Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
1.1 – ANTECEDENTES
Esta figura, tan extraña para los juristas de origen latino, se funda en la
idea de que, una vez constituida la hipoteca, lleva una existencia propia,
autónoma. Por ello puede entrar en el patrimonio del dueño de la finca hipotecada,
sin ser absorbida en el por el dominio. Además, en esa legislación el rango
hipotecario es fijo.
El citado Código sustantivo establece en su artículo 1119 que las hipotecas legales
a que se refiere el artículo 1118 se constituyen de pleno derecho y se inscriben
de oficio, bajo responsabilidad, simultáneamente con los contratos de los cuales
emanan. En los demás casos, el derecho del acreedor surge de la inscripción de
las hipotecas legales en el registro. Las personas en cuyo favor se reconocen
dichas hipotecas, pueden exigir el otorgamiento de los instrumentos necesarios
para su inscripción.
2.4.2 - EL PLAZO
Es el tiempo que tomará la devolución del capital y sus accesorias. La
devolución del préstamo se realiza mediante pagos periódicos (generalmente
mensuales), hasta devolver el capital solicitado más todos los intereses
acumulados durante el tiempo pactado para devolver el principal.
2. 5 - OBJETO DE LA HIPOTECA
2. 6 – CREDITOS GARANTIZABLES
CAPITULO 3 – CONSTITUCION
3.3 – MODALIDADES
La hipoteca puede constituirse bajo cualquier condición y desde un día cierto, o hasta un
día cierto, o por una obligación condicional. Otorgada bajo condición suspensiva o desde
día cierto, no tendrá valor si no desde que se cumpla la condición o desde que llega el
día, pero cumplida la condición o llegado el día, será su fecha la misma en que se hubiese
tomado razón de ella en el oficio de hipotecas. Si la hipoteca fuese por una obligación
condicional y la condición se cumpliese, tendrá un efecto retroactivo al día de la
convención hipotecaria.
4.1 – DEFINICION
El artículo 1097 del código civil trata acerca del concepto que en la legislación
peruana se tiene de lo que es la hipoteca. Dicho artículo señala lo siguiente:
Dado este concepto de hipoteca señalado por el código civil, entonces podemos
dar algunos puntos de vista sobre este tema. La hipoteca es un derecho real de garantía.
Dice la norma que se afecta un inmueble "en garantía del cumplimiento de cualquier
obligación. En rigor, la hipoteca solo puede garantizar una obligación de dar dinero, pero
no una obligación de hacer o no hacer. La razón es que la hipoteca desemboca, en caso
de incumplimiento del deudor, en la venta del bien gravado. El producto de esta venta es
dinero, con cargo al cual se cobra al acreedor. Puede haber hipoteca, sin embargo, en
una obligación de hacer o no hacer, pero no para garantizar la obligación misma sino el
pago de una cláusula penal o multa en dinero que eventualmente se hubiese pactado
para el caso de incumplimiento del deudor. La hipoteca, como todos los derechos reales
de garantía, es accesoria de una obligación. Esta última es lo principal y tiene vida propia:
puede subsistir sin la garantía. En cambio, la hipoteca no puede existir sola,
necesariamente debe ser accesoria de una obligación.
4.2 - FORMALIDAD
“La hipoteca se constituye por escritura pública, salvo disposición diferente de la ley”
Quiere decir que debe exteriorizarse a través de una formalidad, es decir, “escritura
pública” o aquella prevista por la ley (documentos privados con firmas legalizadas,
formularios registrales, etc); estas formalidades servirán para igualmente exteriorizar los
actos secundarios o derivados (ej. modificación, rectificación, ratificación, levantamiento o
cancelación, etc), salvo que exista dispositivo que autorice el empleo de las formalidades
especiales.
4.3.1 - Que afecte el bien el propietario o quien esté autorizado para ese
efecto conforme a ley.
