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Calderón / de la Barca su hermano/ [...] En Madrid. Por María de Quiñones / A
costa de Pedro Coello y de Manuel López. Mercaderes de libros, 1636. En el mismo
año de 1636 aparece otra edición de la obra en Parte / treynta, / de comedias /
famosas de / varios Autores. / En Çaragoça, / En el Hospital Real y General de
Nuestra Señora de / Gracia, con variantes y supresiones, a veces sustanciales. En
1992 José Mª Ruano de la Haza publica un interesante estudio: La primera versión
de "La vida es sueño" de Calderón en donde propone que ésta es, en realidad, la
versión de la obra escrita por Calderón, quien después, en el momento de preparar
su hermano la editada por Maria de Quiñones, atendería a las correcciones
definitivas. Las variantes son muy acusadas y Ruano concluye que la edición de
Zaragoza puede tomarse como referente para aclaraciones o para suplir
determinados pasajes, pese a que, en general, la edición de Madrid ofrece, por el
contrario, parlamentos y diálogos más completos y redondeados. ¿Que razones le
llevan a ello? Ruano echa mano de la experiencia de la práctica escénica. Al creer
demostrado que una suelta de la obra, aparecida en Sevilla (Imprenta de Francisco
de Lyra), puede datarse entre 1632-34, y aplicando el hecho habitual de que
transcurrían unos cuatro o cinco años entre el estreno efectivo de una obra y su
primera impresión --lapso del tiempo en el que una compañía agotaba el potencial
comercial de la comedia-- deduce que La vida es sueño bien pudo escribirse entre
1627-1629. En dicha suelta, atribuida por cierto, según la impresión, a Lope de
Vega, se declara que la representó Cristóbal de Avendaño, muerto antes de 1635.
Además, todas las obras incluidas en esa Primera Parte de Madrid al cuidado de
Joseph Calderón pueden ser fechadas antes de 1630. De resultas de esta hipótesis,
seis o siete años después de que Calderón escribiera La vida es sueño, y
aprovechando que en 1635 se levanta la prohibición de imprimir comedias en
Castilla, Calderón decide imprimir sus comedias. Ruano cree que Calderón no
contaba con el manuscrito original, que habría vendido al autor de comedias (es
decir, al director de una compañía) Cristóbal de Avendaño, y que tendría que usar
alguna impresión primeriza de la obra, como la citada suelta de Sevilla. El resultado
fue que él introdujo ya variantes sustanciales, no ya simples correcciones de errores
sino, a juicio de Ruano, variantes conscientemente ideológicas, como la supresión
de ciertas referencias a la justicia divina, a la ley natural etc. Vamos a asumir esta
hipótesis: dar por hecho una doble redacción o, al menos, una cuidada reflexión de
Calderón entre lo que deja escrito y vende apresuradamente a una compañía teatral
para que explote comercialmente La vida es sueño en torno a 1629 y el texto que
vuelve a reescribir o corregir hacia 1636 con motivo de la publicación del primer
voumen de sus obras.
a) Una clara basculación hacia la precisión del mapa pasional y, hasta cierto punto,
del énfasis y victimismo románticos del sujeto protagonista. Lo que antes de 1630
era "desierto laberinto" (v. 8) en 1635 es "confuso"; la Rosaura que se define "sola"
(v. 13) antes de 1630, en la segunda versión se revela "ciega". El Segismundo que
en la primera versión clamaba simplemente "en llegando a esta ocasión" se
sustituye con mayor tino de mismidad subjetiva en la versión posterior por "en
llegando a esta pasión". El abismo pasional se subraya y extrema en la elección del
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léxico, como se observa en variantes del tipo "con cuya soberbia dijo" (v. 707) por
"con cuya fuerza dijo" (v. 705 de la segunda versión). Variantes que, en ocasiones,
son perturbadoramente pesimistas, como cuando se modifican more Schopenhauer
ciertas adjetivaciones referentes a la naturaleza que deja de ser "madre (v. 1027)
para ser "muda" (v. 1020 de la segunda versión), indicando el desplazamiento hacia
una visión hostil de una naturaleza contraria y aislante. Estas variantes que tienen
por cometido poner el acento en la condición romántico-heroica del protagonista
culmina en las palabras finales de Segismundo. En la primera versión (vv. 3285-97)
éste diluye la metáfora de la vida que pasa como sueño en la del theatrum mundi
(metáfora que habría de desplegar dramáticamente en torno a 1633 fecha del auto
sacramental El gran teatro del mundo), mientras que en la versión definitiva (vv.
