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Nombre
Jennifer
Apellidos
Hiraldo Hernández
Código
2119
Curso
APAA
Facilitador
Dr. Luis Miguel Torres
Fecha
16/09/2018
TUBERCULOSIS
CAUSAS
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
En el comienzo de la enfermedad, las personas con tuberculosis pueden tener síntomas
comunes a otras enfermedades, como son fiebre, cansancio, falta de apetito, pérdida de
peso, depresión, sudor nocturno y disnea en casos avanzados; mas cuando se agregan
las aflicciones de tos y expectoración purulenta por más de quince días debe estudiarse,
pues se considera un síntoma respiratorio.
PREVENSION
Se previene mediante una vida sana e higiénica, identificando oportunamente a los
enfermos y asegurando su curación para no contagiar a otras personas, principalmente
por medio de la vacunación con vacuna BCG.
La vacunación sistemática con la vacuna BCG en los recién nacidos se abandonó en
España en 1980 (1974 en Cataluña).
Medidas preventivas
La persona infectada debe protegerse siempre que tosa con pañuelos desechables.
Lavado de manos después de toser.
Ventilación adecuada del lugar de residencia.
Limpiar el domicilio con paños húmedos.
Utilizar mascarilla en zonas comunes.
Restringir visitas a personas no expuestas a la enfermedad.
Garantizar adherencia al tratamiento.
No fumar. El cigarrillo no causa tuberculosis, pero sí favorece el desarrollo de la
enfermedad.
MENINGITIS
CAUSA EN NIÑOS
La varicela, la gripe, el herpes o el sarampión pueden acabar causando una meningitis
vírica, que son las más benignas y representan la mayoría de casos de meningitis en
niños. Mientras que las meningitis bacterianas son las más graves, y están causadas por
el meningococo, el neumococo o el Haemphilus influenzae, aunque los gérmenes
causantes pueden variar según la etapa. Así, en los recién nacidos suele estar provocada
por S. Agalactiae y E. coli por una infección contraída a través del canal del parto. Las
meningitis también pueden deberse a hongos, pero de forma más rara.
CAUSA EN ADULTO
La meningitis neumocócica es causada por la bacteria Streptococcus
pneumoniae (también llamada neumococo o S. pneumoniae). Este tipo de bacteria es la
causa más común de meningitis bacteriana en los adultos. Es la segunda causa más
común de meningitis en niños mayores de 2 años.
Diabetes
Antecedentes de meningitis
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La meningitis es una causa importante de fiebre en niños y recién nacidos, que además
de ese síntoma principal muy pronto desarrollan escalofríos, cambios del estado
mental, náuseas y vómitos, sensibilidad anormal a la luz (fotofobia), dolor de cabeza
intenso y rigidez de nuca (meningismo). En algunos casos también hay
agitación, fontanelasabultadas, disminución del nivel de conciencia, anorexia o
irritabilidad (en niños), respiración rápida y una postura inusual con la cabeza y el
cuello arqueados hacia atrás. Como en ambos tipos de meningitis se presentan los
mismos síntomas, ante la presencia de fiebre alta y cualquiera de las demás
manifestaciones clínicas se debe consultar a un médico lo antes posible.
PREVENCIÓN
La prevención comprende dos aspectos, a saber, la quimioprofilaxis de los contactos y
la inmunización pasiva de las personas en riesgo. El objetivo de la quimioprofilaxis,
que se utiliza para la prevención de casos secundarios de meningitis por Neisseria
meningitidis y Haemophilus influenzae, es erradicar las bacterias de la nasofaringe de
los contactos. El fármaco de elección es la rifampicina por vía oral, que en el caso del
meningococo en los niños se administra en dosis de 10 mg/kg cada doce horas durante
dos días y en el caso de H. influenzae se aplica en dosis de 20 mg/kg una vez al día
durante cuatro días. En los adultos la profilaxis es similar, con un máximo de 600 mg en
cada administración.
Hay vacunas útiles para la prevención de la meningitis causada por el serotipo B de H.
influenzae. En algunos países la inmunización generalizada con esas vacunas parece
haber generado una disminución significativa de la incidencia.
HEPATITIS
La hepatitis es una enfermedad inflamatoria que afecta al hígado. Su causa puede ser
infecciosa (viral, bacteriana, etc.), inmunitaria (por autoanticuerpos, hepatitis
autoinmune) o tóxica (por ejemplo por alcohol, sustancia tóxicas o fármacos). También
es considerada, dependiendo de su etiología, una enfermedad de transmisión sexual.
Hay virus específicos para la hepatitis (virus hepatotropos), es decir, aquellos que solo
provocan hepatitis. Existen muchos virus: A, B, C, D, E, F y G. Los más importantes
son los virus A, B, y C; en menor medida, el D y el E, siendo los últimos, F y G los
últimos descritos y los menos estudiados.
Otros virus no específicos son:
CAUSAS
La hepatitis es una enfermedad de la que se conocen numerosas causas:
HEPATITIS VIRALES
Virus B (HBV), D (HDV). Por vía parenteral: por transfusiones, heridas, jeringas
contaminadas; por contacto sexual al estar presente los virus en los distintos fluidos
corporales (semen, saliva) o por relaciones sexuales traumáticas con heridas.