El inciso 1 del artículo 1099 del Código Civil se refiere genéricamente al
“propietario” (“que afecte el bien el propietario”), por lo que algunos basados en
que en el ordenamiento jurídico peruano rige el “sistema consensual” en materia
de transferencia de derechos de propiedad inmueble, han concluido que resulta
suficiente que grave el bien el “propietario” con o sin derecho inscrito.
4.3.2 - Que asegure el cumplimiento de una obligación determinada o
determinable.
El artículo 1013 del Código Civil de 1936 no contenía un dispositivo
similar, pese al carácter esencialmente accesorio de la hipoteca respecto de la
obligación garantizada y al “principio de especialidad”.
“La hipoteca se extiende a todas las partes integrantes del bien hipotecado, a sus
accesorios, y al importe de las indemnizaciones de los seguros y de la expropiación, salvo
pacto distinto.”
Las partes integrantes son bienes que se han integrado de tal forma a otro bien,
que su separación ocasionaría la destrucción, deterioro o la alteración del bien principal,
del bien integrado, o de los dos bienes; la importancia de los bienes integrantes radica en
que siguen la condición jurídica del bien que integran, la hipoteca se extiende a las partes
integrantes del bien hipotecado, sin embargo el pacto en contra si es posible en aquellos
casos donde las partes integrantes si pueden ser objeto de derechos singulares; esto es,
que la ley o el contrato pueden permitir la diferenciación de os bienes integrantes.
“La hipoteca es indivisible y subsiste por entero sobre todos los bienes hipotecados.”
La hipoteca es indivisible; cada una de las cosas hipotecadas a una deuda y cada
parte de ellas están obligadas al pago de toda la deuda y de cada parte de ella. Esto
significa que mientras haya un saldo impago la hipoteca subsiste integra sobre la totalidad
del inmueble.
“Los contratantes pueden considerar como una sola unidad para los efectos de la
hipoteca, toda explotación económica que forma un conjunto de bienes unidos o
dependientes entre sí.”
Se trata de una norma que reproduce casi textualmente lo dispuesto por el artículo
1020 del Código Civil de 1936 que establecía: "Pueden los contratantes considerar como
una sola unidad para los efectos de la hipoteca toda explotación agrícola o industrial que
forme un cuerpo de bienes unidos o dependientes entre sí. La única diferencia entre la
norma vigente y la derogada, consiste en que se ha incluido la expresión "explotación
económica", en lugar de "explotación agrícola e industrial"; ahora bien dicha modificación
podría hacerse dado en razón a la presunta voluntad del legislador de no ocuparse delos
predios rústicos. Por tal el artículo 883 del Código Civil dispone que los derechos reales
sobre predios rústicos se rigen por la ley de la materia.
“La hipoteca cubre el capital, los intereses que devengue, las primas del seguro pagadas
por el acreedor y las costas del juicio.”
El artículo 1107, señala que la hipoteca cubre el capital, los intereses que este
devengue, las primas del seguro y las costas del juicio. Teniendo en consideración ambos
enunciados, la hipoteca cubre la deuda solo hasta por el monto del gravamen inscrito en
Registros Públicos. Primas del seguro y costas del juicio, en caso de que el inmueble
hipotecado se encuentre asegurado, las primas que el acreedor hipotecario pague por
dicho seguro también estarán cubiertas por la hipoteca. Ante un incumplimiento, el
acreedor hipotecario está facultado a iniciar un proceso de ejecución de garantía y
solicitar la venta judicial del inmueble hipotecado. Todos los gastos procesales en que
incurra el acreedor hipotecario a fin de ver satisfecho su crédito con los ingresos
obtenidos producto de la venta judicial del inmueble hipotecado, se encuentran cubiertos
por la hipoteca.