3305-19) Segismundo se demora en el sentimiento abismal y angustiado del sujeto
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"aunque yo jamás traté" (v. 219), en la segunda especifica: "y aunque nunca vi ni
hablé".
d) En otras variantes se abre ante nosotros una de las estrategias fundamentales del
que habría de ser maduro Calderón: su inquietante y magistral dominio del lenguaje
como sistema ordenador del universo racional que el sujeto quiere construir.
Cuando en la primera versión Clotaldo nos da cuenta del aprendizaje, adánico y
natural, que ha tenido Segismundo dice:
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e) Finalmente, y aunque en orden más secundario, no parece ingenuo que Calderón
subraye en la figura de Basilio, en lo que va de una versión a otra, no sólo un
astrólogo delirante o un padre fracasado sino a un hombre de estado ambicioso y
culpable. Lo que antes de 1630 se describía como "vejez cansada" que reclamaba
un caballo "contra un hijo inobediente" por cuanto "lo que el consejo erró pueda la
espada", en 1635 se precisa como "vencer el acero" y la solicitud de un caballo "en
defensa ya de mi Corona". Calderón asimila así en estos años (en los que también
escribe Los cabellos de Absalón) que la tragedia ética acaba casi siempre en
tragedia política.
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que pueda ponerse en pie, y andar a su
tiempo. Todo lo dice sentado en el suelo.
Frente a este reduccionismo parcial, cabe reflexionar sobre las fuentes respecto
a las que se ha construido el tema y en las que se inspira Calderón. Esas fuentes
muchas veces conducen a una trascendencia nihilista y barroca. Pero tambiñen
ayudan a comprender la complejidad con que La vida es sueño asume también
significados universales. Depende, naturalmente del énfasis que pongamos en unas
fuentes o en otras para obtener una lectura parcial o más escorada hacia un solo
significado. El estro bíblico-estoico puede determinar, sin duda, una lectura moral y
sapiencial; las huellas de la cuentística oriental y medieval cristalizan en un libro de
educación política y las complejas interrelaciones de varios mitos platónicos
implican los rudimentos de una teoría del conocimiento. En esquema las fuentes
esenciales del argumento y estructura temática del conflicto de La vida es sueño
serían:
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de su condición ilusoria a través de la imagen del sueño.
b) Asimismo entre los sufíes de la mística persa eran harto frecuentes las
imprecaciones a la vida y las quejas por haber nacido.
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jesuita que acerca a las fronteras de la mentalidad cristiana, por ejemplo, la
valoración de la voluntad del hombre por superar el fatalismo, ya que "más fuerte
que cualquier fortuna es nuestra alma" y "algo se dejó al libre albedrío del hombre".
Junto a este tejido de fondo, los núcleos de tópicos que han recogido diversos
críticos, como la concepción de la vida como cárcel o sueño o el delito del
nacimiento.
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su yerro de "dar crédito fácilmente / a los sucesos previstos" (vv. 782-83):
Pero, al mismo tiempo, hay que recordar que el tema del saber se focaliza en la
figura de Basilio no sólo como símbolo de un trágico error, sino como retrato del
intelectual que ha abandonado ya el ocultismo medieval para adentrarse en la
especulación racionalista moderna: "Su figura es la de un sabio del siglo XVII
similar a la de un Newton o a la de un Kepler". La obra, en el sesgo de esa tradición
sapiencial del intelectual escéptico que, como el del Eclesiastés (1,14) sabe que se
esfuerza tras el viento, pone en entredicho la falaz objetividad del saber racional, o
incluso experimental, de la ciencia o la garantía de penetración de esta misma
ciencia, pues
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es quien para usar mal de ellos
las penetra y las alcanza (vv. 3162-71).
