2
TIPOS DE DAÑO

Como se mencionó anteriormente, los tipos de daño son dos: el daño material y el daño
inmaterial.
Cuando hablamos de daño material, muchos autores concuerdan en su definición y sus
tipos. El daño material puede ser entendido como el daño que recae sobre los bienes e
intereses de una persona los cuales son cuantificables, es decir, se pueden medir
económicamente (Henao, 1998). El daño material se divide en daño emergente y lucro
cesante (Serrano, 2009) y de igual forma, el código civil colombiano en el artículo 1614
divide el daño material en las mismas dos categorías anteriormente mencionadas.

Por el contrario, cuando nos referimos al daño inmaterial, se puede evidenciar que, si bien
su concepto puede llegar a ser universalmente claro, sus categorías no tanto, a diferencia
del daño material que si tiene una mayor claridad.
El daño inmaterial es aquel perjuicio causado a una persona en los bienes los cuales no
son evaluables en dinero, sin embargo, si se pueden indemnizar (Henao, 1998). Esta
definición es semejante a la de otros autores como a la de Enrique Gil Botero o Samuel
Yong Serrano, entre otros, por lo que no nos genera una controversia doctrinaria. Sin
embargo, se pueden evidenciar que muchos autores definen las categorías del daño
inmaterial de forma muy diferente, por ejemplo, el autor Hugo Andrés Arenas nos habla
del daño espiritual como una de las categorías del daño inmaterial, cosa que no hace
Wilson Ruiz Orejuela o Samuel Yong Serrano y de igual forma, estos autores, al igual
que muchos otros, difieren al hablar de los tipos de daño inmaterial. A continuación,
estudiaremos cada categoría mencionada por varios autores reconocidos y observaremos
cuales son las similitudes y discordancias entre algunos de ellos en relación a las
categorías del daño inmaterial.

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TIPOS DE DAÑO INMATERIAL

Existen varios tipos de daño inmaterial dependiendo del campo en el cual queramos
analizarlos, ya sea desde la doctrina o desde la jurisprudencia. En Colombia, el Consejo
de Estado (sala de lo contencioso administrativo, sección tercera) nos habla sobre tres
tipos de daño inmateriales: daño moral, daño a la salud y el daño a la vida relación,
además de cualquier otro que merezca indemnización o una valoración económica.
De igual forma, por medio del acta No. 23 del 25 de septiembre de 2013, establece como
se debe reparar los daños anteriormente dichos y especifica algunas causales como, por
ejemplo: daño moral en caso de muerte, daño moral en caso de lesiones personales, entre
otras.

Estos tipos de daños inmateriales, podríamos decir, que son positivizados por la norma
colombiana y no tendrían un carácter doctrinal sino jurisprudencial.
Tanto el carácter doctrinal como jurisprudencial considero que son importantes, ya que
muchas veces la jurisprudencia de cualquier país toma a la doctrina como la base de sus
normas y por lo tanto la doctrina es fundamental a la hora de establecer conceptos y
normas en la jurisprudencia. Por ende, en menester analizar y estudiar el concepto del
daño desde la doctrina ya que ahí podemos encontrar tanto similitudes en las teorías como
discordancias.

Capítulo 3
TIPOS DE DAÑOS INMATERIALES SEGÚN LA DOCTRINA

Al estudiar y al leer a varios autores sobre los tipos de daños inmateriales, como se dijo
anteriormente, se pueden evidenciar ciertas discordancias o diferencias. Autores como
Samuel Yong Serrano distinguen cinco tipos de daño inmaterial, otro, como Wilson Ruiz
Orejuela distingue siete tipos de daños inmateriales y así ocurre con muchos más autores.
Analizando la doctrina, hemos distinguido hasta diez tipos de daños inmateriales, algunos
compartidos entre ciertos autores y otros no.

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Esos diez daños inmateriales son: daño moral, daño psicológico, daño estético, daño
sexual, alteración a condiciones de existencia, daño a la vida relación, daño a la salud,
daño a la honra, daño al proyecto de vida, y, por último, daño espiritual.
Varios autores tienen ciertas similitudes y diferencias dependiendo del tipo del daño al
que nos referíamos, a continuación, hablaremos de cada uno, de su definición, sus
características y que autores lo respaldan.

