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Introducción.-
Nos interesó conocer el derecho notarial, la historia del ejercicio en los distintos
estados de la evolución humana y sobre todo el quehacer notarial, la Institución
del Notariado, el Instrumento Público y el Sujeto de dar fe.
Este es un humilde aporte del recopilador. Quiero hacer memoria de los grandes
maestros nacionales entre los que ocupa un lugar muy destacado el doctor
Nicolás Buitrago, cuya aporte al estudio del notariado nacional es trascendental
para los profesionales y para los actuales docentes.
Para la recopilación del contenido y redacción de la presente obra se consultó y
observó la estructura de los Programas de Estudio de la Materia de Derecho
Notarial de varias facultades de Derecho de Universidades del país, diseñándose
de tal manera que pueda servir de material básico en su estudio y de herramienta
auxiliar de los catedráticos, siempre bajo la premisa de que tomemos lo que nos
sea útil.
TEMA UNO
EL INSTRUMENTO PÚBLICO.
Sumario
CONCEPTO
A. CONCEPTO
La Nueva Enciclopedia Jurídica nos dice: “En armonía con su etimología del Latín
“documentum” derivado del verbo “doceo, es ere” enseñanza, podemos considerar
como documento, “toda incorporación o signo material de un pasatiempo”, en
donde en sentido semejante expone el notarialista Siguiel: “Documento es un
exteriorización del pasatiempo perceptible con la vista”
De conformidad con las normas jurídicas más generales, sin embargo, podemos
definir como instrumento público “la escritura que incorpora, enseña, expresa,
constata, publica, prueba declaraciones de voluntad positiva o negativa, o
simplemente de hechos y derechos”
Para los civilistas clásicos, la Escritura no era más que un requisito indispensable
para la existencia de ciertos actos solemnes, sin la cual no podían tener validez y
eficacia, calificándola de forma “ad solemnitatem”. En ellos, la forma da el ser (la
existencia) a la cosa (forma dat esse rei). Este efecto de la escritura aún perdura.
Un ejemplo es la donación de bienes inmuebles que en las legislaciones del Istmo,
como en muchas otras extranjeras, requiere, para su validez, el ser hecha en
escritura pública.
su fondo o contenido y
su forma.
La escritura pública también puede diferenciarse por la índole del negocio jurídico
que contiene, y bajo este aspecto, la clasificación resulta poco interesante, pues
sería interminable, ya que habría tantas clases de escrituras como cuantos fuesen
los negocios que contuvieren.
Preguntas:
TEMA DOS
SUBSANACION DE ERRORES.
TESTIGOS E INTÉRPRETES.
Sumario
CONCEPTO
FORMALIDADES EXTERNAS
Papel
Sello
C. FORMALIDADES INTERNAS
Idioma
Vocabulario o lenguaje
Estilo
D. TESTIGOS
De conocimiento o abono
Testigos instrumentales
B. FORMALIDADES EXTERNAS
Papel
Nuestra legislación al igual que todas las legislaciones del Istmo centroamericano,
exige el uso de papel sellado de determinado valor para la matriz y el testimonio
(Para el cual algunas legislaciones permiten a veces, el uso de papel de oficio)
aunque el uso de papel sellado de inferior valor, o aun de papel común no dé lugar
a la nulidad del instrumento matriz, ni de su traslado, sino únicamente a reintegros,
recargos y multas imponibles al notario y, en cuanto al testimonio o copia, a su
ineficacia temporal mientras no se reintegre su valor y los recargos o multas que
señale la ley. Asimismo algunas leyes requieren la fijación de timbres móviles de
varias clases con igual sanción de ineficacia probatoria mientras no se cumpla
este requisito. Frecuentemente se establece el tamaño, número de renglones y
márgenes, a la izquierda y derecha del papel, que unas veces se compone de
hojas y otras de pliegos. Los márgenes de la izquierda son destinados para
corregir errores (Panamá y Costa Rica) o para determinadas notas, tales como las
referentes a expedición de testimonios o copias o para hacer constar que, por
instrumento separado se adiciona, aclara, varía o rescinde lo expresado en la
escritura, pero no para escribir en ellos el texto de la misma.
En nuestro país la Reforma a la Ley de Timbres establece el valor del papel de
Protocolo en Cinco Córdobas el Pliego y el de Testimonio en Tres Córdobas el
folio. (Ver el apéndice del libro Iniciación Notarial).
Letra y Tinta:
La ley del 11 de enero de 1967 dispone que las matrices pueden ser escritas a
mano o por cualquier medio mecánico.
Las leyes de Honduras y Nicaragua disponen que cuando una escritura vaya a
terminar en las últimas líneas de la cuarta plana del pliego, debe procurarse que la
siguiente escritura ocupe por lo menos las tres últimas líneas de esa plana. La de
Panamá exige que cada instrumento comience en hoja distinta de aquella en que
termine el anterior.
3. Sello
Los sellos antiguos solían estar grabados en hueco, con un dibujo que dejaba una
impresión convexa en lacre o en arcilla húmeda. La evolución del sello, como
medida de seguridad, se produjo antes de que se extendiera la escritura, pues se
utilizaba para garantizar el cierre de vasijas, cajas, sacas y fardos. Hacia el año
3200 a.C., se utilizaban en Mesopotamia sellos de hueso o de piedra: eran
pequeños cilindros tallados con dibujos geométricos o con figuras de animales que
se hacían rodar sobre arcilla húmeda para producir un dibujo repetitivo, a manera
de friso. Los sellos de Mesopotamia servían para autentificar los documentos
escritos en arcilla, poniendo el remitente su marca personal en el propio
documento y en la caja, también de arcilla, que servía de envoltorio. En el antiguo
Egipto, se enrollaban los documentos escritos en hojas de papiro y luego se
ataban, cubriendo el nudo con lacre, donde se aplicaba el sello.
En China y en Japón se utilizaban los sellos para confirmar una firma o para
identificar posesiones como cajas, libros o cuadros. No iban estampados como en
Occidente, pero se utilizaban con tinta como estampillas, por lo que representan
una forma temprana de impresión. Por lo general eran cuadrados y en ellos se leía
simplemente “Sello de” seguido del nombre del propietario.
Entre las culturas prehispánicas mesoamericanas se encuentra una serie de sellos
o pintaderas tallados en cerámica, terracota o piedra y, se supone, que los debió
de haber de madera. Su uso principal y más original era la decoración ritual del
cuerpo humano, aunque también servían para decorar cerámica y textiles. Los
sellos o pintaderas se remontan a las culturas más primitivas que empezaron a
asentarse en el valle de Mexico, posiblemente anteriores al Horizonte Preclásico
(1800 a.C.) y perduraron hasta los últimos días del imperio mexica de la Gran
Tenochtitlán (1521). A grandes rasgos, los sellos podían ser de dos tipos: planos y
con un mango en la parte posterior, y cilíndricos. Estos últimos podían ser huecos,
para pasarles un palo por el centro y hacerlos rodar sobre la superficie que se
quería pintar, o bien, sólidos, como un rodillo de amasar actual. En todos los
casos, la superficie de los sellos estaba cubierta de motivos simbólicos y
ornamentales en relieve.
Según el artículo 5 de la Ley del Notariado “Todo Notario Público deberá tener un
sello para sellar con tinta o en blanco las copias o testimonios que expida de los
instrumentos que autorice o tenga a la vista, las cubiertas de los testamentos
cerrados en que se extienda el otorgamiento y el acta de clausura anual de los
protocolos.”
Así mismo se dispone que el sello tenga en el centro el escudo de armas con la
leyenda en su base de República de Nicaragua y en la circunferencia el nombre
del Notario y la leyenda de Notario Público, o Abogado y Notario Público, según el
caso.
Se dice en la parte infine del artículo citado que para los actos referidos de
cartulación, los jueces harán uso del sello del juzgado.
El numeral 5 del Artículo 15 de la Ley del Notariado dice: “Los notarios están
obligados a extender actas e instrumentos cumplidamente y no por abreviaturas,
poniendo todas las letras de los nombres de persona y pueblos y no solamente las
iniciales y usando también todas sus letras y no de números y guarismos para
expresar cantidades, fechas o citas.
C. FORMALIDADES INTERNAS
Idioma
El idioma oficial de los países del Istmo es el castellano o español. Por tal motivo,
las respectivas legislaciones establecen la necesidad de que los instrumentos
públicos estén redactados en este idioma.
Según lo reza el Arto.33 de la Ley del Notariado nuestra, “No podrá extenderse
ningún instrumento público en otro idioma que el castellano, en conformidad al
inciso 2o. del Arto. 38, párrafo VIII del Título Preliminar del Código Civil. No podrán
agregarse al protocolo documentos extendidos en idioma extranjero, sino
acompañados de la debida traducción al castellano, la cual será autorizada por el
Notario y el traductor oficial, o el llamado por el mismo notario, en un solo
contexto, sin mezclarse en él actos extraños”.
El Título Preliminar del Código Civil en su artículo XXXVIII establece como idioma
legal el castellano y en su parte final dice textualmente: “Los cartularios emplearán
igualmente el idioma castellano en los instrumentos y documentos que redacten y
autoricen”.
Aquí nos encontramos con una aparente inconsistencia ya que el Título Preliminar
del Código Civil nos habla de idioma castellano, lo mismo que la Ley del Notariado
y ahora viene la Carta magna y nos dice que el idioma oficial es el español. Si
estuviéramos en España quizás habría diferencia. Nuestro idioma es la unificación
de lenguas habladas en la Península Ibérica. La República es España, estaba
compuesta, para tiempos de la Colonia, de Reinos Unificados, y ahora de
comunidades autónomas que incluso conservan sus lenguas y costumbres
propias. El castellano viene de Castilla, el español de Madrid, pero igual nos
invadieron los conquistadores de cualquier parte del viejo continente,
masivamente ibéricos y para nosotros significó y significa indistinto denominar a la
lengua como castellano o español. En consecuencia tanto para el pueblo, como lo
vemos para el legislador, en nuestro caso el castellano y el español son sinónimos
y no tenemos dos lenguas oficiales, sino más bien una lengua o un idioma oficial
con dos nombres o denominaciones para nosotros sinónimas.
2. Vocabulario o lenguaje
A pesar de que el notario debe utilizar tanto los términos técnicos como los
jurídicos que se requieran, no podrá perder de vista en ningún momento, que las
escrituras públicas deben ser redactadas en un lenguaje sencillo y claro. No deben
utilizarse palabras en exceso, mas no se debe pecar de parquedad por el peligro
de incurrir en omisiones.
Artículo 4.-
Artículo 5.-
4. Estilo
El estilo del documento notarial debe ser: “técnico, sin afectación; objetivo y
preciso, sin sequedad; natural y claro, sin ser pedestre o vulgar.”
Subsanaciones Materiales:
Entrerrenglonaduras son palabras puestas entre una línea y el otra para incluir las
palabras omitidas entre dos escritas en texto principal, y entre las cuales se coloca
una señal, generalmente una pleca.
Raspaduras o borrados son el raído hecho sobre el papel con goma o caucho o un
instrumento cortante, de modo que desaparezca lo anteriormente escrito. No
procede.
Y testados son las palabras cubiertas por una línea horizontal o varias inclinadas
en sentido inverso al de inclinación de las letras para suprimirlas sin dejar de ser
legibles.
Como dijimos los notarios somos seres humanos y solemos cometer errores
materiales por lo que la Ley nos otorga una oportunidad para subsanarlos, pero
para aprovechar esa oportunidad debemos de cumplir los siguientes requisitos
indispensables:
Se hacen, las permitidas por la Ley y ya señaladas, antes de que firmen las
partes.
Se razonan al final de la grafía del texto, después de la frase que sella toda
escritura o sea “doy fe de todo lo relacionado”, antes de las firmas de los
otorgantes.
D. TESTIGOS
En sentido genérico, el testigo puede ser definido como aquella persona que rinde
testimonio de alguna cosa. No obstante, se considera como tal el que adquiere, en
forma directa, el verdadero conocimiento de algo.”
1. De conocimiento o abono
Todas las legislaciones del Istmo exigen dos testigos de conocimiento, en el caso
de que el notario no conozca a todos los comparecientes. Las de las naciones
centroamericanas, salvo la hondureña, admiten también la identificación de las
partes por medio de la presentación de ciertos documentos de identificación, v. gr.,
cédula de identidad, cédula de vecindad, pasaporte o cédula de residencia en
caso de ser extranjeros.
Está demostrado en los autos con la espontánea confesión del doctor X...
confirmada con la declaración del señor Concepción Juárez, que al otorgarse la
escritura pública de las ocho de la mañana del treinta de junio de mil novecientos
cuarenta y nueve; de la que aparece que la señora Isabel Somarriba le vende al
señor Juárez el solar de que se trata, el Notario doctor X... a pesar de la expresa
prohibición del artículo 43 LN de la Ley del Notariado, autorizó la escritura con la
intervención de una persona desconocida, sin que se le hubiesen presentado
testigos para comprobar su identidad y capacidad; y, por consiguiente, ha incurrido
dicho Notario, fuera de las otras responsabilidades a que hubiese lugar, en la
multa que prescribe el Artículo 44 de la citada ley, multa que a juicio del Supremo
Tribunal debe aplicársela en su término mínimo, tomando en cuenta que según se
desprende de los hechos relatados en las Resultas anteriores, el doctor X... que
conocía personalmente al otorgante señor Juárez, fue sorprendido en su buena fe
por éste, quien le presentó como su esposa a una persona diferente a la señora
Somarriba, buena fe que se corrobora con el hecho de que inmediatamente
después que el doctor X... tuvo conocimiento del fraude' ocurrió a la autoridad de
Policía a pedir la captura del hechor y aún presentó la denuncia del caso al juez de
lo Criminal del Distrito de León a quien confesó su delito el señor Juárez Z.
POR TANTO:
2. Testigos instrumentales
Los requisitos exigidos para que una persona pueda actuar como testigo
instrumental son, en general, ser mayor de dieciocho años, civilmente capaz e
idóneo, saber leer y escribir, ser conocido por el notario y no sufrir de incapacidad
alguna.
TEMA TRES:
Sumario:
Concepto General
Clases de Escrituras
División de la Escritura en partes o períodos
Veracidad y Eficacia
Más como debe ser esta redacción, la podemos considerar en sentido general, y
en sentido particular.
En esta virtud debemos decir que, los notarios empleamos el idioma Español en
los instrumentos y documentos públicos que autoricemos como ya lo tenemos
relacionado.
La redacción debe ser como lo prescribe el Arto. 26 de nuestra Ley del Notariado
que ordena que, el cuerpo (su redacción) del documento debe comprender la
relación clara y precisa del contrato o acto que se reduce a instrumento Público, el
cual deberá redactarse conforme a los puntos que de palabra o por escrito le
hubieren dado los otorgantes al Notario. En caso de ser por escrito, se agregará el
documento al Protocolo; pero para mayor garantía a la redacción del instrumento
público, prescribe el Arto. 27 de la Ley del Notariado, que los funcionarios que
cartulan no podrán insertar ni escribir en los documentos públicos que autorice ni
por vía de nota, más de lo que han declarado expresamente las partes y pedidos
que se ponga en ellos.
Puede encontrarse que a través de las épocas, una de las razones más
importantes de la actuación notarial, es la de aconsejar a las partes y redactar el
instrumento. Dicha actuación la compartieron los tabeliones, escribas, escribanos
y otros personajes que en la antigüedad se dedicaron a redactar los instrumentos
contractuales (Ars Notariae) previo consejo que daban a las partes. La fe pública
fue otorgada posteriormente, pero es innegable que si no se hubiese concedido, la
actividad asesora y redactora del notario seguirla siendo indispensable para la
sociedad.
Aconsejar. Una vez que los problemas se establecen por las partes y asimilan por
el notario, éste dentro de su repertorio jurídico, se encuentra en actitud de dar un
consejo eficaz. Es muy frecuente que un mismo planteamiento jurídico tenga
diferentes maneras de encauzarse y hallar solución. Las distintas formas de llevar
a cabo un asunto pueden clasificarse y tratarse como negocios jurídicos típicos o
se les puede aplicar una solución atípica particular, a caso pudiéramos decir que
se les hace un “traje a la medida”. La capacidad, preparación jurídica,
conocimientos y experiencia del notario, son fundamentales para dar la mejor
solución y aconsejar lo más adecuado ante los hechos presentados por sus
clientes.
Las partes han expresado su deseo. El notario califica y determina el tipo de acto
jurídico de que se trata y procede a la redacción del instrumento, en el que vuelca
su creatividad de profesional del derecho y demuestra su calidad de jurisconsulto.
Ahí desarrolla su labor de perito en derecho, así como su práctica en la redacción
adquirida a través de la experiencia. Gracias a su estudio, conoce cuáles son las
disposiciones que integran el orden jurídico, sabe adecuarlas ordenarlas,
interpretarlas y seleccionarlas, para formar el instrumento necesario y adecuando
a las partes. La redacción de las cláusulas requiere sabiduría legal y
responsabilidad profesional para hacer prevalecer el orden jurídico, la buena fe y
así evitar que en el contrato se declare como cierto aquello que no lo es.
LA ESCRITURA PÚBLICA:
CONCEPTO:
La locución escritura pública tiene dos significados. Uno amplio y otro estricto. El
primero se refiere a todos los instrumentos que figuran en el protocolo, bien
contengan o exterioricen un negocio jurídico o simplemente un hecho (acta). Así
entiende la escritura la Ley Notarial Costarricense, que no distingue entre escritura
y acta. En sentido estricto “escritura” designa únicamente al instrumento notarial
que contenga una declaración de voluntad.
“Toda la técnica Notarial, dice Núñez Lagos, está basada en esta discusión
fundamental entre escrituras y actas”, admitidas por todas las legislaciones
Centroamericana, (excepto la Costarricense y Panameña), que ordinariamente
usan el vocablo escritura en sentido estricto reservando la de los instrumentos
para designar tanto las escrituras como las actas. La Ley del Notariado
nicaragüense alude en el Arto. 15, inciso 5 a las “escrituras, actas e instrumentos y
en sus Artículos del 61 al 66 establece los requisitos del acta de protocolización.
Sin embargo, existen legislaciones como la del Salvador y Honduras que adoptan
el sentido amplio, y dan el nombre de escrituras a las matrices, testimonios o
certificaciones de las mismas.
CLASES DE ESCRITURAS:
principales
complementarias.
Subdividiéndose estas últimas en:
ampliación de prórroga,
de confirmación,
de ratificación,
de aceptación,
aclaratorias y
de adhesión.
PRINCIPALES:
Son las que persiguen una finalidad propia y exclusiva, siendo independiente de
toda otra escritura.
ACCESORIAS O COMPLEMENTARIAS:
Son las autorizadas por el Notario con el objeto de completar, adicionar, modificar
o corregir otra anterior. Dentro de este grupo caben los sub-grupos siguientes:
a) De ampliación:
Son las que extienden o aumentan el objeto del negocio contenido en la escritura
principal sin modificar las cláusulas primitivas. Por ejemplo, una escritura de una
ampliación de hipoteca de C$ 25,000 córdobas.
b) De Prórroga:
De Confirmación:
Las que se proponen sanear los vicios que afectan el acto anulable. Ej. La
escritura otorgada por una persona capaz confirmando otra otorgada por ella
mismo en un período de incapacidad.
d) De Ratificación:
Son las que aprueban actos realizados por otras personas sin mandato o sin
facultad suficiente para ello. Eje. La escritura en que el mandante ratifica lo hecho
por el mandatario con un poder insuficiente)
De aceptación:
f) Aclaratorias
Llamadas también "Adicionales". Son las que suplen omisiones o dejan sin
cláusulas generalmente nulas o ilícitas), con el fin de facilitar la inscripción de un
documento en el Registro Público o aclaran dudas de otra escritura. Los
otorgantes de la escritura aclarada y de la aclaratoria suelen ser los mismos.
g) De Adhesión:
Son todas aquellas en que ambas partes realizan un negocio jurídico y convienen
en que se rija por las cláusulas de un contrato tipo previamente redactado y que
puede estar publicado (ejemplo: en el período oficial) o trascrito en un registro
público.