dice Calderón en Darlo todo y no dar nada (Jornada I, escena VII), sino de la
meditación desesperada del hombre barroco simbolizada en las palabras de Basilio:
"Que a quien le daña el saber / homicida es de sí mismo" (vv. 654-55) tan
pertinentemente relacionadas con las de Tiresias en Edipo rey: "Qué terrible es el
saber cuando de nada sirve al hombre que sabe." Pero que nadie limite el foco
trágico del saber a la figura de Basilio (más sabio errado que astrólogo pedante). El
esquema semántico de la soledad de Segismundo, el vértigo (entre oscuro y
racionalizador) de su soliloquio, o, en definitiva, su violencia, provienen
precisamente de un saber, de esa educación recibida de Clotaldo (en este sentido un
fantasmático Basilio, un segundo padre) que le hace inferir de una moral positiva y
natural, de un conocimiento de un cosmos ordenado que intuye en su entorno (y
quenombra en forma de universo estable en sus famosas décimas) la conciencia de
reconocerse víctima de una sinrazón. La violencia de Segismundo (y, en
consecuencia, su rebeldía), lejos de explicarse por el puro instinto, se origina
también en el propio saber o, por mejor decir, en el no tener derecho a saber.
Imagínate una caverna subterránea que dispone de una larga entrada para
la luz a todo lo largo de ella, y figúrate unos hombres que se encuentran
ahí ya desde la niñez, atados por los pies y el cuello, de tal modo que
hayan de permanecer en la misma posición y mirando tan sólo hacia
adelante, imposibilitados como están por las cadenas de volver la vista
hacia atrás. Pon a su espalda la llama de un fuego que arde sobre una altura
y entre este fuego y los cautivos un camino eminente flanqueado por un
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muro, semejante a los tabiques que se colocan entre los charlatanes y el
público para que aquéllos puedan mostrar, sobre ese muro, las maravillas
de que disponen. [...]
Porque, ¿crees en primer lugar que esos hombres han visto de sí mismos o
de otros algo que no sea las sombras proyectadas por el fuego en la
caverna, exactamente en frente de ellos?
[...]
[...]
¿Qué crees que podría contestar ese hombre si alguien le dijese que
entonces sólo veía bagatelas y que ahora, en cambio, estaba más cerca del
ser y de los objetos más verdaderos? Supón además que al presentarle a
cada uno de los transeúntes, le obligasen a decir lo que es cada uno de
ellos. ¿No piensas que le alcanzaría gran dificultad y que juzgaría las cosas
vistas anteriormente como más verdaderas que las que ahora le muestran?
II. Y si, por añadidura, se le forzase a mirar a la luz misma, ¿no sentiría
sus ojos doloridos y trataría de huir, volviéndose hacia las sombras que
contempla con facilidad y pensando que son ellas más reales y diáfanas
que todo lo que se les muestra?
[...]
[...]
III. Pues bien, mi querido Glaucón -dije-: toda esta imagen debe
ponerse en relación con lo dicho anteriormente; por ejemplo, la realidad
que la vista nos proporciona con la morada de los prisioneros, y esa luz del
fuego de que se habla con el poder del sol. No te equivocarás si comparas
esa subida al mundo de arriba y la contemplación de las cosas que en él
hay, con la ascensión del alma a la región de lo inteligible. Este es mi
pensamiento que tanto deseabas escuchar...
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Cegado por los primeros halagos de la realidad sensual ("dejarme quiero servir /
y venga lo que viniere"), vanamente persuadido por las quimeras que, como en un
retablo de las maravillas (no olvidemos "las maravillas dispuestas sobre el muro"
del texto platónico), le expusiera Clotaldo en una pedagogía desconectada de la
base experimental de la realidad las dos salidas sucesivas de la torre (=caverna) de
Segismundo marcan, primero, el riesgo evidente de la necesidad de experimentar el
instinto y la pasión; después, su toma de posesión de la epistemé prudencialista del
hombre barroco. Porque es meditando sobre ese riesgo de la experiencia-sueño (de
nuevo en la oscuridad de la torre) como el príncipe accede a la libertad auténtica,
aquella que está fuera del mundo apariencial. El empuje de la pasión y del instinto
precipita el encuentro con la belleza (la luz). Y aquí, la trama de superficie de una
Rosaura en busca de su identidad perdida se adentra en la trama filosófica.