“La escritura de constitución de hipoteca para garantizar títulos trasmisibles por endoso o
al portador, consignara, además de las circunstancias propias de la constitución de
hipoteca, las relativas al número y valor de los títulos que se emitan y que garanticen la
hipoteca; la serie o series a que correspondan; la fecha o fechas de la emisión; el plazo y
forma en que deben ser amortizados; la designación de un fideicomisario; y las demás
que sirvan para determinar las condiciones de dichos títulos.”
“El acreedor cuya hipoteca comprenda varios inmuebles podrá, a su elección, perseguir a
todos ellos simultáneamente o solo a uno, aun cuando hubieran pertenecido o pasado a
propiedad de diferentes personas o existieren otras hipotecas. Sin embargo, el juez podrá,
por causa fundada, fijar un orden para la venta de los bienes afectados.”
Puede ser desarrollado en dos extremos: a) por un lado, se plantea la facultad que
tiene el acreedor para perseguir cualquiera de los bienes inmuebles que garanticen la
obligación; y b) se faculta al juez para que luego de realizar la evaluación pertinente sobre
la base de la causa invocada, decida sobre el orden de prelación en la venta delos bienes.
“Si los bienes hipotecados se pierden o deterioran de modo que resulten insuficientes,
puede pedirse el cumplimiento de la obligación aunque no esté vencido el plazo, salvo
que se garantice está a satisfacción del acreedor.”
El artículo 1137 del Código Civil establece los supuestos en los cuales puede
producirse la pérdida del bien. Estos son:
1. Por perecer o ser inútil para el acreedor por daño parcial.
2. Por desaparecer de modo que no se tengan noticias de él o aun teniéndolas, no se
pueda recobrar.
3. Por quedar fuera del comercio.
Conforme el artículo 181 inciso 3) del Código Civil, si las garantías disminuyen por
acto propio del deudor o desaparecieran por causa no imputable a este, se pierde el
derecho a utilizar el plazo, a menos que sean inmediatamente sustituidas por otras o
equivalentes a satisfacción del acreedor.
“El acreedor preferente puede ceder su rango a otro acreedor hipotecario. Para que la
cesión produzca efecto contra el deudor se requiere que este la acepte o que le sea
comunicada fehacientemente.”
La cesión de rango puede ser un acto jurídico a título oneroso o a título gratuito. Es
decir, el acreedor hipotecario que cede el rango de su hipoteca puede recibir o no una
contraprestación a su favor por parte del acreedor hipotecario que obtendrá una mejora
en el rango de su hipoteca como consecuencia de la cesión.
“El monto de la hipoteca puede ser reducido por acuerdo entre acreedor y deudor.
La reducción solo tendrá efecto frente a tercero después de su inscripción en el registro.”
Este artículo deja entrever de manera más clara, el que la hipoteca, en tanto
derecho accesorio, interesa básicamente a las partes involucradas y sobre todo al
acreedor de la obligación garantizada, por lo cual este último puede acordar la reducción
del monto del gravamen. Hay que mencionar, sin embargo, que aun cuando la corriente
es que la reducción opere en función de un acuerdo entre acreedor y deudor, nada obsta
para que el acreedor unilateralmente plantee la reducción de la hipoteca. Siendo así, al
Registro le debe bastar la comparecencia del acreedor de la obligación, no siendo
necesaria por tanto la participación del deudor o eventualmente del propietario
hipotecante.
“El deudor hipotecario puede solicitar al juez la reducción del monto de la hipoteca, si ha
disminuido el importe de la obligación. La petición se tramita como incidente.”
El artículo 1116 establece la posibilidad que tiene el deudor de recurrir ante el juez
a fin de solicitarle reduzca el monto de la hipoteca; esta acción la estimamos como última
ratio y siempre tras la negativa del acreedor a reducir convencionalmente el monto de la
hipoteca; conforme lo dispone el artículo1115 del Código Civil. En esta hipótesis el deudor
acude al juez solo, cuando pagada una buena parte del monto de la obligación principal,
esta ha disminuido de tal manera, que por una manifiesta razón de equidad, se justifica la
reducción del monto de la garantía hipotecaria, liberando así al bien de gravámenes
"fuertes", facilitándole al deudor la posibilidad de nuevos créditos.
