Sunteți pe pagina 1din 210

Libro notarial

Introducción.-

En esta ocasión estamos ingresando a estudiar los temas seleccionados para el


curso de Notarial II.

En Notarial I sobre todo estudiamos las bases doctrinales, históricas y


fundamentales de la carrera notarial.

Nos interesó conocer el derecho notarial, la historia del ejercicio en los distintos
estados de la evolución humana y sobre todo el quehacer notarial, la Institución
del Notariado, el Instrumento Público y el Sujeto de dar fe.

El sujeto principal dador de fe público por delegación del Estado es el Notariado,


con jurisdicción vitalicia, habiendo otros sujetos habilitados temporalmente por la
ley y por su cargo para ejercer algunas formas del notariado como son los Jueces
y los Cónsules.

También se hablo de la Responsabilidad Notarial, temas muy importantes sobre


todo en este mundo tan susceptible y peligroso, por lo que los Notarios debemos
de mantenernos alertas y no solamente cuidarnos de no cometer irregularidades,
sino que también en no convertirnos en cómplices o apologistas de su comisión
por acción u omisión.

En este curso de Notarial II denominado “Curso Básico de Conocimientos de


Notaría” su contenido es más dinámico y más pragmático.

Empezamos por definir el instrumento público, sus partes y todas aquellas


circunstancias que lo rodean para garantizar su validez.

Hablamos de las Actas Notariales, El Protocolo y la Copia o Testimonio.

Es objetivo de este curso básico transmitir: Conocimientos en los cursantes que


les permitan afianzar los adquiridos en el curso de Derecho Notarial I y que estos
a la vez coadyuven en la creación de habilidades en el manejo de la materia y
buenos hábitos en el ejercicio del quehacer notarial.

Este es un humilde aporte del recopilador. Quiero hacer memoria de los grandes
maestros nacionales entre los que ocupa un lugar muy destacado el doctor
Nicolás Buitrago, cuya aporte al estudio del notariado nacional es trascendental
para los profesionales y para los actuales docentes.
Para la recopilación del contenido y redacción de la presente obra se consultó y
observó la estructura de los Programas de Estudio de la Materia de Derecho
Notarial de varias facultades de Derecho de Universidades del país, diseñándose
de tal manera que pueda servir de material básico en su estudio y de herramienta
auxiliar de los catedráticos, siempre bajo la premisa de que tomemos lo que nos
sea útil.

TEMA UNO

EL INSTRUMENTO PÚBLICO.

Sumario

 CONCEPTO

 SUS ASPECTOS ADJETIVOS. SU RELEVANCIA EN LOS ACTOS JURIDICOS


SOLEMNES

 SUS EFECTOS SUSTANTIVOS PROPIOS

 CARACTERISTICAS Y FINES DE LA ESCRITURA PUBLICA

 VARIEDADES DE LA ESCRITURA PUBLICA

 DIFERENCIA FUNDAMENTAL ENTRE LAS ESCRITURAS PÚBLICAS


PROPIAMENTE DICHAS.

A. CONCEPTO

No hay uniformidad en el lenguaje jurídico respecto al significado y ámbito de las


voces documento e instrumento. Ambas proceden del latín; la primera de la
palabra docere, que significa enseñar; y la segunda de la palabra instruce, que
significa instruir, porque nos enseñan o instruyen de la existencia de un hecho o
convenio. El sentido etimológico conduce, pues, a la sinonimia Sin embargo,
según la Real Academia de la Lengua, instrumento es la escritura, papel o
documento con que se prueba alguna cosa y documento el “... escrito que ilustra
acerca de un hecho, principalmente de los históricos”; según lo cual el instrumento
sería una categoría especial de documento que sirve para probar algo. Pero la
misma Academia admite como propias del lenguaje jurídico, las expresiones
documento privado y público. El primero, según ella, significa el autorizado por las
partes interesadas pero no por funcionario competente, que prueba contra quien lo
suscribe y sus herederos, y el segundo, el autorizado por funcionario competente
que acredita los hechos a que se refiere y su fecha. O sea, que los escritos que
sirven como prueba son correctamente llamados documentos, con lo que surge
otra vez la sinonimia con la voz instrumento.
Para el Notarialista guatemalteco Girón, tienen uno y otro vocablo distinto
significado. El documento según él, “no tiene forma alguna determinada, sus
cláusulas son sencillas y redactadas sin sujeción a reglas ni ritualidades
preestablecidas”, mientras que los caracteres intrínsecos y extrínsecos del
instrumento público obedecen constantemente a principios legales anteriores a su
formación y su ausencia le haría perder su naturaleza especial”. Y añade que “el
instrumento debe ser autorizado por notario hábil en el ejercicio de su profesión...”,
no así el documento.

Esta opinión no está generalizada. Escriche dice que “documento es la escritura o


instrumento con que se Prueba alguna cosa”, con lo que establece la sinonimia de
las tres palabras: documento, instrumento y escritura. Igual concepto tienen
reputados notarialistas y algunos códigos.

La doctrina española admite tres rangos de instrumentos: el general: el redactado


y suscrito por cualesquiera personas y que puede “probar, con más o menos
fuerza la verdad de un hecho”; instrumento auténtico: el autorizado por un notario
o funcionario público, que hace fe por sí mismo; e instrumento público: el
autorizado por notario para “asegurar la propiedad y perpetuar los hechos que por
su naturaleza conviene queden consignados, para el porvenir”.

Sin embargo, estas definiciones no son universalmente aceptadas. Es frecuente y


correcto aplicar el calificativo de público al documento autorizado por un
funcionario público, es decir, a lo que, según la doctrina antes mencionada, se
denomina documento auténtico. Y, aunque casi universalmente se reserva la
expresión “instrumento público” para designar el autorizado por notario, algunos
Códigos la usan como sinónimo de instrumento auténtico o documento público
para nombrar el autorizado por cualquier funcionario público. Para evitar
confusiones otros Códigos prefieren usar las palabras “escritura pública” en lugar
de instrumento público y en un sentido equivalente a éste.

La Nueva Enciclopedia Jurídica nos dice: “En armonía con su etimología del Latín
“documentum” derivado del verbo “doceo, es ere” enseñanza, podemos considerar
como documento, “toda incorporación o signo material de un pasatiempo”, en
donde en sentido semejante expone el notarialista Siguiel: “Documento es un
exteriorización del pasatiempo perceptible con la vista”

De conformidad con las normas jurídicas más generales, sin embargo, podemos
definir como instrumento público “la escritura que incorpora, enseña, expresa,
constata, publica, prueba declaraciones de voluntad positiva o negativa, o
simplemente de hechos y derechos”

En nuestro Código Civil, Artículo 2364 se establece que; “Son documentos


Públicos los autorizados por Notario o empleado público competente con las
solemnidades requeridas
B. SUS ASPECTOS ADJETIVOS. SU RELEVANCIA EN LOS ACTOS
JURIDICOS SOLEMNES

Tradicionalmente se ha contemplado el instrumento público únicamente en su


aspecto meramente adjetivo, es decir, como forma y como prueba. La doctrina
moderna ha destacado, en adición a los anteriores, su relevancia en la esfera de
lo sustantivo.

Para los civilistas clásicos, la Escritura no era más que un requisito indispensable
para la existencia de ciertos actos solemnes, sin la cual no podían tener validez y
eficacia, calificándola de forma “ad solemnitatem”. En ellos, la forma da el ser (la
existencia) a la cosa (forma dat esse rei). Este efecto de la escritura aún perdura.
Un ejemplo es la donación de bienes inmuebles que en las legislaciones del Istmo,
como en muchas otras extranjeras, requiere, para su validez, el ser hecha en
escritura pública.

Para los procesalistas tradicionales, el instrumento público no era más que un


medio de prueba preconstituida y privilegiada, asequible a todos cuantos
voluntariamente quisieran aprovecharse de las ventajas procesales que suponía y
que, en determinados casos, podía ser exigida por las leyes de procedimiento, no
para la validez del acto (cuestión que correspondía al Derecho civil), sino como
una solemnidad necesaria para acreditar su existencia (ad probationem). Por
ejemplo, cuando la ley exige que los actos jurídicos intervivos referentes a
inmuebles inscribibles en el Registro de la Propiedad (aunque de hecho no se
inscriban si no se desea hacerlo) consten en escritura pública, pero permite a las
partes suscribientes de un documento privado constitutivo de un acto de esta
clase el compelerse recíprocamente a llenar el requisito de la escritura pública.

 SUS EFECTOS SUSTANTIVOS PROPIOS

Además de servir como forma obligatoria o como medio de prueba indispensable


de los actos jurídicos solemnes, el instrumento público produce efectos
sustantivos propios, consistentes en llevar a efecto el reconocimiento, constitución
o traslación del derecho sobre el que verse el negocio jurídico causal. Este tiene,
en potencia, capacidad genérica para producir el acto, pero es la escritura la que
virtualmente da nacimiento al derecho y lo vincula a la persona a favor de la cual
se reconoce u opera su transmisión. El título causa de la adquisición cede el paso
al título-instrumento, pues los efectos obligacionales del negocio jurídico se
extinguieron al ser firmada la escritura, y esta será la única que subsista, como
título de adquisición. Por ejemplo, los contratos de compraventa y de hipoteca de
inmuebles adquieren su eficacia legal declarativa, constitutiva o traslativa, bien
entre las partes o bien respecto de terceros (según la legislación de que se trate),
por medio de la escritura.

D. CARACTERISTICAS Y FINES DE LA ESCRITURA PÚBLICA


Las notas características de la Escritura Pública son:

De la unión de estos aspectos fundamentales brota la Escritura Pública y de lo


señalado resulta que en el Instrumento Público se distinguen:

 su fondo o contenido y

 su forma.

El contenido es el negocio o hecho jurídico que se consigna en el instrumento en


cuanto a sus elementos constitutivos, a sus efectos y a su extinción lo que es
regulado por la normas del derecho sustantivo, y la ley especial a que es sometida
la relación jurídica de que se trata, siendo la materia especial del contrato
determinado ajena del derecho notarial.

La forma esta integrada por el conjunto de requisitos o solemnidades exigidas por


la ley al instrumento público. Es la materia propia del derecho notarial,
exclusivamente formal. Esta división sin embargo no esta terminada.

E. VARIEDADES DE LA ESCRITURA PÚBLICA

Desde distintos de vista puede intentarse una clasificación de la diversa especie


que dentro de los documentos auténticos notariales puede encontrarse. Su
división más general consiste en: la Escritura Pública propiamente dicha, Actas,
Testimonios, legalizaciones y demás intervenciones notariales en las que en la
realidad únicamente tienen en común con la Escritura, la intervención en ellos del
notario. Aquí también nos enfrentamos a un problema reconocido como clásico,
como es el problema de la distinción de escritura pública con el Acta Notarial.

Si bien nuestra legislación no esclarece tal distinción, El Registro Notarial de


España lo hace diciendo que “El contenido propio de la escritura pública lo
constituyen las declaraciones de voluntad en los actos jurídicos que impliquen
prestación de consentimiento en actos y contratos, en cambio, la órbita propia de
las Actas Notariales afecta exclusivamente a los hechos jurídicos que por su
condición o índole peculiar no pueden clasificarse de actos o contratos y son
apenas la relación o constatación del hecho a que se refieren”

En consecuencia; “Las escrituras se refieren a la creación, modificación o


extinción de una relación jurídica que contiene un negocio jurídico”

Al testimonio se da carácter de Escritura Pública por que reproduce la Escritura


original que es la que redacta y autoriza el Notario en su Protocolo, donde lleva la
colección ordenada numeral y cronológicamente sus escrituras matrices.

F. DIFERENCIA FUNDAMENTAL ENTRE LAS ESCRITURAS PÚBLICAS


PROPIAMENTE DICHAS.
Las escrituras públicas o instrumentos públicos propiamente dichas se distinguen
en documentos “Intervivos” y documentos “Mortis Causa” que se diferencia desde
el punto de vista del derecho positivo en que las escrituras “Intervivos” se rigen por
la legislación notarial y la “Mortis Causa” o testamentos, se rigen por las normas
de la legislación civil, más su diferencia sustancial consiste en que las primeras
producen de inmediato el efecto del negocio jurídico que contienen, y las
segundas solo con la muerte del causante.

Intervivos Efecto Inmediato


Escritura Pública
Legislación notarial
propiamente dicha
Efecto Postmortem
Mortis causa Sucesiones
G. VARIEDADES DEL INSTRUMENTO PÚBLICO:

La escritura pública también puede diferenciarse por la índole del negocio jurídico
que contiene, y bajo este aspecto, la clasificación resulta poco interesante, pues
sería interminable, ya que habría tantas clases de escrituras como cuantos fuesen
los negocios que contuvieren.

Preguntas:

 ¿Cual es el concepto de Instrumento Público?

 ¿Cuales son las notas características del Instrumento público?

 ¿Cual es la diferencia fundamental entre las escrituras propiamente


dichas?

TEMA DOS

LA ESTRUCTURA EXTERNA DEL INSTRUMENTO PÚBLICO:

SUS FORMALIDADES INTERNAS Y EXTERNAS.

SUBSANACION DE ERRORES.

TESTIGOS E INTÉRPRETES.

Sumario

 CONCEPTO

 FORMALIDADES EXTERNAS
 Papel

 Grafía de la matriz y del testimonio o copia

 Sello

 Cifras, Guarismos, abreviaturas

C. FORMALIDADES INTERNAS

 Idioma

 Vocabulario o lenguaje

 Reseña del documento de identificación

 Estilo

 Subsanación o corrección de errores

D. TESTIGOS

 De conocimiento o abono

 Testigos instrumentales

A. ESTRUCTURA Y FORMALIDADES EXTERNAS E INTERNAS. CONCEPTOS

La estructura externa del instrumento público es el modo de escribirlo y la


estructura interna el modo de redactarlo. La primera se integra por elementos
corpóreos, perceptibles por los sentidos y susceptibles de reproducción facsimilar.
La segunda por los elementos intelectuales reflejados en su tenor o contenido
literal, considerado como medio de expresión del pensamiento.

Formalidades externas son las que corresponden a la estructura externa y sus


elementos esenciales, es decir, al papel o “pieza escrituraria” y a la grafía o
escritura, considerada en su aspecto físico o “puramente gráfico o plástico” y al
sello. Formalidades internas son las que corresponden a la estructura interna y
sus elementos o caracteres, es decir, al idioma, vocabulario o lenguaje, estilo y
fórmulas, así como a las llamadas cláusulas de estilo, aspectos todos ellos del
tenor literal.
Salvo que otra cosa se especifique, las formalidades más adelante tratadas son
las de la matriz del instrumento.

B. FORMALIDADES EXTERNAS

 Papel

Nuestra legislación al igual que todas las legislaciones del Istmo centroamericano,
exige el uso de papel sellado de determinado valor para la matriz y el testimonio
(Para el cual algunas legislaciones permiten a veces, el uso de papel de oficio)
aunque el uso de papel sellado de inferior valor, o aun de papel común no dé lugar
a la nulidad del instrumento matriz, ni de su traslado, sino únicamente a reintegros,
recargos y multas imponibles al notario y, en cuanto al testimonio o copia, a su
ineficacia temporal mientras no se reintegre su valor y los recargos o multas que
señale la ley. Asimismo algunas leyes requieren la fijación de timbres móviles de
varias clases con igual sanción de ineficacia probatoria mientras no se cumpla
este requisito. Frecuentemente se establece el tamaño, número de renglones y
márgenes, a la izquierda y derecha del papel, que unas veces se compone de
hojas y otras de pliegos. Los márgenes de la izquierda son destinados para
corregir errores (Panamá y Costa Rica) o para determinadas notas, tales como las
referentes a expedición de testimonios o copias o para hacer constar que, por
instrumento separado se adiciona, aclara, varía o rescinde lo expresado en la
escritura, pero no para escribir en ellos el texto de la misma.
En nuestro país la Reforma a la Ley de Timbres establece el valor del papel de
Protocolo en Cinco Córdobas el Pliego y el de Testimonio en Tres Córdobas el
folio. (Ver el apéndice del libro Iniciación Notarial).

2. Grafía de la matriz y del testimonio o copia

La grafía es la escritura que el notario u otra persona, generalmente empleado


suyo, hace en el papel, considerada independientemente de su valor o contenido
intelectual. Las letras han de ser lo suficientemente claras y de regular tamaño
para facilitar su lectura y evitar confusiones así como para asegurar al fisco el
consumo adecuado de papel sellado. El instrumento puede ser escrito a mano,
usando tinta, estando prohibido el uso de lápiz de grafito, siendo igualmente
permitido el uso de medios mecánicos: máquina de escribir, PC, mimeógrafo,
imprenta u otros. “Debe escribirse únicamente en el centro del papel sin ocupar los
márgenes y no dejar blanco alguno desde el comienzo del instrumento hasta las
firmas que van al pie del mismo. Entre un instrumento matriz y otro no debe
dejarse espacio en blanco”.

Cuando hablamos de la grafía nos referimos estrictamente al hecho de estampar o


imprimir los caracteres de los que se auxilia nuestro idioma para expresarse por
escrito, o sea “la mecánica de la escritura, de escribir”.

Letra y Tinta:

Los instrumentos deberán extenderse en caracteres perfectamente legibles y de


tinta indeleble.

La ley del 11 de enero de 1967 dispone que las matrices pueden ser escritas a
mano o por cualquier medio mecánico.

Algo que no necesita polémica es la aparición de los medios modernos, me refiero


a la informática, en donde el medio de impresión más recomendable es la
impresora matricial o sea de cinta, o de Láser para los testimonios, pero no
podemos usar las impresoras de cartucho o sea a base de burbuja ya que esa
tinta no es indeleble.

Las leyes de Honduras y Nicaragua disponen que cuando una escritura vaya a
terminar en las últimas líneas de la cuarta plana del pliego, debe procurarse que la
siguiente escritura ocupe por lo menos las tres últimas líneas de esa plana. La de
Panamá exige que cada instrumento comience en hoja distinta de aquella en que
termine el anterior.

Está prohibido comenzar un instrumento matriz en un libro (Protocolo) y terminarlo


en otro, debiendo dejarse (salvo en El Salvador) en el último instrumento o en la
última página del tomo del protocolo suficiente espacio para la nota o razón de
cierre. Los espacios en blanco dentro de una escritura, que permitan
intercalaciones, deben ser inutilizados.

3. Sello

Sello, troquel o estampilla tallados en metal, piedra o piedra preciosa, utilizados


para marcar documentos y objetos con la señal de su origen oficial o de su
propiedad; el término se aplica también a la propia marca. Los sellos grabados con
motivos pictóricos o con nombres de reyes han sido de gran ayuda para los
historiadores en su tarea de reconstruir los acontecimientos de la historia antigua y
de arrojar luz sobre detalles como los trajes, armaduras, naves y arquitectura de la
antigüedad.

Los sellos antiguos solían estar grabados en hueco, con un dibujo que dejaba una
impresión convexa en lacre o en arcilla húmeda. La evolución del sello, como
medida de seguridad, se produjo antes de que se extendiera la escritura, pues se
utilizaba para garantizar el cierre de vasijas, cajas, sacas y fardos. Hacia el año
3200 a.C., se utilizaban en Mesopotamia sellos de hueso o de piedra: eran
pequeños cilindros tallados con dibujos geométricos o con figuras de animales que
se hacían rodar sobre arcilla húmeda para producir un dibujo repetitivo, a manera
de friso. Los sellos de Mesopotamia servían para autentificar los documentos
escritos en arcilla, poniendo el remitente su marca personal en el propio
documento y en la caja, también de arcilla, que servía de envoltorio. En el antiguo
Egipto, se enrollaban los documentos escritos en hojas de papiro y luego se
ataban, cubriendo el nudo con lacre, donde se aplicaba el sello.

Con la propagación de la escritura se incrementó el uso del sello que se fabricaba


con metales preciosos y gemas. Los antiguos griegos y romanos utilizaban,
incluso con fines legales, sellos, anillos de sello y sellos de retrato con la efigie del
propietario.

Su empleo estaba muy extendido en la Europa medieval, no sólo entre los


gobernantes y funcionarios, sino también entre los pequeños terratenientes. Había
sellos reales, religiosos, municipales y comerciales y eran de gran importancia
para el gobierno.

El empleo de sellos decreció en el siglo XIX, pues con el aumento de la


alfabetización aumentó también la preferencia por la firma personal. Sin embargo,
hasta la llegada de los sobres engomados, se seguían sellando las cartas con
lacre o con goma laca.

En China y en Japón se utilizaban los sellos para confirmar una firma o para
identificar posesiones como cajas, libros o cuadros. No iban estampados como en
Occidente, pero se utilizaban con tinta como estampillas, por lo que representan
una forma temprana de impresión. Por lo general eran cuadrados y en ellos se leía
simplemente “Sello de” seguido del nombre del propietario.
Entre las culturas prehispánicas mesoamericanas se encuentra una serie de sellos
o pintaderas tallados en cerámica, terracota o piedra y, se supone, que los debió
de haber de madera. Su uso principal y más original era la decoración ritual del
cuerpo humano, aunque también servían para decorar cerámica y textiles. Los
sellos o pintaderas se remontan a las culturas más primitivas que empezaron a
asentarse en el valle de Mexico, posiblemente anteriores al Horizonte Preclásico
(1800 a.C.) y perduraron hasta los últimos días del imperio mexica de la Gran
Tenochtitlán (1521). A grandes rasgos, los sellos podían ser de dos tipos: planos y
con un mango en la parte posterior, y cilíndricos. Estos últimos podían ser huecos,
para pasarles un palo por el centro y hacerlos rodar sobre la superficie que se
quería pintar, o bien, sólidos, como un rodillo de amasar actual. En todos los
casos, la superficie de los sellos estaba cubierta de motivos simbólicos y
ornamentales en relieve.

El uso del sello ha evolucionado en la época moderna, actualmente el notario está


obligado a usar en todas sus actuaciones un determinado sello, rigurosamente
registrado con anterioridad en la Oficina de control de Notarios de la Secretaría de
la Corte Suprema de Justicia.

Según el artículo 5 de la Ley del Notariado “Todo Notario Público deberá tener un
sello para sellar con tinta o en blanco las copias o testimonios que expida de los
instrumentos que autorice o tenga a la vista, las cubiertas de los testamentos
cerrados en que se extienda el otorgamiento y el acta de clausura anual de los
protocolos.”

Así mismo se dispone que el sello tenga en el centro el escudo de armas con la
leyenda en su base de República de Nicaragua y en la circunferencia el nombre
del Notario y la leyenda de Notario Público, o Abogado y Notario Público, según el
caso.

Se dice en la parte infine del artículo citado que para los actos referidos de
cartulación, los jueces harán uso del sello del juzgado.

4. Cifras, guarismos, abreviaturas

El empleo de cifras, guarismos y abreviaturas en los instrumentos públicos, está


prohibido por todas las legislaciones que regulan el notariado en los países
centroamericanos.- En efecto, las fechas y cantidades no podrán expresarse por
números o cifras, salvo en los casos que, autorizados por la ley, se trate de copiar
literalmente documentos.

El numeral 5 del Artículo 15 de la Ley del Notariado dice: “Los notarios están
obligados a extender actas e instrumentos cumplidamente y no por abreviaturas,
poniendo todas las letras de los nombres de persona y pueblos y no solamente las
iniciales y usando también todas sus letras y no de números y guarismos para
expresar cantidades, fechas o citas.

C. FORMALIDADES INTERNAS

 Idioma

Como discurso escrito que es el instrumento, es necesario redactarlo en


determinado idioma, y siendo por otra parte; una obra literaria, deben evitarse las
incorrecciones idiomáticas.

El idioma oficial de los países del Istmo es el castellano o español. Por tal motivo,
las respectivas legislaciones establecen la necesidad de que los instrumentos
públicos estén redactados en este idioma.

Según lo reza el Arto.33 de la Ley del Notariado nuestra, “No podrá extenderse
ningún instrumento público en otro idioma que el castellano, en conformidad al
inciso 2o. del Arto. 38, párrafo VIII del Título Preliminar del Código Civil. No podrán
agregarse al protocolo documentos extendidos en idioma extranjero, sino
acompañados de la debida traducción al castellano, la cual será autorizada por el
Notario y el traductor oficial, o el llamado por el mismo notario, en un solo
contexto, sin mezclarse en él actos extraños”.

El Título Preliminar del Código Civil en su artículo XXXVIII establece como idioma
legal el castellano y en su parte final dice textualmente: “Los cartularios emplearán
igualmente el idioma castellano en los instrumentos y documentos que redacten y
autoricen”.

La Constitución Política de la República dice en su artículo 11: “El español es el


idioma oficial del Estado.”, primera oración.

Aquí nos encontramos con una aparente inconsistencia ya que el Título Preliminar
del Código Civil nos habla de idioma castellano, lo mismo que la Ley del Notariado
y ahora viene la Carta magna y nos dice que el idioma oficial es el español. Si
estuviéramos en España quizás habría diferencia. Nuestro idioma es la unificación
de lenguas habladas en la Península Ibérica. La República es España, estaba
compuesta, para tiempos de la Colonia, de Reinos Unificados, y ahora de
comunidades autónomas que incluso conservan sus lenguas y costumbres
propias. El castellano viene de Castilla, el español de Madrid, pero igual nos
invadieron los conquistadores de cualquier parte del viejo continente,
masivamente ibéricos y para nosotros significó y significa indistinto denominar a la
lengua como castellano o español. En consecuencia tanto para el pueblo, como lo
vemos para el legislador, en nuestro caso el castellano y el español son sinónimos
y no tenemos dos lenguas oficiales, sino más bien una lengua o un idioma oficial
con dos nombres o denominaciones para nosotros sinónimas.

2. Vocabulario o lenguaje

Respecto al lenguaje que debe usarse en la redacción de los instrumentos, es


conveniente seguir las siguientes reglas de carácter general:

a. Debe ser jurídico

Es obvio que el lenguaje de un instrumento público deba ser eminentemente


jurídico, puesto que en el mismo se consignan actos y negocios que habrán de ser
tutelados por el ordenamiento legal. El uso de la terminología jurídica deberá ser
realizado con extrema precisión, puesto que muchos vocablos tienen, en el habla
general, un significado distinto del legal.

b. Debe ser técnico cuando lo requieran las circunstancias

En muchas ocasiones el notario tiene que utilizar, en la redacción de los


instrumentos públicos, una serie de términos técnicos, los cuales pertenecen a
ramas muy diversas del saber humano: agricultura, economía, medicina, etc. Es
fácil equivocarse en el uso del vocabulario de las ciencias y las artes en que el
notario no es experto, por lo que deberá comprobar previamente su exacto
sentido, consultando a técnicos en la materia que no sean parte ni tengan interés
en la escritura.

c. Debe, ser sencillo y claro

A pesar de que el notario debe utilizar tanto los términos técnicos como los
jurídicos que se requieran, no podrá perder de vista en ningún momento, que las
escrituras públicas deben ser redactadas en un lenguaje sencillo y claro. No deben
utilizarse palabras en exceso, mas no se debe pecar de parquedad por el peligro
de incurrir en omisiones.

d. Debe reflejar la voluntad de las partes

El notario debe cuidar de que lo expresado en el instrumento corresponda


exactamente con la voluntad manifestada por las partes usando, no las propias
palabras de éstas, sino las que mejor expresen su intención, evitando equívocos y
ambigüedades.

La redacción de los documentos públicos requiere, por lo tanto, un justo equilibrio


en la selección y en el número de palabras empleadas, todo ello con el objetivo
final de que los instrumentos públicos queden consignados en un lenguaje claro,
conciso, completo y sencillo, sin perjuicio de ser también jurídico y técnico.

3. Reseña del documento de identificaciónCon el evidente propósito de poder


identificar mejor a los comparecientes para que no haya dudas posteriores
respecto a su nombre y apellidos, las legislaciones centroamericanas, excepto la
hondureña, señalan la necesidad de que el notario consigne en la parte
introductora del instrumento notarial, el número del documento de identificación,
ya sea éste cédula de identidad, cédula de vecindad o, en el caso de ser
extranjeros, el pasaporte o la cédula de residencia.

En Nicaragua actualmente es indispensable la presentación e inserción del


número de la Cédula de Identidad. La norma legal que nos exige pedir al
compareciente o comparecientes la encontramos en la Ley 152, Ley de
identificación ciudadana que en sus partes que nos afecta dice:

“Ley de Identificación Ciudadana No. 152, Título I., Capítulo I. De la Cédula de


Identidad Ciudadana:

Artículo 4.-

La presentación de la Cédula de Identidad Ciudadana es indispensable para (...)

g) Concurrir ante notario;

Artículo 5.-

Deberá consignarse el número de Cédula de Identidad de las partes en las


escrituras públicas, contratos privados, títulos valores y expedientes
administrativos, judiciales o de cualquier otra índole.”

Esta regulación nos obliga a insertar el número de la Cédula en la Escritura


Pública, que por lógica y por estilo va seguida del nombre del compareciente.

Por otro lado, en la situación en que autorizamos Poderes en que no comparece el


apoderado en donde la aceptación es tácita, es también necesario insertar el
número de cédula del apoderado, debido a que éste, para ejecutar el mandato de
su poderdante debe de identificarse ante cualquier instancia y su nombre e
identificación deben coincidir con los del respectivo poder.

4. Estilo

De la claridad del estilo dependerá muchas veces la necesidad o no de


recurrir al órgano jurisdiccional. Por tales razones es que las leyes notariales
de Costa Rica, Honduras y Nicaragua señalan la necesidad de que en la
redacción de los instrumentos públicos se use un estilo claro, puro, preciso,
sin usar expresiones vagas o redundantes.

El estilo del documento notarial debe ser: “técnico, sin afectación; objetivo y
preciso, sin sequedad; natural y claro, sin ser pedestre o vulgar.”

5. Subsanación o corrección de errores

Los Notarios Públicos debemos procurar alcanzar la Calidad Total, en la


confección de nuestro producto: El Instrumento Público. Somos Notarios, somos
Ministros de Fe Público, somos humanos, somos hombres y mujeres que a veces
trabajamos bajo presión atmosférica superior al límite permisible y bajo esas
circunstancias es imposible que no cometamos errores, pues, como dijimos no
somos infalibles, como todo ser humano. Esos errores pueden ser materiales o de
concepto. Los materiales pueden ser eliminados por medio de las correcciones
pertinentes; los intelectuales o de concepto, se hacen desaparecer por medio de
enmiendas. Tanto las correcciones como las enmiendas son subsanaciones, que
sanan, salvan o reparan el defecto en que se ha incurrido.

La subsanación de errores materiales y de concepto puede hacerse en teoría


(cada legislación admite unos y prohíbe otros), por medio de adiciones, apostillas,
entrerrenglonaduras o interlineaciones, raspaduras o borrados, enmendaduras y
testados.

Adición es “la agregación o aumento de letras, palabras y conceptos hechos en


cualquier forma en la escritura”. Generalmente se realiza al final de la escritura,
antes de las firmas, con estas palabras u otras parecidas: “En este estado
manifiestan el señor X (o manifiestan las partes de esta escritura) tal y cual cosa o
“En este estado se advierte omisa la cláusula Z, que deberá leerse así. En nuestro
sistema notarial no opera.

Apostillas son palabras puestas al margen de la escritura para suplir lo omitido o


completar el sentido del texto principal. Tampoco procede en nuestra legislación.

Debemos estar muy claros que nuestra legislación no acepta la adicción ni la


apostilla a como se concibe en otras legislaciones, en tanto por cuanto cualquier
adición que pudiere necesitar la escritura, una vez autorizada, deberá hacerse en
otra escritura modificadora.

Subsanaciones Materiales:

Entrerrenglonaduras son palabras puestas entre una línea y el otra para incluir las
palabras omitidas entre dos escritas en texto principal, y entre las cuales se coloca
una señal, generalmente una pleca.
Raspaduras o borrados son el raído hecho sobre el papel con goma o caucho o un
instrumento cortante, de modo que desaparezca lo anteriormente escrito. No
procede.

Enmendadura: es el escribir sobre lo ya escrito, para incluir una o más letras o


variarlas. No procede.

Y testados son las palabras cubiertas por una línea horizontal o varias inclinadas
en sentido inverso al de inclinación de las letras para suprimirlas sin dejar de ser
legibles.

En nuestra Ley del Notariado solo identificamos dos instrumentos de subsanación:


Entrerrenglonadura y Testado.

Los espacios en blanco se eliminan trazando una línea horizontal, en presencia de


los comparecientes, para inutilizar ese espacio.

En la actualidad, con el auxilio de los medios informáticos modernos, es


recomendable revisar primero en pantalla el proyecto del instrumento antes de
imprimirlo, y, operar el examen ortográfico del que está dotado el ordenador.

Requisitos para subsanar:

Como dijimos los notarios somos seres humanos y solemos cometer errores
materiales por lo que la Ley nos otorga una oportunidad para subsanarlos, pero
para aprovechar esa oportunidad debemos de cumplir los siguientes requisitos
indispensables:

 Se detectan en la lectura del instrumento

 Se hacen, las permitidas por la Ley y ya señaladas, antes de que firmen las
partes.

 Una vez hechas las subsanaciones, se razonan al final con el objeto de


salvarlas.

Se razonan al final de la grafía del texto, después de la frase que sella toda
escritura o sea “doy fe de todo lo relacionado”, antes de las firmas de los
otorgantes.

Debe distinguirse la subsanación de los errores cometidos en la matriz, de los


cometidos al expedirse el testimonio, por falta de correspondencia con el original.
La legislación costarricense prohíbe las testaduras, raspaduras,
entrerrenglonaduras y enmendaduras, y solamente permite corregir los errores y
equivocaciones por medio de notas al final de la escritura o por una escritura
adicional. Esto debe entenderse referido tanto a la escritura matriz como a sus
testimonios. Sin embargo, el notario podrá subsanar al pie del testimonio y al
margen de la matriz los errores que se observen después de autorizada la
escritura, siempre que consistan en falta de declaraciones que por ley
correspondan al notario y los errores y omisiones que no afecten la voluntad
expresa de las partes, ni modifiquen la esencia de la contratación.

D. TESTIGOS

En sentido genérico, el testigo puede ser definido como aquella persona que rinde
testimonio de alguna cosa. No obstante, se considera como tal el que adquiere, en
forma directa, el verdadero conocimiento de algo.”

Existen tres clases de testigos: de conocimiento, de confrontación e


instrumentales.

1. De conocimiento o abono

Es muy frecuente que ante un notario se presenten personas desconocidas para


él, solicitando la autorización de un acto o negocio que desean celebrar. Es en
esta circunstancia que la ley permite la presencia de los testigos de conocimiento
para coadyuvar al notario en su deber de identificación de los comparecientes.

Son testigos de conocimiento, pues, las personas que identifican al compareciente


desconocido del notario. Según Giménez Arnau, su “intervención está plenamente
justificada, para que el documento notarial sea íntegro, acreditando, sin posible
duda, la identidad de los otorgantes.”

Todas las legislaciones del Istmo exigen dos testigos de conocimiento, en el caso
de que el notario no conozca a todos los comparecientes. Las de las naciones
centroamericanas, salvo la hondureña, admiten también la identificación de las
partes por medio de la presentación de ciertos documentos de identificación, v. gr.,
cédula de identidad, cédula de vecindad, pasaporte o cédula de residencia en
caso de ser extranjeros.

En Nicaragua los testigos de conocimiento han perdido prácticamente su vigencia,


debido a que la Ley de identificación ciudadana exige la presentación e inserción
del numero en el instrumento público, de la cédula de identidad para comparecer
ante Notario Público.

Analizar la siguiente sentencia e identificar su relación con los temas estudiados:

DENUNCIA CONTRA EL NOTARIO X

C. S. J., NICARAGUA, 10 hrs., 16 Ene, 1951,

BOL. JUD., p. 15347-61


SE CONSIDERA:

Está demostrado en los autos con la espontánea confesión del doctor X...
confirmada con la declaración del señor Concepción Juárez, que al otorgarse la
escritura pública de las ocho de la mañana del treinta de junio de mil novecientos
cuarenta y nueve; de la que aparece que la señora Isabel Somarriba le vende al
señor Juárez el solar de que se trata, el Notario doctor X... a pesar de la expresa
prohibición del artículo 43 LN de la Ley del Notariado, autorizó la escritura con la
intervención de una persona desconocida, sin que se le hubiesen presentado
testigos para comprobar su identidad y capacidad; y, por consiguiente, ha incurrido
dicho Notario, fuera de las otras responsabilidades a que hubiese lugar, en la
multa que prescribe el Artículo 44 de la citada ley, multa que a juicio del Supremo
Tribunal debe aplicársela en su término mínimo, tomando en cuenta que según se
desprende de los hechos relatados en las Resultas anteriores, el doctor X... que
conocía personalmente al otorgante señor Juárez, fue sorprendido en su buena fe
por éste, quien le presentó como su esposa a una persona diferente a la señora
Somarriba, buena fe que se corrobora con el hecho de que inmediatamente
después que el doctor X... tuvo conocimiento del fraude' ocurrió a la autoridad de
Policía a pedir la captura del hechor y aún presentó la denuncia del caso al juez de
lo Criminal del Distrito de León a quien confesó su delito el señor Juárez Z.

POR TANTO:

Los suscritos Magistrados dijeron: Se condena al Notario doctor X... en la multa de


cuatro córdobas;...

2. Testigos instrumentales

Tienen como misión coadyuvar a la dación de fe que realiza el notario, acerca de


un acto o negocio jurídico realizado en su presencia y el cual fue legalmente
autorizado en el ejercicio de su cargo, como depositario de la fe pública.

Varias leyes notariales del Istmo, a excepción de Nicaragua, Guatemala y El


Salvador (salvo testamentos, donaciones por causa de muerte, Guatemala,
donaciones, El Salvador, o porque el notario pida su presencia) establecen la
obligatoriedad de que en la autorización de las escrituras matrices intervengan
testigos instrumentales, en número de dos. En Costa Rica no se requieren testigos
instrumentales cuando actúan dos notarios a la vez, en el protocolo de uno de
ellos, ni cuando todos los comparecientes firmen, tanto la escritura en el protocolo,
como su primer testimonio.

Esto va en contra de las modernas corrientes doctrinarias del Derecho notarial,


que critican severamente la exigencia de la intervención de testigos en los
instrumentos públicos, porque considera que la fe pública es indivisible en su
ejercicio y corresponde íntegramente al notario. La participación de testigos
instrumentales desvirtúa los principios doctrinales y lógicos en que se apoya la
institución de la fe pública, ya que la misma se desplaza de las manos del notario,
para ser compartida con dichos testigos, quienes, conforme el mismo
ordenamiento jurídico, no tienen potestad para autorizar ningún documento
notarial.

Los requisitos exigidos para que una persona pueda actuar como testigo
instrumental son, en general, ser mayor de dieciocho años, civilmente capaz e
idóneo, saber leer y escribir, ser conocido por el notario y no sufrir de incapacidad
alguna.

Son impedimentos para ser testigo instrumental los siguientes:

a. absolutos: i) padecer de alguna incapacidad mental, valga decir, estar privado


del uso de la razón. Es obvio que quien no esté en su sano juicio, no puede servir
de testigo en la autorización de una escritura pública, lo cual implica una gran
trascendencia y responsabilidad de parte de los intervinientes en la autorización
de la misma, dadas las consecuencias legales de los actos notariales; ii) padecer
de una incapacidad física, tal como ser sordo, ciego, mudo; iii) haber sido
condenado por delito contra la propiedad o por el delito de perjurio; iv) estar
inhabilitado para el ejercicio de cargos públicos o directamente por disposición
judicial para testificar; v) no saber leer ni escribir o no entender el idioma español.

b. relativos: i) estar directamente interesado en el acto o contrato a que se refiere


la escritura; ii) ser cónyuge o pariente cercano del notario o de alguno de los
otorgantes, dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, iii)
ser sirviente doméstico, escribiente o empleado del notario.

El número y las condiciones o requisitos de los testigos varían cuando el


instrumento contiene una disposición testamentaria, lo que es regulado por los
artículos pertinentes del Código Civil referentes a los testamentos, en cada país.

En Nicaragua la intervención de los testigos instrumentales fue derogada por la


Ley que da mayor utilidad a la Institución del Notariado, ver la ley. Y solo
intervienen en los Testamentos.

TEMA TRES:

ESCRITURA DEL INSTRUMENTO PÚBLICO

Sumario:

Concepto General

La Escritura Pública, Concepto

Clases de Escrituras
División de la Escritura en partes o períodos

Deberes del Notario en cuanto a la Redacción del Instrumento Público

Veracidad y Eficacia

ESCRITURA DEL INSTRUMENTO PÚBLICO: CONCEPTO:

Escritura, método de intercomunicación humana que se realiza por medio de


signos visuales que constituyen un sistema. Un sistema de escritura puede ser
completo o incompleto; es completo el que puede expresar sin ambigüedad todo lo
que puede manifestar y decir una lengua determinada

Escritura, que en general es la distribución y orden que componen una cosa


aplicada a la Escritura o Instrumento Público, “Es precisamente la manera como
debe aparecer escrita en obediencia de la redacción que le imprime el Notario en
ejercicio de su función pública”.

De este modo la estructura del instrumento Público, la componen la redacción


como escritura interna y la manera o modo de escribirla como escritura Externa.

La redacción o escritura interna de la escritura pública, terminológicamente


hablando, es la acción de redactar, y redactar es poner por escrito un
pensamiento, un tratado, una narración, etc. Concertando esta expresión de
redacción al Derecho Notarial, es uno de los deberes primordiales del Notario o
Funcionario o Ministro de fe Pública que le impone el Arto, 10 de la Ley del
Notariado de Nicaragua, para que ponga por escrito la narración del instrumento
Público.

Más como debe ser esta redacción, la podemos considerar en sentido general, y
en sentido particular.

En sentido general y de acuerdo con el Arto. 33 de la Ley del Notariado no se


podrá extender, o lo que es lo mismo decir, no se podrá escribir algún instrumento
público en otro idioma que el Español.

En esta virtud debemos decir que, los notarios empleamos el idioma Español en
los instrumentos y documentos públicos que autoricemos como ya lo tenemos
relacionado.

La redacción debe ser como lo prescribe el Arto. 26 de nuestra Ley del Notariado
que ordena que, el cuerpo (su redacción) del documento debe comprender la
relación clara y precisa del contrato o acto que se reduce a instrumento Público, el
cual deberá redactarse conforme a los puntos que de palabra o por escrito le
hubieren dado los otorgantes al Notario. En caso de ser por escrito, se agregará el
documento al Protocolo; pero para mayor garantía a la redacción del instrumento
público, prescribe el Arto. 27 de la Ley del Notariado, que los funcionarios que
cartulan no podrán insertar ni escribir en los documentos públicos que autorice ni
por vía de nota, más de lo que han declarado expresamente las partes y pedidos
que se ponga en ellos.

Por consiguiente no usarán expresiones vagas ni redundantes, ni renunciaciones,


sumisiones, y de obligaciones en que las partes no han convenido formalmente.

DEBERES DEL NOTARIO EN CUANTO A LA REDACCION DEL


INSTRUMENTO PÚBLICO:

Puede encontrarse que a través de las épocas, una de las razones más
importantes de la actuación notarial, es la de aconsejar a las partes y redactar el
instrumento. Dicha actuación la compartieron los tabeliones, escribas, escribanos
y otros personajes que en la antigüedad se dedicaron a redactar los instrumentos
contractuales (Ars Notariae) previo consejo que daban a las partes. La fe pública
fue otorgada posteriormente, pero es innegable que si no se hubiese concedido, la
actividad asesora y redactora del notario seguirla siendo indispensable para la
sociedad.

La fe pública otorgada al instrumento notarial es circunstancial, fortalece dicho


instrumento dándole las características de prueba documental pública, indubitable,
mientras no se pruebe lo contrario.

En la tendencia moderna hacia la globalización de todas las esferas de la


sociedad, la función del notario consiste en escuchar, interpretar y aconsejar a las
partes; preparar, redactar, certificar, autorizar, conservar y reproducir el
instrumento.

A continuación tocamos cada uno de esos tópicos:

Escuchar. Cuando alguna persona desea celebrar algún contrato o se encuentra


envuelta en un problema jurídico, puede acudir al notario, y en una primera
audiencia le plantea sus dudas y conflictos, quien los escucha con atención. En
nuestro país tenemos la ventaja de ejercer las profesiones de Abogados y
Notarios y en tal sentido resolveremos, en caso de conflictos, si está en nuestro
poder y si hay voluntad de las partes para resolver alternativamente algún
conflicto, muchas veces nosotros autorizamos los arreglos extrajudiciales, en
donde muchas veces, se actúa sobre la base de nuestros consejos como
Abogados y como Notarios.- El notario investiga y trata de conocer todas las
circunstancias que le puedan dar oportunidad de entender la inquietud de las
partes y sus alcances. Posiblemente en el escudriño de los hechos y
circunstancias presentados ante su consideración, existan matices que es preciso
considerar con mayor atención, de los que pudieran resultar consecuencias que
los clientes no se hablan imaginado.
Interpretar. El notario después de escuchar a sus requirentes, se sensibiliza y
busca los motivos y causas que han tenido para llevar a cabo una operación,
interpretando su voluntad y pretendiendo descubrir sus verdaderos deseos y el
modo de satisfacerlos dentro del ámbito jurídico.

Aconsejar. Una vez que los problemas se establecen por las partes y asimilan por
el notario, éste dentro de su repertorio jurídico, se encuentra en actitud de dar un
consejo eficaz. Es muy frecuente que un mismo planteamiento jurídico tenga
diferentes maneras de encauzarse y hallar solución. Las distintas formas de llevar
a cabo un asunto pueden clasificarse y tratarse como negocios jurídicos típicos o
se les puede aplicar una solución atípica particular, a caso pudiéramos decir que
se les hace un “traje a la medida”. La capacidad, preparación jurídica,
conocimientos y experiencia del notario, son fundamentales para dar la mejor
solución y aconsejar lo más adecuado ante los hechos presentados por sus
clientes.

Preparar. Para la elaboración de una escritura pública, se necesitan satisfacer


requisitos previos a su redacción. El notario, en efecto, recaba una buena cantidad
de documentos que permiten tener la certeza de que se está actuando conforme a
lo establecido por la ley, y por tanto se reduce el espacio para el engaño o fraude.
Por ejemplo, para el otorgamiento de una escritura traslativa de dominio de un
inmueble, debe obtenerse del Registro Público de la Propiedad, el certificado de
gravamen; del vendedor el título de propiedad, el certificado de Registro Catastral
y la Solvencia Municipal del IBI para relacionarlos en la escritura y para insertar los
dos últimos en el testimonio. Satisfechas las formalidades pertinentes, se está en
posibilidad de redactar el instrumento.

Redactar. Al redactar es necesario expresarse con propiedad, claridad y concisión.


Además el notario debe utilizar lenguaje jurídico.

Las partes han expresado su deseo. El notario califica y determina el tipo de acto
jurídico de que se trata y procede a la redacción del instrumento, en el que vuelca
su creatividad de profesional del derecho y demuestra su calidad de jurisconsulto.
Ahí desarrolla su labor de perito en derecho, así como su práctica en la redacción
adquirida a través de la experiencia. Gracias a su estudio, conoce cuáles son las
disposiciones que integran el orden jurídico, sabe adecuarlas ordenarlas,
interpretarlas y seleccionarlas, para formar el instrumento necesario y adecuando
a las partes. La redacción de las cláusulas requiere sabiduría legal y
responsabilidad profesional para hacer prevalecer el orden jurídico, la buena fe y
así evitar que en el contrato se declare como cierto aquello que no lo es.

Si la redacción del instrumento es jurídicamente correcta y se usa propiedad y


sencillez en el lenguaje, no habrá conflicto entre las partes. En caso de que el
instrumento se declare nulo, el notario responde de los daños y perjuicios, lo que
resulta una garantía para las partes.
Certificar. En la certificación el notario ejercita el contenido de su fe pública
adecuándola al caso particular. Esto es, da fe de identidad y conocimiento de las
partes; de capacidad de los otorgantes; de la existencia y valor de los documentos
relacionados en el instrumento; de lectura y explicación del documento; y de
otorgamiento de la voluntad.

Ciertamente un abogado, ejerciendo como tal, examina los antecedentes físicos y


jurídicos de un documento, redacta las cláusulas, selecciona las disposiciones
jurídicas aplicables y expresa en lenguaje jurídico la voluntad de las partes, pero
no puede dar fe pública. Esta facultad corresponde a los fedatarios, o sea al
notario.

El notario por su calidad de fedatario al certificar y dar fe pública, formula un juicio


de certeza que se impondrá a los demás.

Autorizar. La autorización de la escritura es el acto de autoridad del notario que


convierte al documento en auténtico, quien ejerce sus facultades de fedatario
público, da eficacia jurídica al acto de que se trate, permite en el caso de un
hecho, que las circunstancias asentadas produzcan los efectos de prueba plena.

La autorización como lo expresa la doctrina española, es el acto del autor y


creador de la escritura o del acta notarial.

Conservar y reproducir. El notario satisface plenamente a los ideales de seguridad


jurídica, no sólo por la actividad examinadora que integra su función, sino también
porque responde a los principios de conservación y reproducción del documento.

En el documento privado no hay la posibilidad de reproducción, pues a diferencia


del notarial, no existe una matriz que lo conserve en forma permanente.

El protocolo pertenece al Estado y el notario lo conserva durante toda su vida cuyo


término, se deposita en el Registro Público del Departamento, en donde
permanece definitivamente, o es heredado en caso de haber hijo notario de tal
suerte que en el Registro Público de la Propiedad del Departamento respectivo
pueden consultarse documentos notariales elaborados desde los inicios de
nuestra vida Republicana y aún del período de la Colonia.

A la reproducción del documento se le llama testimonio y generalmente se expide


a cada una de las partes o al autor del acto consignado, o bien a los sucesores o
causahabientes. También puede mostrarse el documento original a las personas
que tengan interés jurídico.

En todas estas etapas de la actividad del notario, o sea, escuchar, interpretar y


aconsejar a las partes; preparar, redactar, certificar, autorizar, conservar y
reproducir el instrumento, debe caracterizarlo su veracidad, imparcialidad, espíritu
conciliador, discreción en los secretos recibidos, preparación técnica y jurídica,
desempeño personal, equidad en el cobro de los honorarios, y cumplimiento de las
demás normas éticas y jurídicas.

LA ESCRITURA PÚBLICA:

CONCEPTO:

La locución escritura pública tiene dos significados. Uno amplio y otro estricto. El
primero se refiere a todos los instrumentos que figuran en el protocolo, bien
contengan o exterioricen un negocio jurídico o simplemente un hecho (acta). Así
entiende la escritura la Ley Notarial Costarricense, que no distingue entre escritura
y acta. En sentido estricto “escritura” designa únicamente al instrumento notarial
que contenga una declaración de voluntad.

“Toda la técnica Notarial, dice Núñez Lagos, está basada en esta discusión
fundamental entre escrituras y actas”, admitidas por todas las legislaciones
Centroamericana, (excepto la Costarricense y Panameña), que ordinariamente
usan el vocablo escritura en sentido estricto reservando la de los instrumentos
para designar tanto las escrituras como las actas. La Ley del Notariado
nicaragüense alude en el Arto. 15, inciso 5 a las “escrituras, actas e instrumentos y
en sus Artículos del 61 al 66 establece los requisitos del acta de protocolización.

Otra excepción limita el vocablo a los instrumentos matrices que se extiende en el


protocolo y denomina su reproducción copias, testimonios y certificaciones. La Ley
del Notariado Nicaragüense, califica de “escritura” solamente a las matrices, en
sus Artículos 15, inciso 1 que dispone que se extienda en sus registros y en el
Arto. 17 según el cuál protocolo o registro es “la colección ordenada de las
escrituras matrices”.

Sin embargo, existen legislaciones como la del Salvador y Honduras que adoptan
el sentido amplio, y dan el nombre de escrituras a las matrices, testimonios o
certificaciones de las mismas.

CLASES DE ESCRITURAS:

Independientemente de la existencia de otros modos de clasificar las Escrituras


públicas que atienden exclusivamente el negocio que en las mismas se contiene
(por ejemplo en escrituras “intervivos” y “Mortis causa”; otorgada a título oneroso y
a títulos Lucrativos; relativas a contratos nominados y a contratos innominados;
relativos a actos puros o con plazo) y atendiendo a su mutua dependencia o
independencia en la esfera de lo instrumental, se clasifican las escrituras así:

 principales

 complementarias.
Subdividiéndose estas últimas en:

 ampliación de prórroga,

 de confirmación,

 de ratificación,

 de aceptación,

 aclaratorias y

 de adhesión.

PRINCIPALES:

Son las que persiguen una finalidad propia y exclusiva, siendo independiente de
toda otra escritura.

ACCESORIAS O COMPLEMENTARIAS:

Son las autorizadas por el Notario con el objeto de completar, adicionar, modificar
o corregir otra anterior. Dentro de este grupo caben los sub-grupos siguientes:

a) De ampliación:

Son las que extienden o aumentan el objeto del negocio contenido en la escritura
principal sin modificar las cláusulas primitivas. Por ejemplo, una escritura de una
ampliación de hipoteca de C$ 25,000 córdobas.

b) De Prórroga:

Son las que extienden el período de vigencia o aplazan el vencimiento de un


derecho real de una obligación Ej., Prórroga de un contrato de arrendamiento.

 De Confirmación:

Las que se proponen sanear los vicios que afectan el acto anulable. Ej. La
escritura otorgada por una persona capaz confirmando otra otorgada por ella
mismo en un período de incapacidad.

d) De Ratificación:

Son las que aprueban actos realizados por otras personas sin mandato o sin
facultad suficiente para ello. Eje. La escritura en que el mandante ratifica lo hecho
por el mandatario con un poder insuficiente)
 De aceptación:

Son aquellas en que otorgan su consentimiento las personas o cuyo favor se


constituyeron, traspasaron, o reconocieron derechos en otra escritura en la que no
comparecieron. Eje. La escritura de aceptación de una donación.

f) Aclaratorias

Llamadas también "Adicionales". Son las que suplen omisiones o dejan sin
cláusulas generalmente nulas o ilícitas), con el fin de facilitar la inscripción de un
documento en el Registro Público o aclaran dudas de otra escritura. Los
otorgantes de la escritura aclarada y de la aclaratoria suelen ser los mismos.

g) De Adhesión:

Son todas aquellas en que ambas partes realizan un negocio jurídico y convienen
en que se rija por las cláusulas de un contrato tipo previamente redactado y que
puede estar publicado (ejemplo: en el período oficial) o trascrito en un registro
público.

Otra clasificación sería entre escrituras autorizadas por el Notario y sin efecto, las
que así son declaradas por el Notario, cuando los otorgantes se niegan a firmar, lo
que el notario hará constar al pie de la escritura, firmando después.

DIVISIÓN DE LA ESCRITURA EN PARTES O PERÍODOS:

Según las pautas de ilustres exponentes del Derecho Notarial, la Escritura o


Instrumento Público se divide en partes o períodos: Así en España antes del
nuevo reglamento, la doctrina y la práctica Notarial elaboraron una distinción en
las diversas partes de las escrituras según los elementos de los actos o del
documento que hacía referencia. En este sentido siendo el instrumento Público
manifestación de una relación jurídica han de reflejarse en él, los elementos que la
integran, los personales, los reales y los formales, conforme a lo cual el
instrumento público debe de constar de tres partes destinadas cada una a
expresar respectivamente los elementos de aquella relación.

Las dos primeras partes son de carácter sustantivo, y la tercera de carácter


adjetivo, y que es la que hace público y auténtico el instrumento.

LEON Y MORCILLO Distinguían cuatro partes Comparencia, Exposición,


Estipulación o Disposición y Otorgamiento. A estas agrego Fernández Casado la
sanción o aprobación. Estas cinco partes fueron admitidas en la legislación
Española, por Azpeita y gran número de juristas, y a pesar de que el nuevo
reglamento Notarial de España le agregó dos partes más, son admitidas por la
generalidad de autores.
Según este sistema, el instrumento se divide en cuatro partes:

 La Comparecencia:

Que está destinada a los elementos personales de la relación jurídica.

 La Exposición destinada a expresar los elementos reales.

 Dispositivas: Destinada al nexun de la relación.

 Otorgamiento y autorización: Es el elemento adjetivo del instrumento.

No faltaron autores que dividieron la escritura en tres partes distintas que


llamaron: Introducción, Cuerpo del acto y Conclusión, que fue la que aceptó el
Código de Procedimiento Civil de Guatemala en su Arto. 162, por que esa
legislación considera más comprensible y contiene en resumen las que señala el
reglamento de España. Así lo expone el autor Guatemalteco JOSE EDUARDO
GIRÓN.

La Ley del Notariado de Nicaragua acoge esta división última aceptada por el
Código Guatemalteco y dispone el tal sentido en el Arto. 22 que: la relación de los
documentos comprenderá tres partes:

 INTRODUCCION.

 CUERPO DEL ACTO.

 CONCLUSION.

COMO DEBE DE OBSERVARSE O VERSE LA DIVISION EN PARTES O


PERÍODOS DE LA ESCRITURA O INSTRUMIENTO PÚBLICO.

Al hacerse la división en partes o períodos de la escritura o instrumentos Público,


hacen presente los tratadistas, la observación de que no ha de buscarse a través
de la escritura una tajante separación en partes, sino más bien a que estas
divisiones corresponden a un criterio ideológico que pretenda conseguir una
mayor claridad a través del documento y con ella una mayor eficacia y firmeza.
Encaminando detenidamente el contenido del documento auténtico podrán
apreciarse todos o la mayoría de las partes en que se divide, pero no debe
perderse nunca de vista su claridad y eficacia. La escritura debe construir siempre
un todo homogéneo, un conjunto armónico, y debe considerarse como un solo
Acto Jurídico en el que la idea fundamental de unidad debe sobreponerse a un
fraccionamiento en partes que nadie a pretendido defender.

En tiempos antiguos no se mostraban muy dispuestos los Notarios a dividir en


períodos o partes el texto de la escritura; pues se decía que “es un todo
íntimamente enlazado”, refractario a la división en apartados. En ese sentido la
escritura se redactaba en una forma que específicamente decía así: Notario sea
como yo (aquí el nombre y circunstancias personales del propio otorgante que
hablaba), vendo, cedo y traspaso a (aquí el nombre del comprador con todas
calidades), una (aquí la cosa vendida) etc.

La escritura era pues, externamente una frase que se desarrollaba siguiendo hilo
del discurso natural, la expresión directa del otorgante verdadero o transmisor de
un derecho.

En la legislación actual la superación del procedimiento reclama que la relación


jurídica sea empleada de manera perfecta que se borren de la atención preferente
del redactor y del lector, para captar las síntesis de los mismos.

No es pues el caso de someter documento a una rígida sistemática que le prive de


su natural conformación; el interés consiste en que siga un método propio y
adecuado a la índole del acto o contrato que se realiza en el cuál el notario acusó
la singularidad de cada caso concreto.

VERACIDAD Y EFICACIA EN LA REDACCION DEL INSTRUMENTO PÚBLICO:

VERACIDAD

El acta y la escritura pública son la obra del notario. Éstas se asientan


originalmente en el protocolo y proporcionan seguridad jurídica, toda vez que son
documentos veraces, con pleno valor probatorio y fuerza ejecutiva.

Cuando el notario confecciona un documento, se convierte en el paradigma de la


verdad y la seguridad jurídica, valores que representan el contenido y la finalidad
de su actuación.

Santo Tomás de Aquino definía a la verdad como “la adecuación de la inteligencia


a la cosa”; es decir, una coincidencia entre lo que se percibe por los sentidos y su
apreciación intelectual.

Ahora bien, de acuerdo con la ley el documento notarial hace prueba plena de su
contenido, aun en los casos en que no haya coincidencia con la verdad, razón por
la cual históricamente el legislador se ha preocupado porque el notario goce de
ser una persona calificada desde el punto de vista moral. Así por ejemplo Alfonso
X El Sabio, en las Siete Partidas, establecía que “y si el Escribano de Ciudad, o de
Villa, hiciera alguna carta falsa o hiciere alguna falsedad en juicio en los pleitos
que mandaren escribir, débenle cortar la mano, con que la hizo, y darle por malo,
de manera que no pueda ser testigo, ni hacer ninguna honra mientras viviere”.

En virtud de que el documento notarial contiene la verdad de lo sucedido, el


redactor del instrumento necesita tener especial cuidado en su forma de
expresión, pues cada palabra puede acercarlo o en su caso alejarlo más de la
verdad o exactitud del hecho. Asimismo cuando el notario entreviste a sus
requirentes, debe investigar con minuciosidad sus necesidades o deseos y
coadyuvar a interpretarlos. Igualmente debe actuar con veracidad y ser fiel al
asentar lo que ve y escucha, y más aún cuando se trate de interpelaciones,
requerimientos y notificaciones, en los que se encuentre presionado por los
intereses de clientes o litigantes.

