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CÓDICE HUETAMO

PRÁCTICA HISTORIA AMÉRICA MODERNA

Rubén Navarro Yagüe

2º Historia

Grupo A

Subgrupo A2
Este códice es un manuscrito pictográfico, de una sola hoja de papel, que
contiene dos textos escritos en español, de los cuales uno es fechado en 1542,
y el segundo de 1552.

Fue realizado por las autoridades indígenas del pueblo de Cuçio, en la


provincia de Michoacán. Está realizado con hoja de amate, con proporciones
de 80 x 40 cm.

El pueblo de Cuçio se encuentra en el extremo sureste del actual territorio de


Michoacán, colindando con Guerrero, cercanos al río Balsas. Su población era
tarasca, pero también había otomíes.

Ambos grupos produjeron numerosos documentos tributarios parecidos. En


este caso el códice Huétamo es un códice otomí, al de los tarascos se le llama
códice Cutzio.

El códice contiene una representación pictórica, en la tradición de la zona de


Mesoamérica, de los distintos productos tributados y sus respectivas
cantidades, y a su vez los textos escritos en español que explican lo
representado en el códice.

Los dos códices (Cutzio y Huétamo) representan el convenio realizado entre el


encomendero y las dos poblaciones indígenas de la zona, cuçios y otomíes. En
el caso del códice aquí expuesto, los otomíes propusieron en 1542 y
consiguieron una conmutación en su tributo.
Antes de eso tenían que entregar cada dos meses dos cargamentos de ropa
(una carga eran veinte mantas).

Con este documento consiguieron conmutar una de ellas por esta lista, que
correspondía, excepto el trabajo que iba para las minas, a lo que debían
entregar al corregidor antes de tener un encomendero.

En la representación pictórica se muestra, cada día del año, quince indios


tenían que realizar servicios en las minas cada dos meses, seis camisas, seis
naguas para las mujeres, seis camisetas, sesis zaragüelles (era como una
especie de pantalón).

Cuatro talegas llenas de sal, cuatro de henequenes de Chile, cuatro


henequenes de pepitas, una carga de algodón, veinte jícaras comunes, otras
diez jícaras grandes pintadas, cinco saquitos repletos de plátanos secos, y dos
calabazas de miel.

Además, debían entregar dos guajolotes, que era la gallina de tierra de


América, y media fanega llena de maíz, también producto agrícola típico de la
zona.

En el texto fechado de 1552, el encomendero anuncia la vuelta a los tributos


que se presentaban originalmente, de dos cargamentos de ropa, y añade que
por haber tributado menos estos años, también tendrían que depositar otros
productos, y realizar mayores servicios, pero los indios de Huétamo no estaban
de acuerdo y no firmaron esta parte.
En el códice, en la representación pictórica, vemos representados los días
como círculos, y marcas añadidas posteriormente, con una cruz o tachados los
círculos, por el encomendero o el escribano, para señalar el domingo, que era
el día del señor.

Los señores de Huétamo están representados con su tilma puesta sobre su


hombro izquierdo, y sentados sobre un trono. Los trabajadores que iban a
servir en las minas se muestran por cabezas. También se ven dibujadas las
distintas prendas de ropa que iban ser tributadas, cada una distinta.

En la parte de abajo se representan las tierras de cultivo detrás de un


personaje que está sentado, esto son las parcelas del encomendero, que
también era obligatorio para los indígenas trabajarlas.
BIBLIOGRAFÍA

- Roskamp, Hans. Los códices de Cutzio y Huétamo. Encomienda y tributo en


la tierra caliente de Michoacán, siglo XVI. El colegio de Michoacán. El colegio
Mexiquense. 2003.

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