“El acreedor puede exigir el pago al deudor, por la acción personal; o al tercer adquirente
del bien hipotecado, usando de la acción real. El ejercicio de una de estas acciones no
excluye el de la otra, ni el hecho de dirigirla contra el deudor, impide se ejecute el bien
que este en poder de un tercero, salvo disposición diferente de la ley.”
El presente artículo regula las acciones legales que puede ejercer el acreedor
hipotecario a fin de satisfacer su crédito, poniéndose además en el supuesto de que el
bien hipotecado haya sido transferido a un tercero. En efecto, la citada norma establece
que el acreedor hipotecario puede satisfacer dicho crédito exigiéndole el pago al deudor a
través de la acción personal, y/o al adquirente del bien hipotecado ejerciendo la acción
real.
4.22 – HIPOTECAS LEGALES
Si bien, nuestra norma civil no define a las hipotecas legales, podríamos deducir
por su mismo nombre, que es aquella que encuentra su origen en la ley y no en el
acuerdo entre el deudor y el acreedor.
“Las hipotecas legales a que se refiere el artículo 1118 se constituyen de pleno derecho y
se inscriben de oficio, bajo responsabilidad del registrador, simultáneamente con los
contratos de los cuales emanan.
En los demás casos, el derecho del acreedor surge de la inscripción de las hipotecas
legales en el registro. Las personas en cuyo favor se reconocen dichas hipotecas, pueden
exigir el otorgamiento de los instrumentos necesarios para su inscripción.”
“Las hipotecas legales son renunciables y también puede cederse su rango respecto a
otras hipotecas legales y convencionales.
La renuncia y la cesión pueden hacerse antelada y unilateralmente.”
Es así como nuestra norma establece cinco causales en las cuales se acaba la
hipoteca:
a. La hipoteca es accesoria a la obligación, por lo general. Sin embargo, en los casos
de las hipotecas en garantía de una obligación futura, la hipoteca deja de lado el
carácter accesorio. No obstante, aun en estos casos, la obligación debe cumplir
con cierta exigencias mínimas, de modo tal que los contratantes dejarán a una
futura liquidación la fijación de la obligación asegurada, pero deben determinar el
máximo de la responsabilidad hipotecaria, para la contratación y el crédito no se
vean afectados.
b. Por efecto de la accesoriedad del derecho real de hipoteca, si la obligación resulta
anulable por cualquier causal señalada para el acto jurídico, entonces la hipoteca
también sufrirá las consecuencias y se extinguirá. Igualmente, si la obligación se
rescinde o resuelve conforme a lo pactado o en virtud de la ley, la hipoteca se
extinguirá.
c. En esta causal se sustenta en la autonomía de la voluntad como ocurre con la
renuncia de otros derechos reales. En cualquier momento con independencia de la
subsistencia de la obligación, el acreedor puede renunciar a la garantía
hipotecaria. La renuncia debe ser expresa y no tacita.
d. Cuando se extingue o desaparece totalmente la cosa hipotecaria, la hipoteca
queda sin efecto. Generalmente, para este caso se pacta el derecho a recibir una
indemnización o se contrata un seguro. En caso de que se trate de una
destrucción parcial, la hipoteca subsiste sobre la porción del bien no afectada por
la destrucción, en aplicación de la individualidad de la hipoteca.
e. Este es un supuesto especial, la doctrina la llama “confusión de derechos”. No se
refiere al caso general de extinción de la obligación cuando en una misma persona
concurre la cualidad de deudor y acreedor, sino al caso en que el derecho real de
hipoteca se extingue cuando en una misma persona se da la cualidad de titular
dominar y de titular de derecho real que lo grava. Esto ocurre porque es posible
que se admita la hipoteca sobre cosa propia.