Si el notario actúa con veracidad, proporciona seguridad jurídica, que entre otras,
es una de las finalidades del Estado. La seguridad jurídica es un “saber a qué
atenerse”; es conocer donde inicia y donde termina el derecho de una persona.
Por lo que toca al documento notarial, es tener la certeza de que éste es válido;
que refleja la verdad de lo sucedido y acontecido; y que tiene pleno valor
probatorio y fuerza ejecutiva.

ACTUAR CON EFICACIA

El notario tiene la obligación de ser eficaz en sus resultados. El acta o la escritura


por él redactados, deben satisfacer las necesidades de su cliente, realizando la
fórmula jurídica y económica más adecuada.

Por esta razón debe actualizar sus conocimientos jurídicos, para que entre varias
opciones seleccione la más viable.

En la redacción de los instrumentos vuelca la creatividad del profesional del


derecho. Ahí demuestra principalmente su calidad de jurisconsulto. Asimismo
despliega su actividad de perito en derecho reconocida por la ley y adquirida a
través de la experiencia.

El notario al determinar el contenido del documento, realiza una obra, un objeto


visible y palpable. Redactar es crear, porque el docto busca y escoge de las
distintas disposiciones legales vigentes, aquellas que mejor convienen al caso
concreto. Así, además de tener conciencia de su obra creativa, su actuación será
sabia y responsable.

También es un deber del notario adaptarse técnica y jurídicamente al mundo


moderno, sin perder su naturaleza propia de asesor de las partes, acumulada a
través del tiempo.

Al respecto en el XVII Congreso Internacional del Notariado Latino, celebrado en


Florencia, Italia, en octubre de 1984, se llegó, entre otras, a las siguientes
conclusiones:

 Que se reconozca que, históricamente, el notario ha sido asesor de las partes,


imparcial redactor del instrumento, y que por su carácter de jurista se
responsabiliza de su contenido, el cual tiene un valor de plena prueba probatoria y
ejecutoria; que para lograr su imparcialidad es necesario que se dedique
exclusivamente a su función; y que los organismos notariales han sido un factor
importante, para el resguardo de la ética, de los conocimientos técnico-jurídicos y
de la responsabilidad de los notarios.

 Que cada notariado se adecué a la evolución técnica y social; y proceda, si es


necesario, a la reforma de los elementos operativos que ya no estén en armonía
con dicha evolución, para conseguir la actualización moderna del servicio de la fe
pública, como resulta demostrado por la historia.

En gran parte de los países donde existe el notariado de tipo latino, hay notarios
que para documentar y elaborar sus escrituras, utilizan las computadoras y los
1lamados también ordenadores, lo que ha redundado en una mayor rapidez y
eficacia en su proceso y terminación. Los medios técnicos empleados para
documentar, redactar o reproducir el trabajo notarial, son convenientes siempre y
cuando no se pierda la función más importante del notario, que es el
asesoramiento a las partes mediante un contacto directo y personal.

Así pues, se puede considerar que el uso de las computadoras en las notarías
resulta de gran utilidad para la actividad notarial, no sólo para la redacción del
instrumento, sino también para el acopio de datos, cálculos de impuestos, registro
de clientes y cuentas, etcétera, que trae consigo, la actualización del notariado al
mundo de nuestros días. Carnelutti coincide con este concepto al decir:

“Si tenemos en cuenta los progresos científicos que la técnica nos presenta cada
día, podemos decir que si el notario fuera exclusivamente un mero documentador,
estará en trance de desaparecer porque con los progresos de la fotografía, de la
cinta magnetofónica, etcétera, esa función de plasmar una declaración de voluntad
en un documento de modo que no quepa ninguna duda acerca de su autenticidad
se llegará a realizar por medios mecánicos y más que suficientes para los fines
pretendidos. Sin embargo el notario tiene algo más que hacer, y estas
consideraciones son las que nos llevan a la conclusión de que esta función
documentadora es lo accesorio en el notario. De ahí la injusticia que supone
llamarlos, como en algunos países, “escribanos”, puesto que si por ser lo más
aparente -sobre todo sobre la base de la consideración histórica del desarrollo del
notariado- puede confundirse la misión puramente adjetiva de documentar con su
esencia, es preciso ir mucho más lejos para encontrar la verdad... La esencia de la
función notarial hay, pues, que buscarla en otra que nos da la manera definitiva su
base, su contenido y su significado. Esta esencia está en vías de encontrarse
cuando se supone la idea de su misión con la mediación. Es decir, cuando se
parte del estudio de la figura jurídica del intérprete. Pero no del intérprete
material... y he aquí lo más importante, del intérprete jurídico. El notario lo que
hace en realidad es interpretar, “traducir”, la realidad social al campo del Derecho,
trasladar el hecho al Derecho, “ligar la ley al hecho”.

TEMA CUATRO
LA ESTRUCTURA REGLAMENTARIA DE LA ESCRITURA PÚBLICA

Sumario

 CONCEPTO

 ESTRUCTURA INTERNA DE LA ESCRITURA. PARTES DE QUE CONSTA

Escritura de compraventa

 LA INTRODUCCION

1. Encabezamiento

2. Comparecencia en sentido estricto

1. CONCEPTO

La locución “escritura pública” tiene dos significados: uno amplio y otro estricto. El
primero abarca todos los instrumentos que figuran en el protocolo, bien contengan
o exterioricen un negocio jurídico o simplemente un hecho (acto). Así entiende la
escritura la ley notarial de Costa Rica, que no distingue entre escritura y acta. En
sentido estricto, escritura designa únicamente el instrumento notarial que contenga
una declaración de voluntad. “Toda la técnica notarial española -dice Núñez
Lagos- está basada en esta distinción fundamental entre escrituras y actas.”
admitida por las legislaciones notariales centroamericanas (excepto la
costarricense) y panameña, que ordinariamente usan el vocablo escritura en
sentido estricto, reservando la de “instrumentos” para designar tanto las escrituras
como las actas.

Otra acepción limita el vocablo a los instrumentos matrices que se extienden en el


protocolo y denomina su reproducción copias, testimonios y certificaciones. Sin
embargo en su significado más amplio y propio, tanto merece el nombre de
escritura la matriz como el testimonio, copia o certificación de ella.

Algunos han negado la distinción entre escritura y acta pues la escritura relata
declaraciones de los otorgantes que son hechos ocurridos a presencia del notario
y por tal razón la escritura es a la vez un acta, o sea un relato auténtico de un
hecho o de varios sucesivos.

2. ESTRUCTURA INTERNA DE LA ESCRITURA. PARTES DE QUE CONSTA

Estructura es el modo como está construida una cosa. Estructura de una escritura
debe ser, pues, el modo de hacerla. Estructura interna es su composición o
redacción, en la que se distinguen sus diversas partes integrantes. De ella se
tratará en el resto de este Tema. La estructura externa se refiere a la forma
material de escribirla, a lo que se refirió en tema III.

Las primeras escrituras españolas y las centroamericanas y colombianas de la


época colonial, no estaban divididas en partes. La consideración de que la
escritura forma un todo indivisible, aún hoy aceptada, impidió analizar siquiera en
teoría, la composición de sus partes. De ahí que, primitivamente, la escritura
apareció redactada en un solo bloque, sin párrafos, ni puntos que separarán unas
cláusulas de otras.” Se abusaba de la coma y del pronombre relativo, haciendo de
la escritura “una sola frase que se desarrollaba siguiendo el hilo del discurso
natural”. “La ausencia de normas concretas que uniformaran y simplificaran la
redacción del instrumento, dio lugar al abuso de multiplicidad de “empalagosas
redundancias para expresar un concepto con diversidad de frases, como si cada
palabra no tuviese en Derecho un significado peculiar”.

La necesidad práctica de unificar los estilos de redacción condujo a algunos


cartularios, entre los cuales descuella uno de los primeros y el más insigne de los
profesores de Derecho notarial, Rolandino Passagiero, a la redacción de fórmulas
que contuvieran los requisitos necesarios para la validez del acto y en las cuales
era posible distinguir partes bien diferenciadas entre sí. Después de esto, diversas
leyes notariales publicaron formularios que sirvieron de guía para el cumplimiento
de sus disposiciones. Así lo hicieron las Leyes de Partidas, el Formulario de
Actuaciones y Cartulaciones de 1844 en Costa Rica, el Código de Procedimientos
y de Fórmulas de 1857 en El Salvador y muchos otros. Pero esta solución, buena
para aquellos tiempos, no lo es hoy, pues la importancia de los formularios ha
cedido ante la mayor preparación jurídica de los notarios.

El ordenamiento y sistematización de las partes integrantes o elementos


componentes de una escritura, ha sido después tarea de la doctrina y de la ley
que, en lugar de formularios, ofrece ahora preceptos detallados que instruyen
sobre la manera de redactar los instrumentos públicos y las formalidades que
deben cumplir.

En realidad, la formación del documento notarial cualquiera que sea su naturaleza,


no puede separarse en secciones autónomas porque el documento notarial
constituye un todo homogéneo y orgánico y nunca un agregado informe, o una
mera suma de partes sin conexión alguna entre sí. Por tales razones, la escritura
es indivisible en su composición. No obstante, las partes de una escritura son
susceptibles de ser analizadas en forma individual.

En los instrumentos públicos redactados en el sistema primitivo se distinguían dos


partes. La primera es el tenor del negocio, en que el relator o relatores, cuyos
nombres aparecían en primer término, eran el otorgante u otorgantes. La segunda
estaba constituida por las publicaciones, en la que hablaba el escribano y contenía
los elementos adjetivos o autenticadores. En este sistema sólo se distingue la
supuesta autoría de esas dos partes, cuando es lo cierto que el notario suele y
debe ser normalmente el redactor de todo el instrumento, y, si es así, es
indispensable que pueda distinguir sus diversas partes integrantes, para su
ordenada ubicación de datos. En las redactadas por los jueces cartularios de la
Edad Media y los notarios que siguieron sus huellas, la escritura era concebida
como una sentencia. Se adopta entonces un sistema de narración cronológica de
los antecedentes, semejante a los resultandos de una sentencia, y del
otorgamiento, parecido al fallo, terminando con la autorización notarial, que
remeda la de los escribanos judiciales y es precedida de las palabras "ante mí".
Esta estructura lógico-deductiva no era apropiada para las escrituras, pues la
relación jurídica no surge en éstas como una consecuencia de los hechos que le
precedieron. De ella se pasó a un sistema puramente lógico en que se redacta la
escritura como un silogismo en que los antecedentes constituyen la premisa
mayor, el negocio jurídico que las partes se proponen realizar es la premisa menor
y el otorgamiento la conclusión, a cuyo sistema es aplicable la misma crítica antes
expuesta en relación con el sistema de narración cronológica. Y se llega
finalmente al sistema científico jurídico que contempla el instrumento como la
expresión de una relación jurídica en la que cabe distinguir los elementos
personales, reales y formales que, según la doctrina española más en boga,
equivalen a la comparecencia (personales), antecedentes y parte dispositiva
(reales) y otorgamiento y conclusión (formales).

En el Istmo, las únicas legislaciones notariales que distinguen los elementos


integrantes de la escritura (Costa Rica y Nicaragua) siguen el sistema primitivo,
algo modificado, en que la parte principal es el “cuerpo” o tenor del negocio.
Dividiéndose las "publicaciones" en dos partes situadas respectivamente al
principio (“introducción”) y al fin (“conclusión”). El origen de esta distinción tripartita
se remonta al siglo XVI en que se usaban en Centroamérica fórmulas (o
"machotes") impresos en que esas tres partes estaban bien distinguidas y el
notario se limitaba a llenar la primera y la última.

El autor Jorge Luján Muñoz, clásico tratadista del derecho notarial, se refieren a
este antecedente:

“Podemos considerar básicamente que una escritura colonial constaba... de tres


elementos: 1. la introducción; 2. el contenido; 3. la conclusión.

“1. La introducción. La introducción, o cabeza de las escrituras, es la parte que


inicia el documento, es decir, la parte que antecede al texto en sí. Sus requisitos
no estaban legislados en parte alguna, de manera que se guiaban por la
costumbre, y, desde luego, ofrecían el estilo de cada escribano.

“En la introducción podemos distinguir las siguientes partes: a. nombre o nombres


de las partes contratantes; b. declaración de estar presentes la parte o las partes,
los testigos, si los hay, y fe de conocerlos; c. declaración del tipo de contrato que
realizaban; d. lugar y fecha; e. nombre y título del escribano; y f. declaración sobre
que contrataban por propia voluntad y con capacidad civil. Los puntos b, d, e,
podían ir al final de la escritura. El punto f, podía no aparecer en ella.
2. El contenido. En la parte del contenido o cuerpo del contrato iba lo que
podemos llamar la escritura en sí.

En las escrituras no se acostumbraba numerar las cláusulas. La primera podía


iniciarse diciendo “primeramente”, y las demás, con las palabras Item u otro sí, es
decir, “y también”, “del mismo modo” o “además”, “demás de esto”.

“3. La conclusión. La conclusión es la parte final de la escritura. Normalmente se


asentaba en la escritura colonial: a. la fecha; b. fe del conocimiento de las partes;
c. los nombres de los testigos; d. a veces, la declaración de someterse al Fuero y
jurisdicción Real renunciando al fuero propio, domicilio y vecindad; f. las firmas de
los otorgantes y la del escribano después del "ante mí" o “pasó por mí”; g.
declaración de los derechos que se han cobrado o si fue sin costo.

Los puntos a. b. c. iban en la conclusión cuando no estaban en la cabeza del


instrumento...”

Esta división del contenido del documento notarial es demasiado simple. Cualquier
documento, jurídico o no, notarial o de otra clase, podría ser dividido en esas tres
partes: introducción, cuerpo y conclusión. Estas tres palabras no indican la
naturaleza de esas partes sino apenas su colocación al principio, en el medio o al
final de la escritura.

Sin embargo, todas las legislaciones notariales del Istmo han recibido la influencia
del sistema científico-jurídico, aunque no lo hayan adoptado expresamente. Con
un poco de esfuerzo y sin apartarse de lo dispuesto en ellas, es posible en todos
los países del Istmo mejorar la redacción de las escrituras aplicando el método
antes citado. La introducción puede hacerse equivalente a la comparecencia; el
cuerpo puede dividirse en antecedentes o exposición y parte dispositivo o
estipulaciones; y la conclusión, contener lo que la doctrina llama otorgamiento y
autorización.

ESCRITURA PUBLICA NUMERO DOCE (012)."COMPRAVENTA


DE INMUEBLE. En la ciudad de Managua, a las diez de la mañana
del doce de Enero del año dos mil dos, ante mí, RAMON
ARMENGOL ROMAN GUTIERREZ, mayor de edad, casado,
Abogado y Notario Público de la República de Nicaragua, de este
domicilio y residencia, debidamente autorizado por la Excelentísima
Corte Suprema de Justicia para Cartular en el quinquenio que expira el
Introducción.
veintisiete de mayo del año dos mil dos, comparecen los señores:
SIXTA ALBERTINA SANDOVAL JIMENEZ, quien se identifica con
cédula de identidad número doble cero uno guión cero uno cero uno
cero siete guión doble cero eme, transportista, soltera por viudez y
CARLOS JOSE PALMA GARCIA, cédula de identidad numero doble
cero uno guión veintidós cero nueve cuarentinueve guión cuatricero
hache, contador, quien actúa en su nombre, ambos mayores de edad,
casados y de este domicilio.- A mi juicio ambos tienen plena capacidad
civil legal necesaria para obligarse y contratar en especial para ejecutar
este acto.-
Manifiesta el primer compareciente SIXTA ALBERTINA
SANDOVAL JIMENEZ y dice: PRIMERA: RELACION DE
DOMINIO: Que según Testimonio de Escritura Pública Número
Ciento Quince autorizada en esta ciudad ante los oficios del Notario
Público Orlando José Salas Domínguez a las seis de la tarde del
veinticuatro de Octubre de mil novecientos Ochentitres es dueña en
dominio y posesión de una propiedad que se encuentra ubicada dentro
de los siguientes linderos: NORTE: Angela Mendieta de Soto y José
Martínez Sánchez; SUR: Aminta Aguilar; ESTE: Prolongación de la
Veintinueve Avenida Este y OESTE: Terreno de Zela Castaño;
identificado el lote con el número SC ocho, ubicado en el barrio
Riguero Reparto San Carlos, con un área de Trescientas varas
cuadradas, dicha Propiedad se encuentra Inscrita bajo el Numero
CINCUENTIUN MIL QUINIENTOS CUARENTICUATRO (51.544),
Asiento Segundo (2do.); Folio DOSCIENTOS NOVENTA (290),
Tomo SETECIENTOS SESENTICUATRO (764), sección de
Derechos Reales, Libro de Propiedades del Registro Público de
Cuerpo:
Managua.- Continúa expresando SIXTA ALBERTINA SANDOVAL
JIMENEZ y dice: SEGUNDA: VENTA: Que el inmueble descrito y
deslindado en la Cláusula que antecede, con el compromiso de la
evicción y saneamiento, con todas sus anexidades, conexiones, usos y
servidumbres, en el carácter en que comparece, lo vende al otro
compareciente señor CARLOS JOSE PALMA GARCIA, por el precio
de SETENTINCUATRO MIL CUATROCIENTOS TREINTIOCHO
CORDOBAS CON DOS CENTAVOS (C$74,438.02), equivalentes a
CINCO MIL DOSCIENTOS NOVENTIOCHO DOLARES CON
OCHO CENTAVOS (U$5,298.08) que confiesa tener recibidos en este
acto y a su entera satisfacción, trasladándole en consecuencia al
comprador todos los derechos que sobre el inmueble le correspondían.-
TERCERA ACEPTACION: Manifiesta por su parte el señor CARLOS
JOSE PALMA GARCIA dice: Que en los términos relacionados
acepta para sí la venta que por medio de este instrumento público le
hace el otro compareciente SIXTA ALBERTINA SANDOVAL
JIMENEZ.-
Así se expresaron los comparecientes a quienes yo el Notario instruí
acerca del objeto, valor y trascendencias legales de este acto, del
significado de las cláusulas generales que contiene y de las especiales
que envuelven renuncias y estipulaciones implícitas y explícitas.- Doy
Conclusión. fe de haber tenido a la vista el Certificado en donde consta la Libertad
de Gravamen, no así las boletas fiscales y catastrales las que serán
insertadas en este testimonio una vez tramitadas y canceladas, para su
presentación al Registro Público de este Departamento. Leída que fue
por mí el Notario, íntegramente toda esta Escritura a los
comparecientes, la encuentran conforme, aprueban, ratifican y firman
por ante mi el Notario, que doy fe de todo lo relacionado.-
LA INTRODUCC ION

Dentro de esta parte de la escritura se incluyen los datos relativos a lo que la


Doctrina llama, en sentido amplio, comparecencia. Hay dos partes en ella: el
encabezamiento y la comparecencia en sentido estricto.

 Encabezamiento

En el encabezamiento se incluye el número de la escritura, el objeto y el nombre,


apellidos y domicilio del notario o notarios autorizantes, y la razón del vencimiento
de su autorización quinquenal para ejercer el notariado. Asimismo, (excepto en
Costa Rica) el lugar del otorgamiento y la fecha de la escritura y también puede
incluir la hora del otorgamiento, exigida en El Salvador y Nicaragua en todas las
escrituras y, en Guatemala y Panamá, para las escrituras de testamentos abiertos
y cerrados.

 Comparecencia en sentido estricto

a. Circunstancias de los comparecientes, testigos e intérpretes.

En esta parte se incluyen los nombres y apellidos de los comparecientes, su


mayoría de edad y, si se trata de menores, razón por la que pueden comparecer
por sí mismos. También la profesión, domicilio y estado de dichos comparecientes
y la nacionalidad si fueren extranjeros. Asimismo se comprenden en ella las
circunstancias referentes a los testigos de conocimiento o abono e instrumentales
y a los intérpretes incluyendo sus nombres y apellidos y otros datos que se exijan.
Igualmente se expresará en esta parte de la escritura los documentos que
sirvieron para la identificación de los otorgantes, salvo en Panamá, donde la
identificación no puede hacerse en caso alguno mediante documento, sino
únicamente por medio de testigos.

Tales circunstancias sirven para identificar personas homónimas y para juzgar su


capacidad (que varía con la edad), domicilio (por ejemplo, cuando se requiere que
el testigo esté domiciliado en el lugar), el estado civil (por ejemplo, en cuanto a la
capacidad para disponer de bienes gananciales o para determinar si los adquiridos
lo son o no) y la nacionalidad (por ejemplo, un extranjero puede llegar a ser mayor
de edad en su país con menor o mayor número de años que un nacional).

b. Fe de conocimiento o relación del documento de identificación

Reuniéndose en la comparecencia todos los elementos personales del negocio


contenidos en la escritura, debe figurar en ella la dación de fe de conocer el
notario a los otorgantes, a los testigos instrumentales de conocimiento, en su caso
(Testamentos) e intérpretes en caso de haberlos. Tal fe de conocimiento es
implícita en Costa Rica y expresa en los demás países, indicando la ley notarial
nicaragüense que debe figurar en la introducción, esto en caso de que sea
necesario ya que el artículo 42 de nuestra Ley del Notariado fue derogada
expresamente por el artículo 7 de la Ley que da mayor utilidad a la Institución del
Notariado, y la guatemalteca que, en el orden interno de la escritura, debe venir
inmediatamente después del nombre y generales de los otorgantes, mientras las
leyes de los demás países del Istmo nada expresan acerca de la parte de la
escritura en que debe figurar tal fe de conocimiento.

LO QUE CONTIENE LA INTRODUCCION

CONFORME AL ARTÍCULO 23 LEY DEL NOTARIADO

El Artículo 23 de esa Ley del Notariado dice:

LA INTRODUCCION DEBE CONTENER Y EXPRESAR:

 El lugar, hora, día, mes y año en que se extiende el documento;

 El nombre y apellido de los otorgantes, su edad, profesión, domicilio y estado;

 Si proceden por sí o en representación de otro, insertando en este último caso


los comprobantes de la capacidad, o haciendo referencia a ellos, con fe de
haberlos tenido a la vista, según lo disponga la ley, expresión de su fecha y
nombre del Notario o funcionario que los hubiese autorizado o expedido; o
agregando los originales al protocolo para insertarlos en los testimonios
correspondientes. (Véase el Arto. 3331 C.)

 La circunstancia de haber intervenido un intérprete nombrado por la parte que


ignore el idioma castellano;

 La fe de conocimiento de los otorgantes, de los testigos y de los intérpretes que


intervinieren, en su caso;

 Si el cartulario no conociere a las partes o a alguna de ellas, deben concurrir al


otorgamiento de la escritura pública dos testigos más que los conozcan y sean
conocidos del cartulario, para que él funde sobre el dicho de ellos la fe de
identidad. No será necesario que los testigos de conocimiento firmen la escritura;
bastará que el notario haga mención de ellos en dicha escritura.

En el caso de que el cartulario no conozca a las partes ni puedan estar presentes


testigos de conocimiento, lo hará constar así en la escritura especificando, en su
caso, los documentos que le hubieren exhibido como comprobantes de su
identidad y capacidad.
Encabezado: ESCRITURA PUBLICA NUMERO
CUARENTA (No. 040).- PODER
Numero de la Escritura, Objeto GENERALISIMO.- En la ciudad de
El lugar, hora, día, mes y año en que se extiende el Managua a las diez y veinte minutos
instrumento. de la mañana del veintiuno de
La intervención del Notario con sus generales y su Febrero del año dos mil seis, ante
vigencia quinquenal mí: RAMON ARMENGOL
ROMAN GUTIERREZ, mayor de
El nombre y apellidos de los otorgantes, su edad,
edad, casado, Abogado y Notario
profesión, domicilio y estado civil.
Público de la República de
Si proceden por así o en representación de otro, Nicaragua, con domicilio y
insertando en este ultimo caso los comprobantes de residencia en esta ciudad,
la capacidad, haciendo referencia a ellos con fe de debidamente autorizado por acuerdo
haberlos tenidos a la vista, según lo disponga la Ley de la Excelentísima Corte Suprema
expresión de su fecha y nombre del Notario o de Justicia para ejercer el notariado
funcionario que los hubiese autorizados o expedidos, durante un quinquenio que vencerá
o agregando los originales al protocolo para el día veintisiete de Mayo del año
insertarlos en los testimonios correspondientes. Dos Mil Dos, comparece: MARIA
Las circunstancias de haber intervenido un EUGENIA SOLORZANO
intérprete nombrado por la parte que ignore el CASTRILLO, mayor de edad,
idioma castellano. soltera, transportista y este
La fe de conocimiento de los otorgantes, de los domicilio, portando la cédula de
testigos y de los intérpretes que intervinieran en su identificación número cuatrocientos
caso. cincuenta guión cero nueve cero
cuatro cincuenta y siete guión
cuatricero eme, quien a mi juicio
En el caso de que el cartulario no conozca a las tiene plena y perfecta capacidad
partes ni puedan estar presente testigos de legal y civil necesaria para obligarse
conocimientos, lo hará constar así en la escritura y contratar, especialmente para el
especificando.(Ley de identificación ciudadana) otorgamiento de este acto, en el que
procede por sí misma y dice:
En este número se contienen los requisitos de lugar, hora, día, mes y año de
estructura externa del instrumento publico que constituye lo que puede llamarse y
contenerse como “Presupuesto del Documento Notarial” pues así como sin los
presupuestos procesales no pueden iniciarse ni desenvolverse válidamente el
proceso. También sin los requisitos anunciados no puede haber instrumentos
público, ya que si faltase al iniciarse este, se viciaría de nulo por ser esenciales
para su debida formación legal, como la afirma Fernández Casado y Sanahuja y
Soler.

En consecuencia la introducción bien puede ser denominada como la entrada al


plano de la dimensión notarial, en donde su contenido es sacramental, ritual y no
debemos temer caer en el machotismo.

Aplicando la forma Azpitarte a este numero primero encontramos en el las


respuestas “al donde” y “al cuando” se otorga el instrumento publico “el lugar” es el
“donde” se lleva a efecto su otorgamiento por las partes o mejor dicho su
autorización por el notario que el ordinario es su estudio u oficina, por lo que fuere
de ella se hará constar por el mismo notario en la escritura que autoriza las
menciones necesarias para su determinación. En este sentido en la introducción
del instrumento publico se indicara forzosamente la ciudad o población en que se
otorga, y si se hace fuera de ellas se hará constar la comarca, la aldea, el caserío,
etc., con la expresión del termino municipal en que radican.

El lugar vincula el instrumento publico con el “aquí se otorga” y de este manera al


decir el notario por ejemplo: “En la ciudad de Managua” esta asiendo constar el
espacio que dentro de su comprensión territorial ocupa al autorizar el instrumento
publico, como lo expresa el Arto. 285 del Registro Notarial de España.

La hora que es cada una de las veinticuatro partes en que se de divide el día solar
que se cuenta desde la una de la mañana hasta las doce de la noche siguiente,
junto con la fecha, es el “cuando” se efectúa el instrumento publico, y esta
íntimamente ligada con el día, ya que pertenece a cada uno de los espacios
llamados mañana, tarde y noche, por lo que en la redacción de la escritura se le
considere como horas de la mañana, de la tarde o de la noche según el caso
respectivo.

El día, conforme el Arto. XXVI Titulo preliminar C “Es el intervalo entero que corre
de media noche a media noche”, y en este sentido se sigue el concepto
astronómico del día, o sea, el tiempo que el sol emplea en dar aparentemente su
vuelta alrededor de la tierra, que empieza desde el momento que apunta la luz del
día a la una de la mañana o mañanitas hasta el momento que llega el sal al Cenit,
las doce meridianas, de la cual continua en sus ultimas horas de luz hasta las
dieciocho horas (Seis de la tarde) que empieza la noche y que cesa alas
veinticuatro horas (Las doce de la noche). No obstante de esta consideración de la
Ley considere y tiene en el Artículo 172 Pr. Como tarde la primera hora, de la
noche que termina con las Siete, por una mera apreciación objetiva de los
legisladores.

El día junto con el mes y el año forma jurídicamente la “fecha” ó sea la relación
del tiempo y del espacio con un hecho. El nombre “de fecha” viene de la cláusula
de estilo que antiguamente se consignaba en las cartas: Fecha en tal día y lugar.

Todas las horas del día y todos los días del año son hábiles para Cartular. Mas a
este respecto no existe disposición que terminantemente lo establezca, pues no se
necesita tal cosa. La creación del día feriado que es aquel en que se cierra los
tribunales de justicia ha sido con el fin de que se suspendan durante ellos el curso
de sus negocios judiciales en acción pública, y en este sentido el Arto. 171 Pr.,
dice; “Son días hábiles todos los del año, menos los domingos y los que este
mandado que vaquen los tribunales”, y el referido Arto. 172 Pr. Dice: “Son horas
hábiles las que mediante entre las Seis de la mañana hasta las Seis de la tarde”
Habilitables para los jueces y tribunales son únicamente los días inhábiles, a
instancia de parte cuando, hubiere causa urgente que lo exija (Arto. 173 Pr.)

Así establecidos para las actuaciones judiciales se estableció a su vez por los
legisladores en el Artículo 571 Pr. Que para las actuaciones de jurisdicción
voluntaria son hábiles todos los días del año sin excepción, quizás por la urgencia
que de ordinario revisten.

El notario en su actividad de tal funcionario no ejerce ningún acto de jurisdicción,


sino principalmente, entre otros el de Autenticaren virtud de la fe publica que se
halla investido, y de acuerdo con la naturaleza y tradición jurídica de ella tiene
como objetivo el hecho condicionante de los Derechos subjetivos de los
contratantes por estar basados en la voluntad de ellos mismos que las
actuaciones extrajudiciales y privada, que como acto de forma obligados por la
Ley para su debida certeza y seguridad, sean de inmediata realización, según la
urgencia y necesidad del caso como por ejemplo, el otorgamiento del testamento
de un enfermo grave, el de un poder del que tiene que salir rápidamente del país,
etc. De toda esta circunstancia como una consecuencia lógica y natural tiene que
ser ejercitada la función del Notario tan luego le sea solicitada o rogada por quien
lo necesite con presteza inmediata en cualquier momento sea, de noche, de día,
domingo, o día feriado.

En todos los reglamentos Notariales que nos presenta el derecho comparado


como en el de España y el de Guatemala se manda a poner en la escritura el
lugar, el día, el mes y el año, pero en cuanto a la hora dicen, que solamente se
podrá en los casos en que por disposición legal debe designarse como en los
testamentos, en las actas de protesto, en las revocaciones de poderes para
contraer matrimonio, en los contratos de seguros etc. Nuestra Ley del Notario
exige ponerse la hora en todas las actas Notariales como el presupuesto esencial
porque se hace necesidad al tomarse en cuenta que, en la vida practica, se
presenta el caso de ser otorgado un instrumento publico por un mismo sujeto un
mismo día, caso en los cuales no podría o se dificultaría la demostración de
prioridad de uno de ellos sobre el otro, si carecieren de la hora.

El mes que constituye que cada una de las doce partes en que se divide el año, se
distingue como el día en civil y astronómico este es el tiempo que gasta el sol en
correr aparentemente en cualquiera de los doce signos del zodiaco, el civil es
cualquier de las doce partes del año que se conocen con los nombres de enero,
Febrero, Marzo, Abril, etc., se hace obligación que se ponga el año en la escritura
publica por el hecho de que los días están numerados con relación al mes que
pertenecen. El año como se sabe es el tiempo que tarde la tierra en su revolución
real alrededor del sol, que es el año astronómico.

Tanto los meses como los años los computara el Notario en la escritura que
autorice siguiendo el sistema del calendario Gregoriano, o sea según el número de
días que respondan respectivamente a ellos, ya de 28 a 29 de 30 o de 31 para los
meses ya de 365 o de 366 para los años.
Todos estos datos de lugar, de hora, día, mes y año se colocan siempre al
principio del instrumento publico por dos consideraciones: La primera la funda una
razón de lógica, ósea de que siendo el instrumento publico en el que se consigna
casi siempre un hecho jurídico, debe relacionarse este de antemano con el tiempo
y el espacio de manera que al empezarse la escritura se conozca ya el lugar
momento de su verificación, y la otra consiste en la importancia que el lugar, hora,
día, mes y año, tienen en la escritura publica por ser hechos que el Notario le
consta y por consiguiente los autentica la fe Notarial, haciéndoles producir efectos
aun contra terceros como lo preceptúa el Arto. 2374 C. estas razones hicieron que
se dejaran de poner el fin de la Escritura Pública como se hacia en lo antiguo, en
los siglos XVI al XVIII.

En este ultimo va implícito el “ante quien” se otorga el instrumento publico, y


expresamente dicho “el quienes” le otorgan.

Nuestro Código Civil en su Arto. 1035 dice: “El testamento abierto deberá ser
otorgado ante Notario y tres testigos idóneos que vean, oigan y entiendan al
testador, y de los cuales dos a lo menos deben saber leer y escribir, y en el
Artículo 1052 dice: “Lo que constituye esencialmente el testamento cerrado es el
acto en que el testador presenta una escritura cerrada declarando de viva voz, de
manera de que el Notario y testigo lo vean, oigan y entiendan, que en aquella
escritura se contiene su testamento.

Los mudos podrán hacer esta declaración escribiéndolas ellos mismos, a


presencia del Notario y testigos”.

Bien sabemos que la Escritura Pública es documento con la característica especial


de ser autorizada por Notario Publico con las Solemnidades requeridas por la Ley,
por consiguiente para que halla escritura publica debe hacer en ella Notario que la
autorice con su real y efectiva presencia.

Esta presencia del Notario la debe acreditar el mismo en esta primera parte de la
escritura con palabras que no dejen duda alguna de ella, y nada mas precisa y
exacta que la de “ante mi” que significa decir “en mi presencia”. El otorgamiento de
los instrumentos público dice Fernández, participa en cierto modo de la Naturaleza
mística de los sacramentos y requiere como estos la presencia real del Ministerio
del Sacerdote.

Además de esta formula o expresión de “Ante mi” escribirá el Notario


inmediatamente después de ella su nombre y apellido de manera entera y
completa, es decir sin iniciales ni abreviaturas, que acarrearían al instrumento
objeciones de nulidad, y debe poner así mismo sus condiciones de Notario Publico
y el lugar de su domicilio y vecindad. Con respecto a este ultimo requisito
podemos decir, que, para el Notario Nicaragüense solo significa que debe hacer
saber y conocer el lugar en que tiene abierta al publico su oficina y no su
competencia territorial, y de esta manera solo podrá cuando actúe fuera de su
domicilio una expresión que aclare su permanencia transitoria o circunstancial en
el lugar que se ha llevado a efecto el instrumento publico.

La expresión de todos estos datos tienen la importancia de que el Notario al


consignar su nombre y apellido constata de manifiesto de carácter personal de su
autorización, con su calidad de Notario, la dignidad de la función que ejerce con la
investidura de la fe publica, y con su domicilio o vecindario, el lugar en que debe
ser buscado y oído en sus actividades profesionales.

PRESENCIA DE LOS OTORGANTES:

La presencia de las “partes u otorgantes” en la autorización de la escritura publica,


hace aparecer en ella la existencia de sus derechos y de sus obligaciones, es
decir, que el hallarse presente ante el Notario ya en persona o por medio de
Apoderado o de Representante Legal haciéndose ver, oír e identificar, acreditan la
legitimidad del negocio que realizan por lo que el Arto. 28 de Inciso 2 de la Ley del
Notariado nuestra pena con nulidad el instrumento publico que se autoriza por el
Notario sin estar presente ante el, los otorgantes.

Las Leyes y las Doctrinas frecuentemente pecan de imprecisas el designar a los


sujetos del Instrumento Público, y los llaman “partes compareciente y otorgantes”.
En líneas generales diremos que son “partes” aquellas personas a favor o en
contra de las cuales establecen se modifican o se extinguen derechos. A veces
comparecen personalmente con presencia física en el instrumento público y otras
veces por medio de Apoderados o Representante Legal.

“Comparecientes” es el que realmente en razón de su presencia física se sitúa


ante el Notario, por lo que han de ser siempre personas físicas tangibles, vistas y
oídas por el Notario.

Delimitando esferas de acción entre “parte o compareciente” resulta que es “parte”


y no “compareciente” la persona que esta representada en el otorgamiento de la
escritura publica; y en cambio es “compareciente” y no “parte”, el apoderado el
Gestor de Negocio, etc., es decir, el Representante.

Al lado de estas nociones de “parte” y de “compareciente” surge la técnica Notarial


la figura del “otorgante” cuya voz tiene su origen en el verbo otorgar, que
significa: Admitir, dar o consentir.

Los otorgantes de una escritura publica deben reunir ante el notario autorizante las
condiciones necesarias que la Ley exige para la validez de su actuación, y que
necesariamente deben hacerse constar en ello.

Estas condiciones son:

Sus condiciones y anormalidades físicas.


Si hablan o no el idioma nacional nuestro cuando pertenecieren a países en los
que no se habla Español.

Su designación o filiación.

La fe de su conocimiento.

La capacidad que tienen para el ejercicio de sus derechos.

La forma en que proceden

CON RESPECTO A LAS ANORMALIDADES FÍSICAS

QUE ADOLECIEREN:

La Ley nos dice lo siguiente: En el Arto. 2367C. si las partes fueren sordomudos,
que saben escribir, la escritura debe hacerse en conformidad a una minuta que
den los interesados, firmada por ellos y reconocida la firma por el Notario, quien
dará fe del hecho. Esta minuta quedara también protocolizada” en el Arto. 1038 C.
El que fuere enteramente sordo deberá leer por si solo su testamento y si no
saben o no pueden, designara dos personas que lo lean en su nombre, siempre
en presencia de los testigos y del Notario”, y en el Arto. 31 Ley del Notariado” si
algunos de los otorgantes no saben firmar o es ciego o tienen algún otro defecto
que haga dudosa su habilidad, se indicara esta circunstancia en el instrumento; y
uno de los testigos instrumentales, u otra persona llevada por el interesado,
firmará por él la segunda”, condiciones de cuando ignoran los otorgantes el idioma
Español nuestro, o nacional la reglamentan los Artículos 23 No. 1 del notario y el
Arto. 2366 C. que respectivamente dicen.

La introducción debe contener y expresar: “La circunstancia de haber intervenido


un interprete nombrado por la parte que ignore el idioma Español”. “Si las partes
no hablan en idioma nacional, la escritura debe hacerse en conformidad a una
minuta firmada por las mismas partes en presencia del cartulario, que hará fe el
acto y del reconocimiento de las firmas, si no lo hubieren firmado en su presencia
traducida por un perito que nombrara el mismo cartulario. La minuta y su
traducción deben quedar protocolizado y no habrá necesidad de que el cartulario
reciba promesa al traductor”.

Con la disposición notarial claramente se dispone la obligación del Notario de


hacer constar en la primera parte la introducción de la escritura, la intervención en
ella del intérprete o perito que nombre la parte que ignore el idioma nacional o del
nombre el mismo cartulario cuando son las partes la que lo ignora.

Algunos piensan que entre las disposiciones civiles y la notarial indicada, hay
ciertas especies de antinomia puesto que el Código Civil exige una minuta firmada
por las partes y traducida por un perito que nombre el Notario.
Al juicio de los Prof. Bruno Hermógenes y Nicolás Buitrago, no existe esa
antinomia si se extiende al tenor literal de ambas disposiciones, el Código Civil
habla de “partes” que ignoran el idioma vernáculo, y entonces es el caso en que
deben presentar al Notario la minuta redactada en su propio idioma para que la
traduzca el Perito nombrado por el Cartulario; mientras que la Ley del Notario se
refiere, no a las partes en general, sino a una sola parte que ignore el idioma
nacional, pues en este caso basta que el otorgante nombre un Perito para que le
sirva de interprete ante el Notario que deba redactar el instrumento.

Presentada al Notario por los otorgantes la minuta redactada en el idioma


extranjero, proveerá este a continuación que se proceda a su traducción
nombrándose para ello como perito el que el mismo designa, por auto de Notaria
una vez hecha la traducción ordenada se procederá a la redacción de la escritura,
en la forma que disponen los Artos que dejamos relacionados.

En cuanto a los que indica el No. 3, ósea la calidad de los otorgantes, o lo que es
lo mismo decir, lo que constituye el Estado de una persona, su naturaleza, su
edad y demás circunstancias y condiciones que se requieren para el ejercicio de
sus derechos.

Esta calidad de los otorgantes se hace constar en la Escritura como dice el No. 2
del Arto. 23 Ley del Notariado expresando el nombre y apellido de los otorgantes
con letras claras, exactas y completas, sin iniciales ni abreviaturas. Si el otorgante
fuera funcionario Público que intervenga en el ejercicio de su cargo lo que debe
hacer constar el Notario.

En nuestra legislación, se cumplen con la indicación de la mayoría de edad de los


otorgantes, y/o los años requeridos expresamente por la Ley para participación en
las escrituras, la edad del o de los otorgantes, es el tiempo vivido desde el día del
nacimiento, lo que el Notario la expresara indicando el numero de años que tuviere
si esto fuese necesario o indispensable por el acto o contrato que celebre, pero de
no ser así bastara consignar la mayoría de edad o el tener los 21 años cumplidos.

Si el otorgante fuere menor de edad mayorizado o emancipado deberá hacerse


constar el numero de años que tuviere acreditado con el documento respectivo, y
además, se deben tener presente los atestados correspondientes a la
mayorización o emancipación.

La profesión que es la acción de profesar, o efecto de ejercer una ciencia


intelectual o manual a que se dedica la persona otorgante.

La profesión u oficio debe ser declarada por el otorgante y corroborada por el


conocimiento que de él tengo el Notario.

Sobre el domicilio que debe tener el otorgante, la Ley nuestra únicamente nos
habla de él, sin referirse en manera alguna al vecindario de ellos como lo hace el
Reglamento Notarial de España.
El domicilio vincula a la persona jurídicamente al lugar del departamento o
provincia en que reside en donde se le debe hallar para el ejercicio de sus
derechos y cumplimiento de sus obligaciones.

La Nacionalidad de los otorgantes, que lo vincula jurídicamente y políticamente


con la Nación o Estado, se debe hacer constar en la Escritura cuando actuare
sobre la capacidad de ellos ejecutando el acto o contrato fuera de su nación, es
decir, si fuera extranjero.

ESTADO CIVIL

El Artículo 159 del Reglamento Notarial de España, a este respecto dice: Que las
circunstancias relativas al Estado civil del otorgante de una escritura, se expresara
diciendo si es Soltero, Casado, Viudo o Divorciado.

En nuestra legislación solo existen dos Estados: Casado o Soltero, por costumbre
se señala si la soltería es a consecuencia de la viudez.

Según el artículo 499C el estado civil es la calidad de un individuo en orden a sus


relaciones de familia, “en cuanto le confiere o impone determinados derechos y
obligaciones”

De aquí se resuelve que o el individuo es casado o soltero. Aunque sobre todo las
señoras se ponen solteras por viudez, los hombres no se califican de tal manera y
solamente se ponen solteros, en cuanto al estado de divorciado, generalmente a
nadie le interesa señalar tal situación y mientras no implique alguna circunstancia
condicionante, únicamente se ponen solteros.

3ro. FE DE CONOCIMIENTO DE LOS OTORGANTES:

Históricamente el Notario debía conocer personalmente a los otorgantes con


anterioridad al acto o contrato en que intervienen y por consiguiente aunque la fe
de que esta investido cubre a todo el documento, es requisito esencial de la
escritura publica que el Notario de fe de ese conocimiento, como lo todavía
establece el No. 5to del Artículo 23 L. N.

Esta obligación del Notario vino legislada desde el Fuero Juzgado y el Código de
las Siete Partidas. De nada serviría al Notario dice, Don Eduardo Jirón que
observe toda solemnidad que la Ley impone para el otorgamiento de la Escritura,
si por falta del conocimiento personal de los otorgantes no resultara de las
filiaciones respectivas, en caso dado la identidad legitima de las personas que
ante él comparecen.

Don Antonio de Monasterio jurista Español se pronuncia en contra de este


requisito de conocimiento de los otorgantes de parte del Notario, sosteniendo que
con ello se contraria la misión y oficio de la autoridad Nacional, que se limita a
testimoniar lo que presencia y percibe por medio de los sentidos del oído y de la
vista, y que el conocimiento de los otorgantes de cualquier modo que se tenga, es
una aquella nociones conceptuales que no se adquieren por medio de la directa
afectaciones de los sentidos.

Esta doctrina de Monasterio no ha hecho mengua en la regulación legal de fe de


conocimiento que sobre los otorgantes debe hacer constar el Notario. Ella la
establece la Ley como presunción de verdad mientras no se pruebe lo contrario en
juicio de falsedad; presunción que la sostiene y ampara el rigor de la Ley
Penal contra el que usurpa, la personalidad de otro.

Nuestra Ley del Notario prohibía terminantemente la autorización de instrumento


alguno en que intervengan personas desconocidas para el Notario, como ya lo
vimos en el No. 1ro del Arto. 43, caso en el cual seria nula la escritura, prohibición
que la establece todas las legislaciones del Notariado.

No obstante, de esto ha creado la Ley, dos medios que pone en manos del Notario
para que llene ese vacío de solemnidad, que son:

La presencia de testigos que conozcan al otorgante desconocido para el Notario, y


de que ya hemos hablado.

El uso de documentos de identidad y capacidad de que habla el inciso último del


referido Arto. 23 ya relacionado pareciera supletorio, no obstante la Ley de
Identificación ciudadana nos obliga a comparecer ante Notario portando nuestra
Cédula.

Los testigos de conocimientos cuyo numero también es de dos y deben concurrir


al otorgamiento de la escritura con el debido conocimiento que de ellos tenga el
Notario para que funde sobre el dicho de ellos la identidad y capacidad de los
otorgantes desconocidos, no será necesario que estos testigos firmen la escritura;
tal como lo dice el Arto. 23 No. 6, Ley del Notariado.

En estos casos es recomendable que firmen la escritura para garantía del Notario.
La presentación de documentos de identidad y capacidad que autoriza el mismo
inciso y del Arto. 23, es únicamente en calidad de supletorio de la falta de testigos
de conocimientos ya que el referido inciso Literalmente dice: “En el caso de que el
cartulario no conozca a las partes ni puedan estar presente testigos de
conocimientos lo hará constar así en las escrituras, especificando en su caso, los
documentos que le hubiesen exhibido como comprobante de su identidad y
capacidad. Estos serian por ejemplo, la Cédula de Identidad que en la mayoría de
los países se usa, incluyendo Nicaragua y a falta de ella, podrían ser los
Pasaportes y cualquier otro similar como las Licencias que se dan a los chóferes y
Libretas de los estudiantes Universitarios. Se plantea una aparente contradicción
con la Ley de identificación ciudadana ya que ésta establece como único medio de
identificación la cédula.
Para el caso de cualquier testamento en que intervengan Notario, debe este
conocer al testador, y en caso contrario identificarlos con los testigos de
conocimiento en la forma ya indicada, Arto. 1032 C. si no hubieren testigos de
conocimiento, se declarara esta circunstancia por el Notario y hará uso de los
documentos de identidad reseñándolos debidamente, y hará constar las señas
personales del testador, como - caso especial para el testamento Arto. 1033 C. La
fe de conocimiento personal de los otorgantes asegura para el Notario la identidad
de ellos por lo que debe tenerlos en su presencia.

Actualmente, con el progreso y el desarrollo científico técnico, que afecta todas las
esferas de la sociedad, ha llegado a sustituir el conocimiento personal de los
comparecientes por la existencia y portación de un documento oficial y habilitado
para tal efecto de identificación: la cédula de identificación ciudadana. Si no
tenemos cédula no podemos contratar.

CAPACIDAD DE LOS OTORGANTES:

“En esta materia dice López Palop, encontramos el semillero de donde brotan la
mayoría de la nulidades e ineficacia de los documentos notariales. “Una de las
circunstancias que deben hacerse constar a costo y en la introducción de la
escritura publica, es la afirmación a juicio del Notario y no apoyado en el solo
dicho de los otorgantes, de que estos tienen la capacidad legal necesaria para
obligarse y contratar especialmente es acto o contrato a que se refiere el
instrumento público”, ya vimos que conforme el Arto. 43 Ley del Notario, “Se
prohíbe a los Notarios: “Autorizar contratos de personas incapaces de contratar
según el Código Civil”.

La capacidad que califica el Notario es la legal o capacidad de obrar en el juicio


que de ella hace es un requisito de gran importancia y rigurosamente fundamental
para la eficacia del instrumento público que por si solo se justifica.

Con respeto al efecto de la capacidad de las partes en relación con la validez del
instrumento, puede decirse por una parte que dada la importancia de ella y lo que
establece el Arto. 1832 C. para la validez de una obligación, es indispensable que
los que se obligan sean capaces por lo que, al consignar el Notario en la escritura
que autoriza esta circunstancia debería de viciarse de nula la escritura, pero por
otra parte el Arto. 1833 C. dice que la capacidad para obligarse se presume
siempre mientras no se prueben los hechos o circunstancias por los cuales
nieguen la Ley esta capacidad, y en esta virtud, desde el momento de que el
Notario autoriza la escritura aunque no exprese su juicio sobre la capacidad del
otorgante, se establece la presunción “juris tantum” de que se ha juzgado la
capacidad del otorgante en sentido favorable.

En el caso del testamento no cabe duda de que la omisión de este requisito como
formalidad esencial, es motivo de nulidad conforme el Arto. 1034 C. por lo que el
Notario debe tener siempre la seguridad de hallarse en el testador con la
capacidad legal necesaria, como lo manda el Arto. 1032 C. por el que solo bastara
que haga constar el Notario este requisito, como ya se dijo en el testamento
abierto, repite esta obligación el Arto. 1035 C. ultimo y para el cerrado el Arto.
1055C.

El Arto. 23 Ley del Notariado exige caso de no ser conocido el otorgante por el
Notario y no haber testigos de conocimientos, la comprobación de la capacidad de
los otorgantes como documentos que como supletorio le fuesen exhibido en la
escrituras ínter vivos; y el Arto. 28 también Ley del Notariado expresamente
manda que no podrá precederse a extender un instrumento cuando las partes no
tengan capacidad legal para obligarse o no están completamente autorizados para
el efecto pero de nulidad., o sea que, independientemente de que el otorgante
porte su cédula, debemos de conocerlo, o al menos tener la certeza de que esta
en su sano juicio o que tiene capacidad.

Por todas las razones dichas debe hacerse constar en esta Primera parte de la
escritura por el notario autorizante, el juicio de capacidad que tenga sobre los
otorgantes para que no se entrañe nulidad su omisión.

Para Jiménez Arnúa, la imposición del juicio de capacidad no es un capricho de


Ley, sino que viene impuesto por la naturaleza y la finalidad del instrumento
publico. Basta observar, nos dice, que la capacidad de los otorgantes es el
fundamento que de donde toma fuerza el acto jurídico que contiene el instrumento.
El acto jurídico se hace eficaz salvo los casos que la ley exija la forma que como
requisito de solemnidad en virtud de la voluntad de los contrayentes y otorgantes,
manifestados en su consentimiento.Si el consentimiento no existe o es defectuoso
el acto es inexistente o anulable. Pero el consentimiento no consiste solamente en
una manifestación externa de querer, exige además de la exteriorización de
voluntad que haya, en el que lo manifiesta, el presupuesto necesario de capacidad
o aptitud para intervenir eficazmente en el negocio jurídico de que se trate.

Bien podría aludirse del instrumento publico la calificación de capacidad continua


diciendo Arnúa, superponiéndola al instrumento y hacerse separadamente de él
por otro acto o por otro funcionario, como se hace en la legislación
angloamericana, en las que, la intervención notarial queda reducida a
la constatación autentica del hecho, con exclusión de toda calificación o de toda
intervención notarial creadora, ya que allí el notario no crea relaciones jurídica, en
el sentido de que las hace nacer a la esfera publica y social, sino que se limita
a acreditar hechos.

Mas nuestra Ley no tiene ese concepto del instrumento publico, puesto que lo
hace un documento completo de defensa del derecho que la intervención
notarial crea o consagra públicamente como ciertos. El instrumento es autentico,
no parcialmente y respecto a hechos puramente materiales ocurridos en presencia
del notario, sino íntegramente, en la totalidad de su contenido material y jurídico.
Por ello no puede ser eficaz si ante de su definitiva existencia no ha procedido un
examen jurídico sobre la actitud de los sujetos para que intervenir en él, que
termine en una apreciación positiva.

5to.CAPACIDAD DISMINUIDA

Existen casos en la capacidad del otorgante no se completa para la libre y


absoluta disposición de su persona y bienes, por lo que exige la Ley la presencia o
asistencia en la escritura de la persona que conforme a derecho complemente o
supla la personalidad incompleta del otorgante, como sucede el caso de las
Capitulaciones matrimoniales del menor hábil para casarse a que se refiere el
Arto. 155C. que deberá estar asistido por la persona cuyo consentimiento necesita
para casarse, pues aun que para este acto no es indispensable que el otorgante
sea mayor de edad considera la Ley que se obvia la dificultad del otorgamiento del
menor con la presencia también de la persona que completa de esa manera el
desarrollo mental del menor, en caso así mismo de personalidad disminuida, el del
Arto. 227 C. con respecto al emancipado por el matrimonio siendo, menor de 18
años de edad caso en el cual necesita del consentimiento del guardador para la
ejecución del actos que excedan de la simple administración, también es caso
igual el que presenta el Arto. 251C. Para el Padre o la Madre en ejercicio de la
patria potestad, para el caso de vender Bienes Raíces del hijo, por causa de
necesidad de evidente utilidad, ya que necesita robustecer su capacidad o aptitud
legal con los documentos habilitantes de autorización judicial, pena de nulidad.

6to.SI LOS OTORGANTES PROCEDEN POR SI O EN NOMBRE DE OTRO

Las partes otorgantes del instrumento publico pueden intervenir en el en nombre


propio, o en nombre de otro.

Se procede en nombre propio, cuando el compareciente u otorgante, hace uso en


la escritura que otorga, del ejercicio de su capacidad como titular de derechos y
obligaciones. En este caso se procede con interés propio, y requerirá el Notario
como requisito indispensable la capacidad de otorgante, la que habrá de ponerse
en relación directa con la naturaleza o índole del acto y acreditar la titularidad en
cuya virtud se actúa. Si no se hiciere constar en la escritura por el Notario esa
circunstancia, ella seria absolutamente nula al tenor del Arto. 67 Ley del Notariado
en armonía con el Arto. 2371 C. Por no concurrir en el instrumento publico todas
las solemnidades externas indispensables para su validez.

Sin embargo la Ley del 28 de Mayo de 1913 aclarando el referido Arto. 67,
dispone que: “No se extiende haberse faltado a las solemnidades prescritas por la
Ley primero por no haberse expresado que el otorgante procede por si, cuando no
la hace en nombre de otro”

La titularidad consiste en la atribución a una persona de un derecho terminado y


subjetivo; y puede ir unida al goce del derecho o a su ejercicio.
Se procede en nombre de otro en el otorgamiento de una escritura cuando el
compareciente aplica o pone el ejercicio el derecho de “representación”, cuyo
objeto en general es suplir la deficiencia que supone la limitación de nuestras
facultades, para de esa manera ampliar el campo de nuestra actividad jurídica.

En el estudio del sujeto como elemento de la relación jurídica que sostiene el


instrumento publico, es preciso distinguir el titular o investido del poder jurídico, del
portador efectivo de la voluntad de este, capaz de poner en el ejercicio el derecho
que puede no coincidir con el primero.

A si la declaración de voluntad puede hacerse por el mismo interesado en el


negocio en cuyo caso coinciden titular y portador de voluntad que pone en
ejercicio el derecho; o por medio de otra persona.

Ahora bien para la existencia y validez de un negocio jurídico se necesita entre


otras condiciones fundamentales, la existencia de una “voluntad libre y su
declaración o manifiesto expresa”, así cuando esta manifestación de voluntad se
hace por medio de otra persona sustituyendo el titular en la simple manifestación
de voluntad actuando como instrumento de la voluntad ajena, se tiene apenas
una recomendación o una representación sentido lato, pero, si el portador de la
voluntad sustituye al interesado en el negocio, no solo en la manifestación externa
de la voluntad no también en la misma voluntad o determinación interna
funcionando la voluntad del sustituto en lugar de la suya, se tiene entonces en
sentido técnico la verdadera representación. En esta virtud la representación
técnica puede ser de dos modos: INDIRECTA, a aquella en la que el
representante realiza el acto en nombre propio aunque por cuenta e interés ajeno,
ósea la representación técnica.

La “Representación” se justifica jurídicamente por la razón de que toda persona al


nacer es capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones como derecho
constituido de su personalidad legal, que implica una capacidad estática e
irreductible; pero, para que sea capaz de obrar por si misma requiere por su
carácter dinámico discernimiento y libertad, que no poseen de manera alguna los
impúberes y por falta de juicio o de razón los dementes y los sordos mudos que no
saben darse a entender por escrito, y a quienes como a los impúberes considera
la Ley como incapaces absolutos al tenor del Arto. 7C.

Por otra parte también existen personas que con plena capacidad de obrar, están
imposibilitadas a veces de realizar personalmente ciertos actos debido a los
múltiples de hechos que les impone su limitación física.

Es pues que para ambas situaciones arbitra el derecho para solución de ellas el
medio de la REPRESENTACION. Esta la recibe el representante, en el primer
caso de la Ley, y en el segundo de la voluntad del representante. De esto fluye
que la “representación” directa puede ser necesaria o legal y voluntaria o
contractual”. La necesaria o legal, la confiere la Ley a ciertas personas, que por
virtud de su cargo u oficio, o de una de una pasión familiar obran a nombre de los
que se encuentra impedidos para hacerlos por si mismo. La “Representación”
voluntario, o declaración unilateral de voluntad, es la que una persona autoriza a
otra para que concluya en su nombre uno o varios negocios jurídicos que han de
producir sus efectos como si fuesen operados por ella misma. En ella el acto de
voluntad del representado, jurídicamente se llama Poder.

Los modos de intervenir en nombre de otro por acto de voluntad pueden ser:

Con Poder.

Sin Poder, y

Con poder insuficiente.

En los dos últimos casos hay identidad en el resultado final. Pues el que actúa sin
Poder o con Poder insuficiente realiza un acto de disposición ajeno, y por
consiguiente no vincula la voluntad del presunto representado, a menos que de
parte de este se produzca la ratificación del acto verificado en su nombre, sin
poder o con poder suficiente. (Arto. 3339 C.)

INTERVENCION CON PODER

En la representación que se efectúen con poder que fluye la voluntad del


representado condicionada por lo que expreso en el poder, debe el Notario hacer
tanto en este acto, como en la representación legal, las calificaciones siguientes:

La capacidad de goce del representante.

La capacidad de ejercicio del representante.

La forma o validez del apoderamiento.

El buen uso del poder, en el sentimiento jurídico, ósea que el representante obre
dentro de los limites o facultades que en el se haya señalado.

Sobre las prescripciones de la Ley, de que poderes deben constar en documento


publico como lo indican los Artículos 3293 inciso 3; 3350, 3366 C. y 72 Pr. y el
Arto. 2483 No. 5 C.

Suficiencia del poder. Esto es de muy difícil comprobación por lo que no se


pueden precisar reglas. En este caso el notario tendrá como cierto lo asegurado
por el mandatario de que, el poder no le ha sido revocado, suspendido ni limitado.

MANERA DE HACER CONSTAR LA REPRESENTACIÓN

EN EL INSTRUMENTO PÚBLICO
La Ley del Notariado nuestra, con objeto de mantener la subsistencia del poder, es
decir, su permanencia, su estabilidad o conservación, se dispone en el Arto. 23
inciso 3. Que el documento justificativo de la representación de otro se debe hacer
constar en el instrumento público, según el caso de cualquiera de estos modos:

Insertándolo en el cuerpo de la escritura, con esta expresión indica la Ley, que el


poder debe ser incluido en el texto de la escritura.

Ya en copia integra, o haciendo solo referencia de ellos, con fe de haberlos tenido


a la vista según los dispone la Ley; con expresión de su fecha y nombre del
Notario o funcionario que los hubiesen autorizados o expedido.

Agregando o incorporando los originales del poder, ósea su copia o testimonio al


protocolo para insertarlos en los testimonios correspondientes.

Se agrega como folio del protocolo con el número que le corresponda al orden
sucesivo del que lleva la escritura. Estos dos modos que nos representa la Ley
para subsistencia del poder, están de acuerdo con lo que dispone el Arto. 3331
inciso 2 que dice: Cuando se contrata a nombre del Mandante, se es en escritura
pública, deberá insertarse el poder si lo hubiere.

Si es de otro modo bastara que se cite el poder, detallando su fecha y demás


circunstancias pertinentes, pero si es especialísimo para el caso deberá agregarse
el contrato o protocolo.