El daño moral, es el que se puede definir como “el dolor espiritual, sufrimiento, pena,
congoja que afecta tanto a la víctima directa del daño como a sus parientes cercanos y
terceros damnificados muy próximos a la víctima” (Orejuela, 2016, pág. 94). El daño
moral es una categoría que menos controversia nos presenta, a diferencia de otras, ya que
la mayoría de autores lo reconocen y lo definen de una manera similar, en relación al
dolor, sentimientos, sufrimiento, entre otros.
Sin embargo, algunos autores como Gil Barragán Romero, no hacen una distinción entre
el daño moral y el daño inmaterial, es decir que no ven o no se refieren al daño moral
como una subcategoría del daño inmaterial sino como una categoría principal de los tipos
de daños y, aunque son muy pocos autores que no hacen esa distinción, es menester tener
en cuenta que daño inmaterial y daño moral no pueden ser considerados el mismo ya que
el primero hace referencia a los daños que se producen en los bienes que no son evaluados
en dinero por su naturaleza (Serrano, 2009) es decir, a cualquier tipo de daño que no se
pueda evaluar económicamente, mientras que el daño moral hace referencia al daño que
produce dolor y sufrimiento.
Por otro lado, hay autores, que, aunque no son muchos, si nos pueden llegar a generar
disimilitudes respecto al concepto ya que definen al daño moral con características
psicológicas, espirituales, entre otras. Por ejemplo, Héctor Arévalo lo define como
“afectación de orden psicológica, subjetiva, sentimental, espiritual, personal, que resulta
lastimada por el daño” (Arévalo, 1999, pág. 280). Esta definición, no solo nos habla del
dolor y de los sentimientos, sino que también compila particularidades psicológicas,
subjetivas y espirituales dentro del daño moral, cosa que muchos autores no hacen, sino
que separan esas características en distinto tipo de daño, como por ejemplo Samuel
Serrano que define por separado al daño moral y al daño psicológico.

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Ahí podemos observar desemejanzas sobre los componentes del daño moral respecto a
algunos tipos de daños según la doctrina, desemejanza la cual estudiaremos a mayor
profundidad más adelante junto con las que otras que también se presenten a lo largo de
este análisis. El daño moral, como se dijo anteriormente, es identificado por la mayoría
de autores, tales como: Samuel Yong Serrano, Wilson Ruiz Orejuela, Enrique Gil Botero,
Hugo Andrés Arenas, entre otros, siendo uno de los daños que mas fundamento doctrinal
tiene a diferencia de otros.

El daño psicológico hace referencia a “una alteración en la personalidad del individuo


que afecta su comportamiento normal” (Arenas, 2013, pág. 103).
Este tipo de daño, si bien es reconocido por varios autores, no tiene el mismo
reconocimiento que el daño moral. Por ejemplo, mientras que autores como Samuel Yong
Serrano, Enrique Gil Botero, entre otros, lo reconocen; autores como Wilson Ruiz
Orejuela o Héctor Darío Arévalo no lo identifican, al menos expresamente.

El daño sexual es “el que debe resarcirse cuando la victima queda con imposibilidad
total o parcial de mantener relaciones sexuales o de procrear” (Serrano, 2009, pág. 113).
Este tipo de daño es acogido por autores como Samuel Serrano, Wilson orejuela, Hugo
Andrés Arenas, entre otros. Sin embargo, este tipo de daño no se identifica en autores
como Héctor Darío Arévalo o Enrique Gil Botero, lo cual puede dejar incertidumbre
sobre si existe este tipo de daño como daño inmaterial.

El perjuicio estético puede ser definido como “variaciones en el exterior de las personas
que pueden generar sentimientos negativos en las personas al ver modificada su
apariencia” (Arenas, 2013, pág. 104).
Esta definición es similar a la de muchos otros autores. Gil Botero, por ejemplo,
especifica que este daño parte de la concepción y criterios sobre la estética en la cultura,
pero, aunque el autor Hugo Arenas no habla sobre la concepción de la cultura, el fondo
de la definición sigue siendo el mismo y es el daño causado a la estética de una persona,
como una cicatriz, perdida de un ojo, entre otros, el cual hace sentir mal a la persona.

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A pesar de que las definiciones de muchos otros autores también concuerdan con la
anteriormente dicha, hay varios autores que no tienen en cuenta este tipo de daño dentro
de la categoría de daño inmaterial, como es el caso de Wilson Ruiz Orejuela.

La alteración a las condiciones normales de existencia, es para René Chapus “una


modificación anormal del curso de la existencia del demandante en sus ocupaciones, en
sus hábitos o en sus proyectos” (citando en Serrano, 2009, pág. 113).
Muchos autores se acogen a esta definición, como es el caso del autor Enrique Botero,
por lo que no nos presenta controversia alguna en su definición o interpretación. Sin
embargo, a pesar de que su concepto es universalmente claro y similar en a doctrina,
autores como Hugo Andrés Arenas no se refieren a este tipo de daño inmaterial, al menos
expresamente.