EPIDEMIOLOGÍA
MANIFESTACIONES CLINICA
Primera semana (periodo preictérico de síntomas prodrómicos). Este cuadro se presenta
durante los primeros 5-6 días de la infección y en los que el paciente no suele estar
diagnosticado:
Ictericia.
Síntomas de colestasis como coluria (orina oscura), acolia e hipocolia, heces teñidas
o decoloradas, ictericia o subictericia en la conjuntiva, prurito.
El depósito de anticuerpos puede causar vasculitis como púrpura.
Crioglobulinemia en hepatitis por el virus C.
Hepatitis anictérica: un 1% de los casos es una hepatitis anictérica que no presenta
ictericia y debe diagnosticarse por la sintomatología inespecífica de anorexia y astenia
junto con las pruebas complementarias.
Algunas hepatitis agudas pueden cronificarse, algunas menos frecuentemente pueden
producir un Fallo Hepático Agudo o Masivo y otras evolucionan hacia la curación.
Fallo hepático agudo: en el que ocurren varios eventos. Uno de ellos es la disminución
en la producción de albúmina y otras proteínas, lo que da lugar a una hipoalbuminemia,
aunque se dé con más frecuencia en hepatitis crónicas y cirrosis.
Si aumenta la bilirrubina hasta cifras superiores a 3 mg (siendo lo normal 1 mg), los
canalículos biliares se cerrarán y el drenaje se verá dificultado dando lugar a una
hepatitis aguda colostática. Si la bilirrubina aumenta hasta 10-12 mg la ictericia será
evidente.
Debido a la necrosis todos los pigmentos del hígado saldrán a sangre. También
tendremos una alteración en la coagulación con un tiempo de protrombina alargado
debido al déficit en la síntesis de los factores de coagulación.
Aparecen signos de encefalopatía hepática con inversión del ritmo del sueño (duerme de
día y no por la noche), signos sutiles de pérdida de memoria, desorientación, temblor
aleteante de fases distales o flapping tremor, que puede desencadenarse en un paciente
espontáneamente con una maniobra de hiperextensión. También da lugar a dismetrías,
en el que el paciente está aparentemente normal pero le fallan los sistemas de
coordinación. Se demuestra pidiendo al paciente que dibuje una estrella, obteniendo un
dibujo amorfo como resultad
PREVENCIÓN
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Tras un período de incubación de entre dos y seis semanas la sífilis transcurre por cuatro
etapas clínicas de límites difusos: primaria, secundaria, latente y terciaria.
SÍFILIS PRIMARIA
Esta etapa se caracteriza por la presencia en el sitio de inoculación ―la boca, el pene, la
vagina o el ano― de una úlcera indurada e indolora parecida a una herida abierta, que
se denomina chancro. Se acompaña de inflamación de los ganglios regionales. en unas
pocas semanas el chancro cura espontáneamente.
En el varón los chancros suelen localizarse en el pene o dentro de los testículos, aunque
también en el recto, dentro de la boca o en los genitales externos, mientras que en
la mujer, las áreas más frecuentes son: cuello uterino y los labios genitales mayores o
menores.
Durante esta etapa es fácil contagiarse con la secreción que generan los chancros. Una
persona infectada durante esta etapa puede infectar a su pareja al tener relaciones
sexuales sin protección.
SÍFILIS SECUNDARIA
La sífilis secundaria comienza entre el momento de la desaparición del chancro o hasta
seis meses después. Se caracteriza por malestar
general, cefalea, fiebre baja, adenopatías generalizadas, pápulas rosáceas indoloras
llamadas «clavos sifilíticos» en las palmas de las manos y plantas de los pies, a veces
con descamación, lesiones en la mucosa de la boca o los genitales, lesiones confluentes
de aspecto verrugoso cerca del lugar donde se formó el chancro (condiloma lata) y
pérdida de cabello en parches. Los clavos sifilíticos y las lesiones de las mucosas son
muy contagiosos. La sífilis secundaria puede durar semanas o meses.
SÍFILIS LATENTE
La sífilis latente se caracteriza por una serología positiva sin síntomas ni signos. Se
divide en dos partes: sífilis latente temprana y sífilis latente tardía, dependiendo de si el
tiempo de presencia de la enfermedad es menor o mayor a dos años respectivamente. Si
el tiempo de la enfermedad se desconoce, se trata como una sífilis latente tardía.
SÍFILIS TERCIARIA
En la tercera fase (llamada también fase final), entre uno y veinte años después del
inicio de la infección, la sífilis se vuelve a despertar para atacar directamente al sistema
nervioso o algún órgano.
En esta fase se producen los problemas más serios y puede llegar a provocar la muerte.
Algunos de los problemas son:
Trastornos oculares.
Cardiopatías.
Lesiones cerebrales.
Lesiones en la médula espinal.
Pérdida de coordinación de las extremidades.
Aneurisma sifilítico o luético.
Goma sifilítico o sifiloma.
MENINGES
Hay tres meninges que desde afuera hacia adentro son: la duramadre, la aracnoides y
la piamadre.
La duramadre es la capa de tejido fibroso fuerte más externo, formada por dos hojas de
las cuales la más externa está pegada al hueso y representa su periósteo. La capa más
interna se une a la membrana aracnoidea.
La aracnoides es más delgada que la duramadre y se ubica por dentro de ella. También
está formada por dos hojas entre las cuales hay una verdadera malla que define un
espacio entre ambas membras, el espacio subaracnoideo que está lleno del líquido
céfalo-raquídeo.