Múltiples han sido las observaciones acerca de Rosaura como personaje clave de la
obra. Cesáreo Bandera ve en ella, por medio de su traumática incursión en escena,
condensando toda la confusión posible, el verdadero objeto de la predicción de
Basilio exclusivamente centrado en la futura violencia de Segismundo. Vittorio
Bodini, al subrayar asimismo esta violencia que excede el plano puramente
individual, establece su ambigua identidad marcada por una híbrida iconografía
(atributos de hombre/mujer) que llega a su culminación en la Jornada III: "... siendo
/ monstruo de una especie y otra, / entre galas de mujer / armas de varón me
adornan", vv. 2724-2727); y sugiere su función de exceso retórico: es su palabra la
que, al visitar el escenario, lo puebla de laberintos, monstruos, oscuridad o
hipogrifos contra natura. Para Morón Arroyo, Rosaura será la Eva del Génesis que
completa el sentido existencial de un Segismundo adánico que no había hallado, en
la teofanía expositiva de su monólogo inicial, un ser donde poder reflejarse. Incluso
para Maurice Molho existe entre Segismundo y Rosaura una relación edípica: ella
será el objeto prohibido, la madre deseada y vedada, el mutilado objeto de deseo.
Pero en todos los casos (y es lo significativo) cumple ese papel ancillar, de gozne o
bisagra entre lo ilusorio y lo inteligible: la verdad del amor. "Sólo a una mujer
amaba / que fue verdad..." --dirá Segismundo--. Rosaura bajo su amplio manto de
retórica, cobija así los dos símbolos matrices de la conversión de Segismundo: el
simbolismo del caballo (instinto, orgullo, pasión erótica) y del jinete (razón)
despeñado en el oscuro pozo del conflicto (vv. 1-22); y, por otro lado, el amor
mimetizado en el símbolo de la luz o de la belleza como fuerzas educadoras y
controladoras del destino. Aquí Calderón apurará la tradición platónica del
Banquete desde los Dialoghi d'Amore de León Hebreo al Comentarium in
Convivium Platonis, de Marsilio Ficino. La visión de Rosaura será así la obligada
dirección del recuerdo hacia la idea, la recuperación de la realidad escapante que se
presiente más allá o más acá del sueño:
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que me persuade a que otra vez te he visto.
¿Quién eres, mujer bella? (vv. 1.578-90)
No me despiertes si duermo;
y si es verdad, no me duermas.
Mas sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa.
Si fuere verdad, por serlo;
si no, por ganar amigos
para cuando despertemos (vv. 2421-27).
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Esto puede dar pie, incluso, a la pesimista constatación que realiza Alcalá
Zamora, al insistir en Segismundo aprender un a lección sí, pero sobre todo de
cinismo y corrupción cortesana:
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DE ARMAS, FREDERICK (ed.) The Prince in the Tower. Perceptions of La vida
es sueño, Lewisburg, Bukcnell University Press, 1993.
Una de las últimas colectáneas editadas monográficamente en torno a la obra.
Recoge un buen estado de la cuestión e innovadoras metodologías críticas, desde la
lectura política a la del substrato psicoanalítico conectado con las obsesiones
estilísticas e icónicas de Calderón.
__________ : "La realidad psíquica en La vida es sueño "y "El arte del metateatro
en La vida es sueño", Interpretando la comedia, Madrid, Porrúa, 1977, págs. 99-
130.
El primero es un trabajo con gran sentido pedagógico para mostrar la base verbal
del sistema racionalizador de Calderón y su manera de entender la realidad a partir
de una deseada ordenación del mundo en la palabra. Ofrece las razones filosóficas y
de aprendizaje retórico de dicho estilo. Los otros dos estudios apuntan al análisis
15
pseudo-psicoanálitico del problema del instinto, de la liberación de Segismundo en
el mundo del sueño, fuera del principio de realidad.
OLMEDO, FÉLIX G.: Las fuentes de "La vida es sueño", Madrid, Editorial
Voluntad, 1928.
Como explico en nota, en la Introducción, se escribió en cierto modo para
completar el de Arturo Farinelli La vita é un sogno, Turín, Bocca Editori, 1916, 2
vols. Trabajo tan exhaustivo e interesante como poco revisado a fondo. Realiza la
primera ordenación de las fuentes de la obra, con ambición enciclopédica. Su
utilidad se revela en que prácticamente nada ha podido añadirse desde entonces.
16
ORTEGA ESTEBAN, JOSÉ: Platón: eros, política y educación, Salamanca,
Universidad, 1981.
Obra que plantea de modo muy didáctico y útil la preocupación platónica por
imbricar el tema de la educación con los gobernantes. Análisis del mito de la
caverna.