Así mismo, se debe agregar también al protocolo cuando se procede con especial
para determinado acto jurídico. Como la falta de observancia de cualquiera de las
disposiciones que contienen los números anteriores acarrearían las nulidades del
instrumento público, por requisito de solemnidad como lo estatuye el Arto. 67 Ley
del Notario, y así mismo dispuso la Ley del 28 de Mayo de 1913 que: “No se
entiende haberse faltado a las solemnidades prescritas por la Ley; 2do. Por
haberse copiado al protocolo ni copiar íntegramente los poderes u otro poderes
habilitantes, con tal que se copien las designaciones que se deben tener la
introducción y conclusión según los artículos 23 y 29 Ley del Notariado y las
cláusulas pertinentes”.

En este caso nos dice la misma Ley en el número 3ro. Que el Notario dar fe que
no hay otra cláusula que limite o altere la personería del compareciente. La
omisión de este requisito será penado con multa de Cuatro Córdobas”:

No será necesario insertar en cada instrumento público los poderes o documentos


habilitantes, siempre que ya constaren en otro instrumento contenido en el
protocolo del mismo Notario pero será forzoso en cada caso presentar los
originales. El Notario dará fe de haber tenido a la vista estos originales y de estar
ya copiados en su protocolo indicando el numero, fecha y hora del acta respectiva
y el folio o folios del protocolo en que se encuentran.
“En los testigos se insertara siempre lo conducente de los mismos documentos. La
infracción de cualquiera de las formalidades prescritas será penada con una multa
de 10 a 25 córdobas, que impondrá el cartulario al Registrador, Juez o Tribunal, a
cuyo conocimiento llegue el instrumento publico dando aviso, a la Corte Suprema
de Justicia de la infracción cometida” sin perjuicio de las acciones que
correspondan a las partes”.

Todo lo dicho obliga al Notario al llamársele a la autorización de una escritura


pública, en la que el otorgante contrate a nombre de otro, a que tenga presente
que, el Arto. 2440 C. dispone: “Ninguno puede contraer a nombre de otro sin estar
por este autorizado, o sin que tenga por la Ley su representación Legal”.

DIVISION DE LOS PODERES POR SU AMPLITUD

Y POR SU UTILIDAD

Como corolario de anteriormente expuesto acerca del mandato se puede decir,


que por su amplitud de acción, el mandato o poder, puede ser: Generalísimo (Arto.
3295 C.) El inciso 3 del Arto. 28 de la Ley del Notariado dice: “En los poderes de
cualquiera clase que sean, se expresaran las facultades especiales que el
poderdante confiere al apoderado, no siendo licito pena de nulidad citar solamente
al articulo o artículos del Código que los contiene”.

Sobre este poner siente la C.S.J., que se puede hacer uso de juicio sin que lleve
las autorizaciones especiales que enumere el Arto. 3357 C. A nuestro juicio,
creemos que el instrumento debe contener tales autorizaciones como lo dispone el
inciso 3 del Arto. 28 de la Ley del Notariado.

GENERAL: (Arto. 3296 C.), para todos, alguno(s) negocio(s), con amplia y general
administración.

ESPECIAL: (Arto. 3297 C.)

Son actos jurídicos determinados por el poderdante el de vender, hipotecar, o de


cualquier otro modo enajenar los bienes expresamente relacionados, y el que se
da para los negocios a que se refieren los Artículos 3423, 3552, y 3915 C. Se
necesita poder especial para acusar criminalmente.

(Artículo 42 In.) En el Nuevo Código de

ESPECIALÍSIMO:

Se confiere para ciertos actos determinados por la Ley, es tal modo que para ese
acto no seria bastante el poder general, ni el generalísimo, sino que debe
constarse solo y exclusivamente a dicho acto jurídico.
Se concede poder especialísimo según el Arto. 3358 C.

Para contraer matrimonio a nombre del Mandante.

Para el reconocimiento de hijos ilegítimos y su inscripción respectiva en el


Registro del Estado Civil, para los efectos de reconocimiento.

Para efectos de Divorcio.

Para todos los otros casos en que la Ley requiera poder especialísimo.

El instrumento en que se hace constar el mandato, se llama “PODER”.

MODO DE HACER LA REPRESENTACION

RESPECTO A ENTIDADES

Nuestra Ley del Notariado no tiene disposición sobre el caso de esta


representación, por lo que el notario puede aplicar lo que dispone el Arto. 165 de
la Ley del Notario de España, ósea que, “cuando algunos de los otorgantes
concurra al acto en nombre de una SOCIEDAD, ESTABLECIMIENTO PUBLICO,
CORPORACION, u otra persona social, se expresara esta circunstancia,
designando además de las relativas a la personalidad del representante, el
nombre de dicha entidad y su domicilio, e indicando el titulo del cual resulte la
representación. El representante suscribirá el documento con su propia firma, sin
que sea necesario que anteponga el nombre, ni use la firma o razón social de la
entidad que represente.

SOCIEDAD CIVIL

Esta sociedad la representa la persona(s) a cuyo favor resulte dicha potestad,


según documentos acreditado de la existencia de la sociedad (Arto. 3245 C.), esta
sociedad debe hacerse constar en escritura publica, siempre que su objeto o
capital exceda de cien pesos, y aunque no exceda de esta suman, cuando se
aporten a la sociedad Bienes Inmuebles o Derechos Reales. (Arto. 3182 C.).

SOCIEDADES MERCANTILES

Nuestro C. de C. en su Arto. 118 reconoce especies de sociedad:

1) Colectivas 2) Comandita simple 3) Anónima

4) La Cooperativa 5) Comandita por acciones.


Todas estas sociedades constituyen una personalidad jurídica distinta de los
socios y además, debe constar en escritura pública, no produciendo efecto legal
de otra forma.

DE LA REVOCACIÓN DE MANDATO

La revocación es una de las formas que para terminarlo lo designa el No. 3 del
Arto. 3345 C. La revocación de poder que conste por escrito o en escritura publica,
debe hacerse por escritura publica o por escrito y surte sus efectos respecto el
mandatario desde que lo sepa; pero respecto de terceros, si el poder ha sido
otorgado en escritura publica, solamente desde que el notario que lo autorizo
anote la revocación al margen de la escritura matriz y del testimonio
correspondiente. (Arto. 3349, 3350 C.).

REPRESENTACIONES LEGALES EN EL INSTRUMENTO PUBLICO

Las personas individuales que tienen capacidad de derecho o adquisitiva pero,


incapacidad de ejercicio o de hecho, necesitan ser provisto por la Ley de un poder
de representación que permita ejercita los derechos y obligaciones del
incapacitado, en esta virtud el menor de edad, la demencia o imbecilidad, la
sordomudez, ebriedad y la interdicción Civil, no son mas que restricciones de la
personalidad jurídica, que solo se extingue por la muerte.

REPRESENTACIONES ESPECIALES

Se puede llamar así; las del quebrado, y del concursado, del suspenso del
interdicto y del ebrio. (Arto. 1071 CC. y 2252 C. 1073 C. respecto al quebrado).

El Interdicto:

La guarda de este es restringida pues solo se priva de la patria potestad y de la


administración de sus bienes por actos entre vivos.

Iglesia Católica:

La Iglesia puede adquirir por causa de muerte testados, mandas que no excedan
de la décima parte de los bienes del testado, como lo dispone el Arto. 986 C. La
persona que representa a la Iglesia es el jefe de ella, ósea los Obispos
respectivos, que acompañaran como documento legal, la Bula de su designación.

REVOCACIÓN DE PODERES EN EL ORDEN INTERNACIONAL

Nuestro código civil en el inciso 2do. Arto. 3349, estatuye: “Si el Mandante se
hallare fuera del territorio de la república, deberá hacerse saber la revocación del
poder por aviso publicado en el periodo oficial de Nicaragua; de otro modo la
revocación no surtirá en este caso efecto contra tercero”.
Tema Cinco

El Cuerpo de la Escritura

El cuerpo de la escritura.

Concepto:

A modo de concepto puede decirse que el “cuerpo de la escritura” es


aquella parte de ella en que, después de haberse fijado e identifique la
personalidad de los comparecientes en la introducción, se describe el fin de
la relación o del acto de voluntad que sobre el objeto o materia va a
verificarse; se justifica la dependencia jurídica del sujeto y se establecen los
supuestos que en el orden lógico y jurídico sean antecedentes de los pactos,
estipulaciones o manifestaciones de voluntad que seguidamente hayan de
hacer los comparecientes.

En virtud de lo expuesto cabe decir, que la exposición y la estipulación o


disposición del R. N. de España, están comprendidas en esta segunda parte
de la escrituras, como ya lo llevamos dicho anteriormente; desde luego que,
la “exposición” cuyo nombre derivado del latín significa declarar, poner de
manifiesto los antecedentes o el sentido genuino de un texto o motivo,
aplicada a la ESCRITURA pública de línea física y jurídicamente según
Azpeitia, el objeto del negocio jurídico que a la autorización notarial se
someta, y traza aunque no siempre, la génesis y finalidad de él y, la
estipulación o parte dispositiva, en la técnica notarial, sirve y está dedicada
a formular la declaración de voluntad que constituye el negocio jurídico que
motiva la escritura; el alma de ella y su única razón de ser.

NECESIDAD DE ESTA SEGUNDA PARTE DE LA ESCRITURA

La separación de esta segunda parte de la Escritura que hace nuestra Ley de


Notariado, obedece, o mejor dicho “responde a la necesidad de la escritura
pública que da vida oficial a relaciones jurídicas sea clara, exenta de
ambigüedades y de suscitar contiendas en su apreciación. Es una necesidad
lógica y n o meramente de forma, puesto que solo mediante esta separación
de los antecedentes y declaraciones de voluntad de las partes no podrá
hacer la redacción ordenada y sistemática del instrumento público.

Momento en que empieza el CUERPO DE LA ESCRITURA:

Poniendo los hechos prácticos del Notario, claramente resulta, que una vez
consignados por él, en la Primera parte o INTRODUCCIÓN de la Escritura
todo lo que ordena y nos refiere el Artículo 23 LN y, de haber expuesto la
expresión “dijo” o “dijeron” con respecto del otorgante u otorgantes
respectivamente, empieza o entra de lleno la segunda parte o “Cuerpo de la
Escritura”.

¿Más en esta expresión “dijo” o “dijeron”, se debe contener al pie de la letra


todo lo que el otorgante u otorgantes manifiestan o exponen al Notario? - De
ninguna manera, pues si así fuera, dice Falguera, el Notario no tendría más
que sentarse a coger la pluma y escribir lo que se le dicta, y estarían demás
por consiguiente todos los estudios para su carrera profesional. El Notario
no es un rutinario amanuense sino el jurisperito que después de oír las
explicaciones de los otorgantes, las medita, las depura y les imprime la
debida fórmula legal y, por lo tanto, la forma y las palabras de la escritura
pública son obra propia del Notario y n o del contrayente.

Lo que comprende el “CUERPO DE LA ESCRITURA” según la Ley del


Notariado Nicaragüense.

Siguiendo las palabras del tratadista Girón, sobre la Ley Notarial de


Guatemala de la que procede la nuestra, al indicar las circunstancias que
debe contener esta parte de la Escritura Pública podemos decir que es
enteramente deficiente; que solo dice el Artículo 26: “El cuerpo del
documento debe comprender la relación clara y precisa del contrato o acto
que se reduce a instrumento público, el cual deberá redactarse conforme
que de palabra o por escrito hubieren dado los otorgantes: en caso de ser
por escrito, se agregará el documento al protocolo”; y el Artículo 27 agrega:
“Los funcionarios que cartulan no podrán insertar ni escribir en los
instrumentos que autoricen, ni por vía de nota, más de lo que han declarado
expresamente las partes y pedido que se ponga en ellos. Por consiguiente,
no usarán de expresiones vagas ni redundantes; de renunciaciones,
sumisiones y obligaciones en que las partes no han convenido
formalmente”.

Es evidente que quizá por la concisión con que debe redactarse una ley, el
artículo trascrito no enumeró de un modo claro los demás requisitos que
debe comprender esta segunda parte de la escritura. Ellos aunque
brevemente, se determinan de la manera siguiente:

Supuesto el Notario en aptitud de autorizar los actos de su ministerio, y


penetrado del conocimiento que debe tener de los otorgantes, redactará el
instrumento “en la forma que lo expongan los interesados en él, procurando
no mezclar en su contexto actos extraños o distintos de la voluntad
manifestada por los otorgantes; quitará o añadirá conceptos o cláusulas si
en esa forma se completa el pensamiento o la condición legal que el mismo
ha querido establecer, hasta expresar con entera exactitud el convenio o
deseo de las partes.
Al hacer el Notario la redacción del instrumento público en la forma indicada,
deberá sujetarla a la clase de acto o contrato que autorice y determinar con
claridad los puntos siguientes:

1° LOS ANTECEDENTES PARA EL OTORGAMIENTO DE LA ESCRITURA.

Estos son, lo que pudiéramos llamar la causa inicial de los diferentes


factores de hecho y de derecho que han dado origen al otorgamiento del
negocio jurídico que se realiza; naturalmente que son puramente
individuales, distintos y variables para cada caso notarial.

Se hacen constar en la escritura como una explicación de motivos en los


casos de Donación remuneratoria, y en los casos de Revocación de la
Donación; pero en los demás casos holgará ponerlos en la escritura,
máximo cuando en el caso de Compra-Venta se presentan suficientemente
caracterizados como si dijera el vendedor que vende su propiedad para
obtener el precio de ella.

2° LA NATURALEZA DEL ACTO O CONTRATO.

Este es, uno de los deberes primordiales del Notario, o sea, el de saber
distinguir la naturaleza de los negocios jurídicos sometidos a su
autorización. En este sentido debe hacer consignar en cada uno de los actos
o contratos las condiciones que la Ley señala separadamente, y no
confundir los efectos de unos con los de otros, y designarlos con las
denominaciones especiales que les da la Ley; Venta, Hipoteca, Poder,
Testamento, Sociedad, etc.

3° LOS TÍTULOS JUSTIFICATIVOS DEL DERECHO

El título es la causa determinante de la adquisición de un derecho; y, en tal


virtud, para establecer pactos, convenios enajenaciones, gravámenes y en
general cualquier clase de relaciones jurídicas sobre una cosa debe
preexistir el título en que se funde el derecho del uso que se quiere hacer de
ella.

En cumplimiento de lo dicho, deberá el Notario exigir de los otorgantes la


presentación de los títulos que acrediten sus derechos: examinarlos
cuidadosamente si están extendidos en debida forma. Este es, un requisito
que impone al Notario el Arto. 21 del Reglamento del Registro Público de la
propiedad inmueble que dice: “Los cartularios en el acto de autorizar una
escritura en que se trasfiera bienes inmuebles, derechos o acciones sobre
ellos, o en que se hipotequen o graven de alguna manera, exigirán los títulos
de propiedad o los supletorios en su defecto. Si no se presentaren y
tampoco se hiciere constar que está sustanciándose la solicitud para
obtener título supletorio, suspenderá el acto enterando a los interesados de
las prescripciones de la ley. Se exceptúan de esta disposición los
testamentos.

“La omisión del Notario a este respecto será castigada con una multa de diez
a cincuenta pesos (de cuatro a veinte córdobas) que le impondrá el
Registrador respectivo”.

Sobre la expresión “exigirán los títulos de propiedad” que contiene el


anterior artículo, podemos hacer dos observaciones, así: que con los títulos
acredita el otorgante su carácter legal de propietario, que le da el derecho de
disponer libremente de su inmueble, sujeto sólo a las limitaciones de la ley;
y, que con esa misma expresión se hacen resplandecer los dos sentidos
sustantivo o material que es el acto en cuya virtud se trasmite la propiedad,
etc; y el sentido adjetivo o formal que es el documento en el cual consta el
acto jurídico del negocio. En este sentido lo expone la referida disposición.

Este doble carácter del título, obliga a que el Notario haga el examen de él,
para deducir el eslabón preciso, entre los derechos sustantivos y el notarial;
debe considerar el acto anterior ya causado para determinar del modo más
inconmovible y cabal posible, un título de adquisición.

El considerar la Ley del notariado muestra el título en su aspecto adjetivo o


formal cuya presentación exige al Notario al autorizar una escritura en que
se transfieran bienes inmuebles, derechos o acciones sobre de ellos, como
dice el Arto. 21 del R. R. P. ya citado, es porque con arreglo a ese título
verifica el negocio que contiene la escritura, consignando en la que verifica
los datos de su inscripción que conforme al Arto 163 del mismo Reg. Del R.
P. lleva en razón puesta al pie por el respectivo Registrador, o sea, el número
de la finca, el tomo y el folio de su inscripción a fin de que se realice en el
Registro la continuación concatenada de los derechos de los titulares.

El título puede provenir de cualquier acto o contratación, o del derecho de


sucesión, testada como el Testamento; intestada como la Declaratoria de
heredero, previamente inscritos ambos, si es uno sólo el heredero; pero si
fueren dos o más, bastará la Hijuela de partición inscrita, como lo manda el
Arto. 1255 C. Inc. 1°.

Lo dispone así la Ley, porque si bien puede el heredero disponer de esos


bienes en virtud del derecho de propiedad que ella misma le confiere en ello,
necesita para transferirlos por medio de la inscripción en el Registro de la
Propiedad inmueble, del testamento, o de la declaratoria de heredero o de la
hijuela inscritos, para que se pueda hacer posible la continuación de la
inscripción de los inmuebles del causante de la herencia en favor del
heredero y se justifique el negocio jurídico por éste realizado.
Si siendo varios los herederos y venden en común los bienes hereditarios,
no necesitan de partición anterior, bastándoles el testamento o la
declaratoria de herederos inscrita. Arto. 1255 Inc. 2°. C.

Si se trata de cederse a cualquier título de la cualidad de tal heredero, o lo


que es lo mismo decir, de los derechos hereditarios de una manera absoluta,
habrá que contemplar para ello los dos casos de sucesión, así: si la calidad
de heredero constare en testamento fundará el Notario la cesión en él,
anotándola en el mismo testamento, que entregará al cesionario para que lo
inscriba junto con la escritura de cesión; por lo que me parece adecuado que
haga constar el Notario en la escritura, que el comprador queda autorizado
para la inscripción referida. (Arto.1255). Inc. Último: en el caso de ser
intestada la sucesión, el comprador de dichos derechos hereditarios, es
hábil para solicitar la declaración de heredero del cedente o vendedor, y para
ejercer las demás acciones y excepciones que incumben al heredero
vendedor o cedente. Arto. 1255 Inc. 3. C. Lo mismo parece previsorio este
otro caso que haga constar el Notario en la escritura que autoriza que el
cesionario o comprador queda autorizado para pedir la declaración de
heredero del cedente o vendedor.

Cuando se opera con la hijuela de partición inscrita, debe tenerse presente,


dice el Dr. Joaquín Zavala Urtecho en su Obra “De las sucesiones
intestadas”, que habiendo declarado repetidas veces la Cote Suprema, que
las sentencias de adjudicación y los actos legales de partición, son
simplemente declarativos del derecho de propiedad (Arto. 1389 C.), el
derecho de cada heredero en los bienes que le han correspondido en la
partición, lo tiene exclusivo e inmediatamente del causante; y por
consiguiente la partición tiene efecto retroactivo obrando como si nunca
hubiera habido indivisión, por lo que no es la hijuela el título de adquisición,
sino el acto que produjo la indivisión, o sea, el título del causante. De ahí la
necesidad jurídica en que se halla cada heredero de presentar con el
documento particional inscrito el título por el cual. El causante había
adquirido el inmueble. (B.J. Pág. 7360 y 9175. Considerando II).

Cuando mayores que tengan la libre administración de sus bienes efectúan


particiones extrajudiciales, deberán insertar en el documento respectivo, los
legales que comprueben la defunción de su antecesor y el vínculo de
parentesco que les da derecho a la herencia.

El testimonio de la correspondiente escritura pública de partición


extrajudicial, servirá de respectiva hijuela a los interesados para todos los
efectos legales. Artículos 1585 Pr. Y 1358 C.

Debe tener presente también el Notario autorizante de una escritura pública


en que se opera con Declaratoria de heredero para que lo advierta y haga
conocer del comprador, que según doctrina sostenida por la Corte Suprema,
la Declaratoria de heredero es una resolución que conforme el Arto. 572 Pr.
No forma estado ni tiene fuerza de cosa juzgada, porque admitida sin
perjuicio de quien tenga igual o mejor derecho, queda sujeta a ser destruida
por la prueba de cualquier interesado presentarse contra ella; y además sólo
es un requisito que la ley exige para que quién realmente es único heredero,
pueda enajenar los bienes raíces de la sucesión intestada, o cuando, siendo
varios los herederos concurran todos en común; y para que, cuando el
agraciado o agraciados tienen la posesión material de los bienes, puedan
conforme el Arto. 1302 C. Invocar la prescripción de cinco años contra la
acción de petición de herencia.

Es además requisito indispensable para la enajenación de los bienes


inmuebles de la sucesión, y no para poseer la herencia, o para ejercer las
acciones posesorias o petitorias, porque la sucesión se abre por el
fallecimiento del causante y los bienes se trasmiten desde ese momento al
heredero, siendo éste hábil con las partidas correspondientes (B.J. Pág. 94 -
98 - 12216). Consecuente con estas ideas la Corte Suprema, nos dice el Dr.
Cuadra Zavala, ha declarado, que quién adquiere de un enajenante que funde
su derecho en una Declaratoria de heredero, debe saber que su adquisición
está sujeta a los peligros de que el enajenante no tenga la capacidad para
disponer como heredero del causante porque haya otro de igual o mejor
derecho que él, extraño a la enajenación con derecho a reclamarle el
inmueble que se le vendió; caso esto que el mismo Registro Público indica
al adquirente esos riesgos, puesto que en el consta la condición en que se
efectuó la venta B.J. Pág. 9498.

Hay casos sin embargo, en que no es necesario consignar el título de


adquisición de la cosa objeto del negocio jurídico contenido en la escritura,
que son: los actos y contratos no sujetos a inscripción como los referentes a
bienes muebles por la razón dicha anteriormente, los establecimientos de
comercio: los testamentos, que aunque para sus efectos necesitan
inscribirse, no lo necesitan al tiempo de su otorgamiento ya que, no
producen en ese momento ningún cambio inmediato en el titular del derecho
de que dispone: las escrituras de aclaración, subsanación de errores, y en
general las complementarias que se refieren a otro título principal en el que
ya figura la cusa de adquisición.

Consideramos muy útil no sólo para bien de las partes sino también para
salvaguardia del Notario, que mire antes de proceder a la constitución de la
escritura, el contenido que de la escritura se halle en el Registro Público de
la Propiedad inmueble, pues a pesar de lo que exponen los títulos o digan
los interesados puede encontrar o descubrir en el Registro diferencias de
gran responsabilidad, previniéndose con esto el Notario de incurrir en
circunstancias que le podrían impedir la inscripción de la escritura que
autoriza.

4° EL OBJETO, MATERIA DEL NEGOCIO:


Por tal se entiende según Sánchez Román, “todo lo que es susceptible de
ser sometido al poder de las personas como medio para un fin jurídico:
cuantas existencias son materia apta para la realización del derecho en el
referido concepto de medio”

Gardona expresa: “Por objeto del negocio jurídico entendemos la cosa,


prestación o actividad sobre el que puede recaer el negocio jurídico”; y,
según Brenes Córdoba se entiende por objeto de la obligación, aquella que
el acreedor puede exigir del deudor, lo que forma la materia del compromiso
y que se designa con el nombre de prestación.

Conforme el Arto. 2473 C.- pueden ser objeto del contrato todas las cosas
que no están fuera del comercio de los hombres, aún las futuras como las
cosechas, lo mismo que los derechos que se pueden tener en una herencia
así como también todos los servicios que no sean contrarios a las leyes y, a
las buenas costumbres.

El objeto puede ser real o posible (Arto.2475 C): de valor exigible (Arto. 2478
C.): y determinado en cuanto a su especie (arto. 2475 C.)

Puede ser a veces positivo o consistente en dar o hacer alguna cosa; o


negativo consistente en no hacer algo. En el primer caso recibe el nombre
“de dar” y se califica de real por referirse a la constitución de un derecho en
la cosa o a una cosa; y, en el segundo caso de hacer o no hacer, se
denominan personales, atendiendo a que la prestación se refiere a las
personas; pero “dar” usada con referencia al objeto de la obligación
significa traspasar el dominio como voz técnica con significación especial,
como el de pagar una suma de dinero o el de constituir una prenda.

Puede considerarse comprendida dice Brenes Córdoba en esa clase de


obligaciones la de poner a alguno en posesión de una cosa para que ejerza
un derecho más o menos precario, como el derivado del arrendamiento o del
Comodato.

El objeto puede ser también, inmueble y mueble.

Acerca del OBJETO inmueble dice Gimenez Arnau: “La mayor parte de la
contratación en que interviene el Notario hace relación a inmuebles: no
porque sea ésta la que marque su competencia, sino porque pese al
creciente auge de la riqueza mobiliaria, la trasmisión de muebles no está
sujeta a mayores formalidades puesto que la posesión tiene en ellos una
función legitimadora que disculpa de la prueba del título.

Por estas razones continúa diciendo el autor Arnau, interesa estudiar de


modo especial. Los requisitos de las escrituras referentes a inmuebles
dentro de la teoría general del instrumento público. Las normas reguladoras
habrán de buscarse en la Ley Inmobiliaria, que al fijar los requisitos formales
de la inscripción, por modo indirecto vendrá a señalar los que ha de
contener el instrumento, ya que por ser la inscripción en nuestro sistema un
reflejo del título, la escritura notarial que lo contiene será la fuente de donde
la inscripción tome sus elementos formales.

Previendo la ley que esta razón de orden lógico que impone la obligación de
que el título suministre todos los elementos necesarios para la operación
registral, expresamente la impone y la exige el Arto. 20 del Reg. Del R.P. que
dice: “Las escrituras públicas de actos o contratos que deban inscribirse,
expresarán, por lo menos, todas las circunstancias que, bajo pena de
nulidad, debe contener la inscripción y sean relativas a las personas de los
otorgantes, a las fincas y a los derechos inscritos”. Este artículo es símil del
Arto. 21 de la Ley Hipotecaria, párrafo 1° de España.

Tanto la disposición del Reg. Del Registro de Nicaragua como la de la ley


hipotecaria de España, equivalen a una declaración si no de nulidad, a lo
menos de ineficacia del documento; y, como la inscripción aunque sea un
acto voluntario, se presume beneficioso para los interesados, cundo ésta no
pueda practicarse porque falten en ella los datos precisos, es natural que se
sancione al Notario si el defecto se produjo por falta suya. En tal sentido el
Arto. 22 del Reg. del R.P. dice: “El Notario que en el otorgamiento de una
escritura incurriese en alguna omisión que impida inscribir el acto o
contrato, la subsanará extendiendo a su costa una nueva escritura, si fuere
posible, e indemnizando en todo caso a los interesados de los perjuicios que
les ocasione su falta”.

“En consonancia con los preceptos indicados, la relación de los títulos de


adquisición del que transmite, modifique, grave o libere un inmueble o
derecho real, se hará con arreglo a lo que resulte de los títulos presentados,
y a falta de esta presentación, por lo que, bajo su responsabilidad, afirmen
los interesados, consignándose, siempre que sea posible, los datos del
Registro, folio, asiento, tomo, y número de la finca en la inscripción.

La situación y descripción del Objeto, es “punto importante del cuerpo del


acto ya que es el de fijar el lugar y condición de los bienes inmuebles objeto
de un negocio jurídico y describirlos con exactitud minuciosa y detallada,
cumpliéndose con esto por el Notario lo que ordenan los Artículos 3952 No.
1° C. y 8 No. 1° Reg. Del R.P. sobre lo que debe expresar toda inscripción; y,
naturalmente para que ésta se produzca, es preciso que los presente el título
que se inscribe.

La situación del objeto se refiere al lugar que ocupa dentro de la división


administrativa que comprende el territorio, nacional; Así por ejemplo,
Nicaragua se divide en departamentos y, éstos en municipios, pueblos,
villas, aldeas, etc. División que el Notario debe tener siempre presente para
poder determinar el que corresponde al inmueble objeto del negocio. En este
sentido si la finca fuere rústica o rural, deberá expresarse el nombre del
departamento y la comprensión municipal en cuya jurisdicción se encuentre;
y si es urbana, se deberá expresar la ciudad y barrio de ella en que se halla,
lo mismo que el nombre o número de la calle o avenida a cuya vera está
ubicada y el cantón o manzana si fuere posible y el número que le
corresponda.

Requisito importante y necesario es también la descripción de los inmuebles


en los documentos sujetos a registro a fin de que el Registrador pueda hacer
constar en la inscripción la naturaleza, cabida, linderos y nombre y número
si constaren del inmueble. “Solo a requerimiento de los otorgantes y en el
caso de que la importancia o complejidad de la descripción de las fincas lo
hiciesen necesario a juicio del Notario, se añadirán otros datos no
substanciales, como la determinación de los pisos de u n edificio, los
detalles de su construcción, la existencia de plantaciones, siembras y
cultivos, etc.

Deberán fijarse así mismo los linderos del inmueble objeto del contrato en
sus cuatro puntos cardinales indicándose de preferencia los límites
naturales que tuviese el inmueble, como el río, el cerro, la cañada, el camino,
la Calle o Avenida tal, linderos que deberán ser, los que en el momento del
otorgamiento del negocio tuviere el bien raíz; más, no obstante , para darle
mayor seguridad al Registro debe hacer constar el notario en la escritura
que autoriza los linderos que aparecieren en el titulo de propiedad.

En la descripción de los inmuebles, procurarán los Notarios rectificar los


datos que aparecieren equivocados o que hubiesen sufrido variación por
cualquier circunstancia, aceptando en ese caso las afirmaciones de los
otorgantes o los datos de los documentos facilitados por ellos.

En todo caso el Notario cuidará de que el documento inscribible en el


Registro de la propiedad inmueble, Mercantil, de Minas o de cualquier otro,
contenga todas las circunstancias necesarias para su respectiva inscripción,
sin perjuicio de que ponga cuando se lo soliciten los otorgantes o que por la
clase del contrato lo crea necesario, los datos no sustanciales como la
determinación de los pisos del edificio, sus detalles de construcción, la
existencia de plantaciones, siembras y cultivos en sus casos respectivos.

Estas últimas descripciones se necesitan obligadamente en los actos de


dominio conocidos con los nombres de Segregación o Desmembración y de
agrupación o Unificación de inmuebles. Por la primera, el dueño de un
inmueble separa o aparta de él una parte o porción siendo dueño del todo,
pues si fuere comunero sólo podrá hacerlo con el consentimiento de los
otros, Arto. 1710C. En este caso, la parte segregada deberá ser limitada
dentro de los linderos especiales que le corresponden.

Por la segunda o agrupación o Unificación, del dueño de dos o más


propiedades colindantes las reúne o junta haciéndolas formar una sola bajo
un mismo asiento de inscripción; acto que se podrá hacer en la misma
escritura de compra de las propiedades, o en escritura posterior, teniéndose
a la vista por el Notario los títulos de dominio, y haciéndose constar la
extensión de cada inmueble y sus linderos especiales.

También se hace necesaria la descripción de la propiedad inmueble, en el


acto de constituir “Obra nueva o Mejoras”, las que, para que puedan ser
enajenadas por su propietario se debe cumplir con lo que dispone el Arto.
3956 C.; pero puede venderse también haciéndolas constar en la escritura de
venta autorizándose al comprador para que la inscriba de acuerdo con el
artículo citado y tal, como se puede vender sin estar inscrito el título de
dominio, presentándose en ese caso al Registro por el comprador al mimo
tiempo el título del vendedor y el suyo propio para que se inscriban en su
orden.

Es motivo también de la descripción especial y detallada del inmueble


cuando se trata de la compra venta de la propiedad “Horizontal” que se
realiza al venderse los pisos o habitaciones diferentes de un edificio de dos
o mas pisos a más de la planta baja, que están en uso se halla en la presente
época. Esta clase de contratos deben contener más o menos las condiciones
siguientes: la planta baja debe pertenecer a todos los dueños de los pisos
superiores, y el solar en que se halla enclavado el edificio, los cimientos de
la casa, sus muros, fosos, las paredes maestras que llevan la carga del
edificio, el tejado, las habitaciones de la portería; las canalizaciones de
aguas potables, pluviales y negras deben tenerse comunes a todos y todo
cuanto sea necesario al servicio.

5° EL PRECIO DE LA COSA U OBJETO MATERIA DEL NEGOCIO.

El es, el valor pecuniario en que se estima una cosa; más en materia forense
es la prestación en numerario que un contratante da o promete a cambio de
la cosa, servicio o derecho que adquiere. En este sentido es fundamental
como requisito o estipulación básica del acuerdo de voluntades; sobre todo
en los contratos traslativos de dominio o en cualquier otro en que por la
naturaleza del acto lo impone la ley como en la Compra venta el Arto. 2530 C.
En cambio, en los actos en que no haya referencia directa a una determinada
cosa o que de modo inmediato no produce modificación de derechos como
en los testamentos, en los poderes, en las actas, el precio de las cosas no es
de necesidad obligada. No obstante se recomienda se ponga en los
instrumentos que autoriza el Notario, porque además de que sirve de base
para apreciar la responsabilidad de la cosa en un momento dado, sirve
también para determinar el impuesto que se debe pagar, por causa del
contrato de acuerdo con la Ley Tributaria; para fijar cuando lo exige la ley el
valor de los timbres que completen el valor del papel que contenga el
testimonio correspondiente; y, para regular los derechos arancelarios del
Notario y del Registrador en su caso.
El Arto. 10 del Reg. del R.P. ordena que, “en la inscripción de los contratos
en que haya mediado precio o entrega de numerario, se haga mención en
ella, del que resulte del título” , razón por la cual debe el Notario consignarlo
en la escritura que de estos contratos autorice; y, si se tratase de traslación
de dominio debe hacer constar en la escritura para que así mismo conste en
la inscripción de ella, si se ha pagado el precio al contado, a plazos o en
pagarés. En el primer caso, si se ha pagado todo el precio o que parte de él;
en el segundo, la forma y plazos en que se haya estipulado el pago; y en el
tercero, la fecha de los pagarés y el día señalado para el pago; todo como lo
estatuye el Artículo11 del Reg. del R.P. iguales circunstancia se expresarán
por el Notario en las escrituras de traslación de dominio por permuta o
adjudicación en pago, si cualquiera de los adquirentes quedare obligado a
abonar al otro alguna diferencia en numerario o en efectos; como lo dispone
el artículo anteriormente citado en su inciso final.

Si la escritura fuere de hipoteca, se consignará en ella el importe de la


obligación garantizada y el de los intereses, si se hubieren estipulado, pues
si se omitiere por el Notario esta circunstancia no quedan asegurados por la
hipoteca. Esto, para que así conste en la inscripción. (Arto. 12 Reg. del R. P.)

En los contratos de compra-venta el precio debe ser cierto, y, se tendrá


como tal por el sólo hecho que lo sea con referencia a otra cosa cierta, o que
se deje su señalamiento al arbitrio de persona determinada (Arto. 2527 C).
También se tendrá por cierto el precio en las ventas de valores, granos,
líquidos y demás consumibles, cuando se señale el que la cosa vendida
tuviere en determinado día, bolsa o negocio, o se fije un tanto mayor o
menor que el precio del día, bolsa o mercado, con tal que sea cierto (Arto.
2538 C).

Si el precio de la venta consistiere parte en dinero o valores y parte en otra


cos, se calificará el contrato por el Notario en atención a la intención
manifiesta de los contratantes; evitándose así, la interpretación a que
autoriza el Arto. 2536C.

El señalamiento del precio no podrá nunca dejarse al arbitrio de uno de los


contratantes como lo indica el Arto. 2539 C.; razón por la cual la deben ellos
establecer en la celebración del contrato. Para esto tienen que hacer uso de
la moneda nacional, que para Nicaragua es el CORDOBA según la Ley de 20
de Marzo de 1912, cuyo Arto. 1° dice: “La unidad monetaria de la República
se denominará “CORDOBA”. El curso forzoso de esta moneda lo establece
el Arto. 11 de esta misma Ley.

Como antes de la emisión del Córdoba se estipulaban cláusulas mediante


las cuales los contratantes convenían que fuera el pago de las obligaciones
de mutuo en dollares, se dio la Ley de PARIDAD de la moneda córdoba con
el dollar, el 1 ° de septiembre de 1937 en la cual se dijo en el Arto. 1°: se
prohíbe hacer contratos de mutuo en otra moneda que no sea nacional; y, en
el Arto. 2° se estableció, el permitirse que las obligaciones contraídas en
monedas extranjeras, puedan ser pagadas en córdoba y a la par. Según el
Arto. 7° de la Ley de 1912.

Más para que la paridad pueda aplicarse se requiere que la obligación haya
sido contraída en Nicaragua, que los contratantes sean nicaragüenses ente
sí, extranjeros domiciliados entre sí, o nicaragüenses y extranjeros
domiciliados entre sí.

Con respecto al precio hay empeño muchas veces de parte de los otorgantes
de bajarlo con objeto de disminuir los impuestos del fisco, y, otras veces, el
empeño es de aumentarlos, con el propósito de sorprender un tercero en
una negociación ventajosa; en ambos casos el Notario no debo prestarse a
esos manejos que perjudican su buen nombre y reputación . Naturalmente
que si eso trucos fueran hechos a espaldas del notario, no tendrá éste,
ninguna responsabilidad.

La ley Monetaria ha sufrido un sinnúmero de reformas a lo largo de la


existencia legal del Córdoba, le han puesto “nuevo córdoba”, “córdoba oro”,
“nuevo Córdoba Oro”, no obstante siempre ha sido nuestro córdoba.

6° DETERMINACION DE CARGAS O GRAVAMENES.

“El término “gravamen” tiene una serie de acepciones en la esfera jurídica,


significando tanto como tributo, carga, pecho o imposición que afecta a una
persona o cosa, y también obligación o condición onerosa impuesta en beneficio
de alguna de éstas. En especial se usan como sinónimos “gravamen” y “carga”,
siendo difícil por no decir imposible, establecer diferencias entre ambos conceptos.
“En este orden de ideas se conocen las cargas testamentarias, las piadosas, las
fundacionales, las matrimoniales y las familiares en las que resalta jurídicamente
la idea de servicio, imposición u obligación establecida por disposición legal o por
convenio entre las partes, concepto del cual se distinguen “las cargas” en
personales y reales. Entre éstas, figuran los censos, servidumbres y demás
derechos reales que gravitan sobre fincas rústicas y urbanas, que son sobre las
que puede afirmarse que tienen la mayor importancia entre las acepciones
jurídicas de la voz “gravamen”.

El Artículo3811 C. Referente a la Hipoteca, dice : “Los Notarios ante quién se


otorguen escrituras en que se constituya hipoteca, deberán exigir un certificado del
encargado del Registro, en que consten los gravámenes anteriores o la libertad de
la finca, expresando todas estas circunstancias en la escritura”; y, el Artículo16 L.
del N. ampliando mas esta obligación notarial dice : “Ningún cartulario podrá
autorizar escritura alguna de transferencia de dominio de bienes raíces, sin llenar
de previo el requisito de que habla el ARTÍCULO 3811C.”

La necesidad de fijar este contenido pasivo del derecho deriva de que solamente
así, el objeto queda rigurosamente delimitado. Con esto los gravámenes o cargos
adquieren extraordinario relieve dentro de la vida jurídica, debido a la
generalización de las obligaciones constituidas sobre los bienes inmuebles.

Su importancia viene de que al garantizar el Derecho hipotecario de un modo


sólido la propiedad, produce resultados benéficos en la vida pública en general. El
incremento de estas modalidades de gravámenes ha producido una mayor
circulación de la riqueza, modera el interés del dinero y ha facilitado su adquisición
a los dueños de la propiedad inmueble; y, además, ofrece a los que sobre la
garantía de los inmuebles gravados en esta forma prestan sus capitales, toda
clase de seguridades en cuanto al éxito y permanencia de la operación.

Respecto al modo de hacerla constar, el inciso final del referido Arto.16 L. del N.
dice que, el “Certificado se extenderá en papel común”; y, únicamente a
pedimento escrito del interesado, o en virtud de mandamiento judicial. (Arto. 117
Reg. Del R. P)

Considera la Ley de tanta importancia este requisito de exigir la Certificación del


encargado del Registro sobre los gravámenes que tuviere la finca o de la libertad
de ellos, que, dispone en el Arto 3812 C.: “Los Notarios que omitan este requisito
incurrirán en la pena de pagar los daños y perjuicios que causaren; y en caso de
insolvencia, en la suspensión de su oficio por un año.”

El Registrador a su vez, tiene la obligación de extender las Certificaciones de los


asientos de toda clase que existan en el Registro, relativos a bienes que los
interesados señales, ya que se refiere el Arto. 113 del Reg., del R. P.- además, en
virtud de esta obligación del registrador, establece el mismo reglamento en su
Artículo 116, que: “cuando las certificaciones de que trata el articulo 113 no fueron
conformes con los asientos de su referencia, se estará a lo que de esto resulte,
quedando la acción al perjudicado por ellas para exigir la indemnización
correspondiente del registrador que haya cometido la falta”.

“Cuando el registrador se negara a manifestar los libros o a dar certificación de lo


que en ellos conste, podrá el que lo haya solicitado recurrir de queja ante el
jurídico.

El juez resolverá oyendo al registrador y sin ningún otro trámite si no fueran


necesarios” (Artículo 118 Reg. del R. P.)

7º LAS CERTIFICACIONES.CONCEPTO, CONTENIDO, EFECTOS Y FINES

El diccionario de la lengua española define la certificación de la siguiente manera:


“instrumento en que se asegura la verdad de un hecho”. La certificación es pues,
el documento en el cual bajo la fe de que está investida una persona asegura la
existencia de un hecho, acto o cualidad a fin de que surta los correspondientes
efectos jurídicos. Constituyen uno de los casos de fe pública, o manifestación de la
función de legitimación que corresponde a la administración pública. Las
certificaciones se limitan únicamente a acreditar los hechos, actos o cualidades ya
recogidos, registrados o conocidos a fin de que puedan surtir efectos con valor
preciso: en definitivo, constituyen el medio utilizado para movilizar la constancia de
los hechos o archivos, o que de otro modo constan al que certifica.

El contenido de las Certificaciones se basa, generalmente en las actas que en el


momento oportuno fueron redactadas, puesto que en ellas se hace contener la
existencia del acta en la que consta el hecho que se certifica; y, en cuanto a la
forma contiene el nombre y autoridad del certificante, la expresión clara de lo que
se certifica, el lugar y fecha en que se expiden, y la firma del que la extiende.

El efecto de ellas consiste en que, producen en general, una presunción de


certeza de lo que en las mismas se hace constar y se afirma; y, para que tengan
validez, deben ser expedidas por el funcionario o persona que tenga atribuciones
para hacerlo.

Concretada el certificado del Registro Público o de la propiedad inmueble, la


consideran los juristas, como “los documentos públicos que extiende el
Registrador haciendo constar los extremos que se le solicitan.

Atendiendo a los asientos a que han de referirse, pueden ser: de los asientos de
toda clase que existan en el Registro, relativos a bienes que los interesados
señalen (No. 1° del Arto. 113 del R. P.): de asientos determinados que los mismos
interesados designen (N. 2° del Arto. Dicho): de no existir asientos de ninguna
especie, o de especie determinada (No. 4 del mismo artículo).

O por razón, del tiempo pueden ser, bien con respecto a un período fijo y señalado
bien a todo el transcurrido desde la instalación del Registro. Arto. 114 Reg., del R.
P.)

La Certificaciones son, como dejamos dicho, el medio de acreditar


documentalmente la situación de una finca o derecho.

8°. LA PARTE DISPOSITIVA: ESTIPULACIONES Y DISPOSICIONES.

Después de haber hecho el Notario la debida relación del objeto que constituye el
negocio, dentro de esta segunda parte de la escritura, procede de inmediato a
redactar y establecer los acuerdos, pactos y modalidades del mismo negocio que
se propone solemnizar.

Este momento notarial en que las partes disponen o estipulan, lo consideran los
juristas como “la fundamental de la escritura”. Para Sánchez ello, “es la esencia
del instrumento”; y Pau dice, que es el “eje y núcleo de la
escritura”. Efectivamente que así lo es, puesto que, si contiene el negocio que
verifican las partes, lo contiene fundamentalmente en las estipulaciones que
delimitan el contenido y eficacia de las voluntades de ellas mismas; y, en este
sentido, las estipulaciones de las partes constituyen el negocio mismo.
La redacción de los acuerdos, pactos y modalidades el negocio que los otorgantes
hacen deberá estar sometida a la voluntad de ellos mismos, pero no de manera
rígida como forjada en moldes establecidos por la ley o la costumbre, sino
sujetada por el Notario a la calidad o naturaleza propia del acto o contrato que se
le somete, completándola y detallando con las minuciosas modalidades de la
voluntad de quienes lo otorgan y que puedan tener consecuencias jurídicas.

En la redacción de las disposiciones de las partes contratantes es en la que debe


el Notario destacar su inteligencia y personalidad; y, es precisamente en la que
debe aplicar con mas exactitud las reglas que sobre la redacción indican los
Reglamentos Notariales como el de España que recomienda como reglas
imprescindibles “la verdad en el concepto, la propiedad en el lenguaje y la
severidad en la forma”; y, lo que dejamos expuesto por el Arto. 26 L. del N.
Nuestra.

De lo dicho anteriormente se infiere que la disposición y la estipulación que hacen


las partes en una escritura pública son expresiones equivalentes como una misma
cosa, más en el aspecto formal de la escritura defieren considerablemente ya que,
la estipulación hace referencia a los acuerdos bilaterales, y la disposición tan sólo
a un acto unilateral:

Los Contratos contienen las estipulaciones; y los Testamentos, las donaciones y


los Poderes únicamente las disposiciones de voluntad.

En esta virtud el inciso 1° del Arto. 28 L. Del N. Dice “El Notario debe hacer
conocer a los interesados el valor y trascendencia legal que tengan las renuncias
que en concreto hagan, o las cláusulas que envuelvan renuncias o estipulaciones
implícitas”. Esto naturalmente de acuerdo con el grado de cultura de los
otorgantes, y según el negocio que se verifica.

También en esta parte, dentro de las disposiciones y estipulaciones de los


otorgantes, redactará el Notario con la debida claridad y separadamente lo que los
otorgantes de la escritura hubiesen creado, modificado, transmitido o extinguido
de acuerdo con la expresión de la voluntad de ellos, y el alcance de las
determinaciones, obligaciones y facultades que para los mismos otorgantes y para
terceros, les puedan afectar, las Reservas, y Limitaciones, las condiciones,
Modalidades, Plazos y Pactos o compromisos anteriores.

Las “Reservas” en su acepción estrictamente jurídica, pueden tenerse como la


facultad voluntaria unilateral, de una persona, tal como la registra el Arto. 2775 C.
Cuando dice: “El que hace donación de todos sus bienes, podrá reservarse lo
necesario para su alimentación, y si omitiere hacerlo, podrá en todo tiempo obligar
al donatario a que de los bienes donados, o de los suyos propios, si aquellos no
existieren le asigne a este efecto, a título de propiedad o de usufructo, lo que se
estimare competente, habida proporción de la cuantía de los bienes donados.”
Existe también la “reserva” contractual y, la que proviene del Censo enfitéutico,
que aunque inexistente en nuestra legislación, me atrevo a decir, que se halla en
nuestro Código ya que según el criterio de los autores de Chile, cuando se deja
por el testador a una persona un bien raíz con la condición de que no se case con
una determinada persona, existe en este caso, una propiedad sujeta al gravamen
de pasar a poder de otra persona si se verifica la condición que impone; y el
fideicomisario lo será el constituyente si vive, o sus herederos si ha muerto.”

La “limitación” cuya significación terminológicamente procede de la palabra latina


limitatio, o se, la acción y efecto de limitar o limitarse, se aplica jurídicamente, a las
restricciones que sufre el dominio en beneficio general en criterio distinto al que
tenia la concepción clásica de la propiedad; ya que, en el derecho moderno se
haya sujeta siempre a las limitaciones que sufre el titular de la propiedad en
provecho de otra persona individualmente determinada o de la sociedad en
general.

En esta virtud, se pueden clasificar las limitaciones de acuerdo con el derecho


actual en las que dependen de la ley o de la voluntad del constituyente de ella;
pero las que interesan al Derecho Notarial, son las convenidas por los interesados
en la relación jurídica, y se constituyen por testamento o por contrato, y, se
distinguen en cuanto a estas últimas las que en lo sucesivo, habrán de restringir el
dominio del inmueble, como las servidumbre, el usufructo, uso y habitación.
Además las llamadas cláusulas de inalienabilidad, que sólo pueden admitirse con
las restricciones y límites que marcan las leyes, para impedir que los bienes
queden fuera del tráfico jurídico y se conviertan en verdaderas vinculaciones.
Estas cláusulas son las que se establecen en el Capítulo IX del Título X de la
Compra Venta, como cláusulas que se pueden agregar a este Contrato: Venta a
satisfacción del comprador; venta con pacto de retroventa; pacto de reventa; pacto
de preferencia; pacto de mejor comprador; y venta con pacto comisorio.

9° BOLETAS CATASTRALES, FISCALES Y LOCALES:

En esta misma parte segunda o “Cuerpo de la Escritura”, deberá hacer constar el


Notario los deberes u obligaciones que derivan del acto en relación con los
organismos, o con la eficacia propia del acto en cuanto puede afectar a los que en
él no intervinieron. En este supuesto se encuentran las advertencias relativas a la
presentación de los documentos relativos a la liquidación del impuesto sobre la
Renta. A este respecto la Ley de Justicia Tributaria y Comercial No. 257 en su
Capítulo V. Reforma a la Ley de Impuesto General al Valor, El Artículo 13 se dice
así: "Artículo 13.- Operaciones Exentas.- (...) IX)La transmisión del dominio de
propiedades inmuebles. (...)" norma que reivindica la Ley de Justicia Tributaria,
que derogó a la anteriormente citada.

Actualmente y por mandato de la Ley General de Catastro Nacional los Notarios


estamos obligados a exigir que se nos presente:
 El Certificado de Registro Catastral

 La Solvencia Municipal

Además del Certificado de Gravamen.

En los dos primeros casos debemos de insertar esos certificados en el primer


testimonio que libremos del contrato y relacionarlos en la matriz.

10° La aceptación del convenio o Contrato:

Ocupa también lugar dentro del Cuerpo de la escritura en cláusula separada


la “aceptación” del contrato que hacen los otorgantes a quienes corresponde
según la naturaleza jurídica del negocio que se efectúa; cláusula que redactará el
Notario de modo clara y expresa.

Ejemplo: “El segundo compareciente don Fulano de tal, a su vez dijo: que acepta
en todas y cada una de sus partes la venta (caso sea ésta el contrato realizado)
que del inmueble descrito y deslindado le hace por la presente escritura pública el
primero de los comparecientes don Enrique Pérez, en los términos relacionados”.
Esta formalidad es de indispensable necesidad, pues sin ella, el contrato y la
escritura carecerían de valor y de existencia legal, puesto que constituye el
vínculo, la unión o atadura entre las partes sobre, el negocio jurídico que realizan.
Hasta aquí, lo contenido en la segunda parte o “Cuerpo de la Escritura” para
continuar inmediatamente después con la tercera parte de la misma
o la “Conclusión”.

Identifique los componentes del cuerpo:

La legislación El Instrumento
Manifiesta el primer compareciente Señora
KHANDYDA XIMENA CLINTON INFANTA y
dice: PRIMERA: RELACION DE DOMINIO:Que
según Testimonio de Escritura Pública de Compra-
Venta de Inmueble número cincuenta y dos (52) de las
nueve de la mañana del ocho de junio de mil
novecientos noventa y seis, otorgada en la ciudad de
Managua ante los oficios del Notario Jorge Carlos
Taleno Figueres, Escritura Publica que me presenta y
que doy fe de tener a la vista, inscrita el día veintiséis
de agosto de mil novecientos noventa y seis, bajo el
número CUARENTA Y TRES MIL NOVECIENTOS
CINCUENTA Y SIETE (43.957), Asiento Segundo
(2do.), Folio del DOSCIENTOS CINCUENTA Y
TRES AL DOSCIENTOS OCHENTA Y OCHO
(253/88), Tomo SEISCIENTOS DIEZ (610),
Columna de Inscripciones, Sección de Derechos
Reales, Libro de Propiedades del Registro Público del
Departamento de Managua, es dueña en dominio y
posesión de un lote situado en el barrio Riguero Sur,
identificado con el número Dieciocho (18), con una
área superficial de Doscientos Diecinueve metros
cuadrados con Sesenta y ocho centímetros cuadrados
(219.68mt²)de extensión, ubicado dentro de los
siguientes linderos: Norte: Lote Diecinueve y Callejón
de por medio; Sur: Con el Lote Sur y Calle Catorce de
Julio; Este: con los Lotes Diecinueve, veinte y
veintiuno; y Oeste: Callejuela y Calle Catorce de julio
de por medio y resto de la urbanización.- Continúa
expresando la señora KHANDYDA XIMENA
CLINTON INFANTA y dice: SEGUNDA:
VENTA: Que el inmueble descrito y deslindado en la
Cláusula que antecede, libre de gravamen, con el
compromiso de la evicción y saneamiento, con todas
sus anexidades, conexiones, usos y servidumbres, lo
vende a la otra compareciente señorita CHRISTIAN
DANELIA MARTINEZ SANCHEZ, por el precio de
DIEZ MIL CORDOBAS NETOS (C$10,000.00) que
confiesa haber recibido a su entera satisfacción,
trasladándole en consecuencia al comprador todos los
derechos que sobre el inmueble le correspondían.-
Manifiesta por su parte la señorita CHRISTIAN
DANELIA MARTINEZ SANCHEZ y
dice: TERCERA: ACEPTACION: Que en los
términos relacionados acepta para sí la venta que por
medio de este instrumento público le hace el otro
compareciente señora KHANDYDA XIMENA
CLINTON INFANTA.- Doy fe de haber tenido a la
vista el Certificado Catastral numero tal, fecha tal ,
autorizado por tal, la Solvencia Municipal, los que
insertará en el primer testimonio que libre de este
contrato, con fecha tal, emitido por tal, el certificado
de gravamen en donde consta que esta libre, con fecha
tal, extendido por tal en fecha tal.
TEMA SEIS

LA CONCLUSION

Concepto:
Conclusión es la acción y efecto de concluir o concluirse; el fin de una cosa. De
manera que aplicada esta expresión a la escritura pública, se refiere a la parte que
pone fin o término al otorgamiento de ella.

En estricto rigor esta tercera y última parte de la escritura contiene lo que mas
interesa al Notario, que es, el cumplimiento exacto de las formalidades externas y
requisitos legales y reglamentarios que deben ser observados.

Los requisitos que contiene:

En “LA CONCLUSION” se contienen el otorgamiento y la Autorización en el


Reglamento Notarial de España; y, conforme el Arto. 29 de la Ley del Notariado
nuestra, lo siguiente:

1° Las cláusulas generales que aseguran la validez del instrumento, expresando


haberse instruido a los contratantes de su objeto.

2° Mención de haberse leído por el Notario todo el instrumento a los interesados,


en presencia del número de testigos que corresponda a la naturaleza del acto, con
la ratificación, aceptación o alteración que hubieren hecho.

3° Las firmas de los otorgantes, del intérprete si lo hubiere, de los testigos y del
Notario”.

1° CLÁUSULAS GENERALES QUE ASEGURAN LA VALIDEZ DEL


INSTRUMENTO

Se entiende por cláusula en sentido forense cada una de las disposiciones de un


contrato, tratado, documento, etc. Las que por contener en el presente caso los
requisitos esenciales o sustanciales del contrato, se hallan en todos ellos como
regla general o común para darles su validez. Pueden referirse a las personas que
interviene en los contratos con respecto a su capacidad para contratar; a las leyes
que rigen el acto o contrato que se otorga y a sus condiciones; lo mismo que a las
formalidades intrínsecas o extrínsecas del mismo.

Principia e1 Numeral 1° del Artículo que vemos, prescribiendo que se haga


constar por el Notario “haberse instruido a los contratantes del objeto que tienen
las cláusulas generales que aseguran la validez del instrumento”, por ser esta
tercera y última parte o “CONCLUSIÓN” de la escritura, la que precisamente la
hace nacer a la vida o condición de documento público, por quedar así ligado ya el
negocio jurídico que contiene tanto a los preceptos y forma establecidos por la ley
como por la acción conjunta del otorgamiento o aceptación de las partes que la
ratifican con sus firmas y de la Autorización del Notario con su firma y rúbrica
como tal funcionario. Y, como las cláusulas de un contrato son ley entre los que lo
contraen, impone por consiguiente a éstos la obligación de cumplirlo, y en esta
virtud, “aunque en ningún caso puede alegarse ignorancia de la ley, tratándose de
pactos o contratos voluntarios, la ley quiere la constancia expresa en el mismo
acto de quedar enterados los contratantes de las condiciones o cláusula generales
que aseguran su validez y de los efectos que naturalmente habrán de producir”.
Las partes que después de oír la lectura toda del instrumento público manifiestan y
dan su consentimiento y aprobación al contrato que suscriben, no pueden en
manera alguna ignorar, ni siquiera dudar, del objeto y efectos que para ellos
producen los requisitos esenciales que le dan su validez.

Al decir la ley que el Notario debe instruir a los contratantes de las cláusulas
generales y de su objeto, no lo exige como frase sacramental cuya omisión
pudiere acarrear nulidad a la escritura, pues bastará que haga constar y conocer
el valor y trascendencia del acto, para que se considere conocido el objeto del
mismo, como lo declara el Tribunal Supremo en B.J. Pág. 251; máxime que, por la
omisión de este requisito no se entiende haberse faltado a las solemnidades
prescritas por la ley, como lo dispone el N° 3° del Arto. 29 de la Ley de 28 de Mayo
de 1913.

También debe hacerse presente por el Notario autorizante del instrumento público,
en esta misma “Conclusión” lo que ordena el Arto. 28 de la L. N. Que dice: “El
Notario debe hacer conocer a los interesados el valor y trascendencia legal que
tengan las renuncias que en concreto hagan, o las cláusulas que envuelvan
renuncias o estipulaciones implícitas”. (Inciso 1°)

El Notario así mismo al cumplir con lo mandado por el N° 1° del Arto 29 que
estudiamos debe además de lo expuesto, advertir a las partes si debe registrarse
la escritura que autorice, como lo prescribe el N° 10 del Arto. 15 L. del N.,
haciendo la debida mención de ello en el expresado momento; pero, la omisión de
su cumplimiento no constituye tampoco nulidad, porque el Arto. 44 de la Ley del
notariado apenas impone una multa al contraventor. (B.J. Pág. 251)

2° Lectura del instrumento, con la ratificación, aceptación o modificación que


hubieren hecho los otorgantes.

Este es, el momento cumbre como lo califica el tratadista Núñez Lagos, o sea, el
en que, se opera el llamado “otorgamiento” por el Reg. N. de España, que dice ser
“la prestación solemne del consentimiento al texto recién leído por entero,
consentimiento que se proyecta sobre toda la extensión del documento, sobre su
tenor literal”.

Se ha discutido por los autores del derecho Notarial, si en esta parte del
otorgamiento de la escritura, debe o no considerarse incluida la “Autorización” al
contexto del Reg. N. de España, estando la mayoría por la diferencia entre ambos
momentos de ella; más, bien mirados, el otorgamiento y la Autorización son dos
elementos tan estrechamente unidos que será muy difícil poderlos separar.

Nuestra Ley del Notariado engloba expresamente dentro de esta tercera parte de
la escritura o “Conclusión”, el otorgamiento en el No. 2° y la Autorización en el Nº
3° del mismo Arto. 29, que vemos: razón por la cual siguiendo a Escobar de la
Riva se puede decir, que “el otorgamiento es la parte final de la escritura en la cual
se ratifica y se solemniza, con las formalidades correspondientes, lo contenido
anteriormente en el mismo instrumento, con las firmas de los intervinientes, o
suplidas en forma legal y el refrendo del Notario”.

Parece muy exacto, dice Giménez Arnau, que no se puede apoyar la


independencia del otorgamiento como parte de la Escritura en la razón vaga de
ser la que se refiere al consentimiento, como la comparecencia se refiere al
Sujeto. Es cierto que cuando se otorga es cuando se presta el consentimiento de
un modo formal; pero también es cierto que materialmente el consentimiento
existe desde que los contratantes o el otorgante del acto unilateral comparecen
ante el Notario.

Los comparecientes llevan a este sus disposiciones verbales o escritas de modo


privado, por lo que, no es el consentimiento una nota típica del otorgamiento, pues
el Notario encargado de la redacción de la escritura la hace de acuerdo con las
disposiciones o estipulaciones de los que la otorgan, no las inventa sino que las
construye sobre la voluntad de ellos.