El daño a la vida relación, o aún más reconocido como perjuicio fisiológico, es la


“perdida de la capacidad lúdica o placentera que puede brindar la integridad corporal
y la afectación que en el mundo exterior produce el daño” (Botero, 2011, pág. 178).
Este tipo de daño es identificado y analizado doctrinalmente por Enrique Gil Botero y
Wilson Ruíz Orejuela, pero no lo es por autores como Gil Barragán Romero o Héctor
Darío Arévalo. Este tipo de daño ha sido identificado por el Consejo de Estado desde una
sentencia, emitida por este mismo órgano, de 1993 en la cual se distinguía del daño moral
convirtiéndose así en una categoría totalmente diferente en la legislación colombiana, por
lo tanto, tiene un carácter tanto doctrinal como jurisprudencial en Colombia.

El daño a la salud, a parte de ser reconocido en la doctrina, también es contemplado en


la jurisdicción contencioso administrativa del Estado colombiano (Serrano, 2009).
Cabe destacar que la salud es un derecho fundamental consagrado en el articulo 49 de la
constitución política de Colombia y que esta regulado por la ley estatutaria 1751 del 2015.
El daño a la salud es “una violación a la integridad psicofísica de la persona, que afecte
su estado de bienestar en cualquiera de las manifestaciones de su vida” (Serrano, 2009,
pág. 122).

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Al igual que el daño a la vida relación, este daño es reconocido por el Consejo de Estado
(Serrano, 2012) es decir, que tiene un carácter individual al daño moral.

El daño proyecto de vida, si bien es identificado y desarrollado por algunos autores, este
tipo de daño no tiene el mismo nivel de reconocimiento que las categorías de daño
anteriormente mencionadas ya que es menor el número de autores quienes lo reconocen
o hablan de él, pero aun así es estudiado e identificado en la doctrina. No obstante,
jurídicamente ha sido muy importante para el desarrollo y desenvolvimiento en los casos
de masacrares y atentados en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. (Arenas,
2013). Y bajo este daño se han basado para juzgar a los Estados respecto a crímenes
contra los derechos humanos.
Es definido como el “daño que afecta la esfera exterior de la vida de la víctima, cuando
esta debe modificar o suprimir del todo las actividades que corresponden a su vocación
profesional o que determinan de alguna manera su estilo de vida” (Arenas, 2013, pág.
99).

El daño a la honra, de igual forma al daño anteriormente mencionado, no es tan


mencionado o reconocido por los autores importantes en la doctrina, pero, al igual que el
daño a la vida relación, es tratado y estudiado por algunos autores.
Este daño consiste en “la afectación que se hace a la reputación y a la dignidad de la
víctima, el ataque a la presunción de su honorabilidad, consistentes en imputaciones o
acusaciones injuriosas, calumniosas, o falsas, que dan al traste con su imagen y
reputación frente a su entorno social y familiar” (Orejuela, 2016, pág. 100)

Finalmente, el daño espiritual es aquel que según el autor Carlos Ghersi, deben
distinguirse del daño moral, ya que la mayoría de autores consideran que son el mismo
(Arévalo, 2013).
Ghersi, explica que este tipo de daño es diferente a la moral argumentándose en que “si
una persona desde su pequeña realidad subjetiva se esfuerza por encontrar la dirección
adecuada para unirse a la divinidad a fin de darle sentido a su vida terrena, cualquier
desvío procedente de la confusión que otro hombre pueda sembrar con sus acciones,

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infiere un daño sin paragón, sin moldes, sin preconceptos” (citado en Arenas, 2013, pág.
105).

Estos son los diez tipos de daños inmateriales identificados junto con algunos autores que
los sustentan y/o defienden, cabe destacar que algunos daños tienen mayor respaldo
doctrinal que otros, pero ello no significa que tengan las características para ser
considerados autónomos e independientes al daño moral.
A continuación, haremos un estudio comparativo sobre los tipos de daños anteriormente
mencionados para así identificar similitudes, diferencias, igualdades y su importancia
individual.