Otra clasificación sería entre escrituras autorizadas por el Notario y sin efecto, las
que así son declaradas por el Notario, cuando los otorgantes se niegan a firmar, lo
que el notario hará constar al pie de la escritura, firmando después.
La Comparecencia:
La Ley del Notariado de Nicaragua acoge esta división última aceptada por el
Código Guatemalteco y dispone el tal sentido en el Arto. 22 que: la relación de los
documentos comprenderá tres partes:
INTRODUCCION.
CONCLUSION.
La escritura era pues, externamente una frase que se desarrollaba siguiendo hilo
del discurso natural, la expresión directa del otorgante verdadero o transmisor de
un derecho.
VERACIDAD
Ahora bien, de acuerdo con la ley el documento notarial hace prueba plena de su
contenido, aun en los casos en que no haya coincidencia con la verdad, razón por
la cual históricamente el legislador se ha preocupado porque el notario goce de
ser una persona calificada desde el punto de vista moral. Así por ejemplo Alfonso
X El Sabio, en las Siete Partidas, establecía que “y si el Escribano de Ciudad, o de
Villa, hiciera alguna carta falsa o hiciere alguna falsedad en juicio en los pleitos
que mandaren escribir, débenle cortar la mano, con que la hizo, y darle por malo,
de manera que no pueda ser testigo, ni hacer ninguna honra mientras viviere”.
Si el notario actúa con veracidad, proporciona seguridad jurídica, que entre otras,
es una de las finalidades del Estado. La seguridad jurídica es un “saber a qué
atenerse”; es conocer donde inicia y donde termina el derecho de una persona.
Por lo que toca al documento notarial, es tener la certeza de que éste es válido;
que refleja la verdad de lo sucedido y acontecido; y que tiene pleno valor
probatorio y fuerza ejecutiva.
Por esta razón debe actualizar sus conocimientos jurídicos, para que entre varias
opciones seleccione la más viable.
En gran parte de los países donde existe el notariado de tipo latino, hay notarios
que para documentar y elaborar sus escrituras, utilizan las computadoras y los
1lamados también ordenadores, lo que ha redundado en una mayor rapidez y
eficacia en su proceso y terminación. Los medios técnicos empleados para
documentar, redactar o reproducir el trabajo notarial, son convenientes siempre y
cuando no se pierda la función más importante del notario, que es el
asesoramiento a las partes mediante un contacto directo y personal.
Así pues, se puede considerar que el uso de las computadoras en las notarías
resulta de gran utilidad para la actividad notarial, no sólo para la redacción del
instrumento, sino también para el acopio de datos, cálculos de impuestos, registro
de clientes y cuentas, etcétera, que trae consigo, la actualización del notariado al
mundo de nuestros días. Carnelutti coincide con este concepto al decir:
“Si tenemos en cuenta los progresos científicos que la técnica nos presenta cada
día, podemos decir que si el notario fuera exclusivamente un mero documentador,
estará en trance de desaparecer porque con los progresos de la fotografía, de la
cinta magnetofónica, etcétera, esa función de plasmar una declaración de voluntad
en un documento de modo que no quepa ninguna duda acerca de su autenticidad
se llegará a realizar por medios mecánicos y más que suficientes para los fines
pretendidos. Sin embargo el notario tiene algo más que hacer, y estas
consideraciones son las que nos llevan a la conclusión de que esta función
documentadora es lo accesorio en el notario. De ahí la injusticia que supone
llamarlos, como en algunos países, “escribanos”, puesto que si por ser lo más
aparente -sobre todo sobre la base de la consideración histórica del desarrollo del
notariado- puede confundirse la misión puramente adjetiva de documentar con su
esencia, es preciso ir mucho más lejos para encontrar la verdad... La esencia de la
función notarial hay, pues, que buscarla en otra que nos da la manera definitiva su
base, su contenido y su significado. Esta esencia está en vías de encontrarse
cuando se supone la idea de su misión con la mediación. Es decir, cuando se
parte del estudio de la figura jurídica del intérprete. Pero no del intérprete
material... y he aquí lo más importante, del intérprete jurídico. El notario lo que
hace en realidad es interpretar, “traducir”, la realidad social al campo del Derecho,
trasladar el hecho al Derecho, “ligar la ley al hecho”.
TEMA CUATRO
LA ESTRUCTURA REGLAMENTARIA DE LA ESCRITURA PÚBLICA
Sumario
CONCEPTO
Escritura de compraventa
LA INTRODUCCION
1. Encabezamiento
1. CONCEPTO
La locución “escritura pública” tiene dos significados: uno amplio y otro estricto. El
primero abarca todos los instrumentos que figuran en el protocolo, bien contengan
o exterioricen un negocio jurídico o simplemente un hecho (acto). Así entiende la
escritura la ley notarial de Costa Rica, que no distingue entre escritura y acta. En
sentido estricto, escritura designa únicamente el instrumento notarial que contenga
una declaración de voluntad. “Toda la técnica notarial española -dice Núñez
Lagos- está basada en esta distinción fundamental entre escrituras y actas.”
admitida por las legislaciones notariales centroamericanas (excepto la
costarricense) y panameña, que ordinariamente usan el vocablo escritura en
sentido estricto, reservando la de “instrumentos” para designar tanto las escrituras
como las actas.
Algunos han negado la distinción entre escritura y acta pues la escritura relata
declaraciones de los otorgantes que son hechos ocurridos a presencia del notario
y por tal razón la escritura es a la vez un acta, o sea un relato auténtico de un
hecho o de varios sucesivos.
Estructura es el modo como está construida una cosa. Estructura de una escritura
debe ser, pues, el modo de hacerla. Estructura interna es su composición o
redacción, en la que se distinguen sus diversas partes integrantes. De ella se
tratará en el resto de este Tema. La estructura externa se refiere a la forma
material de escribirla, a lo que se refirió en tema III.
El autor Jorge Luján Muñoz, clásico tratadista del derecho notarial, se refieren a
este antecedente:
Esta división del contenido del documento notarial es demasiado simple. Cualquier
documento, jurídico o no, notarial o de otra clase, podría ser dividido en esas tres
partes: introducción, cuerpo y conclusión. Estas tres palabras no indican la
naturaleza de esas partes sino apenas su colocación al principio, en el medio o al
final de la escritura.
Sin embargo, todas las legislaciones notariales del Istmo han recibido la influencia
del sistema científico-jurídico, aunque no lo hayan adoptado expresamente. Con
un poco de esfuerzo y sin apartarse de lo dispuesto en ellas, es posible en todos
los países del Istmo mejorar la redacción de las escrituras aplicando el método
antes citado. La introducción puede hacerse equivalente a la comparecencia; el
cuerpo puede dividirse en antecedentes o exposición y parte dispositivo o
estipulaciones; y la conclusión, contener lo que la doctrina llama otorgamiento y
autorización.
Encabezamiento
La hora que es cada una de las veinticuatro partes en que se de divide el día solar
que se cuenta desde la una de la mañana hasta las doce de la noche siguiente,
junto con la fecha, es el “cuando” se efectúa el instrumento publico, y esta
íntimamente ligada con el día, ya que pertenece a cada uno de los espacios
llamados mañana, tarde y noche, por lo que en la redacción de la escritura se le
considere como horas de la mañana, de la tarde o de la noche según el caso
respectivo.
El día, conforme el Arto. XXVI Titulo preliminar C “Es el intervalo entero que corre
de media noche a media noche”, y en este sentido se sigue el concepto
astronómico del día, o sea, el tiempo que el sol emplea en dar aparentemente su
vuelta alrededor de la tierra, que empieza desde el momento que apunta la luz del
día a la una de la mañana o mañanitas hasta el momento que llega el sal al Cenit,
las doce meridianas, de la cual continua en sus ultimas horas de luz hasta las
dieciocho horas (Seis de la tarde) que empieza la noche y que cesa alas
veinticuatro horas (Las doce de la noche). No obstante de esta consideración de la
Ley considere y tiene en el Artículo 172 Pr. Como tarde la primera hora, de la
noche que termina con las Siete, por una mera apreciación objetiva de los
legisladores.
El día junto con el mes y el año forma jurídicamente la “fecha” ó sea la relación
del tiempo y del espacio con un hecho. El nombre “de fecha” viene de la cláusula
de estilo que antiguamente se consignaba en las cartas: Fecha en tal día y lugar.
Todas las horas del día y todos los días del año son hábiles para Cartular. Mas a
este respecto no existe disposición que terminantemente lo establezca, pues no se
necesita tal cosa. La creación del día feriado que es aquel en que se cierra los
tribunales de justicia ha sido con el fin de que se suspendan durante ellos el curso
de sus negocios judiciales en acción pública, y en este sentido el Arto. 171 Pr.,
dice; “Son días hábiles todos los del año, menos los domingos y los que este
mandado que vaquen los tribunales”, y el referido Arto. 172 Pr. Dice: “Son horas
hábiles las que mediante entre las Seis de la mañana hasta las Seis de la tarde”
Habilitables para los jueces y tribunales son únicamente los días inhábiles, a
instancia de parte cuando, hubiere causa urgente que lo exija (Arto. 173 Pr.)
Así establecidos para las actuaciones judiciales se estableció a su vez por los
legisladores en el Artículo 571 Pr. Que para las actuaciones de jurisdicción
voluntaria son hábiles todos los días del año sin excepción, quizás por la urgencia
que de ordinario revisten.
El mes que constituye que cada una de las doce partes en que se divide el año, se
distingue como el día en civil y astronómico este es el tiempo que gasta el sol en
correr aparentemente en cualquiera de los doce signos del zodiaco, el civil es
cualquier de las doce partes del año que se conocen con los nombres de enero,
Febrero, Marzo, Abril, etc., se hace obligación que se ponga el año en la escritura
publica por el hecho de que los días están numerados con relación al mes que
pertenecen. El año como se sabe es el tiempo que tarde la tierra en su revolución
real alrededor del sol, que es el año astronómico.
Tanto los meses como los años los computara el Notario en la escritura que
autorice siguiendo el sistema del calendario Gregoriano, o sea según el número de
días que respondan respectivamente a ellos, ya de 28 a 29 de 30 o de 31 para los
meses ya de 365 o de 366 para los años.
Todos estos datos de lugar, de hora, día, mes y año se colocan siempre al
principio del instrumento publico por dos consideraciones: La primera la funda una
razón de lógica, ósea de que siendo el instrumento publico en el que se consigna
casi siempre un hecho jurídico, debe relacionarse este de antemano con el tiempo
y el espacio de manera que al empezarse la escritura se conozca ya el lugar
momento de su verificación, y la otra consiste en la importancia que el lugar, hora,
día, mes y año, tienen en la escritura publica por ser hechos que el Notario le
consta y por consiguiente los autentica la fe Notarial, haciéndoles producir efectos
aun contra terceros como lo preceptúa el Arto. 2374 C. estas razones hicieron que
se dejaran de poner el fin de la Escritura Pública como se hacia en lo antiguo, en
los siglos XVI al XVIII.
Nuestro Código Civil en su Arto. 1035 dice: “El testamento abierto deberá ser
otorgado ante Notario y tres testigos idóneos que vean, oigan y entiendan al
testador, y de los cuales dos a lo menos deben saber leer y escribir, y en el
Artículo 1052 dice: “Lo que constituye esencialmente el testamento cerrado es el
acto en que el testador presenta una escritura cerrada declarando de viva voz, de
manera de que el Notario y testigo lo vean, oigan y entiendan, que en aquella
escritura se contiene su testamento.
Esta presencia del Notario la debe acreditar el mismo en esta primera parte de la
escritura con palabras que no dejen duda alguna de ella, y nada mas precisa y
exacta que la de “ante mi” que significa decir “en mi presencia”. El otorgamiento de
los instrumentos público dice Fernández, participa en cierto modo de la Naturaleza
mística de los sacramentos y requiere como estos la presencia real del Ministerio
del Sacerdote.
Los otorgantes de una escritura publica deben reunir ante el notario autorizante las
condiciones necesarias que la Ley exige para la validez de su actuación, y que
necesariamente deben hacerse constar en ello.
Su designación o filiación.
La fe de su conocimiento.
QUE ADOLECIEREN:
La Ley nos dice lo siguiente: En el Arto. 2367C. si las partes fueren sordomudos,
que saben escribir, la escritura debe hacerse en conformidad a una minuta que
den los interesados, firmada por ellos y reconocida la firma por el Notario, quien
dará fe del hecho. Esta minuta quedara también protocolizada” en el Arto. 1038 C.
El que fuere enteramente sordo deberá leer por si solo su testamento y si no
saben o no pueden, designara dos personas que lo lean en su nombre, siempre
en presencia de los testigos y del Notario”, y en el Arto. 31 Ley del Notariado” si
algunos de los otorgantes no saben firmar o es ciego o tienen algún otro defecto
que haga dudosa su habilidad, se indicara esta circunstancia en el instrumento; y
uno de los testigos instrumentales, u otra persona llevada por el interesado,
firmará por él la segunda”, condiciones de cuando ignoran los otorgantes el idioma
Español nuestro, o nacional la reglamentan los Artículos 23 No. 1 del notario y el
Arto. 2366 C. que respectivamente dicen.
Algunos piensan que entre las disposiciones civiles y la notarial indicada, hay
ciertas especies de antinomia puesto que el Código Civil exige una minuta firmada
por las partes y traducida por un perito que nombre el Notario.
Al juicio de los Prof. Bruno Hermógenes y Nicolás Buitrago, no existe esa
antinomia si se extiende al tenor literal de ambas disposiciones, el Código Civil
habla de “partes” que ignoran el idioma vernáculo, y entonces es el caso en que
deben presentar al Notario la minuta redactada en su propio idioma para que la
traduzca el Perito nombrado por el Cartulario; mientras que la Ley del Notario se
refiere, no a las partes en general, sino a una sola parte que ignore el idioma
nacional, pues en este caso basta que el otorgante nombre un Perito para que le
sirva de interprete ante el Notario que deba redactar el instrumento.
En cuanto a los que indica el No. 3, ósea la calidad de los otorgantes, o lo que es
lo mismo decir, lo que constituye el Estado de una persona, su naturaleza, su
edad y demás circunstancias y condiciones que se requieren para el ejercicio de
sus derechos.
Esta calidad de los otorgantes se hace constar en la Escritura como dice el No. 2
del Arto. 23 Ley del Notariado expresando el nombre y apellido de los otorgantes
con letras claras, exactas y completas, sin iniciales ni abreviaturas. Si el otorgante
fuera funcionario Público que intervenga en el ejercicio de su cargo lo que debe
hacer constar el Notario.
Sobre el domicilio que debe tener el otorgante, la Ley nuestra únicamente nos
habla de él, sin referirse en manera alguna al vecindario de ellos como lo hace el
Reglamento Notarial de España.
El domicilio vincula a la persona jurídicamente al lugar del departamento o
provincia en que reside en donde se le debe hallar para el ejercicio de sus
derechos y cumplimiento de sus obligaciones.
ESTADO CIVIL
El Artículo 159 del Reglamento Notarial de España, a este respecto dice: Que las
circunstancias relativas al Estado civil del otorgante de una escritura, se expresara
diciendo si es Soltero, Casado, Viudo o Divorciado.
En nuestra legislación solo existen dos Estados: Casado o Soltero, por costumbre
se señala si la soltería es a consecuencia de la viudez.
De aquí se resuelve que o el individuo es casado o soltero. Aunque sobre todo las
señoras se ponen solteras por viudez, los hombres no se califican de tal manera y
solamente se ponen solteros, en cuanto al estado de divorciado, generalmente a
nadie le interesa señalar tal situación y mientras no implique alguna circunstancia
condicionante, únicamente se ponen solteros.
Esta obligación del Notario vino legislada desde el Fuero Juzgado y el Código de
las Siete Partidas. De nada serviría al Notario dice, Don Eduardo Jirón que
observe toda solemnidad que la Ley impone para el otorgamiento de la Escritura,
si por falta del conocimiento personal de los otorgantes no resultara de las
filiaciones respectivas, en caso dado la identidad legitima de las personas que
ante él comparecen.
No obstante, de esto ha creado la Ley, dos medios que pone en manos del Notario
para que llene ese vacío de solemnidad, que son:
En estos casos es recomendable que firmen la escritura para garantía del Notario.
La presentación de documentos de identidad y capacidad que autoriza el mismo
inciso y del Arto. 23, es únicamente en calidad de supletorio de la falta de testigos
de conocimientos ya que el referido inciso Literalmente dice: “En el caso de que el
cartulario no conozca a las partes ni puedan estar presente testigos de
conocimientos lo hará constar así en las escrituras, especificando en su caso, los
documentos que le hubiesen exhibido como comprobante de su identidad y
capacidad. Estos serian por ejemplo, la Cédula de Identidad que en la mayoría de
los países se usa, incluyendo Nicaragua y a falta de ella, podrían ser los
Pasaportes y cualquier otro similar como las Licencias que se dan a los chóferes y
Libretas de los estudiantes Universitarios. Se plantea una aparente contradicción
con la Ley de identificación ciudadana ya que ésta establece como único medio de
identificación la cédula.
Para el caso de cualquier testamento en que intervengan Notario, debe este
conocer al testador, y en caso contrario identificarlos con los testigos de
conocimiento en la forma ya indicada, Arto. 1032 C. si no hubieren testigos de
conocimiento, se declarara esta circunstancia por el Notario y hará uso de los
documentos de identidad reseñándolos debidamente, y hará constar las señas
personales del testador, como - caso especial para el testamento Arto. 1033 C. La
fe de conocimiento personal de los otorgantes asegura para el Notario la identidad
de ellos por lo que debe tenerlos en su presencia.
Actualmente, con el progreso y el desarrollo científico técnico, que afecta todas las
esferas de la sociedad, ha llegado a sustituir el conocimiento personal de los
comparecientes por la existencia y portación de un documento oficial y habilitado
para tal efecto de identificación: la cédula de identificación ciudadana. Si no
tenemos cédula no podemos contratar.
“En esta materia dice López Palop, encontramos el semillero de donde brotan la
mayoría de la nulidades e ineficacia de los documentos notariales. “Una de las
circunstancias que deben hacerse constar a costo y en la introducción de la
escritura publica, es la afirmación a juicio del Notario y no apoyado en el solo
dicho de los otorgantes, de que estos tienen la capacidad legal necesaria para
obligarse y contratar especialmente es acto o contrato a que se refiere el
instrumento público”, ya vimos que conforme el Arto. 43 Ley del Notario, “Se
prohíbe a los Notarios: “Autorizar contratos de personas incapaces de contratar
según el Código Civil”.
Con respeto al efecto de la capacidad de las partes en relación con la validez del
instrumento, puede decirse por una parte que dada la importancia de ella y lo que
establece el Arto. 1832 C. para la validez de una obligación, es indispensable que
los que se obligan sean capaces por lo que, al consignar el Notario en la escritura
que autoriza esta circunstancia debería de viciarse de nula la escritura, pero por
otra parte el Arto. 1833 C. dice que la capacidad para obligarse se presume
siempre mientras no se prueben los hechos o circunstancias por los cuales
nieguen la Ley esta capacidad, y en esta virtud, desde el momento de que el
Notario autoriza la escritura aunque no exprese su juicio sobre la capacidad del
otorgante, se establece la presunción “juris tantum” de que se ha juzgado la
capacidad del otorgante en sentido favorable.
En el caso del testamento no cabe duda de que la omisión de este requisito como
formalidad esencial, es motivo de nulidad conforme el Arto. 1034 C. por lo que el
Notario debe tener siempre la seguridad de hallarse en el testador con la
capacidad legal necesaria, como lo manda el Arto. 1032 C. por el que solo bastara
que haga constar el Notario este requisito, como ya se dijo en el testamento
abierto, repite esta obligación el Arto. 1035 C. ultimo y para el cerrado el Arto.
1055C.
El Arto. 23 Ley del Notariado exige caso de no ser conocido el otorgante por el
Notario y no haber testigos de conocimientos, la comprobación de la capacidad de
los otorgantes como documentos que como supletorio le fuesen exhibido en la
escrituras ínter vivos; y el Arto. 28 también Ley del Notariado expresamente
manda que no podrá precederse a extender un instrumento cuando las partes no
tengan capacidad legal para obligarse o no están completamente autorizados para
el efecto pero de nulidad., o sea que, independientemente de que el otorgante
porte su cédula, debemos de conocerlo, o al menos tener la certeza de que esta
en su sano juicio o que tiene capacidad.
