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INFORMES DE DIMISIÓN

A LOS HERMANOS MAYORES

Estimados Hermanos Mayores. Jerez

Esta tarde he presentado al Sr. Obispo mi dimisión como Presidente del Consejo Local, y
conmigo los miembros que lo componen. Hace dos años comenzamos esta trayectoria
cargados de ilusión y de proyectos, animados por el lema de San Benito, tan cercano a mí, “ora
el labora”. Sólo nos movía el deseo de servir a las Hermandades de Jerez durante unos años.

Comenzamos la gestión cargados de ilusiones, proyectos y no hemos escatimado ni esfuerzo, ni


tiempo. Hemos procurado mantener un clima conciliador, integrando cuantas voces y
sugerencias nos venían de los distintos hermanos mayores o de personas cercanas a esta
realidad. Y, por supuesto, siempre atentos a las directrices de la Iglesia, en la voz de su Pastor o
lo indicado en la Normativa Diocesana. Asumimos este camino como un servicio eclesial a esta
parcela de la Iglesia.

En estos dos años hemos sacado adelante iniciativas bonitas. Todos tenemos aún en la retina
guardadas las imágenes de los actos llevados a cabo con motivo del 400 aniversario del Voto
Concepcionista de la Ciudad. Hemos coordinado la celebración de dos Semanas Santas (una de
ellas, calificada como la mejor de la historia), y dos magníficos carteles anunciadores de las
mismas, (el de Jesús Nazareno, obtenía de la crítica especializada la valoración de ser una de
las mejores obras de cartelería andaluza); sin olvidar los dos Pregones, de gran altura y
distintos en sí, y los dos Vía Crucis presididos por Titulares de la mayor devoción jerezana. Todo
esto sin menosprecio de la tarea semanal de reuniones, programaciones, asistencia a los actos
de cada hermanad, etc, etc.

Sin embargo y lamentablemente, los últimos acontecimientos que todos hemos sufrido
durante estos meses, han llevado al Pleno de Hermanos Mayores y a todos los cofrades
jerezanos a un clima de malestar y crispación insostenibles y dañinos para todos. No puedo
callarme mi repulsa a cuantos, desde fuera del Pleno, han aprovechado esta lastimosa
situación para la burla o el escarnio personal, provocando únicamente daño y obteniendo la
notoriedad social de la que no gozan. Nuestras familias y amigos, que lo han sufrido con
nosotros, se preguntan si es necesario soportar todo esto para servir a las hermandades. Esta
situación creada por algunos, me lleva a pensar que lo mejor para todo era poner mi cargo a
disposición del Sr. Obispo.

No puedo terminar mis palabras sin un sincero agradecimiento al Sr. Obispo que confió en
nosotros y siempre nos ha alentado y animado en la gestión. Así mismo, mi gratitud a todos
vosotros, los hermanos mayores y juntas de gobierno, por vuestra confianza y el tiempo que
hemos trabajado juntos. Así mismo, públicamente, quiero manifestar mi gratitud y afecto a los
miembros de este Consejo por su abnegada tarea y leal colaboración.

Con mi afecto a todos, que Dios os bendiga, mi saludo

Dionisio Díaz.

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