Capítulo 4
COMPARACIÓN ENTRE LOS TIPOS DE DAÑO INMATERIAL

Antes de comparar las características de los daños inmateriales reconocidos en la


doctrina, considero, que es fundamental saber porque se debe hacer esta distinción y
porque es necesario que existan diferentes tipos de daños inmateriales.
Primero que nada, el simple hecho de que existan tipos de daños inmateriales genera que
se haga un proceso de indemnización o compensación diferente, es decir, “a la hora de
cuantificar su valor se resarcen de forma separada” (Serrano, 2009, pág. 111).
Es decir, que, en el momento de reparar el daño, el valor por el cual se va a reparar
dependerá de el tipo de daño al que se refiera.
De igual forma, es importante ya que amplía la concepción del daño inmaterial, y no solo
se tendría en cuenta al daño moral como único daño inmaterial.

El daño moral, como se explicó anteriormente, hace referencia a el dolor, tristeza,


sufrimiento, pena, sentimientos, entre otros. Analizando las características del daño
psicológico, que son alteraciones en la personalidad que genera comportamientos
extraños o diferentes, podemos evidenciar que son distintas a las del daño moral, ya que
no necesariamente el cambio de la personalidad de un sujeto, el cual altere su

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comportamiento, este ligado al dolor y al sufrimiento, asimismo, el dolor y el sufrimiento
no necesariamente trae consigo cambios en la personalidad y el comportamiento.
De igual forma, debemos tener en cuenta que, a la hora de cuantificar este daño, es muy
distinto el dolor producido por la muerte de un familiar que, el dolor padecido por un
trauma o algo por el estilo, dependerá si el trauma o trastorno es leve o grave, pero aun
así las formas de compensación o en cómo dar dicha compensación pueden llegar a ser
muy distintas; ya que en muchos casos no basta compensar económicamente el daño con
base al régimen patrimonial establecido, sino que además, se debe tomar medidas no
pecuniarias cuando se vulneren cierto tipos de derechos (Serrano, 2009).
Sin embargo, si bien podemos decir que el daño psicológico no hace parte de la categoría
de daño moral, eso no significaría que por ello goce de una independencia y una propia
autonomía, ya que, este daño si comparte ciertas características con otro tipo de daño, el
cual es, el daño a la salud.

El daño a la salud es un daño a la integridad psicofísica de una persona, así lo ha definido


el Consejo de Estado y han optado por esta definición autores como Hugo Andrés Arenas.
Esta definición, dada por la jurisprudencia y acatada por la doctrina, compondría dentro
del daño a la salud componentes físicos, psicológicos, sexual, entre otros. Por lo tanto,
podríamos decir, que el daño psicológico no podría ser como tal una categoría
independiente ya que sus componentes se encuentran o son similares al daño a la salud.
De igual forma el daño a la salud no podría ser considerado como una subcategoría o
consecuencia del daño moral, ya que, si bien el primero puede estar acompañado de dolor
y sufrimiento, también comprende, como dijimos anteriormente, daños físicos que son
exteriores a la persona, cosa que no comprende el daño moral.

Respecto al perjuicio estético, las características que este presenta no son muy distintas a
las del daño moral, ya que este daño de igual forma genera, como lo ha dicho
anteriormente, sentimientos negativos y dolor por estos mismos. Podríamos decir que el
perjuicio estético únicamente define la causa por el dolor y los malos sentimientos, que
sería un daño en la apariencia física, pero en sus consecuencias y características, es
totalmente igual al daño moral.

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Por otro lado, el daño sexual tiene características diferentes al daño moral, ya que este,
aparte del dolor y la tristeza; genera una imposibilidad total o parcial de realizar
actividades sexuales o reproducirse (Serrano, 2009).
Sin embargo, este tipo de daño, al igual que el daño psicológico, es comprendido por el
daño a la salud ya que este comprende daños a la integridad psicofísica, que como ya
dijimos, comprende características físicas, psicológicas y sexuales, y, por lo tanto, el daño
sexual difícilmente podría ser considerado como una categoría autónoma de los daños
inmateriales ya que se encuentra adentrada dentro del daño a la salud, o al menos, esta
contiene sus características.

La alteración a las condiciones normales de existencia, al igual que el daño moral, puede
producir dolor o sufrimiento, sin embargo, este se distingue al generar una modificación
anormal en la vida de una persona ya sea en sus ocupaciones, hábitos, proyectos, entre
otros (Serrano, 2009).
No obstante, se podría presumir que el daño a la salud de igual forma genera cambios en
el curso de la existencia de una persona y que por ello no se debería individualizar al
perjuicio de la alteración a las condiciones normales de existencia, sino que debería ser
tenido en cuenta como el mismo daño a la salud o como una de sus características. Sin
embargo, así como el daño a la salud puede generar modificaciones en la vida de una
persona, puede que no, como puede ser el caso de una herida leve o que no interfiera en
sus actividades cotidianas o en sus proyectos de vida.
Por otro lado, cabe la posibilidad de que se genere una alteración anormal en la vida de
algún sujeto, sin la necesidad de que exista algún daño a su integridad psicofísica. Por
ejemplo, que un sujeto sufra un daño antijurídico en sus bienes inmuebles, el cual no
afecte su estado de salud, pero si lo limite para poder llevar acabo sus hábitos o sus
ocupaciones.

