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Quisiera clarificar que mi aproximación a este tema estará teñido por dos tipos de
experiencias donde me he desenvuelto, por un lado la elaboración de estados del
conocimiento sobre Educación de adultos en México 1 y por otro la educación popular y
ciudadana en diversos programas de Centroamérica y México. Desde estas experiencias,
pues, es que presento algunas ideas para abonar a la discusión. En particular, intento
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Impulsados por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE). El trabajo producido en el
subcampo “Educación de Adultos” se ha desarrollado colectivamente junto con un grupo de destacadas
colegas conocedoras de este campo en México.
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formular alternativas de sistematización basadas en las características de la investigación
producida en América Latina, del conocimiento que surge de la práctica educativa y de la
urgente necesidad de mejorar el impacto educativo en los jóvenes y adultos pobres.
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Investigadores educativos consumados y reconocidos que temporalmente se dedican a
la EDJA, usualmente por invitación de organismos internacionales o nacionales y con
un adecuado apoyo financiero y técnico. Este tipo de iniciativas han sido impulsadas
por la misma UNESCO, CREFAL, INEA, gobiernos o Fundaciones europeas. Son
estudios que facilitan el análisis comparativo y visiones panorámicas amplias de
algún tema particular, que logran publicarse y difundirse ampliamente.
Investigadores consagrados a la EDJA, vinculados también a acciones educativas de
campo y que realizan estudios por iniciativa propia en ocasiones sin apoyos
institucionales o financiamiento. Los resultados de sus trabajos pueden tener o no
difusión, pero en general circulan en redes específicas y no son fáciles de obtener.
Tesistas y becarios –en su país o en el extranjero- que se dedican al estudio de la
EDJA usualmente asesorados por académicos conocedores del tema. Considero que
estos trabajos se conocen muy poco por lo que sería prematuro juzgar su rigor,
utilidad u originalidad. No obstante hay una fuga de esfuerzo y producción en esta
línea.
Educadores, promotores sociales y organismos civiles, que suelen producir
documentos y reflexiones sobre una temática actual o sobre su propia práctica. Esto
generalmente se da de forma coyuntural ante la necesidad de expresar sus posiciones
o propuestas ante algún interlocutor (Foros, consultas, debates, etc.) o para presentar
trabajos en seminarios y eventos diversos. Predominan los ensayos conceptuales o
relatos de la práctica de carácter reflexivo descriptivo.
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Que existe una cantidad importante de estudios dispersos, que al no publicarse y
circular en medios prestigiados de la investigación educativa (incluidas las tesis), son
poco conocidos y valorados. Por tanto, deberían ser objeto de una recopilación y
análisis ya que pueden tener un valor descriptivo, histórico y focal.
Que entre educadores, promotores y funcionarios existe un conocimiento implícito
derivado de la práctica y la gestión de programas, que merece ser recuperado.
Que en términos generales, la investigación sobre la EDJA es escasa, incipiente,
discontinua y poco apoyada. Ante esta situación de precariedad, resulta fundamental
recuperar todo tipo de productos, tanto de la investigación legitimada
institucionalmente, como del conocimiento tácito que surge de la operación cotidiana
de los programas.
Sobre la intencionalidad
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Para fortalecer las prácticas y orientar las decisiones de política educativa, los objetivos
serían:
Verificar un conjunto de hipótesis de acción que han surgido de las prácticas
educativas, con el fin de obtener principios probados para aumentar las
probabilidades de éxito de los programas.
Generar lecciones de la investigación y de los saberes de los actores educativos para
determinar las condiciones contextuales necesarias que faciliten la aplicación de los
nuevos lineamientos mundiales de la EDJA. Por ejemplo, ¿cómo implementar el
principio de “aprender a aprender” o el de aprendizaje a lo largo de la vida,
considerando los procesos cognitivos y los aprendizajes sociales de los adultos reales
latinoamericanos, en sus contextos particulares?.
El hecho de optar por algunos de estos cuatro objetivos como énfasis principal, podría
contribuir en cierta medida a los otros. Sin embargo, considero que se requiere elegir uno
central porque la intencionalidad orienta el tipo de acciones, recursos y estrategias a
desarrollar. Desde mi punto de vista, es urgente que la UNESCO priorice una
sistematización orientada a alimentar la acción, tanto por su naturaleza como organismo,
como por la enorme urgencia que tenemos de dar respuestas de calidad sustentadas en el
conocimiento que hemos acumulado en las últimas tres décadas.
Propuestas
En base a las ideas hasta aquí expuestas, sobre la naturaleza de la investigación producida
y sobre las intencionalidades sugeridas para su sistematización, procederé a discutir las
acciones, alcances e implicaciones de cada uno de los objetivos antes mencionados.