Por todas las razones dichas debe hacerse constar en esta Primera parte de la
escritura por el notario autorizante, el juicio de capacidad que tenga sobre los
otorgantes para que no se entrañe nulidad su omisión.
Mas nuestra Ley no tiene ese concepto del instrumento publico, puesto que lo
hace un documento completo de defensa del derecho que la intervención
notarial crea o consagra públicamente como ciertos. El instrumento es autentico,
no parcialmente y respecto a hechos puramente materiales ocurridos en presencia
del notario, sino íntegramente, en la totalidad de su contenido material y jurídico.
Por ello no puede ser eficaz si ante de su definitiva existencia no ha procedido un
examen jurídico sobre la actitud de los sujetos para que intervenir en él, que
termine en una apreciación positiva.
5to.CAPACIDAD DISMINUIDA
Sin embargo la Ley del 28 de Mayo de 1913 aclarando el referido Arto. 67,
dispone que: “No se extiende haberse faltado a las solemnidades prescritas por la
Ley primero por no haberse expresado que el otorgante procede por si, cuando no
la hace en nombre de otro”
Por otra parte también existen personas que con plena capacidad de obrar, están
imposibilitadas a veces de realizar personalmente ciertos actos debido a los
múltiples de hechos que les impone su limitación física.
Es pues que para ambas situaciones arbitra el derecho para solución de ellas el
medio de la REPRESENTACION. Esta la recibe el representante, en el primer
caso de la Ley, y en el segundo de la voluntad del representante. De esto fluye
que la “representación” directa puede ser necesaria o legal y voluntaria o
contractual”. La necesaria o legal, la confiere la Ley a ciertas personas, que por
virtud de su cargo u oficio, o de una de una pasión familiar obran a nombre de los
que se encuentra impedidos para hacerlos por si mismo. La “Representación”
voluntario, o declaración unilateral de voluntad, es la que una persona autoriza a
otra para que concluya en su nombre uno o varios negocios jurídicos que han de
producir sus efectos como si fuesen operados por ella misma. En ella el acto de
voluntad del representado, jurídicamente se llama Poder.
Los modos de intervenir en nombre de otro por acto de voluntad pueden ser:
Con Poder.
Sin Poder, y
En los dos últimos casos hay identidad en el resultado final. Pues el que actúa sin
Poder o con Poder insuficiente realiza un acto de disposición ajeno, y por
consiguiente no vincula la voluntad del presunto representado, a menos que de
parte de este se produzca la ratificación del acto verificado en su nombre, sin
poder o con poder suficiente. (Arto. 3339 C.)
El buen uso del poder, en el sentimiento jurídico, ósea que el representante obre
dentro de los limites o facultades que en el se haya señalado.
EN EL INSTRUMENTO PÚBLICO
La Ley del Notariado nuestra, con objeto de mantener la subsistencia del poder, es
decir, su permanencia, su estabilidad o conservación, se dispone en el Arto. 23
inciso 3. Que el documento justificativo de la representación de otro se debe hacer
constar en el instrumento público, según el caso de cualquiera de estos modos:
Se agrega como folio del protocolo con el número que le corresponda al orden
sucesivo del que lleva la escritura. Estos dos modos que nos representa la Ley
para subsistencia del poder, están de acuerdo con lo que dispone el Arto. 3331
inciso 2 que dice: Cuando se contrata a nombre del Mandante, se es en escritura
pública, deberá insertarse el poder si lo hubiere.
Así mismo, se debe agregar también al protocolo cuando se procede con especial
para determinado acto jurídico. Como la falta de observancia de cualquiera de las
disposiciones que contienen los números anteriores acarrearían las nulidades del
instrumento público, por requisito de solemnidad como lo estatuye el Arto. 67 Ley
del Notario, y así mismo dispuso la Ley del 28 de Mayo de 1913 que: “No se
entiende haberse faltado a las solemnidades prescritas por la Ley; 2do. Por
haberse copiado al protocolo ni copiar íntegramente los poderes u otro poderes
habilitantes, con tal que se copien las designaciones que se deben tener la
introducción y conclusión según los artículos 23 y 29 Ley del Notariado y las
cláusulas pertinentes”.
En este caso nos dice la misma Ley en el número 3ro. Que el Notario dar fe que
no hay otra cláusula que limite o altere la personería del compareciente. La
omisión de este requisito será penado con multa de Cuatro Córdobas”:
Y POR SU UTILIDAD
Sobre este poner siente la C.S.J., que se puede hacer uso de juicio sin que lleve
las autorizaciones especiales que enumere el Arto. 3357 C. A nuestro juicio,
creemos que el instrumento debe contener tales autorizaciones como lo dispone el
inciso 3 del Arto. 28 de la Ley del Notariado.
GENERAL: (Arto. 3296 C.), para todos, alguno(s) negocio(s), con amplia y general
administración.
ESPECIALÍSIMO:
Se confiere para ciertos actos determinados por la Ley, es tal modo que para ese
acto no seria bastante el poder general, ni el generalísimo, sino que debe
constarse solo y exclusivamente a dicho acto jurídico.
Se concede poder especialísimo según el Arto. 3358 C.
Para todos los otros casos en que la Ley requiera poder especialísimo.
RESPECTO A ENTIDADES
SOCIEDAD CIVIL
SOCIEDADES MERCANTILES
DE LA REVOCACIÓN DE MANDATO
La revocación es una de las formas que para terminarlo lo designa el No. 3 del
Arto. 3345 C. La revocación de poder que conste por escrito o en escritura publica,
debe hacerse por escritura publica o por escrito y surte sus efectos respecto el
mandatario desde que lo sepa; pero respecto de terceros, si el poder ha sido
otorgado en escritura publica, solamente desde que el notario que lo autorizo
anote la revocación al margen de la escritura matriz y del testimonio
correspondiente. (Arto. 3349, 3350 C.).
REPRESENTACIONES ESPECIALES
Se puede llamar así; las del quebrado, y del concursado, del suspenso del
interdicto y del ebrio. (Arto. 1071 CC. y 2252 C. 1073 C. respecto al quebrado).
El Interdicto:
Iglesia Católica:
La Iglesia puede adquirir por causa de muerte testados, mandas que no excedan
de la décima parte de los bienes del testado, como lo dispone el Arto. 986 C. La
persona que representa a la Iglesia es el jefe de ella, ósea los Obispos
respectivos, que acompañaran como documento legal, la Bula de su designación.
Nuestro código civil en el inciso 2do. Arto. 3349, estatuye: “Si el Mandante se
hallare fuera del territorio de la república, deberá hacerse saber la revocación del
poder por aviso publicado en el periodo oficial de Nicaragua; de otro modo la
revocación no surtirá en este caso efecto contra tercero”.
Tema Cinco
El Cuerpo de la Escritura
El cuerpo de la escritura.
Concepto:
Poniendo los hechos prácticos del Notario, claramente resulta, que una vez
consignados por él, en la Primera parte o INTRODUCCIÓN de la Escritura
todo lo que ordena y nos refiere el Artículo 23 LN y, de haber expuesto la
expresión “dijo” o “dijeron” con respecto del otorgante u otorgantes
respectivamente, empieza o entra de lleno la segunda parte o “Cuerpo de la
Escritura”.
Es evidente que quizá por la concisión con que debe redactarse una ley, el
artículo trascrito no enumeró de un modo claro los demás requisitos que
debe comprender esta segunda parte de la escritura. Ellos aunque
brevemente, se determinan de la manera siguiente:
Este es, uno de los deberes primordiales del Notario, o sea, el de saber
distinguir la naturaleza de los negocios jurídicos sometidos a su
autorización. En este sentido debe hacer consignar en cada uno de los actos
o contratos las condiciones que la Ley señala separadamente, y no
confundir los efectos de unos con los de otros, y designarlos con las
denominaciones especiales que les da la Ley; Venta, Hipoteca, Poder,
Testamento, Sociedad, etc.
“La omisión del Notario a este respecto será castigada con una multa de diez
a cincuenta pesos (de cuatro a veinte córdobas) que le impondrá el
Registrador respectivo”.
Este doble carácter del título, obliga a que el Notario haga el examen de él,
para deducir el eslabón preciso, entre los derechos sustantivos y el notarial;
debe considerar el acto anterior ya causado para determinar del modo más
inconmovible y cabal posible, un título de adquisición.
Consideramos muy útil no sólo para bien de las partes sino también para
salvaguardia del Notario, que mire antes de proceder a la constitución de la
escritura, el contenido que de la escritura se halle en el Registro Público de
la Propiedad inmueble, pues a pesar de lo que exponen los títulos o digan
los interesados puede encontrar o descubrir en el Registro diferencias de
gran responsabilidad, previniéndose con esto el Notario de incurrir en
circunstancias que le podrían impedir la inscripción de la escritura que
autoriza.
Conforme el Arto. 2473 C.- pueden ser objeto del contrato todas las cosas
que no están fuera del comercio de los hombres, aún las futuras como las
cosechas, lo mismo que los derechos que se pueden tener en una herencia
así como también todos los servicios que no sean contrarios a las leyes y, a
las buenas costumbres.
El objeto puede ser real o posible (Arto.2475 C): de valor exigible (Arto. 2478
C.): y determinado en cuanto a su especie (arto. 2475 C.)
Acerca del OBJETO inmueble dice Gimenez Arnau: “La mayor parte de la
contratación en que interviene el Notario hace relación a inmuebles: no
porque sea ésta la que marque su competencia, sino porque pese al
creciente auge de la riqueza mobiliaria, la trasmisión de muebles no está
sujeta a mayores formalidades puesto que la posesión tiene en ellos una
función legitimadora que disculpa de la prueba del título.
Previendo la ley que esta razón de orden lógico que impone la obligación de
que el título suministre todos los elementos necesarios para la operación
registral, expresamente la impone y la exige el Arto. 20 del Reg. Del R.P. que
dice: “Las escrituras públicas de actos o contratos que deban inscribirse,
expresarán, por lo menos, todas las circunstancias que, bajo pena de
nulidad, debe contener la inscripción y sean relativas a las personas de los
otorgantes, a las fincas y a los derechos inscritos”. Este artículo es símil del
Arto. 21 de la Ley Hipotecaria, párrafo 1° de España.
Deberán fijarse así mismo los linderos del inmueble objeto del contrato en
sus cuatro puntos cardinales indicándose de preferencia los límites
naturales que tuviese el inmueble, como el río, el cerro, la cañada, el camino,
la Calle o Avenida tal, linderos que deberán ser, los que en el momento del
otorgamiento del negocio tuviere el bien raíz; más, no obstante , para darle
mayor seguridad al Registro debe hacer constar el notario en la escritura
que autoriza los linderos que aparecieren en el titulo de propiedad.
El es, el valor pecuniario en que se estima una cosa; más en materia forense
es la prestación en numerario que un contratante da o promete a cambio de
la cosa, servicio o derecho que adquiere. En este sentido es fundamental
como requisito o estipulación básica del acuerdo de voluntades; sobre todo
en los contratos traslativos de dominio o en cualquier otro en que por la
naturaleza del acto lo impone la ley como en la Compra venta el Arto. 2530 C.
En cambio, en los actos en que no haya referencia directa a una determinada
cosa o que de modo inmediato no produce modificación de derechos como
en los testamentos, en los poderes, en las actas, el precio de las cosas no es
de necesidad obligada. No obstante se recomienda se ponga en los
instrumentos que autoriza el Notario, porque además de que sirve de base
para apreciar la responsabilidad de la cosa en un momento dado, sirve
también para determinar el impuesto que se debe pagar, por causa del
contrato de acuerdo con la Ley Tributaria; para fijar cuando lo exige la ley el
valor de los timbres que completen el valor del papel que contenga el
testimonio correspondiente; y, para regular los derechos arancelarios del
Notario y del Registrador en su caso.
El Arto. 10 del Reg. del R.P. ordena que, “en la inscripción de los contratos
en que haya mediado precio o entrega de numerario, se haga mención en
ella, del que resulte del título” , razón por la cual debe el Notario consignarlo
en la escritura que de estos contratos autorice; y, si se tratase de traslación
de dominio debe hacer constar en la escritura para que así mismo conste en
la inscripción de ella, si se ha pagado el precio al contado, a plazos o en
pagarés. En el primer caso, si se ha pagado todo el precio o que parte de él;
en el segundo, la forma y plazos en que se haya estipulado el pago; y en el
tercero, la fecha de los pagarés y el día señalado para el pago; todo como lo
estatuye el Artículo11 del Reg. del R.P. iguales circunstancia se expresarán
por el Notario en las escrituras de traslación de dominio por permuta o
adjudicación en pago, si cualquiera de los adquirentes quedare obligado a
abonar al otro alguna diferencia en numerario o en efectos; como lo dispone
el artículo anteriormente citado en su inciso final.
Más para que la paridad pueda aplicarse se requiere que la obligación haya
sido contraída en Nicaragua, que los contratantes sean nicaragüenses ente
sí, extranjeros domiciliados entre sí, o nicaragüenses y extranjeros
domiciliados entre sí.
Con respecto al precio hay empeño muchas veces de parte de los otorgantes
de bajarlo con objeto de disminuir los impuestos del fisco, y, otras veces, el
empeño es de aumentarlos, con el propósito de sorprender un tercero en
una negociación ventajosa; en ambos casos el Notario no debo prestarse a
esos manejos que perjudican su buen nombre y reputación . Naturalmente
que si eso trucos fueran hechos a espaldas del notario, no tendrá éste,
ninguna responsabilidad.
La necesidad de fijar este contenido pasivo del derecho deriva de que solamente
así, el objeto queda rigurosamente delimitado. Con esto los gravámenes o cargos
adquieren extraordinario relieve dentro de la vida jurídica, debido a la
generalización de las obligaciones constituidas sobre los bienes inmuebles.
Respecto al modo de hacerla constar, el inciso final del referido Arto.16 L. del N.
dice que, el “Certificado se extenderá en papel común”; y, únicamente a
pedimento escrito del interesado, o en virtud de mandamiento judicial. (Arto. 117
Reg. Del R. P)
Atendiendo a los asientos a que han de referirse, pueden ser: de los asientos de
toda clase que existan en el Registro, relativos a bienes que los interesados
señalen (No. 1° del Arto. 113 del R. P.): de asientos determinados que los mismos
interesados designen (N. 2° del Arto. Dicho): de no existir asientos de ninguna
especie, o de especie determinada (No. 4 del mismo artículo).
O por razón, del tiempo pueden ser, bien con respecto a un período fijo y señalado
bien a todo el transcurrido desde la instalación del Registro. Arto. 114 Reg., del R.
P.)
Después de haber hecho el Notario la debida relación del objeto que constituye el
negocio, dentro de esta segunda parte de la escritura, procede de inmediato a
redactar y establecer los acuerdos, pactos y modalidades del mismo negocio que
se propone solemnizar.
Este momento notarial en que las partes disponen o estipulan, lo consideran los
juristas como “la fundamental de la escritura”. Para Sánchez ello, “es la esencia
del instrumento”; y Pau dice, que es el “eje y núcleo de la
escritura”. Efectivamente que así lo es, puesto que, si contiene el negocio que
verifican las partes, lo contiene fundamentalmente en las estipulaciones que
delimitan el contenido y eficacia de las voluntades de ellas mismas; y, en este
sentido, las estipulaciones de las partes constituyen el negocio mismo.
La redacción de los acuerdos, pactos y modalidades el negocio que los otorgantes
hacen deberá estar sometida a la voluntad de ellos mismos, pero no de manera
rígida como forjada en moldes establecidos por la ley o la costumbre, sino
sujetada por el Notario a la calidad o naturaleza propia del acto o contrato que se
le somete, completándola y detallando con las minuciosas modalidades de la
voluntad de quienes lo otorgan y que puedan tener consecuencias jurídicas.
En esta virtud el inciso 1° del Arto. 28 L. Del N. Dice “El Notario debe hacer
conocer a los interesados el valor y trascendencia legal que tengan las renuncias
que en concreto hagan, o las cláusulas que envuelvan renuncias o estipulaciones
implícitas”. Esto naturalmente de acuerdo con el grado de cultura de los
otorgantes, y según el negocio que se verifica.
La Solvencia Municipal
Ejemplo: “El segundo compareciente don Fulano de tal, a su vez dijo: que acepta
en todas y cada una de sus partes la venta (caso sea ésta el contrato realizado)
que del inmueble descrito y deslindado le hace por la presente escritura pública el
primero de los comparecientes don Enrique Pérez, en los términos relacionados”.
Esta formalidad es de indispensable necesidad, pues sin ella, el contrato y la
escritura carecerían de valor y de existencia legal, puesto que constituye el
vínculo, la unión o atadura entre las partes sobre, el negocio jurídico que realizan.
Hasta aquí, lo contenido en la segunda parte o “Cuerpo de la Escritura” para
continuar inmediatamente después con la tercera parte de la misma
o la “Conclusión”.
La legislación El Instrumento
Manifiesta el primer compareciente Señora
KHANDYDA XIMENA CLINTON INFANTA y
dice: PRIMERA: RELACION DE DOMINIO:Que
según Testimonio de Escritura Pública de Compra-
Venta de Inmueble número cincuenta y dos (52) de las
nueve de la mañana del ocho de junio de mil
novecientos noventa y seis, otorgada en la ciudad de
Managua ante los oficios del Notario Jorge Carlos
Taleno Figueres, Escritura Publica que me presenta y
que doy fe de tener a la vista, inscrita el día veintiséis
de agosto de mil novecientos noventa y seis, bajo el
número CUARENTA Y TRES MIL NOVECIENTOS
CINCUENTA Y SIETE (43.957), Asiento Segundo
(2do.), Folio del DOSCIENTOS CINCUENTA Y
TRES AL DOSCIENTOS OCHENTA Y OCHO
(253/88), Tomo SEISCIENTOS DIEZ (610),
Columna de Inscripciones, Sección de Derechos
Reales, Libro de Propiedades del Registro Público del
Departamento de Managua, es dueña en dominio y
posesión de un lote situado en el barrio Riguero Sur,
identificado con el número Dieciocho (18), con una
área superficial de Doscientos Diecinueve metros
cuadrados con Sesenta y ocho centímetros cuadrados
(219.68mt²)de extensión, ubicado dentro de los
siguientes linderos: Norte: Lote Diecinueve y Callejón
de por medio; Sur: Con el Lote Sur y Calle Catorce de
Julio; Este: con los Lotes Diecinueve, veinte y
veintiuno; y Oeste: Callejuela y Calle Catorce de julio
de por medio y resto de la urbanización.- Continúa
expresando la señora KHANDYDA XIMENA
CLINTON INFANTA y dice: SEGUNDA:
VENTA: Que el inmueble descrito y deslindado en la
Cláusula que antecede, libre de gravamen, con el
compromiso de la evicción y saneamiento, con todas
sus anexidades, conexiones, usos y servidumbres, lo
vende a la otra compareciente señorita CHRISTIAN
DANELIA MARTINEZ SANCHEZ, por el precio de
DIEZ MIL CORDOBAS NETOS (C$10,000.00) que
confiesa haber recibido a su entera satisfacción,
trasladándole en consecuencia al comprador todos los
derechos que sobre el inmueble le correspondían.-
Manifiesta por su parte la señorita CHRISTIAN
DANELIA MARTINEZ SANCHEZ y
dice: TERCERA: ACEPTACION: Que en los
términos relacionados acepta para sí la venta que por
medio de este instrumento público le hace el otro
compareciente señora KHANDYDA XIMENA
CLINTON INFANTA.- Doy fe de haber tenido a la
vista el Certificado Catastral numero tal, fecha tal ,
autorizado por tal, la Solvencia Municipal, los que
insertará en el primer testimonio que libre de este
contrato, con fecha tal, emitido por tal, el certificado
de gravamen en donde consta que esta libre, con fecha
tal, extendido por tal en fecha tal.
TEMA SEIS
LA CONCLUSION
Concepto:
Conclusión es la acción y efecto de concluir o concluirse; el fin de una cosa. De
manera que aplicada esta expresión a la escritura pública, se refiere a la parte que
pone fin o término al otorgamiento de ella.