No obstante lo dicho y de acuerdo con nuestra Ley del Notariado, es contenido del
otorgamiento (N° 2°, Artículo 29 LN), asentir al contenido del instrumento público
manifestado sólo por las afirmaciones personales del Notario atribuidas por él a
las partes. Sólo cuando después de haber sido vertidas por el mismo Notario con
la lectura y las frases de su redacción diga el otorgante o los otorgantes que “eso,
precisamente, lo que se ha escrito y leído por el Notario es la expresión de su
voluntad, y por consiguiente la aceptan por ser de su debida conformidad, aparece
de modo formal el consentimiento que es lo que confirma todo lo actuado, y hace
nacer el acto como expresión cierta de la voluntad de las partes; y, es lógico y
natural, que si no existiere ese consentimiento y su ratificación por medio de las
firmas de los que la dan, no podría en manera alguna el Notario transformar ese
acto privado hasta ese momento, en público y solemne con su autorización, de
que nos habla el referido N° 3 (Artículo 29).

De lo expuesto claramente se deduce, que la “LECTURA” del instrumento público


es requisito d esencial existencia, lo mismo que la expresión de conformidad de
los interesados. Esta disposición viene de la Ley de las Siete Partidas y de la
Pragmática de Alcalá.

La lectura será hecha por el propio Notario autorizante de todo el instrumento a los
interesados, y en presencia de los testigos que corresponda a la naturaleza del
acto, tal como lo prescribe el No. 2° relacionado.

Aunque ésta disposición de la Ley del notariado nuestra no diga expresamente


como lo establece el Arto. 193 del Reg. N. de España, que los Notarios darán
lectura a las Escrituras públicas sin perjuicio del derecho de las partes y testigos a
leerlas por sí o por persona que ellos designen y de que lo hagan en los casos en
que legalmente proceda; se puede decir que, cuando la parte o partes otorgantes
sean sordo-mudas o solo sordas o solo mudas y que sepan leer; y, cuando sea o
sean ciegas, se aplique a ellas lo que claramente dispone la Ley Civil para los
testamentos de esa clase de personas, en los Artículos 1038C y 1039C0.

Después de la lectura, los otorgantes siempre en presencia de los testigos


instrumentales y del Notario, deberán hacer constar su consentimiento al
contenido de la escritura, después de las modificaciones que fueren necesaria
hacer.

En los Testamentos, el Notario redactará las cláusulas y las leerá en alta voz al
testador en presencia de los testigos, para que el testador manifieste si está
conforme con ellas. Si lo estuviere, firmarán el testamento todos los que sepan y
puedan hacerlo. (Artículo 1036).

Es pues también elemento integrante del Otorgamiento, “la solemnización de la


voluntad de los comparecientes de tener por firme y eficaz cuanto en la Escritura
se ha estipulado, lo cual suele expresarse con la frase “manifestaron su
conformidad, lo ratifican y firman”, o “así lo otorgan” según la mente redactora del
Notario, con tal que sea confirmatoria de lo que se ha expresado y hecho conocer
al Notario, lo que hace dispositivo el instrumento.

3° Firmas y autorización:

La firma es el nombre y apellido, que una persona pone de su puño y letra al pie
de un escrito, para darle autenticidad o para responder de una obligación; y, según
Fernández Casado es el nombre de una persona escrito por su propia mano al
final de un documento en corroboración de su contenido.

La firma de los otorgantes es parte del otorgamiento y no de la autorización, ya


que, consiste en la manifestación formal escrita que acredita la prestación del
consentimiento.

La firma viene a ser la representación gráfica y auténtica de una persona y la


prueba material y visible de su conformidad con el escrito que la precede . El que
firma deja gravado un rasgo de su personalidad en el documento firmado,
atestiguando la relación que existe entre ambos”.

Debe entenderse que la firma no es de absoluto rigor a menos que la persona


sepa y pueda firmar, pues si no sabe o no puede por alguna circunstancia o
motivo, la escritura no pierde su validez porque en ese caso, bastará que lo haga
constar el Notario en la misma escritura y firme por la persona que no lo hace, uno
de los testigos instrumentales en su caso, o cualquiera otra persona designada por
la que no firma.
También se hará lo mismo cuando alguno de los otorgantes es ciego, o tiene
algún otro defecto que haga dudosa su habilidad, tal como lo dispone el Arto. 31
de la L. del N.

El lugar donde se ponen las firmas de las partes de los testigos en su caso y del
Notario es a la conclusión o terminación de la escritura como último elemento de
ella; y, el orden en que se colocan según el Arto. 2° de la Ley de 28 de Mayo de
1913 que reforma l Arto. 29 de la L. del N. es el siguiente: Primero la de los
otorgantes o la de las personas que firmaren a ruego de ellos; Segundo, la de los
intérpretes caso de haberlos; Tercero, la de los testigos instrumentales; Cuarto y
último la del Notario, y en caso ser este un Juez la del Secretario respectivo. La
alteración de este orden no anula el instrumento público, pero incurre el Notario en
multa de cuatro córdobas que le impondrá el Registrador, Juez o Tribunal a cuyo
conocimiento llegue el referido instrumento, dando aviso a la Corte Suprema de
Justicia de la infracción cometida.

En la práctica o ejercicio del Notariado, se observan diversas especialidades en la


firma de las personas que intervienen en una escritura pública, siendo mas o
menos las siguientes:

Que la firma no contenga completamente como así debe ser, el nombre y


apellidos de quien la escribe, esto es, que se halle escrita con iniciales o
abreviaturas, como por ejemplo, que la parte firme Jn. Qtero., o el Notario firme
RB. Darío S. Que viciarían de nula la escritura; más según el Arto. 68 de la L. del
N. Son válidos los instrumentos que contengan esta clase de firmas, con tal que el
nombre a quienes corresponda esté completo en el instrumento; Juan Quintero,
Rubén Benito Darío Salgado.

Dice el mismo artículo, “que también son válidos los instrumentos públicos, en que
los cartularios, otorgantes o testigos hayan usado, además de sus nombres y
apellidos, iniciales o abreviaturas, o de otros nombres o apellidos, ya sea en el
cuerpo del instrumento o en las firmas”. Tal acostumbran las mujeres casadas
agregando a sus apellidos el del marido.

Firmas solamente con las iniciales del nombre y del apellido. Suelen haber
estas firmas en protocolos de Notarios, produciendo ellas todo efecto legal, :I.H:
C.O. Nunca fueron impugnadas de nulas las escrituras que las contienen; la
jurisprudencia extranjera es contradictoria, para unas son válidas esas firmas, y
para otras no lo son.

Firmas enunciativas del cargo que desempeñas quien las pone. Estas son
aquellas que acostumbran los Obispos en el ejercicio de su sagrado cargo. Por
ejemplo: cuando otorga el Cardenal Miguel Obando y Bravo, puede decir
solamente: “Miguel: Cardenal” con todo su valor legal.

Existe también el seudónimo como firma. El gran maestro notarial nicaragüense


Doctor Nicolás Buitrago ha dicho que tiene en sus protocolos la firma del
renombrado y famoso prestidigitador Juncadella, con su muldialmente conocido
seudónimo: “El gran Fregolini”; pero esta circunstancia en la Introducción lo
determinó con su nombre verdadero. No se conoce jurisprudencia nicaragüense a
este respecto, pero la extranjera declara la validez de esa firma, si el firmante es
generalmente conocido con ese seudónimo, y lo ha empleado en documentos
corrientes, pues el empleo del nombre bajo el cual el suscriptor ha revestido una
individual propia, constituye una firma valida, porque ella es la marca distintiva y
persona exigida para atestiguar la voluntad del signatario y dar al acto fuerza
legal”.

La firma puede ser ilegible. Esta clase de firma abundan actualmente en los
Bancos y Oficinas administrativas, como llegan a nosotros los Notarios las Boletas
de pago o solvencias de los impuestos fiscales. Son usadas estas firmas por la
garantía que ofrecen al suscriptor de ellas porque dificultan su imitación; y, porque,
su valor legal es admitido completamente, desde luego que su personalidad no
está en la traza caligráfica, sino en cierto “tic” o movimiento convulsivo, que cada
persona imprime a su firma cuando la pone. En descubrir ese movimiento
exclusivo de cada persona está la gran dificultad que se ofrece a los peritos
calígrafos cuando proceden en cotejo de firmas.

Pero, como la ilegibilidad de las firmas procede a veces no de adrede por quien la
pone, sino por efecto de impotencia orgánica producto de una enfermedad, que
hace que el enfermo haga esfuerzos por poner la firma, de lo que resulta ésta con
relación a la suya usual, notablemente distinta, que podría ocasionar al Notario
grave y peligrosa dificultad. Por este motivo, al hacer una escritura pública el
Notario en estas circunstancias, debe abstenerse de la firma del enfermo y suplirla
con los medios ya indicados que da la ley.

Existe también la firma con facsímil. Sobre de esto debemos decir, que la
característica principal de la firma, es la de ser obra personal del suscriptor, por lo
que no puede tenerse como válida la firma que hubiere sido puesta por un
procedimiento mecánico. Sin embargo, hubo en la Corte de Apelaciones de León,
Sala de lo Criminal, hace algunos años, un Magistrado que ha causa de que le
temblaba la mano derecha firmaba las sentencias con facsímil; y, nunca fue
discutida la validez de esas resoluciones.

Es corriente también en la carrera notarial, que al firmar una persona que se queja
de su letra mal formada, de mala vista o de cualquier otro defecto, que se preste
alguien a darle ayuda para que ponga su firma. Esta clase de firma se presta a
discusión en la jurisprudencia extranjera, pues para unas, la sólo presencia física
del signatario podría ser suficiente para demostrar la autenticidad de la firma, y por
lo tanto seria válida; pero para otras como en la francesa se estima, que la
exigencia de una firma manuscrita se debe a que el legislador quiere que el
signatario apruebe el acto con entera libertad y plena conciencia; y ello distingue,
según que el tercero haya simplemente sostenido la mano del signatario, o que lo
haya dirigido, o en fin que la haya forzado. En el primer caso la firma es válida
mas en los otros dos es irregular, porque no revela una voluntad consciente en la
segunda hipótesis, y libre en la tercera.

LA AUTORIZACION

Mediante la “Autorización” el Notario, como funcionario público, imprime


personalidad y existencia al acto formalmente considerado, entrando el documento
a gozar de “FIDES PÚBLICA”.

Siguiendo a Giménez Arnau puede decirse que la Autorización es el acto o


momento final en la producción el instrumento publico, que da vida y carácter de
tal al documento mediante imposición del signo, firma y rúbrica del Notario y la
imposición del sello; esto naturalmente de acuerdo con el Reg. N. De España.
Conforme la Ley del Notariado Nicaragüense, la Autorización se produce mediante
la imposición de la firma del Notario.

Según Escobar de la Riva, “lo que la AUTORIZACION significa en el instrumento,


se sintetiza en la frase “doy fe” con que corrientemente terminan las Escrituras,
seguida del signo, la firma y la rúbrica del Notario, puesta a continuación de las
firmas de otorgantes y testigos en el bien entendido, que a ningún Notario se
concederá autorización en el bien entendido, que ningún Notario se concederá
autorización para signar ni firmar con estampilla”.

La dicha expresión “doy Fe” continua diciendo Escobar de la Riva, abarca la


totalidad del instrumento, pues con la fórmula o parecida “doy fe de todo lo
contenido y relacionado en este instrumento público”, se entenderá dada fe en el
mismo de todas las cláusulas, condiciones, estipulaciones y demás circunstancias
que exijan requisito, según las Leyes”.

Con respecto a la “rúbrica” ya es una cosa que como el Signo tiende a


desaparecer pues no la exige nuestra Ley del notariado como la de España en la
“Autorización”; pero no obstante, la exige para determinados actos del notariado,
como el de rubricar cada una de las hojas de los testimonios, (Arto.38) : el de
rubricar el Notario la anotación que haga al margen de la escritura original de su
protocolo de los testimonios que de ella entregare (Arto. 38 Inc. Final): y, para los
particulares exige el Arto. 1053 C. Que se rubriquen por el que otorga testamento
cerrado las hojas que lo tengan.

La rúbrica es el rasgo de pluma de figura determinada que como parte de la firma


ponen algunas personas después de su nombre o título hacia abajo de él.

Corrientemente la firma va acompañada de los trazos característicos de la rúbrica;


pero según jurisprudencia extranjera la rúbrica no es elemento integrante o
esencial de la firma, ya que ésta es tan sólo el nombre y apellido de una persona,
por lo que hay muchas que no usan rúbrica. El Notario debe tener rúbrica para
cumplir lo que la ley le preceptúa referente a ella.
Conforme la Ley del Notariado Nicaragüense anterior a la promulgación del
Código de Procedimientos Civiles de 1871, el Notario al firmar una escritura matriz
le acompañaba además de la rúbrica de su Signo; y, conforme el Reg. N. De
España, el Notario firma, rúbrica y sella, la escritura matriz.

De conformidad con nuestra legislación actual el Notario solamente firma de último


autorizando de esta manera el instrumento público.

LOS OTORGAMIENTOS SUCESIVOS

Otorgamientos sucesivos, dice Escobar de la Riva, “son aquellos mediante los


cuales una persona acepta y hace suya, en instrumento separado, una
declaración de voluntad emitida por otra, y que a aquel iba dirigida, produciéndose
con dicha aceptación determinados efectos jurídicos entre ambos”.

Suponen un apartamento de la norma general, según la cual todo el proceso de


génesis de un instrumento, documento o escritura pública, debe ajustarse al
principio de unidad de acto. Como quiera que en los instrumentos públicos ha de
reflejarse y constar la forma de la autorización de los mismos, o sea, el proceso en
el que intervienen otorgantes y testigos a presencia del Notario, aquella unidad de
acto pasa a constituir, o produce en el instrumento mismo, una unidad de
contexto.

Sin embargo, puede presentarse un supuesto en el cual no se produzcan de modo


simultáneo la relación substancial que da vida a un determinado instrumento, sino
que, por el contrario, tal relación se engendra mediante consentimientos sucesivos
y registrándose un lapso de tiempo entre la oferta y la aceptación.

Hay opiniones de los tratadistas de Derecho, si el otorgamiento se produzca


dentro de la misma escritura pública o en otorgamientos diversos consignados en
otras tantas escrituras; más, lo primero no lo contemplan los Reglamentos
Notariales. El párrafo 3° del Arto. 178 del Reglamento vigente de España, autoriza
se haga en otorgamientos diversos en distintas escrituras, para cuatro casos: 1°
para la contratación entre ausentes: 2° para la estipulaciones en favor de un
tercero; y 3° para la contratación en nombre de otro sin autorización o sin
representación, todos estos casos dentro del Código Civil. Más, también el referido
Artículo notarial de España, en su parte final dice: y en general, la adhesión puede
hacerse a todo negocio jurídico cuando la ley no exigiere expresamente el
requisito de la unidad de acto, y siempre que conste en escritura pública, y en su
matriz no aparezca la nota que lo revoque o desvirtué. Entre estos otros negocios
a que se refiere el artículo citado, cabe incluir a modo de ejemplo, “la aceptación
de donaciones”, tal como lo prescribe el Código Civil de España.

De igual manera que el Arto. 633 del Civil de España, dice el Arto. 2778C.
Nuestro, puede hacerse la aceptación de la Donación entre vivos por escritura
aparte, con las limitaciones de que se haga en vida del donante y que se notifique
a éste, en forma auténtica pues, podrá ser revocada expresa o tácitamente,
mientras no haya sido notificada la aceptación, y si muere el donatario antes de
aceptar la donación, queda esta sin efecto, y sus herederos nada podrán pedir al
donante, Arto. 2781 C.

La cuestión pues, del otorgamiento se encuentra íntimamente vinculada con la


unidad de acto, requisito que puede quebrantarse en los documentos “inter vivos”
de dos maneras como dice Giménez Arnau: puramente formal, con el
Otorgamiento sucesivo; y, de manera material con la Escrituras y Adhesión en los
Contratos.

Los otorgamientos sucesivos o Escrituras de adhesión, no los reglamenta nuestra


Ley del Notariado, ni la Ley Civil, pues no hacen constar notarialmente la
aceptación o segunda expresión del consentimiento, como lo hace el Arto. 178 del
Reg. N. de España el cual dispone que, el Notario que autorice la escritura a que
nos referimos, lo deberá comunicar por medio de oficio, al Notario en cuyo poder
se encuentre la primera escritura, quien la hará constar al margen de ella, con
nota indicativa de la fecha de la segunda escritura y el nombre del Notario
autorizante. Si la primera obrase en el mismo protocolo del Notario autorizante de
la segunda, el mismo pondrá la nota.

Las adhesiones a Contratos, que bien se les llama “Contratos de adhesión”,


entendiéndose por “adhesión” como unión o incorporación a algún criterio,
doctrina, o postura jurídica, es la que se verifica forma puramente material, en los
casos ya indicados en el Reg. N. De España;

a) Entre ausentes, en los que, el consentimiento se manifiesta por el concurso de


la oferta y de la aceptación sobre la cosa y la causa que han de construir que
equivale a lo que dispone el Arto. 2450C. Nuestro, de que el que hace una
proposición puede retirarla mientras no haya sido aceptada por la otra parte; pero
el contrato propuesto será válido, si la persona a quien se hizo la proposición, la
acepta puramente antes de tener noticia de que había sido retirada.

Con este criterio opinan los tratadistas se facilita la contratación entre ausentes en
instrumentos públicos por ejemplo: una Compra - Venta mediante la venta ofrecida
ante un Notario del lugar de residencia del que realiza la oferta, y la aceptación en
escritura distinta y en distinta localidad. Sobre éste la práctica enseña que, se
junten los testimonios de ambas escrituras, previa la nota ya relacionada, para que
por medio de esos testimonios se verifique la inscripción en el Registro
correspondiente si se tratase de inmuebles.

B) Los Contratos que contuvieren alguna estipulación en favor de un tercero, este


podrá exigir su cumplimiento, siempre que hubiere hecho saber su aceptación
obligando antes de que haya sido aquella revocada. (Arto. 1257 Inc. 2 Civil de
España).

Tal parece que este artículo se asemeja al 2492C. Nuestro en relación con los tres
artículos anteriores.
C) En los Contratos en nombre de otro sin autorización o sin representación, como
lo establecen por igual, los Artículos 1259 C. De España, y el 2440C. De
Nicaragua, que dicen: Ninguno puede contratar a nombre de otro sin estar por
este autorizado, o sin que tenga por la ley su representación legal.

“El contrato celebrado a nombre de otro por quien no tenga su autorización o


representación legal, será nulo, a no ser que lo ratifique la persona a cuyo nombre
se otorgue antes de ser revocado por la otra parte contratante”.

Obsérvese la diferencia que existe entre estas Escrituras Contratos de adhesión


que dejamos expuestas y, las de Adhesión por otorgamiento sucesivo. En las
primeras se hace referencia a una oferta primeramente hecha por el otorgante de
la primer escritura que es la que se acepta en la segunda, en cambio, en las de
otorgamiento sucesivo no existe eso, sino que debiendo tan solo concluirse un
negocio jurídico entre dos o mas personas, como ocurre por ejemplo, en una
partición de herencia, una de ellas no esta presente. Caso este, en el cual, según
De la Herran, bastará con que otorguen la escritura los presentes, y el que no lo
esté podrá después adherirse al convenio, debiendo sí que se haya previsto en la
misma escritura la adhesión que se deba hacer a ella; y haciéndose la debida
anotación de la segunda en la primero.

Hay contratos como el de mandato, que se reputa perfecto por la aceptación tácita
o expresa del apoderada o mandatario; presumiéndose la aceptación tácita, por
cualquier acto en ejecución del mandato, como lo establece el Arto., 3294C. Con
la excepción que indica.

La conclusión aplicada:

Legislación Aplicación
Arto.29. La conclusión de la escritura Así se expresaron los otorgantes a quienes yo
contendrá: el Notario instruí acerca del objeto, valor y
trascendencias legales de este acto, del
1. Las cláusulas generales que aseguren la significado de las cláusulas generales que
validez del instrumento, expresando haberse contiene y de las especiales que envuelven
instruido a los contratantes de su objeto; renuncias y estipulaciones implícitas y
explícitas, así como de la obligación de
2. Mención de haberse leído por el notario inscribir el Testimonio que libre de la
todo el instrumento a los interesados, en presente Escritura en el Registro Público
presencia del número de testigos que competente. Yo el Notario doy fe de haber
corresponda a la naturaleza del acto, con la tenido a la vista el Título de Dominio de la
ratificación, aceptación o alteración que propiedad, la Certificación de Libertad de
hubieren hecho; Gravamen, no así las boletas fiscales
correspondientes al pago de impuestos y
3.Las firmas de los otorgantes, del intérprete Certificado Catastral, en vista de haberse
si lo hubiere, de los testigos y del Notario. declarado de urgencia esta Escritura, pero las
insertaré en el Testimonio que libre de la
El Notario firmará de último, después que presente, una vez realizado este proceso.
los interesados, los intérpretes y los testigos Leída que fue por mí el Notario, íntegramente
instrumentales, en su caso toda esta Escritura a los comparecientes, la
encuentran conforme, aprueban, ratifican y
Arto.30. Los testigos no firmarán ningún firman por ante mi el Notario, que doy fe de
documento mientras no lo hayan hecho los todo lo relacionado.-
otorgantes.
CASO ARTO.31
Arto.31. Si alguno de los otorgantes no sabe
firmar o es ciego, o tiene algún otro defecto Leída que fue por mí el Notario, íntegramente
que haga dudosa su habilidad, se indicará toda esta Escritura a los comparecientes, la
esta circunstancia en el instrumento; y uno encuentran conforme, aprueban, ratifican y
de los testigos instrumentales, u otra firman por ante mi el Notario, el señor XX,
persona llevada por el interesado, firmará no así el señor QQ, quien por estar impedido
por él. temporalmente al estar enyesado de su
diestra, rogándole al señor FF (cedula,
generales) que firme por él. Doy fe de todo lo
relacionado.-
TEMA SIETE

VALOR JURIDICO DEL INSTRUMENTO PÚBLICO

El Instrumento Público constituye uno de los medios probatorios de los hechos


que fundamentan una acción o excepción que respectivamente deben ser
probados por el actor y por el demandado. Tienen sobre los demás categorías de
documentos el privilegio de que mientras no sean argüidos de falsos, constituyen
plena prueba en todo lo relativo a los hechos materiales que el Notario Público
afirma que ocurrieron en su presencia, o bien que el mismo ejecutó.

El valor Jurídico del Instrumento Público lo constituye su fuerza probatoria


indubitable, es plena prueba ya tasada, siempre y cuando haya sido concebido
con los requisitos solemnes de forma, su decir es la punta de la flecha que hiere,
penetra y modifica la constitución del cuerpo, pero sus requisitos de forma es la
confección del material especial que porta esa punta de flecha, cuerpo sin el cual,
no existiría como tal.

Según nuestro Código Civil en su artículo 2479 todo contrato legalmente


celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser invalidado, sino por su
consentimiento mutuo o por causas legales.

Al decir “legalmente celebrado” entendemos que se refiere al valor adquirido del


contrato autorizado por el notario.

A continuación se indicarán las características que deben contener los


instrumentos públicos.
Giménez-Arnau concibe las características del instrumento público de la siguiente
manera:

-Presunción de veracidad.

-Expresión formal externa de un negocio jurídico.

-Presunción de validez de lo probado y expresado en el documento.

Lo anterior es llamado por Giménez-Arnau como triángulo prueba-forma-eficacia.


Se persigue, entonces, dar autenticidad y fuerza probatoria; se pretende llenar los
requisitos formales y por medio de su validez se busca que el documento sea
eficaz. Cada parte de este triángulo interviene una con otra para llegar al fin que
se pretende.

El instrumento público deberá reflejar la técnica jurídica y la legalidad del acto; al


momento de estar plasmado el instrumento por medio de la escritura se prolonga
su existencia en el tiempo, además de que puede ser guardado en los medios
modernos conocidos. Debe ser también un medio de garantía de terceros, porque
al contar con la fe pública las declaraciones contenidas en él tendrán validez frente
a todos aquellos interesados.

El instrumento público es también un medio legal por medio del cual se hace
ejecutiva la obligación contenida en él. Es en el instrumento público, donde las
partes manifiestan su voluntad dándole forma impresa a sus pensamientos.

Expuesto lo anterior podemos decir que el instrumento público pretende


fundamentalmente crear y dar forma a los negocios jurídicos; probar la realización
de un hecho o en su caso, que ha nacido un negocio jurídico; y como ya se
mencionó, busca dar eficacia al acto o al hecho que fue plasmado en el propio
instrumento. Estos son, pues, los tres fines principales del instrumento público, de
acuerdo con Giménez-Arnau.

Este autor incluye las afirmaciones de Lavandera, quien considera que de los fines
mencionados surgen otros como son: "hacer ejecutiva la obligación, sustituir a la
tradición real y garantizar a los terceros".

El maestro Giménez-Arnau establece un concepto de instrumento público, el cual


dice: "Es el documento público, autorizado por notario, producido para probar
hechos, solemnizar o dar forma a actos o negocios jurídicos y asegurar la eficacia
de sus efectos jurídicos".

La eficacia del documento público Notarial:


A este respecto explica el Profesor Núñez Lagos: “En el instrumento público, han
de distinguirse dos valores, las mas de las veces confundidos: el que le da valor
de forma que afecta a su constitución, y el que le da valor de prueba que afecta
oponibilidad. La forma y la prueba son dos planos paralelos y superpuestos: el
existir el y el persistir que hacen el mismo hecho jurídico en dimensión tiempo. El
existir representa la conformación que le da existencia, el persistir lo proyecta para
el futuro, o como expresan elegantemente los clásicos “ad memoriam
retienendam”.

Es por eso que debemos afirmar que la forma y la prueba son dos planos
paralelos y superpuestos; el existir y el persistir que hacen el mismo hecho jurídico
en dimensión del cuerpo.

El existir representa la conformación que le da existencia, el persistir lo proyecta al


futuro.

Destacando del conjunto de documentos públicos el documento notarial cuyo


contenido, es un negocio jurídico, verdadero instrumento público, su función
principal y su eficacia depende en definitivo, de los propósitos fundamentales a
que corresponde su existencia. En este sentido tiene por misión, dos objetivos:

 De forma solemne “ad solemnitatem” exteriorizando formalmente las relaciones


jurídicas dentro de los preceptos que la ley impone dándoles con ellos verdad y
legalidad; y,

 Proporcionar en todo caso un medio o elemento probatorio “ad probationen” de


la mayor autoridad e importancia.

FUNCIÓN SOLEMNIZADORA DEL INSTRUMENTO PÚBLICO.

En el ambiente jurídico actual está muy reducida está función solemnizadora del
instrumento público por la extensa aplicación que tienen los principios
espiritualistas de origen moral y canónico; siendo el instrumento público el más
lógico y normal de cumplir los preceptos que las leyes determinan.

Función probatoria del instrumento público

El instrumento público que refleja lo convenido y querido por las partes que lo
otorgan, obtiene en juicio el mayor crédito, la máxima fuerza probante y plena, al
extremo de llamársele la reina de las pruebas.

Más, la regulación de la eficacia del instrumento pública como fuerza probatoria,


es incompleta en nuestro Derecho. Refiriéndose al de España dice Fernández
Casado, ni en la antigua ni en la moderna legislación se hallan preceptos claros,
terminantes y completos sobre materia tan importante, ya considerados en sí
mismos los instrumentos públicos, ya en relación o en contraposición con otros
públicos o privados. En realidad dice Escobar de la Riva que sólo se cuenta con
los preceptos de los Artículos 1218C., español y 1219C., español.

Tal manera de decir la podemos aplicar nosotros a nuestra legislación civil, ya que
sólo nos presenta a ese respecto las disposiciones de los Artículos 2374C y
2375C, copia literales de los referidos españoles.

Su fuerza probatoria con respecto asimismo.

Bajo este aspecto del instrumento público, el Arto. 2374 C. En su inciso 1°. Dice
que: los documentos públicos, haciendo uso de este término documentos públicos,
mucho más amplio que el de instrumento público, harán prueba aún contra
tercero, esto es de manera plena, del hecho que motiva su otorgamiento y de su
fecha; y, que también harán prueba dice en su inciso 2° contra los contratantes y
sus causahabientes, o lo que es lo mismo decir pero no contra los terceros, en
cuanto a las declaraciones que en ellos hubieran hecho los contratantes.

Del contexto de este artículo como del 1218 español, claramente resulta que tiene
un orden y distinción en los efectos de la prueba que produce: respecto de los
terceros en el primer Inciso, y respecto de los interesados en el segundo.

Con respecto a terceros:

“Respecto a los terceros, lo primero que se necesita determinar dice Manrresa y


Navarro comentarista del 1228C. Español. citado, es cuándo debe considerarse a
los efectos de este artículo que una persona es “tercero” y, en este sentido
“tercero” es, el que no está comprendido en la escritura como contratante ni como
causahabiente, que es lo mismo decir, como sucesor de la personalidad del
contratante en carácter de heredero universal.

Determinado quien sea el tercero, no ofrecen duda los términos del artículo que
vemos.

La escritura pública hace prueba plena incluso contra terceros mientras no se


establece su falsedad, “del hecho que motiva su otorgamiento y de la fecha de
ella”.

Con respecto al hecho, la doctrina reconoce que es, lo que el Notario autorizante
presencia y autoriza, por ser lo que percibe, constata o capta de visu, et auditu,
suis sensibus, especialmente por la vista; y que por consiguiente, autentifica
plenamente con la fe pública de que está investido. Eso hace que la escritura o
instrumento público haga prueba aún contra tercero del hecho que motiva su
otorgamiento, mientras no se declare por sentencia firme su falsedad.

Este hecho lo constata el Notario por medio de los sentidos, porque lo constituyen
aunque refundidos en uno solo en la expresión “del hecho que motiva su
otorgamiento” las manifestaciones de realidad que la doctrina llama cláusulas
enunciativas o fundamentales, que en sentido amplio comprende la presencia en
el instrumento de todo el elemento personal o subjetivo que interviene en su
otorgamiento, como la del propio Notario autorizante, de los testigos del
instrumento, de las partes, su conocimiento y consentimiento; de las
enumeraciones de cantidades de dinero, o entrega de especies; lo mismo que de
haber sido expresadas o manifestadas por los contratantes las enunciaciones o
declaraciones consignadas por el Notario en el mismo instrumento público.

De la Fecha:

Con respecto a la fecha, los instrumentos públicos hacen prueba contra terceros,
de la que tienen puesta en su otorgamiento, porque aunque no se pueda decir que
la fecha se perciba por los sentidos o directamente, por la vista, no cabe duda que
pertenece desde luego a la experiencia directa y sensible del Notario; se impone
“erga omnes” a partes y terceros por ser de notorio conocimiento; y, por tanto,
entra de lleno en el valor jurídico del documento, como lo dispone el inciso 1° del
Arto 2374 dicho.

La fecha del instrumento se compone de tres menciones: Día, mes y año, y liga al
instrumento con el calendario, porque hace la relación del tiempo y del espacio
con un hecho.

Su nombre lo trae de la cláusula de estilo que se consignaba antiguamente en las


cartas: “fecha en tal día”.

La fecha constituye con el hecho que motiva el otorgamiento de la escritura la


espera de veracidad consustancial como dice Escobar de la Riva; y, es con Planiol
la obra del oficial público mismo, ya que él la da y constata bajo su propia
responsabilidad poniéndose por válida y exacta mientras no se declara su
falsedad.

De lo que es prueba el instrumento público solamente contra los contratantes y


sus causahabientes o interesados y no contra terceros:

Según el inciso 2° del repetido Arto. 2374C. Los documentos públicos hacen
también prueba entre los interesados respecto de las declaraciones que en los
mismos hiciesen; más, sobre todo este punto se suscitan mayores dificultades,
pues no hay conformidad absoluta, para determinar el valor de cosa cierta de
ellas.

La doctrina italiana y el Código Civil de Francia. Arto. 1230 resuelve las dudas al
establecer que, cuando las declaraciones sean o constituyan cláusulas
fundamentales de la obligación contraída, tengan fuerza entre los contratantes por
la relación que existe entre lo expuesto o manifestado por los contratante y lo que
disponen como consecuencia de ello, que contiene el documento; pero que si las
manifestaciones o declaraciones del documento se refieren a cláusulas
accidentales relacionadas a un vínculo de derecho distinto del que motiva el
documento, sólo valdrán como un principio de prueba por escrito, porque ve en
este caso ambas relaciones. Lo mejor dice Giménez Arnau, es distinguir con
arreglo alas personas que formulan las declaraciones; lo que el Notario afirma bajo
su responsabilidad debe ser respetado, hasta que triunfo la impugnación por
falsedad. Pero no puede decirse lo mismo en cuanto a las declaraciones de las
partes, que pueden ser simuladas, viciosas o inexactas. El documento testifica, sin
duda, la declaración o promesa, pero no la verdad de lo declarado o prometido,
que es totalmente ajeno a la certeza de que esa declaración o promesa se prestó.

El Notario dice Lessona testifica de las de declaraciones hechas por las partes,
pero no de su sinceridad; esta no cae bajo la acción de los sentidos. En esa virtud
se puede probar la simulación de una convención resultante de documento
público, y el peso de la prueba recaerá sobre quien afirme, porque el caso general
es la sinceridad, y la excepción la simulación. No obstante, mientras no se prueba
la simulación subsiste la presunción de certeza.

De lo expuesto se viene en claro, que, al decir el inciso 2°. Del Arto. 2374 tantas
veces repetido, “que también harán prueba contra los contratantes y sus
causahabientes en cuanto a las declaraciones que e ellos hubiesen dado los
primeros”, resplandece en esa disposición como dice Escobar de la Riva, la
actividad de las partes, cuya actividad en el valor jurídico del instrumento público
la determina, el pleno valor que el Arto. 2374 concede al instrumento público, tanto
para los intervinientes como para terceros; la que no puede ser extensiva a las
declaraciones meramente enunciativas que las partes hacen y que no están
protegidas por la fe pública.

Otros efectos del instrumento público:

Por su carácter de Solemne y cierto como documento auténtico, es también título


que lleva aparejada ejecución conforme el Arto. 1685 No. 1° Pr. Nuestro, como lo
es también al tenor de las leyes de enjuiciamiento civil extranjero; y, además es
medio o vehículo normal para producir la inscripción de derechos reales sobre
inmuebles en el Registro Público de la Propiedad.

EFECTOS PARTICULARES DE LA PROTOCOLIZACION DE DOCUMENTO


PRIVADO.

En el acta de protocolización de documentos privados las partes no deben hacer


ningún tipo de declaración. Por tanto no cabe la posibilidad de que planteen
problemas de trascendencia acerca del valor novatorio o constitutivo del
instrumento público.

El único efecto jurídico-notarial es la Fecha Cierta que adquiere el documento;


porque desde el punto de vista procesal notarial, continúa siendo un documento
privado.
La protocolización de un documento privado no lo convierte en un instrumento
público, solo le confiere una presunción de certeza en cuanto a la fecha de
protocolización, a partir de la cual podrán surtir efectos contra terceros, lo que se
conoce como fecha cierta, según el artículo 2387C.

EL INSTRUMENTO PÚBLICO COMO TITULO EJECUTIVO

El instrumento público, además de otros privilegios procesales, como hemos


dejado dicho, es un título ejecutivo. (Arto. 1685 Nº 1 Pr.), lo cual se expresa en
dos sentidos:

 Es ejecutivo en sí mismo, tal como ocurre en las escrituras constitutivas de


hipotecas.

 Puede servir como medio coadyuvante de otro documento ejecutivo, como son
las actas de protesto en cuanto a las letras de cambio.

TEMA OCHO

EL INSTRUMENTO PUBLICO CON RESPECTO A OTROS


CONTRAINSTRUMENTOS PUBLICOS Y PRIVADOS.

Que nombre el de este Tema, a veces se nos enreda la lengua. ¿Pero que
significa? Buena la esencia de este tema es demostrar el efecto de un Instrumento
Público contra otro, que al convertirse en contrario se vuelve un
“contrainstrumento” o anti-instrumento. Así como existe un tanque de guerra,
existe un arma antitanque capaz de vulnerar su capacidad defensiva, así hay
instrumentos, que, redactados bajo los requisitos de forma y solemnidad vulneran
la capacidad defensiva de un determinado instrumento público, por la capacidad
modificadora de su contenido.

Cuando hablamos de instrumento y contrainstrumento, debemos de hacernos la


idea de que para que se cumpla tal característica debe de haber una plena
identidad entre ambos. Los mismos comparecientes atacan, terminan o modifican
las características existenciales de otro instrumento concebido por ellos mismos y
el nuevo instrumento es el que con respecto al primitivo se alza o torna como
un contrainstrumento.

El Instrumento Público con respecto a un Contra instrumento público

En este sentido el Arto. 2375 del Código Civil nuestro, dice: “Las escrituras hechas
para modificar o anular otra escritura anterior entre los mismos interesados, sólo
producirán efecto contra terceros, cuando el contenido de aquellos hubiere sido
anotado en el Registro público competente, o al margen de la escritura matriz y del
traslado o Copia en cuya virtud hubiere procedido el tercero”. De esta misma
manera se expresa el Arto. 1219 Civil de España con la única diferencia, que dice
“Desvirtuar” en vez de modificar o anular”, diferencia que en nada afecta al común
significado de ambos, ya que “desvirtuar” es lo mismo que anular o debilitar.

Esta disposición como su igual de la de España, determina expresa y únicamente


el efecto que producen respecto de tercero tales documentos, sin decir nada de la
eficacia que tengan entre los interesados; y, esto es así, porque no existe un límite
ni traba ninguna sobre la licitud del cambio entre las partes; y, además, porque
claramente se dice que el fin que persiguen en la nueva escritura loa interesados
es modificar, anular o desvirtuar la escritura cuya licitud es bien notoria, cómo
porque los efectos de la modificación o contradicción que se hace en la segunda
escritura se limita únicamente con respecto a los terceros, cosas éstas que
sancionan sin traba alguna la evidente fuerza entre las partes de tales
documentos. Hay que notar que por esta disposición la nueva escritura tiene como
propósito y carácter ostensible la modificación de la antigua.

Con respecto a los efectos que nueva escritura producirá respecto de un tercero,
tanto en el artículo referido de nuestra ley civil como en el también referido de la
española, procuran y exigen que el tercero tenga conocimiento de la escritura
nueva, y para ello indican dos caminos: la inscripción de ésta en el Registro
Público competente si ya estuviese inscrita la escritura reformada como así debe
entenderse; o la nota marginal en la matriz o escritura primitiva y en la copia en
cuya virtud hubiere procedido el tercero.

Dejando a un lado el primero de dichos medios nos dice Manrresa y Navarro


comentarista del Arto. No. 1219 Civil de España, porque se refiere a la eficacia de
las inscripciones y muy especialmente para los terceros, sin que tal procedimiento
pueda tener aplicación general, ya que incluye los documentos no susceptibles de
inscripción, debemos ocuparnos del segundo que sí es general. Continúa diciendo
Manrresa; “consignada la nota al margen de la escritura matriz primitiva pueden
ocurrir dos cosas, o que ya se hubiese es pedido al tercero copia de la misma, o
que esta no hubiera tenido lugar aún. Si se esta en el segundo caso o sea de que
al consignarse la nota en la matriz no se pudiera expedir el testimonio al tercero,
se consignará por el Notario la nota en la copia que extienda, sin necesidad de
nueva petición de los interesados. Más, si ya el tercero tiene en su poder la copia
de la escritura primitiva sin la nota, el medio de suplir la falta de esta será el
requerimiento al mismo y la notificación del nuevo documento, contándose
entonces desde que la tal notificación se haga los efectos que respecto de dicho
tercero deba producir el cambio de que se trata”.

El que concurre como testigo al otorgamiento de la nueva escritura queda desde


luego legalmente enterado del contenido de la misma.

Como nuestra Ley del Notarial no reglamenta el caso de que la escritura que
modifica la matriz primitiva haya sido autorizada pro Notario distinto de la primera
debemos observar lo estipulado y se que se puede aplicar a ese caso lo que dice
el Arto. No.78 del Reglamento Notarial de España que dice; “El Notario que
autorice las escritura que modifique o deje sin efecto otra escritura anterior entre
los mismos interesados, lo comunicará por medio de oficio al Notario en cuyo
poder se encuentre esta matriz, quién la hará constar al margen por nota indicativa
de la fecha de la segunda escritura y el nombre y residencia del Notario
autorizante. Si la primera matriz obrase en el mismo protocolo del Notario
autorizante del último documento, él mismo pondrá la nota.

Según Escobar de la Riva, el principio que en Derecho formal se le llama


“integridad de la narración” y que, constituye con la exactitud y fidelidad en la
narración la notas de la fe pública, se corresponde con lo que dispone el Arto.
1219C español, igual como dejamos dicho al 2375 Nicaragüense; desde luego que
la anotación que ordenan ambos artículos para a formar parte del texto
documental primeramente otorgado y de esa manera sigue siendo íntegro en su
narración.

En consecuencia en primer orden los Notarios estamos obligados a hacer la


anotación marginal en la Escritura primitiva de la modificación que pudiere haber
sufrido, sin embargo, como nuestra Ley no lo prohíbe, podemos autorizar la
modificación de un instrumento autorizado por otro Notario, teniendo la obligación
de Notificar a éste, para que él haga la anotación respectiva, informándole
nosotros el número de la escritura y el asiento en nuestro protocolo

El instrumento público con relación a un contra documento privado

Antes de entrar en el estudio de los efectos del documento o instrumento público


en relación con los documentos privados, se hace necesario se establezca lo que
son estos documentos.

A diferencia de lo que sucede con respecto de los documentos públicos que


claramente los define nuestro Código Civil en el Arto. 2364, no da ninguna
definición de ellos al igual que el Código de España, sin que siguiendo a éste
último, comienza en el Capítulo IV del Título VI, Libro III, sentando en el Arto. 2385
C. La declaración de fuerza que se atribuye a ellos, y determinando los requisitos
necesarios para que esa eficacia probatoria se manifieste. Lo hace de esa manera
nuestro Código como el Español, justificados en que, dada la autenticidad mayor y
limitación de los documentos públicos permiten y ala vez exigen un concepto
expreso de ellos dado por la ley, quedando así, implícitamente definidos por
exclusión los documentos privados; que se pueden definir, diciendo que son
aquellos “que las partes extienden por si o a lo sumo en presencia de testigos,
pero sin la intervención de un funcionario público que los autorice prestándoles
autenticidad”.

Estos documentos están sujetos a requisito que pueden considerarse, en


generales y necesarios.

Son generales los de la firma y la escritura que contienen porque acreditan su


legitimidad, y les hacen producir efecto probatorio.
Son necesarios, los que se refieren más bien al procedimiento de reconocimiento
o comprobación del documento. La firma puesta por el interesado en el documento
o por quién lo reemplace con su anuencia, constituye “la esencia de la obligación
contraída por escrito.” Desestimándose por consiguiente la eficacia de estos
documentos cuando carecen de esta formalidad.

La extensión o escrito del documento no ofrece ninguna duda aunque sea escrito
por el propio interesado o por cualquier otro, con tal que se suscriba por los
contratantes o a su nombre.

Cuando el documento privado es anterior o coetáneo al instrumento público es


preciso se tengan presentes, los efectos de ambos.

El documento instrumento público refleja muy especialmente su fuerza probatoria


tanto en juicio como fuera de él; en cambio el documento privado suscrito con
anterioridad o coetáneamente al público, ha de ser reconocido legalmente o
declarado por reconocido para que pueda tener el mismo valor de la escritura
pública, como establecen los Artículos 2385C. y 1151Pr. Como se ve, estos
efectos son ya como documentos públicos y no como privados.

Sin embargo, si se comparan los efectos del documento reconocido, son muy
exiguos con respecto a la escritura pública, ya que estos los produce de inmediato
a su otorgamiento y el reconocido únicamente desde que fue tenido como tal.

Cuando el documento privado es otorgado posteriormente al público en


contradicción a éste, cobra el público mayor eficacia, ya que lo establecido en el
privado queda sin efecto. Sin embargo, conforme el arto. 2376C. “Puede
modificarse el contenido de un instrumento público o quedar sin efecto alguno, por
un contrainstrumento privado”, pero con la salvedad de que éste “no tendrá ningún
efecto contra los sucesores a título singular”, si el contenido de esta novación o
desvirtuación, “no estuviere anotada en la escritura matriz y en la copia con la cual
hubiere obrado el tercero”.

Con este artículo se legitima pues, la eficacia de un documento privado contra lo


convenido o establecido en la escritura pública.

Estos mismos contra documentos tienen uso para dejar sin efecto un acto
simulado lícito o ilícito, siempre que no contuviere algo contra la prohibición de las
leyes, o contra los derechos de un tercero, arto. 2225C; mas, yo creo que hay
contradicción entre este Arto. y el 2222C. Que considera a contrario sensu, como
reprobada por la ley, la simulación con un fin ilícito.

También se usan para las variaciones de la administración de las Sociedades, de


acuerdo con Arto. 3277C.
Lo que si debemos asegurarnos es que para que un contrainstrumento tenga
efectos contra terceros deben de cumplirse los siguientes requisitos:

 Con respecto a los comparecientes u otorgantes: deben de ser los mismos que
en la escritura primitiva.

 Con respecto a la publicidad: deben hacerse las anotaciones sobre la


modificación:

a. En el margen de la matriz en el protocolo del notario autorizante

b. Al pie de la grafía en la copia que anda circulando, sino se localiza esta copia
mediante edicto.(revocación)

 Con respecto al respectivo Registro Público, hacer la anotación necesaria.

Podemos observar lo establecido en las Revocaciones de los poderes de


conformidad a las regulaciones de nuestro Código Civil a la figura del Mandato, a
este respecto podemos considerar el Instrumento Público revocatorio de tal poder
como un Contra instrumento del dicho poder y sobre sus requisitos establecidos
por nuestro Código Civil debemos cumplir las estipulaciones del los artículos
3349C. y 3350C.

TEMA NUEVE

EL INSTRUMENTO PÚBLICO EN LOS NEGOCIOS JURIDICOS

FORMALES

Los negocios jurídicos formales son aquellos celebrados cumpliendo los


procedimientos de forma preestablecidos por la ley para garantizar la perpetuidad,
validez jurídica y libre circulación en el sistema jurídico de la sociedad de los
contratos entre las personas.

Como veremos adelante, nuestro Código Civil establece los tipos de contratos que
los contratantes deberán celebrar cumpliendo los debidos requisitos formales,
para garantizar sus efectos contra terceros y para poder ser registrables.

SENTIDO DIVERSO DE LA «FORMA» DEL NEGOCIO JURIDICO.-

Según ya se ha dicho, toda declaración de voluntad exige una forma; en ese


sentido todos los negocios jurídicos son formales. Pero en una acepción más
restringida se llama negocio jurídico formal a aquel en que se exige una forma
determinada, ya para considerar existente el negocio mismo, ya para limitar -
generalmente a efectos probatorios- la libertad de elección de forma, ya para
producir efectos secundarios (por ejemplo, efectos en cuanto a terceros). Una
tercera acepción, aún más estricta, aplica el concepto «negocio formal» solamente
al caso de que la forma sea esencial, de suerte que sin ella el acto se reputaría
inexistente.

Solamente en estas condiciones, dice Ihering, se da la noción de acto jurídico


formal, que define así. “Acto en el cual la inobservancia de la forma jurídicamente
prescrita para la manifestación de voluntad, encuentra su sanción en el acto
mismo”

SENTIDO Y FUNCION DE LAS DIVERSAS CLASES DE FORMA.-

Arrancando del sentido de acto formal que se desprende de las citadas palabras
de lhering y siguiendo una pauta muy tradicional, se ha mantenido durante mucho
tiempo la dicotomía forma ad -solemnitatem, (que se llamaba también constitutiva)
y forma ad probationen. Con lo que se quiere significar que la primera carezca de
fuerza probatoria, porque si la prueba puede ser ajena a la solemnidad, no hay
solemnidad que no tenga un cierto valor probatorio. «Prueba y forma, dice
Sanahuja, en cierto modo coinciden.» Pero la coincidencia no se da siempre,
conceptual e históricamente, de una manera absoluta: así el caso de
la stipulatio romana «inidónea para la prueba» -dice G. Palomino- y el supuesto
del protocolo reconstruido.

La forma en el campo Jurídico

En las legislaciones modernas predomina la idea de que la validez de los negocios


jurídicos no puede subordinarse a los elementos de cualquier forma particular,
salvo prescripciones especiales de la ley. Más, partiendo del principio de Carnelutti
“de que todos los actos jurídicos son formales, en cuanto que su forma está
siempre regulada por la ley; se nos vienen en claro, que todo hecho, todo acto
jurídico, ha de tener una exteriorización o expresión; una figura, perfil o contorno,
con la cual se hace perceptible en el mundo del Derecho. En esta virtud la forma
en el campo jurídico cuando se aplica su función a cualquiera de los términos de
las clasificaciones en uso, se destaca en ellas como pública o general; y si se
aplica a los documentos notariales su función es privada o particular.

Concepto de negocio Jurídico formal:

Este negocio es aquel, en que se exige una forma determinada, ya para


considerar existente el negocio mismo, ya para limitar generalmente a efectos
probatorios la libertad de elección de forma, ya para producir efectos secundarios
o contra terceros.” También se llama “negocio jurídico formal” en un sentido
restringido, al que resulta de que, para tener existencia legal está sujeto a una
forma esencial u obligada, de suerte que sin ella se repute inexistente. Para Ihring,
solamente en estas condiciones se da la noción de acto jurídico formal.

La forma en el derecho moderno:


En el derecho moderno se usa del imperativo de la forma como el medio para la
consecución de fines especiales, ya como garantía de un prueba para el futuro,
como el testamento; ya para asegurar la publicidad de ciertas relaciones jurídicas,
con la inscripción en el Registro de la propiedad inmueble; ya para aumentar la
capacidad circulatoria de ciertos derechos de crédito, como los títulos valores; o ya
para excluir defectos psicológicos en ciertos negocios cuya celebración
impremeditada puede llevar anejas consecuencias especialmente perjudiciales
para los contratantes, como la fianza.

Función de las diversas clases de forma.

Las formas dice González Palomino, cumplen una función constitutiva y una
función instrumental. Como constitutivas son formas de “ser”, y como
instrumentales son formas de “valer”. Las formas de “ser” suelen ser formas de
valer con excepción de los casos en que su materia formal no es adecuada para la
prueba pero cuando son también formas de “valer” se preconstituyen al proceso
para evitarlo, como anteprocesales; La forma de “valer” es complemento del acto;
algo que es preciso que esté hecho, que subsista.

El sentido funcional de los actos formales desde muy antiguo se conocen como
“ad solemnitatem” la que hoy llamamos constitutivas de “ser” y como “ad
probatonen” o modernamente de valer.

Para los autores modernos como el alemán Siegel, el italiano Carnelutti, y el


Español Núñez Lagos, sobre el valor del documento notarial, obligan a establecer
las categorías de forma con valor probatorio, que son:

 Forma obligatoria ad solemnitatem o sea, el acto formal de expresión de un


negocio primario, que también se le llama forma constitutiva.

 Forma obligatoria como acto de negocio de cumplimiento, al que se refiere al


Arto. 2481 C. Nuestro en concordancia con el Arto. 1279 del Código Civil de
España.

 Forma voluntaria declarativa o recognoscitiva, que es cuando el documento


tiene la misión de fijar jurídicamente el reconocimiento o confirmación del acto
primigenio que sin forma jurídica se había hecho por las partes.-

 Forma voluntaria constitutiva dispositiva, que se produce en los casos de


renovatio contractus, o sea aquel, por el cual, el contrato formal o mejor dicho no
documentado se renueva, con valor constitutivo en su posterior versión formal:
ejemplo la compra-venta, como contrato consensual.

El principio “Forma dat esse rei” y sus consecuencias en el derecho


Cuando la ley impone la forma como requisito sustancial o constitutivo, la ausencia
adecuada de ella, produce la inexistencia del acto; y, esto es, lo que se formula en
brocárdico tradicional, o axioma entre juristas: forma dat esse rei, la forma a da el
ser a la cosa. Naturalmente que estas formas obligatorias o de valer, son de
ineludible cumplimiento para que el hecho tenga existencia jurídica; y, en este
caso según González Palomino, “la forma no es ingrediente separado de la
declaración de voluntad, sino que es, constitutiva”.

Más cual es la consecuencia del principio dat esse rei, en nuestra legislación?

El sistema espiritualista o consensualista que como una reacción contra el sistema


formalista romano tuvo sumas alta expresión en la Ley del Ordenamiento de
Alcalá, no fue seguido en manera definitiva por el Código Civil de España, sino
que, con un temperamento ecléctico combinante de ambos sistemas, dictó el Arto.
1279; Arto. Éste que nuestro Código Civil reproduce en el Arto. 2481que dice: “Si
la ley exigiere el otorgamiento de escritura u otra forma especial para hacer
efectivas las obligaciones propias de un contrato, los contratantes podrán
compelerse recíprocamente a llenar aquélla forma desde que hubiere intervenido
el consentimiento y demás requisitos necesarios para su validez”.

Como se ve de la presente disposición, la regla “dat esse rei”, no tiene en nuestra


ley civil como en la de España una aplicación de rigor definitivo, pues este artículo
prevé el caso de que sea necesaria una forma especial para hacer efectivos las
obligaciones, y faculta a las partes para que puedan exigir que se llene aquella no
como requisito del contrato, sino como uno de tantos efectos del que para producir
se supone la existencia y eficacia del convenio, anteriores a la forma e
independientes de ella, como dice Manrresa y Navarro.

Si mantiene nuestro Código el sistema formalista le da más énfasis al


consensualista, y consecuente nuestra ley con ese criterio hispano-nicaragüense,
contiene varias disposiciones consensualistas, que son: la del arto. 2449 por el
que, desde que la estipulación se acepta queda perfecto el contrato. Excepciona
de este principio espiritualista los contratos en los que exija la ley alguna otra
formalidad, y, para mantener el principio, le agrega “que en todo caso se tendrá
como una promesa exigible”. Se encuentran también los Artículos 2430, 2540,
2541 y 2598.

Así también existen en nuestra ley Civil numerosos negocios sujetos a la exigencia
de la forma, que los dividimos en tres grupos:

1° Los que según el Arto. 2483 deberán constar en instrumentos públicos; como
los actos y contratos que tengan por objeto la creación, trasmisión, modificación o
extinción de derechos reales sobre bienes inmuebles; los arrendamientos de
inmuebles por cuatro o más años, las capitulaciones matrimoniales y sus
modificaciones. la sesión, repudiación y renuncia de los derechos hereditarios en
su caso; y los de la sociedad conyugal si la hubiere; el poder para contraer
matrimonio, el general para pleitos y los especiales en juicio escrito; el poder para
administrar bienes; la sesión de acciones o de derechos procedentes de un acto
consignado en escritura pública; la sesión litigiosos.

Deben también ser otorgados en escritura pública: la guarda de os hijos comunes


y división de os bienes sociales en el divorcio voluntario (Arto. 178 C.); el
reconocimiento de los hijos ilegítimos en sus casos (Artículos 222, 240,y 532 C.);
la emancipación, (arto. 274 c) el nombramiento de guardador en su caso (Arto.
308 C);el testamento y su revocación en todo o en partes (Artículos 532,97, 1055,
1066 y 1211 C.) la partición extrajudicial (Arto. 1358 C); el nombramiento de
partidor por el autor de la herencia (Arto. 1366 C.); la autenticación de documento
privado(Arto. 2387 C.); la donación entre vivos, condicional, onerosa o a título
universal (Artículos 2768, 2770, 2771y 2774 C); la Sociedad, si excede de otro
córdobas (Arto. 3182 C.); los poderes generales y generalísimo (Arto. 3293)C; la
revocación del poder (Arto 3350 C.); el Seguro sobre bienes reales (Arto. 3541 C.);
la renta vitalicia (Arto. 3627C,); la Hipoteca (Arto. 3773C.); el Nombramiento de
Arto (Artículo 967 Pr.); La hipoteca legal de refacción de casa (artículos 47 y 49 R.
del R.P.); la promesa de venta de inmuebles (Arto.129 R.P.):

2° Los negocios jurídicos que deben ser otorgados por escrito, aunque sea
privado. Estas son según el Inciso final del Arto. 2483 C. Los que pasaren de ocho
córdobas como lo dispone la Ley de 14 de Marzo de 1913; los Contratos de
Seguro que no fueren sobre inmuebles (Arto 537 C.C.).

3° Las formas funcionaristas o de autoridad para los negocios sujetos a otras


formas legales públicas, como las autorizaciones judiciales para la venta de
inmuebles de menores y otras.

En el campo jurídico privado, la “forma” tiene particular trascendencia como uno


de los elementos fundamentales del Derecho Notarial, al referirse a los que forman
el negocio jurídico que contiene el instrumento público razón por la cual en los
instrumentos públicos es un requisito exigible y que debe producirse en la
celebración de los actos y contratos que contienen. Se considera entonces dentro
del sistema de la contratación, y en virtud de esto cuando se exige una forma
especial que impone el aforismo; “forma dat esse rei” y se omite, aún cuando sea
cierta la obligación que contenga y se considere probada, pueden ser nulos los
instrumentos. A este respecto el Arto. 67 L.N. dice: Cuando el instrumento es
absolutamente nulo; pero también los Artos 68, 69 y 70 L.N. establecen las
excepciones a estas nulidades.

En materia de Testamento es mayor el rigor de la ley en el cumplimiento de los


requisitos de forma, pues no obstante de numerosos preceptos del código Civil el
Arto. 1034 C. Congloba todas las observaciones en el Testamento abierto, al
decir: “Será nulo el testamento en cuyo otorgamiento no se hayan observado las
formalidades respectivas establecidas en este Título (IX); y Arto. 1066C. Dice:
“Declarado nulo el testamento cerrado en cuyo otorgamiento no se hayan
observado las solemnidades prevenidas en este Título (el XI) el Notario
autorizante será responsable en los términos del Arto 1050.
La Unidad del Acto:

Vemos la Unidad del acto dentro del Capítulo del Instrumento Público en los
negocios jurídico formales, porque es requisito que debe concurrir en el acto de la
autorización del instrumento. Para Sanahuja y Soler, la presencia del Notario,
presencia de los testigos, lectura del instrumento público, otorgamiento y firma, en
su concurrencia simultánea, constituyen la Unidad de Acto.

En expresión de Núñez Lagos, se entiende por Unidad de acto “un solo texto
leído, un solo texto consentido simultáneamente por todos los comparecientes
expresados como tales en la comparecencia; todos los comparecientes a una y en
el mismo texto. No como unidad de acto formalista, sino función al, que la impone,
frente a la lectura, el consentir”.

En el proceso evolutivo de la Unidad acto, encontramos que nace en el Derecho


romano como consecuencia del carácter público que tuvieron las primitivas formas
de testar, y comprendía la unidad de asunto, de tiempo y de lugar. El Código
Francés, la limitó al testamento cerrado, como así mismo el Código Italiano. La
Ley Notarial de España como la del Notariado nuestro, no contienen precepto
alguno que exija la unidad de acto de las escrituras inter vivos aunque del contexto
de ellas pudiera inferirse la necesidad de la unidad de acto, al decir, la nuestra en
el No. 2° del Arto. 29, que la conclusión de la escritura contendrá, la mención de
haberse leído por el Notario todo el instrumento a los interesados, en presencia
del número de testigos que corresponda a la naturaleza del acto, con ratificación,
aceptación o alteración que hubieren hecho.

“El hecho jurídico -dice Escobar de la Riva-, debe ser recogido formalmente en su
unidad, porque si no, la sustancia jurídica que encierra y se pretende captar en la
forma quedaría fuera del documento y fracasaría la finalidad pretendida de recoger
en el recipiente dotado de fe pública la entidad negocial, el supuesto de hecho que
provoca el negocio jurídico”.

De lo dicho cabe decir con López Palop, que la unidad de acto en los documentos
notariales de actos ínter vivos, está integrada por la concurrencia simultánea de
los siguientes requisitos:

1° Presencia del Notario autorizante, de los otorgantes y de los testigos cuando


sean precisos.

2° Lectura del documento.

3° Manifestación de los otorgantes de que están conformes con el contenido que


se les acaba de leer.

4° Firma de los otorgantes y de los testigos


5° Firma y rubrica del Notario.{Nuestra legislación no establece la rúbrica en la
escritura matriz}

La UNIDAD DE ACTO en los “mortis causa” se implantó para el acto de testar en


la L. 3° t. 1° y 6° de las Siete Partidas, y la impone el Código Civil de España en
sus Artos 694 y 699; lo mismo que el Código Civil de Nicaragua para el
Testamento común, abierto o cerrado, en sus respectivos Artículos1040 y 1055.