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El autor ofrece una edición de la versión de La vida es sueño publicada en Zaragoza
en 1636, casi simultánea a la edición de Madrid, que sale al cuidado del propio
Calderón y de su hermano. Intenta demostrar, con argumentos ciertamente
atractivos en ocasiones, que se trata de una primera versión de la obra escrita por un
Calderón aún joven y poco conocido en los medios teatrales, aproximadamente al
final de la década de los años veinte del siglo XVII. En el apartado Esta Edición
señalamos nuestras observaciones al respecto y en qué medida son asumibles
algunas de las variantes que Ruano propone como incontestables. Véanse también
algunas referencias en mis notas a la edición.
____________: "Mitos del poder: La vida es sueño", En torno al teatro del Siglo de
Oro. Actas de las Jornadas VII-VIII celebradas en Almería, Almería, Diputación,
1992, págs. 61-77.
Ambos trabajos coinciden casi textualmente. Se trata de un interesante análisis de
La vida es sueño a través de los mitos de Edipo y de Uranos, en relación con el
conflicto de poder entre Basilio y Segismundo. Atinadas observaciones sobre
lecturas parciales o erróneas de ediciones de La vida es sueño. Excelente
complemento para comprender el punto de vista de Ruiz Ramón es la lectura de su
libro Calderón y la tragedia, Madrid, Alhambra, 1984. Aunque en él no se estudia
la obra que nos ocupa, es evidente que puede incluirse en el problema de uno de los
motores de la tragedia: el conflicto entre libertad vs. destino.
18
earlier plays, Oxford, The Dolphin Co., 1958.
Contiene las líneas básicas que aplica a su estudio y edición de La vida es sueño.
Tanto su comprensión global como sus excelentes anotaciones marcan toda una
línea crítica en el estudio de la obra, que ha pesado por su autoridad hasta muy
recientemente.
SURENSEN, J.E.: "La vida es sueño and Plato's theory of Knowledge", Ibero-
Romania, 14, 1981, págs. 17-26.
STURM, H.G.: "From Plato's cave to Segismundo´s prison: the four levels of
reality and experience", Modern Language Notes, 89, 1974, págs. 280-89.
Explican la evidente filiación del devenir de la experiencia de Segismundo (doble
salida desde la torre) con la que se expresa en el mito platónico de la caverna
respecto al verdadero acceso al conocimiento de la realidad.
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Las condiciones de la representación original de La vida es sueño distan mucho
de la experiencia teatral que podamos tener en la actualidad. La obra calderoniana
se estrenaría en los primeros años de la década de 1630 en uno de los dos teatros
que funcionaban en Madrid. Teatros que, en realidad, respondían al modelo de
patio o corral en el que comenzó a tener lugar el teatro profesional en la España del
Siglo de Oro en la segunda mitad del siglo XVI. Eran dos: el Corral del Príncipe
(situado donde actualmente está el Teatro Español) y el Corral de la Cruz
(actualmente el tramo comprendido entre la calle Espoz y Mina, Calle de la Cruz y
Plaza del Ángel). Eran patios descubiertos, rectangulares (unos 30 o 40 m. de largo
y unos 15 o 17 m. de ancho), rodeados de casas particulares, donde se abrían
ventanas con rejas, balcones, y sucesivas filas de aposentos, lugares desde los que
presenciar la representación. El patio, empedrado, sólo contaba con algunos bancos
frente al tablado y algunas filas de gradas a ambos lados. Frente al escenario, se
levantaban hasta tres filas de galerías, donde se acomodaban o bien las autoridades
o bien las mujeres en la célebre cazuela. El escenario era un simple tablado central
de entre 7,5 a 8 m. de largo con una profundidad máxima de 4,5 m. El escenario,
flanqueado por los edificios citados y adosado a la pared frontera, podía verse
ampliado con dos tabladillos laterales que tenían entre 4,5 y 5,5 m. Estos espacios
de ampliación podían utilizarse o bien para necesidades de la representación
(algunos decorados o el uso de una escalera como veremos para la primera escena