En estricto rigor esta tercera y última parte de la escritura contiene lo que mas
interesa al Notario, que es, el cumplimiento exacto de las formalidades externas y
requisitos legales y reglamentarios que deben ser observados.
3° Las firmas de los otorgantes, del intérprete si lo hubiere, de los testigos y del
Notario”.
Al decir la ley que el Notario debe instruir a los contratantes de las cláusulas
generales y de su objeto, no lo exige como frase sacramental cuya omisión
pudiere acarrear nulidad a la escritura, pues bastará que haga constar y conocer
el valor y trascendencia del acto, para que se considere conocido el objeto del
mismo, como lo declara el Tribunal Supremo en B.J. Pág. 251; máxime que, por la
omisión de este requisito no se entiende haberse faltado a las solemnidades
prescritas por la ley, como lo dispone el N° 3° del Arto. 29 de la Ley de 28 de Mayo
de 1913.
También debe hacerse presente por el Notario autorizante del instrumento público,
en esta misma “Conclusión” lo que ordena el Arto. 28 de la L. N. Que dice: “El
Notario debe hacer conocer a los interesados el valor y trascendencia legal que
tengan las renuncias que en concreto hagan, o las cláusulas que envuelvan
renuncias o estipulaciones implícitas”. (Inciso 1°)
El Notario así mismo al cumplir con lo mandado por el N° 1° del Arto 29 que
estudiamos debe además de lo expuesto, advertir a las partes si debe registrarse
la escritura que autorice, como lo prescribe el N° 10 del Arto. 15 L. del N.,
haciendo la debida mención de ello en el expresado momento; pero, la omisión de
su cumplimiento no constituye tampoco nulidad, porque el Arto. 44 de la Ley del
notariado apenas impone una multa al contraventor. (B.J. Pág. 251)
Este es, el momento cumbre como lo califica el tratadista Núñez Lagos, o sea, el
en que, se opera el llamado “otorgamiento” por el Reg. N. de España, que dice ser
“la prestación solemne del consentimiento al texto recién leído por entero,
consentimiento que se proyecta sobre toda la extensión del documento, sobre su
tenor literal”.
Se ha discutido por los autores del derecho Notarial, si en esta parte del
otorgamiento de la escritura, debe o no considerarse incluida la “Autorización” al
contexto del Reg. N. de España, estando la mayoría por la diferencia entre ambos
momentos de ella; más, bien mirados, el otorgamiento y la Autorización son dos
elementos tan estrechamente unidos que será muy difícil poderlos separar.
Nuestra Ley del Notariado engloba expresamente dentro de esta tercera parte de
la escritura o “Conclusión”, el otorgamiento en el No. 2° y la Autorización en el Nº
3° del mismo Arto. 29, que vemos: razón por la cual siguiendo a Escobar de la
Riva se puede decir, que “el otorgamiento es la parte final de la escritura en la cual
se ratifica y se solemniza, con las formalidades correspondientes, lo contenido
anteriormente en el mismo instrumento, con las firmas de los intervinientes, o
suplidas en forma legal y el refrendo del Notario”.
No obstante lo dicho y de acuerdo con nuestra Ley del Notariado, es contenido del
otorgamiento (N° 2°, Artículo 29 LN), asentir al contenido del instrumento público
manifestado sólo por las afirmaciones personales del Notario atribuidas por él a
las partes. Sólo cuando después de haber sido vertidas por el mismo Notario con
la lectura y las frases de su redacción diga el otorgante o los otorgantes que “eso,
precisamente, lo que se ha escrito y leído por el Notario es la expresión de su
voluntad, y por consiguiente la aceptan por ser de su debida conformidad, aparece
de modo formal el consentimiento que es lo que confirma todo lo actuado, y hace
nacer el acto como expresión cierta de la voluntad de las partes; y, es lógico y
natural, que si no existiere ese consentimiento y su ratificación por medio de las
firmas de los que la dan, no podría en manera alguna el Notario transformar ese
acto privado hasta ese momento, en público y solemne con su autorización, de
que nos habla el referido N° 3 (Artículo 29).
La lectura será hecha por el propio Notario autorizante de todo el instrumento a los
interesados, y en presencia de los testigos que corresponda a la naturaleza del
acto, tal como lo prescribe el No. 2° relacionado.
En los Testamentos, el Notario redactará las cláusulas y las leerá en alta voz al
testador en presencia de los testigos, para que el testador manifieste si está
conforme con ellas. Si lo estuviere, firmarán el testamento todos los que sepan y
puedan hacerlo. (Artículo 1036).
3° Firmas y autorización:
La firma es el nombre y apellido, que una persona pone de su puño y letra al pie
de un escrito, para darle autenticidad o para responder de una obligación; y, según
Fernández Casado es el nombre de una persona escrito por su propia mano al
final de un documento en corroboración de su contenido.
El lugar donde se ponen las firmas de las partes de los testigos en su caso y del
Notario es a la conclusión o terminación de la escritura como último elemento de
ella; y, el orden en que se colocan según el Arto. 2° de la Ley de 28 de Mayo de
1913 que reforma l Arto. 29 de la L. del N. es el siguiente: Primero la de los
otorgantes o la de las personas que firmaren a ruego de ellos; Segundo, la de los
intérpretes caso de haberlos; Tercero, la de los testigos instrumentales; Cuarto y
último la del Notario, y en caso ser este un Juez la del Secretario respectivo. La
alteración de este orden no anula el instrumento público, pero incurre el Notario en
multa de cuatro córdobas que le impondrá el Registrador, Juez o Tribunal a cuyo
conocimiento llegue el referido instrumento, dando aviso a la Corte Suprema de
Justicia de la infracción cometida.
Dice el mismo artículo, “que también son válidos los instrumentos públicos, en que
los cartularios, otorgantes o testigos hayan usado, además de sus nombres y
apellidos, iniciales o abreviaturas, o de otros nombres o apellidos, ya sea en el
cuerpo del instrumento o en las firmas”. Tal acostumbran las mujeres casadas
agregando a sus apellidos el del marido.
Firmas solamente con las iniciales del nombre y del apellido. Suelen haber
estas firmas en protocolos de Notarios, produciendo ellas todo efecto legal, :I.H:
C.O. Nunca fueron impugnadas de nulas las escrituras que las contienen; la
jurisprudencia extranjera es contradictoria, para unas son válidas esas firmas, y
para otras no lo son.
Firmas enunciativas del cargo que desempeñas quien las pone. Estas son
aquellas que acostumbran los Obispos en el ejercicio de su sagrado cargo. Por
ejemplo: cuando otorga el Cardenal Miguel Obando y Bravo, puede decir
solamente: “Miguel: Cardenal” con todo su valor legal.
La firma puede ser ilegible. Esta clase de firma abundan actualmente en los
Bancos y Oficinas administrativas, como llegan a nosotros los Notarios las Boletas
de pago o solvencias de los impuestos fiscales. Son usadas estas firmas por la
garantía que ofrecen al suscriptor de ellas porque dificultan su imitación; y, porque,
su valor legal es admitido completamente, desde luego que su personalidad no
está en la traza caligráfica, sino en cierto “tic” o movimiento convulsivo, que cada
persona imprime a su firma cuando la pone. En descubrir ese movimiento
exclusivo de cada persona está la gran dificultad que se ofrece a los peritos
calígrafos cuando proceden en cotejo de firmas.
Pero, como la ilegibilidad de las firmas procede a veces no de adrede por quien la
pone, sino por efecto de impotencia orgánica producto de una enfermedad, que
hace que el enfermo haga esfuerzos por poner la firma, de lo que resulta ésta con
relación a la suya usual, notablemente distinta, que podría ocasionar al Notario
grave y peligrosa dificultad. Por este motivo, al hacer una escritura pública el
Notario en estas circunstancias, debe abstenerse de la firma del enfermo y suplirla
con los medios ya indicados que da la ley.
Existe también la firma con facsímil. Sobre de esto debemos decir, que la
característica principal de la firma, es la de ser obra personal del suscriptor, por lo
que no puede tenerse como válida la firma que hubiere sido puesta por un
procedimiento mecánico. Sin embargo, hubo en la Corte de Apelaciones de León,
Sala de lo Criminal, hace algunos años, un Magistrado que ha causa de que le
temblaba la mano derecha firmaba las sentencias con facsímil; y, nunca fue
discutida la validez de esas resoluciones.
Es corriente también en la carrera notarial, que al firmar una persona que se queja
de su letra mal formada, de mala vista o de cualquier otro defecto, que se preste
alguien a darle ayuda para que ponga su firma. Esta clase de firma se presta a
discusión en la jurisprudencia extranjera, pues para unas, la sólo presencia física
del signatario podría ser suficiente para demostrar la autenticidad de la firma, y por
lo tanto seria válida; pero para otras como en la francesa se estima, que la
exigencia de una firma manuscrita se debe a que el legislador quiere que el
signatario apruebe el acto con entera libertad y plena conciencia; y ello distingue,
según que el tercero haya simplemente sostenido la mano del signatario, o que lo
haya dirigido, o en fin que la haya forzado. En el primer caso la firma es válida
mas en los otros dos es irregular, porque no revela una voluntad consciente en la
segunda hipótesis, y libre en la tercera.
LA AUTORIZACION
De igual manera que el Arto. 633 del Civil de España, dice el Arto. 2778C.
Nuestro, puede hacerse la aceptación de la Donación entre vivos por escritura
aparte, con las limitaciones de que se haga en vida del donante y que se notifique
a éste, en forma auténtica pues, podrá ser revocada expresa o tácitamente,
mientras no haya sido notificada la aceptación, y si muere el donatario antes de
aceptar la donación, queda esta sin efecto, y sus herederos nada podrán pedir al
donante, Arto. 2781 C.
Con este criterio opinan los tratadistas se facilita la contratación entre ausentes en
instrumentos públicos por ejemplo: una Compra - Venta mediante la venta ofrecida
ante un Notario del lugar de residencia del que realiza la oferta, y la aceptación en
escritura distinta y en distinta localidad. Sobre éste la práctica enseña que, se
junten los testimonios de ambas escrituras, previa la nota ya relacionada, para que
por medio de esos testimonios se verifique la inscripción en el Registro
correspondiente si se tratase de inmuebles.
Tal parece que este artículo se asemeja al 2492C. Nuestro en relación con los tres
artículos anteriores.
C) En los Contratos en nombre de otro sin autorización o sin representación, como
lo establecen por igual, los Artículos 1259 C. De España, y el 2440C. De
Nicaragua, que dicen: Ninguno puede contratar a nombre de otro sin estar por
este autorizado, o sin que tenga por la ley su representación legal.
Hay contratos como el de mandato, que se reputa perfecto por la aceptación tácita
o expresa del apoderada o mandatario; presumiéndose la aceptación tácita, por
cualquier acto en ejecución del mandato, como lo establece el Arto., 3294C. Con
la excepción que indica.
La conclusión aplicada:
Legislación Aplicación
Arto.29. La conclusión de la escritura Así se expresaron los otorgantes a quienes yo
contendrá: el Notario instruí acerca del objeto, valor y
trascendencias legales de este acto, del
1. Las cláusulas generales que aseguren la significado de las cláusulas generales que
validez del instrumento, expresando haberse contiene y de las especiales que envuelven
instruido a los contratantes de su objeto; renuncias y estipulaciones implícitas y
explícitas, así como de la obligación de
2. Mención de haberse leído por el notario inscribir el Testimonio que libre de la
todo el instrumento a los interesados, en presente Escritura en el Registro Público
presencia del número de testigos que competente. Yo el Notario doy fe de haber
corresponda a la naturaleza del acto, con la tenido a la vista el Título de Dominio de la
ratificación, aceptación o alteración que propiedad, la Certificación de Libertad de
hubieren hecho; Gravamen, no así las boletas fiscales
correspondientes al pago de impuestos y
3.Las firmas de los otorgantes, del intérprete Certificado Catastral, en vista de haberse
si lo hubiere, de los testigos y del Notario. declarado de urgencia esta Escritura, pero las
insertaré en el Testimonio que libre de la
El Notario firmará de último, después que presente, una vez realizado este proceso.
los interesados, los intérpretes y los testigos Leída que fue por mí el Notario, íntegramente
instrumentales, en su caso toda esta Escritura a los comparecientes, la
encuentran conforme, aprueban, ratifican y
Arto.30. Los testigos no firmarán ningún firman por ante mi el Notario, que doy fe de
documento mientras no lo hayan hecho los todo lo relacionado.-
otorgantes.
CASO ARTO.31
Arto.31. Si alguno de los otorgantes no sabe
firmar o es ciego, o tiene algún otro defecto Leída que fue por mí el Notario, íntegramente
que haga dudosa su habilidad, se indicará toda esta Escritura a los comparecientes, la
esta circunstancia en el instrumento; y uno encuentran conforme, aprueban, ratifican y
de los testigos instrumentales, u otra firman por ante mi el Notario, el señor XX,
persona llevada por el interesado, firmará no así el señor QQ, quien por estar impedido
por él. temporalmente al estar enyesado de su
diestra, rogándole al señor FF (cedula,
generales) que firme por él. Doy fe de todo lo
relacionado.-
TEMA SIETE
-Presunción de veracidad.
El instrumento público es también un medio legal por medio del cual se hace
ejecutiva la obligación contenida en él. Es en el instrumento público, donde las
partes manifiestan su voluntad dándole forma impresa a sus pensamientos.
Este autor incluye las afirmaciones de Lavandera, quien considera que de los fines
mencionados surgen otros como son: "hacer ejecutiva la obligación, sustituir a la
tradición real y garantizar a los terceros".
Es por eso que debemos afirmar que la forma y la prueba son dos planos
paralelos y superpuestos; el existir y el persistir que hacen el mismo hecho jurídico
en dimensión del cuerpo.
En el ambiente jurídico actual está muy reducida está función solemnizadora del
instrumento público por la extensa aplicación que tienen los principios
espiritualistas de origen moral y canónico; siendo el instrumento público el más
lógico y normal de cumplir los preceptos que las leyes determinan.
El instrumento público que refleja lo convenido y querido por las partes que lo
otorgan, obtiene en juicio el mayor crédito, la máxima fuerza probante y plena, al
extremo de llamársele la reina de las pruebas.
Tal manera de decir la podemos aplicar nosotros a nuestra legislación civil, ya que
sólo nos presenta a ese respecto las disposiciones de los Artículos 2374C y
2375C, copia literales de los referidos españoles.
Bajo este aspecto del instrumento público, el Arto. 2374 C. En su inciso 1°. Dice
que: los documentos públicos, haciendo uso de este término documentos públicos,
mucho más amplio que el de instrumento público, harán prueba aún contra
tercero, esto es de manera plena, del hecho que motiva su otorgamiento y de su
fecha; y, que también harán prueba dice en su inciso 2° contra los contratantes y
sus causahabientes, o lo que es lo mismo decir pero no contra los terceros, en
cuanto a las declaraciones que en ellos hubieran hecho los contratantes.
Del contexto de este artículo como del 1218 español, claramente resulta que tiene
un orden y distinción en los efectos de la prueba que produce: respecto de los
terceros en el primer Inciso, y respecto de los interesados en el segundo.
Determinado quien sea el tercero, no ofrecen duda los términos del artículo que
vemos.
Con respecto al hecho, la doctrina reconoce que es, lo que el Notario autorizante
presencia y autoriza, por ser lo que percibe, constata o capta de visu, et auditu,
suis sensibus, especialmente por la vista; y que por consiguiente, autentifica
plenamente con la fe pública de que está investido. Eso hace que la escritura o
instrumento público haga prueba aún contra tercero del hecho que motiva su
otorgamiento, mientras no se declare por sentencia firme su falsedad.
Este hecho lo constata el Notario por medio de los sentidos, porque lo constituyen
aunque refundidos en uno solo en la expresión “del hecho que motiva su
otorgamiento” las manifestaciones de realidad que la doctrina llama cláusulas
enunciativas o fundamentales, que en sentido amplio comprende la presencia en
el instrumento de todo el elemento personal o subjetivo que interviene en su
otorgamiento, como la del propio Notario autorizante, de los testigos del
instrumento, de las partes, su conocimiento y consentimiento; de las
enumeraciones de cantidades de dinero, o entrega de especies; lo mismo que de
haber sido expresadas o manifestadas por los contratantes las enunciaciones o
declaraciones consignadas por el Notario en el mismo instrumento público.
De la Fecha:
Con respecto a la fecha, los instrumentos públicos hacen prueba contra terceros,
de la que tienen puesta en su otorgamiento, porque aunque no se pueda decir que
la fecha se perciba por los sentidos o directamente, por la vista, no cabe duda que
pertenece desde luego a la experiencia directa y sensible del Notario; se impone
“erga omnes” a partes y terceros por ser de notorio conocimiento; y, por tanto,
entra de lleno en el valor jurídico del documento, como lo dispone el inciso 1° del
Arto 2374 dicho.
La fecha del instrumento se compone de tres menciones: Día, mes y año, y liga al
instrumento con el calendario, porque hace la relación del tiempo y del espacio
con un hecho.
Según el inciso 2° del repetido Arto. 2374C. Los documentos públicos hacen
también prueba entre los interesados respecto de las declaraciones que en los
mismos hiciesen; más, sobre todo este punto se suscitan mayores dificultades,
pues no hay conformidad absoluta, para determinar el valor de cosa cierta de
ellas.
La doctrina italiana y el Código Civil de Francia. Arto. 1230 resuelve las dudas al
establecer que, cuando las declaraciones sean o constituyan cláusulas
fundamentales de la obligación contraída, tengan fuerza entre los contratantes por
la relación que existe entre lo expuesto o manifestado por los contratante y lo que
disponen como consecuencia de ello, que contiene el documento; pero que si las
manifestaciones o declaraciones del documento se refieren a cláusulas
accidentales relacionadas a un vínculo de derecho distinto del que motiva el
documento, sólo valdrán como un principio de prueba por escrito, porque ve en
este caso ambas relaciones. Lo mejor dice Giménez Arnau, es distinguir con
arreglo alas personas que formulan las declaraciones; lo que el Notario afirma bajo
su responsabilidad debe ser respetado, hasta que triunfo la impugnación por
falsedad. Pero no puede decirse lo mismo en cuanto a las declaraciones de las
partes, que pueden ser simuladas, viciosas o inexactas. El documento testifica, sin
duda, la declaración o promesa, pero no la verdad de lo declarado o prometido,
que es totalmente ajeno a la certeza de que esa declaración o promesa se prestó.
El Notario dice Lessona testifica de las de declaraciones hechas por las partes,
pero no de su sinceridad; esta no cae bajo la acción de los sentidos. En esa virtud
se puede probar la simulación de una convención resultante de documento
público, y el peso de la prueba recaerá sobre quien afirme, porque el caso general
es la sinceridad, y la excepción la simulación. No obstante, mientras no se prueba
la simulación subsiste la presunción de certeza.
De lo expuesto se viene en claro, que, al decir el inciso 2°. Del Arto. 2374 tantas
veces repetido, “que también harán prueba contra los contratantes y sus
causahabientes en cuanto a las declaraciones que e ellos hubiesen dado los
primeros”, resplandece en esa disposición como dice Escobar de la Riva, la
actividad de las partes, cuya actividad en el valor jurídico del instrumento público
la determina, el pleno valor que el Arto. 2374 concede al instrumento público, tanto
para los intervinientes como para terceros; la que no puede ser extensiva a las
declaraciones meramente enunciativas que las partes hacen y que no están
protegidas por la fe pública.
Puede servir como medio coadyuvante de otro documento ejecutivo, como son
las actas de protesto en cuanto a las letras de cambio.
TEMA OCHO
Que nombre el de este Tema, a veces se nos enreda la lengua. ¿Pero que
significa? Buena la esencia de este tema es demostrar el efecto de un Instrumento
Público contra otro, que al convertirse en contrario se vuelve un
“contrainstrumento” o anti-instrumento. Así como existe un tanque de guerra,
existe un arma antitanque capaz de vulnerar su capacidad defensiva, así hay
instrumentos, que, redactados bajo los requisitos de forma y solemnidad vulneran
la capacidad defensiva de un determinado instrumento público, por la capacidad
modificadora de su contenido.