A modo de ilustración, hago presente la Jurisprudencia del Tribunal Superior de


España, en la que se mantiene, “que la Unidad de Acto requerida por el Código
Civil, no ha de entenderse en el sentido de que haya de redactarse y firmarse el
testamento en una sola sesión, sino en el de que sólo la lectura del testamento, la
manifestación de la voluntad del testador y la firma de este y demás personas
concurrentes, se han de llevar a cabo sin interrupción alguna; de tal modo, que no
se falta a esa unidad por el hecho de dar al Notario, con anterioridad al acto, las
instrucciones o la minuta, ni por redactar dicho funcionario el testamento con
anterioridad al acto propiamente dicho del otorgamiento”.

El II Congreso internacional del Notariado Latino, llegó a las siguientes


conclusiones: La unidad de acto en las escrituras públicas constituye un requisito
de notable preponderancia para la exteriorización solemne de la fuerza probatoria
y eficacia jurídica de la forma instrumental: que, las operaciones que integran la
unidad de acto y que deben tener lugar sin que se rompa su continuidad ni se
intercalen otras extrañas, salvo interrupciones pasajeras, se inician en el momento
en que, reunidos los otorgantes, los testigos en su caso, y el Notario interviniente,
se procede a la lectura de la escritura, siguen con la prestación del consentimiento
y terminan con la firma y la autorización del documento: y la recomiendan muy
especialmente para los testamentos, en los que se debe tener la unidad de acto,
como solemnidad constitutiva; pero que en las escrituras inter-vivos no es
prudente dejar la obligatoriedad de la unidad de acto.

TEMA DIEZ

EL INSTUMENTO PÚBLICO EN LOS NEGOCIOS JURIDICOS


CONSENSUALES

LA PALABRA “CONSENSUAL”

La palabra “consensual” del latín “consensus” que significa acenso o asentimiento


se aplica a los negocios jurídicos que se perfeccionan por el consentimiento, esto
es, por la conformidad de voluntades entre los contratantes.

El consentimiento es la única fuente que se halla en toda relación jurídica


negocial, aún en los actos netamente formales como los testamentos y la letra de
cambio; y, puede presentarse o nacer con el mismo documento, sin el documento
y, antes del documento.
DIFERENCIAS DE LOS NEGOCIOS JURIDICOS CONSENSUALES CON LOS
NEGOCIOS FORMALES.-

Cuando las leyes establecen una forma especial del negocio para que éste se
considere Jurídicamente existente, estamos frente a un típico negocio formal, con
forma esencial, ad solemnitatem, o con forma constitutiva. Los negocios de este
grupo han sido estudiados en el tema precedente. No siendo precisa esa forma
especial para la existencia del acto el negocio será o bien real(que se perfecciona
por la entrega de la cosa o realización inmediata de la prestación), o
bien Consensual, si se produce su eficacia jurídica por la mera concurrencia de la
declaración de voluntad del interesado o del consentimiento de las partes según
se trate de negocio unilateral o bilateral.

Los negocios reales y consensuales no necesitan, en principio, ningún requisito de


forma documental; son válidos una vez que se concurran los requisitos de
consentimiento, objeto, causa y, en su caso, entrega de la cosa. El obligado por
esta clase de contratos puede ser compelido, de modo forzoso, a la realización
del dare o del facere prometido, una vez que se pruebe que la obligación se
contrajo. Hay aquí una diferencia fundamental con los negocios formales de forma
solemne, que se manifiesta con especial relieve en caso de incumplimiento.
Cuando voluntariamente se cumple lo prometido, el contrato, formal o aformal,
surte sus efectos y las traslaciones patrimoniales consiguientes quedan firmes y
no pueden ser afectadas, ni revocadas, so pretexto de falta de forma en el negocio
que originó las prestaciones cumplidas. Caso de cumplimiento voluntario bona
fidei no existe diferencia.

Esta destaca en caso de cumplimiento forzoso o involuntario: el obligado en un


contrato para el que se requiere forma solemne puede excusarse de cumplir
alegando la inexistencia por defecto de forma; el obligado en un contrato
consensual, para excusar el cumplimiento, tiene que negar la existencia, del
acuerdo o destruir 1as pruebas de su existencia que de contrario se hayan
invocado. Solamente tendrá que cumplir cuando se pruebe que existió el negocio.

VENTAJAS DE LA ESCRITURA EN LOS CONTRATOS CONSENSUALES.-

La posibilidad de tener que recurrir al cumplimiento forzoso justifica e interés que


para los contratantes tiene solemnizar aquellos actos en que la forma no es
requisito que afecte a su existencia: una forma auténtica facilitara la realización de
los efectos cuando el obligado se resista cumplir.

Por ello hay casos en que las leyes, para facilitar la prueba, imponen una forma
determinada, generalmente pública y notarial, aunque este requisito no tenga valor
sustancial o constitutivo. Pero no es solamente por razones probatorias por lo que
se imponen estas formas no sustanciales; puede perseguirse también
(Jorskunkel): «asegurar la publicidad de ciertas relaciones jurídicas (como en el
Derecho registrar o inmobiliario), aumentar la capacidad circulatoria de ciertos
derechos de crédito (tal es el caso de los valores) o, finalmente, excluir defectos
psicológico en ciertos negocios cuya celebración impremeditado pueda llevar
anexas consecuencias especialmente perjudiciales para el contratante (fianza,
compra de inmuebles, promesa de donación, etc.)». Aunque pueda considerarse
comprendida en la genérica expresión de «publicidad», la forma, se impone
también, en muchas ocasiones, para que el contenido del negocio pueda afectar a
terceros; así, ,en nuestro Derecho, la prenda, contrato real, se perfecciona con la
entrega de la cosa al acreedor, pero no surtirá efecto contra tercero «si no consta
por instrumento público» la certeza de su fecha.

La naturaleza consensual de la contratación moderna hace que las relaciones


jurídicas hayan nacido corrientemente antes del otorgamiento de la escritura; y, se
precisamente en éstos casos, en los que debe buscarse el concepto jurídico del
consentimiento. Para esto, dice Escobar de la Riva, deben buscarse los supuestos
básicos de que haya nacido la situación vinculante entre las partes, antes de
acudir al Notario al otorgamiento de la escritura, y de que, no consta en ella,
ninguna forma el acuerdo preliminar.

Categorías que se distinguen en relación con la forma en los contratos


consensuales

Según Giménez Arnau, en los Contratos consensuales se pueden distinguir dos


categorías en relación con la forma:

a) Rigurosamente consensuales; en los que, la forma no es exigida por la Ley, y si


se consigna en escritura pública, ésta es total y absolutamente potestativa.

B) Simplemente consensuales, en los que la forma es obligatoria.

En los contratos rigurosamente consensuales, hay casos en que las leyes para
facilitar la prueba de ellos mismos imponen una forma determinada generalmente
pública y notarial, con el objeto también de asegurarlos publicidad en ciertas
relaciones jurídicas que contengan inscribiéndolos en el Registro Público de la
propiedad, o con el de excluir defectos psicológicos en ciertos negocios. Ejemplo
la compra-venta de inmueble, las finanzas etc. También se impone a veces la
forma para que el contenido del negocio pueda afectar a terceros como sucede
con el contrato real de Prenda que produce sus efectos entre la partes por la
entrega de la cosa empeñada al acreedor pero, con respecto a terceros, es
necesario que además conste en escritura pública u otro documento público (Arto.
3734C.). La Compra-Venta, contrato rigurosamente consensual se perfecciona
entre comprador y vendedor, y será obligatoria entre ambos si hubieren convenido
en, la cosa objeto del contrato, y en el precio, aunque ni la una ni el otro se haya
entregado, pero así mismo el Arto. 2534C. Dispone que, los contratos de compra y
venta de bienes raíces se otorguen por escritura pública, la cual se inscribirá en el
competente Registro de la Propiedad Inmueble.

Sentado lo dispuesto en el artículo anterior, y otorgada la escritura compra-Venta,


se pregunta, que carácter jurídico tiene esta escritura pública?
Para Giménez Arnau, el obligado por esta clase de contratos, puede ser
compelido, de modo forzoso, a la realización del “dare” o del “fracere” prometido,
una vez que se pruebe que la obligación se contrajo, por lo que, si la escritura se
otorga voluntariamente, surge lo que la técnica más reciente llama “escritura
constitutiva”: pero si se otorga por exigencia judicial, accediendo a la demanda de
una de las partes, no es mas que la aplicación del Arto. 1279 C. de España, que
se reproduce en el Arto. 2481 C. Nuestro, que dice:Si la ley exigiere el
otorgamiento de escritura u otra forma especial para hacer efectiva las
obligaciones propias del contrato, los contratantes podrán compelerse
recíprocamente a llenar aquella forma desde que hubiere intervenido el
consentimiento y, demás requisitos necesarios para su validez”.

En este caso sin desvirtuarse la doctrina espiritualista en que está contenida esta
disposición, constituye según Escobar de la Riva “un negocio de cumplimiento”
puesto que el otorgamiento de las escrituras en vez de ser impuesto por la ley del
lugar al cumplimiento de la obligación legal de llenar una forma jurídica
determinada, que en virtud de la cual la escritura fija definitivamente la situación
de las partes con lo que se cumple una obligación de hacer y tiene el carácter de
constitutiva.

Núñez lagos considera, que el acuerdo para la compra-venta anterior a la escritura


desemboca en ésta, pero queda totalmente fuera de ella, puesto que en su texto
falta la reserva, expresa o implícitamente, sobre la existencia o eficacia del
convenio anterior; manera ésta que fija de modo esencial la noción de “escritura
constitutiva”.

Escritura Constitutiva:

Constitutiva, es la expresión que significa, lo que da forma o compone una cosa en


el ser de tal y la distingue de otras; por manera que aplicando esta acepción
general de constitutiva a la escritura de compra-venta hace que sea la que da la
vida jurídica y completa ese contrato.

“En la doctrina española Núñez Lagos se inclina a considerar el documento


notarial, en estos casos de la compra-venta, como una “renovatio contractus” que
da a ésta escritura pública carácter dispositivo o “constitutivo”.

Esta tesis del autor español la confirma el Tribunal Supremo matritense en


sentencia de 27 de Octubre de 1944 que, en resumidas palabras dice, que el
documento notarial que recoge íntegramente un contrato anterior perfecto, tan
cuidadosamente estudiado por la técnica, que ha acudido a la tesis del llamado
“contrato reproductivo” expresión de una “renovación contractual” por la que se
refunden sucesivas declaraciones de voluntad, sobre las que se presta “nuevo”
consentimiento, y otras veces a la construcción de fijación jurídica.
De modo que la escritura notarial aludida (la de compra-venta) fija definitivamente,
la situación de las partes, y para ello, ni permite valorar a efectos interpretativos
los actos anteriores, ni consiente interpretación deducida de los posteriores.

De lo expuesto se deduce que en el “renovatio contractus” notarial, las partes se


someten a los preceptos de la ley notarial, como un deber proveniente del
contenido de la obligación o sea, el de otorgar escritura pública, la cual se debe
inscribir en el competente Registro público. Esto lleva a dos consecuencias
principales:

a) La escritura la redacta el Notario adaptándola a la ley conforme a la declaración


de voluntad de los otorgantes, o con los pactos o convenios preliminares, con lo
que el Notario da la debida forma al instrumento;

b) El consentimiento de las partes es nuevo, distinto e independiente del que


habrían prestado en el contrato o acuerdo preliminar.

Por tanto, por la una y por la otra consecuencia, se hizo nacer un nuevo contrato,
por el sólo mandato del Arto. 2534 C.; escritura ésta, que es la que da y constituye
el ser jurídico a la venta de bienes inmuebles.

TEMA ONCE

INEFICACIA DEL INSTRUMENTO PÚBLICO

Concepto de nulidad:

De manera general la calidad de nulo de un documento es el vicio que disminuye


o anula su valor. También Ineptitud, incapacidad.

Cuando el instrumento público carece de capacidad para cumplir su cometido,


estamos hablando de síntomas de nulidad.

Pero la ineficacia del documento notarial puede producirse por su falta de


veracidad o inexactitud comprobada, intencional o no (falsedad), o por la propia y
verdadera nulidad que se refiere al, instrumento verídico y cierto. La nulidad se
divide en dos categorías: el instrumento puede ser ineficaz porque sea nulo el
negocio Jurídico que la escritura contiene (nulidad de fondo o de contenido), o
bien porque en la autorización falta algún requisito esencial que la Ley establece
como presupuesto de validez del documento (nulidad formal).

Llamase nulidad del Instrumento público, a su falta de eficacia o fuerza probatoria,


según Fernández Casado y la mayoría de autores del Derecho Notarial.
La nulidad interna del negocio documentado produce la invalidez del documento
que refleja ese negocio. Las causas que pueden producir esa nulidad de fondo no
son propias de este lugar, sino de los correspondientes temas de Derecho civil.

La nulidad formal fue subdividida por F. Casado en otras dos subespecies: nulidad
en cuanto a la estructura y nulidad en cuanto a la forma en sentido restringido.
Como ejemplo de nulidad estructural señalaba el de la Ley 111, titulo XVIII, de la
Partida III, o sea que no se pueda averiguar el contenido del documento por lo
ininteligible de la caligrafía o de los conceptos (si «la carta fuere tal que non se
pueda leer, nin tomar verdadero entendimiento della»). Pero no es fácil precisar la
posible distinción entre las dos categorías, ni aunque lo fuera la subdivisión
conduciría a ningún resultado práctico.

El documento notarial o instrumento público está constituido según el sentido


inmanente del Derecho positivo por sus dos elementos o aspectos principales:

El “negotium”, constituido por el fondo, la sustancia, el hecho o negocio jurídico


contenido en el mismo instrumento. Y, el “instrumenmtum”, o sea, su aspecto
forma. Fondo y Forma,. Con pus los dos elementos constitutivos del negocio
jurídico que contiene el Instrumento público, y por consiguiente, la falta de
cualquiera de las condiciones de estos dos elementos producen la nulidad del
Instrumento, salvo que, pro prescripción legal se asigne a la falta otro efecto
distinto, que es a lo que se refiere el Arto. X Tít. Preliminar C. Nuestro, que dice:
“Los actos ejecutados contra leyes prohibitivas o preceptivas son de ningún valor,
si ellos no designan expresamente otro efecto para el caso de contravención”.

Más como esto sería demasiado perturbadora la sociedad en sus relaciones


jurídicas de que, el más pequeño defecto de una escritura la convirtiera en nula o
en nada legal, se ve obligada la ley a prescindir hasta cierto punto de este
resultado tan absoluto del instrumento defectuoso y establece excepciones que
amplía cada vez más, para menguar este rigor.

Pero, como el instrumento público debe llenar y contener de manera íntegra,, la


existencia de sus dos elementos de fondo y forma, reconoce y establece la ley,
que puede ser ineficaz el instrumento por que sea nulo el negocio jurídico que
contienen, o lo que es lo mismo decir, por nulidad de fondo, de contenido o
sustancia; o porque en su autorización falta algún requisito esencial que la ley
establece como presupuesto de validez del instrumento, que viene a ser, la
nulidad de forma.

Nulidad de Fondo del INSTRUMENTO PÚBLICO

LOS VICIOS DEL CONTENIDO O FONDO DEL INSTRUMENTO PÚBLICO


AFECTAN A ÉSTE; Y, LA RAZÓN DE ESTA CONSECUENCIA NOS LA EXPLICA
EL AUTOR ESPAÑOL Sanahuja y Soler diciendo, que, la Escritura Notarial como
exponente de una relación jurídica formal de carácter puramente adjetivo, no
existe sin una relación sustancial que la garantice; y, la nulidad de ésta, arrastra
lógicamente la nulidad de aquella; más las causas que pueden producir la nulidad
de fondo del Instrumento público y que producen la invalidez del documento que
refleja el negocio no son propias del Derecho Notarial, sino que corresponden al
Derecho sustantivo o sea la ley a que está sometida la relación jurídica de que se
trate.

La nulidad formal del instrumento público

Los elementos que acompañan al acto para su debida formalidad, constituyen lo


que la técnica llama “SOLEMNIDADES” que es lo mismo decir en lengua forense:
“Conjunto de requisitos legales para la validez de ciertos documentos”; o como
dice Escriche: “las formalidades que prescriben las leyes para que un acto o
instrumento sea válido o auténtico, y haga prueba en juicio”.

Estas son “sustanciales” y “accidentales o leves“. Las sustanciales son aquellas


que omitidas mudan la esencia de la cosa de que se trata sin que nazca obligación
natural; y, se han de guardar siempre en la formación del acto.

Las leves, son las que omitidas, no mudan la esencia del acto porque producen
obligación natural.

También a la “Solemnidades” se le llama o distingue como “Intrínsecas” o íntimas


o de la naturaleza propia de las palabras, por ejemplo: para que haya fiador es
preciso que exista la cláusula o estipulación de la fianza; y “extrínsecas”, las que
no están sujetas a ella, y se presumen en cosas antiguas.

Pero, qué da la formal instrumento público?: La forma da el ser al acto notarial y


de ella toma su esencia cualquiera disposición, y como es diferente en una misma
materia induce también diferencia cada acto; pero no obstante la forma que
establece cada materia para cada negocio o acto jurídico es fija y exacta y no
puede suplirse con otra equivalencia; lo que está señalado o indicado por la ley
para cada acto jurídico general o particular, se ha de observar con severa
exactitud.

La expresiones auténticas del Notario o constatadas por sus sentidos, cuando


vienen a ser esenciales en el instrumento como exigencia para que sea público y
cuya omisión produciría la nulidad de él, se les llama “Publicaciones”, que son
especializadas por cada legislación notarial.

La legislación del notariado nicaragüense determina como autenticidades


sustanciales o esenciales las que contienen y enumera el Arto. 23, que son y
constituyen las “cláusulas generales que aseguran la validez del Instrumento” a
que se refiere el No.1° del arto. 29 L. del N.

El Código Civil Nicaragüense establece en su Arto. 2217 que la nulidad de un acto


jurídico puede ser completa o solo parcial; y que, la nulidad parcial de una
disposición en el acto, no perjudica a las otras disposiciones válidas, siempre que
sean separables. En este sentido de separables las disposiciones testamentarias
nulas no afectan la validez del testamento Artos 947, 948, 950, inciso 2°954, 955,
961, 962 C. En cambio en el Arto. 2194 se estatuye que, las diferentes cláusulas
de una transacción son indivisibles, y que, por consiguiente cualquiera de ellas
que fuere nula, o que se anulare, deja sin efecto todo el acto de la transacción.

Causas de nulidad formal

El Código Civil nuestro, establece disposiciones concretas de nulidad sobre las


escrituras públicas; y, así, sin establecer diferencias entre ellas, declara en el Arto.
2365, que, las autorizadas por el Cartulario que no estén en el protocolo, no tienen
valor alguno, salvo las sustituciones de los poderes y otros casos determinados
por la ley, que veremos al hablar del protocolo; lo mismo dice en el arto. 2368, o
sea, de que es nula la escritura que no se halla en la página del protocolo donde
según el orden cronológico debía ser extendida.

Son así mismo nulos completamente todas las escrituras comprendidas en los
cuatro casos de prohibiciones que establece el Arto. 43 L. Del N. Se exceptúa de
esta prohibición las referentes al No. 4° o sea, la escritura en la que los
interesados lo fueren solo por tener parte en sociedades anónimas, o ser gerentes
o directores de ellas,. Esto se debe a la razón de que, como lo dispone el Arto.
3188 C. Las sociedades forman una persona moral distinta de cada uno de los
socios individualmente considerados. También no causa nulidad y el acto será
válido, cuando todos los interesados fueren parientes del cartulario dentro de los
grados prohibidos y él no tenga en el acto interés alguno, Arto. 2372 C.

También es prohibido que se empiece una escritura matriz en un protocolo y


terminarla en otro; escritura que será absolutamente nula, conforme el Arto. 45 L.
del N.

Hay nulidad también en el instrumento público, cuando sean testigos los parientes,
dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad con las partes
otorgantes y con el Notario autorizante; cuando lo es la esposa o la mujer ilegítima
del Notario; cuando lo son los que se hallen dentro de la prohibición general para
ser testigos: Artículos 1313, 1315 y 1316 Pr. Y en ciertos casos los comprendidos
en Artículos 1317 Pr. Pr. Ni pueden ser así mismo testigos los que no supieren el
idioma nacional como lo dispone el Arto. 42 L. N.

La falta de lectura del instrumento acarrea nulidad puesto que es un requisito de


solemnidad como lo prescribe el No. 2° del Arto. 29 L. N. Es también nula la
escritura por la falta de competencia del Notario que la autoriza. (Arto.2380 C).

En el Reglamento de la Ley del Notariado de España, ésta competencia se refiere


al lugar en que se otorga la escritura por falta de jurisdicción territorial para el
Notario; pero en nuestra Ley del Notariado no existe esa falta de jurisdicción
territorial puesto que todo el territorio de la República es de la compresión
territorial del Notario, a menos que cartule fuera del territorio de la República
contra las condiciones establecidas por la ley. El caso de incompetencia del
Notario conforme nuestra Ley notarial es, cuando autoriza escrituras contra las
prohibiciones establecidas por la ley, porque en éstos casos obra fuera de la
actividad funcional que le ha prescrito la ley, desobedeciendo al mandato de ellas,
y por consiguiente la competencia para cartular que le confiere la ley por razón de
la función que ejerce ha quedado fuera de la órbita o límites que las normas
jurídicas le imponen Arto. X Tít. Preliminar C.

También se puede tomar como incompetente el notario que cartule una vez
vencida su autorización quinquenal y no la haya renovado. Actualmente la Ley que
mayor utilidad a la Institución del Notariado ha establecido una serie de facultados
que privilegian a los notarios que hayan cumplido diez años de ejercicio, lo que
convierte para esas facultades, incompetentes a los notarios noveles.

Consecuencias de la Nulidad

Como preámbulo de la consecuencia de la nulidad, podemos sentar que, para que


produzca consecuencias, necesariamente debe ser declarada por sentencia firme,
pero para que ésta proceda es preciso que se demuestren el juicio el perjuicio
causado por el acto que se tacha de nulo, o cuando dicho perjuicio aparezca de
manera notoria en los autos. B.J. Pág.8543 Considerando II.

La nulidad de los actos y contratos es absoluta y relativa.

La absoluta es la que se produce como dice el Arto. 2201 C.: 1° por falta de
alguna de las condiciones esenciales para su formación o para su existencia.

2° Cuando falta algún requisito o formalidad que la ley exige para el valor de
ciertos actos o contratos, en consideración a la naturaleza del acto o contrato y no
a la calidad o estado de la persona que en ello interviene.

3° Cuando se ejecutan o celebran por personas absolutamente incapaces.

La relativa la indica el Arto.2202 C. y se produce:

1° Cuando alguna de las condiciones esenciales para su formación o para su


existencia es imperfecta o irregular.

2° Cuando falta alguno de los requisitos o formalidades que la ley exige, teniendo
en mira el exclusivo y particular interés de las partes.

3° Cuando se ejecutan o celebran por personas relativamente incapaces.

Tanto la nulidad radical o absoluta como la nulidad relativa o de anulabilidad,


producen en el instrumento nulo una existencia exterior en el sentido puramente
realista. Sin embargo, puede que el acto que contenga se haya ejecutado en todo
o en parte, y en tal caso, como quiera que es imposible borrar las consecuencias
materiales que el acto nulo engendró, éste tiene algún efecto, es decir, surgen las
consecuencias jurídicas que necesariamente derivan de la inexistencia del acto; y
el instrumento público produce el efecto de acreditar bajo la fe notarial, como no
exista una causa de nulidad formal como el de ser ilícito el objeto de la causa, los
hechos puestos en juego al concluir el acto nulo. En lugar pues de garantizar las
consecuencias del negocio jurídico, garantiza las consecuencias de su
inexistencia, y, cada parte tiene, mediante el instrumento público, un título de su
derecho a exigir la prestación del interés negativo dimanante de la nulidad. La
escritura convertida en una acta notarial carece de legalidad pero con efectos de
autenticidad.

En este sentido el Arto. 2211 C. Dice: La nulidad absoluta, lo mismo que la


relativa, declaradas por sentencia firme, dan derecho a las partes para ser
restituidas al mismo estado en que se hallarían si no hubiere existido el acto o
contrato nulo, siempre que la nulidad no sea por lo ilícitos del objeto, o de la
causa, en cuyo caso no podrá repetirse lo que se ha dado o pagado a sabiendas”.
Lo mismo dice el Arto. 2212C. si la nulidad procede de incapacidad de una de las
partes la otra sólo tendrá derecho a que se le restituya lo que hubiere dado o
pagado con motivo del acto o contrato, en cuanto a ello haya aprovechado al
incapaz”.

Las consecuencias refieren según la calidad de ínter vivos o mortis causa que
tuvieren las escrituras. En las segundas, da lugar a la responsabilidad civil como lo
estatuyen el arto. 1050 C. Para el testamento abierto nulo y el arto. 1066 para el
testamento cerrado nulo.

Cuando se trata de documentos “ínter vivos”, la nulidad del instrumento no es


necesariamente forzosa o total, pues con arreglo a nuestro Código Civil, resultan
como consecuencia dos casos: El del Arto. 2380 por el cual, “la escritura
defectuosa por incompetencia del cartulario tendrá el concepto de documento
privado, si estuviere firmado por los otorgantes” y el del Arto. 2381, que dice:
“Cuando la escritura es defectuosa por falta en la forma y no por incompetencia
del cartulario, tendrá fuerza de documento privado reconocido”

Falsedad Civil del instrumento Público

Para llegar al concepto de falsedad civil del instrumento público, conviene que
empecemos por establecer el concepto de la palabra “falsedad”.

En sentido amplio, significa genéricamente, “falta de verdad” de autenticación.


Falta de conformidad entre las palabras, las ideas y las cosas. En lenguaje forense
es falsa cualquiera de las mutaciones u ocultaciones de la verdad, que acarrea
acción legal y penal cuando se castiga como delito, ya civil cuando se considera
por la ley civil como caso de nulidad de los actos.
Se aplica en este concepto a las personas o sujetos, ya que, la palabra
“falsificación” se aplica al resultado de la actividad de las personas en las cosas.

La expresión vulgar o corriente de la palabra “falsedad” es la de ser condición de


lo falso, sea material o personal, y, “falsificación o efecto de falsificar aplicada a la
conducta o resultado de la actividad de las personas en las cosas. Así hay
falsedad o dobles en las personas, y, falsificación en las cosas.

Esta doble concepción la establece legalmente el Código Penal.

Contemplad primero, la “Falsedad”, como la dejamos vista, produce el problema


de distinguirse en ella la "falsedad civil” de la “falsedad penal”, a fin de derivar
cada una por sus propios derroteros jurídicos.

“La falsedad Civil” es la que conviene a nuestro tratado, puede proceder de las
mismas fuentes que la penal: del dolo o engaño y de la violencia. En cualquiera de
ambos casos se produce un documento falso por estar adulterada su genuidad.
Como consecuencia de ésta situación anómala del documento, puede ser anulado
por dolo, error que es su resultado, por violencia o intimidación; por lo que, si la
falsedad civil no ataca la esencia del documento, interna o externa, ni la de sus
condiciones principales no producirán su inexistencia. Más, en el fondo una y otra
son idénticas, puesto que la simulación y la alteración documental, son falsedades
civiles y penales, que no tienen más separación que la tipicidad, o sea, que si el
hecho está previsto específicamente como delito penal queda extraído del campo
civil.

La falsedad civil existe como consecuencia de la penal, puesto que si porque haya
muerto el delincuente, o se haya extinguido la acción o sea falsedad de buena fe,
no pudiere haber juicio penal o no hubiere perseguibilidad del delito, entran
entonces en juego las normas de la nulidad de los negocios jurídicos accionables
en la vía civil solamente.

TEMA DOCE

LAS ACTAS NOTARIALES

El acta de manera general, según la Enciclopedia Multimedia Lafer es: Referencia


escrita de lo tratado o acordado en una junta. Escritura en que consta el resultado
de un acto electoral o sucesos de la vida de un mártir. En este tema hablaremos
de las Actas Notariales.

También nos dice la enciclopedia Encarta que es la relación escrita de lo tratado o


acordado en una junta: acta notarial, relación que extiende el notario de uno o más
hechos que presencia o autoriza; levantar acta: extenderla.
Es la certificación en que consta la elección de una persona: (acta de diputado),
Se refiere también a la relación de los hechos de la vida de un mártir referidos en
historia coetánea autorizada y también al documento que recoge las memorias de
algunas sociedades, congresos, reuniones.

El Acta Notarial como escritura pública

Al hablarse en los estudios anteriores de las diversas clases de escrituras


públicas, quedó establecido con la opinión del Notario Núñez Lagos, que si bien se
pueden clasificar en tres grupos, comprendiendo el primero las Escrituras públicas
propiamente dichas, el segundo las ACTAS, y el tercero los testimonios,
legalizaciones y demás intervenciones notariales; se pueden reducir a sólo dos:
las Escrituras públicas propiamente dichas y las ACTAS Notariales, por ser las
que mayor interés ofrecen y las que se extienden por el Notario en el protocolo.

Por tal razón, y de acuerdo con el método expositivo que llevamos, toca ahora que
se trate de las ACTAS NOTARIALES, después de haberse hecho el resumido
estudio de las Escrituras o instrumentos Públicos.

Concepto de Acta Notarial.

La definición de Acta Notarial no la da la primer Ley Notarial de España de 1862


por haber sido posterior a su creación la distinción entre Escritura pública y Acta
Notarial; y, nuestra ley del Notariado apenas de pasada hace mención de las
Actas, diciendo de ellas en el No, 5° del Arto. 15. Al hablar de las Obligaciones del
Notario, que deberán ser extendidas las escrituras públicas, las “ACTAS” e
instrumentos cumplidamente, etc.

La referida primera L. Notarial de España, facultó a los Notarios para aplicar sus
ministerios a los hechos y circunstancias que presencien y les consten; con
arreglo a las leyes, levantando de todo ello las Actas correspondientes. Después
se ordenó en Disposición de 28 de marzo de 1863, que las Actas como todo acto
notarial que no diere lugar a Escritura Pública, formaran otro Protocolo
independiente del general del Notario; y, no fue sino en el Registro Notarial
Adicional de 1874 de la misma España que fueron incorporadas las Actas en el
Protocolo general. La definición de ACTAS NOTARIALES aparece en el Arto. 188
del Registro Notarial de España de 1921, que dice: “ACTAS NOTARIALES, son
los documentos públicos que los Notarios extienden y autorizan a instancia de
parte, en que consignen los hechos y circunstancias que presencian y que por su
naturaleza no sean materia de contrato”.

Antes de continuar queremos establecer la diferencia que existe entre escritura y


acta ya que ésta última también es uno de los instrumentos que son utilizados por
los notarios en ejercicio de sus funciones. El acta notarial, al igual que la escritura
es un instrumento, sin embargo, su contenido es diferente de conformidad con el
artículo 125 de la nueva Ley Federal del Notariado de México aprobada en el año
dos mil que establece: “Acta notarial es el instrumento original en el que el notario,
a solicitud de parte interesada, relaciona, para hacer contar bajo su fe, uno o
varios hechos presenciados por él, o que le consten, y que asienta en los folios del
protocolo a su cargo con la autorización de su firma y sello.

Así pues, las escrituras deberán contener actos jurídicos y las actas hechos
jurídicos que fueren presenciados por el notario, dentro del ámbito notarial se le
conoce como fe de hechos.

Necesidad de la existencia de las Actas, Notariales.

Sobre la creación o existencia de las Actas Notariales, el jurista De las Casas dice:
“que en la vida social hay infinitos casos en que es preciso acudir al ministerio
notarial para consignar la certeza de hechos determinados y circunstancias que,
no quedando acreditadas de un modo indubitable, podrían producir perjuicios o
dejar de ser eficaces; y son estos casos para los que se levantan ACTAS por los
Notarios públicos.

En el sentido expresado, se puede afirmar, que las Actas Notariales son una
manifiesta actividad funcional del Notario distinta de la que ejerce en las Escrituras
públicas; sin perjuicio naturalmente de la que ejerce también en las actividades de
los instrumentos públicos que forman el tercer grupo ya referido.

La fe pública del Notario en las Actas de su ministerio.

Aunque tienen valor de menor cuantía, su importancia es muy grande, puesto que
nada de lo que en ellas se comprende escapa a la fe del Notario en cuanto que
para darla es necesario que le conste de ciencia propia, bien por presencia
material bien por otro medio, en que pueda fundamentarla. En ellas predomina el
aspecto de Funcionario Público del Notario; y, sobre de esto, el de ser el único
Sujeto del Acta, el que ha de expresar la verdad escueta de lo que vea, presencie
o suceda, se oponga o no al interés del requeriente o interesado; y, contra su
afirmación no cabe otro recurso como dice Velasco que el delito de falsedad-
(Diccionario de Derecho privado).

Diferencia entre Escritura pública y Acta Notarial: Fundamento racional de


ella.

“Las declaraciones de voluntad que se dirigen a concluir un contrato o a ordenar


un testamento, es cosa clara que son contenido propio de las escrituras; pero,
fuera de esta Zona indiscutible hay un vasto campo inexplorado por la doctrina
que no puede determinarse fácilmente si puede o no incluirse en las escrituras o
en las actas bien mirado esto dice Sanahuja y Soler, es realidad que el contenido
de todo instrumento público es siempre un hecho jurídico, es decir, un supuesto de
hecho susceptible de condicionar el nacimiento, la modificación o la extinción de
derechos subjetivos, hecho sobre el cual caben dos hipótesis:
a) Enlazar el hecho a la consecuencia directa, cuando el supuesto de hecho
consiste en una o varias declaraciones de voluntad dirigidas a provocar dicha
consecuencia jurídica o negocio jurídico, caso en el cual, el hecho constituye el
contenido propio de la escritura;

b) A aislar el hecho condicionante, sin tener en cuenta de momento la


consecuencia jurídica que del mismo se derive; o enlazarlo a una consecuencia
jurídica que se produce ex lege y no ex voluntate, que produce el Acta. La
diferencia se refleja particularmente en la acción que el Notario ha de desarrollar
con respecto a uno u otro caso: en la escritura, la misión del Notario se encamina
a dirigir y conformar legalmente la relación privada y a dar fe del consentimiento
de las partes; en el Acta, se limita a dar fe de la existencia del hecho tal como se
realiza y a veces a declarar la consecuencia jurídica que del mismo se deduce,
pero sin posibilidad den ningún caso de moldearlo.

Giménez Arnau, sienta que las Actas excluyendo de por sí, la posibilidad de que
en ellas haya otorgamiento, y dice: “Si las Actas acreditan hechos y circunstancias
que los Notarios presencien o les consten, y que por su naturaleza no sean
materia de contratos, parece evidente que falta el requisito de prestación de
consentimiento que es característico de esta parte de la escritura.

 Características de las Actas Notariales:

Son características esenciales de las Actas Notariales, las siguientes:

 Es un instrumento público. Es así, porque como la Escritura propiamente dicha,


se extiende por el Notario en su protocolo, con las mismas condiciones de forma
exigidas por la ley.

 Se refiere a hechos jurídicos.

Esta es la característica que delinea el contenido substancial de las Actas frente a


las Escrituras públicas.

Dentro de la realidad jurídica que constata el Notario en ambos instrumentos hay


dos clases de hechos: unos cuya constitución depende de la voluntad de la
personas que promueven el ministerio notarial sometidas al dictamen técnico del
Notario, y crea esos hechos en el otorgamiento de las escrituras públicas, y, otros
hechos que entran en la esfera jurídica sin intervención de los sujetos que instan
la función notarial. En estas dos actividades notariales los sujetos comparecen,
pero el hecho en la escritura se crea y se consta por el Notario, y, en el acta sólo
se consta. De consiguiente, las escrituras públicas son las que pueden llamarse
“actos jurídicos”; y las actas notariales únicamente “hechos jurídicos”

3. Han de referirse a hechos lícitos.


El hecho u objeto del acta, debe ser sujeto a la moral pública y buenas costumbres
lo mismo que las obligaciones impuestas por la ley.

Normas que ha de sujetarse el Notario en la confección de las actas.

Aunque la redacción de las actas es libre, se distinguen en la doctrina y en la


práctica dice Sanahuja y Soler, que, deben ser hechos por rogación o
requerimiento al Notario para su actuación, de parte del interesado. Que contenga
la narración del hecho motivo del acta, y, la autorización suya.

La circunstancia personal del interesado requeriente la debe hacer constar el


Notario como en toda escritura pública, y, el contenido del acta que forma la
redacción del Notario, debe sujetarse estrictamente a la verdad para no desvirtuar
la conducta moral del Notario, que debe proceder con absoluta imparcialidad,
sobre todo, cuando se le discuta o niegue su derecho a interponer su ministerio
notarial. Así mismo el Notario no debe aseverar los hechos de que no esté
completamente cierto y no haya tenido el propósito previo de ellos de perpetuarlos
en un documento, ni mucho menos debe jamás consignar apreciaciones propias.
No debe nunca levantar actas de hechos ilícitos del requeriente, ni hacer cosa
alguna que lastime su decoro profesional.

Clases de Actas Notariales:

Las Actas se pueden clasificar según Giménez Arnau siguiendo al Reglamento


Notarial de España en sentido restringido y en sentido amplio. Son en sentido
restringido, las que el Notario extiende y autoriza en su protocolo, que según los
tratadistas suman cinco: Actas de Presencia; de Referencia: de Protocolización:
de Depósito y de Notoriedad.

Estas Actas las regula el Reglamento Notarial de España como clases especiales.

Son Actas en sentido amplio, las que no se incorporan en el Protocolo y son los
Testimonios referentes por exhibición; de vigencia de leyes; de existencia; de
legitimidad de firmas; Legalizaciones; Fe de Vida; y, Traducciones.

ACTAS DE PRESENCIA

Estas son las que según el Arto. 190 del Reglamento Notarial de España,
“acreditan la realidad o verdad del hecho que motiva su autorización”. Es el tipo
genuino del Acta Notarial.

El referido artículo del Reglamento Notarial de España, explica los “requisitos” que
se aplican a ella y dice: si fuere posible extenderá el Notario en tiempo presente,
comenzando como todo documento notarial con los presupuestos generales de
lugar, hora, y fecha, expresando el nombre y apellido y domicilio del Notario como
en las demás escrituras. Se reseñarán las circunstancias personales del que la
requiere, el motivo de su intervención y sus causas y fines, y, guardando las
formas de las escrituras las redactará el Notario en uno o varios actos según lo
que presencie o perciba por sus sentidos en los detalles que interesen al
solicitante de ella; y las cerrará con su firma y rúbrica, previa lectura del contenido.
Las firmarán también los interesados así como cualquier otra persona que esté
presente en el acto.

Si no pudiere el Notario por cualquier motivo extenderlas en el lugar de su


actuación, las extenderá posteriormente con referencia a las notas que deberá
haber tomado, que las hará hacer constar.

Entre las Actas de presencia hay que subdistinguir dice Sanahuja y Soler, las que
tratan de consignar un hecho; las de consignar la existencia de una persona y, las
de requerimientos y notificaciones. Las estudiaremos siguiendo el orden de esta
subdivisión, así:

Actas de consignamiento de hechos.

En esta clase de Actas, se harán constar las circunstancias o requisitos que en


general dejamos referidas para las Actas de presencia que también sirven de
pauta para todas las demás especies de Actas.

Entre estas Actas, están las siguientes:

a)- Las de AUTENTICACION DE FECHA DE UN DOCUMENTO.

Esta es a la que se refiere el Artículo 2387 C. Para que tenga fecha cierta. “La
fecha de un documento privado no se contará respecto de terceros sino desde la
presentación del documento ante un Notario, a fin de que se autentique la fecha
en que se presenta. En este caso, el Notario pondrá razón en su protocolo,
siguiendo el orden cronológico de los instrumentos que redacte, de la
autenticación que hiciera, de la fecha en que se presente el documento privado;
expresando el nombre y apellido de los que aparecen suscritos, el objeto y el valor
del contrato o de la deuda. El Notario al hacer la autenticación, citará el folio del
protocolo en que se pusiere la razón mencionada.”

Esta disposición del Código Civil fue adicionada por el n° 2° de la Ley del 17 de
Abril de 1917.

La citación del folio del protocolo en que hubiere hecho el Notario la autenticación,
la pondrá este mismo, al pie del documento, en ésta forma: “Este documento me
fue presentado, para que obre su fecha de manera auténtica, según acta número
tal, folio cual, de mi Protocolo número tal del año en curso”- Firma del Notario y el
timbre correspondiente. Lugar y fecha.

LA AUTENTICACION DE FIRMAS
Esta Acta de Autenticación de firmas, se opera en el contrato que se establece en
garantía especial de préstamos de dinero con su sujeción a las disposiciones
contenidas en su Ley creadora de 6 de agosto de 1937, publicada en la Gaceta n°
147 del mismo mes; y que denomina “PRENDA AGRARIA E INDUSTRIAL”. Y
regido por las disposiciones de la Prenda en general en lo que no estuviere en
contraposición a las Prescripciones de la Ley que creó este contrato.

Se constituye por Escritura Pública o “por Documento privado”. Lo mismo con la


Ley de Prenda Comercial.

En el caso de serlo por Documento privado, deberán ser autenticadas las firmas
de los contratantes por un Notario, que hará constar esa autenticación al pie del
documento y pondrá en su protocolo la razón que prescribe el Arto. 2387 C. Esta
autenticación tiene fuerza de Instrumento público; porque garantiza al acreedor
con privilegio especial, el importe del préstamo, interese, comisiones y gastos.

Tiene las especificaciones siguientes: Nombre y apellido, edad, estado, profesión


u oficio y domicilio del deudor y acreedor, o de sus mandatarios respectivos; y, si
fuere persona jurídica su denominación legal o las intervinientes. La fecha, lugar y
hora del otorgamiento, el importe del préstamo, el tipo de interés convenido, el de
la Comisión, y la fecha señalada para el pago; Relación de los bienes en que
consiste la garantía (Arto. 2°), señalando su naturaleza especie cantidad, estado
que se hallaren y demás circunstancias identificadoras: La Clase de ganado en su
caso, su número de cabezas, su edad, fierro, marca, color y señales; y, en cuanto
a los productos de la agricultura, de la ganadería o de la Industria se indicará
según los casos, su calidad, peso, número y demás condiciones.

En todo caso se designará el lugar donde permanecerán los bienes gravados.


También se consignará en el Acta, la clase Seguro que existiese y todo lo
referente a él; y el acuerdo con la Prenda que debe manifestar el acreedor
hipotecario, en su caso. (Arto. 4° y 21).

La clase de contrato, su fecha y plazo, celebrado con el propietario de la finca


cuando el deudor no fuere dueño del inmueble en que se hallaren los bienes
ignorados. (Arto.6°)

Debe ponerse también el pago del préstamo y la cancelación de la garantía, las


modificaciones e innovaciones del contrato primitivo se harán constar en las
mismas formas previstas para la Constitución del Crédito prendario. (Arto. 9°).

C) AUTENTICACION DE FIRMAS SEGÚN La Ley Electoral, Ley No. 211, en su


Título V. De los Partidos Políticos, Capítulo II. De la constitución de los partidos
políticos, Artículo 65.- que dice: “Para obtener personalidad jurídica los
interesados deberán llenar los siguientes requisitos: 1) Escritura pública en la que
se constituye la agrupación política. 2) El nombre del partido que desean
constituir, y el emblema que lo diferenciará claramente de los demás partidos
políticos legalmente existentes. 3) Los principios políticos, programas y estatutos
del mismo. 4) El patrimonio. 5) El nombre de su Representante legal y su suplente.
6) Constituir directivas nacionales con un número no menor de nueve miembros.
7) Constituir directivas departamentales y de las regiones autónomas conforme a
la División Político Administrativa, con un número no menor de siete miembros. 8)
Constituir directivas municipales, con un número no menor de cinco miembros, al
menos en el cincuenta por ciento de los municipios de cada departamento o región
autónoma. Las firmas de aceptación de los miembros de las directivas
deberán ser autenticadas por Notario Público, quien dará fe de haber sido
puestas en su presencia y que los firmantes tienen su domicilio en los
municipios, departamentos o regiones autónomas que representan. Los
Notarios que incurran en falsedad quedarán sujetos a las sanciones
establecidas en la Ley del Notariado.”

Nos encontramos ante otro caso de excepción que establece la Ley, refiriéndose a
la materia electoral, con respecto a la prohibición del Arto. 41 del N, por lo cual los
Notarios no pueden dar certificaciones sobre hechos que presencien y en que no
intervengan por razón de su oficio, ni podrán autorizar documentos privados, sino
en los casos determinados por la Ley; casos éstos sobre los cuales sólo podrán
declarar como testigos y su dicho valdrá como cualquier otro deponente.- ? Más,
como actúa el Notario al autorizar las firmas de los peticionarios de que nos habla
el referido artículo electoral?

La autenticación conforme nuestro sistema notarial no se produce por el simple


“ante mi” del Notario, porque ya conforme el Derecho Notarial nuestro de acuerdo
con su Sistema Latino, la función del Notario no es únicamente la de autenticar,
como lo es conforme la Ley del notariado anglo-americano, sino la de estructurar
el instrumento público, como escritura pública propiamente dicha: Contratos y
Testamentos o Acta Notarial. En el caso presente sería la de Acta de autenticación
de firmas.

En el sentido dicho, los peticionarios tienen que comparecer ante el Notario


respectivo en el número que sea necesario para que a presencia de él, firmen los
que pueden, o pongan la señal validada por la firma como testigo de ello, de otro
peticionario calificado, en la Acta que autorice. Esta contendrá los presupuestos
del documento notarial y el nombre y apellido completo del Notario.

D) ACTA DE PROTESTA.

Esta Acta es a la que se refieren los Artículos 357 - 358 CC. de Nicaragua.

En estas actas se hace constar a pedimento del comprador de una mercadería, al


que hiciere reclamo en calidad de defensa de sus derechos, por la falta que
encontrare en ellas en la cantidad o en su calidad o por vicios internos en la
misma. En el primer caso o falta de cantidad o calidad de la mercadería, el
reclamo debe ser hecho dentro de cinco días de recibida la mercadería; o, dentro
de treinta días contados desde que las recibió en los casos de vicios ocultos.
(Artículos 357 CC.)- Pero, para que pueda hacer uso de esos derechos, será
preciso que haga consignar las faltas o vicios, en una PROTESTA. (Artículos 358
CC.)-

“La Protesta que el comprador haga en los casos de inconformidad en cuanto a la


cantidad o calidad (o vicios) de la mercadería, debe formularla ante un Notario o
autoridad local.

El acta notarial que de lo relacionadlo haga el Notario debe llevar la presencia de


dos testigos peritos que junto con él den fe de haber practicado la inspección de la
mercadería, de los defectos o faltas notadas y expresar su juicio de que esos
defectos o faltas notadas no dependen de un caso fortuito y de no haber vestigios
de fraude de parte del comprador que, en el acta es el compareciente.

Naturalmente que las declaraciones de esta Protesta están sujetas a prueba


contraria. (Arto. 359 CC.)

Actas de Existencia de una persona.

Estas se usan en los casos de que haya duda sobre la existencia de una persona,
como en el caso del Arto. 56 C. Para demostrar que la persona desaparec8ida aún
después de cuatro años de no saberse de ella existe y no se pueda hacer
presunción de su muerte. A tal fin, el interesado comparecerá ante el Notario y
expresará los fines para los que desea acreditar documentalmente que vive y se
encuentra en tal lugar. El Notario consignará la identidad del requeriente y
expedirá la Copia del Acta, con las formalidades de Ley.

E.- ACTAS DE REQUERIMIENTO.

Entre las Actas de presencia, merecen especial examen, las de “Requerimiento” y


de “Notificación”, que aunque ofrecen ciertas características comunes, son de
naturaleza distinta.

Según Reus, la palabra “Notificación” es una voz genérica adoptada por las leyes,
en la que se hayan comprendidos todos los medios de hacer saber a un litigante lo
acordado por el Juez, tomándose en tal sentido las palabras “citación,
emplazamiento y requerimiento” que todas significan amonestaciones, avisos, que
deben ponerse en conocimiento de las partes para que surtan los efectos que
procedan.

Pero a pesar de esto, existe entre ellas gran diferencia.

Mediante el “Requerimiento” una persona exterioriza su voluntad de hacer valer un


cierto derecho potestativo, o sujeto al cumplimiento de una obligación correlativa a
un derecho de pretensión. Manuel de la Plaza lo define diciendo que es un acto
formal de intimación, que se dirige a una persona, sea o no litigante, para que
haga o deje de hacer alguna cosa”.
Para Sanahuja y Soler es algo más que una simple Acta, pues se haya entre el
Acta y la Escritura: como escritura incluye una declaración de voluntad, pero como
Acta, la consecuencia jurídica que en su caso pueda derivarse de dicha
declaración de voluntad, se determina únicamente por la ley, y no por el contenido
de la voluntad.

En cambio las Actas de Notificación, a diferencia de las de Requerimiento no


exteriorizan voluntad, sino que simplemente entrañan la exteriorización de una
representación o idea sobre cualquier acontecimiento.

Son Actas de notificación “por requerimiento” 1) La de “Consignación”; y la de


“Protesto”. Ambos en el Protocolo del Notario autorizante:

a) Acta de Consignación.

Esta es la que, por medio de la cual, se hace el Pago de una suma de dinero,
pues si bien comprende también el pago de una “cosa” como lo establece el Arto.
2055 C. Ésta última no puede tener lugar por su imposibilidad material como lo
explica el comentarista Sarafield de la legislación Argentina, de la que fue tomado
este Artículo. Según el Arto. 2056 C. Puede hacerse ante el Juez de Distrito de lo
Civil, o ante NOTARIO, en los casos que indica el Arto. 2057C.

El Juez o NOTARIO las efectuará de la manera que lo requiere el Arto. 2058C. O


sea: Levantará el Notario en su Protocolo en la que se expresará la cantidad o
cosa debida; el ofrecimiento que de ella hace el deudor al acreedor; y la
designación del lugar o persona en que se va a depositar, si no acepta el pago.
Esta escritura dice la Corte Suprema no requiere las ritualidades de la ley del
Notariado y bastan estas mínimas que nos señala el Código Civil; pero yo creo
que debe tener el Notario sumo cuidado de que esta Acta contenga la expresión o
nominación de las personas, del objeto, del lugar, del modo y tiempo, por ser
requisitos sin los cuales el pago no puede ser válido; y el acreedor no estaría
obligado a aceptar el pago, como lo dispone el Arto. 2060 C. Esta misma ACTA
será notificada al acreedor y si está ausente, a cualquiera de las personas en su
caso que expone el Arto. 2059C.

La notificación del Acta de Consignación, se hace así: una vez cerrada este acto o
escritura de consignación y firmada por el consignante, testigos y Notario; extiende
éste el testimonio respectivo en el papel de ley. Al pie de la razón del testimonio
pone auto el Notario proveyendo la verificación de la notificación que se le solicita,
que deberá firmar; y, ya con ella, le hace la oferta al acreedor leyéndole la
escritura testimoniada; de esta oferta y lo que se le conteste levantará el mismo
Notario, a continuación del acto referido, que firmará con el acreedor si quisiere
este.

Inmediatamente después levantará en el mismo testimonio el acto de depósito.


Para su validez o impugnación se aplican a ella todas las disposiciones contenidas
en el Capitulo V Título II- del Libro III- C. y por el Título XXII- De algunos juicios
especiales - Cap. XVI- Código de Procedimiento Civil.

B) Acta de PROTESTO.

El origen del Protesto data de la primera mitad del siglo XIV, y según Suino, “es un
documento en el que se hace constar la falta de cumplimiento de una obligación
cambiaria”.

Es solemne y auténtico.

El OBJETO de esta Acta, es el de proveer a la conservación de los derechos del


portador y su omisión está sancionada con la pérdida de estos derechos, salvo el
caso en que, por acuerdo de las partes que crearon el título se haya librado al
portador de la obligación de hacer el protesto de la letra, y aquellos en que a pesar
e existir la obligación de protestar la letra, haya establecido la ley por
circunstancias especiales que la letra no se perjudica por la omisión del protesto.

Se distinguen corrientemente dos clases de Protesto: el de por falta de aceptación,


y el de por falta de pago, como lo establece el Arto.- 642 Inciso 1° C. C; pero en
realidad existe un tercer Protesto que es el que se produce por la negativa del
librado a fechar su aceptación cuando está obligado a hacerlo. (Arto. 623 Inciso
1°C. C.)

EL PROTESTO por falta de ACEPTACION, procede cuando el librado se niega a


aceptar, somete su aceptación a condiciones, desde luego que ello equivaldría a
una falta de aceptación, porque esta debe ser pura y simple (Arto. 624 C.C.); pero
en este último caso quedará obligado el aceptante en los términos.

El Protesto debe hacerse en los plazos fijados para la presentación o la


aceptación, o al día siguiente en su caso.

EL PROTESTO por falta de PAGO, tiene efecto cuando el aceptante se ha negado


a pagar o cuando el librado que ya se había negado a aceptar, repita al momento
del pago negativa.

Este Protesto deberá hacerse en el día en que debe ser pagada la letra de cambio
o en uno de los dos días hábiles siguientes; esto es así, porque según el Arto 622
C.C. el librado puede pedir que le haga una segunda presentación al día siguiente
de la primera, que se hará constar en el protesto, a fin de que los interesados no
puedan alegar que no se accedió a esa petición.

EL PROTESTO por NEGATIVA del LIBRADO al FECHAR su ACEPTACIÓN, es


tanto OBLIGADO a HACERLO, se produce cuando estando llano a aceptar el
librado, se niega no obstante a fecha su aceptación.
La ley no señala plazo para hacer el protesto por este motivo, pues, apenas dice el
Arto. 633 Inciso 3° C.C. “que se formulará en tiempo oportuno”.

La finalidad de este Protesto es evidente: tiene por objeto dejar constancia


auténtica de la presentación de la letra por el portador al librado y de la fecha en
que esto ocurrió. El vencimiento de término se contará a partir desde la fecha del
protesto. (Artículo 633 C.C.). Nuestra legislación mercantil siguiendo la inglesa
dispone en el Arto. 642 Inciso 4° C. C. “que el protesto por falta de aceptación
dispensa de la presentación el pago y del protesto por falta de pago”.

TIENEN DERECHO de protestar la LETRA DE CAMBIO, por regla general sólo el


propietario de ella, pudiéndolo hacer por sí mismo o por medio de un mandatario:
pero, como excepción puede hacerlo la persona a cuyo favor hubiere sido
endosada en garantía, si a virtud del endoso se la constituyen prenda de otra
obligación.

EL ACTA DE PROTESTO por ser notarial es de la competencia propia de la


función del Notario; y, ser hecha en el lugar del domicilio del librado, o en el lugar
designado en la letra para su debido pago.

LO QUE DEBE HACER EL NOTARIO AL MOMENTO DEL ACTA.

En primer lugar debe requerir al librado, para la aceptación o pago de la Letra, o al


aceptante en su caso; y, si hubiere negativa de ellos a aceptar o a pagar la Letra
de Cambio, los conminará al pago de los daños y perjuicios que ocasionaren y, de
que el portador de la letra puede ejercer los actos que la ley le concede y faculta.

Inmediatamente después, levantar el ACTA respectiva que tendrá los requisitos


siguientes:

Los presupuestos de todo documento notarial: presencia del Notario, y testigos:


presencia del portador y del librado: copia literal de la letra, aceptación, endosos y
aval indicados en el mismo orden en que aparezcan en la letra; relación del
requerimiento hecho al librado, aceptante o recomendatario, relación de la fecha
en que fue aceptada, fecha de vencimiento y, la relación de la respuesta del
porqué no se acepta o no se paga la letra, o haciéndose constar que no se dio
ninguna respuesta: la conminación de los daños y perjuicios al librado, aceptante o
recomendatario y la reserva de los derechos contara las personas responsables al
pago de la letra: lectura del acta, su aceptación por las partes, y la firma de ella,
testigos y Notario.

En el Reglamento Notarial de España, Ley de 1925, se suprimieron los testigos en


esta Acta.

Es obligación del Notario dar Copia o Testimonio de estas Actas a los interesados
como lo ordena el Arto. 649 C.C.
ACTAS DE NOTIFICACION

En ellas como se dijo, se entraña simplemente la exteriorización de una


representación o idea sobre cualquier acontecimiento, una mera comunicación de
un hecho; como sucede con la Cesión de Crédito, en la que el acreedor hace
saber a su deudor de que el crédito ha sido cedido a una determinada persona; en
la cual no dice su contenido de ninguna consecuencia jurídica.

Según el Arto. 2720 C. La Cesión no produce efecto contra el deudor ni contra


terceros, mientras no ha sido notificada por el cesionario al deudor o aceptada por
éste; notificación que debe hacerse con exhibición del título silo hubiere, pudiendo
verificarla cualquiera persona autorizada para cartular; pero si no hubiere título en
que conste el crédito, la cesión se pondrá por escrito, y, al pie de éste se hará la
notificación, como lo dispone el Arto. 2721 C.

Cuando fuere crédito hipotecario el cedido, se deberá hacer en escritura pública.


(Arto. 2722C.) Las Actas de notificación comprenden:

NOTIFICACION DE DESAHUCIO-

Esta tiene lugar, cuando no habiéndose fijado tiempo para la duración del
arriendo, o si el tiempo no es determinado por el servicio especial a que se destina
la cosa arrendada o por la costumbre, ninguna de las dos partes podrá hacerlo
cesar, sino desahuciando a la otra parte, esto es, noticiándoselo anticipadamente,
ajustado al periodo o medida de tiempo que regula los pagos. Si se arrienda por
día, semana, mes el desahucio será respectivamente de un día, una semana, un
mes; y, empezará a correr al mismo tiempo que el período próximo, pudiéndose
hacer por cualquier funcionario judicial”. “O ante cualquier cartulario”, sin
necesidad de incorporar el pedimento ni la notificación en el protocolo. (Arto. 2958
C.)”

Si se ha fijado tiempo forzoso para un de las partes, se hará la misma forma dicha
para la cesación, y la parte que pueda hacer cesar el arriendo a su voluntad,
estará sin embargo sujeta a dar la noticia anticipada en la forma dicha. (Arto.
2960C).

Para que, el Notario pueda hacer la notificación del desahucio, se le debe


presentar un escrito en el que manifieste el contrato de arriendo celebrado con la
parte contra quien se pide verificado en tal época o que no existe plazo para su
duración sobre el inmueble o casa correspondiente o servicios materiales, con el
canon de arriendo necesario para establecer la competencia por razón de la
cuantía multiplicado por seis. El Notario al recibir “proveerá” que se haga la
notificación del desahucio que se pide en escrito que antecede; y, su firma de
Notario. Hecha la notificación devuelve el Notario las diligencias al Juez
competente.

NOTIFICACION DE ACEPTACION DE DONACION.


Hecha la escritura de aceptación de la Donación inter-vivos, cuando no se hace en
el mismo acto, se deberá notificar al donante para que tenga fuerza ejecutiva y el
donante no puede revocarla expresa ni tácitamente; notificación que deberá ser
hecha de manera auténtica y, se halla dentro del orden notarial. (Artículos 2778 C
y 1691 Pr.)

NOTIFICACION DE CESASION DE COMUNIDAD DE PASTOS.- Esta es la que


trata el Arto. 1707C. La que se puede hacer “por medio de Notario” o de cualquier
funcionario judicial.

En esta notificación el Notario como en el desahucio debe recibir escrito en el que


se le manifieste por el interesado la existencia de tal comunidad en tal sitio, o
propiedad rústica con las señales XX; y, que como tiene deseo de retirarse de esa
comunidad de partos para lo que cerrará con cercas la parte de terreno que le
corresponde, desea que lo haga saber o notificar esa resolución suya, a los
referidos comuneros.- El Notario al recibir este escrito le pone el presentado, y
provee, que se haga la notificación que se le solicita a los señores Fulanos etc.
Verificada devolverá las diligencias originales a la persona interesada.

Esta notificación deberá hacerse siempre personalmente a la otra parte. (Arto.


1512 Pr.)

NOTIFICACION DE TITULOS EJECUTIVOS CONTRA EL DIFUNTO.-

Esto es a lo que se refiere el Arto. 1426 C. O sea que, los títulos ejecutivos contra
el difunto lo serán también contra los herederos; pero los acreedores para entablar
o continuar la acción pendiente o ya entablada, deberán hacerlo después de ocho
días de haber notificado sus títulos o autos ejecutivos en su caso, a los herederos;
notificación que será hacha judicialmente o por medio de Cartulario; (Arto. 1691
Pr.)

ACTAS DE REFERENCIA

Tienen por objeto relatar las manifestaciones que hagan otras personas; y las
define Escobar de la Riva: “aquellas que, redactadas por el Notario, recogen las
declaraciones de quienes en ellos intervengan”.