de La vida es sueño) o bien para disponer algunas gradas laterales separadas del
espacio ocupado por los actores por una barandilla tal como podemos apreciar en la
ilustración. Nótese, como elemento esencial, la falta de cualquier arco de proscenio
o de estructura para sostener un posible telón de boca. Si ambos lados están
ocupados (por elementos escénicos o por gradas o bancos) es evidente que el actor
no puede efectuar entradas/salidas por ellos, al modo que experimentamos en los
actuales teatros. ¿De dónde salen pues los actores y con qué elementos contaba la
puesta es escena? Obsérvese la estructura que ofrece la fachada del teatro, al fondo
del tablado, el edificio, construido en madera (los pies derechos y barandillas) con
tejados de obra. Se asentaba sobre el propio tablado (bastante elevado, casi de dos
metros). Esto permitía la existencia de un foso (útil para ocultar algunos artilugios
de la tramoya y algunas trampillas) y que, al fondo, justo por debajo de la estructura
frontal que observamos se situara el vestuario de los hombres. Una primera altura,
correspondiente a la del tablado, estaba ocupada por el vestuario de las mujeres y
unos huecos donde se situaban algunos decorados o apariencias, separados por la
estructura reticular que constituía los pies derechos y transversales. Esos huecos
(que en la época también se llamaban nichos) de manera habitual, al comenzar la
representación estaban cubiertos por cortinas (lo que en la época se llamaba el paño
) susceptibles de correrse para, como veremos, dar lugar a la aparición de algunos
decorados y de los actores que salían de ellos para representar y deambular si fuera
preciso por el tablado. Sobre este nivel se encontraba el primer corredor. Los
espacios que ofrecía a la contemplación también podían estar cubiertos con
cortinas, hasta el momento en que, por exigencias de la puesta en escena, debieran
abrirse y aparecer o barandillas (en la época se hablada de balcón de las
apariciones si se precisaba representan una escena de una ventana o de un balcón) o
decorados. Incluso estas barandillas podían desmontarse de modo que pudieran
adicionarse elementos como una escalera o el monte que veremos funcionar en La
vida es sueño . Sobre este nivel encontramos el segundo corredor, que con el
mismo procedimiento, ofrecía ordinariamente tres huecos o nichos más. Sobre él, y
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balcón) o decorados. Incluso estas barandillas podían desmontarse de modo que
pudieran adicionarse elementos como una escalera o el monte que veremos
funcionar en La vida es sueño . Sobre este nivel encontramos el segundo corredor,
que con el mismo procedimiento, ofrecía ordinariamente tres huecos o nichos más.
Sobre él, y oculto por el tejadillo, tenemos que imaginar otro nivel que se llamaba
el desván de los tornos que albergaba los mecanismos que sostenían las tramoyas de
elevación si fueran precisas. Teniendo en cuenta la posibilidad de que esta fachada
del escenario ofreciera espacios cubiertos o no por las cortinas, entenderemos que
fuera descrito por Lope de Vega en su comedia Lo fingido verdadero de este modo
tan expresivo:
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espectacular escena de la obra que deducimos de la acotación: "Sale en lo alto de un
monte Rosaura, en hábito de hombre, de camino, y en representando los primeros
versos va bajando". Así pues, Rosaura, con jubón de cuero y botas altas, aparece en
el hueco o espacio del primer corredor (1), que representaría los fragosos peñascos
de un monte boscoso y, desde allí, donde se apoya la rampa escalonada o monte (2),
comienza a descender, mientras recita las silvas, con el ritmo y precipitación que
requieren el hecho de su violenta caída del caballo. Baja la "aspereza enmarañada /
deste monte eminente", lo que indica la necesidad de cubrir la rampa con algunas
apariencias de arbórea vegetación. No es sino después de que ella haya llegado al
tablado cuando seguramente aparecería por el mismo espacio del corredor (1)
Clarín, siguiéndole los pasos.