En este sentido el Arto. 2375 del Código Civil nuestro, dice: “Las escrituras hechas
para modificar o anular otra escritura anterior entre los mismos interesados, sólo
producirán efecto contra terceros, cuando el contenido de aquellos hubiere sido
anotado en el Registro público competente, o al margen de la escritura matriz y del
traslado o Copia en cuya virtud hubiere procedido el tercero”. De esta misma
manera se expresa el Arto. 1219 Civil de España con la única diferencia, que dice
“Desvirtuar” en vez de modificar o anular”, diferencia que en nada afecta al común
significado de ambos, ya que “desvirtuar” es lo mismo que anular o debilitar.
Con respecto a los efectos que nueva escritura producirá respecto de un tercero,
tanto en el artículo referido de nuestra ley civil como en el también referido de la
española, procuran y exigen que el tercero tenga conocimiento de la escritura
nueva, y para ello indican dos caminos: la inscripción de ésta en el Registro
Público competente si ya estuviese inscrita la escritura reformada como así debe
entenderse; o la nota marginal en la matriz o escritura primitiva y en la copia en
cuya virtud hubiere procedido el tercero.
Como nuestra Ley del Notarial no reglamenta el caso de que la escritura que
modifica la matriz primitiva haya sido autorizada pro Notario distinto de la primera
debemos observar lo estipulado y se que se puede aplicar a ese caso lo que dice
el Arto. No.78 del Reglamento Notarial de España que dice; “El Notario que
autorice las escritura que modifique o deje sin efecto otra escritura anterior entre
los mismos interesados, lo comunicará por medio de oficio al Notario en cuyo
poder se encuentre esta matriz, quién la hará constar al margen por nota indicativa
de la fecha de la segunda escritura y el nombre y residencia del Notario
autorizante. Si la primera matriz obrase en el mismo protocolo del Notario
autorizante del último documento, él mismo pondrá la nota.
La extensión o escrito del documento no ofrece ninguna duda aunque sea escrito
por el propio interesado o por cualquier otro, con tal que se suscriba por los
contratantes o a su nombre.
Sin embargo, si se comparan los efectos del documento reconocido, son muy
exiguos con respecto a la escritura pública, ya que estos los produce de inmediato
a su otorgamiento y el reconocido únicamente desde que fue tenido como tal.
Estos mismos contra documentos tienen uso para dejar sin efecto un acto
simulado lícito o ilícito, siempre que no contuviere algo contra la prohibición de las
leyes, o contra los derechos de un tercero, arto. 2225C; mas, yo creo que hay
contradicción entre este Arto. y el 2222C. Que considera a contrario sensu, como
reprobada por la ley, la simulación con un fin ilícito.
Con respecto a los comparecientes u otorgantes: deben de ser los mismos que
en la escritura primitiva.
b. Al pie de la grafía en la copia que anda circulando, sino se localiza esta copia
mediante edicto.(revocación)
TEMA NUEVE
FORMALES
Como veremos adelante, nuestro Código Civil establece los tipos de contratos que
los contratantes deberán celebrar cumpliendo los debidos requisitos formales,
para garantizar sus efectos contra terceros y para poder ser registrables.
Arrancando del sentido de acto formal que se desprende de las citadas palabras
de lhering y siguiendo una pauta muy tradicional, se ha mantenido durante mucho
tiempo la dicotomía forma ad -solemnitatem, (que se llamaba también constitutiva)
y forma ad probationen. Con lo que se quiere significar que la primera carezca de
fuerza probatoria, porque si la prueba puede ser ajena a la solemnidad, no hay
solemnidad que no tenga un cierto valor probatorio. «Prueba y forma, dice
Sanahuja, en cierto modo coinciden.» Pero la coincidencia no se da siempre,
conceptual e históricamente, de una manera absoluta: así el caso de
la stipulatio romana «inidónea para la prueba» -dice G. Palomino- y el supuesto
del protocolo reconstruido.
Las formas dice González Palomino, cumplen una función constitutiva y una
función instrumental. Como constitutivas son formas de “ser”, y como
instrumentales son formas de “valer”. Las formas de “ser” suelen ser formas de
valer con excepción de los casos en que su materia formal no es adecuada para la
prueba pero cuando son también formas de “valer” se preconstituyen al proceso
para evitarlo, como anteprocesales; La forma de “valer” es complemento del acto;
algo que es preciso que esté hecho, que subsista.
El sentido funcional de los actos formales desde muy antiguo se conocen como
“ad solemnitatem” la que hoy llamamos constitutivas de “ser” y como “ad
probatonen” o modernamente de valer.
Más cual es la consecuencia del principio dat esse rei, en nuestra legislación?
Así también existen en nuestra ley Civil numerosos negocios sujetos a la exigencia
de la forma, que los dividimos en tres grupos:
1° Los que según el Arto. 2483 deberán constar en instrumentos públicos; como
los actos y contratos que tengan por objeto la creación, trasmisión, modificación o
extinción de derechos reales sobre bienes inmuebles; los arrendamientos de
inmuebles por cuatro o más años, las capitulaciones matrimoniales y sus
modificaciones. la sesión, repudiación y renuncia de los derechos hereditarios en
su caso; y los de la sociedad conyugal si la hubiere; el poder para contraer
matrimonio, el general para pleitos y los especiales en juicio escrito; el poder para
administrar bienes; la sesión de acciones o de derechos procedentes de un acto
consignado en escritura pública; la sesión litigiosos.
2° Los negocios jurídicos que deben ser otorgados por escrito, aunque sea
privado. Estas son según el Inciso final del Arto. 2483 C. Los que pasaren de ocho
córdobas como lo dispone la Ley de 14 de Marzo de 1913; los Contratos de
Seguro que no fueren sobre inmuebles (Arto 537 C.C.).
Vemos la Unidad del acto dentro del Capítulo del Instrumento Público en los
negocios jurídico formales, porque es requisito que debe concurrir en el acto de la
autorización del instrumento. Para Sanahuja y Soler, la presencia del Notario,
presencia de los testigos, lectura del instrumento público, otorgamiento y firma, en
su concurrencia simultánea, constituyen la Unidad de Acto.
En expresión de Núñez Lagos, se entiende por Unidad de acto “un solo texto
leído, un solo texto consentido simultáneamente por todos los comparecientes
expresados como tales en la comparecencia; todos los comparecientes a una y en
el mismo texto. No como unidad de acto formalista, sino función al, que la impone,
frente a la lectura, el consentir”.
“El hecho jurídico -dice Escobar de la Riva-, debe ser recogido formalmente en su
unidad, porque si no, la sustancia jurídica que encierra y se pretende captar en la
forma quedaría fuera del documento y fracasaría la finalidad pretendida de recoger
en el recipiente dotado de fe pública la entidad negocial, el supuesto de hecho que
provoca el negocio jurídico”.
De lo dicho cabe decir con López Palop, que la unidad de acto en los documentos
notariales de actos ínter vivos, está integrada por la concurrencia simultánea de
los siguientes requisitos:
TEMA DIEZ
LA PALABRA “CONSENSUAL”
Cuando las leyes establecen una forma especial del negocio para que éste se
considere Jurídicamente existente, estamos frente a un típico negocio formal, con
forma esencial, ad solemnitatem, o con forma constitutiva. Los negocios de este
grupo han sido estudiados en el tema precedente. No siendo precisa esa forma
especial para la existencia del acto el negocio será o bien real(que se perfecciona
por la entrega de la cosa o realización inmediata de la prestación), o
bien Consensual, si se produce su eficacia jurídica por la mera concurrencia de la
declaración de voluntad del interesado o del consentimiento de las partes según
se trate de negocio unilateral o bilateral.
Por ello hay casos en que las leyes, para facilitar la prueba, imponen una forma
determinada, generalmente pública y notarial, aunque este requisito no tenga valor
sustancial o constitutivo. Pero no es solamente por razones probatorias por lo que
se imponen estas formas no sustanciales; puede perseguirse también
(Jorskunkel): «asegurar la publicidad de ciertas relaciones jurídicas (como en el
Derecho registrar o inmobiliario), aumentar la capacidad circulatoria de ciertos
derechos de crédito (tal es el caso de los valores) o, finalmente, excluir defectos
psicológico en ciertos negocios cuya celebración impremeditado pueda llevar
anexas consecuencias especialmente perjudiciales para el contratante (fianza,
compra de inmuebles, promesa de donación, etc.)». Aunque pueda considerarse
comprendida en la genérica expresión de «publicidad», la forma, se impone
también, en muchas ocasiones, para que el contenido del negocio pueda afectar a
terceros; así, ,en nuestro Derecho, la prenda, contrato real, se perfecciona con la
entrega de la cosa al acreedor, pero no surtirá efecto contra tercero «si no consta
por instrumento público» la certeza de su fecha.
En los contratos rigurosamente consensuales, hay casos en que las leyes para
facilitar la prueba de ellos mismos imponen una forma determinada generalmente
pública y notarial, con el objeto también de asegurarlos publicidad en ciertas
relaciones jurídicas que contengan inscribiéndolos en el Registro Público de la
propiedad, o con el de excluir defectos psicológicos en ciertos negocios. Ejemplo
la compra-venta de inmueble, las finanzas etc. También se impone a veces la
forma para que el contenido del negocio pueda afectar a terceros como sucede
con el contrato real de Prenda que produce sus efectos entre la partes por la
entrega de la cosa empeñada al acreedor pero, con respecto a terceros, es
necesario que además conste en escritura pública u otro documento público (Arto.
3734C.). La Compra-Venta, contrato rigurosamente consensual se perfecciona
entre comprador y vendedor, y será obligatoria entre ambos si hubieren convenido
en, la cosa objeto del contrato, y en el precio, aunque ni la una ni el otro se haya
entregado, pero así mismo el Arto. 2534C. Dispone que, los contratos de compra y
venta de bienes raíces se otorguen por escritura pública, la cual se inscribirá en el
competente Registro de la Propiedad Inmueble.
En este caso sin desvirtuarse la doctrina espiritualista en que está contenida esta
disposición, constituye según Escobar de la Riva “un negocio de cumplimiento”
puesto que el otorgamiento de las escrituras en vez de ser impuesto por la ley del
lugar al cumplimiento de la obligación legal de llenar una forma jurídica
determinada, que en virtud de la cual la escritura fija definitivamente la situación
de las partes con lo que se cumple una obligación de hacer y tiene el carácter de
constitutiva.
Escritura Constitutiva:
Por tanto, por la una y por la otra consecuencia, se hizo nacer un nuevo contrato,
por el sólo mandato del Arto. 2534 C.; escritura ésta, que es la que da y constituye
el ser jurídico a la venta de bienes inmuebles.
TEMA ONCE
Concepto de nulidad:
La nulidad formal fue subdividida por F. Casado en otras dos subespecies: nulidad
en cuanto a la estructura y nulidad en cuanto a la forma en sentido restringido.
Como ejemplo de nulidad estructural señalaba el de la Ley 111, titulo XVIII, de la
Partida III, o sea que no se pueda averiguar el contenido del documento por lo
ininteligible de la caligrafía o de los conceptos (si «la carta fuere tal que non se
pueda leer, nin tomar verdadero entendimiento della»). Pero no es fácil precisar la
posible distinción entre las dos categorías, ni aunque lo fuera la subdivisión
conduciría a ningún resultado práctico.
Las leves, son las que omitidas, no mudan la esencia del acto porque producen
obligación natural.
Son así mismo nulos completamente todas las escrituras comprendidas en los
cuatro casos de prohibiciones que establece el Arto. 43 L. Del N. Se exceptúa de
esta prohibición las referentes al No. 4° o sea, la escritura en la que los
interesados lo fueren solo por tener parte en sociedades anónimas, o ser gerentes
o directores de ellas,. Esto se debe a la razón de que, como lo dispone el Arto.
3188 C. Las sociedades forman una persona moral distinta de cada uno de los
socios individualmente considerados. También no causa nulidad y el acto será
válido, cuando todos los interesados fueren parientes del cartulario dentro de los
grados prohibidos y él no tenga en el acto interés alguno, Arto. 2372 C.
Hay nulidad también en el instrumento público, cuando sean testigos los parientes,
dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad con las partes
otorgantes y con el Notario autorizante; cuando lo es la esposa o la mujer ilegítima
del Notario; cuando lo son los que se hallen dentro de la prohibición general para
ser testigos: Artículos 1313, 1315 y 1316 Pr. Y en ciertos casos los comprendidos
en Artículos 1317 Pr. Pr. Ni pueden ser así mismo testigos los que no supieren el
idioma nacional como lo dispone el Arto. 42 L. N.
También se puede tomar como incompetente el notario que cartule una vez
vencida su autorización quinquenal y no la haya renovado. Actualmente la Ley que
mayor utilidad a la Institución del Notariado ha establecido una serie de facultados
que privilegian a los notarios que hayan cumplido diez años de ejercicio, lo que
convierte para esas facultades, incompetentes a los notarios noveles.
Consecuencias de la Nulidad
La absoluta es la que se produce como dice el Arto. 2201 C.: 1° por falta de
alguna de las condiciones esenciales para su formación o para su existencia.
2° Cuando falta algún requisito o formalidad que la ley exige para el valor de
ciertos actos o contratos, en consideración a la naturaleza del acto o contrato y no
a la calidad o estado de la persona que en ello interviene.
2° Cuando falta alguno de los requisitos o formalidades que la ley exige, teniendo
en mira el exclusivo y particular interés de las partes.
Las consecuencias refieren según la calidad de ínter vivos o mortis causa que
tuvieren las escrituras. En las segundas, da lugar a la responsabilidad civil como lo
estatuyen el arto. 1050 C. Para el testamento abierto nulo y el arto. 1066 para el
testamento cerrado nulo.
Para llegar al concepto de falsedad civil del instrumento público, conviene que
empecemos por establecer el concepto de la palabra “falsedad”.
“La falsedad Civil” es la que conviene a nuestro tratado, puede proceder de las
mismas fuentes que la penal: del dolo o engaño y de la violencia. En cualquiera de
ambos casos se produce un documento falso por estar adulterada su genuidad.
Como consecuencia de ésta situación anómala del documento, puede ser anulado
por dolo, error que es su resultado, por violencia o intimidación; por lo que, si la
falsedad civil no ataca la esencia del documento, interna o externa, ni la de sus
condiciones principales no producirán su inexistencia. Más, en el fondo una y otra
son idénticas, puesto que la simulación y la alteración documental, son falsedades
civiles y penales, que no tienen más separación que la tipicidad, o sea, que si el
hecho está previsto específicamente como delito penal queda extraído del campo
civil.
La falsedad civil existe como consecuencia de la penal, puesto que si porque haya
muerto el delincuente, o se haya extinguido la acción o sea falsedad de buena fe,
no pudiere haber juicio penal o no hubiere perseguibilidad del delito, entran
entonces en juego las normas de la nulidad de los negocios jurídicos accionables
en la vía civil solamente.
TEMA DOCE
Por tal razón, y de acuerdo con el método expositivo que llevamos, toca ahora que
se trate de las ACTAS NOTARIALES, después de haberse hecho el resumido
estudio de las Escrituras o instrumentos Públicos.
La referida primera L. Notarial de España, facultó a los Notarios para aplicar sus
ministerios a los hechos y circunstancias que presencien y les consten; con
arreglo a las leyes, levantando de todo ello las Actas correspondientes. Después
se ordenó en Disposición de 28 de marzo de 1863, que las Actas como todo acto
notarial que no diere lugar a Escritura Pública, formaran otro Protocolo
independiente del general del Notario; y, no fue sino en el Registro Notarial
Adicional de 1874 de la misma España que fueron incorporadas las Actas en el
Protocolo general. La definición de ACTAS NOTARIALES aparece en el Arto. 188
del Registro Notarial de España de 1921, que dice: “ACTAS NOTARIALES, son
los documentos públicos que los Notarios extienden y autorizan a instancia de
parte, en que consignen los hechos y circunstancias que presencian y que por su
naturaleza no sean materia de contrato”.
Así pues, las escrituras deberán contener actos jurídicos y las actas hechos
jurídicos que fueren presenciados por el notario, dentro del ámbito notarial se le
conoce como fe de hechos.
Sobre la creación o existencia de las Actas Notariales, el jurista De las Casas dice:
“que en la vida social hay infinitos casos en que es preciso acudir al ministerio
notarial para consignar la certeza de hechos determinados y circunstancias que,
no quedando acreditadas de un modo indubitable, podrían producir perjuicios o
dejar de ser eficaces; y son estos casos para los que se levantan ACTAS por los
Notarios públicos.
En el sentido expresado, se puede afirmar, que las Actas Notariales son una
manifiesta actividad funcional del Notario distinta de la que ejerce en las Escrituras
públicas; sin perjuicio naturalmente de la que ejerce también en las actividades de
los instrumentos públicos que forman el tercer grupo ya referido.
Aunque tienen valor de menor cuantía, su importancia es muy grande, puesto que
nada de lo que en ellas se comprende escapa a la fe del Notario en cuanto que
para darla es necesario que le conste de ciencia propia, bien por presencia
material bien por otro medio, en que pueda fundamentarla. En ellas predomina el
aspecto de Funcionario Público del Notario; y, sobre de esto, el de ser el único
Sujeto del Acta, el que ha de expresar la verdad escueta de lo que vea, presencie
o suceda, se oponga o no al interés del requeriente o interesado; y, contra su
afirmación no cabe otro recurso como dice Velasco que el delito de falsedad-
(Diccionario de Derecho privado).
Giménez Arnau, sienta que las Actas excluyendo de por sí, la posibilidad de que
en ellas haya otorgamiento, y dice: “Si las Actas acreditan hechos y circunstancias
que los Notarios presencien o les consten, y que por su naturaleza no sean
materia de contratos, parece evidente que falta el requisito de prestación de
consentimiento que es característico de esta parte de la escritura.
Estas Actas las regula el Reglamento Notarial de España como clases especiales.
Son Actas en sentido amplio, las que no se incorporan en el Protocolo y son los
Testimonios referentes por exhibición; de vigencia de leyes; de existencia; de
legitimidad de firmas; Legalizaciones; Fe de Vida; y, Traducciones.
ACTAS DE PRESENCIA
Estas son las que según el Arto. 190 del Reglamento Notarial de España,
“acreditan la realidad o verdad del hecho que motiva su autorización”. Es el tipo
genuino del Acta Notarial.
El referido artículo del Reglamento Notarial de España, explica los “requisitos” que
se aplican a ella y dice: si fuere posible extenderá el Notario en tiempo presente,
comenzando como todo documento notarial con los presupuestos generales de
lugar, hora, y fecha, expresando el nombre y apellido y domicilio del Notario como
en las demás escrituras. Se reseñarán las circunstancias personales del que la
requiere, el motivo de su intervención y sus causas y fines, y, guardando las
formas de las escrituras las redactará el Notario en uno o varios actos según lo
que presencie o perciba por sus sentidos en los detalles que interesen al
solicitante de ella; y las cerrará con su firma y rúbrica, previa lectura del contenido.
Las firmarán también los interesados así como cualquier otra persona que esté
presente en el acto.
Entre las Actas de presencia hay que subdistinguir dice Sanahuja y Soler, las que
tratan de consignar un hecho; las de consignar la existencia de una persona y, las
de requerimientos y notificaciones. Las estudiaremos siguiendo el orden de esta
subdivisión, así:
Esta es a la que se refiere el Artículo 2387 C. Para que tenga fecha cierta. “La
fecha de un documento privado no se contará respecto de terceros sino desde la
presentación del documento ante un Notario, a fin de que se autentique la fecha
en que se presenta. En este caso, el Notario pondrá razón en su protocolo,
siguiendo el orden cronológico de los instrumentos que redacte, de la
autenticación que hiciera, de la fecha en que se presente el documento privado;
expresando el nombre y apellido de los que aparecen suscritos, el objeto y el valor
del contrato o de la deuda. El Notario al hacer la autenticación, citará el folio del
protocolo en que se pusiere la razón mencionada.”
Esta disposición del Código Civil fue adicionada por el n° 2° de la Ley del 17 de
Abril de 1917.