Para recibir informaciones testifícales, duda que ya la disipó el referido


Reglamento, al admitirlas como tales actas notariales.

Se demostró por los juristas, que las declaraciones de testigos hechas ante el
Juez, son necesarias porque se producen después de planteado un problema
jurídico y como un medio de resolverlo; y, puede muy bien la ley conceder a otros
funcionarios el cargo de acumular las pruebas, entre las cuales se halla la
declaración de testigos. En cambio las declaraciones recibidas por el Notario son
voluntarias, no presuponen una actuación judicial, y por consiguiente pueden
utilizarse en juicio como fuera de él por el carácter indeterminado que ostentan. En
mérito de estas razones fueron ya utilizadas como las de presencia, confirmadas
como documentos públicos en cuanto al hecho concreto aseverado por el Notario
de que los testigos pronunciaron las palabras que se dicen, pero las
manifestaciones de ellos quedan como prueba pericial imperfecta. (Sanahuja y
Soler).

El Arto. 208 del Reglamento Notarial de España dice: Que en las Actas se
observarán los mismos requisitos de las de Presencia, pero el. Texto será
redactado por el Notario de la manera mas apropiada a las declaraciones de los
que en ellas intervengan, usando las mismas palabras, en cuanto fuese posible,
un a vez advertido el declarante por el Notario del valor jurídico de las mismas en
los casos en que fuese necesario.

ACTAS DE PROTOCOLIZACION

Estas son aquellas mediante las cuales según Escobar de la Riva, se incorpora al
Protocolo un determinado documento.

La Protocolización se hace a veces por escritura, lo que sucede cuando se trata


de elevar a escritura pública un documento privado que contiene un contrato, por
ejemplo, la participación privada hecha por los herederos de los bienes que les
corresponden; el arrendamiento de un predio por medio de un contrato privado. En
estos casos sólo, se hace mención en la escritura de la fecha de celebración del
contrato privado que le presentan suscrito por ambos comparecientes; y la cosa
objeto de él y su situación. Así mismo el Notario expresará que deseando ambos
otorgantes dar al documento mencionado la fuerza de un instrumento público, lo
protocoliza como se lo piden, agregándolo al presente protocolo número tal, y con
los folios números tales, con la respectiva razón al, pie; y lo demás de la
terminación de las escrituras. Firmas.- En el testimonio que expida el Notario de
esta escritura, se copiará íntegramente el documento protocolizado a continuación
de las firmas de él, la razón que hemos dicho que se pone al pie del documento
objeto de la protocolización será la siguiente; “Este documento fue protocolizado
en el presente protocolo número cual, y la fecha respectiva.

Al referirnos a las Actas de Protocolización, puede decirse que deben contener las
características ya dichas de las Actas de Presencia, pero el texto del acta en
cuestión debe hacer constar que se tuvo a la vista y fue examinado por el propio
Notario el documento que se protocoliza por voluntad del requeriente y el cual
queda unido o agregado al protocolo, con la expresión del número de folios que
contenga.

Siguiendo la índole del documento que se protocoliza se distinguen diversas


protocolizaciones:

a) La de expedientes judiciales, por medio de acta extendida y suscrita por el


Notario, a requerimiento de cualquier persona que entregue el expediente con el
auto judicial en que se ordene la protocolización. Estos son los que se refieren a
testamentos ológrafos, testamentos cerrados, testamentos abiertos extra
notarialmente.

Estas tres protocolizaciones ofrecen la particularidad, que la expedición de copias


de ellas siguen las reglas comunes para los Testimonios o Copias de las
Escrituras Públicas.

En la protocolización de estos documentos judiciales, llevará a efecto el Notario la


redacción del Acta, poniendo como es de rigor en primer lugar los presupuestos
de todo documento notarial; su nombre y apellido y domicilio; en cumplimiento de
que Juez procede a protocolizar el documento haciendo la debida determinación
de él por ejemplo: la memoria testamentaria que dictó don Fulano de Tal, con sus
calidades, a tal hora y en tal fecha; y que en cumplimiento de la sentencia que el
referido funcionario fulminó la protocoliza en su presente protocolo; hará la copia
literal de la sentencia que contiene la memoria, y del auto en que se le comisiona
para la protocolización. Expresará que es copia fiel y firmara el Acta.

b) Protocolización de documentos públicos autorizados en el extranjero una vez


legalizados.

Con esta protocolización solo se asegura al documento su identidad pero no su


autenticidad.

El documento ya legalizado lo protocolizará el Notario en Acta que firmará junto


con el interesado si estuviere presente; y, sino lo estuviere bastará que el Notario
afirme que le fue presentado el documento.

c) Protocolización de documento privado, que es al que se refiere el Arto. 2387 C.


Y que ya la vimos en las Actas de Consignamiento de hechos.

d) Protocolización de toda clase de documentos públicos.

Estos son los impresos, planos, fotograbados, fotografías, o cualesquiera otras


gráficas, cuya medida y naturaleza lo permita: con objeto de asegurar su
respectiva identidad y existencia respecto de tercero.

ACTAS DE DEPÓSITO

Constituyen una excepción de las actas en general, “pues no se limitan a


consignar un hecho, sino que contienen un negocio jurídico. Son las que según el
Reglamento N. Español, contienen el depósito que de objetos, valores,
documentos y cantidades que los particulares o personas jurídicas hacen a los
Notarios, bien como prenda de garantía de sus contratos, bien para su custodia.
En Nicaragua no tienen uso, y sólo hace referencia a ella el Arto.1059 C. De que
el testador puede “depositar su testamento cerrado en poder del Notario
autorizante.

ACTAS DE NOTORIEDAD

Al tenor del Arto. 209 del Reglamento Notarial de España, esta Acta Notarial, tiene
por objeto, “la comprobación y fijación de hechos notorios, sobre los cuales podrán
ser fundados y declarados derechos y cualidades con trascendencia jurídica.”

El objeto de esta Acta, es doble: por una parte la comprobación y fijación de


hechos notorios; y, por la otra, la fundamentación y declaración de derechos y
cualidades. Por consiguiente con el Acta de notoriedad se atestiguar y afirma que
determinados hechos tienen la cualidad de notorios porque así ha sido probado a
través del instrumento público.

El Notario como dice Sanahuja y Soler en esta Actas, no da fe de lo que percibe,


sino de lo que es notorio, y para confirmar la notoriedad o para justificarla se vale
de los medios que estime más adecuados. Puede desconocerse los hechos
notorios, y es entonces la propia notoriedad la que es objeto de prueba.

Para que la constatación de notoriedad de los hechos tenidos como notorios tenga
valor indiscutible o auténtico, señala lo indica la ley dos caminos a seguir; la vía
judicial o el procedimiento notarial. La preferencia del Juez o del Notario depende
la naturaleza de la función respectiva que a cada uno de ellos corresponde en el
país en que se aplican.

Las Actas de Notoriedad fueron reguladas en la legislación española por la Ley


Hipotecaria; son típicos actos de jurisdicción voluntaria pues se mueven sobre
cuestiones de hecho y no resuelven por sí ninguna cuestión de derecho, y
constituyen por consiguiente un avance hacia la meta ansiada por el Notariado de
que todos los actos extrajudiciales se sometan a su jurisdicción. En este sentido,
el Derecho Notarial de España no pone límite alguno para la actuación del Notario
en esta clase de actas.

Los supuestos de aplicación para las Actas de notoriedad los resume la Ley, en
casos de doctrina, de práctica y de legislación.

En la legislación de Nicaragua no se usan las Actas de notoriedad, sino que se


sigue el camino judicial para autenticación de los hechos notorios. Estos son los
que señalan los Artículos 569 y 570 C. Primero para la comprobación del estado
del matrimonio, y el segundo para la comprobación del estado de hijo legítimo y de
ilegítimo reconocido; y, las “Informaciones para perpetua memoria” de que nos
habla el Título XXV del Código de Procedimientos Civiles, Libro II, de la
Jurisdicción Voluntaria.
Esta “Información Ad-Perpetuam” la define Caravantes como averiguación previa
que se hace judicialmente y a prevención, para hacer constar hechos que
pudieran afectar en lo sucesivo el interés o el, derecho de los que la promueven; y
Manuel de la Plaza transcribe la siguiente definición: “Las informaciones ad-
perpetuan consisten justificar con testigos ciertos hechos, que al que las promueve
interesa queden consignados de modo solemne, a fin de que consten en lo
sucesivo y no puedan desaparecer, olvidarse o desfigurarse con el transcurso del
tiempo.

Las informaciones de que se trata tienen por objeto exteriorizar en forma solemne
y documental el derecho que asiste a las personas que las promueven o a cuyo
nombre se promueven, o bien, preconstituir una prueba, fuera de juicio, de
determinados hechos.

TEMA TRECE

EL PROTOCOLO

ACTUACIONES DEL NOTARIO REFERENTES AL INSTRUMENTO PÚBLICO

MANERA DE PRODUCIRSE

El Notario Público al poner en acción sus funciones de tal Funcionario o Ministro


de fe pública, las hace fluir de modo directo en el Instrumento que autoriza, ya
conservándolo bajo su estricta y severa responsabilidad en su archivo o
PROTOCOLO; ya, haciéndolo reproducir en beneficio de los propios interesados,
por medio de las COPIAS O TESTIMONIOS.

De aquí, pues que bien puede decirse, que las actuaciones del Notario Público
referidas al Instrumento Público, se producen a través de sus funciones, en dos
actos o exteriorizaciones de grandísima importancia: el PROTOCOLO, que
conserva y guarda los instrumentos que autoriza; y, las COPIAS O TESTIMONIOS
que reproducen esos mismos Instrumentos Públicos.

Así, hablaremos de cada una de ellas, en el orden en que los hemos expuesto:
primero del Protocolo que los conserva; y, después, de la Copia o Testimonio que
los reproduce.

Requisitos personales del Protocolo.

Estos requisitos corresponden en general al sujeto depositario del Protocolo.

EL PROTOCOLO

ETIMOLOGIA DE LA PALABRA PROTOCOLO: Sus diversas acepciones.


En las obras del Notariado, la palabra “protocolo” ha tenido diversas acepciones
pudiendo ser divididas, en sentido vulgar o corrientes y en sentido técnico.

Conforme al primero, equivale a colección de hojas o folios de documentos que se


adhieren unos a otros formando un Libro; y conforme al segundo, Gonzalo de las
Casas le atribuye ser el instrumento público notarial, o el Libro anual formado con
los instrumentos públicos autorizados por el Notario; o ya el formulario que
contiene las reglas de etiqueta y diplomacia con que se tratan recíprocamente los
Gobiernos, el registro donde se inscriben las deliberaciones y acuerdos de los
Congresos y negocios diplomáticos.

Esta diversidad de acepciones demuestra así mismo la variedad etimológica de la


palabra protocolo. Según algunos autores, proviene del latín “protocolun” y ésta a
su vez del griego “protokol-lon” compuesto de “protos” principal y de “kol-las o
colon” pegar; más para otros corresponde a esta palabra la de “Collatio” que
significa primera comparación o cotejo; y, para otros más, su interpretación
corresponde a miembro o parte.

CONCEPTO NOTARIAL:

El concepto Notarial de Protocolo, tanto para la Ley del Notariado Nicaragüense


como para las otras que nos presenta el Derecho comparado, es el de ser una
colección o conjunto ordenado de documentos notariales matrices; concepto que
lo confirma la finalidad primaria o principal del protocolo, o sea, la conservación de
los documentos instrumentales, y de permitir el traslado de ellos en las Copias o
Testimonios.

En este sentido el Arto. 17 de la L. del N. Nuestra,. Dice: “el Protocolo o Registro,


es la colección ordenada de las escrituras matrices autorizadas por el Notario, y
de las demás diligencias y documentos protocolizados”. Sin embargo, nuestra
misma Ley del N. En su Arto. 19 Inciso 2 dice: “Los protocolos pueden ser Libros
encuadernados compuestos de fojas de papel de a peso. (Hoy folios de cinco
córdobas).

Con ésta disposición, permite nuestra Ley, que se pueda poner en práctica otro
sistema de Protocolo, distinto del que establece en el, Arto. 18.

De esto se deduce claramente que son dos sistemas de formación del protocolo,
debido a que no es igual el material que lo contiene, ya que, unas veces son
documentos instrumentales los que lo forman; y, otras, son pliegos de papel
sellado en blanco, a manera de un libro de comercio.

En el primer caso, el instrumento matriz que autoriza el Notario nace como


documento público, material y jurídicamente fuera del protocolo, que es, el sistema
que establece el Arto. 18, conforme el cual, se juntan y agregan sucesivamente en
orden cronológico los instrumentos que durante el año protocolar autoriza el
Notario; formando así la reunión de todos esos instrumentos el todo llamado
Protocolo.

En el segundo caso o sea, el sistema del Arto. 19 inciso2. del Protocolo es un


Libro existente ya desde antes de ser extendidos, otorgados y autorizados los
documentos en éstos mismos libros en los folios u hojas movibles
correspondientes.

De éstos dos sistemas o maneras de formación del protocolo claramente fluye,


que la sede del documento instrumental en cuanto al elemento físico o papel de
que se compone el protocolo, se concibe en función de la unidad, puesto que
juntos o agregados forman el mismo todo o protocolo; lo que tienen cabida o
existencia, tanto en el sistema cerrado de Libro o Registro como en el sistema
abierto o de colección ordenada. En ambos sistemas, el protocolo es antes o
después: antes, en el Libro; después, en la colección.

LIBRO: REGISTRO O PROTOCOLO - O REGISTRO-PROTOCOLO -

En la serie concatenada de disposiciones que contiene nuestra ley del Notariado,


se encuentran éstas diversas denominaciones de Libro o Registro o Protocolo en
el No.4. del Arto. 15; de Protocolo o Registro en el Arto. 17; y, solamente de
Protocolo en los Artículos 18, 19, 20, 21, 38, 40 y en el epígrafe del ap. IV y sus
artículos respectivos.

Libro: Registro o Protocolo.

Libro. Dice la Real Academia Española, es la reunión de hojas de papel, de cartón


de pergamino; y, en este sentido el Inciso 2 del Arto.19, llama Libro al Registro o
Protocolo adaptándolo precisamente al sistema protocolar de Libro, como lo
considérenlas legislaciones de Méjico, Brasil, Portugal y Costa Rica. En Uruguay,
Chile y Argentina, se usan los protocolos como tercer sistema en cuadernos
enteros de cinco pliegos cada uno.

Este sistema de Libro no encaja al de colección, aunque estén destinadas a


formarlo a la terminación del último instrumento del año.

Tiene el inconveniente de que si el Notario cartula más de la capacidad


volumétrica del Libro, tiene que hacer uso de otro, haciendo con dificultad y mala
presentación de los dos, uno sólo; y si por el contrario cartula menos de la
capacidad del Libro, tiene que continuar en el mismo, el protocolo del año
siguiente, como lo expone el Arto. 19 inciso 2.

Protocolo o Registro.
La denominación de Protocolo o Registro que da el Arto. 15 No. 4 y el Arto. 17,
supone más que ambigüedad terminológica, una completa anarquía de
expresiones.

Protocolo o Registro no son nunca palabras sinónimas como las presentan los
referidos artículos, confusión que no puede admitirse en el Derecho Notarial que
propugna a una configuración autónoma en base de actividad doctrinal; y, no debe
por consiguiente ser aceptada, ya que, semejante equívoco, viene en generación
de antiguos textos. Así lo sienta el autor Argentino Carlos A. Pelosi.

En opinión de este jurista la distinción precisa entre Protocolo y Registro la da el


Notarialista Villalba Wels, así: “El Registro Notarial implica una habilitación legal
que posibilita el ejercicio de las funciones fedatarias en un lugar y época
determinados. Es al mismo tiempo un complejo de elementos heterogéneos, pero,
todos tendientes al mismo fin, cual es el de resguardar la certeza y la seguridad de
los hechos, actos y negocios jurídicos en que está interesada la comunidad.
Completan la integración del Registro Notarial, elementos de diversos órdenes. En
primer término, al ámbito territorial, o sea, el lugar o lugares asignados para el
ejercicio de las funciones y como consecuencia necesaria, la sede del registro,
materializada en la oficina, conocida comúnmente con los nombres de escribanía
o notaría. Por último cierra la figura del registro el protocolo y demás documentos
exigibles por la ley”. Continúa diciendo Wels: “El protocolo es la colección
ordenada cronológicamente de las escrituras y actas autorizadas por el titular, y en
su caso, por el adscrito, en un registro determinado y que aunque el encuadernar
se puede ser dividido en varios tomos, representa de todos modos una unidad”.

Por ser pues el protocolo el que cierra la figura del Registro como uno de sus
elementos exigidos por la Ley del Notariado; exige la muestra en el Arto. 15 No 4°
que el Notario debe tener un Libro llamado Registro o Protocolo, compuesto de
pliegos enteros de papel de a peso, para extender en él, las escrituras que ante
ellos se otorguen.

PROTOCOLO

El uso de la palabra Protocolo, ha venido siguiendo en nuestra propia legislación


un lento desarrollo, habiéndose principiado a usar en el Código de procedimientos
civiles de 1871; sin que, hasta el presente tenga establecido un concepto
verdadero.

Decir por ejemplo como lo dice el Artículo 17 que, “el protocolo es la colección
ordenada de las escrituras matrices autorizadas por el Notario”, entraña un
concepto no ajustado a la efectiva realidad del protocolo; puesto que se compone
además de éstos instrumentos públicos para los cuales está únicamente
concebido por la ley del Notariado, esto es para asentar en las escrituras de otros
documentos o elementos protocolares, que veremos al hablar de la formación del
protocolo; más como todos éstos documentos son meramente complementarios
de las escrituras públicas, no influyen en manera alguna en su concepto. En este
sentido, bastaría que se dijera al tenor del Arto. 38 de la Ley Notarial de Buenos
Aires: “Las escrituras deben extenderse en el protocolo, que se formará con la
colección ordenada de los otorgamientos hechos durante el año.”

DOCTRINA GENERAL DEL PROTOCOLO

RAZON DE SER DEL PROTOCOLO.

Los instrumentos públicos o Escrituras públicas o sean aquellas que autoriza el


Notario, interesa en gran manera a la sociedad en general que se guarden y
conserven de una manera metódica y ordenada, con el fin primario y principal de
resguardar y mantener siempre seguros los intereses de los que les otorgan; y, de
consiguiente, que puedan sacar de esos mismos documentos las Copias que
necesiten para garantía de sus derechos.

Interesada la Ley en tales circunstancias, ordena que se guarden y conserven por


el Notario autorizante, formando un conjunto de todos los autorizados durante el
tiempo o período determinado, conjunto que denomina PROTOCOLO.

EL PROTOCOLO COMO FUNCION NOTARIAL

El protocolo es un complemento de la función notarial, ya que es uno de los


elementos que constituyen y forman como el último de ellos el registro de las
funciones para las que se autoriza ejerza el Notario: más no es de absoluta
necesidad ni de estricta obligación. La autenticación de los actos y contratos
puede hacerse a base de guardar los mismo interesados los documentos en que
aquellos constasen, tal cual se hace y se manda en las legislaciones de Inglaterra
y los Estados Unidos de Norte-América, en donde quedan en la Notaria
únicamente unas notas o extractos de los actos notariales tal como se hacía en el
Derecho antiguo. En cambio, en nuestra legislación del Notariado sí es de severa
obligación para el Notario al tenor del N° 4° del Arto. 15 que dice: “Los Notarios
están obligados: N° 4° a tener un libro llamado Registro o Protocolo compuesto de
pliegos enteros de papel de a peso (hoy de cinco córdobas) para extender en el
las escrituras que ante ellos se otorgaren”; con excepción de las que, este mismo
estipula.

BENEFICIOS DEL PROTOCOLO

La fe pública no sería completa si se limitara a la autenticación de los actos y


contratos por el Notario, si la Institución del Protocolo no existiera. Con él, se
guardan en lugar seguro los instrumentos públicos evitándose con ello el riesgo de
destruirse o de perderse como sucediere seguramente, estando en manos de
particulares, que los obtienen con la intención de que los protocolos sean, la
garantía perpetua de sus derechos, que el Estado concede.
Además, toda relación jurídica que se celebra ante el Notario, es para que tenga
permanencia en el tiempo, a lo cual responde la exigencia de que el Notario
conserve los originales o escrituras matrices en que intervenga por razón de su
cargo, lo que, garantiza a los interesados en ellas, el que puedan obtener las
Copias que les fueren necesaria, con lo que, no desaparece para los interesados,
la prueba fehaciente de sus derechos.

Otros beneficios son, los referentes a las reglas de formación del protocolo, que
hace más difícil suplantación de los documentos que contiene y se hace por
consiguiente una prenda de autenticidad; y, aparte de esto, facilita a las personas
que no han intervenido en la celebración u otorgamiento de las escrituras públicas,
el que puedan tener conocimiento de ellas al poder examinarlos o sacar Copias de
ellas. En este sentido, el protocolo es un instrumento de publicidad al círculo de
personas que a juicio del Notario son interesados en el acto que necesiten.

Es también el protocolo un medio para la reposición de un título que siendo


indispensable para el ejercicio o ejecución de un derecho, se hubiese perdido o
extraviado; pues con las existencia del protocolo se suple la obtención de un
nuevo ejemplar de los documentos que existieren incorporados o agregados al
protocolo. En este sentido es el protocolo una garantía de ejecutoriedad.

En resumen de lo dicho el protocolo es autenticante de los actos o contratos que


contiene, mantiene la permanencia de ellos como garantía del Estado, perdura la
fehaciente prueba documental, es instrumento de publicidad, y, es garantía de
ejecutoriedad.

ORIGEN Y DESENVOLVIMIENTO HISTORICO DEL PROTOCOLO

La historia del Protocolo es paralela del notariado y, como ésta surge como un
órgano adjetivo. No tiene hasta la vez una historia especial; más, resulta cosa
clara el saber dice Sanahuja y Solar, que nació de la costumbre que seguían las
partes de un negocio jurídico, de dejar los documentos donde constaban sus
convenciones, o sea, en manos del Notario que las redactaba y las dirigía. Nació
así en su esencia, en cuanto implicaba guarda y custodia de documentos
particulares, como un efecto de la confianza que el Notario adquiría aún siendo un
simple redactor.

Los tabeliones romanos según parece dice Fernández Casad, estaban


encargados de redactar y escribir los contratos entre particulares, hacían primero
una especie de borrador o apunte -minuto- que conservaban y de donde sacaban
después traslados más pro extenso, que entregaban a los particulares.

Después el Tabulario, funcionario del Censo, fue el Notario archivero pues no sólo
guardaba los libros del Censo, sino que, a pedimento de los particulares
custodiaba también sus documentos. Con esto enlaza el Notario con el protocolo
sus orígenes: uno de carácter oficial y público, y, otro, de carácter enteramente
privado.
Sin embargo, la Novela 44 de Justiniano induce a creer, que por entonces se
llamaba “protocolo” a cierto extracto o epígrafe que se colocaba al principio del
contrato, al pie de la fecha y del nombre lo que se dio la importancia, de ser nulo el
contrato si faltaba tal nota.

En la legislación de España se hallan noticias de protocolo en el Fuero Real, en el


que se disponía que los Escribanos públicos “tengan”. “Las notas primeras que
tomaren de las cartas que hicieron”. Porque si la carta se perdiere o viniese sobre
ella alguna duda, que pueda ser probada por la nota donde fue sacada”; lo mismo
aparece en la Ley 9° Tít. 10 de las Siete Partidas. Más, es en España “donde
verdaderamente se encuentra el origen del protocolo: en la Pragmática de Alcalá
dada por los Reyes Católicos el 7 de Junio 1503; la cual fue la inspiradora de los
desenvolvimientos de la Ley Notarial”

Dice así: “Mandamos que cada uno de los Escribanos haya de tener y tenga un
libro de “protocolo”, encuadernado de pliego de papel Entero, en el cual haya de
escribir y escriba por extenso las notas de las escrituras que ante él pasaren y se
hubieren de hacer; en la cual dicha nota se contenga toda la Escritura que hubiere
de otorgar por extenso, declarando las personas que la otorgan, y el día y el mes y
el año, y el lugar o casa donde se otorgan, y lo que se otorga; especificado todas
las condiciones y partes y cláusulas y renunciaciones y sumisiones que las dichas
partes asienten; y que así como fueren escritas las tales notas, los dichos
Escribanos las lean, presentes las partes y los testigos; y si las partes las
otorgaran, las firmen de sus nombres, y si no supieran firmar firmen por ellos
cuales quiera de los testigos, u otro que sepa escribir, el cual dicho Escribano
haga mención como el testigo firmó por la parte que no sabia escribir; y si en
leyendo la dicha nota y registro de la dicha escritura fuese algo añadido o
menguado, que el dicho Escribano lo haya de salvar y salve en fin de tal Escritura,
antes de las firmas, por que después de haber duda si la dicha enmienda es
verdadera o no; y que los dichos Escribanos sean avisados de no dar Escritura
alguna asignada con su signo, sin que primeramente al tiempo del otorgar de la
nota hayan sido presentes las dichas partes y testigos, y firmadas como dicho es;
y que en las escrituras, que así dieren asignadas, ni quiten ni añaden palabra
alguna de lo que estuviere en el registro, salvo la suscripción, y que aunque tomen
las tales escrituras por registro o memorial o en otra manera, que no las den
asignadas, sin que primeramente se asienten en el dicho libro y protocolo; y se
haga todo lo susodicho; sopen que la escritura que de otra manera se diese
asignada sea en si ninguna, y el Escribano que la hiciere pierda el oficio, y donde
en adelante sea inhábil para haber otro, y sea obligado a pagar a la parte el
interés”.

Se copia, para que se vea claramente que la Pragmática, fue un cuerpo que
contiene casi todo de lo que hoy se dice de las escrituras.

En Nicaragua antes de la Independencia, como toda la América se regía por las


Leyes de la “Madre Patria”, y, conforme a ellas, se exigía también al Notario el que
tuviese su Protocolo.
Ya después de la Independencia y cuando Nicaragua tuvo su Legislación, se
estableció en el primer Código de Procedimientos Civiles promulgado en 1884, en
el Arto. 1042 lo siguiente: “Todo funcionario que cartula, debe registrar o
incorporar los actos y contratos que se otorguen ante el, en un libro llamado
“Protocolo”. Este principia en el año y concluye con el, y se formará de pliegos
enteros de papel del sello tercero del bienio corriente”.

NATURALEZA PROPIA DEL PROTOCOLO

Al enlazar el tabulario con el Protocolo sus orígenes de público y de privado a la


vez, como lo dejamos referido anteriormente, quedo configurada y sentada para el
protocolo a través del tiempo su doble naturaleza de privada y pública. Este doble
carácter lo tiene el Notario: Como depositario de Protocolo requiere la confianza
de los particulares y, como fedatario la del Estado.

No obstante de esta doble naturaleza del Protocolo, se ha sostenido por unos el


de ser netamente privada; y como tal de la propiedad exclusiva del Notario; y, por
otros, que es de absoluta naturaleza pública y por consiguiente el Notario no es
más; que un simple depositario del Protocolo.

Para los que consideran los oficios públicos como algo patrimonial del soberano
que este podía enajenar, es natural que esta concepción se reflejase a su vez en
la pertenencia de los protocolos; y, de aquí que fuesen estos considerados como
propios del Notario, los cuales podía este enajenar y aún trasmitir”. De esta
manera como propiedad privada lo tiene la legislación del Uruguay, conforme la
cual puede trasmitirse por el Notario a sus herederos. En Bélgica pasa el
Protocolo a la muerte del Notario, al que le sucede en el Notariado. En Francia el
Protocolo pasa al Estado o archivos Nacionales a los 125 años de su fecha. En
España sostuvo la propiedad privada del Protocolo Ruiz Gómez, pero como
propiedad de los particulares interesados en los documentos que contiene, que es
lo que hace que el Estado dicte reglas sobre su custodia y conservación. En otras
Legislaciones se sostiene la naturaleza pública del Protocolo como la de Portugal,
según la cual, los Protocolos deben llevar notas de apertura y cierre autorizado por
las autoridades superiores; y, en Argentina, son rubricados y sellados por el
Secretario de la Cámara de Apelaciones. En España es claramente mantenida la
naturaleza pública del protocolo, con el Arto. 36 de la L. del Notarial de España:
Que dice: Los Protocolos pertenecen al Estado, y los Notarios los conservarán
como archiveros conforme las Leyes y bajo su responsabilidad.

De lo expuesto resulta que son tres los criterios expuestos sobre la naturaleza
pública del protocolo: propiedad patrimonial del Notario; propiedad patrimonial de
los particulares; y, propiedad patrimonial del estado. Estos extremos no pueden
ser admitidos, puesto que la regulación jurídica del protocolo no puede
comprenderse dentro de los moldes del derecho patrimonial calificado de un
derecho real; pero si se quiere el protocolo dentro del derecho de propiedad” será
como una propiedad especial, porque ni es cosa asequible al disfrute de todos, ni
tampoco cosa privada, porque sus frutos no le corresponden. pudiera decirse que
se trata de algo sobre el cual tiene el estado un dominio eminente cuyo disfrute en
su aspecto jurídico, concede a los particulares un interés legítimo, y en su aspecto
de bien susceptible de producir frutos, al Notario con arreglo a las leyes”.

De esto resulta dice Sanahuja y Soler, que el protocolo tiene una naturaleza mixta,
pública y privada a la vez, o mejor triple, pues en el protocolo se hallan
interesados: el estado que con la fe pública confiere todas las garantías a ella
misma; los particulares, con sus derechos garantizados protocolariamente; y el
Notario que condensa la confianza que estos mismos particulares han depositado
en él para la custodia de los documentos que a ellos afecten.

En Nicaragua el protocolo tiene carácter de público y privado a la vez.

TEMA CATORCE

REQUISITOS DEL PROTOCOLO

DISTINCIÓN DE LOS REQUISITOS DEL PROTOCOLO.

El protocolo para que sea guarda y garantía de derecho y produzca los atributos
relacionados, debe reunir una serie de requisitos que se pueden distinguir, en
requisitos personales, reales y formales.

Los requisitos personales, se refieren al sujeto que guarda y custodia el


Protocolo como archivero y conservador de el.

Los requisitos reales, son los mismos documentos que contiene y forman el
Protocolo.

Los requisitos formales, son los que se refieren a las reglas que la ley establece
y mantiene para la formación y conservación del Protocolo.

Los estudiaremos en el orden en que los hemos expuestos.

Requisitos personales del protocolo.

Estos requisitos corresponden en general al sujeto depositario del protocolo.

Conforme a nuestra legislación notarial como en todas en las que el protocolo se


tiene como público y privado a la vez, corresponde al Notario Público la custodia y
conservación de ellos por ser en él que confían los particulares la garantía de sus
intereses. Habida esta especial consideración, debe tener el Notario como primer
y principal deber, el de ser honrado, apto y honesto, en lo que se hallan de
acuerdo todas las legislaciones, difiriendo únicamente en cuando al tiempo que
debe durar la custodia de sus protocolos.
En Nicaragua los protocolos permanecen en poder y custodia, del Notario por todo
el tiempo activo de su vida profesional, guardándolos y conservándolos en el
mismo lugar en que desempeña la notaría, que es su Oficina correspondiente;
puesto que deben estar junto a el sin que se le pueda desprender de ellos sin
detrimento de su propia condición por ser continuo el ejercicio de la función
notarial.

Pesan sobre el Notario como sujeto del protocolo, las obligaciones que establece
el Arto. 15 L. del N. ya visto.

El N° 7° de ese Arto. 15 impone al Notario la obligación “de conservar con todo


cuidado y bajo su responsabilidad los Protocolos”; de lo que fluye que, aunque el
Notario o cualquier otra autoridad o particular encargado de la custodia de los
Protocolos tengan en ellos el celo y cuidados debidos, puede ocurrir que sean
sustraído o robados o que un incendio, polillas, inundaciones, etc., los arruinen en
todo o en parte pudiendo haber en esos accidentes, dolo, culpa o falta de
diligencia, lo hace necesario que el Notario o cualquier otro encargado de la
custodia de los protocolos, “de cuenta inmediatamente al Juez de Distrito de su
domicilio para que instruya información sobre el paradero o la causa que le
hubiere inutilizado, así como respecto de la culpa que en su causa haya podido
tener el Notario”, como lo establece el Arto. 52 L. de N.

El aviso que el Notariado o encargado envía al Juez referido, debe ser por escrito
y expresando en el:

1° El año o años a que corresponde el Protocolo.

2° La causa que motivó la perdida o inutilización del Protocolo.

3° El Nombre de la persona o personas que considere culpables del hecho.

A este escrito se acompañará la copia solicitada a la Corte Suprema del índice de


las escrituras contenidas en dicho Protocolo y, además, de los índices que envía
al registrador respectivo previa solicitud.

El Notario debe tener especial cuidado de presentar esta parte de denuncia, lo


más pronto posible del hecho, pues si alguna persona hábil lo hiciere antes que el,
iniciará el Juez en contra del Notario el procedimiento criminal correspondiente,
siendo entonces de la obligación probar su inculpabilidad en el hecho, y si no se
justificara sufrirá el castigo señalado en el Código penal, como lo manda el Arto.
55 L. del N.

Al recibir el Juez el parte de denuncia de cualquiera de los indicados levantará el


debido informativo de acuerdo con el procedimiento criminal para la averiguación
del hecho, sus autores, cómplices o encubridores; más, si fuere puesta por un
particular antes que el Notario recibirá este declaración indagatoria como reo.
Llenados todos los trámites respectivos, pronunciará el Juez la resolución del
caso; y, si en ella hubiere lugar a proceder criminalmente contra alguien por haber
resultado culpabilidad en su contra, seguirá este proceso en expediente separado;
y, mandará que se haga la correspondiente reposición del protocolo o de los
protocolos.(Arto. 54 L. del N.).

La reposición se lleva a efecto haciendo citar el Juez respectivo a las personas


que aparezcan como otorgante de las escrituras, o en su defecto a los interesados
en ellas, o a sus causahabiente previniéndoles la presentación de los testimonios
que existen en su poder o de los traslados que de ellos se haya hecho en juicio
con citación de todos los interesados. La citación o emplazamiento se hará por
avisos y edictos publicados en el periódico oficial.

(Arto. 56 L. del N.).

Si no fuere posible la presentación de algunos testimonios o traslados, y las


escrituras fueren registrables, el Juez pedirá certificación de las partidas al registro
a fin de que sirvan para reponer dichas escrituras. Arto. 57 L. del N.

Si aún faltaren por reponer algunas escrituras, el Juez citará de nuevo o


emplazará a las personas interesadas, para consignar los puntos que tales
escrituras contenían. Arto. 58 L. del N.

Ya el Juez con las copias de los testimonios presentados, con la certificaciones del
Registro, o con la debida constancia de los puntos en que se hallen de cuerdo los
otorgantes, dará por repuesto el protocolo perdido o inutilizado que se entregará al
Notario “a quién pertenecía” el original, salvo los casos en que con arreglo a la Ley
deba depositarse en el Archivo general, (Arto. 60 inciso 1 L. Del N.).

El costo del papel y demás diligencias que ocasionen el incidente recaen y estarán
a cargo del Notario guardador de los protocolos, sin perjuicio naturalmente, del
derecho legal de poder reclamar los pagos que hiciere, del culpable o culpables en
el extravió o inutilización del protocolo. (Arto. 59 L. del N.)

Al decir el inciso 1 del Artículo 60, que se entregará el archivo repuestos al Notario
“a quien pertenecía el original ”, debería leerse como expresión mas adecuada a la
naturaleza del protocolo, “a quien pertenecía la tenencia del original ”.

LOS PROTOCOLOS EN VACANCIA DEL NOTARIO.

Hasta este momento se ha tratado del protocolo en poder material del Notario en
actividad efectiva de sus funciones; más, como la notaría puede quedar vacante o
sin proveer, por haber cesado el Notario por algún tiempo de manera definitiva en
el ejercicio de sus funciones habituales, se pregunta: ¿ que se hace en este caso
con los protocolos del Notario?
En algunas legislaciones mientras las notarías se hallan vacantes, los protocolos
han de quedar en poder del Notario sustituto; en cambio, en la legislación notarial
de Nicaragua en la que no hay esa condición de Notarios, se presentan varios
casos de vacancia de notarías las cuales tienen sus respectivas soluciones de la
siguiente manera:

1° Vacancia de la notaría por estar el Notario en el desempeño de un cargo que


lleva anexa jurisdicción en el orden judicial, como el cargo o empleo de
Magistrado.

En este caso, los protocolos del Notario impedido del ejercicio de la cartulación por
incompatibilidad notarial, permanece en poder del Notario y en su propia oficina o
despacho.

2° Vacancia por causa de ancianidad, de enfermedad prolongada o por cualquier


otro motivo de imposibilidad del Notario.

En todos éstos casos, dice la Ley de 13 de Noviembre de 1913 que reforma el N°.
2° del Artículo 48 de la Ley del Notariado, que el Notario “puede”, depositar sus
protocolos en el registro público de la cabecera de su vecindario, bajo inventario,
del cual se enviará copia a la Corte Suprema y a la Corte de Apelaciones
respectiva.

Estos Notarios pueden hacer también en todo tiempo cesar el depósito voluntario
y recoger sus protocolos. Ya que esta ley, claramente dice, que el depósito de los
protocolos que hicieron los Notarios en el caso que vamos, es de pura voluntad de
ellos, sin que les implique por obligación.

3° Vacancia de la Notaría, por una causa de ausencia de la República de parte del


Notario.

En ésta vacancia habrá que distinguir la ausencia, en los dos casos que
contempla la ley:

a).- Ausencia de la República por el Notario, sin la intención de domiciliarse fuera


de ella, es decir, con ánimo de regreso.

b).-Ausencia del Notario de la República, para domiciliarse fuera de ella es decir,


sin ánimo de regreso.

En el caso:

 Como existe el ánimo de regreso a la República por tener la intención de


domiciliarse fuera de ella el Notario que se ausenta, “ puede” o queda a su libre
voluntad, depositar sus protocolos en el Registro Publico referente y en las
mismas condiciones expuestas en el caso
En el caso:

b) Que pudiéramos llamar de ausencia definitiva, debe el Notario como obligación


que le impone la ley, depositar sus protocolos en el Registro Público de la
cabecera de su vecindario, haciendo la remisión de ellos, quince días antes de la
partida, a menos que haya tenido urgencia de hacerla. (Ley de 13 de noviembre
de 1913).

4° Vacancia de la Notaria por causa de suspensión del Notario.

En este caso, los protocolos deben pasar al Registro Público mencionado, pero
remitidos o enviados a esa oficina por el Juez o autoridad que pronunció la
suspensión, inhabilitación o condenatoria del Notario, dentro de los ocho días
siguientes a la providencial tanto en éste caso como en el de ausencia, podrán
recobrarse los protocolos tan luego como los interesados lo soliciten, acreditando
en su caso haber cesado la causa que motivara el depósito de dichos protocolos.
(Artículo47 y N° 3° del Artículo48 L. del N.)

5° Causa de vacancia por fallecimiento del Notario.

En este caso, los herederos o ejecutores testamentarios de los Notarios que


fallecieren, están obligados a remitir los protocolos del fallecido al Registrador
Público respectivo, o entregarlos a éste, tan luego los reclame, ya que puede
hacer tal cosa.

Según el Artículo46 L. del N. El Registrador Público tiene obligación de recoger los


protocolos de los Notarios que fallecieren se ausentaren de la República para
domiciliarse fuera de ella o que fuesen suspensos en el ejercicio de sus funciones;
por lo que, tan luego tenga conocimiento de cualquiera de éstas circunstancias,
debe pasar en persona o por medio de comisionado a la casa de habitación del
Notario o en la que hubiere fallecido, y previo inventario de ellos con sus números
de folios, los deberá recoger y pasarlos a la oficina de su cargo. De esta acta de
inventario enviará copia certificada a la secretaría de la corte de apelaciones
correspondiente y, a la de la corte suprema de justicia.

Se exceptúan de la obligación antedicha, los herederos del Notario que fuesen


descendientes legítimos de los Notarios fallecidos y que fuesen también Notarios
públicos, porque tienen el derecho para conservar en su poder esos protocolos
previa autorización de la Corte Suprema de Justicia. En caso de que hayan dos o
mas con el mismo derecho a la guarda de los protocolos del Notario fallecido,
tendrá la preferencia el mas antiguo en el ejercicio del notariado; sin perjuicio
naturalmente de lo que acuerde la Corte Suprema para la mejor seguridad de los
protocolos. Al recibir éste descendiente Notario los protocolos referidos, enviará
inventario de ellos a la Corte de Apelaciones respectiva y a la Corte Suprema de
Justicia. (Artículo 46 y N°. 1° del Artículo48 L. del N.)

REQUISITOS DE CARÁCTER REAL DEL PROTOCOLO.


Sin perjuicio del Notario inglés, que lleva libros registros donde hace constar sólo
los detalles mas esenciales de cada actuación quedando reducido el protocolo a
un libro de notas; en las de más legislaciones latinas en las que se halla la nuestra
de Nicaragua, el protocolo se halla formado no por notas como aquellos, sino por
las matrices de los instrumentos que el Notario autoriza; y, de acuerdo con este
cierto el Artículo 17 L. del N. de Nicaragua ya que referido, dice: “El protocolo es la
colección ordenada de las escrituras matrices autorizadas por el Notario, y de las
diligencias y documentos protocolizados”.

Del contexto de ésta definición de protocolo claramente aparecen en ella, los


requisitos reales o materiales que debe contener de manera íntegra y no en
extracto tanto los instrumentos públicos que autorizan el Notario; como los que,
por su extensión debe contener además como las diligencias, Actas de apertura y
cierre, notas marginales, índice general y los documentos protocolizados. En
cuanto al lapso de tiempo que comprende cada protocolo, no lo dice la disposición
que vemos, pero del Artículo 18 se deduce que se limita dicho tiempo a un año,
desde luego que impone que se abra el 1° de Enero y se cierre el 31 de Diciembre
de cada año, y, solo como una autorización especial para el mismo Notario, se
podrá abrir el día en que éste comience a cartular por primera vez o cuando deje
el desempeño de un cargo incompatible, o termine el tiempo de la suspensión y,
se podrá cerrar también cuando el Notario deje de cartular por entrar al
desempeño de cargo incompatible con el notariado, u otra causa.

REQUISITOS FORMALES DEL PROTOCOLO.

Estos como ya lo tenemos establecido, son los que se refieren a la formación del
PROTOCOLO.

Ya sabemos el origen histórico del protocolo, que las primeras noticias que se
tienen de él son en el fuero Real, pero nada dice acerca de su formación. Las siete
partidas prescribió a los escribanos que hiciesen libros por registros en los que
escriben las cartas; también la pragmática de Alcalá mandó que ese libro fuera
“encuadernado de pliegos de papel entero”. Más, como ésta ordenanza de la
pragmática ocasionaba dificultades a los Escribanos tanto en la redacción del
otorgamiento de las escrituras como por la molestia y peligro de andar con sus
protocolos en las salidas que hacían por sus tierras a hacer escrituras, discurrieron
y acordaron formar el protocolo a “posteriori”, es decir con pliegos sueltos que se
iban colocando sucesivamente unos tras otros después de autorizadas las
escrituras. Esta práctica se hizo general, y por nuestra ley se acogió en el Artículo
17 por ser el mejor sistema de protocolo.

De lo que se forma el PROTOCOLO. - Su apertura y cierre. Su numeración y


foliaje - Número de orden que llevan las escrituras - Índice.

“Si la institución notarial ha de llenar cumplidamente uno de sus fines principales,


el perpetuar los actos y contratos de los particulares, menester es dictar reglas
que tiendan a la conservación de los instrumentos públicos de los protocolos en
que constan”.

En ésta virtud dentro de las reglas de formación del protocolo, están las que
señala y ordena la ley del Notariado nicaragüense, así: Artículo 19: “El protocolo
se formará de pliegos enteros de papel (sellado de dos córdobas cada uno, hoy
cinco córdobas), y que reúnan las condiciones que exige el N° 4 del Artículo 21 o
sea que tengan, además, a la derecha y a la izquierda, dos márgenes en cada una
de las cuatro planas del pliego, los cuales márgenes serán de veinte milímetros.
Las páginas que se escriban no podrán contener más de treinta renglones de
veinte y tres centímetros cada uno, aunque la forma y tamaño de los caracteres,
pudieran dejar espacio para un número mayor. En este papel del protocolo deberá
el Notario extender las escrituras, actas y documentos protocolares, de la manera
que prescribe el N°. 5° del Artículo 15; o sean, los poderes; testamentos, contratos
y demás escrituras, con excepción de los que no deben ser insertos en ellos,
como lo mandan los N°. 1° Y 4° del Artículo 15.

Todas las hojas que lo forman o sean cada una de las planas del papel sellado en
que se escriben las escrituras, deben ir numeradas o foliadas, en orden sucesivo.

Las escrituras deben ser autorizadas por el Notario en el correspondiente


protocolo, y, en la página dónde según el orden cronológico deben ser extendidas,
como lo disponen los Artículo 2365 y 2368C. Conforme los cuales serían nulas si
no se hallaren en la forma en que indican.

Todas las escrituras se numerarán ordenadamente, lo mismo que los documentos


protocolizados, debiendo observarse rigurosamente el orden de fechas de manera
que un instrumento de fecha posterior no proceda a otro de fecha anterior.

Que a continuación de una escritura comience la siguiente, debiendo ponerse por


lo menos, tres renglones en la hoja anterior, Artículo 21 L. del N.

Las escrituras no terminadas ni firmadas no podrán ser inutilizadas por el Notario,


y se conservarán como las demás, expresando el Notario por medio de una nota
al pie de la misma escritura la circunstancia que impidió su terminación.
(Artículo32 L. del N. ) Estas escrituras frustradas como se deja ver, forman parte
del protocolo, y por lo tanto llevan número como las demás escrituras y como ellas
quedan coleccionadas en el orden cronológico que les corresponde, aunque no
sean escrituras por extrañar mas bien, una negación de ellas. El contenido del
protocolo es mucho mas extenso, pues además de las escrituras firmadas y no
firmadas y de las actas notariales, lo forman también otros elementos que se le
agregan o se le incorporan, ya por técnica instrumental para la integridad del
contenido o para la seguridad profesional, como las ANOTACIONES marginales
que debe poner el Notario al expedir una copia o testimonio y hacer entrega de
ella al interesado y que manda el Artículo38 Inciso último L. del N. y, de las que,
respecto a los efectos de la revocación del poder para terceros, otorgado en
escritura pública, prescribe el Artículo 3349C. ya por deber profesional, como las
notas de apertura y de cierre que dispone el Artículo 18 L. del N. Que dice: “El
protocolo se abrirá el primero de Enero o el día en que el Notario comience a
cartular, con una nota en que se haga constar la fecha de la apertura que será
firmada por el Notario; y, se cerrará el treinta y uno de Diciembre de cada año, con
una razón que exprese el número de escrituras, diligencias y documentos
contenidos, y el número de sus hojas”.

“También se cerrará el protocolo cuando el Notario deje de cartular por razón de


entrar al desempeño de la magistratura u otro empleo que sea incompatible con el
ejercicio del notariado, expresando el motivo de la clausura y sujetándose en todo
a lo dispuesto en el inciso anterior.”

Una nota igual pondrá el Notario en cualquier día del año que empiece a ejercer el
cargo, pero según Fernández Casado, un mismo protocolo no debe llevar dos
notas de apertura, por ejemplo, si se abre el protocolo el primero de Enero de mil
novecientos sesenta y seis, y, se cierra por cualquier circunstancia el veinte de
Marzo; y, volviere el Notario a ejercer la cartulación el veinte de octubre de ese
mismo año, bastará que lo continúe el Notario sin ninguna razón de nueva
apertura, por ser uno solo el protocolo que se lleva dentro del año. Puesta la nota
de apertura del protocolo, se va formando éste con los documentos que autorice el
Notario, en el orden cronológico de su autorización, numerados en orden
correlativo al número dado a cada uno de ellos hasta legar al último del año, en
cuya fecha se pondrá la nota de cierre, al tenor siguiente: “El infrascrito Notario
Público, cierra el presente Protocolo, que contiene tantos instrumentos públicos,
escritos en tantas hojas o folios. León treinta y uno de Diciembre de mil
novecientos sesenta seis. Las siete de la tarde. Firma del Notario y sello”. Esta
misma nota se pondrá por el Notario dentro del año con la fecha respectiva y el
motivo del cierre.

El INDICE del protocolo, es otro de los elementos que lo completan en virtud de lo


cual, el N° 8 del Arto. 15 dice: “Los Notarios están obligados: A formar un Índice al
fin de cada año, de las escrituras y documentos contenidos en su Protocolo, con
expresión de los otorgantes, objeto de la escritura, folios en que se encuentran y
fecha de su otorgamiento”.

Es requisito indispensable, que el Notario al hacer el Índice, lo autorice con su


firma y sello.

Son también documentos que componen o forman el Protocolo, los que, en ciertos
casos, se acompañan al otorgamiento de las escrituras públicas, y que, podemos
clasificar en dos grupos:

 Los Poderes en caso de acreditar la representación del otorgante no


compareciente en la escritura pública: Certificaciones de toma de posesión de
empleos o cargos al obrarse en virtud de ese cargo; las Traducciones; los
Testimonios de declaraciones de herederos; y, grupo.
 Los documentos públicos o privados cuya protocolización sea objeto del acto.

Numeración del Protocolo, su unidad, Clasificación de los Protocolos,


Autoridad encargada de la Vigilancia del Protocolo, Reposición del
Protocolo: Su trámite correspondiente, archivos notariales.

Los protocolos deben ser numerados.

Según el Arto. 15 No. 2° de la L. del N. “Los Notarios numerarán los protocolos,


correlativamente, desde el primero que hubiesen formado, aunque éste sea
anterior a la presente ley. Los protocolos existentes en los archivos públicos que
no estuvieren numerados, lo serán por los respectivos archiveros, con división de
los pertenecientes a cada Notario difunto o a cada Juzgado”.

Lleva esa redacción el presente artículo, porque fue la primera disposición que se
dio sobre la numeración de los Protocolos.

UNIDAD DEL PROTOCOLO

El Protocolo es uno, es decir, es el libro que durante un año contado del primero
de enero al treinta y uno de diciembre de cada año, contiene las escrituras
públicas que hubiese autorizado el Notario y demás documentos ya relacionados.
En ésta virtud el Arto. 45 L. del N. Nuestro dice: “Es prohibido empezar una
escritura matriz en un Protocolo y terminarla en otro”. Esta disposición no se halla
en desacuerdo con el Arto. 19, que autoriza como ya lo vimos el sistema de libro
protocolo “anteriori”, puesto que encierra la misma condición de unidad del
protocolo al decir: “si concluido el año no se hubiese llenado el libro, se continuará
en éste, el siguiente protocolo”.

Clasificación de los Protocolos Notariales.

Los protocolos notariales pueden clasificarse según la ley del notariado de


España, en general que es el corrientemente usado, y, los reservados, que son
dos: aquel en que se llevan las autorizaciones testamentarias; y el de filiaciones.
Existen también en esa misma legislación, los protocolos diplomáticos y
consulares.

Conforme nuestra Ley del Notariado no hay más que un sólo Protocolo corriente
para el Notario. Sin embargo; existe según el Arto. 20 el Protocolo que podríamos
llamar ACCESORIO, del Protocolo común, que es el que se forma con la colección
por orden cronológico y en un sólo legajo de todos los documentos o
comprobantes a que se refieren las escrituras matrices y que, conforme a la ley
deben quedar en poder del Notario; documentos cuyas fojas se numerarán con
foliatura corrida.
También existe en nuestra Ley mencionada, el protocolo diplomático y consular,
que según el Arto. 9 serán libros encuadernados y foliados de papel común, con
las notas de apertura y cierre que ordena el Arto. 18, firmadas por el respectivo
Agente Diplomático o Cónsul; llevado bajo las condiciones establecidas en el Arto.
8.

AUTORIDAD a quien la LEY del NOTARIADO Nicaragüense, encarga la


VIGILANCIA sobre la formación y custodia de los Protocolos del Notario.

Estas autoridades son los Jueces de Distrito o locales, aunque de manera


indeterminada sobre el de ser éstos civiles o criminales, lo indica el Arto. 41. Esto
nos hace dividir la Facultad referida a dos actos de vigilancia, así:

a) El que se refiere al mantenimiento y conservación del protocolo, en los casos de


vacancia de la Notaría, de parte de los que tienen que enviarlos a la Oficina del
Registro Público correspondiente. En este caso pueden ser los Jueces Civiles o
Criminales los que lleven bajo su responsabilidad esa obligación de vigilancia,
desde luego que dice el mencionado artículo 41, que, “siempre que tengan noticia
de que se encuentra fuera del archivo del Registrador alguno de los protocolos a
que se refieren los casos de fallecimiento, ausencia definitiva o suspensión del
Notario, tendrán estricta obligación de dictar las providencias necesaria para que
dichos protocolos se depositen en la expresada Oficina” y, a continuación el Arto.
50 dice: “La infracción de las obligaciones en los casos referidos, se penará con
una multa de cincuenta a quinientos pesos (veinte a doscientos córdobas),
además de quedar obligado el remiso a la debida indemnización de daños y
perjuicios causados a tercero por la falta de cumplimiento de aquellas
prescripciones”.

Acto b) Este se refiere a la obligación de vigilancia de los protocolos que forman


los Notarios en el ejercicio de sus funciones.

Esta vigilancia aunque corresponde al Supremo Poder Judicial, la establece para


el Juez Civil de Distrito el Arto. 51 a fin de que éste funcionario, haga la revisión o
visita de los protocolos de los Notarios en ejercicio, para que observe
personalmente de manera escrupulosa si en ellos se han llenado todos los
requisitos que la ley exige, ya en la forma de llevarlos o ya en el modo de extender
los instrumentos públicos, dictando en caso de que se infrinjan las prescripciones
legales o necesaria, las medidas o correctivos establecidos, que son las
establecidas en el Arto. 44, o sean, multa de diez a doscientos pesos (cuatro a
ochenta córdobas) que le impondrá el mismo Juez, sin perjuicio de las otras
responsabilidades civiles o criminales a que pueda quedar sujeto.

También el mismo Juez Civil del Distrito correspondiente al del domicilio del
Notario, hará visitas extraordinarias, cuando la Corte Suprema de Justicia, por sí o
por excitativa del Poder Ejecutivo las ordenare; caso también en el que puede
hacer uso de las facultades que le confiere el Arto. 44.
TEMA QUINCE

COPIA O TESTIMONIO

Concepto:

Sabemos, que los documentos públicos quedan en poder del Notario que los
autoriza, archivados y conservados en su Protocolo, en aras del interés público, y
más que todo, para conveniencia de los mismos interesados que de tal manera
aseguran la conservación de sus documentos.

De esto resulta la conveniencia y necesidad de proveer a los interesados de


traslados o reproducciones del original o matriz del Protocolo, que reciben el
nombre de COPIAS O TESTIMONIOS.

Fernández Casado define la Copia, diciendo que es la reproducción literal de un


instrumento público protocolizado, autorizado por Notario competente, con las
formalidades de derecho.

Nuestra Ley del Notariado Arto. 18 dice: “Copia o Testimonio, es el traslado fiel de
la escritura que tienen derecho a obtener los interesados en ésta”. De igual
manera la define el Código de Procedimientos Civiles de Guatemala.

El artículo 18 citado nos habla de “Copia o Testimonio” como una misma cosa.
Copia, es la reproducción o traslado de una cosa, que en este caso es la escritura
matriz del protocolo; y, Testimonio, es la atestación o aseveración de una cosa, o
lo que es lo mismo decir para el presente caso, “copia auténtica de un
documento”; por consiguiente, lo mismo es decir, Copia o Testimonio, pues en
cualquiera de éstos conceptos, llevan la autenticidad del Notario.

Se dice también en el referido Arto. 18 que la “Copia o Testimonio” es el traslado


fiel de la escritura”, y, lo dice así, para denotar de manera clara que el Notario no
puede bajo cualquier forma ni a pretexto de salvar errores u omisiones, alterar
ninguna frase, cláusula o signo ortográfico que aparezcan en el original.

CLASIFICACION DE LAS COPIAS O TESTIMONIOS

Las Copias o Testimonios del instrumento público se clasifican:

En razón del efecto legal que producen;

En razón de la prioridad de su expedición; y,

En razón de su contexto.
En atención a lo primero, se dividen en AUTENTICAS Y SIMPLES; en atención a
lo segundo, en PRIMERAS Y POSTERIORES O SEGUNDAS, TERCERAS, etc.; y
en razón a lo tercero, en totales y parciales.

Son auténticas, las autorizadas con las formalidades de ley por el Notario Público
y que, por lo tanto, tienen verdadera trascendencia jurídica. A ellas es a las que
convienen las definiciones que dejamos sentadas de Fernández Casado y de
nuestra Ley del Notariado.

En ellas hay, una autenticación semejante a la del instrumento original o matriz


que obra en el protocolo, mediante la imposición que le hace el Notario de su firma
y sello.

Son simples, las que sólo sirven de un medio de información oficioso para los
interesados en conocer los instrumentos públicos del protocolo. En esta virtud se
expiden sin formalidad alguna y carecen por lo tanto de trascendencia jurídica.

Estas copias simples que no se pueden llamar Testimonios no habían sido


admitidas en la Ley Notarial de España, hasta en el Reglamento de 1935; y de
hecho o costumbre se usan en la práctica notarial de Nicaragua.

Es PRIMERA COPIA, según Sanahuja y Soler, el traslado que tienen derecho por
primera vez, cada uno de los otorgantes de una escritura matriz, o cada persona a
cuyo favor resulte en aquella algún derecho o adquirido por acto posterior, y quién
acredite tener interés legítimo en el documento.

Se entiende por SEGUNDA COPIA, el traslado de la escritura matriz expedido a


favor de la persona que ya ha obtenido una Primera, como será Tercera en
nuestra Ley Notarial, la expedida a la persona a quien ya se había extendido una
Segunda, etc.; siempre que fuere con las prescripciones legales.

Estos conceptos de primera, segunda, etc. no se determinan ciertamente con


relación a la escritura misma, sino con relación con la persona que obtiene la
copia. De esta manera, librada una Primera para el comprador, y después le fuere
librada otra, ésta será Segunda Copia para él; pero si posteriormente se librase
Copia de la misma Escritura al vendedor, ésta será Primera para él. Lo mismo
sería la Copia que se diere a una tercera persona, legalmente permitida.

Según Escobar de la Riva, conforme el Arto. 18 del Reglamento Notarial. de


España, no se puede hablar de tercera, cuarta, etc. Copia, puesto que dice:
primera o posteriores Copias, que hace se consideren como Segundas, todas las
que se expidan después de la Primera; en cambio, conforme el Arto. 39 L. del N.
Nuestra, cabe la numeración de Segunda, Tercera, etc. Con respecto a quien se le
ha dado la Primera ya que claramente dice: “El Notario dará a los interesados”
cuantos testimonios le pidieren” de las escrituras en el mismo indicadas”.
La expresión “cuantos” señala una cantidad indeterminada de testimonios, que
empieza con el primero y continúa con el segundo, etc.

Lo confirma el inciso 2° del Arto. 38 L. del N. NOMBRE ESPECIAL COPIA

Nuestro Código Procesal Civil, en sus Artículos 1141, 1142, 1143 y 1686 la
denomina “escritura original”, nombre que viene a nuestra legislación del Derecho
antiguo de España que hacia significar con esa designación después de la
Pragmática de Alcalá, que la Copia primera representaba o tenía igual fuerza
jurídica que la carta matriz que en original se entregaba al otorgante.

RESTRICCIONES QUE NUESTRA LEY DEL NOTARIADO IMPONE ALA


EXPEDICION DE SEGUNDA O POSTERIORES COPIAS.

La Ley del Notariado Nicaragüense en su Arto. 39 a éste respecto dice: “El Notario
dará a los interesados cuantos testimonios le pidieron de las escrituras relativas a
obligaciones que no pueden exigirse mas de una vez, como las de venta, cambia,
donación, testamento, poder, compañías, cartas de pago, renuncias, legitimación
de hijos o reconocimiento de simplemente ilegítimos, etc.; pero necesitará
mandato de un Juez de Distrito de lo Civil para expedirlos cuando la obligación
pudiere exigirse dos o más veces, por ejemplo: la obligación de dar, pagar, hacer
alguna cosa, la de arrendamiento o la que pueda dañar a la otra parte. El Juez
expedirá la orden, previa audiencia de la persona o personas a quienes pudiere
perjudicar la nueva copia; y si éstas no se encuentran en el lugar, con audiencia
del Síndico municipal de éste. Hay opiniones de que este Arto. 39 resulta
innecesario en nuestra ley actual, pues el motivo justo que motivó su creación
primitiva en el Derecho antiguo de España no existe ya, en la legislación moderna.