Sabemos, por las palabras de Rosaura ("a la medrosa luz que aún tiene el día",
v. 52) que está anocheciendo. Pero la luz también había de tener una representación
estrictamente convencional en los corrales del Siglo de Oro, ya que eran espacios
descubiertos y las funciones se celebraban a plena luz del día (sobre las 2 de la tarde
en invierno y sobre las 4 en verano). De modo que cuando afirma (vv. 53-54) que
cree ver un edificio es más que probable que en el lugar que le llama la atención
aparezca una antorcha o farol para señalar, de nuevo convencionalmente, esta
circunstancia. ¿Dónde está ese edificio que va a resultar ser la torre donde está
preso Segismundo? Se le describe como "palacio breve", pero de ruda arquitectura
y artificio, rodeado de agreste soledad, casi como un peñasco entre las muchas rocas
de la montaña. Ambos se van acercando tímidamente, por el tablado, hasta el
espacio central del nivel del escenario (3), que se llamaba habitualmente vestuario,
por las razones explicadas anteriormente. En ese espacio central se habrá instalado
un simulacro de puerta, realizada con bastidores corredizos. Estará abierta y, tras
ella, una cortina que permanecerá cerrada hasta el momento en que comience a
hablar Segismundo; tal vez, incluso, sus primeras palabras ("¡Ay mísero de mi, ay
infelice...!") se pronuncian aún tras la cortina corrida, a través de la cual se perciba
la luz y, por supuesto el "ruido de cadenas" de la acotación tras el v. 72. Las
palabras de Rosaura en los vv. 85-90 lo dan a entender así. Entonces habría de
descorrerse del todo la cortina para aparecer Segismundo "en el traje de fiera" y "de
prisiones cargado / y sólo de la luz acompañado" (vv. 96-97). Tras el monólogo de
Segismundo, Rosaura y Clarín se habrán aproximado, a través del tablado. El
primero, tras su monólogo sale asimismo al tablado, lo que le permite sujetar a la
joven ("Ásela" dirá la acotación del v. 180). La entrada de Clotaldo "con escopeta"
y el séquito de soldados enmascarados (vv. 290 y ss.) se produce por el espacio o
hueco de la derecha, una vez que se descorriera la cortina o paño (4). Proceden a
cerrar la puerta de la prisión de Segismundo que seguirá hablando tras ella (vv. 329
y ss.) hasta que, tras el v. 474 todos vuelven a entrar por ese hueco o espacio lateral
del lado derecho del escenario. Todos los espacios se cerrarían entonces con las
cortinas, incluido el que aparentaba el monte por el que han descendido Rosaura y
Clarín.
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de "Tocan [cajas]" (es decir, los tambores bélicos) sale Basilio por el espacio
central (3) sobre el que se había corrido también la correspondiente cortina. Tras el
v. 856, una vez que Basilio ha narrado la historia de Segismundo y los proyectos
que alberga para él, se entran todos por los espacios laterales. Basilio permanece en
el tablado mientras entran por el paño lateral derecho (4) Clotaldo con Rosaura y
Clarín. El Rey se retirará por el espacio central (3) tras el v. 888 y Rosaura y Clarín,
por el espacio lateral (4) tras el v. 973. Tras retirarse Clotaldo por el mismo lugar,
finaliza la Jornada I.
Será entonces cuando, descorrida la cortina del espacio central (3) encontremos
la misma situación que al principio: las puertas de la prisión abiertas, y Segismundo
que ha sido otra vez recluido, bajo los efectos del narcótico. Por el lateral derecho
(4) saldrán Clotaldo, Clarín y algunos criados. Seguramente serán estos los que lo
prendan y lo saquen por el mismo lugar (se supone que a la misma torre donde se
encuentra Segismundo) tras el v. 2047. Por el lateral izquierdo (5) aparece Basilio,
rebozado, que tras observar de cerca el despertar de Segismundo), se retira al paño
en el v. 2081 y desaparece del todo tras el v. 2137. Segismundo habla justo en el
umbral del espacio de la puerta de la torre (3). Clotaldo desde el tablado, para tener
a la vista tanto al joven como al Rey. Concluye la Jornada II, corriéndose todas las
24
cortinas.
y finalmente aparecen por ese espacio (3) cuyas puertas, se supone, han derribado.
Confunden a Clarín con el legítimo príncipe, quien sale por uno de los espacios
laterales (v. 2266). En el v. 2387 sale Clotaldo, por una de las puertas, cortinas o
espacios laterales. Tras el v. 2427 salen todos y la acción se trasladará al palacio del
Rey Basilio. Para representarlo se correrán todas las cortinas del nivel del tablado
(vestuario) y del corredor y los actores se moverán por el tablado. En primer lugar
hablan Basilio y Astolfo. Tras su marcha a la lucha (v. 2451) harán su entrada,
respectivamente, Estrella (v. 2460), Clotaldo (v. 2476) y Rosaura (v. 2492). Estos
movimientos entradas/salidas, ya hemos dichos, que se producirían, aleatoriamente,
por los espacios laterales (4) (5) cubiertos por cortinas.
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