La citación del folio del protocolo en que hubiere hecho el Notario la autenticación,
la pondrá este mismo, al pie del documento, en ésta forma: “Este documento me
fue presentado, para que obre su fecha de manera auténtica, según acta número
tal, folio cual, de mi Protocolo número tal del año en curso”- Firma del Notario y el
timbre correspondiente. Lugar y fecha.
LA AUTENTICACION DE FIRMAS
Esta Acta de Autenticación de firmas, se opera en el contrato que se establece en
garantía especial de préstamos de dinero con su sujeción a las disposiciones
contenidas en su Ley creadora de 6 de agosto de 1937, publicada en la Gaceta n°
147 del mismo mes; y que denomina “PRENDA AGRARIA E INDUSTRIAL”. Y
regido por las disposiciones de la Prenda en general en lo que no estuviere en
contraposición a las Prescripciones de la Ley que creó este contrato.
En el caso de serlo por Documento privado, deberán ser autenticadas las firmas
de los contratantes por un Notario, que hará constar esa autenticación al pie del
documento y pondrá en su protocolo la razón que prescribe el Arto. 2387 C. Esta
autenticación tiene fuerza de Instrumento público; porque garantiza al acreedor
con privilegio especial, el importe del préstamo, interese, comisiones y gastos.
Nos encontramos ante otro caso de excepción que establece la Ley, refiriéndose a
la materia electoral, con respecto a la prohibición del Arto. 41 del N, por lo cual los
Notarios no pueden dar certificaciones sobre hechos que presencien y en que no
intervengan por razón de su oficio, ni podrán autorizar documentos privados, sino
en los casos determinados por la Ley; casos éstos sobre los cuales sólo podrán
declarar como testigos y su dicho valdrá como cualquier otro deponente.- ? Más,
como actúa el Notario al autorizar las firmas de los peticionarios de que nos habla
el referido artículo electoral?
D) ACTA DE PROTESTA.
Esta Acta es a la que se refieren los Artículos 357 - 358 CC. de Nicaragua.
Estas se usan en los casos de que haya duda sobre la existencia de una persona,
como en el caso del Arto. 56 C. Para demostrar que la persona desaparec8ida aún
después de cuatro años de no saberse de ella existe y no se pueda hacer
presunción de su muerte. A tal fin, el interesado comparecerá ante el Notario y
expresará los fines para los que desea acreditar documentalmente que vive y se
encuentra en tal lugar. El Notario consignará la identidad del requeriente y
expedirá la Copia del Acta, con las formalidades de Ley.
Según Reus, la palabra “Notificación” es una voz genérica adoptada por las leyes,
en la que se hayan comprendidos todos los medios de hacer saber a un litigante lo
acordado por el Juez, tomándose en tal sentido las palabras “citación,
emplazamiento y requerimiento” que todas significan amonestaciones, avisos, que
deben ponerse en conocimiento de las partes para que surtan los efectos que
procedan.
a) Acta de Consignación.
Esta es la que, por medio de la cual, se hace el Pago de una suma de dinero,
pues si bien comprende también el pago de una “cosa” como lo establece el Arto.
2055 C. Ésta última no puede tener lugar por su imposibilidad material como lo
explica el comentarista Sarafield de la legislación Argentina, de la que fue tomado
este Artículo. Según el Arto. 2056 C. Puede hacerse ante el Juez de Distrito de lo
Civil, o ante NOTARIO, en los casos que indica el Arto. 2057C.
La notificación del Acta de Consignación, se hace así: una vez cerrada este acto o
escritura de consignación y firmada por el consignante, testigos y Notario; extiende
éste el testimonio respectivo en el papel de ley. Al pie de la razón del testimonio
pone auto el Notario proveyendo la verificación de la notificación que se le solicita,
que deberá firmar; y, ya con ella, le hace la oferta al acreedor leyéndole la
escritura testimoniada; de esta oferta y lo que se le conteste levantará el mismo
Notario, a continuación del acto referido, que firmará con el acreedor si quisiere
este.
B) Acta de PROTESTO.
El origen del Protesto data de la primera mitad del siglo XIV, y según Suino, “es un
documento en el que se hace constar la falta de cumplimiento de una obligación
cambiaria”.
Es solemne y auténtico.
Este Protesto deberá hacerse en el día en que debe ser pagada la letra de cambio
o en uno de los dos días hábiles siguientes; esto es así, porque según el Arto 622
C.C. el librado puede pedir que le haga una segunda presentación al día siguiente
de la primera, que se hará constar en el protesto, a fin de que los interesados no
puedan alegar que no se accedió a esa petición.
Es obligación del Notario dar Copia o Testimonio de estas Actas a los interesados
como lo ordena el Arto. 649 C.C.
ACTAS DE NOTIFICACION
NOTIFICACION DE DESAHUCIO-
Esta tiene lugar, cuando no habiéndose fijado tiempo para la duración del
arriendo, o si el tiempo no es determinado por el servicio especial a que se destina
la cosa arrendada o por la costumbre, ninguna de las dos partes podrá hacerlo
cesar, sino desahuciando a la otra parte, esto es, noticiándoselo anticipadamente,
ajustado al periodo o medida de tiempo que regula los pagos. Si se arrienda por
día, semana, mes el desahucio será respectivamente de un día, una semana, un
mes; y, empezará a correr al mismo tiempo que el período próximo, pudiéndose
hacer por cualquier funcionario judicial”. “O ante cualquier cartulario”, sin
necesidad de incorporar el pedimento ni la notificación en el protocolo. (Arto. 2958
C.)”
Si se ha fijado tiempo forzoso para un de las partes, se hará la misma forma dicha
para la cesación, y la parte que pueda hacer cesar el arriendo a su voluntad,
estará sin embargo sujeta a dar la noticia anticipada en la forma dicha. (Arto.
2960C).
Esto es a lo que se refiere el Arto. 1426 C. O sea que, los títulos ejecutivos contra
el difunto lo serán también contra los herederos; pero los acreedores para entablar
o continuar la acción pendiente o ya entablada, deberán hacerlo después de ocho
días de haber notificado sus títulos o autos ejecutivos en su caso, a los herederos;
notificación que será hacha judicialmente o por medio de Cartulario; (Arto. 1691
Pr.)
ACTAS DE REFERENCIA
Tienen por objeto relatar las manifestaciones que hagan otras personas; y las
define Escobar de la Riva: “aquellas que, redactadas por el Notario, recogen las
declaraciones de quienes en ellos intervengan”.
Se demostró por los juristas, que las declaraciones de testigos hechas ante el
Juez, son necesarias porque se producen después de planteado un problema
jurídico y como un medio de resolverlo; y, puede muy bien la ley conceder a otros
funcionarios el cargo de acumular las pruebas, entre las cuales se halla la
declaración de testigos. En cambio las declaraciones recibidas por el Notario son
voluntarias, no presuponen una actuación judicial, y por consiguiente pueden
utilizarse en juicio como fuera de él por el carácter indeterminado que ostentan. En
mérito de estas razones fueron ya utilizadas como las de presencia, confirmadas
como documentos públicos en cuanto al hecho concreto aseverado por el Notario
de que los testigos pronunciaron las palabras que se dicen, pero las
manifestaciones de ellos quedan como prueba pericial imperfecta. (Sanahuja y
Soler).
El Arto. 208 del Reglamento Notarial de España dice: Que en las Actas se
observarán los mismos requisitos de las de Presencia, pero el. Texto será
redactado por el Notario de la manera mas apropiada a las declaraciones de los
que en ellas intervengan, usando las mismas palabras, en cuanto fuese posible,
un a vez advertido el declarante por el Notario del valor jurídico de las mismas en
los casos en que fuese necesario.
ACTAS DE PROTOCOLIZACION
Estas son aquellas mediante las cuales según Escobar de la Riva, se incorpora al
Protocolo un determinado documento.
Al referirnos a las Actas de Protocolización, puede decirse que deben contener las
características ya dichas de las Actas de Presencia, pero el texto del acta en
cuestión debe hacer constar que se tuvo a la vista y fue examinado por el propio
Notario el documento que se protocoliza por voluntad del requeriente y el cual
queda unido o agregado al protocolo, con la expresión del número de folios que
contenga.
ACTAS DE DEPÓSITO
ACTAS DE NOTORIEDAD
Al tenor del Arto. 209 del Reglamento Notarial de España, esta Acta Notarial, tiene
por objeto, “la comprobación y fijación de hechos notorios, sobre los cuales podrán
ser fundados y declarados derechos y cualidades con trascendencia jurídica.”
Para que la constatación de notoriedad de los hechos tenidos como notorios tenga
valor indiscutible o auténtico, señala lo indica la ley dos caminos a seguir; la vía
judicial o el procedimiento notarial. La preferencia del Juez o del Notario depende
la naturaleza de la función respectiva que a cada uno de ellos corresponde en el
país en que se aplican.
Los supuestos de aplicación para las Actas de notoriedad los resume la Ley, en
casos de doctrina, de práctica y de legislación.
Las informaciones de que se trata tienen por objeto exteriorizar en forma solemne
y documental el derecho que asiste a las personas que las promueven o a cuyo
nombre se promueven, o bien, preconstituir una prueba, fuera de juicio, de
determinados hechos.
TEMA TRECE
EL PROTOCOLO
MANERA DE PRODUCIRSE
De aquí, pues que bien puede decirse, que las actuaciones del Notario Público
referidas al Instrumento Público, se producen a través de sus funciones, en dos
actos o exteriorizaciones de grandísima importancia: el PROTOCOLO, que
conserva y guarda los instrumentos que autoriza; y, las COPIAS O TESTIMONIOS
que reproducen esos mismos Instrumentos Públicos.
Así, hablaremos de cada una de ellas, en el orden en que los hemos expuesto:
primero del Protocolo que los conserva; y, después, de la Copia o Testimonio que
los reproduce.
EL PROTOCOLO
CONCEPTO NOTARIAL:
Con ésta disposición, permite nuestra Ley, que se pueda poner en práctica otro
sistema de Protocolo, distinto del que establece en el, Arto. 18.
De esto se deduce claramente que son dos sistemas de formación del protocolo,
debido a que no es igual el material que lo contiene, ya que, unas veces son
documentos instrumentales los que lo forman; y, otras, son pliegos de papel
sellado en blanco, a manera de un libro de comercio.
Protocolo o Registro.
La denominación de Protocolo o Registro que da el Arto. 15 No. 4 y el Arto. 17,
supone más que ambigüedad terminológica, una completa anarquía de
expresiones.
Protocolo o Registro no son nunca palabras sinónimas como las presentan los
referidos artículos, confusión que no puede admitirse en el Derecho Notarial que
propugna a una configuración autónoma en base de actividad doctrinal; y, no debe
por consiguiente ser aceptada, ya que, semejante equívoco, viene en generación
de antiguos textos. Así lo sienta el autor Argentino Carlos A. Pelosi.
Por ser pues el protocolo el que cierra la figura del Registro como uno de sus
elementos exigidos por la Ley del Notariado; exige la muestra en el Arto. 15 No 4°
que el Notario debe tener un Libro llamado Registro o Protocolo, compuesto de
pliegos enteros de papel de a peso, para extender en él, las escrituras que ante
ellos se otorguen.
PROTOCOLO
Decir por ejemplo como lo dice el Artículo 17 que, “el protocolo es la colección
ordenada de las escrituras matrices autorizadas por el Notario”, entraña un
concepto no ajustado a la efectiva realidad del protocolo; puesto que se compone
además de éstos instrumentos públicos para los cuales está únicamente
concebido por la ley del Notariado, esto es para asentar en las escrituras de otros
documentos o elementos protocolares, que veremos al hablar de la formación del
protocolo; más como todos éstos documentos son meramente complementarios
de las escrituras públicas, no influyen en manera alguna en su concepto. En este
sentido, bastaría que se dijera al tenor del Arto. 38 de la Ley Notarial de Buenos
Aires: “Las escrituras deben extenderse en el protocolo, que se formará con la
colección ordenada de los otorgamientos hechos durante el año.”
Otros beneficios son, los referentes a las reglas de formación del protocolo, que
hace más difícil suplantación de los documentos que contiene y se hace por
consiguiente una prenda de autenticidad; y, aparte de esto, facilita a las personas
que no han intervenido en la celebración u otorgamiento de las escrituras públicas,
el que puedan tener conocimiento de ellas al poder examinarlos o sacar Copias de
ellas. En este sentido, el protocolo es un instrumento de publicidad al círculo de
personas que a juicio del Notario son interesados en el acto que necesiten.
La historia del Protocolo es paralela del notariado y, como ésta surge como un
órgano adjetivo. No tiene hasta la vez una historia especial; más, resulta cosa
clara el saber dice Sanahuja y Solar, que nació de la costumbre que seguían las
partes de un negocio jurídico, de dejar los documentos donde constaban sus
convenciones, o sea, en manos del Notario que las redactaba y las dirigía. Nació
así en su esencia, en cuanto implicaba guarda y custodia de documentos
particulares, como un efecto de la confianza que el Notario adquiría aún siendo un
simple redactor.
Después el Tabulario, funcionario del Censo, fue el Notario archivero pues no sólo
guardaba los libros del Censo, sino que, a pedimento de los particulares
custodiaba también sus documentos. Con esto enlaza el Notario con el protocolo
sus orígenes: uno de carácter oficial y público, y, otro, de carácter enteramente
privado.
Sin embargo, la Novela 44 de Justiniano induce a creer, que por entonces se
llamaba “protocolo” a cierto extracto o epígrafe que se colocaba al principio del
contrato, al pie de la fecha y del nombre lo que se dio la importancia, de ser nulo el
contrato si faltaba tal nota.
Dice así: “Mandamos que cada uno de los Escribanos haya de tener y tenga un
libro de “protocolo”, encuadernado de pliego de papel Entero, en el cual haya de
escribir y escriba por extenso las notas de las escrituras que ante él pasaren y se
hubieren de hacer; en la cual dicha nota se contenga toda la Escritura que hubiere
de otorgar por extenso, declarando las personas que la otorgan, y el día y el mes y
el año, y el lugar o casa donde se otorgan, y lo que se otorga; especificado todas
las condiciones y partes y cláusulas y renunciaciones y sumisiones que las dichas
partes asienten; y que así como fueren escritas las tales notas, los dichos
Escribanos las lean, presentes las partes y los testigos; y si las partes las
otorgaran, las firmen de sus nombres, y si no supieran firmar firmen por ellos
cuales quiera de los testigos, u otro que sepa escribir, el cual dicho Escribano
haga mención como el testigo firmó por la parte que no sabia escribir; y si en
leyendo la dicha nota y registro de la dicha escritura fuese algo añadido o
menguado, que el dicho Escribano lo haya de salvar y salve en fin de tal Escritura,
antes de las firmas, por que después de haber duda si la dicha enmienda es
verdadera o no; y que los dichos Escribanos sean avisados de no dar Escritura
alguna asignada con su signo, sin que primeramente al tiempo del otorgar de la
nota hayan sido presentes las dichas partes y testigos, y firmadas como dicho es;
y que en las escrituras, que así dieren asignadas, ni quiten ni añaden palabra
alguna de lo que estuviere en el registro, salvo la suscripción, y que aunque tomen
las tales escrituras por registro o memorial o en otra manera, que no las den
asignadas, sin que primeramente se asienten en el dicho libro y protocolo; y se
haga todo lo susodicho; sopen que la escritura que de otra manera se diese
asignada sea en si ninguna, y el Escribano que la hiciere pierda el oficio, y donde
en adelante sea inhábil para haber otro, y sea obligado a pagar a la parte el
interés”.
Se copia, para que se vea claramente que la Pragmática, fue un cuerpo que
contiene casi todo de lo que hoy se dice de las escrituras.
Para los que consideran los oficios públicos como algo patrimonial del soberano
que este podía enajenar, es natural que esta concepción se reflejase a su vez en
la pertenencia de los protocolos; y, de aquí que fuesen estos considerados como
propios del Notario, los cuales podía este enajenar y aún trasmitir”. De esta
manera como propiedad privada lo tiene la legislación del Uruguay, conforme la
cual puede trasmitirse por el Notario a sus herederos. En Bélgica pasa el
Protocolo a la muerte del Notario, al que le sucede en el Notariado. En Francia el
Protocolo pasa al Estado o archivos Nacionales a los 125 años de su fecha. En
España sostuvo la propiedad privada del Protocolo Ruiz Gómez, pero como
propiedad de los particulares interesados en los documentos que contiene, que es
lo que hace que el Estado dicte reglas sobre su custodia y conservación. En otras
Legislaciones se sostiene la naturaleza pública del Protocolo como la de Portugal,
según la cual, los Protocolos deben llevar notas de apertura y cierre autorizado por
las autoridades superiores; y, en Argentina, son rubricados y sellados por el
Secretario de la Cámara de Apelaciones. En España es claramente mantenida la
naturaleza pública del protocolo, con el Arto. 36 de la L. del Notarial de España:
Que dice: Los Protocolos pertenecen al Estado, y los Notarios los conservarán
como archiveros conforme las Leyes y bajo su responsabilidad.
De lo expuesto resulta que son tres los criterios expuestos sobre la naturaleza
pública del protocolo: propiedad patrimonial del Notario; propiedad patrimonial de
los particulares; y, propiedad patrimonial del estado. Estos extremos no pueden
ser admitidos, puesto que la regulación jurídica del protocolo no puede
comprenderse dentro de los moldes del derecho patrimonial calificado de un
derecho real; pero si se quiere el protocolo dentro del derecho de propiedad” será
como una propiedad especial, porque ni es cosa asequible al disfrute de todos, ni
tampoco cosa privada, porque sus frutos no le corresponden. pudiera decirse que
se trata de algo sobre el cual tiene el estado un dominio eminente cuyo disfrute en
su aspecto jurídico, concede a los particulares un interés legítimo, y en su aspecto
de bien susceptible de producir frutos, al Notario con arreglo a las leyes”.
De esto resulta dice Sanahuja y Soler, que el protocolo tiene una naturaleza mixta,
pública y privada a la vez, o mejor triple, pues en el protocolo se hallan
interesados: el estado que con la fe pública confiere todas las garantías a ella
misma; los particulares, con sus derechos garantizados protocolariamente; y el
Notario que condensa la confianza que estos mismos particulares han depositado
en él para la custodia de los documentos que a ellos afecten.
TEMA CATORCE
El protocolo para que sea guarda y garantía de derecho y produzca los atributos
relacionados, debe reunir una serie de requisitos que se pueden distinguir, en
requisitos personales, reales y formales.
Los requisitos reales, son los mismos documentos que contiene y forman el
Protocolo.
Los requisitos formales, son los que se refieren a las reglas que la ley establece
y mantiene para la formación y conservación del Protocolo.
Pesan sobre el Notario como sujeto del protocolo, las obligaciones que establece
el Arto. 15 L. del N. ya visto.
El aviso que el Notariado o encargado envía al Juez referido, debe ser por escrito
y expresando en el:
Ya el Juez con las copias de los testimonios presentados, con la certificaciones del
Registro, o con la debida constancia de los puntos en que se hallen de cuerdo los
otorgantes, dará por repuesto el protocolo perdido o inutilizado que se entregará al
Notario “a quién pertenecía” el original, salvo los casos en que con arreglo a la Ley
deba depositarse en el Archivo general, (Arto. 60 inciso 1 L. Del N.).
El costo del papel y demás diligencias que ocasionen el incidente recaen y estarán
a cargo del Notario guardador de los protocolos, sin perjuicio naturalmente, del
derecho legal de poder reclamar los pagos que hiciere, del culpable o culpables en
el extravió o inutilización del protocolo. (Arto. 59 L. del N.)
Al decir el inciso 1 del Artículo 60, que se entregará el archivo repuestos al Notario
“a quien pertenecía el original ”, debería leerse como expresión mas adecuada a la
naturaleza del protocolo, “a quien pertenecía la tenencia del original ”.
Hasta este momento se ha tratado del protocolo en poder material del Notario en
actividad efectiva de sus funciones; más, como la notaría puede quedar vacante o
sin proveer, por haber cesado el Notario por algún tiempo de manera definitiva en
el ejercicio de sus funciones habituales, se pregunta: ¿ que se hace en este caso
con los protocolos del Notario?