El daño al proyecto de vida, nos presenta características muy similares a las de la


alteración de las condiciones normales de existencia.

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Analizando ambas definiciones adoptabas en el anterior capitulo, podemos observar que,
al igual que la alteración a las condiciones normales de existencia, el daño al proyecto de
vida perjudica a la persona al modificar su esfera exterior, al suprimirla de desarrollar
actividades profesionales y de realizar sus proyectos de vida.
No podríamos decir que el daño al proyecto de vida es el mismo que la alteración de las
condiciones normales de existencia ya que este último comprende muchas más
características sobre el curso de la existencia de la persona, pero lo que si podríamos decir
es que el segundo contiene las características del daño al proyecto de vida y, por lo tanto,
no gozaría de una autonomía, e inclusive, podría ser omitido.

El daño a la vida relación, como se dijo en el capítulo anterior, puede ser considerado
como aquel que genera la perdida de la capacidad lúdica o placentera, de alegrías, de
goces, entre otros que se esperan en la vida normal de una persona.
Es menester tener en cuenta que las consecuencias anteriormente mencionadas pueden
generar dolor o sufrimiento y si bien es reconocido por el Consejo de estado o por autores
como Gil Botero como un daño independiente, no trae consigo nada distinto al daño
moral. Podríamos decir que, al igual que el daño estético, este daño define la causa del
dolor y sufrimiento, es decir, una causa especifica.

El daño a la honra, al igual que el daño anteriormente mencionado, trae consigo


sufrimiento, dolor, pena, entre otros, y de igual forma específica la causa, la cual sería
una afectación a la reputación, imagen, dignidad entre otros. Autores, lo definen y lo
estudian como un daño independiente, pero, su consecuencia es la misma que el daño
moral la cual sería el sufrimiento por el daño a su imagen. Por obvias razones, este tipo
de dolor no es comparable con el dolor de una muerte de un familiar, y por ende su
indemnización no sería de un mismo monto. No obstante, el punto clave que es el
sufrimiento está presente y por lo tanto podría ser considerado como una característica o
causa del daño moral.

Finalmente, el daño espiritual es muy poco reconocido y distinguido, ya que muchos


autores consideran que es el mismo daño moral. Autores, como Enrique Botero, definen

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al daño moral como los que “atienden a resarcir la lesión de los sentimientos, situaciones
dolorosas, menoscabo o deterioro de actividad afectiva o espiritual” (Botero, 2011, pág.
164). Esta definición trae consigo el componente de la actividad espiritual y muchos otros
autores definen al daño moral similarmente. De igual forma, debemos tener en cuenta
que el daño moral contiene todas las características del daño espiritual, siendo un daño
que dependiente de los sentimientos de una persona, los cuales, pueden estar relacionados
con el ámbito espiritual.

CLONCLUSIONES:

Después de analizar los conceptos juntos con sus características y de haber comparado
sus componentes concluyo que: Solo se pueden considerar por fuera de la categoría de
daños morales el daño a la salud y la alteración a las condiciones normales de
existencia, y estos daños junto con el daño moral, son los únicos que tiene una propia
autonomía e identidad en la categoría de daños inmateriales.

El daño estético, daño a la vida relación, el daño a la honra y el daño espiritual,


considero que ya son abarcados por el daño moral por los argumentos presentados al
largo del trabajo y pueden ser cubiertos bajo esta tipología de daño.

El daño proyecto de vida es muy similar a la alteración de las condiciones de existencia,


solo que este segundo es más completo respecto a las características que lo
fundamentan y por lo tanto el primero no sería fundamental o indispensable.

Dentro de la definición del daño a la salud se abarca expresamente el daño psicológico


y el sexual por lo que distinguirlo, considero, sería innecesario.

Cada ordenamiento jurídico tiene la libertad de reconocer al daño que bien le parezca,
tal es el caso del Estado colombiano frente a el daño proyecto de vida, y siempre y
cuando este reconocimiento no vaya en contra se la norma fundamental, será legítimo.

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BIBLIOGRAFÍA:

Samuel Yong Serrano. (2009). Introducción a la responsabilidad pública y privada.


Bogotá: Departamento de Publicaciones de la Universidad Santo Tomás.

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