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Una posible acción sería realizar un estado del arte, de los estados del conocimiento
hasta ahora producidos en los países.
Ello implica la tarea de sistematizar los esfuerzos nacionales o subregionales de
recopilación y análisis de la investigación sobre educación de jóvenes y adultos.
Conocemos el caso de México, donde durante las últimas 3 décadas se han realizado
estados del conocimiento en 3 momentos, 1981, 1993 y 2002.
Mi balance al respecto es que se ha dado un gran paso que permite una visión de
conjunto de todos los temas investigados y ofrece referencias amplias de autores y
publicaciones. Sin embargo, la utilización de los resultados y su difusión dejan
mucho que desear. Queda pendiente un análisis integral de todos los subcampos
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abordados ya que las limitaciones de apoyo y tiempo con que se elabora no han
permitido superar la división temática hacia un análisis más global.
A nivel de especialistas y reconocidos investigadores en el área deberían discutirse
los resultados en un metanivel de análisis para generar teoría de la EDJA en
América Latina. Para lograrlo es necesario establecer preguntas fundamentales de
carácter conceptual que puedan ser respondidas a partir del corpus de los estados del
conocimiento identificados en un conjunto de países.
Una actividad complementaria que estimo necesaria sería la recopilación y análisis de
estudios dispersos muy puntuales así como de tesis realizadas en universidades
latinoamericanas y extranjeras. Este corpus yo lo llamaría la investigación invisible.
Estas acciones implican la formación de un equipo de investigadores consolidados y
representativos de las distintas etapas de producción investigativa y de varios países.
Supone también un trabajo de recopilación y síntesis de los trabajos en base a una
ficha analítica encaminada a rastrear preguntas fundamentales que superen el nivel
descriptivo. La elaboración de una base de datos inteligente sería necesaria. La
difusión de los resultados de este metanálisis debe asegurarse, tanto en su versión
2 En el más reciente estado del conocimiento, actualmente en proceso de revisión para su publicación este
año 2002, se incluyeron: Alfabetización y educación básica, trabajo, familia, ciudadanía y formación de
educadores. Fue coordinado por Enrique Pieck y participamos como responsables de subcampos, Judith
Kalman, Gloria Hernández, Ana Ma. Méndez, Mercedes Ruiz, Carmen Campero, Mercedes Suárez y
Laura Ma. de Jesús Archer y Bertha Salinas.
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académica extensa como en un formato de divulgación sintético que sirva a los
tomadores de decisiones y a los actores educativos.
A fin de facilitar la difusión de los hallazgos más relevantes y consistentes, se sugiere
publicarlos de forma sencilla mediante aseveraciones muy breves que reflejen la
esencia de las conclusiones más contundentes.
b) Prospectiva de la investigación
Por otro lado existe ya un corpus de principios normativos, a veces implícitos, que
guían las prácticas basándose en resultado de la investigación o bien producto de las
sistematizaciones de la práctica que se socializan en encuentros, seminarios e
intercambios de experiencias.
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Una vez definidas las hipótesis de acción más generalizadas y recurrentes, habría que
contrastarlas –o someterlas a prueba- mediante el análisis de los hallazgos más
consistentes de la investigación publicada y también mediante un esfuerzo de
recuperación del conocimiento tácito desde la práctica. Dicho conocimiento lo tienen
generaciones de educadores intelectuales consagrados a este campo con una rica
experiencia, así como promotores y educadores de base con larga trayectoria en el
trabajo con adultos. La selección de estas personas claves no sería una tarea fácil,
pero es posible y plausible. Un mecanismo para sistematizar este conocimiento tácito
podría ser los seminarios a condición de que sean estructurados y dirigidos a
responder preguntas de investigación claramente establecidas. En este sentido,
considero importante superar el formato tradicional de exposición de experiencias y
casos.
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Para profundizar en las particularidades individuales y contextuales de los jóvenes y
adultos, que faciliten la aplicación creativa y pertinente de principios innovadores de
la EDJA.
Recomendación final
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y la sociedad civil, enfrentan la urgencia de dar respuestas innovadoras y de calidad
en el campo de la acción, y que el desarrollo de la EDJA ha estado marcado por el
empirismo y la buena voluntad, estamos en un buen momento para aprender de
nuestro propio quehacer y recuperar la memoria histórica. Por estas razones, me
inclino por otorgar prioridad a las dos últimas alternativas de sistematización, es
decir, la orientada a la verificación de hipótesis de acción y aquélla que busca
obtener lecciones para impulsar la innovación.
Conclusiones
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