En aquella época remota, las escrituras de adeudo llevaban la cláusula


“guarantigia” por la cual se hacían iguales a una sentencia definitiva con plena
prueba con las que el mismo Notario podía directamente ejecutar y reducir a
prisión, al deudor; y, como las Escrituras originales o matrices no quedaban
protocolizadas sino en poder del otorgante principal, sacaban esto libremente
varias copias, para garantizar sus derechos en caso de su pérdida o deterioro.
Esto hacía, que acreedores inescrupulosos, valiéndose de la sencilla costumbre
de los deudores que al pagar sus deudas rompían o inutilizaban la Primera Copia
con la que se les ejecutaba, creyendo así, quedar canceladas, volvieran
nuevamente con una Segunda Copia a ejecutarlos.

Tamañas acciones impulsaron la formulación de la Pragmática de Alcalá, Cap. V a


la que se le unió, la Ley 10° de las Siete Partidas, que recogió el Reglamento
Notarial posterior de España en sus Artículos 18 Primero y 83 después, y que
reproduce el Arto. 39 que vemos.

Como dejamos dicho anteriormente, no existe ya en el Derecho presente nada


que motive las restricciones que impone el Arto. 39, o a la expedición de la
Segunda o posteriores Copias de escrituras cuyo cumplimiento pudiera exigirse
dos o más veces, ya que dada la forma establecida para dar seguridad y garantía
a las transacciones y evitar los fraudes que antiguamente, se cometían, y sobre
todo, las normas o disposiciones que contiene el Derecho Procesal actual, no se
hace de necesidad la existencia de la existencia de la prohibición que contiene el
referido Arto. 39 de nuestra Ley del Notariado.

ORGANO JURIDICO COMPETENTE PARA EXPEDIR COPIAS DEL


PROTOCOLO

Esta facultad la tienen única y exclusivamente los Notarios, como lo afirma el Arto.
40 L. del N. Nuestra que dice: “Solo el Notario a cuyo cargo estuviere el protocolo
podrá dar copias de él; en caso de impedimento designará el cartulario que deba
hacer la compulsa, y, si no lo verificare dentro de veinticuatro horas, lo harán los
interesados, y por falta de acuerdo de éstos lo hará el Juez de Distrito del domicilio
del Notario. Si el Notario hubiere fallecido o estuviere fuera de la República, harán
la designación de los interesados, o el Juez en su caso, sacándose la Copia en
archivo correspondiente”.

Este artículo como se ve, contiene tres situaciones para el Notario.:

1) Que no tenga ningún impedimento para expedir el testimonio o copia que se le


pida, en cuyo caso la extenderá inmediatamente, que se le haga la petición.

2) Que se encuentre impedido por causa legal o implicancia con el ejercicio de un


cargo público que traiga aneja jurisdicción en el orden judicial, caso en el cual
deberá el Notario designar al que haga la compulsa en el tiempo que se le señala,
pudiendo hacer la designación los interesados si el Notario no lo hiciere o el Juez
en su caso;

3) Es cuando el Notario hubiese fallecido o estuviese fuera de la República, caso


éste, en el que son los interesados los que hacen la designación del Notario que
saque la copia o testimonio, o el Juez en su caso.

En los dos primeros casos, supone la Ley, que el Notario cumplido con la
obligación que le impone el Reglamento Notarial tiene a su cargo el protocolo, esta
legalmente en posesión de el; y en el tercero, supone la ley que se halla el registro
público.

LOS QUE TIENEN DERECHO A EXIGIR COPIA O TESTIMONIO

Estos son los otorgantes de la escrituras por ser los que realizan verdaderamente
el acto jurídico que ella contiene y que por consiguiente adquieren el prominente
derecho de obtener en cualquier tiempo la copia del instrumento público existente
en los protocolos Notariales. Es hacia ellos los otorgantes que se dirige el Nº 6 del
Arto. 15 L. del N. llamándolos “partes”, y, a quienes el Notario les debe entregar la
copia “dentro de tres días” de haberles extendido la escritura pública respectiva,
pudiendo quejarse los peticionarios si no se les entregase en el tiempo referido.
Esto indudablemente lo establece la ley como una medida de garantía y defensa
para los otorgantes.

No obstante de lo expuestos disponen también los Artículo 38 y 39 de la misma L.


del N. que tienen derecho a obtener copia de las escrituras matrices, los
interesados en ellas.

Ahondando estas tres disposiciones anteriores, se nota que la primera entraña


una imperativa obligación para el Notario de extender las copias una vez
autorizada la escritura y un derecho a exigirlas de parte de los otorgantes; y, en
cambio, las dos siguientes sólo conceden al interesado en una escritura el
derecho de obtener la copia de ella. Más, para que este derecho se produzca es
necesario que se conozca quienes son interesados en la escritura a más de los
otorgantes, sobre lo cual, bien se puede decir que son:

a) Aquellos a cuyo favor resulte de la escritura algún derecho, ya sea directamente


o adquirido por acto distinto de ella.

B) Los que, en el caso de testamento fallecido el causante, fueren sus herederos,


legatarios, albaceas y demás personas a quienes se reconozca algún derecho o
facultad; y los parientes que de no existir el testamento o de ser nulo o en que no
se halla instituido heredero, pudieren ser llamados a suceder.

¿Pero quién califica el interés del solicitante de la Copia? A esto creo que se
puede contestar diciéndose que es el Notario mismo el que debe apreciar a su
juicio y responsabilidad, ese interés.

La Ley del Notariado de España dice: “que se tenga legítimo interés” a juicio del
Notario, sin que sea esta ni arbitraria ni caprichosa.

Cualidades que revisten las Copias o Testimonios.

En la expedición de las Copias o Testimonios, hay que distinguir en ellas las


cualidades de que están o deben estar revestidas, las que podemos distinguir en
dos: cualidades internas y cualidades externas.

Internas:

 La trascripción exacta del original como traslado fiel de ella.

 La trascripción en su caso, de libros documentos complementarios de la


escritura o acta que se traslada, pero en el caso de que se haya dicho en la
escritura que se copiarán en el Testimonio o Copia que se extienda de ella.
 La cita del número del protocolo y de los folios en que se encuentre la escritura
que se copia; haciéndose constar si el protocolo es del Notario que suscribe la
Copia, o del Notario por quien la suscribe; lo mismo que el año del protocolo.

 Razón de que se sella y firma, y del número de Primera, Segunda, etc. Copia,
que le corresponda, en las escrituras de las que se permite hacerlo; pero si fuere
de las que pudieren exigirse dos o más veces, se deberá hacer constar el
mandato del Juez para lo Civil del Distrito para poder extender la Copia Segunda,
etc.

 El número de hojas que contiene la Copia, y de haber sido rubricadas.

 El nombre completo de la persona a favor de quien se extiende; pero si es


extendida por designación u orden de un Juez de lo Civil del Distrito, se hará
constar debidamente.

 El lugar, la hora, el día, el mes y el año en que se extiende la Copia.

 La salvaduras de enmiendas, entrerrenglonaduras, y testaduras que se hubieren


hecho: y, la firma y sello del Notario que la expide.

“La entrega del Testimonio se anotará en el protocolo al margen de su original; y,


esta anotación será rubricada por el Notario”.

Todo esto de conformidad con el Arto. 38 L. del N. y en forma de razón puesta al


pie de la conclusión de la Copia, de la que pone modelo este mismo artículo.

Son cualidades externas, de las Copias o Testimonios, las relativas a la manera


de ser escritas, y al papel que habrá de usarse en ellas.

Pueden ser manuscritas ó impresas por cualquier medio mecánico, sin otra
limitación que la impuesta por la necesidad de ser clara en su lectura, el decoro en
su aspecto y su buena conservación por la fijeza de la tinta; por esta última
circunstancia la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, en contestación a
consultas, establece que no deben aceptarse Copias en papel carbón, porque se
borran fácilmente y no pueden conservarse. B.J. pág. 8446 y 2095.

Respecto del papel, deben ser extendidas en el sellado que disponga la Ley de la
materia, que, en nuestra legislación es la de Timbres. Actualmente vale tres
córdobas.

Conforme a esta Ley que es la de Justicia Tributaria el papel para los Testimonio
es de hojas con valor cada una de Tres Córdobas, de la calidad y formato del que
ya dejamos dicho para el del Protocolo. Esto, sin perjuicio de timbres que cauce el
impuesto aplicable al documento o escritura misma, según la índole del acto o
contrato que contenga. Este impuesto se pagará adhiriendo al Testimonio el
cuerpo del o de los timbres que ocasione la cuantía correspondiente, debidamente
cancelados por medio de perforaciones, o poniéndoles el sello del Notario, o la
fecha de su cancelación. La cabeza del timbre se pega al margen o en la parte
superior del pliego que contenga la escritura matriz en el Protocolo.

El Notario y los otorgantes de la escritura son responsables solidariamente por la


cancelación de este impuesto, como lo dice la misma Ley de Timbres.

Las Copias o Testimonios de los Testamentos sólo se pueden obtener por los
interesados, una vez que hubiese muerto el testador; por lo cual, se debe acreditar
al Notario, con la debida Certificación el fallecimiento del testados. En el derecho
notarial de España, se permite al Notario extender la Copia sin la Certificación
referida, cuando le consta de ciencia cierta la defunción del testador.

COPIAS PARCIALES

Estas son los traslados en que se omiten una o más partes de la escritura original.
Estas copias aunque no comprendan la totalidad de la escritura de que proceden,
deben ser siempre la expresión fiel y exacta de la parte que contienen de ella.

Deben ser pedidas por quienes tienen derecho a obtener la Copia total, o
expedidas por disposición legal.

Las parciales de pedimento particular, corresponden a las escrituras de partición


de bienes, de permuta, de división de comunidad, de adjudicación de bienes a
varias personas con separación y distinción entre ellas, y comprenden todo el
instrumento, excepto la parte o partes que hagan relación a la descripción de los
bienes adjudicados o adquiridos por otros interesados. Comprenden también los
Testamentos, de los que se puede dar Copia parcial de los legados, o respecto de
personas a cuyo favor haya alguna disposición; en estas Copias sólo se insertarán
las disposiciones que les hagan referencia.

En toda Copia parcial debe hacer constar el Notario, que en lo omitido de la


escritura de que saca la Copia, no existe nada que amplíe restrinja, modifique o
condicione lo que se inserta en la Copia.

El nombre de parciales se le da en contraposición de completas o totales, que son


las que contienen un trascrito integro y completo de la escritura matriz.

EFECTOS LEGALES DE LAS COPIAS EN EL ASPECTO PROBATORIO

Nuestra Ley del Notariado como la de España, no determina expresamente en sus


disposiciones, el valor legal de las copias o testimonios de las escrituras públicas,
razón por la cual habrá que deducirla de las normas sustantivas del Código Civil y
de las que indica el Derecho Procesal del mismo ramo.
Los preceptos del Código Civil nos dicen, que la escritura pública o instrumento
público es la que obra en el protocolo, que puede llamarse registro, protocolo o
matriz. Se le llama “registro” porque queda en el oficio del Notario para que con
ella en los casos de duda se cotejen las demás; se, le llama “protocolo” porque es
la primera y principal; y se le llama “matriz” porque ella es la fuente y origen de
donde se sacan las copias, traslados y testimonios que pidan los interesados.

Sentado así el carácter de la escritura pública se pregunta ¿Que efecto jurídico


con respecto a la prueba tienen las Copias o testimonios que se expiden de ellas?
A este debemos distinguir tres supuestos siguientes:

a) Que exista escritura pública, protocolo o matriz.

b) Que no exista esta

c) Que se carezca de original.

Supuesto:

a) En este supuesto, las Copias de la matriz o protocolo hacen prueba plena; pero
si son impugnadas en juicio con respecto a su autenticidad por las partes a
quienes perjudiquen seria necesario su cotejo. Si en consecuencia de este cotejo
existe alguna variante entre la matriz y la Copia se estará al contenido de la
primera.

De acuerdo con lo anterior el Arto. 2377 C. Dice: “Las copias de los documentos
públicos de que exista matriz o protocolo, impugnadas por aquellos a quienes
perjudiquen, solo tendrán fuerza probatoria cuando hayan sido debidamente
cotejadas.

“Si resultare alguna variante entre la matriz y la copia, se estará al contenido de la


primera”.

Se da la eficacia a la escritura en caso de desacuerdo con la Copia, por haber


permanecido la escritura custodiada por el funcionario público, en cambio ha
estado la copia en poder de una parte apasionada y particularmente interesada.

Así mismo, por ser la fuerza probatoria de los documentos públicos presunciones
“juris tantun” queda a la parte que invoque la mayor fidelidad de la copia, la
facultad de impugnar la de la matriz, con la que pueda destruir su preferencia.

El Arto. 2377C. Se relaciona íntimamente con el Arto. 1220 C. de España y con el


Arto. 1226 Pr. Nuestro.

Dentro de este mismo supuesto se contempla el caso del Arto. 40 L. del N. Con
respecto a la copia extendida por Notario que no autorizó la matriz y por
disposición expresa del que habiéndola autorizado se halla imposibilitado del
ejercicio por desempeñar el cargo de Magistrado. Sé pregunta ¿que efecto jurídico
con relación a la prueba tiene esta copia?. A esta pregunta responde el Arto. 1142
Pr. Que dice: “Los testimonios o copias sacadas, ya del protocolo, ya de la
escritura original por Juez o Notario que no otorgó el instrumento y sin citación de
parte y decreto judicial, no podrá servir cualquiera que sea su antigüedad, sino de
presunción humana”.

Esto obliga al Notario que en este caso, extienda el testimonio, con citación de
parte y decreto judicial, como lo recomendaba el profesor de Procedimiento Civil
Dr. Nicolás Buitrago para garantizar con él a quien lo solicita, por contener el
anterior artículo una disposición muy especial.

La Corte Suprema de Justicia, resolvió que hacen plena fe y tienen valor como
escritura original, cuando son extendidos en debida forma, o sea, con citación
contraria y decreto judicial, como lo expone a contrario sensu, el Arto. 1141 Pr.
(B.J. Pág.9976)

Supuesto b)

En este se contemplan dos casos:

 Que no exista matriz o protocolo porque hayan desaparecido o no sea posible


obtener las escritura matriz, el protocolo, o los expedientes originales: Caso en el
cual harán prueba:

 Las primeras copias, sacadas por el funcionario público que las autorizara.

 Las copias ulteriores, libradas por mandato judicial, con citación de los
interesados.

 Las que, sin mandato judicial se hubieren sacado en presencia de los


interesados y con su conformidad.

 A falta de todas estas copias, cualesquiera otras que tengan la antigüedad de


veinte o más años, siempre que hubieren sido tomadas del original, por el
funcionario que lo autorizó u otro encargado de su custodia (Arto. 2378 C.)

 Caso Este es, cuando se trata de escrituras públicas antiguas que carezcan de
protocolo o matriz, y todas aquellas cuyo protocolo o matriz hubiere desaparecido.

Estas serán eficaces en juicio sin necesidad de cotejo, salvo la prueba en


contrario, y lo dispuesto en el Arto. 1191 Pr. (Arto. 1127 Pr).

Este artículo es similar al Arto. 598 Pr. de España, del cual nos dice el
comentarista Reus, que es una excepción del anterior a él, que para nosotros es el
Arto. 1126 ya relacionado de nuestro Código Procesal. En este sentido, nos dice
Reus, que por regla general cuando se impugna la autenticidad o exactitud de un
documento, entendiéndose por impugnación la manifestación expresa y directa de
no reconocer en él esas cualidades, es necesario el cotejo para que sea eficaz el
documento, pedido por el propio interesado. La excepción de este artículo consiste
en establecer que los documentos a que se refiere, serán eficaces sin cotejo
aunque haya impugnación del contrario, y aunque el cotejo sea posible, como
sucede en el 1° de los casos que comprende el Arto. 1127 Pr. Nuestro. Si hay
impugnación y es posible el cotejo pedido, se lleva a efecto para su comprobación;
pero si no es posible como sucede en los casos de los Nos. 2° y 3° habrá de
justificarse la falta de autenticidad en la forma que para nosotros previene el Arto.
1191 Pr. Prueba que como siempre debe ser solicitada por la parte contraria. Solo
a éste caso se refiere, por que si no hay impugnación todos los documentos
públicos son eficaces en juicio, sin necesidad de cotejo, conforme a la regla 1° del
Arto. 1126 Pr.

Todo esto lo regula el Párrafo III. Del Titulo XIX de los medios de prueba, del
mismo Procedimiento Civil. (Artículos 1139, 1140, 1141). Glosario.

Términos generales de uso en el ambiente jurídico.

Ab Intestato: Sin Testamento.

Abogacía: Actividad profesional del abogado.

Abogado:
Profesional del derecho que ejerce la abogacía.

Abono: Pago parcial destinado a la amortización de una deuda en dinero que


debe cubrirse periódicamente.

Abrogar: Privar a una ley totalmente de vigencia.

Abuso: Uso de una cosa o ejercicio de un derecho en forma contraria a su


naturaleza y con una finalidad distinta de la que sea licito perseguir.

Acciones: Títulos de crédito en las llamadas sociedades de capital,


representativos de una parte de éste, y que confieren a sus tenedores los
derechos correspondientes a su calidad de socios.

Accionista: Tenedor de acciones.


Aceptación de Herencia: Acto en virtud del cual una persona a cuyo favor se
defiere una herencia, por testamento o ab intestato, hace constar su resolución de
tomar la calidad de heredero con todas sus consecuencias legales.

Aceptante: Se dice de la persona que acepta.

Acervo: Conjunto o totalidad de bienes comunes o indivisos.

Acreedor: Elemento personal activo de una relación obligatoria.

Acreedor Hereditario: Titular de un crédito cuyo pago grava sobre los bienes de
la herencia.

Acreedor Hipotecario: Acreedor que tiene su crédito asegurado con garantía


hipotecaria.

Acta: Documento escrito en el que se hace constar la relación de lo acontecido


durante la celebración de una asamblea, congreso, sesión, vista judicial o reunión
de cualquier naturaleza y de los acuerdos o decisiones tomados.

Acta Notarial: Instrumento original autorizado, en el que se relaciona un hecho o


acto jurídico que el Notario asienta en el protocolo, bajo su fe, a solicitud de parte
interesada

Acto de Autoridad: Es aquel que autoriza, en cumplimiento de sus funciones y


dentro de la esfera de sus atribuciones oficiales, un funcionario público revestido
de autoridad.

Acto de Ultima Voluntad: Testamento

Acto Formal: Acto para cuya validez se encuentra sujeto a requisitos de forma sin
la concurrencia de los cuales no produce los efectos requeridos por la parte o
partes que intervinieron en su formación.

Acto Jurídico: Manifestación de la voluntad humana susceptible de producir


efectos jurídicos. Para que produzca efecto, además de la capacidad para
realizarlo, se precisa que se verifique de acuerdo con los requisitos legales
previamente establecidos para cada caso.

Acto Nulo: Acto afectado de nulidad.

Acto Público: Acto realizado en el ejercicio de una función pública.

Acto Reglamentario: Acto emitido de acuerdo con las normas de un reglamento.


Actos Propios: Expresiones de la voluntad humana realizados directamente o por
medio de la representación con el fin de crear, modificar o extinguir algún derecho
o situación jurídica

Acumulación de Autos: Reunión de los autos de varios procesos con objeto de


resolver en una sola sentencia las pretensiones formuladas en los mismos.

Adición de la Herencia: Aceptación de la calidad de heredero.

Adjudicación Hereditaria: Distribución entre los herederos del haber que les
corresponda, haciéndolo constar por medio de hijuelas o lotes asignados
individualmente a cada uno de ellos.

Adjudicador: Persona que adjudica.

Adjudicatario: Persona a la que se la adjudica alguna cosa o derecho.

Adjunción: Unión de cosas muebles pertenencias a distintos dueños, de modo


que formen una sola.

Administración de la Herencia: Conjunto de los actos encaminados a la


conservación del caudal hereditario.

Ad Libitum: A voluntad

Administrado: Persona cuyos bienes e intereses se encuentran al cuidado de


otra o de un órgano destinado al efecto.

Administrador: Persona que tiene a su cargo la administración de un bien o


patrimonio cualquiera.

Adopción: Acto jurídico que crea entre adoptante y adoptado un vínculo de


parentesco civil del que se derivan relaciones análogas a las que resultan de la
paternidad y filiación legitimas.

Adoptado: Persona que ha sido adoptada.

Adoptante: Persona que adopta.

Adoptar: Llevar a efecto una adopción.

Adquirente: La persona que adquiere.

Adquirir: Acrecentar un patrimonio, por medio de la incorporación legal al mismo


de bienes o derechos que hasta el momento de la incorporación pertenecían a
otro o carecían de dueño.
Adveración: Acción y efecto de adverar.

Adverar: Certificar que una cosa es cierta o que un documento es auténtico.

Afianzar: Otorgar una fianzas.

Albacea: Persona designada por el testador, los herederos, el juez o los legatarios
- según los casos- para cumplir la ultima voluntad del causante, mediante la
realización de todos los actos y operaciones necesarios al efecto.

Albaceazgo: Actividad que el albacea desarrolla en el ejercicio de su cargo, de


acuerdo con las normas preestablecidas al efecto por el legislador.

Ampliación de la Hipoteca: Extensión de los efectos de este derecho sobre


nuevos bienes del deudor hipotecario, cuando los que habían sido gravados
resulten insuficientes, por cualquier causa, para asegurar la obligación de que
deben responder.

Animo de lucro: animus lucrandi, for-profit. Intención de obtener un beneficio o


ganancia en la realización de determinada actividad.

Anulable: Acto jurídico afectado por un vicio o defecto en virtud del cual puede ser
declarado nulo judicialmente.

Anulación: Acción o efecto de anular.

Anular: Declarar nulo un acto jurídico como contrato, testamento, etc.

Apertura del Testamento: Diligencia judicial mediante la cual el juez procede a la


apertura de un testamento cerrado u ológrafo.

Apoderado: Persona a favor de la cual otra ha otorgado un poder que la habilita


para realizar en nombre de ésta determinados actos jurídicos, en los términos
señalados en dicho documento.

Apoderamiento: Otorgamiento de un poder a persona determinada.

Apoderar: Otorgar un poder.

Apógrafo: Copia de un escrito original.

Arrendable: Cosa o derecho susceptible de ser dado en arrendamiento.

Arrendador: Persona que da en arrendamiento aquello que le pertenece.


Arrendamiento: Contrato en virtud del cual una parte cede a la otra el uso y
disfrute de una cosa o derecho, mediante un cierto precio, denominado renta o
alquiler.

Arrendar: Ceder en arrendamiento.

Arrendatario: Persona que toma en arriendo alguna cosa.

Asociación Civil: Contrato en virtud del cual varios individuos convienen en


reunirse de manera que no sea enteramente transitoria, para realizar un fin común
que no esté prohibido por la ley y que no tenga carácter preponderantemente
económico.

Asociado: Persona que forma parte de una asociación.

Autenticar: Legalizar o autorizar algo.

Auténtico: Acto legalizado

Auto: Resolución judicial dictada en el curso del proceso y que, no siendo de


mero tramite, ni estar destinada a resolver sobre el fondo, sirve para preparar la
decisión, pudiendo recaer sobre la personalidad de alguna de partes, la
competencia del juez o la procedencia o no de la admisión de pruebas.

Autos: Conjunto de las constancias escritas relativas a un proceso judicial.

Aval: Garantía total o parcial del pago de un título de crédito.

Avalado: Persona a quien se avala.

Avalar: Responder por aval.

Avalista: Persona que otorga el aval.

Avalúo: Justiprecio

Avenido: Conforme

Beneficiario: Persona en cuyo favor se ha constituido un seguro, pensión, renta u


otro beneficio.

Bienes Hereditarios: Bienes adquiridos por herencia.


Bienes Hipotecarios: Aquellos legalmente reconocidos como susceptibles de
constituir una garantía hipotecaria.

Bienes Indivisos: Bienes que, perteneciendo a varias personas, constituyen la


materia de una indivisión.

Bienes Inmuebles: Se tienen como tales aquellos que no se pueden trasladar de


un lugar a otro sin alterar, en algún modo, su forma o sustancia, siéndolo, unos,
por su naturaleza, otros, por disposición legal expresa en atención a su destino.

Bienes Muebles: Los bienes son muebles por su naturaleza o por disposición de
la ley. Son muebles por su naturaleza, los cuerpos que pueden trasladarse de un
lugar a otro, ya se muevan por si mismos, ya por efecto de una fuerza. Son bienes
muebles por disposición de la ley, las obligaciones y los derechos o acciones que
tienen por objeto cosas muebles o cantidades exigibles en virtud de acción
personal

Bienes Raíces: Denominación dada también a los bienes inmuebles.

Buena Fe: Disposición de ánimo que lleva a proceder leal y sinceramente en las
relaciones con el prójimo.

Capacidad: Aptitud para adquirir un derecho, o para ejercerlo y disfrutarlo.

Capital Social: El capital social es el monto establecido en el acto constitutivo de


una sociedad mercantil y expresado en moneda del curso legal, como valor de las
aportaciones realizadas por los socios.

Carta Poder: Documento privado, redactado en forma de carta, suscrito por el


otorgante y dos testigos, mediante el cual se apodera a determinada persona para
la realización de actos jurídicos de escasa cuantía, sin que se exija para que surta
efecto la ratificación de las firmas que figuran al calce del mismo

Causídico: Relativo a las causas y pleitos.

Certificación: Acto jurídico por medio del cual un funcionario público, en el


ejercicio de su cargo, da fe de la existencia de un hecho, acto o calidad personal
de alguien, que le consta de manera indubitable, por razón de su oficio.

Certificado: Documento público, autorizado por persona competente, destinado a


hacer constar la existencia de un hecho, acto o calidad, para que surtan los
efectos jurídicos en cada caso correspondiente.

Certificar: Extender una certificación.


Cesión: Acto jurídico, voluntario y libre, destinado al traspaso de bienes o
derechos de un titular a otro.

Cesionario: Persona a la que se hace cesión de algún derecho.

Cláusula: Cada una de las disposiciones de que consta un contrato, tratado o


testamento.

Cliente: Quien habitualmente sostiene con una empresa comercial relaciones de


demanda.

Coheredar: Heredar juntamente con otro u otros.

Coheredero: Persona que en unión de otra u otras acepta una herencia.

Colegio: Corporación de carácter profesional integrada por quienes ejercen las


llamadas profesiones liberales como por ejemplo médicos, abogados, notarios,
contadores, etc. En nuestro país solo los contadores cuentan con esa forma de
integración y embrionariamente los periodistas .

Comodante: Persona que entrega una cosa en comodato.

Comodatario: Persona que recibe la cosa dada en comodato.

Comodato: Contrato en virtud del cual uno de los contratantes se obliga a


conceder gratuitamente el uso de una cosa no fungible y el otro contrae la
obligación de restituirla individualmente.

Comparecencia: Presentación de una persona ante la autoridad judicial o


administrativa, previo llamamiento legitimo o por iniciativa propia ante Notario.

Compraventa: Contrato por virtud del cual uno de los contratantes se obliga a
transferir la propiedad de una cosa o derecho y el otro, a su vez, se obliga a pagar
por ellos un precio cierto en dinero.

Compraventa con Reserva de Dominio: Compraventa en la que el vendedor se


reserva la propiedad de la cosa vendida hasta que le haya sido pagado su precio
por el comprador.

Compulsa: Examen de dos o más documentos, comparándolos entre si.

Compulsar: Examinar varios documentos comparándolos entre sí.

Condominio: Participación de varios sujetos en la propiedad de una cosa indivisa.

Condómino: Participante de la propiedad de una cosa en condominio.


Condonación: Liberación de una deuda, hecha a título gratuito, por el acreedor a
favor del deudor.

Condueño: Persona que tiene una cosa en propiedad, en unión de otra u otras.

Conferir: Otorgar empleo, cargo o derecho.

Contrato: Convenio en virtud del cual se produce o se transfiere una obligación o


un derecho.

Contrato Bilateral: Es aquel en virtud del cual las partes se obligan


recíprocamente.

Contrato Verbal: Aquel de cuyo contenido no existe constancia por escrito,


bastando para su eficacia la mera expresión oral.

Coobligado: Deudor obligado, en unión de otro u otros, al cumplimiento de una


obligación.

Coparticipe: Persona que, con otra u otras, participa en la propiedad de una cosa.

Coposesión: Posesión simultanea de una cosa por varias personas.

Copropiedad: Propiedad que corresponde a varias personas sobre una misma


cosa.

Crédito Hipotecario: Es el que se encuentra garantizado por medio de hipoteca

Dación: Acción y efecto de dar.

Dación en Pago: Acto jurídico por el cual el deudor entrega al acreedor una
prestación diferente de la debida, con el consentimiento de éste.

Demandado: Persona que es demandada.

Demandante: Persona que demanda.

Denuncia: Acto mediante el cual se pone en conocimiento de la autoridad la


comisión de algún delito o infracción legal.

Denuncia del Intestado: Manifestación de voluntad de quien, en su calidad de


heredero de una persona fallecida sin testamento, comparece ante la autoridad
civil competente en solicitud de que se incoe el intestado y se le reconozca como
legitimo sucesor del causante, así como a los que tengan igual derecho.
Denunciante: Persona que presenta una denuncia.

Derecho Notarial: Conjunto de las normas jurídicas relativas a la función notarial.

Derechohabiente: Persona que tiene un derecho o varios derivados de otra, y


que han pasado a su patrimonio en forma legal.

Derechos: Conjunto de las facultades otorgadas o reconocidas por las normas del
derecho objetivo

Desistimiento: Acto jurídico que pone fin al ejercicio de un derecho o una


actuación jurídica cualquiera.

Deudo: Pariente.

Documentar: Unir a un expediente los documentos necesarios para su resolución.

Domicilio Legal: Lugar donde la ley fija la residencia de una persona para el
ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.

Dominio: Conjunto de las facultades que sobre la cosa en propiedad


corresponden a su titular.

Donación: Contrato por el cual una persona transfiere a otra una parte o la
totalidad de sus bienes.

Donante: Persona que hace la donación.

Ejecutor Testamentario: Albacea

Endosatario: Persona a favor de la cual se hace el endoso.

Endoso: Declaración escrita consignada en un título de crédito, en la que el titular


que la suscribe transfiere los derechos que este confiere, a favor de otra persona.

Endoso en Propiedad: Es el que transfiere la propiedad del titulo de crédito y de


todos los derechos inherentes a el .

Enfiteusis: Derecho real o contrato por virtud del cual el propietario de una cosa
mueble cede a otro, a perpetuidad o por largo tiempo, el goce de la misma, con la
obligación del concesionario de cuidarla, mejorarla y pagar, en reconocimiento del
dominio, una pensión anual.

Enfiteuta: Persona que tiene el dominio útil en la Enfiteusis


Epiqueya: Equidad.

Escritura: Instrumento originario que el Notario asienta en el protocolo para hacer


constar un acto jurídico y que contiene la firma autorizante del mismo.

Escriturar: Hacer constar por medio de escritura notarial un acto jurídico.

Estado Civil: Situación jurídica de una persona física considerada desde el punto
de vista del derecho de familia y que hace referencia a la calidad de padre, de hijo,
de casado, de soltero, etc.

Estatutario: Lo concerniente a un estatuto o estatutos.

Estatuto: Regla o norma legal.

Estatuto Mixto: El aplicable a las materias en que no se pudiera discernir


fácilmente si lo principal son las personas o las cosas.

Estatutos: Normas constitutivas o reglas por la que se rigen en su régimen interno


las personas morales.

Evicción: Privación de todo o parte de la cosa adquirida por el comprador, por


sentencia que cause ejecutoria, en la razón de algún derecho anterior a la
adquisición.

Exégesis: Interpretación de un texto legal realizado con espíritu de adhesión al


mismo, y con el propósito de hallar la voluntad del autor.

Expediente: Constancia escrita de las actuaciones o diligencias practicadas en un


negocio administrativo por los funcionarios a quienes corresponde, o de las
actuaciones o diligencias practicadas en los actos de jurisdicción voluntaria.

Expensas: Gastos.

Ex Testamento: Por el testamento.

Facultad: Atribución fundada en una norma del derecho positivo vigente.

Fedatario: Persona que da fe.

Fe de Vida: Certificado en que, por quien se halle autorizado par suscribirlo, se


hace constar que determinada persona esta viva en el momento en que es
expedido.
Fehaciente: Testimonio que es eficaz para la demostración de la existencia de un
hecho o acto

Fe Pública: Calidad de certeza atribuida al contenido de los documentos


notariales.

Fiado: Persona a cuyo favor se otorga la fianza.

Fiador: Persona que otorga la fianza y asume la responsabilidad del pago en el


caso de incumplimiento por parte del deudor.

Fianza: Garantía personal prestada para el cumplimiento de una obligación.

Fideicomiso: Operación mercantil mediante la cual una persona física o moral,


destina ciertos bienes a la realización de un fin licito determinado, encomendado
ésta a una institución de crédito.

Fideicomitente: Persona física o moral que constituye un fideicomiso.

Fiduciario: Es la persona encargada por el fideicomitente de realizar el fin del


fideicomiso.

Fórmula: Expresión concreta de una avenencia o transacción.

Formulismo: Apego excesivo a las formulas.

Fraude: Acto mediante el cual una persona, engañando a otra o aprovechándose


del error en que se halla, obtiene ilícitamente alguna cosa o un lucro indebido.

Fraudulento: Engañoso.

Fuero: Jurisdicción especial.

Fuerza de Ley: Eficacia otorgada legalmente, de manera expresa, a los convenios


y contratos, en general, que los equipara, en cuanto a ella, a la que tiene la ley
como norma indeclinablemente obligatoria.

Gabela: Impuesto o contribución.

Garante: Fiador.

Garantía: Aseguramiento del cumplimiento de una obligación mediante la


afectación de cosa determinada o del compromiso de pago por un tercero para el
caso de incumplimiento de la misma por el deudor originario
Gestor Administrativo: Persona que tiene como actividad profesional promover y
activar en las oficinas públicas, los asuntos que les encomiendan sus clientes,
mediante la percepción de honorarios.

Gravado: Persona o cosa sobre la cual pesa una carga o gravamen.

Gravamen: Obligación que fuerza a hacer, no hacer o consentir algo.

Haber Hereditario: Porción de bienes que corresponde a cada heredero, una vez
realizada la participación de la herencia.

Habilitar: Facultar a una persona par la realización de determinados actos


jurídicos, que no podría llevar a efecto sin ésta autorización expresa.

Habitación: Derecho de ocupar en una casa ajena las piezas necesarias para el
titular del mismo y para las personas de su familia.

Heredero: Sucesor en una herencia a título universal.

Heredero Aparente: Persona que es tenida en el concepto público por heredera,


por la circunstancia de hallarse en posesión de los bienes del causante, no
siéndolo realmente por existir heredero legitimo o testamentario quien dichos
bienes corresponden.

Hereditario: Sucesión en todos los bienes, derechos y obligaciones de una


persona que no se extinguen por su muerte.

Herencia Adida: Herencia respecto de la cual, el heredero ha expresado la


voluntad de hacerla suya.

Herencia Divisa: Parte de la herencia paterna transmitida a descendientes de


grado ulterior.

Herencia Indeferida: Herencia que se halla pendiente de una condición


suspensiva.

Herencia Legitima: Herencia deferida directamente por la ley.

Herencia Testamentaria: Herencia deferida por la voluntad del testador.

Herencia Vacante: Herencia que ha sido renunciada por el heredero.

Herencia Yacente: Herencia que ha sido deferida, pero no aceptada.


Hipoteca: Garantía real constituida sobre bienes que no se entregan al acreedor,
y que da derecho a éste, en caso de incumplimiento de la obligación garantizada,
a ser pagado con el valor de dichos bienes, en el grado de preferencia establecido
por la ley.

Hipoteca Abstracta: Hipoteca en la que no existe nexo registral alguno entre el


crédito y la garantía.

Hipoteca Necesaria: Hipoteca especial y expresa que por disposición de la ley


están obligadas a constituir determinadas personas, para asegurar los bienes que
administran o para garantizar los créditos de determinados acreedores.

Hipoteca Voluntaria: Hipoteca convenida entre partes o impuesta por disposición


del dueño de los bienes en que se constituye.

Hipotecar: Gravar un bien con hipoteca.

Hipotecario: Perteneciente o relativo a la hipoteca.

Identificación: Medio empleado para la comprobación de que una determinada


persona es aquella de la que se trata.

Imprescriptibilidad: Calidad de un derecho que no encuentra sujeto a


prescripción.

Imprescriptible: Derecho que no esta sujeto a prescripción.

Imprevisible: Acontecimiento que en el orden natural de las cosas no se hubiera


podido prever ni con la mas cuidadosa atención .

Improrrogable: Que no se puede prorrogar.

Impudicia: Deshonestidad.

Impugnación: Acción y efecto de atacar, tachar o refutar un acto judicial,


documento, deposición testimonial, informe de peritos, etc., con el objeto de
obtener su revocación o invalidación

Inalienable: Cosa que no puede ser vendida.

Inamovible: Carácter o cualidad de un empleo o cargo que impide la remoción,


suspensión, traslado o jubilación del titular no fundados en justa causa, prevista en
una norma legal anterior.
Inapelable: Resolución judicial que no es susceptible de apelación.

Incomparecencia: Falta de presentación de una persona ante la autoridad -


judicial o administrativa - que la haya citado en los términos procedentes.

Indivisible: Obligación que no es susceptible de cumplimiento parcial.

Inmobiliario: Referente o perteneciente a las cosas inmuebles.

Inmueble: Bien inmueble.

Inquirir: Examinar cuidadosamente una cosa.

Instrumento: Documento.

Instrumento Privado: Documento o escritura en que se hace constar cualquier


acto jurídico, bajo las firmas de los interesados y testigos, pero sin la intervención
de persona dotada de fe pública.

Instrumento Público: Escritura o documento autorizado por notario.

Interpelación: Requerimiento - judicial o extrajudicial - formulado a un deudor


para que cumpla una obligación pendiente.

Interpósita Persona: Persona que, sin ser la interesada en la realización de un


acto o contrato, se ostenta como tal para producirlo a beneficio de otra, que es la
verdaderamente interesada, y que no podría celebrarlo legalmente en virtud de
una prohibición legal existente al respecto.

Intransferible: No transferible

Intuitu Pecuniae: Significa que en un contrato, sociedad anónima por ejemplo, la


consideración del capital aportado es mas importante que la calidad de la persona
que la aporta.

Intuitu Pesonae: Significa que, en la celebración de un contrato, sociedad


anónima por ejemplo, la calidad personal del contratante son tomadas en cuenta.

Inventario: Relación de los bienes, cosas o derechos que integran el patrimonio


de una persona individual o social.

Ipso Ipso: Efecto producido por un hecho o acto jurídico por su virtualidad propia,
sin necesidad de declaración judicial alguna.

Ipso Iure: Efecto producido por una norma jurídica, por su propia virtud, sin
requerimiento o instancia de parte.
Iuris et de Iure: Presunción legal que no admite prueba en contrario.

Iuris Tantum: Presunción legal que si admite prueba en contrario.

Jubilación: Acto administrativo en virtud del cual un funcionario o empleado


público pasa del servicio activo a la situación de jubilado, con derecho a una
pensión vitalicia

Jubilado: Persona que ha obtenido su jubilación.

Juez: Funcionario público que participa en la administración de la justicia con la


potestad de aplicar el derecho por la vía del proceso.

Juez Competente: Juez que esta llamado a resolver, dentro de su competencia,


cualquier asunto que le haya atribuido expresamente el legislador.

Juez Incompetente: Juez que trata de conocer de una cuestión que no le esta
expresamente reservada por la legislación relativa a las reglas de la competencia.

Juicio: Proceso.

Juzgado: Órgano estatal, unipersonal, encargado, en primera o única instancia,


de la administración de justicia.

Juzgar: Aplicar el derecho por la vía del proceso.

Laboralista: Especialista en derecho de trabajo.

Legado: Disposición mortis causa a titulo singular.

Legado Causal: Legado cuando el testador expresa el motivo o razón que existe
para hacerlo.

Legado de Cantidad: Legado que consiste en una cantidad de dinero.

Legado de Cosa Ajena: Legado que tiene por objeto una cosa que no pertenece
al testador.

Legado de Cosa Determinada: Legado que tiene por objeto una cosa cuya
determinación en el patrimonio del testador es manifiesta.

Legado Puro: Legado que no esta sujeto ni a condición ni a plazo.


Legado Remuneratorio: Legado que hace el testador en atención a servicios
recibidos del legatario, los cuales no podrían ser reclamados judicialmente, por no
derivarse de ellos obligaciones exigibles.

Legajo: Conjunto de documentos que constituyen un expediente o unos autos, ya


totalmente o algunos de sus partes.

Legal: Prescrito por la ley.

Legalidad: Calidad de legal de un acto, contrato o situación jurídica.

Legalización: Diligencia extendida a continuación de un documento o firma en la


que se hace constar su autenticidad, suscrita por funcionario a quien este atribuida
esta potestad legalmente o por un notario.

Legalizar: Convertir una situación de hecho en una situación legal.

Legalmente: Conforme a la ley o a cualquier norma de derecho.

Legar: Acto por el que el testador hace un legado.

Legatario: Persona favorecida con un legado.

Legislación: Actividad desarrollada por el órgano legislativo para la creación del


derecho

Legislador: Órgano legislativo.

Legislar: Crear derecho.

Legislativo: Relativo a las leyes.

Legislatura: Cuerpo legislador.

Legista: Perito en materia de legislación.

Legítima: En los sistemas sucesorios que admiten la existencia de herederos


forzosos, la porción hereditaria de que el testador no puede disponer, por estar
asignada legalmente a estos.

Legitimación: Situación jurídica en que se encuentra un sujeto y en virtud de la


cual puede manifestar validamente su voluntad respecto a una determinada
relación de derecho, afectándola en algún modo.

Legítimo: Con fundamento en la ley.


Ley: Norma jurídica obligatoria y general dictada por legitimo poder para regular la
conducta de los hombres o para establecer los órganos necesarios para el
cumplimiento de sus fines.

Librador: Persona que expide un cheque.

Libranza: Documento privado por medio del cual una persona ordena a otra el
pago de una determinada suma de dinero a una tercera persona.

Librar: Expedir un cheque, carta de crédito o cualquier otra orden de pago.

Licitación: Concurso, Subasta.

Licitador: Persona u organismo que licita.

Licitante: Licitador.

Licitar: Ofrecer precio por una cosa en concurso subasta.

Lícito: Ajustado a derecho.

Licitud: Calidad de licito.

Ligamen: Relación jurídica entre dos o mas personas de la que pueden derivarse
obligaciones de carácter bilateral o unilateral.

Línea de Parentesco: Serie de grados de parentesco.

Liquidación de la Herencia: Operación u operaciones mediante las cuales,


tomando como base el inventario y el avalúo, se fija el liquido del caudal divisible
entre los herederos, deducidas las cantidades que legalmente deben serlo.

Liquidación de Sociedades Mercantiles: Fase final del estado de disolución que


tiene por objeto concluir las operaciones sociales pendientes, cobrar lo que se
adeude a la sociedad y pagar lo que ella deba, vender los bienes sociales y
practicar el reparto del haber o patrimonio social entre los socios. La liquidación
culmina con la cancelación de la inscripción del contrato social, con lo que la
sociedad queda extinguida.

Liquidador: Persona encargada de practicar una liquidación.

Liquidez: Calidad del crédito o deuda que ha sido objeto de liquidación.

Litigante: Persona que litiga.

Litigar: Sostener litigios.


Litigio: Controversia judicial.

Litigioso: Derecho o cosa que esta en litigio.

Litis: Juicio.

Litis Consorte: Persona que esta con otra en un juicio civil o administrativo, en
defensa de un mismo interés, o en un proceso penal en calidad de imputado.

Litis Contestatio: Contestación a la demanda.

Litis Denuntiatio: Notificación de la demanda al demandado.

Locación: Arrendamiento.

Locador: Persona que da una cosa en arrendamiento.

Locatario: Arrendatario.

Magistrado: Funcionario judicial que, integrando una sala, forma parte de un


tribunal colegiado.

Malversar: Disponer ilícitamente de los caudales ajenos.

Mandante: Persona que confiere mando

Mando: Potestad legalmente conferida a una persona, por razón de su cargo o


función, que la autoriza para dictar ordenes, dentro siempre de la esfera de su
competencia.

Masa: Universalidad de los bienes que constituyen el patrimonio de una persona


física o moral, destinada a satisfacer los créditos existentes en su contra,
hablándose, en tal sentido, de la masa de la quiebra, de la masa del concurso y de
la masa de la herencia.

Masa de la Quiebra: Se integra por los bienes del quebrado y por los que
adquiere hasta finalizar se la quiebra

Ministerio: Cada uno de los organismos a que esta encomendada la dirección y el


gobierno de una rama de la administración pública.

Ministerio Público: Cuerpo de funcionarios que tiene como actividad


característica, aunque no única, la de promover el ejercicio de la jurisdicción, en
los casos preestablecidos, personificando el interés público existente en el
cumplimiento de esta función estatal.

Minuta: Borrador de un documento escrito, público o privado.

Modos de Adquirir: Actos o hechos jurídicos en virtud de los cuales se puede


obtener la propiedad de las cosas o derechos.

Motivo: Intención que da nacimiento a la celebración de un acto jurídico.

Móvil: Finalidad o propósito que en cada caso existe para que una persona realice
un acto.

Negligencia: Falta de atención en el cumplimiento de las obligaciones o en el


ejercicio de los derechos.

Negociabilidad: Calidad de negociable correspondiente a un titulo representativo


de un derecho o crédito.

Negociable: Susceptible de ser objeto de una operación en comercio.

Negociación: Acción y efecto de negociar.

Nombramiento: Acto en virtud del cual se confiere a persona o personas


determinadas un cargo, función o empleo.

Nombramiento Ilegal: Es aquel que esta hecho en contravención de las


disposiciones legales establecidas para su otorgamiento.

Nominatim: Expresión con que se denota estar designadas por sus nombres las
personas favorecidas en disposiciones de ultima voluntad.

Nom Omne Quod Licet Honestum Est: Significa: "No todo lo que es licito desde
el punto de vista jurídico, es bueno desde el punto de vista moral".

Nom Bis In Idem: Expresión que niega la posibilidad legal de promover un nuevo
juicio sobre una cuestión ya resuelta en otro anterior, o de sancionar dos veces
una misma infracción, de cualquier genero.

Norma Jurídica: Regla dictada por legitimo poder para determinar la conducta
humana.

Notificación: Acto mediante el cual con las formalidades legales preestablecidas,


se hace saber una resolución judicial o administrativa a la persona a la que se
reconoce como interesada en su conocimiento o se le requiere para que cumpla
un acto procesal.

Notoriedad: Calidad de ciertos hechos o actos que permite al legislador


declararlos exentos de la carga de la prueba, auque no de la carga de la
alegación, en el proceso.

Noxa: Daño.

Nuda Propiedad: Propiedad de una cosa desprovista de la facultad del goce o


disfrute de la misma.

Nudo Propietario: Persona titular de la nuda propiedad de una cosa.

Nulidad: Ineficacia de un acto jurídico como consecuencia de la ilicitud de su


objeto o de su fin, de la carencia de los requisitos esenciales exigidos para su
realización o de la concurrencia de algún vicio de la voluntad en el momento de su
celebración.

Nulo: Acto jurídico afectado de nulidad.

Nuc Pro Tunc: Significa con efecto retroactivo .

Nuncupativo: Denominación correspondiente al testamento abierto.

Oblación: Oferta de la cosa debida que hace el deudor a su acreedor para que la
reciba en pago, como procedimiento preliminar a su consignación, en caso de
negativa a recibirla.

Obligación: La relación jurídica establecida entre dos personas, por la cual una
de ellas llamada deudor, queda sujeta para otra llamada acreedor, a una
prestación o a una abstención de carácter patrimonial, que el acreedor puede
exigir del deudor

Obligación Propter Rem: Obligación de dar o de hacer, que grava al titular de un


derecho real (propiedad, posesión, etc.) en su calidad de tal, y como dura, en
relación con el obligado, en tanto subsista la expresada titularidad por lo que se
dice de esta obligación que es aquella en la que el deudor puede cambiar.

Obligacionista: Titular de una obligación o bono.

Obligado: Sujeto pasivo de una obligación.


Obligatoriedad: Calidad de obligatorio de un mandato, orden o disposición de un
órgano de autoridad.

Obligatorio: Orden que, emanado de un órgano de autoridad, obliga a


cumplimiento, con la amenaza explícita o implícita, de procederse a su ejecución
en caso de que esta obligación quede desatendida por aquellos a quienes
corresponde cumplirla espontáneamente.

Ocupación: Modo de adquirir la propiedad de los bienes muebles que no tienen


dueño, o cuyo dueño se ignore.

Oferente: Persona que formula una oferta.

Oferta: Invitación de una persona a otra para la celebración de un contrato.

Ofrecimiento de Pago: Acto del deudor mediante el cual pone a disposición de su


acreedor la cosa debida y que seguido de la consignación hace las veces del pago

Orden Legal: Situación jurídica general creada por el conjunto de las normas
constitutivas del derecho positivo.

Pacta Sunt Servanda: Afirmación de la obligatoriedad de los pactos libremente


establecidos.

Pacto: Acuerdo de voluntades entre varias personas mediante el cual se


constituye entre ellas una relación jurídica de la que se derivan obligaciones que
pueden ser unilaterales o bilaterales

Pacto de Mejor Comprador: Estipulación que establece que la existencia de un


comprador que ofrezca mejor precio por una cosa ya vendida, de lugar a la
resolución del contrato de compraventa.

Pacto de Preferencia: Pacto en virtud del cual el vendedor se asegura la facultad


de recomprar la cosa, en el caso de que el comprador se determine a venderla,
con preferencia sobre cualquier otro que quiera comprarla, y en las mismas
condiciones que este haya ofrecido.

Pacto de Reventa: Pacto que faculta al comprador para devolver al vendedor la


cosa objeto de la compraventa, con el derecho de recibir de este el precio pagado
por ella.

Pagaré: Titulo de crédito que contiene la promesa incondicional de pagar una


suma determinada de dinero, que el suscriptor hace a favor del tenedor del
documento.
Pago por Intervención: Pago subsidiario de una letra de cambio realizado por un
tercero con objeto de evitar al girado el descrédito que pueda ocasionarle el
incumplimiento de la obligación de pagar.

Papel Comercial: Pagarés suscritos por sociedades anónimas mexicanas,


denominados en moneda nacional, destinados a circular en el mercado de valores.

Parafernales: Bienes de la mujer casada que no tienen carácter dotal y cuya


administración y goce le corresponden privativamente, es decir, aquellos que no
han sido comprendidos en la constitución de su dote..

Parcionero: Participe.

Parentela: Conjunto de parientes.

Parentesco: Vinculo jurídico existente entre las personas que descienden de un


mismo progenitor (parentesco de consanguinidad); entre el marido y los parientes
de la mujer y entre la mujer y los del marido (parentesco de afinidad) y entre el
adoptante y el adoptado (parentesco civil)

Parientes: Personas unidas entre si por el vinculo del parentesco.

Parlamentar: Negociar

Parte: Persona que interviene por su propio derecho en la producción de un


contrato o acto jurídico de cualquier especie.

Partición: Operación consistente en la división de una cosa común.

Partición de Herencia: Conjunto de operaciones realizadas para determinar el


activo y el pasivo del caudal hereditario, fijar el haber de cada participe y
adjudicarle el que le corresponda.

Pasivo: Totalidad de las deudas que pesan sobre el patrimonio de una persona,
física o moral.

Patrimonial: Perteneciente o relativo al patrimonio.

Patrimonio: Suma de bienes y riquezas que pertenecen a una persona

Pecuniario: Relativo al dinero.

Pedimento: Manifestación oral o escrita de algo que se pide a un órgano


jurisdiccional.
Pensión Alimenticia: Cantidad que periódicamente percibe una persona en
concepto de alimentos, del pariente que tiene la obligación legal de prestarlos.

Pensionista: Persona que tiene legalmente reconocido el derecho a una pensión.

Perito: Persona entendida en alguna ciencia o arte que puede ilustrar al juez o
tribunal acerca de los diferentes aspectos de una realidad concreta, para cuyo
examen se requieren conocimientos especiales en mayor grado que los que
entran en el caudal de una cultura general media

Permuta: Contrato por el cual cada uno de los contratantes se obliga a dar una
cosa por otra

Permutante: Parte en el contrato de permuta.

Permutar: Llevar a efecto una permuta.

Persona Física: Ser humano, hombre o mujer.

Persona Moral: Entidad formada para la realización de los fines colectivos y


permanentes de los hombres, a la que el derecho objetivo reconoce capacidad
para tener derechos y obligaciones.

Personería: Facultad de representación.

Pertenencia: Derecho de propiedad correspondiente a una persona sobre una


cosa.

Petición: Derecho reconocido por la Constitución a los ciudadanos, en virtud del


cual estos pueden dirigirse a las autoridades en demanda de algo que estimen
justo y conveniente.

Petición de Herencia: Ejercicio de la facultad jurídica que tiene el heredero de


reclamar los bienes hereditarios a cualquier persona que los tenga en su poder.

Piezas de Autos: Conjunto de las constancias escritas de las actividades


realizadas en el proceso para su tramitación, resolución y, en caso necesario,
ejecución.

Plazo: Espacio de tiempo que generalmente se fija para la ejecución de actos.

Plazo Perentorio: Plazo establecido legalmente para la realización de un acto


jurídico, cuyo transcurso destruye la posibilidad de que el acto sea realizado.

Poder: Autorización en virtud de la cual una persona ejerce en nombre de otra los
actos jurídicos que ésta le encargue
Poderdante: Persona que otorga un poder a otra.

Poderhabiente: Persona en cuyo favor se ha otorgado un poder.

Poseedor: La persona que ejerce sobre una cosa un poder de hecho, o la


persona que goza de un derecho.

Poseedor de Buena Fe: El que entra en la posesión en virtud de un titulo


suficiente para darle el derecho de poseer, así como el que ignora los vicios de su
titulo, que le impiden poseer con derecho.

Poseer: Hallarse en posesión de una cosa o derecho.

Posesión: Poder de hecho ejercido sobre una cosa o goce de un derecho.

Práctica Jurídica: Actividad encaminada a la aplicación del derecho en sus varias


manifestaciones.

Praeter Legem: Fuera de la Ley.

Praxis Jurídica: Practica Jurídica.

Precario: Beneficio concedido a una persona, a titulo gratuito, consistente en el


uso de una cosa, revocable a voluntad del propietario.

Precarista: Persona que tiene una cosa en precario.

Precepto: Norma incorporada a un cuerpo legal.

Precio: Valor pecuniario de una cosa.

Precontrato: Promesa de contrato.

Predial: Perteneciente o relativo al predio.

Predio: Porción de terreno o edificio, rústico o urbano.

Predio Dominante:_Predio a cuyo favor se encuentra constituida una


servidumbre.

Predio Sirviente: Predio sobre el cual se ha constituido una servidumbre.

Prescribir: Transcurrir el plazo legalmente señalado para la prescripción.


Prescripción: Medio de adquirir bienes, llamada positiva o de librarse de
obligaciones, denominada negativa, mediante el transcurso del tiempo y bajo las
condiciones establecidas al efecto por la ley.

Prescriptible: Susceptible de prescripción.

Prelegado: Legado hecho a favor de persona que en la misma sucesión es


también heredero.

Prestatario: Persona que toma dinero a préstamo.

Preterición: Omisión del testador relativa a la obligación de dejar en su


testamento alimentos a las personas que tienen derecho a ellos

Primera Copia: Traslado de una escritura matriz hecha por vez primera, para
entregar a los otorgantes.

Principio: Origen.

Probatorio: Relativo a la prueba.

Proindivisión: Estado en que se encuentra una masa de bienes antes de la


división de la misma.

Pro Indiviso: Denominación del bien o derecho que pertenece a una comunidad
de personas.

Promesa de Contrato: Contrato preliminar que da origen a obligaciones de hacer,


consistentes en celebrar el contrato respectivo de acuerdo con lo ofrecido

Promitente: Quien hace una promesa.

Propiedad: Derecho de goce y disposición que una persona tiene sobre bienes
determinados, de acuerdo con lo permitido por las leyes, y sin perjuicio de tercero

Propiedad en Condominio: Manifestación de la propiedad inmueble en la cual los


diferentes departamentos, viviendas, casas o locales de un inmueble, construidos
en forma vertical, horizontal o mixta, susceptibles de aprovechamiento
independiente por tener salida propia a un elemento común de aquel o a la vía
pública, pertenecen a distintos propietarios, cada uno con un derecho singular y
exclusivo de propiedad sobre su departamento, vivienda, casa o local y, además
un derecho de copropiedad sobre los elementos y partes comunes del inmueble,
necesarios para su adecuado uso o disfrute
Propiedad Intelectual: Especie de propiedad que se manifiesta como propiedad
literaria, artística e industrial, teniendo todas ellas idéntica naturaleza y
justificación.

Propietario: Titular del derecho de propiedad.

Propter Nuptias: Por razón de matrimonio.

Prorrata: Porción de las cosas o dinero que se reparte entre varias personas a los
efectos de que cada una de ellas perciba o abone lo que proporcionalmente le
corresponda.

Prorratear: Distribuir proporcionalmente casas o dinero, para su percepción o


abono, entre varias personas.

Protocolizar: Asentar en el protocolo las escrituras públicas y actas que el notario


autoriza.

Protocolo: Libro que conforme va acumulando va formando el Notario Público


autorizado para Cartular por la Corte Suprema de Justicia compuesto por los
instrumentos públicos autorizados en lapso de un año.

Público: Todo aquello que atañe o interesa al Estado o a la comunidad

Punible: Merecedor de castigo

Punición: Castigo.

Punir: Castigar.

Quebrantamiento: Violación de norma vigente o de obligación libremente


contraída.

Quebrar: Caer un comerciante en la situación que autoriza legalmente su


declaración de quiebra.

Quiebra: Estado jurídico de un comerciante, declarado judicialmente, como


consecuencia del incumplimiento en el pago de sus obligaciones profesionales,
que produce la limitación de sus facultades relativas a la administración y
disposición de los bienes, así como la liquidación de su patrimonio y distribución
de los bienes que lo constituyen entre los acreedores legítimos en la proporción en
que tengan derecho a ser pagados.
Quórum: quórum- Nivel de asistencia mínima requerido para que se constituya
cualquier tipo de reunión (junta, asamblea, etc.) y sus resoluciones sean
válidamente aprobadas.

Radicar: Fijar el domicilio en lugar determinado

Ratio Legis: La razón de la ley

Razón Social: Nombre de la sociedad mercantil formado con el de uno de sus


socios, con el de algunos
de ellos o con los de todos.

Reafianzamiento: Es la fianza por la cual una institución de fianzas se obliga a


pagar a otra, en la proporción correspondiente, las cantidades que esta deba
cubrir al beneficiario por su fianza

Reconducir: Prorrogar tácita o expresamente un arrendamiento.

Reconocimiento de Escritura: Afirmación de la autenticidad de un documento o


escritura formulada por la persona requerida al efecto por autoridad o funcionario
competente.

Redención: Liberación de una carga, gravamen u obligación de acuerdo con la


norma legal que la autorice.

Redhibición: Rescisión de la venta de una cosa motivada por los vicios ocultos
que en ella han sido descubiertos con posterioridad a su adquisición.

Redhibir: Dejar sin efecto el comprador la compra realizada por no haber


manifestado el vendedor los vicios ocultos de la misma.

Redhibitorio: Vicio que autoriza a la redhibición..

Regla Jurídica: Precepto legal de carácter normativo u orgánico.

Rehabilitación del Quebrado: Beneficio otorgado por decisión judicial al


quebrado en virtud del cual quedan sin efecto las incapacidades y limitaciones
derivadas de las declaración de quiebra.

Repartición: Distribución de una masa de bienes entre las personas que tienen
derecho a ellos.

Representado: Persona que, en cualquier forma legal, otorga su representación a


otra.
Repudiación: Manifestación de voluntad mediante la cual un determinado sujeto
declara que no acepta un derecho o cosa que, de no existir dicha manifestación,
entraría en su patrimonio.

Restituir: Volver una cosa a quien la tenia anteriormente.

Reticencia: Disimulo de un hecho o circunstancia por la persona que se


encuentra en la obligación de manifestar su existencia.

Retracto: Derecho atribuido a una persona - convencional o legalmente - de


recuperar la cosa vendida a otra, pagando el precio.

Retrocesión: Cesión a una persona del bien o derecho que ella nos había cedido
anteriormente.

Retroventa: Recuperación de lo vendido con pacto de retroventa.

Reversión: Restitución de una cosa al estado que anteriormente tenia.

Revocabilidad: Posibilidad legal de la revocación de un acto.

Revocable: Susceptible de revocación.