En algunas legislaciones mientras las notarías se hallan vacantes, los protocolos
han de quedar en poder del Notario sustituto; en cambio, en la legislación notarial
de Nicaragua en la que no hay esa condición de Notarios, se presentan varios
casos de vacancia de notarías las cuales tienen sus respectivas soluciones de la
siguiente manera:
En este caso, los protocolos del Notario impedido del ejercicio de la cartulación por
incompatibilidad notarial, permanece en poder del Notario y en su propia oficina o
despacho.
En todos éstos casos, dice la Ley de 13 de Noviembre de 1913 que reforma el N°.
2° del Artículo 48 de la Ley del Notariado, que el Notario “puede”, depositar sus
protocolos en el registro público de la cabecera de su vecindario, bajo inventario,
del cual se enviará copia a la Corte Suprema y a la Corte de Apelaciones
respectiva.
Estos Notarios pueden hacer también en todo tiempo cesar el depósito voluntario
y recoger sus protocolos. Ya que esta ley, claramente dice, que el depósito de los
protocolos que hicieron los Notarios en el caso que vamos, es de pura voluntad de
ellos, sin que les implique por obligación.
En ésta vacancia habrá que distinguir la ausencia, en los dos casos que
contempla la ley:
En el caso:
En este caso, los protocolos deben pasar al Registro Público mencionado, pero
remitidos o enviados a esa oficina por el Juez o autoridad que pronunció la
suspensión, inhabilitación o condenatoria del Notario, dentro de los ocho días
siguientes a la providencial tanto en éste caso como en el de ausencia, podrán
recobrarse los protocolos tan luego como los interesados lo soliciten, acreditando
en su caso haber cesado la causa que motivara el depósito de dichos protocolos.
(Artículo47 y N° 3° del Artículo48 L. del N.)
Estos como ya lo tenemos establecido, son los que se refieren a la formación del
PROTOCOLO.
Ya sabemos el origen histórico del protocolo, que las primeras noticias que se
tienen de él son en el fuero Real, pero nada dice acerca de su formación. Las siete
partidas prescribió a los escribanos que hiciesen libros por registros en los que
escriben las cartas; también la pragmática de Alcalá mandó que ese libro fuera
“encuadernado de pliegos de papel entero”. Más, como ésta ordenanza de la
pragmática ocasionaba dificultades a los Escribanos tanto en la redacción del
otorgamiento de las escrituras como por la molestia y peligro de andar con sus
protocolos en las salidas que hacían por sus tierras a hacer escrituras, discurrieron
y acordaron formar el protocolo a “posteriori”, es decir con pliegos sueltos que se
iban colocando sucesivamente unos tras otros después de autorizadas las
escrituras. Esta práctica se hizo general, y por nuestra ley se acogió en el Artículo
17 por ser el mejor sistema de protocolo.
En ésta virtud dentro de las reglas de formación del protocolo, están las que
señala y ordena la ley del Notariado nicaragüense, así: Artículo 19: “El protocolo
se formará de pliegos enteros de papel (sellado de dos córdobas cada uno, hoy
cinco córdobas), y que reúnan las condiciones que exige el N° 4 del Artículo 21 o
sea que tengan, además, a la derecha y a la izquierda, dos márgenes en cada una
de las cuatro planas del pliego, los cuales márgenes serán de veinte milímetros.
Las páginas que se escriban no podrán contener más de treinta renglones de
veinte y tres centímetros cada uno, aunque la forma y tamaño de los caracteres,
pudieran dejar espacio para un número mayor. En este papel del protocolo deberá
el Notario extender las escrituras, actas y documentos protocolares, de la manera
que prescribe el N°. 5° del Artículo 15; o sean, los poderes; testamentos, contratos
y demás escrituras, con excepción de los que no deben ser insertos en ellos,
como lo mandan los N°. 1° Y 4° del Artículo 15.
Todas las hojas que lo forman o sean cada una de las planas del papel sellado en
que se escriben las escrituras, deben ir numeradas o foliadas, en orden sucesivo.
Una nota igual pondrá el Notario en cualquier día del año que empiece a ejercer el
cargo, pero según Fernández Casado, un mismo protocolo no debe llevar dos
notas de apertura, por ejemplo, si se abre el protocolo el primero de Enero de mil
novecientos sesenta y seis, y, se cierra por cualquier circunstancia el veinte de
Marzo; y, volviere el Notario a ejercer la cartulación el veinte de octubre de ese
mismo año, bastará que lo continúe el Notario sin ninguna razón de nueva
apertura, por ser uno solo el protocolo que se lleva dentro del año. Puesta la nota
de apertura del protocolo, se va formando éste con los documentos que autorice el
Notario, en el orden cronológico de su autorización, numerados en orden
correlativo al número dado a cada uno de ellos hasta legar al último del año, en
cuya fecha se pondrá la nota de cierre, al tenor siguiente: “El infrascrito Notario
Público, cierra el presente Protocolo, que contiene tantos instrumentos públicos,
escritos en tantas hojas o folios. León treinta y uno de Diciembre de mil
novecientos sesenta seis. Las siete de la tarde. Firma del Notario y sello”. Esta
misma nota se pondrá por el Notario dentro del año con la fecha respectiva y el
motivo del cierre.
Son también documentos que componen o forman el Protocolo, los que, en ciertos
casos, se acompañan al otorgamiento de las escrituras públicas, y que, podemos
clasificar en dos grupos:
Lleva esa redacción el presente artículo, porque fue la primera disposición que se
dio sobre la numeración de los Protocolos.
El Protocolo es uno, es decir, es el libro que durante un año contado del primero
de enero al treinta y uno de diciembre de cada año, contiene las escrituras
públicas que hubiese autorizado el Notario y demás documentos ya relacionados.
En ésta virtud el Arto. 45 L. del N. Nuestro dice: “Es prohibido empezar una
escritura matriz en un Protocolo y terminarla en otro”. Esta disposición no se halla
en desacuerdo con el Arto. 19, que autoriza como ya lo vimos el sistema de libro
protocolo “anteriori”, puesto que encierra la misma condición de unidad del
protocolo al decir: “si concluido el año no se hubiese llenado el libro, se continuará
en éste, el siguiente protocolo”.
Conforme nuestra Ley del Notariado no hay más que un sólo Protocolo corriente
para el Notario. Sin embargo; existe según el Arto. 20 el Protocolo que podríamos
llamar ACCESORIO, del Protocolo común, que es el que se forma con la colección
por orden cronológico y en un sólo legajo de todos los documentos o
comprobantes a que se refieren las escrituras matrices y que, conforme a la ley
deben quedar en poder del Notario; documentos cuyas fojas se numerarán con
foliatura corrida.
También existe en nuestra Ley mencionada, el protocolo diplomático y consular,
que según el Arto. 9 serán libros encuadernados y foliados de papel común, con
las notas de apertura y cierre que ordena el Arto. 18, firmadas por el respectivo
Agente Diplomático o Cónsul; llevado bajo las condiciones establecidas en el Arto.
8.
También el mismo Juez Civil del Distrito correspondiente al del domicilio del
Notario, hará visitas extraordinarias, cuando la Corte Suprema de Justicia, por sí o
por excitativa del Poder Ejecutivo las ordenare; caso también en el que puede
hacer uso de las facultades que le confiere el Arto. 44.
TEMA QUINCE
COPIA O TESTIMONIO
Concepto:
Sabemos, que los documentos públicos quedan en poder del Notario que los
autoriza, archivados y conservados en su Protocolo, en aras del interés público, y
más que todo, para conveniencia de los mismos interesados que de tal manera
aseguran la conservación de sus documentos.
Nuestra Ley del Notariado Arto. 18 dice: “Copia o Testimonio, es el traslado fiel de
la escritura que tienen derecho a obtener los interesados en ésta”. De igual
manera la define el Código de Procedimientos Civiles de Guatemala.
El artículo 18 citado nos habla de “Copia o Testimonio” como una misma cosa.
Copia, es la reproducción o traslado de una cosa, que en este caso es la escritura
matriz del protocolo; y, Testimonio, es la atestación o aseveración de una cosa, o
lo que es lo mismo decir para el presente caso, “copia auténtica de un
documento”; por consiguiente, lo mismo es decir, Copia o Testimonio, pues en
cualquiera de éstos conceptos, llevan la autenticidad del Notario.
En razón de su contexto.
En atención a lo primero, se dividen en AUTENTICAS Y SIMPLES; en atención a
lo segundo, en PRIMERAS Y POSTERIORES O SEGUNDAS, TERCERAS, etc.; y
en razón a lo tercero, en totales y parciales.
Son auténticas, las autorizadas con las formalidades de ley por el Notario Público
y que, por lo tanto, tienen verdadera trascendencia jurídica. A ellas es a las que
convienen las definiciones que dejamos sentadas de Fernández Casado y de
nuestra Ley del Notariado.
Son simples, las que sólo sirven de un medio de información oficioso para los
interesados en conocer los instrumentos públicos del protocolo. En esta virtud se
expiden sin formalidad alguna y carecen por lo tanto de trascendencia jurídica.
Es PRIMERA COPIA, según Sanahuja y Soler, el traslado que tienen derecho por
primera vez, cada uno de los otorgantes de una escritura matriz, o cada persona a
cuyo favor resulte en aquella algún derecho o adquirido por acto posterior, y quién
acredite tener interés legítimo en el documento.
Nuestro Código Procesal Civil, en sus Artículos 1141, 1142, 1143 y 1686 la
denomina “escritura original”, nombre que viene a nuestra legislación del Derecho
antiguo de España que hacia significar con esa designación después de la
Pragmática de Alcalá, que la Copia primera representaba o tenía igual fuerza
jurídica que la carta matriz que en original se entregaba al otorgante.
La Ley del Notariado Nicaragüense en su Arto. 39 a éste respecto dice: “El Notario
dará a los interesados cuantos testimonios le pidieron de las escrituras relativas a
obligaciones que no pueden exigirse mas de una vez, como las de venta, cambia,
donación, testamento, poder, compañías, cartas de pago, renuncias, legitimación
de hijos o reconocimiento de simplemente ilegítimos, etc.; pero necesitará
mandato de un Juez de Distrito de lo Civil para expedirlos cuando la obligación
pudiere exigirse dos o más veces, por ejemplo: la obligación de dar, pagar, hacer
alguna cosa, la de arrendamiento o la que pueda dañar a la otra parte. El Juez
expedirá la orden, previa audiencia de la persona o personas a quienes pudiere
perjudicar la nueva copia; y si éstas no se encuentran en el lugar, con audiencia
del Síndico municipal de éste. Hay opiniones de que este Arto. 39 resulta
innecesario en nuestra ley actual, pues el motivo justo que motivó su creación
primitiva en el Derecho antiguo de España no existe ya, en la legislación moderna.
Esta facultad la tienen única y exclusivamente los Notarios, como lo afirma el Arto.
40 L. del N. Nuestra que dice: “Solo el Notario a cuyo cargo estuviere el protocolo
podrá dar copias de él; en caso de impedimento designará el cartulario que deba
hacer la compulsa, y, si no lo verificare dentro de veinticuatro horas, lo harán los
interesados, y por falta de acuerdo de éstos lo hará el Juez de Distrito del domicilio
del Notario. Si el Notario hubiere fallecido o estuviere fuera de la República, harán
la designación de los interesados, o el Juez en su caso, sacándose la Copia en
archivo correspondiente”.
En los dos primeros casos, supone la Ley, que el Notario cumplido con la
obligación que le impone el Reglamento Notarial tiene a su cargo el protocolo, esta
legalmente en posesión de el; y en el tercero, supone la ley que se halla el registro
público.
Estos son los otorgantes de la escrituras por ser los que realizan verdaderamente
el acto jurídico que ella contiene y que por consiguiente adquieren el prominente
derecho de obtener en cualquier tiempo la copia del instrumento público existente
en los protocolos Notariales. Es hacia ellos los otorgantes que se dirige el Nº 6 del
Arto. 15 L. del N. llamándolos “partes”, y, a quienes el Notario les debe entregar la
copia “dentro de tres días” de haberles extendido la escritura pública respectiva,
pudiendo quejarse los peticionarios si no se les entregase en el tiempo referido.
Esto indudablemente lo establece la ley como una medida de garantía y defensa
para los otorgantes.
¿Pero quién califica el interés del solicitante de la Copia? A esto creo que se
puede contestar diciéndose que es el Notario mismo el que debe apreciar a su
juicio y responsabilidad, ese interés.
La Ley del Notariado de España dice: “que se tenga legítimo interés” a juicio del
Notario, sin que sea esta ni arbitraria ni caprichosa.
Internas:
Razón de que se sella y firma, y del número de Primera, Segunda, etc. Copia,
que le corresponda, en las escrituras de las que se permite hacerlo; pero si fuere
de las que pudieren exigirse dos o más veces, se deberá hacer constar el
mandato del Juez para lo Civil del Distrito para poder extender la Copia Segunda,
etc.
Pueden ser manuscritas ó impresas por cualquier medio mecánico, sin otra
limitación que la impuesta por la necesidad de ser clara en su lectura, el decoro en
su aspecto y su buena conservación por la fijeza de la tinta; por esta última
circunstancia la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, en contestación a
consultas, establece que no deben aceptarse Copias en papel carbón, porque se
borran fácilmente y no pueden conservarse. B.J. pág. 8446 y 2095.
Respecto del papel, deben ser extendidas en el sellado que disponga la Ley de la
materia, que, en nuestra legislación es la de Timbres. Actualmente vale tres
córdobas.
Conforme a esta Ley que es la de Justicia Tributaria el papel para los Testimonio
es de hojas con valor cada una de Tres Córdobas, de la calidad y formato del que
ya dejamos dicho para el del Protocolo. Esto, sin perjuicio de timbres que cauce el
impuesto aplicable al documento o escritura misma, según la índole del acto o
contrato que contenga. Este impuesto se pagará adhiriendo al Testimonio el
cuerpo del o de los timbres que ocasione la cuantía correspondiente, debidamente
cancelados por medio de perforaciones, o poniéndoles el sello del Notario, o la
fecha de su cancelación. La cabeza del timbre se pega al margen o en la parte
superior del pliego que contenga la escritura matriz en el Protocolo.
Las Copias o Testimonios de los Testamentos sólo se pueden obtener por los
interesados, una vez que hubiese muerto el testador; por lo cual, se debe acreditar
al Notario, con la debida Certificación el fallecimiento del testados. En el derecho
notarial de España, se permite al Notario extender la Copia sin la Certificación
referida, cuando le consta de ciencia cierta la defunción del testador.
COPIAS PARCIALES
Estas son los traslados en que se omiten una o más partes de la escritura original.
Estas copias aunque no comprendan la totalidad de la escritura de que proceden,
deben ser siempre la expresión fiel y exacta de la parte que contienen de ella.
Deben ser pedidas por quienes tienen derecho a obtener la Copia total, o
expedidas por disposición legal.
Supuesto:
a) En este supuesto, las Copias de la matriz o protocolo hacen prueba plena; pero
si son impugnadas en juicio con respecto a su autenticidad por las partes a
quienes perjudiquen seria necesario su cotejo. Si en consecuencia de este cotejo
existe alguna variante entre la matriz y la Copia se estará al contenido de la
primera.
De acuerdo con lo anterior el Arto. 2377 C. Dice: “Las copias de los documentos
públicos de que exista matriz o protocolo, impugnadas por aquellos a quienes
perjudiquen, solo tendrán fuerza probatoria cuando hayan sido debidamente
cotejadas.
Así mismo, por ser la fuerza probatoria de los documentos públicos presunciones
“juris tantun” queda a la parte que invoque la mayor fidelidad de la copia, la
facultad de impugnar la de la matriz, con la que pueda destruir su preferencia.
Dentro de este mismo supuesto se contempla el caso del Arto. 40 L. del N. Con
respecto a la copia extendida por Notario que no autorizó la matriz y por
disposición expresa del que habiéndola autorizado se halla imposibilitado del
ejercicio por desempeñar el cargo de Magistrado. Sé pregunta ¿que efecto jurídico
con relación a la prueba tiene esta copia?. A esta pregunta responde el Arto. 1142
Pr. Que dice: “Los testimonios o copias sacadas, ya del protocolo, ya de la
escritura original por Juez o Notario que no otorgó el instrumento y sin citación de
parte y decreto judicial, no podrá servir cualquiera que sea su antigüedad, sino de
presunción humana”.
Esto obliga al Notario que en este caso, extienda el testimonio, con citación de
parte y decreto judicial, como lo recomendaba el profesor de Procedimiento Civil
Dr. Nicolás Buitrago para garantizar con él a quien lo solicita, por contener el
anterior artículo una disposición muy especial.
La Corte Suprema de Justicia, resolvió que hacen plena fe y tienen valor como
escritura original, cuando son extendidos en debida forma, o sea, con citación
contraria y decreto judicial, como lo expone a contrario sensu, el Arto. 1141 Pr.
(B.J. Pág.9976)
Supuesto b)
Las primeras copias, sacadas por el funcionario público que las autorizara.
Las copias ulteriores, libradas por mandato judicial, con citación de los
interesados.
Caso Este es, cuando se trata de escrituras públicas antiguas que carezcan de
protocolo o matriz, y todas aquellas cuyo protocolo o matriz hubiere desaparecido.
Este artículo es similar al Arto. 598 Pr. de España, del cual nos dice el
comentarista Reus, que es una excepción del anterior a él, que para nosotros es el
Arto. 1126 ya relacionado de nuestro Código Procesal. En este sentido, nos dice
Reus, que por regla general cuando se impugna la autenticidad o exactitud de un
documento, entendiéndose por impugnación la manifestación expresa y directa de
no reconocer en él esas cualidades, es necesario el cotejo para que sea eficaz el
documento, pedido por el propio interesado. La excepción de este artículo consiste
en establecer que los documentos a que se refiere, serán eficaces sin cotejo
aunque haya impugnación del contrario, y aunque el cotejo sea posible, como
sucede en el 1° de los casos que comprende el Arto. 1127 Pr. Nuestro. Si hay
impugnación y es posible el cotejo pedido, se lleva a efecto para su comprobación;
pero si no es posible como sucede en los casos de los Nos. 2° y 3° habrá de
justificarse la falta de autenticidad en la forma que para nosotros previene el Arto.
1191 Pr. Prueba que como siempre debe ser solicitada por la parte contraria. Solo
a éste caso se refiere, por que si no hay impugnación todos los documentos
públicos son eficaces en juicio, sin necesidad de cotejo, conforme a la regla 1° del
Arto. 1126 Pr.
Todo esto lo regula el Párrafo III. Del Titulo XIX de los medios de prueba, del
mismo Procedimiento Civil. (Artículos 1139, 1140, 1141). Glosario.
Abogado:
Profesional del derecho que ejerce la abogacía.
Acreedor Hereditario: Titular de un crédito cuyo pago grava sobre los bienes de
la herencia.
Acto Formal: Acto para cuya validez se encuentra sujeto a requisitos de forma sin
la concurrencia de los cuales no produce los efectos requeridos por la parte o
partes que intervinieron en su formación.
Adjudicación Hereditaria: Distribución entre los herederos del haber que les
corresponda, haciéndolo constar por medio de hijuelas o lotes asignados
individualmente a cada uno de ellos.
Ad Libitum: A voluntad
Albacea: Persona designada por el testador, los herederos, el juez o los legatarios
- según los casos- para cumplir la ultima voluntad del causante, mediante la
realización de todos los actos y operaciones necesarios al efecto.
Anulable: Acto jurídico afectado por un vicio o defecto en virtud del cual puede ser
declarado nulo judicialmente.
Avalúo: Justiprecio
Avenido: Conforme
Bienes Muebles: Los bienes son muebles por su naturaleza o por disposición de
la ley. Son muebles por su naturaleza, los cuerpos que pueden trasladarse de un
lugar a otro, ya se muevan por si mismos, ya por efecto de una fuerza. Son bienes
muebles por disposición de la ley, las obligaciones y los derechos o acciones que
tienen por objeto cosas muebles o cantidades exigibles en virtud de acción
personal
Buena Fe: Disposición de ánimo que lleva a proceder leal y sinceramente en las
relaciones con el prójimo.
Compraventa: Contrato por virtud del cual uno de los contratantes se obliga a
transferir la propiedad de una cosa o derecho y el otro, a su vez, se obliga a pagar
por ellos un precio cierto en dinero.