Revocación: Acto jurídico en virtud del cual una persona se retracta del que ha
otorgado a favor de otra, dejándolo sin efecto, siendo posible únicamente en los
de carácter unilateral, como el testamento o el mandato.

Revocar: Dejar sin efecto un acto jurídico.

Rúbrica: Rasgo, o conjunto de ellos, que, como complemento de la firma, pone el


firmante debajo de su nombre y apellido(s).

Sanción : Pena.

Seguridad Jurídica: Garantía que representa la organización estatal en orden al


mantenimiento del derecho y a la consiguiente protección del individuo, nacional o
extranjero.

Semovientes: Bienes consistentes en animales o ganado de cualquier género.

Sentencia: Resolución judicial que pone fin a un proceso o juicio en una instancia
o en un recurso extraordinario.
Sentencia Absolutoria: Sentencia que, al rechazar la demanda, libera al
demandado de la pretensión aducida por el actor

Separación de Poderes: División de poderes.

Sesión: Tiempo dedicado por un cuerpo colegiado, previa convocatoria de sus


miembros, al exámen, discusión y resolución de las cuestiones propias de su
competencia, en forma preestablecida en sus estatutos.

Signatario: Firmante.

Signatura: Firma.

Sinalagmático: Contrato bilateral.

Síndico de la Quiebra: Auxiliar de la administración de justicia encargado de la


administración de los bienes del quebrado, con la obligación de asegurarlos y
administrarlos, en tanto que no se distribuya el importe de los mismos entre
quienes hayan sido reconocidos como acreedores en el juicio de quiebra . En
nuestro sistema jurídico se le llama Interventor.

Sistema: Conjunto ordenado de reglas o principios relacionados entre sí.

Sistema Jurídico: Sistema de normas jurídicas conectadas lógicamente entre sí


en tal forma que las normas especiales deban pensarse como derivadas de
normas generales.

Situación Jurídica: Concreción del derecho objetivo.

Sobrecarta: Cubierta o sobre de una carta.

Sobrescrito: Aquello que se escribe en la cubierta de un sobre para indicar una


dirección postal o para asentar cualquier anotación de otra índole relativa al
contenido del mismo.

Sobregiro: Letra de cambio, cheque o libranza que contiene un giro superior a la


provisión o al crédito del girado.

Sobreprima: Prima suplementaria que ha de pagarse en caso de agravación de


un riesgo asegurado o en garantía de un nuevo riesgo que deba entenderse
cubierto en la misma póliza

Sociedad Anónima: Sociedad mercantil que existe bajo la denominación social y


se compone exclusivamente de socios cuya obligación se limita al pago de sus
acciones.
Sociedad Civil: Contrato mediante el cual los socios se obligan mutuamente a
combinar sus recursos o sus esfuerzos para la realización de un fin común, de
carácter preponderantemente económico, pero que no constituya una
especulación comercial.

Sociedad Conyugal: Régimen de comunidad de bienes establecido en las


capitulaciones matrimoniales.

Sociedad de Capital Variable: Sociedad en la que el capital social es susceptible


de aumento por aportaciones posteriores de los socios, así como de disminución
de dicho capital, por retiro total o parcial de las aportaciones, con sujeción a las
formalidades establecidas al efecto en el contrato.

Sociedad de Inversión: Sociedad que tiene por objeto la adquisición de valores y


documentos seleccionados de acuerdo al criterio de diversificación de riesgos, con
recursos provenientes de la colocación de las acciones representativas de su
capital social entre el público inversionista.

Sociedad de Inversión de Renta Fija: Sociedades que operarán exclusivamente


con valores y documentos de renta fija y la utilidad o pérdida neta se asignará
diariamente entre los.

Sociedad de Responsabilidad Limitada: Sociedad mercantil que se constituye


entre socios que solamente están obligados al pago de sus aportaciones, sin que
las partes sociales puedan ser representadas por títulos negociables a la orden ni
al portador, siendo sólo cedibles en los casos y con los requisitos legalmente
preestablecidos.

Sociedad en Comandita por Acciones: Sociedad mercantil compuesta de uno o


varios socios comanditados que responden de manera subsidiaria, ilimitada y
solidariamente, de las obligaciones sociales, y de uno o varios comanditarios que
únicamente están obligados al pago de sus acciones.

Sociedad en Comandita Simple: Sociedad mercantil que existe bajo una razón
social y se compone de uno o varios socios comanditarios, que responden de
manera subsidiaria, ilimitada y solidariamente, de las obligaciones sociales, y de
uno o varios socios comanditarios, que únicamente están obligados al pago de sus
aportaciones.

Sociedad en Nombre Colectivo: Sociedad mercantil que existe bajo una razón
social y en la que todos los socios responden de modo subsidiario, ilimitada y
solidariamente de las obligaciones.

Sociedad Mercantil: Es la constituida de acuerdo con la legislación mercantil,


utilizando alguno de los tipos reconocidos por ella, independientemente de que
tenga o no una finalidad comercial.
Sociedades Nacionales de Crédito: Instituciones de derecho público, con
personalidad jurídica y patrimonio propios, que tienen por finalidad la prestación
del servicio de banca y crédito

Socio: Persona que forma parte de una asociación o sociedad.

Socio Industrial: Individuo cuya calidad de socio no esta fundada en la aportación


de capital para los fines de la sociedad, sino en la aportación de su trabajo
personal.

Socios Capitalistas: Socios que figuran en una sociedad mercantil en su calidad


de aportadores del capital social de la misma.

Socios Comanditados: Socios que en las sociedades en comandita responden


de manera subsidiaria, ilimitada y solidariamente de las obligaciones sociales.

Socios Comanditarios: Denominación aplicada a los que en la sociedad en


comandita únicamente responden de las obligaciones sociales en la cuantía de
sus aportaciones.

Solvencia: Calidad de solvente.

Solventar: Arreglar cuentas, pagando lo debido.

Solvente: Capaz de cumplir debidamente aquello a que esta obligado.

Sponsio: Promesa.

Statu Quo: En el estado actual

Subarrendamiento: Contrato en virtud del cual el arrendatario arrienda a otra


persona la totalidad o parte de la cosa arrendada.

Subarriendo: Subarrendamiento.

Subasta: Transmisión de la propiedad de bienes determinados, realizada judicial


o extrajudicialmente a favor del mejor postor con publicidad y previa licitación de
quienes concurran al acto.

Subfiador: Fiador del fiador.

Subfianza: Fianza que se constituye para garantizar otra anterior.

Sublocación: Subarrendatario.

Subrepticio: Que se hace o toma a escondidas.


Subrogación: Forma de transmisión de las obligaciones que se verifica por
ministerio de la ley, y sin necesidad de declaración alguna de los interesados
cuando el que es acreedor paga a otro acreedor preferentemente; cuando el que
paga tiene interés jurídico en el cumplimiento de la obligación; cuando un heredero
paga con sus bienes propios alguna deuda de la herencia, y cuando el que
adquiere un inmueble paga a un acreedor que tiene sobre él un crédito hipotecario
anterior a la adquisición.

Subsidiario: Se aplica a la acción o responsabilidad que suple y robustece a otra


principal.

Sucesión: Sustitución de una persona en los derechos transmisibles de otra.

Sucesión Legítima: Sucesión que se defiere por ministerio de la ley, cuando


concurren los presupuestos establecidos al efecto.

Sucesión por Cabeza: Sucesión en que cada uno de los sucesores mortis causa
hereda por su propio derecho, no por el de representación.

Sucesión por Estirpe: Sucesión que existe en aquellos casos en que la sucesión
hereditaria se obtiene por representación de un ascendiente, no por derecho
propio.

Sucesión Testamentaria: Sucesión que se basa en la existencia de un


testamento válido, otorgado en cualquiera de las formas admitidas por el
legislador.

Sucesor: Persona que, por cualquier modo legal, adquiere la titularidad de una
cosa o derecho que anteriormente pertenecía a otra.

Sucesor Testamentario Singular: Legatario.

Sucesor Universal: Sucesor a título de heredero.

Suplantación: Ocupar el lugar de otro valiéndose de medios ilícitos.

Suplantar: Substituir fraudulentamente.

Suspensión de Pagos: Beneficio que se reconoce al comerciante que se


encuentra en la imposibilidad de cumplir de manera inmediata y satisfactoria sus
obligaciones mercantiles - previos los trámites de un proceso legal-, que evita la
declaración de la quiebra, permitiéndole obtener espera, quita o ambas cosas, a la
vez, de sus acreedores, los que tienen la facultad de acordar o no a la intervención
de las operaciones del síndico y del suspenso.
Sustitución de Heredero: Facultad atribuida legalmente al testador de sustituir
uno o más personas al heredero o herederos instituidos, para el caso de que
mueran antes, que el, o de que no puedan o no quieran aceptar la herencia.

Tasación: Fijación del valor de un bien o bienes determinados.

Tasador: Persona que hace la tasación.

Tasar: Realizar una tasación.

Tenedor: Poseedor legítimo de un documento o título de crédito.

Tenedor de Libros: El que tiene a su cargo los libros de contabilidad de una


empresa.

Tenor: Contenido literal de un escrito.

Tenuta: Posesión de una cosa que se disfrutaba hasta la decisión de la


pertenencia de su propiedad entre dos o más litigantes.

Término: Momento en que un acto jurídico debe comenzar a producir o dejar de


producir sus efectos característicos.

Término Legal: La denominación de legal corresponde al término que se


encuentra expresamente fijado por la ley.

Término Prorrogable: Es aquél cuya prórroga no se encuentra legalmente


prohibida.

Testado: Persona que fallece dejando testamento válido.

Testador: Persona que hace o ha hecho testamento.

Testamentaría: Juicio sucesorio constituido por el conjunto de las actuaciones


judiciales practicadas para llevar a efecto el inventario, avalúo, división y
adjudicación de los bienes dejados por una persona que ha fallecido con
testamento, pudiendo ser voluntario o necesario, según los promueva parte
legítima o lo prevenga el juez en los casos en que deba hacerlo de oficio.

Testamentario: Relativo al testamento.

Testamentifacción: Facultad de Testar.

Testamentifacción Activa: Idoneidad para ser instituido heredero.


Testamento: Acto jurídico, unilateral, individual, personalísimo, libre solemne y
revocable, mediante el cual quien lo realiza dispone, para después de su muerte
de lo que haya de hacerse de sus bienes y derechos transmisibles, y expresa su
voluntad sobre todo aquello que, sin tener carácter patrimonial, pueda ordenar, de
acuerdo con la ley.

Testamento Abierto: Testamento en que el testador manifiesta su última voluntad


en presencia de las personas que deben autorizar el acto, quedando éstas
enteradas de su contenido.

Testamento Cerrado: Testamento en que el testador, sin revelar su última


voluntad, declara que se halla contenida en el pliego que presenta a las personas
que han de autorizar el acto.

Testamento Común: Testamento que la ley regula para que sea otorgado en
circunstancias normales y con formalidades de idéntico carácter.

Testamento Especial: Testamento establecido para situaciones excepcionales y


que requiere unas veces más solemnidades que el común y otras menos.

Testamento Hecho en País Extranjero: Testamento otorgado fuera del territorio


de la nación del testador, bien con arreglo a las leyes del lugar en que le otorgue,
bien ante un agente diplomático o consular de su país.

Testamento Marítimo: Testamento otorgado por los que vayan a bordo durante
un viaje por mar, en buque de guerra o mercante.

Testamento Militar: Testamento otorgado en tiempo de guerra por los militares en


campaña, voluntarios, rehenes y prisioneros.

Testamento Místico: Testamento secreto.

Testamento Ológrafo: Testamento escrito de puño y letra del testador.

Testamento Privado: Testamento en que el testador realiza el acto sin asistencia


de persona revestida de carácter oficial, ni testigos.

Testamento Público: Testamento en que la declaración de voluntad ha sido


hecha ante un Notario.

Testar: Otorgar testamento.

Testificación: Acción y efecto de testificar.

Testifical: Prueba consistente en el examen de testigos.


Testificar: Deponer en calidad de testigo.

Testigo: Persona que comunica al juez el conocimiento que tiene acerca de algún
hecho o acto cuyo esclarecimiento interesa para la decisión de un proceso.

Testigo Hábil: Persona que reúne los requisitos legales establecidos para la
prestación del testimonio.

Testimonial: Correspondiente al testimonio o declaración.

Testimoniar: Prestar el testimonio o declarar.

Testimonio: Declaración prestada en el proceso por el testigo.

Testimonio Notarial: Copia en la que se transcribe íntegramente una escritura o


acta notarial y se transcribe o se incluyen reproducidos los documentos anexos
que obran en el apéndice, con excepción de los que estuvieren redactados en
idioma extranjero, a no ser que se les incluya en fotocopia, con su respectiva
traducción y los que se hayan insertado en el instrumento.

Titular: Persona que ejerce un oficio, profesión, o cargo con cometido especial y
propio.

Titularidad: Relación de correspondencia existente entre un derecho subjetivo y


un sujeto determinado.

Título: Documento en que consta una obligación o derecho

Título al Portador: Título de crédito que no está expedido a favor de persona


determinada.

Título de Crédito: Documento que autoriza al portador legítimo para ejercitar


contra el deudor y transferir el derecho literal y autónomo en él consignado.

Título Nominativo: Título de crédito que ha sido expedido a favor de una persona
cuyo nombre se consigna en el texto mismo del documento.

Título Traslativo de Dominio: Titulo que ésta destinado a transferir la propiedad


de una cosa.

Título-Valor: Título de Crédito.

Tracto Sucesivo: Encadenamiento riguroso en las sucesivas inscripciones


realizadas en el Registro de la Propiedad de tal modo que el actual transmisor sea
el más próximo anterior adquirente.
Tramitación: Acción y efecto de tramitar.

Tramitar: Seguir en la resolución de un asunto de naturaleza judicial o


administrativa, los trámites establecidos para el caso.

Trámites: Diligencias que han de practicarse para la resolución formalmente


correcta de un expediente administrativo o de un proceso jurisdiccional de acuerdo
con las formalidades señaladas al respecto.

Trascripción: Reproducción íntegra de un escrito.

Transferencia: Acto jurídico en virtud del cual un derecho es transmitido por una
persona a otra.

Transferente: Persona que transfiere.

Transgredir: Infringir una norma de derecho.

Trasgresión: Acción y efecto de transgredir.

Transgresor: Persona que comete una transgresión

Transigir: Llevar a efecto una transacción.

Transmisión de las Obligaciones: Fenómeno jurídico consistente en el traslado


de una obligación de un deudor a otro, quedando liberado el anterior, y que se
produce por la cesación de deudas y por la subrogación.

Traslado: Copia o testimonio de un documento original autorizada por Notario.

Traspasar: Llevar a efecto un traspaso.

Traspaso: Cesión, mediante precio, de local o establecimiento mercantil, hecha


por el arrendatario a un tercero, que se subroga en los derechos y obligaciones
derivados del contrato originario.

Trasunto: Copia o traslado que se saca del instrumento original.

Tratante: Persona que se dedica a comprar para vender.

Tratar: Gestionar uno o más negocios con ánimo de lucro.

Trato: Acción o efecto de tratar.

Tributar: Pagar cualquier carga fiscal.


Tributo: Contribución.

Trueque: Permuta.

Tuición: Acción y efecto de defender.

Tuitivo: Que defiende..

Tutela: Institución jurídica que tiene por objeto la guarda de la persona o bienes, o
solamente de los bienes, de los que, no estando bajo la patria potestad, son
incapaces de gobernarse por sí mismos.

Tutor: Persona que ejerce la tutela.

Tutriz: Tutora.

Ultima Voluntad: Expresión de la voluntad manifestada en testamento que a la


muerte de su autor resultare válido.

Ultra Petita: Violación del principio de la congruencia entre lo demandado y lo


resuelto que prohíbe al juez otorgar a las partes más de lo que éstas hayan
pretendido obtener.

Ultra Vires: Se aplica en el caso de sociedades anónimas para hacer referencia a


la realización de fines no previstos en la escritura constitutiva.

Unánime: Conjunto de las personas que están de acuerdo en una misma


voluntad.

Unidad de Acto: Ejecución de un acto jurídico sin interrupción en su realización


desde el momento de su iniciación al de conclusión, exigida expresamente en el
otorgamiento de los instrumentos públicos, ejemplo: testamento público abierto.

Unigénito: Denominación aplicada al que es hijo único.

Unilateral: Acto o contrato del que se derivan obligaciones para una sola de las
partes.

Universalidad: Conjunto de personas, cosas o derechos constitutivos de una


unidad con propia existencia, considerado jurídicamente.

Uso: Derecho a percibir de los frutos de la cosa ajena los que basten a las
necesidades del usuario y de su familia
Uso de Nombre Supuesto: Utilización maliciosa de nombre ajeno con ánimo de
obtener un beneficio de carácter económico o social.

Uso Público: Es aquél que está permitido con carácter general respecto a los
bienes de dominio público y a los comunes.

Usucapión: Modo de adquirir la propiedad por virtud del transcurso del tiempo,
mediando la posesión.

Usucapir: Adquirir en virtud de la usucapión.

Usufructo: Derecho real, de eficacia temporal que otorga al titular el disfrute de


las utilidades que derivan del normal aprovechamiento de la cosa ajena,
condicionado con la obligación de devolver, en el término fijado al efecto, la misma
cosa o su equivalente.

Usufructo Legal: Usufructo establecido directamente por la ley.

Usufructuario: Titular del derecho de usufructo.

Usura: Actividad consistente en la prestación de dinero con interés evidentemente


superior al que debiera percibirse de acuerdo con las normas de la moral y del
derecho.

Usurario: Calificación que se aplica al préstamo cuyos intereses se consideran


excesivos o desproporcionados, comparados con los usuales en el mercado.

Usurero: Persona que practica la usura.

Usurpación: Acto de violencia en virtud del cual se priva a una persona de algo
que legítimamente le pertenece.

Usurpación de Funciones: Conducta dirigida a hacerse pasar como titular de


una dignidad, cargo u oficio que no se tiene.

Usurpador: Persona que comete una usurpación.

Usurpar: Llevar a efecto una usurpación.

Vacatio Legis: Periodo de tiempo comprendido entre el momento de la


publicación de la ley y aquel en que comienza su vigencia.

Vale: Documento de carácter privado por medio del cual la persona que lo
suscribe se obliga al pago de una determinada cantidad de dinero a otra.
Validez: Calidad del acto jurídico que no se halla afectado por vicio alguno y que,
por lo tanto, es idóneo para surtir sus efectos característicos.

Valor: Estimación o precio de las cosas.

Valores: Respecto de la Ley del Mercado de Valores son las acciones,


obligaciones y demás títulos de crédito que se emitan en serie o en masa .

Valuación: Valoración.

Vencimiento: Momento en el cual una obligación civil o mercantil se hace


exigible, de manera que su cumplimiento puede ser demandado judicialmente, en
el caso de que el deudor u obligado lo niegue.

Venia: Licencia.

Venta: Transmisión de la propiedad de una cosa o derecho por su propietario


mediante un precio en dinero.

Venta a Crédito: Es aquélla que se efectúa pagando el precio de la cosa en un


momento posterior a su adquisición.

Venta a Prueba: Venta sujeta a la condición de que, una vez puesta a prueba por
el comprador, resulte ser tal y como éste la desea.

Venta con Pacto de Retroventa: Venta en la cual el vendedor se reserva el


derecho de adquirir de nuevo la cosa vendida, abonando al que se la compró el
precio de la misma y los gastos ocasionados con motivo de su compraventa.

Venta con Reserva de Dominio: Venta en la que el vendedor se reserva la


propiedad de la cosa vendida hasta que su precio haya sido totalmente pagado.

Venta en Abonos: Compraventa en la que el precio es pagado en entregas


sucesivas, en la cuantía y forma convenidas por los contratantes.

Venta Judicial: Transferencia de la propiedad de una cosa realizada


públicamente en los estrados de un tribunal.

Venta Pública: Venta realizada en bolsa de comercio o con intervención de


agente oficial de comercio.

Verificación: Actividad cuyo destino es la comprobación de la existencia de un


documento, de la existencia y legitimidad de un crédito, de la existencia de un
poder, etc.
Vicios Redhibitorios: Defectos ocultos de la cosa cuyo dominio, uso o goce se
transmitió, existentes al tiempo de la adquisición, que la hagan impropia para su
destino, si de tal modo disminuyen el uso útil de ella, que de haberlos conocido, el
adquirente no la habría adquirido o hubiera pagado por ella menos de lo que pagó.

Vigencia: Calidad de vigente de una ley.

Vigente: Ley que habiendo sido promulgada y publicada no ha sido derogada total
o parcialmente.

Vínculo: Relación jurídica obligatoria.

Vindicar: Reivindicar.

Voluntad: Expresión del querer de un sujeto o de varios, dirigido a la realización


de un determinado acto jurídico.

Voluntad Declarada: Voluntad manifestada libremente por un sujeto de derecho,


en la forma legalmente preestablecida.

Voluntad Unilateral: Voluntad de un sujeto que por sí sola es susceptible de


producir el efecto jurídico deseado.

Voz: Derecho reconocido a los miembros de un cuerpo colegiado de exponer sus


opiniones en relación con los problemas y cuestiones que en el mismo se
planteen.

Warrants: Certificado de depósito de mercancías en un almacén general,


extendido a la orden.

Yacente: Situación de la herencia que, habiendo sido deferida, no está todavía


aceptada.

 Yuppy: Del inglés «Young Urban Professional». Este término, puesto de moda durante los años
ochenta, se utiliza para designar a aquellos jóvenes ejecutivos de carácter ambicioso que tienen
una alta cualificación, unos ingresos elevados y buscan obtener un gran prestigio en su trabajo.

GIRON, J. E., El Notario práctico o Tratado de la notaría (Tip. Nac., Guatemala,


1932) p. 62.

f. Circunstancia de ser sinónimos dos o más vocablos. || Ret. Figura que consiste
en emplear voluntariamente voces sinónimas.
Por ejemplo, los Códigos Civiles de El Salvador (Arts. 1569-1574 y 1,577 que usan
las palabras instrumentos público o privado en el sentido de documentos de una u
otra clase); Honduras (Partes 1 y 11, Sección Primera, Cap. V. Título 1, Libro IV);
Nicaragua (Art. 2376) y Panamá (Art. 1101).

Artículo 15, numeral 11 LN.

Ley de Equidad Fiscal

Ver Ley del 11 de Enero de 1967, Establece: “Por cualquier medio mecánico

adj. Que no puede borrarse o quitarse.

Sello antiguo Sellos y marchamos que durante siglos se emplearon para


garantizar acuerdos, intercambios y autentificar documentos. La forma más
antigua de imprimirlos consistía en presionar sobre arcilla húmeda o cera dos
piedras que tenían grabada en relieve la misma figura, una en positivo y la otra en
negativo; al prensarlas creaban el distintivo y la marca reproducida. Este sello de
un toro procede de la India y es una muestra característica del 2300 al 1750
a.C.Dorling Kindersley/ Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2002. © 1993-2001
Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Ley Que Regula Las Responsabilidades De Abogados Y Notarios Incorporados A


La Corte Suprema De Justicia, Arto. 3.- Decreto Nº 658

f. Número, signo con que se representa. || Escritura de signos, guarismos o letras


convencionales, que sólo puede comprenderse conociendo la clave. || Enlace de
dos o más letras, por lo común iniciales de nombres y apellidos, que se utiliza
como abreviatura en sellos, marcas, etc. || Abreviatura. || Manera vulgar de escribir
música mediante números. || fig. Suma y compendio, emblema. Enciclopedia
Temática Lafer

m. Cualquiera de los signos o cifras arábigas que expresan una cantidad. || Toda
expresión de cantidad compuesta de dos o más cifras. Enciclopedia Temática
Lafer

f. Representación de las palabras por medio de una o varias de sus letras. ||


Palabra representada de este modo en la escritura. Enciclopedia Temática Lafer

Ver y citar en la exposición los artículos 67 y 68 Ley del Notariado.

Ver y usar en la exposición el Art. 33 L.N., párrafo VIII del Título Preliminar del
Código Civil., numeral XXXVIII

Ley de Identificación Ciudadana No. 152


Título I.

Capítulo I. De la Cédula de Identidad Ciudadana

Artículo 4.-

La presentación de la Cédula de Identidad Ciudadana es indispensable para :

a) Ejercer el voto de acuerdo con los procedimientos establecidos por la Ley


Electoral.

b) Tomar posesión de cargos públicos.

c) Celebrar contratos de trabajo.

ch)Obtener o renovar pasaporte, licencia de conducir, carné del Seguro Social,


Cédula del Registro Único del Contribuyente y cualquier otro documento de esta
naturaleza;

d)Recibir pagos o giros del Estado, de los municipios o de instituciones


autónomas;

e)Realizar operaciones bancarias;

f)Solicitar inscripciones en los registros del estado civil de las personas, registros
públicos de la propiedad inmueble, registros mercantiles y de la propiedad
industrial y en cualquier otra Institución Pública;

g)Concurrir ante notario;

h)Contraer matrimonio civil, salvo el caso de que se realice en peligro de muerte;

i)Matricular a los hijos o pupilos en escuelas y/o colegios públicos o privados;

j)Matricularse en colegios, universidades y cualquier otro centro de enseñanza,


cuando el solicitante sea mayor de dieciséis años;

k)Iniciar acción judicial y realizar cualquier otra gestión ante los tribunales de
justicia y demás organismos estatales, regionales y municipales;

l) Cualquier otra diligencia u operación en las que se deba acreditar la


identificación personal.

Ver y reseñar el Artículo 7, Ley 139 en Iniciación Notarial.


Arto.35. LN: Las entrerrenglonaduras deben transcribirse literalmente antes de las
firmas; en caso contrario se considerarán como no puestas.

Arto.36. LN: Para que las testaduras no se consideren como una suplantación se
tirará una línea sobre ellas, de modo que quede legible el contenido. Al fin de las
escrituras se hará mención de las palabras que testadas no valen.

Ver, analizar y aplicar los artículos Del 34 al 36 Ley del Notariado, en Iniciación
Notarial.

Arto. 7 Ley 135, citada.

Arto.43. Se prohíbe a los Notarios:

1.Autorizar escrituras o contratos de personas desconocidas, a menos que le


presenten dos testigos para comprobar su identidad y capacidad, expresándose
en la escritura los nombres y vecindad de éstos testigos;

Leer y Anexar el Arto. 10 LN

Leer, analizar y anexar el contenido del arto. 33 LN

Ver y anexar

Nota del editor.

Idem.

En nuestro país se puede dar el caso, se da a menudo, que el profesional se


incorpora como Abogado, se dedica a litigar y por algún motivo equis, no se ha
incorporado como Notario.

Pequeño Larousse: Refractario: Que se niega a cumplir una promesa o deber.


Sinónimo: Indócil, opuesto.” Para nuestro estudio representa la tendencia que se
opone a la división en partes de la Escritura Pública.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274), filósofo y teólogo italiano, en ocasiones


llamado Doctor Angélico y El Príncipe de los Escolásticos, cuyas obras le han
convertido en la figura más importante de la filosofía escolástica y uno de los
teólogos más sobresalientes del catolicismo./ Enciclopedia Microsoft® Encarta®
2002. © 1993-2001 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Alfonso X el Sabio (1221-1284), rey de Castilla y de León (1252-1284), una de las


figuras políticas y culturales más significativas de la edad media en la península
Ibérica y en el resto del continente europeo. / Enciclopedia Microsoft® Encarta®
2002. © 1993-2001 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
Código de las Siete Partidas/ Código de las Siete Partidas, nombre por el que es
más conocido el Libro del Fuero de las Leyes, y que proviene de su división en
siete partes fundamentales de Derecho (de la Iglesia; político, del reino y de la
guerra; sobre las cosas, procesal y organización judicial; de familia y relaciones de
vasallaje; de obligaciones; de sucesión y penal). Atribuido al rey de Castilla y León
Alfonso X el Sabio y considerado como la compilación de legislación bajomedieval
más importante del mundo, de ella se conservan más de un centenar de
manuscritos de finales del siglo XIII. La edición princeps es la de Díaz Montalvo
(Sevilla, 1491), pero de entre las renacentistas, la más conocida es la glosada por
Gregorio López en 1555. / Su relación con otros textos legales de la escuela
alfonsí, como el Fuero Real o el Espéculo, es problemática, de ahí que entre los
especialistas exista un viva polémica sobre su autoría, fuentes y finalidad. Según
Francisco Xavier Martínez Marina, que prologó la edición del Real Academia de
Historia (1807), hoy considerada como canónica, el Código fue efectivamente
redactado por la cancillería de Alfonso X, bajo su supervisión directa, entre 1256 y
1265. García Gallo y otros lo consideran obra posterior a la muerte del rey en
1290, como refundición y ampliación de copistas anónimos. También se discute su
objeto, y mientras para unos es una monumental enciclopedia del saber jurídico de
la época, otros opinan que estaba destinada a su promulgación efectiva, o incluso
que era un proyecto de legislación universal, ligado a la aspiración de Alfonso X de
convertirse en emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En cualquier
caso, su amplia repercusión y su vigencia posterior en los reinos hispánicos hasta
el final del Antiguo Régimen la convierten en la obra legislativa más importante de
la historia del Derecho español./ Microsoft ® Encarta ® Biblioteca de Consulta
2002. © 1993-2001 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Carnelutti, "La figura jurídica del notario", Revista Internacional del Notariado,
1950, p. 320.

La L. del N., Nic., califica de “escritura” solamente a las matrices, v. gr. en sus arts.
15, inciso 1°, que dispone que se extiendan en sus registros, y en el 17, según el
cual protocolo o registro es “la colección ordenada de las escrituras matrices...”

art. 19, L. del N., Nic.

AZPIRATE, R. Estudios de Derecho Notarial, ( Reus, Madrid, 1926) p. 39

Profesor de Notariado que escribió la obra “Ariis Notaiae o Summa Ars Notariae
en que hace un estudio exegético de las leyes notariales romanas, longobardas y
de algunas comunas o ciudades italianas. Fue el primer Notario Latino que, con
sus fórmulas y sus escritos traspasó los límites de espacio y tiempo, las fronteras
de su patria y de la Historia, según palabras de Núñez Lagos. Este maestro vivió
en el siglo XIII.

17 Art. 22, L. del N., Nic.


Luján Muñoz, J., Los escribanos en las Indias occidentales (tesis, U. de San
Carlos, Fac. Cienc. Jur. y Soc., Guatemala, 1964) p. 53-8.

Esta división es admitida por LOPEZ PELLEGRIN, J., profesor de la Universidad


del Litoral, Argentina, aunque llama exposición y terminación a lo que en Costa
Rica y Nicaragua aún se llama, respectivamente “cuerpo” y “conclusión” de la
escritura. Práctica de la notaría (La Facultad, Buenos Aires, 1928) 1, p. 17-19.

Art. 23, inciso 1, L. del N. De Nicaragua.

Ver Artículos 15, numeral 14ª Ley del N. Nicaragua y 2369C. (Caso en que la Ley
establece la autorización de dos notarios)

Arto. 7. -En las Escrituras públicas que los Notarios autoricen, deberán expresar
la fecha de vencimiento de su última autorización para cartular. La omisión de
esta obligación o la alteración de la fecha, así como la falta de envío de los índices
de los protocolos de los Notarios a la Corte Suprema de Justicia y demás oficinas
que señala la Ley a más tardar el 31 de enero de cada año, será sancionada por
la Corte Suprema de Justicia en forma establecida en el artículo anterior. Decreto
1618, Ley Citada.

Art. 23, inciso 1, L. del N., Nic.

Art. 23, inciso 2, 4, 5, 6, L. del N., Nic.

Art. 23, Ult. Pár., L. del N., Nic.;, Arto. 7 Ley que da mayor utilidad a la Institución
del Notariado.

Art. 23, inciso 5, L. del N., Nic.;

ver Ley Nª 105

Arto.21.En el protocolo deben llenarse además los siguientes requisitos:

1º Que estén numeradas todas las hojas;

2º Que se numeren ordenadamente todas las escrituras y demás documentos


protocolizados y se observe rigurosamente el orden de fechas, de manera que un
instrumento de fecha posterior no preceda a otro de fecha anterior: Arto. 2368 C
(...).

Decreto 1618

De esta responsabilidad nos ha relevado la Ley que da mayor utilidad a la


institución del notariado y la misma ley de identificación ciudadana.
f. Data, nota o indicación del lugar y tiempo en que se ejecuta u ocurre una cosa. ||
Cualquiera de los días que transcurren desde uno determinado. || Momento o
tiempo actual. Lafer.

f. Contradicción entre dos leyes o dos pasajes de una misma ley. || Contradicción
entre dos principios racionales. Enciclopedia Lafer

La obligatoriedad de que el Notario conozca a los comparecientes ha venido


perdiendo vigencia por evolución natural del notariado. La última reforma a la ley
de Identificación Ciudadana, en su artículo 4 le dio el tiro de gracia a este requisito
ya que el conocimiento se sustituye con la identificación legal por medio de la
Cédula. Además el artículo 5 de la misma Ley citada obliga al Notario a pedirla al
decir textualmente: “Deberá consignarse el número de Cédula de Identidad de las
partes en las escrituras públicas, contratos privados, títulos valores y expedientes
administrativos, judiciales o cualquier otra índole.” No obstante la Ley Notarial y la
Ley 105 que mayor utilidad a la Institución del Notariado la Ley 152 las reforma
tácitamente. Que pasa si el ciudadano no tiene cédula por culpa de atraso en el
Consejo Supremo Electoral? Este concederá al ciudadano una constancia en
donde diga que la cédula está en trámite e indicará el documento provisional de
identificación, según faculta la Ley 152 al CSE. En el caso de los extranjeros
acreditados en Nicaragua se identificarán según los reglamento, leyes y convenios
respectivos según lo reza el artículo 44 de la misma Ley y los Extranjeros
residentes lo deberán hacer con su cédula de residencia, artículo 45, señalada
Ley. Esta Ley fue publicada en la Gaceta Diario Oficial Número 46 del 5 de Marzo
de 1993 y en su parte derogatoria no menciona a la legislación notarial.

No obstante La Ley que da mayor utilidad a la Institución del Notariado permite


acreditar a los comparecientes mediante documentos legales de identificación. Si
embargo no haber sido reformada dicha Ley ni la Ley del Notariado de manera
expresa La Ley de Identificación Ciudadana exige al requeriente de los servicios
notariales comparecer con su respectiva Cédula de Identificación Ciudadana y en
su defecto el instrumento supletorio que emita el Consejo Supremo Electoral, nos
encontramos ante una reforma tácita.

Como veremos dicha Ley de Identificación Ciudadana no derogó ni expresa ni


tácitamente (no expreso: “todo lo que se le oponga”, ni las normas que exigen al
notario conocer a los comparecientes, ni los recursos que la ley notarial y sus
reformas otorgan para suplir la identificación de los mismos. No obstante en su
artículo 5 la Ley de Identificación Ciudadana establece insertar el número de
cédula en los instrumentos Entrerrenglonaduras: En la ciudad de Managua/ Mil
públicos. Esto es lo que derogó dicha Ley: Ley de Identificación Ciudadana No.
152.- Título VI. Disposiciones Finales.-. Artículo 67.- La presente Ley deroga la
Ley No.34, publicada en La Gaceta, Diario Oficial No.198 el 31 de agosto de 1972
y su Reglamento publicado en La Gaceta, Diario Oficial, No.195 del 1 de
septiembre de 1973.
Su regulación fue extraída del Código de Comercio y actualmente es rectoreada
por la La Ley General de Cooperativas, su Reglamento y la Ley de Cooperativas
Agropecuarias y Agroindustriales, además de las resoluciones del MITRAB.

Reglamento Notarial de España

concisión f.

Brevedad y economía de medios en el modo de expresar un concepto con


exactitud.

© Salvat Editores, S.A. 1999

hijuela f.

8. Documento donde se reseñan los bienes que corresponden a uno de los


participantes en una herencia.

9. Conjunto de los mismos bienes.

© Salvat Editores, S.A. 1999

Arto. 1255.- Aunque en el momento de deferirse la herencia, la posesión de ella se


confiere por el ministerio de la ley al heredero, esa posesión legal no le habilita
para disponer en manera alguna de los inmuebles de la sucesión, mientras no
preceda-.

1° La inscripción del testamento o la declaración de heredero ab intestato.

2° Siendo dos o más los herederos, bastará la hijuela de la partición inscrita.

Pero si todos los herederos quieren vender en común los bienes hereditarios, no
necesitan de partición anterior, bastándoles el testamento o la declaración de
herederos inscrita.

No se necesita de la declaración de heredero para la cesión a cualquier título de la


cualidad de tal heredero, o sea, de los derechos hereditarios de una manera
absoluta. En este caso, el cesionario o comprador de dichos derechos
hereditarios, es hábil para solicitar la declaración de heredero del cedente o
vendedor, y para ejercer las demás acciones y excepciones que incumben al
heredero vendedor o cedente.

Si la calidad de heredero constare en el testamento, se anotará en éste la cesión y


se entregará al comprador para que lo inscriba junto con la escritura de
cesión. Código Civil Rep. De Nicaragua
Código Civil de la República de Nicaragua Objeto cierto materia del contrato

Arto. 2473. Pueden ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del
comercio de los hombres, aún las futuras.

Sobre la herencia futura no se podrá sin embargo celebrar otros contratos que
aquellos cuyo objeto sea practicar entre vivos la división de un caudal conforme el
artículo 1358.

Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean
contrarios a las leyes o las buenas costumbres.

Arto. 2474. No podrán ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles.

Arto. 2475. El objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en cuanto a
su especie. La indeterminación en la cantidad no será obstáculo para la existencia
del contrato, siempre que sea posible determinarla sin necesidad de nuevo
convenio entre los contratantes.

Arto. 2476. Es nulo el contrato cuyo objeto no sea física y legalmente posible.

Arto. 2477. En los contratos sólo se considera corno físicamente imposible lo que
lo sea con relación absoluta al objeto del contrato pero no a la persona que se
obliga.

Arto. 2478. Tampoco pueden ser objeto de contrato las cosas o actos que no se
puedan reducir a un valor exigible, ni los actos contrarios a la moral pública o a las
obligaciones impuestas por la ley.

Código Civil de la República de Nicaragua

Arto. 3952. Cualquiera inscripción que se haga en el Registro de Propiedad,


relativa a un inmueble, expresara además de la circunstancia de toda inscripción:

1° La naturaleza, situación, cabida, linderos y nombre y numero, si constaren, del


inmueble,. objeto de la inscripción, o al cual afecte el derecho que deba inscribirse.

2° La naturaleza, valor, extensión, condiciones y cargas de cualquiera especie del


derecho que se inscribe.

3° La naturaleza, extensión, condiciones y cargas del derecho sobre el cual se


Constituya el que sea objeto de la inscripción.

4° El nombre, apellido y generales de la persona a cuyo favor se haga la


inscripción y los de aquella que transfiera o constituya el derecho que ha de
inscribirse. (...)
Código Civil : Art. 2530 “La Compra y venta es un contrato por el cual una de las
partes transfiere a otra el dominio de cosas determinas por un precio cierto”

Ley de Aranceles del Registro Público en General No. 40-91

Artículo 2.- Los Aranceles del Registro Público serán los siguientes:

(...) m) Por la certificación de gravámenes existentes, o de no existir ninguno, se


pagará diez córdobas (C$10.00) por cada asiento revisado; (...)

certificar tr. y prnl.

1 Dar por cierto, asegurar, afirmar.

2 tr. Hacer cierta una cosa por medio de documento público.

3 Tratándose de cartas u otra cosa enviada por correo, obtener un resguardo,


mediante pago, con que se pueda acreditar haberlos remitido.

© Salvat Editores, S.A. 1999

enfiteusis f.

Cesión del dominio útil de una finca, con reserva del dominio directo, durante un
período, a cambio de un canon o pensión anual al que hace la cesión.

© Salvat Editores, S.A. 1999

fideicomiso m.

1 Disposición testamentaria en que se encomienda una herencia a uno para que


haga con ella lo que se encarga.

2 Territorio discutido o en proceso de emancipación confiado a una administración


internacional.

© Salvat Editores, S.A. 1999

inalienable adj.

Que no se puede enajenar, por obstáculo natural o por prohibición legal o


convencional.

© Salvat Editores, S.A. 1999

En el anexo del libro Iniciación Notarial, Ramón Román.


Código Civil de la República de Nicaragua

Arto. 1038.- El que fuere enteramente sordo deberá leer por sí sólo su
testamento, y si no sabe o no puede, designará dos personas que lo lean en su
nombre, siempre en presencia de los testigos y del Notario. B.J, 262.

Arto. 1039.- Cuando sea ciego el testador se dará lectura del testamento dos
veces: una por el Notario, y otra, en igual forma, por uno de los testigos u otra
persona que el testador designe. De esta circunstancia se hará mención especial
en el testamento, pena de nulidad.

Artículos 1056 C.; 31 Ley del Notariado.

En el artículo original dice “primero el Notario”, pero, este orden fue reformado en
la ley del 28/05/13, la que establece que primero firman los otorgantes o los que
firmaren a su ruego, después los intérpretes, caso de haberlo, luego la de los
testigos, y por último la del Cartulario y la del secretario en su caso.

Argüir: Sacar en claro, deducir. || Descubrir, probar. || Echar en cara. || i. Disputar


impugnando la opinión ajena. || Presentar argumento en contra de una opinión.
LAFER.-

2374C.: “Los documentos públicos hacen plena prueba, aún contra tercero, del
hecho que motiva su otorgamiento y de la fecha de éste. También harán prueba
contra los contratantes y sus causahabientes, en cuanto a las declaraciones que
en ellos hubieren hech los primeros”

Art. 1685 Pr. República de Nicaragua: “Los instrumentos que traen aparejada
ejecución, pertenecen a cinco clases a saber: 1º Los instrumentos públicos. 2º Los
autenticos. 3º El reconcimiento. 4º Las sentencias. 5ºLas confeción judicial, ya sea
real o ficta.

Art. 2387C: “La fecha de un documento privado no se contará respecto a terceros,


sino desde el día en que hubiere sido incorporado o inscrito en un registro público;
desde la muerte de cualquiera de los que los que lo firmaron; desde el día en que
se entregare a un funcinario público por razón de su oficio, o desde la
presentación del documento ante un cartulario, a fin de que se autentique la fecha
que se presenta. En este último caso, el cartulario pondrá razón en su protocolo,
siguiendo el orden cronológico de los instrumentos que redacte, de la
autenticación que hiciere de la fecha en que se presente el documento privado;
expresando el nombre y apellidos de los que aparecen suscritos, elobjeto y el
valor del contrato o de la deuda. El cartulario al hacer la autenticación, citará el
folio del protocolo en que se pusiere la razón mencionada”

Arto. 2385C: “Los documentos privados reconocidos judicialmente o declarados


por reconocidos y conforme a la ley, hacen fe entre las partes y sus
causahabientes y con relación a terceros, en cuanto a las declaraciones en ellos
contenidas, salvo prueba en contrario.”

Art. 1151 Pr. “ El instrumento privado reconocido judicialmente, bajo promesa de


ley, por la parte a quiense opone, o que la ley da por reconocido, tiene el valor de
escitura pública en los casos y términos expresados en el Código Civil.

Arto. 2222 C.: “La simulación no es reprobada por la ley, cuando a nadie perjudica
ni tiene un fin ilícito”

Arto. 3277C.: “Las variaciones que para la administración se hagan durante la


sociedad, no surtirán efecto con respecto a tercero sino se anotan en la escritura
original y en el protocolo”. Notal del Editor: al decir este artículo “escritura original”
se refiere a la primera copia o testimonio.

“Arto. 3349 C: La revocación del mandato surte sus efectos respecto del
mandatario desde que éste lo sepa; pero respecto de terceros, si el poder ha sido
otorgado por Escritura Pública solamente, desde que el notario que lo autorizò
anote la revocación al margen de la escritura matriz y del testimonio
correspondiente. Si el mandante se hallare fuera del Territorio de la República,
deberá hace saber la Revocación del Poder, por aviso publicado en el periódico
oficial de Nicaragua; de otro modo, la revocación no surtirá, en este caso efecto
contra terceros.”

“Arto. 3350C.: La revocación de un poder que conste por escritura pública o por
escrito, debe hacerse por escritura pública o por escrito.”

Arto. 2483. Deberán constar en instrumento público:

 Los actos y contratos que tengan por objeto la creación, transmisión,


modificación o extinción de derechos reales sobre bienes inmuebles

 Los arrendamientos de estos mismos bienes por cuanto o mas años.

 Las capitulaciones matrimoniales que otorguen los esposos o cónyuges antes o


después de celebración del matrimonio, lo mismo que las modificaciones que
quisieran hacer de dichas capitulaciones.

 La cesión, repudiación y renuncia de los derechos hereditarios o de los, de la


sociedad conyugal, si la hubiere. La repudiación y renuncia de derechos
hereditarios podrá también hacerse en juicio por medio de escrito que se
presentara ante el Juez para que este lo agregue a los autos con noticia de los
interesados.

 El poder para contraer matrimonio, como se dispone en el tratado respectivo, el


general para pleitos y los especiales que deben presentarse en juicio escrito; el
poder para administrar bienes y cualquier otro que tenga por objeto una acto
redactado o que deba redactarse en escritura publica, o haya de perjudicar a
tercero.

 La cesión de acciones o de derechos procedentes de un acto consignado en


escritura pub1ica.

 La cesión de derecho litigiosos, en la forma prescrita en el Capítulo respectivo.

Conseso: m. Acuerdo, asenso, asentimiento general, y especialmente el de las


personas que componen una corporación. Lafer.

adj. Fil. Aplícase a lo que es inherente a algún ser, o va unido indisolublemente a


su esencia.- Lafer.

Derogado

“Los Actos ejecutados contra leyes prohibitivas o preceptivas son de ningún valor,
si ellas no designan expresamente oro efecto para el caso de contravención”.

LEY Nº 139.- LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA DE NICARAGUA


En uso de sus facultades: HA DICTADO La siguiente: LEY QUE DA MAYOR
UTILIDAD A LA INSTITUCION DEL NOTARIADO Arto. 1. - Sin perjuicio y
conforme lo mandado en el Arto. 116 y siguientes del Código Civil en lo que fuere
aplicable, los que quieran contraer matrimonio, podrán acudir ante un Notario
Público Autorizado, del domicilio de cualquiera de los contrayentes. El Notario
procederá apegándose a las disposiciones pertinentes de Código Civil en lo que
fuere aplicable. Levantará y custodiará las diligencias previas al acto matrimonial y
formalizará el matrimonio levantando el Acta correspondiente en un Libro Especial
que para tal efecto le entregará la Corte Suprema de Justicia. El Notario guardará
y conserará este libro en la misma forma y condiciones como lo hace con su
protocolo, de acuerdo a la Ley, pudiendo librar las certificaciones que las partes le
pidieren, y así mismo en la forma y condiciones que envía a la Corte Suprema,
índice de su Protocolo cada año, enviará un índice de los matrimonios
autorizados. El mismo día de la celebración del matrimonio, el Notario deberá
entregar a cualquiera de los contrayentes un aviso circunstanciado para inscribirse
en el Registro del Estado Civil de las Personas que corresponda, en la misma
forma y condiciones que lo hace el Juez Civil. La responsabilidad del Notario
autorizante será la misma que la del Juez y se exigirá en la misma forma. Arto. 2.
- Si una certificación del Registro del Estado Civil de las Personas contuviere un
error evidente que se constatare con la simple lectura de la misma, el interesado
podrá hacer la rectificación en escritura pública ante Notario, insertando la partida
y declaración del interesado, detallando el error evidente. El testimonio será
anotado en el Libro correspondiente del Registro del Estado Civil, poniendo razón
al margen de la partida. Arto. 3.- La persona que hubiere usado constante y
públicamente nombre propio distinto del que aparece en su partida de nacimiento,
o usare nombre incompleto, podrá pedir ante un Notario su identificación. El
Notario levantará acta notarial en su Protocolo, recibiendo la declaración del
interesado y la declaración de dos testigos idóneos, insertando íntegramente la
partida. El testimonio será presentado ante el Registro del Estado Civil, quien hará
la anotación correspondiente al margen de la partida. Arto. 4. - Toda persona que
se dedicare al comercio como actividad profesional, podrá declararse y
constituirse como comerciante, en escritura pública ante Notario, de acuerdo a las
indicaciones del Artículo 15 del Código de Comercio. El testimonio se inscribirá en
el Registro Mercantil y un aviso circunstanciado se publicará en La Gaceta o en un
Diario de la Capital. Arto. 5. - La traducción de documentos a que se refiere el
Arto. 1132 Pr. podrá hacerse en escritura pública por un intérprete nombrado por
el Notario autorizado. Asimismo, deberán constatar en escritura pública los
poderes especiales de los comerciantes a favor de las agencias aduaneras para
trámite de desaduanaje. Arto. 6. - Derógase el Arto. 42 de la Ley de Notariado,
quedando suprimida la intervención de los testigos instrumentales, excepto en el
testamento en cuyo caso se estará a lo dispuesto por el Código Civil. Arto. 7. - La
responsabilidad del Notariado en cuanto a la identificación de las personas se
limita a la de los documentos de identificación presentados, a los testigos de
conocimiento en su caso, o al dicho de las partes contratantes si manifiestan
conocerse. La falta de envío de una diligencia o aviso, será penada con multa
equivalente al quíntuplo del honorario cobrado. En caso de falta o delito cometido
por el Notario en el ejercicio de sus funciones provenientes de esta ley, se
aplicarán las leyes vigentes. Arto. 8. - Las facultades conferidas al Notario
mediante la presente ley solamente podrán ser utilizadas por aquellos Notarios
que hubieren cumplido por lo menos diez años de haberse incorporado como
Abogado o Notario en la Corte Suprema de Justicia. Arto. 9. - La presente ley
entrará en vigencia a partir de la publicación en La Gaceta Diario Oficial. Dado en
la Sala de Sesiones de la Asamblea Nacional, a los veintiocho días del mes de
Noviembre de mil novecientos noventa y uno. Alfredo César Aguirre.- Presidente
de la Asamblea Nacional.- William Frech.- Secretario.-

i. Proceder el agua de sus manantiales. || fig. Provenir. Lafer

f. Falta de autenticidad o verdad. Lafer.-

Genuino: adj. Puro, propio, legítimo, natural. Lafer.

Protocolo: m. Serie ordenada de documentos autorizados y custodiados con


ciertas formalidades por un notario o escribano. || Acta o libro de actas de una
conferencia, congreso, etc. || Por ext., regla ceremonial diplomática. Enciclopedia
Lafer.

“A tener un libro llamado Registro o Protocolo compuesto de pliegos enteros de


papel de a peso, para extender en él las escrituras que ante ellos se otorgaren”.
Arto.17.El protocolo o Registro es la colección ordenada de las escrituras matrices
autorizadas por el Notario y de las diligencias y documentos protocolizados.. Ley
del Notariado.

Arto.18. El Protocolo se abrirá el primero de enero o el día en que el notario


comience a cartular, con una nota en que se haga constar la fecha de la apertura
que será firmada por el Notario, y se cerrará el treintiuno de diciembre de cada
año, con una razón que exprese el número de escrituras, diligencias y documentos
contenidos en él y el número de sus hojas.

También se cerrará el protocolo cuando el notario deje de cartular por razón de


entrar al desempeño de la Magistratura u otro empleo que sea incompatible con el
ejercicio del notariado, expresando el motivo de la clausura y sujetándose en todo
a lo dispuesto en el inciso anterior.

Arto.19. El Protocolo se formará de pliegos enteros como se dispone en el Arto.


15.Nº 4º y si la última hoja correspondiente al año anterior quedare en blanco, el
Notario la utilizará en extender en el ella el índice a que se refiere el número
octavo del Arto. 15 citado.

Los protocolos pueden ser libros encuadernados compuestos de fojas de papel de


a peso. Si concluido el año no se hubiese llenado el libro, se continuará en éste el
siguiente protocolo.

Arto.20. Se considerarán como accesorios del protocolo los documentos o


comprobantes a que se refieren las escrituras matrices y que conforme a la ley
deban quedar en poder del Notario, quien los irá coleccionando por orden
cronológico en un solo legajo, cuyas fojas se numerarán con foliatura corrida.

Arto.21.En el protocolo deben llenarse además los siguientes requisitos:

1º Que estén numeradas todas las hojas;

2º Que se numeren ordenadamente todas las escrituras y demás documentos


protocolizados y se observe rigurosamente el orden de fechas, de manera que un
instrumento de fecha posterior no preceda a otro de fecha anterior: Arto. 2368 C.

3º Que a continuación de una escritura comience la siguiente, debiendo ponerse,


por lo menos, tres renglones en la hoja anterior;

4º Que los pliegos de que se componga, reúnan las condiciones que exige la ley
de papel sellado; y que tengan además, a la derecha y a la izquierda, dos
márgenes en cada una de las cuatro planas del pliego, los cuales márgenes serán
de veinte milímetros. Las páginas que se escriban no podrán contener más de
treinta renglones de veintitrés centímetros cada uno, aunque la forma y tamaño de
los caracteres, pudieran dejar espacio para un número mayor.
Arto.38. Copia (o testimonio) es el traslado fiel de la escritura matriz que tienen
derecho a obtener los interesados en ésta. En ella se insertará el texto íntegro del
instrumento, rubricará el Notario cada una de sus hojas; expresará al fin el número
de éstas, cuantas son las copias que han dado y el número que corresponda a la
actual; el nombre de la persona y la fecha que se da salvando al fin de ella las
testaduras y entrerrenglonaduras que contenga, y la autorizará con su firma y
sello.

Arto.40. No solo el notario a cuyo cargo estuviere el protocolo podrá dar copias de
él; en caso de impedimento designará el cartulario que deba hacer la compulsa; si
no lo verificare dentro de veinticuatro horas, lo harán los interesados; y por falta de
acuerdo de éstos, lo hará el Juez de Distrito del Domicilio del Notario. Si el notario
hubiere fallecido o estuviere fuera de la República, harán la designación los
interesados, o el Juez en su caso, sacándose la copia en el Archivo
correspondiente.

“Los protocolos pueden ser libros encuadernados compuestos de fojas de papel


de a peso. Si concluido el año no se hubiese llenado el libro, se continuará en éste
el siguiente protocolo.”

Arto.17. El protocolo o Registro es la colección ordenada de las escrituras


matrices autorizadas por el Notario y de las diligencias y documentos
protocolizados.

protocolo m.

1 Libro en que el notario guarda los registros de las escrituras que ha legalizado.

2 Acta o cuaderno de las actas de un congreso, convención, etc.

3 Regla ceremonial diplomática o palatina.

© Salvat Editores, S.A. 1999

Justiniano I (482-565). Emperador bizantino (527-565). Sucedió a su tío Justino I,


el cual le había asociado al trono. Su política exterior estuvo centrada en la
consecución de un doble objetivo principal: restaurar el antiguo imperio romano y
convertir el Mediterráneo en un mar bizantino. Su esposa, Teodora (m. 548), y
Juan de Capadocia, destituido en 541, fueron sus principales colaboradores.
Después de la Paz Perpetua con los persas sasánidas (532) y de aplastar la
sedición de Nika (532), inició la reconquista de Occidente. Su general Belisario,
tras derrotar al último monarca del reino vándalo africano, Gelímer (534), y ocupar
el N. de África, empezó la sumisión de Italia en 535. Los años 540-552 fueron de
crisis para Bizancio; los persas volvieron a atacar y los hunos ocuparon la Tracia
(540). Se concertó una tregua con los primeros en 545. Justiniano mandó a Liberio
a España, el cual, aprovechando las luchas internas visigodas, anexionó la Bética
y parte de la Cartaginense al Imperio. En materia religiosa, el emperador fue
partidario de la unidad con Roma, pero los monofisitas, apoyados por Teodora, y
la condena llamada de los tres capítulos le ocasionaron diversos conflictos con el
Papado. Destaca su labor legislativa. Dispuso de excelentes jurisconsultos:
Triboniano, Teófilo y Doroteo. En 529 puso en vigor el Código de Justiniano. En
530 se confeccionaron las Pandectas o Digesto. En 533 se redactaron las
Instituciones o Instituta. Las contribuciones posteriores a 534 fueron llamadas
Novellae leges o Novelas. © Salvat Editores, S.A. 1999

Alfonso X el Sabio (1221-1284). Rey de Castilla y León (1252-84). Hijo de


Fernando III y de Beatriz de Suabia. Continuador de la política paterna de
reconquista y unificación, ordenó construir las atarazanas de Sevilla con el
propósito de pasar a África y obtuvo algunas victorias iniciales, como la toma de
Niebla y de Cádiz. El pleito imperial, como pretendiente al trono de Alemania
(Sacro Imperio Romano), le acarreó impopularidad por las medidas económicas
que tomó para satisfacer los gastos; la nobleza permaneció en continuo estado de
agitación, y sus primeros triunfos sobre los musulmanes no prosperaron. En 1275
renunció con promesa verbal a todas sus aspiraciones al Imperio, y el mismo año
murió su primogénito y heredero, don Fernando de la Cerda, planteándose
entonces un grave conflicto sucesorio con la lucha entre los partidarios de los
infantes de la Cerda (los hijos de don Fernando) y los de don Sancho (hijo
segundo del monarca). Depuesto en Valladolid por una junta de nobles y prelados,
Alfonso X murió en Sevilla.

Sin embargo, su reinado, pese a los fracasos políticos, se distinguió


especialmente por la gran empresa cultural que dirigió y alentó, estableciendo los
núcleos de irradiación del saber que fueron Toledo (en actividad desde Alfonso
VII) y Sevilla. Su labor cabe concretarla en los siguientes apartados:

1) Obras jurídicas: las Siete Partidas (1256-63 ó 1265), precedidas por el Fuero
real (código general y transitorio), en las que colaboraron Jacobo el de las Leyes,
Fernando Martínez y Roldán, aportaron un nuevo concepto (atribución regia de la
facultad legislativa), fundándose en el derecho romano justinianeo. Constituyen
asimismo un tesoro etimológico y semántico.

2) Obras históricas: Estoria de España (intento de historia de España iniciado en


1270, con inclusión de prosificaciones de varios cantares de gesta, y que a la
muerte del monarca alcanzaba hasta los últimos tiempos de los visigodos);
General e Gran Estoria (intento de historia universal iniciado hacia 1272).

3) Obras científicas: traducciones y adaptaciones de fuentes orientales, como los


Libros del Saber de Astronomía, las Tablas alfonsíes (según la tradición tolemaica
a través de los astrónomos árabes) y el Lapidario (tratado incompleto con la
descripción de gran número de piedras preciosas, y cuyo antecedente parece ser
una Mineralogía apócrifa de Aristóteles).
4) Obras poéticas: Alfonso X es autor de unas treinta poesías de carácter diverso
insertas en los cancioneros galaico-portugueses (Vaticana, Colocci-Brancuti) y,
sobre todo, de las Cantigas de Santa María, colección de 420 composiciones en
lengua gallega, así como de las traducciones del Calila e Dimna, célebre colección
de apólogos orientales, y del Septenario, recopilación del saber medieval. © Salvat
Editores, S.A. 1999

Arto. 2365C. Las Escrituras publicas deben ser autorizadas por el mismo cartulario
en el correspondiente protocolo. Las escrituras autorizadas por el cartulario que no
estén en el protocolo, no tienen valor alguno, salvo las sustituciones de los
poderes y otros casos determinados por la ley.

Arto. 2368C. Es nula la escritura que no se halle en la página del protocolo donde
según el orden cronológico debía ser extendida.

Arto.32. L. N. Aunque la escritura no quede terminada ni firmada, no puede


inutilizarla el Notario, y se conservará como las demás, expresando el notario por
medio de una nota al pie de la misma escritura la circunstancia que impidió su
terminación.

DE LOS TESTIMONIOS O TRASLADOS Y DE LAS COPIAS DE LAS


ESCRITURAS

Arto. 1139.- Los testimonios compulsados de orden del Juez y con citación
contraria, hacen fe; pero si existe la escritura original puede siempre exigirse la
presentación de ésta y cotejo con el testimonio, a solicitud de parte, siempre que
sea posible a juicio discrecional del Juez.

Arto. 1140.- Cuando la escritura original no exista, los testimonios compulsados


de la manera ya dicha, hacen plena fe, pudiendo cotejarse con el protocolo a
solicitud de parte.

Arto. 1141.- Los testimonios o copias que se han sacado sin citación de parte y
decreto judicial en los casos necesarios, ya del protocolo, ya de la escritura
original por el mismo Juez o cartulario ante quien se otorgó la escritura, hará fe en
los casos siguientes:

1. Si la parte contra quien se oponen nada agregue contra ellos, desde que se
presentan en juicio hasta que se cita para sentencia. 2. Si resultaron conformes
con la escritura original o protocolo, caso que exista; y cuando a virtud de ellos se
dio posesión del derecho pretendido al que los presenta o a su causante y fueren
además antiguos, teniendo por lo menos treinta años de compulsados.

S-ar putea să vă placă și