Condueño: Persona que tiene una cosa en propiedad, en unión de otra u otras.
Coparticipe: Persona que, con otra u otras, participa en la propiedad de una cosa.
Dación en Pago: Acto jurídico por el cual el deudor entrega al acreedor una
prestación diferente de la debida, con el consentimiento de éste.
Derechos: Conjunto de las facultades otorgadas o reconocidas por las normas del
derecho objetivo
Deudo: Pariente.
Domicilio Legal: Lugar donde la ley fija la residencia de una persona para el
ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.
Donación: Contrato por el cual una persona transfiere a otra una parte o la
totalidad de sus bienes.
Enfiteusis: Derecho real o contrato por virtud del cual el propietario de una cosa
mueble cede a otro, a perpetuidad o por largo tiempo, el goce de la misma, con la
obligación del concesionario de cuidarla, mejorarla y pagar, en reconocimiento del
dominio, una pensión anual.
Estado Civil: Situación jurídica de una persona física considerada desde el punto
de vista del derecho de familia y que hace referencia a la calidad de padre, de hijo,
de casado, de soltero, etc.
Expensas: Gastos.
Fraudulento: Engañoso.
Garante: Fiador.
Haber Hereditario: Porción de bienes que corresponde a cada heredero, una vez
realizada la participación de la herencia.
Habitación: Derecho de ocupar en una casa ajena las piezas necesarias para el
titular del mismo y para las personas de su familia.
Impudicia: Deshonestidad.
Instrumento: Documento.
Intransferible: No transferible
Ipso Ipso: Efecto producido por un hecho o acto jurídico por su virtualidad propia,
sin necesidad de declaración judicial alguna.
Ipso Iure: Efecto producido por una norma jurídica, por su propia virtud, sin
requerimiento o instancia de parte.
Iuris et de Iure: Presunción legal que no admite prueba en contrario.
Juez Incompetente: Juez que trata de conocer de una cuestión que no le esta
expresamente reservada por la legislación relativa a las reglas de la competencia.
Juicio: Proceso.
Legado Causal: Legado cuando el testador expresa el motivo o razón que existe
para hacerlo.
Legado de Cosa Ajena: Legado que tiene por objeto una cosa que no pertenece
al testador.
Legado de Cosa Determinada: Legado que tiene por objeto una cosa cuya
determinación en el patrimonio del testador es manifiesta.
Libranza: Documento privado por medio del cual una persona ordena a otra el
pago de una determinada suma de dinero a una tercera persona.
Licitante: Licitador.
Ligamen: Relación jurídica entre dos o mas personas de la que pueden derivarse
obligaciones de carácter bilateral o unilateral.
Litis: Juicio.
Litis Consorte: Persona que esta con otra en un juicio civil o administrativo, en
defensa de un mismo interés, o en un proceso penal en calidad de imputado.
Locación: Arrendamiento.
Locatario: Arrendatario.
Masa de la Quiebra: Se integra por los bienes del quebrado y por los que
adquiere hasta finalizar se la quiebra
Móvil: Finalidad o propósito que en cada caso existe para que una persona realice
un acto.
Nominatim: Expresión con que se denota estar designadas por sus nombres las
personas favorecidas en disposiciones de ultima voluntad.
Nom Omne Quod Licet Honestum Est: Significa: "No todo lo que es licito desde
el punto de vista jurídico, es bueno desde el punto de vista moral".
Nom Bis In Idem: Expresión que niega la posibilidad legal de promover un nuevo
juicio sobre una cuestión ya resuelta en otro anterior, o de sancionar dos veces
una misma infracción, de cualquier genero.
Norma Jurídica: Regla dictada por legitimo poder para determinar la conducta
humana.
Noxa: Daño.
Oblación: Oferta de la cosa debida que hace el deudor a su acreedor para que la
reciba en pago, como procedimiento preliminar a su consignación, en caso de
negativa a recibirla.
Obligación: La relación jurídica establecida entre dos personas, por la cual una
de ellas llamada deudor, queda sujeta para otra llamada acreedor, a una
prestación o a una abstención de carácter patrimonial, que el acreedor puede
exigir del deudor
Orden Legal: Situación jurídica general creada por el conjunto de las normas
constitutivas del derecho positivo.
Parcionero: Participe.
Parlamentar: Negociar
Pasivo: Totalidad de las deudas que pesan sobre el patrimonio de una persona,
física o moral.
Perito: Persona entendida en alguna ciencia o arte que puede ilustrar al juez o
tribunal acerca de los diferentes aspectos de una realidad concreta, para cuyo
examen se requieren conocimientos especiales en mayor grado que los que
entran en el caudal de una cultura general media
Permuta: Contrato por el cual cada uno de los contratantes se obliga a dar una
cosa por otra
Poder: Autorización en virtud de la cual una persona ejerce en nombre de otra los
actos jurídicos que ésta le encargue
Poderdante: Persona que otorga un poder a otra.
Primera Copia: Traslado de una escritura matriz hecha por vez primera, para
entregar a los otorgantes.
Principio: Origen.
Pro Indiviso: Denominación del bien o derecho que pertenece a una comunidad
de personas.
Propiedad: Derecho de goce y disposición que una persona tiene sobre bienes
determinados, de acuerdo con lo permitido por las leyes, y sin perjuicio de tercero
Prorrata: Porción de las cosas o dinero que se reparte entre varias personas a los
efectos de que cada una de ellas perciba o abone lo que proporcionalmente le
corresponda.
Punición: Castigo.
Punir: Castigar.
Redhibición: Rescisión de la venta de una cosa motivada por los vicios ocultos
que en ella han sido descubiertos con posterioridad a su adquisición.
Repartición: Distribución de una masa de bienes entre las personas que tienen
derecho a ellos.
Retrocesión: Cesión a una persona del bien o derecho que ella nos había cedido
anteriormente.
Revocación: Acto jurídico en virtud del cual una persona se retracta del que ha
otorgado a favor de otra, dejándolo sin efecto, siendo posible únicamente en los
de carácter unilateral, como el testamento o el mandato.
Sanción : Pena.
Sentencia: Resolución judicial que pone fin a un proceso o juicio en una instancia
o en un recurso extraordinario.
Sentencia Absolutoria: Sentencia que, al rechazar la demanda, libera al
demandado de la pretensión aducida por el actor
Signatario: Firmante.
Signatura: Firma.
Sociedad en Comandita Simple: Sociedad mercantil que existe bajo una razón
social y se compone de uno o varios socios comanditarios, que responden de
manera subsidiaria, ilimitada y solidariamente, de las obligaciones sociales, y de
uno o varios socios comanditarios, que únicamente están obligados al pago de sus
aportaciones.
Sociedad en Nombre Colectivo: Sociedad mercantil que existe bajo una razón
social y en la que todos los socios responden de modo subsidiario, ilimitada y
solidariamente de las obligaciones.
Sponsio: Promesa.
Subarriendo: Subarrendamiento.
Sublocación: Subarrendatario.
Sucesión por Cabeza: Sucesión en que cada uno de los sucesores mortis causa
hereda por su propio derecho, no por el de representación.
Sucesión por Estirpe: Sucesión que existe en aquellos casos en que la sucesión
hereditaria se obtiene por representación de un ascendiente, no por derecho
propio.
Sucesor: Persona que, por cualquier modo legal, adquiere la titularidad de una
cosa o derecho que anteriormente pertenecía a otra.
Testamento Común: Testamento que la ley regula para que sea otorgado en
circunstancias normales y con formalidades de idéntico carácter.
Testamento Marítimo: Testamento otorgado por los que vayan a bordo durante
un viaje por mar, en buque de guerra o mercante.
Testigo: Persona que comunica al juez el conocimiento que tiene acerca de algún
hecho o acto cuyo esclarecimiento interesa para la decisión de un proceso.
Testigo Hábil: Persona que reúne los requisitos legales establecidos para la
prestación del testimonio.
Titular: Persona que ejerce un oficio, profesión, o cargo con cometido especial y
propio.
Título Nominativo: Título de crédito que ha sido expedido a favor de una persona
cuyo nombre se consigna en el texto mismo del documento.
Transferencia: Acto jurídico en virtud del cual un derecho es transmitido por una
persona a otra.
Trueque: Permuta.
Tutela: Institución jurídica que tiene por objeto la guarda de la persona o bienes, o
solamente de los bienes, de los que, no estando bajo la patria potestad, son
incapaces de gobernarse por sí mismos.
Tutriz: Tutora.
Unilateral: Acto o contrato del que se derivan obligaciones para una sola de las
partes.
Uso: Derecho a percibir de los frutos de la cosa ajena los que basten a las
necesidades del usuario y de su familia
Uso de Nombre Supuesto: Utilización maliciosa de nombre ajeno con ánimo de
obtener un beneficio de carácter económico o social.
Uso Público: Es aquél que está permitido con carácter general respecto a los
bienes de dominio público y a los comunes.
Usucapión: Modo de adquirir la propiedad por virtud del transcurso del tiempo,
mediando la posesión.
Usurpación: Acto de violencia en virtud del cual se priva a una persona de algo
que legítimamente le pertenece.
Vale: Documento de carácter privado por medio del cual la persona que lo
suscribe se obliga al pago de una determinada cantidad de dinero a otra.
Validez: Calidad del acto jurídico que no se halla afectado por vicio alguno y que,
por lo tanto, es idóneo para surtir sus efectos característicos.
Valuación: Valoración.
Venia: Licencia.
Venta a Prueba: Venta sujeta a la condición de que, una vez puesta a prueba por
el comprador, resulte ser tal y como éste la desea.
Vigente: Ley que habiendo sido promulgada y publicada no ha sido derogada total
o parcialmente.
Vindicar: Reivindicar.
Yuppy: Del inglés «Young Urban Professional». Este término, puesto de moda durante los años
ochenta, se utiliza para designar a aquellos jóvenes ejecutivos de carácter ambicioso que tienen
una alta cualificación, unos ingresos elevados y buscan obtener un gran prestigio en su trabajo.
f. Circunstancia de ser sinónimos dos o más vocablos. || Ret. Figura que consiste
en emplear voluntariamente voces sinónimas.
Por ejemplo, los Códigos Civiles de El Salvador (Arts. 1569-1574 y 1,577 que usan
las palabras instrumentos público o privado en el sentido de documentos de una u
otra clase); Honduras (Partes 1 y 11, Sección Primera, Cap. V. Título 1, Libro IV);
Nicaragua (Art. 2376) y Panamá (Art. 1101).
Ver Ley del 11 de Enero de 1967, Establece: “Por cualquier medio mecánico
m. Cualquiera de los signos o cifras arábigas que expresan una cantidad. || Toda
expresión de cantidad compuesta de dos o más cifras. Enciclopedia Temática
Lafer
Ver y usar en la exposición el Art. 33 L.N., párrafo VIII del Título Preliminar del
Código Civil., numeral XXXVIII
Artículo 4.-
f)Solicitar inscripciones en los registros del estado civil de las personas, registros
públicos de la propiedad inmueble, registros mercantiles y de la propiedad
industrial y en cualquier otra Institución Pública;
k)Iniciar acción judicial y realizar cualquier otra gestión ante los tribunales de
justicia y demás organismos estatales, regionales y municipales;
Arto.36. LN: Para que las testaduras no se consideren como una suplantación se
tirará una línea sobre ellas, de modo que quede legible el contenido. Al fin de las
escrituras se hará mención de las palabras que testadas no valen.
Ver, analizar y aplicar los artículos Del 34 al 36 Ley del Notariado, en Iniciación
Notarial.
Ver y anexar
Idem.
Carnelutti, "La figura jurídica del notario", Revista Internacional del Notariado,
1950, p. 320.
La L. del N., Nic., califica de “escritura” solamente a las matrices, v. gr. en sus arts.
15, inciso 1°, que dispone que se extiendan en sus registros, y en el 17, según el
cual protocolo o registro es “la colección ordenada de las escrituras matrices...”
Profesor de Notariado que escribió la obra “Ariis Notaiae o Summa Ars Notariae
en que hace un estudio exegético de las leyes notariales romanas, longobardas y
de algunas comunas o ciudades italianas. Fue el primer Notario Latino que, con
sus fórmulas y sus escritos traspasó los límites de espacio y tiempo, las fronteras
de su patria y de la Historia, según palabras de Núñez Lagos. Este maestro vivió
en el siglo XIII.
Ver Artículos 15, numeral 14ª Ley del N. Nicaragua y 2369C. (Caso en que la Ley
establece la autorización de dos notarios)
Arto. 7. -En las Escrituras públicas que los Notarios autoricen, deberán expresar
la fecha de vencimiento de su última autorización para cartular. La omisión de
esta obligación o la alteración de la fecha, así como la falta de envío de los índices
de los protocolos de los Notarios a la Corte Suprema de Justicia y demás oficinas
que señala la Ley a más tardar el 31 de enero de cada año, será sancionada por
la Corte Suprema de Justicia en forma establecida en el artículo anterior. Decreto
1618, Ley Citada.
Art. 23, Ult. Pár., L. del N., Nic.;, Arto. 7 Ley que da mayor utilidad a la Institución
del Notariado.
Decreto 1618
f. Contradicción entre dos leyes o dos pasajes de una misma ley. || Contradicción
entre dos principios racionales. Enciclopedia Lafer
concisión f.
hijuela f.
Pero si todos los herederos quieren vender en común los bienes hereditarios, no
necesitan de partición anterior, bastándoles el testamento o la declaración de
herederos inscrita.
Arto. 2473. Pueden ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del
comercio de los hombres, aún las futuras.
Sobre la herencia futura no se podrá sin embargo celebrar otros contratos que
aquellos cuyo objeto sea practicar entre vivos la división de un caudal conforme el
artículo 1358.
Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean
contrarios a las leyes o las buenas costumbres.
Arto. 2474. No podrán ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles.
Arto. 2475. El objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en cuanto a
su especie. La indeterminación en la cantidad no será obstáculo para la existencia
del contrato, siempre que sea posible determinarla sin necesidad de nuevo
convenio entre los contratantes.
Arto. 2476. Es nulo el contrato cuyo objeto no sea física y legalmente posible.
Arto. 2477. En los contratos sólo se considera corno físicamente imposible lo que
lo sea con relación absoluta al objeto del contrato pero no a la persona que se
obliga.
Arto. 2478. Tampoco pueden ser objeto de contrato las cosas o actos que no se
puedan reducir a un valor exigible, ni los actos contrarios a la moral pública o a las
obligaciones impuestas por la ley.
Artículo 2.- Los Aranceles del Registro Público serán los siguientes:
enfiteusis f.
Cesión del dominio útil de una finca, con reserva del dominio directo, durante un
período, a cambio de un canon o pensión anual al que hace la cesión.
fideicomiso m.
inalienable adj.
Arto. 1038.- El que fuere enteramente sordo deberá leer por sí sólo su
testamento, y si no sabe o no puede, designará dos personas que lo lean en su
nombre, siempre en presencia de los testigos y del Notario. B.J, 262.
Arto. 1039.- Cuando sea ciego el testador se dará lectura del testamento dos
veces: una por el Notario, y otra, en igual forma, por uno de los testigos u otra
persona que el testador designe. De esta circunstancia se hará mención especial
en el testamento, pena de nulidad.
En el artículo original dice “primero el Notario”, pero, este orden fue reformado en
la ley del 28/05/13, la que establece que primero firman los otorgantes o los que
firmaren a su ruego, después los intérpretes, caso de haberlo, luego la de los
testigos, y por último la del Cartulario y la del secretario en su caso.
2374C.: “Los documentos públicos hacen plena prueba, aún contra tercero, del
hecho que motiva su otorgamiento y de la fecha de éste. También harán prueba
contra los contratantes y sus causahabientes, en cuanto a las declaraciones que
en ellos hubieren hech los primeros”
Art. 1685 Pr. República de Nicaragua: “Los instrumentos que traen aparejada
ejecución, pertenecen a cinco clases a saber: 1º Los instrumentos públicos. 2º Los
autenticos. 3º El reconcimiento. 4º Las sentencias. 5ºLas confeción judicial, ya sea
real o ficta.
Arto. 2222 C.: “La simulación no es reprobada por la ley, cuando a nadie perjudica
ni tiene un fin ilícito”
“Arto. 3349 C: La revocación del mandato surte sus efectos respecto del
mandatario desde que éste lo sepa; pero respecto de terceros, si el poder ha sido
otorgado por Escritura Pública solamente, desde que el notario que lo autorizò
anote la revocación al margen de la escritura matriz y del testimonio
correspondiente. Si el mandante se hallare fuera del Territorio de la República,
deberá hace saber la Revocación del Poder, por aviso publicado en el periódico
oficial de Nicaragua; de otro modo, la revocación no surtirá, en este caso efecto
contra terceros.”
“Arto. 3350C.: La revocación de un poder que conste por escritura pública o por
escrito, debe hacerse por escritura pública o por escrito.”
Derogado
“Los Actos ejecutados contra leyes prohibitivas o preceptivas son de ningún valor,
si ellas no designan expresamente oro efecto para el caso de contravención”.
4º Que los pliegos de que se componga, reúnan las condiciones que exige la ley
de papel sellado; y que tengan además, a la derecha y a la izquierda, dos
márgenes en cada una de las cuatro planas del pliego, los cuales márgenes serán
de veinte milímetros. Las páginas que se escriban no podrán contener más de
treinta renglones de veintitrés centímetros cada uno, aunque la forma y tamaño de
los caracteres, pudieran dejar espacio para un número mayor.
Arto.38. Copia (o testimonio) es el traslado fiel de la escritura matriz que tienen
derecho a obtener los interesados en ésta. En ella se insertará el texto íntegro del
instrumento, rubricará el Notario cada una de sus hojas; expresará al fin el número
de éstas, cuantas son las copias que han dado y el número que corresponda a la
actual; el nombre de la persona y la fecha que se da salvando al fin de ella las
testaduras y entrerrenglonaduras que contenga, y la autorizará con su firma y
sello.
Arto.40. No solo el notario a cuyo cargo estuviere el protocolo podrá dar copias de
él; en caso de impedimento designará el cartulario que deba hacer la compulsa; si
no lo verificare dentro de veinticuatro horas, lo harán los interesados; y por falta de
acuerdo de éstos, lo hará el Juez de Distrito del Domicilio del Notario. Si el notario
hubiere fallecido o estuviere fuera de la República, harán la designación los
interesados, o el Juez en su caso, sacándose la copia en el Archivo
correspondiente.
protocolo m.
1 Libro en que el notario guarda los registros de las escrituras que ha legalizado.
1) Obras jurídicas: las Siete Partidas (1256-63 ó 1265), precedidas por el Fuero
real (código general y transitorio), en las que colaboraron Jacobo el de las Leyes,
Fernando Martínez y Roldán, aportaron un nuevo concepto (atribución regia de la
facultad legislativa), fundándose en el derecho romano justinianeo. Constituyen
asimismo un tesoro etimológico y semántico.
Arto. 2365C. Las Escrituras publicas deben ser autorizadas por el mismo cartulario
en el correspondiente protocolo. Las escrituras autorizadas por el cartulario que no
estén en el protocolo, no tienen valor alguno, salvo las sustituciones de los
poderes y otros casos determinados por la ley.
Arto. 2368C. Es nula la escritura que no se halle en la página del protocolo donde
según el orden cronológico debía ser extendida.
Arto. 1139.- Los testimonios compulsados de orden del Juez y con citación
contraria, hacen fe; pero si existe la escritura original puede siempre exigirse la
presentación de ésta y cotejo con el testimonio, a solicitud de parte, siempre que
sea posible a juicio discrecional del Juez.
Arto. 1141.- Los testimonios o copias que se han sacado sin citación de parte y
decreto judicial en los casos necesarios, ya del protocolo, ya de la escritura
original por el mismo Juez o cartulario ante quien se otorgó la escritura, hará fe en
los casos siguientes:
1. Si la parte contra quien se oponen nada agregue contra ellos, desde que se
presentan en juicio hasta que se cita para sentencia. 2. Si resultaron conformes
con la escritura original o protocolo, caso que exista; y cuando a virtud de ellos se
dio posesión del derecho pretendido al que los presenta o a su causante y fueren
además antiguos, teniendo por lo menos treinta años de compulsados.